Professional Documents
Culture Documents
Hay apuesta o juego cuando cada una de las partes promete a la otra una prestación si las
circunstancias aleatorias que intervienen no le son favorables.
Las prestaciones que las partes se prometen recíprocamente, dependen del cumplimiento
de condiciones opuestas e incompatibles, en el sentido de que la eliminación de la
incertidumbre acerca de cuál de las dos prevalecera, ha de dejar a una sola de las partes
como deudora de la otra.
Lo que se apuesta puede consistir en una suma de dinero o en otro objeto determinado.
Siendo los conceptos de juego y apuesta de los mas vulgares, resulta sorprendente la
dificultad en que se han encontrado los juristas para precisarlos en el plano del derecho.
Se trata de contratos distintos? y si como tradicionalmente se admite, lo son, cual es la
base sobre la que debe hacerse la distinción?.
A) para algunos autores que siguen una idea insinuada ya en el derecho romano, el juego
supone la participación personal en los ejercicios de destreza física o mental, sobre cuyo
resultado se arriesga una postura; la apuesta, en cambio, recae sobre hechos o
circunstancias que son extrañas a los contratantes, como ocurre cuando los espectadores
apuestan sobre el resultado de un partido de fútbol, de un match de box o sobre si ocurrirá
o no tal acontecimiento político, etcétera.
B) para otros, la distinción debe fundarse esencialmente en el motivo que inspira a las
partes: la apuesta tiende a robustecer una afirmación, en tanto que el juego tiene por objeto
una distracción o una ganancia.
En verdad, se trata de una disputa estéril. En todo el mundo, juego y apuesta tienen un
régimen jurídico común, están sujetos a idénticas normas legales. Y, como dice Puig
brutau, jurídicamente solo merecen ser considerados como conceptos distintos los que se
hallen enlazados a afectos diferentes.
No hay, pues, interés en precisar una diferencia que no tiene contenido ni vigencia
efectiva.
Esto sentado, uniremos ambos contratos en una definición común. Hay apuesta o juego
cuando cada una de las partes promete a la otra una prestación si las circunstancias
aleatorias que intervienen no le son favorables.
Las prestaciones que las partes se prometen recíprocamente, dependen del cumplimiento
de condiciones opuestas e incompatibles, en el sentido de que la eliminación de la
incertidumbre acerca de cual de las dos prevalecera, ha de dejar a una sola de las partes
como deudora de la otra.
Lo que se apuesta puede consistir en una suma de dinero o en otro objeto determinado.