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Taller de Jurisprudencia del Tribunal Constitucional 2012

Nombre: María de los Ángeles González Castro

Asignatura: Derecho Constitucional Orgánico

Profesor: Rodolfo Figueroa

Universidad Diego Portales

Ensayo acerca de la sentencia dictada por el Tribunal Constitucional: Caso Postnatal.

El Excmo. Tribunal Constitucional se ha pronunciado en STC Rol N° 2025-11, respecto de


un requerimiento presentado por el Presidente de la Republica para que se declare la
inconstitucionalidad de la actuación ejecutada por el Senado y la consecuente modificación
introducida al nuevo artículo 197 bis, que se incorpora al Código del Trabajo, mediante el
Proyecto del Ley que crea el permiso post natal parental y modifica dicho Código, por
contradecir los artículos 6, 7 y 65 de la Constitución Política.

Lo primero que debemos señalar es que el Tribunal Constitucional no se inclinó


unánimemente por ninguno de los dos lados. Ya que la sentencia fue acordada con el voto
en contra de cuatro ministros (Señores Fernández, Carmona, Viera-Gallo y García) quienes
discrepaban tanto en consideraciones de forma como de fondo. Resolviendo de todas
maneras a favor de la autoridad ejecutiva del Presidente de la Republica.

Sumándome a la decisión del Excmo. Tribunal Constitucional, debo emprender el tema


mencionando que las atribuciones y las iniciativas exclusivas entregadas por nuestra Carta
Fundamental al Presidente de la Republica juegan un gran rol, sobretodo sabiendo que
estamos en presencia de uno de los instrumentos fundamentales de nuestro régimen
presidencial, heredero de una larga tradición constitucional y transversalmente defendido
desde la década de los años 40’ por los diversos Presidentes de nuestra historia republicana.

En dicho conflicto, mencionado en el primer párrafo de éste ensayo, el Presidente señala


que por medio de una actuación inconstitucional se dividió la votación del nuevo artículo
197 bis eliminando el tope de subsidio que se proponía, con lo que el Senado vulneró el
ámbito de materias reservadas a la iniciativa exclusiva del Presidente al aumentar el gasto.

En efecto la nueva norma dispone que: “durante las doce semanas siguientes inmediatas al
término del periodo postnatal, existirá un permiso postnatal parental a favor de la madre;
no obstante, a elección de aquella el padre trabajador podrá hacer uso de dicho permiso a
partir de la sexta semana del mismo… La base de cálculo del subsidio que origine el
permiso postnatal parental, no podrá exceder a la cantidad equivalente a 30 unidades de
fomento… y en la determinación de su monto se consideraran siempre las remuneraciones
de la madre, independiente de quien haga uso de su permiso… Este subsidio se financiara
con cargo al Fondo Único de Prestaciones Familiares del Decreto con Fuerza de Ley
N°150, 1981, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social. ”

La nueva norma establecida por el Senado, introdujo importantes modificaciones y como


consecuencia produce un cambio significativo al contenido de la iniciativa presidencial, por
ende al ser un nuevo beneficio de seguridad social diferente al planteado por el Presidente
de la República, y al incrementar el gasto fiscal pasa por sobre las atribuciones que tiene
dicho Congreso Nacional. Al incurrir en este acto contrario a la Ley Suprema, el órgano
legislador no cumple la función de todo órgano del estado que debe preservar ante todo la
Supremacía Constitucional y subordinarse a ella.

Debemos por otra parte señalar que entre los principios del presidencialismo en nuestro
país están las atribuciones de la administración financiera del Presidente, configuradas entre
otros instrumentos, a través de la “iniciativa exclusiva” y que en dichas materias nuestro
Congreso Nacional solo podrá aceptar, disminuir o rechazar los beneficios y gastos que el
Presidente proponga en función de lo establecido en el artículo 65 de la Constitución
Política. Entonces, el Senado obró fuera de los ámbitos de su competencia al eliminar el
tope de las 30 UF y como consecuencia establecer su extensión a 66 UF. Y al hacer
ejercicio de una facultad que no es de su competencia violó los artículos 6 y 7 de la
Constitución que proclaman los principios de Supremacía Constitucional y Legalidad
respectivamente.

Hemos de considerar por otro lado que históricamente producto de las malas prácticas
parlamentarias que llevaron a las reformas constitucionales de 1943 y 1970 quedo a través
de éstas, de manifiesto la necesidad de que el manejo administrativo y financiero del Estado
y sus organismos se reservaren al Presidente como jefe máximo de la administración y de la
gestión económica estatal. La evolución histórica en torno al control del gasto publico en
nuestro ordenamiento constitucional ha entramado de manera paulatina la radicación e la
iniciativa exclusiva en la autoridad del Ejecutivo.

Esto es y debe ser así a mi parecer ya que se necesita un régimen coherente de gastos que
pueda permitir al Presidente desenvolverse en todo su rol como administrador de nuestra
nación y Jefe de Estado, tal como lo señalo el Tribunal Constitucional en su sentencia de
esta manera, admitiendo al Presidente: “dar cumplimiento a la política de financiamiento
que considere adecuada para el cumplimiento de su programa de gobierno, en armonía
con su calidad de Jefe de Estado y máximo jerarca de la administración y de responsable
del manejo de las finanzas públicas, de conformidad a lo establecido en los artículos 24 y
32 N°20 de la Constitución Política.” (c. 39°)
Además debemos considerar que la idea de que la iniciativa exclusiva recaiga en la persona
del Presidente de la Republica se debe a que los parlamentarios sean altamente vulnerables
a caer en la tentación de ser extremadamente generosos con sus electores, lo que la
Constitución prevé a través de esta institución.

Por otra parte debemos señalar que nuestros preceptos constitucionales en materia de
iniciativa exclusiva del Presidente de la Republica recogen estrecha correspondencia con la
forma en que nuestra Carta Fundamental ha consagrado el sistema presidencial de
gobierno.

Si pensamos en el actuar del Senado, al querer innovar creando un nuevo subsidio diferente
y lo más importante más elevado que el propuesto en la iniciativa presidencial, la Cámara
Alta aparece ejerciendo entonces, una atribución que no le ha sido otorgada en ningún caso
conforme al artículo 65 de nuestra Constitución Política, extralimitación que por lo mismo
sería una vulneración a dicha norma y que trae por consecuencia pasar a llevar dos
preceptos fundamentales en cualquier Estado Moderno (entendido como un Estado que
descansa en una Democracia Constitucional) que sería la Supremacía Constitucional del
artículo 6 de nuestra Constitución Política en cuanto señala: “Los órganos del Estado
deben someter su acción a la Constitución y a las normas dictadas conforme a ella, y
garantizar el orden institucional de la Republica” y por otro lado el Principio de Legalidad
del artículo 7 de la misma, que señala: “Ninguna magistratura, ninguna persona, ni grupo
de personas pueden atribuirse, ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra
autoridad o derechos que los que expresamente se les hayan conferido en virtud de la
Constitución o la leyes”.

Se infringen entonces, el artículo 65 inciso tercero en cuanto señala que la iniciativa


exclusiva corresponde al Presidente de la República en proyectos de ley sobre
administración financiera y presupuestaria del Estado; el inciso cuarto en sus numerales 5 y
6 del artículo 65 al incidir en una materia de seguridad social; el inciso final del artículo 65
al aumentar el Senado un gasto publico propuesto por el Presidente de la Republica, y los
artículos 6 y 7 de la Constitución, mencionados anteriormente.

Al citar estos preceptos constitucionales nos damos cuenta que el tema relevante en éste
caso es el respeto al ordenamiento constitucional, por lo que las violaciones a dichas
disposiciones alteran y afectan el sistema político y el orden institucional, al invadir la
iniciativa exclusiva del Presidente de la Republica, queriendo modificar una materia de
carácter financiera. Incluso señalando la Directora de Presupuestos que con la nueva
modificación se produciría un incremento del gasto fiscal de al menos 35 millones de
dólares por año, gasto que por orden de la Constitución sólo puede aumentar el Presidente
de la Republica y en ningún caso el Senado. Por otra parte debido a la decisión de eliminar
la norma que establecía los recursos previstos para el post natal, el proyecto de ley
lógicamente se quedó sin financiamiento.
Algo que no debemos dejar de mencionar es que con esto, no sólo se está vulnerando
nuestra Constitución sino también la Ley Orgánica del Congreso Nacional, que prohíben al
Parlamento aumentar los gastos de una iniciativa.

Por último cabe mencionar, que desde el año 1943, cuando comienza a insertarse en la
Constitución la iniciativa exclusiva del Presidente de la Republica en cuanto al gasto
público, que gracias a la reforma constitucional hecha por el Presidente Eduardo Frei
Montalva en 1970, genera su apariencia actual que la Constitución de 1980 se limitó a
recoger tal cual, diversos Presidentes de las más variadas ideologías políticas la han
defendido argumentando a través de ella la base de la unidad de visión presidencial y su
representatividad nacional y su estrecha relación con la responsabilidad que éstos tienen
sobre el Gobierno y la administración del Estado.

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