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Robótica Colaborativa.

La Industria 4.0 cada vez gana mayor popularidad en todo el mundo. Pero, ¿en
qué consiste realmente la Industria 4.0? Principalmente, en conseguir la
automatización de la industria. En esencia, se refiere a la digitalización de los
equipos y tecnologías de una fábrica para que se puedan comunicar y programar
a través de Internet.

Las tecnologías específicas varían de una industria a otra pero, la mayoría de


ellas, incluyen maquinaria en red, sistemas de control, configuraciones de
logística, robots, impresoras 3D y vehículos autónomos. La clave de esta
interconectividad es la comunicación de una máquina a otra, lo que permite un
grado de automatización e independencia operativa nunca visto hasta el momento.
De ahí que se les llame "fábricas inteligentes".

Los robots colaborativos se han convertido en el aliado perfecto de los


trabajadores en la línea de producción. Son herramientas de apoyo a los
operarios con la finalidad de liberarles de las tareas más repetitivas y aburridas.
Esto ya es una realidad. De esta manera, las personas podrán aprovechar el
tiempo del que disponen para realizar tareas que los robots no son capaces de
hacer como la supervisión y el mantenimiento de la maquinaria, labores de
programación y la optimización de procesos industriales.

Si observamos el panorama actual, realmente los robots y las tecnologías de la


Industria 4.0 generan una gran cantidad de empleo, siguiendo la misma tendencia
que marcaron las revoluciones industriales anteriores. Es cierto que pueden
reducir el empleo de los trabajadores de la línea de producción, pero en mayor
medida, ofrecen nuevas oportunidades, tanto al trabajador como a la empresa. Por
lo tanto, los robots colaborativos benefician a la industria y aportan soluciones
laborales.

Los Robots constituyen una pieza fundamental de la Industria 4.0. En una línea
de producción existen tareas muy complejas que requieren de una alta precisión y
para esto existen los robots colaborativos.

Han sido creados para permitir a las pymes automatizarse de una forma rápida,
flexible y simple, y significan un gran paso en el desarrollo de los procesos
industriales. A diferencia de sus predecesores, los robots son muy fáciles de
programar y están creados para poder desarrollar varias tareas diferentes. En
cambio, el robot tradicional generalmente está capacitado para realizar una. Esta
multifuncionalidad hace que cada vez sean más atractivos para las empresas.
Una nueva era en la robótica industrial: los robots
colaborativos
Los últimos avances en la tecnología de robótica y la miniaturización de los
componentes electrónicos y procesadores, que tanto han beneficiado a industrias
como las de la informática y las telecomunicaciones, han permitido el nacimiento de
una nueva era en la automatización industrial: la de los robots colaborativos.

UR3 – Universal Robots

Caracterizados por ser ligeros, flexibles y fáciles de instalar, están diseñados


especialmente para interactuar con humanos en un espacio de trabajo compartido
sin necesidad de instalar vallas de seguridad. Su reducido tamaño, su flexibilidad y
su precio asequible los diferencian de los robots industriales tradicionales y los
hacen idóneos, por ejemplo, para las pequeñas y medianas empresas. Ofrecen un
rápido retorno de inversión, no requieren técnicos especializados para su montaje y
puesta en marcha, se pueden reconfigurar para operar en diversos puntos de una
línea de producción y permiten a las empresas optimizar su productividad.
Representan una nueva era en la automatización industrial porque permiten la
introducción de robots en sectores y procesos industriales en los que, hasta ahora,
no había sido viable. Esto significa el acceso a un mercado que supone el 90% de
la industria y donde los robots tradicionales no habrían podido penetrar.
Interacción hombre-robot en los entornos
productivos.
La transformación de las relaciones laborales derivada de la interacción entre robots
y personas es un hecho latente en los entornos productivos. Para permanecer
competitivas frente al auge de los países en vías de desarrollo que ofrecen mano
de obra barata y lograr retener sus procesos de producción cerca del resto de sus
operaciones centrales, las empresas fabricantes en Europa necesitan automatizar
su producción. Los robots colaborativos son aptos para trabajar junto a personas
(llevando integrada la seguridad como funcionalidad propia) y permiten al operario
realizar las tareas que mejor desempeñe evitando los trabajos peligrosos, sucios o
ruidosos.

YuMi – ABB

Los robots colaborativos son, por defecto, más lentos y menos potentes que los
robots industriales tradicionales. La razón por la que no están diseñados para ser
muy rápidos y potentes es porque, simplemente, no es necesario para los trabajos
para los que están pensados. Su función es trabajar en armonía con un operario
humano con su misma fuerza y rapidez. En un entorno colaborativo, una persona
aporta destreza, flexibilidad y la capacidad de resolver problemas, mientras que un
robot colaborativo ofrece fuerza, resistencia y precisión en la realización de la tarea
en cuestión.

La posibilidad, además, de mover y reubicar el robot dentro de la planta en función


de las necesidades productivas no solo ha despertado el interés en las PYMES sino
también en grandes empresas, que buscan soluciones más flexibles para sus líneas
de producción. Lejos de reemplazar trabajadores humanos, los robots mejoran su
productividad, liberándoles de tares monótonas y repetitivas y permitiéndoles
centrarse en trabajos más complejos o finalizar la tarea en colaboración con el robot
en un espacio compartido. Los trabajadores se muestran más dispuestos a aceptar
la introducción de un robot colaborativo en su entorno de trabajo porque los ven
como herramientas que les ayudan y hacen su trabajo más fácil y no como una
tecnología que les vaya a sustituir. Es como trabajar “con un compañero”, con
posibilidades ilimitadas.
La robótica móvil, la libertad de movimiento en todos los órdenes de magnitud
En líneas estáticas de producción que los bienes de transporte desde A a B serán
la excepción y no la norma en este mundo, unidades móviles inteligentes que actúan
en enjambres y encuentran sus destinos de forma autónoma (sin marcas en el
suelo, bucles de inducción o imanes) serán utilizados en lugar de cintas
transportadoras y anuncian el siguiente paso evolutivo como próximo reto de la

robótica en la flexibilización de la producción industrial con conceptos totalmente


nuevos de reclasificación de productos, piezas o unidades de producción
completas, o colocando en diferentes ubicaciones.

La robótica colaborativa es el futuro de la industria. Para ello se fabrican los


brazos articulados y otra serie de dispositivos que buscan la colaboración entre
personas y robots. La intención es que aprendan a trabajar codo con codo con las
personas y que, hagan el papel de ayudante o asistente para las tareas más
complejas o repetitivas.

Si hablamos de seguridad, los Robots están diseñados con materiales robustos y


de calidad que garantizan la seguridad de los trabajadores y previenen posibles
lesiones. Además, está demostrado que cuando trabajan las personas junto a los
robots colaborativos, incrementa la producción. En concreto, la aumenta en un
85% de los casos cuando el humano trabaja junto al Robot.

Un crecimiento sin precedentes


LBR IIWA – Kuka Robots Ibérica

El mercado mundial de los robots industriales está experimentando un crecimiento


sin precedentes en los últimos años. A medida que las tecnologías de la robotización
evolucionan, su uso se extiende cada vez más hacia sectores como la automoción
y la electrónica, actualmente considerados como los principales impulsores de su
crecimiento. Según el informe anual publicado por la International Federation of
Robotics, en 2015 se instalaron más de 240.000 robots industriales en todo el
mundo, lo que supone un crecimiento de un 8% respecto al año anterior. El estudio
pronostica, además, que este incremento aumentará un 12% anual de aquí hasta
finales de 2017.
Los robots colaborativos se constituyen por brazos robóticos ligeros que se adaptan
fácilmente a diferentes tareas o a cambios en la planificación de producción. Son lo
que necesitan las PYMES para optimizar y automatizar procesos que
tradicionalmente consumen mucho tiempo, así como para eliminar puntos de atasco
en su flujo de producción.

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