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PORTAFOLIO FINAL: “LA POSICIÓN DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL CRÍTICA

ANTE UNA PROBLEMÁTICA HISTÓRICA Y UNIVERSAL: LA VIOLENCIA”

Integrantes:
MINELYIS SABINO
JIYAN ABDALA
DALCIRA PADILLA
ROSARIO COTES

Profesores:
PAULA ANDREA PENAGOS

Notas del Autor:


Universidad Claretiana
Programa de Trabajo Social
Curso: Fundamento de Psicología Critica
Uribia, noviembre 17 de 2018
INTRODUCCION

Los procesos de paz en Colombia han activado un amplio conjunto de reflexiones.

La psicología colombiana forma parte del debate y se propone cada día un

número más amplio de ejercicios reflexivos y prácticos, con el objetivo de aportar a

la construcción de paz en un país que ha naturalizado la violencia en la

cotidianidad y ha especializado su actuar para mitigar las consecuencias. El año

2017 parece ser el momento para nuevas formas de relación, de comprensión de

la convivencia y de subjetivación, que toman distancia de formas violentas. Si bien

no es posible que los efectos de la confrontación armada terminen por completo,

ni evitar que la violencia se extienda a otros escenarios, sí lo es que la terminación

de hostilidades armadas por las guerrillas exija comprensiones pertinentes y

acciones innovadoras por parte de todos y cada uno de los actores sociales,

políticos y académicos del país en un contexto continental y mundial.


INDICE
INTRODUCCION………………………………………………………………….PAGS.

“LA POSICIÓN DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL CRÍTICA ANTE UNA


PROBLEMÁTICA HISTÓRICA Y UNIVERSAL: LA VIOLENCIA” ......................... 4
CONCLUSIÓN ....................................................................... Error! Bookmark not defined.
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“LA POSICIÓN DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL CRÍTICA ANTE UNA
PROBLEMÁTICA HISTÓRICA Y UNIVERSAL: LA VIOLENCIA”

Hablar de los efectos de la Violencia en cualquier contexto cultural adquiere importancia en


un sentido global y de gran magnitud por las dimensiones de sus estragos, tanto a nivel
personal de quienes la sufren como a nivel social, pues se va arraigando y tomando cada
vez mayor presencia constituyendo un elemento “naturalizado” 1de la misma lo que
conlleva a situaciones de vulnerabilidad a distintos niveles.

El determinar generalidades respecto a un tema de una amplia magnitud en cuanto a


manifestaciones es una tarea difícil, sin embargo, a partir de la experiencia de los colegas
que participaron con su opinión es posible señalar ciertas variables que resultan constantes
en el origen de estos actos; las cuales citamos a continuación:
 La corrupción de las instancias ha creado una reacción ofensiva entre los
ciudadanos, las personas ya no saben en quien confiar por lo que la apatía es una
constante en la comunicación social y la resolución de problemas.
 En el hogar no existe la educación adecuada para asimilar los sucesos de violencia
que se viven constantemente, por lo que se está convirtiendo en un modelo de
reacción ante determinadas circunstancias, se naturaliza la presencia de estos
hechos, son parte de la sociedad “así se vive”.
 En la familia se han descuidado valores de convivencia, así como el fomento de
actitudes ante situaciones interacción personal que impliquen la negociación, llegar
a acuerdos y percibir los hechos que se suscitan en nuestro entorno.
 El incumplimiento de autoridades “competentes”, pues no se han creado programas
o alternativas que respondan a la naturaleza de esta problemática.
 La difusión y manejo de los medios de comunicación ponen en evidencia eventos
que requieren de amplio criterio y que alarman y generan actitudes contrarias a un
buen entendimiento de los efectos negativos de los mismos.
 La violencia es un problema de salud mental, considerando tanto las consecuencias
de quienes se ven afectados por un hecho de violencia, pero sobre todo de quienes la

1
Parker, I. (2009) ‘Psicología crítica: ¿Qué es y qué no es?’ [‘Critical psychology: What it is and what it is not’], , 8, pp.
139-159. [Caracas: Universidad Católica Andrés Bello, ISSN: 1316-886X] [SPANISH]
ejercen, en un sentido particular y claro general, cuando esta se ha manifestado de
distintas formas, en diferentes sectores y con variedad de finalidades … ¿Qué
genera que la población considere esta una opción para responder a las
problemáticas de sus vidas cotidianas?
 Existen carencias en la preparación de las personas encargadas de la orientación y
educación formal (Maestros, Educadoras, etc.) para abordar estos temas y dar un
buen manejo de los mismos en las instancias establecidas.

No obstante, la guerra, la confrontación armada, ha sido en Colombia por más de cinco


décadas una de las condiciones de contexto y relacionales que más ha afectado la
configuración de subjetividades y, por consiguiente, las formas de construcción de la
realidad. ¿Es acaso la guerra una condición inevitable y fatalista que debe ser recreada
permanentemente mediante nuevos actores y formas de expresión? La guerra no es una
condición inevitable ni perenne. No se trata de una condición fatal de la que sea imposible
escapar, porque el problema no es la guerra sino aquello que la causa y que la sostiene.

Desde la teoría de la gestión de conflictos (Molina, 2006), la violencia en cualquiera de sus


expresiones es la manifestación de una disputa; por ende, el conflicto en Colombia no es la
guerra, ni la violencia que la describe, sino alguna situación social o relacional que debe ser
atendida2. A partir de estas consideraciones, el papel de la psicología al menos es doble3.
En primer lugar, debe fortalecer las investigaciones e intervenciones que promuevan formas
proactivas para la transformación de conflictos y, en segundo lugar, cuestionar las
aproximaciones que ha hecho en relación con el conflicto, en cualquiera de sus expresiones,
específicamente la armada. Las negociaciones que ha promovido el Gobierno colombiano
con los grupos guerrilleros (FARC-EP y ELN), así como sus resultados, están construyendo
un escenario relacional en el que la violencia política tiende a desaparecer, al menos en la
forma como estos grupos la han expresado y como el Estado la ha enfrentado.

2
Molina, N. (2006). Psicología política, resistencia y democracia. Buenos Aires: Proa XXI.
3
Domènech, M. y Tirado, F. (Comp.). (1998). Sociología Simétrica. Barcelona: Gedisa.
La violencia armada entre guerrillas, Ejército en nombre del Estado y población civil no
armada de por medio es, en consecuencia, con lo explicado, el síntoma más doloroso de un
conflicto social4. La exclusión política es el mayor conflicto expresado a través de la vía
armada y que en su expresión actual tiene su origen en el Frente Nacional, pactado entre
liberales y conservadores en los años 1957 y 1958, en las ciudades mediterráneas de Sitges
y Benidorm, por los líderes de dichos partidos políticos. Sin embargo, la comprensión de la
exclusión política se completa con la pregunta: ¿qué es aquello que queda excluido? Ya no
se trata solo de la exclusión política, sino del qué y de quiénes han sido dejados por fuera.
Si solo liberales y conservadores, que habían librado una dura confrontación en las décadas
anteriores, podían acceder al poder del Estado durante los siguientes 16 años desde 1958,
los otros grupos políticos y sus intereses quedaban por fuera de la administración pública.
La lucha armada se convirtió así en la estrategia para reivindicar la participación política y
visibilizar agendas que no eran consideradas por los partidos del Frente Nacional (Molina,
2004).

El proceso de paz comienza a transformar el trauma psicosocial en condiciones para la


convivencia y la no violencia. No obstante, es necesario ampliar el tipo de acciones que la
guerra nos ha dejado como normales y por las cuales se desarrollan amplios debates a favor
de la seguridad, de la protección o del individualismo que niega la empatía5. Algunos
ejemplos se encuentran en la valoración social del uniforme militar en cualquier escenario
social, incluso cuando no se esté en servicio; la circulación de agentes de seguridad privada
fuertemente armados y en actitud de ataque que alimentan cajeros electrónicos en horarios
diurnos con niños y familias como testigos; o la ampliación de dispositivos de vigilancia en
pro de una seguridad que no se alcanza. El cese al fuego por parte de los actores armados
ha comenzado la transformación del trauma psicosocial, pero aún es necesario desactivar
los demás posicionamientos que lo mantienen vivo en medio de diversas interacciones
cotidianas.

4
Molina, N. (2006). Psicología política, resistencia y democracia. Buenos Aires: Proa XXI.
5
Parker, I. (2009) ‘Psicología crítica: ¿Qué es y qué no es?’ [‘Critical psychology: What it is and what it is not’], , 8, pp.
139-159. [Caracas: Universidad Católica Andrés Bello, ISSN: 1316-886X] [SPANISH]
Dentro del lapso asignado para compartir las respuestas se recibió un cumulo de opciones
que integran parámetros de atención para los Psicólogos que dentro de su rol puede
considerar con el fin de afrontar las implicaciones de la Violencia desde sus respectivas
áreas de ejercicio. Ha sido posible apreciar que la solución no es responsabilidad solo de la
Psicología Clínica o Social, incumbe en cierta medida a cada rama de la misma para dar
respuesta a este fenómeno, así como la integración interdisciplinaria de otras profesiones
competentes para atender este fenómeno.

La psicología critica tiene un mayor compromiso en la investigación para con el fenómeno


de la violencia no solo como proceso individual sino en la lógica colectiva para su
desarrollo6. De esta se han de desprender modelos de intervención en diversos niveles
(detección, prevención y líneas de acción) a través del aprovechamiento de sus habilidades
de organización colectiva, trabajo de campo, criterio ante la complejidad contextual socio-
cultural e influencia ante el desarrollo y establecimiento de políticas públicas alrededor de
la violencia.

6
Fried, D. (Ed.). (2015). Diálogos para la transformación. Experiencias en terapia y otras intervenciones
psicosociales en Iberoamérica. Chagrin Falls: Taos Institute.
CONCLUSIÓN

En conclusión, la violencia es sin duda un tema de suma importancia que ha cobrado miles

de víctimas en sus diferentes manifestaciones; la intervención de la Psicología a distintos

niveles dentro de este fenómeno exige la integración de un rol profesional competente y

propositivo que generé alternativas de solución de acuerdo a la naturaleza del contexto en

que ejerce. El camino aun es largo y el compromiso arduo, la última palabra la tenemos

nosotros mismos, como sociedad y como agentes de cambio social.

La psicología tiene retos de largo alcance en la construcción y la sostenibilidad de la paz,

una paz imperfecta, y corresponde a todos los campos de acción y áreas teóricas definir

agendas o formas de trabajo contextualmente globales. Se trata de promover la convivencia

no violenta en medio de un contexto transicional. Existen otros retos inmediatos, orientados

al desmonte del trauma psicosocial y capaces de transformar el miedo y la violencia

cultural en oportunidades para una relación centrada en el cuidado de sí y de los otros. Es

así que se debe aprovechar y desarrollar conceptualizaciones en la psicología y las Ciencias

Sociales para dar cuenta de las situaciones inmediatas, y de esta manera contribuir a superar

el fatalismo y la ingenuidad, movilizadores de la violencia.


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