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TUMORAL
Apuntes Tercero de Medicina. 2018-19
Cuando una noxa (agente patógeno) agrede al riñón lo puede hacer directamente sobre el
mismo (lesión primaria) o de forma secundaria en el contexto de una enfermedad sistémica en
cuyo desarrollo el riñón se ve afectado.
Este agente etiológico puede incidir sobre uno de los cuatro compartimentos renales:
glomérulo, túbulos, intersticio y sistema vascular o sobre varios a la vez siendo el responsable
de la puesta en marcha de los mecanismos patogénicos de lesión mediados o no por el sistema
inmune. Dentro de los primeros destacan cuatro tipos: 1.- Mediados por inmunocomplejos
circulantes; 2.- Por la formación de inmunocomplejos in situ; 3.- Por activación del
complemento y 4.- por la participación de la inmunidad celular.
La evolución del daño agudo renal es hacia la resolución del proceso con variable daño residual
o hacia la insuficiencia renal crónica caracterizada clínicamente por una disminución del
aclaramiento de creatinina con incremento de la creatinina sérica y urea plasmática junto a
alteraciones morfológicas típicas como la atrofia tubular, fibrosis intersticial y esclerosis global
glomerular que llevan al sujeto a la diálisis.
LA BIOPSIA RENAL.
A.- Indicaciones.
La patología renal no tumoral es tan compleja tanto desde el punto de vista histológico como
clínico que desde hace tiempo se ha establecido dentro de la Anatomía Patológica la
subespecialidad de Nefropatología. No debemos confundir los nefropatólogos con los
uropatólogos responsables del estudio de la patología tumoral del sistema genitourinario. Esto
no quita que en ocasiones un mismo especialista de anatomía patológica lo sea de ambas
subespecialidades.
La nefropatología obliga a estar en estrecho contacto con los nefrólogos puesto que es una de
las subespecialidades donde la correlación clínico-laboratorio-morfológica es clave.
Dado que la biopsia renal percutánea no está exenta de complicaciones entre las que destacan
la hemorragia (1,2%) con sangrado a nivel subcapsular, perirrenal o al sistema colector
generando una hematuria macro-microscópica; la infección perirrenal (0,2%) o el pinchazo en
hígado, bazo o páncreas según el riñón escogido, se han establecido las siguientes indicaciones
para la mismas:
La/s muestra/s deben ser enviadas en fresco, sobre una gasa empapada en suero fisiológico,
inmediatamente al servicio de Anatomía Patológica para su procesamiento inmediato.
Una vez recibidas, se miden y se inspeccionan los cilindros bajo microscopio de lupa para
valoración de la idoneidad de los mismos. El objetivo, identificar glomérulos y con ello cortical
y medular para selección del material.
Uno de las variables estudiadas que determina, en general, la calidad de la muestra (cilindro)
extraído por el nefrólogo es el número de glomérulos obtenidos. En la valoración global del
parénquima renal nos interesa saber si las lesiones encontradas a nivel glomerular son focales
o difusas y si la afectación del glomérulo es segmentaria a global. En ambos casos, para su
definición seguimos la regla del 50%. Lesiones que afectan a más del 50% de los glomérulos se
denominan difusas y a más del 50% del volumen de un glomérulo, globales. Sin embargo
¿Cuándo es aplicable esta definición?¿Podemos asegurar que una biopsia con 8 glomérulos no
muestra lesiones segmentarias o que una biopsia con 3 glomérulos, estando dos de ellos
afectos muestra lesiones difusas representativas de todo el parénquima renal?
La probabilidad de afectación renal sigue una ecuación bimodal siendo las variables de la
misma, el % de glomérulos afectos y el número de glomérulos obtenidos en la biopsia renal.
Según esta fórmula para estar razonablemente seguros de diagnosticar lesiones segmentarias
con afectación menor del 10% de los glomérulos y diferenciar lesiones focales de las difusas
debemos de tener como mínimo 20. Además para el caso de lesiones segmentarias es
recomendable estudiar al menos 20 cortes seriados de la muestra.
No debemos de olvidar que la valoración del estado de cronicidad del riñón determinará la
decisión terapéutica por parte del nefrólogo de tratar o no tratar a un determinado paciente.
Con la edad (envejecimiento) asociada o no la HTA se va produciendo una progresiva
esclerosis global glomerular de predominio subcortical. Muestras subcorticales con escasos
glomérulos pueden mostrar marcados signos crónicos que determinen no tratar con la
pérdida de oportunidad terapéutica por parte del paciente.
Junto a la tinción básica con H&E, en el estudio de la patología renal también se utilizan las
siguientes técnicas:
Técnicas Histoquímicas.
o Tricrómico de Masson-Goldner. Se utiliza para cuantificación de la fibrosis,
identificación de cilindros intratubulares y detección de depósitos
fucsinofílicos en la membrana basal glomerular.
o Tinción del PAS. Tiñe de magenta los glúcidos y las mucinas que se ubican a
nivel de la membrana basal y de la matriz mesangial lo que nos permite valorar
el grosor de la membrana y la extensión de los depósitos. Además también
muestra positividad a las glucoproteínas observadas en la vesículas de
reabsorción protéica de las células epiteliales del TCP y en los cilindros
intratubulares formados por la excreción de la proteína de Tamm-Horsfall.
o Tinción de Plata Metenamina Jones. Tiñe la capa densa de la membrana basal
glomerular y tubular así como las fibras elásticas de los vasos. Permite
identificar los depósitos subepiteliales (imágenes en “puas de peine”)
característicos de la glomerulonefritis membranosa y los dobles contornos por
interposición de matriz mesangial o depósitos de sustancias, principalmente
inmunocomplejos características de las glomerulonefritis
membranoproliferativas.
Técnicas de IF directa. Permite principalmente la detección de depósitos de
inmunoglobulinas y factores del complemento. Los 11 anticuerpos más usados son la
IgG, IgM, IgA, C4, C4d, C’3, C1q, Albumina, Fibrinógeno, cadenas ligeras lambda y
kappa. En el estudio de los depósitos debemos de tener en cuenta los siguientes
aspectos:
o Distribución: Difusos/ focales. Globales/ segmentarios.
o Localización Intraglomerular: Capilares (membrana basal glomerular,
mesangiales, capsulares (cápsula de Bowman); extraglomerulares (vasos,
intersticio o túbulos).
o Tamaño y forma: Granular (fino o grosero) y Lineal.
Técnicas de ME. Se recomienda estudio mediante ME en las glomerulonefritis
membranosas, membranoproliferativas y postinfecciosas, nefropatía asociada a HIV,
enfermedades de depósito, nefropatía por cambios mínimos y glomeruloesclerosis
segmentaria y focal, enfermedades hereditarias tipo Alport, Membranas basales
delgadas o enfermedad de Fabry. Su estudio requiere aparatos altamente costosos y
técnicos muy especializados que hacen que pocos centros dispongan de un servicio
eficiente en relación a esta prueba diagnóstica.
Etiología de la lesión.
Mecanismo Patogénico.
Compartimento renal primario afecto.
Correlación lesiones morfológicas con los datos clínicos/laboratorio.
Signos histológicos de actividad y/o cronicidad.
Generalmente la noxa responsable inicia su acción patógena sobre uno de los cuatro
compartimentos descritos (glómerulo, intersticio, túbulo o vasos) siendo responsable del
cuadro clínicopatológico de glomerulonefritis/glomerulopatía, nefritis intersticial,
tubulitis/tubulopatía y vasculitis/vasculopatía renal. Determinar cuál es el compartimento
inicialmente afecto es a veces difícil por:
Estos cambios hacen que las lesiones se igualen y se dificulte el hallazgo del agente
etiológico y/o sus mecanismos patogénicos. Si bien a priori parecería poco relevante
conocer la causa puesto que el órgano ya está en fase terminal (Insuficiencia renal
crónica) sin posibilidad de tratamiento de rescate y abocado a la diálisis, realmente no
lo es, puesto que la alternativa a la diálisis es el trasplante renal y en estos casos es
conveniente conocer la causa por el riesgo mayor o menor de aparición en el riñón
donante. Las lesiones primarias que con más frecuencia causan pérdida del injerto son
la glomeruloesclerosis segmentaria y focal, el síndrome hemolítico urémico atípico
(cuadro morfológico, la microangiopatía trombótica), la nefropatía IgA, la
glomerulonefritis membranosa y la membranoproliferativa.
Para entender bien estos mecanismos como también la correlación entre las lesiones y su
expresión clínica es necesario tener unos conocimientos básicos acerca de la histología renal y
en especial del corpúsculo de Malpigio (denominado también por extrapolación glomérulo,
aunque estrictamente éste se refiere al ovillo capilar).
El córpusculo de Malpigio tiene forma de copa con un polo tubular que lo comunica con el
túbulo contorneado proximal y otro (enfrentado) vascular por donde entra la arteriola
aferente y sale la eferente después de formar el ovillo capilar. Las paredes de la copa
constituyen la cápsula de Bowman tapizada internamente por una capa de células parietales
(células madre) con función reparadora/regenerativa que descansa sobre una membrana basal
rica en colágeno tipo IV (α1-α1-α2; α5-α5-α6 [también en piel, esófago, músculo liso]),
laminina LM-111 (α1β1γ1), LM-511 (α5β1γ1), nidógeno, glucosaminoglicanos tipo perlecan
(heparán sultato) y Bamacan (Condroitín sulfato).
Los mecanismos patogénicos de lesión glomerular los podemos dividir en dos tipos: Causa
inmunológica y no inmunológica:
Los mecanismos de lesión glomerular de este tipo son siempre externos ya que el glomérulo
no tiene células macrofágicas, células dendríticas ni linfocitos. El reclutamiento de éstas va a
depender de la localización de la lesión dentro del compartimento glomerular que además, en
cierto modo, va a condicionar la manifestaciones clínicas acompañantes.
Los mecanismos de lesión inmunológica pueden estar mediados por anticuerpos o por células
con activación o no del sistema del complemento. Éste también puede activarse de manera
independiente.
Además de la activación del complemento vía clásica o vía de las lectinas mediada por
la presencia de inmunocomplejos, el complemento se puede activar
independientemente a estos depósitos (Vía alternativa). Esta puede activarse por la
presencia de anticuerpos frente a sus proteínas moduladoras o mutaciones en la
síntesis de la misma. Los dos ejemplos más representativos son la glomerulopatía por
depósitos de C’3 y el Síndrome Hemolítico Urémico atípico. En el primer caso
encontramos depósitos granulares mesangiales para C´3 y un cuadro morfológico muy
variado mediante mecanismos no muy claramente explicados, responsables de una
clínica donde predominan la hematuria y/o proteinuria asintomáticas. En el segundo
modelo, la lesión directa vascular provoca los siguientes hallazgos morfológicos:
Destacamos dos: