Según Aberastury (1971). En la pubertad, la definición de su capacidad creativa
marca una nueva definición sexual en la procreación, ya que sus genitales no solo aceptan la unión de la pareja, sino también la capacidad de crear. En la adolescencia se intenta recuperar infructuosamente el sexo perdido, mediante la masturbación. El pensamiento adolescente esta determinado por procesos de tripe duelo: 1) Duelo por el cuerpo infantil; 2) Duelo por la identidad y el rol infantil; 3) Duelo por los padres de la infancia. El duelo por la bisexualidad infantil perdida acompaña a estos tres procesos de duelo. Se produce básicamente por un cortocircuito del pensamiento, en el que observa la exclusión de lo conceptual lógico mediante la expresión a través de la acción. El duelo por el cuerpo infantil perdido obliga a una expresión de la acción motora directa. El duelo por la identidad y el rol infantil permite la actuación afectiva desaprensiva, pasional o llena de indiferencia, sin consideración racional alguna por los objetos. El duelo por los padres de la infancia produce una distorsión de la percepción que facilita la respuesta inmediata, global e irracional. Este triple situación trae consigo también la confucion sexual y de la temporalidad, que caracteriza el pensamiento del adolescente.