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CARATULA
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INDICE
1. Definición………………………………………………………………………………..…05
2. Naturaleza………………………………………………….………………………………05
3. Antecedentes………………………………………………...……………………………05
4. La acción en el derecho…………………………………………………………………06
8. Marco Legal……………………………………………….………………………………16
………………….………………………………………………………………………………29
RECOMENDACIONES………..…………………………….………………………………35
CONCLUSIONES…………………………………………….………………………………36
BIBLIOGRAFÍA……………………………………………….………………………………37
3
ACCIONES CAMBIARIAS
Esto se expresa en el Decreto con la Ley de Títulos Valores 14.701, que data desde
1977, en donde se le da el nombre de Acciones Cambiarias y se especifica su
funcionamiento legal.
En las acciones cambiarias existen tres tipos de sujetos: Un sujeto activo, que está
representado por el tenedor, el poseedor o el endosatario. El sujeto pasivo quién vendría
a ser el obligado, el avalista o el endosante anterior. Y por último; el órgano
jurisdiccional, quién sería el juez del ramo civil.
Dentro del marco legal, las acciones cambiarias están reguladas ordenadamente La Ley
de Títulos Valores, desde el artículo 90° hasta el artículo 100°, en la sección séptima
con el título “DE LAS ACCIONES CAMBIARIAS DERIVADAS DE LOS TÍTULOS
VALORES”.
En los efectos de la solidaridad cambiaria entre obligados del artículo 93°, se relaciona
con lo establecido en el artículo 11. Ambos se refieren a la solidaridad cambiaria desde
un doble punto de vista: el de las relaciones de los obligados frente al tenedor del título
y el de las relaciones de estos obligados entre sí.
La relación causal y el título valor como “acciones alternativas” nos explica que todo
título de valor se emite obedeciendo a una motivación o causa generatriz, es decir,
conciernen propiamente a los títulos de valores crediticios, como el título de cambio, el
pagaré y el cheque, en los que la relación causal no se revela del tenor del documento.
Las acciones cambiarias, derivadas de los títulos valores, prescriben a los tres años a
partir de la fecha de su vencimiento, es decir cuando se trata de la acción directa contra
el obligado principal y/o sus garantes. En cambio, prescribe al año, a partir de su fecha
de vencimiento, la acción de regreso contra los obligados solidarios y/o garantes de
éstos. Por último, la acción de ulterior regreso prescribe a los seis meses contados a
partir de la fecha de efectuado el pago en vía de regreso.
Concluimos diciendo que, para que exista la acción cambiaria, es necesario que exista
un vínculo de relación cambiara, Una vez que nace ese derecho y ese deberpor medio
de la creación de un título de crédito, y una vez caducado el plazo es así como a través
de la acción cambiaria se impone el cumplimiento forzoso. Dícese cambiaría la acción
que asiste al tenedor legítimo de la letra de cambio, del cheque o del pagaré para cobrar
su importe, intereses y ciertos gastos, de los obligados según el título.
1. DEFINICIÓN
La acción es la que le asiste al tenedor legítimo de un título de crédito para que pueda
cobrar su importe junto con sus intereses y gastos propios de cada título.
3. ANTECEDENTES
Ley de Títulos Valores 14.701, que data desde 1977, en donde se le da el nombre de
Acciones Cambiarias y se especifica su funcionamiento legal.
4. LA ACCIÓN EN EL DERECHO
Esta teoría, que tuvo mucho tiempo de vigencia, fue objetada aduciéndose la existencia
de derechos sin acción, como ocurre tratándose de las obligaciones naturales, así como
las acciones sin derecho, como sucede en los casos en que los tribunales las declaran
infundadas o improcedentes.
La acción cambiaria nace del título valor mismo, como consecuencia de la obligación
que contrae cada uno de los que ponen en ella su firma, sea como emitente, endosante,
garante o aceptante, este último – en el caso del título de cambio- comprendiendo no
solo al girado que acepto, somp también, en su caso, al interviniente en la aceptación y
al indicado que aceptó el título en cumplimiento de la mención hecha en el documento.
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Por otra parte la acción cambiaria confiere al portador del título de cambio que ha
conservado sus derechos por el cumplimiento de los deberes que le impone la Ley:
presentación a la aceptación y al pago, protesto por falta de aceptación o de pago y
aviso del protesto; y es también la que pueden ejercer los endosantes y sus avalistas
para reembolsarse del importe del título que hubiesen pagado y la que compete, al
mismo fin, al que intervino en el pago de una letra protestada por no haber sido pagada
a su vencimiento.
Esta sistematización resulta conveniente, dado que son distintos los obligados en razón
de una y otra acción, y son diferentes las normas que regulan su ejercicio. Asimismo,
se elimina la duda respecto a la posición jurídica que corresponde a los obligados
cambiarios, especialmente el avalista del aceptante y el emitente; y sobre todo respecto
a este último, en el caso de la letra de cambio, al que un sector de la doctrina considera
obligado directo en caso de no haberse logrado la aceptación por el girado, tal como se
deduce de lo dispuesto en el art. 90°1 al referirse al obligado principal.
Se observa la sistematización en los arts. 90° inciso 1 y 90° Inciso 2, al tratar el primero
la acción cambiaria directa y el segundo la acción cambiaria de regreso, en ambas
señalando contra quienes puede dirigirse.1
1
Ulises Montoya Manfredi. (2012). COMENTARIOS A LA LEY DE TÍTULOS VALORES. Lima:
Moreno S.A. p. 130-133.
8
Si la acción directa no se ejercita por un obligado que reclama en vía de ulterior regreso,
el pago que efectuó tendrá por objeto las cantidades mencionadas en el art. 92°.2, es
decir, que difiere en cuanto a los intereses, por ser estos los devengados desde que
efectuó el pago y no desde la fecha de su vencimiento.
El Artículo 92° Inciso alude al derecho del tenedor para reclamar del obligado. Los
obligados son aquellos que antecedieron en la tenencia del título que efectuó el pago,
es decir, los anteriores endosantes, el librador, los respectivos avalistas, es decir,
aquellos que garantizaron, al tenedor que pago, la existencia del crédito y la solvencia
del deudor. No podría, en consecuencia, reputarse como obligados a quienes hubieran
recibido el título por endoso ir el tenedor que pagó, ya que este es garante de los
posteriores endosantes. Esta figura podría presentarse en el caso de que el tenedor lo
hubiera recibido el título de mérito de endoso, que el a su vez, endosado y lo hubiera
vuelto a recibir por endoso. En este caso, habría endosante y endosatario intermedio
entre el primer endoso a favor del tenedor que pago y el segundo endoso. Como dicho
tenedor resultaría garante de quienes aparecen en el titulo después del endoso
efectuado por él, el pago que efectuarse seria liberatorio para los endosantes
posteriores, contra los que no tendría reclamación que formular en concepto de
reembolso. En cambio, podría plantear la acción contra los anteriormente obligados.
En este sentido el art. 92°.1 hace referencia, en primer término, al importe del título no
aceptado o no pagado, y/o los derechos patrimoniales representados por el título valor
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La acción directa puede hacerse valer, desde luego, por el girador, si es el tenedor de
la letra, contra el aceptante, en virtud de que, por la aceptación, este ha asumido la
obligación de pagar la cambial. Así está expresamente establecido en el art. 127°.3 de
la Ley. De esta manera, es de destacar que el mencionado dispositivo no solo regula el
contenido de la acción regresiva, sino también el de la acción directa.
Todo título valor se emite obedeciendo a una motivación o causa generatriz. Aunque
ella no se revela en determinada clase de títulos – como son los abstractos, caso de la
letra de cambio, entre otros-. Si expresan estas causales en documentos como la factura
conformada, el conocimiento de embarque, etc.
En realidad, el artículo 94° concierne propiamente a los títulos valores crediticios, como
el título de cambio, el pagare y el cheque, en los que la relación causal no se revela del
temor del documento.
11
De este modo, cabe distinguir las acciones que la Ley concede al poseedor o tenedor
legitimo del documento, que son siempre de naturaleza comercial. Con todas las
características que la Ley atribuye a esta clase de títulos. Se trata de acciones formales,
de ejecución rigurosa, que no admiten dilaciones previas ni tolerancias y que dan lugar
a la acción ejecutiva.
Entre las personas que dieron origen a la emisión del documento, o entre las que
tuvieron una relación mediata, como son el endosante y el endosatario, existe un vínculo
directo que motivo la declaración contenida en el titulo valor. No ocurre lo mismo si el
título valor entra en circulación mediante el endoso. El primer endosatario queda fuera
de la relación causal que género la emisión del documento. Cada uno de los posteriores
endosatarios es también ajeno a las causas que originaron la creación del título valor y
no tiene otra relación con el primer tomador y con los sucesivos endosatarios, que la
resultante del título, en virtud de la colocación de las firmas en el reverso del documento
y que forman la cadena de endosos.
El art. 94° de la Ley hace referencia a la doble situación jurídica que se presenta al
respecto, es decir, la relación causal o fundamental que dio origen a la emisión y las
obligaciones cautelares que emergen del título valor.
La acción causal está referida a la acción subyacente u obligación que dio origen al
documento cartular, mientras que la acción cambiaria es una obligación distinta
autónoma y abstracta cuyo ejercicio está en función de la presentación y de la
transmisión del título.
Ellos tienen causa ciertamente Necesidades de dinero futuro por dinero presente puede
haberlos creado o llevado a negociarlos; mas, esto, como es obvio esto fuera de los
títulos. Ellos se liberan de su causa, a fin de poder ingresar por si solos en el mundo
económico. Nadie los adquiriría si tuviese que indagar su procedencia. Hay que
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abstraerlos de ella para ese efecto. En este sentido, se reputar abstractos a despecho
de su existencia real, documental, literal o formal. Abstractos son los derechos en ellos
consignados, por valer tan solamente por fuerza de su literalidad, de prestancia
muchísimo mayor en los títulos al portador.
Por otro lado existen las acciones que tienen su origen en el negocio jurídico que dio
nacimiento a la emisión del título o a su transferencia.
El punto de vista que sostiene la concurrencia de derechos en los títulos valores, si bien
es predominante, no ha dejado de ser combatido.
Las disposiciones legales enunciadas se orientan a la protección del titular del derecho
cartular para dar mayor seguridad a la satisfacción de sus derechos, y es evidente que
el primer endosatario respecto al obligado principal, o cualquier endosatario respecto a
los endosantes mediatos, tiene la mejor protección legal con el uso de la acción cartular
y no le convendría ejercitar la acción causal. Pero, teóricamente, no se ve por qué no
puede usarla si así lo decide, renunciando a la acción cartular, ya que esta no tiene
carácter de orden público.
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La acción causal, es decir, la que emerge del contrato o del acto que dio origen al título
y que permanece subyacente en el fondo de la relación cambiaria, sin revelarse al
exterior, es una acción que se hace valer en el proceso de conocimiento, abreviado o
sumarísimo, debiendo acompañarse al escrito de demanda los medios probatorios, no
sería necesario el protesto si solo se hace valer dicha acción causal.
De este modo, en la circulación o transferencia del título valor hay que hacer una
distinción entre el negocio o relación que sirve de base –que es causal y que de ordinario
es un contrato de venta (donación, comodato, mutuo, prenda, etc.) – y el acto unilateral
de transferencia, respecto del negocio básico (relación).
La acción causal está limitada al acreedor y al deudor del negocio jurídico que
dio nacimiento al título valor, mas sus efectos no se extienden al avalista.2
Interponiéndose la acción al amparo de la escritura pública en la que consta la
relación causal y no propiamente a mérito del título de cambio vinculada a la
misma, el actor debe probar la existencia de la obligación por medios distintos al
título de cambio que fue emitida a consecuencia de ella; que la acción causal y
la acción por enriquecimiento indebido no pueden plantearse en forma
acumulativa en la misma demanda, pues la última (enriquecimiento indebido),
conforme al art.21° de la Ley N° 16587, solo procede cuando el tenedor no tiene,
contra el emitente del título, acción causal. 3
Por otra parte la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema ha casado la Sentencia de
Vista expedida por la Corte Superior de Justicia de la Libertad en el sentido que:
2
Ej. De 8 de noviembre de 1978, Revista de Jurisprudencia Peruana, N°422, p.268.
3
Ej. De 2 de mayo de 1979, Revista de Jurisprudencia Peruana, N°s. 430-431, nov-dic., 1979, p.1141.
14
puesto que dicho cuerpo legal solo rige cuando se interpone la acción cambiaria
y no cuando se trata de la acción causal, como en el caso de autos.4
Por su parte del art. 94°.3 establece que subsiste la acción causal a menos que se
pruebe que hubo novación. A la novación se le define como el modo de extinguir las
obligaciones por transformarse, ya sea variando la deuda, cambiando el acreedor o por
reemplazo del deudor.
La opinión en sentido afirmativo, fue inicialmente acogida con el propósito de dar al título
valor las garantías necesarias para evitar que, una vez emitida, los obligados recurrieran
a la relación causal, interponiendo, en caso de ejecución, las excepciones que de ella
pudieran derivar.
Pero se advirtió que esta solución resultaba injusta para el acreedor, pues podía ocurrir
que quedara privado de toda acción si por cualquier circunstancia. Aun cuando fuese
involuntariamente, se perjudicaba la acción cambiaria.
Se originó una reacción contra la teoría novatoria, construyéndose una nueva teoría, en
virtud de la cual se rechazaba la novación, admitiéndose, en cambio, que la emisión del
título solo producía un cambio de la obligación fundamental, sin llegar a la novación. Se
reputaba que solo existía una sola obligación, que era la primitiva con solo un cambio
de forma.
Este punto de vista, que fue acogido con entusiasmo inicialmente, fue evolucionando y
dio lugar a una tercera posición, en virtud de la cual se reputaba que el titulo valor no
4
Casación N°2306-98-La Libertad, 12 de Abril de 1999, El Peruano, 14 de junio de 1999.
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produce en ningún momento novación de la obligación, sino que la cambial origina una
obligación, sino que la cambial origina una obligación nueva, de carácter fundamental,
es decir, que pueden coexistir dos obligaciones por una misma causa, como lo que se
perseguía dar mayor fuerza a la obligación originaria.
En el primer caso del tenedor y obligado principal, se requiere, para poder promover
alternativamente la acción derivada del título o la acción causal, que el documento no
haya sido endosado, es decir, que no haya entrado en circulación, pues si esto ha
ocurrido el endosatario no podrá promover alternativamente las acciones derivadas del
título.
De la naturaleza jurídica se desprende que el pago con títulos valores son documentos
que han sido recibidos por el acreedor no propiamente en cancelación (in solutum) sino
pro solvendo, esto es, encaminándose a producir efectos del pago y quedando obligado
dicho acreedor a procurar la satisfacción del crédito que representa el documento con
la diligencia necesaria.
Sujeto Pasivo: Es el principal obligado del título de crédito, el avalista, o los endosantes
anteriores al endosatario que ejercita la acción.
Órgano Jurisdiccional: La acción cambiaria debe de ejercitarse ante un juez del ramo
civil. La acción cambiaria puede ser ejercitada por el tenedor, o poseedor en contra de
la persona que se obligó a pagar, es decir el principal obligado, pero si está persona se
niega a realizar el pago, entonces la acción cambiaria se regresará contra cualquiera de
los endosantes anteriores al accionante o sus avalistas sea conjunta o separadamente,
sin que se pierda la acción contra los otros y sin la obligación de seguir el orden que las
firmas guarden título de crédito.
8. MARCO LEGAL
90.1 Los títulos valores confieren a su tenedor la acción cambiaria directa, que puede
ejercitarse contra el obligado principal y/o sus garantes.
90.3 Quien ha cumplido con el pago de un título valor en vía de regreso, puede repetir
dicho pago contra los demás obligados que hayan intervenido en el título valor antes
que él, ejercitando la acción de ulterior regreso. La misma acción corresponde a quien
pague en esta vía, contra los obligados anteriores a él.
9.1 Salvo disposición distinta de la presente Ley, para ejercitar las acciones cambiarias
señaladas en el Artículo 90° constituye resquisito obligatorio:
91.3. En los títulos valores a los que se refiere el inciso a) que lleven la cláusula de que
trata el Artículo 52°, se ejercitará la acción cambiaría por el sólo mérito de la cláusula
sin protesto y cumplir lo señalado en el inciso c) anterior.
92.1 El tenedor puede reclamar del obligado contra quien ejercita la acción cambiaria:
92.2 Quien reclama en vía de ulterior regreso, exigirá el reembolso del total de la suma
pagada, más los intereses correspondientes a dicha suma desde el día en que verificó
el pago y los gastos a que se refiere el inciso c) del párrafo anterior, en su caso.
Las personas que ocupen la misma posición e igual responsabilidad en un título valor
responderán solidariamente frente al tenedor y no procederá la acción cambiaria entre
ellas y sus relaciones quedan sujetas a las disposiciones propias del derecho común.
94.1 Si las calidades del tenedor y del obligado principal del título valor correspondieran
respectivamente al acreedor y al deudor de la relación causal, de la que se derivó la
emisión de dicho título valor, el tenedor podrá promover a su elección y
alternativamente, la acción cambiaria derivada del mismo o la respectiva acción causal.
94.3 Subsiste la acción causal correspondiente a la relación jurídica que dio origen a la
emisión y/o transmisión del título valor no pagado a su vencimiento, a menos que se
pruebe que hubo novación.
94.4 Si el tenedor opta por ejercitar la acción cambiaria, de acuerdo al Artículo 18 podrá
recurrir a cualquiera de las vías procesales que admita la ley procesal.
95.1. Para el ejercicio de las acciones cambiarias derivadas de los títulos valores se
requiere cumplir con los requisitos y formalidades señaladas en el Artículo 91° según
la naturaleza de cada valor en título o representado por anotación en cuenta; y ser
exigidos dentro de los plazos de prescripción que se señalan en el Artículo 96°.
95.2. El proceso judicial o arbitral cuya demanda haya sido presentada ante la respectiva
autoridad judicial o arbitral antes que venzan los plazos de prescripción no será afectado
por la conclusión de dichos plazos en el curso del respectivo proceso; salvo que este
sea declarado en abandono.
96.3 Sin perjuicio de lo señalado en el segundo párrafo del Artículo 95º, los plazos de
prescripción establecidos en el presente artículo son perentorios y no admiten
interrupción, ni suspensión. El reconocimiento judicial del título valor vencido no
interrumpe los plazos de prescripción señalado para el ejercicio de las acciones
derivadas de él”. En el caso de títulos valores con cláusula de prórroga, la prescripción
se computará desde la fecha de su último vencimiento. Es decir, como tiene cláusula de
prórroga, ésta ópera cuando vence el título valor, y cuando venza la prórroga, empezará
el cómputo del plazo de prescripción. En caso de renovación, o sea una nueva relación,
los plazos de prescripción volverán a ser computados desde la fecha del nuevo
vencimiento.
En los caos de la suspensión del derecho de pago que se refiere el Artículo 107°, si el
obligado no es notificado del inicio del proceso de ineficacia del respectivo titulo valor o
el peticionario no le hace entrega de la copia de la respectiva demanda presentada ante
la autoridad judicial, dentro de los siguientes quince días de su petición extrajudicial de
suspender el pago, caduca tal derecho de suspensión, quedando el obligado liberado
de toda responsabilidad por el pago que realice transcurrido dicho plazo de suspensión.
La acción de enriquecimiento sin causa a la que se refiere el Artículo 20° prescribe a los
dos años de extinguida la correspondiente acción cambiaria derivada del título valor.
El ejercicio de las acciones cambiarias puede materializarse por la vía del juicio ordinario
declarativo o por la vía del juicio ejecutivo. En todas ellas rige el principio de la
solidaridad cambial o solidaridad cambiaria, característica del ciclo cambiario. La
también llamada simplemente acción directa, puede ser ejercida contra el aceptante o
su avalista sin necesidad de protesto o declaración equivalente.
La letra de cambio tiene fuerza ejecutiva sin necesidad de reconocimiento judicial de las
firmas. No se consideran acciones cambiarias las llamadas acciones causales, que son
las derivadas de las relaciones jurídicas extracambiarias originadoras de la emisión de
la letra o su endoso sucesivos.
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Por ello, las acciones causales, junto con las de enriquecimiento injusto, forman el grupo
de las acciones extracambiarias, conocidas también como contencioso cambiario.
En el art. 90º establece las modalidades para el ejercicio de la acción directa, de regreso
y de ulterior regreso.
Es así, que el tenedor puede ejercitar la acción cambiaria directa contra el obligado
principal y/o sus garantes.
De esta manera, la acción del portador, encaminándose por una vía opuesta a la acción
directa, procede aquí hacia atrás, volviéndose contra los firmantes que desde el librador
en adelante se han ido sucesivamente agregando a la serie de obligados cambiarios,
constituyendo el grupo indicado.
Respecto del protesto hacemos notar su necesidad, para que caduque la acción. El
regreso exige verificar hechos que llamaremos condiciones legales; principalmente: al
vencimiento, si no se pagó; también antes del vencimiento, al concretarse situaciones
previstas por las normas cambiarias: negativa de aceptación, insolvencia del girado,
etcétera.
Es aquella que tiene quien pagó un título de crédito (letra, pagaré, cheque, factura
conformada), como obligado de regreso, contra los obligados que le preceden (librador,
endosantes anteriores y respectivos avalistas).
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El que pagó como obligado de regreso se convierte en legitimo portador munido de las
dos acciones cambiarias: directa, contra el aceptante y el emisor en caso de pagaré-y
sus respectivos avalistas-, y de regreso, contra los obligados anteriores a él y por los
cuales había garantido el nuevo portador. Si el que rescato el título de librador, le
quedara únicamente la acción contra el aceptante.
El obligado de regreso puede exigir contra el pago del cambial, aun cuando la acción no
haya sido deducida contra él, la entrega del título, el protesto y la cuenta de retorno en
debida forma.
El contenido de la acción de ulterior regreso está constituido por los siguientes rubros:
Ahora bien, cumplidos los requisitos establecidos por el artículo 91, cabe preguntarse,
¿Cómo se ejerce la acción cambiaria? Al respecto, podemos encontrar una respuesta
en los incisos 1 y 2 del artículo 18 de la ley de Títulos de Valores5.
De la norma citada puede deducirse que el tenedor puede ejercer la acción cambiaria
no solo mediante la vía de proceso único de ejecución, destinada a obtener la prestación
de la actividad sustitutiva del órgano jurisdiccional enderezada a la satisfacción material
del crédito6; sino también mediante un proceso declarativo, con el objeto de obtener una
resolución de condena, es decir, una resolución que ordene al deudor el pago de lo
debido ex título, con el cual, en definitiva, obtendría un título de formación judicial que
le abrirá la puerta de la ejecución7. Este proceso declarativo puede ser de conocimiento,
abreviado o sumarísimo, según lo previsto en el código procesal civil. Sin embargo, debe
recordarse que el legislador ha investido a los títulos valores de mérito ejecutivo para
dotar al tenedor legítimo de tal documento de una mayor celeridad en la satisfacción de
su crédito, sin que esta tenga que probar relación causal alguna, a consecuencia de lo
anterior, con la sola presentación del título, el juez deberá llamar a la otra parte y
escucharla antes de ordenar el pago de la deuda.
5
Ley de Título Valores.
Artículo 18.- Mérito ejecutivo y ejercicios de las acciones cambiarias.
18.1. Los títulos valores tienen mérito ejecutivo, si reúnen los requisitos formales exigidos por la
presente ley, según su clase.
18.2. El tenedor podrá ejercer las acciones derivadas del título valor en proceso distinto al ejecutivo,
observando la ley procesal, (…).
6
ARIANO DEHO, Eugenia. “Las vías procesales para el ejercicio de las ‘acciones cambiarias’”. En:
Tratado de derecho comercial, Tomo II, Títulos valores, Gaceta Jurídica, Lima, 2004.
7
Ídem.
24
Las personas que ocupan la misma posición e igual responsabilidad en un título valor
responderán solidariamente frente a tenedor y no procederá la acción cambiaria entre
ellas y sus relaciones quedan sujetas a las disposiciones propias del derecho común.
Si las calidades del tenedor y del obligado principal del título valor correspondieran
respectivamente al acreedor y al deudor de la relación causal, de la que se derivó la
emisión de dicho título valor, el tenedor podrá promover a su elección y
alternativamente, la acción cambiaria derivada del mismo o la respectiva acción causal.
8
DIVISIÓN DE ESTUDIOS LEGALES DE GACETA JURÍDICA, Guía rápida de preguntas y
respuestas de la nueva Ley de Títulos de valores, Lima, 2000.
25
Si el tenedor opta por ejercitar la acción cambiaria, de acuerdo al art. 18 podrá recurrir
a cualquiera de las vías procesales que admita la ley procesal.
Se hace referencia a la doble situación jurídica que emerge del título valor; es decir, la
relación causal que origino su emisión, y las obligaciones cartulares propias del
documento cambiario.9
Dicha disposición concierne propiamente a los titulo valores crediticios, como la letra de
cambio o pagare, en los que la relación causal no se revela del tenor del documento.
Tratándose de los llamados títulos de tradición, o sea, aquellos títulos valores que
representan mercaderías, la acción emergente del título valor aparece vinculada a la
acción causal, es decir, al contrato que origino la emisión del documento.
Asimismo, se establece que subsiste la relación causal a menos que se pruebe que
hubo nivación. La ley no acepta de forma expresa que exista novación ente acreedor y
deudor de la relación causal, si estos son tenedor y obligado principal del título, tampoco
entre endosatario y su inmediato endosante; salvo que ambas situaciones se demuestre
que existió animus novandi.
9
https://es.slideshare.net/mmerchan_7/acciones-cambiarias-38078905
26
Hernando Montoya Alberti, citando a Mario Alzamora Valdez, refiere que la acción es
el derecho subjetivo público que corresponde al titular de un derecho titular y que tiene
como contenido la obligación de la tutela jurídica por parte del estado.11
10
Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Manual de Derecho Comercial II. Dra. Nancy Porlles
Torrejon, 2004. Pag. 104.
11
MONTOYA ALBERTI, Hernando. Ley de títulos valores. Gaceta Jurídica, Lima, 2005.
12
Ídem.
27
avalistas para reembolsarse del importe del título que hubiesen pagado y la que
compete, al mismo fin, al que intervino en una letra protestada por no haber sido pagada
a su vencimiento13.
La acción cambiaria nace de la tenencia legítima del título valor y no del negocio o
relación causal que dio origen al mismo; en este punto debemos recordar que los títulos
valores son documentos que contienen derechos patrimoniales destinados a la
circulación, es por ello que quien posea el título valor podrá interponer la acción
cambiaria sin necesidad de probar ninguna relación causal. Así también Beaumont,
citando a Gomez Leo, dice que la acción cambiaria es aquella que se fundamenta,
exclusiva y excluyentemente, en un papel de comercio, en tanto título de crédito
abstracto formal y completo, que es, además, un documento constitutivo y dispositivo
del derecho de crédito en el representado14.
Sobre la base de lo anterior podemos concluir que la acción cambiaria es, entonces, el
principal derecho que posee el tenedor del título valor, ya que a través del ejercicio de
ellas podrá exigirse el pago del importe que consta en el. Por ello, la acción cambiaria
faculta únicamente al tenedor legítimo del título valor para exigir a los obligados
cambiarios el cumplimiento de la prestación contenida en dicho documento. En tal
sentido, tanto el obligado como el obligado principal como los obligados solidarios se
encuentran sujetos al ejercicio de la acción cambiaria como la consecuencia de la
obligación que han adquirido al intervenir en el título valor, ya sea como girador,
endosante, avalista, aceptante o interviniente en la aceptación o pago15.
Por último, cabe recordar que existen tres modalidades de acción cambiaria, las cuales
están basadas en la persona sobre la cual ha de caer la acción.
13
ORIONE, Francisco. Letra de cambio, cheque y demás papeles de comercio. Sociedad bibliográfica
Argentina, Buenos Aires, 1994.
14
BEAUMONT CALLIRGOS, Ricardo y CASTELLARES AGUILAR, Rolando. Comentarios a la
Ley de Títulos Valores. Gaceta Jurídica, Lima, 2000.
15
DIVISIÓN DE ESTUDIOS LEGALES DE GACETA JURÍDICA. Guía rápida de preguntas y
respuestas de la nueva Ley de Títulos Valores, Gaceta Jurídica, Lima, 2000.
28
La última parte del artículo 95 inciso 1, así como la totalidad del inciso 2 del mismo, se
dedican a la prescripción de la acción cambiaria. Así, se ha establecido que la acción
cambiaria deberá ser ejercida dentro de los plazos de prescripción establecidos por el
artículo 96 de dicho cuerpo normativo. Dichos plazos se refieren: i) para el caso de
acción directa, a los tres años posteriores a la fecha de vencimiento del título valor, ii)
para el caso de la acción de regreso, esta prescribirá al año a partir de la fecha de
vencimiento del documento, y; finalmente, dentro del marco de la acción de ulterior
regreso, esta prescribirá a los seis meses, ya no de la fecha de vencimiento del título,
sino a partir de la fecha de pago en vía de regreso, dentro de este plazo deberá
ejercitarse la acción de repetición que corresponda al garante del obligado principal
contra este.
En cuanto a los cheques, la ley refiere que los plazos de prescripción señalados para la
acción directa y la acción de regreso se computarán a partir del último día del plazo de
presentación a cobro. Asimismo, en el caso de títulos valores con vencimiento a la vista,
el plazo prescriptorio empezará a computarse a partir del día de su presentación a cobro
o, no haberse dejado constancia de ello, a partir del día de su respectivo protesto o de
la formalidad sustitutoria; y, de no estar sujeto a ello, a partir del último día para su
presentación al pago conforme a ley o del señalado para tal fin en el mismo título.
Una vez revisado lo dispuesto por la ley, cabe preguntarse qué se entiende por
prescripción. Para contestar a esta pregunta, primero haremos una breve aproximación
a los que se conoce como prescripción dentro del marco del derecho común, para
posteriormente comentar su lugar en el ámbito cautelar.
Dentro del derecho común, la prescripción es la figura mediante la cual por el transcurso
del tiempo pueden extinguirse acciones destinadas a reclamar la tutela jurídica de
derechos, sin extinguir estos últimos (prescripción adquisitiva). Como puede deducirse
sobre la base de lo dicho anteriormente, la primera se aplicará dentro de las
obligaciones; en tanto que n la segunda, dentro de los derechos reales16.
16
RUBIO CORREA, Marcial. Prescripción, caducidad y otros conceptos en el nuevo código civil.
Fundación M.J Bustamante De Fuente, Lima, 1987.
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armas proporcionadas por aquel. Marcial Rubio, en referencia al mismo punto, señala
que si el titular no ejercita aquello que el derecho le protege dentro del lapso
correspondiente, se entiende, o bien que su negligencia no debe ser más amparada y
que, en adelante, debe procederse a beneficiar al deudor o a quien tiene el deber
correspondiente, eximiéndolo formalmente del cumplimiento.17
Así, la prescripción genera dos consecuencias ligadas íntimamente, como cara y sello
de una misma moneda: la primera, extingue la acción destinada a la tutela efectiva de
un derecho, por prte del titular del mismo, y la segunda, libera al deudor del pago de la
obligación, permitiéndole interponer la prescripción como excepción procesal.
Dentro del ámbito cautelar, sin embargo, parece ser que la prescripción ha dejado un
espacio dentro de su marco conceptual, para la entrada de una figura similar en
apariencia, la de la caducidad, ya que se ha incluido para la prescripción la disposición
establecida en el artículo para la prescripción la disposición establecida en el artículo 96
inciso 3 de la Ley de Títulos Valores, sobre la no interrupción ni suspensión de la misma,
así como los plazos perentorios, características de la caducidad dentro del Derecho
Común. Beumont Callirgos y Rolando Castellares reconocen que aquel texto es un
principio típico de la caducidad, y tan cierto es que así se expresa en el artículo 2005
del Código Civil. En otras palabras, la prescripción cambiaria es tratada en esta Ley N°
27287 de forma similar a la caducidad civil.18
Por otro lado, si se hubiera acordado renovar el título valor una o más veces, el plazo
prescriptorío para cada acción cambiaria volverá a ser computado desde la fecha del
17
RUBIO CORREA, Marcial. Ob. Cit.
18
BEUMONT CALLIRGOS, Ricardo y CASTELLARES AGUILAR, Rolando. Ob. Cit.
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nuevo vencimiento acordado por el tenedor y el obligado principal. Sin embargo, el plazo
de prescripción para las personas que no hayan intervenido expresamente en la
renovación se computará desde la misma fecha en que ocurrió la renovación del título
valor.
En lo que respecta a los títulos valores con cláusula de prórroga, el cómputo del plazo
de prescripción de la acción cambiaria se reinicia a partir de la fecha de vencimiento de
cada una de las prórrogas (art 49º), surtiendo efecto respecto a todas las personas que
intervengan en título valor. La prórroga es automática y no requiere de intervención,
porque la misma se pacta de antemano; es por eso que el plazo de prescripción se
reinicia en la fecha de su último vencimiento. La renovación debe ser pactada en cada
vencimiento, reconociéndose el plazo de prescripción a partir del nuevo vencimiento. En
este sentido, el art.92º.1 considera respecto a los plazos de prescripción dos
situaciones: la primera, para aquellos que acordaron la renovación, corriendo el plazo
de prescripción a partir de la fecha del nuevo vencimiento; y la segunda, referente a los
que no han participado en la renovación, como podría ser el avalista; para estos el plazo
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En este caso, se trata de un plazo de caducidad (los plazos de caducidad los pone la
Ley), art 2004º, CC, en el cual se hace referencia a la suspensión del pago extrajudicial
(art 107º) (el que no surtirá efecto y produce una pérdida del derecho si el obligado no
es notificado del inicio del proceso de ineficacia del respectivo título valor o el
peticionario no le hace entrega de la copia de la respectiva demanda presentada ante
la autoridad judicial, dentro de los siguientes quince días de su petición extrajudicial se
suspender el pago.
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−Que el título valor haya sido sustraído. Cuando se presenten estas circunstancias,
cualquier interesado deberá comunicar al obligado principal que debe suspender el pago
de la obligación.
Contenida en el título valor, sin que ello lo haga incurrir en mora. En consecuencia, si
una persona intentase exigirle el cobro de la deuda, el obligado deberá entregarle una
copia de la comunicación remitida por el interesado, en la que se le insta a suspender
el pago del título valor. Lo mismo debe hacer si es que recibe la notificación de protesto
del título valor, en cuyo caso entregará al notario una copia de la solicitud de suspensión
de pago. Si el obligado no cumple con retener el pago, es decir, si lo efectúa pese a
estar válidamente notificado, será el único responsable por las consecuencias del pago
efectuado en estas condiciones.
Ahora bien, cuando se ejerce el derecho de suspensión de pago, quien lo haya pedido
deberá además interponer una acción judicial de ineficacia del título. En ese sentido, si
dentro de los quince días de habérsele comunicado la suspensión del pago, el obligado
no es notificado del inicio del proceso judicial de ineficacia del título valor o, en su
defecto, el peticionario no le hace entrega de la copia de la demanda presentada ante
la autoridad judicial, el referido derecho de suspensión de pago caducará. En otras
palabras, el obligado quedará liberado de toda responsabilidad por el pago que realícela
tenedor del título valor si, desde que le es comunicado el ejercicio del derecho de
suspensión de pago, transcurren quince días sin que se le notifique la demanda de
ineficacia del título valor o sin que el peticionario le haya permitido copia de dicha
demanda. De conformidad con lo establecido por el artículo 93 de la Ley bajo
comentario, en los casos de la suspensión del derecho de pago a que se refiere el
artículo 107, si el obligado no los notificado del inicio del proceso de ineficacia del
respectivo título valor o .el peticionario no le hace entrega de la copia de la respectiva
demanda presentada ante la autoridad judicial dentro de los siguiente tres días de su
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El artículo 20 de la ley de títulos valores peruana vigente, ley 27287 establece que
extinguidas las acciones derivadas de los títulos valores, sin tener acción causal contra
el emisor o los otros obligados, el tenedor podrá accionar contra los que se hubieren
enriquecido sin causa en detrimento suyo, por la via procesal respectiva. La ley
establece que la acción de enriquecimiento sin causa a la que se refiere el artículo 20
prescribe a los dos años de extinguida la correspondiente acción cambiaria derivada
del título valor. El artículo 26 de la abrogada ley de títulos valore precisaba que la acción
de enriquecimiento sin causa prescribe a los dos años de la extinción de las acciones
derivadas del título valor respectivo.
Los títulos valores, tanto los abstractos como los causales, obedecen a una motivación,
en los primeros no se revela externamente la causa en el titulo mismo, mientras que en
los segundos si aparece expresada en el documento.
Quiere decir que el negocio jurídico que origino la emisión de un título valor está latente
en esté. Si las obligaciones que de él emergen no se cumplen, pueden hacerse valer
las derivadas del negoción que originó su emisión.
El art. 94°permite al tenedor del título valor promover alternativamente la acción derivada
del título o la acción causal, si las calidades de tenedor y obligado principal
corresponden al acreedor y al deudor de la relación fundamental. Semejante situación
se reconoce en relación con el endosante y el endosatario.
De este modo, la prescripción de las acciones documentales hace revivir las acciones
del derecho común que la acción cambiaria había absorbido; el tenedor accionara contra
su cedente por el pago de las prestaciones que con el documento se había pretendido
cancelar, o tratara de reembolsarse por el precio pagado por descuentos de documentos
privados de valor; y así, remontándose de un garante a otro, se encontrara ante su
cedente en ejercicio en la acción nacida del crédito que representa el título valor; a su
vez, el girador se dirigirá al girado para exigir de él el pago de crédito que había
constituido la provisión. Cada una estas acciones revivirá jurídicamente y será ejercitado
por las vías que le son propias y dentro de los plazos que a ellas corresponden.
El tenedor habrá perdido las ventajas que le proporciona el derecho cambiario, pero
como la emisión del título no entraña novación abra conservado el derecho de obtener
el pago de su crédito, haciendo valer las acciones de derecho común que la acción
cambiaria había provisionalmente aletargado, lo que permite concluir que el plazo de
prescripción de la acción causal comienza a correr a correr desde de enriquecimiento
sin causa, el art. 99° señala como punto de iniciación del plazo de prescripción la
extinción de las acciones derivadas de los títulos valores, en el caso de la acción causal
las remite al negocio básico o fundamental que originó la creación del título valor.
En cuanto al plazo de la acción causal, la parte final del art. 100° refiere que, el mismo,
le corresponde según la naturaleza de las relaciones jurídicas de las que ellas se
deriven, conforme a la Ley de la materia.
En este sentido, se estará a lo dispuesto en el art. 2001° del Código Civil, que establece
un plazo de prescripción de diez años para la acción personal.
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RECOMENDACIONES
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Ejecutoria Suprema de 8 de noviembre de 1988. Anales Judiciales, T.LXXVI, p.125.
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CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA