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HIERRO (Fe)

El hierro o fierro es un elemento químico de número


atómico 26 situado en el grupo 8, periodo 4 de la tabla
periódica de los elementos. Su símbolo
es Fe (del latín fĕrrum)1 y tiene una masa atómica de 55,6 u.

Este metal de transición es el cuarto elemento más


abundante en la corteza terrestre, representando un 5 % y,
entre los metales, solo el aluminio es más abundante; y es el
primero más abundante en masa planetaria, debido a que
el planeta en su núcleo, se concentra la mayor masa de
hierro nativo equivalente a un 70 %. El núcleo de
la Tierra está formado principalmente por hierro y níquel en
forma metálica, generando al moverse un campo
magnético. Ha sido históricamente muy importante, y un
período de la historia recibe el nombre de Edad de Hierro. En cosmología, es un metal muy
especial, pues es el metal más pesado que puede producir la fusión en el núcleo de estrellas
masivas; los elementos más pesados que el hierro solo pueden crearse en supernovas.

Características
Es un metal maleable, de color gris plateado y presenta propiedades magnéticas;
es ferromagnético a temperatura
ambiente y presión atmosférica.
Es extremadamente duro y denso.
Se encuentra en la naturaleza
formando parte de numerosos
minerales, entre ellos muchos óxidos, y
raramente se encuentra libre
Para obtener hierro en estado
elemental, los óxidos se reducen
con carbono y luego es sometido a un
proceso de refinado para eliminar las
impurezas presentes.
Es el elemento más pesado que se
produce exotérmicamente por fusión, y
el más ligero que se produce a través de una fisión, debido a que su núcleo tiene la
más alta energía de enlace por nucleón (energía necesaria para separar del núcleo
un neutrón o un protón); por lo tanto, el núcleo más estable es el del hierro-56 (con
30 neutrones).

Presenta diferentes formas estructurales dependiendo de la temperatura y presión. A presión


atmosférica:

Hierro-α: estable hasta los 911 °C. El sistema cristalino es una red cúbica centrada en el cuerpo
(bcc).
Hierro-γ: 911 °C - 1392 °C; presenta una red cúbica centrada en las caras (fcc).
Hierro-δ: 1392 °C - 1539 °C; vuelve a presentar una red cúbica centrada en el cuerpo.
Hierro-ε: Puede estabilizarse a altas presiones, presenta estructura hexagonal compacta
(hcp).

Aplicaciones
El hierro tiene su gran aplicación para formar los productos siderúrgicos, utilizando éste como
elemento matriz para alojar otros elementos aleantes tanto metálicos como no metálicos,
que confieren distintas propiedades al material. Se considera que una aleación de hierro
es acero si contiene menos de un 2,1 % de carbono; si el porcentaje es mayor, recibe el nombre
de fundición.

El acero es indispensable debido a su bajo precio y tenacidad, especialmente en automóviles,


barcos y componentes estructurales de edificios.

Aceros
Los aceros son aleaciones férreas con un contenido máximo de carbono del 2 %, el cual puede
estar como aleante de inserción en la ferrita y austenita y formando carburo de hierro.
Algunas aleaciones no son ferromagnéticas. Éste puede tener otros aleantes e impurezas.

Dependiendo de su contenido en carbono se clasifican en los siguientes tipos:

Acero bajo en carbono: menos del 0,25 %


de C en peso. Son blandos pero dúctiles.
Se utilizan
en vehículos, tuberías, elementos
estructurales, etcétera. También existen
los aceros de alta resistencia y baja
aleación, que contienen otros elementos
aleados hasta un 10 % en peso; tienen
una mayor resistencia mecánica y
pueden ser trabajados fácilmente.

Acero medio en carbono: entre 0,25 % y 0,6 % de C en peso. Para mejorar sus propiedades
son tratadas térmicamente. Son más resistentes que los aceros bajos en carbono, pero
menos dúctiles; se emplean en piezas de ingeniería que requieren una alta resistencia
mecánica y al desgaste.
Acero alto en carbono: entre 0,60 % y 1,4 % de C en peso. Son aún más resistentes, pero
también menos dúctiles. Se añaden otros elementos para que formen carburos, por ejemplo,
con wolframio se forma el carburo de wolframio, WC; estos carburos son muy duros. Estos
aceros se emplean principalmente en herramientas.

Aceros aleados: Con los aceros no aleados, o al carbono, es imposible satisfacer las demandas
de la industria actual. Para conseguir determinadas características de resiliencia, resistencia al
desgaste, dureza y resistencia a determinadas temperaturas deberemos recurrir a estos.
Mediante la acción de uno o varios elementos de aleación en porcentajes adecuados se
introducen modificaciones químicas y estructurales que afectan a la templabilidad,
características mecánicas, resistencia a oxidación y otras propiedades.

La clasificación más técnica y correcta para los aceros al carbono (sin alear) según su
contenido en carbono:

 Los aceros hipoeutectoides, cuyo contenido en carbono oscila entre 0.02 % y 0,8 %.
 Los aceros eutectoides cuyo contenido en carbono es de 0,8 %.
 Los aceros hipereutectoides con contenidos en carbono de 0,8 % a 2 %.

Aceros inoxidables: uno de los inconvenientes del hierro es que se oxida con facilidad.
Añadiendo un 12 % de cromo se considera acero inoxidable, debido a que este aleante crea
una capa de óxido de cromo superficial que protege al acero de la corrosión o formación de
óxidos de hierro. También puede tener otro tipo de aleantes como el níquel para impedir la
formación de carburos de cromo, los cuales aportan fragilidad y potencian la oxidación
intergranular.

El uso más extenso del hierro es para la obtención de aceros estructurales; también se
producen grandes cantidades de hierro fundido y de hierro forjado. Entre otros usos del hierro
y de sus compuestos se tienen la fabricación de imanes, tintes (tintas, papel para heliográficas,
pigmentos pulidores) y abrasivos (colcótar).

Fundiciones
El hierro es obtenido en el alto horno mediante la conversión de los minerales en hierro
líquido, a través de su reducción con coque; se
separan con piedra caliza, los componentes
indeseables como fósforo, azufre,
y manganeso.

Los gases de los altos hornos son fuentes


importantes de partículas y contienen óxido
de carbono. La escoria del alto horno es
formada al reaccionar la piedra caliza con los
otros componentes y los silicatos que
contienen los minerales.

Se enfría la escoria en agua, y esto puede producir monóxido de carbono y sulfuro de


hidrógeno. Los desechos líquidos de la producción de hierro se originan en el lavado de gases
de escape y enfriamiento de la escoria. A menudo, estas aguas servidas poseen altas
concentraciones de sólidos suspendidos y pueden contener una amplia gama de compuestos
orgánicos (fenoles y cresoles), amoníaco, compuestos de arsénico y sulfuros.
Cuando el contenido en carbono es superior a un 1.73 % en peso, la aleación se
denomina fundición. Este carbono puede encontrarse disuelto, formando cementita o en
forma libre. Son muy duras y frágiles. Hay distintos tipos de fundiciones:

Gris
Blanca
Atruchada
Maleable americana
Maleable europea
Esferoidal o dúctil
Vermicular

Sus características varían de un tipo a otra; según el tipo se utilizan para distintas
aplicaciones: en motores, válvulas, engranajes, etc.

Por otra parte, los óxidos de hierro tienen variadas aplicaciones: en pinturas, obtención de
hierro, la magnetita (Fe3O4) y el óxido de hierro (III) (Fe2O3) en aplicaciones magnéticas, etc.
El hidróxido de hierro (III) (Fe (OH)3) se utiliza en radioquímica para concentrar los actínidos
mediante co-precipitación.

HISTORIA
Se tienen indicios de uso del hierro, cuatro milenios antes de Cristo, por parte de los sumerios y
egipcios.

En el segundo y tercer milenio antes de Cristo, van apareciendo cada vez más objetos de
hierro (que se distingue del hierro procedente
de meteoritos por la ausencia de níquel)
en Mesopotamia, Anatolia y Egipto. Sin
embargo, su uso parece ser ceremonial,
siendo un metal muy caro, más que el oro.
Algunas fuentes sugieren que tal vez se
obtuviera como subproducto de la obtención
de cobre.

Entre 1600 a. C. y 1200 a. C. va aumentando


su uso en Oriente Medio, pero no sustituye al
predominante uso del bronce.

Entre los siglos XII a. C. y X a. C. se produce


una rápida transición en Oriente Medio desde las armas de bronce a las de hierro. Esta
rápida transición tal vez fuera debida a la falta de estaño, antes que a una mejora en la
tecnología en el trabajo del hierro. A este periodo, que se produjo en diferentes fechas según
el lugar, se le denomina Edad de Hierro, sustituyendo a la Edad de Bronce.
En Grecia comenzó a emplearse en torno al año 1000 a. C. y no llegó a Europa occidental
hasta el siglo VII a. C. La sustitución del bronce por el hierro fue paulatina, pues era difícil
fabricar piezas de hierro: localizar el mineral, luego fundirlo a temperaturas altas para
finalmente forjarlo.

En Europa Central, surgió en el siglo IX a. C. la cultura de Hallstatt (sustituyendo a la cultura


de los campos de urnas, que se denomina «primera Edad de Hierro», pues coincide con la
introducción de este metal).
En la Edad Media, y hasta finales del siglo XIX, muchos países europeos empleaban como
método siderúrgico la farga catalana. Se obtenía hierro y acero bajo en carbono empleando
carbón vegetal y el mineral de hierro. Este sistema estaba ya implantado en el siglo XV, y se
conseguían alcanzar hasta unos 1200 °C. Este procedimiento fue sustituido por el empleado
en los altos hornos.

En el siglo XVIII, en Inglaterra,


comenzó a escasear y hacerse más
caro el carbón vegetal, y esto hizo
que comenzara a utilizarse coque,
un combustible fósil, como
alternativa. Fue utilizado por
primera vez por Abraham Darby, a
principios del siglo XVIII, que
construyó en Coalbrookdale un
«alto horno». Asimismo, el coque se
empleó como fuente de energía en
la Revolución industrial. En este
periodo la demanda de hierro fue
cada vez mayor, por ejemplo para
su aplicación en ferrocarriles.

Hacia finales del siglo XVIII y comienzos del XIX se comenzó a emplear ampliamente el hierro
como elemento estructural (en puentes, edificios, etc). Entre 1776 a 1779 se construye el primer
puente de fundición de hierro, construido por John Wilkinson y Abraham Darby. En Inglaterra
se emplea por primera vez en la construcción de edificios, por Mathew Boulton y James Watt,
a principios del siglo XIX. También son conocidas otras obras de ese siglo, por ejemplo
el Palacio de Cristal construido para la Exposición Universal de 1851 en Londres, del arquitecto
Joseph Paxton, que tiene un armazón de hierro, o la Torre Eiffel, en París, construida en 1889
para la Exposición Universal, en donde se utilizaron miles de toneladas de hierro.

ABUNDANCIA Y OBTENCIÓN
El hierro es el metal de transición más abundante en la corteza terrestre, y cuarto de todos los
elementos. También existe en el Universo, habiéndose encontrado meteoritos que lo
contienen. Es el principal metal que compone el núcleo de la Tierra hasta con un 70 %. Se
encuentra formando parte de numerosos minerales, entre los que destacan
la hematites (Fe2O3), la magnetita (Fe3O4), la limonita (FeO (OH)), la siderita (FeCO3),
la pirita (FeS2), la ilmenita (FeTiO3), etcétera.

Se puede obtener hierro a partir de los óxidos con más o menos impurezas. Muchos de los
minerales de hierro son óxidos, y los que no, se pueden oxidar para obtener los
correspondientes óxidos.

La reducción de los óxidos para obtener hierro se lleva a cabo en un horno denominado
comúnmente alto horno. En él se añaden los minerales de hierro en presencia
de coque y carbonato de calcio, CaCO3, que actúa como escorificante.

Los gases sufren una serie de reacciones; el carbono puede reaccionar con el oxígeno para
formar dióxido de carbono:
C + O2 → CO2

A su vez el dióxido de carbono puede reducirse para dar monóxido de carbono:

CO2 + C → 2CO

Aunque también se puede dar el proceso contrario al oxidarse el monóxido con oxígeno para
volver a dar dióxido de carbono:

2CO + O2 → 2CO2

El proceso de oxidación de coque con oxígeno libera energía y se utiliza para calentar
(llegándose hasta unos 1900 °C en la parte inferior del horno).

En primer lugar los óxidos de hierro pueden reducirse, parcial o totalmente, con el monóxido
de carbono, CO; por ejemplo:

Fe3O4 + CO → 3FeO + CO2

FeO + CO → Fe + CO2

Después, conforme se baja en el horno y la temperatura aumenta, reaccionan con el coque


(carbono en su mayor parte), reduciéndose los óxidos. Por ejemplo:

Fe3O4 + C → 3FeO + CO

El carbonato de calcio (caliza) se descompone:

CaCO3 → CaO + CO2

Y el dióxido de carbono es reducido con el coque a monóxido de carbono como se ha visto


antes.

Más abajo se producen procesos de carburación:

3Fe + 2CO → Fe3C + CO2

Finalmente se produce la combustión y desulfuración (eliminación de azufre) mediante la


entrada de aire. Y por último se separan dos fracciones: la escoria y el arrabio: hierro fundido,
que es la materia prima que luego se emplea en la industria.

El arrabio suele contener bastantes impurezas no deseables, y es necesario someterlo a un


proceso de afino en hornos llamados convertidores.

En 2000 los cinco mayores productores de hierro eran China, Brasil, Australia, Rusia e India,
con el 70 % de la producción mundial. Actualmente el mayor yacimiento de Hierro del
mundo se encuentra en la región de "El Mutún", en el departamento de Santa Cruz, Bolivia;
dicho yacimiento cuenta con entre 40 000 y 42 000 millones de toneladas aprox. (40 % de la
reserva mundial) para explotar.
Reservas de hierro en el mundo

Corrosión del hierro


La corrosión se define como la tendencia general que tienen los materiales a buscar su forma
más estable o de menor energía interna. Siempre que la corrosión esté originada por una
reacción electroquímica (oxidación).

La corrosión electroquímica se establece cuando en una misma superficie metálica ocurre una
diferencia de potencial en zonas muy próximas entre sí en donde se establece
una migración electrónica desde aquella en que se verifica el potencial de oxidación más
elevado, llamado área anódica hacia aquella donde se verifica el potencial de reducción más
bajo, llamado área catódica.

El conjunto de las dos semi reacciones constituye una célula de corrosión electroquímica.

Las características fundamentales


de este fenómeno son:

Ocurre en presencia de un
electrolito (como las sales),
ocasionando regiones plenamente
identificadas, llamadas estas
anódicas y catódicas: una reacción
de oxidación es una reacción
anódica, en la cual los electrones
son liberados dirigiéndose a otras
regiones catódicas.

En la región anódica se producirá la disolución del metal (corrosión) y consecuentemente en


la región catódica la inmunidad del metal.
La corrosión por oxígeno ocurre generalmente en superficies expuestas al oxígeno diatómico
disuelto en agua o al aire, se ve favorecido por altas temperaturas y presión elevada
(ejemplo: calderas de vapor). La corrosión en las máquinas térmicas (calderas de vapor)
representa una constante pérdida de rendimiento y vida útil de la instalación.

La corrosión microbiológica es uno de los tipos de corrosión electroquímica, algunos


microorganismos son capaces de causar corrosión en las superficies metálicas sumergidas. Se
han identificado algunas especies hidrógeno dependientes que usan el hidrógeno disuelto del
agua en sus procesos metabólicos provocando una diferencia de potencial del medio
circundante. Su acción está asociada al pitting (picado) del oxígeno o la presencia de ácido
sulfhídrico en el medio.

La corrosión por presiones parciales de oxígeno es aquella en la cual el área sujeta a menor
aireación (menor presión parcial) actúa como ánodo y la que tiene mayor presencia de
oxígeno (mayor presión) actúa como un cátodo y se establece la migración de electrones,
formándose óxido en una y reduciéndose en la otra parte de la pila. Este tipo de corrosión es
común en superficies muy irregulares donde se producen obturaciones de oxígeno.

La corrosión galvánica es la más común de todas y se establece cuando dos metales distintos
entre sí actúan como ánodo uno de ellos y el otro como cátodo. Aquel que tenga el potencial
de reducción más negativo procederá como una oxidación y viceversa aquel metal o
especie química que exhiba un potencial de reducción más positivo procederá como una
reducción. Este par de metales constituye la llamada pila galvánica. En donde la especie que
se oxida (ánodo) cede sus electrones y la especie que se reduce (cátodo) acepta los electrones.

La corrosión por actividad salina diferenciada se verifica principalmente en calderas de


vapor, en donde la superficie metálica expuesta a diferentes concentraciones salinas forman a
ratos una pila galvánica en donde la superficie expuesta a la menor concentración salina se
comporta como un ánodo.

HIERRO EN LA SALUD
El hierro (Fe) es un micromineral importante para la vida, aunque se encuentre en muy poca
proporción en el cuerpo humano. Es primordial en el transporte de oxígeno, junto con el
proceso de respiración celular. Es uno de los minerales que mayores carencias provoca,
especialmente entre mujeres en edad fértil, por ello, las necesidades son mayores en mujeres,
y es que la carencia de hierro provoca un tipo de anemia concreto.

Existen dos formas químicas de encontrar el hierro en los alimentos: hierro hemo y hierro no
hemo. La absorción de hierro hemo es de, aproximadamente, la cuarta parte y este hierro es
el que se encuentra en los alimentos de origen animal. La forma no hemo, presente en los
alimentos vegetales, se absorbe en muy baja cantidad (3-8%). Este es el principal motivo por
el que el consumo de lentejas para mejorar el contenido en hierro no es especialmente
adecuado.

La biodisponibilidad del hierro es muy variable según los elementos presentes durante su
absorción.

Función del hierro


 Interviene en el transporte de oxígeno y dióxido de carbono en sangre.
 Participa en la producción de elementos de la sangre como por ejemplo la
hemoglobina.
 Forma parte en el proceso de respiración celular y es parte integrante de la
mioglobina, almacén de oxígeno en el músculo.
 Tiene un papel fundamental en la síntesis de ADN, y en la formación de colágeno.
 Aumenta la resistencia a las enfermedades.
 Colabora en muchas reacciones químicas.

Fuentes de hierro
Hígado.
Carnes rojas.
Pollo
Riñón.
Morcilla.
Pescado.
Huevos
Mejillones.
Cereales, germen de trigo.
Legumbres.

La absorción de hierro por parte del


organismo se facilita si se toma conjuntamente con la vitamina C, B6, B12, ácido fólico, cobre,
fósforo, calcio.

La absorción de este mineral disminuye con sustancias como el café, el vino (taninos) o la
fibra, y con la presencia de diarrea.

Consecuencias del déficit de hierro


En mujeres es bastante frecuente su déficit, debido a las hemorragias mensuales por la
menstruación, además, en el embarazo la madre le pasa hierro al bebé, disminuyendo así su
nivel en el cuerpo. Estas situaciones pueden desembocar en una anemia ferropénica. Los
síntomas más habituales de esta patología son:

Cansancio, fatiga.
Palidez.
Bajo nivel de rendimiento.
Aumento de probabilidad de partos prematuros.

Toxicidad del hierro


Pueden darse depósitos de hierro en diversos órganos, especialmente el hígado, lo que
produce diversos daños y una enfermedad conocida como hemocromatosis. Una ingesta
excesiva de suplementos de hierro puede provocar un envenenamiento por este mineral.
Sulfato de hierro
Durante el embarazo pueden suceder algunos desequilibrios en la nutrición, debido a que lo
que antes debía simplemente alcanzar para la madre, ahora se reparte con el bebé; y
además, se diluye en la cantidad de sangre extra que nuestro organismo produce para gestar
a un nuevo ser. Uno de los problemas a los que debemos prestar especial atención es la
anemia, que se evita tomando la cantidad de hierro necesaria.

Aproximadamente entre el 40-70% de las anemias en las embarazadas son por déficit de
hierro. Es imposible con la dieta habitual llegar a cifras adecuadas de concentración de hierro
durante el embarazo y por lo tanto es necesario que se realice una adecuada
suplementación. Las anemia por carencias de hierro en la dieta y sus posibles complicaciones
en la madre y el bebe son fácilmente prevenibles con el uso de la administración de sulfato
ferroso. Se sabe que tratamientos prolongados como es el caso de la administración de hierro
en la prevención de anemia, con sus efectos adversos sumada a la falta de percepción clínica
de las pacientes de las anemias leves, son causas de poca adherencia al tratamiento.

La no adherencia se clasifica como primaria cuando la paciente no puede adquirir el


medicamento y la no adherencia secundaria cuando la paciente habiendo adquirido el
sulfato ferroso ha tomado una dosis incorrecta, ha olvidado de tomar varias dosis (más de
una semana) y/o ha- suspendido el tratamiento demasiado pronto sin indicación médica.
La anemia durante el embarazo afecta al 27% de las mujeres gestantes en Bolivia, por lo que
su prevención mediante suplementación de hierro está ampliamente descrita. El uso de
sulfato ferroso en comprimidos de 200 miligramos con 0,4 mg de ácido fólico más 150mg de
Vitamina C, con un esquema de 90 dosis diarias es de prescripción obligatoria y gratuita
mediante el SUMI. Se desconoce el verdadero nivel de adherencia a esta suplementación en
nuestro país. Estudios realizados sobre la adherencia a la suplementación con sulfato ferroso
muestra variación entre el 55 al 87% así como los factores que influyen en forma positiva o
negativa a la misma.
La administración de hierro por vía oral a embarazadas y no embarazadas anémicas, se
asocia con efectos secundarios gastrointestinales tales como náuseas, vómitos, diarrea,
cambios de sabor, dolor abdominal y constipación.
La prevención de la anemia salva vidas, evita nacimientos prematuros, y favorece los partos
evitando complicaciones, por debilidad de madre para llevarlo adelante.
En cuanto a los recién nacidos se ven afectados por un mayor riesgo de carácter nutricional,
pudiendo dificultar su crecimiento, el correcto desarrollo psíquico a nivel motriz y de
cognición.
El tercer mes del embarazo es el más característico en cuanto a la disminución del hierro, por
las necesidades del feto en este periodo, a pesar de las apariencias de la madre por
encontrarse con un peso mayor, este no es indicador de una buena nutrición en particular de
este mineral.
La atención en el primer nivel es de vital importancia ya que la mujer embarazada acude
en primera instancia a estos servicios, siendo responsables el personal de salud de la
administración de sulfato ferroso en el primer contacto, como prevención de anemia y otras
complicaciones, y de esta manera aportamos en el mejoramiento de la salud materna.
MECANISMO DE ACCION:
El hierro ayuda a los glóbulos rojos a transportar el oxígeno desde los pulmones a las células
de todo el cuerpo. Una vez que el oxígeno es entregado, el hierro ayuda entonces a los
glóbulos rojos a llevar los desechos de dióxido de carbono a los pulmones para su espiración.

Se considera que el total de hierro requerido durante el embarazo es de 840 mg


aproximadamente, de esto, 350 mg se transfiere al feto y a la placenta, 250 mg se pierden
como sangre durante el parto y 240 mg son pérdidas basales. Además, 450 mg son
empleados en la expansión de la masa eritrocitaria circulante y contribuye a la depleción de
los depósitos de hierro durante la gestación.

Algunos autores determinan que el total de hierro requerido durante todo el embarazo es de
1070 mg con una distribución similar a la anteriormente señalada.

EL HIERRO EN LA INDUSTRIA

El uso más extenso del hierro es para la obtención de aceros estructurales; también se
producen grandes cantidades de hierro fundido y de hierro forjado. Entre otros usos del hierro
y de sus compuestos se tienen la fabricación de imanes, tintas, etc.

Este metal es un buen agente reductor y, dependiendo de las condiciones, puede oxidarse. En
la mayor parte de los compuestos de hierro está presente el ion ferroso, (hierro II), o el ion
férrico, (hierro III), como una unidad distinta.

Un aspecto interesante de la química del hierro es el arreglo de los compuestos con enlaces al
carbono. Los complejos con cianuro, tanto del ion ferroso como del férrico, son muy estables y
no son intensamente magnéticos, en contraposición a la mayor parte de los complejos de
coordinación del hierro. Los complejos con cianuro forman sales coloradas.

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