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El suplemento en español
Hortensia Martínez García (1986)
Gredos, Madrid.
CONCLUSIONES
Del análisis realizado se deduce que el suplemento tiene unas características formales y
semánticas tales, que hacen imposible su identificación con el resto de las funciones
oracionales. Frente al sujeto léxico, que rechaza cualquier preposición, el suplemento es una
función prepositiva; y en oposición a implemento, atributo y complemento, carece de sustitutos
pronominales átonos.
2° El hecho de que haya algunos aditamentos sin sustituto adverbial, como ocurre con los
de «compañía», los «finales» o los «causales» (cuyo referente es la preposición que los
introduce y un pronombre tónico), tampoco invalida en modo alguno el criterio de la
conmutación por referentes a la hora de oponer aditamento y suplemento; porque lo cierto es
que en ningún caso los suplementos son conmutables por una unidad adverbial. Sintagmas
como hoy, ayer y mañana pueden funcionar como suplementos; por ej.: preocúpate de hoy y
no de mañana, hablemos de ayer, etc., pero, aun siendo adverbios, no pueden entenderse
como sustitutos, sino cómo resultado de elipsis: preocúpate de (lo de) hoy, hablemos de (lo de)
ayer.
Muchos de estos verbos admiten tanto la construcción ‘prepositiva’ (con suplemento) como
la ‘no-prepositiva’ (con implemento), pero la diferencia de estructura supone con frecuencia un
contenido verbal distinto, o bien una diferente categoría en el sintagma no verbal.
Dentro del ámbito oracional, la preposición es un elemento con función ‘diacrítica’, pues es
una marca negativa de que el sintagma en que se integra no es sujeto léxico. En oposición a
esta función «apreposicional», suplemento y complemento son las únicas funciones
obligatoriamente prepositivas: tanto la a que caracteriza al complemento como las
preposiciones de suplemento son necesarias para la existencia de función y carecen de
semantismo propio; de ahí que, cuando el verbo suplementado rige a, suplemento y
complemento entren a veces en conflicto y resulte dificultoso distinguirlos.
Estos sintagmas regidos ofrecen, pues, todas las características del suplemento. Cabe
preguntarse, sin embargo, por qué en estos casos exigen la presencia de un implemento
cuando en otros la rechazan. Una posible explicación podría ser ésta: que se trata en su gran
mayoría de estructuras transitivas en las que verbo e implemento constituyen una unidad
léxica. De otro modo: así como otros verbos que rigen suplemento llevan en sí mismos su
propio implemento (cuida de los niños ten cuidado de los niños; necesito de tu ayuda tengo
necesidad de tu ayuda, etc.), en estas construcciones el «lexema» verbal se reparte entre dos
unidades lingüísticas: sintagma verbal e implemento (léxico o morfológico). Esta unidad
semántica puede ser determinada nuevamente por un adyacente que, dada la naturaleza
«preposicional» del verbo, es un ‘complemento regido’ (vid. cap. VIII).
Por otra parte, el hecho de que el suplemento sea coordinable con ciertos ‘atributos de
implemento’ (los acusó de gamberros y de que la habían insultado) es indicativo de que al
menos el «suplemento atributivo» es compatible con el implemento (vid. cap. IX).
Más difícil resulta establecer el límite entre suplemento y aditamento cuando el verbo
«preposicional» tiene la posibilidad de combinarse con un sintagma «locativo» (con sustitutos
adverbiales aquí, allí, etc.), o con un sintagma nocionalmente «abstracto», «no-físico»
(semántica que parece ser general al suplemento), cuyo referente no es adverbial, sino
pronominal (‘preposición + pronombre tónico’). Se trata de oraciones como:
I Huyeron de la cárcel.