Es un tema tan complejo, lo cual los gobiernos tienen distintas opciones –fiscales, económicas y normativas a través de las cuales pueden alentar pautas de producción y consumo que pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Inicialmente, sus políticas solían ser más bien fragmentarias; ahora son cada vez más coherentes e integradas. Cuantificación de los costos Pero, ¿qué criterios deberían aplicarse cuando las medidas para combatir el cambio climático suponen costos inmediatos, sea en términos de recursos financieros o de recursos humanos, o de pérdida de oportunidades para un crecimiento económico rápido? En términos económicos, debería ser posible, en principio, calcular el curso de acción más indicado, buscando el equilibrio entre lo que costaría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y los costos que supondrían los daños provocados en el clima. Políticas fragmentarias Los gobiernos han tardado sin duda más tiempo en formular y aplicar políticas coherentes en las que se consideren directamente las cuestiones del cambio climático. En algunos casos no fue sólo por razones financieras sino porque tenían que resolver complejos problemas institucionales. Un planteamiento integrado Con el cambio de siglo, las políticas de los países desarrollados se hicieron más coherentes, sobre todo como consecuencia del Protocolo de Kyoto, que alentaba un planteamiento más integrado. Algunos de los componentes de este nuevo enfoque eran los siguientes: Crear una cartera de políticas: Para conseguir los máximos beneficios de la mitigación se requiere una gran variedad de instrumentos complementarios. Participación más amplia: Este planteamiento integrado funciona mejor cuando está basado en amplias consultas entre los gobiernos centrales, locales y regionales. Introducción gradual de las políticas: Si, hacia el final del período de compromiso de Kyoto, las políticas iniciales no parecen funcionar con la suficiente rapidez para alcanzar el objetivo, entonces entran en juego las políticas de reserva. Cobertura más completa: La mayoría de los países han pasado de la atención inicial a las emisiones de dióxido de carbono procedentes del sector de la energía a un planteamiento más completo que tiene en cuenta los seis gases de efecto invernadero y considera todas las fuentes de emisiones, así como el potencial de absorción por sumideros. Políticas específicas para el cambio climático: En el pasado, la mitigación del cambio climático ha sido con frecuencia un efecto secundario de otras políticas. En cambio, en la actualidad es más probable que los países adopten políticas que tengan el cambio climático como objetivo primario. Valoración de los beneficios secundarios: Incluso las medidas específicas sobre el cambio climático pueden conseguir otros importantes beneficios derivados. Algunos de ellos son también de carácter ambiental, como la mejor calidad del aire y el agua local y la reducción de la contaminación transfronteriza. Pero puede haber también beneficios para el empleo. Uso simultáneo de medidas de mitigación y adaptación: Aunque la mayor parte de los países hacen hincapié en la mitigación, incluyen también elementos de adaptación. Criterios para la elección de políticas A la hora de elegir las políticas cada país tiene sus propios criterios. Los principales son la eficacia ambiental y la eficacia en función de los costos. Al aplicar sus políticas sobre el cambio climático, los gobiernos han utilizado una gran variedad de instrumentos. Entre ellos cabe citar los siguientes: Instrumentos económicos y fiscales Instrumentos de mercado, como el comercio de derechos de emisión Acuerdos voluntarios y negociados Reglamentos y normas Información, educación y sensibilización de la opinión pública Investigación y desarrollo.
Instrumentos económicos y financieros
Desde el comienzo, los instrumentos más comunes han sido los impuestos sobre el uso de energía y las emisiones de dióxido de carbono. Muchos países que introdujeron impuestos sobre la energía y el dióxido de carbono. Para mejorar los efectos de los impuestos en el cambio climático es posible también ‘reciclar’ el ingreso en beneficio de las mismas industrias. Subvenciones y donaciones Muchos países han reformado su sector de la energía, con el fin de impulsar la eficiencia económica incrementando la participación del sector privado. Dentro de estas reformas han reducido también las subvenciones para la producción o consumo de energía, sobre todo las que utilizan combustibles fósiles. Otras posibilidades son las donaciones en apoyo de nuevas actividades y tecnologías. Varios países, han introducido también los aranceles ‘verdes’, que garantizarán precios más altos para la energía de fuentes renovables durante más de un decenio. Combinaciones de incentivos económicos En la práctica, los gobiernos tratan de resolver el problema del cambio climático con una combinación de medidas económicas, fiscales y financieras. Así lo han hecho en casos siguientes: Calor y electricidad combinados Energía renovable Eficiencia energética en la industria Eficiencia energética en las construcciones Eficiencia energética en el transporte Eficiencia energética en los electrodomésticos: Retención del carbono Gestión de desechos Instrumentos de mercado Los gobiernos han introducido sistemas basados en el mercado, en forma de certificados verdes donde sólo se intercambian dentro de las respectivas naciones. Todos estos sistemas y planes tratan de reducir las emisiones y de multiplicar el uso de energía renovable al mismo tiempo que ofrecen un margen de flexibilidad Acuerdos voluntarios y negociados La mayor parte de los países, si bien empeñados en introducir políticas relativas al cambio climático, tratan de evitar que éstas representen una amenaza para su competitividad internacional. Reglamentos y normas Éstos se han utilizado en todo tipo de actividades relativas al cambio climático. Experiencias de los países en la reducción de emisiones Como consecuencia de estas y otras políticas, muchos países desarrollados han conseguido reducir sus emisiones. La Unión Europea en su conjunto, en la forma en que estaba constituida en 1990, consiguió reducir las emisiones en 2000 a un nivel inferior al de 1990. Recompensas y sanciones Los países de todo el mundo han acumulado experiencias sobre las maneras más eficaces de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En algunos casos, orientan a los productores de energía hacia formas de producción no perjudiciales para el clima mediante impuestos y otros incentivos; en otros, aplican reglamentos específicos, que prevén recompensas y sanciones.