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ÍNDICE INTRODUCCIÓN

Introducción / 2
1 Finales de reyes y peones / 3
1.1 La promoción directa / 3
1.2 El principio de la oposición / 3
1.3 Finales básicos de rey y peón vs. rey / 3
1.4 Finales básicos de rey y un peón vs. rey y un peón / 4
1.5 Finales de rey y dos peones vs. rey / 4
1.6 Finales de rey y dos peones vs. rey y un peón / 5
1.7 Finales de rey y dos peones vs. rey y dos peones / 6
1.8 Finales de rey y tres peones vs. rey y dos peones / 7
1.9 Finales de reyes y peones con mayor cantidad de peones / 7
2. Finales de caballos / 9
2.1 El caballo vs. un peón a punto de promover con su rey alejado / 9
2.2 Jaque mate con rey y caballo / 10
2.3 El caballo enfrenta a dos peones / 10
2.4 El caballo se enfrenta a tres peones / 10
2.5 El rey solo se enfrenta a caballo y peón / 10
2.6 Rey, caballo y peón vs. rey y peón / 11
2.7 Rey, caballo y peón vs. rey y dos peones / 11
2.8 Rey caballo y peón vs. tres peones / 11
2.9 Rey, caballo y peón vs. rey y caballo / 11
2.10 Lucha de caballos con un peón de diferencia / 12
El presente Curso de finales surge como consecuencia natural de sus predecesores -los cursos
básico, medio y práctico-, a través de los cuales hemos transitado, pedagógicamente, desde el
conocimiento de los fundamentos hasta el dominio de elementos estratégicos y tácticos esencia–
les. Estos factores permiten un disfrute más pleno del ajedrez, y el desarrollo intelectual que su
práctica y estudio lleva implícito.
El final de una partida de ajedrez comienza cuando disminuyen sensiblemente las piezas, por
tanto, en esta última fase queda sobre el tablero un número más reducido de elementos. Ahora
podría pensarse que será más fácil jugar, pero al mermar en número, los efectivos que aún bata–
llan desarrollan una mayor actividad, valorizándose además los peones al hacerse más probable
el acto de promoción como un acontecimiento trascendental en este estadio de la lucha.
Para aquellos que optan por el ajedrez como una vía de superación integral es muy provechoso
poseer un conocimiento y una comprensión cabal de los finales, pero para todo aquel que em–
prenda el sendero de la competición ajedrecística esto resulta vital, y es más significativo cuando
el practicante va acercándose al nivel de maestría.
Los campeones mundiales de ajedrez y los más distinguidos jugadores de cada época han sido
eximios finalistas y han hecho sus aportes respectivos a la teoría de los finales. En su tiempo, han
sido paradigmas por su habilidad en esa fase: Wilhem Steinitz, Emmanuel Lasker, Mijail Botvinnik,
Max Euwe, Vasili Smislov, Tigran Petrosían, Robert Fischer y Anatoli Karpov, por citar solo a
aquellos que han ostentado el cetro del orbe, también se destacaron: Siegbert Tarrasch, Akiba
Rubinstein, Geza Maroczy, Paúl Keres, Lajos Portisch, Lev Polugaevski y Ulf Andersson, entre
otras muchas personalidades sobresalientes.
Párrafo aparte merece nuestro campeón mundial, José Raúl Capablanca, quien aportó al acervo
ajedrecístico finales legendarios por su belleza y precisa ejecución técnica. Sus palabras expresan
la importancia y la prioridad con que consideraba esta fase del juego:

3. Finales de alfil / 13 Para el estudio y práctica del ajedrez conviene dividir el juego en tres partes, a saber: la apertura, el medio
3.1 Alfil vs. peón / 13 juego y el final. Estas tres partes están íntimamente ligadas unas con otras, y sería un grave error estudiar la
3.2 Alfil y peón vs. rey / 13 apertura sin tener en cuenta el medio juego y el final. De la misma manera sería un error estudiar el medio
3.3 Alfil vs. peones / 13 juego sin tener en cuenta el final. El razonamiento anterior demuestra claramente que para perfeccionarse
3.4 Alfil y peones vs. peones / 14 en el ajedrez debe estudiarse el final primero que nada, pues el final puede estudiarse y aprenderse por sí
3.5 Alfil y peón vs. alfil / 14 solo, mientras que el medio juego y la apertura únicamente deben estudiarse con relación al final.
3.6 Alfil y dos peones vs. alfil / 15
3.7 Alfiles de igual color con igualdad material / 15 Hoy, cuando el ajedrez vive el momento de mayor esplendor en su historia, no solo por su
3.8 Alfil y dos peones vs. alfil de diferente color / 16 creciente popularidad, sino por el altísimo nivel técnico que exhiben sus mejores exponentes, el
3.9 Alfil vs. alfil de diferente color y mayor cantidad de peones / 16 conocimiento del final adquiere aún mayor importancia.
Todos los jugadores de alto nivel mundial, casi sin excepción, exhiben en la práctica un elevado
4 Finales de alfil vs. caballo / 17 dominio de los finales, lo cual se manifiesta en la forma rápida y fluida en que juegan esta etapa,
4.1 Alfil y peón vs. caballo / 17 tanto si se trata de concretar una posición ventajosa, como cuando les corresponde el bando
4.2 Alfil y dos peones vs. caballo / 17 defensor.
4.3 Alfil y peones vs. caballo y peones (superioridad del alfil) / 17 Los principales ajedrecistas cubanos se han mostrado, en este sentido, como dignos here–
4.4 Caballo y peón vs. alfil / 18 deros de Capablanca. Evocamos con cariño y admiración a aquellos que alcanzaron a compar–
4.5 Caballo y dos peones vs. alfil / 19 tir parte de la época capablanquina, como Francisco Planas y Miguel Alemán, quienes, luego
4.6 Caballo y peones vs. alfil y peones (superioridad del caballo) / 19 del triunfo revolucionario, no se cansaban de aconsejar e instruir a los jóvenes de entonces,
particularmente en el final.
5 La pareja de alfiles / 19 Fueron muy destacados también por su conocimiento de los finales: Eleazar Jiménez y Eldis
5.1 Pareja de alfiles vs. caballo y alfil (con peones por ambos bandos) / 19 Cobo, los dos mejores jugadores cubanos de principios de los 60, recordamos también la pericia
5.2 Pareja de alfiles vs. dos caballos (con peones por ambos bandos) / 19 demostrada por el desaparecido Gran Maestro Guillermo García en esta fase.
Leinier Domínguez y Lázaro Bruzón, motivos de orgullo para Cuba por sus relevantes actua–
6. Finales de torres / 20 ciones entre la elite mundial, constituyen el mejor ejemplo para ilustrar la necesidad de poseer un
6.1 Torre vs. un peón / 20 elevado conocimiento de los finales en el mundo ajedrecístico contemporáneo. Pese a haber
6.2 Torre vs. dos peones / 20 rebasado apenas los veinte años de edad y a sus marcadas diferencias estilísticas, ambos jóvenes,
6.3 Torre vs. tres peones / 21 Grandes Maestros, han demostrado reiteradamente su alta maestría en el final.
6.4 Torre y peón vs. torre / 21 Estamos seguros de que este Curso de finales, ofrecerá más de una recompensa a sus seguidores,
6.5 Torre y dos peones vs. torre / 24 no solo en ver incrementado el nivel de juego, sino también, en los goces estéticos de sutiles e
6.6 Torre y peón vs. torre y peón / 25 ingeniosas soluciones y en el desarrollo y consolidación de un pensamiento más científico.
6.9 Torre y tres peones vs. torre y dos peones / 26
6.10 Torre y cuatro peones vs. torre y tres peones / 27 Algunas consideraciones sobre el final en la partida de ajedrez
7 Finales de torres y piezas menores / 28 Capablanca sostuvo algunos principios de interés para el juego de los finales, como son:
7.1 Torre vs. caballo / 28 - Dos alfiles son superiores a dos caballos.
7.2 Torre vs. alfil / 28 - Generalmente el alfil es superior al caballo.
7.3 Torre y alfil vs. torre / 28 - Generalmente torre y alfil es preferible a torre y caballo.
7.4 Torre y caballo vs. torre / 29 - Dama y caballo es superior a dama y alfil.
- Los peones son más fuerte cuando están en línea.
8. Finales de damas / 30 - El rey, pieza puramente defensiva en la apertura y medio del juego, se convierte a menudo
8.1 Dama vs. peón / 30 en los finales en pieza ofensiva y muchas veces decide el resultado de la partida.
8.2 Dama vs. peones / 30
8.3 Dama y peón vs. dama / 30 “Estas reglas no son absolutas pero surten efecto en el 90% de los casos”. Afirmó Capablanca.
8.4 Dama y peones vs. dama y peones / 32
8.5 Dama vs. torre / 32 El afamado Gran Maestro ruso, Alexander Kotov, propuso además en el juego del final:
8.6 Dama vs. torre y peón / 32 - Pensar en términos esquemáticos.
- No apurarse.
Los finales se pueden presentar en posiciones exactas y posiciones problemáticas, las pri–
meras tienen una solución teórica ya conocida, mientras las segundas requieren de una ade–
cuada técnica en su tratamiento sobre la base de los principios expuestos.

Universidad para Todos

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1 FINALES DE REYES Y PEONES
1.1 La promoción directa
1.1.1 La regla del cuadrado
Cuando, en un final de rey y peón vs. rey, el rey del bando que posee el peón
no puede apoyar su avance, todo depende de que el rey defensor logre llegar a
tiempo para capturar al infante enemigo.
1 Analicemos: 1.b4 ¢f4 2.b5 ¢e5 3.b6 ¢d6 4.b7
¢c7 y el rey negro alcanza al peón justo a tiempo
para evitar su promoción. Si el rey negro se encontra–
ra en h3 en vez de g3, entonces no llegaría a tiempo;
invitamos al lector a comprobar esta afirmación por sí
mismo.
Existe un método para determinar si un rey puede
alcanzar a un peón que avanza solitario; se trata de la
Regla del Cuadrado.
Podemos enunciarla de la siguiente forma: si traza–
1 ½ mos una línea recta que va desde la posición actual del
peón hasta su casilla de coronación, y completamos a continuación el dibujo de un
cuadrado, el rey negro sólo alcanzará al peón si logra entrar en ese cuadrado.
Para completar la explicación es necesario aclarar que cuando un peón todavía
no se ha movido (o sea cuando se encuentra en la 2da fila), el cuadrado hay que
dibujarlo como si el peón se encontrara en la 3ra fila; esto de debe a que, como
sabemos, en su primer movimiento un peón puede adelantar dos casillas.
2 En el diagrama observamos el dibujo del cuadra–
do perteneciente al peón en b3; si el rey negro se en–
cuentra en este cuadrado antes de que toque mover a
las blancas, logrará dar alcance al peón; en caso con–
trario, el peón coronará. Como mencionamos en el
párrafo anterior, si el peón blanco se encontrara en la
casilla b2, el cuadrado que habríamos de dibujar sería
el mismo de la figura anterior, puesto que en b2 dicho
peón también podría mover en su primera jugada a la
4ta horizontal.
2 La Regla del Cuadrado
1.1.2 Ejemplos típicos de peones
que promueven directamente
Promover un peón (generalmente a dama) es por regla general el factor que
decide la lucha en los finales de reyes y peones. Hay posiciones en que esto se
logra sin la intervención de los reyes.
3 Este final aparece en el libro Fundamentos del
Ajedrez de Capablanca; las blancas logran promover
un peón de inmediato mediante una sencilla combi–
nación en que sacrifican dos peones:
1.b6! cxb6 2.a6! bxa6 3.c6 y el peón promueve en
dos jugadas más, tras lo cual la dama blanca capturará
fácilmente todos los peones negros y después dará mate
con la colaboración de su propio rey. Si en la primera
jugada las negras toman 1...axb6 le sigue 2.c6! bxc6
3.a6 con efecto similar.
3 B 1-0
4 Aquí la solución es más sencilla aún, las blancas sacrifican un peón: 1.b5!
axb5 2.a6 b4 3.a7 b3 4.a8:£ b2 y ahora 5.£b7 (entre otras) capturan el peón
negro y ganan fácilmente.
5 A primera vista pudiera parecer que las negras están mejor, ya que su rey está
más activo y amenaza a dos peones al mismo tiempo. Sin embargo, mediante un
doble sacrificio de peón, las blancas logran coronar: 1.f5! exf5 2.d5! cxd5 3.c6 d4
4.c7 d3 5.c8:£ d2 y ahora lo más sencillo es 6.£c3+ seguido de la captura del
peón negro d. Después, el rey y dama blancos se imponen fácilmente.
6 Aquí también parece que las negras están mejor, puesto que su rey amenaza
acercarse rápidamente a los peones blancos. Sin embargo, las blancas tienen una
bonita secuencia tras la cual coronan un peón de forma forzada. En una de las
variantes, las blancas deben entregar nada menos que tres peones para lograr su
objetivo: 1.f5! exf5 2.h5! gxh5 3.g6! fxg6 4.e6 y este único peón sobreviviente
decide la partida a favor de las blancas. Los invitamos a analizar las posibles
variantes que pueden producirse en caso de que las negras se desviarán de esta
línea principal.
Curso de finales
4 B 1-0 5 B 1-0 6 B 1-0
1.2 El principio de la oposición
7 Supongamos que en la siguiente posición ambos
reyes persiguen el objetivo de avanzar a la 5ta fila.
¿Quién lo logra primero? Aquel a quien no corres–
ponde jugar. Si juegan las blancas: 1.¢d4 ¢f5 lo–
gran el objetivo. Si juegan las negras 1...¢f6 2.¢d5
logran el objetivo. Lo que acabamos de ver consti–
tuye el fundamento del concepto de oposición. Po–
demos enunciarlo de la siguiente forma: cuando los
reyes se encuentran frente a frente, separados por una casi–
lla intermedia, gana la oposición aquel a quien no corres–
7 Oposición ponde mover.
Además de encontrarse enfrentados en línea recta, los reyes también pudieran
estar enfrentados en diagonal (oposición diagonal).
1.3 Finales básicos de rey y peón vs. rey
8 El objetivo de las blancas es coronar al peón, para posteriormente ejecutar
uno de los mates básicos ya aprendidos. Si le toca jugar a las blancas sucede lo
siguiente: 1.e7+ ¢e8 2.¢e6 y el rey negro ha sido ahogado, por lo que la partida
es tablas. Pero, si en la posición inicial le corresponde a las negras, el resultado
es diferente: 1...¢e8 2.e7 ¢f7 3.¢d7 y en la próxima movida las blancas coro–
narán su peón.
O sea, concluimos que, si juegan las blancas la partida es tablas, mientras que
si juegan las negras, ganan las blancas. Esta segunda conclusión es paradójica,
pues la lógica común hace pensar que es ventajoso tener el derecho a mover
primero. Sin embargo, en este caso ese derecho se vuelve una desventaja deci–
siva. Este aparente contrasentido se conoce en ajedrez como zugzwang (del idioma
alemán; zug que significa jugada y zwang que significa obligación). El zugzwang
es utilizado como recurso técnico en determinadas posiciones para conseguir la
victoria.
9 Veamos ahora otro final de este tipo, pero con el peón en 5ta fila.
1...¢e7 2.e6 ¢e8! [¡Esta es la jugada exacta! Cualquier otra jugada pierde, por
ejemplo: 2...¢d8 3.¢d6 ¢e8 4.e7 ¢f7 5.¢d7; 2...¢f8 3.¢d6 ¢e8 y estamos
por transposición en una posición de la anterior variante; 2...¢f6 3.¢d6 y el peón
avanzará inexorablemente hacia la coronación.] 3.¢d6 ¢d8 y resulta tablas como
fue explicado en la posición del diagrama 8. Se puede comprobar fácilmente que,
si le toca jugar a las blancas, el resultado también es tablas, de forma similar a la
mostrada.
En los dos diagramas anteriores el rey blanco se encontraba al lado de su peón.
Pasemos ahora a posiciones en las que el monarca está situado una fila por de–
lante de su peón.
10 1.¢d5 ¢d7! Mantener la oposición para impedir al rey blanco su avance
es la única forma correcta de defensa. 2.e5 ¢e7 3.e6 ¢e8! y nuevamente las
negras consiguen entablar.
Si en vez de jugar las blancas le tocara a las negras, estas no podrían mantener
la oposición y por, tanto, el rey blanco avanzaría con efecto decisivo: 1...¢d7
2.¢f6 ¢e8 3.¢e6 ¢d8 4.¢f7 seguido del avance inexorable del peón hasta la
coronación.
8 B ½ / N 1-0 9 ½ 10 B ½ / N 1-0
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11 Sin embargo, si corremos la posición de las piezas que acabamos de ver,
una casilla hacia delante, entonces las negras pierden aunque toque mover a
las blancas. Veamos: 1.¢d6 ¢d8 2.e6 ¢e8 3.e7 ¢f7 4.¢d7 y las blancas
ganan. En el diagrama 11 el rey blanco pudiera estar también en d6 o f6 y el
resultado sería el mismo.
12 Finalmente, consideremos el tipo de posición en la cual el rey blanco se
encuentra ubicado dos filas por delante del peón.
1.e4! Como el rey de las negras se opone al avance del rey blanco, las blancas
mueven su peón, con el objeto de que su adversario se vea forzado a ceder la oposi–
ción. Ahora las negras quedan en posición de zugzwang. 1...¢d7 2.¢f6 ¢e8 3.¢e6
¢d8 4.¢f7 y llegamos a una posición ganadora ya conocida.
La movida del peón aparentemente modesta realizada por las blancas en su
primer turno, responde a un principio de importancia capital en los finales de
partida: el tiempo de reserva.
Contar con un tiempo de reserva permite, en determinadas situaciones, ceder
el turno al adversario colocándolo en zugzwang; este tipo de maniobra es cono–
cida como “hacer un tiempo”.
Ahora bien, los análisis que hemos realizado desde el diagrama 8 al 12 son válidos
para los peones en todas las columnas, excepto en las columnas de torre (columnas
a y h). Se impone la pregunta: ¿Qué diferencias hay entre un peón de torre y los
demás peones? Sencillo, mientras los demás peones tienen espacio hacia ambos
lados (derecho e izquierdo), los peones de torre sólo tienen espacio hacia un lado. De
esa forma, la capacidad de maniobra que tienen ambos reyes es menor.
13 Si juegan las negras 1...¢a8 2.a7 el rey negro queda ahogado, a diferencia
de lo que sucedería con peones de otras columnas, donde el rey negro podría
salir por el otro lado del peón. Si juegan las blancas también ahogan al rey con–
trario: 1.a7+ ¢a8 2.¢a6.
11 1-0 12 1-0 13 ½
14 La posición es tablas sin lugar a dudas; las negras solo tienen que mover su
rey de a8 a b8 y viceversa, indefinidamente. El rey negro no puede ser forzado
a abandonar la casilla donde el peón debe coronar.
15 Este ejemplo subraya la característica especial del peón de torre. Con un
peón de otra columna las blancas ganarían sin la menor dificultad; aquí, sin
embargo, la posición es fácilmente tablas. 1. ¢a8 ¢c8 2.a7 ¢c7 y el rey blanco
queda ahogado. Si le toca jugar a las negras 1... ¢c8 2. ¢b6 ¢b8 y estamos en
la posición tablas del diagrama 13.
14 ½ 15 ½
Todo lo que acabamos de ver en este capítulo se resume en las siguientes
conclusiones:
1- Cuando el peón no es de torre:
a) la colocación del rey blanco dos filas por delante del peón garantiza la victoria;
b) la colocación del rey blanco en la 6ta horizontal, adelantando a su peón en una
fila, garantiza la victoria. En otros casos, en que el rey blanco adelante a su peón
en una fila, solo ganará si logra ganar la oposición;
c) si el rey blanco no logra adelantar a su peón la partida será tablas (excepto en el
caso del diagrama 2 cuando mueven las negras).
2- Cuando el peón es de torre, las negras entablan si llegan con el rey a la casilla
de coronación del peón, o si encierran al rey blanco en la columna de torre.
3- Los tres conceptos fundamentales que es necesario dominar para desen–
volverse correctamente en estos finales son: la oposición simple, el tiempo de
reserva, y el rey ahogado.
Universidad para Todos
Téngase en cuenta que estas conclusiones se refieren a posiciones en las que
ambos reyes participan activamente en la lucha, o sea, el rey blanco apoya el
avance del peón y el rey negro trata de impedirlo.
1.4 Finales básicos de rey y un peón
vs. rey y un peón
16 Si las blancas lograran capturar el peón negro,
ganarían, pues el rey blanco quedaría en la 6ta hori–
zontal, una casilla por delante de su peón; como ya
hemos aprendido, ese es un caso ganador. Las negras,
por tanto, deben impedir el avance del rey blanco más
allá de la 5ta horizontal, para ello tienen que hacer un
movimiento que les permita ganar la oposición sim–
ple cuando el rey blanco avance: 1...¢f8! esto es lo
que se conoce como oposición a distancia; es un con–
cepto que se deriva del principio de la oposición sim–
ple, pero que resulta un poco más complejo. La juga– 16 N ½
da realizada es la única defensa correcta, todas las demás jugadas terminan per–
diendo la partida. 2.¢f5 [Si 2.¢g5 ¢g7! gana la oposición simple; por otro lado
si 2.¢g4 ¢g8! mantiene la oposición a distancia] 2...¢f7! y las negras, gracias a
la oposición, no permiten al rey blanco penetrar.
El principio general de la oposición a distancia dice que si la distancia en línea
recta entre dos reyes es un número impar de casillas, gana la oposición el bando al que no
le toca jugar.
En el ejemplo anterior, la distancia entre ambos reyes tras la primera jugada
negra era de tres casillas, por eso, al tocarle en ese momento jugar a las blancas
no podían ganar la oposición. Si en la posición del diagrama 16 le correspon–
diera mover a las blancas, ganarían con 1.¢g5! Le pedimos verificarla para que
se familiarice con la forma de conducir este tipo de finales.
17 La diferencia entre este final y el anterior es que
los peones y los reyes han sido atrasados una casilla.
Si jugaran las negras, mantendrían la oposición a dis–
tancia y las blancas no podrían capturar al peón. Pero
juegan las blancas, por lo cual ganan el peón; sin em–
bargo, al ganar el peón el rey blanco quedará en la 5ta
fila, una casilla delante de su peón, y por tanto las
negras pueden entablar y ganar la oposición en ese
momento. La partida puede desarrollarse de la siguiente
manera: 1.¢g4! ¢f6 2.¢f4 ¢e6 3.¢g5 ¢e7 4.¢f5
¢d6 5.¢f6 ¢d7 6.¢e5 ¢c6 7.¢e6 ¢c7! 8.¢xd5 17 ½
¢d7! y resulta tablas como ya vimos anteriormente. La maniobra que realiza el
rey de las blancas para acercarse al peón negro y capturarlo se conoce como
rodeo; esta maniobra es típica también en otros finales de reyes y peones.
1.5 Finales de rey y dos peones vs. rey
Está de más decir que, generalmente, este tipo de final es una fácil victoria para las
blancas. Sin embargo, existe alguna que otra excepción que es instructivo analizar:
18 En esta posición el rey blanco no ha podido aún
llegar a apoyar sus peones, lo cual provoca que le sea
imposible evitar la pérdida de uno de ellos. El resultado
de la partida dependerá de cómo quede la posición del
final, rey y peón vs. rey, tras la captura de uno de los
peones. Es necesario calcular con cuidado.
1...¢d4! [La captura inmediata conduce a la derrota
tras 1...¢xc4? 2.¢e3 ¢c5 3.¢f4 ¢d6 4.¢f5 ¢e7
5.¢e5 ¢f7 6.¢d6+-] 2.¢e2 [Si 2.¢c2 ¢xc4 con ta–
blas y si 2.c5 ¢xc5 3.¢e3 ¢d6 4.¢f4 ¢e6=] 2...¢xe4
Se producen tablas de manera sencilla puesto que no 18 N ½
será posible siquiera defender al peón restante.
19 Las negras han de calcular cuidadosamente sus
movidas para poder entablar: 1...¢a5! [Ir tras el peón d
es erróneo 1...¢c6? 2.¢b2 ¢d5 3.¢c3+-] 2.d5 [Las
blancas aprovechan la distancia que existe entre los dos
peones para proteger de forma indirecta su peón a. La
activación inmediata del rey blanco no conduce tampo–
co a la victoria: 2.¢b2 ¢xa4 3.¢c3 ¢b5 4.¢d3 ¢c6
5.¢e4 ¢d6=] 2...¢b6! [Evidentemente es mala
2...¢xa4? por 3.d6 y el peón corona.] 3.¢b2 ¢c5 4.¢b3
¢xd5 5.¢b4 ¢c6 y las negras logran las tablas gracias a
que el peón que queda sobre el tablero es peón de torre. 19 N ½
20 Aquí las negras hacen uso del recurso de ahogar al rey adversario, tal
como lo conocemos ya del estudio de los finales con el peón de torre.
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1...¢f7! y las negras solo tienen que mover su rey continuamente entre f7 y f8;
el peón f de las blancas no puede desalojar al rey negro. 2.f4 ¢f8 3.f5 ¢f7 4.f6
¢f8 5.f7 ¢xf7 tablas por ahogado.
21 Finalmente tenemos un caso excepcional de peón central doblado donde
las negras logran entablar.
1...¢e8 2.f7+ ¢f8 y ahora, o se ahoga al rey negro con 3.¢f6, o se pierde el peón
de f7 y se deriva hacia un final tablas que ya hemos estudiado. Si las blancas en vez
de jugar 2.f7+ maniobran con su rey, las negras hacen lo mismo, cuidando de man–
tener o repetir la posición del diagrama cuando el rey blanco avance nuevamente. Es
importante destacar que si el peón de f5 se encontrara en f4, entonces ganarían las
blancas, ya que tendrían el conocido tiempo de reserva (!), que le permite ceder el
turno a su adversario.
20 N ½ 21 N ½
1.6 Finales de rey y dos peones vs. rey y un peón
22 Las blancas tienen un peón pasado (quiere decir que no existe ningún peón
enemigo en su columna ni en las dos columnas adyacentes, de forma tal, que el
camino del peón está libre de peones adversarios que impidan su avance) en la
columna b. Además, existe un peón de cada bando en el flanco rey. Si las blan–
cas intentaran ganar, únicamente mediante el avance del peón pasado apoyado
por su rey, no lograrían nada, pues terminarían ahogando al rey negro (esto ya lo
aprendimos). Lo correcto es usar el peón pasado como amenaza, para mientras
el rey negro se ocupa de capturarlo, ir hacia el flanco rey a capturar al peón
negro y coronar al peón blanco en la columna g. Este sencillo razonamiento nos
muestra la esencia de un elemento estratégico importante en ajedrez: el peón
pasado distante.
Veamos cómo podría continuar la partida: 1.¢d3 ¢d5 [1...¢b4 2.¢e4 ¢xb3
3.¢f5 ¢c4 4.¢xg5 ¢d5 5.¢f6 ganando] 2.b4 ¢e5 3.b5 ¢d5 4.b6 ¢c6 5.¢e4
¢xb6 6.¢f5 ¢c6 7.¢xg5 ¢d7 8.¢f6 y las blancas ganan, según lo explicado
en la sección anterior.
El peón pasado b3 es calificado como distante, debido a que está alejado del
lugar donde se encuentran los demás peones.
Existen casos excepcionales en los que el peón pasado distante no garantiza la
victoria:
23 La partida en este caso seguiría: 1.¢c4 ¢a5 2.¢d5 ¢xa4 3.¢e5 ¢b5
4.¢f5 ¢c6 5.¢g5 ¢d7 6.¢xh5 ¢e8 7.¢g6 ¢f8 y las negras logran tablas
según fue explicado en la sección de rey y peón vs rey. El rey negro regresa a
tiempo para evitar la derrota, ayudado por el hecho de que el peón de torre es
más fácil de combatir que los demás.
24 El sentido común nos indica avanzar inmediatamente con el rey para apo–
yar el avance del peón. Analicemos: 1.¢d5 ¢c8! [Es mala 1...¢d8? porque,
como ya conocemos, las blancas ganarían tras 2.¢d6 ¢c8 3.c7 ¢b7 4.¢d7 for–
zando la coronación del peón.] 2.¢d6 ¢d8 3.c7+ ¢c8 4.¢c6 y el rey negro
queda ahogado. O sea, por la vía directa no se logra nada.
El método para poder ganar este final se conoce como triangulación y consiste
en una maniobra de retroceso y rodeo dirigida a evitar que el rey enemigo pueda
oponerse de forma efectiva al avance del rey blanco. Se materializa de la si–
guiente forma: 1.¢d5 ¢c8! 2.¢c4! ¢d8 3.¢d4! ¢c8 [3...¢c7 4.¢c5 ¢c8 5.¢b6
y las blancas ganan con facilidad porque capturan limpiamente el peón a6, tras
lo cual coronar uno de los peones es simple.] 4.¢d5 ¢d8 [4...¢c7 5.¢c5 gana
como en el comentario anterior.] 5.¢d6! ¢c8 6.c7 ¢b7 7.¢d7 ganando.
Para explicarlo de forma más clara: la clave está en mover el rey blanco a la
casilla d5 en el momento en que el rey negro se encuentra en c8; ello se alcanza
22 1-0 23. ½ 24 B 1-0
Curso de finales
haciendo uso oportuno de la casilla d4, en espera de que las negras se vean
obligadas a ocupar c8. Se denomina triangulación a este procedimiento debido a
que las blancas hacen uso de tres casillas que forman un triángulo: c4, d4 y d5.
Otra forma de explicar este final es mediante lo que se conoce como método
de las casillas conjugadas, desarrollado por Grigoriev a principios del siglo XX.
Veamos en qué consiste:
En el diagrama 24 observamos que, cuando las blancas juegan su rey a c5, la
única defensa negra es responder con ¢c7. Si en el diagrama 24 le toca jugar a las
negras, pierden fácilmente porque el rey blanco penetra a b6 y captura el peón de a6.
A continuación valoramos la otra posición del rey blanco que resulta crítica,
¢d6. Coloquemos al rey blanco en d6 y veamos cómo debe defenderse el negro:
25 En esta posición las blancas no pueden ganar de forma directa, pues 1.c7+
¢c8 2. ¢c6 conduce al ahogado. Sin embargo, si jugaran las negras, entonces
ganan las blancas con 1...¢c8 2.c7 ¢b7 3.¢d7.
Las posiciones de los diagramas 24 y 25 son críticas. A partir de ellas comienza el
análisis de las casillas conjugadas.
26 En este diagrama están reflejadas la dos posiciones críticas que acabamos de
ver: cuando el rey blanco ocupe la casilla de su territorio señalada con el número 1
(c5), el rey negro solo puede defenderse ocupando la casilla número 1 de su campo
(c7). Lo mismo sucede con las que están marcadas con el número 2. De lo anterior
se desprende una conclusión evidente: si el rey negro se encuentra en la casilla
número 1 de su territorio, las blancas ganan de inmediato si ocupan la casilla 1 de su
campo; lo mismo sucede con las casillas señaladas con el número 2.
Se dice que las dos casillas número 1 son conjugadas entre sí; de la misma forma,
las dos casillas número 2 son también conjugadas entre sí.
Podemos enunciar: cuando el rey blanco ocupa una casilla en su territorio, el rey
contrario debe ocupar la correspondiente casilla conjugada en su propio territorio.
27. Pasemos ahora a ver qué sucede con las casillas que están adyacentes a las ya
analizadas. Por ejemplo, d5 en el campo blanco: la característica de esta casilla es que
resulta adyacente a las numeradas como 1 y 2. O sea, estando en d5, el rey blanco puede
alcanzar 1 o 2 en un solo movimiento. ¿Qué casilla del campo negro cumple con este
requisito, es decir, que se pueda alcanzar desde ella las casillas 1 o 2 en una sola jugada?
Piénselo y verá que se trata de c8. A estas conjugadas d5 y c8, las denominaremos con el
número 3.
25 B 1-0 26 Casillas conjugadas 27 Casillas conjugadas
28 Continuemos meditando sobre las casillas de la
retaguardia en el territorio blanco. Observamos que
desde c4 se tiene acceso en una jugada a las casillas 1
y 3. En el territorio negro se puede acceder en una
movida a 1 y 3 desde b8 y también desde d8. O sea,
que como conjugada de c4, pueden actuar tanto b8
como d8.
Como se observa en el diagrama 28, hemos desig–
nado la casilla c4 y la casilla b8 con el número 4. Y la
casilla d8 que anteriormente solo tenía el número 2,
28 Casillas conjugadas ahora tiene además un número 4 entre paréntesis, lo
cual indica que puede cumplir doble función, como conjugada de 2 o de 4.
Ahora analizamos la casilla d4: desde ella puede el rey blanco saltar de inme–
diato a las casillas 1, 3 y 4. ¿Qué casilla del territorio negro es adyacente simul–
táneamente a 1, 3 y 4? Tanto la casilla d7 como la casilla b7; pero ambas son
inaccesibles para el rey negro por encontrarse vulneradas por el peón blanco de
c6. Por tanto, no existe en el campo negro una conjugada de d4.
29 Se observan los resultados del análisis anterior.
El dígito 5 en las casillas del campo negro b7 y d7
aparece tachado porque el rey negro no puede ocupar
esas casillas.
Como el rey negro no dispone de una casilla conju–
gada, cuando el rey blanco se mueva a d4 le será im–
posible mantener la conjugación. Vistos estos deta–
lles, se comprende la variante mostrada como solu–
ción: 1.¢d5 ¢c8! [El rey negro mueve a la casilla
conjugada del escaque d5] 2.¢c4 ¢b8 [o también
2...¢d8; nuevamente mueve el negro a la conjugada] 29 Casillas conjugadas
3.¢d4! [Ahora las negras no disponen de una conjugada
 —6—
3...¢c8] 4.¢d5! Ahora es el blanco el que mueve a la conjugada de la casilla en
que se encuentra el rey negro 4...¢c7 [o 4...¢d8 5.¢d6 ¢c8 6.c7 ¢b7 7.¢d7
ganando] 5.¢c5! Vuelve a la conjugada, esta vez decisiva 5...¢ mueve 6.¢b6
ganando el peón torre y con él la partida.
Si ha comprendido los pasos del proceso que hemos seguido, puede decirse
que domina los principios esenciales para determinar las casillas conjugadas,
por sí mismo en cualquier otra posición que le sea presentada. Y una vez defini–
do el complejo de casillas conjugadas puede comprender la forma en que cada
bando debe jugar.
1.7 Finales de rey y dos peones vs. rey y dos peones
Comencemos este acápite con un final en que los peones están distribuidos
simétricamente y en el mismo flanco; el único desbalance existente es la más
activa posición del rey blanco con respecto al rey adversario.
30 1.¢f7 El rey blanco avanza hacia los peones del adversario y gana la
oposición al rey negro 1...h5! [La mejor defensa, pues 1...¢h8 pierde ambos
peones sin resistencia tras 2.¢g6] 2.h4! [Aprovecha la dominante posición de su
rey, para crear un peón pasado que coronará primero que el del oponente. A
tablas fáciles conducía 2.gxh5 ¢h6 o 2.¢f6 hxg4 3.hxg4 ¢h6 4.¢f5 ¢h7 5.¢xg5
¢g7 con posición tablas que ya conocemos.] 2...¢h6 3.¢f6! gxh4 4.g5+ ¢h7
5.¢f7! [Sería un gravísimo error 5.g6+?? por 5...¢g8 y son las negras en ese
caso las que ganan]. 5...h3 6.g6+ ¢h6 7.g7 h2 8.g8£ h1£ 9.£g6++ 1-0
31 Este final nos sirve para presentar un concepto que Capablanca considera–
ba de importancia capital, no solo en los finales de partida, sino en la estrategia
ajedrecística en general. Se trata de un peón que detiene a dos, es un principio
elemental de economía de fuerzas, válido en cualquier situación de juego. El
peón blanco en b4 impide que las negras puedan crear un peón pasado en el
flanco dama, mientras que en el flanco rey las blancas cuentan con un peón
pasado. El procedimiento ganador es similar al explicado en el diagrama 22, o
sea, las blancas utilizan su peón pasado como amenaza, de forma tal que mientras
las negras van a capturarlo, ellas se dirigen con su rey al flanco dama, donde
capturan ambos peones negros y fuerzan después la coronación del peón b
blanco. Tocando jugar a las blancas, el desarrollo de la partida puede ser de la
siguiente forma: 1.h5 ¢g5 [Si las negras sacrifican el peón c para crear un
peón b pasado, pierden muy fácilmente pues el rey blanco está dentro del
cuadrado del peón b negro: 1...c5 2.bxc5 b4 3.¢e3 b3 4.¢d2 b2 5.¢c2. Una
vez controlado el peón negro, uno de los peones blancos coronará por fuerza.]
2.¢e4 ¢xh5 3.¢d4 ¢g6 4.¢c5 ¢f6 5.¢xc6 ¢e7 6.¢xb5 ¢d7 7.¢a6 y las
blancas logran coronar su peón según lo aprendido. 1-0
32 Si en el ejemplo anterior el peón b negro se encontrara en b6, entonces,
como los peones negros en ese sector no estarían inmovilizados, las negras en–
tablarían de forma elemental, veamos:
1.h5 ¢g5 2.¢e4 ¢xh5 [También entabla 2...c5] 3.¢e5 ¢g4 4.¢d6 c5! ½–½
30 B 1-0 31. B 1-0 32. ½
33 Veamos ahora un ejemplo de peón pasado dis–
tante en final de dos peones vs dos peones:
La idea para ganar es la ya mencionada, el peón a
pasado distante se utiliza como amenaza para alejar
al rey negro de la defensa del peón c y, por consi–
guiente, también del flanco de rey; las blancas apro–
vechan ese alejamiento para capturar primero el peón
c y después al peón f; finalmente tienen tiempo para
garantizar que el peón f promueva. Si juegan las
blancas se ganaría de la siguiente forma: 1.a6 ¢b6
2.a7 ¢xa7 3.¢xc5 ¢b7 4.¢d6 ¢c8 5.¢e6 ¢d8 33 1-0
6.¢xf5 ¢e7 7.¢g6 y las blancas garantizan, con un solo tiempo (quiere esto
decir que al rey negro le faltó un movimiento para llegar a f7 en el momento en
que las blancas capturaron ¢xf5, lo cual habría permitido al bando negro en–
tablar) la promoción de su peón.
Podemos ya introducir otro concepto, el de peón pasado y protegido. En la teoría
de finales se utiliza este término para designar a un peón pasado que está defendido
por otro peón. La fuerza de un peón pasado y protegido, en los finales de reyes y
peones, radica en que el rey del adversario tiene que vigilar constantemente la ame–
naza de promoción del peón y por lo tanto tiene limitada su movilidad.
Universidad para Todos
34 Para ganar, las blancas primero traen su rey al flanco rey para capturar el
peón g; observe que el rey negro no puede acudir en su defensa ya que se ale–
jaría demasiado del peón blanco pasado y protegido en b5, y entonces este coro–
naría. Después de capturado el peón g, el rey blanco se dirige hacia el flanco
dama para apoyar a sus peones y decidir la partida. Un posible desarrollo del
final, tocando jugar a las blancas, es el siguiente:
1.¢e3 ¢d5 2.¢f3 ¢d6 3.¢g4 ¢d5 4.¢xg5 ¢e5 5.¢g4 ¢d6 6.¢f4 ¢d5
7.¢f5 ¢d6 8.¢f6 ¢d7 9.¢e5 ¢e7 10.¢d5 ¢d7 11.¢c5 ¢c7 12.b6+ ¢b7
13.¢b5 captura al peón restante y logra una fácil victoria.
35 A continuación presentamos una posición donde el peón pasado de las ne–
gras está significativamente más cerca del peón pasado y protegido de las blancas.
En este caso, el rey negro puede defender su peón pasado, sin dejar de vigilar
el eventual avance del peón pasado adversario. Sin embargo, el conductor de las
negras debe ser cuidadoso en la selección de sus respuestas, pues se requiere de
un juego exacto. Supongamos que juegan las blancas:
1.¢d3 ¢e6 [1...¢d6? 2.¢d4 ¢e6 3.¢c5 y las blancas ganan, lo cual es muy
sencillo de comprobar] 2.¢d4 ¢d6 y las negras mantienen la oposición impi–
diendo que el rey blanco pueda penetrar. Lo más que pueden lograr las blancas
es cambiar su peón b por el peón d negro, y después capturar al peón negro de
a5; el final resultante con un peón de torre es tablas según ya conocemos de la
sección sobre rey y peón torre vs. rey.
36 La posición del diagrama es muy sencilla, pero ilustra una idea de impor–
tancia: un rey lucha con éxito contra dos peones pasados y unidos si estos no
pueden ser apoyados por su propio rey.
Se comprueba fácilmente que ninguno de los dos bandos puede ganar, ambos
reyes han de limitarse a moverse en la cercanía de los peones adversarios. Ade–
más, no pueden capturar al peón adversario más retrasado porque el peón res–
tante coronaría.
34 1-0 35 ½ 36 ½
37 El siguiente caso es diferente: Las blancas cuen–
tan con dos ventajas: 1) sus peones pasados están
mucho más avanzados que los de su adversario; 2) el
rey blanco da apoyo directo a sus peones.
Estas ventajas permite a las blancas ganar: 1.d6+ ¢d8
[Si 1...¢d7 2.¢f6 a5 3.¢f7 a4 4.e6+ ¢xd6 5.e7 a3
6.e8£ ganando] 2.¢e6 [Otro método para ganar es:
2.e6 a5 3.¢f6 a4 4.¢f7 a3 5.e7+ ¢d7 6.e8£+] 2...a5
3.d7 a4 4.¢d6 a3 5.e6 a2 6.e7++
38 Para finalizar esta sección estudiaremos un final 37 B 1-0
(cuya solución es bastante compleja) que el excampeón
mundial Mikhail Botvinnik analizó en 1952 y se en–
cuentra en casi toda la literatura existente acerca de fina–
les de reyes y peones. La ventaja fundamental de los
blancas es la posición más activa de su rey; también es
importante el hecho de que los peones blancos del flan–
co rey son móviles, o sea, que se puede avanzar f4-f5
en el momento adecuado.
La idea global para progresar es acercar el rey blan–
co al flanco de rey para atacar el peón de f7 (el cual,
por supuesto, será defendido por el rey negro), y en
38 B 1-0
el momento exacto avanzar f4–f5 y eventualmente
f5–f6 para forzar la ganancia del peón f negro. Si en algún momento las negras
avanzaran su peón f, perderían con mayor facilidad, lo cual ilustraremos en
alguna variante. 1.¢d5 El rey blanco emprende su marcha hacia los peones
negros. 1...¢f8! [1...¢h6 2.¢e5 ¢g7 3.¢d6 ¢f8 (3...¢h8 4.¢d7 ¢h7 5.¢d8
¢h8 (5...¢g7 6.¢e8; 5...¢g8 6.¢e7) 6.f5) 4.¢d7 ¢g7 5.¢e8 ¢g8 6.¢e7
¢g7 (6...f5 7.g5! ¢g7 8.¢e6 ¢g8 9.¢f6 ¢h7 10.¢f7 ganando.) 7.f5 g5
8.¢e8 ¢g8 (8...f6 9.¢e7+-; 8...¢f6 9.¢f8+-) 9.f6+-; 1...f5? 2.g5 ¢f7 3.¢d6
¢f8 4.¢e6 ¢g7 5.¢e7 ¢g8 6.¢f6 ¢h7 7.¢f7 ganando los peones; 1...f6?
2.¢e6 f5 3.g5! (No 3.gxf5 gxf5 4.¢xf5 ¢f7 con las tablas que ya conoce–
mos.)] 2.¢d6 ¢e8 3.f5 g5 [3...gxf5 4.gxf5 ¢d8 5.f6 ¢e8 6.¢c7 ¢f8 7.¢d7
¢g8 8.¢e7 ¢h7 9.¢xf7 y ganan las blancas.] 4.¢c7! ¢e7 5.¢c8 (Rodeo!)
5...¢d6 [5...¢e8 6.f6! ¢f8 7.¢d8 ¢g8 8.¢e8 ganando.] 6.¢d8 ¢e5 7.¢e7 f6
8.¢f7 ¢f4 9.¢xf6 ¢xg4 10.¢g6 ¢h4 11.f6 g4 12.f7 g3 13.f8:£ g2 14. £f2+
¢h3 15. £g1 con ventaja ganadora.
 —7—
1.8 Finales de rey y tres peones vs. rey y dos peones
39 Esta posición corresponde a un estudio de los
renombrados teóricos Kling y Horwitz que data de
1851. Las blancas tienen ventaja material de un peón.
Mientras las blancas poseen dos peones pasados y
unidos en el flanco rey, las negras tienen un peón pa–
sado y protegido en la columna d. Del capítulo ante–
rior conocemos que dos peones pasados y unidos no
pueden lograr por sí solos la promoción de uno de los
peones, necesitan para ello la cooperación de su pro–
pio rey. Pero el rey blanco debe mantener bajo vigi–
39 1-0 lancia al peón pasado d de las negras, que está a solo
tres pasos de la promoción. El resultado dependerá de que el rey blanco pueda
o no, en el momento adecuado, abandonar la vigilancia sobre el peón pasado
negro y lanzarse de lleno al apoyo del avance de sus peones. La primera parte
del plan de las blancas consiste en avanzar lo más posible los peones pasados,
brindarles apoyo con el rey sin que este abandone el cuadrado del peón pasado
negro.
1.¢e4 ¢g4 2.h4 ¢h5 3.¢f4 En esta posición el rey blanco mantiene todavía
bajo control al peón negro. 3...¢h6 4.g4 ¢g6 5.h5+ ¢h6 El rey blanco no pue–
de avanzar más. Momentáneamente, el peón g tampoco puede avanzar. Las blan–
cas hacen ahora una maniobra de triangulación con su rey para perder un tiem–
po, de forma tal que al llegar de nuevo a esta posición le toque jugar a las piezas
negras. 6.¢e4 ¢g5 7.¢f3 Observe que el rey blanco triangula sin dejar de tener
bajo control al peón pasado enemigo. 7...¢h6 8.¢f4 Se ha llegado a la posición
mencionada, pero ahora le corresponde jugar a las negras. 8...¢h7 9.g5 Conse–
guido el objetivo parcial 9...¢g7 10.g6! [Hay que jugar con precisión para po–
der ganar. Habría sido errónea 10.h6+? ¢h7 11.¢f3 (11.¢g4 ¢g6) ¢g6 12.¢g4
¢h7 y ahora el rey blanco no tiene éxito, lanzándose al apoyo de sus peones con
13.¢f5 (Si 13.¢h5 d3 14.g6+ ¢g8 15.g7 (o 15.h7+ ¢g7) ¢h7 y serían las
negras quienes ganarían) 13...d3 14.¢f6 d2 15.g6+ ¢xh6 16.g7 d1£ 17.g8£
produciéndose tablas] 10...¢h6 11.¢g4 ¢g7 Es en este momento, cuando las
blancas han avanzado sus peones al máximo posible sin olvidar la vigilancia del
infante negro, el escenario está listo para que el rey blanco queme las naves tras
sí y se lance al apoyo de la avalancha final de los peones. 12.¢g5! d3 13.h6+
¢g8 14.¢f6 d2 15.h7+ ¢h8 16.¢f7 d1£ 17.g7+ ¢xh7 18.g8£+ ¢h6 19.£g6++
Las blancas ganan por el margen de un solo tiempo. 1-0
Veamos ahora algunos finales donde todos los peones se encuentran en el
mismo flanco:
40 Estudio de Neustadtl en 1898. ¿Cómo convertir
la ventaja material de un peón en victoria? El intento de
crear un peón pasado de forma rápida mediante ¢f4 y
g5 solo conduciría a tablas, pues tras el doble cambio
en g5, el rey negro se situaría en f7 delante del peón y
ocurriría un tipo de tablas que ya conocemos. Por lo
tanto, las blancas deben intentar otro plan, el de hacer
un rodeo por la izquierda con su rey con el objetivo de
lograr penetrar hacia los peones negros del flanco rey.
En ello será de gran ayuda contar con un tiempo de
40 1-0 reserva con su peón h, para en una situación en que el
rey negro gane momentáneamente la oposición, pueda mover h4–h5. Un aspecto
de importancia capital en el resultado positivo de este plan es el hecho de que, en
esta posición específica, el contraataque mediante la penetración con el rey negro
hacia los peones blancos (en el momento en que el rey de las blancas se aleje de
sus peones) no tiene éxito. Esto lo veremos de forma concreta en el desarrollo de las
variantes.
1.¢d4 ¢c6 [Mucho más fácil es la tarea de las blancas si el rey negro se retira
a la 7ma horizontal: 1...¢e7 2.¢d5 ¢d7 Las negras logran momentáneamente la
oposición. 3.h5! ¡El tiempo de reserva! Gracias a este tiempo las blancas ganan
la oposición y con ello la partida. 3...¢e7 4.¢c6 Es el rodeo ganador, mediante
el cual el rey blanco se acercará a los peones negros desde la izquierda. 4...¢f8
5.¢d6 ¢f7 6.¢d7 vuelven a ganar la oposición lateral. 6...¢f8 7.¢e6 ¢g7 8.¢e7
y las blancas ganan nuevamente la oposición lateral, tras lo cual cae el peón de
f6, y después también el peón de h6.] 2.¢c4 ¢d6 3.¢b5 He aquí el comienzo
del rodeo. 3...¢d5 [Para las variantes que se producirían si las negras juegan de
inmediato 3...¢e5 deben ver los comentarios a la siguiente jugada de las ne–
gras.] 4.¢b6 ¢d6 Buscando mantener la oposición. [Si las negras contraatacan
con su rey para capturar los peones blancos, las blancas también se imponen:
4...¢e5 5.¢c6 ¢f4 (Si 5...h5 6.gxh5 ¢xf5 7.¢d5 entonces cuando las negras
muevan su rey, el peón blanco de h5 marcha imparable hacia la coronación.)
6.¢d6 ¢xg4 (6...h5 7.gxh5 ¢xf5 8.¢d5 gana según ya vimos) 7.¢e6 ¢xh4
8.¢xf6 El peón blanco promoverá con mayor rapidez 8...¢g4 9.¢g6 h5 10.f6
h4 11.f7 h3 12.f8£ h2 13.£f1 y las blancas ganan.] 5.¢b7 ¢d7 6.h5! Haciendo
uso del tiempo de reserva se gana la oposición y se garantiza la exitosa penetra–
ción del rey hacia los peones negros. 6...¢d6 7.¢c8 Nuevamente rodeo. 7...¢e5
[Si 7...¢e7 8.¢c7 y continúa como en el comentario a la primera jugada de las
Curso de finales
negras.] 8.¢d7 ¢f4 9.¢e6 ¢g5 [Si 9...¢xg4 10.¢xf6 ¢xh5 11.¢g7 y la pro–
moción del peón f decide.] 10.¢f7 y las negras se ven forzadas a abandonar la
defensa del peón f6, tras lo cual pierden con facilidad, como ya hemos visto
anteriormente. 1-0
41 La posición corresponde a un estudio de Lolli
que data de 1763. Las blancas tienen un peón de ven–
taja, pero deben ser cuidadosas en la realización téc–
nica. Si al jugar, las blancas hicieran 1.f6+ no lograrían
su objetivo, pues tras 1...gxf6+ 2.gxf6+ ¢f7 3.¢f5
¢e8!! (única y exacta defensa) no pueden ganar. Es
importante comprobar por uno mismo, analizando en
un tablero, que la posición tras 3... ¢e8!! es tablas. Lo
correcto es jugar 1.g6! h6 [Si 1...hxg6 2.hxg6 las blan–
cas ganan mediante el mismo método de rodeo que
41 1-0 en la línea principal: 2... ¢f8 3.¢e6 ¢e8 4.¢d6 ¢f8
(4...¢d8 5.f6!) 5.¢d7 ¢g8 6.¢e7 ¢h8 7.f6 gxf6 8.¢f7 y el peón g corona rápi–
damente] 2.¢d5 [El avance directo 2.f6+? no gana debido al recurso defensivo
de las tablas por ahogado: 2...gxf6+ 3.¢f5 ¢f8 4.¢xf6 ¢g8 5.g7 ¢h7 6.¢f7 y
el rey negro ha quedado ahogado] 2...¢f8 [De nada sirve 2...¢f6 pues las blancas
dan un rodeo hacia el peón negro de g7: 3.¢d6 ¢xf5 4.¢e7 ¢g5 5.¢f7 ¢xh5
6.¢xg7 ¢g5 7.¢f7 h5 8.g7 h4 9.g8£+ ganando] 3.¢d6 ¢e8 4.¢e6 ¢f8 5.¢d7
¢g8 6.¢e7 ¢h8 7.f6 gxf6 8.¢f7 ganando.
42 Las negras tienen un peón de ventaja. La pri–
mera idea que viene a la mente es buscar una defini–
ción inmediata en el flanco rey avanzando el rey y los
peones; sin embargo, no funciona, como se demues–
tra en la siguiente variante: 1...¢h4 2.h3 h5 3.¢h2 g4
4.hxg4 hxg4 5.fxg4 ¢xg4 6.¢g2 y el final es tablas,
como ya conocemos.
Por ello es que las negras no deben desesperarse.
Después de los ejemplos y conceptos que ya hemos
visto, supongo que no les será difícil intuir el proce–
dimiento a aplicar en este final. Se trata del conocido 42 N 0-1
rodeo. El rey negro debe dirigirse hacia el sector izquierdo, para desde allí bus–
car la aproximación hacia los peones blancos. 1...¢g6 2.¢f2 ¢f5 3.¢e2 ¢e5
4.¢d3 ¢d5 5.h3 h5 6.¢c3 ¢c5 7.¢d3 ¢b4! 0-1 (Zapata–Speelman, México,
1980) Y si nos fijamos bien, estamos en una posición que analizamos ya en el
estudio de Neustadtl correspondiente al diagrama 40, con la única diferencia de
que los colores están invertidos. El procedimiento para ganar es exactamente el
mismo ya estudiado.
43 Por último, en este capítulo, les mostraremos una
posición a la que se llegó en un análisis de Alekhine
sobre la partida Marshall–Reti del torneo de Nueva
York, 1924.
Las negras tienen un peón de ventaja, pero le toca
jugar a las blancas, que cuentan con una movida muy
fuerte que convierte en inútil la mayoría de los peones
negros en el flanco rey.
1.g5! Hay que seguir el principio ya estudiado de
Capablanca, un peón que detiene a dos. Solo que en
este caso es mucho más: !un peón que detiene a tres! 43 B 1-0
Tras lo cual es como si las blancas quedaran con un peón de ventaja pasado en
d5, y se imponen fácilmente 2...¢c6 2.¢e5 ¢d7 3.¢d5! [¡Cuidado! No 3.¢f6?
porque las negras ganarían tras 3...¢xd6 4.¢xf7 ¢e5] 3...¢d8 4.¢c6 ¢c8 5.d7+
¢d8 6.¢d6 y ahora, como el rey negro no tiene movimiento, las negras deben
avanzar uno de sus peones (f o h) tras lo cual el peón g blanco captura al peón
que avanza y promueve en dos jugadas para dar jaque mate al rey negro.
1.9 Finales de reyes y peones
con mayor cantidad de peones
44 Este es un final muy famoso que aparece en las
principales obras escritas sobre el tema. El conductor
de las negras es uno de los más grandes artistas del
final en todos los tiempos, el Gran Maestro polaco Akiba
Rubinstein, quien, antes de la aparición de José Raúl
Capablanca en la escena internacional, fue considerado
el principal aspirante a la corona mundial que ostenta–
ba en esa época Emanuel Lasker. La ventaja de las ne–
gras se debe fundamentalmente a su mejor estructura
de peones. Mientras las negras tienen solo dos islas de
44 N 0-1 peones, las blancas tienen tres. Tan importante como
eso es el hecho de que las negras pueden ocupar con su
rey la casilla débil h3 (observe que esa casilla no puede ser defendida por ningún
peón blanco). Una vez llegado el rey negro a esa posición, su adversario estará
forzado a mantener una defensa pasiva moviendo su rey de h1 a g1 y viceversa.
 —8—
La presencia del rey negro en h3 por sí sola no es suficiente para forzar la victoria.
El plan ganador se completa con un avance masivo de peones en el flanco rey, que
en un momento determinado produce una ruptura de peones en la casilla g3. Lle–
gado ese instante, las blancas se verán forzadas a capturar en g3 dos veces, tras lo
cual el rey negro quedará ubicado en g3 y el rey blanco en 1ra horizontal. El rey
negro, haciendo uso de su privilegiado control de la 3ra fila, se acerca a los peones
de las blancas y los captura. Esta es una descripción verbal de la idea básica de las
negras. Llevarlo a vías de hecho exige al conductor de las negras un cálculo con–
creto y preciso en cada momento.
1...¢f6 2.¢d2 ¢g5 3.¢e2 [Las blancas deciden dirigir su rey hacia el flanco
rey, puesto que han calculado que si contraatacan avanzando hacia los peones
negros perderían, ya que el peón h negro llegaría más rápido. Veamos cómo se
desarrollaría el juego en ese caso: 3.¢d3 ¢h4 4.¢d4 ¢h3 5.¢c5 ¢xh2 6.¢d6 h5
7.b5 (Si 7.¢c7 b5! 8.¢b7 h4 9.¢xa7 h3 10.¢b6 ¢g2 11.¢xb5 h2 y las negras
coronan en la próxima movida ganando fácilmente.) 7...h4 8.¢c7 b6! 9.¢b7 h3
10.¢xa7 ¢g2 11.a4 h2 12.a5 bxa5 13.b6 h1£ ganando.] 3...¢h4 4.¢f1 ¢h3
5.¢g1 e5! [Esta movida busca paralizar los peones blancos del flanco rey; las
blancas no podrán avanzar f3–f4, y e3–e4 no haría más que debilitar aún más la
formación blanca.] 6.¢h1? [Habría sido preferible 6.b5 seguido de a4.] 6...b5!
[Un ejemplo más de la aplicación de un principio que ya conocemos, el tiempo de
reserva. Los peones blancos del flanco dama ya no se pueden mover, pero las
negras mantienen en reserva el movimiento a7–a6, por si les resulta necesario.]
7.¢g1 f5 [Ahora viene la fase del avance masivo de peones en el flanco rey.]
8.¢h1 g5 9.¢g1 h5 10.¢h1 g4 [También era buena 10...h4 11.¢g1 e4 12.fxe4
fxe4 13.¢h1 ¢g4 14.¢g2 h3+ 15.¢g1 ¢f3 16.¢f1 g4 ganando] 11.e4 [Si 11.fxg4
fxg4 12.e4 h4 13.¢g1 g3 14.hxg3 hxg3 15.fxg3 ¢xg3 y en dos jugadas más las
negras capturarán forzadamente al peón e, ganando con facilidad.] 11...fxe4 12.fxe4
h4 13.¢g1 g3 14.hxg3 hxg3 y las blancas abandonaron. [Ahora, capturar en g3
las hace perder, igual que en el comentario a la jugada 11 de las blancas. Si las
blancas intentaran pasar su peón rey mediante el sacrificio 15.f4 los dos peones
negros pasados y unidos serían más rápidos: 15...exf4 16.e5 f3 17.e6 f2+ 18.¢f1
¢h2 19.e7 g2+ 20.¢xf2 g1£+. Por otro lado, si 15.f3 g2 16.¢f2 ¢h2 ganaría con
rapidez. Finalmente, si 15.¢f1 ¢h2 (amenaza promover el peón g) 16.fxg3 ¢xg3
17.¢e2 ¢f4 18.¢d3 ¢f3] 0-1 (Cohn-Rubinstein, San Petersburgo, 1909)
45 Juegan las negras. A primera vista puede parecer
que las blancas tienen una ventaja decisiva, ya que po–
seen dos peones pasados y unidos (bastante avanzados)
en el flanco dama, mientras que el rey blanco controla
al peón pasado negro. Sin embargo, Nimzowitsch ha–
bía profundizado más, y descubrió una brillante forma
de crear una pareja de peones pasados, separados y
suficientemente avanzados como para no poder ser de–
tenidos por el rey blanco; y a la vez, controlar con su
rey a los peones pasados blancos por el tiempo impres–
cindible para coronar primero. 1...f4! 2.gxf4+ [Si las 45 N 0-1
blancas avanzaban su peón b de inmediato, las negras lo controlaban con el rey:
2.b6 ¢d6!] 2...¢d6!! [La jugada exacta. Si 2...¢xf4? 3.b6 g3 4.b7 g2 5.b8£+
ganando; si 2...¢e4 3.b6 g3 4.b7 g2 5.b8£ g1£ 6.£e5+ con ventaja blanca.] 3.a5
[Pierden también 3.f5 g3 4.f6 g2 5.f7 ¢e7 o 3.b6 g3 4.b7 ¢c7 5.¢e2 d3+ 6.¢xd3
g2] 3...g3 4.a6 ¢c7! El rey negro controla los peones más avanzados. El camino
del peón blanco f está despejado, pero demora demasiado en promover. 5.f5 g2 y
las blancas abandonaron ante la coronación del peón g. En este ejemplo hemos
tenido oportunidad de apreciar otro aspecto significativo en los finales de reyes y
peones: dos peones pasados, lo suficientemente separados y avanzados como para
que el rey adversario no pueda evitar la coronación de uno de ellos. 0-1 (Stoltz–
–Nimzowitsch, Berlín, 1928)
46 Los dos factores más importantes en esta posi–
ción son: la mayoría de peones del negro en el flanco
rey, y el peón libre del blanco. El hecho de que los
peones blancos del flanco dama estén doblados no es
importante, ya que, a pesar de ello, evitan que las ne–
gras puedan crear un peón pasado en ese flanco. Con
el turno de mover, las blancas logran inmovilizar la
mayoría de los peones adversarios en el flanco rey y
se aseguran una ventaja decisiva. 1.g4! Evita los avan–
ces f6–f5 o h7–h5. El plan del blanco ahora es minar la
estructura de peones de su contrario con el avance del 46 B 1-0
peón h hasta la casilla h5, haciendo posible el acceso de su rey a f5. Es impor–
tante notar que si el peón de h6 se encontrara aún en h7, las negras podrían
haber entablado, en vista de que el plan de las blancas no habría sido posible.
1...¢e7 2.h4 ¢d6 3.¢e4 b6 4.h5 gxh5 [Si 4...f5+ 5.gxf5 gxh5 6.f6 y los dos
peones blancos libres, peones d y f, se defienden mutuamente. Entonces, el rey
blanco queda libre para dirigirse hacia los peones h negros y capturarlos, ganando
la partida.] 5.gxh5 a5 6.¢f5 [También se ganaba con 6.bxa5 bxa5 7.b3 ¢c5
8.¢f5 ¢xd5 9.¢xf6 ¢c5 10.¢g6 ¢b4 11.¢xh6 ¢xb3 12.¢g6 a4 13.h6 a3 14.h7
a2 15.h8£ ¢c2 (amenaza ¢b1 con tablas, pero las blancas se imponen por un
tiempo...) 16.£a1! ganando.] 6...axb4 7.¢xf6 ¢xd5 8.¢g6 ¢e6 [Si 8...¢c4
Universidad para Todos
9.¢xh6 ¢b3 10.¢g5 ¢xb2 11.h6 b3 12.h7 ¢c2 13.h8£ b2 14.£h7+ ¢c1
15.£c7+ y las blancas ganan.] 9.¢xh6 ¢f6 Las negras tratan de encerrar al rey
blanco en el borde del tablero. 10.b3 ¢f7 [Si 10...b5 11.¢h7 ¢f7 12.h6 ¢f8
13.¢g6 ¢g8 14.¢f5 ¢h7 15.¢e5 ¢xh6 16.¢d5 ¢g7 17.¢c5 ¢f7 18.¢xb4
¢e7 19.¢xb5 ¢d7 20.¢a6 ganando.] 11.¢g5 ¢g7 12.¢f5 ¢h6 13.¢e5 ¢xh5
14.¢d5 ¢g5 15.¢c6 ¢f5 16.¢xb6 ¢e6 17.¢b5 ¢d7 18.¢xb4 ¢c6 19.¢a5!
y las blancas ganan en forma ya aprendida en el capítulo de rey y peón vs. rey.
1-0 (Botvinnik–Flohr, Moscú, 1944)
47 Es claro que las blancas tienen cierta ventaja
producto de la posición más activa de su rey, que no
puede ser desalojado de d4 y ataca desde esa posición
al peón negro aislado de d5. Sin embargo, para ganar
no basta con eso; es necesario que en el momento
adecuado el rey blanco logre penetrar hacia el flanco
rey o flanco dama enemigo y capturar algún peón
adversario. Para lograrlo tendría que suceder que, es–
tando los reyes en oposición y tocando jugar a las
negras como en el diagrama, las negras no contaran
con el peón de f6, que impide que el rey blanco pueda 47 N ½
penetrar vía e5. Dado ese caso, al tocarle mover a las negras, y si no existieran
más movimientos con peones en el flanco rey, tendrían que apartar su rey a uno
u otro lado, lo cual aprovecharía el rey blanco para penetrar hacia el otro lado.
Si les fuera posible, las blancas gustosamente cambiarían su peón b por el
peón a de las negras, con el avance b3–b4, por ejemplo. Sin embargo, ello no es
factible porque en el momento en que las blancas avancen b3–b4, las negras
responderían con a5–a4!, y entonces el distante peón pasado negro a concedería
la ventaja a las negras (!). 1...¢c6 2.h3! [Si las blancas hubieran avanzado h2–h4
buscando la ruptura inmediata en g5, entablar habría resultado más fácil para las
negras, como muestra la siguiente variante: 2.h4? ¢d6 3.g5 hxg5 4.hxg5 fxg5
5.fxg5 g6 como las blancas se han quedado sin tiempos de reserva, no pueden
forzar la penetración de su rey; lo mejor sería jugar 6.c4 y tras 6...dxc4 7.¢xc4
¢c6 y las negras mantienen la oposición y entablan sin dificultades.] 2...¢d6
[Aunque esta jugada no pierde, más sencillo resultaba 2...g5 que garantizaba la
permanencia del peón negro en f6, por ejemplo: 3.f5 (3.fxg5 hxg5 4.c4 dxc4
5.¢xc4 ¢b6 6.¢d4 (6.¢d5? perdería 6...¢b5 7.¢e6 ¢b4 8.¢xf6 ¢xb3 9.¢xg5
a4 10.¢h6 a3 11.g5 a2 12.g6 a1£+-) 6...¢b5 7.¢d3!=) 3...¢d6 4.c4 dxc4
5.¢xc4 ¢c6] 3.h4 ¢c6? [El error decisivo. Las negras podían aún salvar la
partida con 3...g6! única 4.c4 (4.g5 fxg5 5.fxg5 h5! 6.c4 dxc4 7.¢xc4 ¢c6 con
tablas pues las negras mantienen la oposición.) 4...dxc4 5.¢xc4 ¢c6 6.g5 fxg5
7.hxg5 hxg5! (7...h5? 8.f5! ¢d6 9.fxg6 ¢e7 10.¢d5 ¢f8 11.¢e5 ¢g8 12.¢f4
¢f8 13.¢g3 ¢g7 14.¢h3! etc.) 8.fxg5 ¢b6 9.¢d5 ¢b5 10.¢e6 ¢b4 11.¢f6
¢xb3 12.¢xg6 a4 13.¢f7 a3 14.g6 a2 15.g7 a1£ 16.g8£ con tablas.; No se
resuelven los problemas de las negras con 3...g5? debido a 4.fxg5 fxg5 (4...hxg5?
5.h5+-) 5.h5!] 4.g5! hxg5 [Si 4...h5 las blancas ganan de la siguiente forma:
5.g6 ¢d6 6.f5 ¢c6 7.c4 dxc4 8.¢xc4 ¢d6 9.¢b5 ¢e5 10.¢xa5 ¢xf5 11.b4
¢e6 12.b5 ¢d7 13.¢a6+-; 4...¢d6 5.g6! es muy similar; 4...fxg5 5.fxg5 ¢d6
6.gxh6 gxh6 7.h5 ¢c6 (7...¢e6 8.c4! (8.¢c5 ¢e5 9.¢b5 ¢e4 10.¢xa5 ¢d3
11.¢b4 ¢c2 sería menos clara.) 8...dxc4 9.¢xc4 ¢f5 10.¢b5 ¢g5 11.¢xa5
¢xh5 12.b4 ¢g4 13.b5+- h5 14.b6 h4 15.b7 h3 16.b8£) 8.¢e5 ¢c5 9.¢f6 d4
10.cxd4+ ¢xd4 11.¢g6 ¢c3 12.¢xh6 ¢xb3 13.¢g6 a4 14.h6 a3 15.h7 a2
16.h8£+-] 5.fxg5! [5.hxg5? ¢d6 6.gxf6 (6.g6 f5) 6...gxf6 7.f5 ¢c6 8.c4 dxc4
9.¢xc4 ¢b6 10.¢d5 ¢b5 y las negras entablan.] 5...fxg5 6.hxg5 ¢d6 7.g6!
[Las blancas ganan la oposición haciendo un tiempo decisivo con este peón; la
movida sirve además para que el peón blanco esté un paso más cerca de la
coronación en caso de que las blancas capturen al peón negro en g7.] 7...¢c6
[7...¢e6 8.¢c5 ¢f6 (8...¢e5 9.¢b5 ¢e4 10.¢xa5 ¢d3 11.¢b4 ¢c2 12.¢c5
ganando ya que las blancas capturarán los dos peones negros, coronando des–
pués su peón g.) 9.¢xd5 ¢xg6 10.¢e6! ¢h7 (10...¢h5 11.c4 g5 12.c5 g4 13.c6
g3 14.c7 g2 15.c8£ g1£ 16. £h8+ ¢g4 17. £g8+ ganando la dama.) 11.c4 g5
12.¢f5 ganando.] 8.¢e5 ¢c5 9.¢e6 d4 10.cxd4+ ¢xd4 11.¢f7 ¢c3 12.¢xg7
¢xb3 13.¢f6 a4 14.g7 a3 15.g8£+ Como se puede observar, las blancas logran
imponerse por solo un tiempo de ventaja, lo cual resalta la importancia de que el
peón g blanco haya avanzado a g6. 1-0 (Speelman–Cummings, Brighton, 1980)
 —9—
2. FINALES DE CABALLOS
Los caballos representan una fuerza excepcional en el ajedrez por la posibili–
dad que tienen de saltar por encima de piezas propias o adversarias y por su
forma de movimiento diferente aunque de corto alcance, no obstante, ellos no
pueden ganar tiempos como lo hacen otras piezas, es decir, al moverse no pue–
den mantener el control sobre cuadros o puntos. Veamos algunos ejemplos que
muestran estas características.
48 Las blancas necesitan mover manteniendo el control sobre el cuadro c7,
así, el rey negro tendrá que apartarse, podrán salir con su rey y de esta manera
garantizarán la promoción del peón.
1.¤b6+ pero no había como concretar la idea expuesta, al mover el caballo,
obligatoriamente tienen que abandonar el control del cuadro c7. 1...¢c7 Ahora
las blancas necesitan continuar controlando el cuadro c8. 2.¤d5+= Pero tampo–
co había cómo hacerlo. El juego terminará empatado. ½–½
49 Veamos una situación similar, pero ahora las blancas cuentan con un alfil
en lugar del caballo, ellas mueven el alfil atrás en la diagonal h2–b8: 1.¥f4 y se
mantienen controlando el cuadro c7, por lo que las negras tienen que abandonar
la posición de bloqueo sobre el rey blanco: 1...¢d7 2.¢b7 y las blancas ganan
con facilidad. 1–0
50 El caballo también es una pieza de corto alcance, lo que unido a que no “gana
tiempos”, le dificulta en ocasiones realizar dos funciones al mismo tiempo, veamos:
1...¤a8 Las negras necesitarían controlar el avanzado peón blanco y al mismo
tiempo desalojar al rey de este bando de la posición de bloqueo que mantiene
2.¢f1 ¤b6 3.¢f2 ¤a8 4.¢f1= pero esto está fuera de las posibilidades del ca–
ballo por lo alejados entre sí que se encuentran los cuadros o puntos claves que
se necesita controlar: a8 y f1 o f2. La posición es de empate. ½–½
48 B ½ / N 1-0 49 1-0 50 ½
51 Tenemos una posición similar, pero las negras disponen de un alfil, que ade–
más de cumplir la misma función del caballo en el ejemplo anterior -controlar la
promoción del peón blanco en a8-, puede jugar: 1...¥g2 esta pieza también impide
que el rey blanco mantenga el bloqueo en f1. 2.¢e2 [Si las blancas intentaran man–
tener la posición de bloqueo sacrificando el peón: 2.a8£ ¥xa8 3.¢f1 bastará a las
negras dominar con su alfil el cuadro f1 para ganar. 3...¥b7 Hay muchas formas de
lograr el objetivo planteado 4.¢f2 ¥a6 y las blancas tendrán que permitir ¢g1, y
perder; pero incluso si en esta posición jugasen las negras moviendo su alfil a los
cuadros b5–c4–d3 o e2, obligarían a las blancas a levantar el bloqueo sobre su rey.]
2...¢g1 y las negras ganan con facilidad al promover al peón. 0-1
52 Es importante significar también algunas virtudes del caballo. Las blancas
necesitan desalojar al caballo negro que defiende el cuadro de promoción b8:
1.¤f8 ganando. Esto solo lo hubiesen podido hacer las blancas con un alfil que
se moviera por los cuadros blancos para amenazar al caballo. Retire el caballo
blanco y coloque en cualquier cuadro de esta posición un alfil de este bando que
se mueva por los cuadros negros y podrá comprobar que la victoria es imposi–
ble. El caballo, a diferencia de un alfil, puede moverse por todos los cuadros del
tablero. 1-0
53 Al promover al peón, solo una pieza podrá evitar la derrota de las blancas:
1.g8¤+!= [y el caballo con su peculiar movimiento amenaza al rey y a la dama
adversarios al mismo tiempo; captura esta última y asegura el empate 1.g8£
£f6+ 2.£g7+ £xg7#] ½–½
51 0-1 52 1-0 53 B ½
Curso de finales
2.1 El caballo vs. un peón a punto de promover
con su rey alejado
Se trata de un peón (de blancas en la fila 7 o de negras en la fila 2), y el caballo de
uno u otro bando enfrentándose solo al mismo. En estos casos quien tiene el peón
tiene posibilidades de ganar con los peones de las columnas caballo y torre (b, g y a,
h), pero con una diferencia entre ellas. Ante los peones de a o h (de torre), a pesar de
haber alcanzado el cuadro de promoción con el caballo o dominarlo, el bando que
tiene esta pieza pierde. Veamos dos ejemplos:
54 1.¢b7+- ganando fácilmente. 1-0
55 En el caso de los peones de las columnas b o g, la victoria solo se logra si el rey
consigue amenazar al caballo antes de que este ocupe el cuadro de promoción en el
último cuadro de la columna alfil (c o f), para un caballo que se encuentre colocado
deteniendo al peón en su misma fila (cuadro d7); o desde los cuadros contiguos o
vecinos al peón, si el caballo se hallara deteniendo su avance en estas columnas
(cuadros a6 o c6). Las negras empatan al no cumplirse estas condiciones. 1.¢c7
¤a6+ 2.¢b6 ¤b8 3.¢a7 ¤c6+ ½–½
56 Ante cualquier jugada de las negras para impedir la promoción, las blancas
pueden amenazar al caballo desde uno de los cuadros que les garantizan la victoria:
1...¤d7+ [1...¤c6+ 2.¢c7 ¤b4 3.¢b6 (3.b8£? ¤a6+= Hay que prestar mucha
atención a estas amenazas dobles del caballo) 3...¤d5+ 4.¢a5 ¤e7 5.¢b5 la idea
de las maniobras con el rey es desalojar al caballo de la defensa del cuadro de
promoción y evitar, a la vez, que este consiga dar jaque y amenazar al mismo
tiempo a la pieza solicitada una vez consumado el acto.] 2.¢c8 El cuadro correcto
para amenazar al caballo cuando este defiende la promoción desde la misma fila
donde se encuentra el peón, como ya señalamos en el anterior ejemplo [2.¢c7?
¤c5= 3.b8£ ¤a6+=] 2...¤b6+ 3.¢d8 1-0
54 1-0 55 ½ 56 1-0
57 Las posibilidades de empatar se producen con los peones de las columnas de
alfil (c o f), dama o rey (d o e): 1...¤e7+ sería un error: [1...¤d6+? 2.¢d7 ¤c4 3.¢c6
¤e5+ 4.¢c5 ¤d7+ 5.¢b5+-] 2.¢d8 ¤c6+ 3.¢e8 ¤a7= las negras consiguen el
empate escapando a las amenazas del rey. ½-½
58 Contra un peón a dos cuadros de promover, fila 6 para las blancas y 3 para
las negras, el caballo se defiende con éxito ante peones de cualquier columna:
1.¢b7 ¤d6+ 2.¢c7 [2.¢b8 ¤b5=] 2...¤b5+ 3.¢b6 ¤d6 4.a7 ¤c8+ ½–½
59 Estando el rey de la defensa más cerca que en los ejemplos anteriores, existe el
recurso de ahogar al rey adversario si se trata de un peón de las columnas de los
extremos o de torre (a o h): 1.h6 [1.¢e7 ¤d6 2.¢e6 ¤e4 3.h6 (3.¢f5 ¤g3+=)
3...¤g5+=] 1...¤d6 2.h7 ¤f7+ 3.¢e7 ¤h8 4.¢f6 ¢d7 5.¢g7 ¢e7 6.¢xh8 ¢f7=
tablas por ahogo. ½–½
57 ½ 58 ½ 59 ½
60 El caballo se muestra en ocasiones eficiente para
detener peones en otras filas, aun sin la participación
de su rey, aunque sean de las columnas difíciles caballo
o torre (b, g, a o h) En estos casos hay que calcular
preciso e intentar detener al peón según las regulari–
dades que hemos estudiado: 1.¤b4 h5 2.¤c6 [2.¤d5+?
¢f3–+] y el peón será indetenible. 2...¢e4 [2...h4
3.¤e5 h3 (3...¢f4 4.¤g6+=) 4.¤g4+= llegando a
tiempo para detener al peón.] 3.¤a5 h4 4.¤c4 h3
5.¤d2+ ¢e3 6.¤f1+= termina en una estudiada po–
sición de empate. ½-½ 60 ½
 —10—
2.2 Jaque mate con rey y caballo
61 En esta posición las negras tienen un solo movimiento que deja a su rey
encerrado: 1...h2 2.¤g3# Esta posición final es curiosa en el ajedrez. 1-0
2.3 El caballo enfrenta a dos peones
62 Dependiendo el resultado de la posición específica, la presencia de dos
peones dificulta la defensa, no obstante, es posible lograr la victoria en algunas
ocasiones utilizando recursos ya estudiados: 1.¤f6 ¢h1 [1...g5 2.¤g4+ ¢h1
3.¢f1 h2 4.¤f2#] 2.¤g4 h2 [2...g5 3.¢f1 h2 4.¤f2#] 3.¢f1 g5 4.¤f2# 1-0
63 Como es natural, mientras más avanzados estén los peones resultará más
difícil conseguir el empate. Veamos la lucha de rey y caballo contra dos peones
unidos en la fila 6: 1...¤g6! [1...¢e8? 2.f7+ ¢f8 3.e7+ ¢xf7 4.¢d7+- y la
promoción está garantizada; 1...¤f3? 2.f7 ¢g7 3.¢e7+-; 1...¤f5+? 2.¢d7+-]
2.¢d7 [2.e7+ ¤xe7 3.fxe7+ ¢e8 4.¢e6=] 2...¤e5+ 3.¢d8 [3.¢c7 ¤g4!=]
3...¤c6+ 4.¢c7 ¤d4 5.¢d7 ¤xe6!= obsérvese una vez más lo importante de
conocer bien los finales de reyes y peones; las negras se salvan con una simpli–
ficación oportuna 6.¢xe6 ¢e8 7.f7+ ¢f8 8.¢f6 ½–½
61 N 1-0 62 1-0 63 N ½
64 Para lidiar con peones separados se requiere, preferentemente, poder de–
dicar cada una de las piezas, el rey y el caballo, a controlar un peón. He aquí un
ejemplo: 1.¢e5 las negras tiene un posición defensiva idónea; su rey se ocupará
de f y el caballo de b. 1...¢f7 2.¢d6 ¢f6 3.¢c6 ¤a4 ½–½
65 Cuando la disposición defensiva de rey y el caballo está alejada de uno de
los peones, conseguir el empate es difícil; más si se trata de peones bien separa–
dos: 1.¢c6 ¢e7 2.b6 ¤f6 3.b7 ¤d7 aún las piezas negras no han conseguido
dedicarse por completo al control de cada peón, por tanto, 4.f6+! desorganiza la
defensa negra 4...¢e6 5.f7 ¢e7 [5...¤b8+ 6.¢c7 ¤a6+ 7.¢b6+-] 6.f8£ 1-0
66 Ahora tenemos una posición donde, a pesar de que la disposición del rey y
el caballo no es la idónea, la defensa triunfa gracias también a que los peones
están separados por solo una columna. Veamos cómo se utiliza el ya conocido
tema de ahogado: 1.¢d4 a3 2.¤e1+ ¢d2 [2...¢b2 3.¢d3=] 3.¤f3+ ¢c1 4.¢d3!
a2 5.¤d4 ¢b1 [5...a1£ 6.¤b3+=] 6.¤c2 ¢b2 7.¤a1! ¢xa1 8.¢c2= ahogando
al rey negro. ½–½
64 ½ 65 1-0 66 ½
2.4 El caballo se enfrenta a tres peones
67 Tres peones es una fuerza considerable para un caballo, no obstante, puede,
con el auxilio de su rey, defenderse con éxito en muchas posiciones contra ele–
mentos unidos, si estos no consiguen alinearse en la fila 5. He aquí un fracaso de
la defensa por las razones expuestas: 1...¢g5 2.¢g2 e4 3.¤e7 [3.¤d6 e3 4.¢g3
f4+] 3...f4 Cuando los tres peones llegan unidos a la
fila 5 es posible vencer. 4.¢f2 g3+ 5.¢g2 ¢g4! [Era lo
correcto para ganar más rápido. La partida siguió
5...¢h4? 6.¤f5+ ¢g4 7.¤h6+ ¢g5 8.¤f7+ ¢f6 9.¤d8
¢e5 10.¤c6+ ¢d5 11.¤e7+ ¢d4 12.¤g6 ¢e3 13.¤e5
¢d2! (13...¢e2? 14.¤g6 f3+ 15.¢xg3 f2 16.¤f4+=)
14.¤g6 f3+ 15.¢xg3 e3 16.¤e5 f2 17.¤f3+ (perdía
también 17.¤c4+ ¢e2 18.¤xe3 ¢xe3 19.¢g2 ¢e2)
17...¢e2 las blancas abandonaron en vista de 18.¤d4+
¢d1 19.¢g2 (19.¤f5 f1¤+! 20.¢g2 e2+-) 19...e2]
6.¤d5 e3 7.¢f1 ¢f3 y no hay defensa contra el avance
de los peones. 0-1 (Skalkotas–T. Horvath, Atenas, 1983) 67 N 0-1
Universidad para Todos
68 Conociendo lo expuesto anteriormente, está
claro que en esta posición las negras intentarán evi–
tar a toda costa que el peón g también llegue a la 5ta
fila. Veamos como se desenvolvió la lucha en esta
partida. 1...¤d3+ 2.¢e4 ¤f2+ 3.¢f4 ¤d3+ 4.¢e4
¤f2+ 5.¢f3 ¤h3! Impidiendo que un tercer peón lle–
gue a la fila 5. 6.¢e3 ¤g5 7.¢d4 ¢e8 8.¢d3 ¢f7
9.¢e3 ¤h3 10.¢f3 ¤g5+ 11.¢g3 ¢g7 12.¢f4 ¤h3+
13.¢e3 ¢f7 14.¢d4 ¢e7 15.¢d5 ¤f4+ 16.¢c4 ¤h3
17.¢d4 ¤g5 18.¢d5 ¤h7 Es importante significar
que uno de los recursos de la defensa es cambiar su 68 N ½
caballo por dos peones y arribar a una posición de empate en el final resultante,
por ejemplo: 19.¢e4 [19.f6+ ¤xf6+ 20.exf6+ ¢xf6 21.¢e4 ¢g5 22.¢f3 ¢g6
23.¢f4 ¢f6] se llega a una estudiada posición de empate. 19...¤g5+ 20.¢f4
¤h3+ 21.¢e4 ¤g5+ 22.¢f4 ¤h3+ 23.¢f3 ¤g5+ 24.¢g3 ¢f7 25.e6+ Luego
de varios intentos fallidos para colocar los tres peones en la 5ta fila o lograr otro
avance favorable, las blancas deciden efectuar esta jugada que deja cuadros
para el bloqueo al segundo jugador 25...¢f6 26.¢h4 ¤e4 27.¢h5 ¤d6 28.¢h6
¤e8 29.¢h5 ¤d6 30.¢h4 ¤e4 las blancas no pueden progresar. ½–½ (Mohring–
–Pribyl, Hradec Kralove, 1977)
69 En una posición parecida a la de la partida ante–
rior, el bando de la defensa no consigue mantener el
bloqueo de una cadena de peones en escalera. El peón
más avanzado es el de una columna del extremo (de
torre) y esto plantea mayores dificultades. 1...¢c6!!
[1...a2? 2.¤e3+ ¢e4 3.¤c2 ¢d3 4.¤a1 ¢d2 5.¢xa2
c4 6.¤b3+ ¢c2 7.¤d4+ ¢d3 8.¤b3= ¢c3 9.¤a5 b3+
10.¢b1 ¢b4 11.¤xc4! El conocido recurso de trans–
formar el juego en un final tablas de reyes y peones.
11...¢xc4 12.¢b2 ¢b4 13.¢b1 ¢c3 14.¢c1; 1...¢d4?
2.¤d6 ¢d3 3.¤c4 ¢e2 4.¤d6 ¢d1 5.¤e4 c4+ 6.¢xb4 69 N 0-1
a2 7.¤c3+=] 2.¢c2 [2.¤e3 ¢b5 3.¤c4 a2-+] 2...¢b5 3.¤d6+ [3.¢b3 a2-+]
3...¢a4 4.¤c4 b3+ 5.¢c3 a2 6.¢b2 ¢b4 7.¤e3 c4 8.¤d5+ ¢c5 9.¤c3 ¢d4
10.¤e2+ [10.¢a1 b2+! (10...¢xc3?=) 11.¢xb2 a1£+ 12.¢xa1 ¢xc3-+ ahora
el final de peones es ganador para las negras. 13.¢b1 ¢d2-+; 10.¤a4 c3+
11.¤xc3 a1£+ 12.¢xa1 ¢xc3 13.¢b1 b2 14.¢a2 ¢c2-+; 10.¤b5+ ¢d3
11.¢a1 ¢c2 12.¤d4+ (12.¤a3+ ¢c3 13.¤b5+ ¢d3 14.¢b2 c3+ 15.¤xc3
a1£+-+) 12...¢d2 (12...¢c3 13.¤xb3!=) 13.¢b2 ¢d3 (13...c3+ 14.¢a1 b2+
15.¢xa2 c2-+) 14.¤b5 c3+ 15.¤xc3 a1£+ 16.¢xa1 ¢xc3 17.¢b1 b2 18.¢a2
¢c2-+] 10...¢d3 11.¤c1+ ¢d2 12.¢a1 De nuevo se acude al recurso de ahogo
12...b2+! [12...¢xc1?=] 13.¢xb2 a1£+ 14.¢xa1 ¢xc1 0-1
2.5 El rey solo se enfrenta a caballo y peón
70 Ya vimos en 2.1 como las blancas no podían
desalojar al rey negro de la posición de bloqueo que
mantienen sobre su rey y explicamos porqué sucede
esto. ¿Cuándo sucede? Solo si el rey de un bando y el
caballo del otro se encuentran en una posición como
esta o similar, en cuadros de igual color y le corres–
ponde jugar a quien tiene el caballo: 1.¤e4 ¢c8
2.¤d6+ ¢c7 3.¤b5+ ¢c8 y las blancas no pueden
ganar. ½–½
Si en la misma posición le tocara jugar a las negras
perderían: 1...¢c8 Ahora rey y caballo de bandos 70 B ½ / N 1-0
opuestos se encuentran en cuadros de diferente color y le corresponde jugar al
que tiene el caballo 2.¤e4 ¢c7 3.¤d6+- y obliga a levantar el bloqueo. 3...¢xd6
4.¢b7 1-0
71 El tema del ahogado se presenta como un recurso salvador: 1.¢c5 las blancas
necesitan desalojar al rey negro del cuadro de promoción a8 pero a la vez mantener
defendido su peón. Esto resulta imposible por el tema del ahogado 1...¢a8 si ahora
las blancas juegan 2.¢b6 tablas por ahogo, [lo mismo sucedería con 2.¢c6] ½–½
Es importante significar que un peón en la antesala de la promoción (fila 7
para las blancas y 2 para las negras) defendido por el caballo, siempre gana,
salvo que sea de las columnas de los extremos o de torre, como se les conoce por
estar ubicadas en ellas estas piezas al inicio del juego. Bastará acercar al rey
propio para que apoye el acto de promoción, mientras el bando de la defensa
estará atado al cuidado del peón.
72 En esta posición tenemos un peón defendido por el caballo y el rey de este
bando alejado, el resultado de la lucha dependerá en primer lugar de si el caballo
realiza su función desde cuadros ubicados delante de la fila donde se encuentra el
peón, o detrás de la misma. La posición que sigue es muy simple: el rey negro nunca
podrá capturar al caballo pues d5 se hace inalcanzable; lo mismo sucede si el caballo
estuviese defendiendo en e3, c3 o b4; pero si, por ejemplo, el caballo estuviera en f6,
e7, c7 o incluso en b6, las negras podrían empatar pues capturarían al caballo y
luego tendrían tiempo para colocarse con su rey en cuadros donde se asegure la
 —11—
igualdad. He aquí las jugadas de esta posición: 1.¢b2 ¢d6 2.¢c3 ¢e5 3.¢c4 ¢d6
4.¢b5 ¢d7 5.¢c5 ¢c7 6.d6+ ¢d8 7.¢c6 ¢c8 8.¤e6 ¢b8 9.d7 1-0
73 Las blancas tienen tres opciones de defensa para c4; ¿cuál es la correcta?
Veamos: 1.¤a5! [1.¤d6? ¢c5 y las negras empatan con facilidad; (1.c5? ¢d5
2.¢g2 ¢c6 3.¢f3 ¢xb7 4.¢e4 ¢c6 llevaría a un resultado de empate igual–
mente). Con su jugada, las blancas sitúan al defensor lo más alejado posible del
rey adversario a fin de ganar tiempo para poder trasladar su rey al escenario de la
lucha] 1...¢c5 2.¢g2 ¢b4 3.¢f3 ¢xa5 4.¢e4 ¢b6 5.¢d5 ¢c7 6.¢c5 las blancas
ganan en un final ya estudiado. 1-0
71 ½ 72 1-0 73 1-0
2.6 Rey, caballo y peón vs. rey y peón
En los finales con los peones en el mismo flanco, las posibilidades de empate
están dadas cuando el bando de la defensa consigue capturar al peón o cambiarlo
por su peón.
74 Las blancas van a maniobrar para mantener defendido su peón y llegar a
capturar al peón del adversario. 1.¢f2 g5 [1...¢e4 2.¤g2] 2.¢e2 ¢e4 3.¢d2
¢f4 [3...¢d4 4.¤g2 ¢e4 5.¢e2 ¢d4 6.¢f3 ¢d3 (6...¢d5 7.¤f4+ gxf4 8.¢xf4
¢e6 9.¢g5 ¢f7 10.¢h6+-; 6...¢e5 7.¢e3 ¢d5 8.¤f4+ ¢e5 9.¤h3 ¢f6
10.¢e4+-) 7.¤f4++-] 4.¢d3 ¢f3 5.¢d4 ¢f4 6.¢d5! abandonando el caballo
para llegar a un final de reyes y peones ganado 6...¢xe3 7.¢e5 y las blancas
ganan. El tema del sacrificio del caballo para arribar a un final ganador ha estado
presente en muchas de las variantes de esta partida. 1-0 (Blackburne–Zukertort,
Londres, 1881)
75 En esta posición las dificultades para vencer están dadas en la lejanía del
rey blanco: 1.b4 ¢d5 2.¤c5 ¢c4 3.¤a6 ¢d5 4.¢g7 y las blancas ganan con
facilidad acercando su rey; las negras no pueden capturar al peón. 1-0
76 Las blancas utilizarán otra vez un recurso ya conocido: 1.¤b6+! [1.¤e7
¢b7 2.¤d5 c6 forzando el empate.] 1...cxb6 [1...¢b7 2.¤c4 c6 3.¤a5++-] 2.¢f3
¢b7 3.¢e4 ¢c7 4.¢e5 ¢d7 5.¢d5 ¢c7 6.¢e6 ¢c8 7.¢d6 ganando. 1-0
74 1-0 75 1-0 76 1-0
2.7 Rey, caballo y peón vs. rey y dos peones
77 1...¤e3 [1...¤e7 2.h4+ ¢g6 3.¢f4 ¢f7 4.¢f3
(4.¢e4 ¤g6 5.h5 ¤h4 (5...¤e7 6.¢f4 ¢f6) 6.¢f4 ¢f6
7.¢g3 ¢g5) 4...¤g6 5.¢g3 ¢e6 6.¢h3 ¢e5 7.g5 (7.h5
¤f8; 7.¢g3 ¢e4) 7...h5] 2.h4+ ¢g6 3.¢f3 ¤d5 [Era
mejor 3...¤c4! con un plan similar al que siguió en la
partida] 4.¢e4 ¤b4 [4...¤e7 5.¢e5 ¢f7 6.h5 ¤c6+
7.¢f5 ¤d4+ 8.¢e5 ¤f3+ 9.¢f4 (9.¢f5 ¤h4+ 10.¢e5
¢e7 11.¢f4 ¢f6–+) 9...¤g5 (9...¤h4 10.¢g3=)
10.¢e5 (10.¢f5 ¤e6 11.¢e5 ¤g7 12.g5 hxg5 13.h6
¤e6 14.h7 ¢g7–+) 10...¢g7 (10...¤e6 11.¢f5 ¤g7+
12.¢e5 ¢e7 13.g5=) 11.¢f5 ¤h7 (11...¤f7 77 N 0-1
12.¢e6=) 12.¢e5 ¢f8 (12...¤f8 13.¢f5) 13.¢e4 a)13.¢e6 ¢e8 14.¢f5 (14.¢e5
¢e7 15.¢f5 ¢f7 16.¢e5 ¤g5 17.¢f5 ¤e6 18.¢e5 ¤g7–+) 14...¢f7 15.¢e5
¤g5 16.¢f5 ¤e6 17.¢e5 ¤g7–+; b)13.¢f4=; 13...¢e7 (13...¢e8 14.¢f4=;
13...¢f7 14.¢f5=) 14.¢e5 ¢f7 15.¢f5=] 5.¢e5 ¤c2 6.¢e4 ¤e1 7.¢f4 ¤g2+
8.¢g3 ¤e3 9.¢f4 ¤c4 10.¢e4 ¢f7 11.¢f4 [11.¢f5 ¤d6+ 12.¢e5 ¤c8 13.h5
¤e7 14.¢f4 ¢f6–+] 11...¤d6 12.¢e5 abandonan las blancas 12...¤c8 13.¢f5
¤e7+ 14.¢f4 ¤g6+ 15.¢g3 ¢e6 y las negras ganarán. 0-1 (Gligoric–Marovic,
Zagrev, 1995)
Curso de finales
78 En esta posición las negras pierden independien–
temente de quien juegue: 1...¢g6 [1...¢f7 2.¢xg5+-;
1...b4 2.¤xb4+-] 2.d6+- ¢f7 3.d7 y el peón es inal–
canzable. 1-0
Jugando las blancas también es posible lograr la vic–
toria utilizando un recurso ya conocido en los finales:
1.¢g3 La triangulación para ceder el tiempo, es decir,
darle oportunidad de jugar al adversario 1...¢f5 2.¢f3
¢f6 [2...g4+ 3.¢g3] 3.¢g4 1-0
78 1-0
2.8 Rey caballo y peón vs. tres peones
79 Cuando los peones están fijados, el bando que cuenta con el caballo tiene
posibilidades de lograr la victoria. Veamos un primer ejemplo: 1.¢a7 otras ju–
gadas conducen al empate: [1.¢c7 c5 2.dxc5 d4 3.¤g2 ¢e5 4.c6 d3 5.¢b7 d2
6.¤e3 ¢d4=; 1.¢b7 ¢d6 2.¢b6 ¢d7 3.¤g4 ¢d6 4.¤e5 e3 5.¤f3 e2 6.¤e1
¢d7 7.¢c5 ¢c7 8.¢b4 ¢b7 9.¢c3 ¢b6 10.¢d3 c5=] 1...¢d7 [1...¢d6 2.¢b7
¢d7 3.¢b6 ¢d6 4.¤g4 ¢d7 5.¤e5+ ¢d6 6.¤xc6 e3 7.¤b4+-] 2.¤g4 ¢e6
[también pierde 2...¢d6 3.¢b6 ¢d7 4.¤e5++- ¢e6 5.¤xc6 e3 6.¤e5 e2 7.¤d3
¢f5 8.¢c5 ¢e4 9.¤e1 ¢e3 10.¢xd5 ¢d2 11.¤g2+-] 3.¢b7 ¢f5 4.¤e3+ ¢f4
5.¤c2 e3 6.¢xc6 ¢e4 7.¢c5 e2 8.¤e1 ¢e3 9.¢xd5 ganando de igual forma
que en el comentario anterior. 1-0
80 Veamos otro ejemplo tomado de la práctica magistral donde el bando que
posee el caballo triunfa al tener fijados los peones adversarios.
56...¤c4+ 57.¢d3 ¤d6 58.¢e3 ¤f5+ garantizando la decisiva penetración
del rey. 59.¢f2 [59.¢e2 ¢f4 60.¢f2 ¤e3 61.¢g1 ¢g3–+ no cambiaba el resul–
tado] 59...¢f4 60.¢g1 ¢g3 61.¢h1 ¤e3 62.f4 ¢xf4 63.¢h2 ¤f5 64.¢g1 ¢g3
65.¢h1 ¤e3 66.¢g1 ¤xg2 67.¢h1 ¤f4 68.¢g1 ¤xh3+ 69.¢f1 ¤f2 0-1
(Rayner–Adams, Londres, 1987)
81 Cuando los peones pueden movilizarse, el bando que tiene el caballo tiene
una difícil tarea para conseguir al menos un empate: 59.h4 ¢e5 60.¢g6 ¤e6
61.g3! Una excelente jugada que paraliza el contrajuego negro 61...¤d4 62.f4+
¢e6 63.h5 ¤f5 64.g4 las negras abandonan ante la imposibilidad de evitar la
derrota. 1-0 (Beliavsky–Eingorn, URSS, 1984)
79 1-0 80 N 0-1 81 1-0
2.9 Rey, caballo y peón vs. rey y caballo
En este final estudiaremos posiciones donde el peón está a un paso de promo–
ver y hay que maniobrar para desalojar al caballo adversario que controla el
cuadro de promoción.
82 El plan de las blancas tiene dos fases: llevar su
caballo a d6 para desalojar al caballo negro, y luego que
este ocupe el cuadro e6, desalojarlo de nuevo llevando
el caballo a c7: 1.¤a5 ¢f5 2.¤c4 el cuadro d6 es clave
en el plan de las blancas 2...¤g5 [2...¢f6 3.¤d6+-;
2...¢e6 3.¤d6+-] 3.¤d6+ [3.d8£ ¤e6+] 3...¢e5 4.¢c8
¤e6 ahora habrá que desalojar al caballo negro de su
nueva posición 5.¤e8 consiguiendo el objetivo previsto
y con ello la promoción del peón 5...¢f4 6.¤c7 (Estu–
dio de Cheron, 1926) 1-0
82 1-0
83 Aun con menos espacio, las blancas consiguen
realizar un plan de desalojo del caballo negro.
1.¤b4 cuadros claves para ejecutar el plan son b6,
c5, e5, f6 y f8; b8 tiene el inconveniente de que obs–
truye la promoción del peón 1...¢e5 2.¤d3+ ¢d5
[2...¢d6 3.¤f4 ¢e7 4.¤d5+ seguido de ¤b6 ganan–
do] 3.¤f4+ ¢d6 4.¤g6 ¢d5 5.¤f8 ¤e5 la doble ame–
naza es un recurso conocido 6.¢a8 [6.b8£ ¤c6+?=]
6...¤c6 7.¤d7 se hace necesario maniobrar para des–
alojar al caballo negro de su nueva posición defensi–
va; son cuadros claves a2, a5, b4, d4, e5, e7 y d8 83 1-0
7...¢d6 8.¤b6 ¢c5 [8...¢c7 9.¤d5+ ¢d6 10.¤b4+-] 9.¤c8 ¢c4 10.¤a7+- y
se logra el objetivo. (Estudio Kling, 1867) 1–0
 —12—
84 Veremos otra vez en este ejemplo maniobras de
desalojo del caballo defensor: 1.¤e6 en busca del cuadro
d4, uno de los que sirve a las blancas con esta finalidad
1...¢a7 [1...¤a7 2.c7+ ¢b7 3.¤d8+ ¢b6 4.¤c6+-]
2.¤d4 ¤c3 3.c7 ¤d5 y al parecer las negras se han sal–
vado pues amenazan al peón y si este pro–mueve el cuadro
g3 les servirá para defenderse con el conocido recurso
de la doble amenaza sobre el rey y el peón, pero... 4.¤c6+
es la intermedia que garantiza el triunfo a las blancas, si
ahora 4...¢a8 [4...¢a6 5.¤b4+ y el jaque, amenazan–
84 1-0 do al mismo tiempo al caballo, consigue la victoria;
4...¢b6 5.c8£+- y el propio rey negro priva a su caballo del cuadro de defensa
g3] 5.c8£# 1-0
2.10 Lucha de caballos con un peón de diferencia
2.10.1 Dos peones vs. uno
85 Este final regularmente resulta empatado cuando los peones de ambos
bandos están en el mismo flanco y no existe ningún peón libre: 54...¤f7 las
negras intentarán evitar que el rey blanco ocupe el cuadro g5 en condiciones
ventajosas 55.¤e4 ¤d8 56.¤c5 [Pésimo sería 56.¢g5?? ¤e6#] 56...¢f6 57.g5+
las blancas se deciden entonces por ganar espacio con esta jugada y luego in–
tentar una maniobra de rodeo con el rey para llegar a amenazar g6 57...¢g7
58.¢e5 ¤c6+ 59.¢d6 ¤b4 Por su parte las negras van en busca de crear ame–
nazas sobre h4. 60.¤e6+ ¢f7 61.¤d8+ ¢g7 62.¢e6 ¤c2 Tablas, si 63.¢e7
¤e3 64.¤e6+ ¢g8 65.¢f6 aunque las blancas consiguieron su objetivo de ame–
nazar g6, las negras también alcanzan el suyo... [65.¤d4 ¤f5+=] 65...¤g2 y cae
h4 resultando una posición que asegura el empate al segundo jugador. ½–½
(Byrne, R–Padevsky, Monte Carlo, 1968)
86 Aquí las negras tienen el peón f libre, pero la amenaza que las blancas con–
cretan con su próxima jugada asegura el empate inmediato. 80.h5! g5 [80...gxh5+
81.¤xh5= no ofrece por supuesto ninguna posibilidad de triunfar] 81.¤h3 El re–
curso de entregar el caballo por los dos peones (¤xg5) garantiza el empate. ½–½
(Hecht–Gligoric, Buesum, 1969.)
87 Más opciones tiene el bando que posee ventaja material si tiene un peón
libre, preferiblemente alejado: 1.¤f6 Las blancas ponen bajo fuego a g4 1...¢h4
[1...¤b7 2.¤e4+ ¢h4 3.¢f4 ¤d8 4.b6 es también difícil de defender para las
negras.] 2.b6 ¢h3 3.¢f5 ¢g2 [3...g3? falla por la doble amenaza que fuerza el
cambio de caballos 4.fxg3 ¢xg3 5.¤e4++-] 4.¤e4 ¤d7 intentando ganar un
tiempo en la amenaza a b6. 5.b7 ¢f3 6.¤f6 pero son las blancas las que consi–
guen este objetivo en la doble amenaza a d7 y g4. 6...¤b8 7.¤xg4 ¤a6 8.¤f6
¢xf2 9.¢e5 y se ha llegado a un final ya estudiado muy ventajoso para las
blancas 9...¢e3 10.¢d5 ¢d3 11.¤d7 ¢c3 12.¢c6+. No hay nada que hacer
ante la amenaza ¢b6 y desaloja al defensor. 1-0 (Mason–Regio, Montecarlo)
85 N ½ 86 ½ 87 1-0
88 Veamos ahora una posición donde el bando en
desventaja material tiene sus elementos mejor ubi–
cados para la defensa: 1.¤e1 ¢d4 2.¤g2 El ataque
sobre f4 frena el avance del rey negro 2...¢e5 3.¢b4
ahora el rey blanco se sitúa listo para avan–zar sobre
b6 en cuanto el caballo lo permita 3...¢f5 4.¢a4 y
las blancas mantienen su posición activa con ame–
nazas sobre los peones negros que garantizan el em–
pate. ½–½ (Botvinnik–Lisitsin, Moscú, 1935)
88 B ½
Universidad para Todos
2.10.2 Tres peones vs. dos
89 Es posible ganar ante peones débiles aun cuan–
do todos se encuentren en el mismo flanco: 1.¤e1
con la idea de ¤f3 para luego avanzar con el rey vía
c4-c5 1...¤c3 2.¤f3 ¢g6 [2...¤d5+ 3.¢d4 ¤f4
4.¤xg5+ ¢g6 5.h4 con dos peones de ventaja] 3.¢d4
¤d5 4.¢c5 ¤f4 5.¢d6 Las blancas han desarrollado
con éxito su plan. 5...¤xh3 [Continuar la defensa con
movimientos de rey, luego de: 5...¢h6 6.¢d7 ¢g6
7.¢e7 zugzwang 7...¢h6 8.¢f6 conduciría a una po–
sición perdida] 6.¢xe6 Ahora el peón libre e consti–
tuirá una fuerza decisiva 6...¤f2 7.¤h2 ¤d3 [7...¤e4 89 1-0
8.¢e7+-] 8.¢d6 ¢f7 9.e6+ ¢e8 10.¤f3 ¤f2 11.¤xg5 ¢d8 [también perdía
11...¤xg4 12.¤h7 ¢d8 13.e7+ ¢e8 14.¢e6 zugzwang; mueve el caballo negro
y entonces las blancas juegan ¤f6++] 12.¤h7 ¤e4+ [12...¤xg4 13.e7++-]
13.¢e5 ¤f2 14.¤f6 ¢e7 15.¤d5+ ¢f8 16.g5 abandonan las negras. Con dos peones
menos la posición no ofrece esperanzas para las negras. 1-0 (Serper–Suba,
Hastings, 1990.)
2.10.3 Cuatro peones vs. tres
90 Ambos bandos tienen peones en uno y otro flan–
co: 1.¢e3 ¢g6 el rey se dispone a aproximarse a los
peones aislados blancos del flanco rey 2.¤d2 ¤c5
3.¢d4 las blancas se defienden activamente puesto
que mantenerse defendiendo los peones del flanco rey
con esta pieza no las salvaría de la derrota 3...¤b7
4.¢d5 ¢g5 5.¢c6 ¤d8+ 6.¢d7 ¢h4 con el rey ad–
versario alejado, las negras utilizarán al peón h como
carta de triunfo 7.¢xd8 ¢xh3 8.¢e7 h5 9.¢f7 h4
10.¢xg7 ¢g2 y las negras tienen el juego ganado. La
partida se jugó: 10...¢g3 11.¢f6 [11.¤e4+ ¢xf3 90. B 0-1
12.¤g5+ ¢g2 13.¢f6 h3-+] 11...h3 12.¤f1+ ¢f2 13.¤h2 a4 14.bxa4 b3 15.f4
b2 0-1 (Reshevsky–Rellstab, Kemeri, 1937)
91 He aquí la lucha con el peón libre de ventaja en
un flanco: 1...¢f8 Ambos bandos acercarán sus reyes
al peón libre. 2.¢f1 ¢e7 3.¢e2 ¢d6 4.¤c2 ¢e5 5.¤e3
El desalojo del caballo bloqueador 5...¤b2 6.¤d1 ¤a4
7.¢d3 ¢d5 8.¤e3+ ¢c5 El rey negro se decide a blo–
quear y entonces el caballo blanco emprenderá accio–
nes de debilitamiento de los peones negros en el flanco
rey 9.¤f5 g6 10.¤h6 f5 11.¤f7 ¢d5 12.¤g5 ¤c5+
13.¢e3 h6 14.¤f3 [amenaza ¤h5] 14...g5 15.g3 ¤e4
16.¤d4 ¤xc3 17.¤xf5 derivando a un final de tres
peones contra dos en el mismo flanco pero con el rey 91 N 1-0
negro alejado. 17...h5 18.f4! La jugada correcta. [la partida continuó: 18.¤g7 h4
19.gxh4 gxh4 20.f4 h3 21.¤f5 ¢e6 22.¤g3 ¢d5= y luego terminó en tablas]
18...g4 [18...gxf4+ 19.¢xf4 ¤e4 20.h4 ¤f6 21.¤g7 ¢d6 22.¢f5 ¢e7 23.¢g6+-
tampoco ofrecía esperanzas al segundo jugador; 18...¤e4 19.¤e7++-] 19.¤g7
¢d6 20.¤xh5 ¢e6 21.¤g7+ ¢f6 22.¤e8+ y con dos peones de ventaja las blan–
cas ganan fácilmente. 1-0 (Keres–Reshevsky, Leningrado–Moscú, 1939)
2.10.4 Cuatro peones vs. tres en un mismo flanco
92 51...¤c4+ 52.¢d4 ¤d6 53.¤c5 ¤f5+ 54.¢e4
¢d6 Las negras han posicionado bien a su caballo y
se disponen a efectuar una maniobra de rodeo con su
rey 55.¤d3 g5 56.¤b4 ¢c5 57.¤a6+ ¢b6 58.¤b8
¢c7 59.¤a6+ ¢c6 60.¤b4+ [contra 60.¤b8+!? para
crear dificultades a la entrada del rey negro, podría
jugarse: 60...¢d6 61.¤a6 ¤e7 (61...h4!?) 62.¤b4 f5+
63.¢d3 e5 con buenas posibilidades de victoria]
60...¢b5 61.¤d3 ¢c4 62.¤b2+ ¢c3 63.¤a4+
[63.¤d3 ¢d2 (63...¤d6+ 64.¢e3) 64.¤c5 entrando
en la variante del próximo comentario] 63...¢d2 64.f4 92 N 0-1
[Es de interés analizar 64.¤c5 ¤d6+ 65.¢d4 e5+! (65...¢e2? 66.¤xe6 ¢xf3
67.¤g7 h4 68.gxh4 gxh4 69.¢d5 ¤e4 70.h3=) 66.¢d5 ¤e8 67.¢e6 (67.¤e4+
¢e3 68.¤xf6 ¤xf6+ 69.¢xe5 ¤h7 70.f4 gxf4 71.gxf4 h4-+) 67...¢e3 68.¢e7
¢xf3 el recurso de abandonar la pieza por peones que ya hemos apreciado en
otros ejemplos 69.¢xe8 f5 70.¢f7 f4 71.gxf4 exf4 72.¢g6 ¢e3 (72...g4 73.¢xh5
g3 74.hxg3 fxg3 75.¤d3=) 73.¢f5 g4 (73...f3 74.¤e4 g4 75.¤g3 h4 76.¤f1+
¢f2 77.¢xg4=) 74.¤e4 h4 seguido de g3, ganando] 64...¤d6+ 65.¢d4 gxf4
66.gxf4 ¢e2 67.¤c5 h4 68.¤xe6 ¢f3 69.¢d5 ¤f5 70.¤c5 ¤e3+ 71.¢d4
[71.¢e6 f5-+] 71...¤g4 72.h3 ¤f2 73.f5 ¤xh3 74.¤e4 ¤f4 y el peón h tiene
asegurado el camino a la promoción 0-1
 —13—
2.11 Lucha entre caballos con igualdad material.
Veremos algunos ejemplos tomados de la práctica magistral.
93 En la presente posición, el peón blanco esta
más adelantado y en una columna de torre, donde ya
sabemos, se dificulta el control del mismo para un
caballo.
1.¢c5 [1.a5 directo ayudaría a las negras 1...¢d6
2.a6 ¤e5=] 1...f5 [1...¤e5 2.a5 ¤d7+ 3.¢c6 y las
blancas ganan] 2.a5 f4 3.a6 f3 4.¤c4 a tiempo de dete–
ner al peón negro 4...f2 5.¤d2 ¤f6 6.¢c6 ¤e4 7.¤f1
abandonan las negras, el peón a es inalcanzable. 1-0
(Vilela–Augustin, Praga, 1980)
93 1-0
94 He aquí la lucha de un caballo y tres peones por
bando; d y h son peones aislados, pero mientras el
primero se convierte en un objeto de ataque para las
negras, el segundo constituye un peón alejado de difícil
control para un caballo. Las negras tienen mejores
posibilidades para triunfar. Veamos cómo se desarro–
lló la lucha: 35...¢f7 36.¢c1 ¢f6 37.¢d2 ¢e5!
38.¢e3 las maniobras de ambos reyes giran sobre e4.
38...h5 39.a3?! [Interesante era 39.¤h3!? ¤e6!
40.¤f2 (40.¤g1 ¤g5–+) 40...¤f4 41.¢f3 a5!
(41...¤e6? 42.¢e3 ¤f4 43.b4! con defensa) 42.a4 94 N 0-1
(42.¢e3 b5 43.¢f3 ¤e6 44.¢e3 ¤c5µ con ventaja) 42...¤e6 43.¢e3 ¤c5-+
ganando material] 39...a5 40.¤h3 ¤c2+ [40...¤e6] 41.¢d3 [41.¢d2 ¤d4
42.¢e3 ¤e6] 41...¤e1+ 42.¢e2 ¤g2 43.¢f3 [43.¢d3? ¤f4+ 44.¤xf4 ¢xf4
45.¢d4 h4 46.e5 ¢f5! 47.¢d5 h3–+ (Reinfeld)] 43...¤h4+ 44.¢e3 ¤g6 45.¤g5
¢f6 46.¤h7+ ¢g7 47.¤g5 ¢f6 48.¤h7+ ¢e7! 49.¤g5 [49.¢d4 ¤f8! una fuerte
jugada que garantiza una opción de cambio ganadora por el alejado peón h.
50.¤g5 ¤e6+!–+] 49...¤e5 50.¢d4 ¢d6 51.¤h3 [51.b3 b6] 51...a4 52.¤f4 h4
53.¤h3 b6! Una jugada de espera para obligar a jugar al adversario. [Era incorrecto
53...b5? 54.¤f4 ¤c6+ 55.¢c3! ¢e5 56.¤g6+ capturando h] 54.¤f4 b5 55.¤h3
[era mejor 55.¢c3 ¤c6 56.¢d3 ¢c5 (56...¢e5 57.¤g6+) 57.¤e6+ ¢d6 58.¤f4]
55...¤c6+ 56.¢e3 [56.¢c3 ¢e5; 56.¢d3 ¢e5 57.¢e3 ¤a5–+] 56...¢c5 57.¢d3
[57.¢f4 ¢d4 58.¢f5 (58.¤g5 ¤e5! 59.¤e6+ ¢c4 60.¢xe5 h3–+ y h es
indetenible) 58...¤e5 59.¤f2 ¤c4–+ con posición ganadora] 57...b4! 58.axb4+
[58.¤f4 bxa3 59.bxa3 ¤e5+ 60.¢c2 ¤c4–+ y al caer a las negras quedarán con
dos peones libres en las columnas extremas del tablero] 58...¢xb4 59.¢c2 ¤d4+
60.¢b1 [60.¢d3 ¤e6 61.¢e3 (61.¢c2 ¢c4–+) 61...¢b3 62.¤f4 ¢xb2 63.¤xe6
a3–+] 60...¤e6! 61.¢a2 [61.¢c2 ¢c4 62.¤f2 ¤g5!–+ (Reinfeld)] 61...¢c4
62.¢a3 ¢d4! 63.¢xa4 ¢xe4 64.b4 ¢f3 65.b5 ¢g2! abandonan las blancas. Se
ha producido un final como el analizado anteriormente donde el caballo del
bando con ventaja apoya la promoción de un peón de columna torre (a o h) y a
la vez consigue a tiempo detener al peón adversario. Veamos: [66.b6 (66.¤f4+
¤xf4 67.b6 ¤e6 68.¢b5 (68.b7 ¤c5+–+) 68...¤d8–+) 66...¢xh3 67.b7 ¤c5+-+
la doble amenaza]. 0-1 (Lasker, E–Nimzowitsch, Zurich, 1934)
95 Las negras tienen un peón libre, pero a4 y e6
cons–tituyen debilidades, además de que el rey blanco
se encuentra mejor ubicado en el tablero. Así se desarro–
lló la lucha: 64.¤d3 con las ideas ¤c5 y ¢c3–b4
64...¢c6 65.¢c3 ¤f1 66.¢b4 ¤e3 67.¢xa4 y las blan–
cas ganan material 67...d4 con idea ¢d5-e4 68.b4 ¤d5
[68...¢d5 69.b5 ¢e4 70.b6 ¤c4 71.b7 ¤b6+ 72.¢b5
¤d7 73.¤c5++-] 69.¢a5 ¤c7 70.¤c5 ¤b5 71.¢a4
¤c3+ 72.¢a3 [72.¢b3 ¢d5 73.¢c2 ¤e2 74.¤d3 ¢c4
75.¢d2 ¤g3=] 72...¢d5 73.¢b3 ¤b5? [preferible era
95 1-0 73...¤e2! privando al blanco de la posibilidad de llegar
a d3 con el rey 74.¤d3 ¤c3 75.¢c2 ¤e2 76.¢d2 ¤c3 con defensa] 74.¢c2 ¤c3
[74...¢c4 75.¤xe6 d3+ 76.¢d2 ¤c3 77.¤c5 ¤b1+ 78.¢c1+-] 75.¢d3 ¤d1
[75...¤b5 76.¤e4 con idea ¤f6+] 76.¤xe6 [76.¤a6? ¤f2+ 77.¢e2 ¤e4= 78.¤c7+
¢c4 79.¤xe6 d3+ 80.¢d1 ¢c3–+ y son las negras las que ganan] 76...¤f2+
[76...¢xe6 77.¢xd4–+ plantea una difícil tarea al caballo] 77.¢e2 ¤h3 78.f5 [78.b5?
¢xe6 79.b6 ¤xf4+ 80.¢d2 (80.¢f3 ¤g6 81.b7 ¤xe5+=) 80...¢d7=] 78...¢xe5
79.b5 ¤g1+ 80.¢d1 las negras abandonan. No pueden detener a los dos peones
libres de las blancas. 1-0 (Gurevich–Bareev, Bundesliga, 1992)
Curso de finales
3. FINALES DE ALFIL
3.1 Alfil vs. peón
El alfil es una pieza de amplio dominio, y por esa característica para que el
bando que tiene el peón logre la victoria es necesario que se produzca uno de los
dos casos de excepción posibles:
- Que la acción del alfil sea interrumpida por el rey
enemigo o el propio.
- Que el peón pase por la casilla de color del alfil
adversario antes de que este la ataque o controle.
96 Si en esta posición juegan las blancas ganan con
1.¢b7 y si juegan las negras la partida es tablas me–
diante 1...¥g3, a lo cual continúa vía f2 desde donde
controla la casilla a7.
3.2 Alfil y peón vs. rey 96 B 1-0 / N ½
Cuando la lucha presenta para un bando una ventaja tan manifiesta como la
expresada en el subtítulo, ella es suficiente para obtener la victoria. Podemos, no
obstante, indicar que hay dos casos en que por excepción el bando de la defensa
alcanza las tablas y ello está referido a las siguientes posiciones.
97 Es importante significar que en los casos de peón torre, siempre que la
casilla de coronación coincida con el color del alfil, la posición se gana a menos
que el peón sea capturado. En este caso la partida es tablas ante la imposibilidad
de desalojar al rey de su fortaleza. ½–½
98 1- El rey de la defensa ocupa la casilla delante del peón caballo (lo cual es
toda una excepción), sin que pueda ser desalojado, ej: 1.¢d6 ¢a8 2.¢c6 tablas
por ahogado. No se puede romper la fortaleza negra. [Si 2.¢c7 tablas.] ½–½
99 2- El rey de la defensa captura al peón. Las blancas están imposibilitadas
de ofrecer defensa al peón de b3 que caerá fácilmente luego de 1...¢b4 ½–½
97 ½ 98 ½ 99 ½
3.3 Alfil vs. peones
En estas posiciones, el resultado de tablas que se alcanza en la generalidad de
los casos es posible cuando el bando de la defensa logra actuar en cooperación
con sus piezas. Veamos los siguientes ejemplos:
3.3.1 Peones doblados
100 La victoria es posible si las blancas impiden la
participación del rey negro en la defensa, lo cual lo–
gran mediante la maniobra 1.¢d7 seguido de f7 y ¢e8,
luego de la coronación y captura del alfil, se gana el
final con el peón de f4. 1-0
3.3.2 Peones unidos
101 Siempre que puedan cooperar en la lucha, el
100 B 1-0 rey y el alfil de la defensa, se alcanza, las tablas
cuando los dos peones unidos del adversario están
en la 5ta fila: 1...¢e7 El camino más directo para al–
canzar las tablas es con 1...¥e4 con la amenaza de
¥xf5, pero no hay dificultad tampoco dejando pasar
al rey blanco. 2.¢g6 ¥g2 [2...¥e4 daba tablas tam–
bién con la idea del sacrificio ya explicada; 2...¥d5
logra tablas también sin dificultades, pues si 3.e6
(3.¢g7 ¥e6!=; 3.f6+ ¢f8 4.¢f5 ¢f7=) 3...¥xe6]
3.f6+ [Si 3.¢g7 ¥d5=] 3...¢f8 4.e6 ¥d5! y tablas
porque las blancas no pueden reforzar más sus posi–
bilidades y el negro bloquea todo intento de corona–
ción 5.e7+ [5.¢f5 ¥xe6+ 6.¢xe6 ¢e8 y tablas]
101 N ½ 5...¢e8 ½–½
 —14—
102 Cuando los peones están en 6 fila, las tablas la
ta
garantizan la óptima posición de las piezas de la de–
fensa:
1...¥c3 [Si 1...¢d8? ganaría la continuación 2.c7+
¢c8 3.¢e7+-] 2.d7+ [2.¢e7 ¥b4!=] 2...¢d8 3.c7+
[3.¢d6 ¥b4+=] 3...¢xc7 4.¢e7 ¥f6+! ½–½
3.3.3 Peones separados
Cuando la lucha del alfil y el rey es contra peones
102 B 1-0 / N ½
separados, aislados o sueltos, las dificultades para la
defensa crecen según las columnas de separación que tengan los peones, puesto
que normalmente es posible obtener las tablas cuando el rey puede ocuparse con
éxito de uno de los peones, mientras el alfil logra neutralizar la acción del otro, o
cuando la acción cooperada de ambas piezas impide el avance de ambos.
103 Las blancas aprovechan la mala disposición
de las negras para alcanzar la victoria con una fina
maniobra. 1.¢d5! Importante movida que hace depen–
diente al rey de las negras de la defensa de su alfil en
la casilla e5, única donde puede ubicarse para impedir
la coronación del peón b. 1...¥e5 2.g3+! [Excelente
jugada que gana tiempo pues si 2.g4? directamente,
entonces luego de 2...¥b8 la partida es tablas.] 2...¢f5
3.g4+ ¢f6 [3...¢f4 4.g5+-] 4.g5+ ¢f5 5.g6 y las
negras no pueden evitar la coronación de uno de los
peones. 5...¢f4 6.b7 1-0 103 B 1-0 / N ½
3.3.4 Alfil contra tres peones o más
104 Esta es una posición ideal de bloqueo que ga–
rantiza las tablas para el bando débil y es importante
el conocimiento de este modelo o recurso para quien
se defiende.
105 Esta posición es muy interesante para com–
prender las posibilidades que brinda a la defensa una
adecuada coordinación de sus fuerzas, incluso, cuando
los peones adversarios están avanzados y apoyados
por su rey.
1.¥b5 para ubicar el alfil atacando por detrás a la ca– 104 ½
dena de peones 1...f3 [1...h3 2.¥d7 h2+ 3.¢h1 f3
4.¥xg4? conduce a la derrota porque en el final de peones
no alcanza a tomar la oposición. Tampoco se debe aban–
donar por el alfil la amenaza sobre la base de la estruc–
tura de peones negra ya que ello ofrece libertades al
rey adversario. 4...¢xg4 5.¢xh2 ¢f4 6.¢g1 ¢e3 7.¢f1
f2 8.¢g2 ¢e2-+. También es un error continuar con a)
4.¥c6? ¢f2 5.¥b7 ¢e1! (5...g3? 6.¥xf3=) 6.¥a6
(6.¢xh2 ¢f2!-+; 6.¥c6 f2 7.¥b5 f1£+ 8.¥xf1 ¢xf1
9.¢xh2 ¢f2 10.¢h1 ¢g3 11.¢g1 ¢h3 12.¢h1 g3
13.¢g1 g2 14.¢f2 ¢h2-+) 6...g3 7.¥b7 g2+ 8.¢xh2
¢f2 ganando; b) Lo correcto era 4.¥c8! f2 5.¥a6 ta– 105 B ½
blas] 2.¥d7 ¢f4 3.¥e6 g3 [Si 3...h3 4.¥d7 ¢g3 5.¥e6 f2+ (5...h2+ 6.¢h1 f2
7.¥c4= ¢f3 8.¢xh2 g3+ 9.¢h3 g2 10.¥d5+ ¢e2 11.¥xg2=) 6.¢f1 h2 7.¥d5=]
4.¥d7 [4.¥h3! También empata y es más precisa] 4...¢e3 5.¥e6 ¢e2 6.¥h3
[6.¥g4? g2 7.¥h5 h3 8.¥g4 h2+ 9.¢xh2 ¢f2-+] 6...¢e1 7.¥f1 f2+ 8.¢h1= nue–
vamente la maniobra de ahogo como recurso salvador. ½–½
3.4 Alfil y peones vs. peones
3.4.1 Alfil y peón contra peón
La ventaja material es habitualmente suficiente para ganar. El plan para lo–
grarlo puede resumirse en:
1- Si el peón del bando fuerte es pasado, una de las figuras apoya su avance y
la otra neutraliza al peón adversario.
2- Cuando no hay peón pasado, entonces la tarea es capturar al peón adver–
sario e imponer la ventaja coronando el nuestro.
Los casos en los cuales se consiguen las tablas son excepcionales.
106 En esta posición resulta imposible para las negras ganar el peón de a2 ya
que no pueden desalojar al rey de las blancas: 1.¢c1 ¢c3 2.¢b1 ¥e3 [2...¥g7
3.¢c1= (Si 3.¢a1?? ¢c2#) ] 3.¢a1 ¢c2 tablas por ahogado.
107 La posición es tablas con independencia de a quién le corresponda el
turno de jugar. Simplemente la fortaleza de las blancas en inexpugnable y resulta
imposible capturar al peón de b2.
Universidad para Todos
108 Veamos una posición que requiere de mayor labor técnica: Las negras ame–
nazan con realizar las jugadas g6 y ¢g7, de manera que alcanzarían tablas por el
hecho de coronar, en casilla contraria al color del alfil, el peón h de las blancas. Para
evitar esto las blancas juegan del único modo posible: 1.¢h5! g5 [Si 1...¢f7 2.¥d5+
¢f6 3.¥g8 g5 (3...¢f5 4.¥h7+ ¢f6 5.¥g6 ¢e7 6.¢g5 ¢f8 7.¥h7 impidiendo el
paso del rey a h8 vía g8. 7...¢f7 8.h4 g6 (8...¢f8 9.¢g6+-; 8...¢e7 9.¢g6 ¢f8
10.h5+-) 9.¢h6 ¢f6 (9...¢f8 10.¢xg6 ¢e7 11.¢g7) 10.¥xg6+-) 4.¢h6 ¢f5 5.h3!
¢f6 (5...g4 6.¥e6++- porque después de 6...¢xe6 7.hxg4 decide) 6.¥d5 ¢f5 7.¢g7!
¢e5 (7...g4 8.¥e6+! ¢xe6 9.hxg4+-) 8.¢g6 ¢f4 (8...¢xd5 9.¢xg5+-)] 2.¢h6
evitando la marcha del rey negro hacia la casilla h8, donde se haría de una fortaleza
imposible de desalojar. 2...g4! [2...¢f5 3.h3! ¢f6 (3...¢f4 4.¢g6+-) 4.¥d5 para
impedir que el rey vaya para f7 4...¢f5 5.¢g7+-] 3.¥e4 ¢f7 [3...¢e5 4.¢g5! ¢e6
(4...¢xe4 5.¢xg4 ¢e5 6.¢g5 ¢e6 7.¢g6 ¢e7 8.¢g7 ¢e6 9.h4 ¢f5 10.h5+-)
5.¢g6 ¢e5 (5...¢e7 6.¥f5 ¢f8 7.¢h7+-) 6.¥b7 ¢f4 (6...¢e6 7.¥c8++-) 7.¢f6
g3 8.h3!+-] 4.¥h7! Las blancas no pueden permitir que el rey de las negras alcance
g8. 4...¢f6 [4...¢e6 5.¥g8+ ¢f6 6.¥d5 ¢e5 7.¥b7 ¢f5 8.¥c6 ¢f4 9.¢g6 g3 10.h4+-;
4...¢f8 5.¢g6 ¢e7 6.¥g8 ¢d6 7.¢f6 y ¥e6 ganando] 5.¥g6 ¢e6 [5...¢e5 6.¢g5
¢e6 7.¥h5 ¢e7 8.¢h6 ¢f8 9.¢h7+-; 5...¢e7 6.¥f5 ¢f7 7.¢h7+-] 6.¥e8 ¢e7
7.¥c6 ¢f8 8.¥d5 ¢e7 9.¢g7 ¢d6 10.¥b7 ¢e5 11.¢g6 ¢e6 12.¥c8+ ganando el
peón y avanzando sin riesgo a la coronación, porque si 12...¢e7 13.¥xg4 ¢f8
14.¥e6 1-0
106 ½ 107 ½ 108 1-0
3.4.2 Alfil y peón vs. dos peones
Es muy importante conocer algunas posiciones que
conducen a tablas, tales como la Barrera de Averbach.
109 1...f4 [No 1...¢f6 2.¢e2 ¢e5 3.¢d3 ¢f6 4.¢d4
¢g6 5.¢e5+-] 2.g4 ¢d4 3.¢e2 ¢c3 lo importante
es limitar la acción del rey del bando fuerte 4.¥f5 ¢d4
5.¢d2 ¢c4 6.¥e4 ¢d4 7.¥d3 ¢e5 8.¢c3 f3 9.¢d2
¢f4 10.¥f5 ¢g3 11.¢e1 ¢g2 12.¥e4 ¢g3 13.¥f5
¢g2 ½–½
3.4.3 Alfil y dos peones vs. tres peones 109 ½
110 1.¥e8! ¢e7 2.¥b5 f5 3.¢e3 ¢f6 4.¢d4 h5
[Nada resuelve continuar con 4...¢g5 porque luego
de 5.¢e5 h5 6.h4+ ¢g4 7.¢f6! ¢xg3 8.¢g5 f4 9.¥e8
f3 10.¥xg6 f2 11.¥d3+-] 5.¢e3 h4 6.g4 ¢e5 7.¥f1
¢f6 8.¢f4 g5+ 9.¢e3 ¢e5 10.¥a6 1-0 (Portich–Stein,
Susa, 1967)
3.5 Alfil y peón vs. alfil
Resulta importante el dominio técnico de este tipo
de final dada la precisión de maniobras que exige la 110 B 1-0
mínima existencia de recursos en el mismo, ya sea
para imponer la ventaja o lograr la nulidad de la parti–
da. Definiremos como primera posición principal de
tablas aquella que se caracteriza porque el rey de la
defensa puede ocupar la casilla delante del peón sin
que el alfil adversario pueda atacarle.
111 1.¥h5 se trata de impedir que el rey negro se
haga de la casilla e8. 1...¥h3 2.¢e5 [Si 2.¥g6 ¥d7! (Y
no 2...¥g4 porque desarticula la cooperación entre las
piezas de la defensa lo cual les conduciría a la derrota 111 ½
luego de 3.¥f5 ¥xf5 4.¢xf5 ¢f7 5.¢e5 ¢f8 6.¢f6! ¢e8 7.¢e6 ¢d8 8.d7) 3.¥f5
¢e8=] 2...¥d7? [Correcto era 2...¢g7! y resulta valioso para el estudiante fijarse
en la maniobra que el rey debe realizar para salvar la partida. 3.¢d5 ¢f6 4.¢c6
¢e5 5.¢c7 ¢d4 6.¥e8 ¢c5 7.¥d7 ¥f1 8.¥c6 ¥h3=] 3.¢d5 ¥a4 4.¢c5 ¥d7 5.¢b6
¥a4 [Contra 5...¥f5 6.¢c7 ¥h3 7.¥f3 … ¥c6-b7-c8, y ganan.] 6.¢c7 La primera
posición principal de victoria es la que surge de la imposibilidad del rey de la de–
fensa de ocupar la casilla delante del peón y del alfil de igual bando de atacar el,
peón e incluso sin capacidad de impedir su avance, porque se ha creado una barrera
que no pueden penetrar. 6...¥b5 7.¥f3 ¥a4 [7...¢e8 8.¥c6+ ¥xc6 9.¢xc6 ¢d8
10.d7] 8.¥c6 ¥xc6 9.¢xc6 ¢e8 10.¢c7 y ganan. 1-0
 —15—
112 Observaremos la maniobra que permitió hacer tablas la partida: 1...¢f4
2.¥d4 [2.¥e5+ ¢e3 3.b5 ¢d3 4.¢c6 ¢c4=] 2...¢f3!! 3.b5 ¢e2 4.¢c6 ¢d3
5.¥b6 ¥g5 6.¢b7! [6.¥c7 ¥e3 7.¥d6 ¢c4=] 6...¢c4 7.¢a6 ¢b3! 8.¥f2 ¥d8
9.¥e1 ¢a4!= Se determina como segunda posición principal de tablas esta en la
que el rey no tiene la posibilidad de ocupar la casilla delante del peón y donde,
si bien el alfil tampoco puede atacarlo, sí está en posibilidad de impedir que sean
cortadas las diagonales para una efectiva defensa. ½–½ (Capablanca–Janowski,
Nueva York, 1916)
113 Es importante conocer el recurso ganador cuando la coronación del peón
en 7ma es solo posible mediante la desviación del alfil del bando débil, tal como lo
muestra este ejemplo: 1.¥b5 [para realizar la maniobra ¥d3–h7–g8 que conquista
la diagonal larga: primer paso para obtener la victoria] 1...¢g5 2.¥d3 ¢h6 3.¥f5!
¥b3 4.¥d7 [con idea de ¥e8 y ¥f7, lo cual garantiza la coronación del peón.]
4...¢g5 5.¥e8 ¢f6 6.¥a4! Ahora las negras no tienen tiempo para mantener la
defensa. 6...¥a2 7.¥c2 ¢g5 8.¥h7 ¢h6 9.¥g8 ¥b1 10.¥c4 ¥h7 11.¥d3! 1-0
114 Observemos el proceder cuando el peón que está en 7ma fila se encuentra
en la columna f: 1.¥g7 procurando la mejor diagonal 1...¥b4 2.¥f8 ¥c3 [Si
2...¥d2 sigue 3.¥c5 ¥h6 4.¥d4!+-] 3.¥c5 ¥g7 4.¥e3! 1-0
112 ½ 113 1-0 114 1-0
3.6 Alfil y dos peones vs. alfil
115 En la práctica resulta común la victoria del bando que posee los dos
peones de ventaja. No obstante, suelen producirse algunas situaciones de tablas
y hacia estos temas dirigiremos también nuestra atención. En la posición del
diagrama, la magnífica ubicación de las piezas negras limita y restringe la capa–
cidad de maniobras de las blancas, lo cual les garantiza el empate.
1.¢d1 [Contra 1.¢b2 sigue 1...¥f4 2.¢a3 ¥g5 3.¢a4 ¥d8 4.b5 ¥b6 y las blan–
cas no pueden progresar más] 1...¢d3 2.b5 ¥d8= [seguido de ¢c4-b5] ½–½
116 En posiciones con características de bloqueo, donde parece difícil alcan–
zar el acceso al juego activo, la victoria es posible.
1.¢g3 ¥c5 2.¢h4 ¥d6 3.¢h5 ¥f8 4.g6 ¥g7 [Si 4...¢f6 entonces 5.¥c3+ ¢f5
6.¥e5! y gana] 5.¥c1! ¥f8 6.¥a3! ¥g7 7.¥d6 ¢e6 8.¥e5 1–0
117 Curiosa es esta posición donde se combinan la belleza y la lógica para
garantizar las tablas.
1...¥h3 2.gxh3 y tablas por la conocida razón de no controlar el alfil la casilla
de coronación del peón. [Si 2.¢f2 es suficiente 2...¥xg2=] ½–½
115 ½ 116 1-0 117 N ½
118 Una posición parecida al ejemplo anterior es vá–
lida para explicar la fuerza de la ventaja material cuan–
do los peones están unidos, aunque se encuentren en
las casillas originales.
1...¥h3 Aquí no surte igual efecto por no ejercer la
clavada como en el caso anterior. 2.g3! ¢f6 3.¥f1 im–
portante para liberar a los peones que ahora están frena–
dos por el alfil negro. 3...¥e6 4.¢f2 ¢e5 5.¢e3 ¥d7
6.h4 ¥g4 7.¥e2 ¥e6 8.¥d3! ¥f7 [Si 8...¥g4 continuaría
9.¥g6 ¥d1 10.h5 ¢f6 11.¢f4 ¥e2 12.¥e8 ¢g7 13.¢g5
¥d3 14.¥g6 ¥e2 15.h6+ ¢g8 16.¢f4 hay que evitar el 118 B 1-0
sacrificio del alfil por el peón g con lo que la partida sería tablas, por ello es necesaria
la maniobra que se realiza ahora 16...¥d1 17.¥e4 ¥e2 18.¥f3 ¥b5 19.g4 ¢h7 20.g5
¢g6 21.¥e4+ ¢f7 22.¢e5 ¥a4 23.g6+ ganando fácilmente.] 9.g4 ¥e6 10.g5 ¥f7
11.¢f3 ¥h5+ 12.¢g3 ¢e6 [contra 12...¥d1 es bueno 13.¥g6; y si 12...¥e8 13.¢g4
gana] 13.¢f4 ¢f7 14.¥f5 ¥d1 15.¥g4 ¥c2 16.h5 ¥d3 17.¥f5 ¥e2 18.h6 ¥h5
Curso de finales
19.¢e5! concretando la maniobra ganadora 19...¢f8 20.¢f6 ¢g8 21.¥e6+ ¢h8
22.¥f7 1-0
Cuando los peones están separados también se logra la victoria fácilmente, y mientras
más columnas de separación haya entre los mismos el triunfo será más sencillo.
Veamos, para ilustrar lo expuesto, los siguientes ejemplos de la práctica magistral.
119 Aquí hay que evitar sea entregado el alfil por el
peón f. 1.¢g5 ¥d3 2.f4 ¥e4 3.h4 ¥d3 4.h5 ¥e4 5.h6+
¢h8 una vez reducido el espacio del rey adversario
pues se maniobra para avanzar el peón f 6.¥f5 ¥d5
7.¥g6 ¥e6 8.¢f6 [era preciso 8.¥h5] 8...¥c4 [8...¥d7
exigía a las blancas la realización del plan de reagru–
pación por via de ¢g5 y ¥h5-g4.] 9.¢g5 ¥e6 10.¥h5
¢h7 11.¥g4 ¥c4 12.f5 ¥f7 13.¥h5 ¥d5 14.¥g6+ ¢g8
15.f6 abandonan pues si: 15...¥b3 16.¢f4 inicia la tra–
yectoria que ubica al rey en el sitio correcto. 16...¥c4
17.¢e5 ¥b3 18.¢d6 ¥c4 19.¢e7 ¥b3 20.¥f5 gana 119 B 1-0
de inmediato una vez que desplaza al alfil negro. 1-0
(Fischer–Keres, Zurich, 1959)
3.7 Alfiles de igual color con igualdad material
Cuando la igualdad material está referida a la existencia de un peón por bando, el
plan natural está basado en la captura del peón adversario y ganar el final de alfil y
peón contra alfil. No obstante, por los recursos que actúan en el tablero, hay ocasiones
en que las dificultades esenciales para la defensa estriban, en la falta de participación
activa del alfil, o de cooperación entre el rey y el alfil. Es bueno reiterar un concepto
que en diversas oportunidades ha sido señalado y resulta válido para los finales que
estudiamos, la actividad del rey suele ser en ocasiones superior a la de un peón.
Apreciemos ahora lo instructivo de los ejemplos expuestos.
120 1.¥a7! Las negras tienen el alfil obstruido en su acción por el peón propio,
por lo que las blancas aprovechan esta circunstancia para dar la máxima capaci–
dad ofensiva a sus fuerzas y no permitir el movimiento e4. 1...¥a1 2.¢b1 ¥c3
3.¢c2 ¥a1 4.¥d4!! ¥xd4 [Si 4...exd4 gana 5.¢d3] 5.¢d3+- con idea, una vez
que el alfil se separe por la gran diagonal, de hacer ¢e4, con lo cual se bloquea
la posibilidad de jugar e4+ y lograr las tablas. 1-0
Vale señalar que: el método más eficaz en la lucha contra los peones pasados
es el poderlos bloquear con el rey.
121 Las blancas jugaron 1.b6 [Con la amenaza de 2. ¥a6] 1...h5 [Vale detenerse
en el análisis: si las negras hubieran jugado 1...¥b7 entonces resultaría efectiva la
sorprendente continuación 2.¥g2!! la cual debemos recordar no solo por su belleza
sino por el concepto que añade a la lucha. 2...¥xg2 3.f4! ilustrando, cuanta venta–
ja constituyen dos peones separados por columnas, contra un alfil 3...gxf3 (Si 3...h5
4.¢f2 ¥e4 5.¢g3 ¢d3 6.f5 ganando, porque mientras el rey de las blancas bloquea
(frena y controla), a los peones pasados negros, los peones blancos “se escapan” a
la capacidad defensiva del alfil y uno de los dos coronará en dama.) 4.¢f2 y gana,
porque al bloquear al peón pasado negro, el alfil queda anulado como defensor
eficaz contra el peón blanco en b6. 2.¥a6 h4 3.b7 ¥xb7 4.¥xb7 ¢d3! 5.¥c6 [Con–
tra 5.¥c8 g3 logra el empate; 5.¢f1 ¢d4 6.¥c8 g3 7.f4 (7.f3 ¢e3 8.¢g2 ¢f4 tablas
porque no hay forma de progresar) 7...¢e4 8.f5 ¢e5 9.¢g2 ¢f6 logra tablas] 5...¢d4
[5...g3? 6.f4 h3 (6...¢e3 7.f5 h3 8.¢f1 y ganan) 7.f5 g2 (7...h2? 8.f6+-) 8.¢f2+-
] 6.¢e2 [6.¢f1 ¢e5 7.¢g2 ¢f4] 6...¢e5 [6...g3? 7.f4 h3 8.¢f3 g2 9.¢f2 ganando]
7.¢e3 ¢f5 8.¥e4+ [A tablas conduce 8.¥d7+ ¢g5 9.¢e4 ¢h5 10.¢f4 g3!] 8...¢g5
[8...¢e5 9.¥c2 ¢f6 10.¥d1 (10.¢f4 g3! tablas) 10...g3! 11.f3 h3 12.f4 g2 13.¢f2
¢f5 tablas] 9.¥g2 ¢f5 10.¥f1 ¢e5 11.¥d3 ¢f6 12.¢f4 g3! logra tablas ½–½
En ocasiones podemos observar posiciones donde la diferencia no estriba esen–
cialmente en la presencia de peones pasados, ni tampoco en un marcado desnivel
de la acción de un alfil respecto al otro, sino en los reyes.
122 Veamos a continuación un ejemplo de la práctica: 1.d6! Se gana espacio
1...¢e8 [Si 1...exd6+? 2.¢xd6 es suficiente para “oprimir” a las negras.] 2.¥c4
¥c6 3.¥g8 incorporando la posibilidad del sacrificio del alfil para ganar con la
120 N 1-0 121 B ½ 122 1-0
 —16—
masa de peones 3...¥a4 4.¥xh7 ¢f7 5.dxe7 ¢g7 6.¥xg6! ¢xg6 7.¢d6 ¢f7
8.h5 ¢e8 9.¢e6 ganando. 1–0 (Smeikal–Jakobsen, Raax, 1969)
3.8 Alfil y dos peones vs. alfil de diferente color
Es importante expresar que si para el resto de los finales disponer de dos peones
de ventaja es suficiente para alcanzar la victoria -resultado que no se logra solo
en condiciones de excepción- para los que estudiaremos a continuación no suce–
de igual, dado por la presencia de ambos alfiles.
3.8.1 Dos peones unidos
Siempre que no se encuentren bloqueados, los peones unidos deben imponer–
se cuando están en el centro. El plan que garantiza el éxito es: reducir el espacio
del rey adversario, y avanzar el rey propio para apoyar el avance de los peones.
123 1...¢e8 2.¥b5+ ¢f8 [Si 2...¢d8 se impone la maniobra 3.¢g6 ¥a3 4.¢f7
y corona.] 3.¢e4 [el traslado del rey hasta d7 es inevitable, pues el alfil de las
negras no puede abandonar la diagonal ya que ganaría e7+.] 3...¥a3 4.¢d5
¥b4 5.¢c6 ¥a3 6.¢d7 ¥b4 7.e7+ ganando. 1-0
124 Cuando los peones están en el flanco es valiosa la cooperación del alfil
para mantener reducido el espacio del rey adversario y poder ganar. Cuando el
rey contrario logra ocupar la casilla c8 entonces no hay modo de imponerse.
1.¥f4 [Contra 1.¢b4? entabla 1...¢b8! 2.¢c5 ¢c8 3.¢d6 ¥h1!] 1...¥g2 2.¢c5
¥f3 3.¢d6 ¥g2 4.¢c7 1-0
125 Esta posición es tablas porque las blancas no pueden avanzar el peón a d6
y tampoco pueden maniobrar con su rey por c5 con tal propósito.
123 1-0 124 B 1-0 125 ½
126 Parecida a la posición anterior pero con la dife-
rencia de que el alfil de la defensa no logra neutralizar
el avance de los peones: 1.¢c4 ¢e8 [Si 1...¥b2 2.d6+
¢e8 3.e6 (3.¢d5+-)] 2.d6 ¢d8 3.¢d5 ¢e8 4.e6 1-0
3.8.2 Dos peones separados
La distancia de separación de los peones, de hallarse
aislados, determina el resultado.
127 1.¢e6 ¥b4 2.¥e4 ¢d8 3.¢f7 ¥a3 4.e6 ¥b4 y 126 B 1-0
tablas pues las blancas no tienen manera de progresar.
128 Sin embargo, en una posición similar, pero solo con dos columnas de
separación entre los peones, ya es posible ganar: 1.¥f3 ¢d8 2.¢e6 ¥b4 3.f6
¥c5 4.f7 Era igualmente posible [4.¢f7 ¥b4 5.¢g8 ¥c5 6.f7] 4...¥b4 5.¢f6
¥c3+ 6.¢g6 ¥b4 7.¢g7 1–0
129 El acceso de las blancas a las casillas ganadoras se impide fácilmente en esta
posición: 1.¢c5 ¢e6 2.¢b5 ¢f5 3.¢c5 ¢e6 4.¥b8 ¥g2 5.¢b5 ¥b7 ½–½
127 ½ 128 B 1-0 129 ½
Universidad para Todos
130 Muy interesante es la manera de trabajar las
blancas para imponer su ventaja tanto material como
posicional.
Resulta importante prestar atención a las maniobras
que realiza el blanco para ubicar al alfil y al rey en las
casillas idóneas: 1.¢f5 ¥e6+ 2.¢g5 ¥c4! 3.¥d6 ¥d5
4.¢f5! ¢c6 [contra 4...¥e6+ gana la continuación
5.¢f6 ¥d5 6.¥b4! ¢c6 7.¥a5 ¢b5 8.e6! y uno de los
peones corona.] 5.¥c7 ¢d7 6.¢f6! ¥c4 7.¥d6 ¢c6
8.¥c5 ¢d7 9.¥b4 ¥b3 10.¥a5 ¥d5 11.e6+ ¢e8
[11...¥xe6 12.b7; 11...¢c8 12.e7 ¢d7 13.b7 ¥xb7 130 B 1-0
14.¢f7+-] 12.¢e5 ¥f3 13.¢d6 y ganan pues no se puede evitar el plan de e7-
¥b4-¢c7 1-0
3.9 Alfil vs. alfil de diferente color y mayor cantidad
de peones
En finales de esta naturaleza el plan ganador se apoya en ocasiones en la capaci-
dad de distraer al rey enemigo de su tarea principal, bien sea esta el bloqueo del peón
pasado o la defensa de las casillas débiles para evitar la infiltración.
Tal propósito puede realizarse cuando en otros sectores del tablero hay puntos
débiles que solo pueden ser defendidos por el rey, y el ataque hacia ellos obliga
a que este sea traído a su defensa. La creación de un peón pasado, o de un
segundo peón pasado en los casos en que uno no resultara suficiente, puede
favorecer la realización del objetivo explicado.
A veces resulta posible el plan mediante el cual se le corta el paso al rey ad–
versario hasta el punto que se vea amenazado el peón pasado. También pode–
mos señalar como fases de la lucha de estos finales dos especificidades:
- El avance del peón pasado no cuenta con el apoyo de su alfil, ya que las
casillas que ataca el alfil contrario se encuentran fuera de su alcance.
- El alfil no puede atacar a los peones dispuestos en casillas de color contrario.
131 1...¢f7 El plan de las negras va dirigido al cum–
plimiento de dos objetivos: limitar el dominio del alfil
blanco y atacar la minoría blanca en el flanco dama,
lo cual está favorecido por la presencia de la debili–
dad en b3. 2.¥f4 c6 3.¥d6 ¢e6 4.¥f8 g6 5.¢f2 a5
6.¢e3 b6 7.h4 c5 8.g4?! [Era posible 8.¥h6 para pro–
curar mediante ¥f4-c7, el bloqueo de la posición.]
8...¥d1 9.¢e4 a4 10.h5 gxh5 11.gxh5 f5+ 12.¢e3
¢d5 13.h6 ¢c4 14.f4 Con ello queda bloqueado el
flanco rey y la penetración hacia b3 adquiere una fuer–
za extraordinaria pues es lo que permitirá la movi– 131 N 0-1
lización de la mayoría negra. 14...¢b3 15.¥g7 Si 15.¢d2 ¢xb2! 16.¢xd1 c4
(No 16...¢xa3 por 17.¢c2 ¢b4 18.¢b2 y tablas) 17.¥e7 (contra 17.¥g7+
sigue 17...c3 18.¢e2 ¢c2 19.¥e5 b5 20.¥d6 ¢b1 ganando porque el alfil no
puede neutralizar las amenazas sin la cooperación de su rey.) 17...b5 18.¥f8 c3
19.¥g7 b4 y gana. 15...¢c2! importante porque limita la capacidad defensiva
del rey blanco 16.¥e5 ¥h5 17.¥f6 ¥f7 18.¥e5 ¥b3 19.¥g7 b5 20.¥f8 c4 21.¥g7
b4! Aprovecha dos temas: el alfil sin sostén y el bloqueo del peón en c3. 22.¢d4
[Si 22.axb4 c3 23.bxc3 (23.¥xc3 a3-+ tema de alfil sin sostén) 23...¥c4 tema
de bloqueo 24.b5 a3 25.b6 a2 26.b7 a1£ 27.b8£ £g1+ 28.¢f3 ¥d5+ 29.¢e2
£g2+ 30.¢e3 £e4+ 31.¢f2 £f3+ 32.¢e1 £g3+ 33.¢e2 ¥c4#] 22...c3 23.bxc3
bxa3 y la partida se concluye con precisión luego de 24.c4 a2 25.¢c5 ¢b1
26.¢b4 a1£ 27.¥xa1 ¢xa1 28.c5 ¢b2 29.c6 a3 30.c7 ¥e6 31.¢c5 a2 32.¢d6
¥c8 0-1 (Ljubojevic–Karpov, Milán, 1975)
 —17—
4 FINALES DE ALFIL VS. CABALLO
4.1 Alfil y peón vs. caballo
Las posiciones que resultan de este final permiten la victoria del bando fuerte
en numerosos ejemplos. Ello se comprende porque al amplio dominio del alfil,
que lo hace en posiciones abiertas superior al caballo, se suma la ventaja del
peón. Es bueno recordar la cualidad de maniobra del alfil, no dable al caballo, de
ganar y ceder tiempos en el turno de jugar.
Veremos, junto a varios ejemplos ganados por el alfil, algunos casos en los que
el caballo logra, coordinado con su rey, organizar fortalezas y alcanzar las tablas.
132 1.¥d5! Ganando en el acto. 1-0
133 Sin embargo, al correr la posición una columna hacia la izquierda del
tablero, el resultado varía por la presencia de un recurso salvador: 1.¥c5 ¢a8!
2.¢c6 [2.¢xc8 tablas por ahogo.] 2...¤b6! ½–½
134 Interesante es el modo en que maniobran las blancas para agotar los re–
cursos de la defensa en la siguiente posición, cuando el rey del bando débil es la
única pieza con posibilidad de jugar: 1...¢b6 2.¥e5 ¢c5 [No 2...¢b5 porque
gana 3.¥d4+-] 3.¥c3! ¢b6 [Contra 3...¢d5 continuaría 4.¥d4] 4.¥a5+! ¢b5
5.¥d8 ¢c5 6.¥g5 ¢b5 7.¥h4! Maniobra de tiempo 7...¢c5 8.¥f2+ ¢b5 [8...¢d5
9.¥d4+-] 9.¥d4 1-0
133 ½ 134 1-0
132 1-0
135 Sin embargo, corrida la posición una columna hacia el centro surgen
entonces nuevas oportunidades de tablas al ampliarse el espacio: 1.¥d3 ¢c6!
[Pierde 1...¢c5 por 2.¥e4; y también 1...¢e5 2.¥e4 por 2...¤e6 3.d7+-] 2.¥b5+
¢c5 3.¥e8 ¢d5 4.¥f7+ ¢c6! [4...¢c5 5.¥h5! ¢d5 6.¥f3+ ¢c5 (6...¢e5 7.¥e4)
7.¥e4] 5.¥h5 ¢c5! Porque si continúan las blancas 6.¥f3 entonces es suficiente
para las tablas 6...¤g6+ ½-½
136 Instructivo es el modo en que se agotan los tiempos de la defensa aunque
en esta ocasión resulta más laboriosa la tarea por disponer las negras de mayor
actividad en sus piezas: 1.¥b3+ ¢c5! Ahora las blancas pasan el turno de jugar
a las negras. 2.¥e6 [Importante movimiento que impide el salto del caballo a la
casilla g4, y en caso de que las blancas avanzaran el peón, entonces seguiría
amenazándolo vía e5, y si corona ¤c6+.] 2...¢c6 3.¥c4 Ahora es posible por
estar ocupada la casilla c6. 3...¢c5 4.¥b3 ¢c6 5.¢e6 ¤h7 [Contra 5...¢c5
6.¥d5 ¤h7 7.¥e4 gana] 6.¥d5+! ¢c5 7.¢e7 ¤f6 [No era posible 7...¤f8 por
8.¥e4] 8.¥g2! manteniendo el control de la casilla c6. 8...¤g8+ 9.¢e6 ¤f6
10.¥e4! Decisivo y hermoso movimiento que gana de inmediato. 1-0
137 Este ejemplo, tomado de una partida del más alto nivel competitivo, indi–
ca lo complejo que resulta en ocasiones el buen conducir de estos finales: 1...¢e4?
[Se lograba el empate por medio de 1...¤d3 2.h4 ¤f4 3.¢f5 ¢d6! ¡Nuevamente
el tema de la no coincidencia de color del alfil y la casilla de coronación del peón
conducía a tablas! y también jugando: 1...¢d6 2.¥e2 ¤d7+ 3.¢f7 ¢e5 4.h4 ¤f6
alcanzaba el empate.] 2.¥c8 ¢f4 [No 2...¤d3 por 3.¥f5+; y tampoco 2...¤f3
por 3.¥b7+] 3.h4 ¤f3 4.h5 ¤g5 5.¥f5 ¤f3 6.h6 ¤g5 7.¢g6 ganando. 1-0
(Fischer–Taimanov, Vancuver, 1971)
135 ½ 136 1-0 137 N ½
138 El dominio de la gran diagonal es determinante en este final, donde tam–
bién coopera la toma de la oposición de reyes: 1.¢e2! ¢f5 2.¢e3 ¢e5 3.¢d3!
¢e6 4.¢d4 ¢d6 5.¥g2! ¡La capacidad del alfil de hacer tiempo! 5...¢d7 6.¢c5
¢c7 7.¥h1! ¤d7+ 8.¢b5 ¤b6 9.¥g2! 1-0
Curso de finales
139 De la práctica magistral tenemos este ejemplo en el cual resulta insufi–
ciente la defensa: 1.¥h3!+- ¢a6 [Contra 1...¢c5 gana 2.¥d7; y si 1...¢a5 se
impone la continuación 2.¥g4 ¢b5 3.¥e2+ ¢c5 4.¥c4 ¤c6 5.b7!] 2.¥f1+ ¢a5
3.¥c4! 1–0 (Reshevsky-Ivkov, Palma de Mallorca, 1970)
138 1-0 139 1-0
4.2 Alfil y dos peones vs. caballo
El alfil unido a dos peones de ventaja ganan en la gran mayoría de los casos
contra el caballo. No obstante, hay posiciones, que perfectamente podríamos llamar
de excepción, en las que se alcanzan las tablas por el bando débil. Veremos las
características de la lucha en los ejemplos que continúan.
140 1.h4+ ¢h6 [Si 1...¢f5 2.¥d1 ¢e4 3.¢h3 ¢e3
(3...¢f5 4.¥c2+ ¢f6 5.¢g2 y avanza por el centro del
tablero) 4.h5 con lo cual las negras quedan sin defen–
sa] 2.¥d1 ¤g6 3.¢h3! Muy importante para impedir el
sacrificio del caballo en h4. 3...¤e5 [de continuar
3...¢g7 sigue el plan 4.¥c2 ¤e5 5.¢g2] 4.¥c2 ¢g7
5.¢g2 ¢f6 6.¢f2 ¤g4+ [Otra posibilidad era 6...¢g7
7.¢e3 ¤g4+ 8.¢f4 ¤f6 9.¢f5 ¤d5 10.¥e4 ¤f6 11.¥c6
radiando la acción del caballo 11...¢f7 12.¥b5 ¢g7
13.¥c4 y ahora, luego de mover el caballo, avanzarán
los peones.] 7.¢f3 ¤e5+ [Inferior resulta 7...¤h2+ 140 1-0
8.¢f4 ¢e6 9.¥d3 ¢d5 10.¥e2+- que gana el caballo; y tampoco solucionaba
7...¤h6 8.¢f4 ¢g7 9.¥b3 ¢g6 10.¥a2 ¢f6 11.h5 ¢g7 12.¢g5 ¢h7 13.¥b3 ¢g7
14.¥e6+- que permite al rey de las blancas invadir la 6ta fila.] 8.¢f4 ¢e6 9.¥b1
¢f6 10.¥f5 ¤f7 11.g4 un paso muy bien preparado y ya victorioso. 11...¤h6
[Nada opone 11...¢g7 por 12.g5 ¤d6 13.¥c2 ¤f7 14.¥b3 ¤d6 15.h5+-] 12.g5+
¢g7 [Si 12...¢f7 gana 13.¢e5+- seguido de ¥e6]
13.¥e6! [No 13.gxh6+? porque sería tablas 13...¢xh6=]
13...¢g6 14.¢e5 ¢g7 [a la continuación 14...¢h5 gana
15.¢f6!] 15.h5! ¢h8 16.¢f6 ¡Ya se apropió de la 6ta
fila! 16...¢h7 17.g6+ ¢h8 18.¢g5 ¢g7 19.¥b3 ¢h8
especulando con el recurso del ahogado 20.¥c4 ¢g7
21.¥e6 ¢h8 22.¢f6+- y al pasar el turno de jugar, las
negras pierden al estar forzadas a mover el caballo. 1-0
141 La posición es tablas pues las negras no pue–
den cercar con el alfil las diversas casillas en las que
el caballo puede ubicarse. 141 ½
4.3 Alfil y peones vs. caballo y peones
(superioridad del alfil)
Nos valdremos de ejemplos de la práctica magistral de ajedrez para ilustrar el
tema que ahora abordamos.
142 Final clásico de alfil contra caballo: 1.¢f3 En
todos los finales es importante centralizar el rey.
1...¢f8 2.¢e4 ¤c7 Las negras han logrado detener el
primer asalto. Ahora, las blancas que no pueden en–
trar en el flanco dama, deben crear debilidades en el
flanco rey. 3.h4 ¢e7 4.f4 h6 5.¥c4! Maniobra carac–
terística. El caballo cae bajo la dominación del alfil.
5...¤e6 6.g4 ¤c7 7.¢e5! Zugzwang 7...f6+ Aumenta
la actividad del alfil 8.¢e4 El plan blanco es eliminar
el peón f6. ¿Cómo? 8...¢f8 9.h5! En contra de la re–
gla pone un peón en casilla del color del alfil. La cla– 142 1-0
ve en este final es lograr el dominio del importante punto e5 para el rey; que le
servirá de pivote para el ataque, bien en un flanco, bien en otro. [Si 9.g5?! hxg5!
10.hxg5 ¢e7 con la amenaza fxg5 y ¤e6 con tablas] 9...g5 [9...gxh5 10.gxh5
seguido de ¢f5, zugzwang y victoria] 10.fxg5 fxg5 Misión cumplida 11.¢f5
¢g7 12.¢e5 ¤e8 13.¥e6 ¤f6 14.b4 Antes de la invasión del rey es útil avanzar
los peones del flanco dama. En los finales, en ocasiones, es bueno actuar sin
prisa. 14...¤e8 15.b5 Debido a consideraciones concretas, las blancas colocan
todos sus peones en casillas del color de su alfil. 15...¤f6 16.a4 ¤e8 17.¥f5 ¤f6
18.¢e6 ¤e8 19.¥e4 ¤f6 20.¥f3 El caballo cae bajo la dominación del alfil.
20...¤g8 21.¢d6 ¢f6 22.¢c6 ¢e7 23.¢b7 ¢d6 24.¢xa7 ¢c5 25.¢a6 ¤f6
 —18—
26.¥c6 Dominación 26...¤xg4 27.a5 bxa5 28.b6 ¤e5 29.¥e8 Dominación. 1-0
(Benko–Parma, 1964)
4.4 Caballo y peón vs. alfil
En estos finales es posible luchar por la victoria cuando se consigue bloquear
al alfil o desalojarlo de la diagonal desde donde controla el avance del peón. Es
importante significar que un alfil, lo mismo se encuentre el peón a un cuadro o
dos de promover, solo controlará uno de estos dos espacios, según el color de las
diagonales de movimiento que posea (blanco o negro).
Los peones de las columnas de torre (a o h) tienen características especiales. Como
sucede en muchos finales, en ese caso hay una sola diagonal para intentar detenerlo con
el alfil, sin embargo, existe la posibilidad de bloquear al rey adversario como recurso
defensivo. Veamos dos ejemplos al respecto:
143 1...¥a8 Una formidable jugada que tiene su fundamento en el hecho
conocido de que el caballo al mover no puede continuar controlando los mis–
mos cuadros 2.¤b7+ [2.¢xa8 ¢c7= colocando al rey en un cuadro del mismo
color al del caballo, situación que se mantendrá 3.¤e6+ ¢c8 4.¤d4 ¢c7 5.¤b5+
¢c8 y no es posible obligar al rey negro a abandonar su posición de bloqueo.]
2...¢d7 3.¢xa8 ¢c8= y ahora el empate se produce por las mismas razones
ya explicadas. ½–½
144 Con el rey del bando débil más separado existen posibilidades de
victoria: 1.¤c8+ ¢e6 [1...¢e8 2.¤d6++- seguido de ¤b7 bloqueando la
acción del alfil] 2.¤d6 ¥a8 3.¤c4 ¥g2 [3...¢e7 4.¢b8 ¢d8 5.¤a5 ¢d7
(5...¥e4 6.¤b7++-) 6.¤b7 Ahora el rey no puede alcanzar el cuadro d8
6...¢c6 7.¢xa8 ¢c7 y el rey negro no consigue estar en este momento en un
cuadro de igual color al del caballo, por tanto... 8.¤d6+- fuerza a las negras
a abandonar el bloqueo y gana.] 4.¤a5 amenaza ¤b7. 4...¥a8 5.¢b8 ¢d6
[5...¢d7 6.¤b7+- como en el comentario anterior] 6.¤c4+ [6.¤b7+ ¢d7
7.¢xa8 ¢c8=] 6...¢c6 [6...¢d7 7.¤b6++-] 7.¢xa8 ¢c7 el rey negro no
consiguió el bloqueo y queda en un cuadro del mismo color del caballo 8.¤d6
ganan, pues como hemos visto antes, el rey blanco podrá salir garantizando
la promoción. 1-0
En el caso de peones de las columnas b o g, si bien existen dos diagonales
para controlar al peón -en la posición a2–b1 y h2–b1- una de ellas es solo de
dos cuadros; aquí tampoco existe la posibilidad de bloquear al rey contrario
como en los ejemplos anteriores y, por tanto, la defensa estaría en poder
evitar la entrada del rey para apoyar a su caballo en el bloqueo y desalojo del
alfil.
145 1.¢f6 [1.¢e6 ¢e8= conduciría al empate pues las blancas no ten–
drían como alcanzar el cuadro d7 con su rey.] 1...¢e8 [1...¥f4 2.¤e5+- el
bloqueo del alfil gana] 2.¢e6 y ahora son las negras las que se quedan sin
jugadas 2...¢f8 lamentablemente para las negras no pueden evitar la entrada
del rey blanco [2...¥g3 3.¤e5+- bloqueando] 3.¢d7 decide el resultado
3...¥g3 4.¢c8+- seguido de la maniobra ¤d4-b5-c7 que asegura la victoria.
Para evitar esto, el rey negro tendría que estar en b6, lo cual resulta imposible
en esta posición. 1-0
143 ½ 144 1-0 145 1-0
Si el rey de la defensa no interviene, un peón -a dos pasos de la promoción y con
el primer cuadro a recorrer controlado por un alfil- puede ganar si el alfil enemigo
no dispone para su control de dos diagonales de más de cuatro cuadros. Una sola
diagonal de más de cuatro cuadros no garantiza el empate, entonces dependería el
resultado de la posición del rey de la defensa.
146 1...¥a8 evitando el bloqueo con ¤c6 2.¤c6
[2.¢b8 ¥g2 3.¤d3 ¢f1 4.¤e5 ¢e2 5.¢c7 ¥a8 no
gana] 2...¢f2 3.¤d8 [también gana 3.¤a5] 3...¢e3
[3...¥g2 4.¤c6+-] 4.¤b7 ¢d4 5.¢b8 y las blancas
ganan. 1-0
Un peón central con dos cuadros por recorrer no
ganará ante un alfil que controle el primero de ellos,
no importa en la diagonal que este se encuentre, ya
que cualquiera de ellas tiene más de cuatro cuadros. 146 1-0
Universidad para Todos
147 1...¥h4 [1...¥b4 también es correcto] 2.¤c7 ¢b1 3.¤d5 ¥d8 antes de
que el blanco juegue ¤f6 bloqueando al alfil 4.¢e8 ¥h4 5.¢f7 ¥d8 6.¤e7 ¢a1
7.¢e8 ¥b6 8.¢d7 ¥c5 9.¤f5 ¥f8= y las blancas no consiguen levantar el control
del alfil sobre el cuadro e7. ½–½
148 Cuando se trata de un peón de las columnas c o f (de alfil), y el alfil se
encuentra en la diagonal más corta de solo cuatro cuadros, el resultado depende
de la posición del rey del bando defensor; en este caso, las negras no consiguen
el empate: 1.¤d4+ como el rey negro se encuentra fuera de la zona de límite
señalada, las blancas ganan 1...¢d3 2.¤e6 ¥a5 3.¢a6+- expulsando al alfil de
la diagonal definitivamente las blancas garantizan la victoria. 1-0
149 En esta posición el rey de la defensa está dentro de la zona de límite, por
tanto, las negras consiguen empatar, obsérvese la diferencia con el ejemplo an–
terior: 1.¤d4 la misma maniobra para desalojar al alfil de la diagonal de defensa
1...¢a3 2.¤e6 ¥a5 3.¢a6 ¢b4= he aquí la diferencia: el rey negro llega a
tiempo para defender a su alfil. ½–½
147 ½ 148 Averbach 1-0 149 Averbach ½
150 Con otra ubicación del rey del bando que tiene el peón (bando fuerte), la
zona de límite cambia: 1.¢e6 las blancas ganan porque el rey negro está fuera
de la zona de límite 1...¢g5 2.¢d7+- y las blancas ganarán con la maniobra
¤a3–¤c4 que garantiza la expulsión del alfil de la diagonal. 1-0
151 En esta posición, el rey negro está dentro de la zona de límite y esto
garantiza el empate al segundo jugador. Veamos: 1.¢d6 las negras empatan por–
que su rey está dentro de la señalada zona de límite [1.¢e6 ¢f4 2.¢d7 ¢e4
3.¤a3 ¢d4= y el caballo no puede alcanzar c4 para expulsar al alfil de la diago–
nal a5–d8] 1...¢f4 2.¤a3 ¢e4 3.¤c4 ¥d8 4.¢d7 ¢d5!= un recurso salvador
5.¢xd8 ¢xc6. ½–½
Con el rey del bando fuerte mejor colocado, la zona de límite donde debe estar
el rey del bando de la defensa para empatar se reduce aun más. Veamos un
ejemplo:
152 1.¤a3+- con la amenaza ¤c4 ganando, pues las blancas dominan ya los
cuadros c7 y d8 con su rey. Las negras no tienen defensa al estar su rey fuera de
la zona de límite de empate. También perderían las negras si tuviesen su rey
colocado en los cuadros a6–a7–a8, marcados en el diagrama. 1-0
150 Averbach 1-0 151 Averbach ½ 152 Averbach 1-0
Con los conocimientos previos necesarios, veamos como se fuerza el traslado de
un alfil que controla desde una diagonal larga hasta una diagonal de cuatro cuadros,
lo cual permite luchar por la victoria en dependencia de donde se encuentre el rey de
la defensa.
153 1.¤b5 amenaza ¤d6 bloqueando al alfil 1...¥b8
2.¤c7 se bloquea la diagonal larga al alfil 2...¢g2
3.¢c8 se expulsa al alfil de la diagonal larga 3...¥a7
4.¤b5 y ahora se crean problemas al bando de la de–
fensa amenazando al alfil, a la vez que se despeja el
camino para el peón. 4...¥f2 [Veamos otras alternati–
vas: 4...¥b6 5.¢d7 (5.¤d6 también gana 5...¥e3
(5...¢f3 6.¤c4 ¥g1 7.¢d7 ¥h2 8.¤d6+- el alfil
regresa a la diagonal larga pero no puede evitar el
bloqueo de su acción) 6.¢d7 ¥b6 7.¤c4+-) 5...¢f3
6.¤d6 ¢f4 (6...¢e3 7.¤c4++-) 7.¤c4+- el rey y el 153 1-0
caballo expulsan al alfil de la diagonal de cuatro cuadros garantizando la pro–
moción del peón.] 5.¢d7 Una jugada clave pues obliga al alfil a ubicarse en la
 —19—
diagonal más corta 5...¥b6 [5...¥g3 6.¤d6+-] 6.¤d6 ¢f3 7.¤c4+- ganando
por las razones ya conocidas. 1-0
4.5 Caballo y dos peones vs. alfil
Dos peones resultan una ventaja apreciable que el bando que posee el caballo
normalmente consigue materializar, no obstante, puede haber dificultades téc–
nicas ante peones unidos de las columnas de los extremos (a, b o h, g). Veamos
un ejemplo donde la posición se transforma en una ya estudiada:
154 1.¤b8+ ¢b5 [1...¢a7 2.b5+-] 2.a6 ¥a8
[2...¢xb4 3.¢b6 ¥a8 4.¤c6+ ¢c4 5.¤d8 ¢b4 6.¤b7
¢c4 7.¢c6 ¢b4 8.a7 ¢c4 9.¢c7 ¢d5 10.¢b8 ¢c6
11.¢xa8 ¢c7 12.¤d6+-] 3.a7 ¢xb4 4.¢b6 ¢c4
5.¤a6 ¢d4 6.¤c7 ¥g2 7.¤e6+ ¢e5 8.¤d8 ¥a8 9.¢c7
¢d5 10.¤b7 [10.¢b8 ¢d6 11.¢xa8 ¢c7=] 10...¢e6
11.¤a5 ¢e7 12.¢c8+- pasando a un final estudiado
ganador, pero con interesantes maniobras que vamos a
reconsiderar 12...¢e8 [12...¢d6 13.¢b8 ¢d7
14.¤b7+- ganando como en la variante principal.]
154 1-0
13.¤c4 ¢e7 [13...¥g2 14.¤d6+ ¢e7 15.¤b7+-]
14.¢b8 ¢d8 [14...¢d7 15.¤b6++-; 14...¥g2 15.¤a5 ¥a8 16.¢xa8+-] 15.¤a5
[15.¤d6 también gana.] 15...¢d7 [15...¥g2 16.¤b7++-] 16.¤b7 atención con
esta posición que es la que consigue la victoria 16...¢c6 17.¢xa8 ¢c7 y las
negras tienen que levantar el bloqueo al rey blanco 18.¤d6 1-0
También puede ser difícil la lucha con peones aislados uno de ellos de colum–
na torre (a o h).
155 1.¢f3 ¥c8 [1...¥c6+ 2.¢g4 ¥d7+ 3.f5+- se–
guido de ¢f4] 2.h5 las blancas intentarán forzar f5
mediante amenazas donde interviene el peón h y los
ataques dobles con el caballo 2...¥d7 3.¤e4+ ¢f5
[3...¢g7 4.¢g3 ¥c6 5.¤f2 ¢f6 6.¤g4+ ¢f5 7.h6 ¢g6
8.¤e5++- la amenaza doble de caballo decide]
4.¤d6+ ¢f6 [4...¢e6 5.h6 ¢f6 6.f5+- y ahora es el
avanzado peón h el que garantiza esta jugada.] 5.¢g3
¥e6 6.¤e4+ ¢f5 7.¤g5 ¥c8 [7...¥d7 8.¤f3 ¢f6 9.h6
¥e6 (9...¢g6 10.¤e5++-) 10.¤h4 ¥g8 11.¢g4+- y
155 1-0 f5 es inevitable] 8.¤f3 ¢f6 9.¤h4 ¢g7 10.¤g2 ¢f6
[10...¢h6 11.¢h4+-] 11.¤e3 ¥a6 [11...¥d7 12.¤g4+ ¢f5 13.h6+-; 11...¥e6
12.¢h4 ¥c8 13.¤d5++- si ahora 13...¢f5 14.¤e7++-] 12.¢h4 ¥d3 13.¤g4+
¢f5 14.¤e5 ¥e4 [14...¥b5 15.h6 ¢f6 16.f5+- todo indefenso y nada se puede
capturar; 14...¥c2 15.¢g3 ¥b3 16.¤f3 ¢f6 17.¤h4 ¢g7 18.¢g4+-] 15.¢g3+-
las negras no podrán mantener el bloqueo en f5: 15...¥c2 16.¤g4 ¥b1 17.¤e3+
¢f6 18.¢g4+- ganando luego con facilidad. 1-0
4.6 Caballo y peones vs. alfil y peones
(superioridad del caballo)
Veamos una interesante lucha donde el caballo se muestra superior al alfil por
el carácter bloqueado de la posición y la mejor ubicación de su rey.
156 1.¤f3 [1.¤b3 ¥c3 2.¤a5+ ¥xa5= 3.¢xa5 ¢a7=
conduciría a un final empatado] 1...¥c3 2.¤h4 ¥d2
3.¤g6 ¥h6 4.¤e7 el caballo se infiltra en la posición
negra para crear amenazas y apoyar una penetración
de su rey 4...¥d2 5.¤c6 ¥c3 6.¤d8+ ¢c7 7.¤f7 ¥e5
8.¢a6 las blancas progresan en una maniobra de rodeo
con su rey [8.¤xe5?? fxe5-+ sería peor para las blan–
cas] 8...¥f4 [8...¢d7 facilitaría el rodeo al rey blanco
9.¢b7 ¢e7 10.¤h8 ¢f8 11.¤g6+ ¢g7 12.¢c6 ¥g3
13.¢d7 ¢h6 14.¢e6 caerá d inevitablemente 14...¢g5
156 1-0 15.¤e7+- con idea ¤c8–¤xd6] 9.¤h8 ¥e3 10.¤g6
¥h6 11.¤e7 ¥f4 12.¤c6 el caballo va en busca del cuadro b5 desde donde
amenazará al rey y a d6 a la vez 12...¥e5 13.¤a7 ¥f4 14.¤b5+ ¢c8 15.¢b6
¢d7 16.¢b7 ¥e5 17.¤a7 ¥c3 18.¤c8 ¥e5 [18...¥a5 19.¤b6+ ¢e7 20.¢c6
¢d8 21.¤d7 ¢e7 22.¤b8+- con idea ¤a6–¤c7–¤b5] 19.¤b6+ ¢e7 20.¢c6
¢d8 21.¤a8 ¥h2 22.¤c7 ¥g3 23.¤b5 ¢e7 24.¢c7 ahora el rey negro será
desplazado de nuevo 24...¥e1 25.¤a7 [25.¤xd6 ¥g3] 25...¥g3 [25...¥a5+ 26.¢c6
¥e1 27.¤c8+] 26.¤c8+ ¢e8 [26...¢f7 27.¢d7+-] 27.¢c6+- y al capturar el
peón d las blancas ganan con facilidad [no 27.¤xd6+?? por ¢e7-+] 1-0
Curso de finales
5 LA PAREJA DE ALFILES
5.1 Pareja de alfiles vs. caballo y alfil
(con peones por ambos bandos)
Laboriosas y de fina técnica suelen ser estas posiciones, las que también abor–
daremos con ejemplos de partidas de torneos del primer nivel.
157 21.f3 Limita la acción del alfil negro a la vez de
ofrecer la vía para centralizar su rey y garantiza que el
adversario no pueda utilizar la casilla e4 para maniobras.
21...¢f8 22.¢f2 ¢e7 [Contra 22...¤e6 se realiza el plan
a base de 23.a4!] 23.¥f4 ¥c8 24.¥c7! ¤c6 [Era malo
entrar al final de peones mediante 24...¥e6? 25.¥xd8+
¢xd8 26.¥xe6 ganando] 25.¥d5 ¢d7 26.¥f4 f6 27.¥e4
g6 28.¥d2 ¢d6 29.¥c3 Ambos alfiles en las mejores
diagonales 29...¤e5 30.¥c2 ¥b7 31.¢g3 [Ahora el plan
es ganar espacio en el flanco rey mediante el avance de
los peones y el trabajo conjunto de los alfiles contra los 157 B 1-0
peones negros. Por el comentario anterior era más preciso 31.h4] 31...¢e6 32.h4
¥a6 33.a4 ¥d3 34.¥d1 ¥c4 35.¢f2 ¥d5 36.¥c2 ¥c4 37.¢e3 ¥f1 38.g3 ¥c4 39.f4
¤c6 40.g4 ¤e7 41.¢d4 ¥a6 42.¥b3+ ¢d7 43.g5!± [fijando las bases de las estruc–
turas de las negras en los puntos a7 y h7] 43...¤f5+ 44.¢e4 ¥b7+ 45.¢d3 fxg5
46.hxg5 ¤e7 47.¥d1 ¢e6?! 48.¥g4+ ¤f5 49.¥e5 ¥c6 50.¥d1 ¥d5? [más resis–
tencia posibilitaba 50...¢d7 51.b4 seguido de a5±] 51.¥b8 ¢d7 [51...a6 52.¥a7 b5
53.axb5 axb5 54.¢c3 dirigiendo la fuerza hacia el punto b5, prácticamente inde–
fenso] 52.¥xa7 ¢c7 53.a5 bxa5 54.¥a4+- la ventaja de espacio ya posibilita di–
versas amenazas de invasión 54...¢b7 55.¥f2! [con idea de ¥e1–c3–f6–d8] 55...¢c7
56.¥e1 ¢b6 57.¥c3 ¢a6 58.¥f6 ¢b6 59.¥d8+ ¢a6 60.¥c7 ¥f3 61.¢c4 ¥e2+
62.¢c5 ¥d3 63.¥d7 h5 64.gxh6 ¤xh6 65.¥c8+ ¢a7 66.¥xa5 ganando el premio
a tan preciso trabajo técnico 66...¥f5 67.¥xf5 ¤xf5 68.¥c3 ¤g3 69.¢d5 ¢a6 70.¢e6
¤e4 71.¢e5! 1–0 (Knaak–Lautier, Novi Sad, 1990)
158 1...¥c8! No se pueden cambiar los alfiles pues la
tarea estratégica se cumple con la presencia coordinada
de la pareja, dado que el punto natural de invasión de las
negras es la casilla d4 la cual tomarán con su alfil. El
punto de defensa de las blancas es la casilla d3, donde
ubicarán su caballo, ya que desde a6 el alfil que ahora se
replegó hasta c8 deberá actuar. 2.¥e4 ¥d4 3.¤d3 a5
4.¢g2 f5! Elimina el peón avanzado que era un tanto
pivot de la posición negra y crea con sus peones amena–
zas de desarticulación en las fuerzas blancas porque des–
de e4 el alfil es la pieza que defiende al caballo de d3 al 158 B 1-0
ser atacado. 5.exf6 gxf6 6.g4 ¢f8 7.b3 ¢e7 8.¢g3 ¢d6 9.¢f4 ¥d7 10.h3 ¥b5
11.f3 ¥d7 12.¢g3 [No 12.¤c1 por 12...¥f2 con la amenaza e5+] 12...f5 13.gxf5
exf5 14.¥b7 ¥b5 15.¤e1 ¥c3 16.¤c2 [16.¢f2 ¢e5] 16...¥d3 0-1 (Sosonko–Karpov,
Waddinxvenn, 1979)
5.2 Pareja de alfiles vs. dos caballos
(con peones por ambos bandos)
159 1.¥e3 Las blancas tienen ventaja de espacio y, aunque la posición no es
abierta, los alfiles poseen el dominio de importantes diagonales, lo que unido a
la movilidad de los peones ofrece un magnífico ejemplo para comprender las
maniobras realizadas. 1...¢d8 2.¢e1 ¢c7 3.¢d2 ¤c5 4.b4 ¤cd7 [contra 4...¤a4
es correcto 5.¥d1] 5.g3 [valía también 5.a4] 5...¤b6 6.¢c2 ¤bd7 7.a4! ¤b6
8.a5 ¤bd7 9.¥c1 una vez que los peones del flanco dama controlan las casillas
b6 y c5, el alfil va a situarse en más amplios horizontes. 9...¢d8 10.¥b2 ¤e8
11.¢d2 ¤c7 12.¢e3 ¢e7 13.¥f1 ¤b5 14.h4 ¤c7 15.¥h3 ¤e8 16.f4 f6 17.¥f5
g6 18.¥h3 h6 19.¥c1! Los alfiles han ido trabajando con la cadencia del fuego
de artillería la estructura de peones negros, la cual al
moverse ha ido dejando posibilidades para nuevos
ataques. 19...¤g7 20.fxe5 dxe5 [Si 20...fxe5 continúa
21.¢f3 h5 22.¥g5+] 21.¢f3 h5 22.¥e3 ¢d6 23.¥h6
¤e8 24.g4 ¡abriendo el futuro! 24...hxg4+ 25.¥xg4
¤c7 26.¥e3 ¤b5 27.¢e2 ¤c7 28.¢d3 f5! [28...¤b5
29.¥e6 ¢e7 30.¥c5+ ¢e8 31.d6] 29.exf5 gxf5
30.¥xf5 ¤xd5 31.¥d2 ya la ventaja ha crecido al que-
dar las blancas con el peón h pasado 31...¤7f6 32.¢c4
¢c6 33.¥g6 b5+ 34.¢d3 ¤e7 35.¥e4+ ¤ed5 [Ante
la posibilidad de 35...¤xe4 gana con facilidad 36.¢xe4
¢d6 37.h5 ¢e6 38.h6 ¢f6 39.h7] 36.¥g5 ¡Dos alfiles, 159 B 1-0
ataque y dos caballos atacados! 36...¤h5 37.¥f3 ¤g3
38.¥d2 ¢d6 39.¥g4 ¤f6 40.¥c8 ¢c6 41.¥e1 e4+ [41...¤ge4 42.¥f5 (42.¥xa6
¤d6 43.¥g3 ¢d5) ] 42.¢d4 ¤gh5 43.¥f5 ¢d6 44.¥d2 con pérdidas materiales
inmediatas por lo que abandona. 1-0 (Flohr–Botvinnik, Leningrado, 1933)
 —20—
6. FINALES DE TORRES
Los finales de torres se presentan con mucha frecuencia en la práctica de tor–
neos y pese a ser exhaustivamente analizados forman la parte más difícil de la
teoría del final.
El resultado de la partida muchas veces depende de detalles pequeños. Para
comprender este tipo de finales hay que conocer suficientes posiciones típicas
exactas y métodos de juego.
El Dr. Alekhine, cuarto campeón mundial, escribió:
La opinión general conceptúa los finales de torres como pertenecientes a la técnica de
juego. Esta creencia puede aceptarse siempre que se agregue que el dominio aproximado de
esta técnica especialmente difícil aún no está al alcance de todos y que, en nuestro tiempo
no existe jugador de finales de torres que pueda considerarse perfecto, aun teniendo en
cuenta los campeones del mundo.
Los jugadores que alcanzaron un amplio dominio de este tipo de final fueron:
Akiva Rubinstein (a quien Garry Kasparov le dedica páginas en su magistral obra
Mis geniales predecesores), nuestro inmortal José Raúl Capablanca, Enmanuel
Lasker, Mijail Botvinnik y Vasily Smyslov.
Algunas consideraciones generales para este tipo de final son:
1) La torre es una pieza de efectividad a distancia.
2) La torre debe apoyar el avance de los peones libres propios por detrás.
También, el bando defensor debe colocar su torre por detrás para controlar el
avance de los peones enemigos.
3) Es preferible la desventaja material de un peón y una posición activa a una
posición de igualdad material pero pasiva.
4) La participación del rey activamente en la lucha es muy importante en la
conducción de estos finales, por ello, el aislamiento del rey adversario es un
procedimiento válido tanto para el atacante como para el defensor.
Siempre debe tenerse presente en finales de torres y varios peones por bando
su posible transformación en un final más sencillo (en el orden de cantidad de
peones) y posiblemente más estudiado o teórico.
Nuestro estudio se dirige a ideas, métodos y procedimientos -ofensivos y defen–
sivos- y al análisis de imprescindibles posiciones críticas.
6.1 Torre vs. un peón
La torre normalmente gana contra un peón, pero existen excepciones causa-
das porque el rey del bando fuerte no puede apoyar a su torre y esta se ve sola al
intentar detener al peón adversario. La cuestión a resolver es: ¿Puede llegar el
rey del bando fuerte a tiempo para impedir la promoción del peón?
Es preciso conocer que la aproximación del rey del bando fuerte debe ocurrir
por el lado opuesto al rey enemigo para no encontrar el camino bloqueado.
La lucha en finales de torre contra peones siempre tiene un carácter muy
dinámico, el resultado de la partida en muchos casos depende de un solo
tiempo. Por eso, en este tipo de posiciones, es necesario hacer con exactitud
los cálculos de variantes. El conocimiento de los métodos típicos que vamos
a ver ahora permite encontrar los planes correctos y las jugadas adecuadas
de manera rápida.
6.1.1 El peón gana a la torre
Aunque parezca increíble hay casos excepcionales donde el bando del peón
vence.
160 La torre está mal ubicada para detener al peón
adversario. 1.c7 Pero aún así, estando el rey negro en
b1, la posición sería tablas mediante: 1...¦d2! porque
el rey defiende las casillas a2, b2 y c2 y el rey blanco
no podría escapar de los jaques de la torre 1...¦d6+
2.¢b5 [2.¢b7 ¦d7=; 2.¢c5 ¦d1=] 2...¦d5+ 3.¢b4
[3.¢c4 ¦d1=] 3...¦d4+ 4.¢b3 [Otro camino ganador.
4.¢c3 ¦d1 5.¢c2!] 4...¦d3+ 5.¢c2 ¦d4! Una sutile–
za defensiva, 6.c8¦! La promoción correcta. [Si 6.c8£
¦c4+ 7.£xc4 Las negras consiguen tablas por el re–
160 Saavedra 1-0
curso del ahogado.] 1-0
6.1.2 Peón en 7ma fila
161 Cuando el peón alcanza la 7ma fila apoyado con
su rey, la partida por lo general es tablas, exceptuando
el peón a o el peón h: 1.¦a2+ ¢h3! [El caso que co–
mentamos es cuando el rey queda confinado en la 1ra
(8va) fila 1...¢h1? 2.¢g3 ¢g1 3.¦a1#] 2.¦a3+ ¢g2 y
tablas, [no es posible forzar mediante 3.¢g4 h1£
4.¦a2+ ¢g1 5.¢g3 £h8 y ganan las negras. 0-1]
161 ½
Universidad para Todos
162 En el caso del peón b o el peón g el bando débil
tiene dos recursos para lograr las tablas 1.¦a2+ ¢g1
[Otra forma de hacer tablas es 1...¢f1 2.¢f3 g1¤+
3.¢e3 ¤h3 4.¦h2 ¤g1 y tablas porque las blancas no
pueden progresar] 2.¢g3 ¢h1! 3.¦xg2 tablas por aho–
gado. ½–½
Cuando el peón está más retrasado y el rey del ban–
do fuerte no está delante hay diferentes métodos para
tratar de ganar.
162 ½
163 La torre corta en 5 fila al rey: Una idea básica,
ta
que representa una importante ganancia de tiempo, es
el corte del paso del rey en la 5ta fila, aprovechando
que el peón no puede avanzar hasta la 6ta fila sin la
ayuda del rey. 1.¦h5! ¢b6 [1...b4 2.¢g7 b3 3.¦h3 b2
4.¦b3] 2.¢g7 ¢a5 3.¢f6 ¢b4! [3...¢a4 4.¢e5 b4
5.¢d4 b3 6.¢c3] 4.¢e5 ¢c4 5.¦h4+ ¢c5 [5...¢c3
6.¢d5 b4 7.¦c4+ ¢b3 8.¢c5 ganando] 6.¦h8 ¢c4
7.¢e4 b4 8.¦c8+ ¢b3 9.¢d3 1–0
164 Empuje: Es evidente que jugando el negro el 163 B 1-0
final es tablas con el avance c3, ¢b3, c2, ¢b2, etc., ya que el rey blanco está
muy alejado. 1.¢g6 ¢c3! La idea defensiva se basa en impedir el apoyo del rey
del bando fuerte. [1...c3? 2.¢f5 ¢b3 3.¢e4 c2 4.¢d3 ¢b2 5.¦xc2+ ganando]
2.¢f5 ¢d3 3.¢f4 [3.¦d8+ ¢e3!=] 3...c3 4.¢f3 [4.¦d8+ ¢e2!=] 4...c2 [4...¢d2
5.¦d8+ ¢e1=] 5.¢f2 ¢d2 6.¦d8+ ¢c3 con posición de tablas. ½–½
165 Ataque por la retaguardia: Es común que el rey del bando fuerte se
encuentre en la 8va fila enemiga como consecuencia de la promoción de un
peón y el sacrificio de la torre adversaria. 1.¦f7+! ¢g3 [1...¢e4 2.¦g7 ¢f5
3.¢f7 g4 4.¦g8! ¢f4 5.¢g6! g3 6.¢h5 ¢f3 7.¢h4 g2 8.¢h3 ganando] 2.¢e7
g4 3.¢e6! [3.¢f6 ¢f4!! las negras empujan y se salvan 4.¢g6+ ¢e3 y tablas
5.¢h5 g3 6.¦g7 g2 7.¢h4 ¢f2 8.¢h3 g1£ 9.¦xg1 ¢xg1] 3...¢h2 4.¢f5 g3
5.¢g4 g2 6.¦h7+! ¢g1 7.¢g3 ¢f1 8.¦f7+ ¢g1 9.¦f8! ¢h1 10.¦h8+ ¢g1
11.¦h2 1-0
166 1.¦d2! Este tiempo es decisivo para que sea el rey negro quien rompa
la oposición y ceda el paso al rey blanco. [1.¦d1? d4 2.¢d7 ¢d5!] 1...d4
[1...¢e4 2.¢d6] 2.¦d1! ¢d5 3.¢d7 ¢c4 4.¢e6 avance por el lado opuesto
al rey adversario. 1-0 (Final de Reti, 1928)
164 B 1-0 / N ½ 165 1-0 166 Reti 1-0
167 El jaque intermedio para ganar un tiempo o
definir la posición del rey enemigo es un factor im–
portante en este tipo de finales.
1.¦d1+ [1.¢f7 e4 2.¢e6 e3 3.¢f5 e2 4.¢f4 ¢d3
5.¢f3 ¢d2 tablas] 1...¢c3 [1...¢e3 2.¦e1+ ¢f4 3.¢f7
e4 4.¢e6! e3 5.¢d5 ¢f3 6.¢d4 e2 7.¢d3 ganando]
2.¦e1 ¢d4 3.¢f7 e4 4.¢e6 e3 5.¢f5 ¢d3 6.¢f4 e2
7.¢f3 1–0
6.2 Torre vs. dos peones
167 Reti 1-0
En este tipo de final, todo depende de la situación de las piezas: si los peones
están muy avanzados alcanzan la 6ta fila y enfrentan solo la oposición de la torre,
pueden ganar. A menudo resultan recursos salvadores los temas como la red de
mate y el jaque perpetuo.
Si la torre cuenta con el apoyo de su rey su potencial se impone.
Peones unidos: Con el rey del bando superior colocado frente a los peones es
fácil de ganar.
168 El rey delante de los peones gana. 1.¦h1 ¢a3 [1...¢c4 2.¦h8 ¢d4
3.¦b8 ¢d3! 4.¢c1! (4.¦xb3? ¢d2! tablas) 4...¢c4 5.¦b7! b2+ 6.¢c2 ¢d4
7.¦c7 ganando] 2.¦h4 [2.¦h8 ¢b4 3.¦c8 c2+ 4.¢b2 ¢a4 5.¦b8; 2.¦g1 c2+
3.¢c1 ¢a2 4.¦h1 ¢a1!! 5.¢d2+ ¢b2 6.¦g1 ¢a2 7.¢c3 c1£+! 8.¦xc1 b2
9.¦c2 ¢a1! 10.¦xb2 tablas por ahogado] 2...c2+ 3.¢c1 b2+ 4.¢xc2 1–0
(Maiselis, 1950)
 —21—
169 La red de mate gana: En el presente caso se observa la actividad desple– 177 1.¦f1+! El jaque intermedio decide la lucha. 1...¢g2 [1...¢e2 2.¦g1 ¢f3
gada por las blancas: rey y torre, aprovechando la desventajosa posición del rey 3.¢d3 g3 4.¦f1+ ¢g2 5.¢e2 b3 6.¦b1 ¢h2 7.¢f3] 2.¦f4 g3 3.¢e3 ¢h2 4.¦g4!
adversario, se imponen con autoridad a los dos peones en la 6ta fila. 1.¦d2+ ¢b1 b3 5.¢f3 b2 6.¦b4 1-0
[1...¢a3 2.¦d3+ con la captura del peón g3.; 1...¢a1 2.¢b3 con mate en d1.]
2.¢c3 ¢c1 [2...h2 3.¦d1+ ¢a2 4.¦h1!; 2...g2 3.¦d1+ ¢a2 4.¦g1!] 3.¦a2 ¢d1
4.¢d3 ¢c1 5.¢e3! h2 6.¦a1+ ¢c2 7.¦h1! ¢c3 8.¢f3 1-0

170 Jaque perpetuo logra las tablas: 1.b7 [1.a7 ¦a2! 2.¢d1 ¢d3 3.¢c1 ¢c3
4.¢b1 ¦a6! 5.b7 ¦b6+ 6.¢c1 (6.¢a1 ¦a6+) 6...¦h6! 7.¢d1 ¢d3 8.¢e1 ¢e3
9.¢f1 ¢f3 10.¢g1 ¦g6+! 11.¢f1 ¦h6 tablas] 1...¦h2! [1...¦b2? 2.¢d1! ¢d3
3.¢c1 ¢c3 4.a7 ¦h2 (4...¦a2 5.b8£ ¦a1+ 6.£b1) 5.¢d1 ¢d3 6.¢e1 ¢e3
7.¢f1 ¢f3 8.¢g1] 2.¢f1 ¢f3 3.¢g1 ¦g2+ 4.¢h1 ¦g8! 5.a7 ¦h8+ 6.¢g1 ¦g8+
7.¢f1 ¦h8 8.¢e1 ¢e3 9.¢d1 ¢d3 10.¢c1 ¢c3 11.¢b1 ¦h1+! 12.¢a2 ¦h2+
13.¢a3 ¦h1 14.¢a4 ¢c4 15.¢a5 ¢c5 ½–½ (Kopaev, 1956)
175 N 0-1 176 Reti 1-0 177 1-0

6.4 Torre y peón vs. torre

178 Posición de Philidor: El método de defensa es simple y efectivo: la torre
negra se mantiene cortando al rey blanco en la 6ta fila; cuando el peón avanza
a la 6ta fila, entonces la torre baja a la 1ra fila para dar jaques verticales. 1.e5
¦g6 [1...¦b6; 1...¢d8 2.e6 ¦h1 3.¢d6 ¦d1+ La torre empieza a perseguir al
rey con jaques hasta que retroceda a la 3ra fila, entonces con ¦e1 se gana el
peón.] ½–½

168 Maiselis 1-0 169 1-0 170 Kopaev ½
171 1...b2! [1...c2? 2.¦xb3+ ¢d4 (2...¢d2 3.¦b2 tablas) 3.¦b4+ ¢d5 4.¦b8!
¢d4 tablas] 2.¢e5! ¢f3! [2...c2? 3.¦b3+ ¢d2 4.¦xb2 tablas; 2...¢d3 3.¢d5 ¢c2
4.¢c4 tablas] 3.¢f5 [3.¦b3 ¢g4 y la torre no puede detener los peones] 3...¢e2!
4.¢e4 ¢d1 5.¢d3 c2 6.¦h8 c1¤+ seguido de ...b1:£ 0-1 (Tarrasch, 1912)
Sin embargo, si desplazamos todas las piezas una columna a la derecha, hay
un recurso que permite las tablas.
179 El rey negro defiende la casilla de coronación del peón, y el rey blanco
está indefenso de jaques por detrás. Estas serían circunstancias favorables para
conseguir el empate, pero el final se pierde porque la torre negra está atada a la
defensa del mate en la 8va fila. 1...¦c8 2.¦b7 ¦a8 3.¦g7+ ¢f8 4.¦h7! ¢g8 5.f7+
¢f8 6.¦h8+ ¢e7 7.¦xa8 1-0
180 La colocación del rey blanco no resulta ideal, en cuanto desaparezca la ame–
naza de mate se activa la torre negra. 1.¢f5 [1.¦b7 ¦a6+ 2.¢f5 ¦a1!] 1...¦a1! ½–½

172 1...c2! 2.¢f5! ¢g3 3.¦c3! [3.¢g5 ¢f2] 3...¢f2 [3...¢h4 4.¢f4 d2 5.¦xc2
d1£ 6.¦h2#] 4.¢e4 ¢e2 5.¢d4 ½-½ (Maiselis, 1950)

173 Peones aislados: Con peones aislados el resultado de la partida en mu–

chos casos depende de la ubicación del rey enemigo. Las blancas deben luchar
contra el peón h, el peón f no es tan peligroso para ellas: 1.¢e6 h4 2.¢d5! ¢g3
3.¢d4 h3 4.¢e3 ¢g2 5.¢e2 h2 6.¦g8+ 1-0

178 ½ 179 1-0 180 ½

181 El peón b no gana porque las blancas no tienen espacio para maniobrar
en el flanco dama. 1.¦a7+ ¢b8 ½–½

182 1...¦f7+! Este detalle táctico salva la partida. 2.¢e5 [2.exf7 tablas por
ahogado] 2...¦f1= Se evidencia que los problemas negros están dados por la
pasividad de la torre en la 8va fila. ½–½
171 Tarrasch N 0-1 172 Maiselis N ½ 173 1-0
183 El rey negro se halla alejado y debe permanecer en g7 o h7, pero la torre
6.3 Torre vs. tres peones blanca está pasiva defendiendo al peón por delante, lo que la inmoviliza; el rey
blanco no tiene protección contra los jaques de la torre negra. 1.¢d6 ¦d1+ 2.¢c6
Estos finales, como bien señala Keres, pertenecen a la esfera de la práctica. ¦c1+ 3.¢b6 ¦b1+ 4.¢a6 ¦a1+ ½–½
Para tener éxito contra tres peones ligados, el bando de la torre precisa que su
rey esté cerca de los peones y estos no estén muy avanzados.

174 Si juegan las blancas logran tablas con 1.¢h1!.

Si juegan las negras ganan mediante: 1...f3+ 2.¦xf3
h1£+ 3.¢xh1 ¢xf3 0-1

175 Los peones están poco avanzados y esto per–

mite ganar a las negras. 1...¢e4 2.¢b4 [2.d6 ¢e5
3.c5 ¦c1+ (3...¢d5? 4.b4 ¢c6 5.¢b2! ¢b5 6.¢c2
¦f3 7.¢b2 (7.¢d2? ¢c4–+) 7...¦d3 8.¢c2 ¦d4 181 ½ 182 N ½ 183 ½
9.¢c3 ¦c4+ 10.¢d3 ¦c1 11.¢d2 ¦h1 12.¢c2! y las
negras no pueden ganar.) 4.¢b4 ¢e6 5.¢b5 ¢d7 6.b4 6.4.1 Peón en 7ma fila
174 B ½ / N 0-1 ¦b1 7.¢c4 ¢c6 8.¢c3 ¢b5 9.¢d3 ¦b3+ con la pos–
terior captura en b4.] 2...¢e5 3.¢c5 ¦f8 Las negras abandonan, la posible 184 Las blancas ganan de dos formas:
continuación sería: 4.b3 ¦b8 5.b4 ¦c8+ 6.¢b5 ¢d6 0-1 (Portisch–Spassky, 1) Llevando la torre a la casilla d8.
Amsterdam, 1964) 2) Creando el puente de Lucena.
1.¦f4! ¦d2 2.¦g4+ Es importante alejar el rey negro a dos columnas del peón.
176 1.¢f2! Es importante privar al rey negro del acceso a las casillas f3 y d3, por 2...¢h7 [2...¢f6 3.¢f8] 3.¢f7 ¦f2+ 4.¢e6 ¦e2+ 5.¢f6 ¦f2+ 6.¢e5 ¦e2+ 7.¦e4!
lo que se prioriza la captura del peón e. [Capturar mecánicamente en g2 es erróneo. Esta es la idea: tapar el jaque con la torre. 1-0 (Lucena)
1.¢xg2 ¢e4 2.¢f2 e1£+ 3.¢xe1 ¢d3 4.¦a1 ¢c3 5.¦c1 ¢d3 no permite al rey
blanco ocupar d2 y empata] 1...¢e4 [1...¢f4 2.¢xe2 ¢g3 3.¢e3 ¢h2 4.¢f2 ¢h3 185. El rey negro en el lado largo pierde, porque la torre no puede alcanzar la
5.¦g1+-] 2.¢xe2 ¢d4 3.¦g1 ¢e4 [3...¢c3 4.¦e1 ¢b2 5.¢d2 ¢b3 6.¢c1+-] 4.¦e1 separación de tres columnas. 1...¦h8+ [1...¦f2 2.¦c1+ ¢d6 3.¢d8+-] 2.¢f7
¢e5 5.¢e3 ¢d5 [5...¢f5 6.¢f2] 6.¢d2 1-0 (Estudio de Reti) ¦h7+ 3.¢f8 ¦h8+ 4.¢g7 ¦e8 5.¢f7 1-0
Curso de finales
 —22—
186 Este ejemplo muestra por qué la torre es ineficaz a menos de tres colum–
nas. 1...¦b8+ 2.¢d7 ¦b7+ 3.¢d8 ¦b8+ 4.¢c7 El rey se acerca a la torre y evita
los jaques. 4...¦a8 5.¦a1! La jugada clave que obliga a la torre negra a abandonar
la distancia de 3 columnas. 5...¦e8 La torre pasiva siempre pierde 6.¢d7 1-0
(Tarrasch, 1906)
184 Lucena 1-0 185 1-0 186 1-0
187 Con peón en 7ma fila el bando fuerte casi siempre gana. La excepción
aparece cuando la torre está a tres columnas en el lado «largo», el rey colocado
en g7 o g6 y la torre blanca está colocada de forma que no pueda tapar los jaques
(en la columna f cortando al rey negro). 1...¦a8+ 2.¢d7 ¦a7+ 3.¢d6 ¦a6+
4.¢c7 [4.¢c5 ¦e6] 4...¦a7+ Si la distancia entre la torre y el peón es de dos
casillas, el bando inferior no puede salvarse. ½–½ (Tarrasch, 1906)
También en este caso con el ¢g6 se logra las tablas. 1...¦a8+ 2.¢d7 ¦a7+
3.¢d6 ¦a6+ 4.¢c5 ¦e6 ½–½
La misma posición con el rey en g8 las negras pierden porque desprotegen la
casilla f6 y por otra parte la torre en f8 da jaque. 1...¦a8+ 2.¢d7 ¦a7+ 3.¢e6
¦a6+ Las blancas tienen dos formas de ganar: 4.¢d5 [4.¢e5 ¦a5+ 5.¢f6 ¦a6+
6.¢g5 ¦a5+ (6...¦e6 7.¦f8+) 7.¢g6 ¦a6+ 8.¦f6 ¦a8 9.¦d6+-] 4...¦a5+ 5.¢c6
¦a8 [5...¦a6+ 6.¢b7 ¦e6 esta defensa fracasa por la mala colocación del rey
negro. 7.¦f8+ El jaque que comentamos al principio. 7...¢g7 8.e8£] 6.¦a1!!
Este detalle táctico obliga a la torre a abandonar la distancia de tres columnas.
6...¦e8 [6...¦xa1 7.e8£+] 7.¢d7 1-0
188 Si desplazamos todas las piezas una columna a la derecha, también se
gana. 1...¦c8+ 2.¢e7 ¦c7+ 3.¢f6 ¦c6+ 4.¢e5! ¦c5+ [4...¦c8 5.¦g6! ¢h7 6.¦c6!
gana un tiempo importante. 6...¦a8 7.¢f6+-] 5.¢d6 ¦c8 6.¦e1! la jugada clave
que aprovecha la mala colocación del rey negro. 6...¢g7 7.¦e8 1-0
189 Pero nuevamente si la torre se encuentra a tres columnas es tablas. 1...¦b8+
2.¢e7 ¦b7+ 3.¢f6 [3.¢e6 ¦b6+ 4.¢d5 ¦b8 5.¢d6 ¢h7 6.¦b1 ¦a8=] 3...¦b6+
4.¢e5 [4.¢f5 ¦b5+ 5.¢g6 ¦b6+ 6.¢h5 ¦b5+ (6...¦h6+? 7.¢g5 ¦g6+ 8.¢f5!+-)
7.¢h6 ¦b6+ 8.¦g6 ¦xg6+ 9.¢xg6 tablas] 4...¦b5+! [4...¦b8? 5.¦g6! ¢h7 6.¦b6
¦a8 7.¢f6+-] 5.¢d6 ¦b8 6.¦e1 ¢g7 7.¦e8 El mismo plan de la partida anterior,
pero ... 7...¦b6+ esta es la diferencia, antes no había esta jugada. 8.¢c5 ¢xf7 ½–½
187 ½ 188 1-0 189 ½
6.4.2 Peón en 6ta fila
190 Cuando el peón está en 6ta fila, esta posición es clave y es necesaria
conocerla muy bien para lograr las tablas. La torre tiene tres columnas de sepa–
ración y el ¢g7 está en su mejor casilla. 1...¦a7+ [1...¦a8? 2.¦g1++-] 2.¦d7
¦a8 [También logra tablas 2...¦a1 3.¢e8+ (3.¢d6+ ¢f6 4.e7 ¢f7=) 3...¢f6!
4.e7 ¢e6! 5.¢f8 ¦f1+=] Las blancas tienen varias celadas. 3.¦d6! [3.¦d8 ¦a7+
4.¢d6 (4.¢e8 ¢f6!=) 4...¦a6+ 5.¢e5 ¦a5+ 6.¦d5 ¦a8 7.¦d7+ ¢g6!=; 3.¦b7
¦a1 (3...¦c8? 4.¦a7!+-; 3...¢g8? 4.¢f6+-) 4.¢d7 ¦a8! 5.e7 ¢f7= esta es la
posicion clave defensiva] 3...¢g6!= La jugada correcta. Otras jugadas
pierden:[3...¦b8? la torre abandona la distancia de tres columnas y por esa razón
pierde 4.¦d8 ¦b7+ 5.¢d6 ¦b6+ 6.¢d7 ¦b7+ 7.¢c6 ¦b1 8.e7 ganando; 3...¦a7+?
4.¢e8!+- ¢f6 (4...¦a8+ 5.¦d8 ¦a7 6.¦d7+) 5.e7+ la idea de 3.¦d6 es dar este
jaque al descubierto.] ½–½
191 Este final es una excepción, donde la torre a dos columnas logra hacer
tablas. 1...¦b7+ 2.¢d6 [2.¢d8 ¦b8+ 3.¢c7 ¦b2!] 2...¦b6+ [2...¢f8? 3.¦a8+
¢g7 4.e7; 2...¢f6? 3.¦f1+ ¢g7 4.e7] 3.¢d7 ¦b7+ 4.¢c6 [4.¢d8 ¦b8+ 5.¢c7
¦b2 6.¦f1 ¦a2!] 4...¦b2 5.¦f1 Las blancas están obligadas a evitar que el rey
negro se aproxime al peón. [5.e7 ¢f7] 5...¦a2! pero ahora la torre alcanza la
distancia necesaria de tres columnas para empatar. 6.e7 ¦a6+ 7.¢b7 [7.¢c7
¦a7+] 7...¦e6 ½–½ (Grigoriev).
Universidad para Todos
194 Esta posición es clave. Las piezas negras están en sus mejores posiciones,
por esta razón, para ganar, las blancas necesitan ceder el turno al negro, me-
diante una triangulación con el rey. 1.¢d6+ ¢f6 [1...¢g6 2.¦a1+-; 1...¢g8
2.¢c7 ¦e8 3.¢d7 ¦b8 4.¦a1+- (4.e7? ¢f7=) ; 1...¢f8 2.¢d7 ¢g7 3.¢e7 ver
variante principal] 2.¢d7! ¢g7 3.¢e7 llegamos a la misma posición pero jue-
gan las negras 3...¢g6 [3...¢g8 4.¦a1 ¦b7+ 5.¢d8 ¦b8+ 6.¢c7 ¦b2 7.¦a8+
¢g7 8.e7+-; 3...¦c8 4.¦a4 ¦c1 5.¦g4++-; 3...¦b1 4.¦a8! ver próximo ejemplo]
4.¦a1+- (ver 194) 4...¦b7+ 5.¢d8 ¦b8+ [5...¢f6 6.e7 ¦b8+ 7.¢c7 ¦e8 8.¢d6]
6.¢c7 ¦b2 7.¦e1! Observar que con el rey en g7 no es posible hacer esta juga-
da, porque las negras juegan ...¢f8 1-0
191 Grigoriev N ½ 192 1-0
190 N ½
193 Con la ¦a8 la amenaza es ¢e8 seguido del avance del peón. 1...¦b7+
[1...¦b1 2.¢e8 ¦h1 3.¦a7+ ¢f6 4.e7 ¦h8+ 5.¢d7 ¢f7 6.¦a1+-] 2.¢d6
[2.¢e8? ¢f6] 2...¦b6+ [2...¢f6 3.¦f8+ ¢g7 4.e7+-] 3.¢d7 ¦b7+ 4.¢c6
¦b2 [4...¦e7 5.¢d6+-] 5.e7 esta variante muestra la importancia de la torre
en a8. 1-0
194 La torre a dos columnas y ¢g6, pierde. 1...¦b7+ 2.¢d8 ¦b8+ [2...¢f6
3.e7 ¦b8+ 4.¢c7 ¦e8 5.¢d6+-] 3.¢c7 ¦b2 4.¦e1! Esta es la diferencia, la torre
no tiene que cortar al rey como en la posición 191. (Grigoriev) 1-0
195 La torre a tres columnas, pero con ¢g8 también pierde. 1...¦a7+ [1...¢g7
2.¦g1++-] 2.¢f6 esta la causa, el ¢g8 no protege la casilla f6. 2...¦a8 [2...¦a6
3.¦b8+ ¢h7 4.¢f7] 3.¦g1+ ¢f8 4.e7+ 1-0
193 1-0 194 1-0 195 1-0
6.4.3 Peón en 5ta fila
196 Final clave para lograr tablas. El rey del bando defensivo, siempre que se
pueda, debe tratar de llegar a la casilla de coronación del peón 1...¢d8!= [No
conduce a nada alejar la torre a dos columnas del rey blanco 1...¦h1? 2.¦d2
corta al rey negro 2...¦h6+ 3.¢f7 ¦h7+ 4.¢g6 ¦e7 torre pasiva 5.¢f6 ¦h7
6.e6+-] 2.¦f8+ ¢c7 3.¦e8 la mejor para defender el peón e5 y jugar ¢f7.
3...¦h1! [3...¦e2? 4.¢f7 ¦h2 5.¦g8 ¦h7+ 6.¦g7 ¦h8 7.¢e7! ¢c6 8.e6 ¢c7
9.¦g1+- Se gana porque el rey está en el lado largo por lo que la torre no
puede alcanzar las tres columnas de separación. 9...¦h7+ 10.¢f8 ¦h8+ 11.¦g8
¦h1 12.e7 ¦f1+ 13.¢e8 ¦f2 14.¦f8] 4.¦f8 [4.¢f7 ¦h7+ 5.¢g6 ¢d7] 4...¦e1!
la torre detrás del peón, es la única jugada que logra las tablas. [4...¦h6+?
5.¢e7+- ¦h7+ 6.¦f7 ¦h8 7.e6] 5.¢f6 ¢d7! ½–½ (Smyslov)
197 En todos los casos vistos, con el peón en 7ma, en 6ta y ahora en 5ta fila, el
rey en g8 pierde. 1...¦a7+ [1...¢g7 2.¦g2++-] 2.¢f6 ¦f7+ 3.¢e6 ¦f1 [3...¢f8?
4.¦d8+ ¢g7 5.¦d7+-; 3...¦a7? 4.¦d8+ ¢g7 5.¦d7++-] 4.¦a2 La torre evita
que la torre negra alcance las tres columnas en algun momento. 4...¢g7 [4...¦e1
5.¢f6!] 5.¦a7+ ¢g6 [5...¢f8 6.¦a8+ ¢g7 7.¢d6 ¦b1 8.e6+-] 6.¦a8! ¢g7 7.¢d6
¦b1 8.e6+- Estamos en el diagrama 193 con la ¦a8 1-0
198 Con el peón en 5ta fila y el rey bloqueando hay que recordar dos reglas
para lograr las tablas:
1) Colocar la torre detrás del peón.
2) Llevar el rey siempre al lado corto. (el lado largo es para la torre)
1.¢c6 ¦d1!= La torre detrás del peón es la mejor forma de lograr tablas.
[1...¦c1+? 2.¢d6+- ¢c8 3.¦h8+ ¢b7 conduce a un final estudiado donde la
torre defensiva no puede alcanzar las tres columnas. 4.¢e6 ¦g1 5.d6 ¦g6+ 6.¢e7
¦g7+ 7.¢f6 ¦d7 8.¢e6 ganando] 2.¢d6 ¢c8 [2...¢e8 3.¦h8+ ¢f7 4.¦d8 ¦a1!
(4...¦d2? 5.¢c7+- ¢e7 6.d6+) 5.¦c8 ¦d1! ver 196 (5...¦a6+? 6.¢d7+- ¦a7+
7.¦c7 ¦a8 8.d6) 6.¢c6 ¢e7=] 3.¦h8+ ¢b7 4.¦d8 ¦h1 este final hemos visto
 —23—
anteriormente que es tablas. 5.¦e8 ¦h2 6.¢d7 ¦h7+ 7.¢d8 ¦h6! 8.¦e6 ¦h8+
9.¢d7 ¦h7+ ½–½
196 N ½ 197 1-0 198 ½
199 1.¢b6 ¦c1 Una vez más la torre detrás del peón es la forma más sencilla
de lograr tablas. [1...¦b1+ 2.¢c6 ¢b8! el rey al lado corto no pierde (2...¢d8?
3.¦h8+ ¢e7 4.¢c7+-) 3.¦h8+ ¢a7 4.¢c7 ¦g1 5.c6 ¦g7+=] 2.¢c6 ¢b8! El
rey debe ir al lado corto [2...¢d8? llevar el rey al lado largo pierde 3.¦h8+ ¢e7
4.¦c8+-] 3.¦h8+ ¢a7 4.¦c8 ¦h1 ½–½
200 Las negras pierden el final porque la torre no está detrás del peón. 1...¢f8
El rey se dirige correctamente al lado corto. [1...¢d8 2.¦h8+ ¢c7 3.¢f6+-]
2.¦f7+! La única forma de ganar [2.¦h8+? ¢g7 3.¦a8 ¦e1!= la torre detrás del
peón 4.¦e8 ¦a1! la torre a la esquina. (ver 196)] 2...¢g8 [2...¢e8 3.¦a7! ¢f8
4.¦a8+ ¢g7 5.¢e7 ¦b1 6.e6+-] 3.¦d7! Esta jugada gana un tiempo clave. 3...¦e1
[3...¦f1 4.¢e7] 4.¢f6 ¦f1+ 5.¢e7 ¦a1 [5...¢g7 6.¢e8+ ¢g8 7.e6 ¦f8+ 8.¢e7
¦f1 9.¦d2+-] 6.¦d2+- se gana por la mala colocacion del rey en g8. (ver 197)
1-0 (Lasker)
También con la torre en f1 se logra las tablas, porque se evita el importante
jaque en f7 visto anteriormente. 1...¢f8! [1...¢d8? 2.¦h8+ ¢c7 3.¢e7+-] 2.¦h8+
¢g7 3.¦a8 ¦e1! 4.¦e8 ¦a1! ½–½ (Lasker)
201 1.¢f8+! [1.f6?= (Capablanca-Menchik, 1929) 1...¦a8!] 1...¢h6 [1...¢h8
2.f6 ¦a8+ 3.¦e8 ¦a7 4.f7 ¢h7 5.¦d8+-] 2.¦e6+! Jaque intermedio que decide
el final. 2...¢h7 [2...¢g5 3.f6 ¢f5 4.¦b6 ¢g6 5.f7+ ¢h7 6.¢e7+- ¦a7+ 7.¢f6
¦a8 8.¦e6] 3.f6 1-0
199 ½ 200 1-0 201 1-0
6.4.4 Peón en 4ta fila
Hasta ahora podemos resumir que la mejor defensa cuando el rey tiene cortado
el paso por una columna es que la torre alcance las tres columnas de separación
para que el rey contrario no pueda acercarse, siempre que:
a) el peón esté en 7ma ó 6ta fila, es el ataque lateral.
b) el peón en 5ta fila, es el ataque por atrás.
c) el peón en 4ta, 3ra y 2da fila, el ataque es frontal.
202 El plan para ganar es llevar el rey a la casilla a6 y cuando la torre negra
ataque el peón c4 defenderlo con ¦d4 donde mantiene al rey cortado. 1.¢b4!
[1.c5? ¦d8 (1...¦h4 2.¢b3 ¦g4 3.c6 ¦g6 empata en ambas variantes) ] 1...¦b8+
[1...¦d8 2.¦xd8 ¢xd8 3.¢b5! ganando el final de rey. 3...¢c7 4.¢c5!] 2.¢a5
¦c8 [2...¦a8+ 3.¢b6 ¦b8+ 4.¢c7 seguido del avance del peón] 3.¢b5 ¦b8+
4.¢a6 ¦c8 5.¦d4! ¢e6 6.¢b7 ¦c5 [6...¢e5 7.¦d5+] 7.¢b6 ¦c8 8.c5 1-0
Si juegan las negras, logran las tablas: 1...¦d8! típica maniobra para acercar
al rey mediante una propuesta de cambio, siempre valorando acertadamente el
final resultante [también logra el empate 1...¢e6 2.¢b4 (2.c5 ¢e7! 3.¢c4
¦d8 y las negras empatan) 2...¦b8+ 3.¢a5 ¦c8 4.¢b5 ¦b8+ 5.¢a6 ¦c8 6.¦d4
¢e5! una importante diferencia con relación a la posición anterior, las negras
atacan a la torre y al peón sin contar este último con la defensa del rey. 7.¦d5+
¢e6 8.¢b5 ¦b8+ 9.¢a4 ¦c8 10.¢b4 ¦b8+ 11.¦b5 ¦h8 12.¦b7 ¢d6 13.¢b5
¦h5+ 14.¢b6 ¦c5 15.¦d7+ ¢xd7 16.¢xc5 ¢c7 empate] 2.¦xd8 ¢xd8 3.¢b4
¢c8! ½–½
203 Cuando es peón b4 se pueden lograr las tablas a pesar de estar cortado el
rey por dos columnas, pero estando el rey en e6. Cuando el rey está cortado a 3
columnas siempre se gana, porque el rey blanco puede llegar a la casilla d6 y
mediante el método combinado se gana. 1.¦d4 ¢e5!= 2.¢c3 [2.¦d3 ¢e6! 3.¦d1
¢e5! (3...¢e7? 4.¦d4! ¢e6 (4...¦d8 5.¦xd8 ¢xd8 6.¢a4 ¢c8 7.¢a5! ¢b7
8.¢b5+-) 5.¢c4! ¢e5 (5...¦c8+ 6.¢b5 ¦b8+ 7.¢c6! ¢e5 8.¦h4+-) 6.¦d5+
Curso de finales
¢e6 7.b5 ¦b7 (7...¦c8+ 8.¦c5 ¢d7 9.b6! ¦xc5+ 10.¢xc5 ¢c8 11.¢c6+-)
8.¦c5! (8.¦d8+-) 8...¢d6 9.¦c6+ ¢d7 10.¢c5 ¦c7 11.¢b6+-) 4.¦d7 ¢e6=;
2.¦d7 ¢e6 3.¦a7 ¢d6 4.¢a4 ¢c6 5.¢a5 ¦b5+ tablas] 2...¦h8! 3.b5 ¦b8! ½–½
204 Sin embargo con ¦c4 se gana, a pesar de estar cortado el rey una sola
columna, porque la torre defiende el peón b4 y el rey puede salir de su escondi–
te. 1.¢a4 ¦a8+ [1...¦c8 2.¦xc8 ¢xc8 3.¢a5! ¢b7 4.¢b5!] 2.¢b5 ¢d6 [2...¦b8+
3.¢a6 ¦a8+ 4.¢b7+-] 3.¢b6 ¢d5 [3...¦b8+ 4.¢a7 ¦b5 5.¢a6] 4.¦g4 ¦a4
5.¦g5+ ¢d6 6.b5 ¢d7 7.¢b7 1–0
202 B 1-0 / N ½ 203 ½ 204 B 1-0 / N ½
205 Las blancas ganan utilizando el método combinado:
1) El rey se lleva a b6.
2) La torre defiende el peón d4 desde d1, donde apoya el avance del peón.
1.¢c4 ¦c8+ 2.¢b5 ¦d8 3.¢c5 ¦c8+ 4.¢b6! El rey llega a la casilla clave b6.
4...¦d8 [4...¦b8+ 5.¢c7 ¦b5 6.¢c6 ¦a5 7.d5+-] 5.¦d1! La torre se coloca de–
trás del peón y apoya su avance. [5.¦f4 ¢g6 6.¢c7 ¢g5 7.¦e4] 5...¢f7 6.¢c7!
¦a8 [6...¦d5 7.¢c6 ¦d8 8.d5 ¢e7 9.¦e1++-] 7.¦e1! Corta al rey. 7...¦a5 8.¢c6
¦a6+ 9.¢b5 ¦d6 [9...¦e6 10.¦xe6 ¢xe6 11.¢c6] 10.¢c5+- y el final se gana
porque el rey se encuentra en el lado largo, por lo que la torre no podrá alcanzar
las tres columnas. 1–0
206 Aquí el método combinado no tiene éxito porque la torre puede ocupar el
lado largo. Pero Cherón encontró la forma de ganar, aprovechando la mala colo–
cación del rey negro mediante la amenaza de mate. Las blancas para ganar nece–
sitan que jueguen las negras. 1.¦g2 ¢h4 2.¦g7 ¢h5 3.¦g1! Las blancas han lo–
grado su objetivo. 3...¢h4 [3...¦a8 4.e5 ¦a4 5.e6 ¦b4 6.e7 ¦b8 7.¢f4 ¦e8 8.¢f5!+-
la amenaza de mate gana un tiempo decisivo.] 4.e5! ¦xe5+ 5.¢f4 1–0
- Si el rey está en h6, se gana llevando el rey a f6 amenazando mate: 1.¢f4
¦f8+ 2.¢e5 ¦e8+ 3.¢f5 ¦f8+ 4.¢e6 ¦e8+ 5.¢f6! ¦f8+ [5...¦xe4? 6.¦h1+]
6.¢e7 1–0
- Si el rey está en h7, se gana llevando el rey a f7 amenazando mate: 1.¢f4
¦f8+ 2.¢e5 ¦e8+ 3.¢f5 ¦f8+ 4.¢e6 ¦e8+ [4...¦a8 5.e5+-] 5.¢f7! 1–0
6.4.5 Peón en 3ra fila
207 1.¦e4! [Salir con el rey también gana 1.¢c3 ¦c8+ 2.¢d4 ¦b8 3.¢c4 ¦c8+
4.¢d5 ¦b8 5.¦b1 (5.¦e3) 5...¢e7 6.¢c6 ¦b4! 7.¦e1+! (7.¢c5 ¦b8 8.b4? ¢d7=
Smyslov) 7...¢d8 (7...¢f7 8.¦e3 ¦b8 9.¦d3 ¢f8 10.¢c5 ¦c8+ 11.¢b5 ¢e7
12.b4 ¦b8+ 13.¢a4 ¦a8+ 14.¢b3 ¦b8 15.¦d4 ¢e6 16.¢c4!) 8.¦e3 ¦h4 (8...¦b8
9.¦h3 ¢e7 10.¦h7+ ¢e6 11.¦b7 ¦xb7 12.¢xb7 ¢d5 13.¢b6 ¢d6 14.b4 ga–
nando) 9.¦g3! (9.¦e5 ¦h6+ 10.¢b7 ¦h7+ 11.¢b8 ¢d7 12.¦c5 ¦h4 13.¦b5
¢c6 14.¦b7 ¢c5 tablas Smyslov) 9...¦h6+ 10.¢b7 ¦h7+ 11.¢b8 ¢d7 12.¦g6!
¦h4 13.¦b6! seguido del avance del peón, ganando] 1...¢f5 2.¦e3! ¢f6 [2...¢f4
3.¦e1 ¢f5 4.¢c3 ¦c8+ 5.¢d4 ¦d8+ 6.¢c5 ¦c8+ 7.¢d5 ¦b8 (7...¦d8+ 8.¢c6
¦b8 9.¦b1 ¦b4 10.¢c5 ¦b8 11.b4 ¢e6 12.¢c6 ¢e7 13.b5 ¢d8 14.b6+-)
8.¦b1 ¢f6 9.b4 ¢e7 10.¢c6 Posición clave 10...¢d8 11.¦d1++-] 3.¢c3 ¦c8+
4.¢d4 ¦b8 5.¢c5 ¦c8+ 6.¢d6 ¦b8 [6...¦d8+ 7.¢c7 ¦d4 8.¢c6+-] 7.¦f3+ ¢g5
8.¢c6 ¢g4 9.¦d3 ¢f4 10.¦d4+ ¢e5 11.¦d5+ ¢e6 12.¦b5! plan ganador 12...¦c8+
13.¢b7 ¦c3 14.b4 ¦c4 15.¦b6+ ¢d7 [15...¢d5 16.¢a6 ¢d4 17.¦b8 ¢c3 18.b5
¢b4 19.b6 ¦h4 20.¦f8+-] 16.b5 ¦b4 17.¢a7 ¦a4+ 18.¦a6 ¦b4 19.b6 ¢c6 20.¦a1
¦b2 21.¦c1+ y se gana aplicando el puente de Lucena. 1–0
205 1-0 206 1-0 207 1-0
 —24—
6.4.6 Peón en columna a o h
Sin dudas, como ventaja, los peones de torre resultan inferiores a los ubicados
en las restantes columnas del tablero por dos motivos esenciales:
1) El rey tiene menor libertad de acción para apoyar el peón, pues, al estar
limitado por la banda, accede en una sola dirección.
2) El peón torre puede proteger a su rey contra los jaques en vertical pero no en
horizontal, por ello, con el peón en 7ma fila y la torre en la defensa por delante, las
posibilidades de victoria son restringidas y solo se puede aspirar al triunfo si el rey
defensor está mal ubicado. Señalemos que le resultan ideales los cuadros g7 y h7.
El peón en 7ma fila y el rey en la 8va, son posiciones típicas a tener en cuenta
que terminan en un clásico empate si el rey negro asfixia a su homólogo blanco
alcanzando los cuadros c7 y c8. Con el peón en la 6ta fila las posibilidades de
victoria del bando fuerte son mejores que con el peón en 7ma porque la casilla a7
(h7) puede servir para cubrir al rey.
208 Esta posición es tablas porque el rey negro se mantiene en las casillas g7 y
h7, cuando el rey blanco se acerque al peón a7, la torre lo separa mediante jaques
y luego mantiene el ataque al peón. 1.¢f5 ¦a2 [1...¢f7? 2.¦h8+-] 2.¢e5 ¦a1
3.¢d5 ¦a2 4.¢c5 ¦a1 5.¢b6 ¦b1+ ½–½
209 Las blancas ganan porque tienen al rey negro cortado por cuatro colum–
nas, lo que evita que el rey tenga tiempo de llegar a las casillas claves: c7 o c8.
1.¦h2 ¢e7 2.¦h8 ¢d6 3.¦b8 El rey negro no alcanzó la casilla c7 y esto marca
la diferencia en el final. 3...¦a1 4.¢b7 ¦b1+ 5.¢c8 ¦c1+ 6.¢d8 ¦h1! 7.¦b6+
¢c5 8.¦c6+ ¢b4 [8...¢d4 9.¦a6 ¦h8+ 10.¢c7 ¦a8 11.¢b7+-] 9.¦c8 ¦h8+
10.¢c7 ¦h7+ 11.¢b8 1–0
210 1...¢f5! Para este tipo de final el rey negro debe estar en las columnas f,
g y h. [1...¦e7? 2.¢d2 ¦d7+ 3.¢c3 ¢d5 4.¢b4 Y el rey blanco va hacia b6.]
2.¢d3 ¦d7+ 3.¢c4 ¦c7+ 4.¢b5 ¦f7 5.¢c5 ¢f4! 6.¢b6 ¦f6+ 7.¢c7 ¦f7+ 8.¢d6
¢f5! ½–½
208 ½ 209 1-0 210 N ½
211 Considerada por la teoría una de las más importantes posiciones de ta–
blas, la torre negra ataca lateralmente lo mismo al peón y al rey. 1.¢b5 ¦f5+
2.¢c6 ¦f6+ 3.¢d5 ¦b6 No son necesarios más jaques y la torre debe mantener
su ataque sobre el peón para evitar que la torre blanca se active. 4.¢e5 ¦c6
5.¦a7+ ¢g6 Las blancas no pueden progresar. [Está claro que tan pronto se
avance a6–a7, el negro contesta ¦a6.] ½–½ (Posición de Vancura)
212 Como regla, si el rey blanco se encuentra en la zona marcada, el final es
tablas. Fuera de ese marco el rey blanco está lo bastante cerca del peón para alcan–
zar el éxito. 1...¦a5 [1...¦e1 2.¦a7+ ¢f6 3.¦h7 ¢e6 4.a7 ¦a1 5.¢b2 ¦a5 6.¢b3
¢d6 7.¢b4 ¦a1 8.¢b5 ¦b1+ 9.¢a6 ¦a1+ 10.¢b7 ¦b1+ 11.¢c8 ¦a1 12.¢b8
¦b1+ 13.¦b7 ganando; 1...¦h1 2.¦a7+ ¢f6 3.¢b3 ¦h8 4.¦b7 ¢e6 5.a7 ganando.
5...¦a8 6.¢b4 ¢d6 7.¢b5] 2.¢b3 ¦b5+ 3.¢a4 ¦b6 4.¢a5! 1–0
213 Tiene un interés didáctico la cuestión de qué ocurre cuando el rey blanco se
refugia en a7. En tal caso la ubicación del rey defensor es el factor determinante en
el resultado. Si juegan las blancas, ganan. 1.¦b8! ¦e1 2.¢b7 ¦b1+ 3.¢a8 ¦a1
4.a7 ¢d7 [4...¢d6 5.¢b7 ¦b1+ 6.¢c8 ¦c1+ 7.¢d8 ¦h1 8.¦b6+ ¢c5 9.¦c6++-]
5.¢b7 ¦b1+ 6.¢a6 ¦a1+ 7.¢b6 ¦b1+ 8.¢c5 1–0
Si juegan las negras, logran tablas 1...¢d7 2.¦b8 ¦c1 3.¢b7 ¦b1+ 4.¢a8 ¦c1
seguido de ¢c7 y tablas. ½–½
211 ½ 212 1-0 213 B 1-0 / N ½
Universidad para Todos
6.5 Torre y dos peones vs. torre
Dos peones unidos: Si los peones están unidos el triunfo, salvo raras excepciones
dadas por la existencia de un peón torre, suele ser una mera cuestión técnica.
214 Esta posición se gana con el avance d5–c4–¦c6 y d6–c5–¦c7. 1...¢c2 2.d5
¢d3 3.c4 ¢d4 4.¦c6 ¢e5 5.¢g4 Momento oportuno para incorporar el rey a la
lucha. 5...¦f8 6.d6 ¢e6 7.c5 ¢d7 8.¦c7+ ¢d8 9.¦a7 ¦f6 Impidiendo c6. 10.¢g5
¦e6 11.¢f5 1-0
215 Las negras han logrado construir una posición defensiva para paralizar el
avance de los peones blancos. Ahora el blanco precisa penetrar con su rey. 1.¦d5
¦g1 [1...¦a4 2.¦d8 ¦g4 3.¦g8+ ¢f7 4.¦g7+ ¢f8 5.¢f3 ¦a4 6.¦b7 ¦a6 7.¢g4
con posición ganadora.] 2.¢d4 ¦c1 3.¦e5 ¦d1+ 4.¢c5 ¦d7 5.¦d5 [5.¦e7? ¦xe7
6.fxe7 ¢f7 7.¢d6 ¢e8!=] 5...¦a7 6.¢d6 ¦a6+ 7.¢e7 ¦a1 8.¦d6 ¦a7+ 9.¦d7
¦a6 10.f7 1-0 (Ornstein–Spiridonov, Albena, 1976)
216 1.a5 Los peones deben avanzar en formación cerrada, y el primero en
avanzar debe ser el peón a, al que le corresponde proteger a su rey de los jaques
laterales de la torre. 1...¦g6 2.¢a4 ¦g7 [2...¦g4 3.¦d6+ ¢b7 4.a6+ ¢a7 5.¢a5
¦g5+ 6.b5] 3.b5+ ¢a7 4.a6 ¢b6 5.¦d6+ ¢a7 6.¢a5 ¦g8 [6...¢b8 7.¦d8+ ¢c7
8.a7+-] 7.b6+ ¢a8 8.a7 ¦h8 [8...¢b7 9.¦d7+ ¢a8 10.¢a6; 8...¦g5+ 9.¢a6]
9.¢a6 1-0
214 1-0 215 1-0 216 1-0
217 Una posición teórica de tablas dada la desfavorable posición de la torre. ½–½
218 Dos peones doblados: Con los peones doblados encontramos una inte–
resante posición en la que el turno de jugar decide la aplicación o no de la idea
defensiva de Philidor 1.¢h6! ¦b6+ 2.g6 ¦b8 3.¦a6! ¦f8 4.g4 ¦b8 5.g7 ¦c8
6.¦f6 seguido de ¦f8+ pasando a un final de peón victorioso. 1-0
Si juegan las negras, logran las tablas después de 1...¦b6! Obsérvese como
válido el método defensivo de Philidor. 2.g6 ¦b1 y las blancas no logran nada
con 3.¢h6 por 3...¦h1+ ½–½
Dos peones separados: Cuando los peones están aislados son más difíciles
de proteger, y es bastante común que la ventaja material se imponga cediendo
el bando fuerte un peón para construir con el peón restante una posición teórica
ganadora.
219 Las blancas abandonan el peón g4 y llevan al rey hacia el flanco dama
para apoyar el avance del otro peón. 1.¢f3 [1.¦b8? ¦xg4+ 2.¢f3 ¦b4 3.b6 ¢f6
4.b7 ¢g7=] 1...¦f4+ 2.¢e3 ¦xg4 3.¢d3 ¢f5 4.¢c3 ¢e5 5.¦c6 Para cortar al
rey negro. 5...¢d5 6.¦c8 1-0
217 B ½ 218 B 1-0 / N ½ 219 B 1-0
En el caso de los dos peones torre, si la torre del bando fuerte está pasiva, se
consigue el empate al contituir el procedimiento defensivo una analogía de la
idea de Vancura.
220 Cuando ambos peones son de torre, el bando débil consigue tablas si la
torre adversaria es pasiva. 1...¦a4 2.¦f3+ ¢g6 3.¢f2 Aprovecha que el rey
negro queda momentáneamente cortado para sacrificar un peón que está resul–
tando inútil e intenta ganar en el flanco dama. 3...¦xh4 4.¢e2 ¦a4 5.¢d2 ¦a6
6.¢c2 ¦f6 pero las negras mediante la propuesta de cambio de torre logran
acercar el rey al peón enemigo. 7.¦d3 ¢f7 8.¢b3 ¢e7 9.¢b4 ¦d6 ½–½
221 1...¦c4! Obliga a la torre blanca a permanecer pasiva en la defensa del
peón a4. 2.a5 ¦c5 3.a6 ¦c6 4.¢f4 ¢h7 5.¢e5 ¢g7 6.¢d5 ¦f6 7.¢c5 ¢h7 8.h5
 —25—
¢g7 9.h6+ ¢h7! [9...¢xh6? 10.a7 ¦a6 11.¦h8+; 9...¦xh6? 10.¢b5 ¦h5+ 11.¢b6
¦h6+ 12.¢a7+-] 10.¢b5 ¦f5+ 11.¢c4 ¦f6 ½–½
220 N ½ 221 N ½
Con peones f y h: En teoría, este es un final defendible. Botvinnik recomenda–
ba el siguiente plan defensivo:
Cuando los peones alcancen las casillas f5 y h5 el rey negro debe mantenerse
en f7, si las blancas amenazan confinarlo a la última horizontal con jaque de
torre en la 7ma fila, el rey negro debe ir al cuadro g7 para hallar refugio en h6. La
mejor casilla para la torre es a8, aunque en dependencia de la situación concreta
puede estar en f8 o h3.
Keres planteaba que las negras tenían tres cuestiones a resolver:
1) No permitir que su rey sea llevado a la última fila.
2) Evitar las activas posiciones que se suceden con el rey blanco en f7.
3) Una vez capturado el peón h, asegurarse que el final con el peón f no
resulte una posición teórica ganadora.
En la práctica, este es un final muy difícil de defender, y el plan de Keres en su
partida contra Sokolsky en 1947 (diagrama 225) resulta muy peligroso.
222 Con el rey del bando débil relegado a la última fila, la ventaja material se
impone. Si juegan las blancas ganan con 1.h7+ ¢h8 2.¦a8+ y el avance f7–f8.
1...¦g1+ 2.¢f5 ¦f1+ 3.¢e6 ¦e1+ 4.¢d6 ¦d1+ [4...¦h1 5.¦a8+ ¢f7 6.h7! ¦xh7
7.¦a7++-] 5.¢e7 ¦e1+ 6.¢d8 ¦f1 [6...¢f8 7.¦g7 seguido de h7 y ¦g8+.] 7.h7+
¢h8 8.¢e7 [8.f7? ¦xf7! 9.¦xf7=] 8...¦e1+ [8...¦xf6 9.¦a8+!; 8...¢xh7 9.f7
¢g7 10.¢e8+-] 9.¢f7 [9.¢f8? ¦e8+! 10.¢f7 ¦f8+=] 9...¦b1 10.¦a8+ ¢xh7
11.¢f8 ¢g6 12.f7 1-0 (Belavenets)
223 1...¦g1+ 2.¢f6 ¦b1 [2...¦h1 3.¦g7+ ¢f8 4.¢g6! la única maniobra gana–
dora 4...¦g1+ 5.¢h7 ¦f1 6.¦a7 ¦g1 (6...¦xf5 7.¢g6 ¦f1 8.¦a8+ ¢e7 9.h7+-)
7.f6 ¦g2 8.¦g7 ¦f2 9.¢g6 Y las negras no pueden impedir h7 y ¦g8+] 3.¦e7 ¦a1
4.¢e5 [4.h7+ ¢h8 5.¢f7 ¦a5!! (5...¢xh7 6.¢f8+ ¢h6 7.¦e6+!) 6.f6 ¢xh7
7.¢f8+ ¢g6 8.f7 ¢f6!=] 4...¦e1+ 5.¢d6 ¦d1+ 6.¢e6 ¦e1+ 7.¢d7 ¦d1+ 8.¢e8
¦f1 9.¦e5 ¢h7 10.¢f7 ¢xh6 11.¦e6+! [11.f6 ¦a1] 11...¢h7 12.f6 ¦a1 13.¢f8
¦a8+ 14.¦e8 1-0
224 1...¦a7+ [1...¦a8 2.¦e8 ¦a7+ 3.¢f8 ¢xh6 4.¦e6+ ¢g5 5.f6 ¢f5 6.¦d6
¢g6 7.f7+ ¢h7 8.¢e8+-; 1...¦a2 2.f6 ¦a8 3.¦e8 ¦a7+ 4.¢e6 ¦a6+ 5.¢f5 ¦a5+
6.¦e5 ¦a1 7.f7 ¦f1+ 8.¢e6 ¢g6 9.¦g5+ ¢xg5 10.h7 ¦e1+ 11.¢d7+-] 2.¢f8
¦a8+ 3.¦e8 ¦a6 4.¦e7+ Aprovechando que las negras no pueden capturar en
h6, las blancas ganan un importante tiempo. 4...¢h8 [4...¢xh6 5.¦e6+] 5.¦e6
¦a8+ 6.¦e8 ¦a6 7.f6! 1-0 (Botvinnik, final teórico)
222 1-0 223 1-0 224 1-0
225 60.¦g4 ¦h8+ 61.¢g3 ¦a8 [61...¢f6 62.h4 ¦h5!
recomendación de Keres para defender el final.] 62.h4
¦a1? [62...¦h8 63.¦g5+ ¢f6 64.¢g4 ¦a8 65.h5 ¦a1
66.¦g6+ ¢f7 67.f4 ¦a5 con buenas oportunidades
defensivas.] 63.h5!+- ¦a6 [63...¦h1 64.¦h4 ¦g1+
65.¢f2 ¦g8 66.h6+-] 64.¦h4 ¦h6 65.¦f4+ ¢g5
66.¦g4+! ¢f5 67.¢h4 ¦h8 [67...¦a6 68.¦g5+ ¢f4
69.¦g6 ¦a1 70.¦f6+ ¢e5 71.¦f8+-] 68.¦g5+ ¢f6
[68...¢f4 69.¦g7 ¢f5 70.¦a7 ¢f6 71.¢g4+-] 69.¢g4
¢f7 70.¦f5+ ¢g7 71.¢g5 ¦g8 72.¦f6 ¢h7+ 73.¦g6
¦a8 74.f4 ¦a1 75.¦e6 ¦g1+ 76.¢f6 Keres puntualiza 225 1-0
sobre la importancia de dejar al peón h en la 5 fila, con el peón en h6 se facilita
ta
la labor defensiva. 76...¦f1 [76...¦h1 77.¦e7+ ¢h6 78.¦e8 ¢h7 79.f5 ¦xh5
80.¢e6 ¦h1 81.f6 ¦e1+ 82.¢f7 ¦a1 83.¢f8+-] 77.f5 ¦f2 78.¦e5 ¦h2 79.¦e7+
¢h6 80.¦e8 ¢h7 81.¢e6 ¦e2+ 82.¢f7 ¦a2 83.f6 ¦a6 84.¢e7 ¦a7+ 85.¢f8
¦a6 86.f7 ¦a7 87.¦c8 ¦a1 88.¢e7 1-0 (Keres–Sokolsky, Moscú, 1947)
Curso de finales
6.6 Torre y peón vs. torre y peón
Si los peones no constituyen una amenaza de transformación, generalmente la
partida es tablas, pero cuando uno de ellos o ambos han alcanzado la 7ma fila,
surge una interesante gama de sutilezas tácticas.
226 1.¢b7 El tema de Lasker especula con la captura del peón h2 y una
sencilla maniobra de rechazo del rey adversario hasta una posición desventajosa
en la segunda fila. 1...¦b2+ 2.¢a7 ¦c2 3.¦h5+ ¢a4 4.¢b6 Amenazando con
capturar al peón h2. 4...¦b2+ 5.¢a6 ¦c2 6.¦h4+ ¢a3 7.¢b6 ¦b2+ 8.¢a5 ¦c2
9.¦h3+ ¢a2 10.¦xh2! ganando. 1-0 (Tema de Lasker)
227 Basado en el tema de Lasker, Keres elaboró un final más complejo. 1.¢e8+
¢g6 [1...¢g8 2.e7 ¢g7 3.¦a6+-] 2.e7 ¢h5 [2...¢g7 3.¦a6 ¦b1 4.¦xa2 ¦b8+
5.¢d7 Y el blanco vence porque la torre negra no tiene lado largo; 2...¢h6
3.¦a3 ¢g5 4.¦g3+ ¢f4 5.¦g2 ¢f3 6.¦b2 ¢g3 7.¦d2 ¢f3 8.¢d7 ¢e3 9.¦b2
¦d1+ 10.¢c7 ¦c1+ (10...a1£ 11.e8£+) 11.¢b7+- gracias a la promoción con
jaque.] 3.¦a3 ¢h4 [3...¢g5 4.¦g3+ seguido de ¦g2.] 4.¦a5! [4.¢f7? ¦f1+ 5.¢g6
¦g1+ 6.¢h6 ¦e1=] 4...¢g4 5.¢f7 ¦f1+ 6.¢g6 ¦e1 7.¦a4+ ¢h3 8.¢f6 ¦f1+
9.¢g5 ¦g1+ 10.¢h5 ¦e1 11.¦a3+ ¢g2 12.¦xa2+ ¢f3 13.¦a7 ¦e6! 14.¢g5
¢e4 15.¦b7! [15.¦d7? ¢e5=] 15...¢e5 16.¦d7 ¢e4 17.¦d1 ¢f3 18.¦f1+ ¢e2
19.¦f7 ¢e3 20.¢f5 1-0 (Estudio de Keres)
228 El tape con el peón: También el peón en la 6ta fila constituye un factor de ries–
go en estos finales. Las negras pierden este final porque su propio peón ofrece pro–
tección al rey blanco. 1...¦f2 2.¢e6! ¦e2+ 3.¢f5 g4 4.¢g6 ¦f2 [4...g3 5.f7++-]
5.f7+ ¢f8 6.¦b8+ ¢e7 7.¦e8+ 1-0 (Kotov–Eliskases, Estocolmo, 1952)
226 Lasker 1-0 227 Keres 1-0 228 1-0
229 Ejemplo práctico de la importancia de aplicar el principio del empuje.
1.¦b1 ¦d3+ 2.¢c6 ¦d8 3.b6 ¢g4? [Lo correcto era 3...¢e4! para impedir que el
rey blanco se acerque al peón negro. 4.b7 (4.¦e1+ ¢f4 5.¦f1+ ¢e5 6.b7 f5
7.¢c7 ¦f8 8.b8£ ¦xb8 9.¢xb8 f4 10.¢c7 ¢e4 11.¢d6 f3=) 4...f5 5.b8£
¦xb8 6.¦xb8 f4 7.¦b4+ (7.¦e8+ ¢d4 8.¦f8 ¢e3=) 7...¢e3 8.¢d5 f3 9.¦b3+
¢e2 10.¢e4 f2 11.¦b2+ ¢e1 12.¢e3 f1¤+=] 4.b7 f5 5.b8£ ¦xb8 6.¦xb8 f4
7.¢d5 f3 8.¢e4 f2 9.¦f8 ¢g3 10.¢e3 1-0 (Alekhine-Bogoljubov, 1929)
230 El rey cortado: La situación de los rey es otro detalle que bien puede
decidir una partida, con el tema el rey cortado, es decir, apartado del escenario
de la lucha. 1.¢h5! [y continúan con ¢g6-¢f7 y ¦e6.] 1-0
229 ½ 230 1-0
6.7 Torre y dos peones contra torre y peón
Normalmente, cuando no existe un peón pasado, la defensa debe tener éxito
en conseguir el empate. El triunfo solo se consigue si los peones están muy
avanzados o el rey puede ocupar casillas vitales por delante de los peones. Por
supuesto, si los peones ocupan casillas centrales, el rey tendrán más campo para
maniobrar.
En el supuesto de dos contra uno en el mismo flanco, en el que la mayoría está
ligada y uno de esos peones es pasado, las posibilidades de triunfo se incrementan.
Cuando luchan dos peones libres ligados contra uno libre del bando débil, por
lo general, se impone la ventaja material; las excepciones suelen estar dadas por
la existencia de un peón torre en el bando fuerte o por la proximidad del peón
libre adversario a la casilla de coronación.
Otro caso de mucha incidencia práctica es cuando cada bando tiene un peón
en un flanco y el bando fuerte cuenta con la ventaja en el flanco opuesto, inmo–
vilizado por la torre adversaria por atrás. El resultado de estos finales depende en
gran medida de la posición que ocupen los respectivos reyes.
 —26—
Un fácil triunfo se consigue si ese peón ventajoso en el flanco opuesto es
apoyado por su torre activamente por atrás.
231 Este final 2/1 es clave para lograr las tablas.
En ocasiones, surge del final 4/3, cuando el bando
defensivo juega h5, g6 y el bando ofensivo juega
g4 y después h5, cambiando ambos peones de g y
h: 1...¦c5! Es importante evitar el avance f4-f5.
[1...f6+? 2.¢g6 fxe5 3.f5!; 1...¦b1 2.¦a7+ ¢e8 3.f5
¦h1 4.¦a8+ ¢e7 5.f6+ ¢d7 6.¦f8 ¦h7 7.¢g4 ¢c7
8.¦e8 seguido de ¦e7 y e6] 2.¢h6 [2.¦a7+ ¢f8!
(2...¢e6? 3.f5+ ¢xe5 4.¦e7+ ¢d6 5.¦xf7) 3.f5
(3.¢h6 ¦c6+ 4.¢h7 f6!) 3...¦xe5 4.¢f6 ¦e1
231 ½ 5.¦xf7+ ¢g8 6.¦g7+ ¢h8 7.¦a7 ¦f1! La torre detrás
del peón] 2...¦c1 3.¦a7+ ¢f8 4.f5 ¦g1! Cortando al rey. 5.¦a8+ ¢e7 6.f6+
¢e6 7.¦e8+ ¢f5 8.¢h7 ¦g2 9.¦g8 A esta posición se llega forzado para
tratar de progresar. [9.¦e7 ¦g5! 10.¦xf7 ¢xe5 11.¦g7 ¢xf6 tablas] 9...¦a2!
[9...¦f2? 10.¢g7 ¢xe5 11.¦a8! ganando 11...¦f1 (11...¦xf6 12.¦a5+ ¢e6
13.¦a6+) 12.¦a6 1-0 (Ubilava–Estremera, 1997); 9...¦e2? 10.¢g7 ¦xe5
11.¢xf7 ¦a5 12.¢g7 1-0 (Iordachescu–Ibrahimov, 2000) 12...¦a1 13.f7 ¦g1+
14.¢f8 ¦a1 15.¦g2 1-0 (Stefansson–Vera, 1997)] 10.¢g7 ¢xe5 11.¦e8+
[11.¢xf7 ¢f5! ½-½ (Ostenstad–Tisdall, 1995)] 11...¢f5 12.¦e7 ¦a6! 13.¦xf7
¢g5! [y las negras dan jaque perpetuo luego de ¦f8 y f7.] ½–½
232 Jugando el negro, la defensa se facilita luego de 1...g6 o 1...¦b4.
1.f5! ¦b1 [El negro no debe asumir una defensa pasiva, veamos, 1...¦c7 2.¢h5
¦b7 3.¦a8 ¦c7 4.g6+ ¢f6 5.¦f8+ ¢e5 6.f6! gxf6 7.¢h6 ¦c1 8.g7 ¦h1+ 9.¢g6
¦g1+ 10.¢f7+-] 2.¦a7+ ¢f8 3.¢h5 ¦b6 4.¦a8+ ¢f7 es necesario impedir la
penetración del rey por g6. [4...¢e7 5.f6+ gxf6 6.g6 ¦b1 7.g7 ¦h1+ 8.¢g6
¦g1+ 9.¢h7 ¦h1+ 10.¢g8 f5 11.¦a7+ ¢e6 12.¢f8+-] 5.g6+ ¢e7 6.¦g8 ¢f6
7.¦f8+ ¢e5 8.f6!! [8.¢g5 ¦b1=] 8...¦xf6 9.¦f7! ¦f5+ [9...¢e6 10.¦xg7 ¦f8
11.¢h6 ¢f6 12.¢h7+-] 10.¢g4 ¦f6 11.¢g5 ¦a6 12.¦xg7 1–0
233 Con peón f4 contra peón f5, este último se convierte en un objetivo de
ataque. El rey blanco se vale de la triangulación para lograr su captura. 1.¢d6
¢h7 2.¢e7! ¦a6 [2...¦a4 3.¢e6 ¦a5 4.¢f6; 2...¢g7 3.¢e6] 3.¢f7 ¦a4 4.¢e6
¦a5 5.¢f6 y las negras pierden su peón. 1–0
234 1.¦a5! La diferencia en la actividad de las torres resulta un factor decisivo en
favor de las blancas. 1...¢f6 2.g4 ¢e7 3.¢g3 ¢d6 4.¢f4 ¢c7 5.¢e5 ¢d7 6.g5
¢e7 7.g6 ¢f8 8.¢xe6 ¢e8 9.g7 ¦xg7 10.a7 ¦g6+ 11.¢f5 1–0 (Capablanca–Marshall,
San Petersburgo, 1914)
232 B 1-0 233 1-0 234 B 1-0
6.8 Torre y dos peones vs. torre y dos peones
Para estos finales son aplicables métodos típicos anteriormente estudiados como:
el aislamiento del rey de los peones libres -tanto para el ataque como para la de–
fensa-, la situación de las torres por detrás o delante de los peones libres, la
actividad que sea capaz de desplegar el rey, la calidad de los peones, es decir,
quién cuenta con los peones más avanzados y si su condición es de unidos o
aislados.
235 La ventaja posicional blanca reside en que sus peones están más avanza–
dos. 1.c6! ¢e7 [1...¦c2 2.b5 ¦c5 3.¦b4! amenaza el avance decisivo b6–b7.]
2.b5? [Lo correcto era 2.¦d4! cortando al rey negro 2...¦c2 (2...¦b2 3.¢d3 ¦b1
4.¢c2 ¦a1 5.c7 ¦a8 6.b5) 3.b5 ¦c5 4.¦b4! (4.¦d7++-) 4...¢d8 5.b6 ¢c8
6.b7+ ¢b8 7.¦b6 f5 (7...¦a5 8.c7+!) 8.¦a6 ¢c7 9.¦a8 ¦b5 10.¦c8++-] 2...¦b2
3.¦c4 ¢d8 4.¦c5 g4 5.¢f4 ¦b4+ 6.¢g3 ¢c7 7.¢h4 ¢c8 8.¦h5 ¢c7 9.¦h7+
¢c8 10.¦b7 ¦c4 11.¢g3 f5 12.¢h4 ¦c5 ½–½ (Keres–Alekhine, Avro, 1938)
236 Los peones pasados unidos suelen resultar más fuertes que los aislados,
por ello, esta posición es favorable al blanco. 1.¦a5! Oponiendose al activo
plan negro ...g5 seguido de ...¦g6. 1...¦b6 [1...¦h6 2.d4 ¦h3+ 3.¢f4 ¦h4+
4.¢f3 ¦h6 5.d5 La posición de las negra es difícil.] 2.d4 ¦b3+ 3.¢f4 ¦b4 4.d5
[4.¢e5? ¦b5+! 5.¦xb5 axb5 6.¢d6 b4 7.¢d7 b3 8.e5 b2 9.e6+ ¢f6 10.e7
b1£ 11.e8£ £b5+ 12.¢d8 £xe8+ 13.¢xe8 ¢e6–+] 4...¦b6 5.¦c5 ¦b4 [5...¦b7
6.e5 ¦a7 7.¦c8 a5 8.e6++-] 6.¦c7+ ¢f8 7.¦a7 1-0 (Alekhine–Alexander,
Margate, 1937)
Universidad para Todos
237 38.f4 Deja escapar la victoria. [Lo correcto era: 38.¢f4! a4 39.¦c6+ ¢g7
(39...¢h5 40.¢f5 a3 41.f4 a2 42.¦a6 ¢h4 43.¦xh6+ ¢g3 44.¦g6+ ¢f3
45.¦a6) 40.¢f5 a3 41.¦g6+ ¢f8 (41...¢f7 42.f4 a2 43.¦a6 h5 44.e5 h4 45.e6+
¢e7 46.¦a7+ ¢d6 47.¦d7+! ¢c6 48.¦d2 ¢c7 49.¦f2!) 42.f4 a2 43.¦a6 h5
44.e5 h4 (44...¢e7 45.¦a7+ ¢d8 46.e6 h4 47.e7+ ¢e8 48.¢f6 ¦e1 49.¦xa2)
45.¢f6 ¢g8 46.e6! ¦f1 47.e7! ¦xf4+ 48.¢e5 ganando] 38...a4 39.¦c6+ ¢h5
40.¦c5+ ¢g6 41.¦c6+ ¢h5 42.¦c5+ ½–½ (Gligoric–Filip, Zagreb, 1955)
235 B 1-0 236 B 1-0 237 B 1-0
6.9 Torre y tres peones vs. torre y dos peones
La ampliación del material, es decir, una mayor cantidad de peones, eleva las
posibilidades de triunfo del bando fuerte. En estos casos la estructura de peones
es un factor clave a la hora de enjuiciar estos finales.
238 La posición es ventajosa para el blanco pues la estructura de peones negra
es muy débil. Euwe escoge como método defensivo la presión sobre el peón f4.
1...¦f1 [El otro método defensivo es la presión lateral que también resulta insufi–
ciente. 1...¦a1 2.¦c6 ¦a4 3.¦c7 ¢f8 4.¢g4 ¦a1 5.f5 ¦g1+ 6.¢f4 ¦f1+ 7.¢e4
¦e1+ 8.¢d5 ¦d1+ 9.¢c6 ¦c1+ 10.¢d7 ¦d1+ 11.¢c8 ¦d5 12.f6! ¦xe5 13.¢d7
¦d5+ 14.¢c6 ¦d8 15.¦d7 ¦a8 16.¢b7 ¦e8 17.¢c7+-] 2.¦c6 ¢f8 3.¦c8+ ¢g7
4.¦d8! Provoca zugzwang, ahora se acorta la distancia entre la torre negra y el rey
blanco. 4...¦f2 5.¦d1! ¦f3 [5...¦a2 6.¦d7] 6.¢e4 ¦f2 7.¢e3 ¦a2 8.f5 ¦g2 [8...¦a7
9.¢e4 ¦b7 10.¦d8] 9.¦d7 ¦xg5 [9...¢f8 10.f6 ¢e8 11.¦e7+ ¢f8 12.¦a7 ¢e8
13.¦a8+ ¢d7 14.¦f8 ¢e6 15.¦e8+ ¢f5 16.e6!+-] 10.¢f4 ¦g1 11.e6 ¦f1+ 12.¢e5
¦e1+ 13.¢d6 h5 14.¦xf7+ ¢g8 15.¢e7 [Euwe abandona en vista de la continua–
ción: 15...h4 16.¢f6 h3 17.¦g7+ ¢h8 18.¦g3] 1-0 (Gligoric–Euwe, Zurich, 1953)
239 Capablanca comienza jugando el final con cierta inseguridad. 1.¦b6?!
[Mejor era 1.¦d6 ¦a2+ 2.¢f3 ¦a3+ 3.¢e4 ¦a4+ (3...¦g3 4.¢f5 ¦a3 5.¦d7 ¦a6
6.¢e4) 4.¦d4 y el rey penetra tal como ocurrió en la partida.] 1...¦e3 2.¦b4 ¦c3
3.¢f2? [3.¦b8!] 3...¦a3 [3...h5!] 4.¦b7 ¢g8 5.¦b8+ ¢g7 6.f5 Ahora la posi–
ción blanca es claramente ventajosa. La maniobra de penetración del rey tiene
un incuestionable valor didáctico. 6...¦a2+ 7.¢e3 ¦a3+ 8.¢e4 ¦a4+ 9.¢d5
¦a5+ 10.¢d6 ¦a6+ 11.¢c7 ¢h7 12.¢d7 ¦a7+ 13.¢d6 ¢g7 14.¦d8 ¦a5 15.f6+
¢h7 16.¦f8 ¦a7 17.¢c6 ¢g6 18.¦g8+ ¢h7 19.¦g7+ ¢h8 20.¢b6 ¦d7 21.¢c5
¦c7+ 22.¢d6 ¦a7 23.e6 ¦a6+ 24.¢e7 ¦xe6+ 25.¢xf7 ¦e4 26.g5! hxg5 27.¢g6
1–0 (Capablanca–Yates, Hastings, 1930)
240 El peón f6 aumenta el potencial defensivo negro. 1.¦b7 [1.g5 f5!; 1.f5+
¢g7 2.¦b7+ ¢g8 3.¢g3 ¦a1!; 1.¦b6 h6 2.e4 ¦a3+ 3.¢f2 ¢g7! 4.e5 fxe5 5.fxe5
¦a5 6.¦e6 ¢f7!=] 1...h5! 2.f5+ [2.g5 fxg5 3.¦b6+ ¢g7 4.fxg5= (4.f5 g4+ 5.¢g3
¦e4) ; 2.gxh5+ ¢xh5 3.¦g7 ¢h6 4.¦g2 f5!] 2...¢h6 3.gxh5 ¢xh5 4.¦g7 ¦b4
5.¦g6 ¦b6 6.¢e4 ¦a6 7.¢d5 ¦a3 8.e4 ¦a6 9.e5 ¦a5+ 10.¢e6 ¦xe5+ 11.¢xf6
¦a5 ½–½
238 1-0 239 1-0 240 ½
241 1.¢g5 ¦a3 2.¢h6 ¦xf3 3.¦g7+ ¢f8 4.¢xh7 ¦h3 5.¢xg6 ¦xh4 6.g5 1–0
Jugando las negras controlan la penetración del monarca blanco y empatan la
partida. 1...¦a5 2.¦d7 ¦b5 3.¢e4 [3.¦e7 ¦a5 4.h5 gxh5 5.g5 ¦a4+ 6.¢g3 h6!=;
3.¦d6 ¢g7 4.h5 gxh5 5.g5 ¦b4+ 6.¢e3 ¦b3+ 7.¢f2 ¦b5 8.f4 ¦b3 9.¦h6 ¦a3
10.¦xh5 ¢g6 11.¦h6+ ¢f5 12.¦xh7 ¢xf4 13.g6 ¦a8=] 3...¦a5 4.¦d5 ¦a7 5.¢e5
[5.h5 gxh5?! (5...¢g7) 6.¦xh5 Las negras deben defenderse con precisión.]
5...¢f7! 6.¦c5 ¦e7+ 7.¢d6 ¦e3 8.¦c7+ ¢g8 9.f4 ¦e4 10.f5 ¦xg4 ½–½
242 Final instructivo, donde el bando inferior logra las tablas. Sin embargo, si
agregamos un peón en la columna h, a ambos bandos, entonces se gana. (diagrama
249): 1...¦e3 (El objetivo de las negras es no permitir el avance g4 y f5) 2.¢h4
¦e4! 3.¢g5 ¦e3! 4.g4 ¦e1 5.¦e7 [5.¢h4 ¢f8! 6.¦a7 ¦e3 7.¦a5 ¦e4 8.¢g3
 —27—
(8.¢g5 ¢e7 9.f5 gxf5 10.gxf5 f6+ 11.exf6+ ¢f7 12.¦a7+ ¢f8) 8...¢g7 9.¢f3
¦e1] 5...¦e4! 6.f5 ¦xe5! En este detalle reside la defensa de las negras 7.¦xe5
f6+ 8.¢f4 fxe5+ 9.¢xe5 gxf5 10.¢xf5 [10.gxf5 ¢f7 11.f6 ¢f8 12.¢e6 ¢e8
13.f7+ ¢f8 14.¢f6] 10...¢f7! ½–½
241 B 1-0 / N ½ 242 ½
6.10 Torre y cuatro peones vs. torre y tres peones
243 Con la torre por delante, las posibilidades de tablas son grandes. El plan
de defensa es típico: mientras el rey blanco va al flanco dama a apoyar al peón a,
las negras ganan uno o dos peones en el flanco rey y crean un peón pasado.
1...¦a4+ 2.¢d5 ¦a3 3.a6 ¢f6! [Es importante acercar el rey a los peones blan–
cos. 3...¦xf3? 4.¦b8 ¦a3 5.¦b6 ¦xg3 6.¢c6 ¦a3 (6...¢f6 7.¢b7+ ¢f5 8.a7
¦a3 9.¦a6) 7.¢b7 La ¦b6 corta por la 6ta fila al rey negro.] 4.¢c6 ¦xf3 5.¦b8
¦a3! 6.¦b6 ¢f5! Esta es la diferencia: el rey puede atacar los peones blancos.
7.¢b7 ¢g4 8.a7 ¦xa7+ 9.¢xa7 ¢xg3 10.¦f6 [10.¦b4 f5!] 10...¢xh4 11.¦xf7
¢g3 ½–½
244 Cuando la torre atacante está por detrás del peón pasado se alcanza la
victoria, como ocurrió en el célebre final que coronó a Alekhine como Campeón
Mundial. 1.¦a4 ¢f6 2.¢f3 ¢e5 3.¢e3 h5 4.¢d3 ¢d5 5.¢c3 ¢c5 6.¦a2 ¢b5
7.¢d4 ¦d6+ 8.¢e5 ¦e6+ 9.¢f4 ¢a6 Las negras han cambiado el bloqueador
del peón pasado, ahora su torre se activa pero su rey está alejado del flanco rey,
que ahora se transforma en el nuevo centro de gravedad de la lucha. 10.¢g5
¦e5+ 11.¢h6 ¦f5 12.f4 [Era más exacto 12.¢h7! ¦f6 (12...¦f3 13.¢g7; 12...¦d5
13.¢g7) 13.¢g8! ¦f5 14.f4 ¦f6 15.¢g7 ¦f5 16.¦a3 consiguiendo un zugzwang.]
12...¦c5! Ahora la torre puede defender al peón f7 desde la 2da fila. 13.¦a3 ¦c7
14.¢g7 ¦d7 15.f5?! [Mejor era 15.¢f6 ¦c7 16.f5] 15...gxf5 16.¢h6 f4! 17.gxf4
¦d5 18.¢g7 ¦f5 19.¦a4 ¢b5 20.¦e4! ¢a6 21.¢h6 ¦xa5? [Los analistas con–
sideran que 21...¢b7! prolongaba la resistencia, pero también aquí las blancas
cuentan con una variante victoriosa. 22.¢g7 ¢a6 23.¢g8 ¢b7 24.¦e7+ ¢c6
25.¦xf7 ¦xa5 26.¢g7 ¢d6 27.¢g6+-] 22.¦e5 ¦a1 23.¢xh5 ¦g1 24.¦g5! ¦h1
25.¦f5 ¢b6 26.¦xf7 ¢c6 27.¦e7! 1-0 (Alekhine–Capablanca, Campeonato
Mundial, 1927)
245 1...h5! Esta jugada facilita la defensa porque evita las posiciones en las que
los peones f y h quedan aislados, como los ejemplos de Capablanca–Yates (diagrama
239) o Gligoric–Euwe (diagrama 238). 2.¦c2 ¢g7 3.¢g2 ¦b5 4.¢f3 ¢f6 5.h4
[5.h3 seguir con g4 conduce a una simplificación y aumenta las posi–bilidades de
tablas] 5...¦f5+ 6.¢g2 ¦a5 7.¢h3 ¦a4 8.¦d2 ¢e5 9.¦b2 ¢f6 10.¦b5 ¦a2 11.¢g2
¦a4 12.¢f3 ¦a3 las negras siempre molestan a las blancas 13.¢f4 ¦a2 14.f3 ¦e2
15.e4 ¦e1 16.¦b6+ ¢g7 17.¦a6 ¦b1 18.¦c6 ¦g1! Keres se defiende muy bien
19.¦c2 ¢f6 20.¦a2 ¢g7 21.¦e2 ¢f6 22.¦e3 ¢g7 23.e5 No hay otro camino para
mejorar la posición 23...¢f8 24.g4 [24.e6 fxe6 25.¦xe6 ¢g7=] 24...hxg4 25.fxg4
¢g7 26.¢g5 ¦f1 27.¦e4 ¦f3 28.h5 [28.e6?? f6#; 28.¦f4 ¦e3=] 28...gxh5 29.gxh5
f6+! 30.¢g4 ¦f1 31.h6+ [31.e6? f5+] 31...¢g6! [31...¢xh6? 32.e6! f5+ 33.¢h3
fxe4 34.e7+-] ½–½ (Petrosian–Keres, Moscú, 1951)
243 ½ 244 1-0 245 N ½
246 Cuando el bando inferior no juega ...h5 y deja avanzar h4–h5 puede verse
en grandes dificultades. El plan de las blancas es muy sencillo: formar un peón
pasado e, distraer con su avance las fuerzas de las negras del punto g6 y entrar allí
con el rey. 1.¦a5 ¦c7 2.¦d5 ¦a7 3.e5 fxe5 4.fxe5 se ha creado un peón pasado.
Ahora se amenaza ¦d7+ seguido de e6+ ganando el final de peón. 4...¢e7 5.e6
¦a4 [5...¦a6? 6.¦d7+ ¢f8 7.¢g6 ¦xe6+ 8.¢h7 ganando] 6.g5! ¦a7 Ofrecía más
resistencia [En la partida se jugó 6...hxg5? 7.¦d7+ ¢f8 8.¦f7+ ¢g8 9.¢g6 g4
10.h6! gxh6 11.e7 ¦a8 12.¦f6 seguido de ¦d6-¦d8+] 7.¦e5! Lo mejor, como
demostró Kopaev [7.¦d7+? ¦xd7 8.exd7 ¢xd7 9.¢g6 hxg5=; 7.gxh6 gxh6 8.¦b5
¦c7 9.¦b6 ¦c5+ 10.¢g6 ¦e5 11.¢xh6 ¢f6 12.¦a6 ¦f5 13.¦a1 ¢xe6 14.¢g6
Curso de finales
¦f6+ 15.¢g7 ¦f7+ 16.¢g8 ¦b7 17.¦f1 ¦b5 18.h6 ¦g5+ 19.¢f8 ¦h5 20.¦a1 ¦f5+
21.¢e8 ¦b5 22.¦a6+ ¢f5 23.h7 ¦b7 24.¦h6 ¦b8+ 25.¢d7 ¦h8 26.¢e7 ¢g5
27.¦h1 ¢g6=] 7...hxg5 8.¢xg5 [8.¢g6 ¢d6 (8...g4 9.¢xg7 g3 10.h6 g2 11.¦g5
¢xe6+ 12.¢g6) 9.¦e1 g4 10.h6! gxh6 11.¢f6 g3 12.e7 ¦xe7 13.¦xe7 h5 14.¦g7!
ganando] 8...¦a1 [8...¦a6 9.¢g6 ¢f8 10.¢h7!; 8...¢f8 9.¢g6 ¦e7 10.h6! gxh6
(10...¢g8 11.¦e1+-) 11.¢f6+-] 9.¢g6 ¦f1 [9...¦g1+ 10.¦g5] 10.¢xg7 ¦g1+
11.¢h6 ¦g2 12.¦g5 ¦f2 13.¢g7 ¢xe6 14.h6 ¦f7+ 15.¢g8 1-0 (Botvinnik–Najdorf,
Moscú, 1956)
247 Una vez más el avance h5-h4 proporciona grandes chances de victoria.
Además del peón, las negras disponen de otras ventajas posicionales: su rey activo
y el peón h bien emplazado. 1...¦a4! 2.¢f2 [2.¦b2 g5 3.¦b6 g4 4.fxg4+ ¦xg4]
2...g5 3.g4+!? [La partida continuó 3.¦b2 g4! 4.fxg4+ (4.¦c2 gxf3 5.gxf3 ¢f4
con idea f5, h3 y ¦a1) 4...¢xg4 Las negras logran el peón e5 pasado. 5.¦b6 ¦a2+
6.¢g1 f5 7.¦g6+ ¢f4 8.¦h6 ¢e3 9.h3 e4 10.¦xh4 f4 11.¦h8 ¦a1+ 12.¢h2 ¢f2
13.¦f8 (13.¦e8 f3 14.¦xe4 ¦h1+! ganando) 13...f3 14.h4 ¦g1! 15.gxf3 ¦g2+
16.¢h1 e3 17.¦e8 ¦g3 18.¢h2 ¦xf3 0-1. (Harandi–Vaganian, Brasil, 1979); 3.h3?
¢f4 4.¦b2 f5 5.¦e2 e4 6.fxe4 fxe4 (diagrama 246, Botvinnik–Najdorf)] 3...hxg3+!
[3...¢f4? 4.h3=] 4.hxg3 [4.¢xg3 g4 Transformando la ventaja en dos peones unidos
contra un peón aislado.] 4...g4! 5.¦b2 [5.fxg4+ ¢xg4 6.¢g2 ¦c4! 7.¦f2 f5 8.¦e2
¦c5! 9.¦b2 ¦c3] 5...¢g5 6.¦e2 gxf3 7.¢xf3 Una vez eliminado el peón f3, las
negras logran un peón e5 pasado. 7...¦a5! 8.¦b2 [8.¦e4 f5 9.¦h4 ¦a3+ 10.¢f2 f4
11.¦h3 ¦a2+ 12.¢f3 e4+! 13.¢xe4 ¢g4+-] 8...f5 9.¦b8 e4+ 10.¢e3 [10.¢g2
¦a2+ 11.¢h3 e3 12.¦e8 e2 13.¦e6 ¦b2 zugzwang 14.¦e3 f4!] 10...¦a3+ 11.¢f2
¦a2+ 12.¢e3 ¢g4 13.¦g8+ ¢h3 14.¦g5 ¦a3+ 15.¢e2 ¦f3 16.¢e1! [16.¢d2?
¢h2] 16...¢h2 El plan del negro es cortar al rey blanco con ¦f2. 17.¢d2 ¢h1!
18.¢d1 [18.¢e1 ¢g1 19.¢e2 ¢g2 20.¢e1 ¦f2] 18...¦f2 19.¢e1 ¢g2 20.¢d1
[20.¦g8 ¢f3; 20.¦h5 ¢xg3 21.¦g5+ ¢h4] 20...¢f1 Y el peón promueve.
248 La estructura de peones blancos facilita la defensa de este final de torres.
1.¦a1 g5 2.h3 ¢g7 3.¦a5 ¢g6 4.¢g2 h5 5.¦c5 f6 6.¦a5 ¦b3 7.¦c5 e5 8.¦c6
¢f5 9.¦a6 ¦b4 10.¦c6 ¦f4 11.¦a6 g4 12.hxg4+ hxg4 13.fxg4+ se llega al final
231 donde se logran las tablas. ½–½
246 1-0 247 0-1 248 ½
El estudio de los finales anteriores muestra la importancia de jugar ...h5 el
bando inferior, pero aún así para lograr tablas la defensa debe ser exacta.
249 38...h5 La mejor jugada. 39.f4 g6?! [Debilita
las casillas negras, era mejor evitar el avance e4-e5
mediante 39...f6] 40.e5 ¦d3?! [40...¦d7 41.¢h3 ¢g7
42.¢h4 ¦d1 43.¢g5; 40...¢g7 41.¢h3 ¢f8 42.¦c7
¦d2 43.¢h4 ¦xh2+ 44.¢g5 ¦f2 45.¢f6 ¢e8 46.¦e7+
¢d8 47.¦xf7 h4 48.e6 hxg3 49.¦f8+ ¢c7 50.e7 ga-
nando] 41.¢h3! ¦e3 [41...¦d7 42.¢h4 ¢h6 43.¦c8±;
41...g5 42.fxg5 ¢g6 43.¦f2±] 42.¢h4 El rey blanco
es más activo. 42...¢g7 43.¢g5± El plan es simple:
¦c7–e7 seguido de e5–e6, porque, luego del cambio
de torre, el final de rey se gana sin dificultad. 43...¦e1?! 249 1-0
44.¦c7 ¦e2 45.¦e7 ¦a2 [45...¦e4 46.e6! (46.h3? ¦e3 47.g4 hxg4 48.hxg4 ¦e1
49.f5 ¦xe5 50.¦xe5 f6+ 51.¢f4 fxe5+ 52.¢xe5 gxf5=) 46...¦xe6 47.¦xe6 fxe6
48.h3 ¢f7 49.¢h6 ¢f6 (49...h4 50.gxh4? ¢f6 51.¢h7 ¢f7 52.¢h6 ¢f6 53.h5
gxh5 54.¢xh5 ¢f5²) 50.g4 h4 (50...hxg4 51.hxg4 ¢f7 52.g5 zugzwang +-)
51.g5+ ¢f5 52.¢g7 ¢xf4 53.¢xg6 e5 (53...¢g3 54.¢f6 ¢xh3 55.g6+-) 54.¢h5
e4 55.g6 e3 56.g7 e2 57.g8£ e1£ 58.£g5+ ¢f3 (58...¢e4 59.£e7++-)
59.£g4++- luego del cambio de dama las blancas ganan el peón y la partida;
45...h4 46.e6 hxg3 47.¦xf7+ ¢g8 48.hxg3 ¦xe6 49.¦f6+-] 46.f5! Para tapar la
5ta fila del jaque de la torre negra. 46...gxf5 [46...¢f8 47.¢f6 ¦a6+ 48.e6+-]
47.e6+- h4 [47...¦xh2 48.¦xf7+ ¢g8 49.¢f6 ¦a2 50.¦g7+ ¢h8 51.e7 ¦a6+ 52.¢f7
¦a7 (52...¦a8 53.¦g5+-) 53.¦g5+-] 48.¦xf7+ ¢g8 49.¢f6 1-0 (Piket–Kasparov,
partida jugada por Internet en 60 minutos, 2000)
 —28—
7 FINALES DE TORRES Y PIEZAS MENORES
7.1 Torre vs. caballo
250 Los finales de pieza menor contra torre generalmente son tablas. En este
caso, producto de una red de mate, más la actividad de las blancas sobre la
pasiva posición de las negras, hacen que se logre una rápida victoria: 1.¦d7 ¢b8
2.¢b6 ¢a8 3.¦h7 [3.¦xb7?? Por rey ahogado] 3...¤d8 4.¦h8 1-0
251 Este es uno de los ejemplos donde la torre le gana al caballo por la lejanía
que existe del rey con respecto a la pieza menor. Comienza la casería del caballo
con la combinación del rey y la torre. 1.¦e4 ¤d1 2.¦f4+ ¢g7 3.¦f3 ¢g6 [3...¤b2
4.¢d5 ¤a4 5.¦b3+-] 4.¢e5 ¢g5 5.¢d4 ¢g4 6.¦f1 ¤b2 7.¦b1 ¤a4 8.¦b4 1-0
252 En este final tienen, además de la ventaja material, superioridad en espacio,
combinado con la posibilidad de las blancas de llevarlo a un final de rey y peones
ganador: 1.¢f4 ¢d8 2.¦h8+ ¢d7 3.¦h7! Ahora la torre domina la fuerte 7ma fila
y amenaza con el inevitable paso hacia un final similar al anterior y con la oposi–
ción ganada 3...¢d8 4.¦xe7 ¢xe7 5.¢g5 (diagrama 16) 1-0
250 1-0 251 1-0 252 1-0
253 Una posición semejante, pero con la diferencia de que el negro tiene mayor
movilidad y espacio, además, el peón del bando débil se encuentra en la 4ta fila.
1.¦h5 ¢d6 2.¦h8 [2.¦h6+ ¢d5 3.¦a6 ¤c6 4.¢f3 ¤e5+=] 2...¢d5 3.¦d8+ ¢c5
4.¢d2 ¤c6 5.¦d7 ¤e5= las negras logran igualar porque el blanco no tiene posi–
bilidad de incorporar a su rey a la ofensiva por la amenaza al peón blanco, y ya no
puede pasar al final de rey y peones porque no obtendría ninguna ventaja. ½–½
254 Esta nueva posición, muy parecida a las anteriores, tiene nuevos matices.
El peón del bando en desventaja se encuentra más avanzado. Ahora, supuestamente
el blanco es quien tiene desventaja en movimiento y se encuentra restringido, pero
tiene a su favor la posibilidad de maniobrar con su torre por detrás y sin poder ser
desalojada: 1.¦h4 ¢d5 2.¦h8 ¢d4 3.¦d8+ ¢c4 4.¦d7! Aquí está la diferencia con
respecto a la posición anterior, ahora el blanco puede hacer un tiempo sin ser
desalojado de la columna d, como sucedió en el diagrama anterior 4...¤c5 5.¦d6
¤e4 6.¦d8 ¤c5 7.¢f2. Las negras abandonan ante la penetración evidente del rey
blanco. 1-0
255 Nos encontramos ante un final de torre contra caballo con peones. A pe sar de
la compensación del peón, el blanco tiene dificultades para igualar producto de la
actividad de la torre: 41.¤f2 ¢e6 42.¤d3 ¢f5 43.¤f4 ¦a4 44.¤d3 ¦c4 45.¤f2 ¦c6
46.¤h3 ¢e5 47.h5? ¦c2 48.¤f4 ¦d2 49.¤h3 ¢d4 50.¤f4 ¢e3 51.¤e6 [51.¤h3
¦a2 52.¤f4 ¦a5] 51...¦d5 52.f4 [52.¢h4 ¦e5 53.¤xg7 ¦g5] 52...¦f5 53.¢g4 ¦f6
54.f5 ¦f7?! [54...¢e4 55.¤xg7 (55.¤c5+ ¢d4 56.¤e6+ ¢e5 57.¤xg7 ¦f7 58.¤e6
¦xf5 59.¤c5 ¦g5+) 55...¦f7 56.¤e6 (56.¤e8 ¢e5) 56...¦xf5 57.g3 ¦e5 58.¤f4
¦g5+ 59.¢h4 ¢f3] 55.g3? [55.¤d8! ¦f6 56.¤e6 ¢e4] 55...¢e4 56.¤c5+ ¢d4!
57.¤b3+ ¢e5 0–1 (Vidmar–Alekhine, San Remo, 1930)
253 ½ 254 1-0 255 0-1
7.2 Torre vs. alfil
El final de rey y torre vs. rey y alfil es tablas en la mayoría de los casos, pero se
puede perder si el rey negro es llevado hacia una esquina del tablero que sea del
mismo color de las casillas de su alfil.
256 Si juegan las blancas: 1.¦d7 ¥b6 2.¦b7 ¥c5 3.¦b8+ ¥f8 4.¦c8 ¢h8
6.¦xf8++. En caso de tocarle jugar a las negras, resulta más laboriosa la victoria:
1...¥g1 2.¦f1 ¥h2 3.¦h1 ¥g3 4.¦g1 ¥h2 5.¦g2! ¥e5 6.¦e2 ¥d6 7.¦e8+ ¥f8
Universidad para Todos
8.¦c8 ¢h8 9.¦xf8++. Como se puede observar, el procedimiento ganador se
basa en amenazar simultáneamente al alfil y la ocupación de la 8va fila.
257 La defensa correcta es colocar al rey en la esquina del color opuesto al
color de las casillas del alfil. En esta posición no es posible para las blancas
forzar la victoria; invitamos al lector a comparar este diagrama con el anterior y
comprobar con algunos análisis la imposibilidad de victoria.
7.2.1 Torre y peón torre contra alfil
258 Este final, con peón en columna a o h, solo se gana si el peón se encuentra
en la 4ta fila, porque después de desalojar al rey negro del rincón, su propio rey
tiene espacio suficiente para salir de él. Los análisis son largos y solo damos un
ejemplo de variante. 1.¦a7 ¥e4 2.¢h6 ¢g8 3.¦g7+ ¢f8 4.¦g5 ¢f7! El rey
debe cubrir la casilla g6. [4...¥d3 5.¢h5 ¥e2+ 6.¢g6! ¢g8 7.¦d5!+-] 5.¦g3
¥c2 [5...¥f5 6.¦f3! ¢f6 7.h5 ¢e6 8.¦xf5+-] 6.¢h5! He aquí la importancia de
que el peón esté en h4. [Si 6.¢g5 ¢g7!] 6...¢f6 [6...¥d1+ (Ahora el alfil no
podrá regresar a la diagonal b1–h7.) 7.¢g5! ¢g7 8.¦c3! ¥e2 9.h5 ¥f1 10.h6+
¢h7 11.¦c7+ ¢h8 12.h7+-; 6...¥b1 7.¦g5! seguido de ¢g4.] 7.¦g5 ¥d1+!
8.¢h6 ¢f7 9.¦g7+! ¢f6 [9...¢f8 10.¢g6! ¥h5+ 11.¢f6 ¥e2 12.¦g5+- segui–
do del avance del peón.] 10.¦g1 ¥e2 11.¦g2 ¥d3 12.¦f2+ ¥f5 13.h5 ¢e6
14.¦xf5 1–0
256 1-0 257 ½ 258 1-0
7.3 Torre y alfil vs. torre
Sabido es que el final de la partida exige mayor precisión al conducirnos por el
hecho práctico de ser la fase de menores recursos materiales por bando. De ahí
que, factores como el tiempo y el dominio del espacio, en ocasiones, se centren
en la ganancia o pérdida del turno, y en la ocupación o no de una casilla, según
corresponda a la posición.
No obstante, cuando en los finales hay ausencia de peones, y el desnivel de la
lucha se centra en la ventaja material de uno de los bandos -precisamente por
poseer una pieza menor, (tal es el caso del tipo de final que abordamos)-, la
técnica para aspirar a la victoria nos orienta primero a disminuir el espacio del
bando débil, lo cual se concreta cuando su rey está en la banda del tablero, y a
partir de haber alcanzado este primer propósito, entonces, la mayor importancia
de la lucha estriba esencialmente en el factor tiempo.
Si bien en las competencias este tipo de final se da en muy contadas ocasiones
a un mismo ajedrecista, lo cierto es que su dominio técnico le permite no solo
estar en capacidad de concretarlo con éxito, sea del bando fuerte o del débil,
sino que gana en recursos para aplicar el tratamiento otras posiciones que tiendan
a derivar semejantes a la abordada.
Los ejemplos que se ofrecen acerca de tan interesante final no pretenden agotar
el tema, y contribuirán a la comprensión metodológica de la conducción de los
mismos.
259 La dificultad estriba -como dijera Lasker- en
llegar a esta posición con el rey negro acorralado. Si
ahora jugasen las negras sería tablas con 1... ¦d7+
etc. Es decir que las negras se hallan a un tiempo de la
igualdad. De ahí lo necesario de no cometer impre–
cisiones. 1.¦f8+ ¦e8 2.¦f7 ¦e2!
El mate en la 8va, con el compromiso de la torre negra
en evitarlo, es el eje sobre el cual gira este final. El
objetivo de las maniobras blancas es que la torre no
pueda defender al rey, es decir, que como las negras
ahora sí lo defienden, deben las blancas materializar
el tiempo de ventaja, de tal modo, que a las negras le 259 N ½ / B 1-0
falte el mismo para defenderse del mate. 3.¦g7!! Empieza la lucha por el tiempo
decisivo. Esta jugada de espera obliga a la torre negra a desmejorar su posición
porque el alfil cuida los accesos a las columnas vitales. 3...¦e1 [3...¦e3 4.¦b7
¦c3 5.¦d7+ y se cae en la línea del texto más rápidamente] 4.¦b7 ¦c1 [4...¢c8
5.¦a7 ¦b1 6.¦h7 ¢b8 7.¦h8+ y cae la torre negra.] 5.¥b3!! Aquí se ve la razón
de la tercera jugada blanca, porque ahora la torre no puede dar jaque. El sutil
cronos obliga a la torre a ir a la 6ta fila. Obsérvese que una jugada de espera
blanca no permite recobrar a las negras el tiempo de menos por estar en zugzwang.
5...¦c3 [Si 5...¢c8 6.¦b4 (amenazando ¥e6+) 6...¢d8 7.¦f4 ¦e1 8.¥a4 ¢c8
9.¥c6 ¦d1+ (si 9...¢b8 10.¦a4 etc) 10.¥d5 ¢b8 11.¦a4 ganando] 6.¥e6 ¦d3+
 —29—
7.¥d5 ¦c3 [Si 7...¢c8 8.¦a7 ganando] 8.¦d7+ ¢c8 [Si 8...¢e8 9.¦g7 ganando]
9.¦f7 ¢b8 10.¦b7+ ¢c8 11.¦b4 ¢d8 [Si 11...¦d3 (se esta amenazando ¥e6+)
12.¦a4 ganando] 12.¥c4! Divide y vencerás. El estrechamiento de la torre negra
materializa el tiempo de menos. 12...¢c8 13.¥e6+ ¢d8 14.¦b8+ ganando. 1-0
260 Nos ofrece la oportunidad de evaluar la excep–
ción dentro del esquema teórico que analizamos.
1.¦d8+ ¦c8 2.¦d7 ¦c2 3.¦f7 ¦c3 4.¥a4 ¦c1 [Si 4...¦c4
5.¥c6 ¦b4+ 6.¥b5 ganando] 5.¥c6 ¦b1+ 6.¢c5 ¦b2!
7.¥d5 ¦h2 Se prevé la amenaza blanca ¢d6 que lle–
varía a la posición analizada anteriormente. 8.¦b7+
[Si 8.¢d6 ¦h6+] 8...¢c8 9.¦e7 ¢b8! 10.¢c6 [10.¢b6
¦c2! 11.¥b3 ¦c1! 12.¦d7 ¢c8! 13.¦d2 ¦b1
(13...¢b8? 14.¥c2) 14.¦d3 ¦b2 15.¢c6 ¦b1 16.¥e6+
(16.¥d5 ¦c1+ 17.¢d6 ¦c7 18.¦a3 ¦d7+ 19.¢e6
¦d8 20.¦a7 ¢b8 y la igualdad se mantiene) 16...¢b8 260 ½
17.¦d8+ ¢a7 18.¦d7+ ¢b8 19.¥d5 ¦c1+ 20.¢d6 ¦c7! y tablas] 10...¦h6+
11.¥e6 ¦h1! 12.¦b7+ ¢a8 13.¦b2 [13.¦g7 ¢b8! 14.¥f5 ¦h6+ 15.¥g6 ¦h8!
16.¢b6 ¢c8! 17.¥e4 ¦h6+ 18.¥c6 ¢d8 etc, y el blanco no puede forzar la
victoria] 13...¦c1+ 14.¢b6 ¢b8 15.¥f5 ¦c4! 16.¦b5! ¦h4 17.¢c6+ ¢a7 18.¥d3
¦f4 19.¦b7+ ¢a8 20.¦g7 ¢b8! ½–½
261 Este es un ejemplo práctico surgido en una partida
de torneo y su análisis enriquece el contenido temático
que hemos abordado. La partida continuó: 1.¦d4+ ¥e4
2.¦c4!? Las blancas podían haber ejercitado paciencia
con 2.¦d6, pero ya habían decidido establecer su línea
de defensa en la 7ma fila. 2...¦a6+ 3.¢e7 ¢e5 4.¦c5+
¥d5 5.¦c7 Esta es la posición defensiva principal que
no puede ser rota por el lado atacante. Los reyes están
en oposición, la torre defensora está separada una casilla
de su rey (la torre podría estar también en g7), en otras
palabras, la torre defensora debe estar en oposición dia– 261 B ½
gonal al rey atacante. Es posible construir posiciones análogas en otras filas y
columnas, por ejemplo: ¢b4, ¦b6 (o ¦b2), ¢d4, ¦c1, ¥d3. Si las blancas juegan
correctamente, el rey defensor puede ser forzado al borde del tablero, pero solo
momentáneamente! El lado fuerte no puede lograr más que eso. 5...¦h6 6.¢d7
¦g6 [Después de 6...¦h7+ 7.¢d8! la torre de h7 está atacada, y tras 7...¦h6 el rey
negro retorna a su posición con 8.¢e7. Es en estos ataques sobre la torre negra que
la posición del rey y la torre blancos encuentra su justificación.] 7.¢e7 ¦a6 8.¦d7
¦h6 9.¦c7 ¦a6 10.¢d7 ¦f6 11.¢e7 ¥c6 12.¦a7 ¦h6 13.¦c7 ¦h7+ 14.¢d8 ¦h8+
15.¢e7 ¦h6 [o 15...¦e8+ 16.¢f7 ¥a4 17.¦c4. En la posición del texto, las blancas
parecen estar ahora en zugzwang, pero esto es solo una ilusión: aunque el rey
blanco debe retirarse a la 8va fila.] 16.¢d8 ¢d6 17.¦d7+! Este es el quid de la
defensa. Ahora tras 17...¥d7 resulta ahogado. El motivo del ahogado permite al
rey regresar a la 7ma fila, al mismo tiempo, es obvio que el lado fuerte puede
siempre empujar al rey del lado débil a la 7ma fila. El ahogado no puede suceder en
el medio del tablero y por tanto el rey del bando débil tiene que retroceder hacia el
borde. 17...¢e6 18.¦e7+ ¢d5 [18...¢f6 19.¦e1 ¦h7 20.¦c1! ¥d5 21.¦c7! y de
nuevo el rey retorna a la 7ma fila.] 19.¢c7 [19.¦c7 también era posible] 19...¢c5
20.¦e5+ ¥d5 21.¦e7 y una vez más tenemos la posición defensiva básica. 21...¦a6
22.¢d7 ¦b6 23.¢c7 ¥e6 24.¢d8 ¦d6+ 25.¢e8?! Una transposición innecesaria
hacia otra posición tablas. [Después de 25.¢c7 ¦c6+ 26.¢b7 ¢b5 (26...¥c8+
27.¢a7 ¢b5 28.¦e5+ ¢b4 29.¦e7=) 27.¦c7 ¦b6+ 28.¢a7 ¥d5 (28...¦a6+
29.¢b7 ¥d5+ 30.¢c8 el rey blanco vuelve a escapar a la 7ma fila.) 29.¦c5+!=
seguido de ahogado.] 25...¦c6 Ahora las blancas deben ser cuidadosas y jugar
varias movidas precisas. 26.¢f8 ¢d6 27.¦a7 ¦c8+ 28.¢g7 ¢e5 29.¦a5+ ¥d5
30.¢g6 ¦g8+ 31.¢h5 ¦g1 32.¦b5! Creo que el método defensivo indicado por el
GM W. Schmidt reduce grandemente las torturas en la defensa de este final, que
hasta ahora ha sido considerado difícil para el bando débil. ½–½ (Pytel–Mazzon,
Open Bagneux, 1983)
defensa inversa; es decir, trata de evitar la progresión de la posición hacia una
relación de tiempo desfavorable. Ello se logra con el ataque directo o con la
clavada. ½–½
263 1.¦c7+ ¢b8 2.¦c6 [2.¦b7+ ¢c8 (2...¢a8?? 3.¦e7 ¦h8 4.¤d4 ganando)]
2...¦h1 3.¤d4 ¦b1+ 4.¤b5 ¦b2 5.¦c1 ¦b4 6.¢c6 ¦b2! [6...¢c8? 7.¤d6+ ¢b8
8.¦e1 y ganan] 7.¤d6 ¦b3 8.¦c2 ¦b1! [Las negras tienen que mover cuidadosa–
mente su torre. Si aquí jugaban 8...¦b4? 9.¦h2 amenazando ¦h8+ y ¤b5; mien–
tras que, si jugaban a; 8...¦h3 9.¦b2+ ¢a8 10.¦g2 ¦h8 (10...¦c3+ 11.¢b6 ¦b3+
12.¤b5 ganando) 11.¦g7 y la posición es nuevamente ganadora; por ejemplo a
11...¦b8 12.¦d7! ¦h8 (12...¦b1 13.¤b5 ¦c1+ 14.¢b6 ¢b8 15.¦d2! y estamos
en la misma posición del diagrama anterior) 13.¢b6 ¢b8 14.¦c7 ¦d8 15.¦c6
¦h8 16.¤b5 ¦c8 17.¦d6 ¦h8 18.¤a7 ¦g8 19.¦d7 y mate en pocas jugadas]
9.¤c4 ¦h1 10.¦g2 ¦h6+ 11.¤d6 ¢a7 y de nuevo el blanco no puede ganar
porque su caballo vuelve a estar clavado. ½–½
264 Las negras tienen reducidas su capacidad de maniobra para realizar una
correcta defensa pues pueden recibir jaque mate de abandonar la torre la 8va fila
por la invasión de las blancas en la profundidad de su territorio. 1.¦c7 ¢g8 [Si
1...¦b8 2.¢g6 ¦a8 3.¦c6 ¦b8 4.¤g5 ¦g8+ 5.¢h6 ¦f8 6.¤h7 ¦g8 7.¦c7 ¦g7
8.¦c8+ ¦g8 9.¤f8 igualmente gana; contra 1...¦a6 2.¦e7 gana] 2.¢g6 gana.
[También era posible continuar 2.¦c6 ¦e8 3.¦b6 ¢h8 4.¢f7 ¦g8 5.¦b5 ¦a8
6.¤c7 ganando] 2...¦e8 3.¦c6 ¦a8 4.¤g5 Una vez defendida la agresión lateral
de las negras es posible actuar de este modo para procurar una más activa par–
ticipación del caballo en la limitación del espacio del rey negro 4...¢f8 [4...¢h8
5.¤h7 ¦g8+ 6.¢h6 ¦g1 7.¦c8+ ¦g8 8.¤f8] 5.¦e6 ¢g8 6.¤h7 1-0
262 ½ 263 ½ 264 1-0
265 1.¦d7 ¦b8 2.¦a7 ¦d8 Las blancas casi han forzado a las negras a asistir a
este punto que da la posibilidad de maniobrar con el caballo 3.¤f5 ¦b8 4.¤g7
[Contra 4.¦f7+ si 4...¢e8 (4...¢g8 5.¤e7+ ¢h8 6.¤g6+ ¢g8 7.¦g7#) 5.¤g7+
¢d8 6.¤e6+ gana] 4...¦b6+ 5.¤e6+ ¢g8 6.¦e7 1-0
266 En este ejemplo vamos a apreciar las maniobras de la defensa que procu–
ran el ahogo mientras las blancas se valen de las múltiples amenazas de mate
para concretar la ventaja. 1.¢g6 ¦g3+ 2.¢f7 ¦g7+ 3.¢e6 ¦b7 4.¦g2 ¦b8 5.¢f5
¦b5+ 6.¢g6 ¦b2 se utiliza el tema del ahogo como elemento táctico de la de–
fensa 7.¦g5 ¦b5 8.¤d5 obstruye la aspiración de las negras y reorganiza el
asalto definitivo 8...¦b7 9.¢f6 ¦d7 [Si 9...¦h7 10.¤e7 ¦h6+ 11.¢f7 ¦h7+ 12.¢f8
¦h3 13.¦g8+ ¢h7 14.¦g7+ ¢h6 15.¤g8+ ¢h5 16.¤f6+ ¢h4 (16...¢h6
17.¦h7+) 17.¦g4#] 10.¤e7 ¦d6+ 11.¢f7 ¢h7 12.¦g7+ 1-0
267 Las negras tienen ventaja material pero no pueden conducir al rey de las
blancas a la banda del tablero, por lo cual la partida concluye en tablas tras
algunas maniobras de tanteo. 74...¦xa7 75.¦d2 ¤c5 76.¢c4+ ¢c6 77.¦h2
¦a4+ 78.¢c3 ¦g4 79.¢d2 ¦g3 80.¦h5 ¢b5 81.¢e2 ¢c4 82.¦h4+ ¢c3 83.¢f2
¦d3 84.¦f4 ¢d2 85.¢g2 ¦d5 86.¢f3 ¢d3 ½–½ (Alekhine–Capablanca, Buenos
Aires, 1927)

7.4 Torre y caballo vs. torre

Para este tipo de finales se aplican los mismos elementos generales que utili–
zamos en la introducción al capítulo de torre y alfil contra torre (7.3).
Un hecho importante es que este final siempre se produce en posiciones abiertas
por lo que la capacidad del caballo es inferior a las que ofrecía el alfil en coopera–
ción con el rey y la torre, no tan solo en apoyo a maniobras con respecto a la 265 1-0 266 1-0 267 ½
ganancia de espacio, sino también de tiempo.

262 1.¦e3 ¦f2 [1...¢f8 2.¤h7+ ¢g8 3.¦e8+; 1...¦f8 2.¤h7 ¦a8 3.¤f6+ ¢f8
4.¤d7+ ¢g8 5.¦e7 y mate] 2.¦e1 ¦f4 3.¦a1 ¦f2 Ahora aparece el porqué de la
conveniencia de que la torre negra este en la 4ta fila para poder jugar ¦a1, ya que
si ahora ¢f8 sigue ¤e6+. 4.¤e4 ¦g2+ 5.¢f6 ¢h8 [o 5...¦g4 6.¦a8+ ¢h7 7.¤g5+
y mate] 6.¦a3! De nuevo un estrechamiento para llevar la torre negra para la 4ta
fila. 6...¦g1 7.¦a2 ¦g4 8.¤g5 ¦f4+ 9.¢g6 ¢g8 10.¤e6! ¦g4+ 11.¢f6 ¢h8
12.¢f7 [Materializando el tiempo por el viraje ¦a2] 12...¦h4 13.¢g6 ¦g4+
14.¤g5 La defensa en este tipo de posiciones adopta principalmente la forma de
Curso de finales
 —30—
8. FINALES DE DAMAS
8.1 Dama vs. peón
268 Las blancas tienen gran ventaja material pero las negras amenazan
con coronar el peón, veremos el método ganador: 1.£f7+ ¢g2 2.£e6 ¢f2
3.£f5+ ¢g2 4.£e4+ ¢f2 5.£f4+ ¢g2 6.£e3 ¢f1 7.£f3+ ¢e1 Ahora que el
rey negro obstruye la movilidad del peón, las blancas aprovechan para avanzar
su rey 8.¢c6 ¢d2 9.£f2 ¢d1 10.£d4+ ¢c2 11.£e3 ¢d1 12.£d3+ ¢e1
13.¢d5 el rey continúa su avance para apoyar a la dama en la ejecución del
jaque mate 13...¢f2 14.£d2 ¢f1 15.£f4+ ¢g2 16.£e3 ¢f1 17.£f3+ ¢e1
18.¢e4 ¢d2 19.£d3+ ¢e1 20.¢f3 El punto final, la maniobra de la dama es
muy sencilla 20...¢f1 21.£xe2+ ¢g1 22.£g2# 1-0 Este tipo de final tiene
dos excepciones.
269 En esta posición, aunque jueguen las blancas, la partida es tablas, el método
explicado en el ejemplo anterior no resulta, veremos 1.£b3+ [A nada conduce
1.£d3+ ¢b2 2.£d2+ ¢b1 3.£d1+ ¢b2] 1...¢a1 ahora las blancas no pueden acercar
su rey por la posición de ahogado del rey negro, no hay forma de que las blancas
puedan ganar. ½–½
El siguiente ejemplo constituye la otra excepción donde el bando fuerte no
puede triunfar con su rey alejado. Las blancas no vencen si emplean el método
estudiado porque las negras tienen el recurso del ahogado para entablar.
270 1.£b4+ ¢a2 2.£c3 ¢b1 3.£b3+ ¢a1! La posición blanca no prospera,
en caso de que capturen al peón ahogarían al rey negro. ½–½
268 B 1-0 269 ½ 270 ½
271 El rey se encuentra lo suficientemente cerca como para obtener la victoria,
está en la llamada zona límite, que es el área del tablero, para el peón torre, que
se encuentra entre las casillas h5–e5–d4–d1. 1.¢g4 h1£ 2.¢g3 con amenazas de
mate inevitable. 1-0
272 Para el caso del peón alfil en 7ma fila, el área límite se encuentra entre las
casillas h1–h4–f4–e3–d2–d1. Las blancas ganan de la siguiente forma: 1.£g3+
¢h1 2.£h3+ ¢g1 3.¢g3 f1£ 4.£h2# 1-0
273 Parecería que en esta posición las negras consiguen las tablas, puesto que
el rey blanco se encuentra fuera de la zona límite estudiada, pero el primer juga–
dor logra acercar a su rey por medio de un simple recurso táctico: 1.¢b6 ¢b2
2.¢c5+ y ya el rey alcanza dicha zona [2.¢a5+ ganaba igual] 1-0
271 1-0 272 1-0 273 1-0
274 Cuando el peón se encuentra en la 6ta fila, la tarea defensiva es muy difícil
y en la mayoría de los casos se pierde la partida, veremos un ejemplo: 1...£g4+
2.¢h8 [En caso de 2.¢f7 £h5+ 3.¢g7 £g5+ 4.¢h7 y se cae el peón.] 2...£f5
3.¢g7 [No 3.h7 por 3...£f8#] 3...£g5+ 4.¢h7 y entramos en la variante ya
vista donde las blancas no pueden sostener el peón. 0-1
275 Este ejemplo constituye una de las excepciones donde las piezas negras
logran salvarse: 1.£h1+ ¢b2 2.£b7+ ¢c1! y si 3.¢f6 c2 4.¢e5 ¢d2 la partida
es tablas, el rey blanco no se encuentra dentro del área límite. ½–½
276 En el ejemplo anterior las piezas blancas no pudieron ganar por la mala
ubicación de su rey, pero si su rey estuviera en f7, entonces: 1.£h1+ ¢b2 2.£h8!
[Esta es la jugada que no era factible en el ejemplo anterior con el rey en g7.]
2...¢b3 3.£h6 ¢b2 4.£f6 ¢b3 5.£f4 ¢b2 6.£b4+ ganando. 1-0
Universidad para Todos
274 N 0-1 275 ½ 276 1-0
8.2 Dama vs. peones
277 En esta posición, con sus dos peones en 7ma fila, las negras no salvan la
partida: 1.£h6+ ¢d3 2.£d6+ ¢e3 3.£c5+ ¢d3 4.£c2+ ¢e3 5.£c3+ ¢f2
6.£xd2 ganando. 1-0
278 A pesar de que el rey blanco se encuentra muy alejado de los tres peones
negros, la negras pierden la partida: 1.¢b2 y ninguna respuesta resuelve los
problemas: 1...g3 [Si 1...f3 2.£b8; si 1...h2 2.£g2 g3 3.£d5 ¢g4 4.¢c2 ¢h4
5.£f5 la posición negra es insostenible; si 1...¢g3 2.£h1; si 1...¢g5 2.£d8+
¢g6 (2...¢h5 3.£f6 f3 4.¢c3!) 3.£h4 ¢f5 4.£h5+; si 1...¢h5 2.£h8+ ¢g5
(2...¢g6 3.£h4) 3.£e5+] 2.£f3 ¢g5 3.£d5+! En esta variante la dama sola se
encarga de capturar a todos los peones adversarios. 3...¢f6 4.£d4+ ¢g5 5.£e5+
¢g4 6.£e6+ ¢h4 7.£f5 h2 8.£xf4+ ¢h3 9.£e4 ganando. 1-0
277 B 1-0 278 B 1-0
8.3 Dama y peón vs. dama
279 En esta posición la dama blanca está muy mal ubicada, su rey está corta-
do por el adversario, pero el rol fundamental para que el segundo jugador logre
las tablas es la magnífica posición de su dama. 1...£c6+ 2.¢f7 [2.¢f8 £f6+
3.£f7 £h8+] 2...£f3+! [Todavía se podía perder la partida, en caso de 2...£c4+?
3.¢f8 £f4+ 4.£f7 £h6+ 5.¢g8 £g5+ 6.£g7 £d5+ 7.¢f8 £f5+ 8.£f7 £c5
9.£f4+ ganando] 3.¢g7 £c3+ 4.¢g6 [4.¢f8 £f6+ 5.£f7 £h8+] 4...£g3+ 5.¢h7
£h3+ 6.¢g7 £c3+ 7.¢f7 £f3+ 8.¢e8 £c6+ Interesante tema de perpetuo por
un lado c6-f3-g3-h3 y por el otro c6-f6-h8. ½–½
280 Este ejemplo es muy parecido al anterior, solo que aquí las negras están
perdidas 1.¢f8 £f4+ 2.£f7 £h6+ 3.¢g8 £g5+ 4.£g7 £d5+ 5.¢f8 £f5+ 6.£f7
£c5 7.£f4+ ¢d7 8.£g4+ ¢c7 9.£g3+ ¢d7 10.£h3+ ¢c7 11.£g4 £a3 12.£c4+
¢b7 [12...¢d7 13.£a4+; 12...¢b6 13.£d5] 13.£d5+ preparando 14.¢f7, por ejem–
plo, si ahora 13...¢b6 14.¢f7 1-0
281 El siguiente ejemplo ilustra lo difícil que resultan los finales de damas, las
blancas no pueden ganar esta posición 1.£f4+ ¢d7 2.£g4+ ¢c7 3.£g3+ ¢d7
4.£h3+ ¢c7 5.£g4 £f2+! única jugada para mantener la igualdad. 6.¢e8 £c5
[Si 6...£f6 7.£c4+ ¢b6 8.¢d7 £g7 9.£h4 £f7 10.£d4+ ¢b7 11.¢d8 y ganan
las blancas] 7.£f4+ ¢c8 8.¢f7 £h5+ y las blancas no pueden progresar. ½–½
279 N ½ 280 B 1-0 281 B ½
282 Aquí las blancas vencen de manera forzada al interponer la dama en la
7ma fila 1.£g7! £c2+ 2.¢h8 £h2+ 3.¢g8 £a2+ 4.£f7 £g2+ 5.¢f8 este fue el
camino más corto para vencer. 1-0
283 1.£f3+ es la variante más corta para obtener la victoria. 1...¢a6 [Las
otras respuestas son peores, veremos: 1...¢c7 2.¢f7 £d7 3.£f4+ ¢b7 4.¢f8;
1...¢c8 2.¢f7 £c7 3.£a8+; 1...¢a7 2.¢f7 £d7 (2...£c7 3.£a3+ ¢b7 4.£b4+
¢a7 5.¢f8) 3.£a3+ ¢b6 4.£b4+ ¢a6 5.£c5 £b7 6.£a3+; 1...¢b6 2.¢f7 £c7
 —31—
3.£b3+ ¢a5 4.£a3+ ¢b5 5.£d3+; 1...¢b8 esta otra alternativa es la que más
dificulta la tarea de las blancas después de la línea principal 2.¢f7 £c7 3.£b3+
¢c8 (3...¢a7 4.£a4+ ¢b7 5.£b4+ ¢a7 6.¢f8) 4.£b4 £a7 (4...£d7 5.£c5+
¢b7 6.¢f8) 5.£c4+ ¢b8 6.£b5+ ¢c8 7.£c6+ ¢b8 8.£d6+ ¢c8 9.£d8+] 2.¢f7
£c7 [2...£d7 3.£f6+ ¢b7 4.¢f8] 3.£a3+ ¢b5 evita £b4+ seguido de ¢f8
[3...¢b6 4.£b4+ ¢a6 5.¢f8] 4.£d3+ ¢a4 5.£d4+ ¢b3 6.¢f8 ganando. 1-0
284 1.£f5! Nuevamente el camino más corto, pero ganan también [1.£e5+
¢b7 (1...¢d7 2.£b5+!) 2.£d5+ ¢c7 3.£f5 ¢b7 4.¢f7 £c4+ 5.¢g6 £c6+ 6.¢g7
£c3+ 7.¢h7; 1.£g5; 1.£f7; 1.¢g8] 1...¢b7 [1...£d6 2.¢f7; 1...¢c6 2.¢f7 esta
jugada precipita la derrota por 2...£b3+ 3.£e6+; 1...£a3 2.£e5+ prepara 3.¢g7
2...¢c8 (2...¢d7 3.£d5+ ¢c8 4.¢f7 £a7 5.£d8+) 3.¢g7 £a7 4.¢h8; 1...¢b8
esta línea es la de mayor dificultad para las blancas después de la analizada 1...¢b7,
aunque mucho menos tenaz, ya que facilita el refugio del rey blanco en la casilla
b7: 2.¢f7 £b3+ (2...£c4+ 3.¢g7 £d4+ 4.¢g6 £b6+ 5.¢h7 £c7 6.£f8+ ¢b7
7.£g7) 3.¢g7 £g3+ (3...£c3+ 4.¢h7 £c7 5.£f8+ ¢b7 6.£g7!) 4.¢f8 £a3
(4...£d6 5.¢f7 £c7 6.£b5+ ¢c8 7.£b4) 5.£e5+ ¢c8 6.¢g7] 2.¢f7 £c4+
[2...£b3+ 3.¢g7 £c3+ (3...£g3+ 4.¢f8 £d6 5.¢f7) 4.¢h7] 3.¢g7 £d4+ [En
caso de 3...£c3+ se entraría más rápido en la línea principal después de 4.¢h7
£c7 5.£d5+] 4.¢g6 £b6+ 5.¢h7 £c7 6.£d5+ [6.£f7 £h2+ 7.¢g8 £g3+ 8.¢f8
£d6 (8...£a3 9.£d5+ ¢b8 10.¢f7 £a7 11.£d8+) 9.£f3+] 6...¢a7 [6...¢b8
7.£d8+; 6...¢c8 7.£a8+; 6...¢b6 7.£f7 £h2+ 8.¢g7] 7.£d4+ ¢b7 8.£g7 se
llega a la posición ganadora estudiada anteriormente. 1–0
282 1-0 283 1-0 284 1-0
285 Aquí el procedimiento a seguir es similar a las posiciones examinadas, donde
el peón del bando que tiene ventaja es central 1.¢h7 £d7 [Si 1...£h1+ entonces
ganaría 2.¢g7 £a1+ 3.¢g8 £a2 4.£e4 ¢b6 5.¢g7 £a1+ 6.¢h7 £a3 7.£e6+ ¢b7
8.£d7+ ¢b8 9.£d8+] 2.£g3+ ¢b7 3.£f3+ ¢a7 4.£e3+ ¢a6 5.£f4 ¢a7 6.¢g7
¢b6 7.£e3+ ¢a6 8.£e4 preparando ¢g8, la dama elimina todas las alternativas
que impidan la coronación del peón. 8...£c7 9.£d3+ ¢a7 10.¢g8 1-0
286 La posición es muy parecida al ejemplo anterior, solo que el rey negro
está en una casilla más al centro, este simple cambio hace que el camino para
obtener la victoria sea más difícil, ya que ahora las piezas blancas no tienen el
procedimiento ganador que comienza con 1.¢h7 por la réplica 1... ¢e7.
1.£f6 £g2+ 2.¢h7 £h3+ 3.£h6 £f5+ 4.£g6 £c5 5.£f6 £h5+ 6.¢g8 £g4+
7.£g7 £c4 8.£g2 ¢e7 Cualquier movimiento con la dama es aún peor 9.£b7+
¢d8 [9...¢f6 10.£b2+ ¢e7 (10...¢g6 11.£g7+ ¢f5 12.¢h8; 10...¢f5 11.£g7)
11.£b4+!] 10.£f3 Se aplica la misma idea para cumplir con el objetivo que da la
victoria, coronar al peón, continúa el cerco a las casillas críticas que brindan posibi–
lidad de contrajuego al segundo jugador; el rey tiene que retroceder; si 10...¢c7 el
rey tiene que alejarse; [si 10...¢e7 11.£f5 £a2 12.£e4+ ¢d6 13.¢g7 £a1+ 14.¢h7
£a7 15.£g6+ ¢d5 (15...¢e5 16.£g7+) 16.¢g8] 11.¢g7 £d4+ 12.¢h7 £d7
13.£f4+ ¢b6 14.¢g7 ¢a7 15.£e3+ ¢a6 16.£e4 £c7 17.£d3+ ¢a7 18.¢g8 1-0
287 Las blancas ganan de diferentes formas: 1.¢g7 [pero, si tenemos ya claro el
procedimiento ganador, era mejor 1.£e4!] 1...£b2+ [1...£a1+ 2.¢g6] 2.¢g6 El
plan escogido por el maestro Stepushin, si bien no es el más exacto, resulta muy
eficaz; el rey blanco, al ir en auxilio de su dama, y aprovechando la mala situación
del rey rival, busca eliminar los jaques, lo que provocaría el cambio de damas 2...£b6+
3.¢h5 £c5+ 4.¢g4 £f8 A las piezas negras no les queda otra posibilidad 5.£f5
£b4+ [Malyshev acelera su derrota, las otras posibilidades eran algo mejores, aunque
el resultado iba a ser el mismo: 5...£g7+ 6.¢h5 £h8+ 7.¢g6 £f8 8.£f6 ¢d7 9.¢h7
¢c7 10.£g7; 5...¢d8 6.¢h5 ¢e7 7.¢g6] 6.¢h5 £f8 7.£f4+ Las negras abando–
nan en caso de 7...¢d7 8.¢g6 el rey blanco ocupa una posición dominante 8...¢c8
9.£f6 ¢b7 10.¢h7 ¢a7 11.£g7 1-0 (Stepushin–Malyshev, 1962)
285 1-0 286 1-0 287 B 1-0
Curso de finales
288 Las blancas aprovechan la ubicación del rey negro para mejorar su
posición a través de las amenazas de cambio: 1.£g8+ ¢b7 2.£f7+ ¢c8 [2...¢a6
3.¢g7] 3.£e8+ ¢b7 4.¢g8 £g3+ 5.¢f8 £c3 [en caso de 5...£h3 6.£f7+
¢a8 (6...¢a6 7.¢g7) 7.£g8] 6.£f7+ ¢a6 [6...¢c8 7.£g8] 7.£g6+ ¢a5
8.£h5+ ¢b4 9.h8£ 1-0
289 Nuevamente, en este tipo de finales, el bando que tiene ventaja mejora la
ubicación de sus piezas amenazando con cambiar damas 1.£e7! £f4 2.£e8+
¢b7 3.¢g7 £d4+ [3...£g5+ 4.£g6 £e5+ 5.£f6 £g3+ 6.¢f8 £b8+ 7.¢f7
£c7+ 8.£e7; 3...£g3+ 4.¢f8] 4.¢g8 £g4+ 5.¢f8 £d4 6.£f7+ ¢c8 [6...¢b6
7.£g6+ ¢a5 8.£h5+] 7.£g8 es inevitable la coronación del peón. 1-0
290 Con el rey negro situado en 7ma u 8va fila, las blancas ubican su rey en f8
o g8 y ganan fácilmente: 1...£d4+ 2.£f6 £g4+ 3.¢f7 £c4+ [3...£h5+ 4.¢g8
£e8+ 5.£f8] 4.£e6 £f4+ 5.¢g7 £d4+ [5...£g5+ 6.¢f8 £d8+ 7.¢f7! £h8
8.£e7+ y el blanco fuerza el cambio de damas; 5...£g3+ 6.¢f8 £c3 (6...£b8+
7.£e8) 7.£f7+ ¢a6 (7...¢a8 8.£g8!) 8.£g6+ ¢a5 9.£h5+] 6.¢g8 £g1+
[6...£d8+ 7.¢f7] 7.¢f8 £d4 8.£f7+ ¢a8 [8...¢a6 9.£g6+ ¢a5 (9...¢a7
10.£g7+) 10.£h5+] 9.£g8 con el conocimiento de este método el camino hacia
la victoria resulta más sencillo. 1-0
288 1-0 289 1-0 290 N 1-0
291 Con el rey negro situado en a5, las blancas deberán situar al suyo en g6 o
h6 1...£e7+ [Con 1...£d4+ inmediatamente se le acaban los jaques a las negras
2.£f6 £d7+ 3.¢h6 £h3+ 4.¢g6] 2.¢h6 £f8+ 3.¢g5! £e7+ [la otra alternativa
de entorpecer el triunfo es muy sutil 3...£h8 4.£f7 ¢a4 5.¢g6 £e5 (5...£d4
6.£e8+) 6.£a7+ ¢b3 7.£b7+ ¢a2 8.£a8+ ¢b1 9.h8£ £g3+ a primera vista
parecerá que las blancas no podrán evadir los jaques, pero no es así: 10.¢f7
£c7+ 11.¢e8] 4.¢h5 £f8 [4...£e2+ 5.¢h6] 5.£e6 £f3+ [5...£h8 6.£g8] 6.¢g5
£g3+ 7.£g4 £e3+ [7...£b8 8.£f5+] 8.£f4 £e7+ [8...£g1+ 9.¢h5 £d1+
10.¢g6] 9.¢g6 £e8+ 10.£f7 £c6+ 11.£f6 £e8+ 12.¢h6 ya el rey logró la
casilla crítica. 1-0
292 En general resulta bien difícil vencer con el peón caballo, por una razón
muy sencilla: el espacio para maniobrar que les queda a las piezas que tienen la
ventaja resulta muy reducido. El siguiente estudio introduce una metodología
extremadamente efectiva para obtener la victoria: 1.£b4! [Única jugada gana–
dora, se restringe la movilidad del rey negro, la dama negra no puede abandonar
la diagonal h1–a8 por la amenaza de coronación. La casilla que ofrece algo más
de lucha es h1] 1...£h1 2.£a3+ ¢b6 3.£b2+ ¢c5 [en caso de 3...¢a6 se gana
con el golpe táctico 4.£a2+ ¢b5 5.£b1+ este método sería igualmente ganador
para cualquier otra ubicación de la dama negra en las casillas de la gran diagonal
h1–a8] 4.¢a7 £h7 5.£b6+ ¢c4 6.¢a6 1-0
293 1.£d2 Con esta jugada se restringe aún más al rey negro y, al igual que en
todos estos finales, es utilizada como tema para salir de la presión de la dama, que
no permite, por el momento, la coronación del peón. 1...¢a1 [Cualquier movi–
miento de dama sería peor: 1...£e7 2.£d1+ ¢a2 (2...¢b2 3.£d4+ ¢b1 4.¢h8)
3.£d5+ ¢a1 4.¢g6 £e8+ 5.¢f6; 1...£f7 2.£d6 ¢a2 3.¢h6] 2.£d4+ ¢b1 3.¢g6
£c2+ [3...£g3+ 4.¢f5 £f3+ 5.¢e5] 4.¢g5 £g2+ 5.¢f5 £f3+ 6.¢e5 £g3+ 7.¢d5
El rey busca refugio en la columna b donde aprovechará el jaque al descubierto
7...£g5+ 8.¢c4 £g2 9.¢c5 £g5+ 10.¢b6 £g6+ 11.¢a5 £f5+ 12.¢b4 £g6
13.£d7 £g2 14.£f7 £e4+ 15.¢a5 £a8+ 16.¢b6 £b8+ 17.£b7 £g3 18.¢a7+
¢a1 19.¢a8 £b3 último recurso para lograr la nulidad. [19...£g6 20.£a7+ ¢b2
21.£b8+ ¢a1 22.g8£] 20.£h1+ ¢b2 21.£g2+ ¢a1 22.g8£ 1-0
291 1-0 292 1-0 293 B 1-0
Lilian Sabina Roque
Enrique Hernández Gómez
 8.4 Dama y peones vs. dama y peones
294 Las blancas vencen fácilmente. La dama protege los posibles jaques de su
rival y ayuda a la coronación del peón 1.c7 £d7 2.£e4+ g6 [2...¢h8 3.£a8+
¢h7 4.c8£ £d6+ 5.g3 £d2+ 6.£g2] 3.£c2 obliga a la dama negra a situarse en
una casilla muy pasiva 3...£c8 4.£c5 h5 cualquier otra respuesta ofrecía poca
resistencia: [4...¢g7 5.£e7+ ¢g8 6.£d8+; 4...¢g8 5.£a7 £e6 6.£b8+ ¢g7
7.c8£; 4...g5 5.£c2+ ¢g7 6.£b2+ ¢h7 7.£b8] 5.£e7+ ¢h6 6.£d8 [Ganaba
también 6.h4 £h8 (6...£a6 7.£f8+ ¢h7 8.c8£) 7.£e3+ ¢h7 8.£e6 £d4
9.£e7+ ¢h6 10.£g5+ ¢g7 11.c8£] 6...£e6 7.£f8+ Este jaque es necesario
para evitar el perpetuo 7...¢h7 8.c8£ £e5+ 9.¢g1 1-0
295 Este es otro final bastante fácil para obtener la victoria, sacado de la prác–
tica magistral. Las blancas mejoran la posición de la dama en una casilla donde
defienden f2 y empujan su peón pasado de la columna a: 1.£b8+ ¢h7 2.£b1+
f5 3.£a2 La casilla ideal 3...h5 típico contrajuego, pero no resuelve los proble–
mas, en caso de [3...f4 gana 4.exf4 gxf4 5.£c2+ ¢g7 6.£c7+ ¢g6 7.£xf4] 4.a6
h4 5.a7 hxg3+ 6.fxg3 £a8 en estos tipos de finales, cuando el bando que está a
la defensiva ya ha agotado todos los recursos que podrían alargar la lucha, solo
queda bloquear con la dama la casilla de coronación 7.£xe6 [es la jugada más
práctica. Era mucho más fuerte 7.h4] 7...£xa7 8.£xf5+ ¢h6 9.£f6+ ¢h7
10.£xg5 1-0 (Marjanovic–Schussler)
296 1.£a2 La tarea de hacer valer su peón de más es muy complicado, incluso
para el campeón mundial, su rey no tiene refugio seguro y el peón pasado está
casi en la casilla de origen 1...¢g8 2.a4 £c6 3.a5 £a6 y ahora es muy difícil
prosperar 4.g4 [en caso de 4.£d5 ¢g7 5.£d4+ ¢g8 6.£b6 £e2+ 7.£f2 £a6]
4...g5 5.¢f2 £d6 6.¢f1 £a6+ 7.¢g2 ¢g7 8.£b2+ ¢g8 9.£b8+ ¢g7 10.£e5+
¢g8 Reshevsky, excelente finalista, refugia muy bien a su rey dentro de los
peones del enroque 11.¢f2 £a7+ 12.¢e2 £a6+ 13.¢d2 £c4! 14.£f5 £d4+
15.¢e2 £b2+ 16.¢d3 £b3+ 17.¢e2 £b2+ ½–½ (Alekhine–Reshevsky, 1938)
294 1-0 295 1-0 296 ½
297 Si las negras quieren ganar están obligadas a
irrumpir con sus peones en el campo enemigo 1.£c3+
¢h7 2.£c7 g5 3.£b8 £d4 asegura el control de la gran
diagonal negra. El blanco pudo impedirlo con £c7-
c3, pero solo momentáneamente 4.£c8 ¢g7 5.¢h2 h5
6.¢h1 £e3 [6...£f4 7.£c3+; 6...g4 7.hxg4 hxg4 8.£f5!]
7.¢h2?! [7.£f5? £c1+ 8.¢h2 £f4+ ganando] 7...£f4+
8.¢h1 [8.¢g1 g4 9.hxg4 hxg4 10.£c3+ ¢g6 11.g3!]
8...g4!? con esta jugada prácticamente obliga al blanco
a abrir la columna h por donde surgirán nuevas ame-
nazas 9.hxg4 hxg4 10.£c3+ ¢g6?! 11.£d3+ ¢h6 297 B 0-1
12.£d8? g3 13.£b6+ [13.£h8+ ¢g6 14.£g8+ ¢f6 15.£d8+ ¢g7 16.£d4+ £f6
17.£g4+ £g6 18.£d4+ ¢h7! (18...f6? 19.£d7+ ¢h6 20.£d2+ £g5 21.£e3!) ]
13...f6 14.£e3! buscando el ahogo como recurso defensivo, característico en estos
tipos de finales 14...£g5! 15.£c5 £h5+ ya las blancas podrían haberse rendido
[15...£h4+ 16.¢g1 £h2+ 17.¢f1 £h1+] 16.£xh5+ ¢xh5 17.¢g1 ¢g4 18.¢f1
¢f4 19.¢e2 ¢e4 20.¢d2 f5 21.¢e2 f4 22.¢e1 ¢e3 23.¢f1 ¢d2 24.¢g1 ¢e2
25.¢h1 f3 26.gxf3 ¢f2 0-1 (Delaney–Speelman, 1987)
298 Al estar el rey blanco desprotegido de sus peones
por la 2da fila, el rey rival sale en busca del cambio de
damas 1...¢f6 2.£d8+ ¢e6 3.£e8+ ¢f5 4.£d7+ ¢e4
5.£e7+ ¢d3 6.£d7+ ¢c2 7.£e7 ¢d2 8.£d7+ ¢e2
9.£e7+ £e6 10.£b7 ¢f2 11.£g2+ ¢e1 12.£g1+ ¢e2
13.£g2+ ¢d3 14.£f3+ ¢d2 15.£f4+ ¢e2 16.£c7 f5
17.£c2+ ¢f3 18.£g2+ ¢e3 19.£b2 £c4 20.£a3+ £d3
21.£c5+ ¢f3 22.£c6+ [22.£g1 f4! 23.£g2+ (23.gxf4
£c2+ 24.¢h1 £e4! 25.£g5 £b1+ 26.¢h2 £c2+
27.¢h1 £c1+ 28.¢h2 £xf4+) 23...¢e3 24.£g1+ ¢d2
25.gxf4 £e2+] 22...£e4 23.£c3+ ¢f2 24.£c5+ 298 N 0-1
[24.£d2+ ¢f1 25.£d1+ £e1 26.£d5 £e2+ 27.¢h3 ¢g1] 24...£e3 25.£c2+ £e2
Nótese como las negras buscan el jaque al descubierto. Unzicker ha aplicado la
metodología que muchas veces da el triunfo en los finales de dama y peón contra
dama, a través de las amenazas de cambio, las piezas que tienen ventaja mejoran
ostensiblemente su posición 26.£c6 ¢f1+ 27.¢h3 ¢g1 28.£c5+ £f2 29.£e3 último
recurso de fácil refutación. 29...f4! 30.£c1+ £f1+ 0-1 (Ciocaltea–Unzicker, 1956)
8.5 Dama vs. torre
299 1.£g5+! [Capablanca, al analizar esta posición,
expresa su interés en dar a conocer los temas que le son
propios a la defensa para crear dificultades o incluso
alcanzar las tablas. 1.£e5+ ¢f8 2.¢g6 ¦d7 3.£e6 (El
camino que sigue con 3.£c5+ puede continuar con la
indicación de un nuevo tema a tener en cuenta 3...¢e8
4.¢f6 ¦d6+) 3...¦g7+ 4.¢f6 ¦g6+] 1...¢f8 [1...¢h7
2.£g6+ ¢h8 3.¢h6! ganando; 1...¢h8 2.£e5+! ¢h7
3.¢g5 ¦a7! (Si 3...¦g7+ 4.¢f6 conduce a una posición
ganadora) 4.£e4+ ¢g8 5.£c4+ ¢h7 6.¢f6 ¦g7
299 1-0
7.£h4+ ¢g8 8.£h5 con lo que se llega a una de las
posiciones ya indicadas como ganadoras] 2.£d8+ ¢g7 3.¢g5 ¦f3 [3...¢h7 4.£d4
¦g7+ 5.¢f6 posición ganadora] 4.£d4+ ¢f8 5.¢g6 [5.£d6+ ¢g7 6.£e5+ ¢f8
7.¢g6 también gana] 5...¦g3+ 6.¢f6 ¦f3+ 7.¢e6 ¦h3 Para evitar el mate en h8
8.£f4+ 1-0 (Holden Hernández–Pablo Lafuente, Capablanca, 2004)
8.6 Dama vs. torre y peón
300 1.h4 Para ganar, el rey blanco debe pasar la columna f: 1...¦f3 La forta–
leza negra se viene abajo con la continuación 2.h5! gxh5 el resto es sencillo
3.£c8+ ¦f8 4.£c5 ¦f1 esta jugada precipita la derrota, la torre debe permanecer
unida a su rey el mayor tiempo posible 5.£xh5 ¦e1+ 6.¢f6 ¦f1+ 7.¢g6 ¦g1+
8.¢h6 ¦e1 9.£d5+ ¢f8 10.£c5+ la torre cae y junto con ella la partida 10...¢e8
[10...¢g8 11.¢g5! (11.¢g6 ¦e6+) 11...¦e8 (11...¢h7 12.£c2+ ¢g8 13.£c4+)
12.¢f6 ¦f8+ 13.¢g6] 11.¢g7 ¢d7 12.£b5+ ¢c8 13.£c4+ ¢d7 14.£a4+ ¢c8
15.£g4+ ¢b7 16.£b4+ 1-0 (Kamsky–Ljubojevic, 1991)
301 La posición es tablas, con el peón en la 2da fila y la torre moviéndose de
d3 a f3 las piezas negras no pueden penetrar. ½–½
302 Con el peón en 3ra fila, generalmente, se pierde este tipo de finales. El rey
blanco atraviesa la 5ta fila y se torna muy agresivo 1.£a1 ¦b5 2.£g7+ ¢d8
3.£f6+ ¢d7 4.£f7+ ¢d8 5.£e6 ¢c7 6.£e7+ ¢c8 7.£d6 ¢b7 8.£d7+ ¢b6
9.£c8 ¦d5 10.£b8+ ¢c5 11.£c7 ¢b5 12.£a7 ¦h5 13.¢d3 las blancas cum–
plen su primer objetivo, la penetración del rey 13...¦h3+ [En caso de 13...¦d5+
14.¢c3 ¦c5+ (14...¦h5 15.£b7+ ¢c5 16.£b4+ ¢d5 17.£c4+ ¢d6 18.£d4+)
15.¢b3 ¦f5 16.£b7+ ¢c5 17.£b4+ ¢d5 18.£d2+ ¢e6 19.£d8 ¦d5 20.£c7]
14.¢d4 ¦h4+ 15.¢e5 ¦h5+ 16.¢f6 ¦h6+ 17.¢g5 ¦h1 18.£e3 La dama se
ubica en una casilla donde evite los jaques laterales de torre 18...¢a6 19.¢f5
¦h5+ 20.¢e6 ¦d5 21.£g3 ¢b7 22.£a3 ¦b5 23.£e7+ ¢b6 24.¢d7 Una vez
que el rey rompa la fortaleza, la pérdida del peón es cuestión de tiempo 24...¦d5+
25.¢c8 ¦c5 26.£e3 ¢b5 27.£b3+ ¢a5 28.¢c7 ¦h5 una vez que la torre aban–
done al rey, cae irremediablemente 29.£e3 No es necesario capturar aún al peón,
esta centralización de la dama es mucho más fuerte 29...¢a4 30.£e4+ ¢a5
31.£e1+ ¢a4 1-0
300 B 1-0 301 B ½ 302 1-0
Gran Maestro Silvino García Martínez
Gran Maestra Vivian Ramón Pita
Maestro Internacional MSc. Gerardo Lebredo Zarragoitia
Maestro Internacional José Luis Vilela Acuña
Maestro Internacional Néstor Vélez Betancourt
Maestro FIDE Armando López Jiménez Instituto
Maestro FIDE Danilo Buela Valdespino Superior
Maestro Nacional Iván González González
Latinoamericano
Maestro Nacional José Luis Altuna Peña
de Ajedrez
Maestro Nacional Carlos Rivero
Árbitro Internacional Serafín Chuit Pérez
Árbitro Internacional Gerardo Anaya Rodríguez
Árbitro Nacional Bárbara López Chávez Mariño
Profesor Ramón Hernández Samé
Editora Lilian Sabina Roque
Diseño y realización Enrique Hernández Gómez