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Recomendaciones 23
(para escribir monografías, reseñas, estados de la cuestión, proyectos
de investigación, artículos y tesis)
Prefacio
Estas recomendaciones tienen por objeto ayudar a los autores de monografías, reseñas,
estados de la cuestión, proyectos de investigación, artículos y tesis a llevar a cabo su
tarea dentro de los límites que la tradición impone al trabajo intelectual. Nada de lo que
se dice aquí tiene el carácter de ley, pero contribuye a que nuestro trabajo pueda llegar
a nuestros lectores de un modo que se les haga más fácil comprenderlo. Casi todas las
recomendaciones son formales, porque al eliminar la forma como problema permitimos
al lector un acceso más directo al tema del trabajo.
Los usuarios de ediciones anteriores advertirán que en varias secciones hay
cambios y que algunos puntos son nuevos. También hay algunas modificaciones en la
presentación y he agregado este prefacio. Para una mejor identificación de la edición,
ya que esta es la 23ª, he agregado el número a continuación de la palabra que identifica
a estas recomendaciones.
De paso, debe notarse que el prefacio es una parte de una obra (libro o tesis, ya
que no corresponde ponerlo en capítulos de libros o artículos) que no forma parte de la
misma (por eso puede usarse la primera persona). El objetivo del prefacio es hacer
alguna aclaración previa a la lectura de la obra (como en este caso) y dar una breve
información sobre su tema central y su contenido.
El prefacio es, también, el lugar para que el autor agradezca la colaboración
recibida en el transcurso de la elaboración de su libro o tesis. En mi caso, agradezco a
Daniel Plotinsky por su contribución respecto de la forma de entrar las entrevistas
(5.2.14); a Marianne González Alemán, por la suya respecto de las entradas de internet
(5.2.16); a María Obligado, por la lectura de las ediciones 20ª y 21ª; y a todos los
usuarios de las ediciones anteriores porque sus comentarios me han permitido
mejorarlas contínuamente y extenderlas de sus cinco páginas iniciales hasta las veinte
actuales.
Contenido
1. Honestidad intelectual 2 4.2 Transcripciones 7
2. Lenguaje 2 4.3 Notas 7
2.1 La oración 2 5. Referencias 8
2.2 Composición y estilo 3 5.1 Información que debe incluir la
3. Estructura 3 referencia 8
3.1 Equilibrio 4 5.2 Entradas en la bibliografía 10
3.2 Características de cada trabajo 4 5.3 Entradas en las notas 16
4. Formato 6 6. Dudas 19
4.1 Usos y costumbres 6 Conclusión
1
Introducción
Estas recomendaciones son sólo recomendaciones, pero sirven para escribir con mayor
claridad, elegancia y eficacia. En cuanto al lenguaje, se ajustan a las efectuadas por
autores que se han ocupado del uso instrumental del lenguaje con estos fines. En cuanto
a la estructura, a las de los principales textos que tratan acerca del trabajo intelectual.
En cuanto a las referencias, a las convenciones usadas por la Library of Congress
(Biblioteca del Congreso) de los Estados Unidos y por el Chicago manual of style.
Estas recomendaciones han sido escritas para los estudiantes de historia, según los usos
de la especialidad, pero mucho de cuanto contienen puede ser útil a usuarios de otros
campos del conocimiento.
1. Honestidad intelectual
Todo trabajo (monografía, reseña, estado de la cuestión, tesis, capítulo, libro) debe ser
fruto del esfuerzo propio. Cuanto se tome de otros (ideas, transcripciones) debe serles
acreditado a sus autores usando comillas (si la transcripción es literal) o mencionando
sus nombres (si no lo es), dando en ambos casos la referencia en las notas.
El plagio (la transcripción literal de un texto escrito por otra persona sin
acreditar su origen) está penado por los usos académicos y por la ley. Esta admite
transcripciones de hasta mil palabras (siempre acreditando el origen) sin pagar derechos
de autor. No condena, sin embargo, tomar la estructura de un trabajo como inspiración
de la del propio. Aun así, si esa estructura de inspiración ajena fuese distinta de lo usual
en la disciplina o siguiese demasiado fielmente la utilizada por otro autor, es mejor
darle crédito a quien corresponda en una nota.
Cuanto se halla en internet ha sido escrito por alguien, esté su autor identificado
o no, por lo que debe acreditarse al sitio correspondiente lo que se haya tomado de él.
Bajar trabajos de internet, completa o parcialmente, y hacerlos pasar como propios es
plagio.
La honestidad intelectual permite identificar qué hemos aportado al
conocimiento y expandir el horizonte de las búsquedas de nuestros lectores.
2. Lenguaje
Aun a riesgo de caer en un lugar común, no es impropio subrayar que el lenguaje es la
herramienta fundamental para comunicar cuanto tenemos que decir a nuestros lectores.
El uso correcto del lenguaje es clave para poder hacerlo de una manera precisa. Para
ello es necesario dudar de lo que creemos conocer y tener siempre a mano un
diccionario y un manual de estilo para despejar las dudas. La Real Academia Española
tiene un diccionario en línea (lema.rae.es/drae/). El diccionario de María Moliner es,
sin embargo, irreemplazable para quienes quieran ampliar su capacidad de utilización
de nuestra lengua (hay versiones en CD que no son de la obra completa). Un manual de
estilo reciente es el de María Marta García Negroni. Las recomendaciones que siguen
son solamente las básicas.
2.1 La oración
a) Evitar las oraciones demasiado largas.
b) La oración debe tener sentido por sí sola. Evitar la deriva del sentido que suele
producirse por la acumulación de subordinadas.
c) Comprobar que cada oración tenga sujeto, verbo y predicado. Las oraciones
unimembres existen, pero no hay que abusar de ellas.
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d) El número del sujeto determina el número del verbo.
e) Comprobar la coordinación de los tiempos verbales.
f) No separar una oración en dos partes con punto.
g) No usar coma para separar oraciones, sino punto.
h) Evitar la interrupción de la oración con aclaraciones entre comas, guiones o
paréntesis. Estas aclaraciones pueden usarse, pero especiadamente.
i) No separar el sujeto y el predicado con coma.
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3. Estructura
Una estructura apropiada es tan importante como el buen uso del lenguaje. Esa
estructura depende del tipo de trabajo. Hay cuatro tipos principales: la reseña de libros;
la monografía que suele exigirse al final de un curso; el artículo o capítulo de libro; y el
libro. Al comenzar el trabajo es necesario tener presente cuál será su extensión: la
reseña puede tener entre ochocientas y mil quinientas palabras; la monografía, entre
tres mil y cinco mil palabras; un artículo o capítulo, entre ocho mil y diez mil palabras;
un libro, unas cien mil palabras. Cuanto sigue, dentro de sus límites particulares, sirve
para todos ellos.
3.1 Equilibrio
a) Todo trabajo (monografía, artículo, capítulo de libro, libro) debe tener un título que
describa el contenido de la manera más expresiva y más corta posible. Los trabajos
de historia deben contener, usualmente en el subtítulo, una indicación (solo una) de
lugar y tiempo, siempre que el título no la contenga.
b) Todo trabajo debe tener una introducción, un desarrollo (aunque no necesariamente
con este título) en dos o más partes, y una conclusión.
c) En la introducción se dice lo que se va a decir, en el desarrollo se lo dice y en la
conclusión se dice lo que se dijo, según la concisa fórmula de Jean Guitton (El
trabajo intelectual, Buenos Aires, Criterio, 1955, 91).
d) En la introducción se define el marco conceptual, lo más amplio posible, dentro del
que se quiere que los lectores lean el trabajo. Allí el autor determina con quién
dialoga.
e) En la introducción se debe plantear una pregunta (con o sin signos de
interrogación), que se desarrolla en el cuerpo del trabajo y se contesta en la
conclusión. Hay que tener una pregunta antes de comenzar a escribir, pero al
terminar trabajo es necesario ajustar la pregunta al contenido real del mismo y a la
contestación que da la conclusión.
f) Todo trabajo tiene una extensión predeterminada, fijada por los requisitos
establecidos para presentar una monografía en un curso, una ponencia en un
congreso, un artículo a una publicación periódica o un libro a una editorial. Hay
que tener presente al comenzar el trabajo cuántas páginas habrá que escribir y
cuánto de todo lo que queremos decir entrará dentro del formato predeterminado.
g) Es conveniente escribir todo cuanto pasa por nuestra mente, en el orden en que ella
lo produzca, pero luego hay que cortar, reubicar, pulir y balancear el escrito hasta
que cumpla con los requisitos de extensión.
h) Todo trabajo debe dividirse en partes: una monografía o capítulo, en secciones; un
libro, en capítulos. Esto es así tanto para organizar la exposición cuanto para no
cansar o desorientar al lector. Las partes, sean capítulos o secciones, deben tener
títulos homogéneos tanto por su extensión como por su contenido.
i) Se debe cuidar el equilibrio del trabajo y de sus diferentes partes: cada parte tiene
que tener una longitud similar a la de sus equivalentes.
j) La introducción y la conclusión deben tener una longitud similar, pero juntas no
deben tener menos del 10% ni más del 20% de la extensión total del trabajo.
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publicaciones académicas prefieren reseñas de mil palabras, que es la requerida en
nuestros seminarios.
3.2.4 Monografía
a) Comenzar a escribir por donde uno tiene más material o más ganas.
b) Concentrarse en la línea argumental: hay que incluir todo lo que se necesita para
desarrollarla y excluir todo lo que no sea necesario para ella.
c) Completar el borrador antes de comenzar el pulido y engarce de las partes.
d) Para la estructura, véase supra, sección 3.1 Equilibrio.
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secciones o los capítulos que estén entre ellas deben servir para sostener cuanto se
afirme en la conclusión.
Cada sección o capítulo debe tener una introducción que lo ligue con el tema
central de la tesis y explique al lector la función que cumple en el desarrollo del mismo.
También debe de tener una conclusión que señale el aporte principal del capítulo al
desarrollo del tema central. La conclusión de cada capítulo debe de servir para construir
la conclusión de la tesis.
Las tesis de doctorado deben ser la base de un libro y las tesis de licenciatura y
maestría pueden pensarse como partes de una tesis de doctorado, aun cuando ésta no
esté en los planes inmediatos del autor.
3.2.7 Libro
La tesis de doctorado tiene pocos lectores, muy especializados, que frecuentemente
ponen más atención en el contenido que en la forma. El libro tendrá lectores menos
especializados y el autor debe apuntar a que sean muchos. Para eso es necesario contar
la historia (antes los historiadores contaban historias y muchos siguen haciéndolo) de
una manera que, sin sacrificar el contenido, sea atrayente. Más que eliminar el aparato
erudito o quitar la sobrecarga de fuentes que suele acompañar a las tesis, es necesario
pulir las introducciones y conclusiones de los capítulos, quitar las repeticiones, eliminar
los vicios de lenguaje y dejar de lado todo aquello que no sea estrictamente necesario
para el desarrollo del argumento. Debe resistirse la tentación de ir más allá del período
tratado en la tesis, porque es posible que lo que se agregue no tenga el mismo respaldo
documental que lo que ya estaba, pero en sentido contrario, debe agregarse cuanto sea
necesario para que la historia que se cuenta se cierre en un punto significativo.
Hay libros que no provienen de una tesis de doctorado. Sus autores, es posible,
ya habrán adquirido las herramientas que la confección de una tesis provee, por lo que
no cabe darles recomendaciones sobre lo que ya conocen.
4. Formato
El formato de un trabajo parece un tema menor, pero no lo es. Las revistas o las
editoriales piden un formato determinado para los manuscritos que se les presentan, de
modo que en algún momento es necesario ajustar el trabajo a sus requisitos. Cuanto
siguen no reemplaza esos requisitos, pero puede ayudar a complementarlos y a facilitar
el trabajo posterior.
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f) Usar solamente la redonda (que es este tipo de letra), no la bastardilla (también
llamada cursiva o itálica), ni la negrita, la MAYÚSCULA, o la VERSALITA, excepto
que estas sean requeridas por la editorial o revista para los casos que especificarán.
g) Usar la bastardilla para títulos de libros (pero no la Biblia ni los libros que la
componen) y nombres de diarios y revistas, ya sea que se mencionen en el texto, en
las notas o en la bibliografía. También van en bastardilla los títulos de películas; las
obras de teatro; las composiciones musicales; las obras de arte; los programas de
computación; los programas de radio y televisión; los nombres de barcos, de
servicios de trenes, ómnibus o vuelos especiales (pero no el nombre de la empresa
de transporte), de satélites y de naves espaciales; y las palabras extranjeras, a menos
que sean de uso común y se hayan castellanizado.
h) Los títulos de artículos y folletos van en redonda, entre comillas. Solo lleva
mayúscula la primera letra del título o los nombre propios que la requieran.
i) Los nombres de publicaciones periódicas, académicas o no, van en bastardilla y
llevan todas las palabras con mayúscula: La Nación, Journal of Latin American
Studies, Revista de Historia Económica.
j) Los signos de puntuación que van al final del título de un libro o del nombre de una
publicación periódica o titulo de libro van en redonda, no en bastardilla.
k) Ocasionalmente, pero solo muy ocasionalmente, puede utilizarse la bastardilla para
enfatizar una palabra.
l) Los años deben darse completos: 1945, no 45, ni ’45; 1895-1896, no 1895-96, ni
1895/96 (excepto en el caso de las cosechas de verano en el hemisferio sur, para las
que sí se suele usar esta última forma, para indicar que se trata de una cosecha que
comienza a fin de un año y termina a principios del siguiente y no de las cosechas de
dos años distintos).
m) En los años, el punto se omite (1945). Cuando se indica un período entre dos años,
esos años deben estar unidos por un guión corto, sin espacios entre ellos: 1945-1946.
n) Las décadas van con palabras: la década del treinta; los años sesenta (en este caso,
siempre en singular, a menos que como Oscar Terán, que publicó un libro titulado
Nuestros años sesentas, quiera transmitirse la idea de que hubo muchos años
sesenta, según la experiencia de cada cual).
o) Las fechas deben expresarse completas: 27 de noviembre de 2003, no 27-11-03 o
cualquier otra forma de abreviatura.
p) Las cifras de uno a dicienueve (uno, dos, dieciocho), y luego los números
terminados en cero (veinte, treinta, cien, mil, millón) van con palabras; para otras
cifras se usan los números arábigos (21; 85; 167; 1.235; 5.678.901). Los millares se
separan con punto y los decimales con coma (aunque en publicaciones en inglés la
práctica es la inversa).
q) En las leyes y decretos, el punto debe usarse (ley 13.010). Los decretos suelen
numerarse por año, de modo que es necesario indicarlo: decreto 18.409, del 31 de
diciembre de 1943; o al menos, decreto 18.409/43. Cualquiera de estas formas de
identificar los decretos es correcta, pero solo debe usarse una de ellas en un mismo
trabajo.
r) Usar las comillas (“ ”) solamente en los siguientes casos: 1) para transcripciones
textuales; 2) para palabras que se toman de otro contexto, a las que se supone
transcripción aunque no se indique la fuente (por ejemplo, dichos populares,
refranes, lugares comunes); y 3) para palabras o frases que el autor quiere indicar
que no acuerda con su uso. Las comillas siempre indican que quien expresa lo que
está entre ellas es alguien distinto del autor.
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s) Antes de entregar un original a impresión deben eliminarse los espacios dobles. En
Word 2007 esto se hace en Inicio/Reemplazar, tipeando dos veces la barra
espaciadora en “Buscar”, solo una en “Reemplazar con”, y luego cliqueando en
Reemplazar todos.
t) Antes de entregar un original a impresión debe controlarse la configuración de
página (en Word 2007: Diseño de página/Márgenes) de modo que en todo el
documento los márgenes y el tamaño del papel sean homogéneos.
4.2 Transcripciones
a) Evitar las transcripciones textuales. Un trabajo sobrecargado de transcripciones
invita al lector a saltearlas.
b) Dejar solo las transcripciones que no puedan parafrasearse sin perder algo de su
sentido.
c) Las transcripciones van entre comillas (“ ”). La transcripción dentro de una
transcripción va entre comillas simples (‘ ’). Los comentarios propios dentro de una
transcripción van entre corchetes [ ].
d) Si el texto transcripto ocupa cinco o más renglones debe ir separado del texto
propio, en caja menor (es decir, con márgenes mayores), letra de cuerpo menor
(optativo) y sin comillas. Si tiene menos de cinco renglones, va dentro del texto
propio, entre comillas.
e) Asegurarse de que todas las citas textuales o paráfrasis que se hagan de textos o
ideas de otros autores estén acreditadas en nota, cuya llamada estará al final del
párrafo donde se encuentre la cita textual o la paráfrasis. Esta acreditación debe
hacerse tanto por razones de honestidad intelectual (véase supra, sección 1) cuanto
para que los lectores conozcan las fuentes que han alimentado nuestro razonamiento.
Nuevamente: no acreditar a su autor una idea o una cita es plagio y el plagio está
penado por la ley y por las regulaciones y costumbres académicas.
4.3 Notas
a) Las notas deben ir al pie de página o al final del trabajo, pero no dentro del texto. En
algunas disciplinas (economía, antropología) se suele usar las notas dentro del texto,
pero no en historia. La llamada (el número que va en el texto y se repite en la nota)
que indica la existencia de una nota distrae menos al lector.
b) Las llamadas de las notas deben ir preferentemente al final de la frase para no
obligar al lector a interrumpir la lectura en la mitad de ella.
c) Evitar las notas demasiado largas. Las notas deben usarse sólo para dar las
referencias de las fuentes documentales, manuscritas o bibliográficas, y para hacer
aclaraciones imprescindibles, siempre de la manera más breve que sea posible.
d) Si la nota es demasiado larga (más de dos o tres renglones) hay que tratar de incluir
su contenido en el texto. Si no se pudiese incluir, hay que considerar la posibilidad
de eliminarla.
e) Las notas no deben contener cuadros, ni deben cortarse en párrafos.
5. Referencias
Las referencias de las fuentes bibliográficas y documentales utilizadas en un trabajo
deben darse con el mayor de los cuidados porque ellas permiten a los lectores seguir el
rastro de lo que ha servido para construir la argumentación de una obra. Hay,
ciertamente, distintas maneras de escribir historia. Algunos historiadores son avaros
con la mención de las fuentes en homenaje a la fluidez argumental. Esto no es
condenable, naturalmente, pero en los trabajos que deban presentarse en medios
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académicos por motivos académicos es mejor pecar por exuberancia. El tiempo y la
experiencia permitirán llegar a un uso más equilibrado, pero en la duda siempre es
mejor dar la referencia que omitirla.
5.1.1 Nombres
5.1.1.1 Cómo debe darse el nombre de los autores
Los nombres deben darse completos, sin iniciales, a menos que el autor firmase con
ellas. Por ejemplo:
a) Juan Perón, si la portada así lo dice, y no Juan Domingo Perón, como se llamaba.
Para mejor identificación puede agregarse entre corchetes el nombre que el autor
omitió, pero que uno conoce: Juan [Domingo] Perón.
b) María Fernanda Arias, y no M. F. Arias.
c) T. E. Lawrence, ya que firmaba así, y no Thomas Edward Lawrence, como se
llamaba.
d) Enrique M. Barba, como firmaba, y no Enrique Mariano Barba o Enrique Barba.
5.1.1.2 Cómo debe darse el nombre de los autores en las notas al pie o al final
En nota se entra nombre y apellido:
a) Juan Perón
b) María Fernanda Arias
c) Mario Hernández Sánchez Barba
5.1.1.4 Cómo debe darse los apellidos de los autores con más de un apellido
Para la alfabetización de apellidos debe seguirse la regla de cada idioma. Los apellidos
de autores de lengua castellana se alfabetizan por el primer apellido:
a) García Sebastiani, Marcela
b) Hernández Sánchez Barba, Mario
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c) Tau Anzoátegui, Víctor
Los apellidos de autores de idioma inglés y portugués se alfabetizan por el último
apellido:
a) Abreu, Claudio de Paiva
b) Kennedy, John Fitzgerald
Los apellidos compuestos de autores ingleses se unen con guión y entonces se
deben alfabetizar por el primero de ellos:
a) Kröller-Müller, Helene Emma Lauta Jullane
b) Burne-Jones, Edward Coley, Sir
5.1.2 Títulos
Los títulos de libros y nombres de revistas van en bastardilla (también llamada cursiva
o itálica). Los títulos de artículos, capítulos de libros y folletos van entre comillas. Los
títulos de libros y artículos en inglés suelen darse en las publicaciones en ese idioma
con mayúsculas en todas las palabras. La Library of Congress, sin embargo, no usa más
que las mayúsculas necesarias (comienzo del título, nombres propios) en las entradas
de los libros en inglés que están en su catálogo, como es la práctica en castellano.
5.1.5 Editorial
Al mencionar la editorial, las palabras editorial, ediciones, libros, publicaciones o
similares, pueden omitirse, siempre que su omisión no dé lugar a confusiones. Es mejor
entrar Ediciones B, que solamente B; o Editorial de la Campana, que de la Campana.
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Los nombres de las editoriales no deben abreviarse. Solo se entran siglas, si el
nombre de la editorial lo es. Por ejemplo: Eudeba, pero no FCE por Fondo de Cultura
Económica. Si no hay mención de editorial, debe mencionarse s.e. (sin editorial).
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Adviértase que en estos casos, como en todos los que siguen, el signo de
puntuación que va a continuación de cuanto está en bastardilla (título del libro o
nombre de una publicación periódica) debe estar en redonda.
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En el caso de los libros en otro idioma no se deben traducir el título ni los demás
elementos de la referencia. Si fuese necesario, por ejemplo en el caso de un libro cuyo
título está en griego, la traducción del título se da entre corchetes, a continuación del
título original.
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Como esta obra tiene un director general y cada volumen un compilador distinto
no es incorrecto que se haga referencia a ella por el nombre de este último y por el
título del volumen:
Torre, Juan Carlos, comp., Los años peronistas (1943-1955). Buenos Aires:
Sudamericana, 2002 (Nueva Historia Argentina, vol. 8).
La primera forma de hacer referencia a esta obra enfatiza su unidad. La
segunda, la particularidad de cada volumen. Esta segunda forma es conveniente para
relacionar ese volumen con el resto de la obra del autor. Para dar con ese volumen en el
catálogo en línea de la Library of Congress debe ponerse el título general de la obra, ya
que no aparece si se busca por el nombre del compilador del volumen que es, en este
caso, autor de otras obras sobre el tema. Si se adopta la segunda forma, el título general
de la obra queda como el título de la colección y va entre paréntesis al final de la
referencia (con todas las palabras con su primera letra en mayúscula porque se trata del
nombre de la colección). En el caso de que en el trabajo se citen otros tomos de la
misma obra, debe incluirse una entrada para la obra en general. En ese caso, la mención
entre paréntesis al final de la entrada de cada volumen también debe de ir en
bastardilla.
5.2.13 Artículos
Gillespie, Richard. “A critique of the urban guerrilla: Argentina, Uruguay, Brazil”,
Conflict Quarterly, 1980, vol. 1, Nº 2, pp. 39-53.
Muchas publicaciones académicas en idioma inglés utilizan mayúsculas para
todas las palabras del título de un artículo o el nombre de un libro, pero como la
Library of Congress no las usa para los títulos de libros, no hay motivo para utizarlas en
los de artículos. Las publicaciones académicas en castellano utilizan en estos casos las
mayúsculas solo para la primera palabra y para los nombres propios que ellos
contengan.
5.2.14 Entrevistas
La siguiente modalidad de citar las entrevistas sigue las prácticas usuales entre quienes
hacen historia oral. Cada autor, sin embargo, debe adecuar la modalidad a su propia
necesidad. Puede, por ejemplo, dar una referencia abreviada en las notas y la referencia
completa al final del trabajo en una sección que incluya tanto las referencias a las
fuentes orales como a las bibliográficas (como se sugiere en el punto 5.2).
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b) Cuando hay más de un entrevistado:
Espósito, Antonio, y Raúl Gómez. Entrevista realizada el...
d) Si la entrevista forma parte del acervo de un archivo oral debe agregarse el nombre
de ese archivo y la referencia de la entrevista:
Lais, Alberto. Entrevista realizada el 11 de diciembre de 1996 en Villa Maipú
(provincia de Buenos Aires). Entrevistador: Daniel Plotinsky. Archivo Oral del
Archivo Histórico del Cooperativismo de Crédito. Entrevista Nº 30.
f) En todos los casos, puede agregarse algún dato del entrevistado que ayude a
contextualizar su testimonio:
Gobbi, Danilo. Dirigente de Caja de Crédito Bahiense Cooperativa de Crédito Ltda.
(Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires). Entrevista realizada el 15 de diciembre de
1996, en Bahía Blanca. Entrevistador: Daniel Plotinsky. Archivo Oral del Archivo
Histórico del Cooperativismo de Crédito. Entrevista Nº 31.
h) Si se opta por dar una referencia abreviada en las notas al pie y la referencia
completa en la bibliografía, la referencia abrevaiada debe contener el nombre del
entrevistado y la fecha completa de la entrevista, si hubiere más de una, o el año si
fuese solo una:
Gobbi, 15 de diciembre de 1996.
Gobbi, 1996.
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tiene en internet y la fecha de acceso. Subsisten algunas diferencias entre las
recomendaciones de las autoridades, como la Library of Congress y el Chicago manual
of style, por lo que aquí se sigue a este último. A continuación se dan algunos ejemplos.
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Zorraquín Becú, Ricardo. “La intervención del cabildo de Buenos Aires en la vida
política nacional (1810-1821)”, en VI Congreso Internacional de Historia de América,
Buenos Aires: Academia Nacional de la Historia, 1982, tomo V, pp. 345-383.
En esta entrada debe notarse lo siguiente: 1) el libro no tiene autor, por lo tanto
se entra solamente el título; 2) la Academia Nacional de la Historia es la editorial, no la
autora; y 3) se menciona el año de publicación del tomo (1982), no el de realización del
congreso (1980). La palabra “tomo” y la abreviatura “pp.” pueden omitirse si ello no
produce confusión.
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Debe agregarse a, b, c, etc. a cada uno de los distintos artículos o libros, a
continuación del año, y esas letras deben coincidir con la asignada a ese título en la
bibliografía, también a continuación del año.
5.3.3 Entrevista inédita (si la referencia completa está en la bibliografía. Véase 5.2.14)
Gobbi, 1996.
5.3.5 Cuando se cita el mismo libro, artículo, manuscrito o entrevista citado en la nota
anterior
a) cuando es otra página o páginas: ibíd., 55 (el número de la página). Ibídem
(usualmente se utiliza la abreviatura ibíd.) es un adverbio latino que significa “en el
mismo lugar”, pero como está incluido en los diccionarios castellanos (en el de la Real
Academia Española y en el de María Moliner) no debe ir en bastardilla.
b) cuando es la misma página o páginas: ídem. Este es otro adverbio latino
castellanizado, por lo que tampoco debe ir en bastardilla, cuyo significado es “lo
mismo”. Este es el uso de la Editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero,
pero el Chicago manual of style dice que también en este caso debe usarse ibíd.
c) cuando la nota anterior menciona más de una obra, en la nota siguiente no debe
usarse ibíd., ni ídem, porque no quedaría claro al cuál de las obras antes mencionadas
en la nota anterior se refiere la siguiente.
5.3.7 Cartas
En la cita de una carta se da primero el remitente (tal como firma), luego el
destinatario, el lugar en que fue escrita, la fecha, y el libro (a) o repositorio (b) donde se
encuentra.
a) Juan Perón a María de la Cruz, Panamá, 23 de abril de 1956, en Perón (1993), 110-
111.
b) Marcelo Ignes a Juan Pedro Aguirre, San Nicolás, 7 de octubre de 1826, Archivo
Histórico del Banco de la Provincia de Buenos Aires (ABP), 031-5-3-15.
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En el primer caso, la referencia completa del libro va en la bibliografía. En el
segundo, el nombre del repositorio se da completo la primera vez que se menciona en
el trabajo y luego por la sigla que en esa primera mención se consigna entre paréntesis;
se indica la colección si la carta formara parte de alguna, y la signatura tal como se da
en el repositorio donde se encuentra.
5.3.8 Documentos
En la cita de un documento debe señalarse el nombre del autor (si lo hubiere), el título
del documento (entre comillas, si tiene un título identificable), y el libro donde se
encuentra (a). En el caso de un documento que está en un repositorio, en lugar del libro
se indica el repositorio y la signatura (b). En el caso de información tomada de
documentación sin autor se indica el título, el repositorio y la signatura (c). Si no tiene
autor ni título, solo el repositorio y la signatura (d). En la nota puede darse el nombre
del repositorio en forma abreviada (PRO, por Public Record Office; AGN, por Archivo
General de la Nación), pero en ese caso debe darse el nombre completo y su ubicación
en una sección de abreviaturas al final del trabajo, antes de las referencias
bibliográficas.
a) Comando Superior Peronista, “Instrucciones generales para los dirigentes”, en
Perón-Cooke (1972), vol. 2, 389-398.
b) Frederico Augusto do Amaral Sarmento Mena, “Itinerario da marcha da 1ª Brigada
de Infanteria ao mando do Coronel F. F. da P. Pereira Pinto que marchou da Colonia do
Sacramento a 14 de dezembro de 1851, para ir fazer parte do Exercito do General
Urquiza”, Arquivo Historico do Rio Grande do Sul, arquivos particulares, lata 42, maço
7.
c) “Price current of produce in Buenos Ayres in the years 1821, 1822, 1823”, PRO,
Foreign Office, 354/8, ff. 34v-35.
d) AGN, Sucesiones, leg. 6726.
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6. Dudas
Las dudas acerca de cómo se debe entrar un libro en una bibliografía pueden despejarse
mediante la consulta de: 1) la bibliografía mencionada al final de estas
recomendaciones; 2) el referencista de una biblioteca; o 3) de los catálogos de las
bibliotecas disponibles en internet. Las principales bibliotecas cuyos catálogos están en
línea son:
a) Library of Congress: catalog.loc.gov
b) Harvard University: hollis.harvard.edu
f) University of Illinois at Urbana-Champaign: www.library.illinois.edu
g) Yale University: web.library.yale.edu
h) Stanford University: library.stanford.edu
i) Bibliothèque Nationale de France: www.bnf.fr
j) Biblioteca Nacional de España : www.bne.es
k) British Library: www.bl.uk
l) Biblioteca Nacional de la República Argentina, www.bn.gov.ar
m) Worldcat, www.worldcat.org, es un catálogo que incluye muchas bibliotecas de todo
el mundo (pero no todas), que además tiene la ventaja de informarnos qué biblioteca
tiene el libro que buscamos en la proximidad de donde vivimos.
Si todo falla, puede enviarme su pregunta a amaral.samuel@gmail.com.
Conclusión
Todo trabajo debe tener una conclusión y también este. Como no tiene un desarrollo
argumental, sin embargo, sino que es apenas una agregación de recomendaciones, más
generales o más puntuales pero sólo recomendaciones, no es posible exponer aquí los
resultados ni enfatizar su significado dentro del contexto que la introducción –en el
caso de una monografía, artículo, capítulo o libro– debe presentar. Así, esta conclusión
no es más que cierre provisorio, en espera de comentarios como los que en el pasado
permitieron mejorar y expandir el contenido de este trabajo.
Si tuviera que decir algo en favor de la utilización de estas recomendaciones,
además del testimonio de muchos usuarios debería incluir el mío (con lo que, de un
modo inapropiado, me veo obligado a recaer la primera persona que había confinado al
prefacio). Desde que puse en circulación la primera edición, hace más de diez años, me
vi obligado a seguirlas en mis propios trabajos. Esto me permitió eliminar las
inconsistencias en que antes incurría y mejorar tanto la presentación como la
argumentación de cuanto escribo. Espero que resulten igualmente útiles a sus usuarios
(ya que no han sido pensadas para lectores que las lean del principio al final) y que
continúen los comentarios.
Bibliografía
La bibliografía sobre todos estos temas es muy abundante y debe consultarse para
resolver los problemas no tratados en estas páginas. Las recomendaciones que
anteceden han sido tomadas de los siguientes libros:
20
Chicago manual of style. 15ª ed. Chicago: University of Chicago Press, 2003. [Hay
ediciones anteriores, pero esta es la primera que incluye todo lo relacionado con el
uso de internet].
Eco, Umberto. Cómo se hace una tesis. Barcelona, Gedisa, 1982.
García Negroni, María Marta. El arte de escribir bien en español: manual de
corrección de estilo. Buenos Aires: Santiago Arcos, 2010.
Moliner, María. Diccionario de uso del español. 20ª reimp. Madrid: Gredos, 1997, 2
vol. [Hay ediciones posteriores].
Serafini, María Teresa. Cómo se escribe. Barcelona: Paidós, 1996.
Strunk, William, y E. B. White. The elements of style. 3ª ed. New York: Macmillan,
1979.
Turabian, Kate L. A manual for writers of term papers, theses, and dissertations. 5ª ed.
Chicago: University of Chicago Press, 1987.
Zubizarreta, Armando F. La aventura del trabajo intelectual: cómo estudiar e
investigar. México: Addison Wesley Longman, 1998.
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