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EL HORNO ALTO Nº2.

SAGUNTO (ESPAÑA): la memoria como elemento de


composición.

INTRODUCCIÓN

“(…) ya se ve el río, pero antes (…) ¡que espectáculo inesperado es el que se


ofrece a la vista! (…) ¿Es aquello el Grao de Sagunto, que conocimos siempre
solitario, con cuatro almacenes cerrados y un mísero baluarte, o es una gran
ciudad que surge de la tierra por arte de encantamiento, con buenos edificios,
talleres, fábricas, hornos, instalaciones eléctricas, ferrocarril, muelle marítimo
y numerosas gentes que por doquier pululan y trabajan? (…) Una artificial urbe
que se construye de pronto como si fuera de juguete (…); en verdad es Puerto
de Sagunto”

[Martínez Aloy, José, “Provincia de Valencia”, en Carreras y Candi, F (dir),


Geografía General del Reino de Valencia, Ed Alberto Martín. Barcelona, ca.
1925 (pp 50-51)]

A finales del s.XIX, los empresarios Ramón de la Sota y Eduardo Aznar arriendan para
su explotación las minas de Sierra Menera en Teruel. Puesto que el mineral estaba
destinado a la exportación, se estudiaron los trazados ferroviarios más favorables para
llevarlo hasta el mar, decidiéndose finalmente que el embarque del mineral se realizaría
en el término municipal de Sagunto, a 6 km del núcleo urbano, sobre terrenos
despoblados de uso agrícola, 1 km al sur de la desembocadura del río Palancia. A partir
de 1917, a la exportación de mineral se une la industria siderúrgica que mantuvo su
actividad hasta el año 1984. El origen y desarrollo urbano de Puerto de Sagunto, se
corresponde con el origen de las instalaciones de la industria minera y con el desarrollo
de la siderurgia: la primera a orillas del Mediterráneo.

Los ruidos, los humos, los olores –las molestias- de la industria minera y de la
siderurgia están aún en el recuerdo de muchos de sus actuales habitantes. Pero también
el recuerdo de un trabajo duro, a veces satisfactorio, donde se establecieron los lazos
sociales necesarios para que gentes procedentes de lugares lejanos, emprendieran la
tarea de fundar ‘una gran ciudad’ y hacerla prosperar.

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FIG1. En primer término el parque de minerales y la cabecera siderúrgica en funcionamiento;
detrás los trenes de laminado, a la derecha el caserío de Puerto de Sagunto, al fondo el casco
histórico de Sagunto. 1966 (Archivo AHM)

CIERRE Y DESMANTELAMIENTO DE LA CABECERA SIDERÚRGICA

En 1973, el futuro de la siderurgia saguntina, no podía ser más halagüeño: se preveía la


ampliación mediante la construcción de la gran IV Planta Siderúrgica Española en más
de 1000 Ha de terrenos agrícolas colindantes que fueron expropiados. El optimismo era
grande: planes urbanísticos, mejora de accesos, nuevo puerto,…

Por diversas razones de oportunidad sociopolíticas, diez años después se debatía su


cierre. Pese a la oposición de la población, en octubre de 1984 se consumó el cierre de
la cabecera siderúrgica y poco después, comienza su desmantelamiento. Del optimismo,
se pasó al desánimo y una vez perdida la batalla por la defensa de la actividad y el
trabajo que proporcionaba, muchos de los afectados se desentendieron del futuro de las
instalaciones, cuya presencia era percibida como símbolo de la derrota. Pero también se
alzaron voces contra la destrucción total. Con el proyecto del nuevo polígono industrial
que vendría a sustituir a la siderúrgica ya muy avanzado, se decidió la preservación de

2
algunos elementos de la factoría. Entre ellos, destaca el Horno Alto nº 2 (HA2) por su
poderosa imagen y su valor simbólico.

Totalmente descontextualizado, mutilado, salvado de ser dinamitado a última hora, el


HA2 se convirtió en el despojo más visible de una industria que durante sus años de
funcionamiento fue la única siderurgia integral española en el litoral mediterráneo 1.

FIG 2. El HA2 descontextualizado tras el desmantelamiento de la cabecera siderúrgica; detrás el


caserío de Puerto de Sagunto. 1991 (Archivo AHM)

Superado el rechazo inicial, comenzó a abrirse paso la idea de utilizar los restos tras el
desmantelamiento, para cicatrizar la herida de la derrota de 1984 y rehabilitarlos con la
intención de promocionar Puerto de Sagunto como enclave de un patrimonio industrial
singular. El HA2 sería el emblema de esta nueva empresa que aportaría riqueza al futuro
de la población.

1
Para profundizar en la historia y evolución de la industria minero-siderúrgica y del urbanismo del Puerto
de Sagunto, consultar:
GIRONA RUBIO, Manuel y VILA VICENTE, José: ARQUEOLOGÍA INDUSTRIAL EN
SAGUNTO; Ed Alfonso el Magnànim. València, 1991
MARTÍN MARTÍNEZ, José: URBANISMO Y ARQUITECTURA INDUSTRIAL EN PUERTO DE
SAGUNTO: Ed Caja de Ahorros de Sagunto. Valencia, 1990

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LA REHABILITACIÓN DEL HORNO ALTO Nº 2

En 1991, el Ayuntamiento encargó un estudio técnico para determinar el grado de


deterioro del horno y las acciones necesarias para su conservación. El estudio
contemplaba el desmantelamiento de sus plataformas y demás componentes auxiliares
que aún subsistían para mantener únicamente el crisol y la cuba, que se rellenaría de
hormigón para asegurar su estabilidad.

En 1995, la Conselleria de Cultura del Gobierno Valenciano, entendió que lo que se


proponía en este estudio no se ajustaba a lo pretendido, por lo que recomendó su
revisión y la redacción de un proyecto técnico que satisficiera la deseada relación entre
historia y futuro. En base al informe del Jefe de la Unidad Técnica de Arquitectura de la
Dirección General de Patrimonio, la Fundación de la Comunidad Valenciana para el
Patrimonio Industrial de Sagunto (creada en 1992 por el Gobierno Valenciano), nos
encargó en 1996 el Anteproyecto de Rehabilitación del Horno Alto nº 2 de Sagunto, con
cuya redacción comenzó nuestra relación con el HA2, que ha culminado en 2012 con la
concesión de uno de los Grand Prix Europa Nostra 2012 en la categoría de
Conservación.

En el momento del encargo, estaban recién inauguradas o en proceso de ejecución las


operaciones de reconversión de las siderurgias en desuso de la cuenca del Ruhr en
Alemania. Las intervenciones, planificadas antes de las posibles demoliciones, optaban
bien por la recalificación del suelo para nuevos usos, en los que se incorporaban partes
coherentes de los restos industriales, o bien por la creación de parques urbanos en los
que la naturaleza reconquistaría simbólicamente un entorno industrial cuyos elementos,
respetados en su mayoría, adquieren un valor fundamentalmente paisajístico.

En principio, la situación en que se encontraba el HA2, podría responder a la primera


opción. Pero nos encontramos ante un horno sin industria, privado de todos sus
elementos auxiliares (estufas, colector de polvo, casetón del skip,…) e incluso de
elementos propios del horno (plataformas en voladizo de los dos puentes-grúa
superiores, plano inclinado del skip, parte de la plataforma de colada,...); un artefacto
abandonado y oxidado, plantificado en una exigua rotonda de tráfico: una referencia a
un pasado clausurado, cuya lectura aludía al sentimiento de derrota que percibían los
partidarios de su demolición tras el desmantelamiento de la factoría.

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El objetivo de nuestro trabajo en el HA2 durante estos 15 años, ha consistido en
cambiar esta simbología mediante la ejecución de una capa de actualidad que sin caer en
una simplista narración de una historia hecha a base de fragmentos de recuerdos
literales, incorporara las transformaciones necesarias para ofrecer el espesor temporal
impreso en el emplazamiento [Marot, 2003. Cap 4], a posibles nuevas interpretaciones –
colectivas y/o individuales- que convirtieran el HA2 en el emblema de una nueva
empresa que aportara riqueza al futuro de Puerto de Sagunto. No se trataba de enfrentar
historia y futuro, sino de relacionarlos, de complementarlos utilizando la memoria como
elemento de composición para enlazar ambos conceptos. Con esta actitud, se pretendía
también la recuperación de la ‘memoria futura’, un oxímoron contrapuesto en ocasiones
y complementario en ésta, al usadísimo ‘memoria histórica’.

Los pormenores técnicos de los distintos proyectos técnicos elaborados durante estos
años y las vicisitudes económicas de la intermitente y dificultosa ejecución de las obras,
están al alcance del lector en diversos artículos 2. En éste, se describe el resultado final
con especial hincapié en los dispositivos proyectuales empleados para que fructificara el
diálogo historia-futuro.

Como ya se ha dicho, cuando se tomó la decisión de conservar lo que quedaba del HA2,
el proyecto de polígono industrial que sustituyó a la siderurgia estaba ya muy avanzado.
Sus redactores se limitaron a deformar una cercana rotonda de la red viaria para
incorporar los restos, ciñéndose tan estrictamente a lo visible que la cimentación quedó
por debajo del vial que transcurre por el este, con el consiguiente peligro de transmisión
de vibraciones provocadas por el esperado tráfico de vehículos pesados.

2
Revista Arché, número 3, año 2008: ‘Restoration of the Number 2 Blast Furnace at Sagunto: Restoring
vestiges of iron and steelwork’, editada por el Instituto de Restauración del Patrimonio de la Universidad
Politécnica de Valencia
Revista Braçal, número 25, año 2002: ‘Restauración del Horno Alto nº2 de Sagunto: La recuperación de
un resto siderúrgico’, editada por el Centre d’Estudis del Camp de Morvedre. Sagunt (València)
Revista Actividades, número de Abril-Mayo-Junio de 2002: ‘El Horno Alto n°2 en el Puerto de Sagunto’,
editada por la Direcció General de Promoció Cultural i Patrimoni Artístic de la Conselleria de Cultura,
Educació i Ciència de la G.V.

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FIG3. Planta de situación hacia 1999

El primer dispositivo, fue la ampliación de la rotonda hasta hacerla circular, de diámetro


igual al eje mayor del óvalo. Posteriormente se unió a la mediana para facilitar la
accesibilidad peatonal, pues la del tráfico rodado quedaba garantizada por la existencia
de sendas rotondas al norte y al sur del vial. El tramo de mediana que se extiende hacia
el norte y llega hasta las inmediaciones del núcleo urbano, se pretende convertir en un
paseo-museo al aire libre donde se ubicarán diversas piezas de arqueología industrial
propiedad de la Fundación. Junto al límite oeste del trazado del nuevo paseo-museo, se
ha reservado una plataforma para un trazado ferroviario, sobre el que una locomotora de
vapor –restaurada por la Fundación- rodeará el HA2 y transportará a los visitantes hasta
el futuro Museo de Arqueología Industrial, que se ubicará en una de las naves salvadas
del desmantelamiento.

Por otra parte, la urbanización del polígono industrial supuso el desplazamiento vertical
del plano del suelo; su red viaria se encuentra 1,5 m por encima de la antigua cota de
uso de la factoría demolida. La ampliación de la rotonda, permitió escavar una amplia
‘ventana arqueológica’ alrededor de los restos del HA2; su traza en espiral, se ajusta a la
impronta de la cimentación al sur y se amplía al norte para dejar sitio para la
reconstrucción de determinados elementos demolidos.

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FIG4. Rotonda en 1996 y estado actual, tras la ejecución del proyecto

El fondo de la ‘ventana’ reproduce la cota original de la factoría y su superficie se cubre


con escoria procedente del propio HA2. Sobre la escoria, se depositan las vías que
permitían el transporte de la producción del horno. Las vías desaparecen bajo el talud de
traviesas recicladas que salva el desnivel con la cota actual. El talud se remata con una
valla construida con raíles de ferrocarril –quizás laminados en la antigua factoría-, que
proyecta la ‘ventana’ hacia el cielo.

FIG5. El vallado de separación entre el presente y el pasado

La documentación gráfica –planos, fotografías, películas,…- del completo archivo de la


actividad industrial, custodiado por la Fundación, ha permitido reconstruir en la
‘ventana arqueológica’ algunos componentes del horno amputados durante el
desmantelamiento: plataforma de colada, canal de arrabio, puentes-grúa y plano
inclinado del skip de carga. Mediante este dispositivo, se recupera la silueta de artefacto
industrial, con la clara direccionalidad que presentaba en las fotografías históricas.

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FIG6. El HA2 en funcionamiento en 1974 (Archivo AHM), en 1996 al hacernos cargo del
proyecto y en 2010

Al ampliar la plataforma de colada se pudo reconstruir el pórtico vertical de apoyo del


plano inclinado del skip –que será adaptado para albergar un elevador- el primero de los
‘ascensores de la memoria’, dispositivos capaces de relacionar el pasado con el
presente, imprescindibles para dotar de espesor temporal a la intervención [Marot, 2008.
Pág 131 a 153]. En este caso, transportará al visitante desde la plaza de acceso al nivel
de la plataforma del tragante, en el interior de la ‘ventana arqueológica’. En este nivel,
el visitante puede examinar todos los mecanismos que componen la tolva del tragante.
Desde esta plataforma, se puede acceder sin dificultad hasta el nivel del primer puente-
grúa, un mirador a casi 40 metros del suelo, habilitado para la visita mediante un
entramado electrosoldado dispuesto como pavimento para no perder del todo la
transparencia original, y desde donde se puede contemplar la ciudad que la actividad del
HA2 hizo posible: Puerto de Sagunto

FIG7. Accesos a los ‘ascensores de la memoria’, en primer plano a la derecha, los pabellones;
al fondo a la izquierda el skip; entre ambos, piezas de la colección del museo al aire libre

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Un tramo del vallado que delimita la ‘ventana arqueológica’, se encuentra ocupado por
los pabellones de recepción y accesos, dos volúmenes prismáticos similares girados
alrededor del eje transversal que los ensarta. Este conjunto es el segundo ‘ascensor de la
memoria’ que permite el acceso desde la plaza que remata el paseo-museo, al interior de
la ‘ventana’. Desde la plaza, se entra primero al pabellón de recepción, un pequeño
auditorio donde explicar la historia de la siderurgia a partir de la exhaustiva información
que conserva la Fundación. En el segundo pabellón, el visitante, con la percepción
aumentada tras la información recibida, recupera el contacto visual con el HA2 –ahora
desde dentro de la ‘ventana’- y comienza a experimentar con los demás sentidos. Una
rampa-túnel –un tubo de chapas metálicas- permite una primera experiencia con los
sonidos y el tacto del hierro, y deposita al visitante en la cota del suelo original de la
siderurgia. Una senda habilitada sobre la escoria que recubre la superficie, permite al
visitante rodear la base del HA2 bajo la estructura de hormigón de la plataforma de
colada, con la coraza del crisol al fondo y los canales de recogida del agua de
refrigeración de la cuba; un ensanchamiento en la senda invita a detenerse a contemplar
los más de 60 m de altura del HA2 y el reconstruido canal de arrabio. Finalmente la
senda vuelve al pabellón de accesos y unas escaleras metálicas conducen al visitante a la
plataforma de colada.

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FIG8. Recorrido por la base de la ‘ventana arqueológica’

En esta plataforma se pueden apreciar los dispositivos de sangrado del HA2 (las
piqueras de arrabio y de escorias) y las toberas que descienden desde el tubo toro que
rodea al horno sobre las cabezas del visitante. Estas toberas avivaban el fuego
reintroduciendo los gases de la combustión filtrados por el colector de polvo y
recalentados por las estufas. El colector de polvo y las estufas ya no existen, pero su
presencia puede ser reconstruida por la imaginación, instruida tras la explicación en el
pabellón de recepción.

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FIG9. Plataforma de colada

Un nuevo dispositivo, depara una sorpresa a los visitantes de esta plataforma. Se han
practicado aperturas en la coraza del crisol que permiten acceder al interior del horno 3,
la enorme máquina ideada para reducir el mineral de hierro a arrabio, el corazón de la
siderurgia. Tras apartar las cortinas de eslabones metálicos que protegen alguna de sus
tres entradas, el visitante se encuentra sobre una plataforma metálica triangular, inscrita
en el perímetro del crisol. Una vez que la vista se acostumbra a la oscuridad, al alzar la
mirada se aprecia la tenue claridad que entra alrededor de la campana grande que a más
de 20 m, aseguraba el cierre del horno y que se ha dejado abierta. Poco a poco se puede
ir distinguiendo el ladrillo refractario que recubre interiormente la coraza de la cuba y
que erosionado por la violencia del proceso, deja a la vista la panza de las cajas de
refrigeración que ayudaban al revestimiento refractario para evitar que al calor fundiera
el acero de las corazas de la cuba y del crisol. A la altura de la vista y al alcance de la
mano, las grandes piezas de carbono que forran el crisol por su interior, pues aquí se
alcanzaban temperaturas cercanas a los 2000 oC, necesarias para la reacción química;
los restos de material adherido adquieren caprichosas formas. Bajo el emparrillado
electrosoldado que pavimenta la plataforma triangular, el lobo, fondo de arrabio que no
se sangraba y permitía que la combustión continuara colada tras colada. El interior del
HA2 es el testimonio arqueológico de su última campaña de funcionamiento, entre 1974
y 1984; en sus paredes se han conservado las huellas del proceso industrial de
producción de arrabio, materia prima del siguiente proceso de la siderurgia: la
aceración.

3
No nos consta que esta posibilidad exista en intervenciones en otros hornos altos

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FIG10. Interior HA2: plataforma triangular (© Mariela Apollonio); vista hacia la campana grande

Desde la plataforma de colada, subiendo por las mismas escaleras que utilizaron los
trabajadores durante los años de servicio del HA2, se pueden recorrer el resto de
plataformas. El visitante podrá comprobar la disposición de las cajas de refrigeración
intuidas desde el interior, la disposición de las cuatro salidas de las chimeneas que
recogían los gases de la combustión para reconducirlos de nuevo al interior del horno
desde el tubo toro y otras muchas cosas dependiendo de su curiosidad. Así, hasta llegar
a la plataforma del tragante, ya descrita en un párrafo anterior.

Aprovechando la existencia en los archivos de una foto en color del HA2 el día de la
inauguración de su última reconstrucción en 1974 –dispuesto a una nueva (y última)
campaña de producción- la quinta decisión del proyecto consistió en protegerlo frente a
la corrosión mediante un esquema de pintura cuya capa de acabado reprodujera aquellos
colores, como si estuviera dispuesto a entrar de nuevo en funcionamiento. Algunos de
los posibles visitantes que vivieron aquel momento, recordarán la esperanza de diez
años más de trabajo y prosperidad. La rehabilitación del HA2 pretende ser un símbolo
optimista para una ciudad levantada de la nada gracias al esfuerzo de sus antepasados;
una ilusión colectiva ligada a una gran empresa que proporcionó puestos de trabajo
directos e indirectos y que formó a unos profesionales con un alto nivel de
especialización en el sector, capaces de construir y manejar máquinas
extraordinariamente complejas. El HA2, una vez cicatrizada la herida de la batalla

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perdida, está de nuevo a punto para funcionar como emblema de la nueva empresa que
convierta Puerto de Sagunto en referencia de un patrimonio industrial singular.

FIG11. Selección de colores de la carta RAL para reproducir los existentes en la reconstrucción
de 1974

CONCLUSIONES

Los 16 años de duración del intermitente proceso de ejecución de la obra,


proporcionaron el tiempo necesario (algo tan escaso en la arquitectura contemporánea)
para la observación y las ideas; para la reflexión. No fue fácil. Promotores,
constructores, propietarios y arquitectos discutimos muchísimo para encontrar la manera
de evidenciar aquellos estratos de la memoria, cuya interpretación sociológica
(colectiva) se pretendía optimista y que a la vez, posibilitara numerosas interpretaciones
individuales.

13
La memoria individual o psíquica y la memoria colectiva o sociológica están impresas
en el territorio. Esta memoria se apoya en imágenes espaciales, por lo que el espacio
que ocupamos y paseamos a menudo, el que podemos reconstruir con nuestra
imaginación, es para la memoria como una imagen inmóvil del tiempo [Halbwachs,
2004. Pág. 144]. Pero esta imagen en apariencia plana, en realidad se asemeja a un
palimpsesto en el que determinados dispositivos pueden hacer accesibles estados
anteriores que al manifestarse al espectador a través de sus propios recuerdos,
convierten el territorio en un lugar con espesor temporal [Marot, 2003. Cap 4]. Este
espesor temporal, se puede manipular mediante oportunas transformaciones que
estimulen nuevas interpretaciones que produzcan nuevos recuerdos vinculados a un
futuro deseado. Nuestro trabajo en el HA2 utiliza la memoria como elemento de
composición de una nueva capa de actualidad que al añadirse al palimpsesto, pretende
mudar el territorio desolado en un ‘emplazamiento memorativo’, cuyo significado se
inserte en el continuum de la cultura en Puerto de Sagunto, de forma que su lectura
estimule el diálogo historia-futuro; una lectura que active tanto la ‘memoria histórica’
como la ‘memoria futura’.

FIG12. El HA2 en 2011 (© Mariela Apollonio

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REFERENCIAS

MAROT, Sèbastien: SUBURBANISMO Y EL ARTE DE LA MEMORIA [2003]; Ed


Gustavo Gili. Barcelona, 2006.

HALBWACHS, Maurice: LA MEMORIA COLECTIVA [1950]; Prensa Universitaria de


Zaragoza, Zaragoza, 2004.

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