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de los Aneurismas Intracraneales
Dr. Boris Zurita Cueva, Dr. Jaime Velásquez Tapia
Resumen
Los autores realizan un análisis del manejo microquirúrgico de los aneurismas intracraneales operados en
los últimos catorce años, correlacionando esta experiencia con el advenimiento de la cirugía endovascular.
Se realiza una breve revisión de la literatura actual.
Los autores recomiendan que estas lesiones debieran ser manejadas, lo más pronto posible, con clipaje
microquirúrgico o endovascularmente. Los mejores resultados en el clipaje se dan en pacientes jóvenes
con buen nivel neurológico, sin déficits secundarios a isquemia hemisférica, en aneurismas de menos de
10 mm, de circulación anterior, saculares, sin evidencia de vasoespasmo radiológico (angiografía cerebral,
doppler transcraneal). El tratamiento endovascular estaría recomendado en pacientes con mal nivel
neurológico, mal estado general, en aneurismas de la circulación posterior y como tratamiento
complementario al clipaje definitivo, sobre todo en aneurismas grandes y complejos.
Palabras Clave: Aneurismas Cerebrales, Clipaje Microquirúrgico, Tratamiento Endovascular.
Abstract
A correlation between the authors´s surgical experience clipping brain aneurysms and current endovascular
techniques is made.
The authors recommend early repair of aneurysms micro surgically or endo vascularly. Best results in
microsurgical treatment are possible in young patients with small anterior circulation aneurysms operated in
good clinical grade, without evidence of clinical or radiological vasospasm. The endovascular treatment is
recommended in poor grade patients, elderly people, and as a complementary mean in the management of
giant and complex aneurysms.
Key Words: Brain aneurysms, Surgical clipping, Endovascular Treatment.
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Introducción
La cirugía moderna de los aneurismas intracraneales comenzó con el advenimiento de la microcirugía y la
producción de microclips en los años 60. Las últimas cuatro décadas han sido de avances en los cuidados
críticos, neuroanestesia, técnicas microquirúrgicas y tecnología en la producción de clips, que
dramáticamente aumentaron la seguridad y eficacia del tratamiento neuroquirúrgico.
El clipaje microquirúgico es considerado el estándar de oro en la oclusión de los aneurismas
intracraneales; décadas de experiencia han demostrado que la mayoría de aneurismas pueden ser curados
por este método.7 Sin embargo, en el año 1990, la aparición del espiral de Gugliemi cambió la historia del
tratamiento de los aneurismas; varias series clínicas han demostrado la baja morbi ortalidad con técnicas
endovasculares, haciendo de estas una alternativa real y atractiva al clipaje microquirúrgico. El propósito
de este artículo es revisar los diversos estudios y experiencia de la literatura en ambos métodos, junto con
la experiencia personal de 14 años en la microcirugía de aneurismas intracraneales, para lograr un
consenso en las indicaciones prácticas y reales, con el único propósito del beneficio a los pacientes que
padecen esta terrible enfermedad.
¿Cuáles son los requerimientos principales para lograr el éxito en un clipaje microquirúrgico?
Dependen de factores ligados a dos personajes: el cirujano y el paciente, obviamente. Analizaremos uno a
uno estos factores.
1. Experiencia del equipo quirúrgico y de neurointensivo
Existe una curva de aprendizaje muy empinada en el clipaje microquirúrgico de un aneurisma. La
adquisición de niveles altos de eficiencia técnica y seguridad requieren años de experiencia dedicada a
esta patología. Esta cirugía, una de las más complejas en neurocirugía, requiere de un neurocirujano
calificado, senior (más de 10 años de experiencia), cuyo centro de trabajo reúna los suficientes casos por
año. Los cirujanos jóvenes que quisieran dedicarse a esta cirugía deberían primero operar con un tutor
experto por varios años luego de terminar su especialidad antes de lidiar quirúrgicamente con esta
patología. En este sentido, Yasargil hace un comentario muy válido: “La experiencia quirúrgica en
aneurismas intracraneales se logra operando los primeros 100 a 200 casos. Más allá de este nivel, dudo
que la destreza quirúrgica conlleve a una reducción significativa en la mortalidad y morbilidad. Lo más
importante es, que cuanto más experiencia se tiene, mejor la selección de los pacientes a ser sometidos a
cirugía”.23
Un cirujano experto sabe que los requerimientos absolutos para un buen clipaje son: un cerebro colapsado,
presencia de cisternas amplias, no evidencia de vasoespasmo, buena autorregulación hemodinámica. Esto
lo logra con diuréticos intraoperatorios, drenaje lumbar, punción ventricular, selección del mejor abordaje
que permita máxima exposición, drenaje de cisternas , navegación cisternal y no retracción cerebral,
utilización de nimodipina o papaverina intraoperatoria; evitar, en lo posible, los clipajes temporales, y si los
utiliza, hacerlo en períodos de máximo 3 minutos.
2. Factores dependientes del Paciente
2. 1. Grado clínico del paciente
Uno de los factores más importantes para el pronóstico de un sangrado subaracnoideo por aneurisma roto
es el nivel de conciencia. Diversas escalas han sido utilizadas y se ha descubierto que el factor pronóstico
más importante es el nivel de conciencia y la presencia de déficits neurológicos que impliquen
vasoespasmo cerebral, como lo son los déficits motores.
Las diferencias entre los grados 1 y 2 de las escalas de Hunt y Hess y de Botterell, tienen que ver con
signos meníngeos los cuales no tienen valor pronóstico y, por lo tanto, no existen diferencias entre ambos
grados.
Yasargil agrega una subdivisión a la escala de Hunt a todos los grados: la presencia de un déficit
hemisférico motor como índice clínico de vasoespasmo cerebral. Estos factores sí son pronósticos.
En resumen, solo se debería operar en fase aguda los pacientes en Glasgow de 15 sin déficits motores
debidos a vasoespasmo, independientemente a la escala que se utilice. En los pacientes con buen grado
clínico, el clipaje está asociado con un mejor pronóstico y menor mortalidad intrahospitalaria. 14 Si los
pacientes están en altos grados clínicos de hemorragia subaracnoidea, tienen alto riesgo, la embolización
con coils ha permitido que estos pacientes puedan ser tratados por una técnica que otorga protección
contra el resangrado (“Dome Protection”) con menos riesgo en comparación a la cirugía abierta.7,14
2. 2. Edad del paciente
El tratamiento conservador en pacientes ancianos, luego de una ruptura aneurismática, está asociado con
mal pronóstico. Solo 20% de los pacientes tratados conservadoramente están vivos a los 5 años, gran
parte de ellos debido a resangrados. El mal pronóstico aumenta signifi cativamente en pacientes de más
de 80 años; la mayoría de estos muere dentro de los primeros tres meses de la hemorragia subaracnoidea.
Tratamientos como los antifibrinolíticos para reducir el resangrado, no son de éxito enlos pacientes
ancianos y pueden contribuir a un aumento en la mortalidad; a diferencia de los jóvenes, en quienes se
recomienda tratamiento lo más temprano posible, ya que el pronóstico sin tratamiento es bastante malo. En
estos pacientes, es recomendable el tratamiento endovascular, sobre todo si el estado general del paciente
es malo.
3. Timing de la cirugía
Durante mucho tiempo, existió debate sobre el momento ideal para clipar un aneurisma. Uno de los
primeros trabajos fue el realizado por Norlen y Olivecrona en el año 1953.12 Ellos compararon dos grupos
de pacientes: a los del primer grupo los operaron antes de los 15 días del sangrado y al otro grupo, 15días
después. La mortalidad del primer grupo estaba por encima del 50 %, y la del segundo en menos del 5%.
Posteriormente vinieron trabajos que pregonaban la cirugía temprana, aduciendo reducir el número de
muertes durante el período de espera que rodea el 30%. Los resultados fueron alentadores.18,19 En la
década de los 80, la escuela japonesa comenzó a operar tempranamente aneurismas en todos los grados;
sus resultados fueron mejores que la historia natural de la enfermedad. Los neurocirujanos de todo el
mundo comenzaron a operar con esa tendencia. Pero poco a poco, se dieron cuenta de que la mayoría de
enfermos empeoraba o moría,5,6 probablemente porque el cerebro no estaba autorregulado
hemodinámicamente y cualquier cambio tensional arterial era fatal para mantener una perfusión cerebral
adecuada, lo que se asociaba con infartos.
Kassel comenzó el estudio comparativo ramdomizado internacional que demostró que la cirugía tardía,
realizada 15 días después del sangrado, daba mejores resultados que la cirugía temprana, pero ésta solo
era recomendada en ciertos pacientes con buen estado neurológico.
Los americanos realizaron otro estudio obteniendo cifras de sus hospitales, que estaban en el estudio
cooperativo, y concluyeron que se podía operar con éxito dentro de los 10 días del sangrado, aduciendo
que esto era debido a una mejor infraestructura y un mejor manejo postoperatorio de sus unidades
hospitalarias.8
Tuvieron que pasar 30 años para darle nuevamente la razón a Norlen y Olivecrona, en que los mejores
resultados se producen operando a los pacientes luego de los 15 días del sangrado inicial.11
Todo aneurisma debe ser reparado lo más pronto posible. Si un paciente está consciente, tiene buen grado
neurológico y presenta un aneurisma sacular de circulación anterior pequeño, se le debe ofrecer una
curación definitiva con clipaje microquirúrgico. Por otro lado, si las condiciones del paciente no son buenas,
con un Glasgow de 14 o menos y tiene signos de isquemia hemisférica por vasoespasmo, debe ser
embolizado con coils tratando de reparar definitivamente el aneurisma. De los 15 a 21días o cuando mejore
la situación clínica del paciente se debe repetir el estudio angiográfico, y si existe un remanente, se debe
tratar de reembolizar o decidir un clipaje definitivo microquirúrgico.22 De este modo, convertimos una
situación urgente en una situación estable, dándole tiempo al cerebro que regularice sus condiciones
hemodinámicas. Esta terapia sirve para mejorar el estado neurológico preoperatorio del paciente,
permitiendo a los aneurismas ser clipados fácilmente en diferido. Excepción a esto, son los pacientes en
mal estado neurológico debido al efecto de masa producido por un hematoma intraparenquimatoso
cerebral secundario a la ruptura de un aneurisma. Estos pacientes deben ser operados de urgencia
evacuando el hematoma, dejando una craneotomía descompresiva y clipando el aneurisma. Se ha
demostrado una sobrevida mayor en estos pacientes, al ser intervenidos quirúrgicamente, en comparación
con el tratamiento médico conservador. 15, 17,20
4. Forma, Tamaño y Complejidad de la Lesión
Todos los aneurismas de más de 10 mm, fusiformes, con cuellos grandes, complejos multilobulados, en
forma de ampollas (Blister–like aneurysms), son primariamente de tratamiento quirúrgico y, en ocasiones,
de tratamiento combinado endovascular y microquirúrgico. La filosofía de tratar parcialmente aneurismas
grandes y gigantes con coils y luego clipar el aneurisma en un estadio diferido, permite a los pacientes
neurológicamente deteriorados, darles tiempo para que se recuperen.
Esta estrategia ofrece la mejor oportunidad a los pacientes críticos a sobrevivivir hasta que llegue el
tratamiento definitivo microquirúrgico9, 10,21 (Figuras 1, 1a y 1b).
7. Localización
La accesibilidad quirúrgica de un aneurisma es el factor más importante en predecir el fracaso
postoperatorio en pacientes que son sometidos a clipaje microquirúrgico (Figuras 3 y 3a). Diferente al
tratamiento microquirúrgico, el tratamiento endovascular es menos dependiente de la localización del
aneurisma, pero sí de la morfología de la lesión.
Figuras 3 y 3a: Aneurisma típico de carótida supraclinoidea en el segmento comunicante posterior,
reparado con éxito. Estos pacientes son candidatos
a clipaje microquirúrgico y curación definitiva.
Los aneurismas del tope de la basilar son más fáciles de cateterizar debido a su orientación en la misma
dirección del flujo sanguíneo, pero son técnicamente un reto al ser tratados micro uirúrgicamente, debido a
su localización profunda y su relación íntima de las arterias talamoperforantes.
Lempert y colaboradores reportaron una morbilidad de 2.8% y una mortalidad, relativa al procedimiento, de
0% en 109 pacientes con aneurismas de circulación posterior tratados con coils, con una recanalización de
22.4% y con un seguimiento angiográfico de 7.1 meses. En un estudio retrospectivo comparativo, el
tratamiento endovascular demostró un rango de 50% entre morbimortalidad micro uirúrgica comparada
con un 10% del tratamiento endovascular en aneurismas rotos y no rotos del tope de la basilar. La cirugía
de los aneurismas de circulación posterior está asociada a un riesgo quirúrgico superior debido a su
accesibilidad. Todos los aneurismas de circulación posterior deben ser primariamente embolizados.
En los aneurismas de la bifurcación de la arteria cerebral media, la anatomía de la región pone al cirujano
endovascular ante un reto y la mayoría no son indicativos de coils. Un estudio prospectivo de
embolizaciones de aneurismas de cerebral media rotos encontró que estaban asociados a peor pronóstico
comparado con aneurismas embolizados en otras localizaciones de la circulación anterior. Esto se debe a
que poseen bases anchas que incorporan parcialmente el origen de las ramas del segmento M1. Estas
características aumentan el riesgo de complicaciones isquémicas propias de la embolización; por lo tanto,
estos aneurismas deben ser clipados. (Figura 4)
Figura 4: Aneurisma típico de bifurcación de Figura 4a: Se necesitó crear un nuevo
arteria cerebral media con cuello ancho, los cuello con coagulación bipolar y luego
dos segmentos M2 salen directamente de él. clipaje definitivo.
Los aneurismas pequeños de arteria comunicante anterior de menos de 4 mm deben ser clipados, ya que
están relacionados frecuentemente a perforación y ruptura durante el procedimiento endovascular;
además, el ángulo agudo entre carótida y el segmento A1 es de difícil manejo con el catéter, sobre todo en
aneurismas pequeños. En cambio, aneurismas en posición posteroinferior, poseen un riesgo quirúrgico
mayor y deben ser embolizados.1, 15,16
Conclusión
El éxito en el tratamiento de los aneurismas intracraneales depende de la experiencia del equipo médico en
la decisión del timing quirúrgico, el manejo intraoperatorio quirúrgico, anestésico, y el manejo
neurointensivo.
Los mejores resultados se dan en pacientes con aneurismas de carótida interna, cerebral media y
aneurismas del segmento comunicante anterior con proyección anterior, saculares únicos, y con buen nivel
neurológico de ingreso (Figura 1)
Los grados 1 y 2a deben ser operados antes de los tres días del sangrado. El coiling estaría reservado
para pacientes con mal nivel neurológico, de circulación posterior. Si no pueden ser curados por este
método, pasarían a ser clipados en diferido cuando el cerebro esté recuperado del daño inicial.
El tratamiento combinado también estaría indicado en aneurismas complejos y gigantes. Los tratamientos
combinados incluyen una protección de la cúpula aneurismática durante la fase aguda, seguidos por un
potencial tratamiento microquirúrgico en un momento óptimo, cuando el edema, vasoespasmo y disfunción
multisistémica se hayan resuelto.21 Combinando estos dos tratamientos se puede diseñar un plan de
batalla ideal, con un mínimo de daño colateral.13
El tratamiento óptimo no está en polemizar el escoger entre coiling o clipaje, sino en utilizar estas dos
armas en contra de nuestro mayor enemigo: el aneurisma.
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