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FELIZ APUESTA CONTEMPORÁNEA

Reportaje gráfico: Teatro de La Maestranza / Guillermo MENDO


Teatro de La Maestranza
Krenek EL DICTADOR / Ullmann EL emperador de la atlántida
Martin Gantner, Natalia Labourdette, Vicente Ombuena, Nicola Beller Carbone, David Lagares,
Sava Vemic, José Luis Sola. Dirección: Pedro Halffter. Dirección de escena: Rafael R. Villalobos /

S
Gustavo Tambascio. 4 de diciembre

on aventuras operísticas como esta las que justifican en grado sumo la nece-
sidad de extender el proyecto que Pedro Halffter continúa teniendo para el
Teatro de La Maestranza y que tiene visos de ser cercenado para pasar a un
territorio igualmente desconocido y, probablemente, no mucho mas ventu-
roso que el actual (mírese la deriva programativa de la Sinfónica de Sevilla
tras la marcha del madrileño y se entenderá la cuestión).
La partitura de Der Diktator puede no estar entre lo más interesante de Kre-
nek –del que urge conocer en España sus sinfonías y su imponente ópera
Karl V–, pero no es en absoluto desdeñable. Se trata de música de una aus-
teridad expresiva muy oportuna, que recuerda a Hindemith con menor gra-
do aun de implicación emocional. Fue defendida de forma admirable por todos, desde luego
por un Martin Gantner de voz autoritaria y fraseo incisivo, también con una presencia escénica
abrumadora. La soprano Natalia Labourdette mostró un canto brillante, de gran proyección, y
muy natural. Nicola Beller Carbone tuvo una actuación más mate, acaso de ribetes más popu- El director del Maestranza, Pedro Halffter,
apostó por la contemporaneidad
lares, sin atisbo de afectación. Correcto siempre el tenor Vicente Ombuena.
que se puede apreciar en ambas imágenes
Y... ¡Por fin, el teatro! Ha tenido que venir un joven dramaturgo sevillano –de carrera inter-
con el programa doble formado por
nacional y compromiso lírico en títulos que van de Purcell a Sciarrino– para que el público El dictador y El emperador de la Atlántida
pueda sintonizar con lo que ve y se pueda sentir interpelado por lo que pasa en escena. Rafael
R. Villalobos pergeñó un escenario sencillo, vodevilesco, protagonizado por un dictador histrió-
nico caracterizado como Donald Trump. La restallante iluminación, el atrezo años 80 y la exce-
lente dirección de actores –con alguna licencia performativa– redondeó la función. Solo cabe
desear que la presencia de este director de escena sea recurrente en el futuro del Maestranza.
La Sinfónica sevillana, tras una lectura agria y radicalmente expresionista de Krenek,
engarzó luego con un profundamente oscuro y desolador Adagio in memoriam Ana Frank de
Pedro Halffter a partir de la Sonata Nº 7 de Ullmann. La imaginería barroca y fantasiosa de
Gustavo Tambascio para El emperador de La Atlántida supuso un gran contraste al que los
espectadores tuvieron que acostumbrarse,
aunque este fuera uno de los últimos y más
notables trabajos del regista argentino. En lo
vocal cabe insistir en lo apreciado anterior-
mente sobre Gantner, Ombuena, Labourdette
y Beller Carbone, añadiendo ahora la voz bien
matizada del bajo Sava Vemic, la contunden-
cia de David Lagares y el siempre buen hacer
de José Luis Sola.
Mucho se ha escrito a favor y en contra
sobre la orquestación de Halffter de la obra de
Ullmann. Lo cierto es que la versión supuesta-
mente escolástica que fijó en disco Lothar
Zagrosek dista mucho de hacer justicia a un
título de azarosa y desdichada composición.
Solo en el modo en el que ahora se presenta se
alcanza a comprender la necesidad y la vigen-
cia de una obra que, sencillamente por su
emocionante cuarteto final, ya justifica toda
la audición. Pero además, la nueva armazón
sinfónica no desdeña pasajes instrumentales
que conectan con sus más mundanas y agres-
tes raíces. La Sinfónica brindó una recreación
modernista, de mahlerianas proporciones y
contrastes acusados. * Ismael G. CABRAL

Ópera Actual 67

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