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INTRODUCCIÓN
Una de las historias más conocida de la Biblia es la historia de José.
Y es que su desarrollo se asemeja muy bien a una película. Tiene
una trama que resulta extraordinaria, digna de una película
taquillera. Es la historia de un joven odiado por sus hermanos
mayores, y a causa de ello, fue vendido como un esclavo. Y si esto
fuera triste, lo más terrible es que fue encarcelado injustamente,
por no aceptar las provocaciones de la esposa de Potifar, y
condenado por eso, a vivir privado de su libertad. Y así, después de
tantas penurias, finalmente llegó a ser un hombre importante,
segundo en poder en el reino egipcio. Y solo el Faraón era más
importante que José. Pero, ¿era necesario pasar por todas esas
tribulaciones para ser el segundo después del Faraón? ¿Quiere
decir qué debemos sufrir para lograr nuestros sueños y planes?
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oportunidad. Hoy puedes tener la seguridad de que no todo está
perdido, hay una nueva oportunidad para ti.
Aplicación:
¿Qué planes tienes? ¿Estás persiguiendo proyectos y metas
personales que has construido con tanto añoro? Hoy debes saber
que tus planes pueden ser buenos, excelentes, pero no son los
mejores. Trabajas mucho, luchas y luchas pero no logras nada
bueno. Hoy Dios te dice: “No corras tras tus propios planes. Yo
tengo planes mejores y buenos”.
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tenía un cariño especial por José. La Biblia dice que Jacob le amaba
mucho.
Aplicación:
Todos los nacimientos son un milagro de Dios. Tú no naciste por
casualidad. Es posible que en algún momento de tu vida hayas
sentido que no hay un plan para tu vida, hoy puedes tener la
seguridad de que Dios tiene un plan para ti. No importa cómo haya
sido tu nacimiento, quiénes hayan sido tus padres, tu nacimiento
fue un milagro porque Dios tiene un plan para ti. Solo tienes que
descubrirlo.
Sin embargo, la Biblia dice que Dios le mostró en sueños los planes
grandes para él. En dos sueños, José ve la manera extraordinaria en
que Dios quiere dirigir su vida. Los sueños eran de Dios. No eran
invención de José. Era Dios quien le había mostrado a José qué
planes y sueños tenía para él. Lamentablemente José, emocionado
por su juventud, por su inexperiencia y su vanidad, le contó sus
sueños a sus hermanos y a su padre.
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su sueño y hasta Jacob, que siempre le consentía, vio que lo que
había hecho José no era nada atinado pues le reprendió diciendo:
“¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre
y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?” (Génesis 37:10). José
se encargó de que sus hermanos le odiaran aún más y le tuvieran
envidia lo que finalmente los llevó a venderlo (Génesis 37:11, 19).
Aplicación:
Dios tiene los mejores planes para sus hijos. Y es que Dios nos ama
mucho y quiere siempre lo mejor para nosotros. Sin embargo,
muchas veces somos nosotros los que arruinamos los planes de
Dios. José nos enseña que por nuestra juventud, nuestra
inexperiencia y vanidad y hasta actitud engreída podemos malograr
los planes de Dios. ¿Qué necesidad tenía José para contar esos
sueños tan extraordinarios a sus hermanos si él sabía que sus
hermanos tendrían más envidia y odio? Pero así pasa muchas
veces. Estoy hablando para alguien que arruinó su vida por su
juventud. Tu juventud, tu inexperiencia hizo meterte en problemas.
Y por ello perdiste la oportunidad de ser feliz. De cumplir tus metas
y sueños, esas metas y sueños de Dios.
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pesar de todo, Dios te bendice. Te cuida, cuida a tus hijos. ¿Eres
alguien que por tus mismas decisiones hoy estás viviendo los días
más tristes de tu vida? ¿Estás esclavizado por los vicios, las deudas,
los problemas en casa y hasta enfermedades? ¿No puedes liberarte
de las situaciones complicadas que aquejan tu vida? Tienes que
saber que Dios siempre está contigo (Génesis 39:5).
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Aplicación:
No hay lugar difícil de donde Dios no puede sacarte. ¿Estás en la
cárcel de las deudas? ¿Haces todo lo que está en tus manos y no
puedes salir de los problemas con tu esposo o con tu esposa? ¿Tus
hijos no están bien y ni el psicólogo puede darte un consejo
certero? Solo Dios puede hacer lo que es imposible para el hombre.
No importa cuántos años hayan pasado. No importa donde estés
ahora. Dios quiere darte una nueva oportunidad.
CONCLUSIÓN
No importa si fue por tu culpa o por culpa de otros que hoy vives
así. Es posible que por la envidia y el odio de tus amigos, familiares
y jefes hoy estés viviendo así. Pero hoy, tú puedes tener la
seguridad de que Dios te da una nueva oportunidad para cumplir
tus metas y sueños. Esos sueños que él puso en tu corazón y que
por algún motivo no se pudieron concretizar. Puedo ver a José
llorando cada noche en la soledad. Arrepintiéndose quizás de haber
contado sus sueños a las personas equivocadas. Pero era joven, su
juventud le llevó a ser un tanto engreído y ahora miraba con
tristeza. Sin embargo, eso le ayudó a reflexionar y a madurar, y hoy,
aunque en la cárcel tenía la seguridad de que Dios le ayudaría.
¿Cómo? No lo sabía y quizás ni lo esperaba. Y ahí en medio de
cadenas y suciedad, Dios lo llamó. Lo sacó de la cárcel, le hizo libre
y bendecido en abundancia. Esta historia parece increíble.
Simplemente una película hollywoodense, pero no, es una historia
real. Como tu historia y la mía.
Llamado:
José puede representar a aquellos que de jóvenes perdieron la
oportunidad de ser felices y de cumplir sus sueños. Caminas por la
vida pensando que todo está perdido. Te has resignado a vivir así.
No vives la vida que pensaste de niño. No estás trabajando en el
trabajo ni la profesión que siempre soñaste. No tienes el
matrimonio que te soñaste. Pero hoy, Dios te dice: Hijo, ya pasó.
No sigas llorando más, sufriendo por lo que pasó y perdiste. Hoy te
doy una nueva oportunidad.
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José fue nombrado como virrey o como el segundo en poder
después del Faraón egipcio. Y Dios quiere hoy darte mucho más de
lo que te imaginas. Solo debes buscarlo, debes ir a Jesús. Nadie más,
solo Dios puede darte una nueva oportunidad. Puede abrir las
puertas que se te han cerrado por años. Solo Dios puede darte una
vida nueva. Hoy es el día. Ven a Jesús, no tengas miedo. Ven al
frente y entrégale tu corazón a Jesús. Él te ofrece una nueva
oportunidad.
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