You are on page 1of 12

Página |1

La estructura del ADN: descubrimiento y polémica


Rosalind Franklin
Nacida en 1920 en Londres, Rosalind Franklin obtuvo un doctorado en físico-química
de la Universidad de Cambridge. Aprendió cristalografía y difracción de rayos x,
técnicas que aplica a las fibras de ADN. Una de sus fotografías proporcionó ideas
claves acerca de la estructura del ADN. Otros científicos la utilizaron como base para
su modelo de ADN y tomaron el crédito por el descubrimiento. Franklin murió de
cáncer de ovario en 1958, a los 37 años.
Primeros años
Rosalind Elsie Franklin nació en una influyente familia judía el 25 de julio de 1920,
en Notting Hill, Londres, Inglaterra. Ella exhibió una inteligencia excepcional desde la
primera infancia, sabiendo de la edad de 15 años que quería ser un científico.
Recibió su educación en varias escuelas, incluyendo North London Collegiate School,
donde destacó en la ciencia, entre otras cosas.
En 1938 Rosalind Franklin se matriculó en Newnham College, Cambridge, y estudió
química. En 1941, recibió honores de segunda clase en su final, lo que se aceptaba
como una licenciatura en aquel momento. Se fue a trabajar como oficial ayudante
de investigación en la British Coal Utilisation Research Association, donde estudió la
porosidad del carbón, obra que fue la base de su tesis de doctorado de 1945 "La fisicoquímica de coloides orgánicos
sólidos con especial referencia al carbón".
En el otoño de 1946, Franklin fue nombrada en el Laboratoire Central des
Services Chimiques de l ' Etat en París, donde trabajó con el cristalógrafo
Jacques Mering. Él le enseñó la difracción de rayos x, que jugaría en gran
parte en su descubrimiento de "el secreto de la vida" — la estructura del
ADN. Además, Franklin fue pionera en el uso de rayos x para crear imágenes
de sólidos cristalizados en el análisis de materia compleja, desorganizada, no
sólo los monocristales.
Los descubrimientos científicos y crédito controversia
En enero de 1951, Franklin comenzó a trabajar como investigadora asociada
en el King College de Londres en la unidad de biofísica, donde director John
Randall usaba sus conocimientos y técnicas de difracción de rayos x
(principalmente de proteínas y lípidos en solución) en el análisis de las fibras
de ADN. Al estudiar la estructura del ADN con difracción de rayos x, Franklin
y su estudiante Raymond Gosling hicieron un descubrimiento sorprendente:
tomaron fotografías del ADN y descubrió que había dos formas, una forma
seca "A" y una forma húmeda "B". Uno de sus fotos de difracción de rayos x de la forma "B" de ADN, conocida como
fotografía 51, llegó a ser famosa como evidencia crítica en la identificación de la estructura del ADN. La foto fue
adquirida a través de 100 horas de exposición con una máquina que Franklin misma había refinado.
John Desmond Bernal, uno de los más conocidos y polémicos científicos del Reino Unido y pionero en cristalografía
de rayos x, habló muy bien de Franklin a la hora de su muerte en 1958. Dijo que la señorita Franklin se distinguía por
la extrema claridad y perfección en todo lo que realizó como científica. "Sus fotografías están entre las más bellas
fotografías rayos x de cualquier sustancia que se hayan tomado. Su excelencia fue el fruto
de mucho cuidado en la preparación y montaje de las muestras, así como en la toma de
las fotografías".
A pesar de su ética de trabajo prudente y diligente, Franklin tenía un conflicto de
personalidad con su colega Maurice Wilkins, que acabaría por costarle enormemente. En
enero de 1953, Wilkins cambió el curso de la historia de ADN al revelar sin su permiso o
conocimiento la foto 51 a su competidor, el científico James Watson, quien estaba
trabajando en su propio modelo de ADN con Francis Crick en Cambridge.
Al ver la fotografía, Watson dijo: "mi mandíbula cayó abierta y mi pulso se aceleró," según
reveló Brenda Maddox, quien en 2002 escribió un libro sobre Franklin titulado Rosalind
Franklin: la dama oscura del ADN.
Los dos científicos en realidad usaron lo que vieron en la foto 51 como base de su famoso modelo del ADN, que
publicaron el 07 de marzo de 1953, y por el que recibieron el Premio Nobel en 1962. Crick y Watson también se
quedaron con todos los créditos del hallazgo: al publicar su modelo en la revista Nature en abril de 1953, incluyeron
una nota reconociendo que eran estimulados por el aporte inédito de un conocimiento general por parte de Franklin
y Wilkins, cuando de hecho, gran parte de su trabajo se basaba en resultados y foto de Franklin. Randall y el director
del laboratorio de Cambridge llegaron a un acuerdo, y ambos Wilkins y Franklin publicaron artículos segundo y
tercero en el mismo número de Nature. Aun así, parecía que sus artículos simplemente estaban apoyando a Crick y
Watson.
Según dijo Maddox en una entrevista de NPR de octubre de 2002, Franklin no sabía que estos hombres habían
basado su artículo en Nature sobre su investigación.
Página |2
Franklin dejó King College en marzo de 1953 y se trasladó a
Birkbeck College, donde estudió la estructura del virus del
mosaico del tabaco y la estructura del ARN. Porque Randall
deja Franklin a condición de que no trabajara en el ADN,
volvió su atención a los estudios de carbón. En cinco años,
Franklin había publicado 17 artículos sobre virus y su grupo
sentó las bases para virología estructural.
Enfermedad y muerte
En el otoño de 1956, Franklin descubrió que tenía cáncer de
ovario. Ella continuó trabajando a lo largo de los dos años
siguientes, a pesar de tener tres operaciones y quimioterapia
experimental. Experimentó una remisión de 10 meses y
trabajó hasta varias semanas antes de su muerte el 16 de
abril de 1958, a la edad de 37.

Famosa foto de Watson y Crick frente a un


modelo tridimensional del ADN

La doble hélice
La doble hélice, libro donde James D. Watson cuenta cómo él y Francis Crick descubrieron la estructura del ADN, es
altamente aclamado y controvertido. Figura en el puesto número siete en la lista de la biblioteca moderna de los
"100 mejores libros de no ficción del siglo XX" y uno de los 88 de la biblioteca del Congreso "Libros que dan forma a
los Estados Unidos".
El trabajo seguía casi inédito debido a las fuertes objeciones de ex colegas de Watson y Crick
Crick y Maurice Wilkins ganaron el Premio Nobel conjuntamente con Watson por su trabajo sobre el ADN. Los dos
hombres se opusieron rotundamente a la publicación del libro de Watson y de hecho, sus críticas eran tan fuertes
que editor inicial de la obra, Harvard University Press, retiró el libro completo. En última instancia, Ateneo Press
publicó el título en los Estados Unidos y una vez publicado, llegó a convertirse en un éxito enorme. Pasó 18 semanas
en la lista del bestseller del New York Times y vendió más de 1 millón de copias.
Escrito en un estilo franco y chismoso, Watson destripa a muchos de sus colegas científicos en las páginas de su libro.
Él describió Rosalind Franklin, la biofísica que casi le venció en la carrera para descubrir la estructura del ADN, bajo
una luz sexista y desdeñosa.
"ni por casualidad ella enfatiza sus cualidades femeninas. Aunque sus rasgos eran fuertes, ella no dejaba de ser a
atractiva y podría haber sido muy impresionante si hubiera tomado incluso un leve interés en su ropa. Esto no lo hizo.
Nunca hubo lápiz labial para que contraste con el pelo lacio y negro, mientras que en la edad de treinta y uno sus
vestidos mostraron toda la imaginación de las adolescentes sabiondas."
Watson fue claro en su crítica e incluso se pelea con Crick en la primera frase del libro: "Nunca había visto Francis
Crick en un humor modesto." Watson y Crick eran buenos amigos después de haber trabajado juntos tan
intensamente sobre el ADN, sin embargo, su relación experimentó una severa prueba después que Crick leyó el
primer borrador del libro de Watson.
Crick escribió una larga carta detallando sus objeciones al libro a Watson. Él escribió, "mi objeción, en definitiva, es la
difusión generalizada de un libro que groseramente invade mi privacidad”. Crick pasó a discutir, "absolutamente no
ha intentado documentar sus afirmaciones, muchas de las cuales no son totalmente exactas debido a su pérdida de
memoria. No se ha preocupado por consultar documentos a los que fácilmente podría echarles mano, ni hahecho
disponible a los demás los documentos que tenga".
Esta oposición vociferante de Crick casi impidió que Watson encontrara un editor para el libro. Watson dijo más
adelante, "tal vez él nunca hubiera hablado a mí, pero la idea nunca se me ocurrió que fuera irreversible". Al final, los
dos amigos se reconcilian. Crick dijo: "salí muy bien de la historia del libro, aparte de la primera frase. Como dijo
Peter Medawar, quien sale peor es Jim [Watson]".

De Rosalind Elsie Franklin. [Internet]. 2013. The Biography Channel website. Available from:
http://www.biography.com/people/rosalind-franklin-9301344

Preguntas
1- Quiénes son los personajes de esta historia?
2- Cuál fue la importancia de su descubrimiento?
3- Averigüe qué es la difracción de rayos X
4- Quién escribió y de que trata La Doble Hélice? Por qué encontró tanta oposición el libro?
Página |3

Terapia génica – definición, vectores


La terapia génica consiste en la inserción de genes funcionales ausentes en el genoma de un individuo. Se realiza en
las células y tejidos con el objetivo de tratar una enfermedad o realizar un marcaje. 1
La técnica todavía está en desarrollo, motivo por el cual su aplicación se lleva principalmente a cabo dentro de
ensayos clínicos controlados, y para el tratamiento de enfermedades severas o bien de tipo hereditario o adquirido.
Al principio se planteó sólo para el tratamiento de enfermedades genéticas, pero hoy día se plantea ya para casi
cualquier enfermedad.
Entre los criterios para elegir este tipo de terapia se encuentran: 2
 Enfermedad letal sin tratamiento.
 La causa sea un único gen que esté ya clonado.
 La regulación del gen sea precisa y conocida.
 La técnica asociada a su introducción y expresión esté ya resuelta.
Aplicaciones3
 Marcaje génico: El marcaje génico tiene como objetivo, no la curación del paciente, sino hacer un
seguimiento de las células, es decir, comprobar si en un determinado sitio del cuerpo están presentes las
células específicas que se han marcado. Un ejemplo de ello sería la puesta a punto de vectores para ensayos
clínicos, permitiendo, por ejemplo, que en ocasiones en las que un paciente de cáncer (leucemia) y al que se
le ha realizado un autotransplante recae se pueda saber de dónde proceden las células, si son de células
trasplantadas o si son células que han sobrevivido al tratamiento.
 Terapia de enfermedades monogénicas hereditarias: Se usa en aquellas enfermedades en las que no se
puede realizar o no es eficiente la administración de la proteína deficitaria. Se proporciona el gen defectivo o
ausente.
 Terapia de enfermedades adquiridas: Entre este tipo de enfermedades la más destacada es el cáncer. Se
usan distintas estrategias, como la inserción de determinados genes suicidas en las células tumorales o la
inserción de antígenos tumorales para potenciar la respuesta inmune.
Tipos de terapia genética4
 Terapia génica somática: se realiza sobre las células somáticas de un individuo, por lo que las modificaciones
que implique la terapia sólo tienen lugar en dicho paciente.
 Terapia in vivo: la transformación celular tiene lugar dentro del paciente al que se le administra la terapia.
Consiste en administrarle al paciente un gen a través de un vehículo (por ejemplo un virus), el cual debe
localizar las células a infectar. El problema que presenta esta técnica es que es muy difícil conseguir que un
vector localice a un único tipo de células.
 Terapia ex vivo: la transformación celular se lleva a cabo a partir de una biopsia del tejido del paciente y
luego se le trasplantan las células ya transformadas. Como ocurre fuera del cuerpo del paciente, este tipo de
terapia es mucho más fácil de llevar a cabo y permite un control mayor de las células infectadas. Esta técnica
está casi completamente reducida a células hematopoyéticas pues son células cultivables, constituyendo así
un material transplantable.
 Terapia génica germinal: se realizaría sobre las células germinales del paciente, por lo que los cambios
generados por los genes terapéuticos serían hereditarios. No obstante, por cuestiones éticas y jurídicas, esta
clase de terapia génica no se lleva a cabo hoy en día 5.

VECTORES EN TERAPIA GÉNICA


La gran diversidad de situaciones en las que podría aplicarse la terapia génica hace imposible la existencia de un solo
tipo de vector adecuado. Sin embargo, pueden definirse las siguientes características para un "vector ideal" y
adaptarlas luego a situaciones concretas:6
 Que sea reproducible.
 Que sea estable.
 Que permita la inserción de material genético sin límite de tamaño.
 Que permita la transducción tanto en células en división como en aquellas que no están proliferando.
 Que posibilite la integración del gen terapéutico en un sitio específico del genoma.
 Que se integre una vez por célula, para poder controlar la dosis.
 Que reconozca y actúe sobre células específicas.
 Que la expresión del gen terapéutico pueda ser regulada.
 Que carezca de elementos que induzcan una respuesta inmune.
 Que pueda ser caracterizado completamente.
 Que sea inocuo o que sus posibles efectos secundarios sean mínimos.
 Que sea fácil de producir y almacenar.
 Que todo el proceso de su desarrollo tenga un coste razonable.
Los vectores van a contener los elementos que queramos introducir al paciente, que no van a ser sólo los genes
funcionales, sino también elementos necesarios para su expresión y regulación, como pueden ser promotores,
potenciadores o secuencias específicas que permitan su control bajo ciertas condiciones. 7
Página |4
Podemos distinguir dos categorías principales en vectores usados en terapia génica: virales y no virales. 8
Virus
Los vectores virales fueron los primeros en ser utilizados, dada su alta eficacia como vehículos de ácidos nucleicos.
Los virus están compuestos por un ADN ó un ARN rodeado de una cápside proteica y, en algunos casos, una envuelta
lipoproteica. El ciclo biológico de los virus pasa por la introducción del genoma viral en determinados tipos celulares,
habitualmente por la presencia de receptores en la membrana de las células. Para poder utilizar un virus como vector
en terapia génica, es preciso insertar el ácido nucleico terapéutico en el genoma viral, y conseguir al mismo tiempo
que el virus no se replique y por tanto no sea patogénico. Por esto, los virus utilizados en terapia génica se
denominan virus recombinantes y defectivos (carecen de alguna función necesaria para su propio ciclo replicativo).
Todos los virus son capaces de introducir su material genético en la célula huésped como parte de su ciclo de
replicación. Gracias a ello, pueden producir más copias de sí mismos, e infectar a otras células.
Algunos tipos de virus insertan sus genes físicamente en el genoma del huésped, otros pasan por varios orgánulos
celulares en su ciclo de infección y otros se replican directamente en el citoplasma, por lo que en función de la
terapia a realizar nos puede interesar uno u otro.
Métodos no virales
Estos métodos presentan ciertas ventajas sobre los métodos virales, tales como facilidades de producción a gran
escala y baja inmunogenicidad. Anteriormente, los bajos niveles de transfección y expresión del gen mantenían a los
métodos no virales en una situación menos ventajosa; sin embargo, los recientes avances en la tecnología de
vectores han producido moléculas y técnicas de transfección con eficiencias similares a las de los virus.
ADN desnudo. Éste es el método más simple de la transfección no viral. Consiste en la inyección intramuscular de,
por ejemplo, un plásmido con ADN desnudo. Varios de estos ensayos dieron resultados exitosos. Sin embargo, la
expresión ha sido muy baja en comparación con otros métodos de transformación.
También se hace uso de moléculas pequeñas de RNAi para activar un mecanismo de silenciamiento génico
Otra posibilidad es utilizar oligodesoxinucleótidos como un señuelo para los factores que se requieren en la
activación de la transcripción de los genes diana
Cromosomas artificiales. La creación de cromosomas humanos artificiales (HACs) estables es una de las posibilidades
que se baraja en la actualidad como una de las formas de introducir ADN permanentemente en células somáticas
para el tratamiento de enfermedades mediante el uso de la terapia génica. Presentan una elevada estabilidad,
además de permitir introducir grandes cantidades de información genética.
Lipoplexes y poliplexes. El vector de ADN puede ser cubierto por lípidos formando una estructura organizada, como
una micela o un liposoma. Cuando la estructura organizada forma un complejo con el ADN entonces se denomina
lipoplexe.
Los endosomas se forman como resultado de la endocitosis. Sin embargo, si los genes no pueden liberarse al
citoplasma por rotura de la membrana del endosoma, los liposomas y el ADN contenido serán destruidos.
Los complejos de polímeros de ADN se denominan poliplexes
La terapia génica apareció a partir de la década de 1970 para intentar tratar y paliar enfermedades de carácter
genético y se dieron las primeras pruebas con virus, las cuales fracasaron. 9 Años más tarde, en la década de 1980, se
intentó tratar la talasemia usando betaglobina. En este caso fue un éxito en modelos animales aunque no se pudo
usar un humanos.
En 1990, W. French Anderson propone el uso de células de médula ósea tratadas con un vector retroviral que porta
una copia correcta del gen que codifica para la enzima adenosina desaminasa, la cual se encuentra mutada. Es una
enfermedad que forma parte del grupo de las inmunodeficiencias severas combinadas (SCID). Realizó la
transformación ex-vivo con los linfocitos T del paciente, que luego se volvieron a introducir en su cuerpo. Cinco años
más tarde, publicaron los resultados de la terapia, que contribuyó a que la comunidad científica y la sociedad
consideraran las posibilidades de esta técnica.
No obstante, el apoyo a la terapia fue cuestionado cuando algunos niños tratados para SCID desarrollaron leucemia 10.
Las pruebas clínicas se interrumpieron temporalmente en el 2002, a causa del impacto que supuso el caso de Jesse
Gelsinger, la primera persona reconocida públicamente como fallecida a causa de la terapia génica. Su muerte se
debió al uso del vector adenoviral para la transducción del gen necesario para tratar su enfermedad, lo cual causó
una excesiva respuesta inmune, con un fallo multiorgánico y muerte cerebral. Es destacable el informe que la FDA
emitió señalando el conflicto de intereses de algunos de los médicos implicados en el caso así como los fallos en el
procedimiento. En el año 2002, cuatro ensayos en marcha de terapia génica se paralizaron al desarrollarse en un niño
tratado una enfermedad similar a la leucemia. Posteriormente, tras una revisión de los procedimientos, se
reanudaron los proyectos en marcha.

1
Defina qué es terapia génica
2
Qué enfermedades pueden tratarse por medio de las terapias génicas?
3
Cuáles son sus principales aplicaciones?
4
Cuáles son los principales tipos de terapias que se ensayan?
5
Por qué no se practica la terapia génica germinal?
6
Cuáles son las características del vector ideal y cuál es el vector que mejor las representa?
7
qué elementos van a contener los vectores?
8
Cuáles son las principales clases de vectores?
Página |5
9
Cuándo comienza a practicarse la terapia génica, cuáles fueron los primeros resultados?
10
Cómo se relaciona la terapia ensayada por W. French Anderson para el tratamiento de las inmunodeficiencias severas
combinadas con la aparición de leucemia?

Domingo 15 de enero de 2006 | Publicado en edición impresa


Panorama científico
Ciencia, mentiras y dinero: de la promesa al fraude
El escándalo protagonizado por Hwang Woo Suk, cuando se descubrió que su investigación sobre la clonación
terapéutica había sido fraguada, dejó al descubierto las tensiones en el escenario científico
Cuando esta semana el comité de la Universidad de Seúl que investigaba el trabajo sobre clonación terapéutica
dirigido por el científico coreano Hwang Woo Suk anunció que no había pruebas de que hubieran desarrollado
células madre a partir del material genético de pacientes, quedó un único logro fuera de duda: la clonación de un
perro afgano, Snuppy.
El dictamen confirmaba que los dos artículos publicados en la respetada revista Science en 2004 y
2005 sobre clonación de células humanas formaban parte, en realidad, de un elaborado fraude
destinado a alimentar una carrera heroica, encumbrada a fuerza de votos humanitarios, orgullo
nacionalista y brillantes expectativas financieras. El informe confirmaba también una acusación
previa, pero que apenas había afectado a la imagen del científico coreano: que se había valido de
medios no éticos para obtener los óvulos necesarios para sus experimentos y que había utilizado un
número muy superior al informado: fueron más de 2000 y no alrededor de 400.
La cura de diabéticos, enfermos de Parkinson y paralíticos, o, en términos más generales, la
obtención de tejidos -hechos a la medida del paciente- para reparar o reemplazar cualquier órgano
enfermo: tales son las últimas promesas de la medicina regenerativa, cuya herramienta privilegiada
parecía ser la clonación terapéutica11.
No por ahora, dice el informe de la Universidad de Seúl. Con su dictamen, caen o se demoran muchas expectativas
médicas. Pero también muchas expectativas financieras.
La mentira de Hwang, con sus especificidades técnicas y su aparente carácter local, en realidad deja en evidencia las
contradicciones de un escenario en el que coexisten el altruismo de investigar para mejorar las perspectivas de vida
de la población y una compleja trama de intereses. En última instancia, el episodio desnuda el conflictivo contexto en
el que se hace en el presente la gran ciencia, la de los grandes presupuestos y las curas inéditas, que cotiza en bolsa
mientras se habla en los medios del bien de la humanidad; la ciencia para la que revelar un nuevo conocimiento
-siguiendo el mandato de "publicar o perecer"- no es un fin en sí mismo, sino un medio para acceder a lo que
importa: inversiones.12
Algunas precisiones son necesarias. La clonación terapéutica es una técnica basada en la producción de un embrión a
partir de la transferencia del núcleo de una célula adulta a un óvulo. Se produce así un embrión clon, que nunca
pasará de los primeros días de desarrollo. En lugar de ser transferido a un útero -donde seguiría su camino hasta
convertirse en un bebé-, sus células son colocadas en un medio de cultivo. Si se estabilizan, se dice que se logró una
línea de células madre embrionarias, capaces potencialmente de dar origen a cualquier tejido del organismo. Más
importante: los tejidos que se logren a partir de ellas son perfectamente compatibles con el paciente "clonado", ya
que tienen su material genético13.
Dos puntos críticos asoman en este tipo de trabajo: la creación de un embrión para ser
utilizado como materia prima, y la necesidad de disponer de óvulos. A diferencia de la
obtención de esperma, la extracción de óvulos no está exenta de riesgos, ya que
implica un procedimiento invasivo.
Su segundo trabajo, publicado en mayo de 2005 también en Science, fue celebrado
como un hito. Hwang y su equipo -al que se había integrado un prestigioso
investigador norteamericano de la Universidad de Pittsburg, Gerald Schatten
informaban que habían logrado 11 líneas de células madres embrionarias utilizando
sólo 185 óvulos. Y algo más importante: las líneas estaban hechas, supuestamente, a la
Seoul National University
professor Hwang Woo-Suk,
medida de nueve pacientes con problemas tales como daños en la médula espinal,
left, and Gerald Schatten of diabetes y una grave enfermedad del sistema inmunitario. La clonación terapéutica
the University of Pittsburgh parecía una realidad.
LA GUERRA DE LAS PATENTES

Los promisorios resultados comunicados por Hwang lo convirtieron en un héroe en Corea, con un estipendio anual
de 3 millones de dólares y el calificativo de "científico supremo" de la nación. Se inició una campaña -"grotesca y
bizarra", según una feminista local- para conseguir óvulos donados. También se puso en marcha una impresionante
maquinaria científico-financiera: en octubre pasado se anunció la creación de una Fundación Mundial de Células
Madre, donde se esperaba crear unas cien líneas celulares por año.
Con base en la Universidad de Seúl y filiales en San Francisco y el Reino Unido -de donde llegarían óvulos y
financiación-, esta fundación internacional representaba para los norteamericanos la posibilidad de sortear las
Página |6
restricciones del presidente George W. Bush al trabajo con embriones, que impiden el uso de fondos federales en
este tipo de investigaciones14.
"Para avanzar, los científicos necesitamos un refugio seguro", justificó Schatten en declaraciones al New England
Journal of Medicine. "Las implicancias legales y éticas son importantes, pero lo más importante es hacer
descubrimientos que sean confirmados de manera independiente." Haciendo una comparación con la historia de los
trasplantes de órganos, Schatten contaba con que la oposición a la clonación terapéutica se diluiría frente a los
resultados médicos.
El gobierno coreano, que ya había otorgado 65 millones de dólares al laboratorio de Hwang, prometió otros 11
millones para este emprendimiento. Estos números, sin embargo, son migajas: dadas las expectativas generadas, es
difícil estimar cuánto podría haber recaudado la fundación con el aporte de filántropos e inversores, o, más
correctamente, de filántropos inversores, en particular provenientes de los Estados Unidos. Sólo como referencia, en
las elecciones de 2004 en el estado de California los ciudadanos votaron a favor de una enmienda, la Proposición 71,
para otorgar 3.000 millones de dólares en diez años a la investigación con células madre, a través de la creación del
Centro para la Medicina Regenerativa de California.
¿Cómo se hace ciencia en la actualidad? La imagen del científico solitario, encerrado en su laboratorio haciéndose
preguntas y tratando de responderlas para el bien de sus semejantes, utilizando recursos provenientes de fondos
públicos -imagen tan cara a cierta retórica propagandística- no se corresponde con la realidad.
Si bien es verdad que la ciencia siempre estuvo ligada a intereses militares y económicos de las naciones, dos
circunstancias recientes cambiaron sustancialmente el escenario. La primera es el ingreso masivo de fondos privados
a la investigación en institutos y universidades. La segunda es la entrada de la ciencia en la bolsa 15. Las dos son
consecuencia de la preocupación del gobierno norteamericano, a mediados de los setenta, por la caída de la
productividad y de la competitividad de sus empresas en el mercado global, atribuida a la falta de innovación. El
problema, como explicó Paul Gray, del Instituto Tecnológico de Massachussets, era la falta de transferencia: las
innovaciones académicas no llegaban a la industria.
Las patentes en poder de universidades crecieron significativamente ya que, además, la legislación sobre propiedad
intelectual acompañó estos cambios: en 1980 la Corte Suprema de los Estados Unidos otorgó la primera patente
sobre un organismo vivo, una bacteria modificada genéticamente para degradar petróleo 16.
Prácticamente todo producto biológico acabó pudiendo ser patentado: desde un gen a un ratón. Era el inicio de la
industria biotecnológica. Y de la presión internacional para que todos los países pagaran royalties. Como explica el
investigador en temas de ciencia y sociedad Sheldon Krimsky: "Las patentes y la protección a la propiedad intelectual
se convirtieron en la solución elegida para proteger la posición competitiva de los Estados Unidos en una economía
global."
En este contexto, los científicos de todo el mundo se vieron sometidos a un nuevo mandato: además de buscar y
difundir nuevos conocimientos -su tarea tradicional-, ahora debían también ser capaces de "usar ese conocimiento
para el desarrollo de productos comercializables", como lo describe Krimsky.
Los países en desarrollo, en particular, enfrentaron enormes dificultades para adaptarse a estas
nuevas reglas de juego. La Argentina despertó bastante tarde a esta nueva realidad: sólo
recientemente se iniciaron esfuerzos sistemáticos para proteger la propiedad intelectual de los
desarrollos locales.
Esta nueva obligación de patentar no llegaba sin recompensa: los principales accionistas de las
nuevas empresas biotecnológicas eran los propios científicos 17. Herbert Boyer, creador de la
técnica Cohen-Boyer de ADN recombinante -el primer procedimiento para transferir genes de
un organismo a otro, recurso fundamental de la industria biotecnológica- fue el fundador de la
empresa Genentech en 1976. Como tal, en apenas cinco años el valor de sus acciones sumaba
40 millones de dólares, mientras que su salario en la Universidad de California era de 50.000
dólares anuales.
Un ejemplo más reciente y más impresionante: la empresa Celera, fundada por el científico
norteamericano Craig Venter para secuenciar el genoma humano privadamente. Cuando quedó claro que el método
de secuenciamiento desarrollado por Venter era mucho más veloz que el que estaba usando el proyecto público y
que Celera podría quedarse con las patentes sobre gran parte del genoma humano, las acciones subieron de 7,34
dólares en junio de 1999 a 247 dólares el 6 de marzo de 2000: 35 veces en 9 meses.
Después llegó el anuncio conjunto de los dos proyectos que hicieron Bill Clinton y Tony Blair en 2000 y la burbuja se
desinfló: en junio de 2005 las acciones de Celera costaban 10 dólares. La empresa acumuló capital para trabajar
durante cinco años, aunque muchos inversores quedaron en el camino. Pero, claro, de esto se trata al hablar de
"capitales de riesgo".
Estos nuevos horizontes de financiamiento, en apariencia ilimitados, representan posibilidades y riesgos para la
ciencia. Por supuesto, amplían significativamente los recursos disponibles. Pero, por otro lado, han introducido
valores, procedimientos e intereses muy diferentes a los tradicionales de la comunidad científica.
Si el mandato para los investigadores ha sido siempre "publicar o perecer", las patentes introducen el secreto. Los
resultados de las investigaciones con posible valor comercial no son publicados hasta ser protegidos por patentes 18.
Por otra parte, surge el problema de los conflictos de interés, a veces con consecuencias dramáticas. Un caso
revelador ha sido el del joven Jesse Gelsinger, quien murió durante un ensayo clínico de terapia génica en 1999. Las
autoridades norteamericanas comprobaron que durante el ensayo se había violado el protocolo de investigación
Página |7
varias veces. Quizás no casualmente, el director del estudio era fundador de la empresa que tenía las patentes del
tratamiento que se estaba probando.
Hwang fue despojado de su título honorífico y podría ser condenado a diez años de cárcel por mal uso de fondos
públicos: sólo Snuppy -Seoul National University puppy: el cachorro de la Universidad de Seúl quedó para defenderlo.
Mientras, la carrera por la clonación terapéutica se reabre: hay grupos en Gran Bretaña, China y Estados Unidos, que
aspiran a llevarse alguna redituable patente. Por el bien de la humanidad, por supuesto.

¿CÓMO PUDO SUCEDER?


Los indicios del engaño de Hwang estaban al alcance de los expertos, pero nadie los tomó en serio. Ya en mayo de
2004 el journal británico Nature -rival del norteamericano Science- había señalado problemas en el modo de trabajo
de Hwang: que algunos óvulos provenían de investigadoras del equipo -con lo que no eran donantes espontáneas,
sino bajo presión- y que las líneas celulares obtenidas se guardaban lejos de las miradas indiscretas.
El prestigio de Hwang y de su socio norteamericano y el prestigio de la revista Science son dos razones que
seguramente conspiraron contra el esclarecimiento. También, sin dudas, el reconocimiento del secreto industrial y las
expectativas económicas, que nadie cuestiona porque forman parte del modo de funcionamiento del sistema.
El dictamen final de la Universidad Nacional de Seúl -que incluye el detalle de que los óvulos utilizados por Hwang no
fueron 427 sino 2.061, provenientes de 129 "donantes"- invalida las conclusiones más importantes: no se crearon
células madre clonadas. Sí acepta que se obtuvieron embriones, que no superaron la etapa de blastocisto, un logro
alcanzado también en 2005 por un grupo británico de la Universidad de Newcastle upon Tyne.
¿Cómo pudo Science no advertir el engaño? Es poco probable que la posibilidad del fraude sea eliminada: "la verdad
en ciencia, en última instancia, depende de la confirmación."
"Un conocedor competente de una rama del saber experimental puede inventar totalmente resultados que pasen el
escrutinio del árbitro más competente. La única validación de las comunicaciones científicas es la capacidad de otros
de reproducir los resultados. Todos los aspectos de la ciencia están basados en la buena fe", explica el investigador
argentino Patricio Garrahan, miembro del comité editorial de la revista Ciencia Hoy. "El principal control es a
posteriori. El que miente sobre los resultados debería dejar de pertenecer a la comunidad científica", sostiene.
Por Ana María Vara
Ana María Vara es licenciada en Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Doctora en Estudios Hispánicos por
la Universidad de California. Es periodista científica, docente e investigadora de la Universidad Nacional de San
Martín (UNSAM).
Science (en español, ‘ciencia’) es una revista científica y órgano de expresión de la AAAS (American Association for
the Advancement of Science: Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia). Science fue fundada en Nueva
York por John Michaels en 1880 con soporte financiero de Thomas Edison y posteriormente de Alexander Graham
Bell.

11
Cuáles son las expectativas que promocionaban las exploraciones en clonación terapéutica?
12
Cuál es la discrepancia entro lo que reflejan los medios de comunican y lo que promueve la investigación en el área de la
ingeniería genética?
13
Qué es la clonación terapéutica?
14
Qué circunstancias atrajeron investigadores norteamericanos hacia los laboratorios de Hwang Woo Suk
15
De qué forma puede la ciencia cotizar en la bolsa?
16
Cuándo se otorgó la primera patente sobre un organismo vivo?
17
Quienes eran los principales accionistas de las nuevas empresas biotecnológicas? Cite dos ejemplos
18
Cuándo se publican los resultados de las investigaciones con posible valor comercial?

Tratamientos con células madre


La investigación sobre células madre es un área promisoria,
que está impulsando a los científicos a investigar acerca de
sus potenciales aplicaciones.
Las células madre se distinguen de otros tipos de células por
dos características. La primera es que son células no
especializadas que se renuevan ilimitadamente; y la segunda
es que se las puede inducir a que se conviertan en células con funciones especiales. Por este motivo, tienen la
capacidad de reparar, restablecer, reemplazar y regenerar células que luego podrían utilizarse para el tratamiento de
muchas afecciones y enfermedades. A esto se le llama medicina reparativa o medicina regenerativa.
Desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, a través de la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica y en el marco del Programa Binacional de Terapia Celular (PROBITEC), se financian Proyectos
de Investigación y Desarrollo (PID) en temas relacionados con la aplicación clínica de células madre.
De esta forma, científicos argentinos buscan aplicaciones para enfermedades cardiovasculares, neurológicas,
autoinmunes, óseas, relativas al cartílago, diabetes, cáncer, entre otras. Los subsidios están destinados a instituciones
públicas o privadas sin fines de lucro, radicadas en nuestro país; y todos los proyectos deben contar con la
Página |8
aprobación del protocolo clínico por parte del INCUCAI.
En la actualidad solo existen dos tratamientos de eficacia terapéutica comprobada y ausencia de riesgos
indeseables:
1. El transplante alogénico (obtenidas de un donante humano) de células madre de médula ósea, sangre periférica y
cordón umbilical.
2.- El autotrasplante de células madre de médula ósea y sangre periférica para tratar enfermedades curables con
trasplante de células progenitoras hematopoyéticas.
No obstante, algunas instituciones médicas privadas ofrecen tratamientos con promesas irrealizables a pesar de que
las prácticas ofrecidas no poseen efectos terapéuticos comprobados, ni siquiera en modelos animales. Y en muchas
ocasiones, debido al estado emocional de los pacientes y de sus familiares, se toman decisiones apresuradas.
Por eso, si piensa someterse a un tratamiento con células madre, le recomendamos:
 Tener en cuenta que los únicos tratamientos establecidos son aquellos destinados a enfermedades que se
curan con trasplante de médula ósea.
 Recabar toda la información posible acerca de las políticas que regulan estos tratamientos.
 Asegurarse de que el procedimiento cuente con protocolos de investigación clínica aprobados por los
organismos de control (en Argentina el INCUCAI y la ANMAT).
 Recordar que no existe evidencia clínica que indique su eficacia para mejorar o curar diabetes, Parkinson,
Alzheimer u otras enfermedades altamente discapacitantes.
 Exigir que los estudios experimentales sean totalmente gratuitos para el paciente, ya que las normas éticas
nacionales e internacionales condenan el pago de honorarios por dichas prácticas.
Preguntas
1- Qué es lo que distingue a las células madre de otros tipos de células?
2- Qué utilidad presentan estas características?
3- Cuáles son los únicos tratamientos que pueden realizarse sin riesgo?
4- Cuál es la diferencia entre un transplante alogénico y un transplante autólogo?
5- Quienes son los organismos que avalan este tipo de tratamiento en nuestro país?

Jesse: la terapia genética que salió mal


El 17 de Septiembre de 1999, el joven Jesse Gelsinger, de 18 años de edad, falleció como
resultado de su participación voluntaria en un experimento de terapia genética 19,
convirtiéndose así en la primera víctima humana conocida de esta tecnología. La experiencia
de Jesse ilumina a varios elementos importantes de la terapia de genes que deben ser
seriamente considerados por las agencias gubernamentales, los científicos y el público en
general como evidencia de la necesidad de regular o supervisar a esta tecnología.
Jesse tenía una enfermedad genética bastante rara, conocida como deficiencia de ornitina
transcarbamilasa (OTC en sus siglas en inglés), la cual afectó su habilidad de eliminar el
amoníaco de su cuerpo. El amoníaco es un producto normal, pero tóxico, del metabolismo de
las proteínas. La mitad de los niños con OTC mueren durante el primer mes de vida y la otra
mitad muere antes de su quinto cumpleaños. Jesse tenía una forma leve de la enfermedad
pues algunas de sus enzimas estaban funcionando normalmente. Él era capaz de controlar su
enfermedad por medio de dieta y medicamentos, aunque tenía que tomar 32 pastillas cada día.
El protocolo experimental para el cual Jesse se prestó voluntariamente no tenía posibilidad de proveer ningún
beneficio a él o a los otros voluntarios.
Irónicamente, Jesse no se hubiera beneficiado del experimento. La terapia tenía el propósito de ayudar a bebés con
enfermedades genéticas poco comunes.
El protocolo estaba diseñado sólo para probar la seguridad de un tratamiento que podría ser usado en bebés con la
forma letal de OTC.20
Los científicos que diseñaron el protocolo en el Instituto de Terapia de Genes de la Universidad de Pennsylvania, los
Drs. James Wilson y Mark Batshaw, creían que el OTC podía ser superado con la terapia de genes.
Ellos esperaban poder inocular a los bebés sufriendo OTC con genes que les ayudarían a producir a las enzimas
faltantes.
Con el fin de llevar a estos genes a las células del paciente, el Dr. Wilson desarrolló una forma débil de un virus de la
gripe (conocido como adenovirus) el cual estaba diseñado para entrar a las células tal y como lo hacen los virus,
excepto que en vez de traer enfermedad, supuestamente introduciría el gen corrector del OTC.
Wilson y Batshaw esperaban que la inoculación de adenovirus y genes correctivos podrían usarse para reducir el
número de fatalidades en infantes por medio del control de los niveles altos de amoníaco en los bebés con OTC
inmediatamente después del nacimiento.
Wilson y Batshaw trabajaron juntos en el desarrollo del protocolo para OTC y, en 1995, presentaron una aplicación al
Comité Asesor sobre ADN Recombinante (RAC) del Instituto nacional de Salud (NIH) y a la Administración de
Alimentos y Drogas (FDA) para ser revisado y aprobado, tal y como es requerido para todos los experimentos
humanos que involucran a la terapia de genes.
Página |9
Los doctores no previeron efectos secundarios serios o fatalidades.
Se determinó que Jesse fue elegible para el estudio y fue asignado al grupo final de sujetos de prueba, el grupo que
recibiría la dosis mayor de adenovirus 21. En ese entonces, los investigadores creían que, en el peor de los casos, las
pruebas podrían causar una inflamación del hígado. El 13 de Septiembre de 1999, el Dr. Raper inyectó 30 mililitros de
adenovirus con el gen correctivo de OTC al sistema circulatorio de Jesse. De acuerdo a los médicos, Jesse presentó
una reacción inmunológica severa a la inyección, resultando en un colapso múltiple de sus sistemas de órganos, lo
cual causó su fallecimiento el 17 de Septiembre de 1999, cuatro días después de la inyección de terapia de genes.
Antes del protocolo en humanos, Batshaw y Wilson habían realizado estudios con animales con el fin de probar que
la terapia de genes para OTC estaba lista para pruebas en humanos. Citaron a más de 20 experimentos en ratones
para probar la eficacia del tratamiento, y a 12 estudios de seguridad en ratones, monos Rhesus y mandriles. Varios
monos Rhesus murieron como consecuencia de reacciones inmunológicas intensas a altas dosis de adenovirus,
similares a la reacción de Jesse.
Algunos árbitros tenían preocupaciones pero la FDA aprobó los experimentos.
¿Es eficiente el proceso de revisión? La revisión obligatoria de los experimentos de terapia de genes en humanos por
el FDA y el RAC supuestamente añade otro nivel de precaución. Sin embargo, los críticos de este proceso han dicho
con frecuencia que el marco regulador actual (revisión por el RAC del NIH y aprobación por el FDA) crea un proceso
de revisión ineficaz. Cuando Wilson y Batshaw presentaron por primera vez su protocolo para ser revisado por el
RAC, los dos científicos del RAC que hicieron la revisión tuvieron reservaciones sobre su aprobación. Sin embargo, las
negociaciones que continuaron entre los árbitros federales (incluyendo oficiales del RAC y del FDA) y la Universidad
de Pennsylvania resultaron en la aprobación del protocolo.
Como resultado del informe de la muerte de Jesse Gelsinger y las subsecuentes revelaciones de seis muertes
adicionales en experimentos de terapia de genes en Nueva York y Massachussets, el RAC del Instituto Nacional de
Salud (NIH) convocó una investigación pública de tres días sobre la muerte de Jesse, sobre la conducta de la
investigación sobre terapia de genes y sobre la seguridad del uso del adenovirus. El FDA argumentó que:
Después de la muerte de Jesse, se encontraron problemas con el proceso de las pruebas 22.
El hígado de Jesse no estaba funcionando lo suficientemente bien al momento de la inyección de adenovirus y que él
no debió ser elegible para el estudio.
Los científicos de Pennsylvania había violado las regulaciones del FDA al no reportar información sobre pacientes que
habían sufrido efectos secundarios serios que hubieran podido detener a las pruebas.
El documento de consentimiento informado que Jesse firmó se desvió del original aprobado por la agencia cuando
ésta revisó los protocolos. La nueva forma de consentimiento no hizo mención de las reacciones severas del sistema
inmune al adenovirus que resultaron en la muerte de los monos.
El 21 de Enero del 2000, el FDA canceló por tiempo indefinido los experimentos de terapia de genes en seres
humanos en la Universidad de Pennsylvania. Las pruebas se mantendrán a la espera hasta que el instituto responda
formalmente al informe del FDA y convenza al FDA de que puede seguir las reglas federales designadas para asegurar
la seguridad de los voluntarios que participen en los estudios.
Desde el momento en que la noticia de la muerte de Jesse llegó a la atención de los reguladores del gobierno y del
público en Septiembre de 1999, más evidencia ha salido a la luz sobre los serios riesgos a la seguridad de los
pacientes en otros experimentos de terapia de genes.
El NIH recibió 691 informes sobre “serios eventos adversos” en los experimentos de terapia de genes.
A pesar de que la estructura reguladora actual requiere a los investigadores notificar prontamente al NIH cuando
aparece algún problema, 652 de estos informes nunca habían sido presentados al NIH.
Por lo menos dos experimentos de terapia de genes reportaron muertes en sus pacientes. A pesar de que en ambos
casos los investigadores decidieron que las muertes no estaban relacionadas al tratamiento de terapia de genes, sus
informes indican que, de hecho, los investigadores no pueden concluyentemente determinar la causa de muerte de
algunos de los pacientes.
Interés de las corporaciones en a terapia de genes
Además de las dudas sobre la seguridad, el masivo interés por parte de las corporaciones en el desarrollo de terapia
de genes trae preguntas que solo pueden ser respondidas con diligencia. El interés comercial intenso en la terapia de
genes puede crear conflictos entre las decisiones de negocios y las decisiones médicas.
En el caso de las pruebas de terapia de genes que causaron la muerte de Jesse:
Surgieron preocupaciones acerca de los conflictos de interés.
El Dr. James Wilson, director del Instituto de Terapia de Genes de la Universidad de Pennsylvania, también es dueño
de una compañía privada llamada Genovo Inc., fundada por él en 1992. Genovo posee los derechos de cualquier
descubrimiento hecho por Wilson en su laboratorio de la Universidad de Pennsylvania.
A través de este arreglo, Genovo tiene acceso a los descubrimientos de Wilson, minimizando a la vez los riesgos de
negocios dado que la compañía puede dejar que el laboratorio haga las pruebas clínicas antes de decidir hacer
inversiones.
El NIH disminuyó aún más el riesgo a Genovo y maximizó los beneficios a la compañía al financiar las pruebas OTC en
las cuales tomó parte Jesse.23
Genovo también tiene una inversión financiera en la variación del adenovirus que Wilson desarrolló y probó en Jesse
durante las pruebas de terapia de genes en humanos. Este adenovirus hubiera sido muy comerciable si hubiera sido
exitoso24.
P á g i n a | 10
Además, BIOGEN, una compañía de biotecnología con sede en Cambridge, le ha pagado a Genovo treinta y siete
millones de dólares desde 1995 por el derecho de comercializar eventualmente cualquier terapia de pulmón o de
hígado desarrollada por Genovo. Genovo comparte este dinero de BIOGEN con el Instituto del Dr. Wilson en la
Universidad de Pennsylvania. De hecho, los fondos de BIOGEN representan el veinte por ciento del presupuesto del
Instituto. El acuerdo entre Genovo y BIOGEN requiere que Genovo demuestre progreso en llevar a la terapia de
genes hacia un producto comerciable.
En Agosto de 1999, Genovo entró en un acuerdo con GENZYME (otra compañía de biotecnología con sede en
Cambridge) para el desarrollo de terapias de genes específicas para el hígado para el tratamiento de trastornos
metabólicos.
Voluntarios capaces y deseosos
Las personas con desórdenes genéticos son vulnerables a timos o promesas médicas.
El interés comercial de las corporaciones en la terapia de genes se vuelve aún más inquietante cuando es
considerado conjuntamente con el hecho de que las personas están literalmente haciendo fila para ser usados como
sujetos en las pruebas clínicas. La terapia de genes es alentadora a las personas que desesperadamente buscan una
esperanza de curación. Es una tecnología que es comercializada como una cura para las enfermedades genéticas,
enfermedades que por lo general llevan al sufrimiento, lo cual es enteramente injustificable. Si un amigo o un
miembro de su familia tiene una enfermedad genética y uno lo ve sufrir sin descanso y sin esperanza de curación,
¿no aceptaría inmediatamente y sin pensar cualquier oportunidad de acabar con ese sufrimiento? Este juego de
circunstancias causa mucha preocupación, dado que pone a un grupo de personas muy vulnerables y
bienintencionadas en riesgo serio de quedar sin protección adecuada.
Inicialmente, Wilson y Batshaw creyeron que el protocolo debería ser probado en infantes con OTC severa, dado que
la terapia estaba diseñada específicamente para estos bebés. Sin embargo, Arthur Caplan, el experto residente en
bioética de la Universidad de Pennsylvania, no estuvo de acuerdo. Él dijo que no sería ético experimentar con bebés
enfermos, dado que los padres de infantes moribundos se encuentran demasiado estresados como para poder dar
un consentimiento informado.
Consecuentemente, Wilson y Batshaw decidieron usar adultos estables para el protocolo, es decir, hombres como
Jesse que tenían la enfermedad pero que estaban sobreviviendo con el uso de medicamentos y dietas especiales, y
también usar mujeres que acarrean al gen ligado al OTC. Este cambio de infantes moribundos a adultos estables
significó que las personas que estaban sobreviviendo a su enfermedad y recibiendo el beneficio de los tratamientos
convencionales fueron puestas en riesgo en situaciones que no iban a producir ningún beneficio para ellos.
Algunos participantes han sido forzados a someterse a pruebas de terapia de genes.
Las audiencias del RAC del NIH que se llevaron a cabo después de la muerte de Jesse también hicieron público el
hecho de que algunos de los voluntarios para este estudio fueron reclutados de forma coercitiva, usando sitios de
Internet y boletines de noticias que detallaban la promesa de la terapia si funcionaba bien y que enfatizaban la
necesidad de sujetos humanos. Este tipo de información, puesta en los lugares donde sería vista por una población
sensible a los problemas de vivir con una enfermedad genética, también crea dudas sobre cómo obtener voluntarios
verdaderamente informados para ser usados en la experimentación 25

LA VÍA DE LA TERAPIA HEPÁTICA


James Wilson tuvo un recorrido difícil y empinado hasta lograr la autorización de sus estudios. La enfermedad de
Jesse Gelsinger no le importaba sino circunstancialmente 26. Al tratarse de una afección rara, que ocurre en uno de
cada 40 000 recién nacidos y causa unas tres muertes al año en Estados Unidos, solo le interesaba como medio para
descubrir la manera de intervenir en el hígado. De lograrlo, confiaba en abrir las puertas al tratamiento de otras
muchas enfermedades bastante más corrientes y por tanto, más rentables.
Wilson consiguió persuadir a su colega Mark Batshaw, el que con sus medicamentos y dietas hizo posible una vida
casi normal para los pacientes de OTC como Jesse, de que esa dolencia sería el camino idóneo para introducir una
terapia génica actuando sobre el hígado de los pacientes. En el caso ideal, éstos serían los recién nacidos, antes de
que la acumulación de amoniaco acabase con ellos. Wilson y su equipo no velan objeción, unos bebes que no tenían
la menor esperanza de sobrevivir, a lo mejor resistirían gracias a la terapia génica hasta que pudiera intervenir
Raishaw con sus pastillas y su régimen dietético salvador.
Pero la comisión deontológica del Senado estadounidense rechazó la petición, con no poco asombro por parte de
Wilson. Dijeron que no era admisible requerir el consentimiento para una terapia de alto riesgo a unos padres que,
en un momento así, mientras el hijo se debatía entre la vida y la muerte, apenas escarian en condiciones de tomar
una decisión racional. Wilson, aunque muy contrariado por la sentencia, no pudo sino inclinarse.
Poco después se le ocurrió la idea de ensayar con adultos cuya afección no fuese demasiado grave. Entonces no se
correría tanto peligro con el experimento, y si salía bien, quedaría expedito el camino para aplicarlo a los recién
nacidos. «Era preciso elegir una enfermedad que nos permitiera adelantar nuestro concepto de terapia génica al
hígado —describió luego Wilson su dilema—. Creía yo que la peligrosidad de esa afección justificarla el intento. ¡La
idea se impone por su evidencia, me parece a mí! 8»
Los científicos que intervinieron en el ensayo no ignoraban que los virus pueden causar reacciones mortalmente
peligrosas. También sabían que iba a ser preciso repetir el tratamiento a los pocos días, porque sus efectos no
tardarían en desaparecer27. Por esa misma razón muchos especialistas en génica como lnder Verma, del Instituto Salk
de La Jalla (California) tienen totalmente descartados los adenovirus como vehículos de la transferencia. «Son
P á g i n a | 11
demasiado vulnerables a las defensas inmunes y demasiado propensos a originar Inflamaciones», explica Verma. En
cambio el equipo de Wilson se obstino en seguir utilizándolos como venían haciendo desde comienzos de la década
de los noventa. Los investigadores trataban de quitarles sistemáticamente determinados genes para volverlos
inofensivos, y creían haber dado con la solución.
En 1999 la sección de la comisión estadounidense de ética que tenía competencias sobre el experimento celebró en
Washington una reunión que fue decisiva para los designios de James Wilson. En ella se plantearon muchas de las
cuestiones relevantes, pero, por alguna razón que no ha quedado clara, no se discutieron a fondo. Asi, por ejemplo,
pasaron por alto la objeción del virólogo Siephen Strauss del NIH. Se preguntó si no constituiría inconveniente para el
experimento el hecho de que los pacientes pudieran hallarse más o menos inmunizados contra el adenovirus: quién
no ha pasado un resfriado alguna vez? Puesto que algunos de ellos, al menos, indudablemente habrían tenido
contacto con los virus del resfriado, eran de prever reacciones violentas frente al vehículo génico. Nadie compartió
esa preocupación.
El experto Robert Erickson de la universidad de Arizona, objetó que la terapia caso de funcionar sería necesariamente
efímera. Habría que repetirla cada cuatro o seis semanas, y cada inyección recordatoria intensificarla la reacción
frente a los virus y el peligro de dañar el hígado en grado irreversible. Este riesgo se habla evidenciado ya en la fase
de experimento animal con monos. A lo que Wilson se limitó a replicar, lapidario: «Pues me abstendré de
experimentar con enfermos de hepatitis». Por último. Wilson echó en la balanza todo su prestigio personal y discutió
con apasionamiento hasta ganarse a la mayoría. «Refiriéndose a los voluntarios participantes en el experimento —
recuerda Erickson—. Wilson exclamó: “Por qué no dejamos que sean unos héroes, si ellos no desean otra cosa".»
Hasta el mismo Erickson se dejó persuadir. «La vehemencia de su discurso me convenció, pero hoy día estoy
arrepentido; debí plantarme”, dice ahora.
La postura de Erickson fue determinante para la marcha ulterior de la sesión. De los diecisiete miembros de la
comisión, casi todos los demás eran teólogos, filósofos o sociólogos. Y debieron pensar: «si ha convencido a este
especialista (Erickson), que lo criticaba, por nosotros que no quede-» Finalmente hubo doce votos a favor, uno en
contra y cuatro abstenciones. «Una ojeada a las actas de la sesión pone de manifiesto que más de la mitad de los
comisionados no tenía ni la menor idea de la conflictividad de las cuestiones que se estaban planteando-, cuenta
Perikles Simón, «Estaban arrebatados por la visión de Wilson, y manifestaban expectativas eufóricas en cuanto al
porvenir de la terapia génica.»
Condiciones ignoradas28
La comisión sólo impuso dos condiciones: Que no se inyectase directamente en el hígado, sino en una artería remota.
Y que no se captase a los voluntarios en el exterior, sino eligiendo de entre los enfermos enviados por sus médicos.
Ambas limitaciones fueron pura y simplemente ignoradas. Entre otros motivos, porque las compañías de
biotecnología se hallaban en plena campaña de insurrección «contra el papeleo agobiante y las normas restrictivas
de las autoridades sanitarias» Decían que estaba comprometida la primacía de Estados Unidos y que, además
peligraban miles de puestos de trabajo. La operación salió perfectamente y la opinión pública cedió, al igual que los
políticos. Las autoridades vieron recortadas sus pretensiones de control. Entre los campeones de las compañías se
distinguió en especial James M. Wilson.
Hoy nadie quiere acordarse de cómo fue que finalmente inyectaron en el hígado, ni por qué faltaba, en las
declaraciones de consentimiento, el párrafo en que se debía advertir a los voluntarios sobre la peligrosidad del
experimento, que era otra de las condiciones negociadas con el N1H. Sin duda, se debió al gran prestigio y autoridad
de Wilson que nadie reparase en semejantes minucias.
Aumenta la presión de la industria
En el trasfondo se hallaría el patriótico deseo de que un equipo norteamericano de investigadores alcanzase aquello
que desde hacía casi diez años, venían persiguiendo muchos científicos de todo el planeta: al fin la primera terapia
génica eficaz. Habría sido también un mensaje estupendo para todos los inversionistas privados. En efecto, durante
los últimos años, estos presionaban con creciente impaciencia. Que se cumpliesen de una vez las grandes promesas,
y que presentaran productos viables para la comercialización. Entre esos inversionistas estaban los que habían
arriesgado «tens of millons of Dollar» en Genovo, la compañía privada de terapia génica creada por Wilson en 1992.
Esta sociedad de Wilson participaba en los derechos de todos los descubrimientos que realizase el departamento
universitario de aquel. De hecho, la transferencia de genes al hígado habría revestido una gran importancia
económica. Estaba pendiente la renovación de un importante contrato con la empresa Biogen, patrocinadora
principal de Wilson que llevaba invertidos 37 millones de dólares.

19
Qué relación tenía Jesse Gelsinger con un experimento de terapia genética
20
Cuál es la relación entre el protocolo del ensayo y los beneficios que hubiera aportado a Jesse
21
Dentro de que grupo es incorporado Jesse durante el ensayo?
22
Qué problemas se encontraron con el proceso de las pruebas durante la investigación que realiza la FDA luego de la muerte de
Jesse
23
Qué conflictos de interés plantea el hecho de que un investigador tenga un cargo en una entidad pública y a la vez tenga un
cargo directivo en la actividad privada?
24
Que beneficios obtendría Genovo con esta investigación?
25
Qué puntos del código de Núremberg se vulneraron en este protocolo?
P á g i n a | 12
26
Cuál es la importancia que tiene la OTC a nivel epidemiológico y por qué fue elegida como target terapéutico del ensayo?
27
Qué problemas presentaba el uso de adenovirus como vector?
28
Qué condiciones impuso la comisión fiscalizadora y por qué no se cumplieron?

Sabado 09 set 2006


La "Dinastía Pampa"
La primera Hormona de Crecimiento Humana (hGh) extraída de leche de vacunos clonados
y transgénicos, ya es un producto farmacéutico que espera la aprobación de las
autoridades para salir al mercado. El tambo de Bio Sidus cuenta hoy con siete hembras —usinas vivientes
productoras de la proteína— y cinco machos transgénicos, perpetuadores del proyecto.
Por cada litro de leche se obtienen inicialmente siete gramos de proteína, y esta cantidad aumenta junto a la leche a
medida que va creciendo el animal.

La iniciativa del Laboratorio Bio Sidus S.A. tuvo su primer hito en 2002 cuando nació Pampa, el primer clon bovino
logrado a partir de células fetales diferenciadas. La "Dinastía Pampa", el primer rodeo transgénico productor, surgió
con el nacimiento de otras terneras clonadas portadoras del gen de la hGh.
El proyecto se consolidó cuando Pampa Mansa, una de las terneras Jersey transgénicas, comenzó a expresar la
proteína en su leche, y se expandió con la aparición de los primeros machos obtenidos por fertilización, cuyo
esperma hace posible la reproducción del rodeo.
"Argentina tiene grandes ventajas competitivas para desarrollar este tipo de proyectos. Contamos con la trayectoria y
el conocimiento en materia ganadera y en biología molecular que hacen falta", expresó Bercovich, para luego
comentar que este año hubo dos anuncios importantes vinculados a la utilización de animales transgénicos en la
fabricación de productos biofarmacéuticos.
Por un lado, la Unión Europea aprobó el primer producto obtenido de cabras transgénicas. Se trata de la
Antitrombina III, para la coagulación intravascular, desarrollada por una firma de Estados Unidos.
Por otro, la FDA (Agencia de Alimentos y Drogas de EE.UU.) le dio un Fast Track (aprobación rápida) a Pharming para
la utilización del inhibidor humano C1 recombinante que se produce a partir de conejos transgénicos y trata una
enfermedad hereditaria que se llama Angioedema.

You might also like