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Terapia en Espejo

28 enero, 2013 Tratamientos Neurorehabilitacion No Comments


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Cada día se amplía más el abanico de posibilidades terapéuticas para la rehabilitación de los
pacientes con daño cerebral adquirido. Muchas de las nuevas terapias empleadas van ligadas al
desarrollo de las nuevas tecnologías. Sin embargo, comienza a extenderse el uso de una técnica fácil
de aplicar y para la que no hacen falta grandes recursos: the mirror therapy (Terapia en espejo).

La terapia en espejo es una técnica conocida desde los años 90, que comenzó por mostrarse útil para
el tratamiento del dolor del miembro fantasma en sujetos amputados. Años más tarde encontramos
su aplicación en el síndrome del dolor regional complejo y en la rehabilitación de personas con
hemiparesia por lesiones cerebrales.

Un instrumento tan sencillo como un espejo pegado al lateral de una caja, nos proporciona una
alternativa terapéutica para la rehabilitación del miembro superior parético de origen central. El
miembro afecto se coloca dentro de la caja, de forma que quede tapado a la vista del paciente. El
espejo, a nivel de la línea media corporal, reflejará el miembro sano. Al moverlo, el espejo nos da la
imagen contralateral creando la ilusión visual de que el brazo afecto se mueve con normalidad.

Esta terapia se puede emplear de forma intensiva; 15-30 minutos al día, 2-6 veces por semana y
durante 5-8 semanas, para facilitar la recuperación de habilidades motoras, alteraciones sensitivas y
para abordar el dolor de la extremidad. Los ejercicios que se realizan son movimientos sencillos y
repetitivos de la mano. Pedimos al paciente que trate de realizarlos con ambas manos, mientras mira
únicamente la imagen que le proporciona el espejo. Para trabajar con el espejo, los pacientes han de
ser capaces de comprender instrucciones simples, mantener la atención sobre el ejercicio en un
ambiente tranquilo y colaborar activamente.

Aunque no está absolutamente claro cual es el mecanismo que favorece la recuperación con este tipo
de entrenamiento, muchos científicos consideran que al mirar el reflejo en el espejo, el cerebro
interpreta que la imagen que ve moviéndose corresponde al brazo parético. Este estímulo visual
activa los circuitos neuronales motores lesionados, que permanecen habitualmente inactivos por la
falta de movimiento del brazo parético. Al reactivarse dichas áreas cerebrales, se facilita la actividad
del miembro. Otros también han sugerido que este tipo de terapia implica la activación del llamado
“circuito de neuronas espejo”. Las neuronas en espejo fueron descubiertas por Rizzolatti en la
década de los noventa, cuando estudiaban el cerebro de los primates. Estas neuronas se activan tanto
cuando realizamos una acción determinada como cuando vemos a otras personas realizarla. Juegan
un papel importante en aspectos emocionales, cognitivos y motores, como por ejemplo la imitación y
la empatía.

La terapia del espejo es una herramienta válida en sujetos con escasa o nula actividad motora, los
cuales suelen quedar excluidos del uso de otras terapias. Existen muchos recursos para abordar la
rehabilitación de la función del brazo en pacientes que han recuperado parcialmente el movimiento.
En cambio, existen menos alternativas para tratar el miembro superior con una paresia severa.

En definitiva, esta terapia presenta algunas ventajas; es sencilla, de bajo coste y tras varias sesiones
de entrenamiento con el terapeuta, puede incluso ser realizada por el paciente en el domicilio. Desde
el área de fisioterapia del Servicio de Neurorehabilitación de Hospitales Nisa hemos diseñado un
protocolo de intervención con la citada terapia y en breve os presentaremos los prometedores
resultados obtenidos.

Aplicación de la Terapia de espejo


en la rehabilitación motora tras
un ictus.

15 NOV
Más del 50% de los pacientes que sufren un accidente cerebrovascular o Ictus padecen
secuelas discapacitantes en las extremidades superiores que impiden el desarrollo de las
actividades de la vida diaria de forma natural.
Seis meses después del ACV, el 38 % de los pacientes recuperan ligeramente la destreza
en el brazo afecto y sólo el 12% muestra una recuperación funcional después de haber
recibido rehabilitación convencional. Muchos de los pacientes aprenden a no usar el
miembro superior afecto por lo que las secuelas se agravan. Por estas razones, los
programas destinados a la restauración de la función de las extremidades superiores son
una de las partes más importantes de la rehabilitación en este tipo de patologías.

La terapia del espejo fue introducida por


primera vez en 1992 por Ramachandran y Rogers como terapia analgésica para reducir el
dolor del miembro fantasma. Se trata de una técnica en la que el paciente debe movilizar
su miembro superior no afecto, al mismo tiempo que se fija en el reflejo del movimiento de
este en un espejo colocado en vertical en el lado del miembro amputado, de manera que
este último quede tapado.Al mirar al espejo el paciente percibe el movimiento como una
acción realizada por el brazo amputado. La ilusión visual del movimiento de las
extremidades afectadas genera una retroalimentación positiva a la corteza motora, que a
su vez puede interrumpir el ciclo de dolor.
Existen numerosos estudios que demuestran la eficacia de esta técnica en patologías
como el síndrome del dolor regional complejo, dolor neuropático, Enfermedad de
Parkinson y una hemiplejia o hemiparesia después de sufrir un accidente cerebrovascular.
La Terapia de espejo ha demostrado mejoras en la función del miembro superior parético
después de sufrir un Ictus en cualquiera de sus fases. Esto es importante ya que se puede
aplicar en pacientes en un período crónico. El mecanismo que media este fenómeno aún
no está claro pero parece relacionarse con la convergencia del feedback visual y
somatosensorial en el cortex parietal, o con la actividad de las neuronas espejo.
Es un método simple, barato y dirigido directamente por el paciente que podría mejorar la
función de la extremidad superior afectada. La ilusión del espejo del movimiento normal de
la mano afectada podría sustituir la disminución del input propioceptivo por lo que ayudaría
a reclutar áreas del cortex premotor y asistiría a la rehabilitación a través de la íntima
relación entre input visual y las áreas premotoras.

El paciente sentado introduce el miembro


superior afectado en una caja sin posibilidad de visión. El miembro superior sano se coloca
frente al espejo y se le solicitan movimientos simétricos con ambos miembros superiores
(movimientos básicos de muñeca, mano y dedos. También se acepta la posibilidad de
manipular determinados objetos). Se pueden combinar estos ejercicios con otros con ojos
cerrados para el trabajo del input somatosensorial.
En la actualidad su aplicación en la clínica (por lo menos en el ámbito público) aún no está
muy extendido salvo en aquellas Unidades específicas de Ictus o de Daño Cerebral que
cuentan con un equipo de rehabilitación más especializado. Existen pruebas que
demuestran que la terapia de espejo junto con un programa de rehabilitación convencional
es más beneficioso en términos de recuperación motora que un tratamiento similar sin
terapia de espejo. Desde el área de Terapia Ocupacional en el centro de Integra Daño
Cerebral se está llevando a cabo la aplicación de esta técnica, combinada con otras como
la Terapia Bobath, o el Ejercicio Terapéutico Cognostivo

Terapia del espejo para mejorar la motricidad


después de un accidente cerebrovascular
Esta traducción está desactualizada. Haga clic aquí para ver la última versión en
inglés de esta revisión.

La parálisis del brazo o la pierna es frecuente después de un accidente


cerebrovascular y suele causar problemas con las actividades cotidianas como
caminar, vestirse o comer. La terapia del espejo es un tratamiento de rehabilitación
en el cual se coloca un espejo entre los brazos o las piernas para que la imagen
del miembro no afectado proporcione la ilusión de un movimiento normal en el
miembro afectado. Se encontraron 14 estudios relevantes que implicaban a 567
participantes. Al final del tratamiento, la terapia del espejo mejoró el movimiento del
miembro afectado y la capacidad de realizar las actividades cotidianas. La terapia
del espejo alivió el dolor después del accidente cerebrovascular, aunque sólo en
los pacientes con un síndrome de dolor regional complejo. Los efectos beneficiosos
en el movimiento se mantuvieron durante seis meses, aunque no en todos los
grupos de estudio. No se observaron efectos secundarios adversos. Se necesitan
estudios de investigación adicionales con estudios más amplios en contextos
clínicos naturales, y que incluyan una comparación de la terapia del espejo con
otros tratamientos sistemáticos.

Conclusiones de los autores:

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