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Ma.

Paula Pino
Lic. Historia de las Artes Plásticas
Historiografía de la Historia el Arte
Ciclo Lectivo 2009

Historiografía de la Historia del Arte. Trabajo Práctico sobre:


MUÑOZ, Miguel Ángel. Obertura 1910: la Exposición Internacional de
Arte del Centenario (En: Tras los pasos de la norma. Salones Nacionales
de Bellas Artes (1911-1989). Buenos Aires. Jilguero. Pág. 13-40)
WILLIAMS, Raymond. Marxismo y Literatura. Barcelona. Península.
1997

Siguiendo la lógica marxista, los procesos de producción son en última1 instancia los
que determinan la producción cultural de una sociedad determinada.
Creo importante en la construcción de un verdadero análisis de la historia del arte, en
este caso argentina, la consideración de la metodología propuesta por Nestor García
Canclini que implica, comenzar estudiando la estructura general de la sociedad (modo
de producción, formación socieconómica, coyuntura), el lugar asignado al arte en el
conjunto de la estructura social y las relaciones que mantiene con las demás partes
(economía tecnología, política, religión)2. Por la brevedad de mi trabajo investigativo,
inevitablemente, no profundizo en todas como se debería para respetar la rigurosidad
del método.
La Argentina del período que abarca entre 1880 y 1930 se proyectaba como un país
agroexportador. Por lo tanto, la clase hegemónica no era otra cosa que la oligarquía
terrateniente.
Respecto del concepto de hegemonía, Raymond Williams, partiendo del concepto
marxista que lo identifica con la clase dirigente, genera un aporte significativo al
acentuar la relación del proceso social total con las distribuciones específicas de poder e
influencia. Basándose en Gramsci, enfatiza el necesario reconocimiento de la
dominación y lo subordinado.
Es decir, esta clase dirigente, será la que siente las bases de la ideología Argentina, y de
sus productos culturales nacionales, en tanto los legitimice a través de sus instituciones,
en este caso, el Salón Nacional de Bellas Artes, o en primera instancia la Exposición
Internacional de Arte del Centenario. Sin embargo el proceso social total, incluye
también a lo subordinado. Prestar atención sobre estos sujetos nos permite un panorama
más justo respecto del arte, y la sociedad de ese momento. Por el contrario, si
asumiéramos la propuesta oficial como única tendencia artística, estaríamos teniendo
lectura parcial de los acontecimientos.

1
En la carta que Engels envía en 1890 a Bloch, aclara “ De acuerdo con la concepción materialista de la
historia, el último elemento determinante en la historia es la producción y reproducción de la vida real…
Por lo tanto, si alguien lo deforma afirmando que el elemento económico es el único determinante,
transforma aquella proposición en una frase sin sentido…La situación económica es la base, pero los
numerosos elementos de la superestructura también ejercen su influencia sobre el curso de las luchas
históricas y en muchos casos prevalecen en la determinación de la forma que asumen...”
2
GARCIA CANCLINI, Nestor. La producción simbólica, teoría y método en la sociología del arte.
México. Siglo Veintiuno.1988
Es por tal motivo, que es necesaria la consideración de las formaciones, lo emergente, o
residual en contraposición, o alternativamente, a la tradición legitimizada por las antes
expuestas instituciones, como lo plantea R.Williams.

Como clase hegemónica nombré anteriormente a la oligarquía terrateniente, cabe


destacar que si bien existían élites terratenientes provinciales, las tendencias culturales
estuvieron (y están marcadas) por lo que representa Buenos Aires como estructura de
producción y difusión cultural. Por lo tanto, para mayor especificidad del campo, cabe
hablar de una oligarquía terrateniente porteña.
El carácter de clase que predomina entonces, está marcado por una fuerte mirada
europeísta, que busca imitar lo que se hace, para más precisión, lo que se había hecho3
en Francia e Italia.
Respecto de esto, el estado nacional, que siguiendo las demandas de esta clase dirigente
que insistían en la intervención del mismo para el desarrollo de asuntos culturales
constituye el Salón Nacional de Bellas Artes.
Como antecedente inmediato del primer Salón Nacional de Bellas Artes, encontramos la
Exposición Internacional de Arte del Centenario.
Podríamos decir que esta responde al proyecto cultural del estado, o de la clase dirigente
que sería decir lo mismo4 por dos razones. En primer lugar, porque los festejos del
Centenario de la Revolución de Mayo de 1910 más que conmemorar cien años de la
independencia representaban los logros del proyecto económico y político iniciado en
1880, tal cual lo expresa Miguel Angel Muñoz, y por otro lado, porque concretaba el
afán europeísta de la oligarquía, desde el formato utilizado hasta el contenido de la
Exposición.
El formato sigue el de las grandes exposiciones internacionales, iniciadas en Francia
en los últimos años del siglo XIX y en cuanto al contenido podríamos decir lo mismo.
Las intenciones de las grandes exposiciones, fueron desde el comienzo, ilustrar las
benevolencias de la Revolución Industrial, el desarrollo tecnológico que acarreaba y por
consiguiente el progreso de la civilización europea.
El caso de la Exposición Internacional de Arte del Centenario no fue distinto. Bien lo
dice M. A.Muñoz:
Las cinco áreas temáticas elegidas para las exposiciones del Centenario son un claro
indicador de los factores que, para el pensamiento de las clases dominantes determinan el
progreso de la nación. En este sentido merece destacarse la presencia del arte junto a cuatro
factores claramente vinculados con el progreso económico y material. En esto también se
parece al modelo europeo (el francés), pero en nuestro país la inclusión de una exposición
de arte junto a las de ferrocarriles, industria, agricultura e higiene es un claro signo del
nuevo status que para el estado nacional están adquiriendo entonces las artes plásticas.

Por otro lado, la gran diversidad étnica que poblaba a la Argentina por aquellos años
(proceso inmigratorio) despertó el temor a la desintegración social.

3
Respecto de esta postura aún presente en la mentalidad Argentina, lo que se hace mirando a Europa,
presenta las características de todo lo que se haga buscando imitar a un modelo obsoleto, una propuesta
que no sólo nace muerta, sino que además, y esto es lo que considero más grave, ni siquiera posee el
mérito del error producto de las reiteradas experimentaciones de un proyecto auténtico.
4
El Estado era fuertemente controlado por los grandes propietarios. Asimismo, los empresarios rurales y
los industriales no eran dos grupos diferentes, sino que conformaban una única clase dominante
diversificada.
La polémica acerca de la construcción de una identidad nacional se hace patente en
las políticas del Reglamento General de la EIAC5, que estableció asuntos específicos a
tratar en las obras. Los temas a tratar eran dos históricos y uno tradicionalista:
• Retratos de todos los miembros de la primera junta
• Costumbres nacionales de cualquier época
• Un asunto de la época de la independencia.

Es importante el descontento de parte de los artistas respecto de esta situación.


Creo que aquí, al denunciar una postura distinta, pero bien fundamentada desde un
campo artístico en formación, el rol de los artistas se halla cercano a lo que el autor de
Marxismo y Literatura llama formaciones.
En cuanto a las formaciones, Williams nos habla de tendencias y movimientos
conscientes, distintos de las instituciones formales, en sus significados y valores
formales, y que a veces resultan opuestos a ellas.
Algunos de los artistas de 1910, alegaban que el jurado que elegiría entre las postulantes
las obras a exponer era de gran “incompetencia artística” debido a que, de veinte
miembros sólo dos eran artistas, y que el criterio de selección, era “esencialmente
nacional”.
El planteo se halla realmente documentado, el jurado se componía casi por completo de
abogados, historiadores y “hombres públicos”.
Parecen haber sido las inclinaciones del jurado más ligadas a un estilo naturalista, de
gran valor didáctico y homogeneizante, que evidenciaba claramente la temática
nacionalista, en su misión de formar una identidad que uniera a la población.
Como prueba de esto, encontramos en la revista Athinae (única revista de artes plásticas
que se publica en Buenos Aires) la carta de Augusto Gozalbo al Jurado de Aceptación,
un notable descontento fundado en como se ignora las destacables obras de artístas
jóvenes como Zonzo Briano, Bermúdez, Walter de Navazio y Falcini. Insisto en que la
negativa a estas obras, por las descripciones que nos deja Gozalbo, se debe justamente a
sus características plásticas, entre las cuales: respecto de Bermúdez, “composición e
intensidad de sensación”; de Walter Navazio, “fuertes y luminosas”; de Falcini, “técnica
impresionista de enérgica expresión”.
La Junta de Aceptación buscaba una técnica que permitiera narrar claramente la historia
de la joven nación. Que mostrara sus convicciones firmemente, con un estilo sobrio,
dentro de las posibilidades que el arte del momento ofrecía, claro está.
Más que “intensidad de sensación”, el arte que se expusiera en la EIAC, debía
representar el orden y la estabilidad que se encontraban en riesgo permanente tras las
reiteradas protestas obreras. No olvidemos que, los festejos del Centenario se llevaron a
cabo bajo estado de sitio, ya que las organizaciones gremiales tenían preparados actos
de protesta como auténtico boicot a los festejos preparados por el Gobierno.

El proceso de construcción de un campo artístico nacional, se ve fuertemente


influenciado por las exposiciones de la Sociedad de Estímulos de Bellas Artes y de la
Sociedad de Aficionados, realizadas en 1901 y 1902. Asimismo, la importante
participación del Grupo Nexus (integrado por Pío Collivadino, Arturo Dresco, fernando
Fader, Rogelio Yrurtia, Justo Lynch, Cesáreo Bernaldo de Quirós, Carlos Ripamonte Y
Alberto Rossi), quien organizó dos exposiciones, en 1907 y 1908 ayudaron a delimitar
lo que sería con el tiempo la tradición artística.
5
La institución cultural, en palabras de Muñoz, debe garantizar la estabilidad cultural de una sociedad,
por medio de la homogeneización y la neutralización de estímulos.
Es indispensable ver a la Exposición Internacional de Arte del Centenario como un
intento de generar lineamientos respecto de lo que sería la institución cultural que
regiría el arte nacional, generando un pedestal para lo que sería en adelante el arte
oficial, distante de un arte marginal o emergente, que no representaba los intereses de la
clase dirigente argentina, es decir, de la hegemonía terrateniente de la década del ´80.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

GARCIA CANCLINI, Nestor. La producción simbólica, teoría y método en la


sociología del arte. México. Siglo Veintiuno.1988
MUÑOZ, Miguel Ángel. Obertura 1910: la Exposición Internacional de Arte del
Centenario (En: Tras los pasos de la norma. Salones Nacionales de Bellas Artes (1911-
1989). Buenos Aires. Jilguero. Pág. 13-40)
PINTURA ARGENTINA. Proyecto Cultural Libros para Museos de América. Editado
por Banco Velox. Buenos Aires
SERRANO Gerardo y PAURA Vilma, Auge y crisis de la Argentina agroexportadora
(1880-1930). Buenos Aires. Longseller.2002
WILLIAMS, Raymond. Marxismo y Literatura. Barcelona. Península. 1997

Sitios Web Consultados:


http://www.mnba.org.ar

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