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2008
E. Centeno-García*
M. Guerrero-Suastegui
O. Talavera-Mendoza
*centeno@servidor.unam.mx
Centeno-García, E., Guerrero-Suastegui, M., and Talavera-Mendoza, O., 2008, The Guerrero
Composite Terrane of western Mexico: Collision and subsequent rifting in a supra-subduction
zone, in Draut, A., Clift, P.D., and Scholl, D.W., eds., Formation and Applications of the
Sedimentary Record in Arc Collision Zones: Geological Society of America Special Paper 436, p.
279–308, doi: 10.1130/2008.2436(13). For permission to copy, contact editing@geosociety.org.
©2008 The Geological Society of America. All rights reserved.
Resumen
grande en América del Norte. Mayormente caracterizado por vulcanismo submarino y formado
por cinco Terrenos, el Terreno Guerrero registra enormes y complejas relaciones de procesos de
compone de un arco de isla del Cretácico Inferior (IA) flujos de lava submarinos andesíticos a
basaltos de la dorsal oceánica media (MORB), basalto oceánico de la isla (OIB), y basalto de arco
de isla (IAB). Estos dos Terrenos se sitúan entre el continente y las asociaciones de arco más
complejos de subducción están cubiertos por rocas volcánicas de arco evolucionadas del
Jurásico Medio, las cuales a su vez son sobreyacidas discordantemente por asociaciones
Oaxaquia y Mixteca) está formada por turbiditas Triásicas de abanico submarino acrecionadas
durante el Jurásico Temprano; rocas de arco volcánico del Jurásico Medio están cubiertas
desarrollado a lo largo del margen continental occidental de México durante el Triásico. Una
espesa sucesión siliciclástica turbiditic del Abanico Submarino Potosí se acumuló en el talud de
(2) La subducción comenzó en el Jurásico Temprano, y las turbiditas del Abanico Potosí con
Exhumación del prisma de acreción y desarrollo de un arco continental del Jurásico Medio tuvo
Zihuatanejo. (4) Fallamiento transformante intra-arco y rifting del arco continental en el Jurásico
Medio se llevó a cabo junto con la migración de la subducción hacia el oeste y el desarrollo de
una plataforma calcárea en Oaxaquia y el Terreno Mixteca (continente México). (5) A la deriva
de la acreción previamente los Terrenos Tahue y Zihuatanejo formaron una serie de sistemas
marginales tras-arco, o un arco continuamente a la deriva con las cuencas de intra-arco y retro-
tierra adyacente al cratón Norteamericano. Este fue limitado en su lado oriental por un rifting y
en su lado oeste por la subducción activa. Así, México es probablemente una de las regiones
más adecuadas en América del Norte para el estudio de la interacción entre estos dos diferentes
estratigrafía del Terreno Compuesto Guerrero y Terrenos circundantes, que la casi continua
subducción del margen Pacífico de México, fue influenciado directamente por la tectónica
tercio de México. Tal como se ha descrito, es el más grande de los Terrenos mexicanos y, proba-
blemente, el segundo más grande de la Cordillera Norte Americana después Wrangellia (Campa
principalmente por sucesiones volcánicas subaérea y sedimentarias submarinas locales que van
de rocas más antiguas. Una amplia variedad de modelos se ha propuesto para el origen del
fue interpretado por primera vez como un Terreno exótico formado por un arco oceánico
transportado del Cretácico. Algunos autores han sugerido que se trata de un Terreno de arco
oceánico que se acrecionó al núcleo de México en el Cretácico Tardío a través de una inmersión
hacia el oeste en una zona de subducción que cerraba una importante cuenca oceánica
(Lapierre et al., 1992;.. Tardy et al., 1994.; Dickinson y Lawton, 2001, etc.) Otros autores han
sugerido que el Compuesto Terreno Guerrero podría representar uno o más sistemas complejos
de dos o tres arcos periféricos que se desarrollaron relativamente cerca del continente (Campa
al., 2003; Centeno-García, 2005). Algunos modelos incluso proponen que el arco era autóctono
y fue construido sobre corteza continental nuclear de México Proterozoica (de Cserna, 1978;
Elías Herrera y Sánchez Zavala, 1990). En otras palabras, hay un modelo para cada posibilidad
Nuevos hallazgos sobre la estratigrafía, que se analizan en este trabajo, sugieren una
evolución más compleja, implicando una serie de acreciones al continente seguido de un rifting,
y más tarde por la colisión. En este trabajo intentamos presentar nuestros puntos de vista sobre
los datos geoquímicos y geocronológicos, de un área tan vasta. Sin embargo, se discute en este
artículo sólo las unidades estratigráficas y localidades que son claves para la reconstrucción de
la evolución tectónica. Este documento sintetiza el trabajo realizado por muchos autores.
consideramos que el modelo tectónico preliminar presentado en este trabajo es consistente con
Terrenos tectono-estratigráficos, que son regiones que comparten la misma historia geológica y
están limitadas por fallas mayores. Como se ha mencionado antes, en el Mesozoico Temprano,
Aquellos que ya formaban parte del margen continental durante el Mesozoico eran
Oaxaquia y los Terrenos Mixteca, Parral, y Cortés (Fig. 1). Terrenos acrecionados o desplazados
durante el Mesozoico fueron los del Compuesto Guerrero, los centroamericanos, así como
Terrenos de la península occidental de Baja California. Estos últimos no serán revisados en este
Oaxaquia
ya a la parte sur del cratón Norteamericano. El mayor de ellos es el bloque Oaxaquia (Fig. 1), un
1995). Este bloque cortical constituye la columna vertebral del este de México y se denomina
aquí como continental México para el Mesozoico. Oaxaquia tiene un basamento cristalino
1992; Lawlor et al, 1999; Solari et al., 2003; Keppie et al., 2003) Precámbrico (1157-900 Ma).
Está cubierta por rocas sedimentarias Paleozoicas (Fig. 2) que están limitadas por rocas
Pérmicas volcánicas y volcanoclásticas (McKee et al., 1999; Stewart et al., 1999; Rosales-Lagarde
exponen en el margen occidental de Oaxaquia (Labarthe et al., 1982; Silva-Romo, 1993; Tristán-
1998, 1999, 2004; Bartolini et al., 2002). Estas rocas se componen de una gruesa sucesión de
turbiditas (Fig. 2) depositado en un ambiente de abanico submarino llamado el Abanico Potosí
(Centeno-García, 2005).
Rocas Triásicas del Abanico Potosí fueron deformadas antes de la deposición de rocas
Gudiño et al., 2004). Sedimentación calcárea en Oaxaquia rangos de edad de Oxfordiano Tardío-
Kimmeridgiano a Turoniano y se interpreta como la extensión sur del mar de América del Norte.
Figura 1. Mapa que muestra los principales Terrenos tectono-estratigráficos, fallas importantes mencionados en el texto, y la
ubicación de las figuras 4, 6, y 8.
Figura 2. Columnas estratigráficas simplificadas para Oaxaquia y Terrenos mencionados en el texto. Ellos muestran el rango de
edad (en Ma) de la sedimentación y el magmatismo para el oeste y centro de México. Datos geocronológicos están
representados de la siguiente manera: Círculos negros son U/Pb edades, y los diamantes son edades Ar/Ar y K/Ar.
parte más alta del Cretácico, formando una espesa sucesión de areniscas, lutitas y
1988; Yañez et al., 1991). Este complejo se considera que es el resultado de complejas
Gutiérrez et al., 1999). Está cubierto discordantemente por rocas sedimentarias del Pérmico, las
Jurásico Medio (Fig. 2; García-Díaz et al., 2004). En la parte occidental del Terreno, cerca del
están parcialmente expuestas (Esquisto Taxco y Formación Chapolapa, de Cserna y Fries, 1981;
Talavera-Mendoza, 1993; Campa e Iriondo, 2004). El Esquisto Taxco está Compuesto por rocas
1993; Campa e Iriondo, 2004). El Esquisto Taxco está discordantemente cubierto por una espesa
clásticas (Formación Mexcala, Campa y Ramírez, 1979; Talavera-Mendoza et al., 1995). Los
contactos entre el Terreno Mixteca y Oaxaquia, así como entre los Terrenos Mixteca y
contacto de falla horizontal con Oaxaquia, y las rocas del Terreno Complejo Guerrero son
Terreno Parral
El Terreno Parral (Figs. 1 y 2) fue definido por primera vez por Pacheco et al. (1984), por
Campa y Coney (1987) y fue redefinido por Centeno-García (2005). El basamento del Terreno
Parral está formado por rocas metamórficas del Devónico al Carbonífero (Esquisto Pescadito;
Eguiluz y Campa, 1982; Araujo y Arenas, 1986; Zaldívar y Garduño, 1984). Estas rocas
metamórficas del Paleozoico están discordantemente cubiertas por capas rojas y sucesiones
clástica y calcárea del Terreno Parral es lateralmente continua con los depósitos calcáreos-
clásticos que cubren Oaxaquia y el Terreno Central. Las relaciones entre los Terrenos Parral,
Central y Cortes, y el Terreno Parral y Oaxaquia son desconocidos, debido a que los contactos
están cubiertos por calizas del Cretácico o sucesiones volcánicas Cenozoicas. Por lo tanto, las
localizaciones exactas de sus límites son desconocidas, pero se infieren por la diferencia en los
Silver, 1981), cubierto por una gruesa sucesión sedimentaria Paleozoica. Se ha interpretado
como un bloque continental desplazado de América del Norte, originalmente ubicado a lo largo
del "miogeosinclinal" Paleozoico de Nevada. Fue trasladado hacia el sur en el Jurásico Medio-
Tardío a través de la megacizalla Mohave-Sonora (Anderson y Silver, 1979, 2005; Stewart et al.,
1990). El Terreno Cortés se interpreta como un Terreno autóctono de América del Norte, que
sobre la plataforma carbonatada del Terreno Caborca (Figs. 1 y 2). El Terreno Cortés se
1988; Coney y Campa, 1987; Stewart et al., 1990). Las previamente deformados rocas marinas-
profundas Paleozoicas del Terreno Cortés están cubiertas por rocas Triásicas (Carniano-Noriano)
sedimentarias terrestres y marinas (Stewart et al., 1990; Stewart y Roldán-Quintana, 1991). Las
rocas del Triásico están cubiertas por lechos rojos del Cretácico y rocas volcánicas (Stewart y
Roldán-Quintana, 1991). Las relaciones de contacto entre los Terrenos Cortes y Complejo
Guerrero no han sido bien limitadas, pero el contacto se infiere es cabalgamiento del Cretácico
Tardío.
Terreno Central
La naturaleza del basamento del Terreno Central es desconocida, pero se supone que es
diferente del basamento proterozoico de Oaxaquia porque sus antiguas rocas expuestas cerca
Anderson et al., 1990; Díaz-Salgado et al., 2003; Anderson et al., 2005; Centeno-García, 2005).
a lo largo del margen continental Oaxaquia entre el Pérmico Tardío y Jurásico Temprano (Díaz-
Salgado et al., 2003; Anderson et al., 2005). El complejo está discordantemente cubierto por
rocas volcánicas subaéreas riolíticas a andesíticas del Oxfordiano y capas rojas (Jones et al.,
1995). Estas rocas cambian transicionalmente a calizas marino-profundas que varían de edad
desde Jurásico Tardío a Cretácico Tardío (Córdoba-Méndez, 1964). La ubicación del contacto
norte y este entre el Terreno Central y Oaxaquia se infiere en base a la distribución de las rocas
de rocas Cretácicas en ambas (Fig. 1). El contacto entre los Terrenos Central y Complejo
Guerrero no se ha estudiado a detalle, pero se infiere en base a la distribución de las rocas
expuestas volcánicas marinas del Cretácico que pertenecen al Terreno Complejo Guerrero.
Tendencias estructurales en ambos lados del contacto sugieren que el Terreno Central esta
sobrecorrimiento por el Terreno Complejo Guerrero hacia el sur (Fig. 1). El empuje se infiere
Las áreas con grandes volúmenes de rocas volcánicas y volcanoclásticas del Cretácico
originalmente como el Terreno Guerrero por Campa y Coney (1983) y así, 10 años después,
dividido en los Terrenos Tahue, Náhuatl, y Tepehuano por Sedlock et al. (1993). Mapeo regional
posterior ha demostrado que las divisiones propuestas por Campa y Coney (1983) están más
cerca de las ubicaciones en campo de fallas que delimitan los Terrenos que los de Sedlock et al.
(1993). Por lo tanto, las revisiones más recientes de la distribución de Terrenos de México (por
Terreno Compuesto, formado por al menos cinco Terrenos: Tahue, Zihuatanejo, Guanajuato,
Terreno Tahue
El Terreno Tahue contiene las rocas más antiguas encontradas hasta ahora en el Terreno
Complejo Guerrero (Fig. 2; Centeno-García, 2005). Estas rocas constituyen lavas marinas
Quintana et al., 1993; Poole y Perry, 1998). Estas rocas pueden haberse originado como un arco
oceánico que al parecer fue acrecentado previo a la deposición de rocas sedimentarias marino-
metamorfismo del Complejo El Fuerte, por lo que una relación de contacto discordante entre
estas dos unidades se infiere. Rocas Paleozoicas del Terreno Tahue son discordantemente
cubiertas por rocas volcánicas de arco marino del Cretácico y se interpretan como parte del
Arco Guerrero (Ortega-Gutiérrez et al., 1979; Fredrikson y Henry, 1987; Roldán-Quintana et al.,
1993; Freydier et al., 1995). Estas rocas también se cortan por intrusiones máficas y ultramáficas
que forman parte del mismo magmatismo de arco Cretácico (Henry y Fredrikson, 1987; Gastil et
al., 1999; Arredondo-Guerrero y Centeno-García, 2003). Por lo tanto, las unidades del
Paleozoico forman el basamento sobre el cual se formó el arco. El Terreno Tahue también
contiene rocas metamórficas del Triásico (Keppie et al., 2006). La relación de contacto entre el
(Fig. 1; Roldán-Quintana et al., 1993). El contacto entre el Terreno Tahue y Terreno Zihuatanejo
no está expuesto.
Terreno Zihuatanejo
El Terreno Zihuatanejo es el más grande de todos los Terrenos que forman el Terreno
Complejo Guerrero (Fig. 1). Se extiende al norte de la Faja Volcánica Mexicana y a lo largo de la
costa Pacífica de México (Centeno-García et al., 1993a, 1993b; Talavera-Mendoza et al., 1995;
Mendoza y Suástegui, 2000). Su basamento se compone de grandes volúmenes de turbiditas
ricas en cuarzo (areniscas y lutitas) Triásicas (Noriano) que están imbricadas tectónicamente
(Campa et al., 1982; Centeno-García et al., 1993a, 1993b). Las turbiditas forman una matriz
bandeados, pedernal y caliza (Fig. 2). Estas rocas han recibido diferentes nombres en diferentes
Scalia, 1906; Ranson et al., 1982; Cuevas-Pérez, 1983; Monod y Calvet, 1991; Centeno-García y
estas rocas varía de estratos suavemente plegados a grandes bloques en texturas de matriz con
(Centeno-García et al., 2003). Facies de esquistos azules se han reportado sólo en una localidad
(Complejo Las Ollas; Talavera-Mendoza, 2000). Estas litologías son interpretadas para constatar
arco a lo largo de la costa del Pacífico del Terreno de Zihuatanejo. Estas rocas están formadas
por lavas submarinas riolíticas y rocas volcanoclásticas, además de granitoides que fueron
emplazadas en rocas del complejo de acreción (Bissig et al., 2003; Centeno-García et al., 2003).
Del Jurásico Medio al Superior rocas del arco fueron a su vez deformadas y exhumadas anterior
Los rangos de las sucesiones de arco Cretácico van de edad Berriasiano a Cenomaniano,
edad Cretácico Tardía al Paleógeno (Schaaf et al., 2000). Además, del Cretácico Superior
todas las unidades anteriores (Altamira Areyán, 2002; Benammi, et al., 2005). El contacto entre
el Terreno Zihuatanejo y Oaxaquia se expone en su límite norte, donde las rocas Cretácicas del
arco del Terreno Zihuatanejo están cabalgando sobre caliza marina somera de Oaxaquia. Su
contacto con los Terrenos Arcelia y Guanajuato se infiere que fue un impulso de este a raya,
pero está cubierta por capas rojas y rocas volcánicas del Cretácico Superior y el Cenozoico.
Terreno Guanajuato
través de un arco de islas primitivo que parece carecer de un antiguo basamento (Ortiz-
Hernández et al., 1991; Ortiz-Hernández, 1992). También se ha interpretado como los restos de
una cuenca oceánica que había entre el arco de Guerrero y el margen continental (Freydier et
al., 2000). Este Terreno estaba formado por una serie de astillas tectónicas que colocan rocas de
(Quintero-Legorreta, 1992; Ortiz-Hernández et al., 1992; Lapierre et al., 1992; Monod et al.,
1990; Martínez-Reyes, 1992; Ortiz-Hernández et al., 2003). Estas rocas fueron escasamente
menos una fase de deformación se produjo antes del Aptiano-Albiano (Ortiz-Hernández et al.,
(Ortiz-Hernández et al., 2002). Las relaciones de contacto entre los Terrenos Guanajuato y
Arcelia Terreno
caracteriza por un arco primitivo marino-profundo del Cretácico Inferior o facies oceánicas
de arco del Terreno Compuesto Guerrero (Talavera-Mendoza et al., 1995; Mendoza y Suástegui,
1995; Mendoza y Suástegui, 2000). Las rocas del Terreno Arcelia al parecer fueron depositadas
sobre los conjuntos del Terreno Teloloapan, y estaban en sobrecorrimiento a su vez por las
rocas del Terreno Zihuatanejo. Sin embargo, estos contactos son inferidos porque ello están
Terreno Teloloapan
Ramírez- Espinoza et al., 1991; Talavera-Mendoza et al., 1995; Mendoza y Suástegui, 2000;
Guerrero- Suástegui, 2004). Ambos son conjuntos de arco marino, que varían en composición
Espinoza et al., 1991; Talavera-Mendoza et al., 1995). El Terreno Teloloapan (Fig. 1) se expone
en las partes orientales del Terreno Compuesto Guerrero. Se caracteriza estructuralmente por
un complejo sistema de fallas inversas que giran hacia el este. Las rocas del Cretácico Inferior se
Medio o sedimentos clásticos del Cretácico Superior pertenecientes al Terreno Mixteca (Fig. 1;
Campa y Ramírez, 1979). La naturaleza de su basamento sigue siendo desconocido. Las rocas
metamórficas que están expuestas cerca de la frontera noroeste del Terreno Teloloapan con el
Terreno Arcelia se han interpretado como un posible basamento para el primero (Elías-Herrera
y Sánchez Zavala, 1990; Sánchez-Zavala, 1993). Las rocas de esta área son de edad y origen
incierto.
Modelo tectónico
Las rocas más abundantes del Terreno Compuesto Guerrero son marinas, y rara vez
subaéreas, sucesiones sedimentarias y de arco volcánicas que varían en edad desde finales del
pocos y dispersos afloramientos de las unidades más antiguas sugiere una anterior y compleja
evolución tectónica. Estas rocas más antiguas no se tuvieron en cuenta en los modelos
tectónicos propuestos por autores anteriores (de Cserna, 1978; Campa y Ramírez, 1979; Elías-
Herrera y Sánchez-Zavala, 1990; Tardy et al., 1994; Lapierre, et al., 1992; Dickinson y Lawton,
2001, etc.) Con base en la información disponible, se identificaron seis principales etapas
tectónicas en la evolución del Terreno Compuesto Guerrero. Estas etapas son representadas en
la figura 3 y se describen brevemente en esta sección. Una discusión detallada de los datos que
El basamento del Terreno Tahue (Fig. 3) está Compuesto por rocas vulcano-
hay suficientes datos disponibles para determinar el origen de este complejo. Interpretaciones
durante la formación de Pangea (Poole et al., 2005). En este modelo, las rocas metamórficas de
El Fuerte podrían ser la continuación occidental de rocas del basamento del Terreno Parral (Figs.
1 y 2). Una interpretación alternativa es que el complejo de El Fuerte puede ser un fragmento
desplazado del arco Paleozoico Temprano (Arco Antler) que colisionó con el margen continental
occidental de América del Norte durante el Paleozoico Tardío (Burchfiel et al., 1992; Sánchez-
Carboníferas (Formación San José de Gracia) que aparentemente cubren las rocas del arco del
el basamento sobre el cual se construyó el vulcanismo del Cretácico, lo que indica una anterior
historia de acreción del Terreno Compuesto Guerrero que fue interpretado anteriormente por
otros autores.
Etapa II: Margen Pasivo Triásico Tardío – Deposición de los Abanicos Potosí
(areniscas y lutitas ricas en cuarzo) que fueron depositados en la plataforma continental distal o
que forman el basamento del Terreno Central y partes del Terreno Compuesto Guerrero
(Terreno Zihuatanejo) se forman en gran parte (hasta un 60% de la superficie total de las
exposiciones) por turbiditas similares areniscas y lutitas ricos en cuarzo que conforman la matriz
en la que bloques de composición variable están incrustados. Estas turbiditas en los Terrenos
acrecionados contienen fósiles de la misma edad que los de turbiditas depositadas en el talud
continental de Oaxaquia.
Las edades de circones detríticos obtenidos de turbiditas de todas las localidades de las
Terrenos Central y Zihuatanejo, muestran las mismas poblaciones, lo que sugiere que las
Turbiditas del abanico se extendieron a una cuenca oceánica marginal que más tarde acrecionó
al margen continental. Estas rocas siliciclásticas se agrupan en el Abanico Potosí (Centeno-
García, 2005) y son importantes porque se puede seguir desde Oaxaquia hasta la actual costa
del Pacífico de México, y unen el Terreno Central, la parte más occidental del Terreno
Compuesto Guerrero (Terreno Zihuatanejo), y el margen continental sur de América del Norte
(Oaxaquia) durante el Triásico Tardío. Por lo tanto, el Abanico Submarino Potosí pudo haber
sido una fábrica sedimentaria, probablemente cerca de las dimensiones del presente Abanico
Bengala.
circones detríticos de las turbiditas del Abanico indican que las poblaciones de edad más
jóvenes son mucho mayores que las edades de deposición en todas las localidades estudiadas
del Abanico Potosí (Fig. 3; Centeno-García et al., 2005; Centeno-García, 2005). Por lo tanto, el
Abanico Potosí probablemente fue depositado a través de un margen pasivo, o por lo menos un
margen que no tenía subducción activa a lo largo de la longitud del Abanico en el momento de
la deposición.
Etapa III: La acreción del Abanico Potosí al Margen Continental vía subducción – Basamento
Todas las unidades Triásicas del centro y oeste de México están fuertemente
importante tuvo lugar durante la última época Triásico – Jurásico Temprano. Este evento se
caracteriza por plegamiento apretado, de cizallamiento, y clivaje axial en los depósitos de talud
parte distal del piso marino de la zona del Abanico Potosí. La presencia de mélanges (Complejo
Arteaga y Formación Taray), así como esquistos azules en el Complejo Las Ollas (Terreno
Zihuatanejo) indica que la deformación se produjo en una zona de subducción. Durante este
evento deformacional las turbiditas del Abanico Submarino Potosí, con astillas de la corteza
aparentemente muy ancho, como se sugiere en las grandes áreas que son abatidos por él. Si la
parte subducida se sumerge hacia el oeste (bajo un arco oceánico) o el este (en México
continental) no se ha definido. Hay dos casos aislados de fechado de rocas volcánicas del
Jurásicas Temprano en Oaxaquia Barboza-Gudiño (et al., 2004; Fastovsky et al., 2005), pero si
Moore, 2003), donde rocas volcánicas Triásicas-Jurásicas tienen firmas geoquímicas con afinidad
de arco primitivo. Es posible que las rocas de la Península del Vizcaíno representan un
fragmento desplazado de un arco oceánico que acrecionó a los Complejos Arteaga y Las Ollas
del occidente del Terreno Compuesto Guerrero, que a su vez se acrecionaron a las Formaciones
Taray, Zacatecas y La Ballena, pero este modelo tiene que ser apoyada por más pruebas.
Etapa IV: Arco Continental Jurásico Tardío – Superposición de Asociación para Terreno
diques y sills, se superponen o cortan rocas sedimentarias previamente deformadas del Triásico
en Oaxaquia y rocas del prisma de acreción en el Terreno Central. Estas rocas varían en edad
desde 174 hasta 158 Ma (Jones et al., 1995; Barboza-Gudiño et al., 2004). Una característica
común de todos los afloramientos de estas rocas es que son en su mayoría de composición
riolítica, con menores flujos de lava daciticas- andesíticas y tobas, y muestran firmas
Centeno García-Díaz y Salgado, 2002). Rocas volcánicas coetáneo han sido reportadas en el
Terreno Mixteca, lo que sugiere así que el vulcanismo de arco continental estaba muy extendido
en México en esa época (García-Díaz et al., 2004). Las rocas de edad similar y firmas
geoquímicas similares de evolución del arco están expuestas en el occidente del Terreno
Compuesto Guerrero, Terreno Zihuatanejo (Bissig et al., 2003; Centeno-García et al., 2003). Esto
sugiere que el Terreno Compuesto Guerrero puede haber sido incorporado en el margen
Resumiendo los datos descritos anteriormente: (1) rocas Triásicas basamento del
rocas de la misma edad en Oaxaquia y el Terreno Central, (2) todas las rocas del Triásico,
depositadas en el margen del paleo-continente de México y los que están dentro de los
Jurásico Tardío; y (3) la evolución de volcanismo de arco continental Jurásico Superior fue muy
Sobre la base de estos hechos, se propone en este trabajo que la primera acreción del Terreno
Guerrero se produjo durante la última edad del Triásico – Jurásico Temprano en lugar de hacia
el final del Cretácico, como se propuso anteriormente por otros autores. Por lo tanto, el evento
magmático Jurásico Tardío representa un conjunto superposición que sutura todos los Terrenos
actividad de arco continental Jurásico de la etapa IV (Anderson y Silver, 2005). Por lo tanto, el
arco estaba originalmente en una posición más al norte, y se desplazó a través del Megacizalla
Mohave-Sonora, hasta su actual posición en el centro de México antes de, o en, la etapa inicial
ampliamente discutido (véase el documento Special GSA 393). Consideramos que la evidencia
geológica extensa de tectonismo importante durante y después del volcanismo de arco existe
(véase la discusión siguiente). El cese del magmatismo en el Terreno Central y Oaxaquia sugiere
calcárea regional se desarrolló a lo largo del arco y otras rocas más antiguas. Esta transgresión
subsidencia (Goldhammer, 1999). El magmatismo de arco continuó sólo en una pequeña área
existe cierto sobrelape en los rangos de edad del vulcanismo de arco entre los Terrenos que
forman el Terreno Compuesto Guerrero, hay una tendencia general de mayor edad en el este
de Oaxaquia y el Terreno Central a edades más tempranas en el oeste del Terreno Compuesto
Guerrero (Fig. 3). Esto sugiere una posible migración W-SW de la zona de subducción.
Proponemos que durante y después de la actividad de arco continental (edad Jurásico Tardío-
Cretácico Temprano), grandes esfuerzos de extensión y translación laterales pueden haber
ocurrido (ver fallas inferidas en la fig. 1). Este evento extensional-transtensional (?) dividió el
Con los datos disponibles, parece que la actividad volcánica en el norte del Terreno
Cretácico Temprano (Fig. 3). En cambio, en los Terrenos Arcelia, Tahue y sur del Zihuatanejo, el
conjuntos de arco del Jurásico Superior-Cretácico del Terreno Compuesto Guerrero sugieren
plumas primitivas, con poca o ninguna influencia de corteza continental evolucionada (por
ejemplo, Ortiz-Hernández et al., 1991; Lapierre et al., 1992; Centeno-García et al., 1993a;
Freydier et al., 1995; Gastil et al., 1999; Talavera-Mendoza et al., 1995; Mendoza y Suástegui,
2000, entre otros). Firmas de Basaltos de Isla Oceánica (OI) y Basaltos de Dorsal Oceánica
(MORB) de los Terrenos Arcelia y Guanajuato (Lapierre et al., 1992; Ortiz-Hernández et al.,
2003; Mendoza y Suástegui, 2000) sugieren la influencia de una pluma de manto para el
magmatismo.
Las diferencias regionales en los estratos sugieren cambios laterales bruscos en los
laterales en el grosor de las sucesiones sugieren que pudieron haber sido depositados en
cuencas subsidentes alternantes y altos basamentos donde los depósitos cubrían finamente o
estaban ausentes. Estas importantes diferencias geológicas sugieren que el rifting intra-arco fue
sistemas de retroarco en el oeste de México. Sea o no que los distintos Terrenos del Terreno
propusieron que el Terreno Guerrero se formó a partir de un complejo sistema de dos o tres
arcos (Ramírez-Espinosa et al., 1991; Mendoza y Suástegui, 2000). Sin embargo, prismas de
Etapa VI: Acreción Final del Terreno Compuesto Guerrero y Desarrollo de un Nuevo Arco
Continental
Uno fase orogénica mayor del Cretácico Tardío - Paleógeno Temprano se registra en
todo México, coetáneo a las orogénias Sevier y Laramide en el oeste de América del Norte. Este
evento está asociado con el plegamiento del cinturón mexicano y levantamiento de la Sierra
produjo durante este evento orogénico, y las rocas volcánicas y sedimentarias de los Terrenos
encontrados en rocas volcánicas Cenozoicas que estallaron en las rocas de acreción del Terreno
también es sugerido por la cantidad de esfuerzos que produce plegamiento y mayor fallamiento
en el norte del Terreno Zihuatanejo y los Terrenos Arcelia y Teloloapan (Salinas-Prieto et al.,
2000). Por el contrario, la deformación de las rocas del Cretácico en la parte sur del Terreno
Zihuatanejo formado amplios anticlinales regionales y algunos pliegues volcados y fallas inversas
menores a nivel local. Las estructuras generalmente se orientan NW-SE, aunque localmente
Mixteca) contienen clastos derivados del Terreno Compuesto Guerrero lo cual sugiere que estos
que sugiere que estos dos Terrenos se fusionaron también durante el mismo evento orogénico
oscilan entre edades Turoniano al Maastrichtiano. Además, los granitoides del Paleoceno a lo
largo de la costa cortan las unidades previamente plegadas del Terreno Zihuatanejo y sugieren
Por lo tanto, la amalgamación definitiva del Terreno Compuesto Guerrero ocurrió entre
DISCUSIÓN
En esta sección se resumen los datos estratigráficos, estructurales y geoquímicos que apoyan las
las relaciones de contacto entre ellos sólo se pueden inferir indirectamente (Figs. 1 y 4). La
distribución aproximada de los contactos entre los Terrenos del oeste de México (Caborca,
cantidad de desplazamiento entre diferentes basamentos son desconocidas. En esta sección las
transecto de NW a SE a través de las rocas Paleozoicas de los Terrenos Caborca, Cortes, y Tahue
En el margen sur del Terreno Caborca una sucesión gruesa de caliza de plataforma se
(Stewart et al., 1990). Estas rocas son alzadas por una importante falla inversa al norte que
coloca a las rocas sedimentarias marinas más profundas del Terreno de Cortes sobre las rocas
shelfal del Terreno Caborca (Fig. 1; Coney y Campa, 1987; Poole y Madrid, 1988; Stewart et al.,
1990).
ha interpretado como adelgazadas rocas del Proterozoico, tal vez las mismas que en el Terreno
Caborca, o bien rocas metamórficas Proterozoicas diferentes de las del Terreno Caborca
(McDowell et al., 1999; Valencia-Moreno et al., 1999; Valencia-Moreno et al., 2001). Las rocas
sedimentarias marino-profundas del Terreno Cortes son areniscas y lutitas turbiditas, lutita
graptoliticas, pedernal y barita en capas que varían en edad desde Ordovícico a Devónico-
Stewart et al., 1990). Estas rocas son a su vez recubiertas por turbiditas del Carbonífero Superior
y Pérmico (Fig. 5; Poole y Madrid, 1988; Stewart et al., 1990; Poole et al., 2005). Todos ellas
fueron depositadas en un ambiente marino profundo y se interpretan como parte del aumento
de depósitos Paleozoicos de talud continental en el oeste de América del Norte (Poole y Madrid,
1988; Stewart et al., 1990). Todas estas unidades del Terreno Cortés se deformaron y
cabalgaron sobre el Terreno Caborca por Pérmico Tardío al Triásico Temprano, y son cubiertas
discordantemente por rocas sedimentarias terrestres y marinas Triásico Superior (Stewart et al.,
1990). Por lo tanto, los Terrenos Caborca y Cortes se unieron en el Mesozoico Temprano.
La naturaleza del contacto entre los Terrenos Cortes y Tahue (este último perteneciente al
raya hacia el norte, y es probable que sea al norte de la ciudad de El Fuerte, en el estado de
Sinaloa (Fig. 5), basado de las exposiciones más septentrionales de rocas volcánicas marinas
Cretácicas del Terreno Guerrero (Servais et al., 1982; Henry y Fredrikson, 1987; Roldán-
Las rocas más antiguas Paleozoicas del Terreno Tahue (Terreno Compuesto Guerrero)
Fuerte está formado por flujos de lava riolíticas a andesíticos y rocas volcaniclásticas marinas,
intercaladas con areniscas ricas en cuarzo, esquisto y calizas en finas capas (Mullan, 1978;
Roldán-Quintana et al., 1993; Poole y Perry, 1998). Todos estos diversos componentes están
(Poole y Perry, 1998). Análisis geoquímicos preliminares indican una afinidad calco-alcalino de
isla de arco para las rocas volcánicas del Complejo El Fuerte, y son similares a los de rocas de
arco Paleozoicas coetáneas en las Montañas de Klamath del Norte de California (Lapierre et al.,
1987). Sin embargo, se necesita hacer trabajos geoquímicos y geocronológicos más detallado
dispersas en el estado de Sinaloa (Figs. 4 y 5). Estas rocas pertenecen a la Formación San José de
debris calcáreos, lutitas negras y pedernal. Las turbiditas contienen olistolitos de caliza con
nódulos de pedernal, que a su vez contienen fósiles del Pensilvanico Medio al Pérmico
Temprano en la localidad de San José de Gracia (Carrillo-Martínez, 1971; Gastil et al., 1991). La
profundo (Gastil et al., 1991). El contacto entre el Complejo de El Fuerte y de la Formación San
metamorfismo (turbiditas de la Formación San José de Gracia está fuertemente deformado pero
Ambas unidades del Terreno Tahue (Complejo El Fuerte y Formación San José de Gracia)
son importantes porque pueden limitar la paleogeografía norte del Terreno de Guerrero.
América del Norte (Centeno-García et al., Datos no publicados) y son similares a los de rocas
Terreno Tahue (Terreno Compuesto Guerrero) estaba vinculado a la evolución tectónica del
mesozoica de los Terrenos Caborca-Cortes con respecto a la del Terreno Tahue. Por lo tanto, es
Temprano.
Las relaciones de contacto entre las rocas sedimentarias Paleozoicas de la Formación San
José de Gracia (Terreno Tahue) y el complejo relacionado con la subducción Triásica del Terreno
Zihuatanejo son desconocidas porque el contacto está cubierto por rocas más jóvenes. Sin
sedimentaria similar.
Hay pocas exposiciones de rocas del Triásico en México, y se limitan a los Terrenos
brevemente las rocas Triásicas de los Terrenos Cortes y Tahue (Grupo Barranca y Gneis
Francisco) y centra en las rocas marinas del Triásico de Oaxaquia (Formación La Ballena), del
areniscas y lutitas fluviales que contienen abundantes capas de carbón (Grupo Barranca,
contrario, las rocas del Triásico del Terreno Tahue (Terreno Compuesto Guerrero) se componen
de rocas ígneas metamórficas del Gneis Francisco cerca de Sonobari (Figs. 4 y 5; Mullan, 1978.
Keppie et al., 2006). El Gneis Francisco está Compuesto por gneises y anfibolitas migmatizada
que tienen firmas geoquímicas dentro de placa continental tholeitica (Keppie et al., 2006). Esto
sugiere que los Terrenos Tahue y Cortés pudieron haber estado separados geográficamente en
ese momento.
Formación La Ballena
con el Terreno Compuesto Guerrero (Figuras 1 y 6). Se agrupan como la Formación La Ballena
(Silva-Romo, 1993; Silva-Romo et al., 2000), y sus mayores exposiciones están en las áreas
relleno de canales. Las estructuras sedimentarias de estas rocas del Triásico indican una
deposición mayor parte por corrientes de turbidez, aunque algunos flujos de escombros y
grandes slumps están presentes. Esta secuencia contiene abundantes fósiles guía, amonites y
bivalvos de edad Triásico Superior (Carniano) de áreas del Peñón Blanco y Charcas (Cantú-
Chapa, 1969; Silva-Romo et al., 2000; Bartolini et al., 2002). Las estructuras sedimentarias y
fauna fósiles sugieren que la deposición de esta unidad se produjo en un abanico submarino
que se desarrolló en una plataforma externa o casi talud continental. Estas rocas forman parte
pero fue penetrado por exploración hasta 4640 m sin llegar a la base de la sucesión (López-
Infanzón, 1986).
Formación Taray
Central (Figs. 5 y 6). Ellas pertenecen a la Formación Taray, compuesta por turbiditas (areniscas
y lutitas) ricas en cuarzo muy deformadas, con algunas intercalaciones de pedernal negro y
escasa caliza detrítica que contiene fragmentos de crinoideos, gasterópodos, corales, bivalvos, y
briozoos (Díaz-Salgado et al., 2003). Las turbiditas siliciclásticas Taray forman una matriz dentro
cristalizada se pueden encontrar (Figs. 5 y 6. Díaz-Salgado et al., 2003). La edad de esta unidad
sigue sin determinarse, sin embargo, hay informes de fusulínidos de uno de los bloques de caliza
(Anderson et al., 1990.). El más joven de los circones detríticos obtenidos de la matriz
sedimentaria son de edad Pérmico Tardío (Díaz-Salgado et al., 2003). Hay también un informe
de impresiones de bivalvos de posible edad Carniano (Barboza-Gudiño et al., 1999;.. Bartolini et
al., 2002). Por lo tanto la deposición de la matriz sedimentaria debería haber ocurrido entre el
Pérmico Tardío al Triásico Tardío. La Formación Taray tiene un estilo estructural de bloque en la
matriz, formado por bloques de tamaño centimétrico a bloques de cientos de metros, todo ello
Figura 6. Mapa geológico del centro de México, mostrando las principales unidades estratigráficas de Oaxaquia de los Terrenos,
Zihuatanejo, Guanajuato y Central (modificado de Ortega et al., 1992). Tr-Triásico, Jurásico-Ju, K-Cretácico.
Formación Zacatecas
Las rocas más antiguas del Terreno Zihuatanejo en su exposición septentrional son del
Triásico también (Fig. 6). Ellos constituyen la Formación Zacatecas, que aflora en una pequeña
1906; Ranson et al., 1982; Cuevas-Pérez, 1983; Monod y Calvet, 1991). Esta Formación se
compone de turbiditas (arenisca y esquisto) ricas en cuarzo que contienen bloques de basaltos
almohadillados que tienen firmas geoquímicas MORB (Fig. 7; Centeno García-Romo y Silva,
1997). La Formación Zacatecas contiene fósiles amonites y bivalvos del Triásico Superior
(Carniano) (Burckhardt y Scalia, 1906; Bartolini et al., 2002). Su contacto con la Formación La
Borda de edad Jurásico Superior (?) – Cretácico se infiere que fue originalmente una
discordancia, pero fue cortado y separado durante el Cretácico Superior plegando y cabalgando
(Fig. 3). Rocas de la Formación Zacatecas muestran estructuras asociadas a dos acontecimientos
las rocas del Cretácico. El pequeño tamaño del afloramiento prohíbe las constatar el origen
tectónico de la Formación Zacatecas, pero sus flujos de lava y turbiditas siliciclásticas son
similares a los del Complejo Acrecionario Arteaga, que se expone en la parte sur del Terreno
Zihuatanejo.
Complejo Arteaga
Más exposiciones de rocas del Triásico (?) se encuentran en la parte sur del Terreno
Zihuatanejo (Fig. 7). Sus principales afloramientos se localizan en las áreas Arteaga, Placeres del
Oro, y Tiquicheo (Complejo Arteaga) y cerca de la ciudad Zihuatanejo (Complejo Las Ollas) (Fig.
Figura 7. Columnas estratigráficas simplificadas de los Terrenos descritos en el texto que están al sur de la Faja Volcánica Transmexicana, a excepción del Terreno Guanajuato,
e incluyen el Terreno Mixteca y los Terrenos Teloloapan, Arcelia y Zihuatanejo (Terreno Compuesto Guerrero). La escala vertical muestra el rango de edad (en Ma). MORB-
basalto medio de dorsal oceánica; IA arco de isla.
Figura 8. Mapa Geológico del suroeste de México, que muestra la geología simplificada de los Terrenos Mixteca, Teloloapan, Arcelia y Zihuatanejo (después de Campa y Ramírez,
1979; Ortega et al., 1992;. Talavera-Mendoza et al., 1995;. Corona- Chávez y Israde-Alcántara, 1999; Mendoza y Suástegui, 2000;.. Centeno-García et al., 2003) IAB- basalto arco
de isla; MORB- basalto medio de dorsal oceánica.
8; Centeno-García et al., 1993a, 1993b; Talavera-Mendoza et al., 1995; Mendoza y Suástegui,
2000). El Complejo Arteaga se compone de turbiditas (areniscas y lutitas) ricas en cuarzo, cuarzo
negro y verde, y tobas máficas que forman una matriz que con bloques y losas de basalto
y gabros tienen firmas geoquímicas oceánicas (MORB; Centeno-García et al., 1993a; Centeno-
turbiditas sin metamorfismo, junto con la afinidad de los pocos fósiles encontrados en la matriz
de las rocas sedimentarias, sugieren que la secuencia fue depositada en un fondo oceánico. Al
parecer, las turbiditas ricas en cuarzo fueron contemporáneas con la actividad magmática
oceánica, ya que están intercaladas con rocas volcanoclásticas (Centeno-García et al., 2003). El
estilo de deformación de matriz en bloque del Complejo Arteaga, así como sus asociaciones
área.
El Complejo Las Ollas forma parte del Terreno Zihuatanejo y se expone cerca de la ciudad
Estos bloques están envueltos en una alta cizalladura clástico (arenisca rica en cuarzo) o matriz
serpentinitica (Talavera-Mendoza, 2000). Facies de esquisto azul fueron reportadas por
Esto ha sido interpretado como el complejo de subducción del arco Cretácico (Vidal-Serratos,
1991; Talavera-Mendoza, 1993), sin embargo, sus relaciones de contacto con rocas relacionadas
con arco Cretácico, y similitudes con el Complejo Arteaga, sugieren un origen anterior.
la matriz de la Formación Taray del Terreno Central, así como los Complejos Arteaga y las Ollas,
Talavera-Mendoza et al., 2007). Por lo tanto, la sedimentación Triásica de los Terrenos del
centro y oeste de México está vinculada por procedencia. Las edades más jóvenes de circón de
todas las muestras (Pérmico Tardío) son mucho mayores que las edades de deposición de las
México. La edad de poblaciones de Circón del Abanico Potosí son diferentes a las de areniscas
Triásicas ricas en cuarzo de los Terrenos Caborca y Cortes (González-León et al., 2005), pero son
similares a las de sedimentarias fluviales Triásicas de Arizona (Anderson, 2006). Esto sugiere que
al final del Triásico los Terrenos del centro y el oeste de México pudo haber estado en el norte
de su ubicación actual.
Con base en esta evidencia, se propone que el margen occidental del paleo-continente
de México fue pasivo o rifting a finales del Triásico. Este margen pasivo recibió sedimentación
clástica abundante, formando la gran Abanico Potosí. Los sedimentos de este abanico se
depositaron sobre la corteza oceánica (Arteaga Cuenca en la fig. 3). Cuando comenzó la
subducción, astillas del suelo marino se mezclaron tectónicamente con las ya existentes
turbiditas ricas en cuarzo del margen pasivo que formaban las Formaciones Taray y Zacatecas,
así como los complejos de Arteaga y las Ollas. Tanto la cuenca del océano que fue cubierto por
sedimentos del Abanico Potosí fue una cuenca oceánica marginal activa, un cuenca retroarco
de asociación de los sedimentos del Abanico Potosí con volcanismo oceánico toleítico son las
las rocas volcanoclásticas tienen firmas geoquímicas entre arco de isla primitiva y MORB
Por lo menos dos fases de deformación se encuentran en todas las rocas Triásicas de
registró sólo en el Complejo Arteaga. Este evento deformo los granitoides Jurásicos también, y
se caracteriza por un fabrica milonítica. El tercer evento fue común en todas las unidades del
caracteriza por clivaje axial, plegamiento abierta a apretado, fallas inversas y cabalgamientos.
El tiempo de la acreción del Terreno Central con Oaxaquia se supone que fue antes del
Jurásico Medio, porque la Formación La Ballena de Oaxaquia y la Formación Taray del Terreno
Central fueron deformadas y metamorfoseadas localmente antes de la deposición de las
Hernández, 1994; Jones et al., 1995; Silva-Romo et al., 2000). El Terreno Zihuatanejo (Terreno
Compuesto Guerrero) fue acrecentado también en ese momento, porque el Complejo Arteaga
La zona de subducción que formó las Formaciones Taray y Zacatecas, así como los
Complejos Arteaga y las Ollas, fue construida probablemente a lo largo del margen continental
Tardío. Esto es indicado por la discordancia angular mayor que separa a la sucesión del arco
Jurásico de las rocas deformadas Triásicas de Oaxaquia y los Terrenos Central y Zihuatanejo.
Magmatismo de arco Jurásico también ha sido identificado en el Terreno Mixteca. Las rocas de
arco Jurásico tienen nombres diferentes en distintos lugares, que quedan descritas por su
La Formación La Ballena (Oaxaquia) es discordante con las rocas volcánicas y las capas
rojas de la Formación Nazas en las áreas Peñón Blanco, Charcas, y en Real de Catorce (Figuras 5
y 6; Silva Romo, 1993; Tristán González y Torres-Hernández, 1994; Barboza-Gudiño et al., 2004).
La Formación Nazas está formado por flujos de lava dacíticos y menores riolíticas y andesíticas,
flujos piroclásticos, diques e intrusivos someros porfiríticos. Las rocas volcánicas intercaladas
capas lenticulares con estratificación cruzada de bajo ángulo, y algunas intercalaciones de flujos
fluvial).
A pesar de que su edad no ha sido bien limitada en todas las exposiciones, hay un
informe de U/Pb con edades tan antiguas como 189 Ma en una sucesión subaérea volcánico-
pertenecen al mismo evento de arco volcánico (Figs. 5 y 6). Las rocas de la Formación Nazas en
Real de Catorce fechadas en U/Pb dieron edades de 172 ± 5 Ma (Barboza-Gudiño et al., 2004).
someras, evaporitas, y algunas capas delgadas de caliza, que a su vez se convertien en una
sucesión caliza masiva en las áreas de Peñón Blanco y Charcas (Fig. 6). La parte basal de esta
Silva Romo, 1997). Por el contrario, existe una discordancia angular interna en la localidad Real
de Catorce (Fig. 6), que se separa en dos unidades, las sucesiones volcánicas y sedimentarias
somera con intercalaciones de capas delgadas de caliza. Los fósiles más antiguos reportados
desde la base de la sucesión de caliza en Real de Catorce son edad Oxfordiano (Barboza-Gudiño,
et al., 2004).
a las Formaciones Caopas, Rodeo y Nazas (Córdoba-Méndez, 1964; López-Infanzón, 1986; Jones
et al., 1995). Las Formaciones Rodeo y Nazas son equivalentes laterales de las mismas rocas,
pero llamadas con diferente nombre en afloramientos separados (Díaz-Salgado, 2004). Ambas
unidades están formadas por flujos de lava riolítica a andesítica y diques, y depósitos
piroclásticos que están intercaladas con rocas sedimentarias fluviales, en su mayoría de arenisca
y conglomerado (Anderson et al., 1990, 1991; Jones et al., 1995; Díaz-Salgado, 2004). La
Formación Caopas fue formado por intrusivos porfídicos someros. Las rocas volcánicas félsicas
de la Formación Rodeo dan una edad K-Ar de 183 Ma (López-Infanzón, 1986), y la Formación
Caopas una edad U/Pb de 158 Ma (Jones et al., 1995). Rocas volcanoclásticas terrestres de la
Formación Rodeo se interpreta haber sido deformadas anterior a la deposición de caliza del
Oxfordiano Tardío (Anderson et al., 1991; Bartolini et al., 2002). Sin embargo, en otra localidad
que varían en edad desde el Jurásico Tardío al Cretácico Tardío (Córdoba-Méndez, 1964; Díaz-
Salgado, 2004).
primera sucesión superpuesta que cose el Terreno Central con Oaxaquia. Las Formaciones
Caopas y Rodeo, así como la Formación Nazas, se interpretan como conjuntos de intra-arco
edades U/Pb de 168.2 ± 1.2 Ma, 177.3 ± 1.5 Ma, y 179.1 ± 1.5 Ma (Campa y Iriondo, 2003).
del Terreno Zihuatanejo (Terreno Compuesto Guerrero). Una de las exposiciones esta al NE de
región Tumbiscatio, tanto como a lo largo de la costa del Pacífico (Figs. 7 y 8). Rocas en el Cuale
riolíticas submarinas, areniscas volcánicas con afinidad geoquímica de arco evolucionado (Bissig
et al., 2003), y la lutita que proporcionó edades U/Pb de 162.4 y 155.9 Ma (Bissig et al., 2003).
las sucesiones volcánicas y sedimentarias marinas sin metamorfismo del Cretácico no ha sido
determinada.
típicas de subducción calco-alcalinas relacionados con granitos, que están más evolucionados
que granitoides de edad Cretácico y Cenozoico de la misma zona. Ambos granitoides muestran
cizalla intensa y deformación interna. Grajales y López (1984) obtuvo un fechado de edad K/Ar
Jurásico Tardío (158 Ma). Análisis isotópico U/Pb arrojó una edad de 163 Ma, y Ar/Ar edades de
158 y 152.4 Ma (Centeno-García et al., 2003). Las rocas ígneas de las regiones Cuale y
volcánicas del Terreno Central (Caopas, Rodeo y Nazas), por lo que le sugerimos que
probablemente se originó en el mismo arco volcánico. Por lo tanto, el Complejo Arteaga fue
probablemente acrecentado al margen continental, ya sea cerca o alejado del borde central de
México.
transitoriamente hacia arriba a rocas calcáreas marino-someras. Por lo tanto, los cambios de
los de una grieta continental. Sin embargo, los análisis geoquímicos de sus escasas rocas
volcánicas sugieren un ajuste del arco (Jones et al., 1995). Estas rocas se han interpretado como
la continuación más al sur del arco Jurásico continental que se desarrolló a lo largo del margen
durante la actividad del arco (Megacizalla Mojave-Sonora; Jones et al., 1995). Esto podría
continental fluvial en Arizona, así como el desplazamiento hacia el sur del Terreno de Tahue.
Sea o no que el evento volcánico Jurásico fue coetáneo con una importante falla
deformación sinsedimentaria que implica mayor extensión es la siguiente: (1) Menores fallas
registra en los granitoides del Jurásico de la región Tumbiscatio (Zihuatanejo Terreno). (2) El
magmatismo de arco de pronto cesó en el Terreno Central y Oaxaquia, seguido de una rápida
transgresión registrada en unos pocos metros de la sedimentación de transición. (3) Las tasas de
evidencia de sedimentación más profunda en los niveles estratigráficos Superiores así como la
rápida sedimentación en general. (4) Aunque los planos de falla han sido borradas por los
eventos de deformación más jóvenes, han sido inferidos por los rápidos cambios laterales de
espesor y facies de las sucesiones calcáreas a través de un intervalo entre el final del Jurásico al
Cretácico Temprano. (5) Además, los principales lineamientos regionales se han identificado en
el centro y este de Oaxaquia, incluidas las Fallas de San Marcos y La Babia (Fig. 1) (Goldhammer,
Vulcanismo de arco estuvo ausente en Oaxaquia y el Terreno Central hasta el final del Jurásico y
el Cretácico. Durante este período, la corteza oceánica se emplazó hacia el este de Oaxaquia en
resultando en una plataforma calcárea gruesa que cubría toda el Terreno Central y Oaxaquia.
Aunque es necesario hacer mucho trabajo detallado para reconstruir la paleogeografía
del occidente de México durante el Cretácico, la evidencia disponible indica tres características
importantes:
1. El magmatismo progradó generalmente de este a oeste a través del tiempo, desde las
primeras edades en los Terrenos Oaxaquia y Mixteca a edades más jóvenes en las zonas
costeras del Terreno Zihuatanejo. Existe un cierto solapamiento de rangos de edad para el
volcanismo entre los diferentes Terrenos, por ejemplo, volcanismo del Terreno Mixteca se
superpone de edad con una parte de la actividad volcánica del Terreno Teloloapan (Terreno
ausente en los Terrenos Mixteca y Teloloapan, y está muy extendido en la región costera de los
2. La química del magma ha cambiado a través del tiempo hacia una fusión más
primitiva. Las rocas volcánicas e intrusivas del Jurásico Medio en todos los Terrenos en su
Mixteca y Oaxaquia. A diferencia de las rocas volcánicas Cretácicas del Terreno Compuesto
Guerrero varían de basaltos toleíticos a andesitas, con pocos riolitas. Ellas muestran en general
firmas geoquímicas más de arco isla primitiva (IA), y algunos incluso tienen firmas MORB de
3. Dentro de los diferentes conjuntos del Terreno Compuesto Guerrero hay grandes
intra-arco. Proponemos, como una hipótesis para ser examinada, que la zona de subducción
podría haber migrado al oeste. Esta habría producido un adelgazamiento de la corteza, que a su
vez se habría originado firmas geoquímicas IA más primitivos de los magmas y promovió el
las unidades principales se resumen por Terreno. En primer lugar, los del sur de México se
describen, a raíz de una sección de este a oeste. A continuación, las rocas cretácicas de los
Terreno Mixteca
occidente del Terreno Mixteca cerca del contacto con el Terreno Compuesto Guerrero: el
Esquisto Taxco y las Formaciones Chapolapa y Zicapa (Fries, 1960; de Cserna y Fries, 1981;
Talavera-Mendoza, 1993; Campa y Iriondo, 2003; Fitz et al., 2002). El Esquisto Taxco está
Compuesto por flujos de lava andesitas a riolíticas y tobas submarinas intercaladas con rocas
epiclásticas, areniscas y lutita ricas en cuarzo (de Cserna y Fries, 1981; Talavera-Mendoza,
1993). Sus rocas volcánicas tienen una afinidad geoquímica de arco continental más
lava de dacítica a riolítica intercalados con depósitos fluviales (Fitz et al., 2002). La Formación
Chapolapa se compone sobre todo de los flujos de lava y rocas epiclásticas marinas. La
abundancia de cuarcitas dentro de las sucesiones volcánicas sedimentarias del Esquisto Taxco y
Formación Zicapa sugiere que un basamento cristalino fue expuesto durante la actividad del
arco.
Datación de U/Pb en lavas del Esquisto Taxco por método de microsonda iónica sensible
de alta resolución (SHRIMP) descubrieron edades de 130-131 Ma (Campa y Iriondo, 2004), y las
rocas volcánicas-volcanoclásticas de la Formación Zicapa, 127 Ma ( Fitz et al., 2002). Los flujos
de lava de la Formación Chapolapa tienen edades U/Pb SHRIMP de 129-133 Ma. El Esquisto
Aptiano-Albiano. Así, a principios del Cretácico rocas volcánicas del Terreno Mixteca fueron
discordantemente cubiertas por una plataforma carbonatada que va desde Cretácico Temprano
La sucesión de caliza en los cambios occidentales del Terreno Mixteca aumentan de una
plegamiento regional tanto en el Terreno Compuesto Guerrero y Mixteca, al final del Cretácico.
Por lo tanto, la Formación Mexcala es el primer conjunto sobrelapado que cose el Terreno
Compuesto Guerrero y el Terreno Mixteca, y marca la amalgamación definitiva del Terreno
Terreno Teloloapan
sobre los carbonatos de plataforma del Cretácico Superior o rocas siliciclásticas del Cretácico
La naturaleza del basamento del Terreno Teloloapan sigue siendo desconocido. Las rocas
metamórficas del área Tejupilco (Fig. 8) se interpretan como un posible basamento para el
conjunto de arco anterior que el magmatismo remanente del Terreno Guerrero. Ellos basan esta
conclusión en las fechas en U-Pb de los depósitos asociados de sulfuros. Las edades obtenidas
varían ampliamente a partir de Carniano (227 Ma) a Oxfordiano (156 Ma). Sin embargo, las
mismas rocas volcánico-sedimentarias se consideran una parte del conjunto del arco Cretácico
El ensamblaje del arco del Terreno Teloloapan se compone de dos regiones distintas con
Suástegui et al., 1991; Ramírez Espinoza et al., 1991;. Talavera-Mendoza et al., 1995; Mendoza y
Suástegui, 2000;. Guerrero Suástegui, 2004). La estratigrafía de la región oriental, desde la base
hasta la parte Superior, está formado por flujos de lava basáltica a andesítica almohadillada y
Mendoza et al., 1995). Estos depósitos están intercalados con areniscas y conglomerados
storm, fragmentos de coral y otros fósiles sugieren aguas poco profundas y cálidas. Esta unidad
contiene gasterópodos y bivalvos fósiles que tienen edades comprendidas entre Hauteriviano al
al., 1995).
Los análisis geoquímicos de rocas volcánicas de la Formación Villa de Ayala del Terreno
2004). La sucesión volcánica de esta formación cambia transitoriamente hacia arriba a caliza
Nerineas de edad de finales Aptiano – Albiano Temprano (Guerrero-Suástegui et al., 1991, 1993;
Guerrero-Suástegui, 2004). Así el magmatismo cesó antes del Aptiano tardío (Guerrero-
Teloloapan grada hacia arriba en la Formación Pachivia de edad Turoniano, que se compone de
Suástegui, 2004).
submarinos, andesita, flujos de lava félsicas y rocas volcanoclásticas (Formación Villa de Ayala)
depositados en aguas más profundas que los sedimentos del oriente del Terreno Teloloapan.
base por capas delgadas de lutita y arenisca volcánica, en algunas localidades interestratificadas
con caliza oscura, finamente laminada. Cambia transitoriamente hacia arriba a lutitas, con poco
2004). Esta unidad ha sido altamente tectonizada, por lo que es difícil de calcular su espesor
Formación Villa de Ayala. Su contacto Superior con la Formación Amatepec es muy tectonizada.
La Formación Acapetlahuaya contiene ammonoideos, y radiolarios que son edad Aptiano Tardío
(Campa et al., 1974; Guerrero-Suástegui et al., 1993; Talavera-Mendoza et al., 1995;. Guerrero
Suástegui, 2004).
depositó durante la fusión de los Terrenos Zihuatanejo, Arcelia y Teloloapan, en una cuenca de
Las edades de magmatismo del Terreno Teloloapan han sido poco limitado por los
escasos fósiles que se encuentran en los niveles volcanoclásticas. Unas edades isotópicas U/Pb
de lavas félsicas en la base de la gama de la sucesión son de edad 137.4 a 145.9 Ma (Tithoniano-
Hauteriviano;. Mortensen et al., 2003). Por lo tanto, el magmatismo del Terreno Teloloapan, es
Hay tres diferencias distintivas en la estratigrafía del Cretácico entre los Terrenos
Mixteca y Teloloapan: (1) El vulcanismo del Terreno Mixteca está más evolucionado, y sus
magma. Por el contrario, el volcanismo del Terreno Teloloapan es más primitivo y no tiene
Talavera-Mendoza et al., 1995; Mendoza y Suástegui, 2000). (2) Los clastos de cuarzo y
metamórficos son abundantes (hasta 70%) en las areniscas que se intercalan con las rocas
volcánicas en el Terreno Mixteca, pero están ausentes en toda la columna estratigráfica del
Terreno Teloloapan. (3) El magmatismo cesó en el Terreno Mixteca antes del Aptiano, y parte de
parte de un único sistema arco-trasarco en el que el vulcanismo del Terreno Mixteca sería la
cuenca trasarco (Cabral-Cano et al., 2000; Monod et al., 1994). Una interpretación alternativa es
que estos dos Terrenos pertenecen a diferentes arcos, separados por una subducción de doble
Terreno Arcelia
Guerrero), que muestra facies marinas más profundas y magmatismo evolucionado menos que
el resto de las sucesiones de arco del Terreno Compuesto Guerrero (Talavera-Mendoza et al.,
1995; Mendoza y Suástegui, 2000). Este Terreno está formado por lavas almohadilladas
basálticas y cuerpos ultramáficas, lutita negra y pedernal, turbiditas volcánicas y de grano fino
1991; Talavera-Mendoza et al., 1995). Las capas de pedernal contienen radiolarios reportados
con la edad Albiano-Cenomaniano (Dávila y Guerrero, 1990; Ramírez Espinoza et al., 1991). Las
edades Ar/Ar y K/Ar (93,4 a 105 Ma; Delgado et al., 1990; Ortiz y Lapierre, 1991; Elías-Herrera,
1993) son compatibles con biocronología, pero las edades de circones detríticos de turbiditas
volcánicas son mayores (edad media, 130 Ma; Talavera-Mendoza et al., 2007). Firmas
geoquímicas de los magmas de Arcelia son similares a los de reciente IAs primitivas y cuencas
Suástegui, 2000). No hay exposiciones de rocas más antiguas en el Terreno Arcelia, y no se han
encontrado clastos de antiguas rocas metamórficas o sedimentarias en sus estratos
oceánico, que pudo haberse originado como un arco oceánico independiente a la cuenca
alternativa es que el Terreno Arcelia también podría ser una cuenca de retroarco del Terreno
se pueden agrupar en tres grandes regiones: el norte del Terreno Zihuatanejo (zona de
Superior al Cretácico del Terreno Zihuatanejo sur no está tan fuertemente deformado como los
de otros Terrenos, las relaciones originales de contacto y las columnas estratigráficas completas
se conservan bien. Los estratos se caracterizan por numerosos cambios de facies laterales y
localidad a otra. La estratigrafía del norte del Terreno Zihuatanejo (zona Zacatecas) se describe
más adelante.
compone de rocas del basamento Triásico del Complejo Arteaga, tiene cubierta sedimentaria y
volcánica Jurásico-Cretácico. Estas rocas cabalgan sobre el Terreno Arcelia (Figs. 7 y 8). Rocas
relacionados al arco de la región Huetamo (Figs. 7 y 8) en general han sido formadas por una
sucesión de espesor alternando lutita, arenisca y conglomerado, con lavas almohadilladas
epiclásticos en las partes bajas de la sucesión (Angao y Formaciones San Lucas; Pantoja, 1959;
Arteaga (Figs. 7 y 8). Los fósiles de edad Jurásico Tardío se han registrado en la Formación Angao
depósito cambia hacia arriba de la sección desde marina lo más profundo a somero.
Las rocas volcanoclásticas de la Formación San Lucas cambian hacia la parte superior de
la zonas calizas gruesas tienen amonites fósiles, orbitolinids y rudistas de finales Aptiano-
Albiano Temprano (El Cajón y Mal Formaciones Paso; Guerrero-Suástegui, 1997; Pantoja-Alor y
Caballero, 2003). Esta secuencia alterna con cambios lateralmente en arenisca volcánica marina
Caballero, 2003). El conglomerado está cubierto por paquetes grandes y gruesas de caliza
(Formación Huetamo) que contienen fósiles de finales del Albiano-Cenomaniano. Esta unidad se
la deposición de una espesa capa, sucesión subaérea de capas rojas que están intercaladas con
rocas volcánicas (Formación Cutzamala de Campa y Ramírez, 1979) y se relaciona con un arco
2005).
Las rocas más antiguas Cretácicas del Terreno Zihuatanejo en la región de costa
Zihuatanejo-Colima de México que han sido penetradas por la perforación son en edad
Formación Alberca está Compuesto por intercalaciones de lutitas negras, arenisca, caliza y
algunas tobas. El miembro Superior está Compuesto principalmente por coladas de lava
paquetes calizos intercalados con conglomerado y arenisca, limolita roja subaéreas, y algunas
A lo largo de la costa oeste, entre las ciudades de Colima y Zihuatanejo hay importantes
exposiciones de una sucesión de capas rojas, alternando con menores cantidades de caliza en
comparación con otras áreas del Terreno Compuesto Guerrero. El conjunto está formado por
lavas riolíticas (flujos de lava, brechas e ignimbritas) y menores lavas andesíticas y dacíticas
(Formación Tecalitlán, Complejo Titzupa – La Unión, Formación Playitas, etc. Ferrusquía et al.,
1978; Grajales y López, 1984, Pantoja y Estrada, 1986; Centeno-García et al., 2003). Estas
unidades están intercaladas con depósitos epiclásticos como toba volcánica lutita, arenisca y
algunos conglomerados. El conjunto también contiene capas delgadas de caliza que contienen
et al., 1978;. Grajales y López, 1984). Marcas de gota de agua, polígonos desecación, y huellas
de dinosaurios se pueden encontrar en esta sucesión (Ferrusquía et al., 1978). La parte Inferior
de la sucesión Cretácica no está presentes en la región Arteaga, donde rocas volcánicas y
En general, las rocas volcánicas cretácicas del sur del Terreno Zihuatanejo muestran
firmas geoquímicas e isotópicas que sugieren una composición de transición entre márgenes
continentales activos a arco de isla oceánica (Centeno-García, 1994; Freydier et al., 1997;.
Mendoza y Suástegui, 2000). El alto contenido de potasio, la abundancia de lavas félsicas y las
abundancias de elementos traza de estas rocas volcánicas son similares a los observados en los
IAs, donde la corteza es más gruesa (>~ 20 km), lo que permite la diferenciación magmática
(Centeno-García, 1994).
Las rocas del sur del Terreno Zihuatanejo se distinguen del resto de los Terrenos, ya que
el vulcanismo calco-alcalino más evolucionado que el de los Terrenos Teloloapan y Arcelia. Las
rocas sedimentarias interestratificadas con los flujos volcánicos contienen clastos de rocas de su
basamento, formado por arenisca, cuarzo y granito monolítico. Así pues, su estratigrafía es
similar a la de los arcos construidos en la corteza intermedia con una historia previa de
Siguiendo una sección de este a oeste en la parte norte del Terreno Guerrero, la
Zihuatanejo están restringidos debido a que el contacto está cubierto por pequeñas unidades.
Se infiere que el Terreno Guanajuato esta cabalgado por el Terreno Zihuatanejo sobre la base de
Terreno Guanajuato
completa de una acreción de arco volcánico, ya que sus conjuntos varían desde las raíces del
intercalaciones de capas delgadas de limolita, lutita, cuarzo y arenisca volcánica de grano fino
(Figs. 6 y 7, Ortiz-Hernández et al., 1991; Ortiz-Hernández, 1992). Sin embargo, todos los niveles
estratigráficos son diferentes en forma de astillas tectónicas (Fig. 7), con los niveles más
profundos Máficos (gabro, tonalita, serpentinita, wehrlita, los enjambres de diques) de empuje
tonalita Cerro Pelón y diorita Tuna Mansa. Estas rocas ultramáficas son empujados a través de
una sucesión que incorpora un enjambre alimentador dique diabásico, lavas almohadilladas
basálticas (basaltos La Luz), tobas riolíticas (Toba Cubilete), y una sucesión volcaniclástica
marino-profundas compuesta por turbiditas areniscas y lutitas, pedernal y caliza negro detrítica
et al., 2003). Basaltos de este ensamble muestran firmas geoquímicas similares de arcos de isla
grueso de grauvacas volcánicas, cuarcitas, caliza micrítica, sílex de radiolarios, esquisto negro, y
Arperos; Ortiz-Hernández et al., 1992; Lapierre et al., 1992; Quintero-Legorreta, 1992; Monod et
base de la Formación Arperos son más alcalinos que los basaltos de La Luz y muestran firmas
circones U/Pb informó que viene de la zona de El Gordo depósito volcanogénico mineral de
sulfuro masivo (Hall y Mortensen, 2003), que se considera parte de la sucesión inferior por Hall
y Mortensen, (2003), pero es menos el nivel estratigráfico de la segundo lamina cabalgada (toba
Cubilete?) en la estratigrafía propuesta por Ortiz-Hernández et al., (1992). La edad de una riolita
Mortensen (2003) arrojó un 146,1 Ma U/Pb edad. También hay informes de radiolarios en mal
de las edades de la zona de Guanajuato son de K/Ar análisis y parece que se han restablecido los
acontecimientos térmicos más tarde (Ortiz-Hernández et al., 1992, 2003). Las rocas
sedimentarias de las Formaciones La Luz y Arperos parecen ser depósitos de turbiditas distales
volcánicas, pero la abundancia de caliza asociada con la lavas almohadilladas sugiere que la
deposición se produjo por encima de la profundidad de compensación del carbonato (Ortiz-
fase de deformación se produjo antes del Aptiano-Albiano (Ortiz-Hernández et al., 2003). Sea o
no que esta deformación está relacionado con la acreción del Terreno Guanajuato al margen
Las rocas del Terreno Guanajuato se han correlacionado con el Terreno Arcelia, y ambos
fueron interpretados como haber formado parte de un arco oceánico independiente de los
arcos de Terrenos Zihuatanejo y otros (Ortiz-Hernández et al., 1992). Además, estas rocas son
considerados relictos de una cuenca oceánica consumida por subducción relacionado con el
arco del Terreno Zihuatanejo (Lapierre et al., 1992;.. Tardy et al., 1994). Una interpretación
puede haber sido la cuenca retroarco del Terreno Zihuatanejo (Centeno-García et al., 2003).
Terreno Zihuatanejo
Terreno Zihuatanejo es muy diferente a la estratigrafía del vecino Terreno Central y Oaxaquia
(Figs. 5-7). Considerando que los estratos en el norte del Terreno Zihuatanejo están compuestos
Central fueron cubiertos por una gruesa plataforma calcárea marina somera, durante el Jurásico
Tardío-Cretácico (Centeno-García y Silva Romo, 1997). Esto sugiere que el Terreno Zihuatanejo
probablemente estaba sufriendo dislocación del margen continental durante ese tiempo.
Borda, Chilitos, y El Saucito (de Cserna, 1976; Yta et al., 1990; Olvera-Carranza et al., 2001;
brechas volcánicas, con intercalaciones de capas delgadas de limolita, lutita, cuarzo, arenisca
volcánica y conglomerado, con escasas capas de tobas félsicas y caliza detrítica (Centeno-García
y Silva Romo, 1997; Olvera -Carranza, 2002). Las capas de sílex de radiolarios contienen fósiles
embargo, mayores edades U/Pb se han reportado (150-148 Ma) de la base de la sucesión
(Danielson, 2000; Mortensen et al., 2003). Lapierre et al. (1992) y Freydier et al. (1995)
caracterizan este magmatismo como IA primitivo y basaltos OI. Las estructuras sedimentarias y
contenido fósil sugiere que las Formaciones La Borda, El Saucito, y Chilitos fueron depositados
depósitos volcanogénicos y de mineral de sulfuro masivas (Yta et al., 1990; Danielson, 2000;
Terreno Tahue
la región de Leyva-Porohui (Fig. 4). La banda fue formada por lavas almohadilladas submarinas,
1979; Freydier et al., 1995;.. Gastil et al., 1999), pero edades Ar/Ar de las lavas son más jóvenes
(86 Ma;. Gastil et al., 1999), lo que sugiere la reposición. Las lavas basálticas muestran
afinidades geoquímicas MORB y OIB, pero las rocas volcanoclásticas muestran firmas
geoquímicas IA más evolucionadas (Freydier et al., 1995;. Gastil et al., 1999.). Aunque esta
del Terreno Guanajuato, y parte de una cuenca oceánica que originalmente se extendía entre el
arco y el continente Guerrero (Tardy et al., 1994;.. Lapierre, et al ., 1992; Dickinson y Lawton,
2001), la estratigrafía no es compatible con este escenario tectónico debido a (1) las rocas
volcánicas del Cretácico descansan discordantemente sobre un basamento Paleozoico, (2) las
volcanismo oceánico, y (3) las sucesiones Guanajuato aparentemente son más antiguos que los
conjuntos asociaciones de arco del Terreno Tahue y otras partes del Terreno Compuesto
Guerrero.
Resumen
caracteriza por una serie de Terrenos cuyos basamentos estaban formados por fragmentos de
arcos oceánicos del Paleozoico al Triásico, los sedimentos continentales de talud, y ensamblajes
(Terreno Tahue) conforman el registro de una colisión a mitad del Paleozoico y el desarrollo de
un margen pasivo al Carbonífero Pérmico. Estas rocas podrían ser equivalentes al Arco Antler
dislocado se desarrolló a lo largo del margen continental occidental de México, que se extendía
por todo el Triásico. Este desarrollo ha sido propuesto por la gruesa sucesión de turbiditas
continental (Abanico Submarino Potosí). Las turbiditas siliciclásticas del abanico son en su
mayoría derivadas continentales, areniscas, limolitas y lutitas ricas en cuarzo, que contienen
• Las rocas siliciclásticas del abanico Potosí se extienden al oeste en una cuenca oceánica
marginal (Cuenca Arteaga), que actualmente forma el basamento del Terreno Zihuatanejo del
• El primer evento de compresión que deforma las rocas Triásicas originó pliegues
apretado, fallas y clivaje axial en la Formación La Ballena, y la textura matriz en bloque en las
formaciones Taray y Zacatecas y el Complejo Arteaga. Esta deformación está relacionada con la
subducción a lo largo del margen continental a principios del Mesozoico. Puede haber
comenzado en algún momento entre el Triásico Tardío y Jurásico, acrecionando las turbiditas
arco oceánico se encuentra en la península del Vizcaíno, donde se expone una secuencia
volcánica de afinidad arco primitivo. Es posible que las rocas de la Península del Vizcaíno
Arteaga del Terreno Compuesto Guerrero, pero este modelo necesita más pruebas.
caracterizan por a los flujos de lava andesítica riolítica continental, intercaladas con depósitos
relacionadas al vuelco. Estas rocas se han interpretado como la continuación meridional del
arco Jurásico continental que se desarrolló a lo largo del margen suroeste de los Estados Unidos.
Magmatismo estuvo activo desde ca. 163 a 155 Ma (Caloviano-Oxfordiano), aunque se han
reportado rocas volcánicas más antiguas para el este de México (189 Ma). El arco Jurásico
muestra firmas geoquímicas más evolucionadas que los eventos volcánicos posteriores.
ocurrieron, según lo sugerido por los cambios en la estratigrafía. Se ha propuesto que las
principales fallas horizontales eran probablemente activas durante la actividad del arco
las diferentes asociaciones estratigráficas Cretácicas entre los Terrenos de Guerrero. Ellos son,
de este a oeste: flujos de lava andesítico-basálticas submarinos y tobas (firmas geoquímicas IA),
plataforma calcárea del sur México continental (Terreno Mixteca). Sucesiones ofiolitica, con
(Terreno Zihuatanejo) y entre los dos arcos marinos de poca profundidad (Terrenos Teloloapan
y Zihuatanejo) en el sur.
considerable y originó una serie de sistemas de arco - tras arco marginales en el oeste de
México, con paleogeografía compleja. Dos escenarios posibles pueden ser propuestos para el
Cretácico paleogeografía del occidente de México: (1) que había un rifting de arco único, con
una migración del magmatismo hacia el oeste y desarrollo de profundas cuencas marinas
intraarco y retroarco (Terrenos Guanajuato y Arcelia), y (2) que el rifting durante el final del
Jurásico era lo suficientemente grande para permitir la formación de múltiples arcos de islas
los antiguos Terrenos que forman la parte oriental de México es Turoniano al Maastrichtiano,
como lo sugiere el rango de edad de las cuencas de antepaís asociadas con la deformación del
arco. Superposición de los previamente deformados Terrenos Arcelia y Zihuatanejo, un nuevo
Agradecimientos
financiado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y para los proyectos de
UC-Mexus Exotic versus Fringing Arc Models: Implications for the Growth of Continents y
SEP/2003 42642 C02. Agradecimientos especiales a J.Stock, Busby C., C. Vita Finzi, y Draut AE
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