You are on page 1of 182

PURIFICACIÓN

MENTAL
HAZRAT INAYAT KHAN

Traducción: Salim Gabriel Hernández


Colección Blanca ‡ 26 ˆ
Título: Purificación Mental

Traducción:
Salim Gabriel Hernández

© De esta edición: Mandala Ediciones, 2011


Tarragona 23, Local. 28045 Madrid (España)
Tel: +34 914 678 528
E-mail: info@mandalaediciones.com
www.mandalaediciones.com

I.S.B.N.: 978-84-8352-711-5
Depósito Legal: M-29320-2012

Diseño de la colección: reiko

Impresión: Ulzama

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o


transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus
titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a Cedro (Centro Español
de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o
escanear algún fragmento de esta obra.
Nota del traductor.

Fue el deseo expreso de Hazrat Pir-O-Murshid


Inayat Khan que sus palabras se conservaran
exactamente tal como él las pronunció.
Teniendo en cuenta que se trata de seminarios
transcritos literalmente y que fueron
pronunciados a principios de siglo pasado, se
ha intentado traducir el texto con la mayor
fidelidad posible a las palabras del inglés
original, modificándolo en todo caso para
ganar una mayor comprensión y legibilidad
en castellano sin alterar la intención original.
Quiero dar las gracias a Alfonso R.
Manzanares y a Jennifer y Shah Naaz
Haberer por su ayuda en la traducción y
corrección del texto.

Salim Gabriel Hernández.


1. PURIFICACIÓN MENTAL

Tan necesario como limpiar y purificar el cuerpo, o quizás


incluso más necesario, es que la mente sea limpiada y purificada.
Toda impureza causa enfermedades así como irregularidades en el
funcionamiento del sistema físico. Lo mismo se aplica a la mente.
Hay impurezas que pertenecen a la mente, que pueden causar dife-
rentes enfermedades, y mediante la limpieza de la mente se ayuda
a crear salud tanto en el cuerpo como en la mente. Por salud quiero
decir la condición natural. ¿Y qué es la espiritualidad sino ser natu-
ral?
Muy pocos piensan así. Tanta gente piensa que ser espiri-
tual significa ser capaz de hacer maravillas, poder ver cosas extra-
ñas, fenómenos maravillosos; y muy pocos saben lo simple que es,
que ser espiritual significa ser natural.
La purificación mental se puede hacer de tres formas
diferentes. La primera forma es aquietando la mente, porque muy
frecuentemente es la propia actividad de la mente la que produce
impurezas. El aquietar la mente remueve impurezas; es como afi-
nar la mente a su tono natural. La mente puede compararse con
una balsa de agua. Cuando el agua en la balsa no es perturbada, el
reflejo es claro; es lo mismo con la mente. Si la mente es pertur-
bada, no se reciben la intuición, la inspiración, claramente en ella.
Una vez se aquieta la mente da un reflejo claro, como el estanque
cuando el agua está en calma.

hazrat inayat khan


Esta condición se logra mediante la práctica del reposo
físico. Sentarse en cierta postura crea cierto efecto. Los místicos
en su ciencia conocen diferentes formas de sentarse en silencio, y
cada forma tiene un cierto significado. Y no es sólo un significado
imaginario; produce un resultado definido. Yo he tenido, personal-
mente y a través de otras personas, muchas experiencias de cómo
cierta forma de sentarse cambia la actitud de la mente. Y los anti-
guos sabían esto, y encontraron formas diferentes de sentarse para
personas diferentes. Existe la postura del guerrero, la postura del
estudiante, la postura de la persona meditativa, la postura del hom-
bre de negocios, del trabajador, del abogado, del juez, del inventor.
Imagina, qué maravilloso que los místicos hayan descubierto esto y
que lo hayan experimentado por miles de años –el gran efecto que
sentarse en cierta postura tiene sobre la persona y especialmente
sobre su mente.
Experimentamos esto en nuestra vida diaria, pero no pen-
samos en ello. Sucede que nos sentamos en cierta postura y nos sen-
timos intranquilos; y entonces nos sentamos en otra y nos sentimos
en paz. Una cierta posición nos hace sentir inspirados y otra forma
de sentarnos nos hace sentir sin energía, sin entusiasmo. Mediante
el aquietamiento de la mente con la ayuda de una cierta postura, la
mente puede ser purificada.
La segunda manera de purificar la mente es mediante la
forma de respirar. Es muy interesante para un oriental ver cómo
a veces en Occidente, en sus inventos, la gente inconscientemente
aplica los principios del campo místico. Tienen una máquina que
barre las alfombras absorbiendo el polvo. Es el mismo sistema para
el interior. La forma apropiada de respirar chupa el polvo de la
mente y lo expulsa. Los científicos van tan lejos como para decir
que una persona exhala dióxido de carbono; los gases malos son

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
expulsados del cuerpo mediante la exhalación. El místico va más
allá, diciendo que no es sólo del cuerpo, sino también de la mente.
Si uno sabe cómo quitar las impurezas, podría limpiar más de lo
que se imagina. Las impurezas de la mente pueden ser expulsadas
mediante la forma correcta de respirar. Esto es por lo que los mís-
ticos combinan la respiración con la postura. La postura ayuda a
aquietar la mente, la respiración ayuda a limpiarla. Las dos van jun-
tas.
La tercera forma de purificar la mente es mediante la acti-
tud, mediante la actitud correcta hacia la vida. Ésta es la manera
moral y el camino regio hacia la purificación. Una persona puede
respirar y sentarse en silencio en mil posturas, pero si no tiene la
actitud correcta hacia la vida, nunca se desarrollará. Esto es lo prin-
cipal. Pero la cuestión es, ¿cuál es la actitud correcta? La actitud
correcta depende de cómo de favorable es uno con respecto a los
propios defectos. Muy a menudo se está dispuesto a defenderse de
las propias faltas y errores, y se quiere hacer de lo malo lo bueno.
Pero no se tiene la misma actitud hacia los demás. Les reprendemos
cuando llega el momento de juzgarles. ¡Es tan fácil desaprobar a
los demás! Es tan fácil dar un paso más allá y tener aversión a los
demás, y para nada difícil dar un paso todavía más allá y odiar a los
demás. Y cuando se actúa de esta manera, no se piensa que se esté
haciendo nada malo. Aunque sea una condición que se desarrolla
dentro de nosotros, sólo se ve en lo de fuera. Toda la maldad, que
se acumula dentro, se ve en otra persona. Por tanto el hombre está
siempre en una ilusión; está siempre complacido consigo mismo y
siempre culpando a los demás. Y lo extraordinario es que el más
censurable es quien más culpa. Pero está mejor expresado al revés.
Porque uno es el que más culpa, se vuelve el más merecedor de
culpa.

hazrat inayat khan


Hay belleza de forma, de color, de línea, de manera, de
carácter. En algunas personas falta la belleza, en otras hay más.
Es sólo la comparación lo que nos hace pensar que una persona es
mejor que otra. Si no comparásemos, entonces todas las personas
serían buenas. Es la comparación la que nos hace considerar una
cosa más bella que otra. Pero si mirásemos más cuidadosamente
veríamos la belleza que está también en el otro. Muy a menudo
nuestra comparación no es correcta por la razón de que aunque
hoy determinamos en nuestra mente lo que es bueno y bello, somos
propensos a cambiar esta concepción en un mes, en un año. Esto
nos muestra que cuando miramos algo, somos capaces de apre-
ciarlo si su belleza se manifiesta a nuestra mirada.
No es de sorprender que persona llegue al estado en el que
diga, “todo lo que veo en este mundo, lo amo todo a pesar de todos
los dolores y luchas y dificultades, todo vale la pena”. Pero otro
dice, “todo es miserable, la vida es fea, no hay ni pizca de belleza en
este mundo”. Cada uno está en lo correcto desde su punto de vista.
Ambos son sinceros. Pero difieren en que miran de forma diferente.
Cada una de estas personas tiene su razón para aprobar la vida o
desaprobarla. Sólo que uno se beneficia de la visión de la belleza y el
otro pierde al no apreciarla, no viendo la belleza en ella.
Mediante una actitud incorrecta, por tanto, una persona
acumula en su mente impresiones indeseables que vienen de la
gente, ya que nadie en este mundo es perfecto. Cada uno tiene
un lado que puede ser criticado y requiere reparación. Cuando se
mira este lado, se acumulan impresiones, que hacen a uno más y
más imperfecto debido a que recoge imperfección, y entonces eso
se convierte en nuestro propio mundo. Y cuando la mente se ha
convertido en una esponja llena de impresiones indeseables, enton-
ces lo que se emite desde ella es indeseable también. Nadie puede

10

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
hablar mal de otro sin hacerlo de sí mismo. Porque el que habla mal
de los demás es malo él mismo.
Por tanto la purificación de la mente, desde un punto de
vista moral, debería aprenderse en la vida cotidiana. Intentando
considerar las cosas con simpatía, favorablemente, mirando a los
demás como se mira uno a sí mismo, poniéndose uno mismo en el
lugar del otro en vez de acusar a los demás al ver sus debilidades.
Las almas en la tierra nacen imperfectas y muestran imperfección,
y desde aquí se desarrollan naturalmente, yendo hacia la perfec-
ción. Si todo fuera perfecto, no habría propósito en su creación. Y
la manifestación ha tenido lugar para que aquí cada ser pueda supe-
rar la imperfección hacia la perfección. Éste es el objeto y la ale-
gría de la vida y para esto fue creado el mundo. Si esperásemos que
cada persona fuera perfecta y que las condiciones fueran perfectas,
entonces no habría alegría en vivir ni propósito en venir aquí.
La purificación de la mente significa por tanto purificarla
de todas la impresiones indeseables. No sólo de los defectos de los
demás, sino que debe llegarse al estado en el que uno olvida los pro-
pios defectos. He visto a gente justa que se han acusado a sí mismos
de sus errores hasta que ellos mismos se han convertido en el error.
Concentrarse todo el tiempo en el error significa agravarlo sobre
la mente. El mejor principio es olvidar a los demás y olvidarnos a
nosotros mismos y emplear nuestras mentes en acumular todo lo
que es bueno y hermoso.
Hay una ocupación muy significativa entre los niños de la
calle en India. Cogen la tierra de cierto lugar y tienen un modo de
encontrar en esta tierra algún metal como oro o plata, y todo el día
sus manos están en el polvo. ¿Pero buscando el qué? Buscando oro
y plata.

11

hazrat inayat khan


Cuando en este mundo de imperfección buscamos todo lo
que es bueno y hermoso, hay muchas oportunidades para la decep-
ción. Pero al mismo tiempo si seguimos buscando, buscando el oro
en lugar de mirar el polvo, lo encontraremos. Y una vez que empe-
zamos a encontrarlo encontraremos más y más. Llega un momento
en la vida de un hombre en que puede ver algo bueno en el peor
hombre del mundo. Y cuando ha alcanzado este punto, aunque lo
bueno estuviera cubierto por mil capas, él pondría su mano en lo
que es bueno, porque busca lo bueno y atrae lo que es bueno.

12

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
2. LA MENTE PURA

La mente pura no crea fenómenos, sino que es un fenó-


meno en sí misma.
Un hombre que quería cierta estantería para su habitación
no sabía dónde encontrarla en la ciudad. Pero él tenía en su mente
una idea definida de cómo debería ser, y tan pronto como llegó a la
primera tienda sus ojos se fijaron en la repisa que allí había. Quizás
no hubiera encontrado otra a lo largo y ancho de toda la ciudad,
pero su mente le llevó directo al objeto que deseaba. ¿De dónde
viene esto? Viene de la pureza de la mente.
La mente puede ser comparada con el agua. Incluso mirar
un arroyo corriendo en toda su pureza es la mayor alegría que
se puede tener, y beber el agua pura también lo es. Y así es con
la mente. El contacto con los de mente pura es la mayor alegría.
Hablen con uno o no, emana de ellos pureza, una pureza natural,
que no está hecha por el hombre sino que pertenece al alma y da
el mayor placer y alegría. Hay otros que han aprendido a hablar y
entretener, y su manera es educada, su ingenio exagerado, y su dis-
curso es artificial. ¿Qué viene a ser todo esto? Si no hay pureza de
mente, ninguna otra cosa puede dar esa exquisita alegría que toda
alma anhela.
Se dice que una persona de mente pura muy a menudo
parece demasiado buena para vivir y parece estar privada de sen-
tido común; que muy a menudo la persona de mente pura parece
no pertenecer a este mundo. Es verdad; pero la falta no es del de

13

hazrat inayat khan


mente pura. La falta es del mundo malvado. El mundo ha ido de
mal en peor. Todo aquel que muestra pureza de mente empieza
siendo un marginado y parece ser incapaz de hacer cualquier cosa
que intente. ¿Pero qué importa? Uno puede ser de mente pura y
sabio al mismo tiempo. El de mente pura puede también trabajar
en asuntos mundanos a fondo, tan capazmente como un hombre
mundano; y aquél sin mente pura puede ser capar de tener éxito en
el mundo, pero no para siempre.
Cuando llegamos a la cuestión del éxito y el fracaso, no
hay principio en el que basarse. No es verdad que uno deba ser
bueno y honesto y de mente pura para tener éxito. Muy a menudo
lo opuesto es más cierto. Pero al mismo tiempo no se puede decir
que se tenga que ser lo opuesto para tener éxito. Frecuentemente
la deshonestidad y la falta de pureza de mente traen sobre uno un
gran fracaso. Si hay alguna regla al respecto, esa regla es que el éxito
del que lo alcanza a través de la honestidad y bondad, depende de la
honestidad y bondad. Y el que alcanza el éxito en algo sin honesti-
dad y bondad fracasará el día que sea honesto y bondadoso. Es por-
que sus caminos son diferentes. Toda la actitud de la mente actúa
sobre los asuntos de la vida de cada uno. Es lo más maravilloso de
observar. Mientras más piensas en ello, más te probará que el éxito
y el fracaso dependen enteramente de la actitud de la mente.
Me pareció muy interesante lo que me contó una vez un
amigo que era vendedor en una gran firma de joyeros. Él solía
venir a mí para hablar de filosofía. Dijo, “Es muy extraño. He visto
a menudo, al llegar a una casa en la que creía que eran capaces de
pagarme más del valor real de las cosas, que estaba tentado a pedir
un precio mucho más alto del valor que sabía que tenía, pero cada
vez que caí en esta tentación, no tuve éxito. Y de nuevo me animaba
a hacer lo mismo cuando veía a mis colegas vendiendo una piedra a

14

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
alguien fascinado por ella por un preció quizás cuatro veces su valor.
¿Por qué ellos tuvieron éxito y yo no lo tuve?” Le dije, “Tu camino es
diferente, el camino de ellos es diferente. Ellos pueden tener éxito
mediante la deshonestidad, tú puedes tener éxito mediante la hones-
tidad. Si tomas el camino de ellos no tendrás éxito”.
Por eso a veces el que está ocupado en desarrollarse men-
talmente mediante la purificación mental puede tener que experi-
mentar pequeños sacrificios, fracasos menores. Pero éstos son sólo
un proceso hacia algo realmente substancial, que de verdad merece
la pena. Si no se desanima por un pequeño fracaso, ciertamente
llegará a un estado en el que el éxito será suyo. La pureza de mente
libera fuentes de inspiración que de otra forma permanecen cerra-
das. Y es a través de la inspiración por lo que se disfruta y aprecia
todo lo que es hermoso, y se crea todo lo que es bueno para la ale-
gría y el placer de los demás.
Una vez visité el estudio de un pintor que había muerto.
Me senté por quince minutos, y me vino tal depresión que pre-
gunté a la viuda del pintor, “¿cuál era la condición de su marido?”.
Y ella contestó, “una condición terrible. Su espíritu estaba hecho
añicos.” Le dije, “eso es lo que muestran sus pinturas”.
El efecto era tal que cualquiera que hubiera visto sus pin-
turas hubiera sufrido la misma influencia. Si tenemos pureza de
mente creamos pureza. En todo lo que hacemos, arte, política,
negocios, música, industria, vertimos la pureza de nuestra mente
en tal medida que incluso aquellos que nos rodean, conocidos o
desconocidos, toman parte en nuestra alegría. Se dice que las enfer-
medades son infecciosas. Pero la pureza de mente es infecciosa
también y su efecto crea pureza en los demás. Algunos lo mantie-
nen por largo tiempo, otros por un tiempo corto. Depende de la
mente.

15

hazrat inayat khan


La mente es un almacén, un almacén de todo el conoci-
miento que se ha acumulado mediante estudios, experiencias,
impresiones, a través de cualquiera de los cinco sentidos. En otras
palabras, cada sonido, una vez es oído, es registrado allí. Cada
forma que nuestros ojos han visto, incluso cada vislumbre, es regis-
trada allí. Y cuando nuestro corazón es puro proyecta la luz del
alma igual que la luz es proyectada por una linterna. Y el fenómeno
más maravilloso es que la luz es proyectada por la fuerza de volun-
tad sobre ese punto en concreto en el almacén de la mente, justo lo
que nosotros queremos encontrar. Por ejemplo, vimos una persona
una vez hace diez años y él se presenta ante nosotros y le miramos
y decimos, “He visto a esta persona antes, ¿pero dónde?” En ese
momento proyectamos la luz de nuestra alma en esa imagen que
fue hecha en nuestra mente en una ocasión hace diez años. Está
todavía allí. Lo habíamos olvidado completamente, pero la imagen
estaba allí. Nuestra alma proyecta su luz en ese punto en concreto,
justo el momento que deseamos ver; y lo más maravilloso es que
hay quizás un millón de imágenes. ¿Por qué debería la luz ser arro-
jada sobre esa imagen en particular? Esto es el fenómeno. Es que la
luz interior tiene un gran poder. Es un poder, que es creativo por
naturaleza. Y por tanto cuando arroja su luz, la arroja en ese punto
en particular.
Por la palabra “mente” quiero decir aquí lo que a menudo
es llamado la mente subconsciente. El almacén del que hablé antes
es la mente subconsciente. En ese almacén hay cosas y viven. Todos
los pensamientos e impresiones son cosas vivas. No hay nada en la
mente que muera. Está viva y por mucho tiempo, pero cuando no
somos conscientes de ello, eso es nuestra mente subconsciente.
Por ejemplo, le dijeron a una persona que debía ir y ver a su
amigo tal día a tal hora. Él lo había escrito en su cuaderno, pero des-

16

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
pués lo olvidó. Durante sus ocupaciones diarias vino un momento
en que pensó, “¡Debería estar en ese lugar! No he ido. Lo he olvi-
dado. Debería estar allí. ¿Por qué no estoy allí? ¿Por qué lo olvidé?”
Esta idea que vino a su memoria estaba en su mente subconsciente.
Y como su voluntad quería conocerla surgió. Él sabía sin duda que
tenía un compromiso, que tenía la intención de estar allí. Sólo lo
había olvidado por un momento. ¿Dónde estaba? En esa parte de la
mente que se llama el subconsciente.
Tuve una vez un alumno que estaba muy interesado en
ejercicios espirituales y cuestiones metafísicas, me dejó y se con-
virtió en un hombre de negocios. Los negocios ocupaban todo
su tiempo. Me olvidó totalmente. Durante diez años nunca hizo
sus prácticas. Un día sucedió que fui a la ciudad donde él vivía, y
recordó a su antiguo maestro que había regresado. Cuando escu-
chó la charla que di, todo lo que él había aprendido diez años antes
revivió en un momento; tan sólo estaba impaciente por salir. Dijo,
“Todo está vivo para mí. Por favor dime qué hacer”. Ahora él estaba
deseando hacer cosas.
Y así es. Todo lo que está en la mente, todo lo que nunca se
ha pensado, todo por lo que nunca uno se ha preocupado, está allí;
y cuando uno se libera de las preocupaciones mundanas, todo se
vuelve vivo.
Con la muerte viene liberación. Después de la muerte la
mente llega a una vida más grandiosa, una vida más real que aquí.
La muerte es un desvelar, quitar una cubierta, después de la muerte
el alma sabrá muchas cosas en relación con su propia vida y en rela-
ción con el mundo entero que hasta ahora habían estado escon-
didas. Por tanto la comprensión de lo que se dice sobre el cielo y
el infierno que se ha acumulado en nuestra mente, en el más allá
será nuestra. Hoy nuestra mente está en nosotros. En el más allá

17

hazrat inayat khan


nosotros estaremos en nuestra mente. Y por tanto la mente que es
mente ahora mismo, en el más allá será el mundo. Si es el cielo, será
el cielo. Si es otro lugar, será otro lugar. Es lo que hayamos hecho.
Nadie es atraído y puesto allí. Lo hemos hecho nosotros mismos,
por nuestra propia conveniencia.
Lo que perseguimos es lo que hemos recogido. Un vestido
caro, si realmente era importante, está allí. Si hemos descubierto
que no es importante, que es una tontería, está allí igualmente.
Incluso las cosas inútiles toman forma en la mente, ya que
todo tiene una forma. Pero tiene una forma parecida a como fue
impresa. Por ejemplo, no sólo una pintura, un dibujo, tiene una forma
perceptible. La música también es un lenguaje. Los ojos no lo ven,
pero los oídos lo ven. Así la mente incluso acumula todas las formas
tales como agrio, dulce, amargo, acre, todos los diferentes sabores. No
los vemos, pero están registrados en la mente en una forma que dis-
tinguimos. Los ojos no ven la forma, pero la mente realmente la ve
con la misma forma que una vez se saboreó. Para la mente todas estas
formas son inteligibles en la misma medida, exactamente lo mismo
que cuando llegan a través de los diferentes sentidos.
Diversas impresiones permanecen en la mente después de
la muerte. Porque ¿qué es el individuo? Ser un individuo es como
estar en la neblina. Cuando los diferentes órganos físicos no pueden
sostener más el espíritu entonces fallan, y el espíritu ha terminado
con ellos. El cuerpo se marcha, el espíritu permanece. El espíritu es
tan individual como la persona era individual en el cuerpo físico.
Después de que el cuerpo físico se ha ido, las impresiones no físicas
son más distintivas porque la limitación del cuerpo físico se desva-
neció. El cuerpo físico es una gran limitación. Cuando se desvanece
la individualidad se vuelve más distintiva, más capaz de funcionar
que en el plano físico.

18

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
3. DESAPRENDER

Es muy difícil olvidar lo que ya se ha aprendido. Aprender


es una cosa; y desaprender es otra. El proceso de la realización espi-
ritual pasa por desaprender. La gente considera que su creencia es
su religión. En realidad la creencia es un peldaño hacia la religión.
Así, si fuera a dibujar la creencia, sería justo como una escalera que
conduce a una comprensión mayor. Pero en lugar de subir por la
escalera la gente se detiene en ella. Es como agua corriente que ya
no fluye más. La gente ha hecho rígida su creencia, y por lo tanto en
lugar de ser beneficiados por su creencia van hacia atrás. Si no fuera
así uno pensaría que todos los creyentes en Dios, en la verdad y en el
más allá, estarían mejor que los no creyentes. Pero lo que ocurre es
que están peor, porque han clavado sus propios pies en sus creencias.
Muy a menudo me encuentro en una situación en la que
puedo decir muy poco, especialmente cuando una persona viene
a mí con sus ideas preconcebidas y quiere tomar mi dirección, mi
guía en el camino espiritual. Sin embargo al mismo tiempo su pri-
mera intención es ver si sus pensamientos encajan con los míos y
si mis pensamientos encajan con los suyos. No puede vaciarse a sí
mismo para que la enseñanza le sea dada. No ha venido a seguir
mis pensamientos, sino que quiere confirmarse a sí mismo que su
idea es correcta. De cada cien personas que vienen buscando guía
espiritual, noventa siguen esta línea. ¿Qué muestra esto? Que no
quieren abandonar su propia idea, sino que quieren reafirmarse en
que la idea que tienen es la correcta.

19

hazrat inayat khan


La realización espiritual, de principio a fin, es desapren-
der lo que uno había aprendido. Pero ¿cómo se desaprende? Lo que
uno ha aprendido está en uno mismo. Puede hacerse volviéndose
más sabio. Cuanto más sabio se vuelve uno, más capaz se es de con-
tradecir las propias ideas. Cuanta menos sabiduría tiene uno, más
sostiene las propias ideas. En la persona más sabia hay voluntad de
someterse a los demás. Y la persona más ignorante está dispuesta
siempre a permanecer firme manteniendo sus propias ideas. La
razón es que la persona sabia puede fácilmente abandonar sus pen-
samientos; la ignorante los sostiene. Esto es por lo que no se hace
más sabia, porque se limita a sus propias ideas. Esto es por lo que no
progresa.
La purificación mental por tanto es el único método por el
cual se alcanza la meta espiritual. Con objeto de realizar esta tarea
se tiene que mirar al punto de vista de otra persona. Porque en rea-
lidad cada punto de vista es el propio punto de vista de uno mismo.
Cuanto más amplio se vuelve uno, mayor es la comprensión que
alcanza, más se ve que cada punto de vista es correcto. Si se es capaz
de expandirse a la conciencia de otra persona, la propia conciencia
se hace tan grande como dos personas. Y así puede ser tan grande
como mil personas cuando uno se acostumbra a probar y ver lo que
otros piensan.
El siguiente paso en la purificación mental es ser capaz de
ver lo correcto en lo equivocado y lo equivocado en lo correcto, y
lo malo en lo bueno y lo bueno en lo malo. Es una tarea difícil, pero
una vez que se ha cumplido, uno se eleva por encima de lo bueno y
lo malo.
Uno debe poder ver el dolor en el placer y el placer en el
dolor; la ganancia en la pérdida y la pérdida en la ganancia. Lo que
generalmente ocurre es que se está dirigido hacia una cosa y los ojos

20

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
están abiertos a otra; que no se ve la pérdida o no se ve la ganancia.
Si se reconoce lo correcto, no se reconoce lo incorrecto.
Purificación mental quiere decir que la impresiones tales
como bueno y malo, correcto e incorrecto, pérdida y ganancia, y pla-
cer y dolor, estos opuestos que bloquean la mente, deben ser aclara-
dos viendo lo opuesto en cada cosa. Entonces uno ve el enemigo en
el amigo y el amigo en el enemigo. Cuando uno puede reconocer el
veneno en el néctar y el néctar en el veneno, éste es el momento en
que la vida y la muerte se vuelven uno también. Los opuestos ya no
más permanecen opuestos ante uno. Esto es llamado purificación
mental. Y aquellos que llegan a este estado son los sabios en vida.
El tercer campo de la purificación mental es identificarse
con lo que no se es. Mediante esto uno purifica la mente de impre-
siones de la propia falsa identidad.
Daré como ejemplo la historia de un sabio en India. La his-
toria comienza diciendo que un hombre en su juventud preguntó
a su madre, que era una campesina que vivía en una aldea, “¿Cuál
es la mejor profesión, madre?” Y la madre contestó, “No lo sé hijo,
pero sé que aquellos que buscaron lo más alto en la vida fueron en
busca de Dios”. “Entonces, ¿dónde debo ir, madre?”, preguntó. Ella
contestó, “No sé si es práctico o no, pero ellos dicen que a la soledad,
al bosque”. Así que él se fue por mucho tiempo y vivió una vida de
paciencia y soledad. Y una o dos veces entre medias él fue a ver a
su madre. A veces su paciencia estaba exhausta, su corazón roto.
A veces estaba contrariado por no encontrar a Dios. Y cada vez su
madre lo mandaba de vuelta con un consejo más fuerte. A la ter-
cera visita él dijo “Ya he estado allí por mucho tiempo”. “Sí”, dijo la
madre, “Creo que ya estás preparado para ir a un maestro”. Así que
fue a ver a un maestro. Y había muchos aprendices aprendiendo
bajo este maestro. Cada aprendiz tenía un cuarto para sí mismo

21

hazrat inayat khan


para la meditación, y además se le pedía a este aprendiz que fuera a
cierta sala a meditar. El maestro le preguntó, “¿Hay algo que ames
en este mundo?” Este joven que había estado fuera de casa desde la
infancia, sin haber visto nada del mundo, no podía pensar en nada
que conociera, excepto la vaquita que había en su casa. Dijo, “Amo
la vaca de nuestra casa”. El maestro dijo, “Entonces piensa en la vaca
durante tu meditación”.
Todos los otros aprendices iban y venían, y se sentaban
en la sala durante quince minutos para una pequeña meditación.
Entonces se cansaban y se iban; pero este joven permaneció sentado
allí todo el tiempo que el maestro le había dicho. Después de algún
tiempo el maestro preguntó, “¿Dónde está él?” Los otros aprendices
contestaron, “No sabemos. Debe estar en su habitación”. Fueron a
buscarle; la puerta estaba cerrada y no había respuesta. El maestro
fue por sí mismo y abrió la puerta y allí vio a su aprendiz sentado
en meditación, totalmente absorto en ella. Y cuando el maestro
le llamó por su nombre, él contestó con el sonido de una vaca. El
maestro dijo, “Sal fuera”. Él contestó, “Mis cuernos son demasiado
grandes para pasar por la puerta”. Entonces el maestro dijo a sus
aprendices, “Mirad, este es un ejemplo vivo de meditación. Estáis
meditando en Dios y no sabéis dónde está Dios, pero él está medi-
tando en la vaca y se ha convertido en la vaca; ha perdido su iden-
tidad. Se ha identificado a sí mismo con el objeto en el que medita”.
Toda la dificultad en nuestra vida es que no podemos salir de una
concepción falsa.
Daré otro ejemplo. Una vez estuve intentando ayudar
a una persona que estaba enferma, que había tenido reumatismo
durante veinte años. Esta mujer estaba en la cama. No podía mover
sus articulaciones. Fui a ella y le dije, “Ahora harás esto y vendré
de nuevo en dos semanas”. Y cuando fui después de dos semanas,

22

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
ya había empezado a mover sus articulaciones. Y le dije, “En seis
semanas vendré de vuelta”. Y en seis semanas se había levantado de
la cama y tenía todavía una mayor esperanza de curarse. No obs-
tante su paciencia no era tan grande como debería haber sido. Un
día estaba acostada en la cama y pensó, “¿Me curaré alguna vez?”.
El momento en el que ella tuvo ese pensamiento volvió a la misma
condición, porque su alma se había identificado con una persona
enferma. Para ella era imposible verse a sí misma estando bien. No
podía imaginar que alguna vez pudiera estar bien. No podía creer
que sus ojos vieran que sus articulaciones se estaban moviendo. No
podía creerlo.
La gente puede estar bien en sus cuerpos pero no en sus
mentes. Muy a menudo mantienen una enfermedad de la que
podrían deshacerse. Y lo mismo ocurre con la miseria. La gente
que es consciente de la miseria atrae miserias. Ellos son su propia
miseria. No es que la mala suerte esté interesada en ellos, sino que
ellos están interesados en la mala suerte. La mala suerte no elige a
la gente. La gente elige la mala suerte. Sostienen ese pensamiento y
ese pensamiento se convierte en ellos mismos. Cuando una persona
está convencida de que va hacia abajo, va hacia abajo. Su pensa-
miento le ayuda a hundirse.
Por tanto el tercer aspecto de la purificación mental es
poder identificarse con algo más. Los sufíes tienen su propia forma
de enseñarlo. Muy a menudo uno mantiene la idea del propio
maestro espiritual; y con esa idea uno gana el conocimiento y la
inspiración y el poder que el maestro espiritual tiene. Es justo como
una herencia.
El hombre que no puede concentrarse tanto como para
olvidarse de sí mismo, e ir profundo en el asunto en el que se con-
centra, no tendrá éxito en dominar la concentración.

23

hazrat inayat khan


La cuarta purificación mental es liberarse de la forma
y tener el sentido de lo abstracto. Todo sugiere al ojo una forma,
todo; tanto que incluso si el nombre de una persona que uno nunca
ha visto es mencionado, uno se hace una idea de ella. Incluso tales
cosas como las hadas y los espíritus y los ángeles, tan pronto como
son mencionados, son siempre dibujados en una cierta forma. Esto
es un obstáculo para alcanzar la presencia de lo sin forma; y por
tanto esta purificación mental es de una gran importancia. Su pro-
pósito es poder pensar en una idea sin forma. Sin duda esto se con-
sigue mediante una gran concentración y meditación, pero una vez
conseguido es de lo más satisfactorio.
Y la quinta manera es poder descansar la mente. En otras
palabras relajar la mente. Imagina, después de afanarse durante
todo el día, lo mucho que el cuerpo necesita el descanso; ¡entonces
cuánto más debe necesitarlo la mente!
La mente trabaja mucho más rápido que el cuerpo. Natu-
ralmente la mente está mucho más cansada que el cuerpo. Y no
todo el mundo sabe como reposar su mente y por tanto la mente
nunca tiene un descanso. Y entonces lo que ocurre después de un
rato es que la mente se vuelve débil. Pierde memoria, poder de
acción. Pierde razón. Las peores consecuencias son en su mayoría
provocadas por no dar a la mente su justo reposo. Si ocurre que
debilidades tales como la duda o el miedo entran en la mente,
entonces una persona se torna sin descanso, nunca puede encon-
trar el reposo. Durante la noche la mente continúa en la misma
senda de las mismas impresiones. Simple como parece ser, muy
pocos conocen el reposo de la mente y lo maravilloso que es en sí
mismo. ¡Y qué poder, qué inspiración, vienen como consecuencia, y
qué paz uno experimenta, y cómo ayuda al cuerpo y a la mente! El
espíritu es renovado una vez que la mente ha tenido su descanso.

24

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
El primer paso para el descanso de la mente es la relajación
del cuerpo. Si se es capaz de relajar el sistema muscular y nervioso a
voluntad, entonces la mente es automáticamente refrescada. Ade-
más de esto, uno debe ser capaz de expulsar la ansiedad, preocupa-
ciones, dudas, y miedos por la fuerza de la voluntad, situándose uno
mismo en un estado de reposo. Esto será efectuado con la ayuda de
la respiración adecuada.
Se produce un gran magnetismo mediante el aquietar
y purificar la mente. Y su falta causa pérdida de magnetismo. La
presencia de aquéllos cuya mente no está purificada y quieta se
convierte en una fuente de malestar para los demás así como para
ellos mismos. Y atraen poco porque el poder de atracción se ha per-
dido. Todo el mundo está cansado en su presencia, y su atmósfera
causa inquietud y malestar. Son una carga para sí mismos y para los
demás.
Una vez que la mente está purificada, el siguiente paso es el
cultivo la cualidad del corazón, que culmina en la realización espi-
ritual.

25

hazrat inayat khan


4. LA DISTINCIÓN ENTRE
LO SUTIL Y LO DENSO

Hay un versículo en la Biblia, “Es el espíritu lo que esti-


mula, la carne no beneficia en nada”. Así que lo que llamamos vivir
es sutil, lo que está muerto es lo basto. En otras palabras, lo que es
denso es basto, y lo que es fino es sutil.
Es verdad como dicen los hindúes que hay una edad de
oro, después una edad de plata, una edad de cobre, y una edad de
hierro. Ciertamente, estamos en la edad de hierro. Nunca antes en
ningún periodo de la historia hubo tanta grosería y densidad como
la humanidad muestra hoy en día. Y ha sucedido por la ley de la
gravedad. Cuando la conciencia es absorbida en la materia gruesa
entonces una persona gravita hacia la tierra. Cuando la conciencia
es liberada de la materia densa entonces se eleva hacia el cielo.
No quiero decir que la gente no fuera densa hace 2.000 o
3.000 años. Pero cuando estudiamos las tradiciones encontramos
que además eran muy finos y sutiles en la percepción, más de lo que
somos hoy en día. Nuestro contacto con la tierra y las cosas terre-
nas nos ha hecho más rígidos. Ellos eran más plácidos. Y si quere-
mos pruebas de esto sólo tenemos que estudiar las lenguas antiguas
como el sánscrito, zend, persa, hebreo, y ver los manuscritos de los
tiempos antiguos y la forma en la que explican las cosas. Quizás
son bastante extrañas a la mentalidad y percepción actuales, sin
embargo su finura está más allá de las palabras. Y parece que vamos

26

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
de mal en peor y que nos estamos volviendo más groseros cada día.
¡Si sólo nos diéramos cuenta lo lejos que estamos de lo que se podría
llamar percepción profunda!
Cuando una persona trata de entender las cosas sutiles
sólo mediante cálculos matemáticos, ha llegado a la esfera densa.
No quiere hacerse sutil, y quiere hacer del espíritu, que es la cosa
más fina, algo denso e inteligible. Por tanto es de la mayor impor-
tancia para la realización espiritual desarrollar la percepción sutil.
He visto a gente entrar en trance o sumergirse en meditación pro-
funda y sin embargo faltarles la percepción sutil. Y entonces esto no
es de valor. No son realmente espirituales. Una persona realmente
espiritual debe tener una mentalidad como líquido, no como una
roca; una mentalidad que se mueve, no cruda y densa.
Esta cuestión tiene también un lado metafísico. Hay dos
experiencias en la vida. Un campo de la experiencia es la sensa-
ción, el otro campo es la exaltación; y es mediante estas dos expe-
riencias que uno intenta experimentar la felicidad. Pero lo que se
experimenta mediante la sensación o en la forma de sensación no
es necesariamente felicidad; es placer. Podría tener la apariencia
de felicidad por un momento, pero es sólo una insinuación de la
felicidad.
La exaltación es algo que los místicos experimentan. Y
aquellos que no son místicos también, pero no saben lo que es. No
pueden distinguir entre sensación y exaltación. A veces la exal-
tación puede ser el resultado de la sensación. Es posible; pero al
mismo tiempo la exaltación que depende de la sensación, no es una
exaltación independiente.
Hay dos grados diferentes de exaltación. Para el sufí, el alma
es una corriente que une el cuerpo físico con la fuente. Y el arte
del reposo naturalmente hace más fácil para el alma experimentar

27

hazrat inayat khan


la libertad, la inspiración, el poder, porque es entonces cuando se
afloja del agarre del cuerpo físico. Como dice Rumi en el Masnavi,
“El hombre está cautivo en la tierra. Su cuerpo y su mente son los
barrotes de la prisión. Y el alma está inconscientemente ansiando
experimentar una vez más la libertad que originariamente le per-
tenecía”. La idea platónica de alcanzar la fuente más elevada es la
misma: que mediante la exaltación, el alma, para decirlo así, se eleva
por encima de la firme atadura del cuerpo físico. Puede que sea sólo
durante algunos momentos, pero en estos momentos experimenta
una libertad que el hombre nunca ha experimentado antes.
Un momento de exaltación es diferente en cada nivel. La
exaltación suprema está indicada en la Biblia: “Sed perfectos como
vuestro Padre es perfecto en el Cielo”. Mucha gente religiosa dirá
que es imposible para el hombre ser perfecto; pero en la Biblia se
dice claramente. En todos los tiempos los conocedores y videntes
han entendido que hay un estado en el cual, llegando a una parti-
cular fase de la existencia, uno se siente elevado por encima de las
limitaciones de la vida, y se es dado ese poder y paz y libertad, esa
luz y vida, que pertenece a la fuente de todos los seres. En otras
palabras, en ese momento de exaltación suprema uno no sólo está
unido a la fuente de todos los seres, sino disuelto en ella; porque la
fuente es uno mismo.
La fuente es más grande de lo que puede ponerse en pala-
bras. Podemos intentar concebirla comparándola con una semilla,
que es la fuente de la flor, las hojas, el tallo, las ramas, y la fragan-
cia. Si tomamos sólo la semilla no vemos todo esto en la semilla;
sin embargo estaban allí todo el tiempo. Por otro lado realmente
incluso no podemos comparar la semilla con la fuente, porque la
semilla depende del sol y del agua y de la tierra para crecer, mientras
que la fuente última no depende de nada. Es todo lo que es fuerte y

28

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
poderoso. Está más allá de las palabras y más allá incluso de nuestra
limitada concepción al pensar en la fuente, salvo que cuando reci-
bimos mayor inspiración, paz, alegría, y magnetismo, apreciamos
las cosas mucho mejor. De esta forma podemos entender un poco
lo grandiosa que debe ser la fuente. Cuanto más grandiosos somos
más cercanos estamos de la fuente. Como dice el gran poeta indio
Khusrau, “Cuando me convierto en Ti y Tú te conviertes en mí, ni
Tú puedes decir que yo soy diferente ni Tú puedes decir que Tú
eres diferente”.
Los diferentes grados de exaltación son como las diferen-
tes notas en la música. Igual que distinguimos entre notas más bajas
y más altas, así es con los diferentes grados de la experiencia de la
exaltación. Incluso leer un hermoso poema puede producir exal-
tación. La buena música provoca exaltación, y un sentimiento de
gran alegría también lo hace. Todos ellos disuelven la congestión.
Hay células finas de los nervios, que se liberan, y el cuerpo experi-
menta relajación.
Hay una diferencia entre sensación y exaltación, pero
cuando llegamos a las palabras, hay siempre confusión. Se puede
decir que la exaltación es la fusión de toda sensación; pero si se dice
que la exaltación es a través de la sensación, también es verdad.
Tanto como necesitamos la sensación para hacer concreta
nuestra experiencia en la vida, igual o incluso más necesitamos la
exaltación para vivir nuestra vida plenamente. Las creaciones infe-
riores tales como los pájaros y las bestias también tienen vislumbres
de exaltación. No sólo se regocijan en buscar y encontrar semillas,
en hacer nidos o en jugar en el aire, en cantar y en correr en el bos-
que. Hay momentos que incluso las bestias y los pájaros sienten
exaltación. Y si profundizamos más en la materia, entenderemos
lo que leemos en uno de los más maravillosos versos de la tradición

29

hazrat inayat khan


islámica: “Hay momentos en los que incluso las rocas se exaltan y
los árboles caen en éxtasis”. Si esto es verdad, entonces el hombre,
que ha sido creado para completar la experiencia que cualquier ser
vivo pueda tener, debe experimentar exaltación tanto como expe-
rimenta la sensación.
Lo que quiero decir por sensación es la impresión que uno
tiene de la línea y el color; la preferencia que uno tiene por la suavi-
dad en la estructura. Es la apreciación que uno tiene de la fragancia
y el perfume; el disfrute que uno gana saboreando lo dulce y lo agrio
y lo acre; la alegría que se experimenta al escuchar poesía, canto y
música. Todas estas experiencias se manifiestan en el campo de la
sensación. El mundo de la sensación es un mundo. El mundo de
la exaltación es otro; y estos dos mundos están hechos para que
el hombre los experimente con objeto de vivir la vida en la tierra
plenamente. Y sin embargo, con esta posibilidad y esta oportuni-
dad en la vida, el hombre continúa viviendo una vida de sensación,
olvidando que hay otra vida también, una vida que puede ser expe-
rimentada aquí en la tierra, y algo que completa la experiencia de la
vida.
Hay un aspecto físico de la exaltación que viene como reac-
ción o resultado de haber visto la inmensidad del espacio, haber
mirado al amplio horizonte, o haber visto el cielo claro, la noche
iluminada por la luna o la naturaleza al alba. Mirar el amanecer,
observar la puesta de sol, mirar al horizonte desde el mar, estar en
medio de la naturaleza, mirar el mundo desde lo alto de una mon-
taña, todas estas experiencias, incluso una experiencia tal como
observar las pequeñas sonrisas de un inocente niño, estas experien-
cias elevan y le dan a uno un sentimiento que no puede llamarse
sensación. Es exaltación.
Un aspecto más elevado de la exaltación es una exaltación

30

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
moral –cuando sentimos haber dicho o hecho algo desagradable;
cuando pedimos perdón, y nos humillamos ante alguien con quien
hemos sido desconsiderados. Entonces hemos humillado nuestro
orgullo. O cuanto sentimos una profunda gratitud hacia alguien
que ha hecho algo por nosotros; cuando hemos sentido amor, sim-
patía, devoción, que parecen interminables y que parecen tan gran-
des que nuestro corazón no puede acomodarlos, cuando hemos
sentido tanta piedad por alguien que nosotros mismos hemos olvi-
dado; cuando hemos encontrado una profunda felicidad en rendir
un humilde servicio a alguien necesitado; cuando hemos dicho una
oración que ha llegado desde el fondo de nuestro corazón; cuando
nos hemos dado cuenta de nuestra limitación y pequeñez en com-
paración con la grandeza de Dios; todas estas experiencias elevan al
hombre.
El momento en que tenemos estas experiencias, no vivi-
mos en la tierra sino en otro mundo. La alegría de tales experiencias
es muy grande, y sin embargo pueden ganarse sin pagar nada, mien-
tras que las sensaciones cuestan algo. Tenemos que ir al teatro, ir a
todo tipo de entretenimientos. Todo esto cuesta algo. Cuestan más
de lo que merecen la pena; pero la exaltación, que está más allá del
precio, viene por sí misma tan pronto como se muestra inclinación
hacia ella. Sólo es cuestión de cambiar nuestra actitud.
Una vez visité un gran sabio en Bengala. Le dije, “Qué ben-
dita vida la tuya, que das placer y felicidad a tantas almas”, pero él
contestó, “Qué privilegiado soy yo mismo que vienen a mí mil veces
más placer y felicidad”.
Exaltación es un proceso purificador. Un momento de
exaltación puede purificar la maldad de muchos años, porque es
como bañarse en el Ganges, como dicen los hindúes. Es simbólico.
La exaltación es el Ganges, y si nos bañamos en él nos purificamos

31

hazrat inayat khan


de todos los pecados. No cuesta mucho hacerse exaltado. Una acti-
tud amable, una tendencia simpática de la mente, y ya está ahí. Si
nos diéramos cuenta, encontraríamos que nuestros ojos derraman
lágrimas en simpatía con otro. Ya estábamos exaltados. Nues-
tra alma se ha bañado en el Ganges espiritual. Llegó mediante el
olvido de uno mismo y la destrucción del egoísmo. Pero recuerda
que nunca podemos afirmar ser no egoístas. Por muy no egoís-
tas que podamos ser, somos lo mismo egoístas. Pero podemos ser
sabiamente egoístas, y si vamos a ser egoístas, es sólo para ser sabia-
mente egoístas. Es lo mismo que lo que llamamos generosidad y es
beneficioso ser así en lugar de ser ignorantemente egoísta; porque
el primero gana y el último pierde.
El tercer aspecto de la exaltación llega al tocar la razón de
las razones, al comprender la esencia de la sabiduría; al sentir la
profundidad, la honda profundidad del propio corazón, al ampliar
nuestra visión de la vida; al abrir nuestra concepción, al profundi-
zar en nuestras simpatías, y al elevarse a esas esferas donde la exal-
tación espiritual se manifiesta. Hoy en día un hombre de sentido
común o una persona que es llamado un hombre práctico se reiría
de la idea de que alguien tenga visiones o experiencias de éxtasis, de
que alguien entre en lo que se llama un trance. Pero no hay nada
sorprendente en ello, nada de lo que reírse. Sin embargo, estas cosas
se vuelven risibles cuando son hechas por quien no las merece;
principalmente aquéllos que buscan y reclaman la aprobación de
los demás por haber tenido estas experiencias. Aquéllos que real-
mente experimentan estas cosas no necesitan decirle a la gente que
tuvieron esta o aquella experiencia. Su propia alegría es su recom-
pensa. Nadie más debería reconocérselo. Mientras menos sepan los
demás, mejor.
¿Por qué deberíamos mostrar ser diferentes de los demás?

32

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
Es sólo vanidad. Y mientras más vanidad menos progreso hacemos
en el camino espiritual. Mostrarse diferente de los demás es lo peor
en el camino espiritual. Aquellos que están realmente evolucio-
nados, están contentos de actuar como cualquiera actuaría. Para
los novelistas parece hermoso describir a los maestros viviendo en
cuevas en los Himalayas o moviéndose en el bosque en algún lugar
inaccesible y encontrarlos, siempre manteniéndose alejados y apar-
tados, de forma que nadie pueda llegar hasta ellos. Pero cada alma
tiene una chispa divina, y por tanto si hay un estado más elevado
de la evolución humana es para los seres humanos, no para aquellos
fuera del mundo humano. Si están fuera del mundo humano, no
hay relación entre nosotros y ellos. Las grandes almas espirituales
han vivido en el mundo, en medio del mundo, y han probado ser los
más grandes maestros.
Imagina la vida de Abraham, de Moisés, la vida de Jesu-
cristo; y también la vida de Mahoma en guerras y batallas, y sin
embargo tan exclusiva y remota, tan espiritual como nadie podría
ser. Y Krishna, imagínatelo en Kurukshetra luchando en la bata-
lla, dando lugar a una escritura universal. Si todos ellos hubieran
vivido en cuevas en las montañas no nos hubiéramos beneficiado
de ellos. ¿De qué sirven esos santos que nunca vemos, esos que
están fuera del mundo, para nosotros que estamos expuestos a mil
dificultades en cada momento de nuestra vida? Y estas dificultades
están en incremento. Con la evolución del mundo la vida se vuelve
más pesada, más difícil. No, la maestría, la santidad, la evolución
deben mostrarse aquí en la tierra. Es muy fácil ser evolucionado en
el séptimo cielo. Pero la exaltación experimentada e impartida a los
demás aquí en la tierra es la exaltación, que más merece la pena.
En cuanto a lo denso y lo sutil de la naturaleza humana,
los héroes, reyes, maestros, profetas, aquéllos que se han ganado el

33

hazrat inayat khan


corazón de la humanidad, han sido finos en percepción y en carác-
ter. No han sido groseros. Su finura fue simple. Hubo siempre un
lado simple en ella, pero al mismo tiempo fue sutil, lo que la hace
hermosa. Una persona que puede hablar sin hablar y uno que puede
hacer sin hacer es una persona sutil y esa sutileza es la más aprecia-
ble. Aquél que ve y no ve, sabe y no sabe; aquél que experimenta y
no experimenta al mismo tiempo, aquél que vive y sin embargo está
muerto, ésa es el alma que experimenta la vida plenamente.

34

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
5. MAESTRÍA

El propósito de la vida es lograr la maestría. Ésta


es la intención del espíritu, y es siguiendo esta intención que todo el
universo es creado. Los diferentes estados desde mineral a vegetal,
de vegetal al reino animal y del animal al hombre, son el despertar
del espíritu hacia la maestría. Usando los reinos mineral y vegetal
y controlando el reino animal para su servicio, el hombre muestra
en primer lugar que en él se despierta ese espíritu mediante el cual
el universo entero fue creado.
Su poder de conocer, de entender, de utilizar para el bien
mayor, es la señal de la maestría. Pero al mismo tiempo hay un ene-
migo que tiene el hombre, y ese enemigo es la limitación; y el espíritu
de la limitación es siempre un obstáculo para realizar el espíritu de
la maestría y practicarlo. Aquéllos que en algún momento u otro en
sus vidas se han dado cuenta de este objetivo principal, para el cual
nació el hombre, han intentado desarrollar ese espíritu de maestría
con la intención de defenderse a sí mismos.
El proceso de ir desde la limitación a la perfección es lla-
mado misticismo. Misticismo significa desarrollar la limitación
hacia la perfección. Todo el dolor y el fracaso pertenecen a la limi-
tación. Todo el placer y el éxito pertenecen a la perfección. En
su propio entorno, uno encontrará que aquéllos que son infelices
e insatisfechos con la vida y que hacen a los demás infelices, son
aquéllos que están más limitados. Aquéllos que pueden ayudarse a
sí mismos y ayudar a los demás, que son felices y traen placer a las
vidas de los demás, están más cerca de la perfección.
35

hazrat inayat khan


¿Qué se quiere decir por limitación y qué por perfección?
Éstas son sólo condiciones de la conciencia. Cuando se es cons-
ciente de la limitación, se es limitado. Cuando se es consciente de la
perfección, se es perfecto. Porque el que es limitado en la conciencia
limitada es el mismo que el perfecto en la consciencia perfecta. Para
dar un ejemplo: había un hijo de un hombre rico que tenía mucho
dinero puesto a su nombre en el banco. Pero él no lo sabía; y cuando
quería gastar algún dinero encontraba muy poco en su bolsillo. Esto
le hacía limitado. En realidad su padre había puesto una gran suma
en el banco, pero él no era consciente de ello. Es exactamente lo
mismo con cada alma. Cada alma es consciente de lo que posee y
es inconsciente de lo que está puesto a su nombre. Lo que está al
alcance de uno, uno siente que es propio, pero lo que parece no estar
al alcance uno considera que está fuera. Es natural. Pero la sabidu-
ría abre una puerta para buscar y ver si lo que parece fuera no está
también destinado a conocerse.
A veces, la maestría de la vida es conocida por una persona.
Puede que no sea un místico, pero si su momento llega, la conoce.
Un día me pareció interesante que un hombre, que no había hecho
nada en su vida sino negocios y se hizo tan rico que quizás fuera
uno de los más ricos de su país, quiso mostrarme su parque, un her-
moso parque que tenía alrededor de su casa. Mientras fui su invi-
tado dimos un paseo. Él dijo, “Es maravilloso venir aquí a mi parque
por la mañana y por la noche”. Le pregunté “¿Cuánto se extiende tu
parque?” Y dijo, “¿Quieres saberlo? ¿Ves el horizonte desde aquí?”
Dije, “Sí”. Él me dijo, “Toda esta tierra es mía y el mar también. Todo
lo que puedas ver”. Era una respuesta maravillosa, y un ejemplo de
la teoría que he mencionado; él no era consciente sólo de lo que
poseía, sino de todo lo que estaba allí. No hizo una línea divisoria
entre lo que era suyo y lo que estaba más allá. Es un misterio, y es

36

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
difícil para cualquiera mirar la vida de esta manera. Pero este hom-
bre que estaba en los negocios, este hombre que ni siquiera pensó
nunca en el misticismo, pudo también llegar a la concepción que
el místico descubre tras años de meditación. Era una concepción
puramente mística.
Cuando los derviches, que a veces tienen las mangas
remendadas o están escasamente vestidos, quienes a veces tienen
comida y otras no, se dirigen unos a otros, dicen, “Oh rey de reyes,
oh emperador de emperadores”. Es la conciencia de lo que es rey o
emperador, lo que está ante ellos. La frontera de su reino no es limi-
tada. El universo entero es su reino. Es de esta forma que un alma
procede hacia la perfección, al abrir la conciencia y elevarla más
alto. Cuando el alma se desarrolla espiritualmente, se eleva a una
altura donde ve un horizonte más amplio; por tanto su posesión
se vuelve mayor. Podrías decir, “por mirar al horizonte éste no se
convierte en nuestra posesión; lo que poseemos es lo que podemos
llamar nuestro”. Pero Colón fue el primero en ver América. Él no
fue el primero en poseerla. La posesión vino después. La primera
cosa es ver, después poseemos; ¿pero si no vemos cómo podemos
poseer? Y sin ver nuestra posesión no es nuestra posesión.
Hay dos formas diferentes, dos ángulos diferentes desde
los que se debería mirar a la perfección. Una de ellas se puede com-
parar con una línea perpendicular y la otra con una línea hori-
zontal. La forma, que se compara con una línea perpendicular, es
alcanzar el conocimiento interior. ¿Cómo se alcanza este conoci-
miento? Primero de todo, mediante la concentración uno alcanza
el conocimiento interior, lo que quiere decir que se es capaz de ver
concretamente y ser consciente de algo que está aparte del propio
cuerpo físico. Una persona puede ser consciente de un poema, una
palabra, un dibujo, una idea o algo, y si puede ser tan consciente de

37

hazrat inayat khan


él hasta que llegue a perder la consciencia de su limitado cuerpo por
un momento, ése es el primer paso.
Aunque parece muy fácil, no es tan fácil. Cuando una
persona comienza a hacerlo, tan pronto como cierra sus ojos para
concentrarse mil cosas vienen ante él. También su cuerpo físico se
vuelve inquieto. Dice, “¡Esta persona no es consciente de mí!” Y
entonces se pone nervioso y se tuerce y se retuerce con objeto de
que sea consciente del cuerpo. Al cuerpo no le gusta que la persona
no sea consciente de él. Es como un perro o un gato; le gusta que
le presten atención. Entonces un tipo de acción nerviosa surge en
el cuerpo. Tiene ganas de moverse, girarse, rascarse, o de algo. Tan
pronto como uno quiere disciplinar el cuerpo, el cuerpo no quiere
aceptar la disciplina.
El segundo estado es que en lugar de ser consciente de un
pensamiento, uno sea consciente de un sentimiento, que es más
amplio todavía; porque el pensamiento es una forma, y la mente
incluso ve la forma. Pero el sentimiento no tiene forma, por tanto
fijar la mente en un sentimiento y mantenerla con la intención de
permanecer ahí, no es cosa fácil. Cuando una persona ha hecho
esto y no se ha perdido en la inquietud de la mente, entonces cier-
tamente se siente elevado.
Éste es el límite del progreso humano y más allá de esto está
el progreso divino. ¿Qué es el progreso divino? Cuando se va toda-
vía más allá, entonces en lugar de ser activo uno se vuelve pasivo.
Es un estado o conciencia, ser pasivo. Allí no se necesita concentra-
ción, lo que se necesita es meditación. Allí uno entra en contacto
con ese poder que es audible y visible dentro de uno y del cual sin
embargo se es ignorante; ese poder, que está ocupado moviéndose
hacia la materialización del objeto de su intención.
Una vez se entra en contacto con esta experiencia, nunca

38

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
más en la vida puede decirse que hay tal cosa como un accidente.
Entonces uno ve que todo lo que ocurre está destinado y preparado,
cuando uno lo atrapa en su condición preparatoria antes de que se
haya manifestado en el plano terrestre.
Y si se va más lejos, hay conciencia en su aspecto de inteli-
gencia pura. Es conocer y sin embargo no conocer nada. Y no cono-
cer nada significa conocer todas las cosas. Porque el conocimiento
de las cosas es lo que embota la facultad de conocer. En otras pala-
bras, cuando una persona está mirando un espejo, su reflejo cubre
el espejo y en ese espejo nada más puede ser reflejado. Por tanto
cuando la conciencia es consciente de algo, se embota. En ese
momento se embota, o en otras palabras está cubierta por algo de
lo que es consciente. El momento en que esa cubierta es retirada, es
su propio ser, es inteligencia pura, es espíritu puro. En esta condi-
ción su poder, vida, magnetismo, fuerza, su capacidad, son mucho
mayores, incomparablemente mayores de lo que uno puede ima-
ginar. Lo que ocurre no puede ser explicado excepto diciendo que
con la ayuda de la meditación se alcanza esa condición. Y si se va
todavía más arriba, no hay ni conciencia, es una especie de condi-
ción omnisciente, que es la señal de la perfección interna.
Ésta es una dirección de progreso. Hay otra dirección de
progreso; ésta es verse uno mismo reflejado en otro. Cuando se es
amigo de otra persona, de manera natural la propia simpatía, amor,
amistad, hace que uno se vea a sí mismo en el otro, y esto da la
inclinación al sacrificio. Nadie se sacrifica por otro que no sea uno
mismo. Si este sentimiento se desarrolla se extiende más lejos, no
sólo con el amigo, con el vecino, sino con el extraño, con la bestia
y el pájaro y el insecto; se es uno con todos los seres vivos, y esto
da tanta visión interior del otro como la otra persona tiene de sí
misma. Uno sabe tanto de él como él sabe de sí mismo, incluso más.

39

hazrat inayat khan


Éste es el fenómeno más simple de esta conciencia, y no el hacer
maravillas. Se demuestra inmediatamente que uno sabe tanto sobre
la otra persona como ella misma.
Pero hay otra prueba, la moral; y es que uno se hace amigo
del sabio y del ignorante, del virtuoso y del malvado, más y más,
como si uno les atrajera. No puede evitarse. La simpatía es tan
poderosa que incluso los enemigos se derriten antes o después. No
es sólo cuento que Daniel fue enviado a una cueva en la montaña
y que los leones fueron amansados. Para ver este fenómeno no se
necesita ir a las montañas. En este mundo los hay peor que los leo-
nes: naturalezas buenas y naturalezas malas, gente posible e impo-
sible, y si uno puede controlarlos, se ha logrado algo; porque esto
requiere un poder mayor que amansar leones. Puede pensarse en
diferentes ideas: agitadas, contradictorias, embotadas, ignorantes,
ideas llenas de falsedad o envidia; ¡cuántas espadas y venenos hay
en este mundo! Y es sólo un poder, el poder de la propia simpatía
que asimila todas las influencias venenosas. Quita su veneno y no
le hiere a uno mismo. Más tarde o más temprano uno puede purifi-
carlas y revivirlas, fundirlas, moldearlas, y dirigirlas hacia el propó-
sito de la vida.
El mundo persigue la complejidad. Si yo diera charlas
sobre cómo ganar magnetismo para hacer que la gente te escuche,
y para llevarlos hacia ti, si diera veinte ejercicios para hacer estas
cosas, significaría un gran éxito para mí. Pero si te digo cosas sim-
ples como esta, que es la profundización de tu simpatía, el despertar
en ti ese espíritu simpático que es todo poder y magnetismo, y la
expansión de lo que significa el descubrimiento espiritual, entonces
habrá pocos que lo entiendan. Porque los seres humanos no quie-
ren enseñanzas simples, quieren complejidad.
Y después hay otro estado de expansión, y éste es inten-

40

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
tar mirarlo todo desde otro punto de vista, intentar pensar como
piensa la otra persona. No es algo fácil porque desde la infancia se
aprende a creer que uno debe mantenerse en sus propios pensa-
mientos. Uno no se cambia al pensamiento de otro. El hecho de que
se tenga un pensamiento hace que uno mismo se mantenga en él.
Es por tanto una señal de expansión poder ver desde el punto de
vista de un niño, o desde el punto de vista de una persona ignorante,
cómo mira las cosas. Y lo más interesante es que esto le lleva a uno
a ser tolerante y paciente. De esta forma uno extiende el conoci-
miento a un grado que ninguna lectura puede dar.
Entonces se empieza a recibir desde todas las fuentes;
se atraerá el conocimiento desde cada plano tan pronto como la
mente se vuelva tan flexible que no se estanque en su propio punto
de vista.
Este proceso es llamado desaprender. Si dices a cierto hom-
bre, “Ésta no es una buena persona”, aunque puedas estar bastante
equivocado la tendencia general es fijarse a esa idea. Pero la mayor
evolución es ver también desde el punto de vista de este hombre.
Él tiene una razón para ser como es. Quizás está demasiado poco
evolucionado para ver, o está más evolucionado y menos interesado
en la otra persona. Sin embargo, viendo desde su punto de vista no
pierdes el tuyo propio. Tu punto de vista está todavía ahí; pero el
otro punto de vista se añade al tuyo, por tanto tu conocimiento se
hace mayor. Esto significa un mayor ensanchamiento del corazón
y a veces el corazón siente dolor cuando lo ensanchas. Pero ensan-
chando el corazón y haciéndolo más y más grande, tú conviertes tu
corazón en el Libro sagrado.
Y el tercer aspecto es sentir otra persona. Un hombre es
muy a menudo diferente de lo que aparenta y de lo que piensa. A
veces actúa y habla de forma muy distinta a como siente; y si tus

41

hazrat inayat khan


sentimientos pueden conocer los sentimientos de otro, esto es un
aspecto elevado. Te conviertes en una personalidad altamente evo-
lucionada cuando los sentimientos de otro pueden contarte mucho
más que sus palabras o acciones; y a veces pueden darte una opinión
de una persona bastante diferente de la que tenías si sólo le viste
y le oíste hablar. Cuando se ha llegado a este punto, la evolución
humana acaba y comienza la evolución divina. Entonces sin duda
se gana visión interior sobre lo que ocurre en el espíritu del hombre;
si va a tener éxito o no, si va a ser feliz o no, o lo que va a conseguir;
porque hay algo moviéndose dentro de esta persona, preparando
su plan para el mañana. Comienzas a tocarlo y comienzas a obte-
ner una impresión de él, y esa impresión es a veces tan clara como
podría ser cualquier cosa visible o audible.
Si vas más allá entonces te unes con todo. En esta concien-
cia la distancia ya no es distancia nunca más. Si puedes extender
tu conciencia de forma que toque la conciencia de otro, entonces
no sólo los pensamientos de esa persona sino su espíritu entero es
reflejado en tu espíritu. El espacio no importa. Tu conciencia puede
tocar cada parte del mundo y cada persona, a cualquier distancia
que pueda estar.
Y si vas todavía más allá, entonces simplemente te das
cuenta de que estás conectado con todos los seres. Que no hay
nada ni nadie que esté dividido o separado de ti, y que no estás sólo
conectado por cadenas con aquellos que amas, sino con todos
aquéllos que has conocido o que no has conocido
-conectado por una conciencia que te une más rápido que
cualquier cadena. Naturalmente entonces se empieza a ver la ley
que opera en la naturaleza. Comienza a verse que todo el universo
es un mecanismo trabajando hacia cierto propósito. Por tanto el
que está en lo correcto y el equivocado, el bueno y el malo, están

42

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
todos logrando un resultado deseado, mediante el poder equivo-
cado y el poder correcto, un resultado destinado a ser, que es el pro-
pósito de la vida.
Entonces de forma natural se vuelve la espalda al espíritu
dogmático: “te equivocas” y “llevas razón”, y llega el espíritu del
sabio: no decir nada, conocerlo todo, hacerlo todo, sufrirlo todo.
Esto hace a uno el amigo de todo y el sirviente de todo. Y con todas
las comprensiones de la verdad mística y la realización espiritual,
uno se da cuenta de una cosa, la única cosa que merece la pena, y es
ser de alguna pequeña utilidad a nuestros compañeros humanos.

43

hazrat inayat khan


6. EL CONTROL DEL CUERPO

Mucha gente piensa que lo físico tiene poco que ver con
lo espiritual. ¿Por qué no, se preguntan, dejar de lado la idea de lo
físico para ser enteramente espiritual? Sin el aspecto físico de nues-
tro ser el propósito de la vida no podría ser realizado, el alma no
habría tomado un cuerpo físico y el espíritu no habría producido el
mundo físico. Un poeta indostaní dice, “Si el propósito de la crea-
ción pudiera haber sido completado por los ángeles, que son entera-
mente espirituales, Dios no habría creado el hombre”. Esto muestra
que hay un gran propósito que realizar por lo que es llamado el
cuerpo físico. Si la luz de Dios pudiera haberse mostrado direc-
tamente, no hubiera habido una manifestación tal como Cristo.
Fue necesario, por así decirlo, que Dios caminara en la tierra en el
cuerpo físico. Y la concepción de que el cuerpo físico está hecho de
pecado, y que es el aspecto más bajo del ser, muy a menudo probará
ser un error, porque es a través de este cuerpo físico que se logra lo
más elevado y el más grandioso propósito de la vida. Una persona
sólo lo llama su cuerpo físico por ignorancia. Una vez que el conoci-
miento llega a él empieza a verlo como el templo sagrado de Dios.
Nuestra experiencia en la vida a través del cuerpo físico
tiene cinco aspectos. El primer aspecto es la salud, cuya posesión es
el cielo, y cuya ausencia el infierno. No importa lo que tengamos en
la vida, riqueza, renombre o fama, poder o posición, comodidad o
conveniencia, sin salud todo eso es nada. Cuando una persona tiene
salud no piensa en ella, no la valora. Se preocupa de cosas que no

44

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
tiene. Intenta sacrificar su salud por placeres, por riqueza material.
Está dispuesto a sacrificar su salud por sus fantasías intelectuales,
por alegría, por regocijo, por un buen rato, por una ambición que
quiera satisfacer. Pero muy a menudo antes de que la ambición o
el deseo se cumplan llega el colapso y entonces empieza a darse
cuenta de lo que significa la salud. Nada puede comprarla, nada
puede compararse con ella. Si recogiéramos juntas todas las ben-
diciones que pueden recibirse en la vida y las pesáramos en una
balanza, encontraríamos que la salud es la que más pesa.
Es la salud la que capacita al hombre para ser tanto mate-
rial como espiritual. Su falta le quita de lo material así como de lo
espiritual. Le roba de lo material porque su condición no está en
orden y de la espiritualidad porque es la totalidad de la salud la
que capacita al hombre para experimentar la vida espiritual ple-
namente. No quiero decir que sea un pecado estar enfermo y una
virtud estar bien; quiero decir que la salud es una virtud y la enfer-
medad un pecado.
Otro aspecto de la existencia física es el equilibrio. Es el
equilibrio el que da control sobre el cuerpo. Por el equilibrio el
hombre puede permanecer de pie, andar, y moverse. Cada acción,
cada movimiento físico, es sostenido por el equilibrio. Y la falta de
equilibrio siempre mostrará alguna carencia en el carácter de una
persona y al mismo tiempo la condición de su vida. En cualquier
forma que la falta de equilibrio se manifieste, siempre significa
que algo falta en la personalidad. Si se estudia el caminar de una
persona, la forma en que se mueve o mira, todo lo que hace, se ve
que siempre que el equilibrio falta algo falta detrás que uno puede
no conocer pero que saldrá a la luz en su momento. Por ejemplo,
cuando una persona se tambalea, no creas que es sólo un defecto
exterior; tiene algo que ver con el carácter del hombre. Igual que

45

hazrat inayat khan


se tambalea al andar, así se tambalea en su determinación, en su
creencia. Lo mismo que el médico ve la condición interna en los
ojos y en la lengua del paciente, así el sabio ve todo lo que concierne
a un hombre en cada movimiento, especialmente al observar el
equilibrio.
Muchos occidentales lectores de filosofía oriental me han
preguntado: “¿Cómo es que tus maestros de Oriente practican
acrobacias, se sientan en ciertas posturas, permanecen sobre una
pierna, sobre sus cabezas, se sientan con las piernas cruzadas en una
posición por largo tiempo, y muchas otras cosas extrañas que uno
no pensaría que hiciera una persona espiritual? ¿Qué espiritualidad
se consigue con esto? Nosotros consideramos estas cosas pertene-
cientes a los acróbatas y atletas.” Y yo contestaba que todas estas
cosas como las prácticas deportivas, atléticas y acrobáticas, cuando
son hechas como pasatiempo son un abuso de energía, tiempo y tra-
bajo. No se obtiene el beneficio completo de ellas, pero los expertos
las usan para un propósito superior. No hay nada en este mundo,
si se practica apropiadamente, que no resulte ser beneficioso en la
realización espiritual.
No creas que ir a la iglesia o al templo y ofrecer oraciones,
o sentarse en silencio con los ojos cerrados es el único camino para
la realización espiritual. Pero si todo lo que hacemos en nuestro día
a día lo dirigimos hacia la meta espiritual, nos ayudará en nuestra
realización espiritual. Además, ir a la iglesia una vez a la semana
implica muy poco trabajo espiritual. Incluso cuando decimos nues-
tras oraciones cada noche antes de ir a dormir, se hace muy poco
trabajo espiritual. Porque en cada momento del día vivimos en
una ilusión. Todo lo que hacemos tiene el efecto de cubrir nuestra
visión espiritual. Esto es por lo que cada momento del día debe-
ríamos estar concentrados. ¿Cómo podemos hacer esto si tenemos

46

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
nuestros negocios, industria, profesión, y mil cosas que hacer en
nuestro día a día? La respuesta es que deberíamos convertir todo
lo que hacemos en una oración. Entonces sea cual sea nuestra pro-
fesión, trabajo, y ocupación en la vida diaria, todo nos ayudará en
la realización espiritual. Entonces cada una de nuestras acciones se
convertirá en una oración. Cada movimiento que hagamos hacia el
sur, el norte, el oeste o el este apuntará a la meta espiritual. No todo
el mundo se percata de cuánto equilibrio falta en su vida. Entre cien
personas apenas puedes encontrar una realmente en equilibrio.
Hay un equilibrio espiritual también, pero este equilibrio espiritual
se alcanza primero equilibrando el cuerpo físico y sus movimien-
tos.
El tercer aspecto de nuestra existencia física es el perfec-
cionar nuestro cuerpo, en otras palabras, la finura, la capacidad de
sentir, del cuerpo. Hay un temperamento espiritual, y este tem-
peramento puedes verlo en el cuerpo de una persona. Hay gente
sensible, quizás un poco nerviosa, y también hay gente densa que
tiene un aspecto bastante diferente. Una persona sensible que
puede apreciar la música, que puede responder a la belleza de línea
y color, que puede disfrutar plenamente los sabores salado y dulce,
agrio y amargo, que puede sentir calor y frío, que puede percibir la
fragancia, distinguir todo esto, es quien ha nacido con un tempera-
mento espiritual. La persona que no tiene amor por la música, que
no puede apreciar la fragancia, que no puede entender la belleza de
línea y color, esa persona es densa, y le llevará tiempo desarrollarse.
Por tanto la experiencia de toda la alegría y el placer que ofrece la
vida no está en la materialidad, está en la espiritualidad. No es la
persona material la que experimenta la vida plenamente; es la per-
sona espiritual quien lo hace.
Uno podría preguntar, “Entonces ¿qué pasa con los ascetas

47

hazrat inayat khan


que viven la vida de un ermitaño en soledad, que no comen comida
apropiada, que se mantienen lejos de toda comodidad y belleza de
la vida?” Estos no son caminos para que los siga todo el mundo.
Al mismo tiempo es un error criticarlos. Tales personas son los
que hacen experimentos en la vida mediante el sacrificio de toda
la alegría y el placer que la tierra puede dar. Mediante su soledad
experimentan, justo como un científico se encierra en su laborato-
rio por años y años; y estos ascetas que lo dejan todo en el mundo
también alcanzan un cierto conocimiento que ellos nos dan. No es
un principio para que todo el mundo siga, porque la espiritualidad
no depende de tales cosas. ¿Por qué nos son dados los ojos si no es
para apreciar todo lo que es bello? ¿Por qué nos son dados los oídos
si uno no puede disfrutar la música? ¿Por qué uno ha sido mandado
a la tierra si no puede mirar la tierra por miedo a ser llamado mate-
rialista? Aquellos que dan a entender que la espiritualidad es algo
así hacen de Dios un ogro, algo amenazante. De hecho la espiritua-
lidad es la plenitud de la vida.
De acuerdo con el cuarto aspecto de nuestra existencia
física, el hombre equivocadamente se identifica a sí mismo con el
cuerpo físico, llamándolo “yo mismo”. Y cuando el cuerpo físico duele
dice, “estoy enfermo”, porque se identifica a sí mismo con algo que
le pertenece pero que no es él mismo. La primera cosa para apren-
der en el camino espiritual es no reconocer el cuerpo físico como
nosotros mismos, sino como un instrumento, un vehículo, a través
del cual se experimenta la vida. Este instrumento está tan equipado
que se puede ser capaz de experimentar todo lo que merece la pena
ser experimentado fuera de uno, y también todo lo que merece la
pena experimentar dentro de uno mismo. Cuando nace y se cría un
niño, su primera tendencia es disfrutar y experimentar todo lo que
está fuera de él mismo, y el hombre usualmente no tiene la opor-

48

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
tunidad de experimentar lo que está dentro de él. Pero al mismo
tiempo el cuerpo está equipado con el instrumento, con los medios,
con los que experimentar tanto la vida exterior como la interior. Si
una persona no usa su mano o su pierna durante muchos años, el
resultado será que pierde su vitalidad, vida, energía, y nunca más
será de ningún uso. Conocemos el uso de nuestras manos y pies,
que son las partes exteriores el mecanismo físico. Pero hay partes
más internas y más finas del mecanismo físico que los místicos han
llamado centros, cada centro teniendo su objeto particular –intui-
ción, inspiración, impresión, revelación- y todo ello es experimen-
tado por medio de estos centros.
Tal como los órganos de nuestros sentidos pueden expe-
rimentar la vida que nos rodea, así los centros nerviosos pueden
experimentar la vida que esta dentro de nosotros. Pero cuando no
se usan estos centros durante muchos años se atrofian, no se des-
truyen pero se atrofian, y ya no pueden usarse para lo que existen.
Muchos que se embarcan en el trabajo espiritual guiados por un
maestro apropiado empiezan a sentir una sensación en el medio
de la frente, como si algo se estuviera despertando allí. Después de
algún tiempo empiezan a notar más y más una esfera de la que eran
bastante ignorantes. Hay algunos que empiezan a notar una sensa-
ción en el plexo solar, que no habían tenido antes. Si esta sensación
se despierta ellos de forma natural se hacen más intuitivos. Algunos
sienten cierta sensitividad arriba de la cabeza, o en el centro de su
garganta. Con su crecimiento lo sienten más y más. Entre esta gente
sin duda se encontrarán algunos que son intuitivos por naturaleza.
La diferencia entre aquellos cuyos centros responden y
aquellos cuyos centros nerviosos no responden es la de la roca y
la planta. La roca no responde a la simpatía, pero la planta sí. Y
así aquellos cuyos centros intuitivos están despiertos en alguna

49

hazrat inayat khan


medida empiezan a sentirse intuitivos y después siguen la ins-
piración y la revelación. Pero debería tenerse en mente que estas
cosas no son para hablar de ellas. Aquéllos que menos saben hablan
más; y entonces si aquellos que no están todavía preparados para
conocer estos secretos mantienen alguna teoría u otra de este tipo,
hablan de ello a todo el mundo. Y entonces escriben un libro sobre
sus propias concepciones erróneas. Nunca han tenido la paciencia,
la perseverancia, y la guía correcta que les ayude, y a menudo se
extravían; y muchos de ellos han dañado su salud y perdieron el
equilibrio intentando despertar centros. Hacen superficial algo que
es de lo más serio, de lo más sagrado, y que conduce a la realización
espiritual. Otros se ríen de ello, los que no tienen clase no pueden
percibir la simpatía como la percibe una planta. No ven las posibi-
lidades en sí mismos y se mofan de aquellos que no perciben; y de
esta forma una ciencia, que es la más elevada de todas las ciencias,
ha sido mal utilizada y tratada sin respeto.
En Oriente un maestro no da guía hasta que no tiene total
confianza en el aprendiz, para no permitir que otros se mofen o
se rían de lo más sagrado. Cuando da iniciación el aprendiz presta
juramento de que no hablará de estas cosas ante los que son incons-
cientes de su valor, importancia y sacralidad; y sólo entonces son
guiados. Además, cada individuo es guiado separadamente por el
maestro.
Finalmente, hay un quinto aspecto de nuestra existencia
física. Hay dos cosas: sensación y exaltación. A través de la sensa-
ción, se experimenta el placer. A través de la exaltación, se experi-
menta la dicha. Hay una diferencia entre dicha y placer. Lo que un
hombre está acostumbrado a experimentar a través de su cuerpo
físico es placer; el placer de comer, el placer de beber, el placer de
mirar cosas bonitas. Por tanto todo lo agradable que conoce es lo

50

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
que es experimentado por los sentidos físicos. Pero además hay
una alegría que no depende de los sentidos, que sólo depende de la
exaltación; y esa exaltación se experimenta también por medio del
cuerpo.
¿Cómo se alcanza? Hay acción y su resultado, y hay reposo
y su resultado. Al resultado de una acción, se le llama sensación, y
al resultado del reposo, exaltación. En el Masnavi de Rumi, el poeta
más maravilloso de Persia, leemos acerca de las bendiciones de dor-
mir, donde él dice, “Oh sueño, no hay mayor dicha que se compare
contigo. En el sueño los prisioneros son libres de su prisión, y los
reyes no poseen trono y corona. Los pacientes que sufren pierden
su dolor o preocupaciones, y las penas se olvidan”. Esto muestra que
el sueño es una forma de reposo, que se logra automáticamente, que
nos eleva sobre las ansiedades, preocupaciones y malestares, sobre
las penas y preocupaciones. Cuando esta condición de reposo puede
ser provocada a voluntad, se tendrá una experiencia de maestría,
porque entonces no se es dependiente de una condición automá-
tica. Si esta condición que nos eleva sobre nuestras preocupacio-
nes, problemas, penas, ansiedades, dolores y sufrimiento puede
ser producida dentro de nosotros, algo grande se logra. Y la forma
de lograrlo es practicando el reposo. Lo primero que un maestro
hace en la vida es dominar los cinco aspectos que he mencionado, y
habiéndolos dominado está preparado para el siguiente paso en la
realización espiritual.

51

hazrat inayat khan


7. EL CONTROL DE LA MENTE

La tendencia a preocuparse por nada, a ponerse ansioso


por pequeñeces, a estar inquieto y sin descanso, a tener miedo, a
estar confuso, la tendencia a dar vueltas sin ninguna razón, la ten-
dencia a hablar sin propósito, la tendencia a estar triste sin motivo,
todas estas cosas vienen de la falta de control de la mente. ¿Afecta
a algo más aparte de la propia personalidad? Sí; toda debilidad,
errores y equivocaciones que el hombre hace en contra de su pro-
pia voluntad, todo esto viene de la falta de control sobre su pro-
pia mente. Y, si hay un secreto del éxito, la clave está en el control
de la mente. Intuición, inspiración, revelación, todo viene cuando
la mente está controlada. Y todas las preocupaciones, ansiedades,
miedos, y dudas vienen de la falta de control.
¿Qué es la mente? Una parte de la humanidad considera la
mente como algo inexplicable, y otra parte de la humanidad con-
sidera la mente como una acción del cerebro. Es una concepción
muy limitada de la mente. La voz llega sin cables desde miles de
millas, pero la mente es mucho más fina que la voz. No puede ser
limitada y restringida al cerebro, aunque el cerebro es el medio por
el cual los pensamientos se hacen claros. La mente de acuerdo con
el místico es el ser humano real; el cuerpo es sólo una vestidura que
lleva el hombre. Esta palabra tiene un origen sánscrito. En sánscrito
se llama mana, y de aquí se deriva manu, que es casi lo mismo que
la palabra inglesa man. En otras palabras, hombre significa mente;
y uno ve que es verdad cuando alguien llama a otra persona triste y

52

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
descorazonado, o valiente y entusiasta, o bien equilibrado, porque
todos estos atributos pertenecen a la mente. El hombre no es su
cuerpo, sino su mente. Se dice que lo que eres habla más alto que lo
que dices. Esto quiere decir que la voz de la mente va más allá que
la palabra hablada y tiene un efecto mayor.
Es la mente, la que crea la atmósfera. A menudo uno se pre-
gunta por qué se siente incómodo en la presencia de alguien sin que
haga ningún daño; o se siente excitado en la presencia de alguien, o
se pone fuera de tono, o cansado, o confuso en la presencia de algún
otro. ¿Por qué es esto? Es el efecto de la mente de esta persona.
La mente que está ardiendo crea fuego en la atmósfera, y todo el
mundo dentro de esa atmósfera también arde en el mismo fuego.
La mente que está tranquila y en paz da descanso y paz a aquellos
que entran dentro de la atmósfera de la mente.
Una vez pregunté a mi maestro espiritual cómo podría
reconocer a un hombre de Dios. Y mi maestro replicó, “No es lo
que diga y no es lo que parezca ser, sino la atmósfera que crea su
presencia. Ésta es la prueba. Porque nadie puede crear una atmós-
fera que no pertenezca a su espíritu”.
Se dice en la Biblia que primero fue creada la tierra y
entonces, después de la tierra, los cielos, lo que quiere decir que el
cuerpo se terminó primero y después la mente. Un niño nace, por
así decirlo, con una visión de la mente, un esqueleto de la mente, y
entonces la carne y la piel se ponen en ella.
No hay mente sin cuerpo; es decir, antes de que el cuerpo
fuera hecho la mente que era sólo una akasha, una matriz. La
experiencia que ha ganado a través del cuerpo como vehículo se
ha vuelto su conocimiento; y es el conocimiento lo que hace la
mente. La akasha que se vuelve mente después de que el cuerpo
haya nacido en la tierra ya ha recogido algún conocimiento indife-

53

hazrat inayat khan


renciado de varias mentes que se ha encontrado mientras venía a la
tierra; quizás de una mente más que de otras mentes. En este caso
ha adquirido características sobre todo de un individuo que ya pasó
por la tierra. Además, a través de sus padres esta akasha ha adqui-
rido el conocimiento o la mentalidad de sus ancestros, su nación, su
raza, y del particular grado de evolución de la humanidad entera en
ese momento particular.
Algunos dicen que los animales no tienen mente. Pero esto
es una concepción errónea. Dondequiera que hay un cuerpo hay
una mente. Incluso el árbol tiene una mente. Luther Burbank una
vez me dijo, apoyando este argumento, “Deberías observar la ten-
dencia de una planta, lo que es su inclinación; porque si no lo obser-
vas la planta no crecerá completamente. Las trato como seres vivos.
Ellas me hablan, y yo les hablo.”
Lo primero que podemos aprender sobre la mente es que
la mente es independiente del cuerpo en lo que concierne a su
existencia. Pero la mente es enriquecida por la experiencia que un
hombre obtiene a través de sus sentidos. No hay duda de que la
mente está dentro del cuerpo, pero también está fuera del cuerpo,
igual que la luz está dentro y fuera de la linterna. El cuerpo es la
linterna en la que está la luz, pero la linterna no oscurece la luz. La
luz es independiente de la linterna. Brilla afuera; y así también la
mente. El cerebro no es la mente, de la misma manera que el trozo
de carne en el pecho no es el corazón. Simplemente, los sentimien-
tos se sienten más profundamente en el pecho, y el pensamiento se
hace más claro en el cerebro. En otras palabras, las gafas no son los
ojos; las gafas sólo hacen posible que uno vea las cosas más clara-
mente. Pero la vista es independiente de las gafas, mientras que las
gafas dependen de la vista. Así el cuerpo depende de la mente, pero
la mente es independiente del cuerpo. El cuerpo no puede existir

54

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
sin la mente, pero la mente puede existir sin el cuerpo. La mente
es el ser invisible del cuerpo. Tiene su asiento en el ser físico; y este
asiento es lo que se llama el cerebro, como el asiento del sentimiento
es el corazón.
Todo lo que los sentidos pueden percibir es exterior, pero
todo lo que la mente puede percibir es interior. Esto quiere decir
que la imaginación surge de la mente y que la mente puede perci-
birla: sentimiento, memoria, concentración, razón, todo esto son
percepciones de la mente. Uno puede llamar a la mente el ser del
hombre con más motivo que a su cuerpo. Cuando comparamos el
cuerpo con la mente es justo como el abrigo que lleva una persona.
La mente tiene cinco aspectos diferentes. El primer aspecto
es el poder de pensar. Y pensar puede ser dividido en dos partes:
imaginación, que es un resultado de la acción automática de la
mente, y pensamiento, que es un resultado del pensar intencional.
Un hombre reflexivo, por tanto no es necesariamente imaginativo,
ni un hombre imaginativo tiene que ser reflexivo. Ambas cualidades
tienen su lugar. Una persona que está acostumbrada a pensar y que
es incapaz de imaginar está muy lejos de la belleza que se expresa
en la poesía y en la música, ya que éstas vienen de la imaginación.
Cuando se le da rienda suelta a la mente para hacer como guste,
es como si danzara y de sus gestos se crea un dibujo. Llámalo arte,
poesía o música. En cualquier forma que se exprese es hermosa.
Mucha gente se ríe de una persona imaginativa. Dicen,
“Está en las nubes. Está soñando.” Pero todos los trabajos de arte y
música y poesía vienen de la imaginación, porque la imaginación
es el flujo libre de la mente, cuando se le permite trabajar por ella
misma y sacar la belleza y la armonía que contiene. Pero cuando es
restringida por cierto principio o regla, entonces no trabaja libre-
mente. Sin duda entre artistas y músicos encontrarás muchos que

55

hazrat inayat khan


son soñadores y gente no práctica. Pero eso no quiere decir que
sean menos dotados. Quizá su falta de práctica de alguna forma
les ayuda a lograr algo que la gente práctica no puede lograr. No es
necesario seguir su ejemplo, pero igualmente se les puede apreciar.
Además, nadie ha creído en Dios, nadie ha amado a Dios, y nadie
ha alcanzado la presencia de Dios, sin haber sido ayudado por su
imaginación. Aquellos que discuten con el creyente y dicen, “¿Pero
dónde está Dios? ¿Puedes mostrármelo? ¿Cómo puedes concebir a
Dios? ¿Cómo puedes explicar a Dios?” son aquellos sin imaginación;
y nadie puede darles su propia imaginación. ¿Puede alguien creer
en la creencia de otro? Si uno puede creer en algo debe hacerlo por
sí mismo. ¿Y de qué está formada esta creencia? De imaginación.
Se ha dicho: “Si no tienes Dios haz uno”; y no hay nadie que haya
alcanzado a Dios que no haya podido hacer a Dios. Aquéllos que
tienen problemas con el Dios abstracto no tienen Dios; sólo usan la
palabra Dios. Tienen la verdad, pero no tienen a Dios.
La verdad sin Dios no satisface. Debería alcanzarse la ver-
dad a través de Dios. Es esto lo que da satisfacción. Si toda la fuerza
de uno deriva de la comida cuando se le diera una píldora quizá la
persona se mantendría viva, pero no le daría la alegría de comer. Si
uno toma la píldora de la verdad, quizás una parte del propio ser
pueda estar satisfecha, pero no es satisfacción real. La idea de Dios
alimenta a una persona. Primero debe hacerlo en él mismo, con su
imaginación; pero si no desea usar su imaginación, si sólo está espe-
rando que Dios llegue a él, tendrá que esperar largo tiempo.
Cuando una persona piensa, ésta es otra clase de acción. En
este momento él controla su mente, tanto consciente como incons-
cientemente, y la dirige de acuerdo con su propia voluntad. Se
vuelve razonable, exacto, y reflexivo. Tanto una persona imagina-
tiva como una pensativa pueden irse a los extremos y pueden fallar.

56

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
Pero mantener el equilibrio es lo que trae los resultados deseados.
Una persona reflexiva, además, puede pensar tanto que entre en
confusión por sus propios pensamientos. Hay muchos pensadores
que piensan tanto que ellos mismos se vuelven irreflexivos.
El segundo aspecto de la mente es la memoria. El trabajo
de la memoria no es creativo sino perceptivo. Su trabajo es recibir
impresiones y juntarlas. Algunos científicos dicen que las células
del cerebro guardan cada impresión que llega desde los sentidos,
y esto es lo que se guarda en el cerebro, para ser traído de vuelta
cuando uno lo quiera. Pero no es así, aunque pueda ser aceptado
como explicación simbólica. El científico lo ha dibujado como es en
el plano interior, pero debido a que no reconoce el plano interior
quiere explicarlo en términos físicos y les llama células cerebrales.
En verdad es esencia; pero no está en el cerebro, está en la mente.
La memoria puede ser comparada con una película foto-
gráfica. Las impresiones que toma permanecen allí, y cuando una
persona desea recogerlas algo de esta facultad le ayuda. Está dentro
de su alcance. Tan pronto como él quiere recordar una experiencia
echa mano, por así decirlo, a esa película en particular que recibió
la impresión de cierta experiencia. Ninguna experiencia recibida
por la vista, olfato, oído, tacto o gusto se pierde. Cuando la gente
dice, “No tengo buena memoria, no puedo recordar las cosas, soy
un cabeza hueca”, la razón es que han perdido el control sobre esta
facultad, pero la impresión está allí totalmente igual. Muy a menudo
una persona dice, “Lo sé, pero no puedo traerlo a mi memoria”. En
otras palabras en su mente él lo sabe, pero en su cerebro todavía
no está claro. Por ejemplo, cuando una persona no puede recordar
el nombre o la cara de alguien dice, “Creo que le conozco pero de
momento no me acuerdo”. Esto quiere decir que su mente lo sabe,
que está allí, pero que no puede hacerlo claro en su cerebro.

57

hazrat inayat khan


La memoria también puede ser dividida en dos partes. Hay
algunas cosas que no necesitamos buscar, pero que siempre están
claras en nuestra memoria. Sólo tenemos que estirarnos y poner
nuestra mano en ellas, tales como figuras, nombres, y caras de aque-
llos que conocemos. Podemos recordarlos en cualquier momento
que queramos. Siempre viven en nuestra memoria. Pero después
está la segunda parte de nuestra memoria, que a veces se llama la
mente subconsciente, aunque en realidad es la parte más baja de
la memoria. En esta parte de la memoria se hace una fotografía de
todo lo que hayamos visto o conocido, u oído, incluso una sola vez
como un flash, y permanece allí. Allí podemos encontrarla en algún
momento u otro, tanto con dificultad como fácilmente, según sea el
caso.
Además de estos dos aspectos de la memoria, todavía hay
una esfera más profunda a la que está unida la memoria, y esta
esfera es la memoria universal. En otras palabras la Mente divina,
donde no sólo recogemos lo que hemos visto u oído o conocido, sino
donde podemos incluso tocar algo que nunca hayamos aprendido
o escuchado o conocido o visto. También esto puede encontrarse
allí. Sólo por esto las puertas de la memoria deberían mantenerse
abiertas.
El tercer aspecto del trabajo de la mente es el control de
la mente, el poder de concentración. Se hace de dos formas: con la
ayuda de la memoria y con la ayuda de la mente. La concentración
que se lleva a cabo con la ayuda de la memoria es una concentra-
ción pasiva o negativa. Requiere poco esfuerzo concentrarse con la
ayuda de la memoria. Los hindúes enseñan esto emplazando cier-
tos Dioses y Diosas delante de una persona y diciéndole que los
mire y que después cierre sus ojos y piense en ellos. Mirando cierto
objeto la memoria lo refleja, y ese reflejo sería la concentración.

58

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
Pero aquellos que no practican la concentración automá-
ticamente retienen cosas de gran interés, las cosas que más impre-
sionan a sus mentes. Es por esta razón que algunos llevan con ellos
un miedo que quizás ha estado allí desde la infancia. Lo llevan con
ellos a lo largo de toda la vida. Algunos tienen una triste impresión
de desagrado. La llevan toda la vida. La retienen en su mente. La
mente mantiene una impresión viva revivificándola, una impresión
de venganza, de grandeza, de éxito, de fracaso, de amor, de admi-
ración. Se mantiene allí, y las células de la mente la alimentan para
mantenerla viva. A veces esto ayuda y otras funciona en contra de
uno. Ahora los psicólogos lo llaman una idea fija y están siempre
dispuestos a nombrarlo como una forma de demencia, pero no es
demencia. Todo el mundo la tiene. Es uno de los atributos de la
mente. Es la facultad, la cualidad de retener un pensamiento. Sin
duda puede a veces parecer ser demencia, pero la demencia sólo
viene del abuso de esta facultad. Se puede abusar de cualquier
facultad y hacer que una persona se desequilibre.
Y también existe la concentración positiva, que es creativa.
Esta concentración proviene del pensamiento. Cuando uno piensa
en un árbol o en una flor, la mente tiene que crear átomos con el
objeto de hacer esa forma; por tanto es positiva. Necesita fuerza de
voluntad; una mayor acción de la mente, para concentrarse en un
objeto que la mente tiene que hacer. La mente tiene que trabajar.
No es sólo concentrarse, sino crear y concentrarse.
Hay algunos que tienen un poder natural de concentra-
ción, y hay otros a los que les falta. Pero el misterio del éxito en
cualquier aspecto de la vida y el secreto del progreso se encuentra
en el poder de la concentración. No es sólo el progreso y el éxito,
que se ganan por él, sino que la realización espiritual es el resul-
tado de la concentración. Y muy a menudo uno ve que alguien hace

59

hazrat inayat khan


esfuerzos por concentrarse pero no puede realmente concentrarse,
y otros no saben que se concentran pero lo hacen todo el tiempo.
La oración y la meditación y otros ejercicios diversos, religiosos o
espirituales, tienen el objetivo de desarrollar el poder de la concen-
tración.
En Oriente en la mezquita es costumbre que un hombre
guíe las oraciones y todos los demás fieles permanezcan detrás de él.
Antes de ofrecer sus oraciones primero centran su mente en unirse
al pensamiento de su líder. Había un gran místico que no iba a la
mezquita a rezar. Él estaba siempre orando. No necesitaba ir a la
mezquita. Pero había un rey ortodoxo reinando en aquel momento,
que había decretado que todo el mundo tenía que asistir a las ora-
ciones. Así que este hombre fue obligado por la policía a ir y unirse,
pero en la mitad de las oraciones se fue, lo que fue considerado un
gran crimen. Cuando fue traído ante la corte para ser juzgado dijo,
“No pude evitarlo. El líder en su pensamiento se fue a su casa por-
que se había olvidado las llaves. Así que mientras rezaba en la mez-
quita me quedé sin líder, y es por esto que me fui”. Esto muestra que
en tanto hay espíritu en la forma religiosa, es una forma bella, que
tiene vida. Pero si no hay espíritu detrás de ella, por muy hermosa
que pueda ser la forma no sirve de nada. Esto es lo que se señala en
el dicho de la Biblia: “Es el espíritu lo que aviva; la carne no benefi-
cia en nada”.
El cuarto aspecto de la mente es el razonar. Ésta es una
facultad matemática, una facultad que pesa y mide y ve ángulos,
si son correctos o incorrectos. Y esta facultad es la que hace a un
hombre responsable de sus acciones. Si no ha madurado en este sen-
tido no es nada más que una partícula movida por las influencias
externas. Si las condiciones le mueven, ya sean las influencias cli-
máticas, o las influencias personales, él no es sino un instrumento.

60

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
Pero si mantiene la responsabilidad sobre sus acciones es a causa
de esta facultad de la mente que pesa y mide y razona las cosas.
No obstante, el razonamiento de una persona no es el mismo que
el razonamiento de otra. Y la razón de un momento no es la razón
del momento siguiente. Algo que es correcto ahora mismo puede
no ser correcto mañana porque el razonar cambia. Y aquellos que
disputan sobre la razón lo hacen en vano, porque el razonamiento
de cada persona es diferente, y el razonamiento de cada persona es
bueno para él ese momento específico. Instar y forzar la razón de
uno mismo en la mente de otro no sirve de nada. La mejor manera
de educar a una persona es desarrollar su razonamiento en lugar de
aconsejarle, que es lo que hacen muchos.
Es maravilloso observar los trucos de la facultad de razonar.
Cuando otra persona ha hecho algo la razón dice, “Debido a que esa
persona es mala y ya ha hecho diez cosas malas, ahora seguro habrá
hecho algo malo”. Y cuando una persona ha hecho ella misma algo
malo, la razón dice, “Lo he hecho porque no podía hacerlo de otra
manera. No pude evitarlo”. La razón toma el lado del ego. La razón
es esclava y sirviente de la mente; está a su entera disposición. La
mente sólo tiene que volverse hacia la razón, y la razón está allí
como un obediente esclavo. Puede no tener la razón en absoluto,
pero siempre está allí.
La razón es la cosa más valiosa que existe, pero no sirve
de nada cuando es una esclava de la mente. Le da a la mente la
razón tanto cuando hace algo correcto como cuando está equivo-
cado. Si uno va y les pregunta a los criminales encarcelados porqué
hicieron algo malo, cada uno tendrá una razón. Y si uno mira una
razón aún más de cerca veremos que la razón no es nada sino un
velo y una serie de velos, un velo detrás de otro. Incluso cuando los
velos son levantados, al final está la razón igualmente. Pero si uno

61

hazrat inayat khan


va más allá se encontrará la más directa y la más sustanciosa razón.
Es en la superficie de la razón en la que no se puede confiar, pero
lo profundo es más interesante; porque la profundidad de la razón
es la esencia de la sabiduría. Cuanto más se comprende la razón
menos se la buscará, porque entonces no hay nada para ella. Uno ya
conoce la razón. Es el hombre en el que no se puede confiar el que
siempre acusa a la razón de cada persona. Mientras más razonable
es una persona más entiende la razón de los demás. Esto es por lo
que el sabio puede llevarse bien tanto con el sabio como con el igno-
rante. Pero el ignorante no puede llevarse bien ni con el ignorante
ni con el sabio.
No hay duda de que siempre hay una razón detrás de una
razón, una razón superior. Y cuando uno llega a su razón superior
empieza a desaprender, como dicen los místicos, todo lo que alguna
vez haya aprendido. Se empieza a desaprender y se empieza a ver
considerablemente lo contrario. En otras palabras, no hay algo
bueno, que no tenga una cara mala y nada malo que no tenga una
cara buena. Nadie se levanta sin haberse caído, y nadie se cae sin la
promesa de levantarse. Uno ve la muerte en el nacimiento y el naci-
miento en la muerte. Suena muy extraño, y es una idea peculiar;
pero realmente es un estado. Cuando uno se eleva por encima de
lo que se llama razón se alcanza esa razón que es al mismo tiempo
contradictoria. Esto también explica la actitud de Cristo. Cuando
un criminal fue llevado a él no tuvo otra actitud que la del perdo-
nador. Él no veía el mal allí. Esto es mirar desde una razón más
elevada. Y si penetramos los mil velos de la razón podemos tocar
la razón de todas la razones, y podemos llegar a un entendimiento
que las razones exteriores no pueden dar. Y por eso comprende-
mos a todos los seres; aquellos que están en lo cierto y aquellos que
están equivocados. Se dice que los Apóstoles en cierto momento

62

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
fueron inspirados para hablar en muchas lenguas. No era la lengua
inglesa, indostaní o china. Era la lengua de cada alma. Cuando una
persona ha alcanzado ese estado mental en el que toca la esencia
de la razón entonces se comunica con cada alma. No es gran cosa
conocer treinta idiomas. Una persona puede conocer cien idiomas,
pero si no conoce el corazón del hombre no conoce nada.
Existe un idioma del corazón. El corazón habla al corazón,
y esta comunicación hace la vida interesante. Dos personas pueden
no hablarse, pero el estar sentadas juntas puede ser un intercambio
de nobles ideales y armonía. Cuando por primera vez fui iniciado
a manos de mi maestro espiritual en India yo estaba ansioso, como
cualquier hombre podría estarlo de asimilar, de conocer, tanto
como pudiera. Día tras día estaba en la presencia de mi Murshid,
pero ni una vez habló de temas espirituales. A veces hablaba de
hierbas y plantas, y otras veces de leche y mantequilla. Fui cada
día durante seis meses a ver si podía escuchar algo sobre cosas espi-
rituales. Después de seis meses el maestro me habló un día de las
dos partes de la personalidad, la exterior y la interior. Y yo estaba
más que entusiasmado; en cuanto empezó cogí un cuaderno y un
lápiz. Pero tan pronto como hice esto, mi maestro cambió de tema
y habló de otras cosas. Entendí lo que significaba. Significaba que
en primer lugar la enseñanza del corazón debe ser asimilada en el
corazón. El corazón es el cuaderno para esto. Cuando se escribe en
otro cuaderno permanecerá en el bolsillo, pero cuando es escrito en
el corazón permanecerá en el alma. Además uno tiene que apren-
der la lección de la paciencia, de esperar, porque todo conocimiento
llega a su debido tiempo. Más tarde me pregunté a mí mismo si
merecía la pena ir a un lugar después de tan largo viaje, e ir allí cada
día durante seis meses para escuchar hablar de nada sino de árboles
y mantequilla. Y mi yo más profundo contestó: sí, merece mucho

63

hazrat inayat khan


más la pena, porque no hay nada en el mundo más precioso que la
presencia de un santo. Su enseñanza puede no ser dada en teorías,
pero está presente en su atmósfera. Ésta es la enseñanza viviente,
que es la verdadera inspiración.
La esencia de la razón es el conocimiento de Dios. Por
tanto, si hay algún conocimiento divino que buscar es en la esencia
de la razón donde uno puede encontrarlo.
Y el quinto aspecto de la mente es el sentimiento. Si esta
facultad no está abierta, entonces por muy sabio e inteligente que
una persona pueda ser está incompleta. No está vivo. La mente
comienza a vivir desde el momento en que el sentimiento se des-
pierta en ella. Muchos usan la palabra sentimiento, pero pocos de
nosotros la conocemos. Y mientras más sabe uno menos habla de
ello. Es tan vasto que si hay alguna señal de Dios está en el senti-
miento.
Hoy en día la gente distingue intelectualidad de sensibi-
lidad, pero de hecho la intelectualidad no puede ser perfecta sin
sensibilidad. Ni el poder pensante puede ser nutrido, ni la facultad
de razonar ser sostenida, sin un continuo flujo exterior de senti-
miento. En esta era de materialismo parece que hemos perdido el
valor del sentimiento. Hablamos del corazón, pero no vemos su
importancia real, aunque sea lo principal, la raíz de la planta de
la vida. La cualidad del corazón es algo que sostiene toda la vida.
Todas las virtudes como la sinceridad, el respeto, la amabilidad, la
consideración, el aprecio, todas estas cualidades muestran la cua-
lidad del corazón. Si una persona no tiene corazón no es capaz de
apreciar, ni de ser agradecido, ni capaz de expresar su propia alma,
ni de recibir bondad y ayuda de otro. Una persona sin la cualidad
del corazón permanece egoísta, incluso ignorantemente egoísta. Si
fuera sabiamente egoísta merecería la pena.

64

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
La gente muy a menudo dice que no tiene tiempo para
mostrar su cualidad del corazón, no tiene tiempo para permitir que
el corazón se desarrolle. Están tan ocupados. Pero podemos estar
muy ocupados cada minuto desde la mañana hasta la noche y al
mismo tiempo hacer lo que hagamos con todo nuestro corazón,
expresarnos desde lo más profundo de nuestro corazón. Cuando la
cualidad del corazón se elimina entonces todo lo que uno hace está
sin vida. El sentimiento es algo tan importante en nuestras vidas;
toda nuestra vida depende de nuestro sentimiento. Una persona
que se haya descorazonado una vez a veces pierde el entusiasmo
para toda su vida. Una persona que se haya contrariado una vez
pierde la confianza completamente. Una persona con el corazón
roto pierde la confianza en sí mismo para el resto de su vida. Una
persona que haya pasado miedo una vez sostiene el miedo en su
corazón por el resto de su vida. Una persona que haya fracasado
una vez mantiene la impresión de su fracaso durante toda su vida.
A la gente en Oriente le gusta ver las peleas de gallos. Dos
hombres traen sus aves para luchar, y tan pronto uno de ellos ve
que la otra ave ganará retira la suya mientras todavía está luchando,
antes de que pueda esperarse la derrota. Prefiere admitir la derrota
mientras las dos aves están todavía luchando que permitir que su
ave sea impresionada por la derrota, porque una vez que queda
impresionada ya nunca más luchará. Éste es el secreto de nuestra
mente. Y una vez uno aprende a cuidar de la propia mente igual que
en el caso del ave, a hacer cualquier sacrificio en lugar de darle a la
mente una mala impresión, uno hace lo mejor para su propia vida.
Uno puede leer en las vidas de los grandes héroes y grandes
personalidades, cómo atravesaron todas las dificultades y penas y
problemas y sin embargo siempre intentaron mantener su corazón
libre de ser humillado. Esto les dio toda la fuerza necesaria. Siem-

65

hazrat inayat khan


pre evitaron la humillación. Estaban preparados para la muerte,
guerras, sufrimiento, pobreza, pero no para la humillación. Una
vez cuando estuve en Nepal quería un sirviente. Busqué uno, y era
de la casta de los guerreros, los kshatriyas, bravos luchadores de las
montañas. Y cuando le pregunté qué trabajo quería hacer, dijo,
“Cualquier trabajo que quieras, lo que sea”. Dije, “¿Y qué hay sobre
el pago?” “Lo que me des”, contestó. Yo estaba fascinado de encon-
trar un hombre que quisiera hacer cualquier trabajo que le diera y
aceptar cualquier pago que ofreciera.”Bien”, dije, “¿Entonces no hay
ninguna condición que cumplir?” Él dijo, “Una. No me dirás ni una
sola mala palabra”. Estaba dispuesto a aceptar cualquier dinero; a
hacer cualquier trabajo; pero no a la humillación. Aprecié este espí-
ritu más allá de las palabras. Esto es lo que hacía de él un guerrero.
¿Hay alguien en el mundo que confesaría no tener senti-
mientos? Y sin embargo hay corazones de roca, de hierro, de tierra, y
de diamante, plata, oro, cera, y papel. Hay tantos tipos de corazones
en este mundo como objetos. Hay algunos objetos que mantienen el
fuego más tiempo. Hay otros que arden instantáneamente. Algunos
objetos se templan y en un momento ya se han enfriado de nuevo.
Otros desaparecen tan pronto como el fuego los toca; mientras otros
se pueden fundir y hacer ornamentos con ellos. Y así son las cualida-
des del corazón. Personas diferentes tienen diferentes cualidades del
corazón, y el conocedor del corazón los tratará a cada uno de manera
diferente. Pero cuando no pensamos en este aspecto tomamos a cada
hombre como si fuera el mismo. Aunque cada nota es un sonido,
difieren en tono, en las vibraciones; y así cada hombre difiere en el
tono, en las vibraciones, de su corazón. De acuerdo con las vibracio-
nes de su corazón es espiritual o material, noble o común. No es por
lo que hace, ni por lo que posee en este mundo. Es grande o pequeño
de acuerdo con cómo vibra su corazón.

66

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
Durante toda mi vida he tenido un gran respeto por los
que se han afanado en el mundo, aquellos que se han esforzado a lo
largo de la vida y han alcanzado cierta eminencia, y siempre he con-
siderado una cosa muy sagrada estar en su presencia. Siendo éste
mi gran interés, comencé, primero en Oriente, a hacer peregrinajes
a grandes personas. Entre ellos había escritores, sabios, filósofos, y
santos; pero una vez entré en contacto con un gran luchador. Y este
hombre, que tenía la apariencia de un gigante con su monstruoso
cuerpo muscular, tenía una naturaleza tan simpática y expansiva,
tal simplicidad y caballerosidad que yo estaba profundamente sor-
prendido. Y pensé, “No es su talla y su fuerza lo que le hacen grande,
sino lo que le ha fundido y hecho indulgente; eso es lo que le hace
grande”.
El sentimiento es vibración. El corazón que es un vehí-
culo, un instrumento del sentimiento, crea fenómenos si uno sabe
cómo observar la vida atentamente. Si uno causa dolor a alguien,
ese dolor retorna. Si uno causa placer a alguien, ese placer tam-
bién retorna. Si uno da amor a alguien, el amor vuelve. Si uno da
odio, ese odio vuelve a uno de alguna forma u otra –quizá en forma
de dolor, salud enfermiza, o de éxito, alegría o felicidad. De una
forma u otra viene, nunca falla. Generalmente no se piensa sobre
esto. Cuando una persona ha alcanzado cierta posición en la que
puede mandar a la gente y hablarles violentamente, nunca piensa
en estas cosas. Pero cada pequeño sentimiento que surge en el cora-
zón y dirige una acción, palabra, y movimiento, causa cierta acción
y rebota. Sólo que a veces lleva su tiempo. ¿Podría pensarse que
puede odiarse a una persona y que ese odio no vuelva? Seguro que
vuelve, en algún momento. Por otro lado, si se tiene simpatía, amor,
afecto, sentimientos amables, no se necesita decir a nadie que se
tienen, porque regresarán de una forma u otra.

67

hazrat inayat khan


Alguien vino a mí y dijo, “Yo fui una vez muy simpático,
pero de alguna forma me he endurecido. ¿Cuál es la razón de esto?”
Dije, “Intentaste sacar agua del fondo de la tierra. Pero en lugar de
cavar hondo cavaste en el barro y te decepcionaste. Si tienes pacien-
cia de cavar hasta que alcances el agua, entonces no te decepcionarás”.
Muy a menudo una persona imagina que tiene senti-
miento, que es simpático. Pero si lo tuviera él sería el maestro de la
vida. Entonces no querría nada más. Una vez abierta esta fuente en
el corazón del hombre, hace de él autosuficiente y se lleva la con-
tinua tragedia con la que las almas tienen que encontrarse en la
vida. Esta tragedia es la limitación. Muy a menudo es la falta de
sentimiento lo que paraliza los otros cuatro aspectos de la mente.
La persona sin sentimiento es incapaz de pensar libremente. El sen-
timiento es lo que hace a uno pleno en el pensamiento. Un hombre
puede ser de mente poderosa, pero si no puede sentir el poder de su
mente está limitado, porque el poder real está en el sentimiento, no
en el pensamiento.
A veces la gente viene a mí y dice, “Lo he pensado y lo he
querido, pero nunca lo obtuve”. Y yo he respondido, “Nunca lo has
querido. Si lo hubieras querido lo habrías tenido”. No creen esto.
Continúan pensando que lo habían querido. Puede que sea así, pero
quererlo lo suficiente es otra cosa. Si una persona va y se queda
delante de un banco y dice, “Que todo el dinero del banco venga
a mí”, ¿vendrá? Él imagina que lo quiere, pero tiene dudas, no cree
que vendrá. Si lo creyera, vendría. La duda es un elemento destruc-
tivo. Puede compararse con la sombra que produce la bruma que
oculta el sol. El sol no tiene oportunidad de alcanzar el lugar, que
está cubierto por ésta.
Hay una historia sobre Shirin y Farhad, una historia muy
conocida de Persia. Había un tallista de piedra y estaba trabajando

68

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
para alguien en un monumento. Un día vio una dama que iba a
ser la futura reina del Shah; y él le dijo, “Te amo”. ¡Un tallista, un
trabajador de la calle, pidiendo la mano de una señora que iba a ser
la futura reina! Era un hombre sin razón pero no un hombre sin
sentimiento. El sentimiento estaba allí, y la afirmación vino con el
sentimiento. La dama dijo, “Muy bien, esperaré a ver si tu afirma-
ción es cierta, y le diré al Shah de Persia que espere”. Y para probarle
le dijo que abriera un camino a través de las montañas. Se fue con
martillo y cincel. No se preguntó si sería capaz de hacerlo o no. No
había razón; sólo había sentimiento. E hizo la carretera que miles
de personas no habrían hecho en un año, porque cada vez que mar-
tilleaba la roca decía el nombre de Shirin, la que él amaba. Hizo
el camino, y cuando el rey oyó que estaba terminado dijo, “Vaya,
he perdido mi oportunidad, ¿qué haré?” Alguien en presencia del
rey dijo, “Veré qué puede hacerse”. Fue a Farhad, el tallista y le dijo,
“¡Qué maravilloso es tu amor y devoción! Es fenomenal. ¿Pero no
has oído que Shirin ha muerto?” “¿Ha muerto?” dijo él. “Entonces
no puedo continuar viviendo.” Y cayó al suelo sin vida.
Lo importante de esta historia es el poder del sentimiento.
Lo que falta en este momento es la cualidad del sentimiento. Todos
quieren pensar con el cerebro, trabajar con la cabeza, pero no con
el corazón. No se puede imaginar ni crear arte hermoso, ni pensar
ni hacer cosas maravillosas, ni se puede mantener en la memoria
algo hermoso, ni retener pensamientos en concentración, si no hay
sentimiento detrás de ello. Además, si no hay sentimiento detrás
de palabras tales como gratitud, gracias, aprecio, estas palabras
están sin espíritu. Se vuelven mera formalidad. Hoy en día la finura
está muy malentendida. La gente sólo aprende el aspecto exterior.
Si hubiera sentimiento detrás de lo que dicen, la vida merecería
mucho más la pena ser vivida.

69

hazrat inayat khan


Cuando la mente se preocupa está confusa. No puede
reflejar nada. Es la quietud de la mente lo que hace a uno capaz de
recibir impresiones y reflejarlas. En persa se dice que la mente es un
espejo. Todo enfrente del espejo aparece en él; pero cuando se quita
el espejo está limpio. No permanece. Permanece en el espejo en
tanto en cuanto el espejo está enfocado en él, y así es con la mente.
La cualidad en la mente que la hace quieta a veces y activa
otras, que hace que refleje lo que uno ve en un momento y hace
que evite todo reflejo en otro de forma que ningún reflejo exterior
pueda tocarla, esta cualidad se desarrolla mediante la concentra-
ción, la contemplación y la meditación. La mente es entrenada por
el entrenador-maestro mediante el bucear profundo, planear alto,
expandirse ampliamente, y centralizar la mente en una idea. Y una
vez que la mente es dominada una persona se convierte en un maes-
tro de la vida. Toda alma desde el momento en que nace es como
una máquina, sujeta a todas las influencias, influencias del tiempo
o de todo lo que opera a través de los cinco sentidos. Por ejemplo,
nadie puede pasar por una calle sin ver las pancartas y anuncios.
Los ojos de un hombre son obligados por lo que está delante de
ellos. Él no tiene intención de mirar, pero todo lo de afuera se dirige
a los ojos. Así un hombre está constantemente bajo la influencia
de todas las cosas del mundo exterior que le gobiernan sin saberlo.
Una persona dice, “Soy un hombre libre; hago lo que quiero”. Pero
no lo hace. Hace lo que no quiere muchas veces. Sus oídos están
siempre sujetos a oír cualquier cosa que caiga en ellos, sea armo-
nioso o no, y no puede resistirse a lo que ve. Y así un hombre está
siempre bajo la influencia de la vida.
También están las influencias planetarias y las influencias
vivas de aquellos que le rodean; y sin embargo un hombre dice,
“Tengo libre albedrío; soy un hombre libre”. Si supiera lo poco libre

70

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
que es se asustaría. Pero entonces hay un consuelo, y es que en el
hombre hay una chispa escondida en algún sitio de su corazón, que
es la única que puede ser llamada la fuente del libre albedrío. Si
esta chispa es atendida una persona tiene mayor vitalidad, mayor
energía, mayor poder. Todo lo que piensa se hace realidad; todo lo
que dice deja una impresión, todo lo que hace tiene un efecto. ¿Qué
hace el místico? Sopla esta chispa hasta que la llama se convierte en
una llamarada. Esto le da inspiración, el poder que le permite vivir
en este mundo la vida de la libre voluntad. Es la chispa que puede
ser llamada la herencia divina del hombre, en la que él ve el poder
divino de Dios, el alma del hombre. Y hacerse espiritual significa
que soplando sobre esta chispa surge luz de ella y se ve toda la vida
bajo su luz. Y convirtiendo la Luz Interior en una llamarada uno es
más capaz de pensar, sentir y actuar.

71

hazrat inayat khan


8. EL PODER DEL PENSAMIENTO

Hay quienes a través de la experiencia de la vida han apren-


dido que el pensamiento tiene poder, y hay otros que se preguntan
si realmente es así. También hay muchos que se acercan a esta cues-
tión con la idea preconcebida de que incluso si todo pensamiento
tiene un cierto poder, no obstante es limitado. Pero no sería una
exageración decir que el pensamiento tiene un poder, que es inima-
ginable; y con objeto de encontrar una prueba de esto no tenemos
que irnos muy lejos. Todo lo que vemos en este mundo no es sino
un fenómeno del pensamiento. Vivimos en él, y lo vemos desde la
mañana hasta la noche, y sin embargo dudamos de si es así. Y así es
como nuestro hermoso mundo no llena de orgullo y vanidad, y nos
hace creer que entendemos las cosas mejor de lo que lo hacemos.
Cuanto menos cree una persona en el poder del pensamiento, más
firmemente piensa que está sobre la tierra. No obstante, consciente
o inconscientemente siente su limitación, y busca algo que forta-
lezca su creencia en el pensamiento.
El pensamiento puede dividirse en cinco aspectos diferen-
tes: imaginación, pensamiento, sueño, visión y materialización. La
imaginación es esa acción de la mente que es automática. Desde
la mañana hasta la noche una persona tanto si está trabajando,
como si está descansando, tiene su mente trabajando exactamente
lo mismo a través de la imaginación. El pensamiento es pensar con
el poder de la voluntad detrás. De esta forma podemos distinguir
entre el imaginativo y el reflexivo. Estas dos clases de personas no

72

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
pueden confundirse. Porque uno es imaginativo, que implica pen-
sar sin poder, pensar automático. El otro es reflexivo, lo que quiere
decir que su pensamiento es poderoso.
Cuando esta acción automática tiene lugar en el estado de
dormir, se le llama sueño. Es distinto y diferente de la imaginación,
porque mientras una persona está imaginando sus sentidos están
abiertos a este mundo objetivo, y por tanto su imaginación no toma
una forma concreta. Pero cuando la misma acción automática de
la mente continúa en el sueño, no hay mundo objetivo para com-
pararlo. El místico siempre puede ver la condición de la mente de
una persona sabiendo cómo sueña, porque en el sueño el funciona-
miento automático de su mente es mucho más concreto que en su
imaginación.
Hay algunos que son capaces de leer el carácter o el futuro
conociendo lo que la persona imagina. Siempre le piden que nom-
bre una flor, un fruto, algo que él ama o que le gusta, con objeto de
que puedan encontrar la corriente de su imaginación. Desde esta
corriente de imaginación averiguan algo sobre el carácter de esta
persona y sobre su vida. No es necesario ser un lector del carácter o
un adivino. Cualquier persona reflexiva y sabia puede entender por
la forma en que alguien se viste o por su entorno cómo discurren sus
pensamientos, lo que son sus imaginaciones. Pero ya que el estado
del dormir posibilita a la mente expresarse más concretamente, el
sueño es la mejor forma de entender qué estado de mente tiene una
persona. Una vez esto es entendido, queda poca razón para la duda
de si el sueño tiene algún efecto sobre la vida y el futuro de la per-
sona. De hecho, el hombre no sabe, el hombre no puede imaginar,
hasta dónde el pensamiento influencia la vida.
Puede decirse que la visión es un sueño que uno experi-
menta en el estado despierto. Una persona que es imaginativa o

73

hazrat inayat khan


capaz de imaginar es capaz de crear un pensamiento. Y cuando este
pensamiento que ha creado se convierte en un objeto sobre el que
la mente se enfoca, entonces todo lo demás queda oculto para él.
Sólo esta imaginación particular permanece delante de él como una
foto. El efecto de esta visión es ciertamente mayor que el efecto de
un sueño. La razón es que la imaginación que puede estar delante
de la mente en el estado despierto es naturalmente más fuerte que
la imaginación que era activa en el estado de sueño.
El quinto aspecto del pensamiento es la materialización. Y
es en el estudio de este aspecto que encontramos el mayor secreto
de la vida. Sin duda una persona de buena gana aceptará que es
por la imaginación del arquitecto que un edificio hermoso es cons-
truido, que es por la imaginación del jardinero que un jardín her-
moso es hecho. Pero generalmente cuando se llega a la materia y
todas las cosas que están conectadas con lo material, el hombre
se pregunta hasta dónde la imaginación o el pensamiento tienen
poder sobre ello. Hoy en día, como la psicología está empezando a
extenderse por el mundo occidental, la gente al menos escuchará
pacientemente cuando uno habla sobre ello. Pero por otro lado hay
muchos que toman una medicina con gran fe, pero si se les dice que
un pensamiento puede curarles sonreirán ante la idea. Esto muestra
que con todo el progreso que la humanidad parece haber hecho, ha
retrocedido en una dirección, la del pensamiento superior. Porque
el hombre generalmente hoy no cree en el poder del pensamiento y
cree todavía menos en lo que llama emoción.
De hecho si uno puede hablar del alma de un pensamiento,
esa alma es el sentimiento que está detrás de él. Uno ve que la
gente se confunde cuando oyen sólo palabras detrás de las cuales
no hay sentimiento. Lo que hace convincente a un pensamiento es
el poder detrás de él, y este poder consiste en el sentimiento. La

74

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
tendencia general es dejar a un lado lo que se llama imaginación.
Cuando alguien dice que una persona imagina algo quiere decir que
se divierte. Uno le dice, “Oh, sólo te lo imaginas; en realidad no
existe”. Pero en realidad cuando uno ha imaginado algo, esa imagi-
nación es creada y lo ya creado existe. Y si es pensamiento lo que
es creado, vive más, porque el pensamiento es más poderoso que la
imaginación. De esta forma el hombre hoy en día ignora ese poder
que es el único poder y el mayor poder que existe, llamándolo sen-
timentalismo, que no significa nada. Con este poder los héroes han
conquistado en batalla; y si alguien ha efectuado algo grande en el
mundo, lo ha efectuado con este poder del corazón, no con el poder
del cerebro. La música de los más maravillosos compositores, la
poesía de los grandes poetas del mundo, todo ha llegado desde lo
más profundo de sus corazones, no de sus cerebros. Y si cerramos la
puerta al sentimiento, a la imaginación, y al pensamiento, eso sólo
quiere decir que cerramos la puerta a la vida.
El sufí ve tanto al Creador como a la creación en el hom-
bre. La parte limitada del ser humano es la creación y la parte más
interna de su ser es el Creador. Si esto es verdad, el hombre es tanto
limitado como ilimitado. Si desea ser limitado puede hacerse más y
más limitado. Si desea ser ilimitado puede hacerse más y más ilimi-
tado. Si cultiva en él la ilusión de ser una creación, puede serlo más
y más. Pero si cultiva en él el conocimiento del Creador, también
puede serlo más y más.
Con cada tipo de debilidad, cada tipo de enfermedad, cada
tipo de miseria, cuanto más se les da, más nos cargan. Y a veces esto
puede suceder incluso hasta el extremo de que el mundo entero cae
sobre nuestra espalda y uno es enterrado bajo él. Sin embargo otra
persona, se elevará desde él. Puede ser difícil, pero al mismo tiempo
es posible. Poco a poco, con coraje y paciencia, se elevará y perma-

75

hazrat inayat khan


necerá sobre ese mundo que de otra forma le habría aplastado. Lo
primero es caer, lo segundo elevarse. Ambos dependen de la actitud
de la mente. Y lo principal en la vida es el cambio de esta actitud,
tanto desde un punto de vista material como espiritual. Todo esto
es enseñado en los estudios esotéricos sufíes y mediante las prácti-
cas sufíes se enseña a llegar poco a poco, gradualmente, al logro de
lo que es llamado maestría.
La maestría viene de la evolución del alma, y la señal de la
maestría es vencer todo lo que nos repugna. Esto es tolerancia real.
Las almas que han alcanzado esta maestría espiritual, muestran
esto no sólo con la gente, sino también con su comida. No hay nada
que el alma que ha ganado la maestría no tocaría aunque puede que
no le guste o apruebe.
El sistema entero de los yoguis, especialmente de los hatha
yoguis, está basado en familiarizarse con algo contra lo que su natu-
raleza se rebela. Sin duda haciendo esto pueden ir demasiado lejos
torturándose y atormentándose a sí mismos, y estos extremos no
son correctos, pero de todas formas éste es su principio.
No es el calor lo que mata a una persona, sino la acepta-
ción del calor. Es lo mismo con la comida y con la medicina, por-
que detrás de cada cosa hay pensamiento. Incluso ahora hay yoguis
que podrían saltar al fuego y no quemarse. Uno encontrará que las
almas intolerantes son las más infelices en el mundo, porque todo
les daña. ¿Por qué deben estar tan incómodos en la casa e inquietos
en el exterior? Por su tendencia a la aversión, al rechazo, al pre-
juicio. Es esta tendencia la que debe ser conquistada. Y cuando es
conquistada se alcanza gran maestría.
Recuerdo mi maestro de la escuela diciéndonos que las
hojas de cierto árbol tenían grandes cualidades curativas. Esto no
me interesó mucho, pero lo que sí me interesó, como también él nos

76

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
dijo, era que estas hojas eran tan amargas que uno no podría beberse
una infusión de ellas. Y lo primero que hice fue recolectar algunas
de estas hojas, y nadie entendía por qué lo hice. Pero me hice un té
de ellas y me lo bebí, y para gran satisfacción mía ¡ni siquiera puse
mala cara! Durante cuatro o cinco días continué con esto y luego lo
olvidé todo. Es luchar contra todo lo que uno no puede hacer lo que
da la maestría. Pero generalmente no se hace esto. Se lucha contra
las cosas que impiden obtener lo que uno quiere. El hombre debería
luchar sólo consigo mismo, luchar contra la tendencia a rechazar.
Esto le conduciría a la maestría. Como principio general en la vida
no sirve de nada forzar nada, pero si queremos entrenarnos, esto es
otra cosa. Es un proceso, no un principio.
Podría decirse que es una gran lucha. Sí, así es; pero hay
lucha en ambas cosas, en descender y en elevarse. Es mejor luchar y
elevarse, en lugar de luchar y descender. Siempre que una persona
desciende, sólo quiere decir que es débil en su pensamiento. ¿Y por
qué es débil en su pensamiento? Porque es débil en su sentimiento.
Si el sentimiento protege al pensamiento, y si el pensamiento se
mantiene firme, cualquiera que sea la dificultad en la vida, será
superada.

77

hazrat inayat khan


9. CONCENTRACIÓN

Adquirir el conocimiento de la concentración requiere


no sólo estudio, sino también equilibrio. Antes de entrar en esta
materia me gustaría primero explicar qué motivo hay detrás de
la concentración. Hay dos aspectos de la vida: la vida audible y la
vida silenciosa. Por vida audible quiero decir todas las experiencias,
todas las sensaciones que experimentamos a través de los cinco
sentidos. Esto es distinto de la vida, que yo llamaría la vida silen-
ciosa. Y cuando uno pregunta qué beneficio se deriva de entrar en
contacto con la vida silenciosa, la respuesta es que el beneficio es
tan abstracto como la vida silenciosa misma. La vida de la sensa-
ción es clara; su beneficio es claro; y sin embargo tan limitada como
es la vida de la sensación, así de limitado es su beneficio. Esto es
por lo que al final encontramos todas nuestras experiencias de poco
valor. Su importancia dura tanto como las experimentamos. Pero
después de esto la importancia de la vida de la sensación se acaba.
El valor de la vida silenciosa es independiente. Tendemos a
asignarle un valor a las cosas que conciernen a nuestra vida exterior.
La vida silenciosa no nos da un beneficio concreto sino un beneficio
general. En otras palabras, si hay una herida menor en el cuerpo una
aplicación externa de cierto medicamento puede curarla. Pero hay
otras medicinas, que pueden curar la condición general, y esto es más
satisfactorio que la cura externa, aunque es menos espectacular.
No puede decirse exactamente qué beneficio se gana con
la concentración, pero en realidad hay toda clase de beneficios, en

78

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
todas direcciones. Hay dos tipos de concentración: concentración
automática y concentración intencional. La concentración automá-
tica se encuentra en mucha gente que no sabe que se concentra y
sin embargo lo hace. Se concentran automáticamente, algunos para
su desventaja, algunos para su ventaja. Aquellos que se concentran
para su ventaja son aquellos cuya mente está fijada en sus negocios,
en su arte, en cualquier ocupación que tengan. Son los que gracias a
su concentración pueden trabajar más exitosamente. Sea un compo-
sitor, un escritor, o un músico, según su poder de concentración así
será su éxito. Una vez tuve el placer de escuchar a Paderewski en su
propia casa. Empezó a tocar gentilmente en su piano. Cada nota le
llevaba a un océano de música más y más profundo. Cualquier per-
sona meditativa podría ver claramente que él estaba tan concentrado
en lo que hacía que no sabía donde estaba. Los trabajos de los gran-
des compositores, que vivirán para siempre, que ganan el corazón de
los hombres, ¿de dónde vienen? De la concentración. Así es con un
poeta, así es con un artista. Es la concentración, la que trae el color,
y la línea, lo que hace el dibujo. Naturalmente, si es un artista o un
escritor, un músico o un poeta, o alguien que está en los negocios o en
la industria, en la ausencia de concentración nunca tendrá éxito.
A veces la concentración trabaja en nuestra contra. Hay
alguna gente que siempre piensa que es desafortunada, que todo lo
que hagan irá mal, que piensan que desagradan a todo el mundo,
que todos les odian. Entonces algunos empiezan a creer que son
incapaces de hacer nada, que están incapacitados, inútiles. Otros
por autocompasión piensan que están enfermos. De esa forma
incluso si no están enfermos ellos crean la enfermedad. Algunos
mediante la concentración recuerdan la enfermedad, siempre
piensan en ella. Ningún médico podría tener éxito con ellos. Un
viejo médico una vez dijo, “Hay muchas enfermedades, pero hay

79

hazrat inayat khan


muchos más pacientes”. Una vez que una persona mediante la con-
centración se ha convertido en un paciente, es difícil que se cure. Y
hay muchos de estos casos de concentración automática en contra
de uno mismo.
Pensadores, filósofos, y gente meditativa enseñan la con-
centración intencional. Todo el misticismo, el esoterismo, está
basado en la idea de la concentración. Esta concentración mística
puede ser dividida en cuatro grados diferentes. El primero es con-
centración, el siguiente contemplación, el tercero meditación, el
cuarto realización.
La definición del primer grado es la fijación del propio pen-
samiento sobre un objeto. Uno no debería concentrase sobre cual-
quier objeto que llegue, porque aquello en lo que uno se concentra
tiene un efecto sobre uno. Cuando uno se concentra en un objeto
muerto tiene el efecto de matar el alma. Cuando uno se concen-
tra en un objeto viviente tienen naturalmente un efecto vivifica-
dor. El secreto de las enseñanzas de todos los profetas y místicos se
encuentra en esto.
Esta concentración se consigue de tres diferentes formas.
La primera forma es mediante la acción. Se hace cierto movimiento
o se realiza una acción, que ayuda a la mente a concentrarse en
cierto objeto. Otra forma es con la ayuda de las palabras. Por la
repetición de ciertas palabras se aprende a pensar automáticamente
en cierto objeto. La tercera forma es con la ayuda de la memoria.
La memoria es como un almacén de construcción. De éste el cons-
tructor toma cualquier cosa que le guste: tejas, columnas, ladri-
llos, cualquier cosa que quiera. El hombre que se concentra de esta
forma hace lo mismo que los niños que tienen ladrillos con los que
construir casas de juguete. Recoge cosas en su memoria y con ellas
compone objetos para concentrarse en lo que desea.

80

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
La contemplación ocurre sólo cuando una persona está lo
suficientemente avanzada para poder contemplar. Porque la con-
templación no es en un objeto, es en una idea. Sin duda un hom-
bre puede creer que está preparado para hacer cualquier cosa, y que
después de la concentración él puede contemplar; pero la naturaleza
de la mente es tal que se escurre de nuestras manos en el momento
en que intentamos sujetarla. Por tanto antes de que realmente se
empiece a pensar la mente ya ha arrojado el objeto de concentración
como un caballo inquieto. La mente no es siempre tan rebelde; se
muestra rebelde cuando quiere gobernarse a sí misma. Es como el
cuerpo: uno puede sentirse descansado sentándose de forma natu-
ral, pero tan pronto como uno se mantiene completamente quieto
durante cinco minutos, el cuerpo empieza a sentirse inquieto. Y es
todavía más difícil hacer que la mente obedezca. Los místicos por
tanto encuentran una cuerda para atar la mente a cierto lugar de
donde no pueda moverse. ¿Cuál es esta cuerda? Esta cuerda es la res-
piración. Ellos atan la mente mediante esta cuerda y la hacen perma-
necer donde desean que permanezca. Es como el pájaro que usa su
saliva para hacer su nido. Igual hace el místico que con la respiración
crea atmósfera, crea luz y magnetismo en el que vivir.
Una característica de la mente es que es como una graba-
dora: cualquier cosa que se impresione sobre ella, es capaz de repro-
ducirla. Y otra característica de la mente es que no sólo reproduce
algo, sino que crea lo que está impresionado sobre ella. Si se graba
fealdad, producirá desacuerdo, desarmonía. El aprendizaje de la
concentración limpia la grabadora, hace que produzca lo que nos
gusta, no lo que viene automáticamente. En este mundo se está tan
abierto a las impresiones. Se anda con los ojos y oídos abiertos, pero
no sólo los ojos, no sólo los oídos están abiertos. Los labios se abren
para emitir lo que los ojos y oídos toman. Esta es la parte peligrosa.

81

hazrat inayat khan


La tercera parte de la concentración es la meditación. En
este grado uno se vuelve comunicativo. Uno se comunica con la
vida silenciosa, y naturalmente una comunicación se abre con la
vida exterior también. Es entonces cuando un hombre empieza a
darse cuenta que tanto la vida exterior como la interior, todo de
hecho, es comunicativo. Entonces un hombre empieza a aprender
que nunca puede aprender mediante el estudio o de los libros, que
la vida silenciosa es el mayor maestro y sabe todas las cosas. No sólo
enseña, sino que da esa paz, esa alegría, ese poder y armonía, que
hacen la vida hermosa.
Nadie puede afirmar ser meditativo. Porque una persona
meditativa no necesita decirlo con los labios. Su atmósfera lo dice, y
es sólo la atmósfera la que puede decir si es verdad o mentira. Una
vez pregunté a mi maestro espiritual cuál era el signo de conocer a
Dios. Dijo, “No son aquéllos que claman el Nombre de Dios, sino
aquéllos cuyo silencio lo dice”. Muchos andan buscando algo que
merezca la pena, algo maravilloso, pero no hay nada más maravi-
lloso que el alma del hombre.
La realización es el resultado de los otros tres grados. En la
tercera clase de experiencia el hombre persigue la meditación; pero
en esta, la meditación persigue al hombre. En otras palabras, ya no
es más el cantante quien canta la canción, sino que la canción canta
al cantante. Este cuarto grado es una forma de expansión de la con-
ciencia; es el desenvolverse del alma; es bucear profundo dentro de
uno mismo; es comunicarse con cada átomo de la vida que existe
en el mundo entero; es realizar el “Yo” real en el que se basa el pro-
pósito de la vida.

82

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
10. LA VOLUNTAD

Palabras tales como deseo, querer o amar, y sus semejantes


vienen a decir más o menos la misma cosa. Pero la palabra “volun-
tad” tiene una importancia mayor que todas estas otras palabras.
Y la razón es que la voluntad es la vida misma. La Biblia llama a
Dios amor. ¿Amor en qué sentido? Amor en el sentido de voluntad.
El Creador creó el universo ¿mediante qué? ¿Mediante el amor?
Mediante la voluntad, el amor vino después. El amor es la voluntad
cuando es reconocida por su manifestación. Entonces es llamado
amor. Pero al principio fue la voluntad. Por ejemplo, el Taj Mahal,
el gran monumento en Agra, se dice que es la muestra del amor que
el emperador sentía por su amada. Al mismo tiempo, cuando uno
lo mira objetivamente, no puede llamársele una expresión de amor.
Más bien se le llamaría un fenómeno de la voluntad. En el inicio de
la construcción al menos, podría verse el espíritu, el impulso que lo
comenzó, como un fenómeno de la voluntad del emperador. Des-
pués de que se terminara podría decirse que era la expresión de su
amor. Cuando una persona dice, “lo deseo”, “lo quiero”, es una volun-
tad incompleta; una voluntad que no es consciente de su fuerza;
una voluntad, que no está segura de que tiene esa voluntad. En ese
caso se le llama deseo. Pero cuando una persona dice “lo haré” esto
significa que es definitivo. Una persona que nunca puede decir “lo
haré” no tiene voluntad.
De esto podemos concluir que la voluntad, es la fuente y el
origen de todos los fenómenos. Los hindúes han llamado a la crea-

83

hazrat inayat khan


ción el sueño de Brahma, el Creador. Pero un sueño es un fenómeno
de la voluntad inconsciente, cuando la voluntad trabaja automá-
ticamente. La voluntad es la acción del alma. También podría lla-
marse al alma el ser de la voluntad. La diferencia entre la voluntad
y el alma es como la diferencia entre una persona y su acción.
Hay una diferencia entre la persona pensativa y la imagi-
nativa y la diferencia es que uno piensa con la voluntad, y el otro
piensa sin voluntad. Cuando una persona conoce el valor de la
voluntad, entonces reconoce que no hay nada en el mundo que sea
más precioso que la voluntad. Naturalmente, por tanto, la cuestión
surge en la mente del hombre pensativo. “¿Hay voluntad en mí?
¿Tengo una voluntad fuerte o débil?” Y la respuesta es que nadie
puede existir sin voluntad. Todo el mundo tiene voluntad.
El funcionamiento automático de la mente produce la
imaginación, y el valor de la imaginación depende del cultivo de la
mente. Si la mente está afinada a un tono superior entonces la ima-
ginación naturalmente será de un tono superior; pero si la mente
no está afinada a un tono superior entonces naturalmente las ima-
ginaciones no serán de un tono superior.
La imaginación tiene su lugar y su valor. ¿Pero cuál? En ese
momento en que el corazón está afinado a tal tono que la imaginación
no puede ir a ningún sitio excepto al paraíso. El corazón, que está tan
afinado por el amor y la armonía y la belleza, sin quererlo, empieza a
flotar automáticamente. Y en este movimiento automático reacciona
con cualquier cosa que toca, o lo expresa de alguna manera. Cuando
es en forma de línea o color o notas, entonces se produce arte, pintura,
música o poesía. Es entonces cuando la imaginación tiene valor. Pero
cuando se llega al negocio y la ciencia y todas las cosas que están conec-
tadas con nuestra vida cotidiana y el mundo, es mejor dejar la imagina-
ción a un lado y funcionar con el pensamiento.

84

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
Igual que tanto la noche como el día son útiles, igual que
tanto el descanso como la acción son necesarios, así tanto el pen-
samiento como la imaginación tienen su lugar en nuestra vida. Por
ejemplo, si un poeta usa su voluntad para dirigir su imaginación
podría volverse un pensamiento y se haría rígido. Lo natural para
un poeta es dejar que su mente flote en el espacio, y dejar que su
corazón exprese lo que sea que ocurra que toque, y entonces lo que
es expresado es una inspiración. Pero cuando una persona tiene que
atender sus asuntos de negocios no debería dejar su corazón flotar
en el aire. Debe pensar en las cosas de la tierra, y elaborar sus fanta-
sías muy cuidadosamente.
Entonces llegamos a la cuestión de cómo podemos mante-
ner la voluntad. La naturaleza de la vida que vivimos nos roba de
nuestra voluntad. No sólo por la lucha que tenemos que mantener
en la vida, sino que también nuestro propio ser, nuestros pensa-
mientos, nuestros deseos, nuestras motivaciones, debilitan nues-
tra voluntad. La persona que sabe cómo está conectado nuestro
ser interior con la Voluntad perfecta, encontrará que lo que hace
a la voluntad más pequeña, más estrecha y más limitada, es nues-
tra experiencia a lo largo de la vida. Nuestras alegrías nos roban de
nuestra voluntad, como lo hacen nuestras penas. Nuestros placeres
nos roban de nuestra voluntad, como lo hacen nuestros dolores. Y
la única forma de mantener el poder de la voluntad es estudiando
la existencia de la voluntad y analizando qué es la voluntad entre
todas las cosas de nosotros mismos.
Podría parecer que la motivación incrementa la fuerza de
voluntad. Pero, sin duda, al final encontraremos que roba de nues-
tra fuerza de voluntad. La motivación es una sombra sobre la inteli-
gencia, aunque mientras más elevada es la motivación, más elevada
es el alma, y mientras mayor es la motivación, mayor es el hombre.

85

hazrat inayat khan


Cuando la motivación está debajo del ideal, esto supone la caída del
hombre. Y cuando su motivación es su ideal, ésa es su elevación. La
visión del hombre se amplía en correlación con la amplitud de la
motivación, y la fuerza del hombre es mayor en correlación con el
poder de la motivación.
También hay un dicho inglés, “El hombre propone, Dios
dispone”. Uno siempre tiene que vérselas con un poder mayor que
uno mismo, que no siempre apoya el deseo de uno. Y naturalmente
una persona con voluntad, viéndoselas con un poder mayor, más
tarde o más temprano se rendirá y se llevará la impresión de la pér-
dida de su propia voluntad. Esto es sólo un ejemplo, pero podrían
darse cien ejemplos de cómo se nos arrebata la voluntad sin darnos
cuenta. Muy a menudo una persona piensa que siendo activo o con
determinación mantiene su voluntad, y que siendo pasivo pierde su
voluntad. Pero no es así. Donde hay una batalla hay un avance y hay
una retirada. Por una retirada no se es derrotado y por un avance
no siempre se tiene éxito. Una persona que ejerza su voluntad todo
el tiempo, la presiona y la agota muy rápido. Es como estar dema-
siado seguro de una cuerda que se tiene en la mano mientras se roza
con el borde de una piedra afilada. Muy a menudo uno ve que la
gente que profesa gran fuerza de voluntad fracasa mucho antes que
aquellos que no la profesan.
Hay siempre también una batalla entre la fuerza de volun-
tad y la sabiduría. Y la primera y más sabia cosa a hacer es lograr
la armonía entre la sabiduría y la fuerza de voluntad. Cuando una
persona dice, “Quiero hacer esto, haré esto”. Y al mismo tiempo su
sentido dice, “No, no puedes, no debes hacerlo”, entonces, incluso
con toda su fuerza de voluntad él no podrá hacerlo o hará algo en
contra de su mejor juicio.
Esto además nos muestra la vida con otra luz; que aque-

86

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
llos que son sabios pero sin voluntad están tan indefensos como
una persona con fuerza de voluntad pero sin sabiduría. No sirve de
nada mantener la sabiduría en el frente y la fuerza de voluntad en
la retaguardia, ni tampoco sirve mantener la fuerza de voluntad en
el frente y la sabiduría en la retaguardia. Lo necesario es hacer de las
dos una, y esto puede hacerse volviéndose consciente de la acción
de ambas en todo lo que uno hace. Al mismo tiempo uno puede
practicarlo en la vida diaria privándose de cosas que nos gustan. Si
una persona siempre tiene lo que le gusta tener, sin duda estropea
su voluntad, porque entonces su voluntad no tiene reacción.
Se le da un estímulo a la voluntad cuando uno se priva de lo
que desea. Entonces la voluntad se hace consciente de sí misma, viva.
Se pregunta por qué no debería tenerlo. Por ejemplo, una persona
quiere tener melocotones, pero al mismo tiempo es muy atraída a la
flor del melocotonero. Piensa que la flor es hermosa, y entonces llega
la idea: ¿por qué no dejarla en la planta? Esto le hará decidirse a no
cogerla. Esto le da un estímulo, porque el primer deseo fue cogerla,
entonces el sentido quiso trabajar con ella; e igual que la luz surge de
la fricción, así también la voluntad llega de la fricción.
El poder de la voluntad está en controlar, en contraste con
la imaginación, que funciona sin control, porque si uno quiere con-
trolarla la estropea. Nada en el mundo, ni en la esfera de la mente
ni en el plano físico, puede moverse sin la fuerza de la voluntad.
Pero mientras que con una el poder de la voluntad está en absoluto
control, con la otra funciona automáticamente.
Hay otro enemigo de la fuerza de voluntad y éste es el
poder del deseo. A veces éste le arrebata su fuerza al poder de la
voluntad. A veces el poder de la voluntad, mediante el conflicto
con el deseo, se hace fuerte. La auto-negación que se enseña en la
Biblia generalmente quiere decir el aplastamiento de los deseos. No

87

hazrat inayat khan


debería tomarse como un principio sino como un proceso. Aque-
llos que lo han tomado como un principio han perdido. Aquellos
que lo han tomado como un proceso han ganado.
El enemigo del sentido, de la sabiduría, es la falta de tran-
quilidad de la mente. Cuando la mente está tranquila produce el
pensamiento adecuado, y la sabiduría surge de forma natural como
una fuente. Los sufíes por tanto han enseñado diferentes ejercicios,
tanto en forma física como meditativa; con objeto de hacer que la
mente se tranquilice, de forma que la sabiduría que está allí pueda
surgir como una fuente. No es en el agua perturbada donde uno
puede ver su propia imagen reflejada. Es en el agua quieta en la
que uno puede ver su propia imagen claramente. Nuestro corazón
puede compararse con el agua y cuando está calmado, la sabiduría
surge por sí misma. Son la sabiduría y la voluntad juntas las que
trabajan hacia el éxito en un asunto.
La fuerza de voluntad se desarrolla sistemáticamente pri-
mero mediante la disciplina del cuerpo. El cuerpo debe sentarse
en la postura prescrita. Debe permanecer en el lugar que se le pide
que permanezca. El cuerpo no debería ponerse inquieto, cansado,
por lo que se le pide, sino que debería contestar a las demandas de
la persona a quien pertenece. El momento en que el sufí empieza a
disciplinar su cuerpo, empieza a ver cuán indisciplinado fue siem-
pre. Entonces descubre que este cuerpo que él siempre ha llamado
“mío”, “mí mismo”, y para cuya comodidad él ha hecho todo lo que
pudo, que este infiel parece ser el más desobediente, el más desleal.
Después viene la disciplina de la mente. Esto se hace
mediante la concentración. Cuando la mente piensa en algo más y
uno quiere pensar en un pensamiento específico, entonces la mente
se vuelve muy inquieta. No quiere permanecer en un punto, porque
siempre ha estado sin disciplina. Tan pronto como uno la disciplina,

88

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
se vuelve como un caballo inquieto que uno tiene que dominar. La
dificultad empieza cuando uno intenta concentrarse. Empieza a
saltar, mientras que otras veces sólo va de un lado para otro. Esto
ocurre porque la mente es una entidad. Siente como un caballo
salvaje podría sentir: “¿Por qué tienes que molestarme?” Pero la
mente está destinada a ser un sirviente obediente, justo como el
cuerpo está destinado a convertirse en una obediente herramienta
con la que experimentar la vida. Si no están en orden, si no actúan
como uno desea que actúen, entonces no se puede tener esperanza
de felicidad real, de comodidad real en la vida.
La voluntad puede hacerse tan fuerte que controle el
cuerpo, haciéndole perfectamente saludable. Pero, uno podría pre-
guntar, ¿qué pasa entonces con la muerte? La muerte no es algo
extraño a la fuerza de voluntad. Incluso la muerte es causada por la
fuerza de voluntad. Uno cree que uno no invita a la propia muerte.
De hecho, uno no lo hace, pero la voluntad personal se hace débil
y la Voluntad mayor impresiona esta voluntad débil, volviéndola
hacia sí misma. Porque la voluntad menor pertenece a la Voluntad
mayor. Los sufíes llaman a la primera Qadr y a la última Qaza. Qaza
refleja sobre Qadr su orden, y Qadr inconscientemente la acepta. En
la superficie un hombre puede que todavía quiera vivir, pero en lo
profundo se ha resignado a morir. Si un hombre no se resignase a la
muerte no moriría. En lo profundo de su ser se resigna a la muerte
antes de que su vida le sea tomada.
La resignación de la voluntad humana a la Voluntad divina
es la crucifixión real. Después de la crucifixión, sigue la resurrec-
ción. Puede llegarse a esto mediante la búsqueda del placer de Dios.
Y no es difícil, una vez que se ha empezado a buscar el placer de
Dios. Sólo cuando no se empieza a intentarlo no se sabe cuál es el
placer de Dios. Pero aparte de esto hay otra lección, que los sufíes

89

hazrat inayat khan


han enseñado: buscar el placer del prójimo. Y esto es lo que el hom-
bre usualmente rehúsa hacer. Está completamente dispuesto a
hacer el placer de Dios, pero cuando se le pide que busque el placer
del prójimo rehúsa.
En cada caso, sin embargo, uno busca el placer de uno y el
mismo Ser. Se empieza con la resignación, pero una vez que se ha
aprendido a ser resignado en la vida, y cuando uno está a tono con
la Voluntad divina, no necesita resignarse, porque el propio deseo
se convierte en el impulso divino.

90

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
11. LA RELAJACIÓN MÍSTICA (I)

La relajación mística es de la mayor importancia, porque


toda la cultura espiritual está basada y construida sobre esta mate-
ria. Sin embargo hay tan poco hablado y escrito sobre ello. Ha sido
experimentada y estudiada por los buscadores de la verdad durante
todas las eras, y mediante el completo entendimiento de esta mate-
ria alcanzaron mayor poder e inspiración.
La vida es ritmo. Este ritmo puede dividirse en tres esta-
dos, y en cada estado este ritmo cambia la naturaleza y el carácter
de la vida. Un ritmo es móvil, otro es activo, y el tercero es caótico.
El ritmo móvil es creativo, productivo, constructivo, y a través de
este ritmo se ganan todo el poder y la inspiración, y se experimenta
la paz. El siguiente estado de este ritmo, el ritmo activo, es la fuente
del éxito y del logro, del progreso y del avance, la fuente de la alegría
y la plenitud. Y el tercer estado de este ritmo, el ritmo caótico, es la
fuente del fracaso, de la muerte, de la enfermedad y la destrucción,
la fuente de todo dolor y pena.
La primera clase de ritmo es lento, la segunda clase es más
rápida, y la tercera todavía más rápida. La dirección de la primera
es directa, de la segunda uniforme, y de la tercera zigzag. Cuando
se dice que una persona es sabia y reflexiva, quiere decir que está en
el primer ritmo. Cuando se dice que una persona es perseverante y
exitosa, está en el segundo ritmo. Y cuando se dice que una persona
ha perdido su cabeza y se ha extraviado, está en el tercer ritmo.
O está cavando su propia tumba o la de sus asuntos; es su propio

91

hazrat inayat khan


enemigo. Todo lo que quiere llevar a cabo, por mucho que quiera
avanzar o progresar, todo cae en la destrucción porque ha tomado
este tercer ritmo, el ritmo caótico y destructivo. Por tanto depende
de nosotros afinarnos al primer ritmo, al segundo o al tercer ritmo,
y de acuerdo a esta decisión vendrá nuestra condición en la vida.
¿No tienen entonces las influencias planetarias nada que ver
en nuestras vidas? Sí, tienen, ¿pero cómo funcionan las influencias
planetarias en nosotros? Si nos ponemos en un ritmo en particular,
estas influencias no tienen poder para lograr el éxito o el fracaso. Sólo
si nos ponemos en ese ritmo habrá un resultado similar, y también el
entorno reaccionará en la misma manera. Si estamos en un entorno
favorable o desfavorable, placentero o no placentero, todo esto quiere
decir que nos hemos puesto en ese ritmo en particular. Cuando expe-
rimentamos el éxito, la mala suerte o la buena suerte, buena o mala
fortuna, es de acuerdo al ritmo que hemos provocado.
¿Dónde podemos encontrar el poder, cómo se alcanza? Si
una persona piensa en ello, fácilmente puede darse cuenta física,
mental y espiritualmente. Hay un tiempo en que el cuerpo está en
una condición de perfecta calma, y hay un tiempo en que el cuerpo
está excitado, en que la respiración ha perdido su ritmo, es irregu-
lar, desigual; esta es la condición caótica. Y cuando el cuerpo tiene
una circulación regular y un ritmo apropiado y una respiración
uniforme, entonces una persona es capaz de hacer cosas, de lograr
cosas. Cuando el cuerpo está descansado, cómodo, relajado, somos
capaces de pensar. Las inspiraciones, las revelaciones llegan, nos
sentimos en calma, y tenemos entusiasmo y poder. En sánscrito el
primer ritmo es llamado sattva, el segundo rajas y el tercero tamas.
Es del ritmo medio del que viene la palabra Rajá, que quiere decir
el que ha perseverado con su espada y ha hecho un reino. Su ritmo
es el ritmo medio. El primer ritmo es a veces llamado sand, lo que

92

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
hace pensar en santo. De este ritmo viene la bondad.
En cierto momento de nuestra vida un ritmo prevalece, en
otro el segundo ritmo, y en otro el tercero. Y sin embargo en nues-
tra vida un ritmo es predominante a través de todos los cambios, ya
sea que una persona tenga el tercero, el segundo o el primer ritmo.
El que tiene el primer ritmo siempre tiene el poder para
lograr cosas. Y como es con el cuerpo, así es con la mente. Cuerpo y
mente están tan estrechamente conectados que el ritmo que tenga
la mente, tiene el cuerpo. Y el ritmo que es predominante en cuerpo
y mente, también lo es en el alma.
Había un rey que cuando sus ministros le traían cierto
problema, solía decir, “Léelo otra vez”, y el ministro lo leía otra vez.
Quizás después de cuatro veces paraba y decía, “Léelo otra vez”, y el
ministro así lo hacía. Y después de que lo había oído tres veces, su
respuesta era perfecta. Pero, ¿qué hacemos a veces cuando conver-
samos con la gente? Antes de que la conversación se haya parado,
les hemos contestado. Somos tan impacientes, y ansiosos por con-
testar y excitados con ello, que sólo una entre cien personas se para
a escuchar lo que otro tiene que decir.
Es el ritmo erróneo, el ritmo caótico el que trae resultados
caóticos. ¿De dónde viene la guerra? De la acción caótica. Cuando
hay acción caótica, las naciones se ven envueltas en guerras. Por la
acción caótica el mundo entero puede verse envuelto en la guerra.
La gente duda de la creencia religiosa de que Cristo haya salvado
el mundo entero. No pueden entenderlo. Dicen que el hombre se
salva a sí mismo. Pero no se dan cuenta de que un hombre puede
arruinar el mundo entero y de que un hombre puede salvarlo. Por el
ritmo puede salvar al mundo entero. Cuando hay influencia caótica
funciona como una bebida intoxicante en miles de personas, como
un germen de enfermedad, extendiéndose de una persona a otra a

93

hazrat inayat khan


través de todo el país. Si es verdad mecánicamente, entonces psico-
lógicamente puede ser cierto también que esa influencia caótica de
una sola persona puede poner el mundo entero en la desesperación,
aunque es muy difícil que la gente común lo entienda.
La nación turca estaba muy deprimida en todos sus aspec-
tos, y las guerras habían hecho el país muy pobre. Sin otra cosa más
que desilusión no hacía más que hundirse. Y entonces llegó un hom-
bre, Kamal Pasha, y su ritmo puso vida en miles y miles de almas
muertas que estaban esperando algún resultado, hambrientos por
la falta de comida, decepcionados con cada esfuerzo. Y un hom-
bre les dio ánimo a todos ellos y levantó la nación entera. Podemos
ver lo que ocurrió en Italia, donde cada acción era ineficaz debido
a tantas ideas y partidos diferentes. No había esfuerzo conjunto,
no había concentración. Después de la fatiga de la guerra, llegó un
hombre, Mussolini, que levantó los pensamientos de todo el país. Y
esto es sólo el plano exterior. En el plano espiritual el efecto es toda-
vía más poderoso, sólo que aquellos que trabajan en el plano espiri-
tual no lo manifiestan a la vista. Lo que ocurre en el mundo político
es conocido, pero en el mundo espiritual ocurren grandes cosas y
no son conocidas; pero su influencia es más poderosa; debido a su
ritmo.
Lo vemos en la vida de Napoleón. Algunos aprecian su vida
y otros no. Pero no obstante durante sus guerras él era la inspiración
y el poder y el respaldo de todo el país. Todo era el espíritu de Napo-
león. Y siempre, incluso durante las grandes ansiedades de la guerra,
solía tener momentos de silencio, incluso a veces yendo a caballo. Y
mientras tenía este silencio podía recuperar toda la fuerza perdida
en las continuas responsabilidades de la guerra, y podía sentirse
refrescado después de haber cerrado sus ojos. ¿Qué era esto? Él tenía
la clave de la relajación. Es afinarse al ritmo deseado.

94

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
No deberíamos sorprendernos o reírnos de los santos que
mantienen una mano levantada, o que permanecen quizás en su
cabeza con sus pies levantados, o sentados en una postura por largo
tiempo. Hay alguna razón para ello. Aquellos artistas que conocen
las diferentes formas del arte de la relajación saben cómo lograr una
condición relajada en el cuerpo y la mente. Yo mismo, continua-
mente durante doce años aproximadamente, he tenido sólo tres
horas de sueño en la noche y a veces ni siquiera eso. Y todos estos
doce años nunca estuve enfermo. Tuve toda la fuerza necesaria y
estaba perfectamente bien debido a la práctica de la relajación.
La cuestión es ¿cómo se relaja uno? No es sentándose en
silencio con los ojos cerrados; porque cuando la mente está pres-
tando atención al cuerpo mediante el pensamiento o el sentimiento,
entonces el cuerpo no se relaja, porque la mente está torturando
el cuerpo. Y cuando el sentimiento está prestando atención a la
mente, entonces la mente es torturada. Y esta tortura, incluso si
los ojos están cerrados, incluso si estamos sentados en cierta pos-
tura, no sirve de nada. Con la relajación uno debería considerar
tres puntos de vista: el punto de vista del cuerpo físico, el punto
de vista de la mente, y el punto de vista del sentimiento. El punto
de vista del cuerpo físico es que uno debe acostumbrarse a tener
poder sobre uno mismo, o tener influencia, sobre la circulación y el
pulso. Y esto puede hacerse con el poder del pensamiento y con la
fuerza de la voluntad junto con la respiración. Mediante la fuerza
de voluntad puede lograrse cierta condición en el propio cuerpo de
forma que la circulación tome cierto ritmo. Se reduce de acuerdo a
la voluntad. Puede hacerse lo mismo para regular el pulso mediante
la fuerza de voluntad. Hasta que la voluntad no tiene en su mano la
circulación y el pulso del cuerpo, la voluntad no tiene en su mano
meditar durante horas. Es por esta razón que los sabios pueden
meditar durante horas con intención, porque han dominado su cir-
95

hazrat inayat khan


culación. Pueden respirar a voluntad, más lento o más rápido. Y
cuando no hay tensión sobre el sistema nervioso o muscular, enton-
ces se obtiene un reposo que diez días durmiendo no pueden lograr.
Por tanto estar relajado no significa sentarse quieto. Es ser capaz de
quitar la tensión del propio sistema –de la circulación, del pulso, de
los sistemas muscular y nervioso.
¿Cómo se relaja la mente? El método para la relajación de
la mente es primero hacer que se canse. El que no sabe el ejercicio
de hacer que la mente se canse no puede nunca relajar su mente.
La concentración es la mejor acción que puede darse a la mente,
porque la mente es mantenida sobre cierta cosa. Después de esto se
relajará de manera natural y cuando se relaje ganará todo el poder.
La relajación del sentimiento se alcanza sintiendo profun-
damente. Los sufíes en Oriente han tocado música que aviva las
emociones a tal grado que el poema que oyen se convierte en rea-
lidad. Entonces viene la reacción, que es la relajación. Todo lo que
estaba bloqueado, toda congestión es demolida. Y la inspiración, el
poder, y un sentimiento de alegría y exaltación vienen a ellos.
Es mediante estos tres tipos de relajación que uno llega a
prepararse para la relajación más elevada, que es relajar todo el ser:
el cuerpo en reposo, la mente en descanso, el corazón en paz. Es
esa experiencia que puede llamarse Nirvana, el ideal de las almas
pensantes y meditativas. Es eso lo que ellos quieren alcanzar, por-
que en ello está todo. En esa condición cada persona se hace por el
momento como una gota que es asimilada o sumergida en su ori-
gen. Y estar sumergido por un momento quiere decir que todo lo
que pertenece al origen es atraído por la gota, porque el origen es la
esencia de todo. La gota ha tomado de su origen todo lo que tiene
en la vida. Está nuevamente cargada y llega a iluminarse de nuevo.

96

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
12. LA RELAJACIÓN MÍSTICA (II)

La relajación mística es realmente lo mismo que la medita-


ción. Muy a menudo la gente está confundida con la palabra medi-
tación porque es usada por mucha gente que a veces tienen ideas
muy diferentes sobre ella. Llamándola relajación mística el signifi-
cado se vuelve simple y claro.
Desde un punto de vista físico, está la práctica de contraer
y estirar que permite a un hombre realzar su vitalidad interna,
mientras que la relajación es una acción contraria. La energía es
traída al plano exterior o es puesta a descansar en su condición nor-
mal, natural. Cuando una persona levanta algo pesado, hace algo
con determinación, carga su cuerpo con la energía que está dentro.
Entonces se expresa a través de sus músculos y nervios. Cuando una
persona está dormida la energía es puesta a descansar. Esta energía
es la más preciosa y valiosa. Cuando es usada exteriormente trae
beneficios externos y cuando es usada interiormente trae logros
internos.
La meditación se alcanza a través de dos estados prelimi-
nares. El primer estado es la concentración y el siguiente la con-
templación. Después de estos dos estados llega el tercero, que es la
meditación. Lo que viene después es la realización.
Nada en el mundo puede llevarse a cabo sin concentra-
ción, sea en los negocios o en la profesión, o en el trabajo espiritual.
Aquéllos que no han logrado el éxito en su negocio o profesión son
los que no tenían una concentración adecuada. Y muchos de aqué-

97

hazrat inayat khan


llos que han tenido éxito en la vida se lo deben al hecho de que su
concentración es buena. Puede que no lo sepan. Ha habido muchos
grandes inventores en Occidente que han producido cosas mara-
villosas, sin embargo ellos mismo no sabían que pudieron hacerlo
debido a su concentración. Algunos han nacido con esto como un
don natural, y es por ello que han logrado el éxito de cualquier cosa
que hayan realizado. Si se es un artista, con la ayuda de la concen-
tración se pueden producir trabajos maravillosos. Si se es cientí-
fico se pueden lograr grandes resultados en la ciencia. Si se es un
poeta, la poesía será fácil de escribir. Si se es un místico, la inspira-
ción mística fluirá. Pero sin concentración, por muy cualificada que
pueda estar una persona, no será capaz de hacer el mejor uso de sus
cualidades. Apenas si podrá llamársele cualificado. Sólo mediante
el poder de la concentración puede expresarse a sí mismo plena-
mente.
La concentración es el comienzo de la meditación. La
meditación es el final de la concentración. Una vez la concentra-
ción es plenamente adquirida, meditar es fácil para una persona.
Desde un punto de vista metafísico puede considerarse que
la concentración tiene tres aspectos: reflejar, construir, improvisar.
La primera clase de concentración es reflejar cualquier objeto que
se ha colocado delante. Ésta es la cualidad de espejo de la mente
que nos capacita para concentrarnos de esta forma. Cuando se es
impresionado por cierta cosa que se ha visto fuera de uno mismo,
se intenta concentrar sobre ella, mantenerla en la mente. En otras
palabras, se enfoca la mente en ese objeto con el que se ha sido
impresionado, y la mente no hace sino reflejarlo.
La otra clase de concentración es construir o componer.
Por ejemplo, cuando se le dice a un artista que haga una pintura
muy imaginativa y él crea en su mente una criatura con la cara

98

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
de un hombre, los cuernos de un búfalo y las alas de un pájaro. El
material está ahí en su mente. Él sólo tiene que juntarlo con objeto
de producir una cierta forma. Ésta es la concentración construc-
tiva, visualizar, en otras palabras hacer que la mente produzca algo
bajo la dirección de la voluntad.
Todo lo que el hombre ve o piensa lo ve en su propio pensa-
miento. El hombre puede producir de su pensamiento un ángel o un
demonio. Puede producir a Dios en su pensamiento. La construcción
de la Torre de Babel es el hacer de la mente. El pensamiento del hom-
bre tiene un gran poder; y cuando llega a la realización de que todo
viene de una fuente y de que todo se está desarrollando hacia una meta,
empieza a ver que la fuente y la meta son Dios. Entonces el mundo de
la variedad para él ya no es más variedad sino unidad; es uno.
El tercer aspecto de la concentración es improvisar. Si se le
pide a un poeta que escriba un poema sobre un capullo de rosa él
empieza a improvisar. Introduce una gota de rocío, y representa la
escena del alba. Toma una corriente suave de agua y construye un
hermoso fondo para ello. Ésta es la tercera clase de concentración.
Muy a menudo la gente piensa que concentración quiere
decir cerrar los ojos y sentarse quieto en la iglesia, y esto sólo una
vez en semana. Y cuando hacen esto, aunque ellos mismos estén en
la iglesia no saben dónde está su mente.
Cuando una persona se permite a sí misma estar pertur-
bada, esto muestra que su concentración no es buena. Y si su con-
centración no es buena, esto muestra que su fuerza de voluntad le
falla. La mejor forma, por tanto, de protegerse uno mismo de la
perturbación es desarrollar el poder de la concentración, de forma
que la fuerza de voluntad se desarrolla de manera natural y uno
es capaz de resistir todas las perturbaciones que surgen cuando se
tiene que vivir en medio de la multitud.

99

hazrat inayat khan


El mejor remedio para una mente divagante es la concen-
tración natural. Esto quiere decir no forzar la mente. Primero se
debería dejar que la mente funcione de forma natural, pensar en
cosas hacia las que se tiene inclinación a pensar. ¿Por qué debería la
mente pensar en algo hacia lo que no tiene inclinación? Es innatu-
ral. Es como comer algo que no nos gusta. No será asimilado ni dará
buenos resultados. Debería pensarse en algo que se ama, entonces
se puede aprender a concentrarse.
A veces se dice que una persona está fuera de sus cabales
cuando no tiene su mente bajo su control. Esto quiere decir que su
mente está funcionando mecánicamente; la voluntad no tiene con-
trol sobre ella. Porque la voluntad es el rey y la razón es el ministro.
Cuando ambas trabajan juntas la mente está bajo control. Cuando
la razón no ayuda, cuando la voluntad ha perdido el control, enton-
ces la mente ya no es más de uno mismo y puede decirse que alguien
está fuera de sus cabales.
Por lo general la mente de una persona no es lo suficien-
temente fuerte para mantener el objeto que quiere consumar, se
marcha. Y a veces el cuerpo no está suficientemente en forma para
mantenerlo. Pero ese objeto, cuando no se realiza, no se realiza sólo
de acuerdo con su mente. De acuerdo con el esquema de la natura-
leza ha muerto de una muerte pacífica y natural.
La Biblia habla de auto-negación. La gente piensa que eso
quiere decir no comer, no beber, abandonar todo lo que es hermoso
y bueno en la vida, irse a alguna parte en soledad y no volver nunca.
Es una interpretación errónea de una enseñanza verdadera. Auto-
negación es auto-olvido. Si uno estudia sus alrededores uno encon-
trará que aquellos que son felices lo son porque piensan menos en
ellos mismos. Si son infelices es porque piensan en ellos mismos
demasiado. Una persona es más soportable cuando piensa menos

100

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
en sí mismo. Y una persona es insoportable cuando está siempre
pensando en sí mismo. Hay muchas miserias en la vida, pero la
mayor miseria es la auto-compasión. Esa persona es más dura que
una roca, dura para sí misma y dura para los demás. Los demás no
pueden soportarla. No puede llevarse a sí misma.
No es cosa fácil de hacer, olvidarse de uno mismo, pero
si uno es capaz, ¡qué maravilloso poder es creado dentro de uno
mismo! Es un gran misterio. Da poder sobre el cielo y el infierno.
Omar Khayyam dice en su Rubaiyat, “El cielo es la visión de un
deseo cumplido. El infierno es la sombra de un alma ardiendo”.
¿Dónde está esa sombra? ¿Dónde está esa visión? ¿No está dentro
de nosotros mismos? Somos nosotros quienes la mantenemos. Por
tanto el cielo y el infierno son lo que nosotros hemos hecho para
nosotros mismos. No puede cambiarse con nada excepto con la
concentración.
Pero la concentración tiene una importancia mayor aún
que ésta, porque es esa fuerza creativa que el hombre posee y que
tiene como herencia de Dios. Ese poder creativo comienza a hacer
maravillas. Por ejemplo, una persona piensa, “Me gustaría cenar
pescado”, y cuando llega a casa encuentra que su sirviente ha pre-
parado pescado para esa noche. Esto es un fenómeno de la con-
centración. Puede que no lo sepa, pero funciona de esta forma. El
pensamiento del hombre alcanzó la mente del sirviente, y el sir-
viente sirvió ese plato para él. ¡Imagina qué gran poder es! No se
necesita ni pensar en los propios deseos. El hecho de tener el deseo
es suficiente. La concentración lo desarrolla y lo materializa.
Tal es el poder de la concentración. Hay muchas histo-
rias que se cuentan en Oriente sobre faquires, derviches, y sabios,
mahatmas. Mucha gente se pregunta si son verdad, y si son verdad,
cómo suceden. Quieren una explicación científica, y puede ser que

101

hazrat inayat khan


un día sea descubierta por la ciencia. No obstante, uno encuentra
tanta falsedad como verdad en esto, porque cualquier cosa puede
ser imitada. Hay oro y hay oro de imitación. Hay plata y hay plata
de imitación. Y así hay imitación de la verdad también. Lo que
parece ser lo más maravilloso y sorprendente no es todo tan mara-
villoso. Pero al mismo tiempo hay cosas que son más maravillosas
de lo que uno puede imaginar, y todas ellas pertenecen al poder de
la mente. ¿Y de dónde viene este poder? De la fuente de todas las
cosas, es el poder de Dios.
Incluso en el logro de la unión con Dios, es la concentra-
ción la que ayuda. La aparición de estigmas en algunos santos es el
resultado de la concentración. Si no fuera así, ¿cuál sería el signifi-
cado y el uso de la concentración? Parece fuera de lo normal porque
sólo muy pocos saben lo que significa la concentración real. Alguien
que ha dominado la concentración no tiene que ir muy lejos. Su
siguiente paso será el propósito para el que se concentraba.
La contemplación es el segundo estado de la concentra-
ción. La contemplación es la repetición de cierta idea, y esta repe-
tición materializa la idea. Aquéllos que han sido capaces de llevar a
cabo grandes trabajos en el mundo han sido gente contemplativa. A
menudo no lo saben. Es la continua repetición de cierta idea la que
crea esa idea, la que la trae a la existencia en el mundo físico. Por
ejemplo, aquéllos que pueden contemplar la salud pueden lograr
esa perfecta salud que ninguna medicina ni ninguna otra cosa pue-
den dar. Aquellos que contemplan la inspiración mostrarán gran
inspiración. Aquellos que contemplan la fuerza y el poder, desa-
rrollan fuerza y poder. Uno no puede llegar a este estado hasta que
no se ha logrado la concentración, porque la concentración es el
primer estado, y uno debe proceder gradualmente hacia el estado
de contemplación. La idea de Coue, de que uno debería decir, “cada
día, de todas las maneras, voy mejor y mejor”, es algo que los pen-
102

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
sadores han sabido durante miles de años. Sobre esto está basado
todo el método del misticismo. Pero él se salta la primera parte, la
concentración. Lo que él prescribe es la contemplación, que es la
segunda parte.
Uno podría preguntar en qué medida puede ayudar la
contemplación. Nada en el mundo es imposible de lograr para la
persona contemplativa si tan sólo sabe cómo contemplar. Sin duda
esto es un galimatías para aquellos que no entienden de la materia.
La gente se pregunta que relación tiene la mente del hombre con
los asuntos de fuera. Quizás uno pueda curarse de una enferme-
dad, pero si hay un asunto afuera que está yendo mal, un asunto
de dinero o una transacción de negocios, ¿qué conexión tiene esto
con la mente? La respuesta es que todo lo que existe, sea negocio
o cualquier otra cosa, todo lo que es visible e invisible parece estar
afuera, pero en realidad está en nuestra mente. Está afuera porque
nuestros ojos lo ven fuera, pero está dentro de nosotros porque la
mente lo rodea. Está acomodado en nuestra mente. La mente es
una acomodación del mundo, que está fuera.
Un poeta indostaní lo describe maravillosamente, “La tie-
rra y el mar no son demasiado grandes para acogerlos en el cora-
zón del hombre”. En otras palabras, el corazón del hombre es más
grande que el universo. Si hubiera mil universos el corazón del hom-
bre podría acomodarlos. Pero el hombre, desconocedor de su ser
interno, impresionado por la limitación externa, permanece bajo la
impresión de su debilidad, limitación y pequeñez. Y esto le impide
usar este gran poder que puede encontrar dentro de sí mismo, esta
gran luz con la que puede ver la vida más claramente. Sólamente
porque es inconsciente de sí mismo.
El tercer estado es la meditación. Este estado no tiene nada
que ver con la mente. Ésta es la experiencia de la conciencia. La
meditación es bucear profundo dentro de uno mismo, y remontar
103

hazrat inayat khan


hacia arriba a las más altas esferas, expandirse con más amplitud
que el universo. Es en estas experiencias en las que se alcanza la
dicha de la meditación.
El hombre debería hacer de cada día de su vida una medi-
tación. Cualquiera que sea su trabajo debe llevarlo a cabo, pero al
mismo tiempo debería meditar. Entonces llegará a conocer el signi-
ficado secreto de su trabajo, y de esta forma cambiará su vida mun-
dana en una espiritual. Esto se aplica a todo el mundo, ya sea que
trabaje en un jardín o en una fábrica, o donde sea. Tan pronto como
conozca la meditación apropiada para el trabajo que está haciendo
él se desarrollará, y todo su trabajo se convertirá en una meditación
para él. Si consigue esto, el sueldo que gane será nada comparado
con la recompensa que ganará. Cuando su mente está concentrada
una persona hace su trabajo bien, e incluso mejor que los demás.
En una estación en Rajputana vi una vez un oficinista de telégrafos
cogiendo telegramas. Mientras estaba haciendo su trabajo medi-
taba al mismo tiempo. Cuando llegó mi turno le dije, “He venido a
darle este telegrama, pero me maravillo ante usted, es maravilloso
cómo mantiene su meditación durante su trabajo”. Él me miró y
sonrió, y nos hicimos amigos.
Si no fuera por el espíritu, el trabajo sería una molestia en
el momento en que las necesidades de la vida son tan grandes y la
gente tiene tan poco descanso. Por ello lo mejor para un hombre es
meditar en su vida diaria. Si es hecho apropiadamente cosechará
no sólo el éxito de la tierra, sino también el del cielo. Meditación
significa que el alma se esfuerza para el desarrollo espiritual, y este
esfuerzo puede practicarse de formas diferentes con objeto de que
encaje en nuestra profesión y trabajo.
La gente siempre pregunta qué beneficio obtendrá. Y hoy
en día están preocupados por el beneficio más que nunca antes. En

104

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
ninguna era la gente ha estado tan ansiosa de conseguir beneficios
como hoy en día, y daría su vida por ello. No quiere decir que hoy
en día un hombre esté menos inclinado a hacer un sacrificio. Está
dispuesto a hacer un sacrificio igual que hace mil años o incluso
más; sólo, que debe estar seguro de lo que va a obtener con ello.
Está tan preocupado con la ganancia que siempre tiene la ganan-
cia en su vista. Incluso cuando hay algo que no muestra beneficio
inmediato, y cuando no sabe suficientemente bien qué o cuánto
beneficio podría haber, piensa, “Bien, quizás esto es algo que puedo
obtener sin sacrificio”. Es extraño. Cuando la gente va a un profesor
de canto con objeto de desarrollar su voz trabaja seis, nueve años y
escucha todo lo que el profesor le dice. Harán cualquier cosa para
desarrollar su voz. Pero cuando vienen a un hombre espiritual le
preguntan si él les puede decir algo sobre la concentración en la
mesa del té; tomando un té le preguntan, “¿Qué pasa con la medi-
tación?”. ¡Y quieren la respuesta en una frase!
Pero no se consigue de esta forma. Este conocimiento se
obtiene de acuerdo con el ideal que uno tenga sobre ello. Es más
grande que la religión, más sagrado que nada en el mundo. El cono-
cimiento de uno mismo es como la unión con Dios. La autorreali-
zación es el logro espiritual. ¿Puede obtenerse esto mediante una
noción superficial de ello? Es lo más profundo que uno puede alcan-
zar, lo más valioso de obtener. Es por esta razón que en Oriente una
persona no lo busca en un libro, ni un maestro verdadero escribe un
libro sobre estas cosas. Escribirá sobre filosofía. Él prepara la mente
para apreciar su enseñanza, pero no cuenta cómo hacerlo.
Para gran sorpresa mía, mientras viajaba por occidente vi a
gente buscando libros de este tipo, queriendo comprar libros sobre
yoga, yoguis y desarrollo espiritual. Muchos han perdido el norte
por leer estos libros. No pueden mantener el equilibrio. ¡Intentar

105

hazrat inayat khan


hacer lo que está en el libro es como ir a la farmacia para conseguir
algunas pastillas de yoga con objeto de lograr la espiritualidad! Hay
también muchos que miran al espejo para hacerse clarividentes,
que miran en un cristal con objeto de ver las profundidades de la
vida. Se toman a la ligera algo que es lo más elevado, lo mejor y lo
más sagrado.
Este camino sólo puede ser seguido por los que son serios.
Los que van primero a cierta sociedad, después a un instituto, des-
pués a un grupo ocultista, no saben lo que hacen ni lo que buscan.
El conocimiento elevado no se obtiene yendo a veinte sitios y aca-
bando al final decepcionados, porque se lo tomaron a la ligera.
Hay una historia de un brahmán al que un musulmán
le dice, “Yo adoro a un Dios sin forma, y aquí estás tú rezando a
este ídolo de Dios”. El brahmán dijo, “Si tengo fe en este ídolo él me
responderá. Pero si no tienes fe, ni siquiera tu Dios de los cielos te
escuchará”. Si no nos vinculamos seriamente a las cosas entonces
las cosas se ríen de nosotros. Incluso con respecto a las cosas de
este mundo, si nos las tomamos en serio conseguiremos resultados
serios.
No puede haber nada más serio que la realización espi-
ritual. Si una persona se lo toma a la ligera no sabe lo que está
haciendo. Es mejor no entrar en estas cosas para nada, que ir y vol-
verse a medias. Volverse decepcionado del camino espiritual antes
de alcanzar la meta final es la peor cosa posible. Quedarse en ban-
carrota no importa. Uno puede coger de nuevo del mundo lo que
se ha perdido. Pero el hombre que se ha embarcado en el camino
espiritual y se ha vuelto atrás es como para compadecerse de él. Es
la peor pérdida y nunca puede ser reparada.

106

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
13. MAGNETISMO

No hay gran diferencia entre el magnetismo y una


corriente eléctrica. Los científicos nunca han sido capaces de dar
una respuesta a la pregunta de qué es realmente la electricidad.
Pero se puede decir que hasta cierta medida la electricidad es mag-
netismo y el magnetismo es electricidad. El poder de atracción es
magnetismo. El poder que da fuerza y energía es la electricidad. Es
esencialmente el mismo poder. Pero tan interesante es el asunto del
magnetismo desde un punto de vista científico, tan interesante, o
incluso más, como lo es desde un punto de vista místico.
Un imán y algo que es atraído al imán tienen una relación.
El imán representa la esencia; parte de la cual también la tiene el
objeto que es atraído. Muy a menudo uno no encuentra ni una traza
de esa esencia en el objeto que el imán atrae, pero al mismo tiempo
la esencia está allí, y esta es la razón lógica por la que es atraído.
Los antiguos solían reconocer que la relación entre dos
personas de la misma sangre estaba influenciada por ese magne-
tismo y un profundo estudio de este hecho ciertamente probará
que hay una atracción desconocida entre dos personas que tienen
relación de sangre. Un incidente que ocurrió últimamente es un
ejemplo de esto. Un hombre proveniente de Estocolmo estaba visi-
tando Londres, donde pensaba que no tenía parientes o, si los tenía,
serían quizá de un siglo atrás. En la calle un día alguien le llamó
por su nombre. Cuando se dio la vuelta, el hombre que le había
llamado le pidió perdón, diciendo, “Lo siento, cometí un error”. Pero

107

hazrat inayat khan


él preguntó, “¿Cómo supiste mi nombre? ¡El nombre que dijiste es
el mío!”. Y conversando encontraron que eran primos, aunque muy
lejanos.
Cuanta más atención prestamos a esta materia, más prue-
bas podemos encontrar de que un elemento es atraído por su ele-
mento similar. Sadi dice, “Los elementos atraen a los elementos,
como una paloma es atraída a una paloma y un águila es atraída a
un águila”. Pero ¿no encontramos lo mismo en nuestra vida diaria?
Un jugador que va a otro país, no se sabe cómo, atrae a otro jugador
muy pronto. Y no es sólo que cuando dos personas de un elemento
similar se encuentran son atraídas la una a la otra, sino que incluso
las condiciones, la vida misma, provocan ese encuentro. La vida
misma les junta. Y por tanto es natural que una persona que está
muy triste atraiga a un miserable para unírsele. El que tiene alegría,
felicidad, de forma natural atrae a la felicidad. Y de esta manera
el magnetismo trabaja a través de toda la creación. Y en todos los
aspectos verás el fenómeno del magnetismo, en el mundo físico así
como en las esferas mentales. Por supuesto, no podría decirse que
un elemento siempre atrae al mismo elemento, porque el elemento
también atrae al que le falta, al que es opuesto a él. Cuando pensa-
mos en la amistad, vemos que con algunos nos sentimos inclinados
a ser amigos y con otros nos sentimos inclinados a permanecer lejos.
Y lo más interesante es que aquellos hacia los que nos sentíamos
indispuestos a ser amigos, también tienen algunos que son atraídos
a ellos en amistad. Esto nos conduce a la verdad que se esconde en
la armonía musical: cómo dos notas tienen una relación entre ellas
y su combinación produce armonía.
Ahora llega la cuestión del uso práctico del magnetismo, si
estás en los negocios o en la industria, si estás en el trabajo domés-
tico o en política, en cualquier situación, siempre encontrarás que

108

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
el magnetismo es el secreto de tu progreso en la vida. Y con respecto
a la cualificación, a la que damos tanta importancia, encontrarás
que innumerables personas que están altamente cualificadas no
se abren paso en la vida debido a la falta de magnetismo. Muy a
menudo puede haber un hombre altamente cualificado, pero antes
de que hable de su cualificación la persona a la que ha ido ya ha
tenido suficiente de él. La personalidad tiene tal importancia en la
vida que incluso la ausencia de cualificaciones es tolerada cuando
la personalidad tiene magnetismo. En estos tiempos, en los que el
materialismo está aumentando tanto que a la personalidad se le da
mucho menos importancia en la sociedad, y en los que el heroísmo
no tiene cabida en la vida, el magnetismo trabaja automáticamente
y prueba ser lo más esencial incluso ahora, y siempre lo probará.
Pero la gente normalmente no entra en profundidad en la materia
del magnetismo y sólo reconocen el magnetismo por la atracción
que sienten.
Cuando consideramos el magnetismo personal, podemos
dividirlo en cuatro clases diferentes.
Una clase, la clase ordinaria de magnetismo, se refiere al
plano físico. Y este magnetismo tiene que ver con la nutrición, con
la higiene, con una vida regular, con la respiración correcta y la
regulación de la actividad y el reposo. Este magnetismo también
depende de la edad, como las notas ascendentes y descendentes en
una octava. Puede relacionarse con la estación de la primavera, que
viene y va. Y al mismo tiempo este magnetismo depende de todo lo
que pertenece al mundo físico, ya que es un magnetismo físico.
También está el magnetismo que puede ser llamado men-
tal. Una persona con una inteligencia chispeante naturalmente se
convierte en el centro de su sociedad. La persona que tiene ingenio
y una percepción aguda, que puede expresarse bien a sí misma, que

109

hazrat inayat khan


entiende rápidamente, ésta es la persona que siempre atrae a los
demás a su alrededor y que le gusta a todo el mundo. La persona
que tiene conocimiento de la naturaleza humana, que sabe acerca
de las cosas y condiciones, naturalmente atrae a la gente hacia él.
Si hay alguna cualificación, es ésta. Y sin esta cualificación ninguna
otra cualificación sirve de mucho. Pero un hombre nace con esta
clase de inteligencia chispeante. Es el que se convierte en un genio,
es el que consigue las cosas, y es el que ayuda a los demás a conse-
guir algo, porque los demás dependen de su mente. Esta persona es
la que puede guiarse a sí misma y dirigir a los demás. Y con todo
nuestro pensamiento de igualdad en el que estamos tan absorbidos,
encontraremos que es esta persona la que ganará la batalla en la
vida, y es esta persona la que permanece sobre las masas, la que
dirige, y sin la cual estamos perdidos.
La cuestión es: ¿cómo se puede desarrollar este magne-
tismo? Este magnetismo se desarrolla por el estudio, la concentra-
ción, por una observación aguda de la vida, y por el conocimiento
del reposo. A muchas personas muy inteligentes, debido a que no
saben cómo concentrarse y cómo reposar en sus vidas, con el tiempo
se les embota la inteligencia. Porque hay cierto fondo de energía que
es preservado y que es limitado, y cuando hay demasiada presión
puesta sobre esa energía limitada, ¿qué ocurre al final? Una per-
sona se vuelve menos y menos inteligente, y su poder mental dis-
minuye cada día. Cuando encuentras un hombre muy inteligente
haciéndose cada día más torpe, siempre prueba que la cantidad de
energía que allí había ha sido gastada. Por tanto, mediante el cono-
cimiento de cómo preservar las propias energías con el reposo, y
cómo concentrarse y agudizar el propio intelecto, este magnetismo
permanece en buena condición. Lo que generalmente ocurre es que
una gran responsabilidad cae sobre la persona inteligente. Se pide

110

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
mucho más de él que de los otros a los que les falta inteligencia. Si
él no da un descanso a su mente sabiendo cómo reposar, y si no se
concentra y de este modo agudiza su intelecto, naturalmente, justo
como un cuchillo que es usado continuamente, se vuelve desafi-
lado. Naturalmente el uso continuo del intelecto le hará corto de
palabras.
El tercer aspecto del magnetismo es quizás de una clase
superior a las dos que han sido descritas arriba, porque este magne-
tismo es más profundo y afecta a otra persona más profundamente.
Éste es el magnetismo del amor, de la simpatía, de la amabilidad. Una
persona que por naturaleza es simpática, una persona que tolera, que
olvida, que perdona; una persona que no mantiene la amargura ni la
malicia en su mente contra nadie; una persona que admira la belleza,
que la ama en el arte, en la naturaleza, en todas las formas, y que sale
con el amigo y el enemigo, con el conocido, el extraño, con todos; la
persona que puede soportar y que puede sufrir, y que tiene el poder
de tener paciencia a través de todas las condiciones de la vida, que
siente el dolor de otro en su corazón y que siempre está deseoso de
hacerse amigo, es esa persona cuyo magnetismo es mayor que todos
los otros magnetismos que conocemos. No necesitamos ir muy lejos
para ver esto. Si sólo buscamos las cosas buenas de la gente lo encon-
traremos. A nuestro alrededor podemos encontrar muchos en los
que podemos apreciar esta cualidad.
Un día un hombre que había viajado mucho vio a un mís-
tico indio, y dijo, “Hemos escuchado tanto y hemos leído tanto
sobre los santos y sabios y mahatmas y maestros que viven en India,
pero cuando fui allí no encontré ni uno”. Y el místico le dijo, “No
necesitas ir tan lejos. Las almas que merecen la pena, las almas que
se aman unas a otras, los santos y sabios, se pueden encontrar en
todas partes.”

111

hazrat inayat khan


Si los apreciamos, los podemos encontrar. Pero si no los
apreciamos, incluso si un ángel viene a nosotros no seríamos capa-
ces de encontrar estas cualidades en él. No obstante, llámese santo
o sabio, llámese profeta o mahatma, si hay algo que atrae al hombre
hacia el hombre, es el elemento amoroso que vierte.
Ahora la cuestión es, ¿cómo puede desarrollarse esta cuali-
dad? Y la respuesta será dada por una sola cosa. Mediante el estu-
diar, conocer, practicar y vivir la vida de un amigo. Mediante la
contemplación de este pensamiento desde la mañana hasta la noche:
“Hacia todo aquél que me encuentre, hacia aquellos que me aman
y que me odian, practicaré en mi vida ese pensamiento de amistad,
ese sacar, ese verter simpatía y amor”. Aparte del magnetismo que
uno adquiere por esto, cuando consideramos la vida como es, con
todas sus limitaciones, con todo el dolor y los problemas y las res-
ponsabilidades que nos da, si hay algo que parezca merecer la pena,
es sólo una cosa, y esto es el pensamiento y la impresión de que
hemos hecho lo mejor posible para ser amables, para ser tiernos con
aquellos que nos encontramos en nuestra vida diaria. Si hay alguna
oración, si hay algún culto, si hay alguna religión, es ésta. Porque en
la vida del más allá no hay nadie a quien complacer; si hay alguien
a quien complacer y cuyo placer merezca la pena ganar, es aquí, es
el hombre. Y es en el placer del hombre, si uno lo entiende, donde
reside el placer de Dios.
El cuarto aspecto del magnetismo es el magnetismo mismo.
La falta de magnetismo significa que este aspecto está escondido.
El magnetismo es el alma del hombre. Para definir qué es el alma,
puede decirse que el alma es el sí mismo del hombre. ¿Pero qué sí
mismo? Ese sí mismo que él no conoce. Hay un chiste indio sobre
algunos campesinos que estaban viajando, pero era la primera vez
en su vida que lo hacían. Por tanto, estando preocupados unos por

112

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
otros, decidieron la siguiente mañana contar si todos los campesi-
nos seguían todavía allí. Se alborotaron mucho después de contar,
porque contaron diecinueve, y se entendía que veinte campesinos
habían dejado su hogar. Y así cada campesino contó y cada uno dijo,
“hay diecinueve”. Y no pudieron encontrar quién faltaba, porque
todos estaban allí. Al final encontraron que todos los que habían
contado habían olvidado contarse a ellos mismos.
Ésta es la condición del alma. Ve todos los seres, pero no se
ve a sí misma. Y el día en que el alma se da cuenta de sí misma, ese
día una nueva vida comienza con un nuevo nacimiento. Es el alma
autorrealizada, la que crece, la que se expande. Hasta que el alma
no se realiza a sí misma, no se desarrolla, no crece. Por tanto es en
el momento en que el alma comienza a darse cuenta de sí misma
cuando un hombre realmente empieza a vivir en el mundo.
Pero debe entenderse que el magnetismo del alma auto-
rrealizada es mayor que cualquier magnetismo que jamás pudiera
imaginarse. Es poder. Es sabiduría. Es paz. Es inteligencia. Es todo.
Es el magnetismo que cura, que cura cuerpos y cura almas. Eleva a
aquellos que han caído en dificultades, en dolor y pena. Saca a otros
de su confusión, de su oscuridad. Por este magnetismo las almas
iluminadas extienden su amor, por tanto atraen a todos los seres. Es
por este magnetismo que Cristo dijo a los pescadores, “Seguidme,
y os haré pescadores de hombres”. Es por este magnetismo que los
grandes, tales como Buda, Moisés, Cristo, Mahoma, llegaron y
atrajeron a la humanidad. Y la humanidad durante siglos no les ha
olvidado. Es su magnetismo, el que, después de dejar esta tierra, ha
mantenido a millones y millones de personas en un vínculo de her-
mandad, simpatía, y amistad. El inmenso poder que el magnetismo
del alma da muestra que es magnetismo divino. Es una prueba de
algo que está detrás del mundo visible.

113

hazrat inayat khan


14. EL PODER DENTRO DE NOSOTROS

Uno lee en los libros de Oriente sobre los diferentes mila-


gros llevados a cabo por grandes almas, y uno se pregunta si hay
alguna verdad en ellos. Se oye que hay gente que sabe lo que está
ocurriendo lejos. Que hay gente que puede enviar su pensamiento
desde una gran distancia. Que hay gente que puede crear cosas,
producir cosas en un momento sin tener ningún material. Que hay
gente que puede hacer que las cosas desaparezcan. Se lee y se oye
que hay algunos que pueden ordenar que caiga la lluvia y que pue-
den hacer que la multitud se mueva de acuerdo a su mandato, a su
voluntad, y que pueden inspirar a la multitud en un instante. Que
los hay que previenen de las plagas y que pueden llevar a cabo proe-
zas en la guerra.
Sin duda hay muchos prestidigitadores entre ellos, pero
dondequiera que hay verdad, hay falsedad en el otro lado para
reírse de ella. No obstante, la verdad sigue siendo la misma. Hay
historias de hacedores de maravillas y fenómenos que transcurren
en Oriente. Muchas de estas historias sin duda son de prestidigita-
dores quienes por juegos de manos o por alguna influencia hipnó-
tica pueden realizar maravillas. Pero hay otros que son genuinos.
Las maravillas son llevadas a cabo durante sus vidas, y las gentes las
ve realizadas. Pero los genuinos nunca dicen que ellos pueden hacer
maravillas. Ni tampoco buscan tales poderes. Estos poderes vienen
de manera natural. El hombre generalmente no es consciente del
poder que tiene. Cuando un hombre se hace consciente de este

114

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
poder, es capaz de hacer cosas que la gente normalmente no puede
lograr.
Hay dos poderes: uno es llamado en términos sufíes Qaza
y el otro Qadr. Uno es el poder individual y el otro es el poder de
Dios. El poder individual puede trabajar y puede conseguir cosas
mientras que trabaje en consonancia con el poder de Dios. Pero
en el momento en que el poder individual trabaja en la contra del
poder de Dios el hombre empieza a darse cuenta de que su fuerza
está disminuyendo, de que no puede conseguir nada. Por tanto lo
primero que el maestro busca es el placer de Dios, estar en conso-
nancia con la voluntad de Dios. Y justo como una persona que ha
practicado un juego o cualquier clase de deporte ha aprendido la
forma en que practicarlo, así el hombre que tiene continuamente en
mente hacer todo en consonancia con el poder de Dios es ayudado
por la voluntad de Dios.
Muy a menudo la gente ha malentendido la voluntad de
Dios. Piensan que lo que ellos consideran bueno es la voluntad de
Dios, y lo que ellos consideran que no es bueno no es la voluntad de
Dios. Pero su idea de lo bueno y lo malo no tiene nada que ver con
el poder de Dios, porque el punto de vista de Dios es diferente del
punto de vista del hombre. El hombre sólo ve hasta cierto punto y
no más, mientras que Dios lo ve todo.
Pero uno se pregunta, si todos pertenecemos al cuerpo
de Dios, si todos somos átomos de Su Ser, ¿por qué no entende-
mos, por qué no sabemos fácilmente qué está en consonancia con
la voluntad de Dios y qué no? Y la respuesta es que cada átomo
de nuestro cuerpo es consciente de sí mismo. Si hay un dolor en el
dedo la oreja no lo siente. Si hay un dolor en el dedo del pie, la nariz
no lo siente; sólo el dedo del pie lo siente. Pero en ambos casos el
hombre lo siente porque el hombre posee todo el cuerpo.

115

hazrat inayat khan


El hombre vive en un estrecho mundo que él ha hecho para
sí mismo. De acuerdo con éste él ve lo correcto y lo equivocado, y sus
intereses en la vida dependen de él. Por tanto él no siempre es capaz
de trabajar en consonancia con la voluntad de Dios a menos que haga
un hábito de trabajar en consonancia con la voluntad de Dios.
¿Qué es el hombre? ¿Es el hombre sólo su cuerpo? No, el
hombre es su mente, el hombre es su alma. Y por tanto el poder
del hombre es mayor que el poder del sol, porque el sol que vemos
es sólo un cuerpo, pero el hombre es cuerpo, mente y alma. Una
vez que el hombre se ha hecho consciente de su cuerpo, mente y
alma, su poder se hace mayor que el poder del sol. Porque el sol es
la manifestación material de la luz, pero el hombre tiene toda la luz
dentro de él. El cuerpo del hombre es radiación; una radiación, que
es tan grande que todos los seres invisibles que viven en el espacio
están ocultos por la luz de la forma humana. Nada existe que no sea
visible; sólo que una cosa que es más visible esconde la otra que no
es tan visible. La luz y la radiación tan grande del cuerpo humano
ocultan los seres del espacio. En realidad todos son visibles. Pero
la radiación de la forma del hombre destaca y oculta todo lo que
es menos visible comparado con ella. Cuando miramos la vida
desde este punto de vista, no hay nada que sea invisible. Es sólo que
hay cosas, que nuestros ojos no tienen el poder de ver, pero esto no
quiere decir que no tengan forma.
Además la mente del hombre tiene un poder mayor toda-
vía, y éste es el poder de la voluntad, de la mente, que puede con-
seguir cambios en las circunstancias, en los entornos; puede tener
poder sobre la materia, sobre los objetos, sobre los asuntos, puede
incluso funcionar tan maravillosamente que uno no puede expli-
cárselo. El poder de la mente puede funcionar sobre las multitudes,
como muestra la siguiente historia sobre Mahoma.

116

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
En una de las grandes guerras en las que el Profeta tuvo
que luchar todo su ejército fue vencido, y sólo quedaban diez o
quince amigos al lado del Profeta y todos los demás huyeron o esta-
ban muertos o heridos. Entonces el Profeta se volvió hacia su gente
y vio que todos estaban descorazonados y desesperados. Así que
dijo, “Mirad, delante de nosotros hay un ejército y aquí estamos
nosotros, quince hombres. No veis ninguna esperanza; ahora debéis
retiraros. Pero yo, yo permaneceré aquí ya sea que tenga que volver
victorioso o perder mi vida aquí en el campo de batalla. Ahora iros.
Muchos de vosotros ya se han marchado, así que iros vosotros tam-
bién”. Ellos dijeron, “No, Profeta, si tu vida va a terminar aquí en el
campo de batalla nuestras vidas serán tomadas primero. ¡Qué son
nuestras vidas después de todo! Daremos nuestras vidas contigo,
Profeta. No tememos a este enemigo”. Y entonces el profeta arrojó
la espada que tenía en su mano y se arrodilló y cogió unos cuantos
guijarros de la tierra y se los lanzó al ejército. Y el ejército echó a
correr kilómetros y kilómetros. No sabían lo que había detrás de
ellos. Eran sólo unos cuantos guijarros. Pero lo que ellos vieron fue-
ron grandes misiles y echaron a correr.
Esto es lo que se llama poder, éste es el poder del hombre.
No es sólo que el hombre tenga poder sobre los objetos, sino que el
hombre también tiene poder sobre otros seres. Es sólo un pequeño
toque de poder el que usa el maestro del circo para hacer que los
elefantes trabajen y que los tigres y leones bailen delante de él.
Cuando su poder es mayor, sólo tiene que mirarlos para conseguir
que hagan lo que él quiera.
Cuando se cuenta en la historia de Daniel que fue a la
guarida de los leones e hizo que todos cayeran mansos a sus pies,
esto es de nuevo poder espiritual. Esto muestra el poder que tiene
el hombre; al mismo tiempo, sin saberlo, sin ser consciente de él,

117

hazrat inayat khan


sin intentar desarrollarlo, se priva a sí mismo del gran privilegio
y dicha que Dios le ha dado; y con sus poderes limitados trabaja
en este mundo para ganar dinero. Al final ningún dinero se queda
con él, ni nunca ha conocido el poder. El poder depende en gran
medida de la conciencia y de la actitud de la mente. Una conciencia
culpable puede convertir a los leones en conejos. Ellos pierden el
poder una vez se sienten culpables; y así es con el hombre. Cuando
un hombre es impresionado por lo que otros piensan, si esa impre-
sión es de decepción o aflicción o vergüenza, su poder disminuye;
pero cuando es inspirado por un pensamiento, un sentimiento, una
acción que lleva a cabo, entonces él es poderoso.
Es el poder de la verdad lo que le hace a uno más fuerte.
Aparte de aquéllos que conocen la verdad, si aquéllos que no la
conocen piensan correctamente tendrán algún poder, el poder de
la sinceridad. Muy pocos se dan cuenta del poder que conlleva la
sinceridad. Un hombre falso, por muy físicamente fuerte que sea
o por muy grande que sea su fuerza de voluntad, es hundido por
su falsedad; nunca le permite elevarse. Se lo come porque está oxi-
dado. Aquéllos que han hecho grandes cosas en la vida, en cual-
quier camino de la vida que sea, las han hecho por el poder de la
verdad, el poder de la sinceridad, de la seriedad, de la convicción;
cuando ésta falta, el poder falta. Lo que se lleva al poder del hombre
es la duda. Tan pronto como una persona piensa, ¿es así o no? ¿Será
así o no? ¿Es correcto o no es correcto? Entonces queda indefenso.
Y esto es tan contagioso que toda mente lo pilla. Puedes ir a una
persona dubitativa cuando tienes gran entusiasmo y esperanza, y él
puede impresionarte con la oscuridad hasta que acabas en el mismo
bote. La duda se lleva todo coraje y esperanza y optimismo.
Hay tres grados de seres humanos evolucionados. En sáns-
crito se llaman atma, mahatma y paramatma; en otras palabras, una

118

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
persona santa, un alma divina y un alma todopoderosa. En el caso
del primero un alma iluminada puede mostrar cinco poderes dife-
rentes. Estos poderes son poderes magnéticos. El primer aspecto es
la revivificación del cuerpo físico. El siguiente es la iluminación de
la inteligencia. El tercero es la profundización del elemento amor
en el corazón. El cuarto es la eterealización y profundización de
la visión interior; y el quinto aspecto es la unión con Dios. Con el
quinto aspecto el alma iluminada muestra su mayor poder.
El poder puede también ser dividido en dos partes: una es
el poder de la visión interior, el otro es el poder de la voluntad. El
poder de la visión interior no construye, no hace nada. Sólo ve; es
un poder pasivo. El que tiene el poder de la visión interior puede ver
dentro de la naturaleza humana. Él tiene visión dentro del corazón
de otra persona, en el alma de otra persona, en su vida, sus asuntos,
en su pasado, presente y futuro. ¿Qué le inspira de esta manera?
¿Qué es lo que él ve? Él parece entender el lenguaje de la naturaleza,
el lenguaje de la vida. Parece leer la forma, el rasgo, el movimiento,
la atmósfera, el pensamiento y el sentimiento. Esto es porque todo
tiene ciertas vibraciones y una cierta tendencia. Por tanto, tener
visión interior es conocer el lenguaje de la vida. Y alguien así puede
ver en tal medida que los demás no saben tanto sobre ellos mismos
como aquél que ve. Porque todo el mundo está cegado por sus pro-
pios asuntos. Cuando se le cuenta puede que lo sepa, pero si no se lo
cuentas no lo sabe. Parece como si el conocimiento de su propio ser
estuviera enterrado dentro de él.
¿De dónde viene esta ciencia? También del conocimiento
de la visión interior, al menos al principio. Otras cosas pueden
mejorarla; pero esta ciencia que comienza con la intuición es visión
interior. Los grandes inventores del mundo han tenido visión den-
tro de las cosas. Puede que ellos no lo creyeran, pero igual la tenían.

119

hazrat inayat khan


Ellos penetraban a través del objeto y su propósito, y lo utilizaban
hacia su propósito. De esta forma hacían uso de la visión interior
para los inventos científicos. Si lo hubieran sabido, podrían haber
hecho un uso de la misma visión mil veces mejor.
Los mahatmas son diferentes. No es sólo que tengan poder
magnético sino que también tienen el instinto divino, inspiración
divina. Se cuentan historias sobre el poder constructivo de los
mahatmas; hay una muy interesante que muestra cómo este poder
puede ser alcanzado.
Una vez un príncipe fue enviado fuera de su país, habiendo
su padre desaprobado su conducta. Y él se fue y vivió en el bosque
por mucho tiempo bajo el entrenamiento de un gurú, un maestro,
y se desarrolló espiritualmente. Y cuando llegó el momento en que
se le debería haber dado iniciación al poder más elevado, el gurú le
preguntó, “Mi discípulo, ¿tienes parientes?”. Él dijo, “Sí, mi padre y
mi madre”. El maestro dijo, “Debes ir con ellos y preguntarles pri-
mero si debes tomar la iniciación; porque una vez que la tomes,
tendrás que llevar una vida de soledad”. El maestro pensó que era
mejor que él fuera primero con su gente y viera todas las posibilida-
des de la vida mundana. Entonces, si no quería tal vida, podría vol-
ver. Y el discípulo estaba tan desarrollado en ese momento que no
tenía deseo de ir con sus padres en ese reino y verles de nuevo. Pero
ya que el gurú se lo dijo, fue. Cuando llegó a su reino, fue al jardín
donde había vivido antes, y que había sido descuidado por muchos
años. No quedaba nada en el jardín. Se fue allí y se sentó y estaba
muy apenado de ver su jardín tan descuidado. Tomó el agua en su
cántaro y la roció por todos lados; y el jardín comenzó a florecer.
Y fue sabido por todo el reino que un sabio había llegado; el
lugar en el que había estado por pocos días había empezado a flore-
cer. La historia sigue relatando que el rey oyó que su hijo estaba allí;

120

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
que había llegado y quiso que él se ocupara del reino, que trabajara
para el país. Pero él rehusó y se fue.
Esta historia da un ejemplo del poder constructivo del
sabio; muestra cuán constructiva es el alma del mahatma. No es
verdad que los mahatmas sólo se encuentren en las cuevas de los
Himalayas y que no pueda vérseles en medio del mundo. Pueden
encontrarse en cualquier parte; pueden encontrarse en un palacio,
en medio de los ricos, de la comodidad, y en lugares remotos. Pue-
den estar en cualquier situación, en cualquier posición. Pero lo que
surge de los mahatmas es una influencia constructiva extendién-
dose continuamente. Son una protección frente a las enfermedades
y plagas, guerras y desastres. Su poder constructivo es trabajar y
ayudar a la gente a florecer. Hoy en día el hombre está dispuesto a
creer que un primer ministro o un gran hombre de estado puede ser
de tal ayuda, que puede levantar el país, poner en orden las finanzas
del país o guardar el país frente otras naciones. Pero un alma escon-
dida que no es conocida puede tener una influencia todavía mayor
sobre el país entero. Millones de persona en Oriente han sabido y
visto en diferentes momentos que donde vivían las almas divinas su
gran influencia se extendía por todo el país y lo levantaba.
El tercer aspecto de los sabios es paramatma, el todopode-
roso. Él es todavía mayor; él ya no es una persona, es la consciencia
de Dios. Todos nosotros somos aquello de lo que somos conscien-
tes. Un hombre en prisión es consciente de la prisión. Una persona
que tiene mucho dinero en el banco y no es consciente de él, es
pobre a pesar de su riqueza. Sólo tenemos aquello de lo que somos
conscientes. Por tanto nuestra grandeza o nuestra pequeñez depen-
den de nuestra consciencia. Incluso llegar a ser un alma iluminada
es sólo una diferencia de consciencia. No es por las muchas cosas
buenas que haya hecho una persona. Hay mucha gente buena, pero
no siempre saben quiénes son ellos mismos.
121

hazrat inayat khan


Además hay algunos que creen en Dios y otros que aman
a Dios; y hay otros que están perdidos en Dios. Aquellos que creen
en Dios, están en la tierra y Dios para ellos está en el cielo. Aque-
llos que aman a Dios, para ellos Dios está delante de ellos; están
cara a cara con su Señor. Y aquellos que están perdidos en Dios han
ganado su yo real. Son Dios ellos mismos. Sé de un alma consciente
de Dios que estaba una vez andando en la ciudad de Baroda cuando
la norma era que nadie debía salir después de las diez de la noche. Y
este sabio estaba deambulando inconsciente del tiempo. Un policía
le preguntó, “¿Dónde vas?”. Pero él no le oyó. Quizás estaba lejos del
lugar por el que andaba. Pero cuando oyó al policía decir, “¿Eres
un ladrón?”, sonrió y dijo, “Sí”. El policía le llevó a la comisaría le
hizo sentarse allí durante toda la noche. Por la mañana el oficial
llegó y dijo, “¿Cuál es el informe?” Este policía dijo, “He atrapado
un ladrón. Le encontré en la calle”. Cuando el oficial fue y vio a este
hombre, él sabía que era un alma grande y que la gente le respetaba
mucho. Le pidió perdón. “Pero”, dijo, “Cuando el policía te hizo esa
pregunta, ¿por qué dijiste que eras un ladrón?” La respuesta fue,
“¿Por qué no? Yo soy todo”.
Intentamos hacernos espirituales, elevar nuestra concien-
cia. Pero cuando llega un insulto, no nos gusta. Siempre que alguien
nos adula estamos contentos de atribuirnos esas cosas a nosotros
mismos. Pero tan pronto como llega un insulto, no nos gusta; enton-
ces decimos, “No soy yo”. El paramatma, el alma grande, está unido
con Dios; es consciente de Dios, todo consciente. Todo el mundo
es él mismo. Sea una persona buena o malvada, esté en lo correcto
o equivocada, es él mismo; él mira a esa persona como a su propio
ser. Incluso si se le diera el nombre de un ladrón, el podría decir, “Sí.
Todos los nombres son mis nombres”.
En conclusión, la espiritualidad no es cierto conocimiento,

122

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
la espiritualidad es la expansión de la conciencia. Cuanto más
ampliamente se extiende la conciencia mayor es la visión espiritual.
Y cuando la conciencia se expande tanto que abraza el universo
entero, es lo que es llamado perfección divina.

123

hazrat inayat khan


15. EL SECRETO DE LA RESPIRACIÓN

Está claro incluso para aquellos que no conocen la ciencia


médica que todo el mecanismo del cuerpo se para cuando la respira-
ción deja de existir. Esto quiere decir que por muy perfecto que sea
el mecanismo del cuerpo, en ausencia de la respiración el cuerpo es
un cadáver. En otras palabras, lo que está vivo en el cuerpo, o lo que
hace que viva, es la respiración. Y qué pocos de nosotros nos damos
cuenta de este hecho. Seguimos día tras día, trabajando, ocupados
con nuestra vida diaria, absortos en los pensamientos que tene-
mos, ocupados en los negocios, luchando por nuestros motivos, y
sin embargo ignorando el principio en el que está basado toda la
vida. Si alguien dice, “La oración es algo muy importante”, la gente
puede pensar, “Sí, quizás”. Si uno dice, “La meditación es una gran
cosa”, la gente puede decir: “Sí, bastante”. Pero cuando uno dice, “La
respiración es un gran secreto”, la reacción es: “¿Por qué? Nunca lo
he creído así. ¿Qué es realmente?”.
Hasta donde llega la ciencia, se sabe que la respiración es
aire inspirado y aire espirado. Cuando se inspira se obtiene oxígeno
del espacio, y cuando se espira se expulsa al espacio dióxido de car-
bono. Yendo todavía más lejos uno sabe que la respiración man-
tiene los pulmones y los órganos de la respiración en marcha, que
se toman los gases digestivos, y así se obtiene mayor poder digestivo.
En base a este principio la gente empieza a usar la respiración en los
ejercicios físicos para hacer el cuerpo más saludable. Durante los
últimos años los profesores de voz han dado mayor importancia

124

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
a la respiración. En realidad la respiración misma es la voz, y toda
la formación de la voz depende de la respiración. Ahora de nuevo
algunos médicos están empezando a ver que muchas enfermedades
de los nervios, de los pulmones, o de diferentes centros nerviosos,
a menudo pueden ser mejoradas por la respiración. Parece haber
un despertar general a la ciencia de la respiración. Y aquellos que
han practicado la respiración en conexión con la cultura física o
para la mejora de su condición personal, enfermedad, o debilidad,
han encontrado resultados maravillosos. Hasta aquí es donde ha
llegado la ciencia de la respiración.
Pero cuando llegamos al misterio de la respiración, es
totalmente otro reino. La respiración perceptible, en la que las ale-
tas de la nariz pueden sentir cómo el aire entra y el aire sale, es sólo
un efecto de la respiración. No es la respiración. Para el místico la
respiración es esa corriente, que lleva el aire dentro y fuera. El aire
es perceptible, no la corriente; la corriente es imperceptible. Es una
clase de magnetismo etéreo, una clase más fina de electricidad, la
corriente que entra y sale, poniendo el aire en acción. Esto es lo que
el místico llama nafs, que quiere decir el sí mismo. La respiración
es el sí mismo, verdaderamente el sí mismo del hombre. También
atman quiere decir alma, y en alemán la misma palabra es usada
para la respiración. Esto muestra que si hay algún rastro del alma,
se encuentra en la respiración.
Naturalmente, la respiración, siendo el sí mismo, no es
sólo el aire que se exhala, sino que es una corriente, que, de acuerdo
con los místicos, fluye desde el plano físico al plano interior. Es una
corriente que fluye a través de cuerpo, mente y alma, alcanzando la
parte más íntima de la vida y después volviendo, una corriente con-
tinua perpetuamente moviéndose hacia dentro y hacia fuera. Esto
da una explicación bastante diferente de la respiración. Muestra

125

hazrat inayat khan


la importancia de algo que muy poca gente considera importante;
y hace que uno entienda que la parte más importante del ser es la
respiración, que alcanza la parte más interior de la vida y también
alcanza la superficie, lo que quiere decir que toca el plano físico.
Pero la instrucción de la respiración está en una dimensión que la
ciencia de hoy en día no reconoce, una dimensión que es recono-
cida por los místicos como la dimensión “de dentro”.
Un día estaba dando una charla en Inglaterra y entre la
audiencia estaba un bien conocido científico. Después de la charla
vino a mí y dijo, “Estoy muy interesado, pero hay una cosa que me
confunde. No puedo entender la palabra “dentro”. ¿Qué quieres
decir? ¿Dentro del cuerpo? Nosotros sólo podemos entender den-
tro del cuerpo.” Esto muestra la dificultad de alcanzar un entendi-
miento común entre ciencia y misticismo. Un día será superado.
Sólo es una dificultad temporal.
Para dar una explicación filosófica de esta dimensión, se
puede tomar como ejemplo el símil de los ojos: ¿qué hay en esos
ojos nuestros que pueden abarcar un horizonte de tantos kilóme-
tros? El tamaño de los ojos es tan pequeño, y pueden acomodar un
horizonte tan grande. ¿Dónde se acomoda? Se acomoda adentro.
Éste es el único ejemplo que puede darse. Es una dimensión, que
no puede medirse, pero que acomoda, que es una acomodación.
La acomodación de los ojos no es una dimensión reconocida, sin
embargo es una dimensión. De la misma forma hay una dimen-
sión de la mente. Uno puede pensar y sentir profundamente; uno
puede ser consciente de la vida y ser todavía más profundamente
consciente; pero uno no puede señalarla, porque esta dimensión es
abstracta. Si hay alguna palabra, sólo puede ser “dentro”. Y a través
de esa dimensión una corriente fluye desde el plano más interior al
plano físico y allí mantiene viva a la vida. Esto es por lo que puede
decirse que la respiración es el alma y el alma es la respiración. Es
126

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
importante entender que no se inhala como en una línea recta
entrando y saliendo de la misma manera, como se imagina que es.
La acción real es la de una rueda, un círculo; desde la aleta de la
nariz hace un círculo y al final el círculo está de nuevo en las aletas
de la nariz.
El tercer punto a entender sobre la respiración es éste: igual
que un cable eléctrico, emiten radiación. Igual que el calor y la luz no
están confinados a esta radiación, sino que también están alrededor,
de la misma forma la radiación de este círculo de respiración conti-
núa a través de todo el cuerpo, tocando cada parte del cuerpo.
Otra regla a observar es que en cada dirección a la que va la
corriente de la respiración, causa una acción diferente y un resultado
diferente. Por ejemplo, contraer, estirar, parpadear, todas estas accio-
nes son el juego de la respiración yendo en direcciones diferentes. Así
es con cada acción natural que se hace durante el día. También toser,
bostezar, dar un profundo suspiro, todas éstas son acciones diferen-
tes de la respiración. Además, la habilidad para comer y beber, la
habilidad para expulsar todo lo que se tiene en el cuerpo, son todos
resultados de las diferentes direcciones a través de las que funciona la
respiración. Y si la respiración no funciona en una dirección, enton-
ces esa actividad particular del cuerpo se para. Es una ciencia que
todavía no ha sido explorada por lo científicos y médicos. Y cuanto
más se explore menos necesidad habrá de operaciones y muchas
otras cosas espantosas que los doctores tienen que hacer o dar a sus
pacientes. También la tendencia a las enfermedades pulmonares, el
dolor del parto, y la muerte temprana, todo esto será evitado cuando
la ciencia de la respiración haya sido bien entendida por los científi-
cos del momento, y practicada por la mayoría.
La representación de Dios y de las almas es la del sol y sus
rayos. Los rayos no son diferentes del sol; el sol no es diferente de los
rayos. Sin embargo hay un sol y muchos rayos. Los rayos no tienen
127

hazrat inayat khan


existencia propia; son sólo una acción del sol. No están separados
del sol, y sin embargo los rayos parecen ser muchos rayos diferen-
tes. El sol único da la idea de un centro. Así es con Dios y el hombre.
¿Qué es Dios? El Espíritu que proyecta diferentes rayos; cada rayo
es un alma. Por tanto la respiración es esa corriente que es un rayo,
un rayo que viene desde ese Sol que es el espíritu de Dios. Y este
rayo es la señal de la vida. ¿Qué es el cuerpo? El cuerpo es sólo una
cubierta sobre ese rayo. Cuando este rayo se retira de esta cubierta,
el cuerpo se convierte en un cadáver.
Después hay otra cubierta, que es la mente. La diferencia
entre la mente y el corazón es como la superficie y el fondo. Es la
superficie del corazón la que es la mente, y es lo profundo de la
mente lo que es el corazón. La mente expresa la facultad de pensar,
el corazón de sentir. Es una vestidura interna; vestidura llevada por
la misma cosa que es llamada respiración. Por tanto, si el rayo que
es la respiración se retira del cuerpo, todavía existe, porque tiene
otra vestidura, tiene una vestidura adentro. La vestidura externa es
el cuerpo; la vestidura interna es la mente. La respiración continúa
existiendo, y si se pierde en esa vestidura que es llamada mente,
entonces hay otra vestidura aún más fina, llamada el alma. Porque
la respiración fluye a través de los tres: cuerpo, mente y alma.
Visto desde este punto de vista uno se dará cuenta de que
el hombre nunca ha estado separado de Dios; de que con cada res-
piración el hombre toca a Dios. Está unido con Dios mediante la
corriente de la respiración. Justo como la gente que saca agua de un
pozo, la cuerda en sus manos y el cubo de agua en el pozo. El cubo
tiene el agua, pero la cuerda está en la mano. En la medida en que
nuestra alma está en el espíritu de Dios, es el rayo del sol divino,
mientras que la otra punta de él es lo que llamamos respiración.
Sólo la vemos llegar hasta cierto punto y no más, porque es sólo

128

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
la parte superior del cuerpo físico que toca diferentes planos. La
respiración va allí, pero no vemos la acción de la respiración. La
acción de la respiración en nuestro cuerpo físico es limitada; pero
en realidad esta corriente, esta respiración, conecta el cuerpo con el
Espíritu divino, conectando a Dios y al hombre en una corriente.
La corriente central de nuestra mente también es la res-
piración. Esto es por lo que no sólo respiramos a través del cuerpo,
sino también a través de la mente, y también a través del alma.
Además, la muerte es sólo la partida del cuerpo de esta corriente
principal que llamamos respiración. Pero cuando el cuerpo ha par-
tido la mente todavía se adhiere a ella, y si la mente vive, la persona
vive también. Esto es lo que nos da la prueba del más allá. Muchos
dirán, “Qué poco interesante vivir después de la muerte no como
un individuo, un cuerpo; ¡sino como una mente!” Pero es la mente
la que ha hecho el cuerpo; la mente es más autosuficiente de lo que
podemos imaginar. La mente está en una esfera en la que tiene su
propio cuerpo, justo como este cuerpo físico pertenece a la esfera
física. El cuerpo de la mente es tan suficiente e incluso más concreto
que el cuerpo que tenemos en el mundo físico, por la razón de que
el cuerpo físico es muy limitado y sujeto a muerte y decaimiento.
El cuerpo de la mente, que es etéreo, dura mucho, al ser menos
dependiente de la comida y el agua; es mantenido más por la res-
piración que por ninguna otra cosa. Somos mantenidos incluso en
este mundo físico principalmente por la respiración, aunque reco-
nocemos el pan y el agua y otros alimentos como nuestro sustento.
¡Si tan sólo supiéramos que el pan y el agua no son ni una centésima
parte de nuestro sustento comparado con lo que la respiración hace
en nuestra vida! No podemos existir ni cinco minutos sin respirar;
podemos estar sin comida durante varios días.
Ya que la respiración tiene tan gran importancia, la mayor

129

hazrat inayat khan


importancia posible, está claro que el camino para traer orden y
armonía a nuestro cuerpo, para traer orden y armonía a nuestra
mente, para armonizar la mente con el cuerpo, y armonizar el
cuerpo y la mente con el alma, es mediante la respiración. Es el
desarrollo de la respiración, el conocimiento de la respiración, la
práctica de la respiración la que nos ayuda a que nos fortalezca-
mos, a ponernos a tono, a traer orden a nuestro ser. Hay muchos
que sin guía apropiada ni conocimiento practican la respiración.
Continúan año tras año alcanzando un resultado muy pequeño.
Muchos salen de sus mentes, y muy a menudo las pequeñas venas
del cerebro y del pecho se rompen por una respiración incorrecta.
Hay muchos que han experimentado esto por no saber cómo respi-
rar. Se tiene que ser extremadamente cuidadoso; las prácticas res-
piratorias deben hacerse correctamente o no hacerse en absoluto.
No puede hablarse completamente de todo lo que puede
conseguirse con la ayuda de la respiración. Si hay hombres viviendo
hoy en día en el mundo que estando en la tierra atestiguan los pla-
nos interiores de la existencia, si hay alguien que realmente puede
comunicarse con las esferas superiores, si hay alguien que puede
convencer de la vida en el más allá y de lo que será, son los maestros
de la respiración. No son los estudiosos de libros intelectuales.
Los yoguis han aprendido mucho de la serpiente sobre
el secreto de la respiración; esto es por lo que ellos consideran la
serpiente como el símbolo de la sabiduría. Shiva, el Señor de los
yoguis, tiene una serpiente alrededor de su cuello como collar. Es
el signo del misterio, de la sabiduría. Hay cobras en los bosques de
los países tropicales, especialmente en India, que duermen durante
seis semanas; y entonces un día la cobra despierta, y respira porque
está hambrienta; quiere comer. Y su pensamiento atrae a la comida
desde dondequiera que esté; la comida es atraída desde kilómetros

130

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
por sus pensamientos. La respiración de la cobra es tan magnética
que la comida es atraída sin remedio; un ave de corral, o un ciervo
o algún otro animal es atraído a sus cercanías. Es tan fuertemente
atraído que incluso baja desde el aire, y cae en su boca. La serpiente
no hace ningún esfuerzo. Sólo respira; abre su boca, y su comida
viene a su boca. Y entonces descansa de nuevo por seis semanas.
La serpiente, además, está tan fuertemente formada que
vuela sin alas y camina sin pies. También si hay algún animal que
pueda ser llamado el más sano de todos, éste es la serpiente. Nunca
enferma. Antes de caer enferma muere, sin embargo vive mucho
tiempo. Aquéllos que viven en países tropicales dicen que las cobras
pueden vengarse después de incluso doce años. Si tú golpeas una
cobra, siempre lo recordará. Esto muestra su memoria, su mente.
La música también atrae a la cobra como la música atrae a los hom-
bres inteligentes. Cuanto menos inteligente es un hombre, menos
le atrae la música; la música está estrechamente relacionada con la
inteligencia. Esto muestra que toda señal de inteligencia, de sabidu-
ría, y de poder se ve en la cobra.
Los místicos han estudiado la vida de la cobra y han encon-
trado dos cosas maravillosas. Una es que no desperdicia energía.
Los pájaros vuelan aunque estén cansados; los animales corren de
aquí para allá. La cobra no hace esto. Hace un agujero en el que
vive y descansa. Conoce la mejor forma de reposar, un reposo que
puede durar tanto como quiera. Nosotros no podemos hacer esto.
Nosotros los seres humanos, de todas las criaturas, somos los que
conocemos menos sobre el reposo. Sólo sabemos acerca del trabajo,
no sobre el reposo. Damos gran importancia al trabajo, pero nunca
al descanso; esto es por lo que no encontramos nada en el descanso
pero sí todo en el trabajo. El trabajo del descanso no lo vemos.
Además, la capacidad natural de respirar de la cobra es tal

131

hazrat inayat khan


que no la muestra ninguna otra criatura. Esta capacidad va como
una línea recta a lo largo de su cuerpo. La corriente que obtiene
del espacio y que fluye a través de ella, le da luz y energía y radia-
ción y poder. Comparado con la cobra todas las demás criaturas
están torpemente formadas. La piel de la cobra es tan suave y de
una textura tan sedosa; y en un instante puede despojarse de su piel
y estar nueva, justo como si hubiera nacido de nuevo. Los místicos
han aprendido de esto. Dicen, “Debemos salir de nuestro cuerpo
justo como la cobra sale de su piel; debemos salir de nuestros pensa-
mientos, ideas, sentimientos, justo como la cobra hace con su piel.”
Dicen, “Debemos ser capaces de respirar rítmicamente, de contro-
lar nuestra respiración como hace la cobra. Debemos ser capaces de
reposar y relajarnos igual que puede la cobra. Y entonces será posi-
ble conseguir todo lo que deseamos”. Como Cristo ha dicho, “Busca
primero el Reino de Dios… y todas las cosas te serán añadidas.” Lo
mismo que es añadido a la cobra, todo lo que necesita, también
podría ser añadido al hombre si tan sólo no se preocupara por ello.
Como Sadi ha dicho, “Mi yo, te preocupas tanto acerca de las cosas
que necesitas, pero que sepas que el Uno que trabaja para tus nece-
sidades están continuamente trabajando para ellas. ¡Sin embargo
tú te preocupas por ellas porque es tu enfermedad, tu pasión la que
hace que te preocupes todo el tiempo!”
Cuando miramos la vida más agudamente, vemos lo
mismo. Nuestra preocupación por las cosas parece ser nuestra
naturaleza, nuestro carácter; no podemos evitarlo. ¡Preocuparse se
convierte en tal parte de nuestra naturaleza que si no nos preocu-
páramos dudaríamos de si estamos vivos! Los místicos, por tanto,
durante miles de años han practicado el control de la respiración,
su equilibrio, su ritmo, la expansión, alargamiento, ensanche y cen-
tralización de la respiración. Gracias a ello grandes fenómenos han

132

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
sido realizados. Todos los sufíes de Persia, de Egipto, de India, han
sido grandes maestros de la respiración. Y hay algunos maestros
que son conscientes de su realización espiritual con cada respira-
ción que ellos inhalan y exhalan. Con cada respiración llega la con-
ciencia de su plano de realización.
Para una persona que realmente sabe cómo trabajar con la
respiración, si no es perezosa, no hay nada que no pueda conseguir;
no puede decir que nada sea imposible. Sólo requiere trabajo; no es
sólo una cuestión de conocer la teoría, sino que requiere el entendi-
miento de ella. Esto es por lo que los expertos, los místicos, no con-
sideran la respiración sólo como una ciencia o como un ejercicio;
la consideran como lo más sagrado, tan sagrado como la religión. Y
con objeto de lograr esta respiración, una disciplina debe ser dada
por el maestro.
Pero hay una gran dificultad. A veces en mis viajes he
encontrado, cuando he hablado sobre estas cosas, que la gente viene
con ideas preconcebidas. Están deseosos de aprender, pero no quie-
ren disciplina. Pero en el ejército hay disciplina; en la fábrica, en
la oficina hay cierta disciplina; en los estudios de la universidad,
en todas partes hay disciplina; sin embargo en las cosas espiritua-
les la gente no la quiere; cuando llegan a las cosas espirituales crea
problemas. Piensan tan poco en ello que no quieren hacer ningún
sacrificio. Debido a que no saben adónde les conduce, no tienen
convicción. Además hay métodos falsos que se enseñan aquí y allá,
y la gente está comercializando con lo más sagrado. De esta forma
el más alto ideal es reducido a lo más bajo; y es la hora de que lo
real deba ser introducido, seriamente estudiado, experimentado, y
realizado mediante la práctica.

133

hazrat inayat khan


16. EL MISTERIO DEL SUEÑO

Es muy difícil señalar exactamente qué condición es la


que puede ser llamada sueño. Porque cuando se piensa sobre esta
cuestión se encuentra que se está siempre dormido y siempre des-
pierto. La diferencia es la esfera particular de la que el hombre es
consciente cuando está despierto; en una esfera piensa, “Estoy des-
pierto”, y cuando esa esfera no está ante su conciencia piensa, “Estoy
dormido.” En realidad los estados de sueño y vigilia no son sino la
vuelta de la conciencia de un lado al otro, de una esfera o plano a
otro, y por tanto de acuerdo con la idea mística el hombre nunca
está dormido. Aunque el alma es mucho más elevada que el cuerpo
físico, es el carácter y la naturaleza del alma lo que el cuerpo físico
expresa.
Cuando un hombre mira a un lado es inconsciente del
otro. Esto muestra que la facultad de ver y ser consciente de lo que
se ve sólo puede activarse completamente con una cosa cada vez.
En Oriente se ha mantenido una concepción del sonido musical,
que hoy en día es reconocida por los científicos de Occidente, de
que el oído del hombre sólo puede oír plenamente un sonido cada
vez, no dos o tres. Esto indica que cada sentido es capaz de mirar
sólo a un lado; el otro está ausente de la conciencia; y para ver un
lado en particular uno tiene que volver la cara hacia él. En otras
palabras, uno tiene que exponer su facultad de ver a este lado.
Ésta no es sólo la naturaleza del cuerpo sino también la
naturaleza de la mente; la mente no puede pensar en dos cosas al

134

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
mismo tiempo. Además, cuando la mente está trabajando y com-
pletamente absorbida en cierto pensamiento, en cierta imagina-
ción, los sentidos exteriores pueden estar abiertos, pero no están
funcionando completamente. Cuando un poeta piensa en un verso,
el verso está ante su mente. Sus ojos están abiertos, pero él no ve;
y si ocurre que él ve algo cuando está pensando, entonces es justo
como una imagen moviéndose. Tantas imágenes diferentes vienen
una tras otra que parecen ser continuas. Cuando la mente se para
los ojos funcionan, y cuando los ojos funcionan la mente se para; y
al final parece ser una imagen, pero en realidad es una acción sepa-
rada de la mente y de los sentidos. También es cierto que el estado
de vigilia de cada individuo es diferente y peculiar a sí mismo, justo
como el sueño de cada individuo es diferente y peculiar a sí mismo.
Una persona será de lo que se llama sueño rápido, es decir de sueño
profundo. Otra estará medio dormida. Otra sabe lo que ocurre a su
alrededor, y sin embargo está dormida. Esto muestra que la exten-
sión del sueño es diferente en cada experiencia, y nadie puede cla-
sificar esta medida del sueño.
El estado de vigilia también difiere en cada individuo.
Mucha gente puede estar sentada en una sala, pero uno es más cons-
ciente de lo que ocurre en esa sala que otro. Cinco personas pueden
estar escuchando música, y cada una aplicará su conciencia a lo que
oye de forma diferente. Cada uno disfrutará y recibirá el efecto de
la música de manera diferente, y esto muestra que el cuerpo y la
mente son vehículos o instrumentos a través de los cuales el alma
experimenta la vida, siendo el alma esa parte de nuestro ser que es
capaz de ser consciente a través de la mente y el cuerpo. Por tanto
para el místico el ser real es esa parte del propio ser que atestigua
la vida a través de vehículos tales como la mente y el cuerpo, y lo
llama sí mismo o su alma. En términos sufíes es llamado ruh, y en

135

hazrat inayat khan


sánscrito o terminología vedántica es llamado atman, el ser real del
hombre. Por la experiencia de la vida, con la ayuda de la mente y el
cuerpo, este atman o alma es engañada. El error es que pierde con-
ciencia de su ser puro, igual que es natural que cuando una persona
está pobremente vestida piense que es pobre; nunca piensa que es
sólo su vestido lo que es pobre. Cuando se mueve en un hermoso
palacio es un gran hombre. No piensa que sea el palacio lo que es
grande, en lugar de sí mismo.
Esto muestra que no se trata lo que un hombre sea, sino de
lo que él cree que es, con lo que está relacionado. El alma nunca está
enferma, pero cuando es consciente de la enfermedad del cuerpo el
hombre dice, “estoy enfermo.” Y la razón es que él no puede señalar
a su propia conciencia, a su verdadero ser propio; como los ojos no
pueden verse a sí mismos aunque sean capaces de ver el mundo
entero, así el alma no puede verse a sí misma excepto cuando es
consciente de todo lo que está reflejado en ella. El alma no es pobre
ni es rica; ni está apenada ni contenta. Éstos son reflejos que caen
sobre ella. Y como no puede darse cuenta de sí misma, se considera
que es lo que está reflejado en ella y por tanto el hombre vive su vida
en su conciencia. Él es a cada momento aquello de lo que es cons-
ciente; en entornos alegres está complacido; en entornos misera-
bles está triste. Ninguna pena o alegría puede hacer una impresión
eterna en el alma, porque la naturaleza del alma es como un espejo,
y mientras que todo lo que está delante del espejo es reflejado en él,
nada puede permanecer en él. Cuando la persona que estaba delate
del espejo es quitada, entonces el espejo está más limpio que nunca;
y así es con el alma.
Por conveniencia los místicos han dividido las experien-
cias de la conciencia en cinco fases diferentes. La fase particular de
la conciencia con la que estamos más familiarizados es el estado

136

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
de vigilia en el que el alma experimenta a través de la mente y el
cuerpo. Este estado es llamado en términos sufíes nasut, y en térmi-
nos vedánticos jagrat. Como el alma sólo considera lo que experi-
menta a través de los sentidos con la ayuda de la mente, la razón de
que muchos todavía no estén preparados para creer en el alma o en
el más allá o en Dios es que el alma está familiarizada con una sola
esfera. Ésta es la esfera que se experimenta con la ayuda del cuerpo
y la mente.
Una persona intelectual también desarrolla conciencia de
otra esfera, que es llamada malakut en términos sufíes y swapna en
términos del vedanta. Este estado se experimenta de dos mane-
ras. Cuando una persona está absorbida en el pensamiento y no es
consciente de su entorno, todo lo que conoce en ese momento es el
pensamiento o imaginación en el que está absorbido. Este estado no
depende del cuerpo para sus experiencias de alegría o de pena.
Una persona que puede experimentar alegría o pena ele-
vando su conciencia a ese plano puede hacer su cielo en sí misma.
Los grandes poetas, pensadores, escritores, que han vivido dificul-
tades, pobreza, circunstancias en las que la gente no les entendía, se
les oponía, e incluso les despreciaba, han vivido una vida feliz por la
razón de que han sido capaces de elevarse a ese plano en que podían
disfrutar toda la belleza, comodidad, y alegría que el hombre común
sólo puede disfrutar si se le da en el plano físico. Y cuando la clave
de este plano llega a las manos de un hombre, entonces es el maes-
tro de su vida futura.
Cuando la conciencia de un hombre refleja el cielo, ese
hombre está en el cielo; y cuando un hombre es consciente de la
tortura, dolor, y sufrimiento, está en el lado del sufrimiento. El
hombre hace su cielo o su infierno para sí mismo. Cuántos en este
mundo encontrarás que mantienen su enfermedad al pensar en

137

hazrat inayat khan


ella todo el tiempo, al ser conscientes de ella. Uno ve muchos que
podrían ponerse bien después de haber sufrido dolor durante años
si no fuera por la conciencia del dolor que es mantenida por ellos,
no como algo nuevo sino como algo que ha estado siempre allí.
Nada pertenece a un hombre a menos que desee man-
tenerlo. Pero cuando se acostumbra a mantener cierto reflejo sin
conocer la naturaleza de éste, con el tiempo ese reflejo se convierte
en su dueño y él se convierte en un esclavo de ese reflejo. Y así es con
las preocupaciones y ansiedades y penas que la gente tiene en sus
mentes. Muchos dicen, “No puedo olvidarlo”, porque se lo imaginan.
No quiere decir que esa persona no pueda olvidar, sino que está afe-
rrado a algo que no desea arrojar. Si un hombre se diera cuenta tan
sólo que no es que alguien esté manteniendo algo delante de él; es
él mismo quien lo mantiene. Alguna memoria, algo desagradable,
algo penoso, algún dolor severo, ansiedad, preocupación, un hom-
bre mantiene todas estas cosas en sus propias manos y son refleja-
das en su conciencia. Su alma por naturaleza está por encima de
todo esto. Es una ilusión cuyo lugar está por debajo del alma, no por
encima, a menos que un hombre, con sus propias manos, la levante
y la mire.
Cuando se considera la psicología del fracaso y el éxito, el
fracaso sigue al fracaso. ¿Y por qué es así? Porque la conciencia que
refleja el éxito está llena de éxito, y la actividad que sale de esa con-
ciencia está creando actividad productiva; así si la conciencia ha
tenido éxito delante de su vista entonces el mismo reflejo trabajará
y traerá el éxito. Mientras que si la conciencia está impresionada
con el fracaso, entonces el fracaso trabajará constantemente, tra-
yendo fracaso tras fracaso.
Muy a menudo la gente pesimista habla en contra de su
propio deseo. Quieren llevar a cabo cierto trabajo, y dicen, “Haré

138

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
esto, pero no creo que salga bien”. Por tanto se obstaculizan a sí mis-
mos en su camino. El hombre no sabe que cada pensamiento deja
una impresión en la conciencia y en el ritmo con el que la concien-
cia trabaja. De acuerdo a este ritmo este reflejo se hará realidad y
ocurrirá; y un hombre prueba ser su peor enemigo por la ignoran-
cia de estas cosas. El error del impulso momentáneo crea una suerte
de obstáculo en el camino de esa persona durante toda su vida.
Este estado de conciencia también se experimenta en el
sueño; porque el sueño es la reacción a las experiencias del hombre
en el estado de vigilia. Lo más maravilloso que puede el hombre
estudiar en el sueño es que el sueño tiene su propio lenguaje, y un
verdadero conocimiento de las experiencias del sueño enseña que
cada individuo tiene un lenguaje propio de su sueño peculiar a su
propia naturaleza. El sueño del poeta, el sueño del hombre que tra-
baja con sus manos, el sueño del rey, el sueño de un hombre pobre,
son todos diferentes. Hay muchas diferencias y no puede darse la
misma interpretación de su sueño a cada persona; primero debe
mirarse quién lo ha soñado. No es el sueño el que puede ser inter-
pretado por sí mismo. Es a la persona a quien le llegó el sueño a
quien debe conocerse; y la interpretación está en concordancia con
su estado de evolución, su ocupación, sus ambiciones y deseos, su
presente, su pasado, y su futuro, y sus aspiraciones espirituales.
Por tanto el lenguaje de los sueños difiere; pero puede haber
un indicio, y éste es que en el estado de vigilia el hombre está abierto
a las impresiones exteriores. Por ejemplo, hay momentos en que la
mente es receptiva, y hay momentos en los que la mente es expre-
siva. Y durante los momentos en que la mente es receptiva, toda
impresión recibida de cualquier persona se refleja en la conciencia.
Muy a menudo uno se encuentra deprimido y no puede encontrar
una razón, y después uno se encuentra lleno de regocijo y de nuevo

139

hazrat inayat khan


no puede encontrar la razón. Tan pronto como una persona tiene
cierto sentimiento lo primero que hace es buscar una razón, y la
razón está dispuesta a responder, correcta o incorrectamente. Tan
pronto como una persona piensa, “¿Qué me hace reír?” hay algo que
su razón ofrece como el motivo de la risa. En realidad esa impresión
vino de otra persona. Pero él piensa que la razón es algo diferente.
Tan a menudo en el sueño ocurre que la facultad de razonar res-
ponde las demandas de la mente indagante, y enmarca y da forma
a los pensamientos e imaginaciones que van tan libremente cuando
el poder de la voluntad no está controlando la mente durante el
sueño. La mente se comporta en ese momento justo como un actor
en el escenario; libre, sin el control de la voluntad. Cuando eso ocu-
rre puede haber un momento en el que la mente está en una con-
dición receptiva, cuando recibe una impresión de otras personas,
ya sean amigos o enemigos, de cualquiera que pueda pensar en el
soñador o con el que esté conectado de alguna manera.
Aquéllos que tienen inclinación a la espiritualidad o que
están conectados con almas que se han marchado también sienten
las impresiones reflejadas en sus almas, a veces como influencias
que guían, a veces como advertencias, a veces como instrucciones.
También experimentan lo que se conoce como iniciaciones, y a
veces tienen experiencias confusas, engañosas; pero todas tienen
lugar en ese plano particular en el que la conciencia está experi-
mentando la vida independientemente al cuerpo físico y los senti-
dos.
La tercera experiencia que tiene la conciencia es llamada
en términos sufíes jabarut. En sánscrito o en términos vedánti-
cos es llamada sushupti. En este estado, la conciencia no está muy
bien conectada con el mundo. No trae sus experiencias al mundo
excepto por un sentimiento de alegría, o de fuerza renovada o salud;

140

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
y todo lo que puede decirse después de esta experiencia es, “he dor-
mido muy bien, y me siento mucho mejor”. De hecho, la causa es
que la conciencia estuvo liberada del dolor y la preocupación y de
cualquier actividad o limitación de la vida. Incluso los prisioneros
pueden disfrutar la bendición de este estado cuando están en sueño
profundo; ellos no saben si están en un palacio o en una prisión.
Alcanzan las experiencias de este plano que es mejor que un pala-
cio.
El hombre no se da cuenta del valor de este estado hasta
que llega el momento en que por alguna razón u otra es incapaz de
recibir esta bendición. No puede dormir; entonces empieza a pen-
sar que no hay nada que no daría por ser capaz de dormir profun-
damente. Esto muestra que no es sólo dormir lo que necesita, sino
también la bendición que hay detrás. Es algo que el alma ha tocado
que es mucho más elevado y profundo, porque esta experiencia
es mayor de lo que uno puede imaginarse. En esta experiencia la
conciencia toca una esfera de la que no puede obtener una impre-
sión alguna a través de los nombres o las formas. La impresión que
obtiene es un sentimiento, un sentimiento de iluminación, de vida,
de alegría. ¿Qué mensaje da esto? Da un mensaje de Dios, que llega
directamente a cada alma. ¿Y cuál es este mensaje? Dios dice al
alma, “Estoy contigo, Yo soy tu propio ser, y estoy por encima de
todas la limitaciones, y Yo soy la vida, y tú estás más seguro, más
vivo, más feliz y más en paz en este conocimiento que en ninguna
otra cosa en el mundo.”
Además de estas tres experiencias viene una cuarta expe-
riencia para aquellos que la buscan. ¿Por qué no llega a todo el
mundo? No es que no llegue a todo el mundo, sino que no todo el
mundo puede captarla. Llega y se desliza de una persona, y él no
sabe cuando vino y cuándo se fue. En la vida de todo hombre hay

141

hazrat inayat khan


un momento durante su estado de vigilia, un momento en el que se
eleva por encima de todas la limitaciones de la vida, pero llega y se
va tan rápidamente, en un abrir y cerrar de ojos, que él no puede
captarlo, que no se da cuenta.
Es como un pájaro, que llega y se va volando, y sólo se puede
escuchar el batir de sus alas. Pero aquéllos que desean atrapar este
pájaro, que desean ver adónde va el pájaro, y cuándo llega y cuándo
se va, tienen cuidado con él y se sientan esperándole y observando
el momento en el que llega; y este observar es llamado meditación.
Meditación no quiere decir cerrar los ojos y sentarse; cualquiera
puede cerrar sus ojos y sentarse, pero puede que se siente durante
horas, o puede que se siente toda su vida, y todavía no sepa qué
vino y qué se fue. Es mirar cuidadosamente lo que viene, y no sólo
mirar, sino prepararse uno mismo mediante la agudización de los
sentidos, haciendo del cuerpo y la mente un receptáculo para las
vibraciones, así que cuando el pájaro haga una vibración uno pueda
sentir que ha llegado.
Es esto lo que se expresa en el símbolo cristiano de la
paloma. En otras palabras es el momento, que se acerca a la con-
ciencia súbitamente, de una dicha tal por así decirlo uno toca las
profundidades de la totalidad de la vida y se eleva por encima de la
esfera de la acción, incluso por encima de la esfera del sentimiento.
“Pero”, uno dirá, “¿Qué recibe la conciencia de esto?” Recibe cierta
forma de iluminación que es como una antorcha alumbrando a otra
luz; esta vida interior, tocando la conciencia, produce una suerte de
iluminación que aclara la vida del hombre. Cada momento después
de esta experiencia es desvelado a causa de este momento. Carga la
vida del hombre con nueva vida y nueva luz. Esto es por lo que los
yoguis de Oriente se sientan en samadhi, en cierta postura durante
tantas horas, o se van al bosque y se sientan en soledad; y siempre

142

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
han hecho esto con objeto de atrapar esta luz que es simbolizada
con la paloma.
Hay un paso aún mayor que éste, que en términos de los
sufíes es hahut, o samadhi en términos vedánticos, la quinta esfera
que experimenta la conciencia. En ésta la conciencia toca las pro-
fundidades más íntimas de nuestro ser; es como tocar los pies de
Dios. Ésta es la comunión de la que se habla en el simbolismo cris-
tiano. Es justo como tocar la Presencia de Dios; cuando la concien-
cia se ha vuelto tan ligera y tan liberada que puede elevarse a sí
misma y bucear y tocar las profundidades del propio ser.
Éste es el secreto de todo misticismo y religión y filosofía.
El proceso de esta experiencia es como el proceso de la alquimia,
que no se da libremente sino a aquéllos que están preparados y que
sienten que hay alguna verdad en ello. Lleva tiempo para una per-
sona familiarizarse con cosas de esta naturaleza o incluso pensar
que hay cierta verdad en ellas y que no es sólo charla e imaginación.
Incluso alguien que ha sentido la verdad del estado místico puede
preguntarse si merece la pena meterse en esta búsqueda. Pero si lo
hace debe aceptar la guía de alguien que tenga conocimiento de esta
materia, en quien él pueda poner su confianza y confidencia. Pero
debe entenderse que el camino del discipulado, el camino de la ini-
ciación, no es tal que el maestro da algún conocimiento a su apren-
diz, le dice algo nuevo que no haya escuchado antes, o le muestra
algún milagro; si lo hace no es un verdadero maestro. El hombre
es realmente su propio maestro; en él mismo está el secreto de su
ser. La palabra del maestro sólo es para ayudarle a encontrarse a sí
mismo. Nada que pueda aprenderse de los libros, nada que pueda
ser explicado con el lenguaje, nada que pueda ser señalado con un
dedo, es la verdad. Si un hombre está seguro de sí mismo puede ir
más allá, pero cuando está confundido consigo mismo no puede ir

143

hazrat inayat khan


más allá, y ningún maestro puede ayudarle. Por tanto, aunque en
este camino el maestro es necesario y su ayuda es valiosa, la auto-
ayuda es lo principal; y aquél que está preparado para darse cuenta
de su propia naturaleza y aprender de sí mismo, es el verdadero
iniciado. Y es desde esta iniciación desde donde irá adelante, paso a
paso, encontrando la realización y convicción que busca; y todo lo
que llegue a lo largo de la vida no hará sino profundizar en la reali-
zación de esta verdad.

144

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
17. SILENCIO

Se dice que las palabras son valiosas pero el silencio es aún


más precioso. Este dicho siempre probará ser cierto. Cuanto más
entendemos su significado, más nos damos cuenta de su verdad.
¡Cuántas veces vemos durante el día que hemos dicho algo que
hubiera sido mejor no decir! ¡Cuántas veces estropeamos la paz de
nuestros alrededores, sin sentido, por la falta de silencio! ¡Qué a
menudo revelamos nuestras limitaciones, nuestra estrechez, nues-
tra pequeñez, que habría sido mejor encubrir, a causa de que no
guardamos silencio! ¡Qué a menudo, aunque queramos respetar a
los demás, no lo conseguimos porque no guardamos silencio! Y un
gran peligro acecha a un hombre en la vida de este mundo, el peligro
de confiar en una persona en la cual no desea confiar. Corremos ese
peligro al no mantenernos en silencio. Ese gran intérprete de la vida,
el poeta persa Sadi, dice, “¡qué valor tiene el sentido, si no viene a mi
rescate antes de que pronuncie una palabra!” Esto nos muestra que a
pesar de la sabiduría que podamos tener, podemos cometer un error
si no tenemos control sobre nuestras palabras. Y fácilmente pode-
mos encontrar ejemplos de esta verdad; aquellos que hablan mucho
tienen menos poder que los que hablan poco. Porque una persona
charlatana puede no ser capaz de expresar en mil palabras una idea
que aquellos que son maestros del silencio expresan en una. Todo
el mundo puede hablar, pero no toda palabra tiene el mismo poder.
Además, una palabra dice mucho menos de lo que el silencio puede
expresar. La clave para una vida armoniosa es el silencio.

145

hazrat inayat khan


En la vida diaria nos enfrentamos con mil problemas para
los que no siempre estamos lo suficientemente evolucionados para
encontrarnos, y entonces sólo el silencio puede ayudarnos. Porque
si hay alguna religión, si hay alguna práctica religiosa, es considerar
el placer de Dios al considerar el placer del hombre. La esencia de
la religión es entender. Y esta religión no podemos vivirla sin tener
poder sobre la palabra, sin haber realizado el poder del silencio.
Hay tantas ocasiones en que nos arrepentimos después de herir a
amigos que podrían ser evitadas si hubiéramos tenido control sobre
nuestras palabras. El silencio es el escudo del ignorante y la protec-
ción del sabio. Porque el ignorante no demuestra su ignorancia si
mantiene silencio, y el hombre sabio no arroja perlas a los cerdos si
conoce el valor del silencio.
¿Qué da el poder sobre las palabras? ¿Qué da el poder que
puede obtenerse mediante el silencio? La respuesta es: es la fuerza de
voluntad la que da el poder sobre las palabras; es el silencio el que da
el poder del silencio. Es la inquietud la que hace hablar demasiado
a una persona. Cuantas más palabras son usadas para expresar una
idea, menos poderosas se vuelven. Es una gran pena que el hombre
tan a menudo piense en ahorrar unos céntimos y nunca piense en
moderar las palabras. Es como guardar guijarros y tirar las perlas.
Hay un poeta indio que dice, “Ostra, ¿qué te da tu precioso conte-
nido? El silencio; durante años mis labios estuvieron cerrados”.
Al principio es una lucha con uno mismo; es controlar un
impulso; pero después lo mismo se convierte en un poder.
Y ahora viene la explicación más científica, metafí-
sica, del silencio. Hay cierta cantidad de energía empleada
en las palabras; y la respiración, que tiene que traer nueva
vida al cuerpo; es obstaculizada en su ritmo regular cuando
el hombre habla todo el tiempo. No es que una persona
nerviosa hable demasiado; sino que el hablar demasiado le
146

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
pone nerviosa. ¿De dónde viene el gran poder alcanzado por
yoguis y faquires? Fue conseguido mediante el aprendizaje
y la práctica del arte del silencio. Ésta es la razón por la que
en Oriente, en las casas en la que los faquires meditaban, e
incluso en la corte, había silencio. Hubo ocasiones durante
diferentes civilizaciones del mundo en que se enseñaba a
la gente, siempre que se reunían para una fiesta, a guardar
silencio durante cierto tiempo. Es la mayor pena que en este
momento hayamos descuidado tanto esta cuestión; pensa-
mos tan poco en ello. Es una cuestión que afecta a la salud,
que toca el alma, el espíritu, la vida. Cuanto más pensamos
en esta materia, más vemos que estamos continuamente
envueltos en algún tipo de acción. ¿Adónde nos lleva esto y
cuál es su resultado? Hasta donde podemos ver, nos lleva a
una lucha, competición y desacuerdo mayores. Si pensamos
en el resultado, nos lleva a un cuidado, preocupación y lucha
mayores en la vida. Hay un dicho de los hindúes, “Cuanto
más busca uno la felicidad, más infelicidad encuentra.” Y la
razón es que cuando se busca la felicidad en una dirección
incorrecta, conduce a la infelicidad. Nuestra experiencia en
la vida es suficiente para enseñarnos, sin embargo la vida
es intoxicante, nos absorbe en la acción de forma que nunca
paramos de pensar en ella.
Parece que el mundo está despertando a los ideales
espirituales, pero a pesar de esto hay más actividad; no sólo
actividad exterior, sino también actividad de la mente. En
realidad la humanidad ha hecho añicos sus nervios por la
falta de silencio, por la hiperactividad de cuerpo y mente.
Cuando el cuerpo descansa, el hombre lo llama dormir.
Pero su mente continúa, con el mismo disco que durante

147

hazrat inayat khan


el día. En este mundo de competición todo hombre está cien
veces más ocupado de lo que nunca estuvo. Naturalmente
su vida necesita descanso y quietud y paz más que la de
la gente que vive en el bosque, que puede decir que todo
el tiempo es suyo. Cuando la actividad se incrementa y se
pierde el arte del silencio, entonces, ¿qué podemos esperar?
¿Dónde aprendemos la plenitud del pensamiento?
En el silencio. ¿Y dónde practicamos la paciencia? En el
silencio. El silencio practicado en meditación es algo aparte,
pero silencio quiere decir que deberíamos considerar cada
palabra y cada acción que hacemos; ésta es la primera lec-
ción a aprender. Si hay una persona que pueda llamarse
meditativa, es la que ha aprendido a usar el silencio de
manera natural en su vida cotidiana. El que ha aprendido
el silencio en su vida diaria ya ha aprendido a meditar.
Además una persona puede haber reservado media hora
cada día para la meditación; pero cuando hay media hora
de meditación y doce o quince de actividad, la actividad
se lleva todo el poder de la meditación. Es justo como una
persona que va a la iglesia una vez a la semana y los otros
seis días mantiene su pensamiento lo más lejos posible de
la iglesia.
Un rey persa muy devoto fue preguntado por su
primer ministro, “Pasas la mayor parte de la noche en
meditación y trabajas todo el día. ¿Cómo puedes hacerlo?
El Shah dijo, “Durante la noche persigo a Dios, durante
el día Dios me sigue.” Es lo mismo con el silencio: el que
busca el silencio es seguido por el silencio. Así es con todas
las cosas que deseamos, cuando las buscamos lo suficiente,
al tiempo ellas nos siguen por sí mismas.

148

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
Hay muchos a los que no les preocupa si hieren a
alguien mientras que piensen que han dicho la verdad. Se
sienten tan justificados que no les importa si el otro llora o
ríe. Hay, sin embargo, una diferencia entre hecho y verdad.
Hecho es de lo que se puede hablar; la verdad es lo que no
puede ser puesto en palabras. La afirmación, “Yo digo la
verdad”, falla cuando se percibe la diferencia entre hecho
y verdad. La gente discute dogmas, creencias, y principios
morales, cuando los conocen. Pero llega un momento en la
vida de un hombre en que toca la verdad que no puede ser
puesta en palabras; y en ese momento cesa toda disputa,
discusión o argumento. Es entonces cuando el hombre dice:
“Si tú lo has hecho mal o yo lo he hecho mal, eso no importa.
Lo que quiero ahora es corregir lo equivocado.” Llega un
momento en que la continua pregunta que surge en la mente
activa: ¿qué es qué y cuál es cuál? llega a su fin, porque la
respuesta surge desde el alma y es recibida en silencio.
La actitud general del hombre es escuchar todo lo
que viene del exterior; y no sólo los oídos están abiertos al
mundo exterior, sino incluso el corazón está unido a los
oídos. El corazón que está escuchando las voces que vie-
nen del mundo externo debería volver su espalda a todo lo
que viene desde allí, y esperar pacientemente hasta que se
vuelva capaz de oír la voz de dentro.
Hay una voz audible y una voz inaudible, de los
que viven y de aquellos que no están viviendo, de la vida
entera. Lo que el hombre puede decir en palabras siempre
expresa poco. ¿Puede uno hablar sobre la grandeza, sobre
la devoción, sobre la admiración? Nunca, siempre faltarán
las palabras. Cada sentimiento profundo tiene su propia

149

hazrat inayat khan


voz; no puede ser expresado en palabras exteriores. Esta voz
llega desde cada alma; cada alma es sólo audible al corazón.
¿Y cómo se prepara el corazón? A través del silencio.
No hay que sorprenderse de que algunos hayan
buscado las montañas y el bosque, y preferido la naturaleza
salvaje a las comodidades de la vida mundana. Buscaban
algo valioso. Ellos han pasado por algo de la experiencia
ganada mediante el sacrificio. Pero no es necesario seguir-
les al bosque o a la cueva de la montaña. Se puede apren-
der ese arte del silencio en todas partes; a lo largo de una
vida ocupada puede mantenerse el silencio.
El silencio es algo que consciente o inconsciente-
mente buscamos en cada momento de nuestras vidas. Bus-
camos el silencio y huimos de él, ambos al mismo tiempo.
¿Dónde se oye la palabra de Dios? En el silencio. Los
videntes, los santos, los sabios, los profetas, los maestros,
han escuchado esa voz que viene del interior haciéndose
ellos mismos silentes. No quiero decir con esto que porque
alguien esté en silencio vaya a hablarle; quiero decir que
una vez que se está en silencio se escuchará la palabra, que
constantemente viene desde el interior. Cuando la mente
se ha aquietado, una persona también puede comunicarse
con todo aquél que se encuentre. No necesita muchas pala-
bras; cuando la mirada le encuentra él entiende. Dos per-
sonas pueden hablar y discutir toda la vida y sin embargo
nunca entenderse la una a la otra. Otros dos con mentes
quietas se miran el uno al otro y en un momento se esta-
blece una comunicación entre ellos.
¿De dónde vienen las diferencias entre la gente?
De dentro. De su actividad. ¿Y cómo llega el acuerdo? Por

150

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
la quietud de la mente. Es el ruido lo que obstaculiza una
voz que oímos desde la distancia, y son las aguas inquie-
tas de un estanque lo que impide ver nuestra propia ima-
gen reflejada en el agua. Cuando el agua está quieta da un
reflejo claro; y cuando nuestra atmósfera está quieta enton-
ces escuchamos esa voz que continuamente viene desde el
corazón de cada persona. Estamos buscando guía, todos
nosotros buscamos la verdad; buscamos el misterio. El
misterio está en nosotros mismos; la guía está en nuestras
propias almas.
Muy a menudo uno se encuentra con una persona
cuyo contacto nos pone nerviosos, inquietos. La razón es
que esa persona no tiene quietud, no tiene tranquilidad; y
no es fácil permanecer en calma y mantener la tranquilidad
en la presencia de una persona inquieta, agitada. La ense-
ñanza de Cristo es, “No te resistas al mal”, y esto quiere
decir, “No respondas a la condición turbulenta de una
persona inquieta.” Es como tomar parte en el fuego que te
quemará.
La forma de desarrollar el poder en uno mismo
para sobrellevar todas las molestas influencias en nuestra
vida diaria es aquietarse por medio de la concentración.
Nuestra mente es como un barco en el agua, movido por
las olas e influenciado por el viento. Las olas son nuestras
propias emociones y pasiones, pensamientos e imagina-
ción; y el viento son las influencias exteriores con las que
tenemos que lidiar. Con objeto de parar el barco se debería
tener un ancla, un ancla para hacer que el barco se quede
quieto. Este ancla es el objeto en el que nos concentramos;
si es pesada entonces podrá parar al barco, pero si este

151

hazrat inayat khan


ancla es ligera el barco continuará moviéndose y sin que-
darse quieto, porque está parcialmente en el agua, y par-
cialmente en el aire.
Pero de esta forma sólo controlamos el barco; uti-
lizar el barco es de nuevo otra cuestión. El barco no está
hecho para permanecer parado; está hecho con un propó-
sito. Parece que no todos nosotros sabemos esto, pero defi-
nitivamente este barco ha sido hecho para ir de un puerto
a otro. Y para que el barco sea capaz de navegar, deben
lograrse varias condiciones; por ejemplo, que no sea car-
gado más allá de su capacidad. Por tanto nuestro corazón
no debería ser cargado pesadamente con las cosas a las que
nos apegamos, porque entonces el barco no flotará. Ade-
más el barco no debería estar atado a este único puerto,
porque entonces es retenido y no irá al puerto al que es
dirigido.
Además, el barco debe tener esa capacidad de res-
ponder al viento que lo llevará a buen puerto; y éste es el
sentimiento que un alma obtiene del lado espiritual de la
vida. Ese sentimiento, ese viento, ayuda a seguir rumbo al
puerto al cual es dirigido. Una vez esté plenamente con-
centrada, la mente debería llegar a ser como una brújula
en un barco, siempre apuntando a la misma dirección.
Un hombre cuyo interés toma mil direcciones diferentes
no está preparado para viajar en este barco. Es el hombre
que tiene una sola cosa en su mente, y que considera el
resto como secundario, el que puede viajar de este puerto
al otro. Éste es el viaje que se llama misticismo.

152

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
19. VISIÓN INTERIOR (I)

La visión interior puede compararse con la vista que se


obtiene a través de un telescopio. Desde la distancia puede verse un
amplio horizonte, pero cuando uno se acerca a las cosas se obtiene
un horizonte limitado. Al conseguir este horizonte más pequeño las
cosas se hacen más claras porque se las ve en detalle. Cuando hay
un horizonte mayor las cosas no se ven en detalle sino que entonces
hay una visión general. Y la misma ley puede aplicarse a la visión
interior. Cuando se mira a una persona se obtiene una vislumbre de
su carácter, y cuando se mira a una asamblea se obtiene un senti-
miento de la asamblea.
El corazón es el telescopio del alma, y los ojos son el telesco-
pio del corazón. Igual que son los ojos los que ven cuando se mira con
gafas, no las gafas, así cuando se mira a través del corazón y a través
de los ojos, es el alma la que ve. Los ojos no tienen poder para ver;
los ojos sólo tienen el poder de ayudar al alma a ver. El momento en
que el alma se marcha los ojos no ven. Y así incluso el corazón es un
telescopio, que ayuda a percibir y a concebir todo lo que uno busca. Y
sin embargo al mismo tiempo el corazón no ve; es el alma la que ve.
Así como hay algunos que tienen la vista corta y otros que
tienen la vista larga, así hay algunos que ven las cosas a gran dis-
tancia con el ojo de su mente pero no pueden ver lo que está cerca
de ellos. Tienen vista larga. Después hay otros que tienen la vista
corta; ven todo lo que está cerca de ellos, pero no pueden ver más
allá. Se dice que hay un tercer ojo que ve. Es verdad, pero a veces
ese tercer ojo ve a través de esos dos ojos y entonces los mismos ojos
153

hazrat inayat khan


ven las cosas con más claridad de lo que lo harían de otra forma.
Con la ayuda del tercer ojo los ojos pueden penetrar la pared de la
existencia física y ver en las mentes de las personas, en las palabras
de la gente e incluso más allá. Cuando uno empieza a ver, lo pri-
mero que ocurre es que todo lo que nuestros ojos ven tiene un sig-
nificado más profundo, una relevancia mayor de la que se conocía
antes. Cada momento, cada gesto, la forma, rasgos, voz, palabras,
expresión, atmósfera, todo denota la naturaleza y el carácter de la
persona. Al no conocer este secreto, mucha gente quiere estudiar
fisonomía o frenología, la letra o quiromancia. Pero en comparación
con la visión clara todas estas diferentes ciencias están limitadas.
Tienen un significado, pero al mismo tiempo cuando se compara
estas ciencias limitadas con la visión interior que tiene un hombre;
demuestran ser demasiado pequeñas. Además la lectura del carác-
ter no se aprende, se descubre. Es un sentido que se despierta. No
se necesita aprender. Se conoce.
Éste es un tipo de visión interior pero hay otra visión inte-
rior, que es la visión dentro de los asuntos. Sea un asunto de nego-
cios, un asunto profesional, una condición, una situación en la vida;
una vez que la visión interior es clara se tiene una comprensión
de la situación. Porque lo que hace las cosas difíciles en la vida es
la falta de conocimiento. Puede haber un pequeño problema, pero
cuando no se conoce, se convierte en el más pesado y peor de todos
los problemas, porque uno no puede entenderlo. Y puede analizarse
un problema y razonarlo, pero sin visión interior siempre seguirá
confuso. Es el desarrollo de la visión interior lo que da una visión
clara en los asuntos, condiciones, y los problemas de la vida.
La facultad de ver necesita dirección. Por ejemplo, con
objeto de mirar a la derecha o a la izquierda, o adelante o atrás, uno
debe dirigir los ojos; y éste dirigir es el trabajo de la voluntad. En
las veinticuatro horas del día y la noche se mira bajo la dirección
154

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
de la voluntad quizás como máximo durante cinco o quince minu-
tos; todo el resto del tiempo se mira automáticamente. En otras
palabras nuestros ojos están abiertos, nuestro corazón está sujeto
a todo lo que pueda ser visto, y sin saberlo se captan las diferentes
cosas que atraen a los ojos y la mente. Todo lo que se ve durante el
día y la noche no es lo que se tiene intención de ver, sino lo que la
vida a nuestro alrededor nos obliga a ver. Esto es por lo que pen-
sadores y sabios de Oriente en los tiempos antiguos solían tener
mantos puestos sobre sus cabezas, de forma que no vieran nada ni a
nadie y pudieran controlar su vista. Los sufíes de los tiempos anti-
guos solían mantener sus cabezas cubiertas de esta forma durante
muchos años, y al hacerlo desarrollaban tales poderes que una sola
mirada suya podía penetrar rocas y montañas. Es sólo control de
la vista. Los yoguis de todos los tiempos han trabajado no sólo con
sus mentes sino incluso con sus ojos, consiguiendo tal estabilidad
de mirada que podían dirigir su vista a cualquier cosa que desearan
examinar o penetrar. Los ojos, por tanto, son los representantes del
alma en la superficie, y hablan a una persona más claramente de
lo que las palabras pueden hablar; para alguien que pueda leer las
señales del plano de evolución en el que una persona está. No hace
falta que una persona hable; sus ojos cuentan si está contento o no,
deseoso o no, si está inclinado a favor o en contra. El amor o el odio,
el orgullo o la modestia, todos pueden verse en los ojos; incluso la
sabiduría y la ignorancia, todo, se manifiesta a través de los ojos. El
que puede trazar la condición y el carácter en los ojos ciertamente
se comunica con el alma de otra persona.
No hace mucho en Hyderabad había un murid, un apren-
diz bastante intelectual, que le gustaba charlar. Su maestro estaba
interesado en sus inteligentes preguntas, así que le animaba a hablar,
mientras que la costumbre en Oriente es que el aprendiz mantenga

155

hazrat inayat khan


silencio ante su maestro. Un día el maestro estaba en una condición
de exaltación y su aprendiz como de normal quería debatir y argu-
mentar, lo que en ese momento no era agradable al maestro. Dijo en
Persa, “Khamosh”, que quiere decir silencio. Y el aprendiz entró en
silencio; se fue a casa y permaneció en silencio. Y nadie le oyó hablar
después de esto, nadie ni en la casa ni afuera; nunca le habló a nadie.
Los años pasaron y el hombre todavía guardaba silencio. Pero llegó
un momento en que su silencio comenzó a hablar en voz alta. Su
pensamiento silencioso se manifestaría y su deseo silencioso estaría
garantizado; su mirada silenciosa curaría, su silencioso mirar inspi-
raría. Su silencio se hizo vivo. Fueron las palabras habladas las que
le habían mantenido muerto todo este tiempo. El momento en que
sus labios se cerraron el silencio en él comenzó a vivir. Su presencia
era viva. En Hyderabad la gente le llamaba Shah Khamosh, el rey
del silencio, o el rey silencioso. Con esto querría sugerir que todo
el mundo tiene ojos, pero hacer que los ojos vivan lleva un largo
tiempo. Porque los ojos ven hasta donde ven y no más. Es el corazón
conectado con los ojos el que puede ver más lejos, y si el alma ve a
través de ellos todavía ve más lejos.
Una cuestión enteramente diferente es conseguir enfocar los
ojos. Si se desea mirar a la luna se debe mirar al cielo en lugar de mirar
a la tierra; y así si se quiere buscar el cielo se debe cambiar la direc-
ción de la mirada. Aquí es donde muchos cometen un error. Hoy en
día en Occidente, donde hay un número muy grande de estudian-
tes ansiosamente entregados a buscar la verdad, entre ellos muchos
están equivocados en este aspecto particular; con objeto de ver lo que
puede ser visto adentro quieren mirar afuera. Es, sin embargo, una
tendencia natural. Como una persona busca afuera algo que quiere,
de forma natural también busca la realización interior en el exterior.
¿Cómo podemos mirar adentro y qué es lo que veremos?
En primer lugar, para una persona material “adentro” quiere decir en
156

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
el cuerpo, dentro del cuerpo. En realidad “adentro” no quiere decir
sólo en el interior, sino también en el exterior del cuerpo. Esto puede
verse mediante la luz que hay en una bombilla: la luz está dentro de
la bombilla, y también fuera de la bombilla. Así es el alma; está en el
interior y también en el exterior. Así es la mente; está en el interior y
en el exterior, no está confinada dentro del cuerpo. En otras palabras,
el corazón es más grande que el cuerpo, y el alma es todavía mayor.
Al mismo tiempo el alma está acomodada dentro del corazón, y el
corazón está acomodado dentro del cuerpo; éste es el fenómeno más
grande y es muy difícil explicarlo en palabras. Hay centros intuitivos;
y con objeto de ver en los centros intuitivos uno tiene que volver los
ojos hacia atrás, volver los ojos hacia dentro; entonces los mismos
ojos que son capaces de ver afuera son capaces de ver adentro. Pero
esto es sólo una fase del ver. En la otra fase de mirar adentro no puede
verse con los ojos, es el corazón el que ve. Y cuando se es capaz de ver
de esta forma, el dolor y el placer y la alegría y la pena de cada per-
sona que llega ante uno se manifiesta en el propio corazón; realmente
se ve. Se ve incluso más claramente de lo que los ojos pueden verlo.
Pero éste es el lenguaje del corazón. Los ojos no lo conocen.
Los sabios en Oriente solían ser llamados balakush, que sig-
nifica “el que toma el trago de todas las dificultades.” Comparaban
las dificultades de la vida con un vino que beber; una vez lo bebes,
se ha ido. No tenían miedo de ello; no querían eludirlo. Decían, “Si
lo eludimos esta vez, nos llegará la próxima vez; nos llegará un día.
Si escapamos por un momento, en otro momento nos llegará. Así
déjalo llegar tal como es y bebámoslo como si fuera vino.” El princi-
pio de Mahadeva, de los derviches, de los grandes faquires de todos
los tiempos es este único principio: beber todas las dificultades
como si fueran vino. Entonces ya no hay más dificultad. Cuando
uno está a tono con la vida, la vida se vuelve reveladora, porque
entonces uno es amigo de la vida. Antes de eso, uno era un extraño
157

hazrat inayat khan


para ella. La actitud marca una gran diferencia, y es la diferencia
de actitud la que hace una persona material o espiritual. Excepto la
actitud nada más necesita cambiarse.
La lección que aprendemos del desarrollo de nuestra visión
interior no es alterarse por cualquier influencia que intente sacar-
nos del ritmo, sino mantenernos en ritmo bajo todas las condicio-
nes de la vida; mantener nuestro equilibrio, nuestra tranquilidad
bajo toda circunstancia. A veces es muy difícil mantener nuestro
equilibrio cuando las influencias de la vida están agitándonos, y
mantener el aplomo durante todas ellas; es difícil en el frente de las
influencias, que se oponen a que mantengamos una actitud amis-
tosa. Pero al mismo tiempo, porque es difícil es un gran logro. Para
lograr algo de valor y que merezca la pena tenemos que atravesar
dificultades. Pero no pagamos por ello; aprendemos sin pagar por
ello. Es algo que podemos practicar en nuestra vida diaria porque
desde la mañana hasta la noche estamos continuamente entre
los efectos crispantes que llegan de todas partes. Hay abundantes
oportunidades de practicar esta lección de mantener una actitud
amistosa hacia todos, de enfrentarse con coraje a cada condición,
y de llevar con nosotros todas las influencias que lleguen. De esta
forma se logra una visión más amplia de la vida.
Si hay algo que pueda aclarar nuestra comprensión, es
razonar por un lado y sentir por otro. Un hombre cuyo sentimiento
no está despierto, está despierto y dormido al mismo tiempo. Lo
que está vivo no es la razón, es el sentimiento. Muchos piensan
que cuando el cerebro está en funcionamiento hay algo tangible;
uno no lo nota funcionando en el sentimiento. Pero en realidad
el sentimiento hace la parte del ingeniero y el cerebro es como el
mecanismo. El mecanismo no puede funcionar sin el ingeniero;
así el cerebro no puede funcionar sin el sentimiento detrás de él.
Se necesitan estas dos cosas para que el conocimiento sea claro.
158

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
Cuando una persona no puede entenderse a sí misma, a su propia
imaginación, y a sus propios problemas profundamente, entonces,
¿cómo puede entender los problemas de los demás? Entonces no
hay comunicación entre una persona y otra. Hoy en día a menudo
la amistad sólo significa interés profesional; las relaciones huma-
nas están formadas por ciertos intereses, intereses mundanos. Por
tanto el hombre no sabe lo que es el sentimiento. Las alianzas de
naciones, las uniones de hombres trabajadores, todo esto se ha for-
mado en base al interés propio. Yo soy tu amigo ¡si tú defiendes mi
caso! Por tanto cuando el sentimiento, que es lo único divino en el
hombre, que es la prueba y la señal del espíritu, y que es una heren-
cia divina, se embota, entonces naturalmente no se le puede llamar
civilización a cualquier vida, incluso si se le llama civilizada.
Llegará el día en que el hombre vivirá una vida más plena,
una vida más completa de altos ideales y grandes principios, en que
el sentimiento estará tan despierto en el hombre como la razón.
Cuando ese día llegue el conocimiento será conocimiento espiri-
tual, no aprendizaje libresco. En cualquier parte puede sentirse, en
las universidades, en las sociedades, en los clubes, en cualquiera de
las profesiones, que toda persona está buscando directa o indirec-
tamente algún conocimiento; el hombre siente que hay un conoci-
miento que es más real. Toda persona parece estar disgustada con
su experiencia en la vida. Puede que sea el más exitoso del mundo,
no importa. Puede que sea un hombre rico, puede que tenga una
posición alta, pero está disgustado, desea algo que le satisfaga. ¿Qué
es esto? No está en el exterior. Está dentro de sí mismo. Lo encon-
trará el día en que despierte a la realidad de la vida. Una vez que el
alma se despierta a la realidad de la vida, el resto de las cosas impor-
tan poco. Lo que importa es que él entiende claramente que lo que
le satisface está dentro.

159

hazrat inayat khan


Además, una vez que el corazón empieza a vivir, otro
mundo se abre a la experiencia. Porque generalmente lo que se
experimenta en la vida diaria de cada uno es sólo lo que los sen-
tidos pueden percibir y nada más allá de ello. Pero cuando una
persona comienza a sentir y experimentar los sentimientos sutiles
del corazón vive en otro mundo, caminando sobre la misma tierra
y viviendo bajo el mismo sol. Para el hombre vivir en su corazón
en lugar de vivir solamente en la tierra es tan natural como pueda
serlo cualquier cosa. La gente en Oriente lo llama sahib-i-dil, esto es,
la mente maestra.
Y entonces si se va todavía más profundo en el interior, se
comienza a vivir en el alma. La inspiración, la intuición, la visión,
la revelación son naturales para esta persona. El alma comienza a
hacerse consciente de su propio dominio. Y es el mismo reino del
que se habla en la Biblia: “Busca primero el reino de Dios…” Es el
alma la que comienza a ver. Y puede verse todavía más lejos. Lo que
capacita para lograr este estado es el camino de la meditación bajo
la guía del maestro correcto.
La primera cosa a hacer es conseguir el control sobre la
mirada. La siguiente es conseguir el control sobre los sentimientos.
Y la tercera es conseguir el control sobre la conciencia. Si se logran
estas tres cosas entonces uno empieza a mirar adentro. Mirar aden-
tro ayuda mucho a una persona a mirar afuera; entonces el mismo
poder con el que el corazón y los ojos están cargados comienza a
manifestarse exteriormente. Y el que mira adentro encuentra,
cuando mira hacia fuera, que todo lo que está adentro se manifiesta
afuera. Su influencia es sanadora y consoladora, elevadora y cal-
mante. Su mirada, también, se vuelve penetrante, así que no sólo los
seres humanos sino incluso también los objetos empiezan a desve-
larle su naturaleza, carácter y secreto.

160

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
20. VISIÓN INTERIOR (II)

La visión interior se muestra en diferentes aspectos:


en la impresión, intuición, inspiración, sueño y revelación.
¿Cómo se obtienen las impresiones? Todas las
impresiones alcanzan el cerebro a través de los centros
nerviosos. En su mayoría son recogidas por la respiración;
pero con esto no quiero decir la respiración inhalada a tra-
vés de la nariz. El que es capaz de obtener una impresión
de una persona no necesita esperar a ver qué resultará; él lo
sabe instantáneamente. Muy a menudo puede tenerse un
sentimiento a primera vista, si alguien será nuestro amigo
o no.
Cuando alguien llega y me dice, “Estoy muy inte-
resado en tu filosofía, pero antes de aceptarla quiero estu-
diarla.” Puede estudiarla durante mil años y no llegará a
esa visión. Es el primer momento: si eres mi amigo o no.
Cuando dos personas se encuentran se establece una con-
fianza; no se necesitan años para desarrollar una amistad.
Todo el mundo recibe una impresión al ver cierta
persona o mirar cierta situación. Puede que no se lo crea,
pero igualmente está allí. La primera impresión le dice a
un hombre si tendrá éxito o no, si una persona es justa o
no, si habrá amistad entre dos personas o no. Y cuando se
desarrolla esta facultad, una persona puede obtener una
impresión de un lugar y de personas y de condiciones.

161

hazrat inayat khan


Las impresiones llegan a aquellos cuya mente está quieta;
aquellos cuya mente está activa no pueden tener impresio-
nes. Porque la mente es como el agua: cuando la piscina de
agua esta removida, no puede verse ningún reflejo en ella.
Por tanto la pureza de mente es necesaria. ¿En qué sen-
tido? Todo lo que se dice que es malo no es necesariamente
malo; se dice que algunas cosas son malas a causa de una
cierta moral, un cierto principio, originado por el meca-
nismo de acción de la mente. Cuando la mente se mantiene
pura de toda actividad que la altere, entonces se vuelve
como agua pura. Muy a menudo el agua de la mente está
contaminada, pero cuando la mente está en su condición
pura, entonces naturalmente puede tener impresiones.
La mente puede ser comparada con una película
fotográfica. Si se hacen varias impresiones sobre ella, enton-
ces no puede haber otras impresiones. Esto es por lo que la
mente debería mantenerse pura de todas las impresiones
indeseables con objeto de que cada impresión pueda ser
clara.
La intuición es todavía más profunda, porque
mediante la intuición se obtiene un aviso. Intuitivamente
se siente: esta persona un día me fallará, o se volverá en
contra mía; o me probará fidelidad, sinceridad, con la que
contar. O en este negocio particular tendré éxito o fracasaré.
Uno lo sabe. Pero la dificultad está en distinguir. La intui-
ción correcta; ésta es la gran cuestión; o tan pronto como
la intuición surge, la razón, su competidor, surge también
y dice, “No, no es así.” Entonces hay un conflicto en la
mente y es difícil distinguir, porque hay dos sentimientos
al mismo tiempo. Si se hace un hábito de coger la primera

162

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
intuición y salvarla de ser destruida por la razón, enton-
ces la intuición es más fuerte y uno puede beneficiarse de
ella. Hay mucha gente intuitiva, pero no siempre pueden
distinguir entre intuición y razón y a veces las mezclan,
porque muy a menudo el segundo pensamiento, siendo el
último, es más claro que el primero. Por tanto, la intuición
se olvida y la razón se recuerda. Entonces una persona le
llama intuición y no es así. La razón y la intuición son dos
competidores, y sin embargo ambos tienen su lugar, su
importancia, y su valor. Lo mejor sería primero probar y
atrapar la intuición y distinguirla y conocerla y reconocerla
como intuición; y después razonarla.
Además, de aquellos que dudan de la intuición, su
intuición duda de ellos. En otras palabras, la duda llega a
ser un muro entre ellos mismos y su facultad intuitiva. Y
hay una acción psicológica: tan pronto como la intuición
ha surgido, la duda y la razón también han surgido, así
que la visión se hace borrosa. Se debería desarrollar auto-
confianza. Incluso si resulta estar equivocado una o dos o
tres veces todavía debería continuarse; con el tiempo se
desarrollará la confianza en la intuición propia y entonces
la intuición será clara.
Las mujeres son de forma natural más intuitiva que
los hombres. La razón es que una mujer es más receptiva
por naturaleza y más comprensiva; por tanto puede perci-
bir la intuición más claramente. Muy a menudo un hom-
bre puede razonar y pensar y sin embargo no llegar a una
conclusión, a un entendimiento claro, mientras que una
mujer, o cualquier persona más intuitiva, en un momento
se aclara sobre cierta cuestión, cierto punto. Esto viene de

163

hazrat inayat khan


la intuición. La intuición es una facultad del corazón que
siente profundamente, sea de un hombre o de una mujer;
la cualidad de la intuición pertenece al corazón compren-
sivo.
La intuición de los perros y gatos y de los caballos
a veces parece ser más clara que la de los hombres. Ellos
saben cuándo va a haber un accidente, cuando va a ocurrir
alguna muerte en la familia. Ellos lo saben de antemano y
dan un aviso a la gente. Pero la gente está tan atareada con
sus ocupaciones diarias que no responden a la intuición
de los animales. La gente en Oriente cree que los peque-
ños insectos saben acerca de los acontecimientos y dan
un aviso a aquellos que puedan entenderlo; y es verdad.
Además, los pájaros siempre dan un aviso de tormenta y
viento, y de lluvia y de la ausencia de lluvia. La humani-
dad de manera natural es más capaz de intuir, pero debido
a que su mente está absorta en cien cosas, sus sentimien-
tos profundos se vuelven tan embotados en la vida diaria
que ignora la existencia de la intuición o de la inspiración,
y así esta facultad misma se embota y se siente y se sabe
menos que los animales. El cuerpo humano es un vehículo,
un telescopio, un instrumento por el que se puede percibir
el conocimiento del propio ser interior, de las condiciones
de los demás, y de todo lo exterior.
La cuestión es: ¿cómo se desarrolla esta facultad de
la intuición? Lo primero es la auto-confianza. Cuando no
hay auto-confianza no puede desarrollarse esta facultad
de la intuición, porque al creer en ella llega más y más.
Cuando una persona duda y dice, “¿Es esto una intuición,
realmente me ayudará, o seré decepcionado por mi propia

164

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
intuición?”, entonces naturalmente la razón produce con-
fusión en la mente y la intuición se destruye. Hay mucha
gente intuitiva, y su intuición ha sido destruida sólo por
esta duda que surge en su mente, sea su intuición verda-
dera o falsa. Esto es por lo que pierden esta facultad de
intuir. Toda facultad necesita nutrición; si no es nutrida se
embota y se destruye; no se puede hacer más uso de ella.
Además, una persona puede subestimar el valor de esta
facultad en su vida; entonces la destruye; y esta facultad
desaparece también por una acción demasiado rápida de
la mente. Cuando una persona piensa en mil cosas en un
tiempo corto, la mente se hace demasiado activa y entonces
no puede percibirse la intuición, que necesita cierto ritmo,
una cierta concentración.
Otro aspecto más de la visión interior es la inspi-
ración. La diferencia entre inspiración e instinto es que lo
que reconocemos en la creación inferior como instinto es
lo mismo que lo que trabaja a través de la mente humana
en la forma de intuición o inspiración. Puede decirse desde
un punto de vista biológico que las criaturas inferiores han
nacido con cierto instinto tal como la inclinación a volar,
a defenderse con sus cuernos o a morder con sus dientes.
Todas las facultades que muestran han nacido con ellos; no
son sólo la herencia traída de sus ancestros, no sólo perte-
necen a su familia, son una propiedad del espíritu. Y todos
los seres vivos consiguen del espíritu guía en forma de una
inclinación. Lo que reconocemos como instinto en las cria-
turas inferiores es inspiración en la humanidad. Hoy día,
como la ciencia va en aumento y el materialismo prevalece,
el hombre está olvidando la herencia que tiene del espíritu,

165

hazrat inayat khan


y atribuye todo conocimiento y experiencia a la existen-
cia material del mundo físico. De esta forma se priva a sí
mismo de aquellos dones que pueden ser llamados suyos
propios y sin los cuales el hombre no puede vivir una vida
más plena.
La inspiración llega a poetas, escritores, inventores
y científicos. ¿De dónde viene, cuál es su fuente? ¿Por qué
no le llega a un poeta la inspiración de un músico, por qué
no le llega a un músico la inspiración de un poeta? ¿Por
qué debería llegar a la persona a la que le pertenece? La
razón es que hay una mente detrás de todas las mentes.
Hay un corazón, que es la fuente de todos los corazones, y
que hay un Espíritu, que recoge y acumula todo el conoci-
miento que cada ser vivo ha tenido. Ningún conocimiento
o descubrimiento que se haya hecho alguna vez se pierde.
Todo se acumula y se recoge en esa mente como un depó-
sito eterno. Esto es lo que es reconocido por los videntes
como la mente divina. Toda visión puede ser atraída desde
esta mente. De la mente divina se manifiesta todo lo que
se necesita. Puede ser que un poeta trabaje sin inspiración
durante seis meses en un poema, y no dé satisfacción ni al
poeta ni a los demás, que lo encuentran mecánico. Y hay
otro que recibe la inspiración en un momento y la plasma.
Nunca puede corregir lo que ha escrito, nunca puede cam-
biarlo. Nadie puede cambiarlo. Si se cambia, se estropea.
Es algo que llega en un momento y es perfecto en sí mismo,
es una obra de arte, es un ejemplo de belleza; y llega tan
fácilmente. Esto es inspiración.
Muchos han intentado imitar a las personas inspira-
das, en poesía o en inventos científicos. Lo intentaron, pero

166

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
nunca alcanzaron esa perfección que llega en un instante.
Aquellos que estaban inspirados nunca lo buscaron, vino
de una disposición. Todo lo que llega de la inspiración está
vivo; siempre mantendrá su valor. Hay escritos de poetas
de Oriente tales como Rumi de Persia, como Kalidasa de
India; y ahora, después de miles de años, sus escritos son
leídos por la gente y nunca son viejos y la gente nunca se
cansa de ellos. Es lo mismo con Shakespeare. Él ha hecho
un mundo vivo. Cuanto más tiempo pasa, más vive, y más
apreciado es. Está vivo para siempre. Éste es el carácter de
la inspiración; y sólo llega a aquél cuya mente está quieta y
cuyo pensamiento está absorto en la belleza del trabajo que
está contemplando. La mente del músico, que sabe poco de
este mundo excepto música, está concentrada y enfocada
en la belleza de su arte. Naturalmente atraerá la inspira-
ción. Así es con el poeta. Pero cuando la mente está absorta
en mil cosas, entonces no está enfocada, entonces no puede
recibir la inspiración.
¿Cómo se desarrolla la inspiración? Mediante la
concentración. Un poeta inspirado es aquél cuya mente está
completamente fijada en la idea que desea expresar; está
flotando, por decirlo así, en su belleza; su mente se enfoca
y la inspiración llega mecánicamente a él. Una persona que
se esfuerza en la inspiración, que quiere arrastrarla a él,
no puede conseguirla; no le pertenece. Para conseguirla
debe flotar en la idea, debe sumergir todo su corazón en su
belleza. Debe estar tan positivamente enfocado en ese espí-
ritu de la belleza que la inspiración pueda naturalmente
fluir hacia él.
El sueño o visión es otro aspecto de la visión inte-

167

hazrat inayat khan


rior. Muy a menudo la gente considera un sueño como una
acción automática de la mente. Pero este no es siempre el
caso. No hay movimiento en la mente que no tenga sen-
tido. Cada movimiento y acción tiene un significado tras él,
cada movimiento es dirigido hacia algo tanto con intención
como sin ella. No hay movimiento, no hay acción, que no
sea dirigida desde una fuente u otra.
Hay tres clases de sueños. En el primero una per-
sona ve su mente funcionando en las mismas líneas en
que lo hizo durante el día, al mismo tiempo sugiriendo el
pasado, presente o futuro. Después hay otro tipo de sueño
en el que la mente ve en todo completamente lo opuesto a
lo que va a ocurrir. Y hay un tercer tipo de sueño en que
se ve algo del pasado realmente ocurriendo, o lo que va
a ocurrir en el futuro. Esto prueba que todo en el plano
físico es primero formado en los planos interiores y des-
pués registrado en la mente en el sueño. Cuando uno se
concentra se ve lo que ocurre más claramente.
También hay un estado del sueño en el que se ve
una visión. Esto ocurre en una condición meditativa. Una
visión es más comunicativa, más expresiva; puede ser una
advertencia, que sea dada para el futuro, o puede que un
incidente del pasado se de a conocer. En la visión se puede
ir todavía más lejos y comunicarse con el mundo invisible.
Pero una visión sólo llega a aquellos que han nacido con
esa facultad o han desarrollado esa facultad en la mente al
hacerse plenamente concentrados.
Un sueño puede ser simbólico, y éste es el tipo de
sueño más interesante. Cuanto más grande es la persona,
más sutil será el simbolismo de su sueño. Cuando alguien

168

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
es grosero el simbolismo será grosero. Cuanto más evolu-
cionada es una persona, más fino, artístico y sutil será el
sueño. Por ejemplo, para un poeta serán símbolos poéticos;
y el sueño de un músico tendrá símbolos musicales; en el
sueño de un artista habrá símbolos de arte.
En el sueño realista realmente se ve lo que va a ocu-
rrir. Todo lo que llamamos accidente es sólo nuestra con-
cepción; porque no lo sabíamos de antemano lo llamamos
accidente. Esto además nos da visión en lo que llamamos
destino. Pero hay un plan; está todo planeado y sabido de
antemano al espíritu y a aquellos que saben. Hay sabios
que saben de su muerte un año antes. No hay tal cosa como
un accidente. Cuando una persona no lo sabe, quiere decir
que no lo ve; pero está allí.
La revelación es todavía más grande. Es la perfec-
ción de la visión interior. Cuando se tiene revelación es que
hay un desarrollo superior, y empieza cuando una persona
se siente sintonizada con todo el mundo, todas las cosas,
y todas las condiciones. Pero con objeto de llegar a este
estado uno debe desarrollarse de acuerdo a él. El corazón
debe estar afinado al estado y al tono en el que uno se siente
unido con las personas, objetos y condiciones. Por ejemplo,
cuando no se puede soportar el clima, sólo quiere decir que
no se está en armonía con el clima; cuando uno no puede
llevarse bien con las personas, ése no está en armonía con
ellas; cuando uno no puede llevarse bien con ciertos asun-
tos, ése no está en armonía con esos asuntos. Si las condi-
ciones parecen duras, muestra que no se está en armonía
con las condiciones.
La revelación llega a los santos y salvadores de la

169

hazrat inayat khan


humanidad. No es sólo un cuento cuando oímos que los
santos hablasen con los árboles y las plantas en la natura-
leza, que una voz desde el mar surja y los santos la oyeran,
que los maestros hablaran con el sol, la luna y las estrellas.
Porque cuanto más profundo se sumerge una persona en
la vida, más se convence de que todo está vivo, sean seres u
objetos, sean arte o naturaleza; cualquier cosa que vea, cual-
quier cosa que perciba a través de los sentidos, cualquier
cosa que pueda tocar, todo es inteligible para él. Puede que
no lo vea y puede que no lo sepa nadie más, pero todo se
está comunicando. Una vez una persona empieza a comu-
nicarse con la naturaleza, con el arte, empieza a tener la
prueba de esto, porque todo empieza a hablar. Como ha
dicho el gran poeta de Persia, Sadi, “cada hoja del árbol se
convierte en una página del Libro una vez que el corazón
está abierto y ha aprendido a leer.”
Cuando la revelación empieza, un hombre no nece-
sita conversar; antes de hablar, él sabe lo que el otro desea
decir. La condición de la persona o las personas delante de
él se revela; es como leer una carta. Puede que la persona
le hable, pero él sabe sin que hable. Esto no es leer el pen-
samiento, ni telepatía, ni psicometría o quiromancia como
piensa la gente. La revelación es todos los fenómenos que
hay. ¿Qué es? Es un desarrollo más completo de la inspi-
ración. Cuando la facultad intuitiva se desarrolla plena-
mente, el hombre recibe la revelación. Todas las criaturas
y las cosas mudas empiezan a hablar. ¿Porque qué son las
palabras? ¿No son cubiertas sobre la idea? Ningún senti-
miento puede ser nunca expresado en palabras, ninguna
idea puede ponerse plenamente en verso. Una verdadera

170

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
vislumbre de las ideas y sentimientos sólo puede percibirse
en ese plano que es sentimiento en sí mismo.
La revelación depende de la pureza de la mente.
Muy a menudo alguien que tiene sabiduría mundana no es
realmente sabio. La intelectualidad es una cosa, la sabidu-
ría otra. No todo el conocimiento aprendido de los libros
y de las experiencias en el mundo y recogido en la mente
como aprendizaje es sabiduría. Cuando la luz de adentro es
proyectada en este conocimiento, entonces el conocimiento
de la vida exterior y la luz que llega desde adentro forman
una sabiduría perfecta; y es esta sabiduría la que guía al
hombre en el camino de la vida.
Aquellos que recibieron la revelación nos han dado
libros sagrados tales como la Biblia, el Corán, la Bhagavad-
Gita; cientos y miles de años han pasado y sus enseñanzas
sagradas han permanecido vivas hasta hoy. Pero al mismo
tiempo debemos saber que lo que han dado en la forma de
predicación, en la forma de enseñanzas, es la interpretación
de la sabiduría viva que no puede ser plenamente expre-
sada en palabras. Este conocimiento vivo sólo puede cono-
cerse cuando uno mismo lo ha experimentado al abrirse
el corazón. Es entonces cuando se logra el propósito de la
vida.

171

hazrat inayat khan


21. LA EXPANSIÓN DE LA CONCIENCIA

La conciencia es la inteligencia; la inteligencia es el alma; el


alma es el espíritu; y el espíritu es Dios. Por tanto la conciencia es el
elemento divino; la conciencia es la parte de Dios en nosotros. Y a
través de la conciencia nos hacemos grandes o pequeños, y a través
de la conciencia tanto nos elevamos como caemos, y a través de la
conciencia nos hacemos estrechos o nos expandimos. En la simbo-
logía mística griega y también en otras partes encontramos las dos
alas de un águila, y éste es el símbolo de la conciencia. Cuando las
alas están abiertas quiere expresar la expansión de la conciencia,
que también puede ser llamada el desvelar del alma. En cualquier
camino que tomes, cuando deseas ir más lejos en el viaje espiritual,
sea religión, ocultismo, filosofía o misticismo, tienes que llegar a la
expansión de la conciencia.
¿Qué es la conciencia? Cuando hablamos de “una pistola
cargada”, queremos decir que hay una bala en ella. Conciencia signi-
fica la inteligencia cargada, inteligencia cargada con conocimiento,
con impresiones que llevan ideas. Cuando hablamos de las pelícu-
las, ¿dónde están? En la pantalla; pero no vemos la pantalla, vemos
las películas. La conciencia es la inteligencia pura, que está impreg-
nada con alguna idea, que es conciencia de algo. ¿Y qué es la inte-
ligencia? La inteligencia es el alma; no puede encontrarse ningún
otro rastro del alma que no sea la inteligencia. Muy a menudo la
gente, al no entender, dice que el asiento del alma está en el corazón,
o en la parte derecha o izquierda del hombre; pero en realidad hay

172

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
algo más expresivo que cualquier parte del cuerpo humano; y es la
inteligencia.
Hay una historia que muestra la idea de la conciencia
universal o general más allá de la conciencia individual. Había un
mago que imaginó que era fluido, líquido, que se movía, subiendo
y bajando, y volviendo al mar. Después imaginó, “Ahora soy sólido”.
Los átomos se agruparon, se congelaron y se volvieron hielo. Enton-
ces pensó, “Yo no soy tan frío. Puedo intentarlo y ser estable, y no
me fundiré;” y se volvió roca. Después dijo, “Ahora quiero cambiar.
No quiero seguir como una piedra.” Y se convirtió en un árbol.
“Pero”, dijo, “Todavía no me muevo, no trabajo;” y se retorció y se
movió, y se volvió un insecto. Pero el mago pensó, “¡Qué indefenso
vivir como un insecto! Me gustaría tocar y cantar;” y se volvió un
pájaro. Entonces dijo, “Quiero ser más grueso y denso, y sentirme
más inteligente,” y se volvió un animal. Finalmente dijo, “Quiero
levantarme sobre mis piernas traseras, estirar mi espalda;” y se vol-
vió un hombre.
Éste es el fenómeno de un mago que quería, que imaginó,
algo y que se convirtió en ello. Esta idea se encuentra también en las
escrituras. En el Corán se dice, “Sea, y llegó a ser.” Fue el trabajo del
mago: en aquello de lo que era consciente, él se convertía. Primero
fue la conciencia, y entonces la idea que mantuvo se convirtió en
algo.
Pero hay otra cuestión: si el mago era tan poderoso como
para pensar y convertirse en algo, ¿por qué él mismo se hizo oscuro?
La respuesta es ésta, que cuando un hombre dice, “Me gustaría des-
cansar, ir a dormir,” naturalmente pierde su actividad. Convertirse
en algo hace de la conciencia, que es conciencia divina o universal,
limitada; y esta limitación le roba de su propia conciencia. Éste es el
punto más profundo de la metafísica. Por ejemplo, cuando la con-

173

hazrat inayat khan


ciencia piensa, “Me volveré una roca, soy una roca,” se convierte
en una roca. La conciencia no pierde su sustancia fluida, pero la
inteligencia ya no conoce más su propia existencia. Y sin embargo
cuando el mago pensó, “Me volveré una roca,” ¿qué se fue a la roca?
Tan sólo un pequeño pensamiento del mago. Sólo que, porque de
ese pensamiento no pudo expresarse a sí mismo, ni sentir como se
sentía en la condición de ser un mago, cuando se volvió una roca no
sintió a través de este pensamiento, no sintió nada.
Cuanto más entendamos esta idea, más veremos que la
conciencia puede considerarse desde dos aspectos diferentes. En un
aspecto la conciencia es enterrada bajo las densas formas de la crea-
ción tales como las montañas, rocas, árboles, plantas, tierra, y mar;
y sin embargo la tendencia de la conciencia es, incluso a través de
estas formas densas, salir afuera, expresarse a sí misma. Puede verse
esta tendencia al entrar en contacto con la naturaleza. Por ejemplo,
aquéllos que se sientan ante las rocas, en las cuevas de las mon-
tañas, en el medio del bosque, y aquellos que entran en contacto
con la naturaleza y cuya mente está libre de las preocupaciones y
ansiedades y problemas del mundo, obtienen una suerte de paz pri-
mero; y después de haber experimentado la paz y el descanso, lo
segundo que llega a ellos es una clase de comunicación entre ellos
mismos y la naturaleza. ¿Y qué les expresa la naturaleza? Con cada
acción, con el alzarse y caer de las olas, con la tendencia a elevarse
de las montañas, con el movimiento de las gráciles ramas del árbol,
con el soplar del viento y el temblar de las hojas, cada pequeño
movimiento de la naturaleza parece susurrar en sus oídos. Ésta es
la conciencia que quiere emerger; a través de los árboles y rocas,
agua y plantas, quiere revelarse a sí misma, expresarse; porque no
está muerta, sino viva, aunque enterrada en la roca, en el árbol, en
la planta, en el agua, tierra y aire. Cada ser vivo intenta hacerse

174

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
audible e inteligible; quiere comunicarse, intentando durante años
y años abrirse paso a través de esta densa prisión, emerger hacia su
fuente original, justo como el mago que quería abrirse paso, salir
fuera y verse a sí mismo. ¿Y en qué se convirtió? En hombre.
Dicen los sufíes que “Dios durmió en la roca, Dios soñó
en el árbol, Dios se hizo auto-consciente en el animal, pero Dios
se buscó a sí mismo y se reconoció a sí mismo en el hombre.” Esto
denota claramente el principal objetivo del hombre: que cualquiera
que sea su ocupación, cualquier cosa que le complazca, cualquier
cosa que admire, hay un solo motivo, el motivo único que está tra-
bajando hacia su revelación, y éste es sentir, “lo que he hecho, qué
grande es, y qué maravilloso. Qué hermoso es reconocerlo, verlo.” Es
esta inclinación la que trabaja a través de cada alma. Puede que una
persona quiera hacerse espiritual o no, sin embargo inconsciente-
mente cada alma está esforzándose hacia la revelación del alma.
Igual que con la conciencia humana, de forma natural
cuando la conciencia se ha vuelto algo se ha limitado a sí misma.
Aunque en comparación con árboles y plantas y rocas y montañas
la conciencia del hombre está plenamente despierta, sin embargo
no todo ser humano está despierto; la mayoría está todavía en cau-
tividad. Como dice Rumi en el Masnavi, “El hombre está cautivo en
una prisión;” y cada esfuerzo suyo, cada deseo suyo, es para abrirse
paso con objeto de realizar la inspiración, grandeza, belleza, felici-
dad, y paz, independientemente de todas las cosas de este mundo.
Todo el mundo llega aquí más tarde o más temprano, pero
hay un continuo anhelo; sabio e ignorante, todos están luchando
por él consciente o inconscientemente. Quizás hay una persona
que está muy interesada en sí misma, su salud, su mente, sus pen-
samientos y sentimientos, o sus asuntos; su conciencia no va más
allá de ese pequeño horizonte. No quiere decir que en esa manera

175

hazrat inayat khan


no esté en lo correcto. Él ocupa ese gran espacio en la esfera de la
conciencia. Hay otra persona que se ha olvidado de sí misma; dice,
“Están mi familia, mis amigos, los amo,” y así su conciencia es mayor.
Otro dirá, “Trabajo para mis ciudadanos compañeros, para mi país,
para la educación de los niños de mi país, para la buena salud de la
gente en mi ciudad;” su conciencia es todavía mayor. Realmente no
quiere decir que su conciencia sea más grande, sino que él ocupa un
horizonte mayor en la esfera de la conciencia. Y así no nos sorpren-
damos si un poeta como Nizami dice, “Si el corazón es lo suficien-
temente grande, puede contener el universo entero.” Esa conciencia
es tal que el universo es pequeño comparado con ella. La esfera de
esa conciencia es el Absoluto.
No hay un trozo de conciencia cortado para el hombre,
sino que el hombre ocupa un cierto horizonte, hasta donde puede
expandirse; para él el Absoluto puede ser su conciencia. Por tanto
en el exterior él es un individuo, pero en realidad no puede decirse
lo que es.
A esta idea se alude en la Biblia cuando se dice, “Sé per-
fecto como tu Padre en el cielo es perfecto.” ¿Qué quiere decir? Que
la Conciencia absoluta es el signo de la perfección, y nosotros no
estamos excluidos de ella. Todo se mueve y vive en ella. Pero noso-
tros ocupamos sólo tanto horizonte como hay dentro de nuestra
conciencia, o tanto como de lo que somos conscientes. Esto nos
muestra que cada individuo tiene su propio mundo; y el mundo
de un individuo es tan diminuto como una lenteja, y el de otro
es tan grande como el mundo entero. Sin embargo en el exterior
todos los seres humanos son más o menos iguales en talla, uno de
alguna manera más alto que otro. Puede haber tantas variedades de
mundos en los seres humanos como criaturas hay desde la hormiga
hasta el elefante.

176

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
Está la cuestión de lo que ha sido llamado en las escritu-
ras cielo e infierno. ¿Qué son? Cielo e infierno son nuestro mundo,
nuestra conciencia, eso en lo que vivimos día tras día y año tras
año, y que continúa en otro mundo. De lo que sea que hayamos
hecho nuestro mundo, estamos experimentándolo hoy mismo. Y
lo que es dicho por los profetas, que después de la muerte todo será
traído a la evidencia, sólo quiere decir que en este plano terrestre
somos tan poco conscientes de nuestro mundo, tan absortos en el
mundo exterior, que no sabemos qué mundo hemos creado den-
tro de nosotros. Estamos tan ocupados con el mundo exterior, con
nuestros deseos, ambiciones, y esfuerzos, que apenas conocemos
nuestro propio mundo, como el hombre que trabaja en la fábrica:
está cansado por la noche, y cuando llega a casa lee su periódico.
Es lo mismo con todo el mundo. En la vida de cada per-
sona hay tanto del mundo exterior que le atrae durante todo el
día, miles de anuncios, tiendas que resplandecen con la electrici-
dad. Llegará un momento en que sus ojos se cerrarán al mundo
exterior, que ahora ocupa su mente, para hacerse consciente de su
mundo interior. Éste es el significado del dicho de las escrituras,
“Uno encontrará lo que uno ha hecho.” No se necesita decir, “¿En
qué me convertiré mañana?” Si se puede dirigir la mente hacia uno
mismo, puede verse lo que está dentro de la conciencia, de lo que
está compuesta, lo que contiene; entonces se sabrá hoy lo que será
el más allá.
Los sufíes de todos los tiempos han intentando hacer lo
máximo para entrenar sus conciencias. ¿Cómo la entrenaron? El
primer entrenamiento es el análisis, y el segundo entrenamiento
es la síntesis. El esfuerzo analítico es analizar y examinar la propia
conciencia, en otras palabras el propio pensamiento. Preguntarle a
la propia conciencia, dirigiéndose a ella, “Mi amigo, toda mi feli-

177

hazrat inayat khan


cidad depende de ti, y mi infelicidad también. Si estás satisfecho,
estoy feliz. Ahora dime verdaderamente si lo que me gusta y lo que
no está de acuerdo con tu aprobación.” Uno debería hablarle a la
propia conciencia como un hombre que va al sacerdote para hacer
su confesión, “Mira lo que he hecho. Quizás está mal, quizás está
bien; pero tú lo sabes, tú tienes tu parte en esto; su influencia en ti
y tu condición es mi condición, tu realización es mi realización. Si
tú eres feliz, sólo entonces yo puedo ser feliz. Ahora quiero hacerte
feliz, ¿cómo puedo hacerlo?” En seguida una voz de guía llegará
desde la conciencia, “Deberías hacer esto, y no eso; decir esto y no
eso. Deberías actuar de esta forma, y no de esa forma.” Y la con-
ciencia puede darte mejor guía que cualquier maestro o libro. Es un
maestro viviente que se despierta en uno mismo, la propia concien-
cia. Los maestros, los gurús, los murshids, su manera es despertar la
conciencia en el aprendiz; hacer claro lo que se ha vuelto confuso,
vago.
A veces adoptan una forma tan fantástica, una manera tan
suave que incluso el aprendiz no se da cuenta de ello. Una vez un
hombre fue a un maestro y dijo, “¿Me aceptarás como aprendiz?” El
maestro primero le miró, y entonces dijo, “Sí, con gran placer.” Pero
el hombre dijo, “Piénsalo antes de que me digas que sí. Hay muchas
cosas malas en mí.” El maestro dijo, “¿Cuáles son esas cosas malas?”
El hombre dijo, “Me gusta beber.” El maestro dijo, “Eso no importa.”
“Pero,” dijo, “hay muchas otras cosas, hay innumerables cosas.” El
maestro dijo, “No importa.” El hombre estaba muy contento. “Pero,”
dijo el maestro, “ahora que me he despreocupado de todas las cosas
malas que has dicho de ti mismo debes aceptar una condición. No
hagas ninguna de estas cosas que consideras malas en mi presencia.”
El aprendiz dijo, “Esto es fácil,” y se fue.
A medida que pasaron los días y los meses, este aprendiz,

178

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
que era muy profundo y desarrollado y agudo, volvió radiante, su
alma desvelándose en cada momento del día, y feliz de agradecér-
selo al maestro. El maestro dijo, “Bien, ¿cómo has estado?” “Muy
bien,” dijo. El maestro dijo, “¿Has hecho la práctica que te di?” “Sí,”
dijo, “muy fielmente.” “¿Pero qué ocurrió con los hábitos que tenías
cuando ibas por ahí?” el maestro preguntó. “Bien,” dijo, “muy a
menudo intenté ir a jugar o beber, pero dondequiera que iba te veía.
No me dejaste solo, cada vez que quería beber veía tu cara ante mí.
No podía hacerlo.”
Ésta es la manera amable en que los maestros manejan sus
discípulos. Ellos no dicen, “no debes beber, no debes jugar;” nunca
lo hacen. La maravillosa forma del maestro es enseñar sin palabras,
corregir a una persona sin decir nada. Lo que el maestro quiere
decir lo dice sin decirlo: cuando se pone en palabras se pierde.
Después está el aspecto más importante de la expansión
de la conciencia. Hay dos direcciones o dimensiones en las que
expandirla. Una es la exterior, la otra es la dimensión interior. Una
dimensión se dibuja como una horizontal, la otra como una línea
perpendicular. Estas dos dimensiones juntas forman una cruz, el
símbolo de la religión cristiana. Pero antes de la religión cristiana
existió en Egipto y en Tíbet; y en las antiguas imágenes simbólicas
budistas y tibetanas también encontrarás el símbolo de la cruz.
El camino de la expansión interior es cerrar los ojos y
mente al mundo exterior, y, en lugar de extenderse afuera, inten-
tar extenderse adentro. La acción del alma es extenderse afuera y
arriba y adelante o a los lados o hacia atrás o en una elipse. Es como
el sol; su luz avanza en todas direcciones, envía corrientes afuera.
Así el alma envía corrientes hacia los cinco sentidos. Pero cuando
los cinco sentidos están controlados, cuando la respiración se dirige
hacia dentro, los oídos ya no oyen más y la boca no habla. Entonces

179

hazrat inayat khan


los cinco sentidos son dirigidos al interior. Y una vez que los cinco
sentidos son cerrados con ayuda de la meditación, entonces el alma,
que ha estado acostumbrada a expandirse hacia fuera, comienza
a expandirse hacia dentro; y de la misma forma en que uno gana
experiencia y poder del mundo exterior, uno gana experiencia y
poder del mundo interior. Y así el alma puede expandirse más y
más y más adentro hasta que alcanza su fuente original, y ésta es
el Espíritu de Dios. Éste es un camino, el camino de la expansión
interior.
Después está el camino de la expansión exterior; ésta es
la expansión que llega al cambiar el punto de vista. Porque somos
estrechos nuestro punto de vista es estrecho. Pensamos, “Soy dife-
rente, él es diferente.” Construimos barreras con nuestras propias
concepciones. Si viviéramos y nos comunicáramos con las almas
de toda la gente, de todos los seres, nuestro horizonte se expandiría
tanto que ocuparíamos la esfera invisible. La perfección espiritual
se obtiene de esta manera. La perfección espiritual, en otras pala-
bras, es la expansión de la conciencia.
La pregunta se hace a veces; ¿qué es la conciencia cósmica,
cuál es la naturaleza de este estado? Es un estado, que no puede
ser bien explicado con palabras. Si se pudiera dar una explicación,
es sólo diciendo que cuando vemos no oímos y cuando oímos ple-
namente no vemos. De esta forma cada sentido sólo está haciendo
su trabajo plenamente cuando sólo ese sentido está activo. Cuando
estamos mirando a algo mientras alguien nos habla, no lo vemos
plenamente. He conocido a un niño muy interesado en la música,
que solía cerrar sus ojos cuando se tocaba música; sólo entonces
podía disfrutar plenamente de escucharla. Pero escuchar música
mientras se bebe limonada y se come un helado es algo diferente.
La condición de la meditación es diferente de esto; no está

180

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
limitada por una regla. Cuando se medita cada sentido es apacible-
mente equilibrado. En meditación cada sentido se despierta y sin
embargo cada sentido está dormido. Estar cerrado al exterior y sin
embargo estar despierto apaciblemente, esa experiencia es algo que
no puede decirse en palabras; debe experimentarse.
La práctica de la meditación se prescribe individualmente;
el método para uno puede que no sea bueno para otro. Hay un sím-
bolo oriental, una clase de juguete, tres monos, uno cubriéndose
los ojos, otro las orejas, y el tercero la boca. Ésta es la clave para la
meditación, la clave para la expansión interior. Pero también en la
vida diaria podemos ver este símbolo éticamente, desde un punto
de vista moral, y es no escuchar lo malo, no ver lo malo, y no hablar
de lo malo. Y si se puede tomar ese voto se avanzará mucho; prac-
ticar estas tres cosas en el día a día puede llevarle a uno muy lejos;
nunca hablar contra nadie, nunca oír lo que se está hablando contra
alguien, y nunca mirar ningún mal. Si cerramos los ojos sin cerrar
los oídos y sin cerrar los labios, no vamos a ninguna parte.
¿El desarrollo de la conciencia interior, podría preguntarse,
tiende hacia el aislamiento personal, a la separación del mundo?
Nosotros estamos en el mundo, y por tanto, por mucho que inten-
temos huir a las esferas espirituales, somos devueltos de nuevo a la
tierra. Estamos atados aquí mientras tengamos este cuerpo terres-
tre. Y así lo mejor es seguir el proceso de otra forma: ganar expan-
sión interior de la conciencia, y sin duda en ese momento uno debe
irse adentro, uno debe cerrarse al mundo exterior. Pero al mismo
tiempo debería esforzarse por practicar la expansión exterior de la
conciencia. De esta forma hay equilibrio.
Aquellos que sólo evolucionan espiritualmente se vuel-
ven parciales; expanden sólo la conciencia interior y no la exterior.
Entonces se desequilibran. Quizá espiritualmente tengan extraor-

181

hazrat inayat khan


dinarios poderes, pero no tienen equilibrio. Por esta razón mucha
gente cree que una persona espiritual es alguien que tiene algo mal
en su cerebro. Si éste es el entendimiento del mundo, deberíamos
ser más conscientes de no dar al mundo una impresión errónea.
Si tenemos una profesión, si estamos en los negocios, en la indus-
tria, debemos hacerlo totalmente, probando al mundo que pode-
mos ser tan prácticos como cualquier otro, y también económicos,
regulares en todo sentido, sistemáticos, perseverantes y entusiastas.
Debemos mostrar todas estas cualidades y al mismo tiempo evolu-
cionar espiritualmente; pues son estas cualidades las que deben dar
prueba de nuestra espiritualidad.

182

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L
COLECCIÓN
BLANCA

OTROS TÍTULOS DE LA COLECCIÓN

1. El Diván de las Gacelas / Omar Ben Yúsuf /edición de Pablo


Beneito
2. 99 Haikus de Mu-I / Vicente Haya / Keiko Kawabe (selección y
traducción)
3. El Arte de la Escritura —Wen Fu— / Lu Chi / Nur Ferrante (tra-
ducción)
4. Tratado del Imam Sayyād Alī ibn Husayn, conocido como Tratado
del Derecho [Risālat al-huqūq]
Sayyād Alī ibn Husayn / J. Rodríguez Vargas (traducción y notas)
5. El Evangelio de Sri Ramana Maharshi / Bhagavan Sri Ramana
Maharshi / edición de Jordi Quingles
6. Perdidos en el mundo imaginal / Ángel Almazán de Gracia
7. Biomúsica. Afinándonos con la vida / Guillermo Cazenave
8. La Llamada del Derviche / Pir Vilayat Inayat Khan / traducción
de Nur Ferrante / Prólogo de Oscar Muñoz
9. Historias de Sufíes /Kitab rawd ar-rayahín fi hikayat as salihín /
autor: al-Yafi ’i / Selección, traducción e introducción de Santiago
Martínez
10. Rubâiyât / Omar Khayyâm / Introducción y traducción: Pepe
Aguado
11. Sumi-e —el arte de la pintura japonesa– / Lourdes Parente
12. La música de la vida / Hazrat Inayat Khan (traducción de Fer-
nando Díez)
13. Tao Te King / Lao Tsé (Versión inglesa de Allan Watts) (traduc-
ción de Pepe Aguado y Fernando Cabal)
14. El Tao de la sexualidad / SU NU KING y otros textos clasico de
sexología taoísta
Introducción A. Embid / traducción: Teresa Sans
15. El arte de la guerra / Tsun Zu
16. El Arte de la Paz / Morishei Uesiba
17. Cuentos sufis de Nasrudín
18. Dialogando con Dios
19. Textos sobre el ayuno de Ibn Arabi / Traducidos y presentados
por Charles -André Gilis (‘Abd al-Razzâq Yahyâ )
(Trad. al español de Andrés M. Guijarro Araque)
20. Locos de Amor / Jalaluddin Rumi (trad. Fernando Cabal)
21. SHÔSAI SHÛ - EL INCOMPARABLE TALISMAN, edición de
Ernest Yassine Bendriss
(Textos tántricos y mágicos del Budismo Zen para conseguir bendi-
ciones y protección de los Budas)
22. Uno magnificente / Jalaluddin Rumi (trad. F. Cabal)
23. La Vida Interior / Hazrat Inayat Khan (trad. Fernando Díez)
24. Confesiones de una Laowai / Rosanna Moreda
25. Purificación mental / Hazrat Inayat Khan
26. El propósito de la vida / Hazrat Inayat Khan
27. Clara Janés. La luz y el prisma / Rosalía Pérez
28. Taoísmo / Ernest Yassine Bendris

You might also like