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PREVENCIÓN DE RIESGOS
LABORALES
Manual del Alumno
Curso Básico de Prevención de Riesgos Laborales
Introducción
La Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales establece los derechos, las
obligaciones y las responsabilidades de los distintos agentes sociales y de las diferentes
Administraciones Públicas en todo lo que se refiere a la protección de la salud de los trabajadores en el
trabajo. Entre los derechos más relevantes de los trabajadores se encuentra el de participar en la política
y en las acciones de prevención en la empresa.
Pero el ejercicio responsable de ese derecho de participación requiere que los trabajadores tengan
conocimiento suficiente de las técnicas preventivas. Por este motivo, la Ley de Prevención de Riesgos
Laborales determina que los empresarios están obligados a facilitar la información y la formación
necesaria a los trabajadores sobre los riesgos derivados del trabajo y la forma de evitarlos y reducirlos.
Además, para garantizar al máximo la participación de los trabajadores en la actividad preventiva de las
empresas, la Ley define la figura del delegado de prevención, cuyas competencias y facultades
establece en su artículo 36.
Consecuencia directa de la Ley de Prevención es el Reglamento de los Servicios de Prevención,
aprobado por el Real Decreto 39/1997, de 17 de enero. Este Reglamento clasifica las funciones de tipo
preventivo en los niveles básico, intermedio y superior; y detalla cuáles son exactamente tales funciones.
Así, el apartado 1 del artículo 35 del Reglamento es una descripción de las funciones del nivel básico de
la actividad preventiva.
Por otra parte, el Reglamento fija los conocimientos mínimos necesarios para ejercer las funciones de
cada nivel y las horas lectivas mínimas para impartirlos. En particular, en el Anexo IV del Reglamento se
desarrolla el "contenido mínimo del programa de formación para el desempeño de las funciones de nivel
básico" y se establecen las horas lectivas mínimas de cada parte del temario, según se trate de
desarrollar las funciones de nivel básico en una empresa incluida en el Anexo I del Reglamento (50
horas en total) o no incluida en él (30 horas).
El programa de nivel básico citado está pensado para la formación de trabajadores designados por el
empresario para ocuparse de actividades preventivas básicas y para la formación de personal de nivel
básico de los Servicios de Prevención. Pero la comparación de las competencias de los delegados de
prevención con las funciones del nivel básico de la actividad preventiva, y el análisis del contenido
mínimo del programa mencionado, llevan a la conclusión de que tal programa es adecuado también para
la formación de delegados de prevención.
Seguimiento por parte del alumno del Curso Básico de Prevención de Riesgos Laborales
Para formar a quienes deban desempeñar funciones preventivas de nivel básico y para formar a
delegados de prevención, hemos desarrollado el Curso Básico de Prevención de Riesgos Laborales
siguiendo el temario del "contenido mínimo del programa de formación para el desempeño de las
funciones de nivel básico".
La posibilidad de seguir el curso de forma presencial o mediante trabajo personal y autoevaluaciones es
una característica que puede ser muy útil a trabajadores y empresarios interesados en él. En efecto, el
Manual del alumno se ha preparado de forma que pueda utilizarse como libro de texto por quien asista al
curso de forma presencial y, también, usarse, por quien desee formarse por su cuenta, como texto de
estudio que incluye preguntas de autoevaluación en cada capítulo con respuestas al final del libro.
En cualquier caso, hayan seguido el curso de forma presencial o mediante trabajo personal, los alumnos
deberán realizar una prueba de evaluación de conocimientos, superada la cual les será expedido el
correspondiente certificado de aptitud para ejercer las funciones preventivas de nivel básico.
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Índice
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1.2. La salud
Tanto en el mundo del trabajo como fuera de él, nos encontramos con diferentes concepciones
del término salud, lo que nos permite afirmar que no existe un único concepto de salud y que
su tratamiento como problema hace necesario considerar la influencia de otros factores
sociales, como la economía, la cultura y la política.
Es posible considerar la salud desde una concepción médica, desde una concepción social y
desde la concepción "ideal" de salud.
La definición de salud como la ausencia de enfermedad, como el bienestar del cuerpo y del
organismo físico, no se puede aceptar hoy en día, ya que la sociedad admite la existencia de
enfermedades no somáticas, como por ejemplo, el estrés.
La experiencia de la salud no puede restringirse a la mera salud orgánica. Hasta hace poco, lo
psíquico era lo que no se podía explicar orgánicamente y por ello, la salud psíquica aparecía
como una categoría residual o de menor importancia. Hoy, en las sociedades industrializadas,
se asiste a un proceso por el que en muchas enfermedades el componente fisiológico, sin dejar
de existir, cede su importancia a los factores psíquicos, como por ejemplo las depresiones
ocasionadas por el trabajo.
Al convertirse la salud en un asunto colectivo se hace posible la aparición de las concepciones
sociales de salud.
La concepción político-legal parte del principio de que la salud es un derecho de toda la
población, con la correspondiente obligación de protegerla que tiene el Estado, que incluye en
el Código Penal, como delitos, los actos que atentan contra ella. Esta intervención estatal no se
ha producido históricamente hasta que los ciudadanos han tenido una conciencia social de que
la salud es un bien colectivo y han reclamado una acción en este terreno.
Desde un punto de vista económico, la salud cobra importancia en la medida en que el factor
humano constituye un elemento más o menos importante de los procesos productivos. La salud
de la mano de obra de un país determina su productividad, por lo que los gobiernos protegen la
salud del trabajador y aseguran así la productividad del sistema económico.
Concepción ideal de la salud
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud de una persona como:
"El estado de bienestar físico, mental y social completo y no meramente la ausencia de daño o
enfermedad".
Es importante destacar de la definición de salud de la OMS el aspecto positivo al hablar de un
«estado de bienestar» y no sólo el negativo, que habitualmente se tiene al pensar en la salud
desde la enfermedad.
También hay que destacar la triple dimensión de la salud, física, mental y social, y la
importancia que estén en equilibrio en cada persona.
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actividad por medio de la cual desarrollamos nuestras capacidades, tanto físicas como
intelectuales.
Junto a esta influencia positiva del trabajo respecto a la salud, existe también una influencia
negativa: trabajando se puede perder la salud, cuando el trabajo se desarrolla en condiciones
que pueden causar daño a nuestra integridad física, caso de los accidentes y enfermedades.
Pero, además, cuando el trabajo infrautiliza las aptitudes de las personas, se corre el riesgo de
atrofiar, o no permitir, su desarrollo y su realización como miembros de la sociedad. Este
fenómeno suele denominarse deshumanización del trabajo.
Podemos afirmar que:
El trabajo es bueno para la salud
La salud es necesaria para trabajar
El trabajo puede perjudicar a la salud
Las empresas desarrollan su actividad en un marco sumamente competitivo que obliga a
adaptar su sistema productivo a fin de lograr la eficacia que asegure su supervivencia.
Estos cambios, hoy tan frecuentes en la empresa, aunque dirigidos en gran medida a aumentar
la eficacia productiva, muchas veces proporcionan la oportunidad de mejora de las condiciones
de trabajo. Ahora bien, en otras ocasiones pueden, directa o indirectamente, perjudica la salud
de los trabajadores.
En el próximo apartado analizaremos aquellas situaciones, o factores de riesgo, que pueden
perjudicar la salud de los trabajadores y veremos cómo estos factores de riesgo tienen
asociados unos riesgos laborales.
2. Riesgos en el trabajo
2.1. Factores de riesgo
Podemos definir los factores de riesgo como aquellas situaciones o condiciones de trabajo que
pueden perjudicar la salud de las personas, rompiendo el equilibrio físico, mental y social.
No podemos limitarnos a considerar como factores
de riesgo solamente aquellas situaciones que
puedan causar accidentes, sino que habrá que
buscar el origen de todos los desequilibrios de la
salud.
Cualquier modificación introducida en un sistema
de trabajo creará unas condiciones de trabajo
diferentes, que implicarán nuevos factores de
riesgo.
A continuación se presenta una lista de factores de riesgo que definen una situación de trabajo.
Para facilitar nuestro trabajo se han clasificado los factores de riesgo en tres grupos, sin que
esto implique ninguna jerarquización o prioridad.
Condiciones de seguridad
En este primer grupo consideraremos aquellas condiciones materiales que influyen sobre la
accidentabilidad: elementos móviles, cortantes, electrificados, combustibles, etc. Para poder
controlar estos elementos estudiaremos las máquinas (prensas, tornos, fresadoras, cintas
transportadoras, etc.), las herramientas (taladradoras, martillos, etc.), los equipos de transporte
(carretillas elevadoras, grúas, camiones, etc.) y las instalaciones eléctricas, entre otros.
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Condiciones higiénicas
Carga de trabajo
Aquí analizaremos las exigencias que la tarea impone al individuo que la realiza: esfuerzos,
manipulación de cargas, posturas de trabajo, niveles de atención, etc., asociados a cada tipo
de actividad para poder determinar la carga de trabajo tanto física como mental de cada tipo de
tarea.
Organización del trabajo
En este último grupo estudiaremos los factores debidos a la organización, ya que la forma de
fragmentar el trabajo y repartirlo entre diferentes individuos, unido a la distribución horaria, a la
velocidad de ejecución y a las relaciones personales que se establecen en el centro de trabajo,
puede tener consecuencias para la salud de los trabajadores a nivel físico y, sobre todo, a nivel
mental y social.
Estos grupos no son excluyentes entre sí, es decir, en ocasiones, puede ser conveniente
trasladar factores de un grupo a otro. No obstante, cualquier factor nuevo que se considere
tendrá cabida en alguno de los grupos.
En cualquier caso, conviene tener en cuenta que se pueden presentar varios factores a la vez.
La existencia de múltiples factores actuando sobre una situación hace que tengamos que
considerar en cada caso la interrelación que inevitablemente se produce.
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Hasta el momento hemos visto que en cualquier trabajo se presentan factores de riesgo,
generándose situaciones de riesgo. Hemos definido riesgo como una probabilidad de producir
daño a la salud de los trabajadores.
En el próximo apartado veremos los diferentes daños que se pueden producir en la salud de
los trabajadores.
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La definición legal de accidente de trabajo, según queda recogida en el artículo 115, punto 1,
del Real Decreto Legislativo 1/1994, de 20 de junio, por el que se aprueba el texto refundido de
la Ley General de la Seguridad Social, es la siguiente:
“Se entiende por accidente de trabajo toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o
por consecuencia del trabajo que ejecuta por cuenta ajena”.
Esta definición legal se refiere tanto a las lesiones que se producen en el centro de trabajo
como a las producidas en el trayecto habitual entre éste y el domicilio del trabajador (accidente
"in itinere").
Asimismo serán considerados accidentes de trabajo las enfermedades no incluidas en el
artículo 116 de la Ley General de la Seguridad Social (enfermedades profesionales), que
contraiga el trabajador con motivo de la realización de su trabajo, siempre que se pruebe que la
enfermedad tuvo por causa exclusiva la ejecución del mismo.
La disposición adicional trigésima cuarta del R.D Legislativo 1/1994 establece en su punto 1:
“Se entenderá como accidente de trabajo del trabajador autónomo en ocurrido como
consecuencia directa e inmediata del trabajo que realiza por su propia cuenta y que determina
su inclusión en el campo de aplicación de dicho “Régimen especial””.
La Ley 20/2007, que regula el Estatuto del Trabajador Autónomo establece en su artículo 26,
punto 3:
“Se entenderá por accidente de trabajo toda lesión
corporal del trabajador autónomo económicamente
dependiente que sufre con ocasión o por
consecuencia de la actividad profesional,
considerándose también el accidente de trabajo el
que sufre el trabajador al ir o volver del lugar de la
prestación de la actividad, o por causa o
consecuencia de la misma. Salvo prueba en
contrario, se presumirá que el accidente no tiene
relación con el trabajo cuando haya ocurrido fuera
del desarrollo de la actividad profesional de que se
trate”.
Por otro lado, desde el punto de vista preventivo,
se entiende por accidente de trabajo:
"Todo suceso anormal no deseado, que se
presenta de forma brusca e inesperada,
normalmente es evitable, interrumpe la continuidad
del trabajo y representa un riesgo para la salud e integridad de l as personas".
Obsérvese, que un suceso puede considerarse accidente aunque no haya causado lesiones ni
daño. En este caso, algunos autores hablan de "accidente blanco" o "incidente".
Según esta definición los accidentes son evitables. Aunque ello pueda parecer obvio, en
muchas ocasiones se cree que los accidentes ocurren fortuitamente.
Por tanto, podemos decir que los accidentes de trabajo, legalmente definidos, son aquellos
"incidentes" que han afectado la integridad física del trabajador.
En todo caso, al margen del daño físico que el accidente pueda ocasionar al trabajador
afectado, casi siempre conllevará pérdidas asociadas. Pérdidas de tiempo o retrasos en el
desarrollo previsto de una tarea, pérdidas económicas por deterioros de materiales, productos
o instalaciones.
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Los accidentes, por muy inesperados, sorprendentes o indeseados que sean, no surgen por
generación espontánea, ni por casualidad; son consecuencia de una situación anterior. Aunque
no se vean claras las causas de un accidente, no podemos afirmar que éste ha surgido de la
nada o porque sí. Si los accidentes surgieran de la nada, por generación espontánea, no cabría
ninguna defensa preventiva. En este caso, la reacción fatalista de aceptarlos y aguantarlos
seria la única salida.
Los accidentes no se explican por fenómenos sobrenaturales o con argumentos filosóficos.
Actuando sobre las causas se pueden evitar accidentes.
En todo trabajo se producen una serie de trastornos que pueden llegar a producir daños a las
máquinas, a los productos y a las personas.
No podemos limitarnos a estudiar solamente aquellos trastornos que producen lesiones en los
trabajadores ya que así tendríamos una visión muy pobre y parcial de la realidad laboral. Como
ya hemos dicho, muchos "accidentes" pasan inadvertidos porque no llegan a producir lesiones.
Por tanto, habrá que utilizar algún método que nos permita identificar todas las posibles
situaciones de riesgo y no sólo aquellas en las que este riesgo se materialice en una lesión
para el trabajador.
Los factores causales de los accidentes son muy diversos: factores debidos a las condiciones
materiales y al medio ambiente de trabajo (máquinas inseguras o entorno desordenado),
factores debidos a deficiencias en la organización y factores debidos al comportamiento
humano.
Los errores hacen referencia a una conducta humana. El hecho de que hablemos aquí de error
no implica necesariamente un fallo humano, sino que hay que entenderlo como una situación
en la que no se ha previsto la adecuación entre la persona y el método de trabajo.
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El Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social, aprobado por el Real Decreto
Legislativo 1/1994, de 20 de junio, en su artículo 116 define la enfermedad profesional como:
“La contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena, en las actividades que se
especifiquen en el cuadro que se aprueba por las disposiciones de aplicación y desarrollo de
esta Ley, y que esté provocada por la acción de los elementos o substancias que en dicho
cuadro se indique para cada enfermedad profesional”.
El vigente cuadro de enfermedades profesionales fue aprobado por el Real Decreto 1299/2006,
de 10 de noviembre.
Del análisis del artículo, podemos extraer como consecuencia que toda enfermedad, para ser
reconocida como profesional, debe cumplir tres requisitos:
1º. Que el trabajo se ejecute por cuenta ajena.
2º. Que la actividad empresarial esté incluida en el listado oficial
(1299/2006, Cuadro de enfermedades profesionales).
3º. Que la enfermedad sea originada por la agresión de unas sustancias o agentes
especificados legalmente en el mismo listado.
La disposición adicional trigésima cuarta del R.D. Legislativo 1/1994, en su punto 1 establece:
“Se entenderá por Enfermedad Profesional del Trabajador Autónomo la contraída como
consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta propia, que esté provocada por la acción de los
elementos y sustancias y en las actividades que se especifican en la lista de enfermedades
profesionales con las relaciones de las principales actividades capaces de producirlas, anexa al
R.E. 1995/1978, derogado por el R.D. 1299/2006”.
Desde el punto de vista preventivo, enfermedad profesional es aquel deterioro lento y paulatino
de la salud del trabajador producido por una exposición crónica a situaciones adversas, sean
éstas producidas por el ambiente en que se desarrolla el trabajo o por la forma en que éste
está organizado.
Mientras que las consecuencias de un accidente de trabajo casi siempre ponen de manifiesto
que éste se ha producido durante el desempeño del trabajo, no es tan fácil probar el origen
laboral de las enfermedades profesionales, estén o no calificadas legalmente como tales.
Puesto que la enfermedad profesional es un deterioro lento y paulatino de la salud, los efectos
acumulativos pueden aparecer después de varios años de exposición a la condición peligrosa.
Tal como decíamos respecto a los accidentes, y aquí con más motivos, no podemos esperar a
que aparezcan los síntomas de la enfermedad para empezar a actuar, ya que, generalmente,
los efectos de estas enfermedades son irreversibles.
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2º Existen agentes agresivos en el trabajo que son susceptibles de ocasionar trastornos que no
son de naturaleza física y que causan daño al trabajador. A la larga, estas agresiones pueden
materializarse en dolencias de tipo somático o psicosomático; pero, sin llegar a este punto, son
ya perniciosas para el equilibrio mental y social de los individuos.
Ejemplo: Turnicidad
Las funciones del organismo humano tienen un ritmo biológico de 24 horas. Cuando se
altera este ritmo, debido al cambio de turnos (mañana, tarde y noche), se alteran los
siguientes sistemas del organismo: temperatura, sistema hormonal, sistema respiratorio
y relación sueño-vigilia.
Se constata que las personas que trabajan en el turno de noche sufren una reducción
de la duración del sueño, trastornos digestivos debidos a la irregularidad en las horas de
alimentación, al exceso de excitantes ingeridos durante el turno de noche, etc. Todos
estos factores provocan irritabilidad, depresiones, inadaptabilidad y dificultades de
relación en la vida familiar y en la vida social.
3º Por otra parte, además de contemplar estos efectos negativos que no tenían cabida en la
Seguridad e Higiene del Trabajo tradicionales, también hemos de considerar el aspecto positivo
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de la salud. Dicho de otra forma, el trabajo tiene que favorecer el acercamiento progresivo al
«estado de bienestar» que es la salud.
4. Técnicas preventivas
4.1. . Introducción
Del artículo 4 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales se puede extraer la definición de
prevención de riesgos:
"Conjunto de actividades o medidas adoptadas o previstas, en todas las fases de la actividad
de la empresa, con el fin de evitar o disminuir la posibilidad de que un trabajador sufra una
enfermedad, patología o lesión con motivo u ocasión del trabajo."
Por tanto, la prevención de riesgos laborales tiene por objeto la seguridad y salud de los
trabajadores, quedando fuera de su alcance la protección de los bienes patrimoniales
(Seguridad contra agresiones, robo e intrusión) y del medio ambiente (Seguridad
Medioambiental).
Así mismo, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales define las condiciones de trabajo como:
"Cualquier característica del trabajo que pueda tener una influencia significativa en la
generación de riesgos para la seguridad y la salud del trabajador. Quedan específicamente
incluidas en esta definición:
Las características generales de los locales, instalaciones, equipos, productos y
demás útiles existentes en el centro de trabajo.
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Autoevaluación capítulo 1
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3. Leyes: Las leyes son aprobadas, modificadas o derogadas por las Cortes
Generales:
Las Leyes Orgánicas, que corresponden al desarrollo de los derechos
fundamentales y de las libertades públicas, exigen la mayoría absoluta
de las Cortes Generales.
Las Leyes Ordinarias sólo necesitan de mayoría simple para ser
aprobadas.
Con los Reales Decretos Legislativos y, en casos de extraordinaria y
urgente necesidad y con carácter provisional, los Reales Decretos-Ley,
las Cortes Generales delegan al Gobierno la potestad de dictar normas
con rango de ley.
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Esta directiva abre la puerta a un abanico de directivas específicas sobre seguridad y salud en
el trabajo, que se pueden clasificar en varios grupos según su contenido:
Colectivos especiales de trabajadores: directivas dirigidas a trabajadores que
necesitan mayor protección, como mujeres embarazadas, jóvenes, etc.
Lugares de trabajo: directivas que establecen los requisitos para el diseño y uso de
los lugares de trabajo en general y para trabajos especiales, como en obras de
construcción, canteras y minas, etc.
Agentes contaminantes: directivas dirigidas a la protección de los trabajadores
frente a riesgos relacionados con la exposición a agentes físicos, químicos y
biológicos.
Otras directivas: directivas no incluidas en los grupos anteriores, como las de
utilización de Equipos de Trabajo, Pantallas de Visualización de Datos, etc.
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Artículo 19.4. "El empresario está obligado a facilitar una formación práctica y adecuada en
materia de seguridad e higiene a los trabajadores que contrata, o cuando cambien de puesto
de trabajo o tengan que aplicar nueva técnica que pueda ocasionar riesgos graves para el
propio trabajador o para sus compañeros o terceros, ya sea con servicios propios, ya sea con
la intervención de los servicios oficiales correspondientes. El trabajador está obligado a seguir
dichas enseñanzas y a realizar las prácticas cuando se celebren dentro de la jornada de trabajo
o en otras horas, pero con el descuento en aquéllas del tiempo invertido en las mismas".
El artículo 19.5 se refiere a la paralización del trabajo por parte de los órganos competentes de
la empresa en materia de seguridad y salud.
Por otra parte, el artículo 62 define a los Delegados de Personal como los órganos de
representación de los trabajadores en empresas o centros de trabajo de entre 10 y 50
trabajadores. Concretamente, establece la intervención de éstos sobre el cumplimiento, entre
otros asuntos, de las normas relativas a Seguridad e Higiene.
El artículo 64 establece las competencias del Comité de Empresa, órgano de representación de
las empresas o centros de trabajo con más de 50 trabajadores. Una de sus competencias es el
conocimiento de las estadísticas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales y sus
consecuencias, así como el ejercer una labor de vigilancia y control de las condiciones de
Seguridad e Higiene.
Es importante destacar que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales ha modificado
ciertos aspectos del Estatuto de los Trabajadores. Por tanto, se recomienda consultar el
apartado 2.4 del presente Capítulo, Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
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La Ley de Prevención de Riesgos Laborales, así como los reglamentos específicos que
la acompañan, han derogado prácticamente la totalidad de la antigua Ordenanza
General de Seguridad e Higiene en el Trabajo.
Esta ley tiene el carácter de Derecho necesario mínimo indisponible, es decir, la Ley de
Prevención de Riesgos Laborales establece las condiciones mínimas que se deben
cumplir. Por lo tanto, las condiciones de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales
puede ser mejoradas, pero nunca rebajadas, por los Convenios Colectivos.
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Organismo Funciones
Para más información acerca de dichos organismos, consultar el capítulo 8 del presente
manual, Organismos relacionados con la seguridad y salud en el trabajo.
Por otro lado, el artículo 29, Obligaciones de los trabajadores en materia de prevención de
riesgos, dice:
“Corresponde a cada trabajador velar, según sus posibilidades y mediante el cumplimiento de
las medidas de prevención que en cada caso sean adoptadas por su propia seguridad y salud
en el trabajo y por la de aquellas personas a las que pueda afectar su actividad profesional...”.
Los trabajadores deberán en particular:
a) Usar adecuadamente las máquinas, aparatos, herramientas, sustancias peligrosas, equipos
de transporte, etc.
b) Utilizar correctamente los medios y equipos de protección facilitados por el empresario.
c) No poner fuera de funcionamiento y utilizar correctamente los dispositivos de seguridad de
las máquinas, aparatos, herramientas, instalaciones, etc.
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El Artículo 15 define los principios generales de la acción preventiva, por parte del empresario:
d) Evitar los riesgos
e) Evaluar los riesgos que no se puedan evitar
f) Combatir los riesgos en su origen
g) Adaptar el trabajo a la persona
h) Tener en cuenta la evolución de la técnica
i) Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún riesgo
j) Anteponer las medidas de protección colectiva a las individuales
k) Dar las debidas instrucciones a los trabajadores
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Para mayor información, consultar el Capítulo 9 del presente manual, Gestión de la prevención
de riesgos laborales.
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Autoevaluación capítulo 2
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A continuación se indican los principales puntos que trata el RD 486/1997 sobre disposiciones
mínimas de seguridad y salud en los espacios y lugares de trabajo:
Según este Real Decreto, los locales de trabajo deben de tener unas dimensiones mínimas de:
3 m de altura del suelo al techo.
2 m2 de superficie libre por trabajador.
10 m3 libres por trabajador.
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Los suelos deben ser lisos, llanos, estables y no resbaladizos, y las zonas en las que exista
riesgo de caídas de personas o materiales deben señalizarse y protegerse.
Las aberturas en suelos y escaleras deben protegerse mediante barandillas rígidas de 90 cm.
de altura mínima y rodapiés de 15 cm.
Los suelos, pasillos y escaleras deben permanecer libres de obstáculos.
Deben existir espacios específicos para el almacenamiento de materiales y herramientas.
En lo que respecta al orden y limpieza, se deben
mantener las zonas de paso, salidas y vías de
circulación libres de obstáculos y se deben eliminar
con rapidez los desperdicios, manchas de grasa y
residuos de sustancias peligrosas que puedan
originar accidentes o contaminar el ambiente de
trabajo.
Otro aspecto importante dentro de los espacios de
trabajo son los elementos que pueden producir
riesgo de caídas de personas en altura: escaleras
fijas, escaleras de mano, plataformas de trabajo y
aberturas en pisos y paredes.
Es importante prestar especial atención a las
plataformas de trabajo y escaleras, debiendo, éstas tener la solidez y la resistencia necesarias
para soportar las cargas o esfuerzos a que sean sometidos.
Las aberturas en los suelos se deben proteger mediante tapas, barandillas u otros sistemas de
protección de seguridad equivalente y los lados cerrados de las escaleras y rampas tendrán un
pasamanos, a una altura de 90 cm., si la anchura de la escalera es mayor de 1,2 m.
Las escaleras de mano tendrán la resistencia necesaria para que su uso no suponga un riesgo
de caída por rotura o desplazamiento de las mismas. Además se deben revisar
periódicamente.
Se prohíbe la utilización de escaleras de madera pintadas, por la dificultad que ello
supone la detección de sus posibles efectos
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Resguardos
Dispositivos de protección
Si los resguardos son inviables o insuficientes, deben existir dispositivos de protección que
paren la máquina o impidan su puesta en marcha mientras el operario pueda alcanzar la zona
de peligro.
Entre este tipo de dispositivos se encuentran el mando a dos manos, los tapices sensibles a la
presión y las barreras fotoeléctricas.
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Parada de emergencia
En general, las máquinas deben disponer de un dispositivo de parada de emergencia que sea
fácilmente visible y rápidamente accesible. Excepción a esta norma son las máquinas portátiles
y aquellas en que la parada de emergencia no disminuya el riesgo (por ejemplo, porque la
parada de emergencia no consiga que el tiempo de parada sea claramente inferior al de parada
normal). La parada de emergencia no puede considerarse un sustituto de otras medidas de
protección necesarias.
Preferiblemente, los mandos de parada de emergencia serán pulsadores tipo "seta" de color
rojo sobre fondo amarillo.
El marcado CE sobre una máquina indica que está certificada conforme a las normas
europeas y, por tanto, está diseñada y dotada de los elementos de protección
necesarios para cumplir las condiciones generales de seguridad.
3. Herramientas
Muchas de las lesiones que se producen en los lugares de trabajo se deben a la utilización de
herramientas, ya sean manuales o accionadas por motor.
Este tipo de accidente ocurre porque no se utiliza el equipo adecuado, la herramienta es de
baja calidad, por falta de formación en la utilización de la misma o porque las herramientas no
están en buenas condiciones de mantenimiento.
Ejemplos de mala utilización de herramientas
Utilizar destornilladores para golpear o como punzón.
Utilizar cuchillos o navajas como destornillador.
Utilizar martillos con el mango flojo o rajado, cabeza en mal estado o rebabas.
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Las herramientas deben ser siempre las más apropiadas por sus características y tamaño a las
operaciones a realizar, debiendo existir siempre un control de las herramientas disponibles en
la empresa.
Vamos a revisar brevemente las herramientas más utilizadas,
analizando el tipo de riesgo que implican y las medidas
preventivas que debemos aplicar en cada caso. Para ello
clasificaremos las herramientas en manuales y a motor.
A continuación se muestra un listado de herramientas
manuales ordenadas de mayor a menor riesgo:
Herramientas de golpe (martillos, cinceles, etc.).
Herramientas con bordes afilados (cuchillos, hachas,
etc.).
Herramientas de corte (tenazas, alicates, tijeras, etc.).
Herramientas de torsión (destornilladores, Ilaves, etc.).
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4.1. Almacenamiento
Deben establecerse lugares específicos para el almacenamiento de objetos, con amplitud
suficiente y adecuadamente delimitados y señalizados.
Los pasillos y las zonas de carga, descarga y estacionamiento de carretillas deben señalizarse
mediante marcas en el suelo.
No se deben sobrecargar los estantes o estanterías utilizadas para el almacenamiento. Se
deben proteger y señalizar, en cualquiera de los casos, los puntos de las estanterías que estén
expuestos a choques.
Sólo se almacenará por apilamiento cuando la forma y la resistencia del material lo permitan,
adoptando una configuración de apilamiento estable, por ejemplo piramidal.
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Todos los elementos que constituyen las estructuras, mecanismos y accesorios de los aparatos
serán de material sólido y de resistencia adecuada al uso al que se les destina.
Las medidas preventivas recomendadas para estos equipos y aparatos son las siguientes:
Establecer un programa de mantenimiento de los aparatos de elevación y transporte
de materiales.
Ejemplo
Algunos aparatos de elevación de cargas son: grúas, puentes-grúa, maquinillos,
polipastos, etc.
Transportar las cargas bien sujetas. Nunca sobrepasar la carga máxima admisible.
Realizar lentamente las operaciones de elevación y descenso de las cargas, evitando
toda arrancada o parada brusca.
Se prohíbe transportar a personas sobre cargas, ganchos, eslingas o sobre elementos
del vehículo destinados al transporte de cargas.
Instalar dispositivos de señalización acústica y luminosa de marcha atrás.
Las vías de circulación se dotarán de anchura suficiente y se mantendrán libres de
obstáculos.
Señalizar con líneas amarillas y negras alternas, o lámparas rojas por la noche,
aquellos obstáculos u objetos situados en las vías de circulación.
Toda empresa, independientemente de su actividad, dispone de instalaciones y maquinaria
eléctricas, que pueden dar lugar a que ocurran accidentes eléctricos. Este tipo de accidentes,
aunque no son muy numerosos, originan en la mayoría de los casos lesiones graves o
mortales.
5. Electricidad
5.1. Conceptos fundamentales
Ejemplos:
Para explicar los conceptos que se exponen a continuación se puede utilizar el símil de
un depósito que contiene agua almacenada y dispone de un orificio de salida.
La cantidad de agua que saldrá por dicho orificio, es decir el caudal:
a) será mayor cuanto mayor sea la diferencia de alturas entre el orificio y la superficie del
agua.
b) será menor cuanto más pequeño sea el orificio, lo que implica mayor resistencia al
paso del agua. Para explicar cómo se comporta el agua, en este ejemplo hablamos de
tres magnitudes, que son asimilables a las eléctricas:
Caudal o cantidad de agua (asimilable a la intensidad).
Tamaño del orificio (asimilable a la resistencia).
Diferencia de alturas o presión (asimilable a la tensión).
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Los contactos eléctricos pueden ser de dos tipos: contactos directos o contactos indirectos.
El contacto directo es el que se produce con las partes activas de la instalación. Esto implica el
paso de cantidades de corriente importantes, Io que agrava las consecuencias.
El contacto indirecto es el que se produce con masas puestas en tensión, entendiéndose por
masa el conjunto de partes metálicas de un aparato o instalación que, en condiciones
normales, están aisladas de las partes activas.
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Según el tipo de trabajo a realizar y las circunstancias del mismo, se deberán utilizar equipos
de protección individual (guantes, calzado y casco aislantes, banquetas o alfombras
aislantes, etc.) debidamente certificados.
Vigilar que los cables y conexiones de los aparatos se encuentren en buen estado y
mantengan su aislamiento.
Utilizar únicamente conexiones normalizadas del tipo adecuado.
6. Incendios
6.1. Conceptos básicos
Para que el fuego se inicie es necesaria la presencia simultánea de tres elementos: foco de
ignición, oxígeno y combustible. Esto se representa con el llamado triángulo del fuego.
Eliminando uno de los tres elementos (“lados” del triángulo), el fuego se extinguirá.
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Clase A: • Los originados por materiales sólidos como madera, tejidos, papel,
cartón, plástico, etc. Estos fuegos se apagan, básicamente, por
enfriamiento.
Clase C: • Los originados por materias en estado gaseoso, como butano, propano,
gas natural, acetileno, hidrógeno, etc. La mejor forma de apagar los
fuegos de gases es por eliminación del combustible, ya que la utilización
de una sustancia extintora no elimina la aportación de gas.
Clase D: • Son los originados por metales finamente divididos, como el aluminio, o
metales muy reactivos, como el magnesio, el sodio y el potasio. También
pertenecen a esta clase de fuego los producidos por la pólvora y el
celuloide. Los fuegos de la clase D se apagan con polvos extintores
especiales, cada uno de los cuales sólo sirve para un determinado tipo
de combustible de esta clase.
Algunos tratados incluían a los fuegos eléctricos dentro de una clase (fuegos clase E), aunque
actualmente están en desuso. Se trata de fuegos que se producen en presencia de tensión
eléctrica. Se deben apagar con sustancias que no conduzcan la electricidad y, siempre que sea
posible, se debe desconectar el suministro eléctrico.
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Espuma: • Las espumas son una mezcla de agua, espumógeno y aire, que
apagan por sofocación y enfriamiento. Por su composición, tiene
unas características físicas similares a las del agua.
Polvos: • Los polvos son productos químicos que apagan por sofocación e
inhibición. Existen dos tipos: el polvo seco normal (BC) y el
polivalente (ABC). Hasta 1000 V, los polvos extintores no
conducen la electricidad. Sin embargo, dejan residuos corrosivos
difíciles de limpiar.
6.4. Extintor
Un extintor es un aparato que contiene una sustancia extintora que puede ser proyectada y
dirigida sobre el fuego por una presión interna.
Está constituido por un recipiente que contiene: una sustancia extintora, un conjunto de
elementos que permiten iniciar, dirigir y cortar la proyección del producto extintor (manguera,
difusor, etc.) y unos dispositivos de seguridad (pasador, válvulas, etc.).
6.4.1 Inscripciones
Los extintores deben ir provistos de una placa de timbre (en los extintores de CO2 sustituida por
inscripciones en la botella) y de una etiqueta de características.
La placa de timbre indicará la presión de diseño y las cuatro pruebas de presión que se deben
realizar cada cinco años.
La etiqueta de características indicará las temperaturas de servicio, el tipo y cantidad de agente
extintor, los tipos de fuego para los que sirve y para los que no sirve, y unas instrucciones de
empleo.
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Desde el 29 de mayo de 2002 los extintores deben incluir el Marcado CE. Esta medida
responde al cumplimiento de la Directiva Europea de Aparatos y Presión (97/23/CE – R.D
769/1999, de 7 de mayo). Por tanto, en aquellos extintores que lleven incorporado este
marcado CE no será necesaria la placa de industria.
6.4.2 Implantación
Los extintores se deben colocar sobre pilares o soportes fijos, y teniendo en cuenta lo
siguiente:
Se deben colocar donde exista mayor probabilidad de iniciarse un incendio y, a ser posible,
próximos a las salidas.
Han de ser visibles desde cualquier punto del local que protegen, si no lo son se deben
señalizar.
Han de ser fácilmente accesibles, sin obstáculos.
La parte superior del extintor deberá estar a menos de 1,70 m. del suelo.
6.4.3 Mantenimiento
El propietario del extintor es responsable de que se realicen las
operaciones de mantenimiento según indica el Reglamento de
instalaciones de protección contra incendios (R.D. 1942/93 de 1 de marzo y
Orden del 16 de abril de 1998).
El programa de mantenimiento a realizar en los extintores es el siguiente:
Cada tres meses, el personal de la empresa, deberá:
Comprobar la accesibilidad, buen estado aparente de conservación,
seguros, precintos, inscripciones, manguera, etc.
Comprobar el estado de carga (peso y presión) del extintor y del botellín
de gas (si existe), estado de las partes mecánicas (boquilla, válvulas,
manguera, etc.).
Además, cada año deberán ser revisados por personal especializado del fabricante o
instalador. Finalmente, cada cinco años el extintor deberá ser retimbrado.
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Autoevaluación capítulo 3
1. ¿CUÁLES DE LOS SIGUIENTES SON, ENTRE OTROS, ALGUNOS DE LOS RIESGOS MÁS
HABITUALES DEBIDOS A LOS LUGARES DE TRABAJO?
a. Exposición a ruido o vibraciones.
b. Intoxicación por sustancias químicas tóxicas o nocivas.
c. Choques contra objetos móviles o inmóviles y caídas.
2. ¿CUÁL DE LAS SIGUIENTES AFIRMACIONES ES VERDADERA?
a. Los pasillos podrán ser utilizados al mismo tiempo por vehículos y personas.
b. Muchos de los accidentes pueden ser evitados con medidas preventivas elementales y de bajo coste.
c. El nivel de iluminación será el mismo en todos los lugares de trabajo.
3. UNO DE LOS PRINCIPALES ELEMENTOS DE PROTECCIÓN DE LAS MÁQUINAS SON LOS
RESGUARDOS. ¿DE QUÉ MANERA PROTEGEN AL TRABAJADOR?
a. Parando la máquina o impidiendo su puesta en marcha mientras el trabajador pueda alcanzar la zona
de peligro.
b. Impidiendo el acceso a los puntos de peligro mediante barreras físicas (tapas, pantallas, carcasas...).
c. Haciendo funcionar una señal sonora o luminosa que advierte del peligro.
4. ¿QUÉ SIGNIFICADO TIENE EL MARCADO CE GRABADO SOBRE UNA MÁQUINA?
a. Que ha sido fabricada en algún país de la Comunidad Europea.
b. Que para manejar esa máquina se debe proceder según unas normas básicas de seguridad
(“Cuidados elementales”).
c. Que cumple las normas europeas sobre seguridad de las máquinas.
5. ¿CUÁL ES UNA DE LAS PRINCIPALES CAUSAS DE LESIONES DERIVADAS DEL USO DE
HERRAMIENTAS MANUALES?
a. Inadecuada utilización o empleo de herramientas de mala calidad o defectuosas.
b. Utilizar las herramientas para la función que están diseñadas.
c. Utilizar guantes de protección cuando se usen herramientas cortantes.
6. ¿CUÁLES DE LOS SIGUIENTES, SON EQUIPOS DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL PARA EVITAR
ACCIDENTES PROVOCADOS POR HERRAMIENTAS MANUALES?
a. Gafas de seguridad y guantes.
b. Mascarillas autofiltrantes y equipos de respiración autónoma.
c. Cascos o tapones para protección del ruido.
7. LA CORRECTA SEÑALIZACIÓN RESULTA EFICAZ,...
a. Porque siempre elimina el riesgo.
b. Pero no debe olvidarse que nunca elimina el riesgo.
c. Siempre que sea de prohibición.
8. CUANDO SE TOCA ACCIDENTALMENTE UN CONDUCTOR ELÉCTRICO EN TENSIÓN
HABLAMOS DE...
a. Un contacto indirecto.
b. Un contacto semidirecto.
d. Un contacto directo.
9. DE LOS SISTEMAS DE PROTECCIÓN QUE SE ENUMERAN A CONTINUACIÓN, ¿CUÁLES DE
ELLOS NOS PROTEGEN DE LOS CONTACTOS ELÉCTRICOS INDIRECTOS?
a. Puesta a tierra y diferencial.
b. Recubrimiento de las partes activas con aislantes.
c. Colocación de barreras que impidan tocar los conductores.
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10. ¿CUÁLES SON LOS TRES FACTORES QUE DEBEN COINCIDIR EN TIEMPO Y LUGAR PARA
QUE SE PRODUZCA UN INCENDIO?
a. Combustible, foco de ignición y oxígeno.
b. Calor, comburente y oxígeno.
c. Temperatura, humedad y presión.
11. ¿CUÁL DE LAS SIGUIENTES AFIRMACIONES ES CORRECTA?
a. Para extinguir un incendio en un bidón de gasolina es aconsejable utilizar agua a chorro con fuerte
presión.
b. Los extintores se deben utilizar dirigiendo el agente extintor a la base de las llamas, en zig-zag y
apagando por franjas.
c. Las dos anteriores.
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1. El ruido
1.1. Concepto de ruido
El sonido provocado por una o varias fuentes es una vibración del aire que genera una onda
que se transmite hasta ser captada por el oído.
Se suele definir el ruido como todo sonido no deseado y molesto. Sonido que dificulta la tarea
que estamos realizando e incluso puede producir algún tipo de lesión.
La diferencia entre sonido y ruido no es de naturaleza física sino que es subjetiva, depende de
la percepción individuo.
La existencia de numerosas fuentes de ruido en nuestra vida cotidiana (tráfico, aglomeraciones
urbanas próximas a zonas industriales, etc.) y en nuestro medio ambiente de trabajo, conlleva
para muchas personas la exposición a niveles de ruido que pueden dificultar su actividad y
causar daños irreversibles para su salud.
Vivimos con el ruido, pero cuando es demasiado importante, perturba nuestra salud y nuestro
comportamiento. Dentro del ambiente industrial es, probablemente, el contaminante más
frecuente.
Según su frecuencia, los ruidos pueden ser de dos tipos:
Agudos (frecuencias altas). Ejemplo: silbato.
Graves (frecuencias bajas). Ejemplo: sirena de barco.
Las frecuencias conversacionales son frecuencias medias.
Según la periodicidad, se distinguen:
Ruidos estacionarios o continuos: aquellos cuyo nivel sonoro permanece constante a
lo largo del tiempo.
Ruidos no estacionarios o discontinuos: aquellos que se producen de forma
intermitente o fluctuante, variando su nivel sonoro con el tiempo.
Ruidos de impulso o impacto: son ruidos instantáneos que duran menos de un
segundo.
Ejemplos
Ruido de una sala de compresores.
Ruido de tráfico, taller de estampación, etc.
Ruido de impacto de una prensa, de una dobladora de chapa, explosiones, etc.
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El daño que el ruido puede producir a los trabajadores depende tanto de la intensidad de dicho
ruido como del tiempo que los trabajadores se encuentren expuestos a él.
Medidas técnicas
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En el caso de máquinas con salidas de aire comprimido, y para atenuar el ruido a la salida, se
les puede dotar de silenciadores. Por otra parte, las fuentes que vibran demasiado y que son
susceptibles de generar ruido estructural pueden ser neutralizadas colocando materiales
elásticos en sus bases, como bases antivibratorias de varios tipos.
Sobre el medio de propagación:
Se lleva a cabo mediante la interposición de pantallas acústicamente aislantes entre la fuente
sonora y los trabajadores. Así como el recubrimiento de las paredes y techo del local de
material absorbente del ruido para disminuir la reverberación.
Ejemplo
Entre las muchas medidas de este tipo destaca el encapsulamiento en cabinas
insonorizantes, y las cortinas y pantallas acústicas.
El medio de propagación puede ser intervenido, por ejemplo, interponiendo barreras
acústicas, recubriendo las paredes del recinto con material fonoabsorbente o
colocando en el techo bafles acústicos o falsos techos.
Para aislar las bajas frecuencias podemos utilizar membranas resonantes.
Sobre el trabajador:
Utilizando protectores auditivos, como pueden ser tapones, orejeras o cascos antirruido.
Los tapones se insertan en el conducto auditivo externo, y están fabricados con
materiales blandos que les permiten adaptarse al conducto auditivo. Por su parte, las
orejeras envuelven totalmente el pabellón auditivo, ajustándose convenientemente a
cada lado de la cabeza por medio de un material almohadillado. En el interior de cada
casco se suele introducir un material poroso con el fin de absorber el sonido que haya
podido penetrar.
No cabe duda de que lo ideal sería actuar sobre la fuente de emisión del ruido. Si ello no es
posible debería plantearse a continuación la intervención sobre el medio de propagación y,
como último recurso, sobre el propio trabajador
La adopción de medidas en la fuente o en el medio implica realizar un estudio muy detallado de
cada situación. En muchos casos estas medidas no eliminan del todo el problema. Su principal
inconveniente es su elevado coste.
El Real Decreto 1407/1992, regula las condiciones para la comercialización y libre circulación
intracomunitaria de los equipos de protección individual (EPI). Todos los EPI, y en particular los
protectores auditivos, deben estar certificados. El marcado CE, cuyo aspecto se muestra en la
siguiente figura, indica que un equipo está certificado y, por tanto, cumple con las normas
europeas que le son aplicables.
Medidas organizativas
La magnitud del daño producido por el ruido depende del tiempo de exposición. Basándose en
ello, las medidas organizativas reducen la exposición de los trabajadores, controlando el tiempo
durante el cual se encuentran sometidos al ruido. Es conveniente que los trabajadores se
turnen cada cierto tiempo de manera que su tiempo de exposición sea el más bajo posible
atendiendo a las necesidades de producción. Con ello se consigue disminuir el nivel de
exposición de cada uno de ellos y, por tanto, su riesgo.
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1.5. Legislación
En España, las obligaciones de los empresarios en materia de protección de los trabajadores
frente a los riesgos derivados de la exposición al ruido en la empresa están establecidos en el
RD 286/2006.
Este Real Decreto establece unos valores límite de exposición, que no deben ser superados en
ningún caso, y unos valores que dan lugar a una acción, a partir de los cuales se deben
adoptar una serie de medidas preventiva. Dichos valores se muestran en la tabla siguiente:
80 135
Valores inferiores de exposición que dan
lugar a una acción
85 137
Valores superiores de exposición que dan
lugar a una acción
87 140
Valores límite de exposición
Para comparar con los valores límite de exposición se tienen en cuenta la atenuación
proporcionada por los protectores auditivos utilizados por los trabajadores. Sin embargo, para
los valores de exposición que dan lugar a una acción no se tiene en cuenta dicho efecto.
En función de los valores de exposición que den lugar a una acción, las medidas preventivas
que deben aplicarse son las siguientes:
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2. Vibraciones
En nuestra vida cotidiana nos encontramos con numerosas herramientas cuyo funcionamiento
provoca de alguna forma la generación de vibraciones. Las vibraciones producidas por
determinada maquinaria pueden llegar a perjudicar seriamente a los trabajadores, por lo que es
necesario caracterizarlas correctamente.
La maquinaria vibrante utilizada por los trabajadores en el desempeño de sus tareas realiza su
influencia de dos maneras:
sobre la totalidad del cuerpo,
sobre las partes de éste que la sostienen o manipulan, (sistema mano-brazo).
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Medidas técnicas
Medidas organizativas
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Lo ideal sería disminuir el tiempo de exposición. Sin embargo, en muchos casos esto no es
factible por diversas razones, principalmente de producción. No obstante, es recomendable
descansar como mínimo 10 minutos por cada hora de trabajo.
2.5. Legislación
En España, las obligaciones de los empresarios en materia de protección de los trabajadores
frente a los riesgos derivados de la exposición a vibraciones mecánicas en la empresa están
establecidas en el RD 1311/2005.
El Real Decreto establece, tanto para la vibración mano-brazo como para la vibración de
cuerpo entero, unos valores límite de exposición diaria que no deben ser nunca superados, y
unos valores de exposición que dan lugar a una acción, a partir de los cuales se deben
empezar a adoptar una serie de medidas preventivas. Estos valores son los siguientes:
2,5 5
Mano-brazo
0,5 1,15
Cuerpo entero
3. Iluminación
La iluminación es un factor que se presenta en todos los ambientes de trabajo y que, por tanto,
contribuye a crear unas condiciones de trabajo más o menos adecuadas.
En muchos casos las condiciones de iluminación de un puesto de trabajo son infravaloradas
frente a otras tales como el nivel sonoro o las condiciones climáticas. Sin embargo, su
importancia es evidente si recordamos que la gran mayoría de información nos llega a través
de la vista.
Está claro que una iluminación escasa (semioscuridad) es sinónimo de accidente, ya que da
lugar a golpes, tropiezos y caídas cuyas consecuencias, en muchas ocasiones, pueden llegar a
ser graves e incluso irreversibles.
La importancia de la iluminación debe analizarse desde dos puntos de vista diferentes. Si bien
una luz insuficiente implica una serie de riesgos inmediatos (golpes y caídas), puede producir
también efectos fisiológicos (cansancio ocular), de consecuencias menos graves pero que
pueden derivar en las primeras.
Una buena iluminación disminuye el riesgo de accidente y contribuye a la limpieza e higiene de
los locales ya que pone de manifiesto zonas y rincones donde se deposita la suciedad. Por otra
parte, la luz influye de manera notable en la psicología del trabajador, pues se ha demostrado
que la mayoría de los trabajadores prefieren los lugares bien iluminados frente a los
tenebrosos. Además, una buena iluminación evita la fatiga ocular por lo que la capacidad visual
del individuo se conserva durante más tiempo.
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iluminación natural tiene el inconveniente de ser muy variable, ya que fluctúa tanto de manera
predecible (diariamente y con las estaciones) como aleatoria (con la nubosidad). Este hecho
hace necesario combinarla con una iluminación artificial.
Fatiga visual
Deslumbramiento
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Además, para evitar deslumbramientos, las luminarias se deberán situar adecuadamente, por
ejemplo, del modo que indica la figura:
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4. Estrés térmico
La temperatura de nuestro cuerpo tiende a ser igual a la del aire que lo rodea. Pero, al ser
animales de sangre caliente, nuestra temperatura interna debe permanecer inalterable
alrededor de los 37°C. A esta temperatura, los procesos metabólicos se llevan a cabo
correctamente, con el máximo rendimiento. Una variación de la temperatura interna dificulta
nuestros procesos vitales, más cuanto mayor es dicha variación, y puede tener consecuencias
fatales, como se verá posteriormente.
La periferia de nuestro cuerpo, en permanente contacto con el exterior, actúa como un aislante
térmico, y permite que nuestra temperatura interna permanezca inalterable alrededor de los
37°C.
Cuando la temperatura ambiente es elevada, nuestro cuerpo tiende a calentarse más de lo
normal y, a la inversa, cuando es baja, nuestro cuerpo tiende a enfriarse. La termorregulación,
es la capacidad de nuestro organismo de mantener constante su temperatura interna, a pesar
de las diferencias térmicas con el exterior.
Cuando los mecanismos de termorregulación son incapaces de compensar temperaturas
elevadas, de forma que la temperatura interna aumenta hasta 40°C, se produce la hipertermia.
Si la temperatura sigue aumentando y alcanza 42 ó 43°C, sobreviene la muerte. Por el
contrario, si dichos mecanismos no compensan temperaturas muy bajas, hablamos de
hipotermia. En este caso la temperatura rectal disminuye, y la persona fallece cuando dicha
temperatura llega a unos 25 °C.
La capacidad termorreguladora del cuerpo no sólo depende de las variables térmicas del
ambiente, sino también del ritmo de trabajo, de la vestimenta y de algunos condicionantes
físicos personales, tales como la edad, el sexo o la salud.
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Evaporación
La evaporación es el paso de una sustancia desde la fase líquida a la fase gaseosa. Para que
se produzca el paso de líquido a vapor se necesita consumir una cierta cantidad de calor.
Cuando la temperatura del cuerpo aumenta, las glándulas sudoríparas segregan el sudor, el
cual se deposita sobre la piel. La evaporación del sudor se produce mediante la absorción de
calor desprendido por la piel. Esto implica que la piel sobre la que se está evaporando el sudor
se enfríe, contribuyendo a que se elimine calor del cuerpo.
La cantidad de sudor evaporada, y por tanto de calor eliminado, depende de factores externos
tales como la humedad relativa del aire y su velocidad. Cuanto más seco sea el ambiente y
mayor sea la velocidad del aire, mayor cantidad de sudor se podrá evaporar y, en
consecuencia, más calor eliminará el organismo por este mecanismo.
Convección
La convección es el mecanismo por el cual la piel intercambia calor con el aire que le rodea
cuando las temperaturas de ambos son distintas. Puesto que la temperatura de la piel se
puede considerar prácticamente constante (aproximadamente 35ºC), según cuál sea la
temperatura del aire, el organismo ganará o perderá calor por convección.
Cuando la temperatura de la piel es mayor que la del aire, el organismo cede calor al aire que
le rodea. Por el contrario, cuando es mayor la temperatura del aire, el organismo absorbe calor
del ambiente.
Cuanto mayores sean la velocidad del aire y la diferencia de temperatura entre el aire y la piel,
mayor será el calor cedido o absorbido por la piel.
Ejemplo
Los ventiladores de aire que se utilizan en verano disminuyen la sensación de calor
porque ayudan a la circulación de aire y por tanto a la eliminación de calor del cuerpo.
Radiación
En virtud de su temperatura, todos los cuerpos emiten radiación electromagnética. Cuanto más
caliente se halle un cuerpo, más calor radiante será capaz de emitir. La energía
electromagnética emitida alcanza otros cuerpos y aumenta su temperatura.
Ejemplo
Los hornos emiten energía radiante y puede perjudicar a las personas que trabajen
cerca de ellos si no se interponen pantallas.
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Por otra parte, el calor que produce la propia persona con su actividad física (calor metabólico)
también debe tenerse en cuenta. Este calor es tanto mayor cuanto más elevado es el esfuerzo
físico que realiza una persona y en muchos casos su importancia supera a la que tienen las
condiciones ambientales.
Sudoración
Deshidratación
El agua interviene en los procesos básicos de nuestro cuerpo, por lo que su carencia implica un
desajuste de estos procesos y una disminución de su rendimiento energético. Además, se halla
presente en la termorregulación del cuerpo (sudor). En el caso de que la cantidad de agua
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ingerida no sea suficiente para contrarrestar las pérdidas por sudoración, se produce la
deshidratación.
Golpe de calor
El golpe de calor es el efecto límite que se presenta cuando las condiciones térmicas son
insostenibles (estrés térmico). Sus consecuencias suelen ser la muerte o lesiones de carácter
irreversible (parálisis).
Este efecto comienza a manifestarse en condiciones térmicas menos duras que las que dan
lugar al golpe de calor. Cuando el cerebro sufre un déficit sanguíneo comienzan a manifestarse
varios trastornos, como mareos, náuseas, aturdimiento, fatiga (física y visual) y pulso débil y
rápido. En ocasiones el trabajador puede desmayarse, aunque no es frecuente.
Déficit salino
Entre los compuestos disueltos en el sudor destaca el cloruro de sodio (sal). Cuando el sudor
es abundante, las pérdidas de sal se acentúan y el equilibrio muscular se deteriora.
Los síntomas van, desde una simple fatiga, hasta shocks como resultado de alteraciones
cardiovasculares, pasando por vértigos, náuseas y convulsiones.
Los trastornos en la piel aparecen cuando la evaporación del sudor es muy difícil y éste
permanece continuamente depositado sobre ésta. Estos efectos se presentan sobre todo en
ambientes húmedos, o bien en trabajadores excesivamente abrigados, pues la ropa disminuye
notablemente la evaporación del sudor. Se producen erupciones rojas en zonas de la piel
cubiertas por la ropa.
Por otra parte, la anhidrosis se presenta cuando no se produce segregación de sudor. Este
importante hecho implica que la capacidad termorreguladora se ve notablemente disminuida,
por lo que el trabajador sufre los síntomas relacionados en los apartados anteriores tan sólo
realizando un pequeño esfuerzo.
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5. Las radiaciones
La energía tiene muchas formas de presentarse y de transmitirse; una de ellas es la radiación.
Las ondas de radio, de luz, los rayos X, son formas de radiación que se diferencian unas de
otras por su origen y por la cantidad de energía que son capaces de transportar. Una
característica importante de las radiaciones es su capacidad de desplazarse de un punto a otro
sin necesidad de soporte material, es decir que se pueden desplazar en el vacío. Ésta es la
razón por la cual nosotros podemos recibir la radiación solar.
Las radiaciones ionizantes son la fracción más
energética de este conjunto de ondas. Se
caracterizan por su capacidad de arrancar electrones
de los átomos que constituye la materia (fenómeno
de ionización).
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Autoevaluación capítulo 4
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9. LOS RAYOS X, ALFA, BETA, GAMMA Y LOS NEUTRONES SON DIFERENTES TIPOS
DE RADIACIONES IONIZANTES. ¿POR QUÉ SON PERJUDICIALES?
a. Por ser radiaciones de alta energía capaces de provocar alteraciones irreversibles en el organismo.
b. Porque son radiaciones de baja energía que alteran el estado de la materia.
c. Porque implican riesgo de quemaduras y de lesiones oculares tipo conjuntivitis o cataratas.
10. EL RUIDO ES UN FENÓMENO ACÚSTICO QUE PRODUCE SENSACIONES AUDITIVAS
DESAGRADABLES A LOS TRABAJADORESEXPUESTOS. SUS EFECTOS
DEPENDEN…
a. Del tiempo de exposición y del nivel de ruido alcanzado durante dicha exposición.
b. Del trabajo realizado, ya que en los trabajos de tipo intelectual la influencia del ruido es menor.
c. Exclusivamente del nivel de ruido emitido por unas fuentes sonoras.
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2. Tóxicos y toxicidad
Se denomina tóxico a cualquier sustancia que al ponerse en contacto o penetrar en el cuerpo
humano causa daños a la salud.
Toxicidad es la capacidad de una sustancia para producir daños cuando se acumula suficiente
cantidad en algún órgano al que pueda afectar.
Cualquier sustancia puede producir daños si penetra en el organismo en la cantidad suficiente,
es decir, si se alcanza la dosis suficiente. Así, existen muchas sustancias que se encuentran en
pequeñas cantidades en el cuerpo humano y son imprescindibles para su correcto
funcionamiento; sin embargo, en cantidades mayores producen graves alteraciones de la
salud.
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Por otra parte, ha de quedar claro que la toxicidad y la peligrosidad de un producto están
relacionadas pero no son equivalentes. Hay sustancias que, aun siendo menos tóxicas que
otras, suponen mayor peligro por no poderse advertir su presencia hasta que se encuentran en
concentraciones muy altas.
3. Tipos de Efectos
Los efectos de los contaminantes químicos sobre el organismo dependen fundamentalmente
de la dosis o cantidad de sustancia que llega a penetrar en el cuerpo humano. Pero dichos
efectos no sólo dependen de la dosis recibida, sino también de la forma y del tiempo que tarda
en administrarse esa dosis.
Fundamentalmente, se distinguen los siguientes tipos de intoxicación:
Intoxicación aguda: se caracteriza por un tiempo de exposición muy corto a una
concentración elevada y por una rápida absorción del tóxico por el organismo; en
general, da lugar a alteraciones graves y está asociada a accidentes. Ejemplo:
intoxicación por monóxido de carbono, que puede llegar a ser mortal.
Intoxicación crónica: se caracteriza por concentraciones del contaminarte
pequeñas y largos períodos de exposición (varios años e incluso toda la vida laboral
del trabajador); son las enfermedades profesionales típicas. Ejemplo: intoxicación
crónica por plomo, que produce la enfermedad denominada saturnismo.
DOSIS X tiempo → INTOXICACIÓN AGUDA
Dosis X TIEMPO → INTOXICACIÓN CRÓNICA
Vía respiratoria
Es la vía de penetración más importante y frecuente en el trabajo. A través de ella, junto con el
aire respirado, penetran partículas (polvos, humos o nieblas), gases y vapores de productos
volátiles.
Las partículas en suspensión de mayor tamaño quedan retenidas en la mucosidad que recubre
las paredes internas de los conductos respiratorios; esta mucosidad es progresivamente
impulsada hacia el exterior de modo involuntario, hasta ser eliminada. Este mecanismo,
llamado expectoración, supone un filtrado que tiene como finalidad la defensa del organismo
frente a las sustancias extrañas. Sin embargo, las partículas más finas, no quedan retenidas y
son capaces de llegar hasta el fondo de los pulmones (alvéolos pulmonares).
El polvo más peligroso para la salud es el formado por partículas de pequeño tamaño
(polvo respirable). Además, es importante saber que las partículas respirables no se ven
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a simple vista, por lo que ver más cantidad de polvo no significa necesariamente que
exista mayor riesgo.
Los vapores y gases, como se comportan igual que el aire, llegan mezclados con él hasta los
alvéolos, barrera entre el aire y la sangre, produciendo daños locales o atravesándolos para
incorporarse a la sangre y ser distribuidos por todo el cuerpo.
La dosis de contaminante absorbida por vía respiratoria depende fundamentalmente de
su concentración en el ambiente y del tiempo que el trabajador esté en ese ambiente
(tiempo de exposición).
Después de la vía respiratoria, la vía dérmica es la siguiente vía de entrada más importante.
Muchas sustancias, sin necesidad de dañar la piel, son capaces de atravesarla, alcanzar los
capilares sanguíneos e incorporarse a la sangre, para ser de este modo distribuidas por todo el
cuerpo.
La mayor o menor facilidad de penetración por esta vía depende de la superficie total de piel
expuesta, así como de su estado, ya que la piel puede verse afectada por lesiones o por
disolventes capaces de eliminar las grasas naturales que la protegen.
Muchos disolventes industriales tienen una doble acción nociva: dejan desprotegida la
piel y son capaces de penetrar directamente por vía dérmica hasta alcanzar la sangre.
De ahí la importancia de utilizar guantes cuando se manipulan estos productos.
Vía digestiva
Se entiende como tal el sistema formado por boca, estómago e intestinos. Esta vía tiene poca
importancia en el medio laboral, salvo en operarios con hábito de comer o beber en el puesto
de trabajo.
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Curso Básico de Prevención de Riesgos Laborales
Irritantes
Son sustancias que pueden producir una inflamación de las áreas anatómicas con las que
entran en contacto (vías respiratorias, ojos, piel). Los productos irritantes en grado máximo
(corrosivos) no sólo producen inflamación, sino que llegan a producir la destrucción de los
tejidos con los que entran en contacto.
Suelen ser sustancias muy reactivas. Entre las sustancias irritantes más comunes están los
ácidos y álcalis, como el ácido clorhídrico, el ácido sulfúrico o la sosa.
Asfixiantes
Son los productos químicos capaces de impedir el suministro de oxígeno a los tejidos. Según
su mecanismo de acción tóxica se subdividen en:
Asfixiantes simples.
Asfixiantes químicos.
Los asfixiantes simples son contaminantes químicos inertes que, sin producir efectos tóxicos
específicos, por el mero hecho de estar presentes en el ambiente, provocan una disminución
de la concentración de oxígeno en el aire. Para producir este efecto deben encontrarse en altas
concentraciones. Forman este grupo sustancias inertes en estado gaseoso como el anhídrido
carbónico, el nitrógeno o el propano.
Los asfixiantes químicos son sustancias que impiden la llegada del oxígeno a las células
bloqueando alguno de los mecanismos del organismo. Se encuadran en este grupo sustancias
como el monóxido de carbono, el ácido cianhídrico y la arsenamina.
Anestésicos y narcóticos
Este tipo de tóxicos actúan como depresores del sistema nervioso central, y la gravedad de su
acción depende fundamentalmente de la cantidad de tóxico que alcanza el cerebro. Para
actuar sobre este órgano deben ser sustancias bastante solubles en medio lipófilo, es decir,
solubles en las grasas. Dentro de este grupo están la mayoría de los compuestos orgánicos
empleados como disolventes industriales, tales como hidrocarburos, cetonas, alcoholes,
ésteres, hidrocarburos halogenados, etc.
Pneumoconióticos
Se integran en este grupo determinados polvos y humos metálicos que pueden dañar o alterar
el tejido pulmonar. Entre las sustancias pneumoconióticas podrían distinguirse dos grandes
clases:
fibrógenos, o propiamente pneumoconióticos
no fibrógenos, también llamados “inertes” o “molestos”
Las partículas verdaderamente pneumoconióticas o fibrógenas, al depositarse en el pulmón,
producen una degeneración de su estructura (fibrosis).
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Sensibilizantes o alérgenos
Son sustancias que tras una o varias exposiciones provocan una sensibilización del organismo.
Una vez sensibilizada la persona, basta una mínima exposición a la sustancia en cuestión para
que se manifiesten los efectos alérgicos (asma, dermatitis, etc.).
Su naturaleza puede ser muy diversa, ya que la acción patológica depende más de una
predisposición del individuo que de las características fisicoquímicas del agente tóxico. Suelen
dar reacciones de este tipo el polen, algunos polvos de madera, fibras vegetales y sintéticas,
etc.
Algunos tóxicos pueden causar desórdenes genéticos y dar lugar a la aparición de cáncer
(cancerígenos), a alteraciones del material genético (mutágenos) o a efectos diversos en la
reproducción (disminución de la fertilidad, malformaciones congénitas, alteraciones en el
desarrollo del feto).
Entre este tipo de tóxicos están el benceno, que puede producir leucemia, el cloruro de vinilo,
que puede producir un tipo de cáncer de hígado, el amianto, que puede producir cáncer de
pulmón o el plomo y monóxido de carbono, que producen alteraciones en el desarrollo del feto.
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Una vez conocidos estos datos, compararlos con un patrón o criterio de valoración que nos
indique si la exposición que se está dando supone o no algún riesgo.
En estos criterios de valoración se establecen unos valores límite de concentración para un
tiempo de exposición determinado. Cuando se superan los valores límites, puede verse
afectada la salud de los trabajadores expuestos, por lo que será necesario adoptar medidas
correctoras que reduzcan la exposición de los trabajadores al contaminarte.
Entre los principales criterios de valoración utilizados en otros países, se encuentran los
valores TLV (Estados Unidos), los valores MAK (Alemania) y los valores OEL (Gran Bretaña).
En general, todos estos valores hacen referencia a la concentración de un contaminante que
puede darse en el medio ambiente de trabajo de modo que un trabajador expuesto, ocho horas
diarias, durante toda su vida laboral, no Ilegue a padecer enfermedades profesionales por este
motivo.
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ED (Valor Límite Ambiental para la Exposición Diaria). Este VLA es el valor de referencia
(es decir, el valor que no debe superarse) de la concentración promedio de un agente
químico para una jornada estándar de 8 horas diarias.
Cuando se trata de efectos agudos, es decir, los que se pueden dar por exposición a
concentraciones excesivamente altas aunque sea durante muy poco tiempo, se utiliza el
VLA-EC. El VLA-EC, es el valor de referencia de la concentración promedio de un agente
químico para un período de 15 minutos. El VLA-EC debe ser respetado durante cualquier
período de 15 minutos a lo largo de la jornada laboral.
Para los agentes químicos que tienen efectos agudos reconocidos pero cuyos principales
efectos tóxicos son crónicos, el VLA-EC es un complemento del VLA-ED y, por tanto, la
exposición a estos agentes habrá de valorarse en relación con ambos límites. En cambio, a los
agentes químicos de efectos principalmente agudos (por ejemplo, los gases irritantes) sólo se
les asigna para su valoración un VLA-EC.
Para los agentes químicos que tienen VLA-ED pero no VLA-EC, se establece el producto de 3
x VLA-ED como valor que no deberá superarse durante más de 30 minutos en total a lo largo
de la jornada de trabajo, no debiéndose sobrepasar en ningún momento el valor 5 x VLA-ED.
9. Medidas preventivas
Una vez realizadas las mediciones necesarias, y conocida la concentración de contaminante y
el tiempo de exposición, se podrán aplicar los criterios de valoración vistos anteriormente para
evaluar el riesgo. Cuando los resultados de la evaluación pongan de manifiesto que se está
próximo a los valores máximos admisibles, o que éstos se superan, será necesario tomar
medidas correctoras.
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Sustitución de productos
La sustitución de un producto peligroso por otro que cumpla las mismas características
técnicas pero tenga menor peligrosidad es factible en muchos casos, por ejemplo, utilizar
pinturas al agua en lugar de pinturas con disolventes orgánicos. En el caso de los productos
cancerígenos, esta medida es obligatoria siempre que técnicamente sea posible
Modificación del proceso
Consiste en la automatización u otro tipo de cambios que reemplacen los procesos productivos
actuales por otros menos contaminantes.
Encerramiento o aislamiento del proceso
Algunas operaciones potencialmente peligrosas pueden ser corregidas mediante un
encerramiento, con lo cual se minimiza la exposición.
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También se puede proceder al aislamiento de la operación en una zona separada del resto de
instalaciones, o bien realizar las operaciones peligrosas fuera del horario normal de trabajo,
eliminando así la exposición de la mayoría de los trabajadores.
Métodos húmedos
La concentración de polvo puede ser reducida por la aplicación de agua o cualquier otro líquido
sobre la fuente de polvo. Los métodos húmedos son muy aplicados en los trabajos de molienda
o perforación de rocas.
Extracción localizada
Consiste en eliminar el contaminante en el mismo punto de emisión mediante sistemas de
aspiración (campanas conectadas mediante conductos a un ventilador extractor).
Mantenimiento adecuado
Un buen mantenimiento puede evitar en muchos casos emisiones de contaminantes al
ambiente de trabajo. Muchas veces, se producen concentraciones elevadas de contaminantes
en los lugares de trabajo debido a un defectuoso mantenimiento, ya sea del proceso en sí o de
los sistemas de ventilación.
Limpieza
La limpieza adecuada de los puestos de trabajo, conduce en muchos casos a una disminución
de los niveles de contaminación. La limpieza de instalaciones y equipos se efectuará mediante
aspiración o procedimientos húmedos, evitándose el soplado con aire a presión.
Ventilación por dilución
Consiste en renovar el aire contaminado introduciendo grandes caudales de aire puro
procedente del exterior. Este sistema sólo es válido para contaminantes de baja toxicidad que
se encuentran en pequeñas concentraciones.
Aumento de la separación entre emisor y receptor
Aumentar la distancia entre el foco emisor y el receptor, implicará que al trabajador le llegue el
contaminante muy diluido.
Sistemas de alarma
Permiten detectar y advertir si se superan determinados niveles de concentración de
contaminantes en el ambiente de trabajo.
Formación e información
Es imprescindible que los trabajadores sean conscientes de los diferentes riesgos que entraña
su puesto de trabajo. Asimismo, deben también conocer el perfecto manejo y mantenimiento al
que deben ser sometidos los diferentes elementos de control existentes.
Rotación de personal
La aparición de efectos nocivos viene determinada por la dosis recibida, y esta a su vez por la
concentración y el tiempo de exposición. Por tanto, en los casos en que no sea factible actuar
sobre la concentración, se podrá proteger al trabajador limitando su tiempo de exposición. y por
tanto la dosis.
Encerramiento del operario
Cuando es difícil o no adecuado encerrar los procesos contaminantes, puede ser factible aislar
al propio trabajador en el interior de cabinas o en zonas con acondicionamiento de aire.
Higiene personal
Deben existir los servicios higiénicos necesarios para el aseo al final de la jornada y siempre
que se requiera. En aquellos puestos en que se manipulen sustancias peligrosas, se debe
contar con los medios necesarios para eliminar cualquier salpicadura o resto. La ropa de
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trabajo debe guardarse separada de la de calle. No se debe comer ni beber en las zonas de
trabajo; la empresa debe habilitar zonas adecuadas.
Protección individual
Este tipo de protección sólo debe utilizarse como solución provisional o cuando la
exposición se deba a exposiciones esporádicas (por ejemplo, operaciones de
mantenimiento) o de corta duración.
Puesto que las principales vías de entrada de contaminantes químicos son las vías respiratoria
y dérmica, la protección individual debe evitar la entrada de los contaminantes por estas vías
(utilización de mascarillas y de guantes).
Características y normas de utilización de estos equipos:
Utilizar equipos de protección adecuados a los contaminantes presentes.
Utilizar únicamente equipos con certificación CE conforme cumplen las normas europeas
vigentes.
Los equipos de protección deben proteger todas las posibles vías de entrada o de contacto
(ojos, nariz, boca, piel).
Deben ser lo más confortables posibles.
Utilizarlos adecuadamente y mantenerlos en buen estado, lo cual implica que los
trabajadores deben ser informados sobre su uso, limitaciones, conservación y limpieza.
Los equipos son de uso individual, uno para cada persona.
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Autoevaluación capítulo 5
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2. Actividades de riesgo
El riesgo de contraer una determinada enfermedad infecciosa o parasitaria está ligado a
determinadas actividades laborales en las que el contacto de los trabajadores con agentes
infectivos o parasitarios es muy frecuente.
Así, por ejemplo, los trabajadores de los túneles, pozos y minas están profesionalmente
sometidos al riesgo de contraer enfermedades por contacto con cierto tipo de gusanos
parásitos y los curtidores están expuestos al carbunco o ántrax, enfermedad infecciosa de la
piel causada por un tipo de bacteria.
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En general, las actividades en que puede darse exposición a agentes biológicos son las
siguientes:
Trabajos en laboratorios biológicos y clínicos.
Trabajos sanitarios en hospitales, sanatorios,
etc.
Recogida y manipulación de basuras
Cría y cuidado de animales.
Manipulación de productos de origen animal,
despojos, etc.
3. Medidas preventivas
Las medidas preventivas aplicables para prevenir las enfermedades causadas por
contaminantes biológicos son básicamente las mismas que las aplicables a los contaminantes
químicos. Concretamente, las más habituales y eficaces son:
Modificar los procesos de trabajo para conseguir evitar o minimizar el contacto con los
agentes biológicos o su inhalación (sobre todo, evitar cortes, pinchazos, arañazos y
mordeduras de animales).
Encerrar los procesos contaminantes, de manera que se evite la liberación de agentes
biológicos al exterior. Por ejemplo, en laboratorios de análisis, manipular las muestras en
cabinas dotadas de extracción de aire.
Limpiar y desinfectar periódicamente los locales de trabajo. Asimismo se deben establecer
programas de desinsectación y control de plagas. La limpieza de los locales se debe
efectuar mediante aspiración o métodos húmedos, y no por barrido en seco.
Los locales de trabajo deben ser de fácil limpieza y contar con ventilación suficiente que
asegure la renovación del aire.
Se debe reducir al mínimo posible el número de trabajadores expuestos para minimizar el
riesgo de infección.
Utilizar guantes, botas y otros equipos y prendas de protección que eviten el contacto o
inhalación de estos agentes. Mantener estos equipos en perfectas condiciones de uso y
limpieza.
Los residuos deben clasificarse y recogerse en recipientes adecuados debidamente
señalizados.
Las instalaciones sanitarias (lavabos, duchas, vestuarios, etc.) para uso de los trabajadores
deben estar en correctas condiciones y su número debe ser suficiente.
Disponer de productos para limpieza ocular y antisépticos para la piel.
Extremar la higiene personal (lavarse antes de comer, beber o fumar, ducharse al finalizar
la jornada, mantener separada la ropa de trabajo y la de calle, etc.).
Deben realizarse reconocimientos médicos específicos, tanto iniciales como periódicos, de
los trabajadores expuestos a contaminantes biológicos.
Cuando se disponga de vacunas eficaces contra los microorganismos que puedan estar
presentes, es obligatorio ponerlas a disposición de los trabajadores, informándoles de las
ventajas e inconvenientes de la vacunación.
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Autoevaluación capítulo 6
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En este capítulo se presentan las diferentes causas de sobrecarga de trabajo, tanto física como
psicológica, su definición, características y medidas preventivas aplicables.
2. Carga de trabajo
El trabajo humano se considera una actividad que responde a unas exigencias de tipo físico y
mental. Para llevar a cabo esta actividad, el cuerpo humano realiza unas determinadas
acciones con una determinada demanda de gasto energético. Cuando la demanda física o
mental excede las capacidades de los individuos, se produce una primera reacción corporal de
fatiga física o psicológica, que si no es remediada, conducirá a la aparición de alteraciones de
la salud.
Por tanto, la carga de trabajo se define como el conjunto de requerimientos psicofísicos a los
que está sometido el trabajador durante su jornada laboral.
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3. Carga física
Se define como Carga Física el conjunto de requerimientos físicos a los que está sometido el
trabajador durante su jornada laboral.
Cuando la demanda física excede las capacidades de los individuos, se produce una primera
reacción corporal de cansancio o fatiga física, la cual, si no se resuelve, puede convertirse en
crónica, produciendo las llamadas lesiones músculo-esqueléticas. Las lesiones de este tipo se
producen principalmente en la espalda, en las diferentes zonas de la columna vertebral:
cervical, dorsal y lumbar; y en las extremidades superiores e inferiores. Nuestro objetivo será
evitar la aparición de dichas lesiones, que son la principal causa de baja laboral en los países
industrializados. Los requerimientos físicos a los que puede estar sometido el trabajador se
clasifican en los siguientes factores de riesgo:
Posturas de trabajo.
Movimientos repetitivos.
Manipulación manual de cargas.
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Evitar, en la medida de lo posible, trabajar con los brazos por encima de la altura de los
hombros.
Alternar siempre que se pueda trabajos de pie/sentado y sentado/andando.
Dotar de silla ajustable para tareas sentado y silla-taburete para que el trabajador se pueda
apoyar en tareas que requieren estar de pie.
Establecer pausas para proporcionar el descanso muscular.
Fortalecer la musculatura mediante ejercicio físico.
Formación en adopción de la postura correcta para realizar la tarea.
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4. Factores psicosociales
Por factores psicosociales entendemos aquellas condiciones que se encuentran presentes en
una situación laboral, y que están directamente relacionadas con la organización, el contenido
del trabajo y la realización de la tarea, y que tienen capacidad para afectar tanto al bienestar o
la salud (física, psíquica y social) del trabajador como al desarrollo de su trabajo.
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Los riesgos psicosociales no sólo tienen unas consecuencias para la empresa u organización
(elevado absentismo, aumento de incidentes y accidentes, aumento de quejas de los clientes o
de terceras personas, rotación elevada de los puestos de trabajo, etc.), sino también
consecuencias directas para el individuo o trabajador tales como: desmotivación general,
insomnio, automedicación, descenso del rendimiento..., hasta patologías más graves a nivel
psicológico como podrían ser cuadros de ansiedad, depresión, etc.
Hay que destacar que todos los colectivos profesionales pueden estar expuestos a riesgo
psicosocial. Pero existen algunos que, debido a las características del propio trabajo, pueden
tener una mayor incidencia. Entre estos, destacan los siguientes: personal sanitario,
administrativos, funcionarios y personal de las fuerzas de seguridad.
Características de la empresa
Características individuales
Es necesario diferenciar entre factores exógenos (vida familiar, entorno social, tiempo libre...) y
factores endógenos (personalidad, motivaciones, actitudes y aptitudes) relativos al individuo,
los cuales determinarán la manera de reaccionar de la persona.
Características de la tarea
Un factor esencial dentro de este apartado es la identificación con la tarea, que se relaciona
con hasta que punto el trabajo permite sentir al trabajador que su labor sirve para alguna cosa,
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es decir, que tiene utilidad en el conjunto del proceso en que se desarrolla. El trabajo ha de
tener significado para la persona que lo realiza.
Otro aspecto importante a considerar es la carga de trabajo, que se refiere a las demandas
físicas y mentales que el trabajo impone a la persona que lo está realizando.
El horario y los turnos de trabajo afectan directamente al ser humano en la medida en que
inciden en los ciclos fisiológicos del organismo. Al hablar de horario de trabajo no sólo queda
establecido cuándo llevamos a cabo nuestra actividad laboral, sino que también es una variable
que puede tener importantes repercusiones en nuestra vida familiar y social.
4.2. Estrés laboral
El estrés laboral surge cuando se da un desajuste entre la persona, el puesto de trabajo y la
propia organización. La persona percibe que no dispone de recursos suficientes para afrontar
la problemática laboral y aparece la experiencia de estrés.
Entre las consecuencias sobre el individuo podemos hablar de alteraciones a nivel físico y a
nivel psicológico.
Físicas: Trastornos digestivos (cólicos, digestiones lentas, etc.), respiratorios (asma
bronquial, hiperventilación, etc.), cardiovasculares (enfermedades coronarias, etc.),
otros (cefaleas, insomnio, falta de apetito, etc.).
Psicológicos: Trastornos del estado de ánimo, de la conducta (desmotivación general
y laboral, irritabilidad, etc.), somáticos y funcionales (cansancio y malestar general,
temblores, etc.), otros trastornos (depresión, ansiedad, etc.).
Pero el estrés también repercute directamente sobre el trabajo realizado y éste a su vez tiene
unas consecuencias para la empresa. Entre éstas podemos destacar: elevado absentismo,
aumento de peticiones de cambio de puestos de trabajo, rotación elevada de los puestos de
trabajo, aumento de incidentes y accidentes, dificultades de relación, disminución de la calidad
de productos y servicios, aumento de quejas de los clientes o de terceras personas, etc.
Ante la posible aparición del estrés, es posible aplicar técnicas preventivas tanto a nivel
organizacional como a nivel individual.
Entre las técnicas preventivas a nivel organizacional se destacan las siguientes:
Disponer de tiempo suficiente para realizar el trabajo.
Proporcionar una clara descripción del trabajo a realizar.
Proporcionar vías para expresar quejas y poderlas considerar.
Promover la tolerancia, la seguridad y la justicia en el entorno laboral.
Identificar los errores, los éxitos, y sus causas y consecuencias, es decir, aprender de las
experiencias.
A nivel individual deberemos tener en cuenta lo siguiente:
Determinar objetivos y prioridades.
Tomar decisiones (qué hacer y qué no hacer).
Ser realista a la hora de calcular los tiempos de las actividades a realizar.
Programar el tiempo para las actividades no esenciales pero necesarias.
Filtrar las demandas (saber decir “no”).
Ser capaz de delegar.
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Autoevaluación capítulo 7
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Los poderes públicos tienen entre sus funciones la de dictar leyes, normas y reglamentos para
controlar y mejorar las condiciones de trabajo y la salud de la población laboral; adecuar estas
disposiciones a los dictámenes de los organismos e instituciones internacionales de los que
España es miembro (OIT, Unión Europea); y controlar el cumplimiento de estas disposiciones.
La Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL), establece
claramente que las funciones de promoción, asesoramiento y comprobación de la prevención
deben ser desarrolladas por los órganos técnicos de la Administración Pública. Así confiere
especial importancia a dos órganos administrativos, dependientes del Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales, cuyas funciones constituyen el eje fundamental de las actuaciones
administrativas en materia de prevención: el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el
Trabajo (INSHT) y la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS).
Para garantizar la eficacia de la política de prevención, la LPRL (art.13) crea la Comisión
Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (CNSST) como pieza fundamental en el desarrollo
de la coordinación administrativa y de participación institucional. Y, adscrita a la Comisión, otro
organismo que denomina Fundación.
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2. Organismos nacionales
2.1. El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT).
Está adscrito al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, a través de la Secretaría General de
Empleo. Es el organismo público “científico-técnico especializado que tiene como misión el
análisis y estudio de las condiciones de seguridad y salud en el trabajo, así como la promoción
y apoyo a la mejora de dichas condiciones” (art. 8.1, LPRL). En virtud de ello, su campo de
acción es la prevención de riesgos, accidentes y enfermedades profesionales.
La LPRL ordena los cometidos del INSHT en tres líneas de actuación:
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3. Otros organismos
3.1. Las Comunidades Autónomas.
De acuerdo con los respectivos Estatutos Autonómicos, las Comunidades Autónomas tienen
competencias ejecutivas en materia de legislación laboral y por lo tanto potestad para
sancionar, de acuerdo con su propia regulación y a propuesta de la Inspección de Trabajo y
Seguridad Social.
También existen en las Comunidades Autónomas los Centros de Seguridad y Salud con
competencias en esta materia y son los encargados de desarrollar funciones como la
investigación de accidentes, la formación y el asesoramiento técnico en estas materias.
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AUTOEVALUACIÓN CAPÍTULO 8
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2. El Plan de Prevención
La puesta en práctica de los anteriores requisitos se llevará a cabo mediante la elaboración y aplicación
de un Plan de Prevención, que es la herramienta a través de la cual se integra la actividad preventiva de
la empresa en su sistema general de gestión y se establece en política de prevención de riesgos
laborales.
El Plan de Prevención deber ser aprobado por la dirección de la empresa, asumido por toda su
estructura organizativa, en particular por todos sus niveles jerárquicos y conocido por todos sus
trabajadores.
El Plan de Prevención habrá que reflejarse en un documento e incluirá los siguientes elementos, en
relación con la prevención de riesgos laborales:
La identificación de la empresa, de su actividad productiva, el número y características de sus
centros de trabajo o el número de trabajadores y sus características.
La estructura organizativa de la empresa, la identificación de sus funciones y responsabilidades de
cada nivel jerárquico y los respectivos cauces de comunicación entre ellos.
La organización de la producción en cuanto a la identificación de los procesos técnicos y los
procedimientos organizativos en la empresa.
La organización de la prevención en la empresa, indicando la modalidad preventiva elegida y los
órganos de representación existentes.
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La política, los objetivos y las metas que en materia de prevención pretende alcanzar la empresa, así
como los recursos humanos, técnicos, materiales y económicos de los que ha de disponer.
1. Planificación
En la que se definen las actividades preventivas necesarias y, para cada una de ellas, el plazo para
llevarla a cabo, los responsables de su ejecución y los recursos que hay que destinar.
Entre las actividades preventivas a planificar están las evaluaciones adicionales necesarias, las medidas
preventivas a implantar, los controles periódicos, la formación en materia preventiva a los trabajadores,
la vigilancia de la salud de los trabajadores y las medidas de emergencia.
2. Ejecución y coordinación
Realización de todas aquellas actividades previstas en la etapa de planificación a fin de conseguir los
objetivos establecidos.
3. Control
Esta fase tiene por objeto comprobar que las actividades preventivas incluidas en la planificación se han
desarrollado tal y como se había previsto, efectuando para ello un seguimiento continuo de las mismas.
Las actividades de prevención deberán ser modificadas cuando, como consecuencia de los controles
periódicos, se detecte que pueden ser inadecuadas o insuficientes.
A continuación se desarrollan los aspectos más importantes relacionados con la gestión de la prevención
de riesgos laborales.
4. Responsabilidades
Como ya se ha visto, La Ley de Prevención de Riesgos Laborales obliga al empresario a integrar la
prevención de riesgos laborales en todas las actividades y decisiones de la empresa, tanto en el conjunto
de sus actividades como en todos sus niveles jerárquicos.
Es importante saber que todos los niveles jerárquicos de la empresa están obligados a incluir la
prevención de riesgos laborales en todas las activida¬des que realicen.
De acuerdo con los artículos 14 y 15 de la Ley de Prevención de Riesgos, el empresario tiene el deber y
la responsabilidad de aplicar una política eficaz de prevención de riesgos laborales.
Para poder realizar la política de prevención, el empresario tiene diversas opciones, en función del
tamaño de la empresa y de los riesgos asociados a su actividad empresarial.
En el próximo apartado veremos cuáles son las diferentes opciones.
Además deberán contar con las instalaciones y medios humanos y materiales necesarios para la
realización de las actividades preventivas.
6. Evaluación de riesgos
La acción preventiva de la empresa debe planificarse a partir de la evaluación inicial de riesgos.
La evaluación de riesgos, elemento clave de una actuación activa en prevención, es el proceso dirigido a
estimar la magnitud (o gravedad) de los riesgos laborales que no hayan podido evitarse. La información
obtenida en la evaluación ha de servir de base para decidir si hay que adoptar medidas preventivas y de
qué tipo.
Una evaluación de riesgos ha de contener, como mínimo, los siguientes datos:
La identificación de todos los puestos de trabajo.
El riesgo o riesgos existentes y la relación de los trabajadores afectados.
El resultado de la evaluación y las medidas preventivas procedentes.
La referencia de los criterios y procedimientos de evaluación y de los métodos de medición, análisis
o ensayo utilizados.
El empresario debe adoptar un procedimiento para la evaluación de riesgos, previa consulta a los
trabajadores o sus representantes.
Existen diferentes métodos de evaluación de riesgos laborales, pero todos ellos han de
contemplar, de alguna forma, la probabilidad de que se produzca un daño y la gravedad del
mismo.
Para los puestos de trabajo cuya evaluación de riesgos ponga de manifiesto la necesidad de tomar una
medida preventiva, ha de documentarse la evaluación y mantenerse a disposición de la autoridad
laboral.
Además se deben establecer y mantener al día procedimientos para registrar los requisitos legales y
requisitos internos que en materia de prevención de riesgos laborales afecten a la organización.
7. Formación
Para ofrecer una formación adecuada a cada trabajador en materia preventiva, se deben establecer y
mantener al día procedimientos para:
Identificar las necesidades y establecer un plan de formación en materia preventiva.
Ofrecer una formación adecuada y centrada en el puesto de trabajo o función de cada trabajador.
9. Auditoria
Es una herramienta del sistema de gestión que sirve para la evaluación sistemática, documentada,
periódica y objetiva de la eficacia, efectividad y fiabilidad del sistema de gestión.
Las auditorias permiten conocer si el sistema de gestión de riesgos laborales es adecuado para alcanzar
la política y los objetivos de la organización en esta materia.
Existen dos modalidades de auditorias, las externas y las internas. Las auditorias externas son
realizadas por personal externo a la empresa y las internas por el propio personal, pero ambas tienen el
mismo objetivo, el descrito anteriormente.
Autoevaluación capítulo 9
Vigilancia de la salud:
Promoción de la salud:
Es el conjunto de actividades cuyo objetivo es mejorar el nivel de salud de los trabajadores mediante
intervenciones destinadas a capacitarlos para incrementar el control sobre su salud y mejorarla, tanto a
los riesgos laborales como a los extra-laborales. Fomentar conductas, hábitos, consumos y estilos de
vida que contribuyan a la creación de entornos saludables
Prevención:
Es el conjunto de actividades cuyo objetivo es minimizar o reducir los riesgos laborales mediante
intervenciones colectivas o personales. Indicando la adaptación de las condiciones de trabajo a los
trabajadores en general y a los susceptibles en particular, informando y formando sobre los riesgos
laborales para la salud y las medidas preventivas necesarias, indicando la inmuno-quimioprofilaxis
(vacunas) necesaria frente a riesgos laborales biológicos, etc
Asistencia urgente:
Es el conjunto de actividades cuyo objetivo es el manejo clínico y laboral de los trabajadores con un
problema de salud, principalmente aquél relacionado con las condiciones de trabajo, cuando los recursos
sanitarios estén presentes en la empresa.
Pericial:
Es el conjunto de actividades cuyo objetivo es identificar, cuantificar y valorar las secuelas de los daños a
la salud relacionadas con el trabajo y su impacto sobre la capacidad para trabajar con el fin de
compensar social y económicamente al trabajador.
Otras actividades realizadas de forma transversal son la gestión, la investigación y la docencia.
3. Vigilancia de la salud
La Vigilancia de la Salud y el desarrollo de las actividades propias de la disciplina de Medicina del
Trabajo se hallan reguladas por dos disposiciones principales: la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos
Laborales y el Reglamento de los Servicios de Prevención
Según estas disposiciones:
El empresario debe garantizar la Vigilancia de la salud periódica de la salud en función de los riesgos
inherentes al trabajo que se realiza.
La vigilancia de la salud debe estar planificada como el resto de las actividades de prevención y
debe formar parte del plan de actividades preventivas a realizar en las empresas.
Será voluntaria como norma general y se realizará cuando el trabajador preste su consentimiento.
De este carácter voluntario sólo se exceptuarán los casos en los que la realización de los
reconocimientos médicos sea imprescindible para evaluar los efectos de las condiciones de trabajo
sobre la salud de los trabajadores o para verificar si el estado de salud del trabajador puede
constituir un peligro para el mismo, para los demás trabajadores o para otras personas relacionadas
con la empresa o cuando así esté establecido en una disposición legal en relación con la protección
de riesgos específicos y actividades de especial peligrosidad.
Los reconocimientos médicos se realizarán al inicio de la actividad laboral antes de la exposición a
los riesgos, de forma periódica, en función de la capacidad de provocar daños y en función del
estado de salud del trabajador, y tras una ausencia prolongada del trabajador por motivos de salud,
a los solos efectos de valorar un posible origen laboral y posibles secuelas que puedan convertirlo en
especialmente sensible a los riesgos de su puesto de trabajo y establecer medidas preventivas para
su protección, realizándose las pruebas que causen las menores molestias al trabajador y que sean
proporcionales al riesgo.
Se respetará la intimidad, la dignidad y la confidencialidad de toda la información relacionada con el
estado de salud de los trabajadores y no se podrán utilizar los datos relativos a la vigilancia de la
salud con fines discriminatorios ni en perjuicio del trabajador.
Los resultados de la vigilancia se comunicarán a los trabajadores afectados, y el acceso a la
información médica de carácter personal se limitará al personal médico y a las autoridades sanitarias
que lleven a cabo la vigilancia de la salud de los trabajadores, sin que pueda facilitarse al empresario
o a otras personas sin consentimiento expreso del trabajador.
No obstante lo anterior, el empresario y las personas u órganos con responsabilidades en materia de
prevención serán informados de las conclusiones que se deriven de los reconocimientos efectuados en
relación con la aptitud del trabajador para el desempeño del puesto de trabajo o con la necesidad de
introducir o mejorar las medidas de protección y prevención, a fin de que puedan desarrollar
correctamente sus funciones en materia preventiva.
El personal sanitario responsable de la vigilancia de la salud se encarga de analizar los resultados de los
reconocimientos médicos con criterios epidemiológicos, colaborando con el resto del equipo del Servicio
de Prevención para investigar posibles relaciones entre la exposición a dichos riesgos y los daños a la
salud, así como proponer medidas encaminadas a mejorar las condiciones. Las conclusiones del análisis
y las recomendaciones que el servicio de prevención estime oportunas se harán llegar a la empresa para
su implantación.
Autoevaluación capítulo 10
Jefe de Emergencia
Equipo de Alarma y
Evacuación
Jefe de Intervención
Visual Automática
Centralita
Actuación frente a la
emergencia
Cese de la comunicación de la
emergencia
Estado de emergencia
Equipos actuación
hacia el lugar del
siniestro
Análisis de la magnitud
del siniestro
Asignación de misiones
Llegada bomberos
Extinción
No Sí
la inspección, se comunicarán con el supervisor encargado del control de personal evacuado para saber
si falta alguien por salir.
Al finalizar su misión, los responsables de evacuación se lo comunicarán al jefe de emergencia.
Es importante subrayar que para una correcta evacuación es imprescindible la elaboración de carteles y
planos con los itinerarios de evacuación para colocar en lugares estratégicos.
Una vez finalizado el estado de emergencia, el jefe de emergencia realizará una investigación de lo
ocurrido y convocará una reunión extraordinaria con los miembros de los equipos de emergencia, para
analizar las causas del incendio y estudiar la adopción de medidas que eviten tales situaciones de
emergencia.
Alarma general
Aviso de evacuación/confinamiento
al personal
Inspección final
Fin evacuación/confinamiento
Autoevaluación capítulo 11
1. Conservar la calma
No perder los nervios es básico para poder actuar de forma correcta y así evitar errores irremediables.
2. Evitar aglomeraciones
3. Saber imponerse
4. No mover al herido
Como norma básica y elemental, nunca se debe mover a nadie que haya sufrido un accidente hasta
estar seguros de que se pueden realizar movimientos sin riesgo de empeorar las lesiones ya existentes.
No obstante, existen situaciones en las que la movilización debe ser inmediata: cuando las condiciones
ambientales así lo exijan o bien cuando el socorrista estime que se deba realizar la maniobra de
reanimación cardio-pulmonar.
5. Examinar al herido
Se debe efectuar una evaluación inicial del paciente valorando de forma global su estado para
determinar el alcance de las lesiones y permitir priorizar la actuación adoptando las medidas necesarias
en cada caso. Se realizará en el lugar de los hechos y en dos fases.
Una valoración primaria consistente en identificar las situaciones que pueden amenazar de forma
inmediata la vida del accidentado, y posteriormente una valoración secundaria para identificar aquellas
lesiones que pueden esperar la llegada de los servicios médicos profesionales.
6. Tranquilizar al herido
Los accidentados suelen estar asustados, desconocen las lesiones que sufren y necesitan a alguien en
quien confiar en esos momentos de angustia.
Es función del socorrista el ofrecer esa confianza y mejorar el estado anímico del lesionado.
Cuando el organismo humano recibe una agresión, se activan los mecanismos de autodefensa que
implican, en muchas ocasiones, la pérdida de calor corporal. Esta situación se acentúa cuando existe
pérdida de sangre, que es la que mantiene la temperatura interna del cuerpo.
Este consejo o recomendación se traduce como la necesidad de pedir ayuda, con rapidez, a fin de
establecer un tratamiento médico Io más rápidamente posible.
9. Traslado adecuado
Según las lesiones que presente el accidentado, la posición de espera y traslado variará.
Es importante acabar con la práctica habitual de la evacuación en coche particular, ya que si la lesión es
vital, no se puede trasladar y se debe atender in situ, y si la lesión no es vital, quiere decir que puede
esperar la llegada de un vehículo (ambulancia) debidamente acondicionado.
10. No medicar
Esta facultad es exclusiva del médico.
RECORDAR
Ante un accidente:
No perder los nervios.
No mover al herido a menos que sea necesario (ver consejo nº 4).
Efectuar la evaluación primaria (ver consejo nº 5).
Avisar.
Abrigar.
En ocasiones la actuación del socorrista debe limitarse sólo a tranquilizar al herido y no hacer nada ni
dejar hacer nada a los presentes hasta que llegue un médico o en su defecto la ambulancia.
Proteger
Antes de actuar, asegurarnos de que tanto el accidentado como nosotros estamos fuera de todo peligro.
Por ejemplo, en un ambiente tóxico, no atenderemos al intoxicado sin antes proteger nuestras vías
respiratorias (uso de máscaras con filtros adecua-dos), o ventilar el lugar, pues de Io contrario nos
exponemos a accidentarnos también.
En casos de electrocución debemos protegernos antes de hacer nada.
Avisar
Siempre que sea posible avisaremos a los servicios sanitarios (médico, ambulancia...) de la existencia
del accidente, así activamos el Sistema de Emergencia. Inmediatamente después comenzaremos a
actuar mientras esperamos la ayuda.
Es muy importante dar la alerta de forma correcta y estructurada. Para ello se debe tener muy claro:
quién tiene que avisar,
cómo tiene que dar el mensaje (qué comunicar), y
a quién debe dar el mensaje.
Ya que, muchas veces, un error en la forma de alertar implica la pérdida de la vida del accidentado, por
retraso o por mala interpretación del mensaje.
El mensaje o comunicación deberá ser claro y se indicará:
el lugar exacto del accidente,
el tipo de accidente y circunstancias del mismo, y
el número de heridos y su estado aparente.
Teléfonos de emergencia
Servicios de Emergencia Médica.
Ambulancia.
Hospital.
Bomberos.
Policía.
Protección civil.
Instituto Nacional de Toxicología.
Mutua de AT y EP.
Socorrer
RECORDAR
Siempre, y en cualquier tipo de accidente, debemos activar el Sistema de Emergencia.
La exploración de los signos vitales, debe realizarse por el siguiente orden: Conciencia,
Respiración y Circulación.
Testigos
Telefonista de la empresa
En algunas empresas un paso obligado para contactar con los servicios externos es el teléfono. Siempre
que exista este eslabón se le deberá incluir en el grupo de testigos privilegiados. De él o de ella depende
la transmisión rápida, correcta y eficaz de la solicitud de ayuda.
Socorrista
A modo de guía, a la hora de decidir cuántos socorristas formar, deberemos tener en cuenta:
El número de trabajadores de la empresa.
La estructura de la empresa (superficie, naves, plantas...).
La distribución de los trabajadores en la empresa.
El tipo de trabajo: riesgos existentes, situaciones de aislamiento, trabajos fuera de la empresa...
Los turnos de trabajo.
La distancia (en tiempo real) de los servicios médicos externos.
Las posibles ausencias por enfermedad, vacaciones...
En todo caso se debería disponer en cualquier momento, en la empresa, de una persona encargada de
la actuación en situaciones de emergencia.
Otros eslabones
El socorrista debe estar capacitado para atender situaciones de emergencia médica tales como: la
pérdida de conocimiento, los paros cardio-respiratorios, la obstrucción de vías respiratorias, las
hemorragias y el shock.
El adiestramiento en estas técnicas precisas es lo más importante; por ello también es recomendable
efectuar reciclajes periódicos que refuercen su dominio por el socorrista.
Formación complementaria
RECORDAR
El socorrista será voluntario, adecuadamente formado y se reciclará periódicamente.
La formación básica capacita para atender emergencias médicas.
La formación complementaria capa-cita para atender urgencias médicas.
La formación específica capacita para atender situaciones concretas en la empresa, según los
riesgos existentes.
La evaluación inicial
Una vez activado el Sistema de Emergencia (P.A.S.) y a la hora de socorrer, se debe establecer un
método único que permita identificar las situaciones vitales o de emergencia médica y las de urgencia
médica.
Valoración primaria
Se trata de identificar las situaciones que pueden amenazar de forma inmediata la vida del accidentado.
Para ello es importante conocer que el órgano más delicado del ser humano es el cerebro, cuya función
es coordinar y ordenar el buen funcionamiento del resto del organismo. Si éste falla, el resto del
organismo falla también.
Las células que lo forman (neuronas) son muy delicadas, tanto que su muerte implica la imposibilidad de
regeneración de las mismas. Debe vigilarse y evitarse su lesión.
Las neuronas precisan el oxígeno que transporta la sangre, oxígeno que se adquiere gracias a la
respiración (pulmones) y se transporta por el impulso que realiza el corazón.
Cuando este proceso se detiene, porque la persona no puede respirar o por que el corazón no envía la
sangre al cerebro, éste sufre, se lesiona y muere. Las neuronas pueden soportar esta situación durante 4
minutos sin lesionarse; a partir de ese momento y si no hemos restablecido el proceso, empiezan a morir
de forma progresiva y, transcurridos 4 minutos más, se produce la muerte total del cerebro.
Comprenderemos así por qué delante de un accidentado, sea el que sea, SIEMPRE deberá buscarse las
situaciones que puedan implicar daño cerebral, o lo que es lo mismo, realizar la Valoración primaria o
identificación de signos vitales, mediante el Soporte Vital Básico (S.V.B.).
1. CONCIENCIA:
2. RESPIRACIÓN:
3. CIRCULACIÓN:
Valoración secundaria
Una vez aseguradas las funciones vitales, nos ocuparemos de otras lesiones (heridas, quemaduras,
fracturas, etc.) y buscaremos las posibles lesiones no aparentes.
Efectuaremos la exploración detallada del accidentado, de una forma reglada, de cabeza a los pies:
cabeza, cuello, tórax, abdomen, extremidades.
El detalle de las actuaciones en socorrismo de este tipo de lesiones se escapa a la intención de este
capítulo, precisando una formación específica en Primeros Auxilios a tal efecto.
1º PROTEGER
2º AVISAR
3º SOCORRER
¿Inconsciente?
Llame al 112
30 compresiones torácicas
2 ventilaciones de rescate
+
30 compresiones torácicas
3. a: Si responde:
Dejarlo en la posición en que se encuentra, intentando averiguar qué le ocurre y buscar ayuda
si la precisa. Revalorarlo regularmente.
3. b: Si no responde:
Gritar pidiendo ayuda, voltear a la víctima sobre su espalda y abrir la vía aérea utilizando la
“maniobra frente-mentón”:
Coloque su mano en la frente de la víctima y extienda la cabeza de ésta hacia atrás
manteniendo el pulgar y el índice libres para tapar la nariz si se requiere ventilación de
rescate. Con la punta de los dedos elevar el mentón para abrir la vía aérea.
4. Manteniendo la vía aérea abierta compro-bando si la víctima respira normalmente (ver, oír y
sentir si existe respiración normal).
Ver si existe movimiento torácico, oír en la boca de la víctima ruidos respiratorios y sentir el
aire espirado en su mejilla.
En los primeros minutos después de la parada cardíaca, la víctima puede tener una respiración precaria,
o estar haciendo “boqueadas” ruidosas. No las confunda con la respiración normal. Vea, oiga y sienta
durante no más de 10 segundos para determinar si la víctima está respirando normalmente. Si tiene la
mínima duda de que la respiración sea normal, actúe como si no fuera normal.
5. b: Si no respira normalmente:
Envíe a alguien por ayuda o, si se encuentra solo, deje a la víctima y alerte al servicio de
emergencias o ambulancias; regrese y comience las “compresiones torácicas” del siguiente
modo:
• Arrodíllese al lado de la víctima.
• Coloque el talón de una mano en el centro del pecho de la víctima y el talón de su otra
mano sobre la primera entrelazándose los dedos y asegurándose de que no aplica la
presión sobre las costillas de la víctima. No aplique ninguna presión sobre la parte
superior del abdomen o sobre la parte final del hueso del esternón.
• Colóquese vertical sobre el pecho de la víctima y, con sus brazos rectos, comprima el
esternón 4-5 cm.
• Después de cada compresión, y desde la presión del tórax sin perder contacto entre sus
manos y el esternón; repítalo a un ritmo de aproximadamente 100 por minuto (algo
menos de dos compresiones por segundo). El tiempo empleado en la compresión y
descompresión debe ser igual.
Si hay más de un reanimador presente, el otro debe sustituirle cada 1-2 minutos para
prevenir la fatiga. Procure que el retraso sea mínimo en el cambio de reanimadores.
6. b: La R.C.P. con compresiones únicamente (sin ventilaciones), puede usarse de la siguiente
forma:
Si no puede o no quiere dar ventilación de rescate, administre las compresiones torácicas
únicamente.
Si únicamente da compresiones torácicas debe hacerlo a una frecuencia continua de 100 por
minuto.
Deténgase para reevaluar a la víctima sólo si comienza a respirar normalmente; de otro modo
no interrumpa las maniobras de resucitación.
7. Continúe la resucitación hasta que:
• Llegue ayuda cualificada que lo releve.
• La víctima comience a respirar normalmente.
• Usted se agote.
RECORDAR
Un ciclo son “ 30 COMPRESIONES por 2 VENTILACIONES”.
La Resucitación Cardiopulmonar (R.C.P.) se iniciará de forma precoz si la víctima está
inconsciente (no responde) y no respira normalmente.
La ventilación es menos importante que las compresiones torácicas en los primeros momentos.
9. Posición de recuperación
Existen varias variantes de la posición de recuperación. Ninguna es perfecta para todas las víctimas. La
posición debería ser estable, próxima a una posición lateral verdadera con la cabeza pendiente, y sin
presión en el tórax que reduzca la respiración.
Secuencia para colocar a la víctima en posición de recuperación:
Retire las gafas de la víctima.
Arrodíllese junto a la víctima y asegúrese de que ambas piernas están alineadas.
Coloque el brazo más próximo a usted en un ángulo recto al cuerpo con el codo doblado con la
palma de la mano hacia arriba.
Traiga el brazo más alejado cruzándolo sobre el pecho y sostenga el dorso de la mano contra la
mejilla de la víctima más próxima a usted.
Con su otra mano, agarre la pierna más alejada justo por encima de la rodilla y tire de ella hacia
arriba, manteniendo el pie en el suelo.
Manteniendo su mano apretada contra la mejilla, tire de la pierna alejada para hacer rodar la víctima
hacia usted, sobre su costado.
Ajuste la pierna que queda por encima de modo que la cadera y rodilla estén dobladas ambas en
ángulo recto.
Extienda la cabeza hacia atrás para asegurarse que la vía aérea permanece abierta.
Ajuste la mano bajo la mejilla, si es necesario, para mantener la cabeza extendida.
Compruebe la respiración periódicamente.
Si la víctima debe ser mantenida en posición de recuperación durante más de 30 minutos, cámbiela
al lado contrario para aliviar la presión sobre el brazo de debajo.
10. Hemorragias
Hemorragias externas
Son aquéllas en las que la sangre sale al exterior a través de una herida.
Las hemorragias más importantes se producirán en las extremidades, ya que son las partes del cuerpo
más expuestas a traumatismos de tipo laboral y es por donde pasan las arterias de forma más
superficial.
No obstante, los métodos que a continuación explicamos sirven para detener cualquier tipo de
hemorragia, aplicando la lógica según el método, la forma y el lugar en donde se produce la hemorragia;
así por ejemplo, el torniquete sólo se aplicará en caso de hemorragias en extremidades.
Siempre tranquilizaremos a la víctima, protegeremos el lugar de los hechos y evitaremos que el
accidentado permanezca de pie, pues si presenta mareo puede caerse lesionándose.
A fin de controlar y detener la hemorragia utilizaremos siempre tres métodos, por orden progresivo, es
decir: pasaremos al siguiente cuando en el anterior no obtengamos éxito. Estos métodos son los
siguientes:
1º Compresión directa.
Este primer método consiste en efectuar una presión en el punto de sangrado, para ello utilice un apósito
Io más limpio posible (gasas, pañuelo...). Efectuar la presión durante un tiempo mínimo de 10 minutos,
además de elevar el miembro afectado a una altura superior a la del corazón del accidentado.
Transcurrido ese tiempo, se aliviará la presión, pero nunca se quitará el apósito. En caso de éxito se
procederá a vendar la herida y se trasladará al hospital.
RECORDAR
La compresión directa es siempre el primer método para detener hemorragias externas y se
debe mantener durante 10 minutos con la extremidad afectada elevada.
Este método no se puede utilizar en el caso de que la hemorragia la produzca una fractura
abierta de un hueso.
2º Compresión arterial.
Cuando falla la compresión directa, debemos utilizar este segundo método. Su aplicación es más eficaz
en hemorragias de extremidades que en el resto de zonas del cuerpo.
Consiste en encontrar la arteria principal del brazo (humeral) o de la pierna (femoral) y detener la
circulación sanguínea en esa arteria, para conseguir una reducción (no eliminación) del aporte
sanguíneo muy importante.
La arteria humeral tiene su trayecto por debajo del músculo bíceps del brazo, así que el socorrista
deberá comprimir en esta zona con las yemas de sus dedos.
La arteria femoral se comprime al nivel de la ingle o de la cara interna del muslo; para ello debemos
utilizar el talón de la mano o bien el puño, en caso de comprimir en el muslo.
La compresión debe mantenerse hasta la Ilegada de la ambulancia o el ingreso en urgencias
hospitalaria.
RECORDAR
La compresión arterial se efectúa en brazos (arteria humeral) y piernas (arteria femoral). Sería el
primer método a utilizar en caso de que la hemorragia la produzca una fractura abierta de un
hueso.
3º Torniquete.
Este método se utilizará sólo en caso de que los demás no sean eficaces y la hemorragia persista. Su
indicación básica es en amputaciones.
El torniquete produce una detención de toda la circulación sanguínea en la extremidad, por Io que
conlleva la falta de oxigenación de los tejidos y la muerte de los mismos, formándose toxinas (sustancias
tóxicas) por necrosis y trombos por acumulación plaquetaria.
Condiciones de aplicación:
En la raíz del miembro afectado.
Utilizar una banda ancha (5 a 10 cm. de anchura).
Anotar la hora de colocación.
Ejercer presión controlada. La necesaria para detener la hemorragia.
Aflojarlo cada 10 minutos durante el traslado, para permitir la irrigación del miembro afectado y para
observar si la hemorragia continúa o ha cesado. Lo ideal es que lo haga un médico.
RECORDAR
El torniquete sólo se empleará en caso de que los demás no sean eficaces y la hemorragia
persista.
Lo ideal es que el torniquete sea aflojado cada 10 minutos por un médico.
Hemorragia interna
Es la que se produce en el interior del organismo, sin salir al exterior, por Io tanto no se ve, pero se
puede detectar porque el paciente presenta signos y síntomas de shock, como por ejemplo: palidez
cutáneo-mucosa, aturdimiento, sudoración fría, pulso rápido y débil y respiración superficial y rápida.
Estos síntomas también pueden aparecer en las hemorragias externas importantes.
Debemos tranquilizar al accidentado, aflojar sus ropas, mantenerlo tumbado y abrigado y elevarle
ligeramente las piernas.
Hemorragias exteriorizadas
Son aquellas hemorragias que, siendo internas, salen al exterior a través de un orificio natural del
cuerpo: oído, nariz, boca, ano y genitales.
Hemorragias de oído
Hemorragias de nariz
Las hemorragias de nariz se denominan epistaxis. El origen de estas hemorragias es diverso; pueden
ser producidas por un golpe, por un desgaste de la mucosa nasal o como consecuencia de una patología
en la que la hemorragia sería un signo, como por ejemplo en el caso de la hipertensión arterial.
También si ha existido un traumatismo violento previo sobre la cabeza, puede estar indicando una
fractura de la base del cráneo, en especial si se acompaña de pérdida de conciencia o hematomas
periorbitarios.
Es cierto que muchas personas consideran la epistaxis como un suceso normal, pero el socorrista no
debe aceptar esta explicación, pues el ser humano no está constituido para sangrar de forma habitual y
“normal”.
Para detener la hemorragia, se debe efectuar una presión directa sobre la ventana nasal sangrante y
contra el tabique nasal, presión que se mantendrá durante 10 minutos. Se realizará haciendo pinza con
los dedos índice y pulgar. La cabeza debe inclinarse hacia adelante, para evitar la posible deglución del
sangrado.
Pasados los 10 minutos, se aliviará la presión, con ello comprobaremos si la hemorragia ha cesado.
Caso contrario, se efectuará un taponamiento anterior con gasa mojada en agua oxigenada. Si la
hemorragia no se detiene se debe evacuar a un centro sanitario con urgencia.
Cuando la hemorragia se presenta en forma de vómito, puede tener su origen en el pulmón (hemóptisis)
o en el estómago (hematémesis). Es importante distinguir su origen para así proceder a su correcto
tratamiento, para ello hay que tener en cuenta una serie de diferencias. (Ver cuadro)
La emisión de sangre por el ano puede tener un origen digestivo alto denominándose entonces Melenas,
apareciendo en forma de heces negras, pastosas y brillantes, o puede tener un origen digestivo bajo
llamándose entonces Rectorragia con salida de sangre roja.
Tanto en las Melenas como Rectorragias se dirigirá al trabajador a un servicio de urgencias para
valoración especializada.
Hemorragias vaginales
Durante el período de gestación, la mujer no debe presentar ningún tipo de hemorragia vaginal
(metrorragia). Su presencia indica la amenaza de aborto, por Io que se debe conseguir un reposo
absoluto (en cama) por parte de la mujer y evitar que siga perdiendo sangre. Para ello hay que aplicar
compresas vaginales y, cruzándole las piernas, las debe elevar en espera de su traslado en ambulancia
a un hospital.
Hemóptisis Hematémesis
Actuación Actuación
b) Dieta absoluta (no dar de comer ni b) Dieta absoluta (no dar de comer ni
de beber de beber
A MODO DE CONCLUSIÓN
La organización de los primeros auxilios no es más que una forma de prepararse para actuar
ante situaciones en principio excepcionales.
Debe orientarse de modo que atienda desde lesiones de baja intensidad que puedan sufrir los
trabajadores, hasta la atención de los primeros auxilios a accidentados en una situación de
emergencia.
Deberá disponerse para tal cometido de los medios materiales suficientes y del personal idóneo
para poder administrar los primeros cuidados a cualquier trabajador que lo requiera, cumpliendo
para ello, al menos, las exigencias mínimas previstas en la legislación de prevención de riesgos
laborales.
Deberán ser consultados los representantes de los trabajadores o, en su defecto, a la totalidad
de los trabajadores.
Toda la ordenación de las actividades de primeros auxilios debería desarrollarse en el plan de
prevención de riesgos de la empresa, definiendo las funciones de todos aquéllos que tienen
algún cometido en esta materia, los recursos necesarios para llevar a cabo estas actividades, los
procedimientos de actuación y las prácticas de capacitación y entrenamiento periódico del
personal encargado de llevarlas a término, así como la coordinación con los servicios externos
de asistencia médica de urgencias y hospitalaria.
Es una buena praxis disponer de guías o procedimientos de administración de los primeros
auxilios, exponiendo de forma clara unas instrucciones sobre los mismos que deben dispensarse
en caso de accidente.
También es bueno que consten por escrito unas instrucciones de las condiciones de utilización
del botiquín o botiquines, de los fármacos y de todo el material de aplicación para este menester,
así como instrucciones para la realización de determinadas prácticas de socorro, todo ello en
consonancia con las características de la empresa y de los factores de riesgo o situaciones de
riesgo existentes en los lugares de trabajo y de la siniestralidad (accidentes e incidentes).
Es preciso que los trabajadores, tanto propios como externos, sean informados de las medidas
organizadas por la empresa ante potenciales situaciones de emergencia (primeros auxilios y
evacuación de los lugares de trabajo). Estas instrucciones también es aconsejable que sean por
escrito y facilitadas a todos los trabajadores, además de colocarlas en paneles informativos
visibles.
Es necesaria la sensibilización de todos los estamentos presentes en el entorno laboral. Para
ello se deberá planificar la instrucción de todo nuevo trabajador en relación con la organización
de los primeros auxilios; verificar de forma periódica la cadena de socorro; comentar y evaluar
actuaciones reales y no dudar en cambiar aquello que no acaba de funcionar correctamente.
Finalmente, decir como resumen que la empresa deberá organizar y planificar los primeros
auxilios de acuerdo con la legislación y adecuarlos a los riesgos; con los medios suficientes
tanto humanos como materiales y manteniendo a los equipos bien entrenados.
CONSIDERACIÓN IMPORTANTE
Es conveniente recordar que los conocimientos que se transmiten en este capítulo no son, ni
mucho menos, todos los que configuran una completa formación en socorrismo y primeros
auxilios. Se detallan actuaciones a desarrollar en la Valoración primaria de un accidentado y en
Soporte Vital Básico, dejando todos los temas de socorrismo y primeros auxilios de otras
lesiones que se detectarán en la Valoración secundaria como obstrucción de la vía aérea,
heridas y amputaciones, quemaduras, contusiones, esguinces y luxaciones, fracturas, pérdidas
de conciencia, intoxicaciones, cuerpos extraños, transporte de accidentados, lesiones
específicas en situaciones concretas, así como toda la formación práctica, que complementan a
ésta y que sólo un curso monográfico de socorrismo y primeros auxilios puede tratar con el rigor
que requieren y el rendimiento necesario.
Autoevaluación capítulo 12
ANEXO
SOLUCIONES A LAS PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN
Capítulo 1
1b, 2c, 3a, 4c, 5c, 6b, 7a, 8b, 9c.
Capítulo 2
1c, 2a, 3a, 4c, 5c, 6c, 7b, 8b, 9c, 10b.
Capítulo 3
1c, 2b, 3b, 4c, 5a, 6a, 7b, 8c, 9a, 10a, 11b.
Capítulo 4
1b, 2c, 3a, 4b, 5a, 6b, 7b, 8b, 9a, 10a.
Capítulo 5
1b, 2b, 3a, 4a, 5a, 6b, 7c, 8a.
Capítulo 6
1b, 2c, 3c, 4a.
Capítulo 7
1b, 2c, 3c, 4c, 5b.
Capítulo 8
1a, 2c, 3b, 4c, 5a.
Capítulo 9
1c, 2b, 3a, 4a, 5c, 6b, 7c.
Capítulo 10
1c, 2b, 3ª.
Capítulo 11
1b, 2b, 3a, 4c, 5c, 6b, 7c.
Capítulo 12
1c, 2b, 3b, 4b, 5b.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA