Ademas de ensaladas frías o templadas, podemos añadir a nuestra alimentación saludable sopas frias
o templadas, según la estación del año ¿quieres probar?
SOPA FRÍA DE TOMATE Y ZANAHORIA Ingredientes: tres tomates maduros; medio kilo de zanahorias; un puñado de almendras; dos cucharadas de aceite de oliva virgen; dos cucharadas de vinagre de manzana; pizca de sal, jengibre en polvo (opcional). ¿Cómo prepararla? Pela las zanahorias y los tomates, trocélos y mételos en la licuadora. A continuación tritura las almendras crudas y añádelas a la mezcla. Si la textura es muy espesa, incorpora un poco de agua. Incorpora las dos cucharas y aceite, vinagre, una pizca de sal, y por último una pizca de jengibre en polvo. Mantén la crema en frío hasta cinco minutos antes de servirla y añade un chorrito de aceita de oliva como broche final. SOPA DE SANDÍA Y MANGO Ingredientes: cinco tazas de sandía y dos tazas de mango (pelado y cortado en cubitos), 1/4 taza de zumo de lima, tres cucharadas de menta fresca picada, una cucharada de jengibre picado, una cucharada de miel. ¿Cómo prepararla? Bate 4 tazas de dados de sandía y una taza de mango en una batidora de vaso o licuadora. La fruta sobrante córtala en trocitos pequeños y añádela a la mezcla ya batida. En otro recipiente, mezcla el zumo de lima, la menta picadita, el jengibre y una cuchara de miel. Añade esta mezcla a la anterior y remueve bien. Mantén la crema en frío durante dos horas aproximadamente antes de servirla. SOPA DE MELÓN CON NARANJA Ingredientes: dos tazas de melón en cubos, una taza de zumo de naranja, una cucharada de zumo de limón, canela en polvo, hojas de menta o hierbabuena. ¿Cómo prepararla? Bate el melón y el zumo de naranja en una batidora de vaso o licuadora hasta conseguir una consistencia homogénea y sin grupos. Añade después el zumo de limón y una pizca de canela. Guarda tu mezcla en la nevera durante un par de horas y a la hora de servir decora con unas hojas de menta o hierbabuena. Nuestro cerebro es pura grasa. Necesitamos ingerir grasa de buena calidad. La palta o aguacate es un alimento excelente por sus propiedades. Está repleta de ácidos grasos monoinsaturados beneficiosos para el corazón. Es un alimento alto en grasas. De hecho, un 77 % de sus calorías provienen de ellas, convirtiéndola en uno de los alimentos vegetales con mayor contenido graso. Pero no es cualquier grasa. En su mayoría, es ácido oleico, un ácido graso monoinsaturado que es también el mayor componente dentro del aceite de oliva y, según se cree, responsable de algunos de sus efectos beneficiosos. El ácido oleico ha sido relacionado con una reducción en la inflamación y se ha demostrado que tiene efectos positivos en los genes relacionados con el combate contra el cáncer. Las grasas en la palta son también muy resistentes a la oxidación inducida por calor, por lo cual el aceite de palta es una opción saludable y segura para cocinar. Está llena de fibra La fibra es materia vegetal indigestible que puede contribuir a la pérdida de peso y reducir los picos de azúcar en sangre, además de estar fuertemente relacionada con un menor riesgo de sufrir varias enfermedades. La fibra puede ser soluble o insoluble. La soluble sirve como alimento a las bacterias “buenas” del intestino, y son muy importantes para el funcionamiento óptimo del cuerpo. Las grasas que contiene ayudan a absorber nutrientes de otros vegetales La cantidad total de nutrientes que se consuma no es lo único que importa. También hay que tener la posibilidad de absorberlos, moverlos desde el tracto digestivo hacia el resto del cuerpo. Algunos nutrientes son solubles en grasa, lo cual significa que deben ser combinados con grasas para ser utilizados. Esto incluye a las vitaminas A, D, E y K, además de algunos antioxidantes como los carotenoides. Un estudio muestra que agregar palta o aceite de palta a las ensaladas o salsas puede elevar la absorción de antioxidantes de 2.6 a 15 veces. Así, la palta no sólo es muy nutritiva, sino que también puede elevar dramáticamente el valor nutritivo de otros vegetales que se consumen. Esta es una razón excelente para incluir siempre una fuente saludable de grasas cuando se comen verduras. Sin ella, muchos de sus nutrientes beneficiosos se desperdiciarán.