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Nuestra Música Campesina: Un canto a la autenticidad

En la actualidad, espíritu e identidad se condicionan recíprocamente en lo que llamamos cultura,


expresión que transita entre lo ideal y lo real, entre lo material y lo inmaterial, lo tangible y lo
intangible, que son a la larga una sola dinámica que suscita y proyecta toda la magia y creatividad
que las comunidades despliegan a través del tiempo. Así, lengua, mito, religión, tradiciones,
leyendas, hábitos, costumbres, artes plásticas, danza, música etc., trascienden el círculo de la vida
práctica y concreta de los individuos y se expresan con fuerza en la cotidianidad.

La música campesina de nuestra región, es una expresión de autenticidad y de gran contenido


cultural de nuestro pueblo, manifestada en las situaciones especiales de unión de la comunidad y
su entorno; de evocación del pasado, de la memoria y de las diferentes experiencias compartidas
hechas canciones y versos, elaborados con la diáfana lectura del artista campesino, convertidos en
valores estéticos que perfilan razones de identidad bastante particulares y significativas en el
inventario cultural de nuestro país.

Escuchar a los Alegres de Genoy, la Guanga de Mocondino, los Montañeros de Catambuco entre
muchos otros, es asistir al encuentro con la ruralidad y la reminiscencia propia de un territorio
añejado en su singular historia, y que genera apuestas con la autoritaria presencia de otras
expresiones musicales del mundo y la modernidad.

Nuestra Música Campesina posee una rítmica madurada en el sur, acá en nuestra tierra, en
ambientes de familiaridad y camaradería, de chistes y aromas andinos; esa música que, según el
Maestro Chato Guerrero, es nuestro Son Sureño (seis octavos), pariente cercano del bambuco y
del pasillo, constituido en bellas composiciones musicales, románticas y bailables de mucha
tradición, música depositaria y transmisora de orgullo a las nuevas generaciones.

Hoy a pesar de que el mundo está atravesado de profundas transformaciones que afectan
particularmente el patrimonio cultural inmaterial, especialmente el de los países del tercer mundo,
es menester que las comunidades y los organismos encargados de la cultura continúen
preservando, promocionando y posicionando esta bella expresión de autenticidad llena de vitalidad
conectada al pasado y enriquecida a lo largo del tiempo.

Nuestra Música Campesina representa una de las categorías más importantes de nuestro
patrimonio común, que da testimonio a propios y extraños de la unidad de la familia de los que
habitamos esta región más allá de nuestras diferencias.

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