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M.I.H. CARLOS H.

MALDONADO MENDEZ
La infiltración está gobernada por dos fuerzas: la gravedad y la acción
capilar. Los poros muy pequeños empujan el agua por la acción
capilar además de contra la fuerza de la gravedad. La tasa de
infiltración se ve afectada por características del suelo como la
facilidad de entrada, la capacidad de almacenaje y la tasa de
transmisión por el suelo.
En el control de la tasa y capacidad infiltración desempeñan un papel
la textura y estructura del suelo, los tipos de vegetación, el contenido
de agua del suelo, la temperatura del suelo y la intensidad de
precipitación. Por ejemplo, los suelos arenosos de grano grueso tienen
espacios grandes entre cada grano y permiten que el agua se infiltre
rápidamente.
La vegetación crea más suelos porosos, protegiendo el suelo del
estancamiento de la precipitación, que puede cerrar los huecos
naturales entre las partículas del suelo, y soltando el suelo a través de
la acción de las raíces. A esto se debe que las áreas arboladas tengan
las tasas de infiltración más altas de todos los tipos de vegetación.
Supóngase que al inicio de una tormenta el suelo está seco, que la
capacidad de agua que puede absorber en la unidad de tiempo
(infiltración) es mayor que la intensidad de la lluvia en esos primeros
instantes.
En esta parte del proceso las fuerzas producidas por la capilaridad
predominan sobre las gravitatorias. Al avanzar el tiempo si la lluvia es
suficientemente intensa, el contenido de la humedad del suelo
aumenta hasta que su superficie alcanza su saturación.
En este momento se empiezan a llenar las depresiones del terreno, es
decir se originan charcos y comienza a producir flujo sobre la
superficie.
El proceso de infiltración puede continuar sólo si hay espacio
disponible para el agua adicional en la superficie del suelo. El
volumen disponible para el agua adicional depende de la porosidad
del suelo y de la tasa a la cual el agua antes infiltrada puede alejarse
de la superficie a través del suelo.
La tasa máxima a la que el agua puede
entrar en un suelo se conoce
como capacidad de infiltración. Si la
llegada del agua a la superficie del
suelo es menor que la capacidad de
infiltración, toda el agua se infiltrará.
Si la intensidad de precipitación en la
superficie del suelo ocurre a una tasa
que excede la capacidad de
infiltración, el agua comienza a
estancarse y se produce la escorrentía
sobre la superficie de la tierra, una vez
que la cuenca de almacenamiento está
llena. Esta escorrentía se conoce como
flujo terrestre hortoniano.
Robert E. Horton (1933) sugirió que la capacidad de
infiltración rápidamente disminuía durante la fase
inicial de una tormenta y luego tendía hacia un valor
aproximadamente constante después de un par de
horas.
El agua antes infiltrada llena los almacenes
disponibles y reduce las fuerzas capilares que
hacen entrar el agua en los poros. Las partículas de
arcilla en el suelo pueden hincharse cuando se
mojan, y así reducen el tamaño de los poros. En
áreas donde la tierra no está protegida por una capa
de residuos forestales, las gotas de lluvia pueden
separar las partículas del suelo superficial y lavar
las partículas finas en los poros superficiales, lo que
puede impedir el proceso de infiltración.
La infiltración juega un papel de primer orden en la relación
lluvia escurrimiento y por lo tanto en los problemas de
diseño y predicción asociados a la dimensión y operación
de obras hidráulicas.
Sin embargo la infiltración recibe poca atención por parte
de los ingenieros proyectistas, quizá por la falta de
herramientas adecuadas para su tratamiento.
La forma precisa en que se realiza el procedimiento descrito depende
de un gran número de factores, entre los que destacan:

a) Textura del suelo


b) Contenido de humedad inicial
c) Contenido de saturación
d) Cobertura vegetal
e) Uso del suelo
f) Aire atrapado
g) Lavado de material fino
h) Compactación
i) Temperatura.
Para medir la infiltración de un suelo se usan los infiltrómetros, que sirven para
determinar la capacidad de infiltración en pequeñas áreas cerradas, aplicando
artificialmente agua al suelo.

Los infiltrómetros se usan con frecuencia en pequeñas cuencas o en áreas


pequeñas o experimentales dentro de cuencas grandes. Cuando en el área se
presenta gran variación en el suelo y vegetación, ésta se subdivide
en subáreas relativamente uniformes, de las cuales haciendo una serie de
pruebas se puede obtener información aceptable.

Siendo la infiltración un proceso complejo, es posible inferir con


los infiltrómetros la capacidad de infiltración de cualquier cuenca en forma
cualitativa, pero no cuantitativa. La aplicación más favorable de este equipo se
obtiene en zonas experimentales, donde se puede evaluar la infiltración para
diferentes tipos de suelo y contenido de humedad.
Los infiltrómetros se pueden dividir en dos grupos: de carga constante y
simuladores de lluvia.
 Infiltrómetros de carga constante. Permiten conocer la cantidad de agua
que penetra en el suelo en un área cerrada a partir del agua que debe
agregarse a dicha área para mantener un tirante constante, que
generalmente es de medio centímetro.
 Simuladores de lluvia. Con el objeto de evitar en lo posible las fallas de
los infiltrómetros de carga constante, se usan los infiltrómetros que
simulan la lluvia, aplicando el agua en forma constante al suelo mediante
regaderas.
El área que estos simuladores cubre varía generalmente entre 0.1 y 40 m2. En
estos aparatos la capacidad de infiltración se deduce midiendo el
escurrimiento superficial resultante de una lluvia uniforme. Existen diversos
tipos de infiltrómetros de esta clase, dependiendo del sistema generador de
lluvia y la forma de recoger el escurrimiento superficial del área en estudio.
El índice de infiltración media está basado en la hipótesis de que para una
tormenta con determinadas condiciones iniciales la cantidad de recarga en la
cuenca permanece constante a través de toda la duración de la tormenta.
Así, si se conoce el hietograma y el hidrograma de la tormenta, el índice de la
infiltración media, ø, es la intensidad de lluvia sobre la cual, el volumen de lluvia es
igual al del escurrimiento directo observado o lluvia en exceso.

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