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Guía de buenas prácticas en gestión

Santiago Santamaría – Historia y Ciencias de la Música

73028122V

La guía nace en Catalunya y se fundamenta en la experiencia de cerca de 25 años de los


profesionales de la gestión cultural en nuestro país. Es un marco de referencia para
reforzar la necesaria autonomía e independencia del gestor cultural a hora de afrontar
situaciones laborales.

Esta guía tiene como objetivo principal el fomento del trabajo profesional de calidad
del gestor cultural y pretende entre otras cosas convertirse en un manual del ejercicio
responsable, contribuir al conocimiento de la normativa legal y contribuir a un mayor
equilibrio entre las partes que intervienen en procesos culturales.

Se habla de gestión cultural de calidad en relación con los factores que intervienen en
los resultados obtenidos; factores entre los que encontramos le eficacia, la eficiencia, el
criterio, el conocimiento y la flexibilidad. Son las competencias de la gestión.

La eficacia es la capacidad de lograr el objetivo e implica tener una actitud cooperante


con el equipo de trabajo y los socio del proyecto. La eficiencia es la relación equilibrada
entre los resultados obtenidos y los recursos empleados, y es importante buscar la
calidad del trabajo con equipos suficientes, completos y estables. El criterio es la
capacidad de juicio para discernir las cualidades del proyecto y de aportar valor a las
programaciones y propuestas, y tiene que ver con la pericia y el conocimiento y se
adquiere a partir de una formación rigurosa y una práctica continuada. El conocimiento
es necesario para valorar el trabajo creativo e interpretativo de una forma apropiada. Por
último la flexibilidad, procesos dinámicos que se adapten a lo que se ofrece en el ámbito
en el que se ofrece.

Otro punto importante es la calidad, ya que cuando se habla de orientar la gestión


cultural hacia los resultados, también se está hablando de los objetivos relacionados con
la calidad y los valores. El gestor debe considerar que un trabajo de calidad es aquel que
aporta valores a la prestación de servicios o a la oferta de productos culturales. Debe ser
sensible y estar atento a los nuevos lenguajes creativos para evitar el estancamiento
conceptual y estético. Hay que incorporar la innovación y el riesgo como criterios de
experimentación cultural y artística. Además tiene que tener cierta función educativa,
están plenamente conectados, es a través de la educación como alcanzamos la cultura.
Desde la gestión cultural se impulsarán proyectos de desarrollo comunitario y se
trabajará para la creación de nuevos públicos con el objetivo de llegar a todos los
sectores de la sociedad. Además el gestor cultural debe tener en cuenta el impacto que
el sector tiene en la economía y que se traduce en la fuerte contribución al PIB.

En cuanto a los instrumentos metodológicos es importante ser consciente que a través


de ellos se puede valorar la calidad del trabajo. Se recomienda que la trea realizada por
un gestor se haga a partir de una planificación que se adapte a las diferentes necesidades
y territorios. Encontramos concretamente 9 principales instrumentos de la gestión
cultural que ahora explicaré brevemente: Manual de procedimientos, Plan de viabilidad
o el plan de empresa, Plan de desarrollo, Plan de marketing y comunicación, Plan de
seguridad y de mantenimiento de los edificios y equipos, Inventario de bienes y
equipos, Sistemas de participación y evaluación, Memorias y justificaciones y
Evaluación.

- El manual de procedimientos es el que establece el desarrollo de cada una de las


principales actuaciones y permite la transmisión de conocimientos y la homologación de
los criterios de actuación. Considero muy importante evitar que el procedimiento toma
protagonismo y que busque el objetivo y no se recree en el mismo proceso.

- El Plan de viabilidad estudia si un proyecto en posible o no y si es capaz de alcanzar


los objetivos que se propone. Quizá sea uno de los instrumentos más importantes en mi
opinión, ya que considero que el papel lo aguanta todo, pero siempre hay que ser
conscientes de hasta donde se puede llegar con un proyecto y no ser ambiciosos porque
el fracaso existe y puede ser considerable, quizá donde más se notase sería en la
economía.

- El plan de desarrollo procura garantizar que un proyecto progrese adecuadamente


evitando estancamientos; las herramientas son el plan de mejora, el de mantenimiento
de espacios y el de delimitación de objetivos.
- El de marketing potencia y facilita a toda la comunidad la experiencia cultural y el
contacto con la creación artística y está conformado por un análisis del marco general
del plan, una determinación de objetivos, unas estrategias de acción y unos sistemas de
control y evaluación.

- El Plan de seguridad y mantenimiento garantiza la seguridad de los usuarios e


infraestructuras.

- Con el inventario se detallan los bienes y equipos disponibles, ya que se debe saber de
que se dispone, en función de ellos se podrán realizar diferentes actividades.

- A través de los sistemas de participación podemos relacionar la ciudadanía y la gestión


cultural. Se puede integrar el punto de vista de la sociedad y obtener una mayor
participación.

- Con las memorias y justificaciones podemos explicar el trabajo realizado. Hay que
rendir cuentas a las administraciones que han aportado recursos para el proyecto.

- Por último la evaluación, el instrumento que relaciona los objetivos y los resultados.
El gestor también adoptara medidas para conocer que valoración hacen los usuarios y
qué intereses tienen.

En todo este entramado de pasos y elementos a tener en cuenta encontramos una parte
fundamental que trata la gestión de la propiedad intelectual y derechos de los
usuarios.

En cuanto la propiedad intelectual hay que tener en cuenta los derechos de carácter
personal (morales), que son un conjunto de facultades inherentes a la condición de
artista creador, facultades que no se pueden transferir y les permite decidir sobre su
divulgación, exigir el reconocimiento, el respeto, modificar la obra o retirarla del
comercio; y hay que tener en cuenta también los derechos de carácter patrimonial,
facultades económicas que se atribuyen al artista pero que si son transferibles y se
agrupan en los derechos de explotación y los de remuneración.

Además de la propiedad intelectual, los gestores culturales cuentan con bases de datos
personales de sus usuarios para poder llevar a cabo las labores de comunicación, por lo
que existe también una gestión y custodia de los datos personales. El gesto debe guardar
la ley y garantizar y proteger la privacidad como derecho fundamental de las personas.
No es menos importante la gestión de actividades, bienes y equipamientos culturales.
Los gestores son responsables del buen uso de los espacios y equipamientos usados en
las actividades. Procurará eliminar las barreras arquitectónicas, sensoriales e idiomáticas
par una accesibilidad universal. Una de las funciones fundamentales en esta materia es
la gobernanza de proyectos y servicios que se dirigen al público, el gestor es quien debe
gestionar proyectos como fundaciones, en cualquier caso se haga desde lo público o
privado debe garantizar la buena gobernanza ateniéndose a las competencias de las que
hemos hablado anteriormente.

Continuando con esta línea llegamos a las políticas culturales: colaboración y


autonomía. El gestor cultural con frecuencia interviene en la valoración de proyectos
políticos, técnicos, de creadores, asociaciones, industrias culturales…etc. Su tarea
consiste en determinar con el máximo rigor e imparcialidad su viabilidad e interés
conforme a criterios definidos antes de validar su ejecución. Para ello hay que tener en
cuenta que los programas no se supediten a calendarios políticos, que la dotación
económica debe aprobarse con la mayor celeridad posible, o que los agentes que estén
bajo convenio deberían comprometerse a presentar periódicamente una evaluación
completa de la gestión y de actividades realizadas.

La práctica de la gestión debe llevarse a cabo sin interferencias ni amenazas a la libertad


y ala independencia o autonomía profesionales, con autonomía técnica y organizativa.
Por eso será importante defender la libertad práctica profesional ante posibles presiones
de intereses ajenos a los propios objetivos profesionales. Este rigor debe ser compatible
con la voluntad de encontrar formas de consenso que faciliten la resolución de encargos
concretos.

Además el gestor debe contribuir a la elaboración de normas y políticas de desarrollo


cultural. La política es la receptora de las voluntades de la ciudadanía y la colaboración
de los gestores culturales con los políticos gobernantes es indispensable para hacer
posible el desarrollo de iniciativas creadoras de valor público. El dinamismo cultural de
hoy en día y la diversidad de elementos hacen que se desarrollen políticas y que se
presten servicios de formas colaborativas en las que distintas organizaciones participen,
sería la colaboración entre agentes.

Otra de las partes a tener en cuenta en la gestión es la de recursos humanos. El gestor


tendrá que contar con la colaboración de diferentes profesionales en sus proyectos, y
velará por que la contratación de estos servicios se realice con procesos que garanticen
la transparencia. Esta contratación se realizará mediante una valoración del perfil y de
las competencias idóneas de los aspirantes, los aspectos fundamentales son:

- Convocatoria del procedimiento,

- anuncio de la modalidad,

- publicación de las características del puesto,

- definición del perfil y competencias,

- y especificación de la modalidad de contratación (duración, sueldo y condiciones)

Las colaboraciones de estudiantes en prácticas y becarios deben ser con finalidad


formativa y las de las personas voluntarias tendrán siempre carácter de
complementariedad, sus funciones no pueden ser equivalentes a las de un profesional.
El ejercicio de la profesión en las instituciones públicas se considera incompatible con
el desarrollo de actividades privadas o de interés personal que puedan suponer un
conflicto de intereses. Los espacios de trabajo cumplirán las correspondientes
condiciones en cuanto a seguridad, salubridad y riesgos laborales; el gestor informará al
contratado de los riesgos y condiciones de trabajo existentes.

Dentro del tema de Recursos Humanos se adoptarán medidas para facilitar a los
trabajadores del sector cultural la conciliación de la vida laboral y familiar. La actividad
de varias profesiones del sector cultural debe realizarse necesariamente en horarios
nocturnos o festivos, sobre todo en el campo de artes escénicas y música.

Y de Recursos Humanos nos vamos a la parte que quizá puede ser la menos interesante
pero absolutamente necesaria para poder contratar servicios, la parte referente a gestión
económica.

En la gestión económica se deberá planificar y prever los ingresos y gastos, buscando el


equilibrio entre recursos, actividades y servicios. Se deberá realizar un estudio de
viabilidad económica y una vez realizado realizar estudios de impacto económico para
evaluar la rentabilidad.

En cuanto a la financiación, el gestor se ocupará de buscar nuevos recursos para


garantizar la supervivencia y la mejora de los proyectos culturales. Como estrategia a
medio plazo hay que diversificar las fuentes de financiación para no ser
económicamente dependiente de una sola fuente; y se buscará la sostenibilidad a largo
plazo.

Se buscarán posibles colaboradores de patrocinio con sectores que puedan ser


favorables sin caer en la tentación del dinero fácil a cambio de vinculaciones del
proyecto a sus marcas. Estas búsquedas exigen una planificación precisa de marketing y
comunicación. La transparencia debe estar presente en los proyectos.

También hay que establecer las contraprestaciones económicas. Los gestores asumirán
los horarios que se acuerden, y es recomendable que los gestores publiquen las tarifas
que utilizan para remunerar los servicios de la profesionalización.

La contratación se hará asumiendo sueldos normalizados, realizándose comparativas


con servicios profesionales con tarifas de igual naturaleza a fin de establecer las
dotaciones presupuestarias correspondientes. Para el cálculo se ponderarán: el tiempo de
dedicación, complejidad, coste de materiales, novedad, antigüedad del cliente y
experiencia que se aporta. Es gestor evitará los honorarios que sobrestimen o
infravaloren el trabajo realizado.

Teniendo en cuenta todos estos aspectos económicos el gestor se debe encargar de la


adquisición y contratación de obras, servicios y suministros.

En el sector público encontramos distintos tipos de procedimientos de adjudicación:

 Directo: solo contratos menores


 Negociado: de forma justificada tras efectuar consultas a varios candidatos y
negociar con ellos, siempre con un trato igualitario.
 Público: el concurso se convoca públicamente.
 Abierto: cualquier empresa puede presentar un proposición a la convocatoria.
 Restringido: solo puede presentar los seleccionados entre los que lo han
solicitado.

Es necesario establecer contratos que regulen las condiciones y pactos de la relación


profesional entre la parte contratante. Y es muy recomendable que se formalice por
escrito para exigir su cumplimiento, y puede ser público o privado, teniendo el público
más fuerza jurídica.. Deberán contener encabezamiento, fecha y lugar, datos de las
partes, expositivo y manifestaciones, parte dispositiva. Esta última es en la que se
establecen todos los pactos y se establecen los siguientes elementos:

 Objeto de contratación
 Plazo de ejecución
 Condiciones económicas
 Condiciones
 Detalle de condiciones técnicas
 Determinación de espacios de trabajo
 Apoyo de otras empresas que se contratan
 Medidas de seguridad
 Forma de pago
 Lugar, hora y periodo de realización
 Difusión que se prevé realizar
 Sistema de evaluación

En conclusión, encontramos que un buen gestor tiene que adecuarse a elementos más
propios del proyecto como las competencias o la calidad de su proyecto, y además de
esto debe realizar una buena gestión de recursos humanos, una gestión económica y una
total transparencia en cuanto a la adquisición de contratos de todo tipo. Muchas
materias que debe conocer y que requieren de un conocimiento notable de cada una de
ellas, como economía, marketing, recursos humanos, políticas culturales...etc. Un
trabajo amplio y detallado para gestionar correctamente la cultura, ya sea de una
institución pública o privada.

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