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JUSTIFICACIÓN DE NUESTRO PROYECTO

El cine es un elemento de entretenimiento y educación muy


importante en la sociedad de hoy día, ejerciendo una poderosa
influencia en los más jóvenes. Esto es debido en gran parte a que
el cine es una ventana que muestra las peculiaridades y dilemas
del mundo que nos rodea.

Y aunque el cine tiene desde hace muchos años una fuerte


presencia en nuestras vidas, ésta no lo es tanto en el ámbito
educativo, es por ello el interés de nuestro trabajo. Como señala
Marzal “la falta de perspectiva histórica y la pervivencia de viejas
estructuras académicas, nos lleva aún hoy a seguir constatando
una falta de interés real por introducir en los currículos de todos
los niveles educativos, desde la educación infantil y primaria, hasta
la formación universitaria, el estudio de los medios audiovisuales.”

La televisión, internet y los videojuegos han desplazado a los


medios audiovisuales de la fotografía, el cine o la radio.

Este magnifico fenómeno no es sólo marketing y negocio, sino


también es arte, espectáculo, comunicación, lenguaje,... Para
aprovechar sus grandes recursos es preciso mostrarlo de forma
amena y dinámica, pero también enseñar a verlo y analizarlo
desde un espíritu crítico para conseguir extraer los valores
positivos que muestra. Por todo esto el cine debería ser una
herramienta usual en las aulas pues a través de él los alumnos
pueden desarrollar competencias básicas, además de recrear
momentos de ocio y diversión, así como convertirse en un evento
social y socializador del colegio.

Es fundamental para conseguir el objetivo educativo que


perseguimos, seleccionar adecuadamente la película en función de
la edad de los alumnos y de sus intereses. Así creemos que es más
interesante para ellos películas modernas, con efectos
audiovisuales de calidad, con argumento dinámico, música
sencilla, alegre y pegadiza, al menos, en los primeros años de
educación utilizando el cine como medio. Posteriormente
consideramos interesante ir introduciendo, siempre en relación con
la edad de los alumnos, la motivación de estos y los conocimientos
que queremos transmitir, así como la temática que se trabaja, cine
cultural y algo de la historia del cine.

LO QUE DICEN DEL CINE ALGUNOS AUTORES


“Es necesario que el cine esté presente en los procesos de
socialización y educación de la población infantil como un recurso
educativo cotidiano (no excepcional), utilizado de modo didáctico y
con fundamento pedagógico, aprovechando sus posibilidades de
diversión (su encanto) y maximizando sus oportunidades para la
enseñanza y el aprendizaje de contenidos conceptuales,
procedimentales y actitudinales” (Raposo y Sarceda, 2008).

“El cine, aparte de entretener, también aporta modelos de


comportamiento que el espectador consume con ansia en un intento
de encontrar algo a lo que parecerse, algo que le ayude a tomar una
decisión sobre su propia conducta” (Loscertales, 2001: 26).

“El cine (…) no puede ni debe ser reducido a las salas


cinematográficas. Las nuevas tecnologías hacen posible su traslado
a cualquier ambiente y lugar. Las aulas de todos los niveles deben
disfrutar también de su presencia. Más aún cuando el cine, lleno de
mensajes y de contenidos aporta el ingrediente mágico que en
infinidad de ocasiones puede dar las pautas para el interés y la
motivación. El impacto que la imagen en movimiento, ya sea en
celuloide, en vídeo o digitalizada en el ordenador, causa en la
especie humana provoca emociones e impresiones de mayor calibre
que cualquier otra reproducción o imagen. El movimiento, el sonido
y la música, la cercanía de la ficción hecha realidad facilita sin duda
una gran cantidad de los estímulos necesarios para el aprendizaje”
(Martínez-Salanova, 2002: 54).

“¿Qué de bueno encontrarán los pequeños en el cine corriente? El


cine es la conquista de más importancia realizada por el hombre.
Nada tan hermoso, tan plástico, tan vivo, tan moldeador. Gracias a
él conocemos ciudades y costumbres lejanas: seres, mares y cielos
cuya profundidad no alcanzaríamos jamás si no fuera por la gran
plomada que el cinematógrafo echa en sus pupilas.
[…] El maestro ha visto ya en el cine el agente más poderoso de la
educación. El más grato: instruir recreando. Sin esfuerzo, sin
tortura. Con la avidez y la simpatía con que se juega…” (Jiménez
Pulido, 1999: 121).

“Está claro que, bien transmitido, el cine implica educación. Pero no


sólo educación como transmisión de conocimientos e informaciones,
sino más bien en tanto objeto artístico, mediante el cual se favorece
el incremento de la sensibilidad y la cultura de los hombres” (Ruiz,
Cervera, Rodríguez, 1998: 13).

APRENDIZAJE A TRAVÉS DEL CINE


El cine puede ser un recurso didáctico valioso en la tarea educativa
de nutrir el intelecto y formar actitudes positivas que ayuden al
desarrollo personal y humano (Choza y Montes, 2001). Al
utilizar películas para desarrollar una educación en valores, se
puede ver una doble vertiente: por un lado podremos ahondar en
los referentes culturales que inciden en los conceptos de valores que
se suscriben y por otro lado servirán para mostrar situaciones,
vivencias y opiniones relativas a dichos valores de una forma amena
y atractiva para el alumnado. Así el cine asume ese papel formativo,
desde su potencialidad en la transmisión de ideas y en nuestro caso
de valores formativos. Su importancia desde esta perspectiva es
transcendental ya que esos valores van a condicionar la forma de
pensar y actuar del público y tiene una gran capacidad de influencia,
tanto en individuos como en colectivos, porque la imagen llega al
espectador de manera increíblemente penetrante (De La Plaza y
Redondo. 1993). De esta manera una película, sea o no una obra
maestra, posee un enorme potencial educativo que puede ser una
gran ayuda a la labor docente por las posibilidades comunicativas
que tiene para los jóvenes de hoy. El cine nos enseña a aprender no
sólo de nuestras propias experiencias compartidas con los
personajes de la pantalla, sino de otras muchas experiencias que
posiblemente nunca tendremos el tiempo, ni en muchos casos el
deseo, de experimentar. Y se convierte así en una herramienta
válida que nos ayuda en nuestra formación personal y nos enseña
a vivir (Choza y Montes, 2001).

Educar en valores tan abstractos como el amor, la solidaridad, la


paz, la justicia, la igualdad, la tolerancia y, otros muchos, puede
llegar a resultar una ardua y poco fructífera labor si son explicados
tan solo mediante el lenguaje verbal. La educación, tan necesitada
de instrumentos eficaces, con mucha frecuencia da la espalda a los
medios audiovisuales a pesar de la gran importancia que han
adquirido. La posibilidad comunicativa, expresiva e informativa de
dichos medios hace que su lenguaje sea tan importante como pueda
ser el lenguaje directo (verbal, oral u escrito) tradicionalmente
usado en las aulas. Mediante el cine, transmitir ideas es mucho más
ágil. Introducir el cine en la educación puede suponer un recurso
más en manos de un profesorado que en ocasiones se encuentra
falto de metodologías efectivas, atractivas y sugerentes para la
motivación de su alumnado.
Teniendo en cuenta que nos situamos en Educación Primaria
podemos trabajar con y desde el cine prácticamente todas las áreas
del currículum, especialmente las de Conocimiento del Medio
Natural, Social y Cultural, Educación Artística, Lengua Castellana y
Literatura, Lenguas Extranjeras… Para cada una de ellas, este medio
constituye un referente de contenidos difícilmente igualable, ya que
contamos con una base documental de imágenes en movimiento
relacionadas con innumerables ámbitos del saber. En este sentido,
el cine aporta contenidos como: la historia y las costumbres, la
ciencia y la tecnología, las artes y el pensamiento, las tradiciones y
los cuentos, los valores y relaciones humanas, el entorno natural,
las formas de expresión…
El cine, y en concreto la película que trabajaremos, nos facilitan el
desarrollo de una serie de capacidades y habilidades fundamentales
en el planteamiento curricular de Educación Primaria tal como se
deduce de los objetivos que exponemos, que se resumen en la
finalidad de esta etapa educativa que no es otra que “proporcionar
a todos los niños una educación común que haga posible la
adquisición de los elementos básicos culturales, los aprendizajes
relativos a la expresión oral, a la lectura, a la escritura y al cálculo
aritmético, así como una progresiva autonomía de acción en su
medio”.

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