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Et MONITOR EpucaciOn COMUN ORGANO DEL CONSEJO == NACIONAL DE EDUCACION | [ piauioreca N32. Sree Ne ee aR ae Se ee ee ” — "arch com |S) * QaSEP : SEP Ore ‘ Cosas de amas Para EL MONITOR. En alguna colaboracién de la prensa he contemplado esta cum- bre, de un solo lado: el de su accién educacional. Pero Sarmiento es poliédrico y Proteo, refulge como el duro brillante de mil facetas. No fué el hombre individual sino una sintesis del hombre co- lectivo. No lo fué en ningtin momento, ni cuando el masculo hace el nido: no soportaba ataduras ni coyundas, tal cual el potro so- berbio. En una de sus polémieas, refa con su reir homérico en faz de los vineulos comunes que pretenden atar al espiritu soberano, y con- fesaba impavido con ironfa colosal: ;Le ha sido infiel a Gallo!... refi- riéndose a una divergencia con el grupo politico en que actuaba el Dr. Don Delfin Gallo, enearndndolo en éste en ese momento de su arranque, que siempre habia de objetivarse hacia la altura. No tuvo hijo sino que lo adopté, como los romanos consulares, haciendo del nifio Domingo Fidel Castro, con cuya madre se casé en Chile en segundas nupcias de ésta, su Dominguito Sarmiento, a quien ensefié a deletrear en la triste emigracién, y a pensar y sentir y consagrarse desde temprano a la patria en holocausto. Cuando el nifio cayé bajo el plomo de Curupayti, el vasto padre levant6 en el cementerio una columna tronchada, y una noche le amanecié el dia en la tempestad insomne de su ternura, llorando sobre esa tumba, con lo que la oposicién dijo, que tornaba de una orgia, viéndolo regresar a su casa en la alta mafiana tambaleante, desabrochado el cuello de toro, y aténita la mirada profunda. La patria, ese era el inmenso amor del formidable sanjuanino, y la adoraba en todas sus formas, en el nifio que deletreaba y com- batfa, en el campo que araba el labrador, en el fruto que madura en el suelo fecundo del Delta, en la Pampa infinita y verde que nunca habfa visto el montafiés, apesar de haberla pintado en el ‘‘Fa- cundo’’, y de que tomaba posesién por vez primera al raudo galope, vuelto de la emigracién, en la alborada de Caseros. ee ® Sarmiento removia con sus potentes manos en nuestra evolucién _ nacional, todos los problemas del gobierno, del pensamiento y del tra- bajo, siempre siguiendo su modelo norteamericano que habia obser- vado de visu en la proseripeién. Propuso desde la Presidencia, aténdose las manos a si mismo, la ley orgdnica de intervenciones a las provincias; estudié en el libro, LACTIC de las razas en América; introdujo el alambrado en nuestros campos biertos, para convertir en sedentario al gaucho némade, en el que ‘vi6 siempre a su enemigo natural, el caudillo; planté el eucaliptus mericano, gigante y de hoja perenne, para dar sombra y abrigo a Jas haciendas; y prologgando modestamente el segundo tomo del ~ libro de Don Manuel ©.‘ Chueco, titulado ‘‘Los Pioneers’’, penetré al fondo y el detalle, cual si fuera un experto trabajador, de todos los problemas de nuestra labor pastoril, agricola e industrial. e # % * Después de haber sido Presidente de la Reptiblica, ya entrado sn afios y para distraer su incesante actividad, fué hasta Junin de _ Buenos Aires y quiso transformar su Mar Chiquita en uno de los ~ lagos americanos, semejante al Great Salt Lake de Utah, y bordarlo de ciudades en las riberas.. Cuando le observaron Mufiiz y Don Emilio Mitre que la mar se - secaba y se’pasaba al galope, replieé que los mares no se secan sino que siguen corriendo por debajo de la tierra y que ésta era la con- tinuacién de la Mar Chiquita de Cérdoba en su aporte al hondo “Parana, Como fuera esta la hidrografia del Canal de los Andes Plata, que es tradicién cavaron los Incas y después bosquejé una de las utopias de Rivadavia, como es la del Canal del Norte después planteada como idea de Gobierno y acaso mas suspendida que. fra- easada. % Un dia, bajo los eucaliptus de la vieja estancia, Sarmiento se habia quedado abstraido contemplando la vasta extensién de ese mar en compendio. Pasaba la hora de almorzar, el asado esperaba tendido, y Don traerlo a Ja realidad de los estémagos espectantes. El interpelado se volvié como un sonémbulo y a la curiosa pregunta contesté como una excusa: Estaba pensando en el futuro... Al rato el futurista era el mejor campedn del almuerzo al aire libre, atacando el churrasco - sin tenedor y con el apetito de los atletas. es ® : Su atencién profunda se fij6 especialmente en la educacién co- min que él consideraba la espina dorsal de la eyolucién argentina, Tenia al respecto ideas nan DEE en nimero pero altas y profundas como las columnas centrales de un monumento. ’ Autonomia directiva y administrativa, Rentas propias, Edificios - propios, Escuelas Normales, Jardines de Infantes. El hon promovié a las directoras de las escuelas normales de la Capital, Seiioras Caprile yf regent, esas grandes maestras ante, quienes era de preguntarse no tanto lo que sabfan que era mucho, | sino lo que no sabian que parecia poco. 5 El les agregé, para completar el clasico grupo en las provincias, Emilio Mufiiz se acereé al gran anciano llaméndolo suavemente para -

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