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Se basa en la repetición de cuatro frases fundamentales que funcionan como llaves de apertura para
afrontar los desafíos que nos toca vivir y calmar la tensión interna. Vale la pena probarlo y descubrir los
efectos.
La primera vez que escuché algo sobre Ho’oponopono fue en mi consultorio. Había extraviado mi agenda y por esa razón
no podía darle un nuevo turno a la paciente que terminaba su consulta. Le expliqué la situación y le dije que la llamaría en
los días subsiguientes, con la esperanza de poder armar nuevamente la programación de turnos y actividades, confiando en
mi memoria. La mujer, al irse, me preguntó si conocía la técnica de Ho’oponopono y me aconsejó repetir las palabras "lo
siento, perdóname, gracias, te amo, llave de luz”.
Al cerrar la puerta, obviamente, comencé a repetir mentalmente esas palabras. Luego, mi mente se serenó y continué
trabajando. Sin dejar de repetir entre una consulta y otra esa especie de mantra que conforma la base de esta técnica.
Increíblemente me devolvieron la agenda que había dejado en un taxi. Pero lo más importante para mí fue la paz mental y
la calma que logré al recitar estas palabras.
Al otro día comencé a investigar sobre ese maravilloso conocimiento. Descubrí que se trata de una técnica utilizada por
los habitantes originarios en Hawaii, difundida de boca en boca, y rescatada por Morrnah Nalamaku Simeona, creadora
del sistema Autoidentidad a través de Ho’oponopono.
“El principal propósito de este proceso es descubrir la Divinidad dentro de uno mismo y aprender a pedir que en cada
momento, nuestros errores en pensamiento, palabra, acto y acción sean limpiados. El proceso es esencialmente acerca de
libertad, completa libertad del pasado”, Sineona ¿Cómo aplicarlo?
Es muy simple. Se trata de decir o repetir mentalmente las frases "Lo siento, perdóname, gracias, te amo". Estas funcionan
como gatillos o llaves de apertura que ayudan a simplificar lo problemático, a calmar la tensión interna, nos sanan
liberando dolorosas memorias o escenas internas perturbadoras. Mabel Katz, gran investigadora e impulsora de este
método, me explicó hace muy poco tiempo que "ni siquiera es necesario repetir las palabras con un orden establecido, que
lo más importante es la intención de entrega al amor y la limpieza de las propias toxinas internas, representadas por la
tensión, el enojo y el rechazo del otro o de las circunstancias".
Gracias: es una palabra colmada de luz, ayuda a entender que lo que está sucediendo es la expresión más pura del amor y
la capacidad de entender que lo que experimentamos por más doloroso, difícil o complicado que sea es una oportunidad
de aprendizaje. Agradecer es una manera de capitalizar la experiencia, por más dolorosa que sea, com parte del camino
evolutivo.
Te amo: esta frase permite abrirnos al amor incondicional y liberarnos de toda oscuridad producida por el miedo y el
odio. Nos conecta con una hermosa fuente creativa. Nos lleva a ser menos conflictivos, a liberamos de las dudas y la
victimización. Para poder encontrar la bondad y el bien en el mundo.
Otras de las palabras utilizadas: Llave de luz: utilizada para cambiar programas mentales negativos.
Hielo azul: para calmar dolores tanto físicos como emocionales.