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la vida
Teoria de la
argumentación
jurídica
Derecho a la vida
Este conflicto hizo que debieran pronunciarse tanto jueces como Audiencias provinciales,
en base a evaluar si cabía o no autorizar la alimentación forzada de dicho reos, en el
momento que se viera amenazada su salud, dada la prolongación de esta medida de
reclamo. Sin duda todo esto, trascendió y generó arduos debates en la opinión pública;
1
aunque no fue posible arribar a una misma conclusión, sino a tres de carácter
incompatible entre si, ellas son:
1) La administración está autorizada a alimentar a los presos por la fuerza, aún
cuando ellos manifiesten su negativa a hacerlo.
2) Sólo se pueden tomar medidas de esta clase cuando la persona esté inconsciente.
Otra línea de argumentación que también postula la prioridad del derecho a la vida
frente a los demás, basa su justificación en términos más bien positivos que
metafísicos como la anterior. Tal como lo muestra el Auto de la Sala segunda de la
Audiencia Provincial de Madrid. A grandes rasgos exponen que cualquier recluso
tiene derecho a la huelga de hambre, lo cual no significa que no pueda actuarse
sobre él. Si su vida corre peligro se debe intervenir para evitar la muerte del
mismo, ya que de otro modo cometería el delito de omisión del deber de socorro o
auxilio al suicidio en comisión por omisión. La razón de esto es que el bien jurídico
2
protegido1, es la solidaridad humana irrenunciable. Por lo tanto el bien se lesiona
de igual manera si el sujeto en peligro pone fin a su vida voluntariamente. La
obligación de actuar y los derechos del huelguista (al libre desarrollo de la
personalidad, a la vida, la libertad ideológica, etc.) son conciliables. Esto se logra
como expone el autor estudiado con el “ respeto absoluto a la manifestación del
sujeto de no alimentarse cuando de forma libre y consciente así lo haya asumido
(…) cuando esa situación llegue a poner en peligro su vida, surgirá la obligación
de la administración penitenciaria de asistirle” (Atienza: 2000,95).
Esta asistencia no tiene que estar relacionada con la obligación de consumir
alimentos por vía bucal, ya que el sujeto prologara su postura rebelde.
Una tercera posición tiene que ver con considerar a la huelga de hambre como
un abuso de un derecho fundamental. Esto lo podríamos explicar considerando
que el problema planteado tiene que ver con el ejercicio del derecho a la vida y no
del derecho de huelga o libertad ideológica o de expresión. Esta facultad
fundamental que venimos analizando, es un auténtico derecho subjetivo, su
contenido atañe a vivir o dejar de vivir, situación similar a la que ocurre con los
otros derechos. El Estado no puede intervenir en tal contenido, por ello sería un
absurdo exponer que el gobierno debe preservar la vida de los presos.
Por otro lado todo derecho está limitado en cuanto a su ejercicio, es decir que se
lleve a cabo por medio de una actividad lícita y siguiendo fines avalados en el
ordenamiento jurídico. En definitiva la huelga de hambre no conforma un acto lícito
porque intenta presionar, abusando de los derechos fundamentales. El ejercicio
del derecho a la vida y el libre desarrollo a la personalidad de los huelguistas esa
limitado hasta hacerlo compatible con los bienes contenidos en la Constitución.
Por ello es legítimo imponer (siempre que no se atropelle la dignidad de la
persona) su alimentación obligatoria.
1
Son los valores que pretenden tutelar las normas penales: vida propiedad, honor, etc.
3
cumplimiento de la pena. El deber de asistencia que tiene la administración debe ceder
ante el derecho del reo a que se respete su decisión libre y voluntaria.
La alimentación forzada iría en contra la dignidad humana, conformando un trato
degradante, prohibido y tipificado como delito de coacciones hasta podría configurar un
delito de tortura. Es necesario velar por la salud de los internos cuando pierden la
conciencia, más allá que los rebeldes hubiesen manifestado su negativa al consumo de
alimentos llegada esta situación. Por lo tanto la alimentación en este estado posibilita el
respeto a la huelga de hambre, debido a que su capacidad de presión se mantendrá sino
se tolera la muerte del huelguista.
En otro orden esto también evita que surjan razones de Estado que tiendan a
desembarazarse por esta vía de reclusos considerados indeseables, como sucedió con
huelguistas del IRA en el gobierno de Thatcher.
Fuente: http://eltriangular.info/es/Historia/article/margaret-thatcher-la-dama-de-hierro
(02/03/2010)
Margaret Thatcher
Fue Primer Ministro de Reino Unido durante el periodo 1979-1990 y líder del Partido
Conservador, ocupó por más tiempo y en forma continua el poder, que casi todos los que
tuvieron idénticos puestos. La apodaron la “Dama de Hierro” debido a sus políticas
implementadas.
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www.portalplanetasedna.com.ar/grupo01.htm
Un mural conmemorando a NICRA (asociación por los derechos civiles de Irlanda del
Norte). El movimiento por derechos civiles había infiltrado por elementos de IRA en los
años 60.
Posición crítica
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Además según el autor esta invocación resultaría inútil y alcanzaría con remontarse a los
principios del iuspositivismo, presentes en la constitución y en otros textos legales. Sería
necesario demostrar que existe un principio del derecho natural que establece que el
derecho la vida:
Tiene un carácter de preeminencia frente a cualquier otro derecho.
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considerando como nunca lícita a esta protesta, dado que quienes la llevan a adelante,
están dispuestos a morir para lograr su objetivo, aquél que lo movilizó a esa toma de
decisión.
Es interesante rescatar el concepto de Dworkin para quien tener un derecho significa
tener un triunfo frente a la mayoría, de este modo ninguna directriz política ni objetivo
social colectivo puede prevalecer frente a él. Por ello, si el derecho a la libertad de
expresión, puede ejercerse para presionar en las políticas gubernativas, sin dudas puede
hacerse lo mismo con el derecho a la vida.
Según Atienza, de estas visiones, la que juzga errada es la que expone la obligación de
alimentar a los presos por la fuerza en estados de inconsciencia. Porque si se aceptara
esto se debería alimentar por la fuerza también a los huelguistas que no estén recluidos
en prisión, ya que esta instancia no justifica una trato distinto en uno y otro caso.
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Fuente: http://www.zumacaya.com/Gandhi1.jpg (03/02/2008)
Mahatma Gandhi
Fue uno de los líderes espirituales y politicos más respetados del siglo XX, luchó
en forma pacifica por la independencia de su país de la corona britanica. Varias
veces en su vida recurrió a los ayunos como medio de presión contra el poder,
para detener la violencia, conciliar las partes beligerantes, llamar la atención de las
masas etc. Sin duda los objetivos que inspiraron su protesta fueron muchos, llegó
a considerar el ayuno como un acto espiritual sinónimo de oración.
En 1948 a los 78 años comenzó un nuevo ayuno para detener el derramiento de
sangre de su pueblo, compuesto por hindúes y musulmanes. Logró que los líderes
de ambas facciones detuvieran la lucha, dias más tarde fue asesinado por un
fanático hindú que se oponía a la tolerancia religiosa.
Si negamos que una persona pueda tomar decisiones para los casos de pérdida de
consciencia habría que rechazar el testamento vital. Este documento expresa la voluntad
de una persona que no desea ser mantenida con vida si llegara a verse en una situación
de enfermedad terminal, con graves padecimientos, etc. Persigue con ello que el individuo
pueda determinar la forma en que quiere vivir y también morir.
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Fuente: http://blogs.cope.es/diosesprovidente/files/2010/03/eutanasia.jpg (22/11/2009)
Otros creen que el posicionamiento a favor está en contraposición con los ideales que
utiliza, van más allá de las condiciones de vida o la voluntad del individuo implicado.
2
Etimológicamente significa una muerte dulce sin sufrimientos atroces.
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Fuente: www.galeriasobrepont.com
La cuestión del aborto también genera debates entorno a la primacía del derecho a la vida
contrapuesto a la elección particular. Entre los argumentos que figuran en contra del
mismo, se suele mencionar la idea de protección de la vida humana inserta en Tratados
Internacionales como el de San José de Costa Rica. Por otro lado como el bien jurídico
protegido es la vida del feto, lo que se protege es la vida, que aunque se desarrolla en las
entrañas de la madre, merece una protección independiente de la vida misma de ésta.
En contraposición está la visión que hace hincapié en los derechos sexuales y
reproductivos de todo ser humano, a la libre disposición de la madre de su propio cuerpo,
esperar a poseer los medios necesarios para traer un hijo al mundo, no llevar a término
un embarazo fruto de una violación, que acarrearía un niño no deseado por su padres,
etc.
Es una temática muy compleja para la cual es necesario hacer un posicionamiento
ideológico y así ver cual de los derechos tiene primacía sobre otro, lo que configuraría un
caso difícil, para la órbita de la argumentación jurídica, como los que venimos tratando.
El autor observa que esta consideración además supone tomar una medida paternalista
injustificada según su juicio, porque se establece para obtener un bien para una persona
sin contar con su aceptación. No pone en duda que haya casos en donde se justifique
este accionar, considera que deben darse para ello los siguientes supuestos:
Que la medida esté encaminada hacia la consecución del bien objetivo de una
persona o grupo.
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Los miembros a quienes se destina la medida no puedan prestar consentimiento
por poseer una incapacidad básica.
Si no estuvieran en esa condición aceptarían la intervención potencial.
El argumento que venimos analizando, presupone una concepción algo discutible de los
derechos fundamentales, debido a que si alguien tiene un derecho fundamental (vivir o
morir) quiere decir que contra el mismo, no es posible hacer prevalecer consideraciones
de interés general o conveniencia pública.
Esta última frase no fue la posición que adoptó el Tribunal, ya que se mostró partidario de
la primera de las soluciones que comentamos. Centró su argumentación en el derecho a
la integridad física y moral garantizada en el texto constitucional. Por ello la alimentación
forzada de los presos constituye una limitación de este derecho fundamental, pero la
considera justificada por la necesidad de preservar la vida humana.
Al aparecer el conflicto entre la vida y el valor de la autonomía persona, el tribunal se
inclina a favor de la primera basando en lo siguiente:
11
El derecho a la vida tiene un contenido de protección positiva que no hace posible
ubicarlo como un derecho de libertad, abarcativo éste del derecho a la propia
muerte.
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Bibliografía de referencias
Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.
Nombre de la
materia
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Teoría de la
argumentación
jurídica
Teoria de la
argumentación
jurídica
Teoría de la argumentación
jurídica
Derecho y argumentación
Como ya vimos en el módulo anterior, encontramos tres contextos de argumentación: el
de la producción de normas, el de la aplicación de las mismas y el de la dogmática
jurídica.
Es notable que la mayoría de las teorías esbozadas al respecto no han focalizado su
interés en el primero de ellos, quizá por considerarlo más de índole político que jurídico.
Sí se concentraron en el segundo, que lleva adelante la resolución de los casos jurídicos.
Con respecto al tercero podemos decir que juega un papel muy importante, ya que su
actividad principal consiste en producir argumentos para la resolución de casos
individuales o genéricos, reales o ficticios.
Argumentar configura la actividad central de los juristas, muchas veces ha sido
visualizada como modelo, ante ello Toulmin expuso que “la lógica entera debía
considerarse como jurisprudencia generalizada” (Toulmin, 1958: 7).
Con su huelga de hambre los presos están poniendo en peligro sus vidas.
PREMISAS
CONCLUSIÓN
1
Otra forma:
La obligación de la Administración de velar por la vida de los presos implica que cuando
su salud corra riesgo, como consecuencia de una huelga de hambre, debe alimentarlos
por la fuerza.
La huelga de hambre de los presos del GRAPO los sitúa en una situación de grave riesgo
para su salud.
PREMISAS
CONCLUSIÓN
2
Estas consideraciones terminan siendo erradas porque se pretende contraponer la lógica
y la argumentación jurídica. Sin distinguir, por un lado lo que significa explicar y
justificar, y por otro lo que se denomina justificación interna y externa3.
Sin extendernos demasiado podemos decir que la lógica deductiva es suficiente para
justificar casos rutinarios, pero en los difíciles (de los que particularmente se ocupa la
teoría de la argumentación jurídica) en ellos el establecimiento de alguna de las premisas
resulta una cuestión problemática. Es útil presentar argumentos adicionales a favor de las
premisas, para mostrar su carácter más o menos fundado, aquí actúa la justificación
externa.
Luego que determinamos la clase de problema que tenemos deberemos, por ej. si se trata
de uno de interpretación, ver si éste surge por una insuficiencia de información (la norma
aplicable no cubre el caso discutido) o por un exceso de la misma (la norma es pasible de
entenderse de varias maneras incompatibles entre sí).
Seguidamente necesitaremos construir una hipótesis para solucionarlo, a través de
nuevas premisas. Luego habrá que justificarlas buscando argumentos en favor de la
interpretación. Por último deberemos pasar de las premisas a la conclusión, es decir
justificar internamente la misma.
3
Temática expuesta también en el módulo 2.
3
¿Puede equivocarse el Tribunal Constitucional?
4
En cuanto a 2) si el ejercicio de un derecho implica un freno a alguna política pública, esto
no puede ser una razón para limitar tal facultad, además habría que limitar también la
libertad de expresión, de manifestación, etc.
El último de los postulados cae, al considerar que las personas privadas de la libertad
tienen los mismos derechos que alguien libre, siempre que éstos sean compatibles con el
cumplimiento de la pena.
Con todo lo que hemos revisado, podemos observar que ante un mismo problema
tenemos más de una respuesta que busca ser la adecuada. Si apelamos a la comunidad
jurídica la misma se encuentra dividida, es decir que no podemos estar seguros de la
opinión de la mayoría se haya configurado de manera plenamente racional. Y es probable
que necesitemos apelar a alguna instancia ideal como la comunidad ideal de diálogo de
Habermas.
Entonces, como dice Atienza:
“La respuesta correcta sería aquella a la que llegaría un ser racional o el conjunto de
todos los seres racionales, o los seres humanos si respetasen las reglas del discurso
racional” (Atienza: 2000,136).
Si quisiéramos indagar acerca de que es la racionalidad práctica en la toma de decisiones
jurídicas es necesario que nos acotemos a los siguientes principios:
Estos requisitos ponen límites al momento de la toma de decisión pero son insuficientes
ya que su cumplimiento no determina una única respuesta. La razón práctica no puede
llevar a cabo juicios absolutos sobre fines últimos; solo juicios con pretensión de validez
objetiva, en cambio, en la racionalidad ética la dimensión crítica predomina sobre la
constructiva.
5
Concluyendo, si la razón no nos puede asesorar en cuanto a que decisión tomar en un
caso difícil, necesitaremos contar con alguna otra herramienta. Aquí entran en juego las
emociones, otras cualidades que podríamos enumerar:
Buen juicio
Perspicacia
Prudencia
Sentido de justicia
Humanidad
Valentía, etc.
Por lo tanto una teoría de la razón práctica debería ser complementada por una
correlativa de las pasiones.
Síntesis conceptual
La primera considera el carácter sagrado de la vida tenida, como un bien del que
no es posible disponer libremente e implica la obligación de conservarla; nadie es
dueño absoluto de su propia vida, dado que no la crea sino la recibe. Es un
derecho fundamental que se ubica sobre los demás, ya que estos no existirán sin
él.
6
La segunda también postula la prioridad del derecho a la vida frente a los demás,
basa su justificación en términos positivos. Cualquier recluso tiene derecho a la
huelga de hambre, pero si su vida corre peligro se debe intervenir para evitar la
muerte del mismo, sino se cometería el delito de omisión del deber de socorro o
auxilio al suicidio en comisión por omisión.
La tercera tiene que ver con considerar a la huelga de hambre como un abuso de
un derecho fundamental. No es un acto lícito porque intenta presionar, por eso es
legítimo imponer su alimentación obligatoria.
Si negamos que una persona pueda tomar decisiones para los casos de pérdida
de consciencia habría que rechazar el testamento vital.
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Supone una medida paternalista injustificada.
Tenemos derecho a vivir o morir y los demás (en este caso el Estado) tienen
deberes negativos y positivos en orden de garantizarnos la vida.
Derecho y argumentación
8
¿Qué significa argumentar?
¿Es posible que un rol tan complejo se resuelva simplemente con un silogismo?
9
Atienza considera con respecto a la huelga de los GRAPO, que la decisión fue
definitiva pero equivocada. No quiere decir que el tribunal cometió un error de tipo
lógico, porque si se aceptan las premisas de las que el parte su decisión estará
justificada. Lo que sucede es que las premisas no parecen estar bien
fundamentadas, falla la justificación externa.
Ante un mismo problema tenemos más de una respuesta que busca ser la
adecuada. No podemos estar seguros, que la opinión de la mayoría, se haya
configurado de manera plenamente racional.
Principio de consistencia.
Principio de coherencia.
Necesitaremos contar con alguna otra herramienta, como son las emociones.
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Bibliografía de referencias
Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.
Nombre de la
materia
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Razones para
la acción
Teoria de la
argumentación
jurídica
Razones para la acción
Texto bibliográfico: “La noción de razón para la acción en el análisis jurídico”,
Redondo, María Cristina. Presentación.
Introducción
Significado de razón
Comúnmente utilizamos esta palabra en diferentes sentidos, a través de los cuales se han
conformado distintas reflexiones filosóficas:
PRÁCTICA
2) Las razones para la acción
EXPLICACIÓN
JUSTIFICACIÓN
1
3) Las razones como premisas de un argumento ARGUMENTO PRÁCTICO
ARGUMENTO TEÓRICO
Fuente: www.definicionde/wpcontent/uploads/razon.jpg
Con respecto a ella encontramos diversas posiciones ideológicas, una de las mismas la
califica como la función capaz de relacionar ideas por medio de la aplicación de reglas,
hace posible la obtención del conocimiento a priori. Para poder especificarlo debemos
tener en cuenta tres distinciones:
Conocimiento a posteriori
2
Distinción metafísica Contingencia
Necesidad
Verdad sintética
La verdad será factible de garantizar dadas las relaciones formales que la razón establece
entre ellas y no en su correlato con los hechos. Las proposiciones pueden ser analíticas o
sintéticas4, ya que no debemos confundir el carácter formal de la razón, con la clase de
proposiciones a utilizar. Con respecto a estas últimas, podemos destacar, que su verdad
es condicional dado que depende de la verdad de los enunciados de los cuales se parte.
4
Son aquellas que agregan nueva información ya que el predicado no esta contenido en el sujeto,
son juicios universales y necesarios.
3
Fuente: zoltec.blogspot.es/img/Kant.jpg
Immanuel Kant
4
Placa en una pared de Kaliningrado en alemán y ruso con palabras
tomadas de la conclusión de la “Critica a la Razón Práctica” de Kant
5
Bibliografía de referencias
Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.
Nombre de la
materia
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Razón como
facultad práctica
Teoria de la
argumentación
jurídica
Razón como facultad práctica
Los ámbitos práctico y teórico
Este ejercicio supone la integración del discurso práctico al ámbito teórico, reconociendo
la existencia de hechos normativos, que dan el tinte de verdadero o falso a las
proposiciones. De esta manera si negamos el carácter práctico rechazaremos los
presupuestos que posibilitan la función teórica, es decir que pasaremos por alto la
existencia de hechos normativos y que la pregunta prescriptiva de la acción tenga una
respuesta verdadera o falsa.
Como expone Redondo “decir que la razón es una facultad práctica implica la aceptación
de una concepción metaética cognoscitivista, según la cual es posible conocer la verdad
de los enunciados de deber” (Redondo: 1996,20). Esto no conforma una ampliación de las
funciones de la facultad estudiada, sino una ampliación de su carácter ontológico. Desde
este punto de vista no estamos desafiando la concepción epistémica, sino ejerciendo la
misma capacidad, dado que este carácter (teórico o práctico) tiene directa relación con el
objeto de conocimiento más que con la razón.
Este enfoque difiere del anterior, ya que la calificación práctica no la entiende como un
reflejo de los tipos de contenidos con los que ella opera. Sino que se fundamenta en la
función que la razón desempeña vinculada con la acción.
Para ello tomamos el aporte de Audi, quien distingue que la razón puede ser:
1
Si observamos con atención en todos los casos que presentamos el carácter práctico de
la razón se configura en una relación indirecta con la acción, ya sea por medio del
conocimiento, la adopción o creación de normas que deben guiarla.
Lo novedoso de este aporte radica en que en el segundo caso la razón señala que
verdades deben ser tomadas como guías para el comportamiento y en el tercero
promulga los principios que deben regir la acción. Por lo tanto, se evidencia como la virtud
práctica de la razón, está dada por poder responder a la pregunta ¿cómo se debe actuar?
Para aclarar el panorama podremos distinguir las distintas funciones de la razón de esta
manera:
Al exponer a la razón como normativamente práctica, estamos expresando que ella puede
acceder al conocimiento de proposiciones normativas, o que los estados mentales tienen
relevancia causal en la producción de la acción, por lo cual, siguiendo a Redondo, esta
calificación resulta ambigua, porque alude a funciones epistémicas y motivacionales,
además se corre el riesgo de superponer problemas lógicos, morales y psicológicos
subyacentes.
2
motivacional, da lugar a estados de cosas empíricos susceptibles de vincularse en una
relación causal.
Perspectivas de análisis
Tenemos diversas formas de ver como la razón motiva la acción, generalizando podremos
tener dos sentidos de esta cuestión:
Cabe mencionar que los estados cognoscitivos son los que se refieren a contenidos
normativos, algunos autores creen que la fuerza motivacional de la razón se evidencia
cuando puede conocer este tipo de contenidos, sin tener en cuenta su carácter moral, en
cambio otros la circunscriben sólo a las creencias de este último tipo. Más allá de esto,
como expresa Redondo “es unánime la opinión que no pueden constituir condiciones
suficientes para la realización de la acción” (Redondo: 1996,26).
Hay que rescatar que la capacidad motivacional se vincula, como ya vimos, con el sentido
psicológico y explicativo de “razón para la acción”, en cambio su capacidad epistémica
lo hace con el aspecto normativo y justificativo de la misma.
Esto nos lleva a concluir y exponer la separación entre los problemas empíricos, que se
relacionan con la noción motivacional y los de tipo ético que se vinculan con la
epistémica. La primera clase es relevante para el ámbito descriptivo de la explicación de
la acción, en cambio la segunda lo es para la esfera normativa de la justificación.
3
Estas clarificaciones nos muestran nuevamente la ambigüedad de la noción de razón que
ya habíamos expuesto, mientras se relacione con la idea de razón para la acción tendrá
una doble significación:
Por lo tanto, actuar racionalmente en el sentido explicativo del término, no implica actuar
racionalmente en el sentido justificativo del mismo.
Motivación
Síntesis conceptual
4
Razón como facultad humana: teórica y práctica.
5
Epistémicamente práctica
Legislativamente práctica
Constitutivamente práctica
Perspectivas de análisis
6
La idea de razón para la acción tiene una doble significación:
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Bibliografía de referencias
Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.
Nombre de la
materia
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La acción
Teoría de la
administración
jurídica
La acción
Texto bibliográfico: “La noción de razón para la acción en el análisis jurídico”,
Redondo, María Cristina. Presentación.
Introducción
Para discutir el concepto de razón para la acción, debemos desarrollar una tarea de tipo
metalingüística, ya que lo emplearemos para analizar otros conceptos. Primeramente
revisaremos todos los significados con que dicha expresión se utiliza y luego evaluaremos
cuál contribuye mejor para que comprendamos temas como: las normas, la noción de
aceptación de la existencia de un sistema jurídico y la justificación de decisiones
judiciales.
Cabe distinguir que no lo es lo mismo usar que mencionar una expresión, en el primer
supuesto su referencia la forman otros objetos o relaciones que se mencionan bajo ese
nombre. En cambio en el segundo su referencia es la propia palabra que aparece entre
comillas.
La acción
Comúnmente esta palabra hace alusión a un determinado resultado o cambio en el
mundo, que se lleva a cabo intencionalmente, por ello intención y resultado son dos
elementos integrantes de la misma. Con esto, es evidente que descartamos todos
aquellos cambios que son generados de manera involuntaria.
1
vinculada a tales movimientos. Como expresa Redondo “el aspecto interno es el que
permite comprender las manifestaciones externas, como una determinada acción
intencional del individuo (…) toda acción esta compuesta de una intención y un resultado
causalmente vinculados” (Redondo: 1996, pág. 33).
Un mismo hecho individual lo podemos describir de diversas maneras, es decir que podría
identificar más de una acción genérica. De todas maneras es posible que el agente no
haya alcanzado con su intención, todas las acciones genéricas ejemplificadas. Lo que
sucede cuando hacemos cosas por error, queremos algo pero realizamos otra cosa
distinta. Ej. alcanzo la sal en la mesa y vuelco el vaso de vino de mi vecino.
Como expone Von Wright que un acto tipo sea intencional es una condición mínima y
esencial para identificar acciones individuales de esa clase. Ya que la falta de intención
impide su identificación como tal. Hay que mencionar que la distinción entre un
comportamiento intencional y no intencional no es del todo clara, ante lo cual imputar una
acción seria imputar una intención, aun cuando no esté claramente demostrada.
2
Reglas definitorias de acciones - tipo e identificación de acciones
individuales
Hay acciones que son imputables por el solo hecho de la producción de un resultado por
parte del agente. Debido a que se presupone la intención y se torna irrelevante si existe o
no. Por ej. la acción de votar, una vez realizada esa acción se le imputará al sujeto, aun
cuando intente demostrar que se equivocó o que deseaba elegir a otro candidato.
3
Fuente: www.viax.cl/wp-content/uploads/2010/01/voto.jpg (14/06/2009)
Las reglas que rigen la aplicación de las acciones genéricas no son explícitas en relación
a la prueba de intención, es decir que no la impiden o exigen. Es decir que la imputación
puede condicionarse a la demostración de la intención o realizarse directamente ante la
verificación de ciertos acontecimientos. Por ej. la acción de insultar se asocia a
manifestaciones externas determinadas, es controvertido si es necesario probar la
intención o es suficiente haber producido un resultado ofensivo; ya que es posible que
argumentemos tanto a favor como en contra, en estos casos no hay un único uso correcto
del término en cuestión.
Una acción tiene un resultado normativo cuando da lugar a la creación de una norma o
hace aplicable las existentes. Aquí es importante distinguir el resultado de una
consecuencia de una acción; el primero es una parte vinculada intrínsecamente a la
acción, en cambio las consecuencias son efectos de un resultado. Tanto una como otra
pueden no ser empíricos, como en el caso de dar lugar a efectos normativos (creación de
nueva norma de conducta o aplicación de las existentes).
4
Según Redondo “una norma de conducta es aquella que regula comportamientos
estableciendo obligaciones, prohibiciones o permisiones” (Redondo: 1996, pág. 40). Para
que estemos frente a una acción normativa es fundamental un acto-tipo, es decir un
concepto de recorte determinado tramo de comportamiento y lo ubique por un efecto
normativo.
Las acciones individuales pueden poseer diversas propiedades, dadas por la forma en
que se llevan a cabo o por los atributos deónticos que tienen. Por ej. la acción de fumar
en determinado lugar tiene la propiedad de estar prohibida. Lo cual no es ni resultado ni
consecuencia de la acción de fumar, en realidad es el resultado de otra acción, la que
prohíbe fumar en ese lugar.
Fuente: www.soloepis.com/images/senal-prohibido-fumar.gif
Una acción genérica es normativa, si las reglas semánticas que la conforman las definen
por sus efectos normativos. De igual manera una acción individual tendrá el mismo
carácter al ser identificada por sus efectos normativos; lo que nos interesa son los efectos
normativos que pueda tener un comportamiento, ellos se toman como esenciales, son
identificados con su resultado y utilizados para individualizar la acción. No debemos
confundir esto con la imputación de una acción, ya que supone la atribución de la
intención al agente, interpretándolo como un hecho propio del mismo.
5
“La acción de contraer matrimonio se realiza mediante la firma de un documento ante una
autoridad determinada. El mismo hecho puede describirse como la acción de firmar o la
de contraer matrimonio: ¿cuál es la diferencia que hay entre estas dos acciones?”
(Redondo: 1996, pág. 42).
Podemos decir al respecto que en este caso, firmar no es una acción normativa, dado que
la aplicación de ciertas normas es solo una consecuencia posible de ella; no siendo un
resultado necesario, en cambio casarse si configura una acción institucional 1. Esto se
debe a que se define por sus efectos normativos, como ya venimos comentando; en el
caso aludido, da lugar a la aplicabilidad de determinadas normas.
Es necesario distinguir que las propiedades normativas que forman el resultado del acto
de contraer matrimonio, no las debemos confundir con la calificación deóntica que ellas
tengan en determinados momentos (estar permitida, prohibidas, etc.) porque suponen
propiedades de las acciones pero no efectos de ellas.
Fuente: http://www.lapaginadelosnovios.cl/content/view/304637/Los-pasos-del-matrimonio-civil.html
(22/10/2008)
1
Algunos autores denominan a las acciones no normativas y normativas: hechos brutos e
institucionales respectivamente.
6
Con todo esto no queremos decir que es necesario multiplicar ontologías, sino que hay
que entender que el mismo comportamiento individual ejemplifica más de una acción
genérica.
Esta visión nos muestra la estructura de la acción de tipo instrumental es decir de medios
a fines. Lo que normalmente suele ser discutido en cuanto al tema es:
Los deseos y creencias se los entiende como estados intencionales, esto consiste en la
capacidad de dirigirse o ser acerca de, objetos y estados de cosas del mundo. Podemos
discernir, asimismo, su contenido representativo (ej. la existencia de determinado servicio)
y el modo psicológico en el que se tiene el mismo (la creencia o deseo que exista).
La dirección de ajuste es una nota clave, que nos servirá para diferenciar el sentido de los
deseos y las creencias. En el caso de los deseos es el mundo el que debe
corresponderse, con ellos; sucede a la inversa con las creencias quienes deben
corresponderse con el mundo. Al respecto Redondo afirma “la creencia en p es un estado
que tiende a desaparecer ante la percepción de no p, mientras que el deseo de p tiende a
refirmarse” (Redondo: 1996, pág. 47).
Existen estados intencionales que buscan adecuarse a lo que la realidad dispone, si ello
no ocurre se pretenderá modificar dicho estado, por existir algo erróneo en él; hablamos
en tal caso de estados con dirección de ajuste mundo- mente, como vimos el ejemplo mas
nombrado será el de las creencias. Con los deseos ocurre lo contrario ya que si la
situación mencionada ocurre, se tenderá a buscar los cambios necesarios en el mundo
para que éste se corresponda con el contenido de dicho estado (deseos ajuste mundo-
mente).
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Bibliografía de referencias
Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.
Nombre de la
materia
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Motivación
de la acción
Teoría de la
administración
jurídica
Motivación de la acción
Primeramente hay que intentar precisar la noción de motivo, la cual en general se refiera
a los elementos internos de la acción, es decir estado psicológicos relacionados al actuar
de un sujeto que lo podemos identificar como acción o explicarlo teleológicamente.
Una postura identifica el concepto de motivo con el deseo, quien cumpliría una
función activa en la producción del comportamiento.
Otra ve al mismo concepto como conjunto de creencias y deseos que dieron lugar
al cambio propiciado por el agente en determinada situación. Esta visión estipula
que toda acción intencional tiene un motivo, ya que son una fase necesaria de ella.
En el segundo sentido mencionado, hallamos una caracterización distinta que los vincula
de manera teleológica con la acción. Lo cual entra en contradicción con la postura
anterior, debido a que como no toda acción tendrá una explicación teleológica o
intencional (como el caso de una conducta que es un fin en si misma y no representa un
medio para alcanzar otra finalidad), no todas tendrán un motivo.
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según Hume, y en otros abarca además el elemento cognoscitivo para que se de el
comportamiento. En ambos casos hallamos al motivo vinculado causalmente con su
resultado.
Diferente es la postura en donde representan fines mediatos, los motivos siguen siendo
estados internos al individuo pero no a la acción, son independientes de ella y hacen que
se pueda explicar de manera teleológica.
En un sentido más amplio se los suele definir como un conjunto de estados psicológicos
del agente independiente de sus acciones, aplicable a todas las actitudes subjetivas, más
allá que configuren o no propósitos de alguna acción.
La primera que analizaremos es la de David Hume que expone que tanto un deseo como
creencia son necesarios para la acción. El primero conforma el motor de la motivación,
mientras que las creencias son estados inertes. Como es evidente, este autor realiza una
diferenciación clara entre ambos estados. En cuanto a los deseos los califica de no
cognoscitivos, a diferencia de las creencias que sí revisten este carácter. Asumir esta
visión condición las posiciones que deban tomarse en cuanto a la clase de entidades que
puedan constituir razones para la acción y cómo explicar la relevancia práctica de los
enunciados normativos.
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Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/David_Hume (31/08/2010)
Hume cree que todo el conocimiento humano proviene de los sentidos. Nuestras
percepciones, pueden dividirse en dos categorías: ideas e impresiones. Estas últimas se
hacen presentes, cuando oímos, vemos, sentimos, etc. En cambio las ideas son
impresiones menos vívidas de las que somos conscientes, cuando reflexionamos sobre
alguna de las sensaciones aludidas.
Expone con firmeza que todas nuestras ideas son copias de nuestras impresiones,
siendo de esta manera, imposible pensar en nada que no hayamos advertido
anteriormente, a través de nuestros sentidos.
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deseos. Como es el caso de Raz para quien las creencias representan el mundo y se
dirigen a modificarlo también, por ello tienen una actitud epistémica y práctica. En este
enfoque se identifican creencias que se comportan como los deseos, en donde el sujeto
no los quiere abandonar aun cuando la realidad los contradiga. De todas maneras la
acción no pierde su tinte teleológico, ya que siempre la podremos identificar como un
comportamiento en pos de lograr un fin. Nagel afirma la existencia de deseos motivados
que serian a los que se llega por medio de una decisión luego de una deliberación.
En cuanto a la posición que admite a las creencias como fuente motivante de la acción,
resulta difícil establecer una clasificación ya que entre ellas mismas existe acuerdo sobre
determinas cuestiones y no hay consenso acerca de otros puntos. En términos generales
posicionan a las creencias como suficientes para explicar una acción, aunque agregan
que para que ella se produzca necesitarán además un estado intencional con dirección de
ajuste mundo-mente, al ser teleológica la acción se pretende generar un cambio para
llegar a la meta.
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Fuente: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Thomas_Nagel_teaching_Ethics.JPG (28/04/2008)
Recientemente junto con otros filósofos como John Rawls, Ronald Dworkin y Robert
Nozick escribió un documento dirigido a la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos
abogando por la permisibilidad legal y moral de la eutanasia.
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Razones para la acción
Al abordar este tema nos preguntamos que significa se una razón para la acción, en
cuanto a esto tendremos distintos posicionamientos.
El primero: se ocupa de distintos géneros de estados internos que pueden ser razones
para la acción.
Según Williams para que algo sea razón para la acción tiene que poder motivar, es decir
que alguien actúe por ese tipo de entidad. Se observa la vinculación con el concepto de
motivo. Como ya vimos la propuesta de Hume ubica solo a los deseos como los capaces
de promover la acción, como único estado intencional motivante. En contraposición de lo
que menciona el primer autor citado en el apartado, para quien las creencias cumplirían
ese rol, siendo ellas ser razones por sí mismas.
Tal como presentamos esta polémica la discrepancia radica en el poder motivador de los
estados intenciones. En lo que existe acuerdo es que una acción no se produce sin un
estado que apunte a la consecución de un fin. Si bien este es un rasgo típico de los
deseos también pueden tenerlo otras actitudes internas.
La posición opuesta a Hume expone que existen hechos externos al agente, que
conforman razones para la acción (por poseer capacidad motivante), dicha visión pone en
duda que solo los elementos internos al individuo revistan este carácter.
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“Juan fue a visitar a María porque estaba enferma”
La propuesta teórica de Williams expone que los factores externos poseen relevancia
motivación indirecta, porque configuran las razones internas (quienes permiten explicar a
la acción teleológicamente) y las razones externas participan en la explicación de la
acción.
Otra postura para analizar esta temática es la que enuncia el carácter racionalizador de la
acción, como deliberación consciente que modifica el conjunto subjetivo de motivaciones,
a ella se arriba a través de la reflexión.
Si analizamos el enunciado:
Veremos que es de carácter ambiguo, ya que puede expresar que solo X es un factor
capaz de motivar la acción o que es el que debería motivarlo si A reflexionara
racionalmente. Claramente hemos pasado de un terreno descriptivo a uno normativo, en
este último, las razones son factores que deberían ser tenidos en cuenta por un sujeto
que pretende actuar de manera racional.
Aquí se produce el transito de una razón que explica a otra que justifica, por ello el ser
que actúa por medio de una razón escogida racionalmente cree estar justificado para
actuar conforme a la pauta de racionalidad que sigue.
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Prioridad de los elementos normativos: solo serán razones aquellas que justifiquen
la acción, siendo las de tipo explicativo dependientes de las mismas.
Vinculación entre ambas concepciones: las razones para la acción sirven tanto
para explicar como para justificar un comportamiento.
Todo lo expresado hasta aquí nos permite resumir que las razones internas siempre
aluden a causas mentales y motivos, no debemos confundirlas con las Razones para la
acción, que viene a significar algo objetivo, externo al sujeto. Su función principal es guiar
y justificar la acción.
Síntesis conceptual
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Que acto tipo sea intencional es una condición mínima y esencial para identificar
acciones individuales de esa clase. Ya que la falta de intención impide su
identificación como tal.
Una acción genérica es normativa, si las reglas semánticas que la conforman las
definen por sus efectos normativos.
Para Hume tanto un deseo como creencia son necesarios para la acción. El
primero conforma el motor de la motivación, mientras que las creencias son
estados inertes.
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A los deseos los califica de no cognoscitivos, a diferencia de las creencias que sí
revisten este carácter.
Otros ven a las creencias como condiciones suficientes para la acción, al igual que
los deseos (Raz).
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Bibliografía de referencias
Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.
Nombre de la
materia
11
Razones
explicativas y
justificatorias
Teoría de la
administración
jurídica
Razones explicativas y
justificatorias
Introducción
El significado de una palabra, depende de su uso pero no consiste en él. Sino más bien
en las propiedades genéricas que sirven de criterio para usar la palabra, que identifican su
alcance y delimitan la clase de objetos a los cuales refiere.
Explicación
Justificación
Análisis
El uso descriptivo nos servirá para dar una explicación y el normativo para una
justificación.
Explicar y justificar
Ya venimos enunciando la diferencia que existe entre estos dos posicionamientos, en el
primero llevamos adelante la acción de “expresar” y en el otro “dar una razón de porque
se hizo algo”.
Esto posee, como bien expresa Redondo, una ambigüedad “proceso – producto”, ya que
por un lado designan el ACTO de expresar las causas y razones del apoyo a la
explicación o justificación; y por el otro se refieren al RESULTADO del acto.
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2) Las acciones realizadas a través de estas locuciones o la intención-finalidad de
ellas: acto ilocucionario.
La acción de explicar y justificar nos son acciones básicas porque se realizan a través de
otras. Por ej. presentar una secuencia de enunciados (verbales o escritos) es un medio
para realizar alguna de estas acciones que venimos estudiando.
A su vez las podemos usar para justificar o explicar una acción como seria convencer a
un juez sobre determinado punto de vista.
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Cada contexto nos brinda factores relevantes para brindar una explicación o justificación,
por eso las mismas pueden variar según sea el ámbito donde sean generadas. Por ello
esto determina su carácter parcial, en el sentido de ser relativos a un ámbito de interés
determinado, porque lo que es relevante en un contexto tal vez no lo será en otro.
La noción de razón-premisa alude, a que los actos de explicar y justificar, se realizan por
medio de otras acciones, es necesario la formulación oral y/ o escrita de los enunciados,
como ya vimos.
En la primera las razones son vistas como contenidos que cumplen el rol de premisas que
son el fundamento de una conclusión. Su intención es la articulación correcta de las
secuencias de enunciados.
Por todo esto podemos decir, que explicar y justificar suponen una relación entre razón y
acción, por la vinculación de dos términos:
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De esta manera comprobamos que estas acciones que tratamos, sólo comparten un
vocablo porque en cada caso hay una relación diferente.
Notaremos su ambigüedad:
Como dice Redondo “Aceptar el deber de realizar la acción prevista por la norma, supone
aceptar una teoría normativa, por cual dicha norma es una pauta adecuada de
comportamiento”. (Redondo: 1996, pág. 88).
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1) Formulación de enunciados individuales que califican al acto como debido
2) Muestra de la razón que justifica tal enunciado normativo.
No debemos olvidar que cuando afirmamos que algo “es” no se sigue de esto que tal acto
este justificado, es decir que “deba ser”; para esto es necesario reconocer dos tipos de
significados el descriptivo y justificativo. Ambos conceptos son independientes, si los
unificamos en la noción de razón para la acción estaríamos negando esa duplicidad e
independencia.
Existen otros enunciados que no se refieren a ninguna de estas clases, son los que
aluden a hechos externos al individuo, que no son estados mentales ni normas de
conducta.
Por ej.
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La razón por la cual Juan fue a visitar a María es que ella estaba enferma.
Este enunciado presupone datos que pueden formar parte de una explicación o de una
justificación. Porque si vemos que Juan quiso ser atento con María: explicamos el
propósito de ser atento, además de la creencia que la visita seria un medio para satisfacer
tal objetivo. Esto estaría dentro de la órbita descriptiva.
Por otro lado si pensamos que acto como debía porque es un deber acompañar a los
enfermos (norma que establece un deber) nos centramos en lo justificativo.
Redondo expresa que “cuando existe una práctica de conductas, ya sea que constituyan
o no una regla social, se generan expectativas sobre los comportamientos establecidos”
(Redondo: 1996, pág. 95).
Pensemos en el ejemplo de la regla social que exige formar fila para el pago de algún
servicio público, por orden de llegada. Con esto es esperable que al llegar todas las
personas se coloquen detrás de la ultima de la fila, y además que quien esta cobrando
atienda a quien está en el primer lugar. Con esto vemos como la práctica existente apoya
una generalización.
Ellos tendrán que ver con la conducta en el caso anterior, que la persona que este
primero en la fila sea la razón para ser atendido. Presuponen normas, deseos o
aceptación de normas. Pueden limitarse a informar que un determinado hecho es una
razón para la acción sin otro fin.
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La existencia de reglas de conducta da un valor predictivo al suceder de los estados de
cosas. Ser una pauta en si mismo funciona como base para la justificación de la acción.
La justificación la podemos tomar desde dos planos: uno subjetivo, como acción
de un agente quien realiza la acción y uno objetivo que depende de la teoría lógica
o normativa.
Síntesis conceptual
Cada contexto nos brinda factores relevantes para brindar una explicación o
justificación, por eso las mismas pueden variar en uno u otro.
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En la primera las razones premisas fundamento de una conclusión. Su intención
es la articulación correcta de las secuencias de enunciados.
En cambio el sentido sustantivo, la concepción de razón esta fundada en la teoría
normativa (religiosa, ética, política, jurídica, etc.) que se escoja.
Existen enunciados que aluden a hechos externos al individuo, que no son estados
mentales ni normas de conducta. Ellos presuponen datos que pueden formar parte
de una explicación o de una justificación.
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Bibliografía de referencias
Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.
Nombre de la
materia
9
El argumento
práctico
Teoría de la
administración
jurídica
El argumento práctico
Introducción
En este apartado tomaremos el concepto de razón como premisa de un argumento,
conforma los enunciados que se articulan en la estructura del mismo. Este es el centro de
atención principal de la lógica, disciplina que estudia, como hemos visto, las formas de
argumentos validos, y busca distinguir los correctos de los incorrectos.
a) El criterio de la conclusión
En lo que hace a la conclusión, los teóricos rebelan que es el caso, a diferencia de los
otros que responde a que debe hacerse.
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Como enunciados de acción el argumento práctico expresa:
b) El criterio pragmático
Este afirma que no es posible considerar a los argumentos como teóricos o prácticos en si
mismos, sino que tal carácter viene dado por la función que satisface. Es decir que es
relevante la intención de quien desarrollo el argumento y la función que este cumple.
Interés práctico
Interés intelectual
En esta visión los argumentos prácticos establecen una relación de tipo sustantiva entre
los contenidos. Buscan una relación entre determinados estados de cosas concebidos
como medios otros como fines. Estableciendo una relación causal, dando una explicación
intencional de la acción. La validez de los enunciados no se apoya en la relación formal
en cuanto a las premisas, lo que si sucede en los teóricos.
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Argumento práctico: diversos significados y aplicaciones
Es viable establecer un sentido no lógico de los argumentos prácticos en donde esta
relación entre enunciados no es una implicación, sino una conexión empírica-moral y
conceptual, con propósitos explicativos, reconstructivos y éticos normativos.
Sentido lógico.
Dos restantes conjuntos de enunciados que representan relaciones
independientes de las de tipo lógico, susceptibles de establecerse entre
argumentos.
Otra cuestión interesante para reflexionar, como plantea la autora del texto, es que “una
cosa es el proceso psicológico que culmina con la extracción de la conclusión y otra es el
proceso psicológico que termina con la manifestación externa de la acción” (Redondo:
1996, pág. 116). Según ella ambos son argumentos en sentido psicológico y difieren del
sentido lógico significativamente.
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La estructura sería la siguiente:
A través de la aplicación del modelo se lleva a cabo la tarea más importante del jurista,
dado que él expone los distintos sectores del sistema jurídico mostrando las
consecuencias que se pueden extraer a partir de un conjunto determinado de normas.
Ellos deben resolver los conflictos por medio de decisiones justificadas, y la sentencia
debe ser una decisión fundamentada en las normas generales, debe poder reconstruirse
con la estructura de un argumento válido.
Las razones premisas que justifican la conclusión pueden ser: proposiciones normativas o
normas o enunciados de hecho que describen un estado de cosas o acción. En el primero
de los casos puede ser razón en sentido sustantivo que ya analizamos en apartados
anteriores. Solo recordaremos al respecto que razón-premisa y razón sustantiva de acción
presuponen dos sentidos diferentes de justificación.
Ambas conforman dos criterios para evaluar la validez de las inferencias teleológicas que
parten de un enunciado deóntico. Según la primera de las mencionadas son válidas las
condiciones causalmente necesarias del estado de cosa propuesto por la premisa mayor.
El enunciado de deber está justificado si la realización de esa acción es necesaria para
alcanzar los objetivos.
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A partir de un enunciado de deseo para alcanzar cierto fin, no se sigue la verdad del
enunciado que afirma para satisfacer el deber o fin propuesto. Hace falta una premisa
general que presupone la existencia del deseo de efectuar lo necesario para cumplir el
deber admitido. Esta premisa es la que suma las lógicas de satisfacción y
satisfactoriedad. Una vez que se admite nuestro argumento se convierte en la estructura
deductiva estándar.
El argumento tiene como función mostrarnos los rasgos importantes del objeto a que hace
alusión, para poder contribuir a su mejor comprensión. En el de tipo práctico lo referente a
su mayor o menor corrección se juzga en cuanto a su adecuación para poder hacer
inteligible o representar lo que pretende captar.
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El argumento práctico como modelo reconstructivo del concepto de deber
En esta clase, el agente sopesa sus deseos, creencias y razones motivacionales a favor y
en contra de la acción a la luz de los principios de conducta. Por ende en el argumento
práctico se produce un balance en el que las razones se evalúan y compran con otras,
indicando que se debe hacer en sentido concluyente.
Para la aplicación del modelo debe requerirse la implementación de este tipo en contextos
jurídicos, políticos y religiosos. Variando en ellos el criterio para la selección de razones
que entran en evaluación, ya que el peso de las mismas varía según la concepción
normativa que se asuma.
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La validez se identifica con la corrección material de los contenidos justificables, tema que
ya hemos tratado, no puede ser relativa o parcial ya que no tendremos un argumento
válido desde lo jurídico, por ej. y no desde lo moral.
Síntesis conceptual
El criterio pragmático considera que dicho carácter viene dado por la función que
satisface.
A través de la aplicación del modelo se lleva a cabo la tarea más importante del
jurista. quien debe resolver los conflictos por medio de decisiones justificadas, y la
sentencia debe ser una decisión fundamentada en las normas generales, debe
poder reconstruirse con la estructura de un argumento válido.
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Las estructuras de la lógica de satisfacción y de la satisfactoriedad: son dos
criterios para evaluar la validez de las inferencias teleológicas que parten de un
enunciado deóntico.
Según la primera: son válidas las condiciones causalmente necesarias del estado
de cosa propuesto por la premisa mayor. El enunciado de deber está justificado si
la realización de esa acción es necesaria para alcanzar los objetivos.
La de satisfactoriedad, justifica las acciones suficientes para alcanzar un fin, aún
cuando no sea necesario.
El argumento tiene como función mostrarnos los rasgos importantes del objeto a
que hace alusión, para poder contribuir a su mejor comprensión.
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Bibliografía de referencias
Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.
Nombre de la
materia