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• Integridad.

Debe comportarse con rectitud y honestidad en todas sus


relaciones profesionales.
Integridad se traduce como honradez, honestidad, respeto por los demás,
corrección, responsabilidad, control emocional, respeto por sí mismo, puntualidad,
lealtad, pulcritud, disciplina, congruencia y firmeza en sus acciones y sobre todo
tener la moral correcta para todas estas cosas.

• Objetividad. No debe permitir conflicto de intereses, debe ser imparcial en su


juicio profesional.
Los registros y estados contables se basan en los datos más objetivos que se
tengan, de modo que aquellos sean precisos y útiles. Este lineamiento es el principio
de fiabilidad, también llamado principio de objetividad. Los datos objetivos son
verificables. Puede confirmarlos todo observador independiente.

• Compromiso con la competencia y cuidado profesional. Tiene el deber


continuo de mantener conocimientos y habilidades profesionales del nivel requerido
para con sus clientes.
Los profesionales en contaduría pública se deben comprometer en observar con
mayor rigor las normas de ética profesional, a actuar con sugestión a las
disposiciones de aseguramiento, a cumplir con las leyes actuales y a vigilar que el
registro de información contable se fundamente en los principios de contabilidad de
los marcos normativos actuales.

• Confidencialidad. Debe respetar la confidencialidad de la información


obtenida como resultado de su trabajo profesional.
La confidencialidad es la cualidad que posee cierta información de mantenerse
reservada para el conocimiento de una persona o de algunas, pero que no debe ser
expuesta en forma masiva.

• Comportamiento profesional. Deberá cumplir con las leyes vigentes y


evitar cualquier práctica que desacredite a la profesión.
Profesionalismo es un concepto que se utiliza para referirnos a la forma en que
ejercemos nuestra profesión. Existen referencias de lo que se espera de nuestro
desempeño profesional en la descripción del perfil del egresado de nuestra
Facultad, en él se detallan las competencias que se debe tener y ejercer.
Caso de enfermedad mental

Síndrome de Estocolmo.

El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la que la víctima de un


secuestro o retención en contra de su
voluntad, desarrolla una relación de
complicidad y un fuerte vínculo afectivo1
con su captor. Principalmente se debe a
que malinterpretan la ausencia de
violencia como un acto de humanidad por
parte del agresor.1 Según datos de la
Federal Bureau of Investigation (FBI),
alrededor del 27 % de las víctimas de 4700
secuestros y asedios recogidos en su base
de datos experimentan esta reacción.1
Las víctimas que experimentan el síndrome muestran regularmente dos tipos de
reacción ante la situación: por una parte, tienen sentimientos positivos hacia sus
secuestradores; mientras que, por otra parte, muestran miedo e ira contra las
autoridades policiales o quienes se encuentren en contra de sus captores. A la vez,
los propios secuestradores muestran sentimientos positivos hacia los rehenes.

Cabe destacar que el síndrome de Estocolmo no está reconocido por los dos
manuales más importantes de psiquiatría: el Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales y la Clasificación internacional de enfermedades. Por lo que
este síndrome caería en la categoría de efecto postraumático.

Causas
En la bibliografía sobre el tema, se mencionan varias posibles causas para tal
comportamiento:
 Tanto el rehén o la víctima como el autor del delito persiguen la meta de salir
ilesos del incidente, por ello cooperan.
 Los rehenes tratan de protegerse en un contexto de situaciones que les
resultan incontrolables, por lo que tratan de cumplir los deseos de sus
captores.
 Los delincuentes se presentan como benefactores ante los rehenes para
evitar una escalada de los hechos. De aquí puede nacer una relación
emocional de las víctimas por agradecimiento con los autores del delito.
 Con base en la historia de desarrollo personal, puede verse el acercamiento
de las víctimas con los delincuentes, una reacción desarrollada durante la
infancia. Un infante que percibe el enojo de su progenitor, sufre por ello y
trata de «comportarse bien», para evitar la situación. Este reflejo se puede
volver a activar en una situación extrema.
Mutismo selectivo

El mutismo selectivo es un trastorno de ansiedad infantil que consiste en que los


niños afectados, en determinados contextos o circunstancias, pueden llegar a
inhibirse de manera tal que parecen mudos, a pesar de poder hablar normalmente
en situaciones en las que se sienten cómodos y relajados.

Los datos disponibles refieren una incidencia de entre un 0,1 y un 1,9 por ciento
entre los menores de 15 años, aunque se supone que las cifras reales son más altas
por la dificultad de detectar el problema.

Causas

La etiología del mutismo selectivo se ha clarificado y consolidado tras su


comprensión como un trastorno de ansiedad.
No se ha identificado una única causa del mutismo selectivo, las investigaciones
más recientes evidencian un origen multifactorial (Cohan et al., 2006 1; Muris y
Ollendick, 20152; Hua y Major, 20163 y Asociación Americana Mutismo Selectivo,
2018).

Factores Genéticos:
Los estudios clínicos y académicos realizados
indican que el mutismo selectivo suele ser
hereditario (Black y Uhde, 19954). Existe clara
evidencia de que existe un vínculo genético
entre los niños/as con mutismo selectivo y los
padres o familiares ansiosos. La fobia social, el
trastorno de personalidad evitativo y los padres
que han sufrido o sufren mutismo selectivo son
más frecuentes en las familias con un niño/a con
mutismo selectivo que en otras familias (Black & Uhde, 1995; Chavira et al., 2007 5;
Kristensen y Torgersen, 20016 y 20027, Remschmidt et al, 20018).

Factores temperamentales:

Se ha demostrado que hay personas que nacen con temperamentos inhibidos, esto
significa que incluso de recién nacidos estas personas son más propensas a ser
miedosas y recelosas ante nuevas situaciones (Kagan, 199411).

El temperamento inhibido como factor de riesgo para la ansiedad social es un factor


estudiado y claramente establecido (Biederman et al., 200112 y Hirshfeld-Becker,
2007).
DESASTRES NATURALES
Vulnerabilidad

Guatemala es una bomba de tiempo: su posición geográfica, sus accidentes naturales, su


densidad poblacional, los elevados niveles de pobreza y la poca voluntad política de sus
autoridades, colocan al país como el quinto con mayor riesgo de sufrir un desastre natural
a nivel mundial. Los expertos sugieren estrategias para educar a la población y,
fundamentalmente, planes de reordenamiento territorial para reducir la vulnerabilidad.

Guatemala es el quinto país en el mundo con mayor riesgo de sufrir desastres naturales. El
dato no es nuevo. Lo advirtió en 2010 el Fondo Mundial para la Reducción y Recuperación
de Desastres (GFDRR, en inglés) y el Banco Mundial (BM), en un estudio sobre la Gestión
de Riesgos y Desastres en América Latina y el Caribe. En ese estudio, realizado con base
en el análisis de datos de 1982 a 2008...

Factores

Los principales son las inundaciones por ríos, seguido de sismos o terremotos, huracanes,
erupciones volcánicas y deslizamientos de tierra, según la clasificación de Piensa en
Peligro, una herramienta desarrollada por el Fondo Mundial para la Reducción de Desastres
y la Recuperación (GFDRR, en inglés), utilizada para monitorear la vulnerabilidad de los
países y brindar asistencia.

También menciona la escasez de agua e inundaciones en zonas costeras, como riesgo con
probabilidad mediana.

Para la Organización de las Naciones Unidas el país es el cuarto con mayor vulnerabilidad
al cambio climático en América; los tres anteriores son islas, por lo que por territorio
Guatemala es el primero.
El peligro que encabeza la lista son las inundaciones, con 10 departamentos con riesgo
alto, seis con medio, dos con probabilidad baja, dos con muy baja, y otros dos que no tienen
el problema.

Tipos

La topografía y ubicación de Guatemala lo convierten en un país de miultiamenzas


naturales, donde el único fenómeno que hace falta experimentar es la caída de nieve; sin
embargo, las granizadas de los últimos días ponen en que pensar a las autoridades.

Cada año, se mapean zonas de alto riesgo en todo el país con el fin de prevenir tragedias
causadas, principalmente por derrumbes, deslizamientos e inundaciones, aunque los
habitantes de varios sectores también están expuesto a otros fenómenos naturales, como
terremotos, huracanes y erupciones volcánicas.

Para este año, según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred),
hay identificados 10 mil 51 puntos de alto riesgo en todo el país, por lo que se mantiene
coordinación con autoridades locales para prevenir contingencias con saldos trágicos.
Vulnerabilidad

Guatemala es una bomba de tiempo: su posición geográfica, sus accidentes naturales, su


densidad poblacional, los elevados niveles de pobreza y la poca voluntad política de sus
autoridades, colocan al país como el quinto con mayor riesgo de sufrir un desastre natural
a nivel mundial. Los expertos sugieren estrategias para educar a la población y,
fundamentalmente, planes de reordenamiento territorial para reducir la vulnerabilidad.

Guatemala es el quinto país en el mundo con mayor riesgo de sufrir desastres naturales. El
dato no es nuevo. Lo advirtió en 2010 el Fondo Mundial para la Reducción y Recuperación
de Desastres (GFDRR, en inglés) y el Banco Mundial (BM), en un estudio sobre la Gestión
de Riesgos y Desastres en América Latina y el Caribe. En ese estudio, realizado con base
en el análisis de datos de 1982 a 2008...

Factores

Los principales son las inundaciones por ríos, seguido de sismos o terremotos, huracanes,
erupciones volcánicas y deslizamientos de tierra, según la clasificación de Piensa en
Peligro, una herramienta desarrollada por el Fondo Mundial para la Reducción de Desastres
y la Recuperación (GFDRR, en inglés), utilizada para monitorear la vulnerabilidad de los
países y brindar asistencia.

También menciona la escasez de agua e inundaciones en zonas costeras, como riesgo con
probabilidad mediana.

Para la Organización de las Naciones Unidas el país es el cuarto con mayor vulnerabilidad
al cambio climático en América; los tres anteriores son islas, por lo que por territorio
Guatemala es el primero.
El peligro que encabeza la lista son las inundaciones, con 10 departamentos con riesgo
alto, seis con medio, dos con probabilidad baja, dos con muy baja, y otros dos que no tienen
el problema.

Tipos

La topografía y ubicación de Guatemala lo convierten en un país de miultiamenzas


naturales, donde el único fenómeno que hace falta experimentar es la caída de nieve; sin
embargo, las granizadas de los últimos días ponen en que pensar a las autoridades.

Cada año, se mapean zonas de alto riesgo en todo el país con el fin de prevenir tragedias
causadas, principalmente por derrumbes, deslizamientos e inundaciones, aunque los
habitantes de varios sectores también están expuesto a otros fenómenos naturales, como
terremotos, huracanes y erupciones volcánicas.

Para este año, según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred),
hay identificados 10 mil 51 puntos de alto riesgo en todo el país, por lo que se mantiene
coordinación con autoridades locales para prevenir contingencias con saldos trágicos.
• Integridad. Debe comportarse con rectitud y honestidad en todas sus
relaciones profesionales.
Integridad se traduce como honradez, honestidad, respeto por los demás,
corrección, responsabilidad, control emocional, respeto por sí mismo, puntualidad,
lealtad, pulcritud, disciplina, congruencia y firmeza en sus acciones y sobre todo
tener la moral correcta para todas estas cosas.

• Objetividad. No debe permitir conflicto de intereses, debe ser imparcial en su


juicio profesional.
Los registros y estados contables se basan en los datos más objetivos que se
tengan, de modo que aquellos sean precisos y útiles. Este lineamiento es el principio
de fiabilidad, también llamado principio de objetividad. Los datos objetivos son
verificables. Puede confirmarlos todo observador independiente.

• Compromiso con la competencia y cuidado profesional. Tiene el deber


continuo de mantener conocimientos y habilidades profesionales del nivel requerido
para con sus clientes.
Los profesionales en contaduría pública se deben comprometer en observar con
mayor rigor las normas de ética profesional, a actuar con sugestión a las
disposiciones de aseguramiento, a cumplir con las leyes actuales y a vigilar que el
registro de información contable se fundamente en los principios de contabilidad de
los marcos normativos actuales.

• Confidencialidad. Debe respetar la confidencialidad de la información


obtenida como resultado de su trabajo profesional.
La confidencialidad es la cualidad que posee cierta información de mantenerse
reservada para el conocimiento de una persona o de algunas, pero que no debe ser
expuesta en forma masiva.

• Comportamiento profesional. Deberá cumplir con las leyes vigentes y


evitar cualquier práctica que desacredite a la profesión.
Profesionalismo es un concepto que se utiliza para referirnos a la forma en que
ejercemos nuestra profesión. Existen referencias de lo que se espera de nuestro
desempeño profesional en la descripción del perfil del egresado de nuestra
Facultad, en él se detallan las competencias que se debe tener y ejercer.

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