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Orientación emprendedora en la familia empresaria

La familia juega un papel dinámico en los procesos emprendedores de la


empresa familiar desde la toma de riesgos a la capacidad de innovación.

Una empresa emprendedora exhibe ciertas características esenciales como son


autonomía, agresividad competitiva, innovación, proactividad y toma de
riesgos.

La autonomía hace referencia a las actuaciones de un individuo o de un equipo


que con independencia aporta una nueva oportunidad desde que es una idea
hasta que se hace esa idea realidad. En la familia empresaria no es fácil
encontrar autonomía para emprender, salvo en el fundador, pues existe un
elevado altruismo desde cuya miopía se generan conflictos y azar moral. La
autonomía, como voluntad y capacidad de trabajar independientemente, no es
lo normal en la familia empresaria, pues no es fácil adquirir esa independencia
en el seno familiar. La familia en fase de fundador suele ser autoritaria,
centralizadora y no delegante. La influencia del fundador sobre la orientación
estratégica suele persistir largo tiempo después de que dicho fundador se
jubile.

La combatividad o agresividad competitiva es un ingrediente clave en el éxito


de todo negocio. La agresividad competitiva se caracteriza por una postura
combativa y ofensiva o una respuesta o reacción agresiva que pretende
soslayar amenazas en el mercado. Así la empresa diseña estrategias defensivas
para mantener su posición en el mercado o combate aquellas tendencias que
amenazan su supervivencia. Este reto lo aborda bajando precios, a veces, y
sacrificando rentabilidad o invirtiendo en calidad, publicidad, o aumentando su
capacidad productiva.

Esta combatividad no es tan aparente en la familia empresaria pues no quieren


poner en juego el nombre de la familia, pues a veces la agresividad daña
moralmente la fama y reputación de esa familia, lo que sucede cuando
reducen empleo para ajustarse al entorno. A veces las familias empresarias no
son agresivas a fin de mantener la reputación familiar en su entorno. Las
familias empresarias son agresivas a la hora de poner énfasis en la
supervivencia y en dar empleo a los familiares, estrategia que puede ser
opuesta a una que busque maximizar la rentabilidad o la cuota de mercado. Sin
embargo, las familias empresarias suelen ser más rápidas a la hora de
responder a los retos del mercado.

La innovación es desde Schumpeter esencial para la supervivencia de la


empresa. La innovación es la capacidad de aventurarse más allá de la situación
actual conocida. La innovación supone introducir novedad a través de la
creatividad y la experimentación de nuestros productos o servicios. La
innovación, pues, es la propensión a implicarse en nuevas ideas, experimentar
novedades, crear nuevos procesos y productos.

La innovación en la familia tiene una dependencia: la genética no transmite a


los herederos la capacidad innovadora del fundador. Así mismo tiene una
frontera: la ruptura del status quo que no desea correr nuevos riesgos
financieros. La familia suele tender a mantener la estabilidad y no es muy
proclive a la innovación; pues esta puede ser origen de conflictos en la propia
familia. La centralización puede obstruir los senderos potenciales de la
innovación en la empresa familiar; sobre todo si hay un liderazgo dominante
muy conservador. Eso no significa que no encontremos empresas familiares por
doquier; pues de hecho, surgen familias con poder y flexibilidad para innovar.

La proactividad no es otra cosa que la capacidad de pensar y actuar mirando


al futuro, pues es la única manera de identificar oportunidades, perseguirlas y
explotarlas. Ser proactiva indica ser una persona que se anticipa al futuro del
mercado y a las necesidades del mismo. La proactividad es la búsqueda de
nuevas oportunidades relacionadas o no con el modelo de negocio, así como la
introducción de nuevos productos con anticipación a la competencia y eliminar
procesos maduros o en declive. La proactividad no es otra cosa que anticiparse
a los cambios del mercado.

La proactividad va ligada a la toma de riesgos. La posición ante el riesgo


define claramente a toda familia empresaria, pues los familiares trabajan para
ellos mismos y no son asalariados. Tomar riesgos es generalmente actuar
ciegamente o enfrentarse a la incertidumbre.

Las familias empresarias suelen ser menos proactivas porque son más
conservadoras y porque tienen aversión al riesgo, sobre todo cuando el control
de la empresa y la propiedad de la misma se ven amenazadas.

José Javier Rodríguez Alcaide

Director de la Cátedra PRASA de Empresa Familiar

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