You are on page 1of 11

12 FACINANTES CRIATURAS

MITOLOGICAS

AUTOR:ERICK MIGUEL BARRERA FLORES

INDICE
1.-FAUNO
2.-TAURO
3.-DUENDES
4.-MEDUSA
5.-GARGOLAS
6.-CHUTULO (CUTULU)
7.-CRAQUEN
8.-SIRENAS
9.- HADAS
10.-MINO TAURO
11.-PONI
12.-PERRO DE 3 CABEZAS
.

EMPECEMOS
FAUNO
 Según la versión más extendida, Fauno aparece como el tercero de los
reyes del Lacio, hijo de Pico, nieto de Saturno y padre de Latino con la
ninfa Marica (que en otras versiones aparece como su madre). Como sus
dos predecesores, Fauno había promovido la agricultura y la cría de
ganado entre sus súbditos, y también se habría distinguido como cazador.1
Se creía que durante su reinado llegaron al
Lacio Heracles (llamado Hércules por los latinos) y el arcadio Evandro, al
que le habría concedido un extenso territorio en lo que tiempo después
sería la ciudad de Roma.2
 Fauno desempeña un papel muy prominente en la historia mítica del Lacio,
pues, con independencia de lo que hizo por la agricultura, era considerado
uno de los grandes fundadores de la religión del país, por lo
que Lactancio le sitúa a la altura de Numa Pompilio.3 Habría reinado hacia
el año 1300 a. C., y habría sido el primero en erigir templos a los dioses,
llamados fana, dictando las reglas del culto y elevando a los altares a su
padre, Pico, y a su madre, Canente. También habría establecido sacrificios
humanos en honor a su abuelo, Saturno, y habría consagrado en el monte
Palatino un templo a Luperco.4 Tras su muerte fue elevado a la posición de
deidad tutelar del país, por sus muchos servicios a la agricultura y la
ganadería.
 Existe la tradición de que Numa, mediante una estratagema, obligó a Pico y
a su hijo Fauno a revelarle el secreto de invocar el relámpago desde el cielo
(Elicio) y de purificar las cosas golpeándolas con el rayo.5
 En las Dionisíacas, de Nono de Panópolis, Fauno acompañaba
a Dioniso cuando éste fue a la campaña de la India.
 Roles y funciones[editar]
 Fauno fue adorado en dos roles diferentes: como el dios de los campos y
los pastores, y como una divinidad oracular y profética. Como deidad
rústica, era un espíritu del bosque, las llanuras y los campos, y cuando
hacía fértil al ganado se le llamaba Inuo (en latín, Innuus).
 Como dios profético, llamado por el nombre de Fatuo (en latín, Fatuus), se
creía que revelaba el futuro al hombre parte en sueños y parte mediante
voces de origen desconocido, que eran comunicados a quienes iban a
dormir en sus recintos, tumbándose sobre el vellón de los corderos
sacrificados.67 Lo que era Fauno a este respecto al sexo masculino, su
hermana y esposa Fauna o Fatua (a veces considerada su madre o su hija
y relacionada con Bona Dea) era al sexo femenino, por lo que llevaban los
epítetos Fatuus y Fatua o Fatuellus y Fatuella respectivamente, derivados
de fari (hablar) y fatum (hado, destino).8 Fauno y su hermana Fauna serían
los padres de los sátiros y de los faunos. Su primer hijo fue Esterculio, que
descubrió la técnica de abonar los campos con estiércol, por lo que fue
incluido entre los dioses.9
 Se decía que Fauno y Fauna daban sus oráculos en versos saturnios, de lo
que quizá pueda inferirse que existieron en el Lacio colecciones de oráculos
en esta métrica.10 William Warde Fowler sugirió que Fauno es idéntico
a Favonio,11 uno de los dioses del viento romanos, llamados Anemoi.
Debido a la forma en que daba sus oráculos, se consideraba a Fauno el
autor de apariciones espectrales y sonido terroríficos;12 y por tanto se le
describía como un dios lascivo y voluptuoso, que moraba en los bosques y
era aficionado a las ninfas.13
TAURO

Características destacables[editar]

 Constelación Tauro AlltheSky.com


 Aldebarán (α Tauri), la estrella más brillante de la constelación, es
una gigante naranja de primera magnitud. El nombre Aldebarán proviene
del árabe ‫الدبران‬, cuyo significado es «la que sigue», en referencia a que esta
estrella sigue al cúmulo de las Pléyades en su recorrido nocturno a través
del cielo.1 Al estar cerca de la eclíptica, Aldebarán es ocultada por
la Lunaperiódicamente y, gracias a ello, se ha podido medir su diámetro
angular para evaluar su verdadero diámetro, siendo este 44 veces mayor
que el del Sol. Está catalogada como una variable pulsante irregular, con
una fluctuación del brillo de 0,2 magnitudes.2 Forma un sistema binario con
una tenue enana roja: la separación actual entre ambas estrellas de
609 ua.3
 Elnath o Alnath (β Tauri), segunda estrella más brillante, forma los cuernos
del toro junto a ζ Tauri. La primera es una gigante blanco-azulada de tipo
espectral B7III con una luminosidad 700 veces mayor que la luminosidad
solar. Es una estrella de mercurio-manganeso con contenidos anómalos de
algunos metales.4 Por su parte, ζ Tauri, ocasionalmente llamada Al
Hecka o Tien Kuan, es una binaria eclipsante con un período orbital de 0,36
años. La componente principal es una subgigante blanco-azulada de
rápida rotación (330 km/s), siendo una de las estrellas Be más estudiadas.
El disco de materia alrededor de la estrella —cuyo diámetro angular ha
podido ser medido directamente— tiene un diámetro 64 veces más grande
que el diámetro solar.5
 Otra binaria eclipsante es λ Tauri, formada por una estrella azul de
la secuencia principal y una subgigante blanca muy próximas entre sí,
apenas separadas 0,10 UA —un 27% de la distancia entre Mercurio y
el Sol. Al ser menos luminosa la estrella blanca que la azul, cuando cada
3,95 días la primera pasa por delante de la segunda, el brillo de λ Tauri
desciende 0.7 magnitudes.6
 Dos estrellas variables en la constelación, T Tauri y RV Tauri, son los
prototipos de sendos grupos de estrellas que llevan sus nombres. Así,
las estrellas T Tauri son estrellas jóvenes que aún no han entrado en
la secuencia principal, se encuentran cerca de nubes moleculares y
son variables.
 Tauro también contiene dos de los cúmulos abiertos más conocidos del
firmamento. El primero de ellos, las Pléyades (M45), es uno de los cúmulos
estelares más próximos a la Tierra y sus principales componentes —entre
las que cabe destacar a Alcíone, la más brillante, o Atlas— son estrellas
azules calientes que se han formado en los últimos cien millones de años.
El cúmulo contiene más de 1000 miembros confirmados, si bien este
número no incluye aquellos sistemas binarios no resueltos.7 Aunque la
distancia a la que se encuentra el cúmulo ha sido objeto de cierta
controversia, los estudios más recientes lo sitúan a 136 pársecs (444 años
luz) del sistema solar.89
 El otro cúmulo, las Híades, consta de 80 estrellas y está a 153 años luz de
distancia, por lo que es el cúmulo estelar más próximo a la Tierra.10
Mientras que el cúmulo tiene alrededor de 75 años luz de diámetro, el
prominente grupo central posee cerca de 10 años luz de diámetro.
Su diagrama Hertzsprung-Russell indica que las Híades tienen una edad de
625 ± 50 millones de años11 y los cinco miembros más brillantes de este
cúmulo —entre los que están γ Tauri y θ2 Tauri— están evolucionando ya
hacia estrellas gigantes. Una de estas gigantes, ε Tauri o Ain, posee
un planeta extrasolar.12
 La nebulosa del Cangrejo (M1) se localiza en esta constelación. Es el resto
de supernova proveniente de la explosión de una supernova en 1054 (SN
1054). Tiene unos seis años luz de radio y encuentra a una distancia
aproximada de 6300 años luz13 de la Tierra.
 En Tauro se pueden encontrar varias nebulosas como NGC 1514, nebulosa
planetaria descubierta por William Herschel en 1790, NGC 1555 y NGC
1435 o Nebulosa de Merope, iluminada por la estrella homónima
DUENDES
Historia[editar]
Los duendes tal y como son conocidos, son
criaturas mágicas, feéricas (relacionadas en algún caso con las hadas) y no
forman parte de la tradición cristiana, aunque algunos demonólogos de los siglos
XVI y XVII los consideraban un tipo de demonios ya al menos desde la segunda
mitad del siglo XV.4
Se los describe físicamente como no mayores a un metro, de aspecto humanoide,
orejas largas y en punta y de piel verdosa, se caracterizan por ser seres
elementales, cuidadores de la naturaleza y el bosque y por ser escurridizos. En
una definición amplia para la Mitología de cualquier cultura, se le describe como
de aspecto humanoide y muy baja estatura, con algún tipo de poder o
conocimiento sobrenatural y provisto de un típico espíritu bromista o malicioso, por
el cual se le culpa de todo tipo de daños menores en el entorno doméstico o rural;
siendo así, entrarían en la categoría genérica del duende los gnomos, los trasgos,
el tomte sueco, el leprechaun irlandés o el poltergeist alemán.

Cubierta del libro La princesa y el duende, de George MacDonald.


Este tipo de supersticiones ligadas a los hogares fueron difundidas por todo
el Imperio romano, ya que su religión pagana afirmaba que había unos dioses
menores, los lares o genius loci, que habitaban una casa a la que estaban ligados
con la función de protegerla. A veces estaban asociados a la familia que construyó
la casa o que la habitó desde que fue construida, esto explicaría su frecuente
relación con los fuegos del altar familiar u hogar, los pucheros o las alacenas. A
esto habría que sumar una noción semejante por parte de los druidas, quizá
todavía presente en la creencia germánica en los Kobold. Pero esta tradición se
presenta también en el folklore de todas las naciones eslavas, donde son
llamados domovik, e incluso en el japonés, donde unas criaturas en todo
semejantes se denominan zashiki-warashi. Por lo demás, los djinn de los pueblos
semíticos poseen características muy parecidas. La superstición, por otra parte,
podría tener una etiología bastante elemental: una justificación maravillosa o
imaginativa de los ruidos desconocidos que se producen en las alacenas, sótanos
o cuevas subterráneas cerradas de las casas, casi siempre debidos a la presencia
de pequeños roedores o depredadores en busca de alimento.
Es más, aparte de su origen supersticioso, la leyenda de la llamada "gente
pequeña", como los denominaba en su famoso manuscrito el párroco
escocés Robert Kirk,5 o "duendes", está tan arraigada en unos lugares concretos
de Europa (islas británicas) que algunos han llegado a teorizar la posible
existencia de un pueblo humano de pequeña estatura ya desaparecido en estas
ubicaciones, lo que ha convertido en más probable el descubrimiento reciente
del hombre de Flores y el ya conocido pueblo pigmeo en África.[cita requerida]
El primero en proponer esta explicación fue David MacRitchie (1861-1925), un
folclorista escocés, en su obra The Testimony of Tradition; este tipo de leyendas (y
muchas otras) se habrían fundado en la existencia histórica de un pueblo que
habitaría en cuevas o que sería subterráneo en las Islas Británicas, resto de
gentes antiquísimas de tecnología muy primitiva, quizás neolítica, quienes, ante la
llegada de pueblos más civilizados y mejor armados, se habrían ocultado en la
oscuridad. Esta teoría habría sido completada en The Witch-Cult in Western
Europe (1921) por la doctora Margaret Murray (1863-1963).
El alquimista y médico suizo Paracelso (1493-1541) escribió sobre numerosos
tipos de criaturas ni humanas ni divinas en su grimorio Philosophia Occulta (1570),
a los que llama genéricamente elementales y denominó gnomos(elemento
tierra), ondinas (elemento agua), silfos o sílfides (elemento aire)
y salamandras (elemento fuego):
No pueden clasificarse entre los hombres, porque algunos vuelan como los
espíritus, no son espíritus, porque comen y beben como los hombres. El hombre
tiene un alma que los espíritus no necesitan. Los elementales no tienen alma y, sin
embargo, no son semejantes a los espíritus, éstos no mueren y aquéllos sí
mueren. Estos seres que mueren y no tienen alma ¿son, pues, animales? Son
más que animales, porque hablan y ríen. Son prudentes, ricos, sabios, pobres y
locos igual que nosotros. Son la imagen grosera del hombre, como éste es la
imagen grosera de Dios… Estos seres no temen ni al agua ni al fuego. Están
sujetos a las indisposiciones y enfermedades humanas, mueren como las bestias
y su carne se pudre como la carne animal, y son virtuosos y viciosos, puros e
impuros, mejores o peores.
Los duendes corresponderían a los gnomos y silfos y habitan mundos propios no
muy alejados del nuestro, aunque invisibles para nosotros porque nuestros
sentidos son poco sutiles y poco desarrollados y por tanto no aptos para
observarlos. Sin embargo todas esas criaturas, según Paracelso, tienen en común
ser seres interdimensionales y atemporales, viven en comunidades jerarquizadas,
son invisibles para los hombres, pero no para algunos animales y niños, son
juguetones y tramposos y enormemente interesados en algunos aspectos
sexuales de los humanos, a quienes a veces raptan cuando son niños; viven
muchos más años que los hombres, pero sin llegar a ser inmortales: 500 años o
más, éticamente neutros, inteligentes, y les aterroriza el hierro y el acero. Poseen
tres grandes festividades: la del mes de mayo, la del 24 de junio (solsticio de
verano) y la del mes de noviembre.
Siguiendo la terminología de C. S. Lewis en su ensayo «The Discarded Image: An
Introduction to Medieval and Renaissance Literature» (1964), traducido al español
como «La imagen del mundo», cabría identificarlos con los longaevi o longevos,
espíritus que, cuando Lucifer se levantó contra Dios, no se pusieron de parte ni de
este ni de aquel. Dios habría suspendido su sentencia hasta el día del Juicio Final,
y mientras tanto estos seres circularían por el orbe infranatural, es decir, por
debajo de la órbita de la Luna, pues por encima estaría lo sobrenatural. Algunos
habrían caído a la Tierra y por eso habitarían en cuevas o subterráneos. No son
exactamente demonios ni ángeles: son los duendes, hadas, etc. de que se ha
hablado anteriormente, de ahí su ambigüedad moral. En otro ensayo, el
poeta Heinrich Heine llama a toda esta gente "dioses en el exilio", porque
antiguamente eran los diosecillos paganos menores que detentaban algunas
funciones religiosas y ahora han sido arrojados al margen, por lo que aparecen
ridiculizados por la tradición religiosa dominante. Su aspecto por ello ha sido
desfigurado como risible y sólo tienen importancia para los niños impresionables,
gracias a los cuales, sin embargo, perdura su recuerdo más o menos deturpado.

You might also like