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38 / Prácticas de oficio.

Investigación y reflexión en Ciencias Sociales, n° 2, julio de 2008

La experiencia del género.


Un ensayo con Joan Scott*
Sergio Caggiano
CONICET-IDES / Universidad Nacional de La Plata
sergio.caggiano@gmail.com

Si tratamos la oposición entre varón y mujer no como algo sabido sino


como algo problemático, como algo definido contextualmente,
repetidamente construido, entonces debemos preguntarnos
constantemente qué es lo que está en juego en las proclamas o debates
que invocan el género para explicar o justificar sus posturas, pero también
cómo se invoca y reinscribe la comprensión implícita del género

Joan Scott

Las migraciones suelen transformar siguiendo la interpretación que Joan Scott


o conmover, en mayor o menor grado, propone del feminismo y las políticas de
los marcos interpretativos con los cuales género en Only paradoxes to offer.
los sujetos configuran su experiencia. Procuraré, por un lado, presentar una de
Consecuentemente, también las las formas que puede tomar la eventual
dimensiones y categorías a partir de las (no necesaria) politización de la
cuales se definen las identidades y dimensión de género por parte de las
pertenencias sociales en cuyos términos mujeres migrantes y, al mismo tiempo,
se formulan demandas políticas, apreciar a la luz de este caso los alcances
reclamos, reivindicaciones. El género y y la productividad del planteo teórico
las relaciones de género se encuentran, metodológico de Scott. En otras palabras,
desde luego, entre estas dimensiones que veremos qué nos revela poner el foco
pueden ser transformadas o conmovidas Scott en un caso como el que
por el proceso migratorio. El modo en analizaremos, y a la vez cómo este caso
que los protagonistas de este proceso concreto nos permite profundizar la
experimentan y dan sentido a estas comprensión de las propuestas y las
relaciones, a la “diferencia sexual” y a ser implicaciones de Only paradoxes to offer.
varón o mujer puede verse trastocado en Más puntualmente, trabajaré sobre
virtud de los marcos y los significados el relato que una inmigrante boliviana
que la sociedad de destino ofrece como hace de su vida desde el primer viaje a la
legítimos. Argentina, o sea, sobre la narración de su
Varios de los aspectos involucrados experiencia como mujer inmigrante. El
en este fenómeno complejo han recibido material es insuficiente para aspirar a la
la atención de especialistas de diversas generalización de las consideraciones que
disciplinas. El presente trabajo consiste haré, pero aquí no pretendo del material
apenas en una exploración teórico- empírico otra cosa que la posibilidad de
metodológica, en la cual intentaré un una más acabada comprensión de las
acercamiento al carácter político del ideas desarrolladas por Scott. Por otra
género en una situación de migración, parte, no se trata aquí de una “vida

*
Agradezco a Elizabeth Jelin la lectura y comentarios a
una versión anterior de este artículo.

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política”, por lo cual serán necesarias dilema irresoluble que enfrentan las
cierta adecuación de las proposiciones luchas feministas en torno de la igualdad
que Scott hiciera en torno a cuatro y la diferencia, el cual está ligado a la
militantes feministas, así como algunas necesidad de aceptar las definiciones
derivaciones de la idea misma de oficiales de género a la vez que atacarlas.
paradoja que la autora utiliza. Por último, El feminismo se configura precisamente
al decir narración o relato de la allí donde se reclama igualdad pero con
experiencia asumo que “sin significado no el anclaje en la diferencia. Esto significa
hay experiencia” (Scott, 1999a: 54). Es que se configura sobre la paradoja que
decir, no estoy suponiendo que la consiste en invocar la diferencia que está
experiencia sea una suerte de materia en la base de la desigualdad contra la
originaria, autoevidente sino que, por el que se protesta.
contrario, la considero el resultado de Muchas de las ambigüedades y
una construcción. Parto, entonces, del contradicciones que se le han señalado
“carácter discursivo de la experiencia” críticamente al feminismo están
(Scott, 1999b: 73). Me interesa el lugar asociadas a la tensión sin resolución que
del género en el proceso constitutivo de caracteriza desde un comienzo su
subjetividad, la medida y el modo en que relación con la “diferencia sexual”, y que
el género es utilizado para construir el debe ser considerada como una condición
significado de la experiencia, y los efectos inherente, antes que como un elemento
políticos que esto tiene o puede tener. extraño o un agregado. Ya en la época de
El análisis conducirá a hacer dos las revoluciones democráticas, “(e)l
señalamientos generales a propósito del feminismo era una protesta contra la
concepto de paradoja. Por un lado, exclusión política de las mujeres; su
podremos ver confirmada la idea de Scott objetivo era eliminar la ‘diferencia sexual’
sobre la necesidad del horizonte de en política, pero tenía que hacer esos
universalidad en la política democrática reclamos en nombre de “la mujer” (la
moderna, del encuadre o la promesa que era producida discursivamente
universalista como fondo sobre el cual se mediante la ‘diferencia sexual’) […] Esa
constituyen los reclamos paradojales. Por paradoja –la necesidad de aceptar y de
otro lado, propondré la existencia, al lado rechazar la ‘diferencia sexual’– fue la
de la paradoja feminista, es decir, al lado condición constitutiva del feminismo
de la forma paradojal que adquiere la como un movimiento político a través de
politización del género, de lo que por el su larga historia” (Scott, 1996: 3-4).
momento llamaré una paradoja “no La potencia política de esta paradoja
política” del género, producto de una está ligada al marco universalista abierto
narración de la propia vida que postula al por las democracias modernas y las
género como dimensión medular de la políticas republicanas, y a la noción
propia experiencia y al mismo tiempo abstracta de individuo que es su razón de
lima sus aristas críticas al naturalizar la ser y su guía. El hecho es que ese
“diferencia sexual”. individuo abstracto se encontraba de
hecho sexualizado (racializado, etc.) y,
Paradojas feministas. consecuentemente, su carácter inclusivo
abstracto tenía como contracara la
Un modo de (re)pensar la exclusión concreta. Esta es una de las
política democrática “usuales e incluso necesarias
moderna contradicciones en el concepto de
individuo abstracto: articulado como la
El núcleo del estudio y de la fundación de un sistema de inclusión
argumentación que Scott presenta en universal (contra las jerarquías y los
Only paradoxes to offer está dado por el privilegios de los regímenes monárquicos

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y aristocráticos) fue también utilizado antiesencialista, la cual, por otra parte,


como un estándar de exclusión al definir es el correlato de la búsqueda de
como no individuos, o menos que paradojas y ambigüedades como
individuos a aquellos que eran diferentes estrategia de investigación que evita los
de la figura singular de lo humano” relatos históricos lineales y progresivos.
(ibidem: 7). Juega un papel primordial el La autora busca evitar la historia
horizonte universalista abierto en la teleológica que ve en la trayectoria del
medida en que puede ser leído y feminismo un avance gradual y continuo,
apropiado políticamente como una y plantea leer la historia de las cuatro
promesa o una meta a lograr. El discurso feministas francesas en términos de
universalista del individuo abstracto y sus “políticas de la indecidibilidad”. La
constitutivas fallas excluyentes dan una “agencia” feminista no puede provenir,
forma a la politicidad de aquella consecuentemente, de una voluntad o un
paradoja. En conclusión, la paradoja deseo “humano innato” (ibidem: 16).
arrastrada y expuesta por los argumentos Dicha posición antiesencialista se
feministas es en parte la de esta sostiene sobre la contextualización e
ambigüedad intrínseca de la noción historización radicales de los fenómenos
republicana de “individuo”. estudiados. Es en esta dirección que debe
Con esto Scott propone un modo de entenderse su crítica persistente a
pensar la política del feminismo. Pero no cualquier forma de reificación de la
exageramos si decimos que, más “diferencia sexual” en el análisis histórico
extensamente, Scott propone incluso un y en la acción política.
modo de pensar lo político democrático a Scott indica una clave interpretativa
secas. De hecho es posible ver que la para su propio trabajo y para la historia
autora amplía explícitamente la lista de del feminismo desde las revoluciones
esferas y categorías de reivindicación y democráticas: la del interjuego entre la
lucha junto al género: “(l)a individualidad repetición y continuidad del patrón de
no era sólo una prerrogativa masculina; exclusión, por un lado, y las variaciones
estaba también racialmente definida” históricas y los cambios en los términos
(ibidem: 10-11), o bien, “la existencia del de la exclusión, que resultan en
feminismo (o de movimientos de diferentes concepciones de “mujer” y de
trabajadores o socialistas o antirracistas, los derechos que pueden ser reclamados,
por tomar sólo algunos otros ejemplos por el otro. Pero este interjuego entre
posibles)...” (ibidem: 174). Por ello es “una relación conflictiva perdurable”
posible afirmar que las paradojas, los (ibidem: 18) y sus formas históricas
conflictos, contradicciones y repeticiones específicas no es el movimiento entre una
son “síntomas de contradicciones en los estructura o un núcleo esencial y sus
discursos políticos que produjeron al modificaciones aparentes. Se trata más
feminismo” (ibidem: 3) y, en este bien de la perdurabilidad de una fricción
sentido, que no son únicamente no sustancial, una suerte de dilema
intrínsecos al feminismo, sino que trazan vacío, y de la dinámica de
una de las formas principales que tomará transformaciones históricas que
el discurso político de las democracias configuran su especificidad.
modernas en general. La paradoja, En el párrafo siguiente se resume
irresoluble por definición, se encuentra con claridad este último punto, así como
“en el corazón del discurso universalista” lo señalado acerca del carácter paradojal
(Scott, 2000: 215). del feminismo y de su relación con el
Otro elemento definitorio en el discurso universalista moderno: “El
trabajo de Scott es su posición feminismo no es una reacción al

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republicanismo, sino uno de sus efectos, años de edad, y luego de algunos meses
producido por las afirmaciones en esa ciudad volvió a Tupiza, en Bolivia,
contradictorias acerca de los derechos para regresar definitivamente a la
humanos universales de los individuos, Argentina, esta vez a San Salvador de
de un lado, y las exclusiones atribuidas a Jujuy, algunos años más tarde. El relato
la ‘diferencia sexual’, del otro. El con el que reconstruye su vida está
feminismo es la expresión paradójica de centrado en el éxito logrado y en sus
esa contradicción en su esfuerzo por conquistas individuales, todo medido en
hacer reconocida la ‘diferencia sexual’ y términos de una paulatina ganancia de
para volverla a la vez irrelevante. La autonomía e independencia personales.
agencia feminista es constituida por esa El relato de estos progresos está marcado
paradoja. Desde el momento en que los por un acontecimiento, la separación de
términos de la definición del su esposo y la decisión de no volver a
republicanismo cambian con el tiempo, lo convivir con un hombre, y sostenido
hacen también los términos del sobre una constante, su capacidad para
feminismo y de la agencia feminista. No trabajar y para criar a sus hijos sin
obstante estas feministas hayan sido ninguna ayuda. Por cierto no es poco
‘mujeres que tenían sólo paradojas para común que los inmigrantes en general,
ofrecer’, lo han hecho, sin embargo, en por no ampliar más la referencia, relaten
términos fundamentalmente diferentes” su experiencia en términos más o menos
(ibidem: 168). exitosos. Lo relevante en este caso es
que Blanca ha elegido hacerlo como
“mujer”, ha elegido cifrar en gran medida
Ensayo de interpretación los avatares de su vida migratoria
alrededor del género y de las relaciones
de género.
La crítica de las concepciones Como han señalado algunos
esencializantes conduce al estudio de autores, las particularidades y
procesos de construcción de alteraciones que la nueva situación
subjetividades de género, y la supone para el inmigrante pueden
historización implica su puesta en provocar un movimiento de reflexividad
relación concreta con otras dimensiones y en áreas que hasta entonces se
esferas de la vida en que este proceso de presentaban como “dato inmediato de la
construcción tiene lugar. El relato que conciencia” (Schnapper, 1988: 200), y
analizaré a continuación conduce a que pueden afectar los sentidos de
efectuar una triple contextualización de la pertenencia, las categorías para
experiencia de género, lo que implica una concebirlos, la forma de estructurar los
nueva instancia concreta en la cual poner clivajes sociales y las relaciones sociales.
a prueba la productividad de la propuesta Adicionalmente, los contextos migratorios
de Scott. Esa triple contextualización suelen ofrecer a los inmigrantes la
puede exponerse con una prolongación posibilidad de contrastar sus formas
del subtítulo de este artículo: un ensayo convencionales de percibir y valorar sus
con Joan Scott “para pensar la experiencias con otras formas y otras
inmigración”, “la inmigración boliviana”, convenciones para esa percepción y
“la inmigración boliviana a la Argentina”. valoración. Estas otras formas y
convenciones pueden activarse como
nuevos marcos interpretativos dentro de
Para pensar la inmigración los cuales dar sentido a las posiciones y
acciones propias y de los demás.
Blanca viajó por primera vez a la La migración generó para Blanca
ciudad de Salta en 1970, cuando tenía 18 una alteración respecto del modo en que

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en el lugar de origen se le presentaban quedaron chiquitos los cuatro. Me


las esferas propias de las mujeres y de he quedado con cuatro, pero ya le
los hombres. Por necesidad económica o digo que salí adelante bastante
por decisión, o por ambas cosas, Blanca bien, con esfuerzo, lógico [...] Me
ponía a pensar ‘¿cómo los
comenzó a trabajar fuera del hogar tras
criaré?’, y me daba ánimo y
su llegada a Jujuy. No lo había hecho fuerza. Mis hijos eran así
anteriormente, en su lugar de origen. En chiquitos cuando me separé, y así
su reconstrucción liga el inicio de su les he sacado adelante”.
trabajo con el hecho de encontrarse en
un nuevo ambiente y contexto social, y “A mi esposo le gustaba tomar,
con el hecho de que la gente es distinta le gustaba salir y venía a hacer lío
en la sociedad “receptora”. acá [la golpeaba, como puntualiza
en otro momento]. Yo me
“En Bolivia la gente es más amargaba y me amargaba, y ya
humilde y más tímida, es la estaba cansada, y entonces un
palabra. En Argentina, en cambio, buen día dije ‘que se vaya y listo,
no; la gente es más abierta, más y yo sola los crío’ [a los hijos]”.
entradora, más firme. Uno se
siente así porque viene a un país Coincidentemente, otra ruptura de
distinto. Aquella vez [el primer pareja en la vida de Blanca aparece
viaje a Argentina] era jovencita y asociada también a su decisión de
tenía miedo a una cosa y a otra. trabajar.
En Jujuy yo he aprendido tantas
cosas. En Jujuy he aprendido a “Yo he visto y he vivido la
trabajar [...] y ya he tomado más diferencia entre el hombre
coraje.” boliviano y el hombre argentino.
Me puse de novia con un salteño
Además en Argentina todo “es muy y estuve muy bien [...] Pero no
lindo porque hay oportunidad de me he vuelto a casar ni nada. Me
trabajar”, lo cual se contrasta en varias he puesto de novia y todo, pero
oportunidades con Bolivia donde “las no lo veía bien [casarse]. He
mujeres no trabajan”, donde “no es lo dicho ‘yo aquí trabajo y listo’, y
mismo que aquí para la mujer, porque he ganado para salir adelante, lo
normal, sin hacer daño a la gente
allá no hay trabajo para las mujeres”,
[...] Ya no quería pasar por lo
etc. mismo que he pasado con mi
Por otra parte, este comienzo del marido.
trabajo está vinculado para Blanca a la [...]
separación de su esposo, sea que, como Ese novio salteño ya no me
se verá a continuación, él la haya dejaba ni respirar, a mis trabajos
abandonado o que, como en el fragmento me iba a hacer la guardia, ya me
posterior, ella haya tomado la decisión de tenía cansada, yo ya estaba
quedarse sola. cansada, cansada de mi novio
salteño. No me pegaba, no
“Yo no me arrepiento de nada tomaba, nada, pero esos celos
porque, como ya le digo, en una que molestan. Yo ya no era digna
palabra me he ganado todo lo que de ir a trabajar...”
soy y lo que tengo con mi trabajo.
He trabajado a partir de que me La inmigración y el contacto con la
separé, y ya son casi 23 años que sociedad “receptora” significan para
me he separado. Mi esposo me ha Blanca el reconocimiento de un contexto
dejado, se fue y mis hijos sociocultural diferente, la relación con

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interlocutores distintos, la separación de “La mujer tarijeña tiene algún


su esposo y la posibilidad/necesidad de parecido con la mujer argentina
trabajar, así como un cambio en su pauta porque está cerca de la frontera,
de relaciones de pareja, todo enlazado tiene mucho parecido, inclusive
para el trato con sus maridos
como parte de un mismo proceso que
mismos; la tarijeña es una mujer
confluye en un relato que gira en torno bastante brava”.
de ser una mujer, una mujer que
consigue integrarse a la sociedad jujeña, Blanca nació y vivió en Tupiza hasta
una mujer que ha salido adelante sola en su partida hacia Argentina; ella es de
su vida y en la crianza de sus hijos. Tupiza. No se asemeja a las mujeres “del
norte”, o de la zona andina y los valles
Para pensar la inmigración orientales, y la vestimenta, con todo su
boliviana peso simbólico y cultural, está allí para
atestiguarlo. Se distingue asimismo de
las mujeres cruceñas, del este boliviano,
Como mujer Blanca ha logrado
y esta vez es el color de la piel (cargado
superar sola los desafíos de su vida. Pero
de valoraciones, como puede verse) lo
no es “simple” o “únicamente” una
que expresa esta distinción. Las mujeres
mujer. A lo largo de todo su relato
tarijeñas, por último, quedan casi por
particulariza su experiencia, circunscribe
fuera de la comparación, desde el
su posición y precisa su autopresentación
momento en que lo que puede decirse de
distinguiéndose de otras mujeres. Podría
ellas es que se parecen a las mujeres
decirse que hay un modo “muy boliviano”
argentinas lo que, como se apreciará
en que Blanca particulariza su
luego, significa per se una fuerte crítica.
experiencia, dado por la distinción
No es necesario recordar aquí las
regional a la que recurre, y a partir de la
numerosas investigaciones que subrayan
cual se separa respecto de otras mujeres
el gran peso que tienen los regionalismos
de distinta procedencia. De acuerdo con
en Bolivia, así como su mantenimiento o
su propia descripción, Blanca no era
su transformación en situación de
como las mujeres de otras regiones de
migración. Más puntualmente en relación
Bolivia cuando se encontraba todavía en
con la cuestión de género, Balán sostiene
la propia Bolivia, y ni ella ni las otras
que como resultado de las migraciones
mujeres perdieron las características que
desde Cochabamba a la Argentina “toda
las diferencian entre sí una vez en el
la pauta de relaciones conyugales puede
lugar de destino.
sufrir un cambio”, pero no
necesariamente “en dirección de una
“Los argentinos ven gente con
polleras anchas y ya creen que
relación más igualitaria” (Balán, 1990:
toda Bolivia es así, y no es así. Mi 292). Tendrían un rol importante en ello
hija me preguntó cuando era tanto elementos característicos del
chiquita si yo también era así de contexto de recepción como rasgos
polleras anchas, y no es así. Yo propios de la sociedad de origen. Lo que
toda la vida he sido de vestido. es preciso destacar aquí es que, en
No es que toda Bolivia sea así, de principio, estos últimos rasgos se ciñen a
polleras anchas”. la ciudad de Cochabamba y sus valles, y
no al conjunto de Bolivia. Benencia y
“Le digo a mi hijo ‘¿por qué no
Karasik (1994) recuperan éste y otros
vas a Santa Cruz? que ahí hay
mujeres rubias, lindas,
trabajos y ponen de relieve la
blanconas... nada que ver con el singularidad cochabambina, y el peso de
color de uno’”. las regiones en Bolivia, para analizar el
trabajo femenino, la subordinación de

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género y la migración. En otro trabajo, mujer” es particular pero no por la


los mismos autores señalan respecto de incorporación de rasgos que le darían
los tarijeños que “han llegado a constituir cada vez más concreción y que
comunidades de migración” (Karasik y redefinirían de manera histórica y
Benencia, 1999: 579), y hacen hincapié contextual ese “ser mujer”, sino por la
en los orígenes regionales para poder expulsión de los elementos
estudiar los circuitos de reproducción potencialmente comunes con otras
social (ibidem: 585). mujeres, la supresión de las posibles
Las mujeres en Bolivia, como los conexiones, su propia desvinculación.
hombres, tienen distintas posiciones,
ocupan distintos espacios sociales según Para pensar la inmigración
las prácticas y valores predominantes en
el oriente, kolla, en el occidente, camba,
boliviana a la Argentina
o en el sur, chapaco (por quedarnos
dentro de esta distinción general). Las De cara a la sociedad “receptora”,
relaciones de pareja, la forma que Blanca encontrará otras formas de
adquiere el trabajo extra-doméstico para continuar componiendo una imagen de sí,
la mujer, las responsabilidades asignadas delimitándola. Se trata una vez más del
en la reproducción social y cultural señalamiento de diferencias que la
presentan singularidades en distintas distinguen y separan de otras mujeres,
regiones. En consecuencia, analizar la esta vez las argentinas. Nuevamente
inmigración de mujeres bolivianas ocupa el centro de su relato su definición
requiere analizar estas diferencias como mujer, pero particularizada ahora
regionales y el modo en que estas en un enfrentamiento que delinea sobre
diferencias son significadas por sus el eje nacional.
protagonistas. La experiencia de género
debe comprenderse junto a las “En Argentina la mujer, antes al
dimensiones regional y étnica. Las menos, era muy cómoda, las
mujeres son muy delicadas [...]
continuidades y las rupturas, las
La mujer boliviana afronta
diferencias y las semejanzas, muchísimo más la vida [que la
interpretarse sobre el telón de fondo de argentina]. Ahora con la misma
estas posiciones y relaciones sociales. necesidad [económica] sí parece
Quisiera llamar la atención, por que [trabaja]. La mujer argentina
último, sobre la manera en que esta ya no está como antes… el marido
especificación de la experiencia es llevada trabajaba y la mujer sabía estar
a cabo por Blanca. No parece tratarse de durmiendo hasta las doce. Yo veía
una puntualización de sus condiciones muchos casos que sabían tener
sociohistóricas de partida que le otro hombre mientras el marido
se iba a trabajar. A la mujer
permitiera establecer correlatos y
argentina no le gustaba trabajar.
articulaciones con otras mujeres. Ni con Era muy exigente y quería más de
aquellas que menciona en tanto que lo que tenía; quizá tenía mucha
bolivianas, quienes son evocadas comodidad y quizá exigía más al
precisamente como testimonio de la marido [...] La mujer argentina
diferencia, ni con aquellas que podrían está acostumbrada a tirar, todo
quedar involucradas como sus pares, las tira, total... ‘vamos al centro y
mujeres de Tupiza, que no son compramos otro’ [...] La mujer
mencionadas en ninguna oportunidad. argentina no tiene esa fuerza y no
Blanca apela a la especificación para es guapa como la boliviana, que
automáticamente lo demuestra y
manifestar lo que ella no es. Su “ser
resalta esas cosas”.

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Blanca se diferencia de y se Puede verse que en su


contrapone a la mujer argentina, tiene reconstrucción Blanca se mueve en una
las virtudes que ésta no tiene, y no los sutil línea entre la problematización de la
defectos que ésta sí. Pero va más allá, y diferencia sexual y su reificación. Por un
con una nítida caracterización de la mujer lado, no solamente opone las categorías
boliviana y el hombre boliviano y de la mujer y varón sino que sugiere una
mujer argentina y el hombre argentino construcción nacional de lo masculino y lo
diseña una suerte de diagrama de femenino y, consecuentemente, su
relaciones combinando género y contingencia, y parece de esta forma
nacionalidad. Define dos pares de poner en discusión “la oposición binaria
opuestos: la mujer boliviana y la mujer de varón y mujer como la única relación
argentina, de un lado, y los hombres posible y como aspecto permanente de la
boliviano y argentino, del otro. Mientras condición humana” (Scott, 1999a: 56).
aquella trabaja y puede afrontar su vida, Por otro, sin embargo, el diagrama se
la argentina “no trabaja”, “es holgazana”, forma sumando otro binarismo
“usa a su marido”, al que “le exige de (argentino/a – boliviano/a) al binarismo
más”. La contraposición entre los sexual, lo cual más bien complementaría
hombres es complementaria de ésta. El sin impugnar la idea de una “diferencia
boliviano “no cuida a su pareja”, mientras sexual” casi esencializada.
que el argentino sí; el boliviano es “más Puede verse en los fragmentos
bruto en todo sentido”, y el argentino “es citados que lo étnico interviene
muy comprensivo” (y hasta “demasiado nuevamente, pero con un sentido
comprensivo” con su mujer argentina). El diferente al de lo étnico regional visto
esquema parece desembocar en anteriormente. Ser “gringo” cuenta a la
relaciones ideales que ligaran a mujeres hora de describir a los/as argentinos/as.
y hombres inter-nacionalmente. Lo gringo se cruza con lo nacional,
aunque no de manera unívoca; potencia
“El boliviano no hace esas cosas los rasgos negativos en la caracterización
como cuidar, tratar bien. Él se de las mujeres argentinas pero en cambio
junta con la mujer y le hace tener no opera opacando las cualidades de sus
hijos, y una vez que está connacionales varones. (Por otra parte,
embarazada ya no le saca ni a
gringo no coincide con argentino; en
pasear porque le da vergüenza. Al
argentino no, y sacar a su mujer
otros pasajes del relato se aludirá a
embarazada es un lujo. El hombre los/as gringos/as que hay en la zona de
argentino, ya le digo, que ya sea Santa Cruz, en Bolivia, por ejemplo.)
gringo o negro, morocho, es En conclusión, Blanca no se asemeja
distinto, es bastante bueno, es a las mujeres argentinas ni parece
muy bueno. Tanto en la manera compartir con éstas rasgos que las
de relacionarse en la amistad puedan acercar sino que, por el contrario,
como en pareja es mucho mejor, establece una gran distancia con ellas.
nada que ver con el otro lado [el Por lo demás, y si bien frente a las
hombre boliviano], es muy
mujeres argentinas Blanca queda definida
tratable. Pero la mujer argentina
es muy antipática, se cree... y si
como “boliviana”, según vimos en el
es rubia mucho peor, a uno lo apartado precedente este eventual
mira de costado, es mucha la sentido de pertenencia es sometido por
diferencia que tiene, como el ella misma a una operación de distinción
hombre de allá [de Bolivia]”.1 regional que singulariza su experiencia

1
Se comprende mejor que la mencionada decisión de español que vive en Argentina desde hace años. Esta
Blanca de no volver a casarse ni a vivir en pareja esté última decisión adquiere aún más peso considerada a la
asociada a la de no volver a tener una pareja boliviana. luz del alto grado de endogamia entre bolivianos
Todos los novios que nombra son argentinos, excepto un (Benencia y Karasik, 1994: 283).

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personal. Blanca tampoco es ni se criar a sus hijos, tan bien como lo


aproxima a las gringas: “yo soy hubiese hecho con un hombre a su lado
morocha”, señala, agregando en otro pero sola, es decir, con la capacidad y
pasaje en el mismo sentido: “si usted es suficiencia necesarias e independizada de
por ahí gringo, y me puede ver así, los hombres. (De manera acaso paradojal
humilde”. No obstante éste pudiera –pero no me detendré en ello– el espacio
constituir un camino para construir una de la reproducción social se volvería así el
pertenencia indígena, rápidamente se terreno de autonomización de Blanca, la
distancia de los/as indígenas y de los/as crianza de los hijos sería su triunfo y su
campesinos/as también (“la gente del demostración de independencia, el
campo, que habla el quechua, nos ven testimonio de la superfluidad de un
gente bien vestida y entonces tienen hombre.)
recelo”, “a mi hijo le decían ‘doctorcito’”). Ahora bien, interesa resaltar cómo
Resumidamente, continúa el proceso de Blanca muestra que es una mujer
particularización que aparta el diferente de las mujeres de otras
reconocimiento de una experiencia regiones de Bolivia, una mujer diferente
común, que corta los lazos posibles de de las mujeres argentinas, diferente de
unión y encuentro. las gringas. Hemos visto que somete sus
vivencias de género a una especie de
desamarre de lo social en el cual se
Lo personal y lo político. separa de otras/os que pudieran
compartir o participar de su experiencia.
¿Una paradoja de género no Con ello nos conduce a la imagen de una
feminista? suerte de “mujer única”, no sólo porque
en su relato es objetivamente distinta de
cholas con polleras, de argentinas
Entendiendo que la politización holgazanas, de gringas que viven de sus
supone o requiere el reconocimiento de esposos, sino porque su proceso de
una situación que debe ser transformada, ganancia de autonomía y de superación
y algún modo de identificación con de desafíos vitales es individual, su éxito
aquellos/as que sufren esa situación, la es individual, pero además la situación
construcción de la propia experiencia en misma de opresión, desigualdad o
torno del “género” puede no sólo no sufrimiento es construida como individual
conducir necesariamente a la politización también. Es en este sentido que puede
de la misma sino incluso despolitizar al considerarse que hay una despolitización
género, cosificándolo alrededor de la de la dimensión de género en una
“diferencia sexual”. narración de la experiencia que echa
Blanca recurre permanentemente al mano permanentemente del género para
género y a las relaciones de género para estructurarse.
configurar un relato autobiográfico, y los Es posible, entonces, referenciar la
restantes actores en la trama que propia experiencia en el género
construye suelen ser definidos a partir de despolitizando el género. La paradoja
esas relaciones. Sus propios logros, sobre la que se alza y sustenta el
además, se miden en gran medida por feminismo resulta del reclamo de
medio de la autonomía ganada en igualdad en nombre de la diferencia. Aquí
relación con los hombres. Pudo verse que estaríamos, en cambio, ante una
en la narración de su vida ella puede paradoja de género no feminista en tanto
trabajar, sostenerse económica y la apelación a la categoría (política) de
afectivamente, llevar adelante su casa y género no involucra reclamo, demanda o

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reivindicación política alguna. Antes bien, no tarijeña, como mujer no argentina,


lo que vemos es precisamente que este como mujer no gringa, etc. Es sugestivo
tipo de apelaciones impediría su que en ningún momento en los que relata
construcción como factor de lucha su enfrentamiento a situaciones de
política. En este caso también, de la desigualdad o de abuso recurra para su
misma manera en que lo había señalado interpretación a un marco universal o a
la propia Scott respecto de la paradoja un horizonte universalista, lo cual
feminista, el planteo podría extenderse a seguramente la llevaría a su correlación o
otras dimensiones y esferas de la vida equiparación con otras/os que sufrieran
social: raza/etnia, nación, clase. Acaso lo mismo. Frente a la violencia doméstica
podría decirse incluso que es el aspecto y frente al hombre que la golpea ella será
paradojal que toda dimensión de una capaz de vivir sola y de “ganarse el
experiencia oprimida guarda como cariño” de hombres argentinos, que “no
barrera a su politización. pegan a sus mujeres y son buenos” (vale
Si las contradicciones y remarcar que el hombre que golpea es el
ambigüedades feministas que estudia hombre boliviano, particularizado).
Scott son las paradojas de la politización Frente a los problemas laborales ella
inherente del género, esta otra paradoja describe su superación de los mismos, y
no feminista es una paradoja “no lo negativo de la situación es condensado
política”, en el sentido de que no en la mujer argentina, holgazana y
generaría ninguna forma de protesta ni abusadora, lo cual además de
petición alguna de igualdad en nombre de particularizar a quien sería así la
la diferencia sino que, antes bien, responsable de esos problemas conlleva
produciría discursos de convalidación de una desvalorización moral que la vuelve
la “diferencia sexual” como un dato de la indeseable como modelo de mujer, y que
realidad. Una de las principales preguntas le permite a Blanca su autovaloración
que recorre los trabajos de Scott, how como trabajadora. Frente a los gringos es
sexual difference is itself articulated as a cierto que hay circunstancias mediadas
principle and practice of social por el recelo, pero si bien ella no es
organization (Scott, 2000: 207), nos gringa tampoco es indígena, y hasta
recuerda precisamente que hay diversos parece haber una suerte de
modos en que esa articulación puede compensación en el hecho de que su
darse. El relato de Blanca sugiere que relación con la gente del campo de su
una experiencia construida en torno del país también esté mediada por el recelo.
“ser mujer”, con sus opresiones y En todos estos casos ella es
sufrimientos, sus avances y conquistas, particularizada, así como lo son los
puede sancionar esa “diferencia sexual”, otros/as involucrados/as y la relación
naturalizarla, en vez de problematizarla misma. Esta “particularización”, que
en la línea que fuera abierta con el podría ser especificación sociohistórica y
concepto de “género”. llevar a eludir la fijación de las diferencias
Only paradoxes to offer nos permite sexuales biologizadas, es decir, que
formular una hipótesis para comprender podría ir más allá de la esencialización de
esta situación. Dicha hipótesis recupera la división hombre/mujer, se queda “más
la idea del marco universalista ligado a la acá” y no lleva a una confrontación
noción abstracta de individuo que genera política.
la paradoja feminista, y plantea si no es En ningún caso se da la referencia a
precisamente la referencia a ese marco un marco universalista, ni a una
universalista lo que posibilita la política, y experiencia compartida o posible de ser
lo que posibilitaría que una “producción compartida. La explicación de las razones
de sí” fuera política. Blanca particulariza para ello sin dudas debiera atender una
su experiencia como mujer, como mujer multiplicidad de factores, desde

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48 / Prácticas de oficio. Investigación y reflexión en Ciencias Sociales

características de la inmigración boliviana clase, étnicas) pero que no “politiza” el


en San Salvador de Jujuy referidas a una género (ni las otras dimensiones); no se
relativamente baja concentración produce una paradoja feminista (ni
territorial y a la cercanía con el lugar de ninguna otra) como paradoja de la
origen, etc., que no facilitarían las política democrática moderna; es decir,
condiciones para una identificación y una no se produce la política democrática
politización barrial (Jelin, 1987),2 hasta moderna en su forma paradojal.3
los modos específicos en que los marcos Para finalizar, sin embargo, es
universalistas adquieren en la Argentina preciso hacer dos advertencias o dos
y, más puntualmente, en Jujuy, y los relativizaciones a la afirmación de la no
modos en que a su vez puedan ser politicidad del tipo de narraciones y de
colocados al alcance de los grupos de experiencias como las de Blanca.
inmigrantes. Pero no estoy aquí en En primer lugar, la vida de Blanca,
condiciones de ofrecer ninguna las decisiones que ella subraya como
explicación. Lo cierto es que no se fundamentales, su relación con el trabajo
verifica una alusión a ese marco y con las relaciones de pareja, parecen
universal. Y, más allá de la multiplicidad remover y recusar de hecho la habitual
de otros factores intervinientes, la separación patriarcal entre las esferas
politización de la experiencia parece productiva y reproductiva, y las salidas
exigir dicho marco. En otras palabras, que ella ensaya a los conflictos en estas
aun cuando ese marco no garantizara la áreas no copian los patrones de género
politización, puede ser considerado un oficiales, aun si no suponen tampoco una
componente necesario de la misma. Scott posición feminista. Asimismo, la
apunta en ese sentido al señalar como insistencia de Blanca en el significado de
uno de sus grandes intereses “la manera la crianza de sus hijos recuerda la
en la cual los discursos universalistas, importancia de ese espacio de la
específicamente los discursos del micropolítica que es el espacio doméstico.
individualismo abstracto y del deber La trascendencia que para Blanca tiene,
social y el derecho social, permitieron (a como madre, “enseñar a los hijos y ser
las mujeres) concebirse a sí mismas un ejemplo para ellos, porque los que
como agentes políticos así como esos están en su casa van a salir como es
mismos discursos negaron la agencia usted”, o que un hijo sea “como un
política de las mujeres” (Scott, 1996: espejo que le refleja a uno”, se muestra
15). Sin un horizonte universalista sobre con elocuencia cuando resalta, luego de
el cual pudieran ser articuladas y describir a su ex esposo, que a su hijo,
potenciadas las “particularidades” como por el contrario, “no le gusta tomar, no le
mujer, trabajadora, indígena, inmigrante gusta fumar y ya tiene su trabajo [...] no
boliviana en Argentina, etc., dichas
particularidades devienen cada vez más 3
En relación con el hecho de tratarse de una
justamente eso, partes de una característica de la “política democrática moderna”, un
experiencia irrepetible, incomunicable, texto de Scott posterior a Only paradoxes… podría dar
inarticulable con otras. Sin ese horizonte lugar a pensar en un cierto “carácter francés” de la
paradoja generada entre los principios republicanos
universalista se llega a la mencionada universales y la diferencia sexual (acaso como un efecto
paradoja de una vida narrada en torno al de la crítica de Scott a los argumentos “franceses” que
atacan nacionalmente al feminismo estadounidense)
género (y con referencias nacionales, de (Scott, 2001). Sin embargo, ya en un artículo anterior a
Only paradoxes… puede hallarse una perspectiva que, sin
trabajar sobre el concepto de “paradoja”, anticipa el
2
Con lo que pueda tener de representativo o de enfoque de este libro, y allí Scott aborda el “dilema de la
excepcional el caso, debo señalar que Blanca, en efecto, diferencia” o la “posición imposible del feminismo”
expresa no tener contactos asiduos ni sólidos con los/as justamente en el análisis de un caso estadounidense
vecinos/as ni con los/as paisanos/as. (Scott, 1994).

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A propósito de Joan Scott / 49

es un borracho ni un atrevido”. Si hay género. No es la tarea de este breve


política en la reproducción social la hay ensayo dar cuenta de dicho contexto,
también en los gestos cotidianos que pero sin dudas forma parte del mismo
pueden transformar la percepción del cierta presencia del discurso de los
mundo y de la sociedad. derechos humanos (cabe mencionar que
En segundo lugar, hay que tomar en Blanca evoca los derechos humanos en
cuenta el hecho de que el relato de su algunas ocasiones, no obstante sea para
experiencia como mujer abre al menos ocuparse de la cuestión de los niños). En
un espacio para responder positivamente cualquier caso su relato recoge
a una eventual interpelación política en elementos que provienen de la discusión
clave de género. Ese relato es producto política abierta por el concepto de
de determinado contexto sociohistórico y “género”, procesa estos elementos para
a la vez opera sobre él, y de esta manera configurar su propia experiencia, y de
participa en la generación de condiciones este modo los confirma como legítimos
de audibilidad para una interpelación de para pensarse y para pensar la sociedad.

Bibliografía

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