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11030031
problema que vamos a tratar. Refiriéndose a cómo opera la moderna filosofía de los empiristas,
nos dice que estos prefieren trabajar de manera nominalista (en el sentido medieval de la
palabra), es decir, intentan evitar a toda costa la referencia a entidades abstractas. Consideran,
a juicio de Carnap, a las matemáticas como un simple cálculo, un juego derivado de ciertas
reglas dadas. Un físico, en cambio, trabaja con estas entidades -dice-, con la misma inquietud
de conciencia que un hombre que a diario realiza actividades contrarias a los altos principios
Preocupados así por la falta de sentido, por estar acometiendo sinsentidos, los mismos que
Pero, ¿es cierto que solo aquello que hace referencia inmediata a una cosa tangible tiene
sentido?
referencia a la consistencia que tiene cierto término dentro de un sistema cerrado, mientras que
Entre los diversos sistemas o marcos lingüísticos que empleemos en la construcción del
donde hagamos referencia y nombremos a cosas del mundo real, y también marcos lingüísticos,
propios de la ciencias que hagan uso de términos que no tengan por qué estarse ligando a cada
instante con los hechos, pero que signifiquen un éxito –en tanto su empleo- en el campo de las
Una de las críticas que se harían a esta postura, aunque ya hayamos señalado la salida,
sería la de que se podría crear un marco lingüístico donde se hable de entidades, y este marco,
cerrado en sí mismo, tendría sentido aun si hablara de unicornios o minotauros. Como dice en
los cuentos de hadas no entran en conflicto con la lógica sino sólo con la experiencia”. Sin
embargo, esta clase de entidades, las del mundo de las hadas, es inconmensurable con el marco
lingüístico de la zoología y la taxonomía. Otra cosa muy distinta es plantear como hipótesis
que ciertas partículas operan en el nivel subatómico, y que esto no encuentre contradicción con
lo que la física ha dicho ya del mundo macroscópico. Cualquiera que haga una aserción interna
está obligado a aportar pruebas: de índole empírica en el caso de un animal o una partícula,
análisis lógico del lenguaje menciona dos tipos de pseudoproposiciones: aquellas que
contienen una palabra a la que erróneamente se le asignó un significado, o aquellas que han
lingüístico. En un marco, debe determinarse bajo qué condiciones una proposición cualquiera
es verdadera o falsa. El lenguaje cotidiano que manejamos brinda, en buena o mala hora, la
como ‘un llanto azul’ (donde azul no es una característica observable o adjetivable del llanto),
hasta ‘el principio trascendente’. Un respeto a la sintaxis, determinaría no cometer errores al
Moritz Schlick, en Sobre el fundamento del conocimiento, afirma que los enunciados
de la ciencia, sino que ésta, trabaja siempre de manera hipotética, validando en la experiencia
lo que ésta dice. Un enunciado fundamental, entonces, puede llegar a ser comparado con
elementos de un nicho paradigmático en los cuales se sostiene la ciencia y que están pendientes
epistémicos, nosotros asumimos que para que un lenguaje sea apropiado o válido, este no solo
debe contar con coherencia interna sino también externa. Una concepción científico-
materialista de lo que acontece no puede soslayar las reglas sintácticas para la construcción
adecuada de sus proposiciones; así mismo, vemos que el conocimiento científico no se basa en
paradigma siempre revisable. Es decir, incluso entre paradigma distintos, no debería haber una
contradictoriamente con los hechos que contradicen sus pronósticos; un nuevo paradigma no
puede empezar a explicar estos nuevos hechos y a su vez estar en conflicto con los anteriores.
Concedemos que solo se puede admitir un marco lingüístico cuando, en primer lugar, este es
conmensurable con los ya habidos y, en segundo lugar, que contenga coherencia interna. Con
lo primero queremos decir que consideramos necesario definir si las entidades a las que se
refieren existen por sí o son entidades derivadas, como la diferencia que se encuentra entre las
cosas y las categorías que las agrupan. Así, un lenguaje figurativo-representacional, no puede
ser un lenguaje que se separe absolutamente de lo fáctico sino que debe estar en capacidad de
mostrar los resultados de sus hipótesis, y debe ser el éxito lo que signe la viabilidad o
inviabilidad de su uso.
En lo que respecta al lenguaje como figura, en tanto que la figura es un hecho, y que tanto
hecho como figura deben guardar cierta relación isomórfica, la representación correcta de un
donde cada elemento representa algo susceptible de ser nombrado (y mostrado) si se trata de
una representación del mundo de las cosas, en un objeto [simple]. Y si se trata del mundo de
los números –por ejemplo-, la figura no debe guardar otra relación entre sus elementos que la
ya planteada en la sintaxis de ese mundo. Así, parece ser que en el mundo de los números,
Figura y Hecho son reductibles; sin embargo, los hechos del mundo de los números son
en sistemas decimales o sexagesimales, por ejemplo; sin embargo, lo que ha de primar para la
consenso de una comunidad científica que comparte sus resultados y los use para operar en el
elegida se rige con el éxito posible en la ‘manipulación’ de las entidades, en los resultados de
sus hipótesis.
BIBLIOGRAFÍA
Económica.