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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DE EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


UBV-MISIÓN SUCRE
ALDEA UNIVAERSITARIA “JUAN GERMAN ROSCIO”
VIII SEMESTRE-PFG ESTUDIOS JURÍDICOS
UNIDAD CURRICULAR: RESOLUCIÓN JUDICIAL DEL CONFLICTO

ACCIONES JUDICIALES PARA LA DEFENSORIA


DE INTERESES COLECTIVOS O DIFUSOS

FACILTADOR (A): PARTICIPANTE:


Abg. BRICEÑO ESMERALDA LUIS ANDARCIA

GUASIPATI, DICIEMBRE 2013


ACCIONES JUDICIALES PARA LA DEFENSORIA DE INTERESES COLECTIVOS O
DIFUSOS

La acción por intereses colectivos y difusos es un medio de impugnación judicial


especial conferido a aquellos titulares de un interés supraindividual, a los fines de lograr el
restablecimiento e incluso reparación del derecho objeto de protección. Dicha acción es
de eminente orden público y de marcado origen Jurisprudencial, no sujeto a término para
su interposición y cuyos efectos son “Erga omnes”, (Expresa que la ley, el Derecho, o la
resolución abarca a todos, hayan sido partes o no; y ya se encuentren mencionados u
omitidos en la relación que se haga), o sea, se extiende al grupo de personas que son
partícipes del derecho restablecido.

Es evidentemente una garantía conferida a los particulares que, no siendo titulares


de un interés individual pero representado por un derecho subjetivo o un interés personal,
se encuentran inmersos en una situación desde la que perciben los efectos perjudiciales
de una determinada actuación u omisión. De este modo, se instituye un instrumento de
salvaguarda de aquellos intereses reconocidos por el propio Texto Constitucional.

Acciones judiciales colectivas para la exigibilidad de los derechos económicos,


sociales y culturales

Los Derechos Económicos, Sociales y Culturales hablan de cuestiones tan básicas


para la dignidad humana como la alimentación, la salud, la vivienda, el trabajo, la
educación y el agua.

Los derechos económicos, sociales y culturales (DESC) son aquellos que


posibilitan un nivel de vida adecuado para las personas. Cubren las siguientes áreas:

 La igualdad entre hombres y mujeres


 La accesibilidad y las condiciones de empleo
 La sindicalización
 La seguridad social
 La prioridad a la familia y a la protección especial a los niños
 El disfrute de la cultura
 La alimentación
 La vivienda
 La educación
 La salud física y mental.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela no solo consagra un amplio


catálogo de derechos sociales y culturales, sino que también consagra diversas garantías
constitucionales que apuntalan a su efectiva exigibilidad. Algunas de ellas son: garantía
estatal para el acceso a las políticas sociales y de créditos para las viviendas (artículo 82);
garantías para establecer un sistema de salud gratuito y un presupuesto adecuado para el
cumplimiento de los objetivos previstos en materia sanitaria (artículos 84 y 85); garantía
de no desvío de los recursos previstos para el sistema de seguridad social (artículo 86);
garantía de dotación suficiente a las instituciones y servicios educacionales (artículo 103);
garantía de nulidad de los actos patronales que resulten contrarios a la Constitución
(artículo 89). Son todos derechos-garantías destinados a reforzar los contenidos de las
normas básico-materiales de los derechos sociales, de manera que no queden como
meras aspiraciones o normas programáticas.

- Sobre la justiciabilidad de los derechos sociales y culturales.

El reconocimiento de los derechos sociales y culturales como derechos plenos se


alcanza sólo si se rompen las barreras que impiden la justiciabilidad adecuadas,
entendida la justiciabilidad como la posibilidad de reclamar ante el poder judicial el
cumplimiento de las obligaciones del Estado que se derivan del derecho. Lo que califica la
existencia de un derecho social como derecho pleno, no es simplemente la conducta
cumplida por el Estado, sino también la posibilidad de reclamo ante el incumplimiento.
Así por ejemplo, en el sistema universal de las Naciones Unidas, cabe destacar la opinión
referida por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales contenida en su
Opinión General No. 9 (La aplicación interna del Pacto) de 1998, que expone lo siguiente:
En lo relativo a los derechos civiles y políticos, generalmente se da por supuesto que es
fundamental la existencia de recursos judiciales frente a las violaciones de esos derechos.
Lamentablemente, en lo relativo a los derechos económicos, sociales y culturales, con
demasiada frecuencia se parte del supuesto contrario. Esta discrepancia no está
justificada ni por la naturaleza de los derechos ni por las disposiciones pertinentes al
Pacto. El Comité ya ha aclarado que muchas de las disposiciones del Pacto pueden
aplicarse inmediatamente. Así, en la observación general No. 3 (1990) se citaban, a título
de ejemplo, los siguientes artículos del Pacto: el artículo 3, del apartado del artículo 7, el
artículo 8, el párrafo 3 del artículo 10, el apartado del párrafo 2 y del artículo 13, los
párrafos 3 y 4 del artículo 13 y el párrafo 3 del artículo 15. A este respecto, es importante
distinguir entre justiciabilidad (que se refiere a las cuestiones que pueden o deben
resolver los tribunales) y las normas de aplicación inmediata (que permiten su aplicación
por los Tribunales sin más disquisiciones).

Cabe decir que el Comité de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales


constituye hoy por hoy una referencia de primer orden en cuanto a la exigibilidad de este
tipo de derechos. Las observaciones más relevantes son las No. 9 (sobre la aplicación
interna del pacto), la No. 7 (sobre el derecho a la vivienda adecuada), la No. 13 (sobre el
derecho a la educación), la No. 14 (sobre el derecho al disfrute del más alto nivel de
salud) y la No. 15 (sobre el derecho al agua).

Aunque sea necesario tener en cuenta el planteamiento general de cada uno de


los sistemas jurídicos, no hay ningún derecho reconocido en el Pacto que no se pueda
considerar que posea en la gran mayoría de los sistemas algunas dimensiones
significativas, por lo menos de justiciabilidad.

La adopción de una clasificación rígida de los derechos económicos, sociales y


culturales que los sitúe, por definición, fuera del ámbito de los tribunales sería por lo tanto,
arbitraria e incompatible con el principio de que los dos grupos de derechos son
indivisibles e interdependientes.
Por un lado, y un aspecto a tener en cuenta, en muchos casos las violaciones de
derechos económicos, sociales y culturales provienen del incumplimiento de las
obligaciones negativas por parte del Estado, ligadas a la violación de obligaciones de
respeto. El incumplimiento de este tipo de obligaciones abre un amplio campo de
justiciabilidad para los derechos económicos, sociales y culturales, cuyo reconocimiento
pasa a construir un límite y por ende, un estándar de impugnación de la actividad estatal
no respetuosa de dichos derechos.

Por otro lado, el supuesto de violación de las obligaciones positivas del Estado, es
decir, de omisiones en sus obligaciones de realizar acciones o adoptar medidas de
protección y aseguramiento de los derechos en cuestión, es el punto en el que se plantea
la mayor cantidad de cuestionamientos al respecto de la justiciabilidad de los derechos
económicos, sociales y culturales.

Acciones de Nulidad total o parcial de actos con rango de ley por razones de
inconstitucionalidad

En Venezuela a partir de la puesta en marcha de la Constitución Nacional de 1811,


que marcó de manera definitiva la independencia de nuestro país del régimen imperante
en la España del siglo 19, nuestro legislador consagró una especie de control subjetivo o
difuso, influenciado por el modelo norteamericano y por los grandes pensadores y
filósofos de la Francia PRE-napoleónica. Así las cosas, con el devenir del tiempo, y entre
una y otra revuelta, cada constitución a su manera cambio y evolucionó lo que en una
etapa primeginea fue considerado por el constituyente Venezolano como control de la
Constitucionalidad, destacándose entre estas la Constitución de 1858 que estableció el
control objetivo, confiándose a la Corte Suprema la competencia de declarar la nulidad de
los actos legislativos, cuando estos fueran dispares con la constitución y a petición de
cualquier ciudadano. Es así como, en nuestros días y en virtud a un "cambio de
paradigmas" y modos de vida republicana, irrumpe en el año 1999 la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, que como costumbre propia de nuestros países aquí
en Latinoamérica, viene a ser el éxtasis o clímax del "cambio" político por venir. La misma,
estatuye el control concentrado de constitucionalidad como atribución propia del Tribunal
Supremo de Justicia tal como se desprende de la letra del artículo 266.1 que refiere: " son
atribuciones del Tribunal Supremo de Justicia: 1. Ejercer la Jurisdicción Constitucional
conforme al Título VIII de ésta Constitución"....(omisis) . La Constitución a su vez le
confiere el ejercicio de la Jurisdicción Constitucional al Tribunal Supremo de Justicia y
dentro de ese órgano se crea la Sala Constitucional (Art.262) como ente especializado y
que prácticamente monopoliza el ejercicio de la aludida jurisdicción, lo cual bajo ningún
aspecto desvirtúa el proceder mantenido por nuestros Constituyentes de permitir la
simbiosis o coexistencia entre el Control Difuso y el Concentrado; hecho que se evidencia
diafanamente en el artículo 334 de nuestra carta magna. Asimismo, el articulo supra
identificado en su parte in fine reza: " Corresponde exclusivamente a la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia como Jurisdicción Constitucional, declarar
la nulidad de las leyes y demás actos de los órganos que ejercen el poder público
dictados en ejecución directa e inmediata de la Constitución o que tenga rango de ley".
Así pues, el presente informe tiene como propósito directo analizar el procedimiento
contemplado en la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia ( aun vigente) para la
declaración de la nulidad absoluta de los actos de efectos generales cuando sea
procedente.

La Constitución venezolana vigente, al igual que las de la mayoría de los países de


cultura occidental, consagra sistemas e instrumentos de control destinados a asegurar
que los detentadores del Poder Público actúen ajustados a la legalidad instituida y
respondan a los fines superiores que justifican la existencia del Estado.
Los rasgos característicos de nuestra Carta Fundamental, también comunes a la casi
totalidad de las Constituciones contemporáneas, a la vez que posibilitan un adecuado
control de los actos y actividades de los entes y autoridades que ejercen el poder público
a fin de evitar cualquier desbordamiento de poder autoritario, garantizan mayor estabilidad
en la vida institucional del país y se erigen en salvaguardia de los derechos individuales
de los ciudadanos.

Acción de nulidad

Uno de los aspecto de mayor alcance y significación en materia procedimental es


el relativo a la distinción de la LOCSJ entre: por un lado, una acción de nulidad dirigida a
obtener la nulidad de los actos de efectos generales emanados de cualquiera de los
órganos legislativos deliberantes del Estado (nacionales, estadales o municipales) o del
Poder Ejecutivo Nacional, viciado de inconstitucionalidad o de ilegalidad; por el otro, un
recurso contencioso administrativo tendente a la declaratoria de nulidad de los actos
administrativos de efectos particulares, por razón de inconstitucionalidad o ilegalidad no
obstante la deficiencia técnica y jurídica en que incurre la LOCSJ al denominar recurso a
la acción por medio del cual se inicia una contienda contencioso – administrativa.
Del recurso contencioso-administrativo para anular los actos administrativos de efectos
generales, conoce la jurisdicción contencioso administrativa y la competencia la determina
el autor del acto y el vicio de que adolece (si está afectado de inconstitucionalidad o de
ilegalidad).

El artículo 259 la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, consagra


la jurisdicción contenciosa administrativa en los siguientes términos:
"La jurisdicción contencioso administrativa corresponde al Tribunal Supremo de Justicia y
a los demás tribunales que determine la ley. Los órganos de la jurisdicción contencioso
administrativa son competentes para anular los actos administrativos generales o
individuales contrarios a derecho, incluso por desviación de poder; condenar al pago de
sumas de dinero y a la reparación de daños y perjuicios originados en responsabilidad de
la Administración; conocer de reclamos por la prestación de servicios públicos; y disponer
lo necesario para el restablecimiento de las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por
la actividad administrativa".
Las competencias de la jurisdicción contenciosa administrativa se encuentran
señaladas en la Constitución de 1999 y en la LOCSJ, hasta tanto no sea reformada; y por
otra parte, las atribuciones, que son las cuestiones referentes al conocimiento, la
organización y el funcionamiento del TSJ, pero que no supone una controversia. Las
atribuciones del Tribunal Supremo de Justicia se encuentran señaladas en el Art. 266 de
la Constitución Nacional vigente.

Con la entrada en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela y con la creación de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
vamos a observar cómo se reducen las competencias atribuidas a la Sala Político-
Administrativa y más aún cuando la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia
(LOCSJ) se ve modificada debido a que muchos de los artículos y sus respectivos
ordinales que le atribuían competencia a la Sala Político Administrativa (TSJ/SPA) ahora
pasan a ser competencia de la Sala Constitucional establecida de acuerdo a la CRBV.
Las Competencias originarias atribuida a la Sala Político Administrativa del TSJ de
acuerdo a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela está establecida en el
ordinal 5° del artículo 266. Dicho artículo faculta a la Sala Político Administrativa para:
Declarar la nulidad total o parcial de los reglamentos y demás actos administrativos
generales o individuales del Ejecutivo Nacional, cuando sea procedente.
Sin embargo, el control de la constitucionalidad de las leyes y demás actos de los órganos
del Poder Público establecidos en ejecución directa e inmediata de la Constitución
corresponde a la Sala Constitucional (Art. 334 CRBV), consideramos que será necesario
atender a las decisiones de la Sala Constitucional sobre su competencia para el caso en
que se denuncie la inconstitucionalidad de una norma, pues la expresión "cuando ella sea
procedente" utilizada por el constituyente pareciera dar pie al establecimiento de supuesto
en los que el control de estos actos pudiera estar a cargo de otra Sala distinta a la Sala
Político-Administrativa.

Se mantiene la competencia de la Sala Político Administrativa para conocer de las


demandas de nulidad por ilegalidad de los actos administrativos de efectos particulares
dictados por el Ejecutivo Nacional. Esta posición es ratificada en una sentencia de fecha
11 de Diciembre de 2001 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
cuando se refiere a la Sala Competente para conocer de la anulación de un Decreto sin
rango y fuerza de ley, por no cumplir requisitos del artículo 236, numeral 8, es la Sala
Político Administrativa.

"...De acuerdo con lo anterior, se estima que el decreto objeto del presente recurso
de nulidad, está destinado a reglar la organización de un cuerpo de seguridad del Estado,
que, a su vez, presta un servicio público, como lo es la policía metropolitana, razón por la
cual mal podría considerarse que el mismo se dictó en función de regular materias
atinentes a lo económico y financiero. Asimismo esta Sala advierte que dicho Decreto
tampoco se promulgó previa autorización de una ley habilitante, el cual es requisito
indispensable para que el mismo tuviese rango y fuerza de ley...
En virtud de lo expuesto, esta sala considera que el control jurisdiccional del Decreto N°
1658 escapa de la competencia de esta sala constitucional por ser un acto administrativo
de rango sub. legal dictado por el Presidente de la República... por lo que esta sala carece
de competencia para controlar su conformidad a Derecho, dado que su conocimiento
corresponde a la jurisdicción contencioso administrativa. Así se decide.
En razón de ello, el control legal y constitucional de la totalidad de los actos de rango sub.
legal... son del conocimiento de la jurisdicción contencioso administrativa. Al respecto, la
Constitución de 1999, en el artículo 266, numeral 5, estableció...
Así, de acuerdo con la norma parcialmente transcrita, en que la nueva Constitución
atribuye a la Sala Político Administrativa el conocimiento de las acciones de nulidad de
reglamento, con independencia de que los vicios sean por razones de inconstitucionalidad
o de ilegalidad..." (Subrayado nuestro)

Acción de colisión entre diversas disposiciones legales

La acción de colisión de leyes se encuentra consagrada en el numeral 8°


del artículo 336 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en los
siguientes términos:

Artículo 336: Son atribuciones de la Sala Constitucional del Tribunal


Supremo de Justicia:... omissis. Resolver las colisiones que existan entre diversas
disposiciones legales y declarar cuál de éstas debe prevalecer."

La acción de colisión entre leyes básicamente consiste en la forma procesal


mediante la cual, el órgano jurisdiccional, anteriormente la Corte en Pleno y
actualmente la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, resuelve la
controversia que se suscita cuando dos disposiciones legales distintas intentan
regular la misma situación de hecho, pero en términos y con consecuencias
diferentes, creando de esta manera un conflicto entre dichas disposiciones
legales.

La jurisprudencia del más alto Tribunal de la República ha expresado de


manera pacífica a través del tiempo que el objeto de la acción de colisión entre
leyes consiste en: "Que la Corte resuelva el conflicto planteado entre diversas
disposiciones legales y que efectuado lo anterior, la Corte declare cuál ha de
prevalecer... (Omissis)

El recurso alude a la situación en la cual dos disposiciones intenten regular


el mismo supuesto en forma diferente con lo cual las mismas se encontrarían en
conflicto.

Esta norma atributiva de competencia contenida en el citado ordinal 6º del


artículo 42 implica la facultad de este Alto Tribunal de determinar si existe
contraste entre dos normas jurídicas en forma tal que la aplicación de una de ellas
implique la violación de su sentido y alcance y, en el caso dado de que tal fuese la
situación, determinar cuál ha de predominar en base a los criterios hermenéuticos
que utilice". (Sentencia de la Corte en Pleno de la antigua Corte Suprema de
Justicia, de fecha 31 de Octubre de 1995; caso: Alí José Venturini).
Más recientemente, la jurisprudencia de la Sala Constitucional se ha expresado en
los siguientes términos:

El recurso de colisión de normas se refiere a la situación en la cual dos


disposiciones intentan regular el mismo supuesto en forma diferente, por lo
cual las mismas se encontrarían en conflicto."(Sentencia de fecha 11 de
Junio de 2.000, Caso Segundo José Gil Vargas y Gustavo Adolfo Parilli
Mendoza)
En similares términos se expresó dicha Sala en la sentencia de fecha 31 de
Mayo de 2.001, recaída en el caso Brender, en la cual se expuso:
"... en el recurso de colisión de leyes la función del órgano jurisdiccional se
reduce concretamente a establecer una comparación de las normas legales
sobre las cuales versa el recurso, y, en el caso de que éste órgano
jurisdiccional estime que ésta se plantea entre ellas, declarar cuál debe
prevalecer.
De manera que el órgano jurisdiccional, en estos casos, procede a establecer
una comparación de las normas legales sobre las cuales versa la acción
propuesta y, en el caso de que estime que se plantea una colisión entre las
mismas, deberá declarar cuál de ellas debe prevalecer.

Características de la colisión
Entre las características que la jurisprudencia señalado en relación a la figura
aquí tratada, vale mencionar las siguientes:
1. La Corte conoce del mismo a instancia de parte interesada, tal como lo
prevé el artículo 82 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, ...
(Omissis)
2. Se trata de un verdadero y propio recurso, en el sentido de que se solicita a
la Corte se dirima un conflicto planteado por la preexistencia de normas que
aparentemente coliden.
3. No existe un procedimiento expresamente previsto,... (omissis)..., por lo
cual rige para su decisión lo previsto en el artículo 102 de la Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia." (Sentencia de la Sala Plena de la extinta Corte
Suprema de Justicia, de fecha 31 de octubre de 1995 dictada en el caso: Alí José
Venturini B.)
Con respecto a la regulación de esta forma procesal, debe señalarse que
consigue consagración legal en el numeral 6 del artículo 42 de la Ley Orgánica de
la Corte Suprema de Justicia, que resulta del tenor siguiente:
Artículo 42: Es de la competencia de la Corte, como más alto Tribunal de la
República: ... (Omissis)

Resolver las colisiones que existan entre diversas disposiciones legales y


declarar cuál de ellas debe prevalecer.

El conocimiento de la acción en referencia se encuentra previsto en la Ley


que rige las funciones del máximo tribunal de la República para la Corte en Pleno,
a tenor de lo dispuesto en el artículo 43 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema
de Justicia; sin embargo en razón de la entrada en vigencia de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela, en la cual se previó la creación de la Sala
Constitucional, el Constituyente atribuye la referida competencia para conocer de
las acciones a la cual venimos haciendo referencia a dicha Sala, de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 336, numeral 8.

En relación a los supuestos de procedencia de la Acción por Colisión de


leyes, debe indicarse que los mismos han sido delimitados pacíficamente por la
jurisprudencia patria; en base a la misma finalidad y propósito de dicha acción,
estableciendo que para que la misma proceda es menester que existan diversas
normas jurídicas, al menos dos, que regulen una misma situación de hecho y que
atribuyan, en virtud de su contenido, consecuencias jurídicas distintas a la idéntica
situación que pretender regular, razón por la cual, en aras de la seguridad jurídica
que debe imperar en todo Estado de Derecho, el órgano jurisdiccional debe
establecer cuál de las normas en conflicto debe prevalecer a los efectos de una
correcta aplicación y cumplimiento del ordenamiento legal.

Supuestos de procedencia de la Acción de Colisión

La jurisprudencia de la Sala Constitucional ha manifestado que entre los


supuestos de procedencia de la Acción de Colisión se encuentran los siguientes:

1.-Puede plantearse cuando la presunta colisión se da entre cualquier tipo


de normas, e incluso tratarse de diferentes disposiciones de un mismo texto
legal.

2.- El conflicto de normas se manifiesta cuando la aplicación de una de las


normas implica la violación del objeto de la otra norma en conflicto; o bien, cuando
impide la ejecución de la misma.

3.- A su vez, en este tipo de acciones no se exige que exista un caso


concreto de conflicto planteado, cuya decisión dependa del predominio de una
norma sobre otra; sino que el conflicto puede ser potencial, es decir, susceptible
de materializarse en cualquier momento en que se concreten las situaciones que
las normas regulan.

4.-No debe confundirse este tipo de acciones con el recurso de


interpretación, previsto en el numeral 6 del artículo 266 de la Constitución de 1999
y en el ordinal 24 del artículo 42 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia; en tanto y cuanto, cada uno de estas figuras procesales obedecen
finalidades distintas.

5.-No se puede pretender que a través de este mecanismo se resuelvan


cuestiones de inconstitucionalidad; ya que para este tipo de situaciones existen en
el ordenamiento jurídico mecanismos diferentes con esa determinada finalidad.
Ahora bien, de acuerdo a lo dispuesto en la última parte del numeral 6 del artículo
42 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, es competencia del
órgano jurisdiccional en este tipo de acciones, luego de resolver la colisión
planteada entre las normas legales, "declarar cuál de ellas debe prevalecer". En
efecto, dicho pronunciamiento por parte del juzgador resulta como una
consecuencia necesaria, una vez que se ha declarado la existencia de la colisión
planteada, ya que es precisamente de esa manera con la cual se logra establecer
la certeza en cuanto a cuál de las normas se le debe dar el efectivo cumplimiento
para los supuestos de hechos que la misma plantea, y que se encontraban
regulados de manera distinta en las normas que fueron sometidas al sentenciador
para su apreciación, ya que, la sola declaratoria de colisión entre ambas normas,
carecería de utilidad.

Admisibilidad del recurso

Vistos los términos del recurso interpuesto, fijado como ha sido el


procedimiento a seguir, y por cuanto esta Sala encuentra que el mismo no es
contrario a las disposiciones contenidas en el artículo 84 de la Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia, se admite en cuanto ha lugar en derecho.
Fundamentó el Fiscal General de la República su pretensión sobre la base de los
argumentos que se resumen a continuación:

1. Que " (…) con la interposición del presente recurso de colisión, esto es,
que sea esa honorable Sala Constitucional, la que precise si se aplica la norma del
Código Orgánico Procesal Penal que establece que corresponde al estado las
costas cuando el acusado resulte absuelto luego del juicio, con lo cual se
condenaría al pago de costas al Ministerio Público y por ende a la República, o si
se aplican las normas del Decreto con rango de Ley Orgánica de la Procuraduría
General de la República, de la Ley Orgánica de Hacienda Pública nacional y del
Código de Procedimiento Civil, que establecen privilegios a la República en esta
materia".

2. Que "el Código Orgánico Procesal Penal (…) contiene en el Título IX,
denominado De los Efectos Económicos del Proceso, el capítulo I, titulado De las
Costas, en cuyos artículos 265 al 274, consagra lo relativo al régimen de las
costas procesales. En la referida normativa, se establece que toda decisión que
ponga fin a la prosecución penal o la archive, o que resuelva algún incidente, aun
durante la ejecución penal determinará a quien corresponden las costas en el
proceso (artículo 265), definiendo como costas, los gastos originados durante el
proceso y los honorarios de los abogados, expertos, consultores técnicos,
traductores e intérpretes (artículo 266) Prevé además el referido texto normativo,
que las costas serán impuestas al imputado cuando sea condenado o se le
imponga una medida de seguridad y que los coimputados que sean condenados,
o a quienes se les imponga una medida de seguridad en relación con un mismo
hecho, responden solidariamente por las costas (artículo 267). Asimismo,
establece el régimen de las costas en los casos en que se produce el archivo del
expediente, cuando en el proceso se hubiere probado que el mismo se originó por
denuncia falsa y cuando el procedimiento se hubiera iniciado a instancia de parte,
por tratarse de un delito de acción de parte agraviada (artículos 269, 270 y 271)
(sic)".

Por otro lado, la norma consagrada en el artículo 10 de la Ley Orgánica de


la Hacienda Pública Nacional (…) dispone que (…) en ninguna instancia podrá ser
condenada la Nación en costas, aun cuando se declaren confirmadas las
sentencias apeladas, se nieguen los recursos interpuestos, se declaren sin lugar,
se dejen perecer o se desista de ellos (…). Finalmente, el Código de
Procedimiento Civil dispone respecto de las costas que se generen en un
procedimiento, lo siguiente (…) las costas proceden contra las Municipalidades,
contra los Institutos Autónomos, empresas del Estado y demás establecimientos
públicos, pero no proceden contra la Nación (sic)".

3. Que "interesa destacar, a los efectos de la colisión de normas invocada,


la disposición contenida en el artículo 268 del Código Orgánico Procesal Penal,
según la cual (…) si el imputado es absuelto la totalidad de las costas
corresponderá al Estado, salvo que el querellante se haya adherido a la acusación
del Fiscal o presentado una propia. En este caso soportará las costas,
conjuntamente con el Estado, según el porcentaje que determine el tribunal (…).
Por su parte, el Decreto con fuerza de Ley Orgánica de la Procuraduría General
de la República (…) establece en su artículo 74, lo siguiente (…) La República no
puede ser condenada en costas, aun cuando sean declaradas sin lugar las
sentencias apeladas, se nieguen los recursos interpuestos, se dejen perecer o se
desista de ellos (…).

4. Que "en el recurso que intentamos, se trata de la presunta colisión de


distintas disposiciones legales, de las cuales, entre otras, la norma contenida en el
Decreto con fuerza de Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República,
así como la Ley Orgánica de la Hacienda Pública Nacional, podrían resultar de
aplicación preferente, no obstante que la norma contenida en el Código Orgánico
Procesal Penal es posterior, toda vez que la primera puede ser considerada como
la norma especial que establece los privilegios procesales de la república cuando
es parte en juicio, y la segunda de las nombradas, la ley especial que regula todo
lo relativo a la Hacienda Pública, es decir, todo lo relacionado con los bienes,
rentas y deudas que forman el activo y el pasivo de la Nación (sic)".

5. Que "las normas antes señaladas, en definitiva, regulan lo relativo a la


condenatoria en costas de la República en juicios diversos, siendo que en las tres
últimas de las disposiciones mencionadas se afirma que no es posible tal
condenatoria, mientras que en la primera de ellas (art.268 COPP) se establece
que en casos de sentencias absolutorias, si se condenará en costas a la
República. Se trata en consecuencia de disposiciones legales que reglan de
distinta manera un mismo supuesto de hecho, cual es la condenatoria en costas
de la república cuando resulta perdedora en juicio. De allí que, de aplicarse la
norma contenida en el Código Orgánico Procesal Penal y condenarse en costas a
la República, se estarían violando las restantes disposiciones que, en definitiva
establecen la imposibilidad de tal condenatoria (sic)".
De allí que se justifique también que no se condene en costas a la República
cuando se esté en presencia de juicios de naturaleza penal, a la que podría
agregarse que en esta materia, el Estado le proporciona a los particulares, una
defensa pública gratuita, que le permitiría ejercer su derecho a la defensa en
juicio, sin que tenga que cancelar honorarios profesionales (sic)".

6. Que "en muchas circunstancias los privilegios procesales que tiene la


República resultan necesarios toda vez que como consecuencia de la importancia
de la función que cumplen los entes públicos que actúan con tal personalidad
jurídica, es necesario que las mismas no sean debilitadas y que puedan ejercerlas
sin restricciones, todo lo cual cobra aun más vigencia en el ámbito del derecho
penal, en el cual, el Ministerio Público ejerce la acción penal pública en nombre del
Estado, para buscar la penalización de una conducta que resulta perjudicial a la
sociedad en general. Siendo lo anterior lo justifica la no condenatoria en costas de
la República, en el caso del ejercicio de las acciones para la protección de los
bienes y derechos del Estado, la misma justificación operaría, con más razón
cuando lo que se pretende es la protección y defensa, ya no sólo de los bienes y
derechos de la República, sino la colectividad en general.
7. Que "en todo caso, existen otras normas dentro del ordenamiento jurídico,
como la contenida en el artículo 327 del Código Orgánico Tributario, que permiten
la condenatoria en costas; sin embargo, las mismas establecen límites para ello, o
impide la condenatoria en costas cuando la República haya tenido fundadas
razones para litigar, empero, ello no es así en la norma prevista en el Código
Orgánico Procesal Penal, en la que pareciera ser ilimitada la cuantificación de la
demanda que se intente contra la república para el cobro de honorarios
profesionales, toda vez que la ley no establece ningún parámetro (sic)".
Competencia.

Corresponde a esta Sala pronunciarse respecto de su competencia para


conocer del presente recurso y, a tal efecto, observa:

El artículo 336.8 de la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela señala como competencia de esta instancia constitucional, el resolver
las colisiones que existan entre diversas disposiciones legales, en los términos
siguientes:

Artículo 336. Son atribuciones de la Sala Constitucional del Tribunal


Supremo de Justicia: (…omissis…)

8. Resolver las colisiones que existan entre diversas disposiciones legales y


declarar cuál debe prevalecer. Por su parte, el artículo 5, numeral 14 y primer
aparte, de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, también consagra la
referida competencia, al establecer lo siguiente:

Artículo 5. Es de la competencia del Tribunal Supremo de Justicia como


más alto Tribunal de la República (... omissis…)

14. Resolver las colisiones que existan entre diversas disposiciones legales
y declarar cuál debe prevalecer; (… omissis…)

El Tribunal conocerá en Sala Plena los asuntos a que se refiere este


artículo en sus numerales 1 al 2. En Sala Constitucional los asuntos previstos en
los numerales 3 al 23. En Sala Político Administrativa los asuntos previstos en los
numerales 24 al 37. En Sala de Casación Penal los asuntos previstos en los
numerales 38 al 40. En Sala de Casación Civil el asunto previsto en los numerales
41 al 42. En Sala de Casación Social los asuntos previstos en los numerales 43 y
44. En Sala Electoral los asuntos previstos en los numerales 45 y 46. En los casos
previstos en los numerales 47 al 52 su conocimiento corresponderá a la Sala afín
con la materia debatida.

Con base en las disposiciones transcritas, esta Sala resulta competente


para conocer del recurso de colisión de leyes propuesto.
Acción judicial de Protección de derechos colectivos o difusos de niño, niña y
adolescente, articulo 279 y ss. LOPNA

El carácter de una persona, de un sujeto social de derechos, hace que la niñez y la


adolescencia tengan, como todo ser humano, comportamientos, actitudes e ideas
positivas y otras inadecuadas. Existen circunstancias donde tendrán la razón; otras donde
estarán equivocados; otras donde tengamos puntos de vista diferentes y otras donde
deben ser orientados, tomando en cuenta su edad y etapa de desarrollo.
Es común comprobar como a los niños y niñas se les niega la razón, aunque la tengan,
porque son niños. Se dice: "Los niños suelen decir mentiras, viven en un mundo de
fantasía, por lo tanto hay que dudar de sus argumentos". De hecho ante un problema se
escucha a los adultos involucrados y se toma una decisión sin que se considere la opinión
de los niños, niñas y adolescentes.

La Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, es una nueva ley donde
se establecen derechos, deberes y responsabilidades para niños niñas y adolescentes.

LA LOPNA Es una nueva ley denominada Ley Orgánica para la Protección del
Niño y del Adolescente, la cual entro en vigencia el 1 de abril de 2000.
Esta ley surge gracias a un movimiento social en el que participan diversos integrantes de
la sociedad y en el que niños, niñas y adolescentes son protagonistas. Este instrumento
legal se ajusta al paradigma (modelo o ejemplo a seguir) de protección integral en la
convención internacional sobre los derechos del niño.

Niño o niña es toda persona con menos de doce años de edad. Adolescente es
toda persona con edades comprendidas entre los doce y los dieciocho años. Estas
precisiones son muy importantes porque influyen
en la asignación de responsabilidades de los niños, niñas y adolescentes de acuerdo con
los limites establecidos por la propia ley.

La LOPNA considera a los niños, niñas y adolescentes como personas, no como


objetos, les permite opinar y participar en diferentes actividades de su interés, es decir,
elimínale concepto de niño tutelado y les reconoce a todos los niños su condición de
sujetos plenos de derechos con deberes y obligaciones, habilitados para demandar,
actuar y propone. Se les considera personas con derechos y responsabilidades
correspondientes a su edad y capacidad, bien sea con sus padres, en el hogar, en la
escuela y con la sociedad en general.

El objeto de la LOPNA es regular los derechos y garantías, así como los deberes y
responsabilidades relacionadas con la atención y protección de los niños, niñas y
adolescente, además esta ley refuerza el concepto de familia como célula fundamental de
la sociedad, por lo que le da gran importancia a las obligaciones que tiene como
responsable principal, inmediata e irrenunciable en el desarrollo integral de los niños,
niñas y adolescentes.

Esta ley tiene rango constitucional, es decir, en la nueva constitución de la


republica bolivariana de Venezuela, aprobada el 15 de diciembre de 1999, en su capítulo
V establece que hay que darle prioridad a la protección integral del niño, niña y
adolescente. Así mismo dice:

Artículo 78. Los niños, niñas y adolescentes son sujetos plenos de derecho y
estarán protegidos por la legislación, órganos y tribunales especializados, los cuales
respetarán, garantizarán y desarrollarán los contenidos de esta Constitución, la
Convención sobre los Derechos del Niño y demás tratados internacionales que en esta
materia haya suscrito y ratificado la República.

Se puede considerar que entre los propósitos de la LOPNA están:

• Concibe al niño como sujeto social de derechos, Son personas, ciudadanos por
lo tanto se les debe reconocer sus derechos y deberes en cada etapa de su desarrollo.

• Busca distribuir las responsabilidades de la protección de los niños, niñas y


adolescentes entre la familia, la comunidad, la sociedad y el Estado en sus distintos
niveles de actuación (municipal, regional y nacional, judicial, legislativo y ejecutivo).

• Se propone otorgar nuevos derechos a los niños, niñas y adolescentes hasta


ahora no incluidos en ninguna ley nacional. Contempla así derechos tales como a
participar, a opinar, a ser respetados por los educadores, etc.

• Establece los deberes que tienen los niños, niñas y adolescentes en cada etapa
de desarrollo, Se entiende que el ejercicio ciudadano lleva necesariamente a la
responsabilidad, lo cual requiere madurez necesaria para asumir las tareas y deberes.

• Se establece la obligación del Estado de proteger y apoyar a la familia como


grupo social esencial y la prohibición expresa de la entrega o renuncia a la maternidad o
paternidad por razones de pobreza.

• Establece normas, procedimientos y estrategias diversas para la protección integral de


todos los niños, niñas y adolescentes que son víctimas claramente diferentes de los
previstos para la protección, atención y o tratamiento de los adolescentes que son
victimarios.

Los artículos relevantes de la LOPNA que protegen los derechos colectivos o


difusos de niño, niña y adolescente.

La LOPNA consta de 685 artículos, los más importantes e innovadores son:

- Del título I de las Disposiciones Directivas:

Artículo 1°. Objeto. Esta Ley tiene por objeto garantizar a todos los niños y
adolescentes, que se encuentren en el territorio nacional, el ejercicio y el disfrute pleno y
efectivo de sus derechos y garantías, a través de la protección integral que el Estado, la
sociedad y la familia deben brindarles desde el momento de su concepción. El artículo 1
contiene un resumen de los principios y finalidades que se desean alcanzar con esta
nueva ley de la republica.

Artículo 3°. Principio de Igualdad y no Discriminación. Las disposiciones de esta


Ley se aplican por igual a todos los niños y adolescentes, sin discriminación alguna
fundada en motivos de raza, color, sexo, edad, idioma, pensamiento, conciencia, religión,
creencias, cultura, opinión política de otra índole, posición económica, origen social, ético
o nacional, discapacidad, enfermedad, nacimiento o cualquier otra condición del niño o
adolescente, de sus padres, representantes o responsables, o de sus familiares.
El artículo 3 entáblese la igualdad de las personas, es decir, prohíbe la discriminación por
raza, credo, sexo, posición económica, origen social, discapacidad o enfermedad.

Artículo 8°. Interés Superior del Niño. El Interés Superior del Niño es un principio
de interpretación y aplicación de esta Ley, el cual es de obligatorio cumplimiento en la
toma de todas las decisiones concernientes a los niños y adolescentes. Este principio está
dirigido a asegurar el desarrollo integral de los niños y adolescentes, así como el disfrute
pleno y efectivo de sus derechos y garantías. El artículo 8 precisa que el estado, la
familia, y la sociedad deben asegurar todos los derechos y garantías de los niños, niñas y
adolescentes.

Señala asimismo, que el interés superior de la infancia y de la adolescencia es un


principio general y de obligatorio cumplimiento para asegurar su desarrollo integral y el
disfrute pleno de sus derechos y garantías.

- Titulo II Capítulo II de los Derechos, Garantías y Deberes


Artículo 50. Salud Sexual y Reproductiva. Todos los niños y adolescentes tienen derecho
a ser informados y educados, de acuerdo a su desarrollo, en salud sexual y reproductiva
para una conducta sexual y una maternidad y paternidad responsable, sana, voluntaria y
sin riesgos.

El Estado, con la activa participación de la sociedad, debe garantizar servicios y


programas de atención de salud sexual y reproductiva a todos los niños y adolescentes.
Estos servicios y programas deben ser accesibles económicamente, confidenciales,
resguardar el derecho a la vida privada de los niños y adolescentes y respetar su libre
consentimiento, basado en una información oportuna y veraz. Los adolescentes mayores
de 14 años de edad tienen derecho a solicitar por si mismos y a recibir servicios.
El artículo 50 dice que el estado debe garantizar a los niños y adolescentes el derecho a
ser educados e informados sobre salud sexual y reproductiva, maternidad y paternidad
responsable, sana, voluntaria y sin riesgos, de acuerdo a su edad y capacidad.
Artículo 60. Educación de Niños y Adolescentes Indígenas. El Estado debe garantizar a
todos los niños y adolescentes indígenas regímenes, planes y programas de educación
que promuevan el respeto y la conservación de su propia vida cultural, el empleo de su
propio idioma y el acceso a los conocimientos generados por su propio grupo o cultura. El
Estado debe asegurar recursos financieros suficientes que permitan cumplir con esta
obligación.
El artículo 60 establece que el Estado debe garantizar a todos los niños, niñas y
adolescentes indígenas, regímenes, planes y programas de educación que promuevan al
respeto y la conservación de sus culturas.

Artículo 61. Educación de Niños y Adolescentes con Necesidades Especiales. El


Estado debe garantizar modalidades, regímenes, planes y programas de educación
específicos para los niños y adolescentes con necesidades especiales. Asimismo, debe
asegurar, con la actividad participación de la sociedad, el disfrute efectivo y pleno del
derecho a la educación y el acceso a los servicios de educación dónde estos niños y
adolescentes. El Estado debe asegurar recursos financieros suficientes que permitan
cumplir esta obligación. El artículo 61 asienta que el Estado debe garantizar los niños,
niñas y adolescentes con necesidades especiales el disfrute efectivo y pleno del derecho
a la educación, así como programas de educación específicos, de acuerdo a sus
necesidades.

Artículo 80. Derecho a Opinar y a Ser Oído. Todos los niños y adolescentes tienen
derecho a:

a) Expresar libremente su opinión en los asuntos en que tengan interés;


b) Que sus opiniones sean tomadas en cuenta en función de su desarrollo.
Este derecho se extiende a todos los ámbitos en que se desenvuelven los
niños y adolescentes, entre ellos: al ámbito estatal, familiar, comunitario, social,
escolar, científico, cultural, deportivo y recreacional.
- Parágrafo Primero: Se garantiza a todos los niños y adolescentes el ejercicio
personal y directo de este derecho, especialmente en todo procedimiento
administrativo o judicial que conduzca a una decisión que afecte sus derechos,
garantías e intereses, sin más límites que los derivados de su interés superior.
Parágrafo Segundo: En los procedimientos administrativos o judiciales, la
comparecencia del niño o adolescente se realizará de la forma más adecuada
a su situación personal y desarrollo. En los casos de niños y adolescentes con
necesidades especiales se debe garantizar la asistencia de personas que, por
su profesión o relación especial de confianza, puedan transmitir objetivamente
su opinión.
- Parágrafo Tercero: Cuando el ejercicio personal de este derecho no resulte
conveniente al interés superior del niño, éste se ejercerá por medio de sus
padres, representantes o responsables, siempre que no sean parte interesada
ni tengan intereses contrapuestos a los del niño o adolescente, o a través de
otras personas que, por su profesión o relación especial de confianza puedan
transmitir objetivamente su opinión.
- Parágrafo Cuarto: La opinión del niño o adolescente sólo será vinculante
cuando la Ley así lo establezca. Nadie puede constreñir a los niños y
adolescentes a expresar su opinión, especialmente en los procedimientos
administrativos y judiciales.
Y por último, el artículo 80 se refiere a que todos los niños, niñas y
adolescentes tienen derecho a opinar y ser oídos, pueden expresarse
libremente en asuntos de su interés, además, sus opiniones deben ser
considerados en función de su desarrollo. Este es uno de los artículos más
novedosos de esta ley.

Sistema de protección del niño y del adolescente.

El sistema de protección del niño y del adolescente se denomina así porque todos
sus componentes son importantes y trabajan articuladamente. La LOPNA lo define como
el conjunto de órganos, entidades y servicios que formulan, coordinan, integran, orientan,
supervisan, evalúan y controlan las políticas, programas y acciones de interés público
para la protección debida a los niños, niñas y adolescentes.
Para proteger todos esos derechos, la LOPNA creo el Sistema de Protección del Niño y
del adolescente (Art.117), dividido así: Órganos administrativos.
Son las instancias públicas creadas por el estado con la participación activa de la
sociedad, a las cuales se puede acudir en busca de orientación y solución de problemas
relativos a los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

Para la defensa y protección de los derechos colectivos y difusos se crean los


consejos de derechos; para la defensa de los derechos individuales se crean los Consejos
de Protección en cada Municipio. Consejo de Derechos: Nacional, Estadal y Municipal.

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