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GEOMORFOLOGÍA FLUVIAL

Introducción

La geomorfología fluvial es la rama especializada de la geomorfología que


se encarga del estudio de los accidentes geográficos, formas y relieves
ocasionados por la acción de los ríos sobre la superficie terrestre. Este
subcampo suele traslaparse con el campo de la hidrografía. Estudia la estructura
y forma de los ríos, incluyendo la configuración transversal y longitudinal del
cauce, la geometría de las secciones transversales y la forma del fondo,1
analizando los procesos dinámicos que llevan a la transformación a lo largo del
tiempo de los principales parámetros característicos de los cursos de agua.

Geomorfología fluvial
Concepto.

La geomorfología fluvial se ocupa del estudio de las geoformas que


resultan de la acción de los cursos de agua superficiales. El accionar de los ríos
está estrechamente relacionado con su régimen de alimentación, el cual
depende del clima. Asimismo, el relieve imprime condiciones de mayor o menor
energía cinética que es ocupada por los ríos para la erosión fluvial, el transporte
de sedimentos y la depositación de los mismos.

Formas del lecho.

Las formas del lecho de cauces aluviales se definen como todas las
irregularidades más grandes que el tamaño mayor de las partículas que lo
conforman y ofrecen una mayor resistencia al flujo que caracteriza estos canales.
La forma del cauce depende principalmente del material que compone el lecho,
la intensidad de los procesos erosivos y está ligada a la frecuencia de las
crecientes. También se debe al balance entre la fuerza del agua y la resistencia
del lecho y de los materiales de las bancas.

El número de Froude del flujo define la configuración del lecho.


Incrementando el número de Froude el lecho irá cambiando de un lecho plano
sin transporte a otras configuraciones. Las formas de lecho se clasifican, para
cauces aluviales, según experiencias de laboratorio así:

• Lecho plano y sin transporte. La resistencia al flujo, anterior al inicio del


movimiento de sedimentos, es equivalente a la situación de un cauce en lecho
fijo. Se puede decir que, generalmente en el período de aguas bajas, en estiaje,
no hay movimiento de los sedimentos del fondo.
La resistencia al flujo depende básicamente de la rugosidad del lecho.
Los valores del coeficiente n de Manning varían entre 0.012 y 0.014
dependiendo del tamaño de la arena.
Después de que se inicia el movimiento, un lecho plano puede presentar
rizos para arenas menores que 0.5 mm o dunas para arenas de tamaños
mayores.

• Rizos. Los rizos son ondulaciones triangulares con una pendiente suave
en la cara de aguas arriba y la pendiente natural del material en la cara de aguas
abajo. La longitud varía entre 12 y 60 cm. Su altura varía entre 0.6 cm y 6 cm.
Su distribución en el lecho es irregular.
El coeficiente n de Manning varía entre 0.018 y 0.030.
Se forman si el tamaño del sedimento es menor que 0.5 mm. Las
partículas se transportan principalmente en el fondo del lecho. Cuando el
material consiste de arena muy fina y las velocidades del flujo son bajas, los rizos
se conservan y no se vuelve a condición de lecho plano. Los rizos causan mínima
alteración en la superficie del agua.

• Lecho plano con transporte. Si el número de Froude sigue aumentando,


las dunas tienden a desaparecer y condiciones de lecho plano se pueden volver
a presentar, provocando una disminución en la rugosidad del lecho.
En este caso, el coeficiente de rugosidad de Manning varía entre 0.010 y
0.013.
Un lecho con dunas puede cambiar directamente a uno con ondas
estacionarias sin necesariamente implicar la formación de lecho plano.

• Ondas estacionarias. El lecho adopta aproximadamente una forma


sinuosoidal. Aunque las partículas se muevan aguas abajo, las ondulaciones
pueden permanecer en el sitio o también pueden moverse.
Las ondas estacionarias mantienen su forma durante algún tiempo.
El coeficiente de rugosidad de Manning varía entre 0.011 y 0.016.

• Dunas. Las dunas son ondulaciones mayores que los rizos con pendiente
más suave aguas arriba y ángulo de reposo aguas abajo.
La longitud de las dunas varía entre 0.6 m y varios metros.
Se presentan cuando el esfuerzo cortante aumenta para causar
movimiento de partículas pero con números de Froude menores que 1.
La distribución de las dinas en el lecho y su altura son bastante irregulares.
El coeficiente de rugosidad de Manning varía entre 0.018 y 0.040.
Las dunas tienden a desaparecer para velocidades altas formando un
lecho plano o pueden presentar rizos sobre ellas. Si el diámetro del material es
mayor que 0.5 mm, rizos no se pueden formar, pero sí se da lugar a lecho plano
con o sin transporte de sedimentos. Vórtices intermitentes con eje vertical se
forman en la cara aguas abajo de las dunas y remueven grandes cantidades de
arena del lecho, que son posteriormente transportadas en suspensión. Cuando
la velocidad baja, las partículas caen nuevamente al fondo lo que puede tomar
entre 20 y 60 segundos. Este proceso es conocido como saltación.

• Antidunas. Al igual que las ondas estacionarias, las antidunas adoptan


aproximadamente una forma de tren de ondas en el lecho del cauce que se
manifiesta también en la superficie del agua. Aunque las partículas se muevan
aguas abajo, las ondulaciones pueden permanecer en el sitio o también pueden
moverse.
Las antidunas siguen un proceso de formación cíclico que demora de 0.5
a 2 minutos. Ellas crecen al moverse aguas arriba, luego se destruyen y después
son lavadas por el flujo para empezar otra vez el ciclo.
El coeficiente de rugosidad de Manning varía entre 0.012 y 0.020.

Patrones de drenaje.

Se llama patrón de drenaje a la configuración que presentan en un plano


los drenajes naturales de una cuenca hidrográfica o parte de ella. Esta
configuración depende, en parte, de la naturaleza de las rocas y del historial de
las corrientes. Casi todas las corrientes siguen una especie de ramificaciones,
hacia el sentido en que reciben sus tributarios; estos tributarios tienen, a su vez,
otros más pequeños; pero la forma en que se desarrolla la ramificación varía
sensiblemente y es lo que define el patrón de drenaje.

Los patrones de drenaje más comunes son los siguientes, aunque pueden
existir variaciones entre ellos:
• Dendrítico. Es el conjunto de corrientes que semejan las ramificaciones
de un árbol frondoso. Un patrón dendrítico se desarrolla cuando las rocas
presentan una resistencia a la erosión uniforme y no ejercen control sobre la
dirección de crecimiento del valle. Esta situación se crea al tratarse de rocas
sedimentarias prácticamente horizontales o de rocas ígneas o metamórficas
macizas. Las corrientes pueden cortar con igual facilidad en un lugar o en otro;
el patrón dendrítico es, en cierto sentido, el resultado de la orientación al azar de
las corrientes.
• Radial. Las corrientes radian hacia fuera en todas direcciones desde una
zona central elevada. Es probable que este patrón se desarrolle sobre los flancos
de un volcán, donde las corrientes y sus valles radian hacia fuera y hacia abajo,
desde distintos puntos alrededor del cono.
• Rectangular. Este drenaje se forma cuando la roca subyacente está
cruzada por fracturas casi perpendiculares entre sí, que forman zonas de
debilidad vulnerables a la erosión. Entonces la corriente principal y sus tributarios
siguen cursos caracterizados por curvas casi en ángulo recto.
• Patrón en enrejado. Esta forma de drenaje, como la rectangular, se debe
a la presencia en el subsuelo, de rocas que difieren en su resistencia a la erosión.
Generalmente, aunque no siempre, el drenaje en enrejado indica que en la
región subyacen bandas alternadas de roca resistente y de roca no resistente.
• Paralelo. Generalmente se forman en pendientes moderadas a fuertes.
También se presenta en llanuras o cuencas sedimentarias de escasa pendiente,
con ríos relativamente caudalosos donde los márgenes de cada río suelen elevar
su nivel por sedimentación de las riberas. Presentan una fuerte asimetría
fluvial en el cauce, lo que da origen a numerosos patrones y procesos como
cambio de curso, capturas laterales, ríos decapitados o residuales, meandros y
otros fenómenos largamente estudiados. Los ríos Yazoo constituyen un ejemplo
de ríos con drenaje paralelo.
• Anular. Las corrientes forman anillos alrededor de un sitio que puede ser
alto o bajo. Se puede dar en estructuras dómicas y cuencas.
• Multi-charcas. Se forman en depósitos superficiales acolinados, en
lechos rocosos pulidos o barridos diferencialmente, en áreas de movimientos en
masa o de vulcanismo reciente, en terrenos de calizas, y suelos glaciares.
• Contorneado. Se presentan principalmente en rocas metamórficas
formadas en capas gruesas y contorneadas o plegadas. Algunas de las
desviaciones de las corrientes se deben a la presencia de diques y venas de
origen magmático (entre las rocas metamórficas) que representan zonas
resistentes a la erosión.
• Enrejado. Se presentan en rocas inclinadas o plegadas de tipo
sedimentario, volcánico o sedimentario de bajo grado, con diferente grado de
meteorización; También en áreas de fracturas paralelas. Es el tipo de drenaje en
el que pequeños tributarios, casi todos del mismo tamaño, vienen de lados
opuestos de un valle largo a una corriente central.

Clasificación de los ríos.

1. Corrientes fluviales rectilíneas.

Presentan cauce y canal únicos, con índice de sinuosidad muy bajo


(menor de 1,5) y una relación anchura-profundidad que suele ser menor de 4.
Transportan carga en suspensión, de fondo y mixta; por lo general, la primera es
interior al 11% del total. Pueden tener gran competencia, llegando a mover
incluso grandes bloques.

Son corrientes con alta energía, propias de zonas con pendientes


longitudinales elevadas, y gran capacidad para el arranque y arrastre de material;
también muy inestables, ya que tienden a desaparecer pasando a otro tipo, sobre
todo allí donde no presentan confinamiento y la llanura aluvial está sobre
materiales fácilmente removilizables, ese carácter hace que apenas aparezcan
depósitos antiguos derivados de canales rectilíneos.

Por su alta energía y capacidad de excavación-arrastre, suelen generar


sobre excavaciones o encajamientos y raramente llanuras aluviales; en los casos
más favorables, aparecen acumulaciones marginales (barras) que condicionan
y dirigen el flujo, dando lugar a una sinuosidad controlada por pozas y vados.
A escala geológica desarrollan un proceso de sedimentación por
retrorrelleno (backfilling) debido a variaciones del nivel de base, y sus efectos se
propagan aguas arriba por la acreción de grandes cuerpos de posicionales,
dando lugar a cordones sedimentarios con granulometría variada.

2. Corrientes fluviales múltiples: anabranch, braided y anastomosadas.

Tienen como carácter distintivo la presencia de múltiples cauces o


diversos elementos del mismo (canales o láminas), con parámetro
de braiding superior a uno. Existen discrepancias en la consideración de las
distintas tipologías, referidas como braided y anastomosadas.

Muchos autores entienden que sólo hay un tipo de corrientes de alta


multiplicidad, por lo cual ambos términos son la misma cosa; a lo sumo aceptan
que braided sirve para denominar el carácter y anastomosado la
cualidad: “braided sería una corriente con anastomosamientos”.

Sin embargo, como ha sido señalado, para analizar la multiplicidad


debería procederse mediante una categorización adecuada, ya que, observado
este fenómeno globalmente, presenta jerarquías con claro signo fractal: son
ritmos geométricos (lazos o trenzas) de entidad (dimensión espacial y temporal)
muy diferente, pues separándolas pueden aparecer islas permanentes (islas-
cuenca), isletas fluviales (islas ocasionales) o barras emergentes efímeras
(médanos).

En consecuencia, las corrientes fluviales deberán jerarquizarse según


sean cauces, canales o láminas de agua, resultando así varias categorías:

1. Una primera categoría de multiplicidad la presentan, dentro de cada


colector en conjunto, aquéllos que poseen cauces múltiples separados
por islas permanentes (islas cuenca). Estos son escasos y, en su
momento, fueron aludidos como anabranch (ramificado); sin embargo,
ese término hoy carece de significado y uso concreto. Para su análisis
dinámico debe clasificarse cada rama o cauce, y determinar en él la
multiplicidad-sinuosidad a escala de isletas o barras.
2. La segunda categoría, aparece dentro de los cauces cuando tienen
canales múltiples separados por isletas fluviales (islas ocasionales). Este
tipo de corrientes son las aludidas normalmente como braided (trenzadas,
entrecruzadas o entrelazadas).

3. La última categoría corresponde, dentro de los canales, a aquéllos que


presentan láminas de agua separadas por barras emergentes. Son
láminas con media-alta sinuosidad. que pueden referirse corno
“anastomosadas”.

En las clasificaciones sedimentológicas, sobre todo si estudian depósitos


antiguos donde no interesa el grado de estabilidad en los elementos del cauce,
suele subdividirse el braided según su carga sea de grava o arena y el
anastomosado lo hacen equivaler a multimeandriforme (ver Ramos Ruiz, 1989 y
Marzo, 1989).

A nivel general, braided y anastomosados son ríos con canales-láminas


de agua múltiples, en lazos o trenzas de variada sinuosidad; Rust (1978)
establece para los primeros una sinuosidad menor de 1,3 y para los segundos
mayor de 1.5. Ambos tipos de ríos quedan caracterizados por su alta capacidad
de carga-sedimentación, formando grandes llanuras aluviales y rellenos de
cuencas. Son fenómenos debidos al solape-coalescencia de barras o médanos
aluvionares (llamadas “de braided” o “de canal”), tanto marginales como
interiores a la corriente y longitudinales o transversales. Su funcionamiento
equivale al de cualquier corriente sinuosa, es decir: erosión en un flanco y
sedimentación en el opuesto de cada lazo o trenza.

Estas corrientes transportan fundamentalmente carga de fondo, siendo su


relación anchura-profundidad mayor de 4 y, en determinadas cuencas
(básicamente las de piedemonte generadoras de abanicos aluviales), pueden
estar asociadas en el espacio y tiempo. Las braided presentan mayor
encauzamiento y alta competencia, con carga de granulometría gruesa o muy
gruesa (grava y bloques), llegando a arrastrar grandes bloques. Las
anastomosadas son efímeras, con marcada estacionalidad o avenidas
excepcionales y la carga suele ser de granulometría media (grava y arena).
3. Corrientes fluviales meandriformes.

Son de cauce y canal únicos, con índice de sinuosidad mayor de 1 .5. El


canal está encajado en su cauce sin apenas depósito, o divaga sobre el mismo
formando una gran llanura aluvial.

En general corresponden a ríos con pendientes longitudinales escasas y


abundante carga en suspensión o mixta, aunque la de fondo suele ser inferior al
11% del total transportado. Frente al carácter eminentemente erosivo en
rectilíneos y sedimentario de los múltiples, éstos deben calificarse como erosivo-
sedimentarios

La unidad geométrica en corrientes meandriformes es el meandro: curva


completa sobre el canal, compuesta por dos arcos (bends) sucesivos. Para el
análisis de sus relaciones entre dinámica y geometría, hay unos parámetros que
asimilan el trazado del canal con funciones sinusoidales: amplitud, longitud de
onda, anchura, variación en la dirección, etc. Todos ellos permiten abordar
diversos cálculos matemáticos, ampliamente reflejados en trabajos como los de:
Leopold et al. (1964), Allen (1970), o Gregory y Walling (1973); más
específicamente en Howard y Hemberger (1991).

Característico igualmente es el “flujo helicoidal”, debido a la superposición


del desplazamiento transversal y longitudinal en la corriente, dando lugar a
efectos erosivo-sedimentarios: erosiona y carga sobre el lado externo de un arco,
depositando el material sobre el lado interno del siguiente. Estas corrientes
superpuestas pueden llegar a separarse, creando una “capa de cizalla”.

Las llanuras aluviales en este tipo de ríos, conocidas como marjales o


planas, forman una banda irregular a ambos lados del canal siguiendo la
dirección del valle y deben su origen a tres procesos asociados: retroceso del
escarpe de orilla, acreción en barras marginales, y enlace-coalescencia para los
sucesivos cuerpos acrecionales.

El retroceso en el escarpe lo regula un zapado sobre la margen externa


del meandro, que condiciona la pérdida de sustentación y la caída de material
por gravedad.
La acreción está asociada al retroceso del escarpe: cada arco erosiona y
zapa su margen externa, transporta el material, y lo deposita en la margen
interna del arco sucesivo inmediato. Esto provoca el crecimiento de barras
semilunares o point bars hacia la zona externa, lo cual marca en la orilla interna
una serie de surcos-crestas (scrolls) sucesivos.

El continuo crecimiento de las barras y retroceso del escarpe, ocasiona


un desplazamiento de cada arco según diversas modalidades: traslación,
extensión, rotación o mezcla de todas ellas.

La coalescencia entre barras semilunares, que produce el relleno en la


llanura por desplazamiento continuo de los distintos arcos, está más o menos
condicionada por causas climáticas. A este proceso sistemático, deben unírsele
los derivados de estrangulamientos o cortes (neck cut-off) y
acortamientos (chute cut-off), donde el río recupera un antiguo trazado entre dos
crestas; en ambos casos dan lugar a meandros abandonados, que actúan como
lagunas semilunares efímeras (oxbow lakes, galachos o bancos) en los
sucesivos desbordamientos, hasta quedar rellenos por material fino.

Caudales excepcionales con desbordamientos que inundan toda la llanura


y originan flujos secundarios, hacen recrecer las márgenes del canal formando
los diques naturales (albardones o levées). Aunque éstos son posteriormente
fijados por la vegetación, otras crecidas de menor caudal pueden ocasionar su
rotura, inundando las márgenes mediante conos de desbordamiento o
derrame (crevasse sp1ay). En ambos casos, una vez descargan el material más
grueso cerca del canal, las aguas se reparten por la llanura formando
encharcamientos con baja velocidad de flujo, lo que provoca decantación de
finos sobre la llanura inundable.

El conjunto sedimentario en estos ríos está formado por los siguientes


materiales, según su granulometría y génesis: grueso en la carga de
fondo (lag); medio en diques naturales de las márgenes y conos de derrame; fino
procedente de desbordamientos, inundaciones en la llanura y relleno de canales;
y granulometrías variables para las barras semilunares.
El recrecimiento de diques naturales sobre las márgenes del canal y la
sedimentación en su lecho (barras), pueden elevar el nivel del agua superando
la cota media topográfica de su llanura inundable. Ello facilita que en episodios
de crecida o con roturas puntuales de los levées, el río cambie su trazado hacia
cotas más bajas en la llanura. Este fenómeno, denominado avulsión, es
característico en corrientes con extensas planas aluviales de muy escasa
pendiente y frecuentes crecidas; por lo general, coincide con tramos cercanos a
su desembocadura.

En un cómputo global, los ríos rectilíneos aparecen como los más


inestables, con alta energía y capacidad para la excavación; por ello su
permanencia es escasa. Una pérdida energética, normalmente hace que
comiencen a desarrollar sinuosidades ajustando su dinámica a un proceso mixto
erosivo-sedimentario. Al mismo tiempo, el exceso en la carga los conduce a
sobrepasar sus límites de capacidad y competencia, formando múltiples canales
o láminas, que generan grandes acumulaciones sedimentarias.

Estos postulados básicos son discutidos por muchos autores, al


considerar que las transformaciones se deben también a otros factores
(tectónicos, evolutivos, e incluso granulométricos), determinando cambios
importantes en estas corrientes.

Aunque a nivel sedimentario, litológico y también de las morfologías que


definen sobre las llanuras aluviales, haya notables diferencias entre todos esos
tipos de ríos, desde el punto de vista dinámico existe cierto paralelismo entre
ellos: anastomosados y braided están formados por láminas de flujo cuyo
comportamiento es asimilable con arcos de ríos meandriformes. Como señalan
ciertos autores, los múltiples son reductibles a trazados sinuosos; cada canal o
lámina de flujo, aparte de interferir con otra (lo cual le separa del meandriforme),
describe una curva o lazo con excavación-deposición sobre las islas o barras
confinantes. En todos estos casos, los cuerpos sedimentarios están formados
por acreción y solape de barras, point bars o braided bars, según sean
meandriformes o múltiples, respectivamente. A ellos se añaden otros materiales
de relleno o desbordamiento.
Clasificación según período de actividad.

Perennes.

Estos ríos están formados por cursos de agua localizados en regiones de


lluvias abundantes, con escasas fluctuaciones a lo largo del año. Sin embargo,
incluso en las áreas donde llueve muy poco pueden existir ríos con caudal
permanente si existe una alimentación freática (es decir, de aguas subterráneas)
suficiente. La mayoría de los ríos pueden experimentar cambios estacionales y
diarios en su caudal, debido a las fluctuaciones de las características de la
cobertura vegetal, de las precipitaciones y de otras variaciones del tiempo
atmosférico como la nubosidad, insolación, evaporación o más bien,
evapotranspiración, etc.

Estacionales.

Estos ríos y ramblas son de zonas con clima tipo mediterráneo, en donde
hay estaciones muy diferenciadas, con inviernos húmedos y veranos secos o
viceversa. Suelen darse más en zonas de montaña que en las zonas de llanura.

Transitorios.

Son los ríos de zonas con clima desértico o seco, de caudal que a veces,
en los cuales se puede estar sin precipitaciones durante años. Esto es debido a
la poca frecuencia de las tormentas en zonas de clima de desierto. Pero cuando
existen descargas de tormenta, que muchas veces son torrenciales, los ríos
surgen rápidamente y a gran velocidad. Reciben el nombre de wadis o uadis, a
los cauces casi siempre secos de las zonas desérticas, que pueden llegar a
tener crecidas violentas y muy breves.

Alóctonos.

Son ríos, generalmente de zonas áridas, cuyas aguas proceden de otras


regiones más lluviosas. El Nilo en Egipto siempre se ha tomado como ejemplo
de este tipo de ríos. También el Okavango, otro río africano que termina en un
amplio delta interior en una cuenca endorreica de clima relativamente seco.

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