La modernidad bajo las premisas de Igualdad, libertad y fraternidad trajo consigo
diversos fenómenos que se escapaban a la razón con la cual se promulgaron; la
migración hacia las urbes, los hombres se desanclaron de la tierra y el nuevo panorama empujo a los extrarradios a una concentración céntrica; Estando todos reunidos las brechas se hicieron más grandes. A la par de la modernidad y su subsecuente crisis se iban gestando nuevos fenómenos sociales, el pauperismo y el hacinamiento fueron tomando fuerza y detonando carencias sociales, la libertad condujo a una lucha, la igualdad tendría dos ejes, los que legislan y aquellos que acatan asintiendo, la fraternidad se pintaría en primera estancia con tintes de caridad, todo este conglomerado de hechos haría aflorar la génesis de un Trabajo Social. Las bases del Trabajo Social otrora eran regidos por una moralidad dogmática, en este caso la cristiana, los principios de ayuda al prójimo y las múltiples relaciones inequitativas aunadas con una nueva visión del mundo, nos mostrarían un Trabajo Social dirigido al actuar, aunque realmente podría ser leído como un paliativo de la verdadera crisis moderna, pero remitiendo al momento histórico en donde se empieza a vislumbrar la creciente problemática social moderna, el Trabajo Social comienza a tener una diversificación en la praxis, es bueno hacer la acotación sobre los diferentes campos en los cuales ha incurrido el Trabajo Social al pasar el tiempo, algunas veces el Trabajo Social hizo énfasis en la salud, el derecho y como lo mencione anteriormente en el ámbito religioso; la crisis de la modernidad nos muestra a un panorama desolador de una lucha constante bajo condiciones y estructuras que parecen inamovibles; el Trabajo Social llega como una humanización de las relaciones del individuo con si mismo con sus entorno y con las relaciones dentro de la estructura imperante, por eso se hace salvedad que podría leerse como un paliativo frente a la creciente deshumanización del actuar en la crisis que es aun latente. Las crisis desencasillan y alejan de una zona de confort, las relaciones se alteran y las premisas se tiene que adaptar a nuevos devenires, al estar sujetos a las ciencias sociales, las realidades conllevan a un comprensión paulatina de la misma, pero al esbozar una comprensión ésta ya ha cambiado, la crisis de la modernidad fue un detonante para repensar el Trabajo Social y su actuar, pero la crisis continua, quizás no con la misma severidad, las crisis pareciesen atemporales , pero su comprensión a fondo también lo es, las realidades, las verdades esto es lo que expresa el Trabajo Social contemporáneo asumiendo una crisis que se refleja de maneras diferentes en los tiempos y en los lugares, busca una movilidad de pensamiento más allá de una línea recta que busque algo más que apaciguar necesidades de manera asistencial, es generar agencia en el otro, en pensarse diferente ante las problemáticas que se gestan en la crisis; también se puede expresar como la reconstrucción de la historicidad de sin recaer en viejas prácticas, el Trabajo Social se expresa y se enuncia de diversas maneras y hace mucho eco en la crisis.