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TANQUES DE ACERO INOXIDABLE

EL ACERO INOXIDABLE
Acero inoxidable es el nombre común para todos los grados de acero que contengan por lo
menos 10.5% de cromo.
Su propiedad más importante es la resistencia a la corrosión proporcionada por la capa de óxido
de cromo que se forma en su superficie.
ACERO INOXIDABLE EN LA INDUSTRIA DEL AGUA
La elección del acero inoxidable para estas aplicaciones se fundamenta en las ventajas que, en
conjunto, generan beneficios económicos y ambientales.
RESISTENCIA A LA CORROSIÓN
La excelente resistencia a la corrosión es la característica básica; a partir de esta ventaja,
adquiere las demás.
El poco mantenimiento que requieren las aplicaciones de la industria del agua potable en acero
inoxidable es otra ventaja; esto, aunado a la larga durabilidad, reduce los costos de operación.
Por otra parte, la ausencia de corrosión en las paredes internas de la tubería permite que las
características iniciales del flujo del sistema no sean afectadas, por lo que no se requiere un flujo
mayor o bombas de mayor potencia, a menos que exista otro tipo de depósitos. Cabe destacar
que la ausencia de corrosión también favorece la pureza del agua.
BENEFICIOS AMBIENTALES
 Los materiales utilizados para el tratamiento, almacenamiento y distribución de agua potable no deben ser
portadores de contaminantes más allá de los niveles permitidos por la legislación pertinente.
 Los grados de acero inoxidable que pueden ser utilizados en estas aplicaciones han sido probados en
diferentes países. Las pruebas han demostrado que la lixiviación de elementos metálicos es inferior a los
niveles permitidos por la normativa Finalmente, en la industria del agua, la selección del acero inoxidable
como material de uso no es sólo una opción viable, sino una decisión conveniente, toda vez que ofrece
soluciones duraderas.
 Los beneficios económicos que resultan se han evidenciado en casos de tratamiento, distribución y
almacenamiento tanto de agua potable como de aguas residuales. Este beneficio se extiende a la
preservación del medio ambiente, por la reducción de contaminantes del agua potable.
APLICACIONES
El acero inoxidable se ha utilizado ampliamente por más de 30 años en el tratamiento, almacenaje y
distribución de agua potable y de aguas residuales. De la misma forma, el uso se extiende a los sistemas de
alcantarillado. Las aplicaciones para la industria del agua incluyen tanques de almacenamiento y proceso,
forros para tanques de concreto, bombas, líneas de tubería, válvulas, grifos, filtros prensa, agitadores,
elementos estructurales, como plataformas anti derrapantes, elementos de fijación, pasamanos, escaleras,
columnas y puertas de presión, entre otras.

Después de un día arduo de trabajo, el señor Brown se dirigió a su casa. Estaba nevando y
hacía muchísimo frío. Soñaba con tomarse un coñac y con una buena ducha caliente. Guardó
su carro en el garaje, se sirvió su trago del bar, miró las noticias por cinco minutos y vio que
seguiría nevando toda la noche. Apagó el televisor y se fue a tomar su ducha caliente. Por los
dos primeros minutos el agua salió tibia, como de costumbre, pero después nunca se calentó,
lo que es más, comenzó a enfriarse. “Lo único que me faltaba”, pensó, “algo debe andar mal
con el agua caliente”. Bajó al sótano linterna en mano para revisar el calentador, pero no vio
nada anormal. Después revisó los interruptores para ver si se habían saltado, pero tampoco
pudo identificar el problema. Se acostó después de cenar, soñando todavía con su baño
caliente.
Al día siguiente se levantó temprano, y antes de salir para el trabajo decidió darle otro vistazo
al tanque de agua. Esta vez vio un gran charco que cubría el piso de cemento. No había nada
qué hacer, el tanque era viejo como la casa y seguramente había sacado la mano. De camino al
trabajo llamó por su celular a una gran tienda donde vendían e instalaban los dichosos tanques.
Se lo vendrían a instalar al día siguiente, sábado, y suspiró aliviado. Sólo estaría un día más
sin agua caliente.

Al otro día, a las 9 en punto llegó el camión de la tienda con su tanque. El instalador, un
hombre rubio, alto y amable bajó al sótano a revisar el lugar donde tendría que instalar el
tanque. Subió con cara de malas noticias. “Su tanque necesita una tubería para la válvula de
emergencia y no veo que la tenga instalada. Eso le costará 1500 dólares más, por lo menos”.

El señor Brown no salía de su asombro. “¿Mil quinientos dólares?”

“Por lo bajo, además tiene que traer un inspector del estado para que diga cómo hay que
instalar la tubería, y una vez que el inspector haya venido, yo haré lo que el inspector diga”.

“¿Y no tengo ninguna otra alternativa?”

El instalador lo pensó por unos minutos. “Puede ir a la tienda, comprar el tanque por su cuenta
y contratar a un plomero independiente para que instale el tanque tal como está ahora. Le
dejaré instrucciones por escrito de lo que tiene que hacer, pero de todos modos son 80 dólares
por haber llegado a su casa”.

“¿Y cuánto me cobraría un plomero independiente?”

“Dependiendo de cuánto se demore, entre 300 y 400 dólares. Y si decide instalar la tubería
para la válvula de escape…puede sumarle la cantidad que le dije”.

El señor Brown no tenía alternativa. Había comprado una casa vieja y el tanque de agua tenía
más de 25 años. Se habría tenido que dañar algún día. Esa misma tarde, después del trabajo,
fue a uno de esos almacenes de cadena que venden desde un tornillo hasta una casa
prefabricada y compró el bendito tanque. Luego buscó en la guía telefónica y después de
hablar con un par de plomeros, contrató al que le ofreció el mejor precio. El plomero además
recogería el tanque en la tienda. El domingo por fin tendría agua caliente. Afuera seguía
nevando y la botella de coñac se estaba acabando.

A las ocho y media en punto de la mañana tocaron a su puerta. El nuevo plomero se presentó
amablemente. “Buenos días, soy Luis Blanco”, le dijo en perfecto inglés, “y vengo a instalarle
su tanque de agua”.

El señor Brown dudó por unos instantes. ¿Sería un ilegal, sabría en verdad de plomería?

Luego pensó en su agua caliente y dijo: “Mucho gusto, señor Blanco. ¿Quiere ver dónde está
el tanque?

El plomero bajó al sótano con su linterna, e inspeccionó el tanque. “Es un modelo viejo que ya
ni se fabrica, los nuevos ayudan a ahorrar energía y tienen una buena garantía”.

“Hay un problema más que no le mencioné”, dijo el señor Brown, “no hay una conexión para
la válvula de escape, y de todos modos, ¿para qué sirve la válvula de escape?”

Mientras inspeccionaba, Luis Blanco le contestó su pregunta. “Simplemente en caso tal de que
su tanque se fuera a calentar excesivamente por algún motivo, la válvula de escape dejaría
salir el agua para que su tanque no explote”. Después se acostó en el piso, y reptando entre el
tanque y la pared despareció por unos instantes. Cuando reapareció, estaba completamente
cubierto de tierra, pero tenía una sonrisa en los labios. “Le tengo buenas noticias, la tubería sí
existe, lo que pasa es que a este tanque, por algún motivo no se la conectaron”.

El señor Brown suspiró aliviado, parecía que después de todo, Luis Blanco sí sabía de
plomería. Mientras comenzaba con su trabajo de desconectar el tanque dañado, el señor
Brown se atrevió a preguntarle. “¿Lleva mucho tiempo en este país? Usted tiene un inglés
excelente”.

“Estoy aquí hace 10 años y para poder ejercer mi negocio de plomería me tocó aprender
inglés”, dijo mientras trataba de desenroscar la enmarañada tubería. “Ésta es tubería
galvanizada, antigua, la moderna es de cobre y permite trabajar con mayor facilidad. Me va a
tocar cortarla porque no tengo suficiente espacio para maniobrar y desenroscarla”, dijo y se
dirigió a su camión a traer una caja de herramientas.

“Tengo suerte de que este hombre haya encontrado esa tubería”, pensó el señor Brown, “me
acaba de ahorrar 1500 dólares”.
Cuando Luis estuvo de vuelta con sus herramientas, el señor Brown le preguntó si quería
tomar algo.

“¿Tiene jugo de cebada?”, le preguntó Luis.

El señor Brown lo miró un poco confundido y le respondió: “No, pero con mucho gusto le
puedo ofrecer agua, jugo o gaseosa”.

Luis sonrió. “Sólo era una broma. Así es que llamo yo a la cerveza, pero un jugo de naranja no
me caería mal”.

Pronto el tanque estuvo desconectado y fuera de la casa y Luis trajo las brillantes conexiones
de cobre, junto con el nuevo tanque. El señor Brown sintió curiosidad acerca de aquel hombre
que parecía conocer muy bien su trabajo y que no se ajustaba los estereotipos que los medios
de comunicación mostraban acerca de los mexicanos, como gente que no hablaba inglés y
carente de destrezas laborales.

“¿Por qué decidió venirse a los Estados Unidos?”, le preguntó en una pausa mientras Luis se
tomaba el jugo.

“Por lo mismo que nos venimos todos, en México no hay trabajo y cuando lo hay, no paga casi
nada”.

“¿Y cómo hizo para entrar al país?”

“Buena pregunta. Caminando, porque visa no nos dan. Sólo los ricos tienen derecho a emigrar
legalmente. Éramos un grupo de 25 personas y cruzamos la frontera por Sonora.
Caminábamos de noche porque de día hacía un calor tremendo. Cada uno traía tres galones de
agua, que nos deberían servir para los tres días que duró la caminata. Los coyotes nos decían
que no tomáramos mucha agua, que apenas nos mojáramos la garganta. Caminábamos de
noche y descansábamos de día”.

Luis interrumpió la narración para desempacar el tanque nuevo. Allí estaba: alto, moderno y
reluciente, de marca General Electric. Con gran habilidad, Luis instaló los nuevos tubos, la
tubería de la válvula de escape y las nuevas conexiones eléctricas.

El señor Brown lo veía trabajar y una vez más lo asaltó la duda, ¿estaba contratando a un
ilegal? ¿Estaría rompiendo la ley? Fue así que decidió hacerle la pregunta en forma indirecta.
“Me imagino que ya habrá arreglado su situación legal en este país”.

Luis contestó: “Hace cinco años que lo hice. Cuando llegué a este país no sabía nada de
plomería, pues yo trabajaba en el campo. Me metí de aprendiz de plomero con un amigo y en
menos de seis meses ya sabía lo suficiente como para buscar trabajo. Una compañía me
ofreció un contrato y con la ayuda de un abogado arreglé mi situación. Ahora soy residente”,
dijo sacando una brillante tarjeta en la que se leía: “Pemanent Resident Card”.

Una vez más, el señor Brown suspiró aliviado. Luis conectó de nuevo el agua a la casa y
esperó a que se llenara el tanque con agua. Después encendió los interruptores y mientras
limpiaba y empacaba el tanque viejo en su camión, el agua ya estaba ya casi caliente.

El señor Brown no sabía cómo darle las gracias, ni cómo agradecerle al cielo su buena suerte.
Aunque no era su costumbre, decidió darle una propina. Luis, sonriente, le dijo: “Cualquier
otro problema que tenga, no más llámeme”.

Se despidieron de mano y el señor Brown se alistó a tomar por fin su ducha caliente. Antes de
salir del sótano decidió darle una última mirada a su flamante tanque de agua. Tomó su
linterna de mano, le dio un vistazo y por curiosidad se acercó para ver qué decía en letra
pequeña debajo de la marca “General Electric” y allí leyó con sorpresa: “Made in Mexico”.

Abrir un grifo y ver correr el agua es un acto sencillo que lleva mucho trabajo detrás. El
ciclo urbano del agua se compone de varias fases que podríamos agrupar en
abastecimiento, saneamiento y reutilización. Pero hoy la curiosidad se centra en algo que
se incluye dentro de la primera fase: el almacenamiento.
¿Quién no se ha encontrado durante un trayecto en carretera con enormes depósitos,
pequeños edificios o infraestructuras que no se sabe muy bien por qué están ahí? La
respuesta a estos tres casos podría ser la misma: se trata de una torre de agua.
Las torres de agua son grandes contenedores cuyo propósito es almacenar grandes
cantidades de la misma a una altura suficiente para presurizar sistemas de distribución, que
ocurre a través de la elevación del agua (Wikipedia), de modo que usan la gravedad para
mantener la presión del agua. A menudo funcionan conjuntamente con reservorios
subterráneos o de servicio superficial, que almacenan el agua tratada cerca de donde se va
a usar. Sin embargo, también existen otros tipos de torres de agua que sólo pueden
almacenar agua no potable para protección contra incendios o fines industriales, y no
necesariamente están conectadas a un suministro público de agua.
Su importancia es tal, que son capaces de suministrar agua durante cortes de energía, ya
que dependen de la presión hidrostática producida por la elevación del agua; Sin
embargo, no pueden hacerlo durante mucho tiempo debido a que normalmente se
requiere para ello una bomba que rellene la torre.

Su construcción se hace necesaria cuando no hay elevaciones naturales del terreno, y su


forma, tamaño y materiales de construcción seleccionados, dependen de las necesidades
de cada población (o por antojo de su arquitecto), lo que hace que podamos encontrar una
gran variedad de diseños de éstas. A continuación os dejo las más curiosas que he
encontrado, donde Estados Unidos se lleva la palma, aunque seguro que hay muchas más:
La Botella de Catsup de Collinsville, Estados Unidos
La torre de agua del sur de Collinsville, en Illinois, es la mayor botella de catsup del
mundo. Se construyó en 1949 para suministrar agua a una planta cercana propiedad de
G.S. Suppiger Company. Su presidente sugirió que la torre de agua se diseñara a la
semejanza de una de las botellas de catsup de la compañía. La estructura se agregó al
Registro Nacional de Lugares Históricos en agosto de 2002.
(Imagen: Wikipedia)
La Casa de las Nubes de Suffolk, Reino Unido
Construida en 1923, esta torre de agua en forma de casa fue diseñada así con el fin de
disfrazar su tanque de agua. Años más tarde, éste fue quitado para convertir totalmente el
edificio en una casa, situada aproximadamente a 21 metros del suelo.
(Imagen: Wikipedia)
El Diamante Azul de Tyrsted, Dinamarca
Construida en 1983, esta torre tiene una capacidad de 2.000 m3 de agua y mide 40
metros de altura. El depósito de agua está construido sobre un pilar central con el tanque de
agua hecho de acero en la parte superior con forma de diamante, que mide 23,4 m de
diámetro en su punto más ancho.

(Imagen: Harmonsa)
La Galería de Arte de Chicago, Estados Unidos
Construida en 1869, es la segunda torre del agua más antigua de los Estados Unidos. Se
construyó para albergar una bomba de agua destinada a extraer agua del Lago Michigan,
sin embargo se hizo conocida por ser el único edificio público que sobrevivió al gran
incendio de Chicago. Reformada dos veces y con un estilo es similar a la torre de un
castillo, ahora es una galería de arte de la Oficina de Turismo de Chicago.
(Imagen: Wikipedia)
La Marca del Mar de Svaneke, Dinamarca
La torre fue terminada en noviembre de 1952. Su forma está inspirada por las viejas
marcas del mar usadas para asistir a la navegación de los barcos en el mar. Fue retirada
del servicio en 1988 cuando se introdujeron modificaciones en el sistema de suministro
de agua.
(Imagen: Wikipedia)
El Memorial de Vukovar, Croacia
Construida a finales de la década de los 60. Durante la Guerra de Croacia, parte de éste
depósito de agua fue destruido junto a la ciudad por las fuerzas serbias, siendo uno de los
blancos más frecuentes con más de 600 impactos. En lugar de ser restaurada, el gobierno
ha decidido convertirla en un área de memoria por el dolor y el sufrimiento que soportó
Vukovar.
(Imagen: Wikipedia)
La Nave Espacial de Varginha, Brasil
En reminiscencia al conocido incidente ovni de Vargihna sucedido en 1996, esta torre de
agua de 20 metros en forma de ovni fue construida en 2001, y se ha convertido en toda
una atracción turística de la zona.
(Imagen: Wikipedia)
El Nido de Cigüeña de Haukilahti, Finlandia
Fue construida en 1968. Con una altura de 45,3 metros puede albergar un volumen de
agua de 4000 m3. Lo curioso de esta torre, es que en la parte superior hay un popular
restaurante llamado Haikaranpesä ("nido de cigüeña"), que hace honor a su forma.

(Imagen: Wikipedia)
La Sandía, El Melocotón y La Mazorca, Estados Unidos
Estas torres de agua municipales son características de comunidades estadounidenses con
economías agrícolas. La Sandía de 47 metros de altura se encuentra en Luling, Texas. El
Melocotón pertenece a Gaffney, Carolina del Sur, tiene 41 metros de altura y una
capacidad de 3800 m3 de agua. Por su parte, La Mazorca suministra agua a Rochester,
Minessota, desde 1931. Cuenta con una altura de 45 metros y una capacidad de casi 190
m3 de agua.
(Imagen: Mother Nature Network)
Las Setas de Kuwait, Kuwait
Esta megaestructura está formada por 33 torres de agua, con una capacidad de
almacenamiento combinado de más de 100.000 m3. Conocidas como “las torres de
setas”, fueron construidas en 1976 con el fin de implementar un plan para un sistema de
suministro de agua moderno en la ciudad.
(Imagen: Wikipedia)

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