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Por otra parte, en el mundo natural, una causa implica necesariamente un efecto, es decir,
que la dínamis tiende a convertirse en energeia, pero en el mundo de la techne se necesita
una mediación que ponga en relación el saber, el hacer , con los fines, fines que no se
reducen a una finalidad exterior, sino que tienen también una finalidad ética y por lo tanto
política.
También, en la Física, aparece de forma más explícita la distinción entre los tipos de
actividad técnica .En Física II 194b Aristóteles dice: "También las artes producen la
materia...las artes que la conocen y la dominan son dos: unas consisten en hacer uso de las
cosas y otras son arquitectónicas....ambas se diferencian en que las artes arquitectónicas
conocen la forma, mientras que las artes productivas conocen la materia". Así , vuelven a
parecer los "expertos" que poseen un saber que sólo se sabe cuando se realiza, y los
técnicos que poseen una práctica adquirida, de la cual deducen un saber universal, que
saben el por qué y sobre todo que conocen la materia y la forma. El que construye un timón,
dice Aristóteles, sabe que forma debe tener y cómo funciona, pero el que posee la techne
de la navegación, sabe cómo y por que debe tener tal forma o estar hecho de tal madera.
Así, aparece la diferencia entre carpintero que lo construye y el ingeniero que lo concibe,
entre el arquitecto que sabe cómo hay que construir y el obrero que coloca las piedras.
Pero, todavía es necesario añadir una última precisión. Hemos intentado mostrar que el
concepto de techné no puede ser traducido por el de técnica ,en su definición antropológica
e instrumental, tampoco puede ser desligado de la episteme y de la inteligencia ya que por
ser fruto de una actividad típicamente humana transforma la dínamis en ergon, es el
resultado de un acto deliberativo y volitivo, y por lo tanto es un concepto que en Aristóteles
se aplica a diferentes topoi. En este último sentido podemos hablar de :
-Una techné moral que consistiría en producir acciones justas que utilizaría el hombre
prudente para vivir bien.
-Una techné poética, es decir la producción de reglas para que la obra literaria imite
verosímilmente a los acontecimientos realizados en la naturaleza.
-Una techné retórica, el arte de argumentar para que convencer equivalga a razonar bien.
Una techné ligada a la actividad intelectual y moral del ciudadano, techné que se ejerce
permanentemente en el ágora, en los tribunales, en la vida cotidiana y que en ningún caso
se reduce a la actividad poiética, este sería el destino de la técnica en el sueño
Heideggeriano y esta sría también nuestra única posibilidad de salvación. Realmente no
sabemos si la pregunta por la esencia de la técnica, en cuanto remite al análisis de la techné,
puede ser liberadora del hombre, quizás tampoco nos resulta fácil compartir esa especie de
optimismo trágico de Heidegger, pero si creemos que sólamente rastreando el
funcionamiento de este concepto en los textos clásicos, sólo enmarcándolos en el único
contexto posible de la acción humana, que para un griego es el topos de la polis, puede
entenderse la variedad semántica de este término y evitar así todo tipo de tentación
simplista o reducionista. Si mirar hacia atrás no nos salva, nos permitirá, al menos, entender
mejor nuestro destino.