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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA


CARRERA DE PSICOLOGÍA

La aversión en la modificación conductual.

Alan Jhasua Carrillo Hernández

Los Reyes Iztacala, junio de 2014


Índice
Introducción …………………………………………………………………………………………………………… 1

Capítulo 1. …………………………………………………………………………………………………………… 3

1.1 Desarrollo histórico de la aversión.


1.2 Aversión un enfoque general.
1.3 Ética al utilizar las técnicas aversivas.

Capítulo 2. ………………………………………………………………………………………………………….. 5

2.1 La aversión en el condicionamiento clásico.

2.2 La versión en el condicionamiento operante.

Capítulo 3. …………………………………………………………………………………………………………. 7

3.1 Variables que se utilizan más frecuentemente como estímulo aversivo

3.2 Castigo positivo.

3.3 Castigo negativo.

Conclusiones. ………………………………………………………………………………………………………….. 9

Referencias. ………………………………………………………………………………………………………….. 10
Introducción

Los eventos aversivos juegan un papel importante en la vida diaria. De hecho, las
técnicas aversivas están profundamente implicadas en muchas de las instituciones
sociales, incluyendo el gobierno y la ley (por ejemplo multas y prisión), las
instituciones educativas (por ejemplo, reprobar exámenes y ser expulsado), la
religión (por ejemplo la culpa y el infierno) y en las convivencias sociales comunes
de todos los días (por ejemplo, la discriminación, la censura, la humillación y la
estigma social).
Las interacciones rutinarias de la mayoría de los individuos, en sus ambientes tanto
físico como social, resultan en eventos aversivos, que van desde una quemadura
de una estufa caliente hasta el abuso verbal de un conocido, (Kazdin, 1994).

Asimismo podemos observar que en los escenarios aplicados se usan los eventos
aversivos de dos formas, es decir, reforzamiento negativo y el castigo en sus dos
variantes. De esta manera Fernández, (1972) nos menciona que mientras que las
conductas y los hábitos positivos pueden desarrollarse e incrementar su frecuencia
mediante el reforzamiento, la eliminación de las conductas socialmente
desaprobarles representa un problema aún más complejo. Las conductas
antisociales pueden desaparecer de diversas maneras, sin embargo, aquellas
conductas que las respuestas se manifiestan de manera extrema (en donde peligra
el estado físico y o psicológico del sujeto o el de los demás), son tratadas mediante
el castigo en el análisis de la conducta.

De igual forma en el condicionamiento clásico se puede explicar el funcionamiento


de las técnicas aversivas. Las asociación de algunos de los elementos constitutivos
de la constelación a estimular componente del comportamiento a eliminar (estimulo
condicionado) con el estímulo nocivo preseleccionado (estímulo incondicionado)
hará que el EC provoque una respuesta de condicionada de aversión. (Ballesteros,
Maldonado y Gallo, 2001), desarrollaron un procedimiento conductual
suficientemente potente para detectar aversiones inducidas en un único ensayo por
estímulos aversivos débiles, concretamente rotación corporal y dosis bajas de LiCl,
en ratas wistar. Dicho procedimiento implica el uso de una prueba de elección entre
estímulos con diferentes preferencias previas. El experimento 1a demostró que
utilizando una solución de café descafeinado y otra de vinagre de sidra, la aversión
adquirida a la solución preferida (café) mediante rotación corporal sólo aparece en
una prueba de elección posterior entre ambos estímulos, cuando se anula la
neofobia al estímulo menos preferido (vinagre).
Desde este enfoque el papel de la aversión en la vida cotidiana y en las técnicas de
modificación conductual, representan una vista hacía la mayoría de nuestros
comportamientos que desplegamos bajo ciertas circunstancias. Por estas razones
el presente trabajo da una pauta a la importancia de la aversión como técnica de
modificación conductual, sus implicaciones prácticas y algunas de las variables más
utilizadas.

Capítulo I
1.1 Desarrollo histórico de la aversión.

La estimulación aversiva por parte del medio ambiente en forma de algún estímulo
que cause daño a los diferentes organismos que despliegan conducta psicológica,
como alguna luz muy fuerte o un ruido estrepitoso, o bien, estímulos que se
aparearon con estímulos aversivos y que ahora generan una respuesta como si este
lo fuera, han llevado al hombre de alguna manera dentro de la sociedad de muchas
formas, generan y llevan engranados en gran parte de su comportamiento.

De igual forma los episodios a lo largo de la historia en donde vienen plasmado


todas estas respuestas y el empleo de métodos aversivos da fe de la utilidad y
efectividad de estos métodos en la modificación conductual. Es por esto que
Cáceres (1984) (citado por Méndez y Olivares 2010) señala dos anécdotas en las
cuales se emplean situaciones aversivas con finalidad terapéutica. El primero de los
casos Plutarco según Demóstenes para la cura rápida de un tic que este tenía en
el hombro, coloco una espada en el mismo hombro, con la finalidad de que cada
vez que este se levantaba por consecuencia del tic nervioso, este recibía un
pinchazo con el filo de la espada. Claramente en el ejemplo anterior el estímulo
aversivo aquí era el pinchazo. En este mismo contexto los romanos para tratar el
alcoholismo colocaban una anguila en un vaso de vino y obligaban al alcohólico a
ingerirlo, (Kazdin, 1994).

El desarrollo formal de las técnicas aversivas se encuentran como tal hasta la época
de los años 20 y 30, un ejemplo es el caso del trabajo de Watson (1920) citado por
Méndez y Olivares (2010). Con sus investigaciones para tratar las fobias. Debido
al resultado de estas técnicas se produjo una disminución al emplear las mismas,
entre los años 30 y 50. Durante dicho periodo predomino el empleo de estimulación
química en el tratamiento del alcoholismo en países como Belgica, Francia,
Inglaterra, URSS y Estados Unidos de América, (Méndez y Olivares, 2010).

Para la década de los 60 a 70 se crean conceptos como Castigo (escape y evitación)


como una de las técnicas de modificación conductual. Y para los años noventa se
emplean las técnicas aversivas en conjunto con algún otro programa, como lo puede
ser los de reforzamiento, (Méndez y Olivares, 2010).

1.2 Aversión un enfoque general.


Las técnicas aversivas empleadas en humanos se utilizan con la finalidad de
disminuir conductas socialmente reprobables. Pero para que esto tenga lugar
primero tiene que existir una relación funcional entre el estímulo aversivo y la
conducta a decrementar. Werner y Staddon (1983) señalan que el nombre que se
le otorga a la estimulación aversiva está en relación funcional con la conducta que
el organismo realice. Esta conducta no es independiente puesto que la presentación
contingente del estímulo dará como resultado el decremento de la conducta.
Asimismo los estímulos aversivos proceden a veces de la experiencia individual;
estos estímulos son de dos clases básicas 1) son aversivos porque señalan una
reducción de reforzamiento positivo y 2) los que son aversivos porque establecen la
ocasión de otros estímulos aversivos, (Fester, 1976).

Los estímulos aversivos comprenden una extensa gama de traumatismos; su


aversidad es a menudo, una función de la intensidad que tenga el estímulo sobre el
organismo, estos estímulos no solo abarcan los diversos agentes que se consideran
irritantes, sino también la temperatura, los olores, los sabores y los ruidos,
(Labrador, 1999). Por lo tanto el empleo de los diferentes estímulos aversivos y su
eficacia en la modificación conductual depende en gran medida de la historia de
reforzamiento y castigo que el sujeto ha tenido a lo largo de su vida.

1.3 Ética al utilizar las técnicas aversivas.

El emplear la aversión como técnica de modificación conductual tiene sus limitantes


y los postulantes de modificación conductual evitan el castigo siempre que es
posible. La situación aversiva suele relacionarse con efectos colaterales
indeseables, como reacciones emocionales, escape y evitación de situaciones.

De acuerdo con Kazdin, (1994) el castigo por su parte puede fomentar asociaciones
indeseables con respecto a diferentes agentes (padres, maestros),
situaciones,(hogar, escuela), y conductas(hacer tarea).

A pesar de todo lo anterior y las razones para no desarrollar un programa aversivo


con algunos sujetos pueden verse contrarrestadas por toda otra serie de razones
aún más importantes tanto de tipo clínico como ético. Labrador, Cruzado y Muñoz
(1999) nos mencionan al respecto sobre esto que se pueden utilizar bajo las
siguientes condiciones:

 Cuando el comportamiento des adaptativo del paciente es tan serio que


puede llegar a causarse daño a sí mismo o a terceros, o incluso llegar a
producirse la pérdida de vidas.
 La naturaleza del comportamiento des adaptativo es tan extrema y duradera,
que se ha producido durante años y se ha resistido a desaparecer ante otro
tipo de programas remediales.
 Cuando alguno de estos pacientes termina por no recibir ningún tipo de
atención remedial para desarrollar comportamientos positivos que le den
acceso a reforzadores posteriores, dada la extrema y desajuste de sus
actuaciones.
 Cuando se desarrollan programas preventivos o custodiales de tratamiento,
para evitar la ocurrencia del comportamiento des adaptativo en los que se
recurre a fuerza física.

Capítulo II

2.1 La aversión en el condicionamiento clásico. Esta teoría que fue la primera en la


cual se podía explicar el funcionamiento de estas técnicas aversivas, aún sigue
siendo válida hasta nuestros día, según esta teoría, se asume que la asociación de
algunos de los elementos constitutivos de la constelación estimular componente del
comportamiento a eliminar (estímulo condicionado) con el estímulo nocivo
preseleccionado (estímulo incondicionado) hará que el EC provoque una respuesta
condicionada de aversión, (Labrador, Cruzado y Muñoz, 1999).

Como se ha visto la aplicación del control aversivo, en el condicionamiento clásico,


tiene beneficios sociales importantes. Es por esto que el proceso de
condicionamiento clásico ha tenido gran éxito en el tratamiento del alcoholismo.
Méndez y Olivares (2010), mencionan que para que esto tenga lugar primero se
tiene que asociar un estímulo (EC) atractivo (alcohol) para el sujeto que elicite
respuestas desadaptadas, con un estímulo aversivo (drogas eméticas, descargas
eléctricas, etc.) que actué como estímulo incondicionado. Mediante reiteradas y
sucesivas asociaciones entre ambos estímulos se producirá, como consecuencia,
una devaluación del estímulo positivo. Es decir, de acuerdo con Maciá, Méndez y
Olivares, (1993), (citado por Méndez y Olivares 2010), si durante las condiciones
terapéuticas se produce el condicionamiento de una respuesta aversiva, ante
determinados estímulos cabe esperar que el sujeto evite situaciones en las que
estén presentes elementos del conjunto estimular condicionado, Este es un claro
ejemplo de como el control aversivo se puede utilizar en la clínica, ayudando así a
los problemas con los cuales alguna otra técnica no pueda ayudar mediante alguna
otra técnica de control conductual.

2.2 La aversión en el condicionamiento operante. Para obtener resultados más


productivos y rápidos y eficaces, es necesario, muchas de las veces emplear ambos
procedimientos, el condicionamiento clásico y el condicionamiento operante con el
fin de superar las posibles desventajas que por sí solo el condicionamiento clásico
puede dar, (Labrador, Cruzado y Muñoz, 1999).

El modelo teórico, del condicionamiento operante establece que el estímulo


aversivo sigue a la respuesta que se desea eliminar, en lugar de aparearse con un
el estímulo o el conjunto de estímulos representativos de la configuración estimular
que se desea (re)condicionar, (Méndez y Olivares, 2010).

Asimismo, los tratamientos de control aversivo que se generan a partir del


condicionamiento operante, se fundan en dos tipos de aprendizaje derivados de
esté:

El aprendizaje que se produce como consecuencia de la aplicación contingente del


estímulo aversivo a la respuesta que se desea modificar (castigo positivo).

El que se obtiene por la obtención contingente de beneficios, por la no ejecución de


la respuesta a extinguir y su sustitución por la ejecución de su respuesta alternativa
deseable/incompatible con la omitida (aprendizaje por evitación) o, en su caso, por
el beneficio que se deriva por el cese de una estimulación aversiva de forma
contingente al cese de ejecución de la conducta problema (conducta de escape),
(Méndez y Olivares, 2010).

El condicionamiento que se origina mediante la evitación, es un proceso orientado


esencialmente a la producción de nuevas respuestas que presentan las ventajas de
res ms resistente a la extinción, sobre todo en lo que representa a las conductas del
sistema de respuesta motor ocular, Méndez y Olivares (2010).

En el castigo se han ofrecido muchas definiciones, Kanfer y phillips (1970, 1976)


citado por (Méndez y Olivares, 2010, pag 269) lo definen como “Una situación en
la cual se presenta un estímulo aversivo después de un acto particular y de la que
no se puede escapar o es inevitable, dicho de otro modo, el castigo también se
puede definir como la aplicación de estimulación aversiva de forma contingente a la
realización del comportamiento no deseado, con el fin de reducir su probabilidad de
ocurrencia futura de dicho comportamiento”.

Capítulo III
3.1 Variables que se utilizan más frecuentemente como estímulo aversivo. Se
reconocen tres tipos diferentes de estímulos aversivos más empleados en las
terapias y la experimentación de la psicología conductual, los cuales son: la
aversión por descargas eléctricas, aversión olfativa y aversión gustativa,
(Labrador, Cruzado y Muñoz, 1999).

La terapia de aversión eléctrica se basa, fundamentalmente, en el modelo


operante del castigo al que se añaden elementos del condicionamiento clásico. El
uso de estímulos eléctricos aversivos ha tenido una aparición más tardía que el
uso de las drogas. La estimulación eléctrica aversiva consiste en la utilización de
descargas de manera contingente a la aparición de la conducta problema
mediante un dispensador de shocks, Méndez y Olivares (2010).

Asimismo, en el estudio de Gutiérrez, Aparcio y Larios (1982), demostraron la


eficacia de la aplicación de un estímulo aversivo (choque eléctrico) al
establecimiento de la respuesta de presión de una palanca en ratas. Mostrando la
eficacia del manejo de estimulación aversiva.

García, Kimeldorf y Koelling (1955) supuso una auténtica revolución en el estudio


de la psicología del aprendizaje. Entre la variedad de agentes aversivos capaces
de inducir dicho aprendizaje aversivo gustativo, el estímulo más comúnmente
empleado en el laboratorio ha sido cloruro de litio (LiCl), que se administra a los
sujetos infra humanos como una manera de producir el efecto de aversión al
sabor.

Asimismo la terapia de aversión olfativa consiste en la aplicación de olores


desagradables, repugnantes y/o nauseabundos para el sujeto como el EI,
contingente, con la aparición de la conducta problema que se desea modificar.
Méndez y Olivares (2010).

Como lo menciona Lublin, (1969) (citado por Méndez y Olivares, 2010),


especulando que tales olores podrían ser estímulos incondicionados,
efectivamente en la terapia aversiva de obesidad. La lógica de sus razonamientos
está en que este tipo de conductas, que se encuentran, bajo el control de señales
olfativas y gustatorias, deberían ser contrarrestadas a través de las mismas
modalidades sensoriales.
La aversión química representa uno de los ejemplos más claros de aversión al
gusto, (Labrador, Cruzado y Muñoz, 1999). En los procedimientos que se utiliza
aversión química se espera que un determinado producto químico administrado
produzca una reacción consecuente desagradable, que coincida con la aparición
de algún aspecto relacionado con el comportamiento a eliminar.

Asimismo Cannon y Baker (1981), demostraron, utilizando como variables


dependientes medidas actitudinales, conductuales y fisiológicas, que solamente
aquellos alcohólicos que habían sido expuestos a un tratamiento químico
desarrollaron respuestas aversivas, frente a aquellos que recibieron descargas
eléctricas.

3.2 Castigo positivo. Es la presentación de un estímulo aversivo, ya sea primario o


secundario, después de una respuesta que disminuye su frecuencia de esa
respuesta, (Méndez y Olivares, 2010). Con la utilización de este procedimiento se
obtiene con gran rapidez el efecto de supresión deseado. Sin embargo autores
como Kazdin, (1994) y Ferster (1976) nos dicen que el uso reiterado de este
procedimiento, puede generar la aparición de efectos secundarios negativos en los
sujetos. Un ejemplo de Castigo positivo es la sobre corrección

3.3 Castigo negativo. Se puede definir como la retirada de un estímulo reforzante.


Subsiguiente a la respuesta la cual se quiere disminuir, es decir se pierden
cantidades específicas de algún reforzador previamente adquirido por emitir una
conducta inadecuada, (Labrador, Cruzado y Muñoz, 1999).
Conclusiones.

Se ha aunado acerca del tema de aversión y del control aversivo, como, una técnica
para el control y manejo de las conductas des adaptativas de las personas.
Asimismo es importante hacer notar el valor de estas técnicas como control de
manera contingente de las conductas.

No obstante autores como Ferster (1976) y Kazdin, (1994), nos mencionan que el
control mediante contingencias aversivas puede ocasionar problemas y efectos
indeseables para los experimentadores, así como para los terapeutas que requieran
usar de estas técnicas. Por lo tanto se recomienda utilizar estos tratamientos con
ciertas reservas y bajo ciertas condiciones en específico y cuando programas como
el reforzamiento no han surtido el efecto deseado, (Labrador, Cruzado y Muñoz,
1999).

Sin embargo, algunas de las investigaciones, demuestran por su parte la efectividad


de estas contingencias aversivas. Como el empleo de descargas eléctricas para la
disminución de conductas disruptivas o de autolesión. Asimismo (Fernández, 1972)
nos dicen que el manejo de las conductas se puede emplear mediante el
reforzamiento, sin embargo, las conductas problema son aún más complejas y se
requieren de diferentes técnicas como lo es la presentación de estímulos aversivos.
Por estas razones en el presente trabajo se investigó sobre la importancia de la
aversión como control de la conducta.
Referencias

Ballesteros, M., Maldonado Lopez, A., & Gallo, A. (2001). Detección de aversiones gustativas
inducidas por estímulos incondicionados débiles como la rotación. Revista de metodología
y psicología experimental, 22(2), 217-234.

Cannon, D. S., Baker, T. B., Gino, A., & Nathan, P. E. (1986). Alcohol-aversion therapy: Relation
between strength of aversion and abstinence. Journal of Consulting and Clinical
Psychology,54 (6), 825-830.

Fernández, G. (1972). La ciencia de la conducta.México: Trillas.

Fester, C. (1976). Principios de la condcuta. México : Trillas.

García, J., Kimeldorf, D.J. y Koelling, U.A. (1955). Conditioned Taste Aversion to saccharin resulting
form exposure to gamma radiation. Science, 122, 157-158.

Gutiérrez R., J., Aparicio N., C., & Larios, R. M. (1982). Establecimiento de la respuesta de presióm
de la palanca en ratas utilizando choque eléctrico: Evaluación de diferentes relaciones
temporales. revista Mexicana de análisis de la conducta,8 (2), 107-109.

Kazdin, A. E. (1994). Modificación de la conducta y sus aplicaciones practicas. California: Manual


moderno.

Keller, F. S. (1975). Principio de la conducta.México: Trillas.

Labrador, f. J., Cruzado, J. A., & Muñoz, M. (1999). Manual de técnicas de modificación y terapia de
la conducta. Madrid: Ediciones piramide.

Mendez Carrillo, F. X., & Olivares, J. (2010). Técnicas de modificación de la conducta. Madrid:
Biblioteca Nueva.

Ribes Iñesta, E. (1974). Técnicas de modificación de la conducta. México: Trillas.

Werner, K. H., & Staddon, J. E. (1983). Manual de la conducta operante. México: Trillas.

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