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1.

3 Estado de deformaciones

Se puede representar la deformación, aún cuando la deformación presente una alta


complejidad, mediante dos tipos de deformaciones. Para ello solamente es necesario
imaginarte al cuerpo partido en pequeñísimos elementos cúbicos según figura 1.10a.

Todos estos elementos se deformarán como consecuencia de las solicitaciones a las que
están sometidas.

Se pueden deformar de manera que experimentes un cambio de longitud de sus lados o


que los ángulos de la sección se conviertan en ángulos agudos y obtusos. Si nosotros
podemos proporcionar la variación de los lados del cubo así como el cambio de los
ángulos para cada cubo diferencial, entonces podemos conocer la variación de forma del
cuerpo, puesto que podemos imaginarnos la deformación del mismo como la
superposición de las deformaciones de cada cubo diferencial. Estas deformaciones
lineales (normales) y las deformaciones angulares (tangenciales) son producidas por los
respectivos esfuerzos normales y tangenciales, como veremos más adelante.

Ahora trataremos de aclararnos estos conceptos de deformación, primeramente en dos


ejemplos sencillos y de manera separada y además suponiendo que dichos
deformaciones se distribuyen en forma uniforme sobre el cuerpo.

Fig. 1.11 Deformación normal

El ejemplo más sencillo de una deformación normal es una barra sometida a la acción
de una fuerza F (fig. 9.11) como consecuencia de la fuerza de tracción la barra sufrirá

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una elongación Δ l . Nosotros podemos describir la deformación si para cada posición x
conocemos el desplazamiento u (x ) .

El extremo libre de la barra sufre un desplazamiento u (l ) = Δ l . La descripción del


desplazamiento puede ser complicada puesto que el desplazamiento μ depende de la
posición x. Por ello se elije como medida de la deformación la deformación unitaria:

ε=
Δl
l
[ cm cm ] (1.8)

como la deformación tomada con respecto a la longitud original.

Esta magnitud es adimensional puesto que los esfuerzos a lo largo de la barra tienen una
distribución uniforme (igual) es de suponer y se puede corroborar experimentalmente,
que las deformaciones unitarias serán iguales en cualquier posición. El desplazamiento
u ( x ) aumenta en forma lineal a lo largo del eje de la barra, según la ecuación
u ( x ) = ε x . Para x = 0 , u ( x ) es igual a cero para x = l , u (l ) = Δ l = ε l . Sin
embargo todo es válido si el esfuerzo normal no varía con x.
Para una barra de tracción con una sección variable la ecuación de u (x ) ya no es
válida. A pesar de ello de la ecuación (1.8) podemos obtener una expresión genérica, si
se aplica a un pequeño elemento diferencial de longitud Δ x .

Un elemento de este tipo sufre un desplazamiento u ( x + Δ x) − u (x) , es decir una


u (x + Δ x) − u ( x)
deformación unitaria .
Δx

Si hacemos que Δ x tienda hacia cero, entonces determinamos la deformación unitaria


para la posición x en dicha dirección como:

Lim u ( x + Δ x ) − u (x ) du
εx = = (1.9)
Δx →0 Δx dx

La ecuación anterior es general aún cuando la sección es variable y se tiene una


distribución de esfuerzos inhomogéneo. Si u (x, y, z ) es diferente pero todos los puntos
(x, y, z ) entonces la deformación unitaria en dirección x viene dada por

∂uμ
εx = (1.9a)
∂x

Definiciones similares se obtienen para las otras direcciones (ver ecuacion1.10).

Una deformación angular pura se genera cuando en un punto (x, y, z ) de un cuerpo


existe un estado de esfuerzos cortantes puro (por ejemplo como en la figura 1.10b) con
σ x = σ y = 0 . Los lados del cubo Δxy , Δy no sufren variación (ver figura 1.12), puesto

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que sobre dichas secciones no actúan esfuerzos normales. Sin embargo el cubo como
un todo puede sufrir los desplazamientos u ( x, y, z ) ; v ( x, y, z ) ; w ( x, y, z ) , puesto que
aquí no se hace ninguna aclaración del estado de esfuerzos y deformaciones en el resto
del cuerpo. El ángulo recto inicial del cubo con líneas punteadas sufre bajo la acción de
los esfuerzos tangenciales un cambio de configuración ± (γ 1 + γ 2 ) . La suma de esos
ángulos será una magnitud que caracteriza la deformación angular conocida como el
ángulo del deslizamiento γ .

Fig. 1.12 Deformación angular

Este ángulo de deslizamiento puede ser obtenido en función del desplazamiento u en


dirección x y el desplazamiento v en dirección y, para ello supondremos que los
ángulos (γ 1 + γ 2 ) son muy pequeños. Denominemos con Δ u o de lo contrario Δ v la
diferencia de desplazamientos del cubo en las direcciones x e y, entonces se tiene en
forma aproximada la siguiente identidad:

Δu Δv
γ = γ 1 + γ 2 = tan γ 1 + tan γ 2 = +
Δy Δx

Puesto que los desplazamientos por lo general dependen de x, y así como de z, se tiene
para una tendencia de Δ x → 0 y Δ y → 0 la siguiente identidad para la deformación
angular:

∂u ∂v
γ xy = +
∂y ∂x

Los subíndices xy representan la deformación angular γ xy generando por el esfuerzo


tangencial τ xy , en el plano x – y.

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El estado general de deformaciones se genera mediante un cambio cíclico de los
subíndices de las deformaciones angulares y adicionalmente tomando en cuenta la
deformaciones unitarias ε y y ε z en las direcciones y – z respectivamente.
El estado general de deformaciones para un punto cualquiera ( x, y , z ) del cuerpo
deformable viene dado por:

∂u ∂v ∂w
εx = ; εy = ; εz =
∂x ∂y ∂z
(1.10)

∂u ∂v ∂u ∂ w ∂v ∂w
γ xy = + ; γ xz = + ; γ xz = +
∂y ∂x ∂z ∂x ∂z ∂y

Donde u (x, y, z ) , v (x, y, z ) y w ( x, y , z ) son los desplazamientos en dirección de los


ejes coordenados.

Ahora tomando en cuenta la ecuación (1.10) podemos afirmar que para determinar las
solicitaciones de un cuerpo deformable son necesarios conocer 9 magnitudes en un
punto, es decir seis componentes de los esfuerzos y tres desplazamientos. Hasta el
momento sólo contamos con tres ecuaciones de equilibrio (las ecuaciones de equilibrio
de momentos ha generado la reciprocidad de los esfuerzos cortantes). Las ecuaciones
complementarias las determinamos de las relaciones físicas entre los esfuerzos y
deformaciones, al cual nos avocaremos en el siguiente capítulo.

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