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indice

INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
¿QUÉ ES DESNUTRICIÓN?
Se llama desnutrición a un estado patológico de distintos grados de seriedad y
de distintas manifestaciones clínicas causadas por la asimilación deficiente de
alimentos por el organismo.
La desnutrición puede ser causada por la mala ingestión o absorción de
nutrientes, también por una dieta inapropiada como hipocalórica o hipo proteica.
Tiene influencia en las condiciones sociales o psiquiátricos de los afectados.
Ocurre frecuentemente entre individuos de bajos recursos y principalmente en
niños de países subdesarrollados.
La diferencia entre esta y la malnutrición es que en la desnutrición existe una
deficiencia en la ingesta de calorías y proteínas, mientras que en
la malnutrición existe una deficiencia, exceso o desbalance en la ingesta de uno o
varios nutrientes que el cuerpo necesita (ejemplo: vitaminas, hierro, yodo, calorías,
entre otros).
En menores un cuadro clínico de desnutrición puede terminar en Kwashiorkor que
se da por insuficiencia proteica en la dieta o Marasmo que trae como resultado
flaqueza exagerada a falta de un déficit calórico total en la dieta.
En los niños la desnutrición puede comenzar incluso en el vientre materno. Las
consecuencias de la desnutrición infantil son:
Niños de baja estatura, pálidos, delgados, muy enfermizos y débiles, que tienen
problemas de aprendizaje y desarrollo intelectual. Mayores posibilidades de ser
obesos de adultos. Las madres desnutridas dan a luz niños desnutridos y las que
padecen anemia o descalcificación tienen más dificultades en el parto con niños
de bajo peso.1
Según Médicos Sin Fronteras,2 cada año de 3 a 5 millones de niños menores de
seis años mueren de desnutrición.
Cuando pensamos en la desnutrición, lo primero que nos viene a la cabeza es
la falta de alimentos y el hambre. Las imágenes que probablemente vengan a
nuestra cabeza son las de niños extremadamente delgados que apenas tienen
fuerza para sostenerse en pie.

Imágenes que suelen dar la vuelta al mundo cuando se produce una emergencia
nutricional, como ya pasó en Etiopía, Somalia o el Cuerno de África. En la
actualidad, más de 200 millones de niños en todo el mundo sufren algún tipo de
desnutrición.

Pero la desnutrición, que está detrás de la muerte de alrededor de 7.000 niños


cada día, es el resultado de un proceso más complejo.
Un niño que sufre desnutrición no solo ha tenido una cantidad suficiente
de alimentos, sino que además lo que ha ingerido no tenía
los nutrientes necesarios para su desarrollo. No obstante, la desnutrición no se
reduce exclusivamente a una cuestión de alimentación.
Una atención poco adecuada o la acumulación de enfermedades
infecciosas son dos elementos que siempre están presentes en los casos
de desnutrición infantil. Así, la falta de alimentos (en cantidad y calidad),
la falta de cuidados y la aparición de infecciones generan un círculo vicioso que
puede acabar con la vida de un niño. Y más aún, en el origen de todo están las
causas básicas, que incluyen factores sociales, económicos y políticos como la
pobreza, la desigualdad o la falta de educación.

La desnutrición aguda, la peor enemiga de la supervivencia infantil.


La desnutrición tiene un impacto devastador en la vida de los niños a corto y largo
plazo. Los efectos en su salud son evidentes, ya que multiplica las probabilidades
de padecer enfermedades como la neumonía, la diarrea o la malaria. Por eso la
desnutrición es una de las peores enemigas de la supervivencia infantil.

Cuando hay algún desastre natural, se produce una sequía, una inundación o un
conflicto, es cuando se generan las mayores situaciones de emergencia
nutricional, como ocurrió en Etiopía, Somalia, el Sahel o el Cuerno de África. Es
entonces, cuando no queda más que atender las necesidades de los niños de
manera urgente e inmediata.

Un niño que sufre desnutrición aguda grave tiene 9 veces más de posibilidades
de morir que un niño cuyo estado nutricional es normal. Sus defensas
debilitadas no pueden hacer frente a las enfermedades y, cuando la desnutrición
se complica, el riesgo de muerte es muy alto.

La desnutrición crónica puede comenzar en el embarazo

Muchas veces la desnutrición comienza incluso antes de que un niño nazca.


El embarazo es un momento decisivo para prevenirla. Una madre que
sufre problemas crónicos de desnutrición tiene más probabilidades de dar a luz
un bebé con bajo peso y que sufrirá un retraso de crecimiento durante toda su
infancia.

Esta desnutrición crónica no solo tiene consecuencias en el desarrollo físico y


cognitivo del niño, sino que también tiene implicaciones en su educación. La
desnutrición impide que los niños puedan aprender con normalidad lo que pone en
serio riesgo su futuro, condenándolos a seguir viviendo en la pobreza.

La desnutrición crónica no se puede tratar, pero sí prevenir. En los llamados 1.000


días críticos para la vida, que abarcan desde el embarazo hasta que cumplen 2
años, se produce el desarrollo básico de un niño. Y es esa etapa esencial cuando
hay que actuar: fomentando la lactancia materna, hábitos de higiene, creando
instalaciones de agua y saneamiento, asegurando el acceso de las madres y los
niños a una atención sanitaria adecuada.
Hadiza: 3,5 kilos con 7 meses
Conocimos a Hadiza en un hospital de Nigeria. Tenía 7 meses, pero solo
pesaba 3,5 kilos, cuando lo habitual para su edad es pesar más de 6,5 kilos. Este
es uno de los síntomas más claros de la desnutrición.
Hadiza llegó a este centro gracias a unos voluntarios que la conocieron en
una campaña de vacunación. En cuanto supieron su edad y comprobaron
su tamaño, se dieron cuenta de que la niña podría sufrir desnutrición.
Es una enfermedad que es producto de una dieta inadecuada, que no permite
la absorción de los nutrientes necesarios para mantener el equilibrio del
organismo, ésta ocurre cuando no se ingieren alimentos y la falta de consumo de
éstos hace que el cuerpo de una persona gaste más energías calóricas de las que
consume.

Existen muchos síntomas que sufren las personas que se encuentran en


desnutrición, pero dentro de los más resaltantes podemos citar: la fatiga, los
mareos y la pérdida de peso, además de estos otros síntomas muy delicados que
pueden llegar a producir la muerte de una persona.

La desnutrición es una enfermedad por la falta de consumo de combustibles


y proteínas necesarias para que un organismo funcione correctamente, esta
enfermedad está asociada a la muerte de lactantes y niños de países en vías de
desarrollo.

Es una de las enfermedades más comunes que existen y está muy ligada a la falta
de recursos necesarios para comprar y consumir los alimentos necesarios para
tener una dieta adecuada y balanceada que permita el correcto funcionamiento del
organismo.

Desnutrición y malnutrición
Suele confundirse el término desnutrición con el vocablo malnutrición, sin
embargo, no son lo mismo, la palabra desnutrición se refiere a la ausencia de
ingesta de alimentos, por lo tanto, ausencia de calorías y proteínas, mientras
que malnutrición es asociada a la deficiencia, exceso o desbalance en la ingesta
de uno o varios nutrientes que requiere el organismo.

Causas de la desnutrición
La principal causa y la más común es la falta de ingesta de alimentos, lo que lleva
a que el cuerpo gaste más energías de la comida que consume, sin embargo,
existen circunstancias ambientales, sociales y políticas que pueden incidir en la
desnutrición de una persona, así como patologías médicas que produzcan la no
absorción, o absorción deficiente de los nutrientes necesarios.

En el primer grupo podemos citar las hambrunas, guerras, conflictos armados,


desplazamientos de poblaciones, sequías, plagas, así como, la más relevante de
todas, la pobreza, como se puede observar específicamente en las países
africanos, exceptuando África del Sur, y países en vías de desarrollo de América
Latina.
Dentro del segundo encontramos la anorexia, la bulimia, celiaquía, depresión,
problemas gastrointestinales. La desnutrición puede llegar a concluir en dos
enfermedades: la primera es kwashiorkor, que es causada por la insuficiencia de
proteínas en la dieta y la segunda marasmo, que genera una flaqueza exagerada
a falta del consumo total de calorías en la dieta.

La desnutrición puede darse incluso en la gestación del feto lo que puede


complicar el desarrollo normal del embarazo, y que puede llegar a causar que el
bebe nazca con muy bajo peso, sea un niño enfermizo, muy propenso a
infecciones, débiles y con problemas de desarrollo intelectual y de aprendizaje.

Consecuencias de la desnutrición
La desnutrición puede conllevar a varios problemas de salud, dentro de los cuales
podemos nombrar, la afección del corazón de la persona, ya que este pierde
músculos lo que lo hace tener latidos débiles generando insuficiencia cardíaca que
puede generar la muerte.

Afecta el sistema inmune, lo hace débil y lo hace propenso a la persona a sufrir de


muchas enfermedades, así como, infecciones, debido a la falta de glóbulos
blancos en el organismo producto de la falta de ingesta de alimentos, lo cual, hace
que la persona sea enfermizo y que las enfermedades sean difíciles de curar, así
como afecta a la cicatrización ya que la hace mucho más lenta.

La persona puede sufrir problemas para el aprendizaje, retención de la memoria y


en su desarrollo intelectual adecuado. De igual manera se puede generar un
cuadro anémico en la persona, lo cual afecta directamente a la sangre de ésta.

Prevención de la desnutrición
La manera más fácil de prevenir la desnutrición es a través del consumo
adecuando de los alimentos y calorías que generen nutrientes y energía que
necesita el cuerpo y el organismo para su correcto funcionamiento y desarrollo. Es
importante mantener una alimentación adecuada y balanceada que permita
aportar todo aquello que el cuerpo necesita, tanto las calorías, energías y grasas
para evitar una desnutrición.

En las mujeres embarazadas es importante comer todos los nutrientes necesarios,


estar bien alimentada, así como, la ingesta de vitaminas adicionales que puedan
ser absorbidas por él bebe.

Los bebes, niños y adolescente deben ser bien alimentados, así como, gozar del
servicio de un pediatra que monitoree los valores de crecimiento, específicamente
de talla y peso, para verificar que el crecimiento se encuentra en los niveles
normales para su edad. Todo esto debe ser acompañado del consumo de leche
en los más pequeños e ir mejorando su dieta y alimentación dependiendo de su
edad.
Mantener una alimentación adecuada, balanceada y en algunos casos dieta
saludable, hace que el organismo logre un equilibrio corporal que mejora la calidad
de vida de las personas y evita problemas y enfermedades como la desnutrición.

En ocasiones, el trastorno puede ser leve y presentarse, sin síntomas, por


una dieta inadecuada o mal balanceada. Sin embargo, hay otros casos más
graves, en los que las consecuencias pueden llegar a ser irreversibles (aunque
la persona continúe con vida), ocasionados por trastornos digestivos y problemas
de absorción.

La fatiga, los mareos, los desmayos, la ausencia de menstruación, el crecimiento


deficiente en los niños, la pérdida de peso y la disminución de la respuesta inmune
del organismo son algunos de los síntomas que pueden llegar a alertar sobre un
posible cuadro de desnutrición.

Por lo general, esta afección vinculada a la nutrición se puede corregir con la


reposición de los nutrientes que faltan y, si está ocasionado por un problema
específico del organismo, con un tratamiento adecuado que contrarreste la
deficiencia nutricional. Si no se detecta a tiempo o no se recibe la atención médica
necesaria, la desnutrición puede llegar a ocasionar discapacidad, tanto mental
como física, enfermedades y hasta incluso puede resultar mortal.

La desnutrición es el resultado del consumo insuficiente de alimentos y de la


aparición repetida de enfermedades infecciosas. La desnutrición puede ser
crónica, aguda y desnutrición según peso para la edad.

La desnutrición implica tener un peso corporal menor a lo normal para la edad,


tener una estatura inferior a la que corresponde a la edad (retraso en el
crecimiento), estar peligrosamente delgado o presentar carencia de vitaminas y/o
minerales (malnutrición por carencia de micronutrientes o mejor conocida como
hambre oculta).

Factores que influyen en la desnutrición

Aunque normalmente se menciona a la pobreza como la causa principal de la


desnutrición, existen otras causas tan importantes como ésta, tales como la
no lactancia materna exclusiva, la presencia de enfermedades como diarrea,
infecciones respiratorias agudas, y otras; la falta de educación y de información
sobre la buena o adecuada alimentación, el no consumo de suplementos
vitamínicos o alimentos fortificados, y el costo de los alimentos.

La desnutrición, especialmente en la infancia es un obstáculo que impide


que los individuos, e incluso las sociedades, desarrollen todo su potencial
Una publicación de UNICEF de 2006, expresa que todos los años nacen en el
mundo más de 20 millones de niños y niñas con un peso inferior a los 5.5 libras, lo
que equivale al 17% de todos los nacimientos del mundo en desarrollo, es decir
una tasa que duplica el nivel de los países industrializados que es de 7%.

Según el “Estado Mundial de la Infancia 2007” de UNICEF , uno de cada cuatro


niños y niñas -alrededor de 146 millones- que representa el 27% de la población
de menores de cinco años, tienen peso inferior al normal. Para los niños y niñas
cuya situación alimentaria es deficiente, enfermedades comunes de la infancia
como la diarrea y las infecciones respiratorias pueden ser fatales.

De estos 146 millones, 78 viven en Asia Meridional, 22 en Asia Oriental y el


Pacífico, 17 en África Occidental y Central, 16 en África Oriental y Meridional, 8 en
Oriente Medio y África del Norte, y en América Latina y el Caribe, 4 millones.

Geográficamente hablando, la desnutrición tiene zonas de preferencia. Las


regiones del mundo más afectadas son Latinoamérica, África (sin contar
Sudáfrica), Oriente Medio, Asia (a excepción de Japón y Rusia) y los países de
Oceanía (menos Nueva Zelanda y Australia).

La única forma de prevenir la desnutrición es una buena alimentación, variada y


nutritiva. Ésta debe incluir cereales, frutas y verduras, alimentos de origen animal,
como carne, pollo, huevos, lácteos, etcétera.

Cuando la mujer comienza un embarazo, debe nutrirse bien y acumular reservas,


y mientras esté embarazada debe procurar comer bien durante todo el día,
respetando los tiempos de comida y haciendo colaciones.

En lo que a los bebés menores de seis meses respecta, ellos solo deben consumir
leche materna. Los alimentos deben ser preparados con las mayores normas de
higiene posibles, teniendo no solo limpios los instrumentos a utilizar, sino también
el lugar y las manos que manipulan alimentos. Finalmente, las madres
embarazadas y los niños deben visitar regularmente a un médico.

Puede comenzar inclusive en el vientre materno y un caso extremo puede


terminar en Kwashiorkor (insuficiencia proteica) o Marasmo (déficit calórico en la
dieta que provoca flaqueza extrema).

Las consecuencias de la desnutrición infantil, por nombrar algunas, son:

 estatura menor a la normal,


 palidez,
 delgadez,
 lento desarrollo intelectual,
 mayor tendencia a contraer enfermedades,
 mayores posibilidades de ser obesos siendo adultos,
 anemia y descalcificación en las mujeres.
Los síntomas generales que pueden apreciarse son fatiga, pérdida de peso y
mareos.

Otras características de los niños con desnutrición son que ellos no se muestran
animados, suelen llorar con facilidad, no demuestran apetito, entre otras. Los
niños con estas características se convertirán en adultos con ciertos deterioros
tanto físicos como mentales.

Se puede detectar la desnutrición por medio de análisis de sangre y viendo


los valores normales de estatura y peso según la edad. Actualmente existe un
índice de crecimiento creado por la OMS que establece el crecimiento que sería
normal para los niños hasta los cinco años de edad. Quienes siguen este patrón
tienen un crecimiento sano y normal.

Se habla de desnutrición crónica en infantes, niños o adolescentes cuando hay un


retraso en el crecimiento que se espera para una edad. Este tipo de desnutrición
puede ser moderada o severa, según el grado que se haya registrado. Esta
desnutrición habla también de un cierto nivel socio-económico, ya que está
muy ligada a la pobreza.

Según la organización sin fines de lucro, Médicos Sin Fronteras, cada año entre
tres y cinco millones de niños que tienen menos de seis años de edad mueren a
causa de la desnutrición.

¿QUÉ TIPOS DE DESNUTRICIÓN EXISTEN?

Los tipos de desnutrición pueden agruparse de diferentes formas. Por ejemplo,


se pueden agrupar en función de las carencias que presenten las personas que la
padecen:

• Desnutrición calórica o marasmo. Este tipo de desnutrición se da en personas


que comen una cantidad de alimentos escasa, es decir, que no comen todo lo que
deberían. Provoca retrasos en el crecimiento de los niños, pérdida de tejido graso
y una delgadez muy elevada, que puede incluso llegar a considerarse caquexia.
Otras consecuencias son el cansancio generalizado, el bajo rendimiento laboral o
académico.
• Desnutrición proteica. La desnutrición proteica se da en aquellas personas
cuya dieta apenas contiene proteína y que se alimentan, principalmente, de
carbohidratos. Este tipo de desnutrición provoca una menor resistencia del cuerpo
a las infecciones, abombamiento abdominal, alteraciones de la piel, problemas
hepáticos…

La desnutrición también puede medirse en función de la relación entre el peso y


la talla:
1. Desnutrición aguda leve. Aquí el peso es normal para la edad de la persona,
pero su talla es inferior a lo que debería.

2. Desnutrición aguda moderada. Una persona con este tipo de desnutrición


pesa menos de lo que debería para su estatura.

3. Desnutrición aguda grave. En este caso, el peso está muy por debajo del que
debería (es inferior al 30% de lo que debería ser) y las funciones corporales se
ven alteradas. Se trata de una situación crítica, con un alto riesgo de muerte para
la persona que la padece.

4. Carencia de vitaminas y minerales. Cuando se da esta situación, la persona


no puede llevar a cabo tareas diarias normales debido al cansancio, defensas
bajas que favorecen la aparición de infecciones o tiene dificultades para aprender.

La desnutrición crónica, uno de los peores tipos de desnutrición


La desnutrición crónica se debe, principalmente, a la falta de nutrientes como
la vitamina A, ácido fólico, yodo, proteínas o hierro; pero también inciden otros
factores, como por ejemplo la falta de acceso al agua potable: esto provoca
diarreas constantes que impiden una asimilación correcta de los nutrientes,
dificultando todavía más la nutrición de los niños y niñas. Este tipo de
desnutrición afecta a más de 160 millones de niños en el mundo, de los cuales
la inmensa mayoría —alrededor del 90%— viven en África y Asia.

Los efectos de este tipo de desnutrición se muestran en el largo plazo:


principalmente, porque el niño o niña tiene un retraso de crecimiento, es decir,
que no ha alcanzado las medidas previstas para los menores de su edad. Esto se
produce cuando el cuerpo no recibe todos los nutrientes que necesita
especialmente durante los primeros dos años de vida y, también, durante el
embarazo. Es decir, que en la desnutrición crónica de niños y niñas también afecta
el nivel de nutrición de la madre.

Este periodo que incluye la gestación y los dos primeros años se conoce como
los “1000 días críticos para la vida”: durante esta etapa es cuando se produce el
desarrollo básico de niñas y niños y, por tanto, una buena nutrición es crucial.
Pasados los dos años, la desnutrición crónica puede tener consecuencias
irreversibles tanto a nivel físico como psicológico, perpetuando así la
desigualdad de las personas que la padecen.

El desarrollo físico de un niño afectado por desnutrición crónica se ve alterado,


como te comentábamos al principio, y provoca que su cuerpo no alcance los
estándares establecidos para su edad. Además, también causa otros problemas
como un sistema inmunológico más débil y más propensión a desarrollar
diferentes tipos de enfermedades.

De todos los tipos de desnutrición, la desnutrición crónica es la única que tiene


un regalo envenenado única y exclusivamente para las mujeres: las
consecuencias físicas son peores para las niñas que la padecen ya que, al
quedarse embarazadas, sus caderas son más pequeñas de lo habitual y sufren
complicaciones graves en el parto, que pueden provocar tanto su muerte como la
del bebé. Además, estas mujeres pueden padecer una evolución uterina anormal y
tener problemas tales como un menor flujo sanguíneo que afecta a la placenta y al
desarrollo del feto.

Como consecuencia, sus hijos pueden padecer problemas neurológicos o


intelectuales, y también tienen un alto índice de probabilidad de nacer con un peso
por debajo de lo normal. De este modo es como se perpetúa el ciclo de la

Desnutrición crónica.

A nivel cognitivo, las consecuencias son todavía más graves: un niño o una niña
que padezca desnutrición crónica tendrá, casi con total seguridad, menos
competencias en el colegio que un compañero bien nutrido. Estos niños y niñas
tienen más dificultades para aprender a leer o a redactar, así como para llevar
a cabo cálculos numéricos. Como consecuencia, cuando llegan a la edad adulta
se ven condenados a cubrir puestos laborales menos cualificados y peor pagados,
perpetuando también el ciclo de la pobreza.

La lucha contra la desnutrición, clave para los países en desarrollo


El primer paso para erradicar otros problemas consiste en poder garantizar una
nutrición correcta a la población. De esta manera, los países en vías de
desarrollo pueden disminuir lacras como las elevadas tasas de mortalidad
infantil en primer lugar, pero también pueden combatir el analfabetismo u otros
problemas enraizados en la sociedad. Contribuir a frenar los diferentes tipos de
desnutrición es contribuir al crecimiento de la sociedad y de los países: un niño
bien alimentado se convertirá en un adulto que podrá ayudar a su comunidad a
progresar.

La batalla contra la desnutrición debe darse desde diversos campos:


con formación para que las familias y, especialmente, las mujeres tomen
conciencia de la importancia de alimentar a sus hijos de forma adecuada ya desde
el embarazo; con mejores infraestructuras para garantizar el acceso a agua
potable; con mejores servicios sanitarios; con mejoras en el ámbito agrícola para
diversificar la dieta de estas personas. De esta manera, millones de personas
podrán tener acceso a un futuro mejor y adquirirán posibilidades para escapar de
la pobreza.
¿Cómo prevenir la desnutrición en niñas y niños?

-Acude a la unidad de salud para que controles tu embarazo.

-Dale sólo leche materna hasta los 6 meses de edad.

-No utilices biberón.

-A partir del cuarto o sexto mes dale otros alimentos además de la leche materna

-Dale de comer 5 veces al día de los alimentos que tengas en casa.

-Prepara los alimentos con limpieza.

-Vigila su crecimiento y desarrollo y llévalo a vacunar.

- Incluye en cada comida alimentos de los tres grupos:

1. Cereales y tubérculos (tortillas, pan, arroz, pastas, camote o papas).


2. Leguminosas y alimentos de origen animal (frijol, lentejas haba,
pollo, huevo, pescado, carne, leche o queso).
3. Verduras y frutas de temporada y de la región.

-Lava tus manos antes de preparar o darle los alimentos y después de ir al baño o
cambiar el pañal.

-Si observas que el niño o niña está triste, no juega y no quiere comer, llévalo de
inmediato a la unidad de salud, puedes estar a tiempo de evitar que se desnutra.

¿Cómo prevenir la desnutrición en mujeres embarazadas y madres que


amamantan?

Durante el embarazo o la lactancia, la mujer debe incluir en su alimentación diaria


cereal como el maíz, arroz, trigo; leguminosa como el frijol, soya lenteja; leche,
queso, huevo, carne, verduras y frutas.

-Si estás embarazada, consume un plato más de la comida principal.

-Si estás amamantando, dos platos más.

-Recuerda, es importante acudir a la unidad de salud desde el inicio de tu


embarazo.
COMENTARIO PERSONAL
CONCLUSIÓN
RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFIA

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