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emplearse como ayuda para conectar con el niño e intentar re- Cuando no se conoce al niño ni su edad mental, para esta-
ducir errores basados en su edad. blecerla se puede pedir información a los asistentes, basándose
Las observaciones y el contenido de las posibles charlas en los rasgos típicos de cada edad mental. Si no se conoce al
mantenidas previamente con las personas que cuidan del niño niño y no se dispone de información sobre su edad mental
no han de considerarse como hechos probados, sino como in- aproximada, puede ser muy útil formular unas cuantas pregun-
formación complementaria a la edad cronológica del niño para tas introductorias. Además, la edad mental puede variar según
poder estimar cuál será la mejor manera de llevar la conversa- el tema. Por ejemplo, un niño puede tener un nivel lingüístico
ción con él. Algo de información es mejor que ninguna infor- de seis años y un nivel cognitivo general de cuatro años.
mación. Esto conlleva la ventaja de que dependeremos menos Anteriormente hemos tratado los aspectos de la conversa-
de las aptitudes del niño. La edad intelectual de un niño con ción en general y con niños pequeños en particular. Para termi-
talento será mayor que su edad cronológica, y la de uno con nar vamos a puntualizar algunos elementos de la conversación
menos talento menor. con niños según la edad (ejercicio 5.2, anexo 1). No vamos a se-
El talento no sólo se manifiesta en capacidades intelectuales, ñalar los aspectos generales aplicables para todas las edades,
sino también —y sobre todo— en el interés que el niño muestra como por ejemplo la actitud de la persona que desea hablar con
por ciertos temas. Si a un niño le gusta mucho jugar a las cani- el niño, las características de la buena conversación, o las con-
cas se deducirá, en un principio y al margen de su edad crono- diciones de la comunicación y las de la metacomunicación (véa-
lógica, que tiene una edad mental inferior a los trece años. Si se capítulo 3). Tampoco prestaremos atención a la estructura de
un niño está interesado en la génesis del mundo se deducirá, la conversación y a las técnicas (véase capítulo 4). Nos limitare-
también al margen de su edad cronológica, que su edad mental mos a los elementos específicos de la edad con respecto a la
es mayor de diez años. Los niños pueden mostrar, dependiendo conversación. Según la edad (4-6; 6-8; 8-10; 10-12 años) indica-
del tema, distintas edades mentales. Éstas pueden ser mayores, remos las características clasificándolas en seis aspectos: la me-
menores o coincidir con su edad cronológica. Estas diferencias tacomunicación, la manera en que tiene lugar la conversación,
entre la edad cronológica y la edad mental se pueden observar el aspecto verbal, el aspecto no verbal, las técnicas de preguntas
sobre todo en casos de niños que han sufrido experiencias trau- y la motivación.
máticas o de niños con un desarrollo autístico. Las diferencias
se basan sobre todo en su experiencia de la vida, en el trato con
sus coetáneos, su sentido de la responsabilidad y su comporta- 5.2. La conversación con niños de cuatro
miento autónomo (ejercicio 5.1, anexo 1). a seis años .
Cuando ya se conoce al niño, es muy práctico establecer una
edad mental, basándose en las características que se han descri-
Metacomunicación
to anteriormente. Aunque un profesor dispone de mucha más
información que un entrevistador, también se ha de tener cui-
dado con su opinión y no sobrevalorar la supuesta edad mental; — Explicar el marco de la conversación es muy importante,
de otro modo correríamos el riesgo de estigmatizar al niño sin porque el niño no conoce los códigos sociales suficiente-
haber consultado a un experto. No tenemos que perder de vis- mente bien.
ta que el objetivo es hacer una estimación aproximada para de- — A l niño se le ha de decir claramente que nuestro objetivo
terminar la forma de conversación más adecuada. es conocer su opinión real y no el fruto de su fantasía.

OJOS SOl_/\f=lES OJOS SOL.ARES

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