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EL PEDIATRA Y
EL MALTRATO INFANTIL
© 2010 Ergon
C/ Arboleda 1. 28221 Majadahonda (Madrid)
Pza. Josep Pallach 12. 08035 Barcelona
ISBN: 978-84-8473-786-5
Depósito Legal: M-38266-2009
A mi amigo el Dr. Paco Oliva
Pediatra en el sentido más amplio de la palabra.
Ejemplo de profesionalidad y amor al trabajo, los niños y sus familias.
Siempre estarás en mi recuerdo
Prólogo
El maltrato infantil constituye, en la actualidad, un problema social y de salud real que no puede eludirse. Los
agentes sociales deben asumir esta dura realidad y no cesar en la realización de acciones preventivas y/o terapéuticas
que minimicen, en lo posible, su existencia.
Es evidente que los profesionales sanitarios y entre ellos los pediatras, como principales garantes de la salud infan-
til, somos un eslabón fundamental dentro de la cadena de protección de la población pediátrica. Pero también es muy
cierto que para realizar esta labor es imprescindible tener los conocimientos y la experiencia necesaria para, en el momen-
to inicial, ser capaz de detectar aquellos signos y/o síntomas de sospecha o certeza de maltrato en el más amplio senti-
do del mismo y posteriormente realizar las acciones pertinentes de forma colegiada con otros profesionales, entre las
que destaca la protección del niño, y que culminarán en un informe médico que traspasará la frontera de lo asistencial
para convertirse en ocasiones en un documento determinante en el ámbito jurídico.
Por todo lo expuesto, creo de gran interés la publicación de este libro que, sin duda, expone de una manera clara y
sencilla pero a la vez rigurosa todos aquellos conceptos que el profesional sanitario necesita para abordar una situación
de un posible maltrato infantil. El pilar básico de su enorme utilidad es que está escrito desde el conocimiento y sobre
todo desde la experiencia de su autor. El Dr. Jordi Pou Fernández es un PEDIATRA (con mayúsculas) que ha dedicado gran
parte de su tiempo profesional en los últimos años a este tema, entre otras razones por su enorme vinculación al área
de las Urgencias Pediátricas. Ello le ha valido ser reconocido tanto en el terreno científico como en el jurídico como un
auténtico referente, y se ha traducido en su participación en diversos documentos publicados desde ámbitos sanitarios
o de la Administración.
El libro consta de dieciséis capítulos e incluye un importante número de referencias bibliográficas. Las Tablas y Figu-
ras ayudan enormemente a la comprensión de los conceptos.
En estos capítulos se exponen aspectos de revisión como la historia del maltrato, descripción de factores de riesgo
e indicadores generales de maltrato y, a mi entender, otros que aúnan a la propia revisión una enorme utilidad prácti-
ca, como los que explican qué hacer después del diagnóstico o el papel real del pediatra ante el maltrato infantil. Esta
gran utilidad viene avalada, como ya se ha dicho, por la experiencia profesional del tema, en primera persona, por
parte del autor, así como los trabajos de investigación que ha realizado y/o dirigido.
No quisiera desaprovechar el honor y la oportunidad que se me ha concedido al solicitarme este prólogo sin hacer
dos reflexiones. La primera viene dada por la enorme fortuna que significa para los pediatras de los Servicios de Pedia-
tría y Urgencias del Hospital Sant Joan de Déu poder realizar nuestro trabajo diario con el Dr. Jordi Pou y reconocerle
su labor asistencial, docente y de investigación clínica. La segunda, y en este caso como Presidente de la Sociedad
Española de Urgencias de Pediatría, agradecerle sinceramente su enorme aportación a esta Sociedad tanto en su etapa
como Presidente como ahora en su papel de coordinador del Grupo de Trabajo de Accidentes Infantiles. Con toda
seguridad el libro que está en nuestras manos debe ser de lectura recomendada también para los Pediatras de Urgencias
que, desgraciadamente y de forma habitual, deben afrontar y evaluar situaciones de maltrato infantil. Estoy convenci-
do que una mejor asistencia a estos niños es y será la mejor recompensa al tiempo y esfuerzo que el autor ha invertido
en este libro.
1. Introducción 1
2. Evolución histórica 3
3. Aspectos conceptuales y generales 7
4. Tipos de maltrato 11
5. Incidencia 13
6. Factores de riesgo 15
7. Indicadores generales de maltrato 17
8. Objetivos de la intervención 19
9. Negligencia 21
10. Maltrato psicológico o emocional 25
11. Maltrato físico 29
12. Abuso sexual 49
13. Síndrome de Münchausen por poderes 61
14. ¿Qué hacer después del diagnóstico? 67
15. Papel del pediatra en el maltrato infantil 71
16. Conclusiones finales 77
17. Bibliografía 79
tar disciplina, y valorado como un recurso reconocido, soli-
citado y bien considerado para la educación, es hoy en día
rechazado y despreciado. En algunos casos incluso se persi-
gue y se castiga. Junto a esto, los avances científicos y tecno-
lógicos han conseguido que muchas enfermedades que en
preocupar por las influencias sociales y del medio, que tienen quier situación de este tipo. El trabajo en equipo, en esta pato-
Introducción
un importante efecto sobre su salud y bienestar y el de sus logía más que en otras, es imprescindible. Dentro del grupo
familias”. En consecuencia, el maltrato infantil es un claro obje- de profesionales que aborda el problema, cada uno debe asu-
to de interés de la pediatría. mir el papel que le corresponde, es decir, en ocasiones el de
Descubrir, diagnosticar una situación de riesgo o de mal- líder, el de responsable del equipo, en otras de mero colabo-
trato nos permite realizar una prevención terciaria, es decir, rador, pero siempre, el trabajo debe ser conjunto si lo que se
curar las lesiones, heridas, daños, tanto físicos como psíqui- pretende es obtener resultados eficaces.
cos producidos y además, realizar una prevención secun- La presente monografía está dirigida sobre todo a médi-
daria, es decir, evitar que se repita, que se vuelva a produ- cos y personal sanitario en general. Está escrita desde la pers-
cir. La prevención primaria, la que evitaría la aparición de pectiva de la medicina y, por tanto, expone, casi exclusivamen-
esta situación, es más difícil. Requiere una actuación más te, este punto de vista. Corresponde pues a una visión parcial
genérica, con participación global de la sociedad, pero el del problema. El objetivo que persigue es sólo el de dar, a los
pediatra, por su cercanía al niño y a la familia, también puede pediatras y al personal sanitario en general, normas, orien-
y debe colaborar. taciones básicas sobre la finalidad de nuestra intervención,
Es evidente que la dimensión del maltrato es muy supe- indicaciones, servir de ayuda para saber cómo actuar ante la
rior al ámbito de la Medicina y que abarca otros aspectos como sospecha, cómo llegar al diagnóstico y cómo actuar una vez
son los psicológicos, los sociales, los legales, los pedagógi- lo hemos realizado.
cos, etc., y por ello ningún pediatra debe tratar de abordar Queremos agradecer a los Laboratorios Ferrer el apoyo y
en solitario, sin la colaboración de otros profesionales, cual- la colaboración en la publicación de estas letras.
los mayores. Además, las criaturas que han presentado defec-
tos tales como déficit intelectual o malformaciones sobre todo,
y las niñas en un segundo plano, han sido más víctimas que
los otros.
Los libros de la Historia Sagrada hablan de infanticidios fre-
2 Evolución histórica cuentes como una práctica admitida o tolerada por la propia
sociedad. Algunos, por su importancia, son conocidos por todos
nosotros: la matanza de los Inocentes, ordenada por Herodes
temiendo el nacimiento del Rey de los Judíos, o la de Isaac que
estuvo a punto de morir a manos de su padre. La forma en que
se ocasionaba la muerte de los niños, por lo general, era indirec-
los niños deformes, pero por razón del número de hijos, si En la Edad Media las cosas poco cambiaron. Aunque las
Evolución histórica
las costumbres impiden abandonar a cualquiera de los naci- leyes lo prohibían, la pobreza hacía que muchos niños fuesen
dos, debe haber un límite a la procreación”. abandonados a su suerte o a las puertas de alguna Institución,
Sorano de Efeso escribió sobre “Como reconocer al recién hecho que dio origen a la aparición de los hospicios y orfeli-
nacido digno de ser criado”. Todo aquel niño que no cumplía natos, y posteriormente a la hospitalidad. Hasta que llegó el
lo estipulado, por malformación, por tamaño, por actitud, s. XVII no se empezó a hablar de la infancia como un concep-
como, por ejemplo, el llanto excesivo, podía ser eliminado. to diferenciado del adulto, con necesidades específicas.
El Derecho Romano daba a la familia todo el poder sobre Otro gran hito en la evolución de nuestra sociedad fue la
el niño de forma que podía ser vendido, castigado y elimina- aparición de la revolución industrial, con grandes diferen-
do a voluntad de ésta. Pero, además, un hombre podía elegir, cias sociales y grandes bolsas de miseria, y la explotación de
entre las esclavas nacidas bajo su techo, a una de ellas y con- los niños en el trabajo. No fue hasta el s. XIX que se empezó
vertirla en su concubina tuviese la edad que tuviese. Así muchas a pensar en los niños, en la necesidad de cuidarlos y de pro-
niñas, ya a edades muy tempranas, eran sometidas a abusos tegerlos, aunque ello se hacía desde el sentido de la caridad y
sexuales. Tampoco los niños se libraban, ya que muchos de de la beneficencia más que desde el reconocimiento verdade-
ellos eran sometidos a maniobras de castración para luego ser ro de los derechos de los niños.
utilizados en juegos sexuales. Las primeras asociaciones fundadas para la protección de
Esto no ocurría sólo en el Imperio Romano. En el Medio Orien- los pequeños tienen la fecha de 1871, año en el que se fundó
te se castraba a los jóvenes para que cuidasen del harén de los en Nueva York la Society for the Prevention of Cruelty of Chil-
jefes. En la India se castraba a los seguidores de una cierta diosa. dren. Fue a partir de entonces que nacieron otras asociacio-
Las tribus tamalas de Madagascar ofrendaban a una niña al río nes en el propio EEUU y también en Europa, como la Socie-
Nilo para que fertilizase mejor la cosecha anual. En China una dad Nacional para la Crueldad de los Niños creada en Inglaterra
manera de controlar la natalidad era eliminar al 4º hijo. en 1884. En el año 1886, Noruega creó el primer sistema
La llegada del catolicismo como religión oficial en Roma, moderno de protección de los niños. Previamente a estas fechas
con la aparición del bautizo público, frenó en parte estas prác- la sociedad norteamericana había vivido la desafortunada his-
ticas aunque no consiguió eliminarlas. toria de la niña Mari Ellen. Ésta era una niña de 9 años que
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sufría malos tratos y grandes negligencias por parte de su nº IX que dice en su primera línea: ”El niño debe ser protegido
Evolución histórica
madre y su padrastro y a la que sólo se pudo proteger legal- contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No
mente a través de la Sociedad Americana para la Protección será objeto de ninguna trata”. Aunque cualquier vulneración
de la Crueldad Animal utilizando el argumento de que Mari de los derechos, sea cual sea, representa una forma de mal-
Ellen merecía al menos la misma protección y los mismos cui- trato, este articulo es el que más directamente refleja la ima-
dados que un perro común. gen que casi todo el mundo tiene del maltrato. Posteriormen-
Los Derechos de los Niños fueron reconocidos universal- te, en el artículo 19 se detalla la situación de maltrato y dice
mente en el texto aprobado por la Asamblea General de las que es obligación del Estado proteger a los niños de todas
Naciones Unidas de 20 de noviembre de 1989. Dicho texto fue las formas de malos tratos perpetrados por padres, madres o
ratificado por España el 30 de noviembre de 1990 y fue publi- cualquier otra persona responsable de su cuidado, y estable-
cado en el BOE el 31 de diciembre del mismo año. En conse- cer medidas preventivas y de tratamiento al respecto.
cuencia y de conformidad con lo establecido en el artículo 49, Todo este quehacer oficial fue acompañado, como siem-
entró en vigor para nuestro país el 5 de enero de 1991. pre, por la actividad de la sociedad civil que paralelamente
Sin lugar a dudas, este fue un hito importante en la his- creó asociaciones destinadas a la protección de los niños. En
toria de los derechos de los niños del mundo que por primera 1977 se fundó la Sociedad Internacional para la Prevención
vez eran reconocidos específicamente, sin embargo, y por des- del Abuso y Negligencia al Niño (ISPCAN). En nuestro país, en
gracia, muchos de estos derechos siguen siendo vulnerados 1988 se fundó la Asociación Catalana para la Infancia Maltra-
continuamente en muchos países y muchos lugares del mundo. tada (ACIM), y en los años siguientes, sociedades similares en
El texto aceptado por Naciones Unidas señala y detalla cuá- el resto de comunidades (1989 en Madrid, 1990 en Andalu-
les son los derechos y cuáles las obligaciones de quienes deben cía, Extremadura y País Vasco, etc.).
tener cuenta del cuidado de los menores, ya sean los padres El reconocimiento de los Derechos de los niños, y como
o la sociedad a través del Estado. En su declaración de prin- consecuencia el que su no cumplimiento sea valorado como
cipios habla de cosas como el derecho a tener nombre, nacio- malo por la sociedad, es pues un acontecimiento relativamen-
nalidad, recibir asistencia médica, educación, ambiente propi- te nuevo. Tan nuevo que aún hoy en día no todos los países
cio para su desarrollo, etc., pero queremos señalar el principio han alcanzado el mismo nivel de protección y que algunos
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hechos, como, por ejemplo, el castigo corporal empleado en la describía la asociación difícilmente explicada de alteraciones
Evolución histórica
educación, no hace tanto que han sido erradicados en muchos radiológicas en los huesos largos asociadas a hematomas sub-
lugares. Recientemente, en febrero de 2005 la Corte Británica durales. Posteriormente, en el año 1953, su discípulo Silver-
rechazaba el intento de un grupo de padres y de profesores de man definió el origen traumático de dichas lesiones. Estos
escuelas como, por ejemplo, la Escuela de la Hermandad Cris- hallazgos fueron corroborados en estudios posteriores, en los
tiana en Edge Hill, o la Escuela privada de Bradford, la de años 1957 y 1965, por el propio Caffey.
Comerstone en Empson o la escuela de Hampshire, de tum- La Academia Americana de Pediatría en su reunión anual
bar la abolición del castigo corporal en los colegios privados. de 1961, e impulsada por H. Kempe, presentó el cuadro cono-
Peter Newell, coordinador del Global Iniciative to End All Cor- cido como síndrome del niño apaleado y en 1962, en el Jour-
poral Punishment of Children comunicaba que en 94 países nal American Association se describieron las características
aún hoy en día, el estado autoriza el uso del castigo corporal clínicas así como los primeros datos epidemiológicos. Esta
con bastones, cinturones y paletas de madera y en otros 81 con publicación representó el punto de partida para la inclusión
azotes. de esta patología en el conocimiento médico.
A nivel médico se trata de una patología de descripción El conocimiento del cuadro clínico por parte de los pedia-
relativamente reciente. La primera de todas las descripciones tras permitió la aparición de múltiples descripciones y el cua-
fue la realizada por el profesor A. Tardieu, catedrático de Medi- dro clínico fue incorporado en el conocimiento pediátrico. En
cina Legal en París que ya en el año 1860 describió una serie el 1972, Caffey describió el síndrome del niño zarandeado (Sha-
de hallazgos clínicos en las autopsias de 32 niños que habían ken Baby Syndrome), una forma especial de maltrato que aún
muerto golpeados o quemados que se corresponden con lo sigue representando un importante reto diagnóstico para el
que hoy en día llamamos síndrome del niño apaleado. Autop- pediatra.
sias de niños apaleados se habían descrito con anterioridad, Actualmente, el número de artículos y publicaciones rela-
pero como es lógico no se les dio el valor que correspondía. cionadas con el tema es enorme, pero como podemos ver se
En el mundo de la pediatría las primeras descripciones que trata de una patología relativamente nueva para la pediatría
pusieron sobre aviso de la existencia de este síndrome fueron y, por tanto, aún con necesidad de investigación y ampliación
las publicaciones realizadas por Caffey, en 1946, en las que de conocimientos.
casi exclusivamente el aspecto físico. Así Kempe, en 1962, lo
definía como “una condición clínica de los niños que han sido
maltratados físicamente de forma severa, generalmente por
sus padres o cuidadores”. Queda claro que esta limitación exclu-
siva a lo físico es actualmente muy incompleta.
Aspectos conceptuales
3 y generales
Definiciones posteriores han intentado incluir otros
aspectos diferentes del problema y así tenemos que, en
1991, la Sociedad Catalana de Pediatría lo definía diciendo
que “un niño es maltratado cuando es objeto de violencia
física, psíquica y/o sexual. También si padece déficit de aten-
ciones por parte de las personas o de las instituciones de
• Que sus autores pueden ser personas, tanto familiares Por desgracia existen aún entre nosotros numerosas formas
Aspectos conceptuales y generales
ción patológica o anormal, la existencia de un maltrato da te que la presencia de estos síntomas, conocidos como indi-
como maltrato institucional, aquella situación en la que las cia es la forma más frecuente detectada de maltrato. El mal-
Tipos de maltrato
leyes, procedimientos, actuación u omisión que procede de los trato psicológico es el más difícil de diagnosticar, y el maltra-
poderes públicos o derivada de la actuación individual de un to físico el más llamativo y escandaloso a nivel social, y por
profesional relacionado directa o indirectamente con el mundo ello el que más se relaciona con el maltrato.
del niño, puede generar situaciones, por acción u omisión, que Cuantos más factores de riesgo se asocian alrededor del
impiden el mejor desarrollo de los niños y jóvenes. niño más posibilidades existen de maltrato.
El maltrato institucional es de una gravedad extrema, ya El maltrato prenatal no será abordado en este escrito por
que de alguna forma es la propia sociedad, a través de sus ins- que queda lejos del ámbito de actuación directa del pedia-
tituciones, la que actúa en contra del niño. tra, aunque es posible que éste, en ocasiones, acabe enfren-
Los estudios epidemiológicos demuestran que la negligen- tándose a sus consecuencias.
que los de los servicios sanitarios o los de los servicios judi-
ciales.
Por si fuese poco existen además diferencias en la forma
y criterios de realizar los registros. La definición, los criterios
de inclusión pueden hacer variar las cifras. Para poner un ejem-
hacer el diagnóstico, veremos que hablamos de cifras dignas oscilan entre el 15% y el 18,5%. Algunos estudios altamente
Incidencia
de ser tenidas en cuenta. Otras cifras, también correspondien- fiables relacionados en concreto con el abuso sexual nos hablan
tes a EE.UU. hablan de 2.900.000 denuncias anuales a los Ser- de una incidencia que oscila alrededor del 18% en niños meno-
vicios de Protección Infantil americanos de los cuales hasta res de 18 años (un 14,9% antes de los 13 años y un 3% entre
825.000 llegan a considerarse malos tratos. Cuando estas cifras los 13 y los 18 años) y con marcadas diferencias en relación
aparecen, la mayoría de estamentos sociales, políticos, sani- al sexo (15,5% de varones y 19% de mujeres)
tarios, etc., que no trabajan en el tema dudan de su certeza y Cuando analizamos el tipo de maltrato más frecuente nos
se abre el debate. Ya hemos dicho que estas cifras deben ser encontramos siempre con la negligencia, que llega al 50% del
siempre cuidadosamente valoradas pero que con mucha pro- total. Le siguen el maltrato psíquico (27%), el físico (11%) y el
babilidad son inferiores a las reales. Si además tenemos en sexual (6%). Aunque puede haber pequeñas diferencias en los
cuenta la cantidad de escritos y trabajos publicados en rela- porcentajes, globalmente se admite esta frecuencia.
ción al tema, veremos que realmente estamos hablando de un En resumen, y con todas las limitaciones citadas, las cifras
problema sanitario prevalente. de que disponemos nos demuestran que nos encontramos
Como hemos dicho anteriormente, en nuestro país no exis- ante una patología frecuente, relativamente común, tanto,
ten registros unificados y sí existen estadísticas por Comu- que difícilmente existirá un pediatra que a lo largo de su carre-
nidades Autónomas. Aunque existen diferencias en la meto- ra profesional no se encuentre como mínimo, en una ocasión,
dología, la mayoría de ellas barajan cifras de incidencia que ante un caso de malos tratos.
guemos a evitar la aparición de un verdadero maltrato. El valor
de tenerlos en cuenta es que es una de las formas más efi-
caces de hacer prevención primaria.
Los factores de riesgo pueden ir asociados a los padres, al
niño o a la situación sociocultural de la familia:
√ Hijos no deseados. Los factores de riesgo son sólo esto, y no otra cosa. Sería
Factores de riesgo
√ Educación inadecuada (exceso o defecto). pues un error asociar la presencia de un factor de riesgo al
√ Separación familiar. diagnóstico de maltrato. Su utilidad reside en que sirven para
√ Emigración. llamar la atención, para poner sobre aviso, para que el pedia-
√ Paro. tra agudice su vigilancia y esté más atento que nunca a la apa-
√ Problemas económicos. rición de los síntomas e incluso, si es posible, que se intente
√ Ausencia del hogar (trabajo, vida social, etc.). corregir la situación.
do maltratado. Cuando tenemos algún factor de riesgo, y sobre
todo si son más de uno, debemos estar atentos por si apare-
cen indicadores que nos hagan sospechar. Los indicadores son
muchísimos, pero entre los más frecuentes encontramos:
Indicadores generales
7 de maltrato EN EL NIÑO
• Señales físicas repetidas (morados, magulladuras, quema-
duras, etc.).
• Niños que van sucios, malolientes, con ropa inadecuada,
etc.
• Después del fin de semana vuelve peor al colegio (triste, • Expresan dificultades en su matrimonio.
Indicadores generales de maltrato
sucio, no vestido de acorde con la temperatura, etc.). • Recogen y llevan al niño al colegio sin permitir contac-
• Presenta dolores frecuentes sin causa aparente. tos sociales.
• Problemas alimenticios (niño muy glotón o con pérdida de • Los padres están siempre fuera de casa (nunca tienen tiem-
apetito). po para...).
• Falta a clase de forma reiterada sin justificación. • Compensan con bienes materiales la escasa relación per-
• Retrasos en el desarrollo físico, emocional e intelectual. sonal afectiva que mantienen con sus hijos.
• Presenta conductas antisociales: fugas, vandalismos, peque- • Abusan de sustancias tóxicas (alcohol y/o otras drogas).
ños hurtos, etc. • Trato desigual entre hermanos.
• Intento de suicidio y sintomatología depresiva. • No justifican las ausencias de clase de sus hijos.
• Regresiones conductuales (conductas muy infantiles para • Justifican la disciplina rígida y autoritaria.
su edad). • Ven al niño como malvado.
• Relaciones entre niño y adulto, secreta, reservada y exclu- • Ofrecen explicaciones ilógicas, contradictorias no conve-
yente. nientes, o bien no tienen explicación.
• Falta de cuidados médicos básicos. • Habitualmente utilizan una disciplina inapropiada para la
edad del niño.
• Son celosos y protegen desmesuradamente al niño.
EN LOS PADRES Y/O CUIDADORES Estos indicadores pueden observarse en otros casos que
• Parecen no preocuparse por el niño. no necesariamente corresponden a niños maltratados, la dife-
• No acuden a las citas y reuniones del colegio. rencia más notable es que los padres maltratadores no sue-
• No acuden a las citas regulares del médico. len reconocer la existencia del maltrato y rechazan cualquier
• No administran las medicaciones adecuadamente tipo de ayuda, llegando a justificar con argumentos muy
• Desprecian y desvalorizan al niño en público. variados este tipo de manifestaciones. Los padres con difi-
• Sienten a su hijo como “propiedad” (“puedo hacer con cultades, a diferencia de los anteriores, suelen reconocerlas
mi hijo lo que quiero porque es mío”). y admiten cualquier tipo de ayuda que se les ofrece.
va. Finalmente es posible que se solicite nuestra interven-
ción para que demos nuestra opinión como peritos, como
expertos.
Sea como sea, nuestra intervención debe perseguir siem-
pre los mismos objetivos.
des del niño, pero también de las posibilidades, de los recur- do una relación directa entre la educación y estudios mater-
Negligencia
sos, de los esfuerzos, de las opciones que tienen quienes deben nos y la ausencia de negligencia. La educación materna actúa
cubrir estas necesidades. pues como un factor de protección.
Se han descrito algunos aspectos diferentes de negligen- Las manifestaciones clínicas del niño que sufre de negli-
cia: gencia pueden ser muy variadas, y afectar a la esfera física,
1. Negligencia física, entendiendo como tal el no proporcio- emocional o conductual.
nar al pequeño los cuidados adecuados en relación a ali- El pediatra como médico del niño que mantiene un con-
mentación, vestimenta, vivienda, higiene, protección, y tacto frecuente, debe estar alerta ante manifestaciones como:
vigilancia para evitar riesgos y lesiones. • Falta de higiene de forma habitual.
2. Negligencia emocional, es decir, no proporcionar amor, • Vestimenta no adecuada a las necesidades climáticas.
afecto, seguridad y soporte emocional, ni tratamiento psi- • Fatiga inhabitual.
cológico cuando es necesario. Hacer que el niño viva y vea • Bajo rendimiento escolar, no justificable.
actos de violencia doméstica. • Organización familiar inexistente.
3. Negligencia educativa, cuando no se permite una esco- • Niño que ha sido abandonado.
larización normal del niño bien sea en instituciones, en • Falta de seguimiento médico.
casa o en centros especiales cuando lo necesita. • Retrasos en solicitud de asistencia.
4. Negligencia médica, rehusar o demorar el tratamiento • Incumplimiento terapéutico.
médico con consecuencias o con riesgo de consecuencias • Falta de vacunaciones sin motivación justificada.
para la salud del niño. Luego, en la exploración podemos encontrar (Figs. 1 y 2)
Algunas circunstancias han sido consideradas como fac- como manifestaciones más importantes:
tores de riesgo en la aparición de conductas negligentes y • Un eritema del pañal que no cura con las medidas habi-
entre ellas podemos señalar la desorganización familiar, el tuales.
abuso de sustancias tóxicas, el desempleo, las discapacidades • Un retraso pondoestatural de causa no justificada.
físicas, la pobreza, la violencia conyugal, la ausencia de ayu- • Plagiocefalia o alopecia marcada.
das sociales, la ausencia de hogar. En cambio se ha encontra- • Caries dentales extensas.
23
Negligencia
FIGURA I. Caries extensas.
qué punto el niño corre o no riesgo, etc. Es por todo ello que • El niño está en riesgo por carencia de asistencia médica.
Negligencia
el trabajo en estos casos más que nunca debe ser en equipo, • Las recomendaciones médicas ofrecen un claro beneficio
con uno de los miembros como coordinador (generalmente el al niño.
trabajador social) y con todos los demás actuando como cola- • Los beneficios del tratamiento son claramente superio-
boradores y aportadores de información. En ningún caso debe- res a los riesgos de no aplicarlo y los cuidadores preten-
mos olvidar que sean cuales sean las razones que han condu- den escoger entre aplicarlo o no.
cido a la situación negligente, la salud y el futuro del niño son • A pesar del fácil acceso a la atención médica no utilizan
los que deben ser salvaguardados en todo momento y por ello estos servicios, aunque los cuidadores tienen conocimien-
habrá que estudiar la mejor solución posible. to y entienden las ventajas de usarlos.
Una de las funciones del pediatra es la de detectar las situa- Cualquiera de estas situaciones recomienda el inicio de un
ciones conocidas como negligencias médicas. Para ello el pedia- estudio del núcleo familiar para buscar otros indicios de negli-
tra debe estar atento a ciertas circunstancias que pueden gencia y para ello es imprescindible buscar la ayuda del equi-
ser reveladoras de este hecho: po.
aspectos afectivos como los cognitivos. Otros prefieren el tér-
mino emocional y otros los utilizan indistintamente. En este
apartado nosotros utilizaremos indistintamente uno u otro
para designar esta forma de maltrato.
A partir del estudio de las necesidades básicas de los niños
Maltrato psicológico o
10 emocional
en el aspecto emocional, cognitivo, afectivo algunos autores
establecen la definición diciendo que hablamos de este tipo
de maltrato cuando se frustra o ataca directamente el cum-
plimiento de las necesidades que son básicas para el desarro-
llo psicológico: seguridad, amor, pertenencia y estima. En esta
definición aparece ya la posibilidad de un maltrato por pasi-
y Donovan establecieron subcategorias, hasta llegar a 22, rela- te en este grupo un elevado número de padres que fueron
Maltrato psicológico o emocional
cionadas directamente con las formas de hacer y actuar de los maltratados de pequeños y que reconstruyen sus vivencias,
cuidadores o padres de los niños. Con ello se evitaba las dudas pero sobre todo son padres incapaces de reconocer las nece-
que aparecían en muchas definiciones y se pasaba a situacio- sidades del niño. Su manera de hacer es castigar excesivamen-
nes más fácilmente detectables. te, amenazar repetidamente, recriminar, utilizan al niño en
No hay ninguna duda que esta forma de maltrato está situaciones conflictivas, sobre todo de separación, delegan en
infradiagnosticada, seguramente por la dificultad de definir- ellos responsabilidades excesivas para la edad del pequeño,
la y también por la dificultad de distinguir la intencionalidad les hacen vivir de forma frecuente situaciones de violencia
de las acciones. Algunos estudios cifran su incidencia entre doméstica, impiden que el niño se relacione con otros de su
un 6,6 y un 8,8%. Seguramente es mayor que esto pero como edad, etc
decimos su diagnóstico es difícil. En relación a la intencio- Es evidente que estas actitudes deben diferenciarse de la
nalidad queda clara en muchas formas de maltrato pero, en actuación normal de los padres que para educar a sus hijos
ésta, es difícil separar la intención de maltratar del conven- deben poner límites, castigar a veces, reprender, etc. Como las
cimiento que el adulto puede tener de que está actuando relaciones padres hijos pueden ser muy variadas, cabe la posi-
correctamente, que lo hace de acuerdo con sus conviccio- bilidad de que se pueda confundir una cosa con otra y es difí-
nes, etc. La intencionalidad queda evidenciada en pocos casos. cil saber exactamente donde están los límites.
Tal como se intuía en alguna de las definiciones, habitual- Las consecuencias del maltrato emocional, aún en ausen-
mente se distinguen las formas pasivas en las que la actitud cia de manifestaciones visibles, que son raras, suelen ser devas-
es negligente, de las activas en las que el niño es atacado ver- tadoras. Muchas de ellas son a largo plazo y se manifiestan
balmente, amenazado, castigado, etc. tardíamente, pero otras muchas afloran en la adolescencia:
Suelen aparecer en familias que tienen unos vínculos afec- psicopatías, conductas delictivas, depresión, intentos de sui-
tivos entre padres e hijos alterados. Una de las tareas de los cidio, huídas de casa, abuso de drogas, etc. El impacto y las
padres es saber reconocer las necesidades y dificultades afec- consecuencias varían con la edad de la víctima. Los niños que
tivas de sus hijos y hacerlo además de acuerdo con las dife- lo padecen en los dos primeros años de vida tienen dificul-
rentes edades y los diferentes momentos del desarrollo. Exis- tades de adaptación con la familia, en la escuela, con sus com-
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pañeros y con los maestros. En su adolescencia estos peque- dos, a veces invalidantes, que no permiten llevar una vida
EXPLORACIÓN
Maltrato físico
TABLA IV. Datos de la anamnesis que deben hacer sospechar
maltrato La exploración física debe ser detallada y cuidadosa.
Es importante observar al niño y ver su actitud, su relación
• Hallazgos en la historia previa que sugieran maltra-
to con los adultos. Muchos niños maltratados aparecen como
• Historia clínica inconsistente sumisos, indiferentes o pasivos. También será importante
• Retraso en solicitar asistencia buscar otros signos que nos puedan indicar la posibilidad
• Mecanismo descrito no concordante con las capa- de otros maltratos o de otros indicadores de maltrato: ves-
cidades y habilidades del niño timenta, aseo, cuidado de las uñas, el pelo, los hematomas,
• Mecanismo descrito no concordante con los hallaz- etc.
gos clínicos Durante la exploración debemos buscar síntomas y sig-
nos a diferentes niveles:
• Piel y mucosas.
dad suele producir a los padres, etc., hace que hoy en día • Huesos y articulaciones.
sea muy raro que un niño que se hace daño no acuda de • Intracraneales.
inmediato al médico. Cuando el retraso es de muchas horas, • Vísceras abdominales y tórax.
o incluso días, tenemos que pensar que puede haber inten- • Ojos.
ción de esconder algo. En cualquier caso es evidente que • Ano y genitales.
hay un cierto grado de negligencia.
• Las contradicciones. Cuando el relato es real, las explica- Piel y mucosas
ciones repetidas de diferentes personas sobre lo ocurrido Las lesiones en tejidos blandos son la manifestación más
concuerdan. Cuando es inventado es fácil que entre en frecuente y aparece en un 92% de los niños maltratados. Es
alguna contradicción y que expliquen lo ocurrido de una pues una parte muy importante de la exploración.
manera diferente uno de otros o diferente en diferentes Los hallazgos más frecuentes son los hematomas, las que-
entrevistas. La presencia de este dato debe hacernos sos- maduras y las placas alopécicas.
pechar. Debemos sospechar de los hematomas cuando:
32
Maltrato físico
Maltrato físico
FIGURA 6. Quemadura por cigarrillo.
Las quemaduras producidas por cigarrillos suelen aparecer Las fracturas son, después de las lesiones en tejidos blan-
Maltrato físico
en las extremidades (manos, brazos, piernas, etc.). Tienen un diá- dos, la segunda manifestación clínica en frecuencia. Aparecen
metro entre 8 y 10 mm, con aspecto normalmente circular y sue- en un 55% de las víctimas. La inmensa mayoría, el 85%, ocu-
len ser múltiples. Cuando la quemadura se produce accidental- rren en niños < 3 años y sobre todo (hasta el 69%) en meno-
mente es única, de forma más elíptica, más deforme y superficial. res de un año.
Finalmente examinaremos el pelo en busca de áreas de La mayoría (50%) tiene una sola fractura y un 17%, más
alopecia que pueden ser más o menos grandes. Lo caracterís- de tres. La fractura de fémur (35%), seguida de la de húmero
tico de estas áreas es el encontrar trozos de pelos rotos ya que (29%) es la más frecuente. Habitualmente son fracturas trans-
las pérdidas de pelo se producen por arrancamiento. versas (48%) seguidas de las fracturas en espiral (26%) y con
Siempre que sea posible, es conveniente realizar foto- menor frecuencia las producidas por arrancamiento (16%) u
grafías de los hallazgos exploratorios ya que pueden ser de oblícuas (10%).
gran utilidad en el caso de que deba intervenir la justicia. En Lo más característico en esta patología es la existencia
cualquier caso, y aún en presencia de fotos, la descripción de fracturas múltiples sobre todo cuando su estado evolu-
detallada es lo más importante. tivo es diferente. En estos casos puede que encontremos dis-
tintos grados de formación del callo óseo, lo que nos indi-
ca que se han producido en diferentes momentos. Cuando
HUESOS Y ARTICULACIONES no es así y todas las fracturas corresponden a un mismo esta-
Las fracturas suelen ser frecuentes en los niños de corta dio evolutivo, debemos conocer el mecanismo con sumo
edad que han sido maltratados. Ante una fractura en un niño detalle, pues según el lugar donde se encuentren será muy
pequeño, es muy importante corroborar el mecanismo de pro- difícil de explicar con una caída o con un único accidente.
ducción y su concordancia con lo que encontramos. Si ésta Es importante preguntar por la posición inicial del niño, la
no existe, debemos sospechar e iniciar la investigación, pero dinámica de la caída, la posición final del niño, el material
además existen algunas fracturas que son muy típicas del mal- del suelo, si ha caído por las escaleras, cuántas hay y de qué
trato. La presencia de una de estas fracturas, aún en ausencia material son, etc. La caída desde una sillita representa un
de otros datos, nos obliga a investigar. riesgo muy bajo de fractura, inferior al 2% y, por tanto, hay
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Maltrato físico
FIGURA 8. Mecanismo de producción de las fracturas costales.
que ir con cuidado cuando se utiliza este mecanismo para ños la investigación debe realizarse aún en ausencia de otros
explicar las lesiones. síntomas.
La situación es diferente si hablamos de un niño pequeño Las fracturas más frecuentes en niños maltratados son.
(menor de 2 años) o no, ya que, así como los niños mayores • Las que se encuentran en las metáfisis, a nivel de las esqui-
manifiestan dolor o impotencia funcional, en los pequeños nas, y que se producen por un doble mecanismo de esti-
estos signos pueden pasar desapercibidos. Es por ello que, así ramiento y rotación muy forzados. Para su aparición requie-
como en el niño mayor debemos hacer las exploraciones de ren que se aplique una fuerza importante y corresponden
acuerdo con la sintomatología que presenten, en los peque- a verdaderas fracturas por arrancamiento. Son difíciles de
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Cuando estudiamos un caso de un niño posiblemente mal- La presentación clínica más habitual es la de un lactante
Maltrato físico
tratado y encontramos fracturas, al igual que ocurría con los o niño pequeño que acude por convulsiones o trastornos agu-
hematomas, estamos obligados a tratar de poner fecha a la dos de la conciencia (coma, sopor, somnolencia, etc.). La inves-
fractura. Si el caso progresa y requiere la intervención de la tigación mediante la neuroimagen nos pondrá de manifiesto
justicia, como posibles expertos o peritos en el tema dos van la existencia de hematomas subdurales, edema cerebral o
a ser las preguntas más importantes que nos van a hacer: si hematomas epicraneales.
el mecanismo que refiere el maltratador puede explicar las Los hematomas subdurales, sobre todo en ausencia de un
lesiones que encontramos y si podemos decir, con cierta apro- antecedente claro que los explique, son muy característicos y
ximación, el momento en que se produjeron las fracturas deben hacernos plantear, como primera opción diagnóstica,
Es importante tener presente que en muchos casos las el maltrato. Son debidos a un fuerte movimiento de sacudida
fracturas se asocian a lesiones articulares, sobre todo, a luxa- y vaivén y se asocian con frecuencia a las hemorragias reti-
ciones. nianas y algo menos a fracturas vertebrales. En consecuencia,
siempre que tengamos la sospecha diagnóstica porque hemos
encontrado hematomas subdurales deberemos buscar las lesio-
INTRACRANEALES nes posiblemente asociadas.
Las lesiones intracraneales representan la principal causa Los hematomas epicraneales y el edema cerebral, aunque
de muerte de los niños que han sufrido una agresión. Aunque pueden estar presentes, no son tan característicos y pueden
se han descrito casos en los que su presencia ha sido asinto- aparecer en otras patologías.
mática, casi siempre se manifiestan en forma de un cuadro No es raro que los agresores traten de justificar nuestros
neurológico agudo. La revisión sistemática de niños diagnos- hallazgos aduciendo caídas por las escaleras, o desde la cama
ticados de muerte súbita o episodios aparentemente letales o de otro tipo. Aunque no existen demasiados estudios sobre
(EAL) ha demostrado que un cierto porcentaje no desprecia- este punto se ha demostrado que las caídas desde alturas infe-
ble (un 2,5% en la serie de Altman y cols.) son debidos a un riores a 1,20 metros raramente dan lugar a hematomas sub-
maltrato. Por tanto, siempre que exista una sospecha funda- durales o a hemorragias retinianas bilaterales. Por tanto, la
da de agresión es necesario descartar la lesión inracraneal. presencia de estos signos, en ausencia de un antecedente claro
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A nivel torácico, las agresiones intencionadas pueden mani- una contusión, no siempre de intensidad grande, en zona pre-
Maltrato físico
festarse como desgarros y laceraciones del parénquima pul- cordial, de aparición brusca y capaz de llegar a producir un
monar, que habitualmente se producen por una herida pene- fallo cardíaco. Aunque es una manifestación más frecuente
trante, o unas costillas rotas y desplazadas, por una compresión en deportistas ha sido descrita en algunos casos de maltra-
torácica intensa o por un proceso de desaceleración rápida. to.
Este tipo de lesiones se suelen asociar a la presencia de neu-
motórax o neumomediastino. En otros casos tan sólo obser- Abdomen
vamos una contusión, es decir, edema o hemorragia sin lesión Las lesiones abdominales representan, por detrás de las
parenquimatosa o una lesión alveolar difusa como manifes- intracraneales, la segunda causa de muerte. Suelen aparecer
tación reactiva inespecífica común en muchos traumatismos. en menores de dos años y en ausencia de historia conocida
La presencia de un quilotórax en un niño pequeño y en de traumatismo. La agresión puede ser debida a golpes, pata-
ausencia de una clara etiología, debe hacer pensar en un mal- das o compresión directa del abdomen.
trato. Se ha descrito asociado a fracturas costales, o como La ausencia de una historia o antecedente que explique
consecuencia de un traumatismo torácico, pero también se los hallazgos, la afectación de varias vísceras, tanto huecas
puede producir la rotura del conducto torácico como conse- como sólidas, y el retraso en solicitar asistencia son los prin-
cuencia de fuerzas de aceleración y desaceleración, de forma cipales datos que nos deben hacer sospechar esta situación.
parecida al síndrome del niño zarandeado. El hígado es el que se afecta un mayor número de veces.
Nos podemos encontrar desde una simple contusión, a hema-
Corazón toma intracapsular, roturas ductales, hemorragias peritone-
Pocas veces aparecen lesiones a este nivel si no son debi- ales, etc. Aunque con menor frecuencia, lo mismo pode-
das a traumatismos torácicos que afecten la zona precordial mos ver a nivel esplénico. La afectación pancreática es la más
o al esternón de forma muy intensa. Las lesiones importantes rara y su diagnóstico es difícil. Nosotros tuvimos la opor-
a nivel cardíaco son realmente raras. tunidad de vivir un caso en que la sospecha diagnóstica nos
Existe un cuadro clínico conocido bajo el nombre de con- hizo indicar un estudio radiológico y gammagráfico del esque-
motio cordis que corresponde a una disrritmia secundaria a leto que permitió demostrar la presencia de fracturas aso-
40
Maltrato físico
de tiempo no bien establecido, pero que puede oscilar entre
dos y tres semanas.
Como cabe la posibilidad de que el origen de estas lesio-
nes sea otro, es importante tener presentes una serie de datos
que nos pueden ayudar a la hora de realizar el diagnóstico
diferencial.
Su presencia ha sido relacionada con convulsiones, caí-
das con traumatismo craneal, accesos violentos de tos o
vómitos, etc. No debemos olvidar que todos estos pueden
ser motivos aducidos por los responsables del niño para tra-
tar de eludir las consecuencias de un diagnóstico de abuso
físico.
Los estudios realizados en niños que han tenido caídas
desde alturas inferiores a 1,20 m (desde los brazos, por esca-
FIGURA 10. Hemorragia retiniana.
leras, de la cama, etc.) demuestran que raramente presentan
hemorragias retinianas y que cuando éstas están presentes se
asocian a la presencia de una lesión intracraneal, generalmen-
maltrato o nos ayudan descartar o corroborar el diagnósti- te un hematoma epidural y, además, acostumbran a ser uni-
co (Fig. 10). laterales. La consecuencia de todo ello es clara. Por un lado
En estos casos, las hemorragias retinianas acostumbran a podemos decir que la presencia de hemorragias retinianas sin
ser bilaterales y cuando son exploradas por oftalmólogos lesión intracraneal difícilmente se puede explicar por una caída.
expertos, pueden ayudar a establecer el momento en que se Por otro lado, la presencia de hemorragias retinianas bilate-
produjeron, lo cual puede ayudar a componer el puzzle diag- rales, sobre todo si se asocian a hematoma subdural, son alta-
nóstico. Normalmente tienen una buena evolución desapa- mente sospechosas de maltrato y obligan a una investigación
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Maltrato físico
TABLA VII. Evolución de las fracturas en el tiempo
PRUEBAS DE IMAGEN ras de costillas porque las características son apropiadas para
Las pruebas radiológicas están indicadas en todos aque- la valoración del parénquima pero no para el marco óseo.
llos niños en los que podamos sospechar por la clínica una Las radiografías deben incluir: pelvis, huesos largos, imá-
lesión ósea o una alteración visceral y además deben realizar- genes AP y perfil del tórax, cráneo (frente, perfil y Towne),
se sistemáticamente en todos los niños menores de dos años columna vertebral y anteroposteriores de pies y manos. No se
en los que se puede sospechar un maltrato. deben practicar, porque no son de utilidad, las radiografías
La serie esquelética es la prueba más importante, y la de que cogen el cuerpo del niño por entero.
elección, ya que nos permite descubrir las fracturas, tanto si Cuando el nivel de sospecha es muy alto puede ser acon-
son múltiples como si son únicas pero muy sugestivas de agre- sejable repetir la serie esquelética a las dos semanas, ya que
sión. Es una prueba imprescindible y de obligada realización es posible que en esta segunda exploración aparezcan imáge-
ante cualquier caso de sospecha de maltrato en un niño menor nes que no se veían en la primera. De todas maneras, en estos
de 2 años. casos puede ser más aconsejable la realización de una gam-
Es necesario tener en cuenta que se debe especificar en la magrafía siempre que se pueda hacer.
petición las partes que debe abarcar y que lo que pretende- La evolución del callo óseo sigue una cronología conoci-
mos estudiar es el marco óseo. En ocasiones tenemos una da, motivo por el que el aspecto de la radiografía nos puede
radiografía de tórax en la que es difícil encontrar las fractu- ayudar a poner fecha aproximada a la lesión (Tabla VII).
44
Maltrato físico
Maltrato físico
lución de los acúmulos líquidos extracerebrales y permite dis-
tinguir entre hematomas subdurales crónicos y atrofia cere-
bral.
La ecografía cerebral puede permitir descubrir los hema-
tomas subdurales y tiene como ventajas la facilidad de reali-
zación y el bajo costo, pero la existencia de una ecografía nor-
mal no descarta por completo la presencia de lesiones.
presentado una apnea. Salvo en estos casos en los que el ante- hematomas subdurales asociados a hemorragias retinianas
Maltrato físico
cedente es muy claro y justificado, la sospecha diagnóstica es bilaterales. La aparición de estas lesiones requieren un brus-
de maltrato. co e intenso movimiento de vaivén de la cabeza capaz de pro-
Los maltratadores suelen aducir excusas como la caída de vocar la lesión (Fig. 14), hecho que no se produce con nin-
una sillita, de la cama o accesos violentos de tos o que se ha guna de estas maniobras. La consecuencia es que debemos
jugado con el niño lanzándolo al aire, etc. Ya hemos dicho que realizar una serie esquelética y si es necesario, una gamma-
ninguna de estas circunstancias explicaría la presencia de unos grafía para descartar otras lesiones.
salvo en aquellas situaciones en las que la intervención del
médico es imprescindible y que pueden aportar beneficios al
pequeño (Tabla VIII), es aconsejable posponer la visita, no actuar
en Urgencias y remitir al paciente a un equipo de expertos.
Siempre que nos encontremos con alguna de las situacio-
TABLA VIII. Situaciones que requieren intervención inmediata en TABLA IX. Principales características de la entrevista
el abuso sexual
• Lenguaje adaptado al niño
• Agresión ocurrida < 72 horas • Preguntas abiertas
• Abuso crónico con la última agresión < de 72 horas • No repetir preguntas
• Riesgo de perder pruebas • No ofrecer respuestas (verde o rojo)
• Aparición reciente de síntomas sugestivos • No hacer preguntas de sí o no
• Necesidad de instaurar tratamiento inmediato • No dudar de lo que dice el niño
• Necesidad de proteger a la víctima • Transcribir literalmente lo que dice
• Intentar conocer quién es el agresor
• Buscar complementos de vivencias (olores, sensa-
ciones, etc.)
nesis se convierte en el pilar base para el diagnóstico de abuso
sexual. En estos casos, la anamnesis debe ser realizada con
una técnica especial y tiene unas características peculiares que
deben ser tenidas en cuenta (Tabla IX). abuso haya existido y no lo podamos demostrar porque el niño
Es importante que la realice la persona más experta, ya que no lo explica. En estas situaciones no debemos olvidar que nues-
en muchos casos es la única prueba del diagnóstico. El obje- tro objetivo es la salud del niño, no el castigar al culpable, y por
tivo no es tratar de obtener por parte del niño una “confesión” tanto nos preocuparemos del estado del pequeño, tanto físico
de lo que ocurrió, sino ofrecer un espacio de tranquilidad y como psíquico, y trataremos de asegurar que nadie pueda abu-
confianza en el que el niño nos explique sus experiencias. Habi- sar de él, al menos a partir de este momento.
tualmente, cuando el niño ha vivido una situación abusiva y Debemos empezar la anamnesis intentando conocer el
se encuentra seguro, lo acaba explicando. Por lo tanto, la pri- vocabulario del niño, cómo llama a las cosas y a las personas,
mera premisa es iniciar las preguntas sin una idea preconce- cómo es capaz de expresarse, etc. Siempre hay que procurar
bida de lo ocurrido, sin la intención de tratar de demostrar algo hablar directamente con el niño sin que otras personas se
que creemos que ha ocurrido. Cabe la posibilidad de que el inmiscuyan en la conversación. Lógicamente debemos adap-
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tarla a la edad del niño. Sólo debemos hacer caso a lo que nos momentos en que ocurría, qué otras cosas pasaban alrededor
Abuso sexual
dice el niño. Las informaciones que nos puedan dar terceras como música, olores, colores de la habitación, qué hacían otras
personas sólo deben servirnos para conocer la situación y para personas si las había cerca, etc.
aclarar algunos detalles como puede ser quién es la persona Un dato importante es el de anotar en la historia las pala-
a la que el niño se refiere. Por ejemplo, si el niño nombra “el bras literales, tal como las ha usado el niño. Debemos tener
José”, hay que saber a quien llama él el José y esto a veces en cuenta que en muchos casos, si hay un juicio y tenemos
requiere que nos lo aclare algún adulto. que declarar, puede transcurrir mucho tiempo (muchas veces
Las preguntas no deben ser directas sino que se debe abrir más de dos años) y si no lo hemos anotado no recordaremos
un marco de confianza un espacio de seguridad para que el lo que nos contó. También cabe la posibilidad de que nosotros
niño cuente, de forma espontánea, lo que ocurrió. interpretemos cosas que el niño no quiso decir. Por ejemplo,
Nunca deben realizarse preguntas en las que se ofrezca puede decirnos que su agresor es “papá”, que nosotros inter-
respuestas al niño, como, por ejemplo, era grande o pequeño, pretemos que se trata de su padre biológico y en cambio resul-
estaba dentro o fuera ya que, de hacerlo, obligamos al niño ta que está hablando de otra persona (a lo mejor el padrastro)
a responder una u otra cosa y podríamos llegar a construir a la que él tiene costumbre de llamar así.
una historia falsa, con las consecuencias que ello puede tener. Al terminar la anamnesis nosotros debemos tener ya una
De la misma manera tampoco debemos preguntar de mane- idea clara sobre si es posible o no la existencia de un abuso.
ra que la respuesta sólo pueda ser sí o no. Actuar así, dirigien- Numerosos estudios han demostrado, en contra de lo que
do la historia clínica de forma tan directa, puede producir gran- mucha gente cree, que los niños pequeños son capaces de
des equivocaciones. Tampoco es recomendable la repetición mentir y que, en numerosas ocasiones, los adultos no somos
de preguntas, ya que ello puede dar lugar bien a contradiccio- capaces detectarlo. Por tanto, uno de los problemas que se nos
nes bien a que el niño fije las respuestas y acabe repitiéndo- presentan una vez obtenido el relato del niño es saber si real-
las de forma automática, con lo cual se convierten en difícil- mente es cierto no. Por lo general, éste es un trabajo que no
mente creíbles. debe realizar el pediatra y que hay que dejar en manos de espe-
Es importante durante la realización de la anamnesis bus- cialistas en el campo de la psicología. La importancia de dar
car detalles que la hagan creíbles. Lugares donde ocurría, crédito o no a la historia es de una importancia crucial, sobre
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todo a nivel judicial, ya que suele ser la única prueba y sobre que el narrador ha experimentado directamente, que ha vivi-
Abuso sexual
ella hay que basar todas las decisiones. do. Con ello se quiere decir que un relato puede ser válido aun-
No existe forma alguna de tener una certeza del 100% a que todo lo que incluye puede no haber ocurrido exactamen-
la hora de creer o no lo que el niño nos cuenta. Justamente te como se describe, o que contenga indefiniciones o ausencia
por lo difícil que es y la enorme variabilidad personal a la hora de detalles.
de la valoración, se han intentado elaborar escalas, protoco- El SVA se fundamenta en tres pilares importantes. El pri-
los y cuestionarios que permitan conseguir una valoración mero es la entrevista que, como se ha dicho, debe cumplir unas
lo más objetiva posible del relato. características, debe ser realizada en condiciones correctas, no
La dificultad de saber si el relato es cierto se basa en algu- debe estar contaminada y debe poder ser valorada poste-
nas evidencias conocidas. La primera es que los niños son capa- riormente. Hay que tener en cuenta que todo el análisis de
ces de mentir. La clásica afirmación de que, en relación a un validez estará basado en ella. El segundo es la aplicación del
abuso, el niño nunca miente es errónea. Además, está demos- protocolo de Análisis del Contenido Basado en Criterios (Cri-
trado que en muchas ocasiones el adulto, el profesional, es teria-Based Content Analysis-CBCA). Consiste en una lista de
incapaz de descubrir y reconocer esta mentira. La segunda criterios que analizan la realidad y el contenido de la entre-
es que el entrevistador puede ser sugestionable y, por tanto, vista. La presencia de estos criterios en el relato es un indi-
cometer errores de valoración. Todo esto unido a la importan- cador de la validez de la misma. Evidentemente no se trata de
cia de la entrevista, que puede ser la única prueba de lo ocu- una escala infalible, pero sí que añade criterios objetivos a la
rrido, ha motivado el interés en buscar elementos que ayuden interpretación de lo explicado por la víctima. Finalmente se
a realizar una valoración del relato lo más objetiva posible. aplica un listado de criterios de validez que sirven para valo-
Para ello se han descrito diferentes escalas de valoración, entre rar que la entrevista ha estado bien hecha, que el desarrollo
las que encontramos la conocida como Evaluación de la Vali- cognitivo y lingüístico del niño sea el adecuado y que no exis-
dez de las Declaraciones (State Validity Assesment o SVA). A tan contradicciones importantes entre la declaración y las evi-
modo de ejemplo comentaremos brevemente en qué se basa. dencias externas.
El primer comentario que se debe hacer es que cuando se A pesar de la aplicación de escalas, como la citada u otras,
habla de validez se está diciendo que el relato se basa en hechos nunca tendremos la certeza absoluta sobre la veracidad de
53
Abuso sexual
posible. Se trata de intentar obtener la máxima objetividad, el
disminuir en lo posible el error.
EXPLORACIÓN FÍSICA
La exploración de los genitales y del ano puede ser trau-
mática para muchos niños y niñas, motivo por el que se debe
actuar con mucha precaución y tacto. Algunos autores han
intentado prevenir las consecuencias derivadas de la explora-
ción física (ansiedad, confusión, malestar, etc.), sobre todo
cuando es instrumentalizada (colposcopio, etc.) mediante infor-
mación previa con películas o verbal o incluso con folletos. La FIGURA 15. Posición de rana.
aportación de la exploración física al diagnóstico no suele ser
muy importante ya que en muchos casos no hallamos ningu-
na alteración, pero cuando la encontramos, su contundencia llas dejando al descubierto los genitales externos (Fig. 15).
puede ser definitiva. Luego con una ligera tracción separamos los labios y pode-
Los genitales masculinos suelen aportar muy poca infor- mos realizar la exploración. En las niñas pequeñas y siempre
mación salvo que nos encontremos con heridas o señales de que sea posible es bueno realizar esta exploración en el pro-
mordeduras. pio regazo de la madre. En algunos casos, la tracción puede
La exploración de los genitales femeninos requiere en pri- hacerse con los dedos obteniéndose igualmente un buen resul-
mer lugar describir la posición en la que se hace, ya que su tado aunque es importante reseñar cómo se ha hecho. Algu-
aspecto puede variar en relación con ella. nas niñas pueden ser exploradas situándolas en posición de
Habitualmente exploramos a las niñas en la llamada posi- genuflexión y explorando los genitales por detrás (Fig. 16).
ción de rana en la que la niña junta los pies y separa las rodi- Salvo en los casos en los que es imprescindible, y esto suele
54
Abuso sexual
ocurrir en las niñas mayores, no deben utilizarse las perne- tra la lesión. De esta manera es fácil localizarlas anatómica-
ras que pueden ser muy traumáticas para la niña. mente.
Recientemente se ha publicado un estudio comparativo Las lesiones que podemos encontrar son variables y sobre
en el que se demuestra que existen algunas variaciones en todo tienen diferente valor. Algunas pueden aparecer en niñas
la exploración según la técnica utilizada y que, posiblemente, abusadas pero también en niñas en las que no hay ninguna
la posición genupectoral es la que nos aporta más informa- sospecha de abuso. Las clasificamos como lesiones compati-
ción. bles de abuso. Un ejemplo, quizás el más frecuente de todos,
Es imprescindible estar familiarizado con la imagen de es la presencia de una vulvovaginitis inespecífica. Otras pue-
los genitales y saber reconocer cada una de las estructuras den ser poco frecuentes en niñas no abusadas y frecuentes en
normales (Fig. 17). Para una correcta localización anatómi- niñas abusadas pero no nos permiten asegurar de forma obje-
ca de las lesiones, cuando las hay, utilizamos las agujas del tiva, y sin ninguna duda, que ha existido un abuso. Las clasi-
reloj de manera que es como si situásemos un reloj imagi- ficamos como sugestivas de abuso. Entre éstas encontramos
nario delante de la vulva, marcando las 12 donde se locali- las escotaduras, la asimetría del himen, la apertura exagera-
za el clítoris y a partir de ahí señalamos a qué nivel se encuen- da del himen, etc. Finalmente existen las lesiones que nos per-
55
Abuso sexual
grafías de los hallazgos clínicos.
A nivel anal, los hallazgos clínicos se clasifican de la misma
manera que para los genitales de manera que podrán ser com-
patibles, sugestivos o seguros, a parte, como es lógico, de la
H D exploración normal.
G La exploración anal se suele hacer con el niño coloca-
C
F
do en decúbito lateral, con las piernas semiflexionadas sobre
E B la barriga y separando suavemente con ambas manos las nal-
A gas, de manera que nos permita valorar el aspecto del esfín-
ter anal y su tono.
Al igual que hacíamos en el caso de la exploración genital
FIGURA 17. Anatomía normal de los genitales femeninos (A: Ano; de las niñas, situamos las lesiones siguiendo las agujas del
B: Fosa navicular; C: Himen; D: Clitoris; E: Orificio vagi- reloj teniendo en cuenta que las doce estaría situada en la
nal; F: Orificio uretral; G: Labio menor; H: Labio mayor). parte superior del ano, junto al periné.
Habitualmente el aspecto del esfínter es radial con una
serie de pliegues que se juntan en el orificio anal. Son sín-
tomas sugestivos la alteración de los pliegues, bien sea por-
miten asegurar sin ninguna duda que ha existido un contac- que están engrosados o porque están alisados, la presencia
to o penetración (aunque no podremos asegurar con qué). Las de fisuras, sobre todo si son profundas, la dilatación anal y
clasificamos como de contacto sexual seguro. Entre éstas se la pérdida de la estructura radial normal. El tono del esfín-
encuentra exclusivamente la rotura himeneal. Salvo en este ter se puede explorar separando las nalgas con las manos,
último caso en el que la exploración física nos permite hacer manteniendo durante unos segundos esta separación y com-
el diagnóstico, en los demás la exploración deberá unirse a probando cómo el esfínter se abre por si solo indicando una
la anamnesis. pérdida del tono. Es un dato que sólo tiene valor si el recto
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se encuentra vacío, es decir, no contiene heces. Éste es un Muchos niños tienen miedo de que el abuso haya podi-
Abuso sexual
signo que puede desaparecer cuando el abuso termina y que do dejar en ellos secuelas irreversibles de tipo físico y por ello
se desconoce con exactitud cuánto tiempo puede durar. es muy importante que una vez terminada la exploración, siem-
En nuestra experiencia hemos podido observarlo incluso pre que la edad del pequeño lo permita, le transmitamos segu-
pasado un mes de la última agresión. El único síntoma que ridad y confianza de que todo está normal.
nos permite asegurar que ha habido una penetración es la
presencia de desgarros anales. Se trata de un hallazgo suma-
mente raro, por lo que podemos asegurar que la explora- EXÁMENES COMPLEMENTARIOS
ción anal en pocos casos nos permite asegurar la existencia Una de las consecuencias más temidas tras una agresión
de un abuso. sexual es la posibilidad de un contagio de alguna infección. De
En algunos niños, el motivo de consulta y el único hallaz- una forma global, la incidencia de ETS después de una agre-
go exploratorio es la presencia de condilomas acuminados. sión sexual oscila alrededor del 5%. Sin embargo, cuando con-
Los condilomas acuminados son considerados como una enfer- curren ciertas circunstancias el riesgo no es despreciable ya
medad de transmisión sexual, aunque no es la única vía de que oscila entre el 15% y el 25% para algunos agentes (N.
contagio. Es por ello que todo niño que presenta este tipo gonorrhoeae, 2-13%; T. vaginalis, 2-12%; C. tracomatis, 1-5%).
de lesiones debe ser estudiado para descartar este posible diag- También cabe la posibilidad de contagio de virus como el de la
nóstico. hepatitis B y C, o el del papiloma humano. El contagio del HIV
La confirmación etiológica por el laboratorio tanto si se es bajo. En relaciones consentidas oscila entre el 0,1-0,2% por
trata de un herpes simple, sea del tipo I o del tipo II, o del virus vía vaginal y 0,5-3% por vía anal. Por vía oral es más bajo.
del papiloma humano, no permite por sí solo establecer el Teniendo en cuenta esto, la búsqueda de infecciones no
diagnóstico ya que en cualquiera de los casos cabe la posibi- debe ser indiscriminada y no está recomendada en cualquier
lidad del contagio por vía no sexual a través de fómites. De agresión. En realidad debería limitarse a aquellas situaciones
todas maneras, la aparición de condilomas en niños por enci- que contienen un riesgo y que podríamos resumir en:
ma de los dos años obliga a plantear la posibilidad de abuso • Penetración o tentativa de penetración con el pene, sea
y a estudiarlo. cual sea la vía (ano, vagina o boca).
57
Abuso sexual
TABLA X. Valor diagnóstico de las ETS
• Contacto con fluidos corporales (semen, sangre u otros) cial. En algunos casos las pruebas tienen la doble utilidad, ya
del agresor con una mucosa o piel no intacta (o que des- que la presencia de algunas infecciones permiten asegurar la
conozcamos su integridad) de la víctima. existencia de un contacto sexual (Tabla X). La investigación se
• Mordedura tanto si es del agresor a la víctima como de la realizará mediante el cultivo y/o frotis vaginal (Neisseriae gonor-
víctima al agresor. rhoeae, Chlamydia trachomatis, Trichomonas vaginalis) o inves-
• Síntomas en la víctima sugestivos de ETS. tigaciones serológicas (hepatitis B, hepatitis C, HIV, sífilis).
• Los padres nos lo piden.
Los exámenes complementarios, de la misma manera que
la exploración, suelen aportar poca información aunque cuan- SEROLOGÍAS
do lo hacen puede ser definitiva. Tienen básicamente dos tipos Es importante tomar una muestra serológica basal fren-
de utilidad. Por un lado son necesarios para la prevención y te a virus de la hepatitis, HIV y frente a la sífilis, que deberá
tratamiento de enfermedades y por otro lado tienen valor judi- repetirse en los controles posteriores.
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CULTIVOS
Abuso sexual
Abuso sexual
TABLA XII. Abuso sexual. Prevención de ETS
especializados y por tanto es obligado remitirles la muestra.
Ceftriaxona:
• 125 mg/dosis única
SEGUIMIENTO Y TRATAMIENTO PSICOLÓGICO Este es un elemento que se debe de tener en cuenta sobre
Abuso sexual
El abuso sexual acostumbra a comportar consecuencias todo en las situaciones de urgencia. En estos casos, si hemos
psicológicas tanto por el hecho en sí mismo como por todas contactado con el médico forense, él será quien se haga cargo
las consecuencias que se derivan. Por ello es de sumo inte- de las pruebas.
rés que todos estos niños sean valorados posteriormente por Si el médico forense no está presente y hemos recogido
un psicólogo. El será quien, tras la valoración del pequeño, alguna muestra con valor judicial, nuestra obligación es vigi-
decidirá si lo requiere, el seguimiento y el tratamiento. larla, custodiarla hasta que la entreguemos. Tenemos que poder
En los casos en los que tiene lugar un juicio, el apoyo psi- asegurar que nadie ha podido cambiar o adulterar lo que hemos
cológico a la víctima, cuando éste se acerca, acostumbra a ser recogido.
necesario para minimizar el trauma que representa revivir los En el momento de la entrega a la autoridad judicial corres-
hechos, la declaración y todo lo que rodea al propio juicio. pondiente tenemos que hacerlo acompañándola de una cer-
tificación en el que aseveremos que la muestra corresponde
al paciente, que nosotros la hemos recogido y que la hemos
CADENA DE CUSTODIA mantenido bajo nuestra custodia hasta entregarla.
En todas aquellas situaciones en las que las pruebas reco- El no tener en cuenta este punto puede hacer que la prue-
gidas pueden tener un valor judicial es imprescindible man- ba sea invalidada, que carezca de valor y utilidad en el jui-
tener la cadena de custodia. cio.
ban síntomas y enfermedades inexistentes emulando al barón
de Münchausen, personaje que inventaba historias y aventu-
ras falsas.
En el año 1977, Meadow describió casos de enfermedades
inexistentes o inventadas por los padres o personas de los que
Síndrome de Münchausen
13 por poderes
el niño depende, y lo calificó como síndrome de Münchausen
por poderes. Las principales características del cuadro consis-
tían en:
• La enfermedad del niño es producida o falsificada por los
padres o aquellos que ocupan su lugar (loco parentis).
• Visitas repetidas a los hospitales para diagnóstico o tra-
Falsificación de un proceso pediátrico • Padres que exageran los hándicaps o enfermedades rea-
Síndrome de Münchausen por poderes
Situación en la que se elaboran enfermedades de mane- les de sus hijos para obtener beneficios en las prestacio-
ras muy diferentes, que muchas veces nos encontramos en las nes económicas, apoyos sociales, etc.
consultas pediátricas pero con intenciones diferentes a las del
síndrome de Münchausen por poderes. En estos casos no exis- Desorden facticio por poderes
te casi nunca daño infligido al niño. Existen diferentes formas Corresponde más a lo que se conoce como síndrome de
de manifestación de este cuadro: Münchausen por poderes y que se aplica a aquellas circunstan-
• Síndrome de la mascarada, en el que se evita que el niño cias en las que se han causado los daños al niño, sobre todo
desarrolle una vida normal, sobre todo que acuda a la para satisfacer sus intereses psicológicos. Actualmente, el manual
escuela, de forma prolongada y repetida, bajo el pretexto DSM-IV-TR denomina a esta situación como desorden facticio
de que está enfermo, para de esta manera retenerlo en por poderes. La ASPSAC (American Profesional Society on the
casa. En estos casos no se acostumbra a acudir mucho al Abuse Children) la define como pediatric condition falsification
médico y el niño no es sometido a muchas pruebas. y dice que corresponde a la producción o simulación inten-
• El “buscador de ayuda”, representado por padres muy ansio- cionada de signos o síntomas físicos o psicológicos en otra per-
sos que creen que su hijo no está bien atendido y no cesan sona que depende del perpetrador, con la intención de que jue-
hasta que encuentran una atención que creen necesitar. gue, indirectamente, el papel de enfermo (Tabla XIII).
• Aquellos que van al médico como quien va de compras Como ya se ha dicho es una patología de enormes dificul-
(Doctor shopping) acudiendo a muchos médicos sin nece- tades diagnósticas y por ello es difícil precisar su real inciden-
sitarlos. Es una forma exagerada de consumismo sanita- cia. Se disponen de datos que hablan de que cada año en EE.UU.
rio. hay 600 casos de intoxicaciones no accidentales. Algunos estu-
• Los que alegan síntomas o los crean para obtener benefi- dios prospectivos, puntuales, hablan de una incidencia de
cios. Esto es frecuente en situaciones de divorcio o sepa- 2,8/100.000 niños. La mayoría de los niños son menores de
ración dificultosa en los que se relatan, por ejemplo, abu- tres años y un 75% de los casos se producen y diagnostican
sos sexuales o maltrato para evitar las visitas con el otro en los hospitales. Estos pequeños sufren ingresos hospitala-
ex cónyuge. rios largos (superiores a un mes) y hasta que se consigue rea-
63
rragias localizadas en lugares diferentes, convulsiones, trastor- Las formas clínicas en las que se provoca la enfermedad
nos de conciencia y apneas. Las convulsiones y las apneas son son las más graves y pueden conducir a la muerte. Algunas de
vistas únicamente por el perpetrador. las enfermedades inducidas son:
65
• Administrar medicaciones como ipecacuana para inducir enfermedad desconocida por todo el equipo médico. La ana-
El contenido del informe debe constar de algunos pun- medidas adoptadas hasta el momento, si es que hemos
Algunos autores, como Block y Palusci defienden la nece- los equipos de salud. Su existencia no debería nunca sustituir
Papel del pediatra en el maltrato infantil
sidad de una subespecialización de algunos pediatras en el la labor cotidiana del pediatra o del equipo sanitario en gene-
tema. Las razones que aducen para ello son, por un lado, la ral, sino sólo servirle de apoyo cuando fuese necesario.
enorme incidencia de casos y por otro, la enorme cantidad de Existen estudios que demuestran que los conocimientos y
publicaciones y trabajos relacionados con esta patología. Anual- la experiencia que los pediatras tienen sobre la exploración de
mente aparecen más de 16.000 citas relacionadas con el abuso los genitales de las niñas no siempre es correcto. En este sen-
y más de 15.000 con el maltrato. Ello representa una gran difi- tido creemos que es una importante labor de prevención el
cultad de mantenerse al día y además, una gran necesidad de que los pediatras, una vez preparados y conocedores de la ana-
investigar y profundizar sobre el tema. tomía de los genitales de las niñas, se habitúen a explorarlos
Cierto es que el manejo de estos niños requiere un con- y que, de vez en cuando, no con demasiada frecuencia, revi-
junto de conocimientos que no se limitan, muchas veces a los sen los de sus pacientes, anoten las características propias de
médicos, y que para tomar buenas decisiones es preciso cono- cada niña ya que de esta manera es posible detectar variacio-
cer el funcionamiento de los servicios sociales, de la justicia, nes que puedan hacer sospechar o confirmar el abuso.
de los posibles recursos, etc. La mayoría de médicos carecen
del tiempo suficiente para conocerlos. En consecuencia, aun-
que a lo mejor no serían necesarios verdaderos subespecialis- PREVENCIÓN
tas sí que sería recomendable disponer de equipos de ayuda Además de este papel importantísimo en la detección, los
al pediatra o mejor aún, al equipo de salud en general. Los médicos que trabajan con niños pueden hacer una labor de
autores citan que sería recomendable un subespecialista por prevención insustituible. El trabajo del pediatra es continua-
cada millón de habitantes. A partir de mi experiencia perso- mente preventivo (vacunas, obesidad, hipertensión, acciden-
nal me atrevo a decir que la especialización en el maltrato no tes, etc.) y en este campo también la pueden realizar. El con-
es un problema sólo de médicos sino también de los servicios tacto cercano con el niño y la familia permite observar
sociales, de la justicia, la escuela, la policía, etc. Soy pues par- actitudes, manifestaciones clínicas, conocer los mecanismos
tidario de la existencia de equipos de apoyo, conocedores a de funcionamiento familiar, los elementos que la componen,
fondo del tema, que trabajen en colaboración entre ellos y con los valores, los problemas, las limitaciones, etc., y a veces solo,
73
otras en equipo, influir sobre ellas y tal vez corregirlas. Su labor las, tienen también claras oportunidades y una posición pri-
que el pediatra acostumbra a ser citado. Puede ser que se cemos. No es bueno que emitamos opiniones sino que debe-
Papel del pediatra en el maltrato infantil
requiera su colaboración como testigo en cuyo caso deberá mos hablar de cosas demostradas. Debemos ser imparciales y
limitarse a informar de aquello que vio y comprobó personal- convencer de que conocemos el tema que nos ocupa, que
mente. Puede ser requerido como perito en cuyo caso se le actuamos con honradez y que nuestra información es fiable.
pedirá información y opinión basándose en el supuesto de que No hay que dudar en hacernos repetir la pregunta si no enten-
es experto en el tema. En este papel, el pediatra aporta sus demos o contiene ambigüedades, suposiciones, cosas que no
conocimientos para informar y ayudar al tribunal a tomar las corresponden al caso. Tampoco tenemos que tener problemas
decisiones legales que correspondan. En algunas ocasiones se en decir que no sabemos la respuesta si nos preguntan sobre
nos puede citar como perito-testigo en cuyo caso nuestra fun- temas que no corresponden a nuestro ámbito de trabajo. Aun-
ción será doble. que a veces no nos lo parezca o no tengamos esta sensa-
No podemos olvidar que de nuestra intervención en el jui- ción, es evidente que no se nos está juzgando a nosotros y por
cio oral se desprenderán decisiones que afectarán al futuro tanto debemos estar tranquilos.
del niño y por esto es importante que preparemos la declara- Es normal que durante el juicio nos encontremos con situa-
ción y que la hagamos de la mejor manera posible. ciones a las que no estamos acostumbrados. Una de ellas es
Es aconsejable pues prepararse para la declaración. La la presencia de otros peritos que tratarán de dar su opinión
mayoría de médicos no estamos habituados a declarar y por y muchas veces de rebatir la nuestra. No debemos entrar en
tanto es normal que nos pongamos nerviosos al hacerlo. Es el debate para ver quién tiene o no tiene razón. No se trata de
bueno revisar la historia, entre otras cosas porque puede haber una sesión clínica, ni de ganar ni de perder. Su opinión puede
transcurrido mucho tiempo desde nuestra intervención, las ser tan válida como la nuestra y por tanto debemos exponer
radiografías, fotografías si las hay, y otras pruebas de que dis- lo que pensamos con profesionalidad, con seguridad, si hace
pongamos. También es recomendable revisar un poco la biblio- falta disentir con corrección, con educación, con razones y así
grafía más reciente y relacionada con el caso. nuestra declaración será valorada, como corresponde, por los
En el juicio oral, nuestra intervención debe ser muy pro- jueces. Otra situación es aquella en la que el abogado defen-
fesional y muy objetiva y, por tanto, sólo deberemos hablar de sor, que está haciendo su trabajo, trata de desacreditarnos
aquello que, por nuestro trabajo y nuestra experiencia cono- ante el Tribunal para así quitar valor a nuestro informe. Si
75
no puede desacreditar el informe (por ello es muy importan- En resumen, las recomendaciones básicas son realizar en
toma de las medidas legales necesarias para evitar que los decisiones y los objetivos judiciales difieren mucho de los
Conclusiones finales
hechos se repitan. Dicho escrito debe estar redactado de forma sanitarios. El hecho de que una persona no sea culpada de
muy objetiva, muy profesional, aportando todos los datos y maltrato no quiere decir que éste no exista, sino que legal-
razonamientos que nos han llevado a la conclusión y expli- mente no ha sido probado y ante la duda, la Justicia no cas-
cándolo todo en un lenguaje comprensible para quienes no tiga.
trabajan en el ámbito de la salud. La prevención del maltrato infantil es difícil y no corres-
La posterior participación en un juicio oral puede ser una ponde en exclusiva al médico, pero es cierto que el pediatra,
consecuencia de nuestro trabajo. El pediatra debe saber que como uno de los profesionales más cercanos al niño y a la
es llamado para ayudar a la Justicia a tomar su decisión. familia, juega un papel importante. La detección precoz, y si
Para ello es conveniente que prepare su declaración, expli- es posible la corrección, de la situación de riesgo es la mejor
car de forma profesional lo que sabe y evitar caer en la tram- manera de intervenir. Si no hemos llegado a tiempo, un buen
pa emitiendo opiniones personales o hablando de temas que diagnóstico y unas buenas medidas de protección pueden ayu-
por su trabajo no domina. Es conveniente que sepa que las dar mucho al niño.
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