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Director del Programa de Doctorado en “Derechos Humanos y Desarrollo” de la Universidad Pablo de Olavide, Sevilla y Presidente de la Fundación
Iberoamericana de Derechos Humanos (www.fiadh.org)
1
Cfr. Herrera Flores, J., Los Derechos Humanos como productos culturales. Crítica del humanismo abstracto, Libros de la Catarata, Madrid, 2005.
Basta con citar textos internacionales como Estado controlaba las consecuencias del merca-
La Declaración Universal de los Derechos Hu- do (polución, destrucción del patrimonio histó-
manos2, el Pacto Internacional sobre derechos rico-artístico…) aplicando medidas interven-
sociales3 y el Pacto Internacional sobre derechos toras; en la actualidad, es el mercado el que está
civiles4, para que tengamos una buena prueba imponiendo las reglas a los Estados desde insti-
de lo que decimos. tuciones globales como la Organización Mun-
Desde 1948 hasta nuestros días, hemos dial del Comercio.
asistido cotidianamente a ese trabajo llevado a De un modo sutil, pero continuado, hemos
cabo por la comunidad internacional para que asistido durante las últimas décadas a la
los seres humanos puedan ir controlando sus sustitución de los derechos conseguidos (es
destinos. Sin embargo, y como iremos viendo decir, de las garantías jurídicas para el acceso a
más adelante, el contexto en el que surgieron determinados bienes, como el empleo o las for-
los textos arriba citados (1948 y 1966) es muy mas de contratación laboral) por lo que ahora se
diferente del que tenemos hoy en día (2005). La denominan “libertades” (entre las que destaca
Declaración y los Textos se situaban en el con- la libertad de trabajar: que, como tal, no exige
texto de la guerra fría entre dos grandes siste- políticas públicas de intervención).
mas de relaciones sociales enfrentados por con- En definitiva, hemos entrado en un contexto
seguir la hegemonía mundial; y, asimismo, en el que la extensión y la generalización del
dichos textos surgieron en una época en la que mercado ha provocado que los derechos huma-
se ponían en práctica políticas públicas decidi- nos comiencen a considerarse como “costes
damente interventoras sobre las consecuencias sociales” de las empresas que hay que ir supri-
más perversas de la aplicación del mercado a la miendo en nombre de la competitividad.
sociedad. Por aquellos tiempos proliferaban las
empresas públicas, las negociaciones estatales Toda esta nueva problemática hace que gran
entre sindicatos y gobiernos sobre las condi- parte de la literatura vertida sobre los derechos
ciones de trabajo de los trabajadores y, por (desde su etapa de “internacionalización” con
supuesto, una labor legislativa tendente a la Carta de San Francisco de 1945, hasta los úl-
reconocer cada vez más derechos a las ciuda- timos informes del Programa de Naciones Uni-
danos y los ciudadanos de los países, sobre todo, das para el Desarrollo –PNUD—5, exija “una
más desarrollados. Además, los textos citados teoría” que parta de una atención especial a los
tuvieron que convivir con el final de los procesos contextos concretos en que vivimos y “una
descolonizadores y la progresiva aparición de práctica” –educativa y social— acorde con el
nuevas nacionalidades y nuevos actores interna- presente que estamos atravesando.
cionales. El deterioro del medio ambiente, las injus-
Hoy en día, estamos ante un nuevo contexto ticias propiciadas por un comercio y por un con-
social, económico, político y cultural que, por sumo indiscriminado y desigual, la continuidad
poner una fecha de inicio, se despliega política- de una cultura de violencia y guerras, la realidad
mente a partir de la caída del Muro de Berlín y de las relaciones trans-culturales y de las defi-
la proclamación del “fin de la historia” por par- ciencias en materias de salud y de convivencia
te de los auto-proclamados vencedores de la individual y social, nos obligan a pensar y, por
guerra fría. En este nuevo contexto, se ha dado consiguiente, a enseñar los derechos desde una
una paralización de esas medidas interventoras perspectiva nueva, integradora, crítica y
por parte del Estado con respecto a las activi- contextualizada en prácticas sociales emanci-
dades económicas. Si hace cuatro décadas el padoras.
2
(http://laurel.datsi.fi.upm.es/~rpons/personal/hrights.php)
3
(http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/a_cescr_sp.htm)
4
(http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/a_ccpr_sp.htm)
5
http://unstats.un.org/unsd/statcom/doc05/2005-13s.pdf
Nuestro compromiso, como personas que Y, justo unos párrafos después, en los
reflexionan sobre –y se comprometen con— los famosísimos artículos 1 y 2 de la Declaración,
derechos humanos, reside en poner las “frases” ya no se nos habla de “ideal a conquistar”, sino
a las prácticas sociales de individuos y grupos de una realidad ya conseguida: artículo 1.- to-
que luchan cotidianamente para que esos dos los seres humanos nacen libres e iguales en
“hechos” que se dan en los contextos concretos dignidad y derechos y, dotados como están de
y materiales en que vivimos puedan ser trans- razón y conciencia, deben comportarse frater-
formados por otros más justos, equilibrados e nalmente los unos con los otros. Y, en el artícu-
igualitarios. Por eso, la verdad la ponen los que lo 2.1, se dice: toda persona tiene todos los
luchan por los derechos. A nosotros nos com- derechos y libertades proclamados en esta
pete el papel de poner las frases. Y este es el Declaración, sin distinción alguna de raza,
único modo de ir complementando la teoría con color, sexo, idioma, religión, opinión política o
la práctica y las dinámicas sociales con las de cualquier otra índole, origen nacional o so-
reflexiones intelectuales. cial, posición económica, nacimiento o cual-
quier otra condición.
1.
¿Qué son y qué significan los derechos hu- Fijémonos bien, pues esto es muy importan-
manos?: ¿derechos o practicas por el acceso a te para nuestros objetivos de construir una teoría
los bienes?.- nueva sobre esta materia. Para la reflexión teó-
rica dominante: los derechos “son” los derechos:
2.
es decir, los derechos humanos se satisfarían si
En esta materia, como en cualquier otra, es todos tenemos los derechos. Los derechos, pues,
muy importante saber distinguir entre lo que el no serían más que una plataforma para obtener
fenómeno que estudiamos “es” y lo que dicho más derechos. Y esto es así, pues, desde dicha
fenómeno “significa”. Es decir, diferenciar el perspectiva tradicional, la idea de “qué” son los
“qué” (lo que son los derechos) del “por qué” y derechos se reduce a la extensión y genera-
del “para qué” (lo que los derechos significan). lización de los derechos. La idea que inunda todo
Como veremos, la perspectiva tradicional y el discurso tradicional reside en la siguiente fór-
hegemónica de los derechos confunde ambos mula: el contenido básico de los derechos es el
planos en la misma Declaración Universal de “derecho a tener derechos”. ¡Cuántos derechos!
los Derechos Humanos de 1948. En el ¿Y los bienes que dichos derechos deben garan-
Preámbulo de la Declaración se nos dice primero tizar?
que los derechos humanos “son” un ideal a con- Estamos ante una lógica bastante simplista
seguir. Concretamente se dice que estamos ante que, sin embargo, tiene consecuencias muy im-
“el ideal común por el que todos los pueblos y portantes, puesto que conduce a una concepción
naciones deben esforzarse, a fin de que tanto “a priori” de los derechos humanos. Si estamos
los individuos como las instituciones, inspirán- atentos, esta lógica hace pensar a todas y a to-
dose constantemente en ella, promuevan, medi- dos que tenemos los derechos, aún antes de tener
ante la enseñanza y la educación, el respeto a las capacidades y las condiciones adecuadas para
estos derechos y libertades, y aseguren, por poder ejercerlos. De este modo, las personas que
medidas progresivas de carácter nacional e in- luchan por ellos acaban desencantadas, pues, a
ternacional, su reconocimiento y aplicación pesar de que nos dicen que tenemos derechos,
universales y efectivos, tanto entre los pueblos la inmensa mayoría de la población mundial no
de los Estados Miembros como entre los de los puede ejercerlos por falta de condiciones mate-
territorios colocados bajo su jurisdicción”6. riales para ello.
6
Dejemos de lado, por el momento, la última frase de este texto, pues una Declaración que se presenta como Universal acepta desde el primer momento
la realidad del colonialismo: tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción. Y ello
en un momento en que ya comenzaba a hablarse de procesos descolonización. El colonialismo ha sido y sigue siendo una de las mayores violaciones
a la idea de derechos humanos, pues coloca a unos, los colonizadores, en el papel de superiores y civilizados y a los otros, los colonizados, en el papel
de inferiores y bárbaros.
Nosotros queremos salir de ese círculo vicio- se habla de algo ya conseguido que no tiene por
so en el que nos encierra el aparente “simplis- qué ser objeto de mayor investigación, ni de
mo” de la teoría tradicional que comienza contextualización histórica, social, cultural y
hablándonos de los derechos y termina política. Como hemos visto, nos lo dicen el
haciéndolo de los derechos. ¿Es que no hay nada preámbulo y los dos primeros artículos de la
“fuera” de los derechos? ¿Sirve de mucho tener Declaración Universal de 1948: todos tenemos
cada vez más y más derechos si no sabemos por los derechos reconocidos en esta Declaración.
qué surgen y para qué se formulan? Sin embargo, para nosotros, es muy importante
ampliar el análisis y trabajar en el “por qué” de
todos estos procesos. Cuestión que ya no atañe
3) Vayamos precisando a través de tres pla-
a lo que son los derechos, sino a su “significado”.
nos de trabajo.-
¿”Por qué” luchamos por los derechos?
Primer plano.- “el qué de los derechos”
Nuestra respuesta tiene unas bases muy con-
Desde el punto de vista de una “nueva
cretas. Abrimos procesos de derechos humanos,
teoría”, las cosas no son tan “aparentemen-
primero, porque necesitamos acceder a los
te”simples. Los derechos humanos, más que
bienes exigibles para vivir y, segundo, porque
derechos “propiamente dichos” son procesos; es
estos no caen del cielo ni van a fluir por los ríos
decir, el resultado, siempre provisional, de las de miel de algún paraíso terrenal. El acceso a
luchas que los seres humanos ponen en práctica los bienes, siempre y en todo momento, ha esta-
para poder acceder a los bienes necesarios para do inserto en un proceso más general que hace
la vida. Por tanto, nosotros no comenzamos por que unos tengan más facilidad para obtenerlos
“los derechos”, sino por los “bienes” exigibles y que a otros les sea más difícil o, incluso,
para vivir: expresión, confesión religiosa, imposible de obtener.
educación, vivienda, trabajo, medio ambiente,
patrimonio histórico-artístico… Hablamos, por consiguiente, de los procesos
de división social, sexual, étnica y territorial del
Por eso, cuando hablamos de derechos, más hacer humano. Según la “posición” que ocupe-
que de objetos obtenidos de una vez para mos en tales marcos de división del hacer hu-
siempre, hablamos de dinámicas sociales que mano, así tendremos una mayor o una menor
tienden a conseguir determinados objetivos ge- facilidad para acceder a la educación, a la
néricos: dotarnos de medios e instrumentos, sean vivienda, a la salud, a la expresión, al medio
políticos, sociales, económicos, jurídicos o ambiente, etcétera. ¿Ocupan la misma posición
culturales, que nos induzcan a pensar los en dichos sistemas de división del hacer huma-
derechos humanos desde una teoría en la que no los habitantes de Noruega que los que han
las verdades las ponen las prácticas sociales que nacido en Somalia? Algo ocurre para que esto
intentan día tras día conseguir el acceso de to- no sea así.
das y todos a los bienes materiales e inmateriales
Comenzamos a luchar por los derechos, por-
que se han ido conquistando en el proceso de
que tenemos que vivir, y para ello necesitamos
humanización.
condiciones materiales concretas que permitan
acceder a los bienes necesarios para la existencia.
Segundo plano.- “el porqué de los
derechos” Tercer Plano.- “el para qué de los
Por tanto, una vez establecido el “qué” son derechos”
los derechos: esos procesos dirigidos a la Si afirmamos que los derechos “son”
obtención de bienes materiales e inmateriales, procesos de lucha por el acceso a los bienes por-
tenemos que preguntarnos el “por qué” de todas que vivimos inmersos en procesos jerárquicos y
estas luchas. desiguales que facilitan u obstaculizan su
La teoría tradicional se queda en el “qué” obtención, la pregunta es ¿cuáles son los objeti-
son los derechos, pues para los que la defienden vos de tales luchas y dinámicas sociales? Es
decir, entramos en el para qué de tales prácticas Si existe un fenómeno que se resiste a la
sociales ¿Luchamos por la obtención de los supuesta “neutralidad” científica, es el de los
bienes única y exclusivamente para sobrevivir derechos humanos. Sobre todo, para una teoría
sean cuales sean las condiciones de esa super- como la nuestra que se compromete a reflexionar
vivencia? ¿O bien, luchamos por la creación de intelectualmente y a proponer dinámicas sociales
condiciones materiales concretas que nos de lucha contra los procesos hegemónicos de
permitan una satisfacción “digna” de los división del hacer humano, los cuales dividen el
mismos? mundo entre los que tienen fácil el acceso a los
Estamos, pues, dirimiendo la dirección que bienes y los que de un modo o de otro ven difi-
deberían tomar esas luchas por el acceso a los cultado tal fin. ¿Qué neutralidad podemos de-
bienes: la mera supervivencia, o la dignidad. Es fender si nuestro objetivo es empoderar a las
decir, estamos marcando los fines a los que ten- personas y a los grupos dotándolos de los medios
der a la hora de llevar adelante dichas prácticas e instrumentos necesarios para que, plural y
sociales. Como puede verse, hemos añadido un diferenciadamente, puedan luchar por la digni-
nuevo elemento en nuestro primer acercamiento dad: es decir, por los bienes materiales e
a los derechos, el cual podemos llamar “dignidad inmateriales que están desigual e injustamente
humana”. distribuidos entre los seres humanos por los
De este modo, los derechos humanos serían procesos de división social, sexual, étnica y
los resultados siempre provisionales de las territorial del hacer humano. De ahí, nuestra
luchas sociales por la dignidad. Entendiendo por insistencia en que una visión actual de los
dignidad, no el simple acceso a los bienes, sino derechos tenga que partir de nuevas bases teóri-
que dicho acceso sea justo y se generalice por cas e inducir a prácticas renovadas en las luchas
igual a todas y a todos los que conforman la idea “universales” por la dignidad.
abstracta de humanidad. Hablar de dignidad Por lo tanto, y esquemáticamente, estas serían
humana no implica hacerlo de un concepto ideal las bases de la teoría que proponemos:
o abstracto. La dignidad es un fin material. Un 1- Debemos comenzar reconociendo que
objetivo que se concreta en dicho acceso
nacemos y vivimos necesitando la satisfacción
igualitario y generalizado a los bienes que hacen
de conjuntos culturalmente determinados de
que la vida sea “digna” de ser vivida.
bienes materiales e inmateriales. Según el en-
Nuestro objetivo no es acabar con el conjun- torno de relaciones en el que vivamos, así
to de buenas intenciones de los que luchan por serán los bienes a los que intentaremos
los derechos siguiendo las pautas de la teoría acceder. Pero, lo primero no son los derechos,
tradicional. Como veremos más adelante, la sino los bienes.
lucha jurídica es muy importante para una
2- En un segundo momento, hay que poner so-
efectiva implementación de los derechos. Con
bre el tapete que tenemos que satisfacer
lo que queremos acabar es con las pretensiones
intelectuales que se presentan como “neutrales” nuestras necesidades inmersos en sistemas de
con respecto a las condiciones reales en las que valores y procesos que imponen un acceso
vive la gente. Si no tenemos en cuenta en restringido, desigual y jerarquizado a los
nuestros análisis dichas condiciones materiales, bienes. Lo cual se materializa a lo largo de la
los derechos aparecen como “ideales abstractos” historia a través de los marcos hegemónicos
universales que han emanado de algún cielo de división social, sexual, étnica y territorial
estrellado que se cierne trascendentalmente so- del hacer humano.
bre nosotros. Y, realmente, lo que ocurre es que 3- La historia de los grupos marginados y opri-
se está imponiendo una sola forma de midos por esos procesos de división del hacer
entenderlos y llevarlos a la práctica: la forma y humano, es la historia del esfuerzo por llevar
la práctica dominantes, que se va eternizando a adelante prácticas y dinámicas sociales de
pesar de que los hechos las contradigan una y lucha contra los mismos. De ahí, que a
otra vez. nosotros nos corresponda poner las frases de
los derechos, pero admitiendo que la verdad Artículo 2º.- La dignidad humana es el fin
de los mismos radica en estas luchas raramen- perseguido por los derechos humanos. La
te recompensadas con el éxito. dignidad consiste en la obtención de un acceso
4- El objetivo fundamental de dichas luchas no igualitario a los bienes tanto materiales como
es otro que el de poder vivir con dignidad. inmateriales que se han ido consiguiendo en
Lo que en términos materiales significa ge- el constante proceso de humanización del ser
humano
neralizar procesos igualitarios de acceso a los
bienes materiales e inmateriales que confor- Artículo 3.- Para conseguir lo anterior, los
man el valor de la “dignidad humana” seres humanos en lucha por abrir procesos de
dignidad deben tener el suficiente poder indi-
5- Y, al final –si tenemos el poder político y
vidual y colectivo para exigir a las instituciones
legislativo necesario— establecer sistemas de
legislativas, tanto internacionales como
garantías (económicas, políticas, sociales y, nacionales, un sistema de garantías (políticas,
sobre todo, jurídicas) que comprometan a las sociales, económicas y jurídicas) que les
instituciones nacionales e internacionales al permitan disfrutar del resultado de sus luchas.
cumplimiento de lo conseguido por esas A tal efecto, se declaran como garantías míni-
luchas por la dignidad de todas y de todos. mas las que a continuación se relatan…
Como se ve, para nosotros, el contenido bá- Comparemos el prólogo y los dos primeros
sico de los derechos humanos no es el derecho a artículos de la Declaración Universal de los
tener derechos (círculo cerrado que no ha cum- Derechos Humanos de 1948 y la nueva redac-
plido con sus objetivos desde que se “declaró” ción que proponemos, teniendo siempre presente
hace casi seis décadas). Para nosotros, el que, como cualquier producción cultural, los
contenido básico de los derechos humanos será derechos humanos hay que entenderlos y
el conjunto de luchas por la dignidad (cuyos re- ponerlos en práctica en sus contextos históricos
sultados, si es que tenemos el poder necesario concretos.
para ello, deberán ser garantizados por las nor- Acudamos a dos links de internet con el ob-
mas jurídicas, las políticas públicas y una jetivo de complementar este primer texto con
economía abierta a las exigencias de la digni- dos ejemplos de lucha por los derechos húmanos:
dad). el de los pueblos indígenas y el de las mujeres.
De este modo, nos atreveríamos a proponer La cuestión a responder sería la siguiente:
una nueva redacción de los primeros párrafos ¿tenemos los derechos o hay que luchar por
de la Declaración Universal en los siguientes conseguirlos?
términos: http://www.sipaz.org/documentos/ghandi/
Preámbulo: “…reconociendo que los burguete_esp.htm
derechos humanos no constituyen un “ideal http://www.chasque.net/cotidian/1998/
abstracto” que como todo horizonte se aleja a cladem27.htm
medida que nos acercamos, proclamamos que
tales derechos son el conjunto de procesos que II- Los derechos humanos en su complejidad:
los individuos y los grupos humanos ponen una nueva cultura de los derechos humanos.
en marcha cotidianamente para acceder a los “Mi principal cometido no es separar sino
bienes exigibles para una vida digna de ser vincular, lo cual me interesa sobre todo por
vivida” una razón metodológica: filosóficamente las
Artículo 1º.- Todos los seres humanos formas de la cultura son híbridas, mezcladas,
deben tener los instrumentos, medios y impuras, y ha llegado el momento, para el
condiciones necesarias para poder poner en análisis de la cultura de volver a ligar el
práctica “procesos de lucha por la dignidad análisis con sus realidades”
humana” (Edward W. Said, Cultura e imperialismo)
derechos se presentan como un hecho que está de situaciones de desempleo, ¿puede decirse que
ahí, dado de una vez por todas. Además, es algo existe realmente igualdad de trato en el marco
que tenemos todos sin tomar en consideración empresarial, cuando los trabajadores y trabaja-
nuestras circunstancias particulares. Esto puede doras no tienen seguridad de mantener su puesto
ser visto como algo positivo, pues “parece” ge- de trabajo? Según las estadísticas oficiales, a
neralizar a todos y a todas lo que se dice en la pesar de que en todas nuestras constituciones
Declaración “Universal”. Es como si nos dijeran, democráticas se consagra el principio de igual-
todos tenéis los instrumentos y los medios para dad formal de todos y todas ante la ley, por un
construiros vuestro palacio de cristal. Dos lado, constatamos que la realidad salarial de las
preguntas surgen inmediatamente cuando parti- mujeres aún sigue estando por debajo de la de
mos de la complejidad del concepto: ¿Por qué, los hombres (partiendo de las mismas condi-
entonces, no todos podemos construirlo? E, in- ciones y titulaciones) y, en segundo lugar, el
cluso, ¿no habrá pueblos en los que sus habitan- ámbito del “antiguo” derecho laboral está siendo
tes no quieran el palacio de cristal prometido sustituido por el concepto de “libertad” de
por los derechos, sino una pequeña tienda en trabajar (es decir, hay que ir reduciendo las po-
medio del desierto, pero, ¡claro está!, situada líticas públicas de empleo y dejar que sea el
cerca o al lado de una fuente de agua potable?. mercado, en el que confluyen individuos “libres”
Las cosas no son fáciles. Intentemos explicarnos el que decida quién y cómo se trabaja)..
con un poco más de detalle. Como puede verse las cosas no son tan
Por mucho que una norma (sea el reglamento fáciles. No podemos quedarnos tranquilos
de la circulación, sean los textos internacionales creyendo que con la existencia de una norma ya
de derechos humanos) diga que “tenemos” los tenemos el acceso a los bienes, (incluso si nos
derechos para conseguir, por ejemplo, la igual- referimos a la situación de los derechos en los
dad de trato en la carretera o en los palacios de países desarrollados económica y jurídicamente).
justicia, de pronto nos encontramos con la reali- Puede que la norma no pueda aplicarse por falta
dad, con los hechos concretos que vivimos y el de medios económicos. Puede que no se quiera
resultado definitivo puede ser muy diferente para aplicar por falta de voluntad política. O, quizá
unos que para otros. Todo dependerá de la situa- se dé el caso de que una persona o de un grupo
ción que cada uno ocupe en los procesos que partan de coordenadas culturales que impidan
facilitan u obstaculizan el acceso a los bienes su puesta en práctica. ¿Qué hacer con un instru-
materiales e inmateriales exigibles en cada con- mento que “tenemos” si no podemos ponerlo a
texto cultural para alcanzar la dignidad. funcionar por falta de medios, por falta de polí-
Veamos brevemente lo que ocurre con el ticas públicas o por razones que apelan a alguna
trabajo de las mujeres. A pesar del inmenso tradición considerada inamovible?
desarrollo económico y social de nuestras de- 3- A este grado de complejidad hay que añadir
mocracias, aún no se consigue considerar el algunas consideraciones jurídicas. Muy nece-
trabajo doméstico como una actividad creadora sarias, puesto que los defensores de los “dere-
de valor social, sino, simplemente como una chos humanos” luchan por extender política y
“obligación” familiar que les corresponde, so- judicialmente que estamos ante “normas jurídi-
bre todo, a las mujeres (trabajen fuera de casa o cas” integralmente exigibles frente a los tribuna-
lo hagan únicamente en el interior de los domi- les. Si esto es así –y de hecho ocurre de esta
cilios conyugales: lugares donde la violencia manera en el caso de algunos derechos, como
machista se despliega con toda su brutalidad). los individuales: libertades de expresión, infor-
¿Se tienen los derechos en el ámbito privado? mación, de concepción religiosa, etcétera—
Esto nos lleva a otras cuestiones aplicables a debemos detenernos un momento para saber un
otros ámbitos. Por ejemplo, a los ámbitos poco más acerca de lo que es una norma jurídi-
laborales. Si vemos las recientes formas de con- ca. Quizá esto nos explique las razones por las
tratar a las personas y la reproducción continua cuales los derechos individuales (civiles y polí-
ticos) son inmediatamente aplicables y los ahora se denomina neo-liberalismo), los actores
derechos sociales, económicos y culturales son que tengan el poder y que defiendan dicho sis-
sólo principios para “orientar” las políticas tema de valores intentarán denodadamente
económicas. imponer las normas –es decir, la forma de satis-
Aunque parezca algo redundante, toda nor- facer las necesidades y expectativas humanas—
ma –sea jurídica o moral—, tiene una naturaleza que más les convengan para reproducirlo lo más
“normativa”. Esto puede parecer un juego de posible.
palabras, pero no es así. Las normas, sean de la Una norma, pues, no describe ni crea nada
índole que sean, nunca describen hechos. Una por sí sola. Las normas están inscritas en siste-
norma nunca dice esto es así. Excepto, claro está, mas de valores, a partir de los cuales, por seguir
las normas programáticas que no pueden llevarse con nuestro ejemplo anterior, en nuestras socie-
ante los tribunales (por ejemplo, Art.1 de la dades, las mujeres –o, por poner otro ejemplo,
Constitución Española de 1978: España es un los trabajadores y trabajadoras migrantes—,
Estado social y democrático de derecho). Las ocupan puestos de menor responsabilidad y, en
normas jurídicas siempre postulan un deber ser, términos estadísticos, cobran menos por el
nunca un ser, pues, si no fuera así, no serían mismo trabajo que el que hipotéticamente pueda
normas, sino “descripciones sociológicas” o realizar un ciudadano/hombre.
propuestas ideológicas dominantes en el momen- Por tanto, estamos ante medios, ante instru-
to en que se formulan. mentos que prescriben comportamientos e
Una norma, y esto hay que reconocerlo des- imponen deberes y compromisos individuales y
de un principio, no es más que un medio, un grupales, siempre interpretados desde el siste-
instrumento a partir del cual se satisfacen, de un ma de valores dominante. Por ello, cuando
modo “normativo”, las necesidades y demandas hablamos de derechos humanos como si de un
de la sociedad. Una norma nada puede hacer por “hecho” se tratara, podemos llegar incluso a
sí sola, ya que siempre depende del conjunto de confundir a los ciudadanos y a las ciudadanas
valores que impera en una sociedad concreta. de un determinado entorno político y cultural,
Son de los sistemas de “valores dominantes” de pues puede que crean que con el sólo hecho de
donde surgen las normas y de donde surgen los que sus expectativas se conviertan en normas,
criterios más importantes para su justificación, ya tienen asegurado el acceso a los bienes para
interpretación o legitimación frente a los cuyo acceso esas normas debieron ser creadas.
ciudadanos y ciudadanas que están obligados a Pero, claro, uno se encuentra con que el sis-
cumplirlas. tema de valores hegemónico en nuestros días,
A partir de dicho sistema, las necesidades y es mayoritariamente neo-liberal, y, por consi-
expectativas humanas se satisfarán de un modo guiente, pone por encima a las libertades funcio-
concreto y no de otro. Si dicho sistema de valo- nales al mercado y por debajo a las políticas
res defiende lo público como un espacio nece- públicas de igualdad social, económica y cultu-
sario de intervención institucional para procu- ral. De este modo, la aplicación efectiva de las
rar una satisfacción igualitaria de dichas normas reconocidas en las constituciones o en
necesidades y expectativas, así serán las normas los diferentes ordenamientos jurídicos no van a
que los actores que defienden dicho sistema poder ser aplicadas en beneficio de un acceso
intentarán imponer (caso de los famosos, pero igualitario a los bienes, sino en función de los
ahora considerados como especies en extensión, “valores” que se postulan desde dicho sistema
“estados de bienestar”). Pero, si el sistema de económico, que tanta influencia ha tenido en el
valores que predomina es contrario a dicha desmantelamiento de lo que en nuestra consti-
satisfacción igualitaria, y afirma que la mejor tución se denomina Estado Social.
forma de satisfacer las necesidades es integrán- De ahí, las serias dificultades y obstáculos
dose en el marco de la competencia privada por con que se encuentran determinados grupos de
la acumulación creciente de beneficios (lo que personas. En primer lugar, como decimos, las
mujeres, y, junto a ellas, el resto de grupos hu- vistazo a nuestro alrededor, vemos que esto no
manos excluidos de las ventajas de la moder- ocurre así. Únicamente acudiendo a los Infor-
nidad occidental. Asimismo, podemos referirnos mes Anuales del prestigioso Programa de
a las dificultades de los sindicatos para imponer Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),
convenios colectivos a nivel nacional, dado que vemos, muchas veces aterrados, cómo el abis-
lo que predomina es la tendencia a negociar mo entre los países pobres y los países ricos crece
empresa por empresa y, casi, trabajador por cada año un poco más. Incluso, dentro de los
trabajador. Lo mismo puede decirse de otras países ricos se están creando enormes bolsas de
comunidades, como los pueblos indígenas o los pobreza y desempleo, ante las cuales las teorías
colectivos de migrantes, o de la gente que ha económicas y jurídicas no pueden, o no quieren,
crecido, a lo mejor al lado nuestro, percibiendo reaccionar. Y, sin embargo, se sigue diciendo,
culturalmente el mundo de otra manera diferen- quizá con buena voluntad, que todos “tienen”
te a como ha crecido un profesor de derecho los mismos derechos por el simple hecho de
occidental. haber nacido. ¿Haber nacido dónde?
No todos “tenemos” por igual los derechos, Esta complejidad del concepto nos va a
o sea, los instrumentos y medios para llevar obligar a realizar dos tipos de análisis que, a la
adelante nuestras luchas por el acceso a los postre, clarificarán nuestro fuerte compromiso
bienes necesarios para afirmar su propia con la capacidad humana genérica de luchar por
dignidad. la dignidad humana. Por un lado, analizaremos
Pero –y aquí nos estamos acercando ya a los los elementos “empíricos” de los derechos hu-
derechos humanos tal y como nosotros propo- manos (qué son, cuál puede ser su concepto,
nemos—, todos los seres humanos deberían cómo están fundamentados y positivizados in-
tener estos medios y también otros de mayor ternacionalmente). Por otro, nunca olvidaremos
alcance (políticos y económicos) que les doten que estamos en una materia que tiene claros
del suficiente poder a la hora de ejercer sus matices “normativos” (qué condiciones habrá
prácticas sociales en aras de la dignidad: es decir, que cumplir para que los seres tengan y puedan
tengan un acceso igualitario a los bienes y re- disfrutar de los derechos). Según nuestra opción,
cursos materiales e inmateriales que hacen dig- no podremos comprender de qué estamos ha-
na la vida de las personas. blando sin un análisis que no parta de dicha
complejidad teórica y dicho compromiso huma-
4- Como puede verse, la complejidad del
no.
concepto de “derechos humanos” es alta. Y tal y
como estamos intentando exponer aquí, dicha 5- Sin embargo, sea por la propia generalidad
complejidad sube muchos grados cuando con- de sus premisas o por la dispersión de enfoques,
fundimos, primero, lo “empírico” (el tener los gran parte de los acercamientos teóricos que han
derechos) con lo “normativo” (lo que debemos intentado comprender la naturaleza de los dere-
tener todas y todos); y, segundo, las buenas chos han caído en puras abstracciones, en vacías
intenciones de entidades e individuos (que están declaraciones de principios o en meras confu-
comprometidos con la generalización real y siones con categorías afines. Cualquier acerca-
efectiva de los derechos), con las realidades con- miento a los derechos que simplifique o reduzca
cretas y los obstáculos, sobre todo, políticos, su complejidad, supone siempre una deforma-
económicos y culturales que se interponen en- ción de peligrosas consecuencias para los que
tre la proclama humanitaria y los resultados con- cada día sufren las injusticias de un orden glo-
cretos que se obtienen. bal basado en la desigualdad y en la invisibi-
lización de las causas profundas de su empobre-
Al confundir lo empírico con lo normativo, cimiento. Como defendía el gran filósofo alemán
parece que los derechos están desde el primer de la primera mitad del siglo XX, nos referimos
momento conseguidos e incluidos en la vida a Theodor W. Adorno, los conflictos y desigual-
concreta de las personas. Y, con sólo echar un dades se dan a conocer, más que en sus manifes-
6- Por ello comenzamos estas páginas con el hay que entenderlos, pues, situados en un mar-
texto de Edward W. Said. Las formas de la cul- co, en un contexto, en un sistema de valores a
tura, de las que los derechos humanos son una partir del cual será más difícil o más fácil su
parte inescindible en estos inicios de siglo, son implementación práctica.
siempre híbridas, mezcladas e impuras. No hay 7- Por ello, no nos cansaremos de repetir que
formas culturales puras o neutrales, aunque esta en nuestro mundo –a pesar de la influencia de la
sea la tendencia ideológica de gran parte de la filosofía platónica y su división de la realidad
investigación social. Nuestras producciones en un mundo de esencias puras y otro de
culturales y, en consecuencia, aquellas con apariencias impuras—, no hay cabida para
trascendencia jurídica y política, son ficciones esencialismos de uno u otro tipo. Todo esencia-
culturales que aplicamos al proceso de cons- lismo, sea de la clase que sea, es el resultado de
trucción social de la realidad. Reconocer que una tendencia filosófica, desgraciadamente muy
nuestras categorías e instituciones se basan en extendida, a considerar una forma de reaccionar
ficciones culturales, no implica degradar su frente al mundo por encima de cualquier otro
naturaleza de instrumentos, de técnicas adecua- modo de percibir y actuar en él. Postular esencias
das para llevar a la práctica nuestra concepción consiste, por tanto, en superponer a la pluralidad
de la sociedad. Al contrario, es precisamente una de significados y símbolos que los seres huma-
forma de “saber” cuál es su verdadera naturaleza nos proponemos para entendernos mutuamente
y poner en evidencia que si han sido creadas por una esfera unitaria y homogénea de productos
seres humanos, éstos pueden cambiarlas si lo culturales que reduce la complejidad de lo real.
consideran conveniente y tienen el suficiente Esta tendencia, al final termina en alguna forma
poder para ello. Lo que queremos resaltar es algo de dogmatismo a partir del cual unos –los privi-
muy importante para el diálogo y la capacidad legiados por él— quieren o pretenden conven-
de transformación de lo real: todas estas cer a los desfavorecidos de que, aunque sean
construcciones están determinadas por la historia víctimas de un determinado orden, esto no es
y por la labor interpretativa de la humanidad. más que una apariencia o un momento temporal
Por algo en la raíz etimológica del término que acabará culminando por sí mismo en la
ficción está el verbo “hacer”. Como afirma el felicidad universal. En definitiva, el esencialismo
gran escritor norteamericano Ray Bradbury, el de los derechos humanos (los seres humanos
peligro de los seres humanos no reside en que tienen ya los derechos) propicia la ignorancia y
creen ficciones, sino en que les otorgan realidad la pasividad, en lugar de promover el conoci-
separada de sí mismos y son capaces de matarse miento y la acción.
por ellas. La búsqueda filosófica de la esencia, nos
Cuando nos introducimos en el estudio de induce a encontrar la “sustancia” de los fenó-
los derechos humanos (tanto de un modo menos, en algún lugar sagrado o trascendente.
empírico como normativo), estamos entrando en Lugar alejado de nuestra condición humana,
un ámbito de ficciones necesarias y de construc- desde el cual se juzgará –externamente a nuestra
ciones sociales, económicas, políticas y cultu- impura e incierta naturaleza de “animales
rales entrecruzadas y complejas. Los derechos culturales”— todos nuestros actos.
humanos, como cualquier producto cultural que Sin embargo, nosotros, en vez de buscar esas
manejemos, son producciones simbólicas que trascendencias separadas de lo humano, inda-
determinados grupos humanos crean para garemos en la sustancia real y material de los
reaccionar frente al entorno de relaciones en los derechos, en lo que “está” debajo, en lo que
que viven. Por tanto, es una grave irrespon- subyace, en lo que soporta todo el edificio de
sabilidad hacer análisis neutrales de los mismos. esas luchas mencionadas más arriba. Es decir,
Confundiendo “neutralidad” con seriedad cien- investigaremos el fondo necesario desde el que
tífica. Los derechos humanos, si queremos acer- entenderlos y ponerlos en práctica. El cual, para
carnos a ellos desde su intrínseca complejidad, nuestro punto de vista, no es otro que el contex-
to social, económico, político y cultural en el qué está buscando. Nuestro marinero borrachín
que tales derechos, como productos culturales dice que busca su cartera. El otro mira a su
que son, se dan. Utilicemos algunas metáforas: alrededor y no viéndola por ningún lado le dice
Las estrellas no pueden ser conocidas si previa- que allí no hay ninguna cartera. Eso ya lo sabía
mente no conocemos qué es el espacio. Ellas nuestro personaje. Se le había olvidado en la
están “situadas” y son una función del espacio. mesa de la taberna donde sin duda alguien se la
Del mismo modo, los campesinos están situa- había “encontrado” hacía tiempo. Nuestro
dos en la tierra, en sus diferentes formas de marinero, a pesar de las nubes etílicas, sabía con
apropiación y de producción, e, incluso, en su toda seguridad que su cartera no iba a estar allí,
amor y respeto por el territorio donde y para el pero también sabía que era el único lugar ilumi-
cual viven. Los trabajadores y trabajadoras nado en muchos kilómetros a la redonda.
industriales están situados en una específica for- Efectivamente, después de casi tres décadas
ma de producir que, como veremos más adelante, de ofensiva neoliberal y conservadora, seguimos
influirá decisivamente en sus relaciones indivi- buscando respuestas en los lugares donde los que
duales y colectivas. nos han robado la cartera han colocado su farol.
De ahí, que generalizando los derechos hu- Sabiendo que allí no encontraremos nada,
manos no puedan ser comprendidos fuera de los estamos empeñados en mirar únicamente donde
contextos sociales, económicos, políticos y se nos indica, con lo que las sombras que se
territoriales en los que, y para los que, se dan. extienden alrededor de nuestra forma de conocer
Por ello, para conocer un objeto cultural, el mundo son mucho más amplias que las luces
como son los derechos humanos, se debe huir que pretendidamente iluminan nuestras pregun-
de todo tipo de metafísicas u ontologías trascen- tas. Desde las “sombras” de un orden global no
dentes. Antes que eso es aconsejable una investi- transparente ni sometido a controles democráti-
gación que saque a relucir los vínculos que dicho cos nos gobiernan, y nosotros seguimos empe-
objeto tiene con la realidad. Con esto, abando- ñados en mirar en el lugar equivocado.
namos toda pretensión de pureza conceptual y 8- Las preguntas son muchas. Veamos
los contaminamos de contextos. “Mundani- algunas: ¿Podemos hoy entender los derechos
zamos” el objeto, para que el análisis no se quede del mismo modo que lo hacían los que redactaron
en la contemplación y control de la autonomía, la Declaración de 1948? Dada la situación actual
neutralidad o coherencia interna de las reglas, de predominio global de grandes corporaciones
sino que se extienda a descubrir y potenciar las empeñadas en apropiarse de lo público en su
relaciones que dicho objeto tiene con el mundo beneficio privado. ¿Nos podemos sentir satis-
híbrido, mezclado e impuro en el que vivimos. fechos ante análisis puramente formales y
Por desgracia, esta contextualización de los descontextualizados de los derechos? Si respon-
derechos no es algo que predomine en los demos afirmativamente a tales cuestiones, sur-
análisis y convenciones internaciones a ellos ge otra aún más inquietante: ¿Estamos buscan-
dirigidas. El contexto de los derechos no es do en el lugar adecuado? ¿Llegaremos algún día
visible. Cada día se celebran más y más reunio- a recobrar nuestra “cartera”?¿Nos situamos en
nes y se leen más y más argumentos que procla- un lugar seguro o más bien nos tambaleamos
man –formalista, especializada y “esencia- como marionetas en manos de magníficos y po-
listamente”— el éxito del sistema, su carácter derosos creadores de opinión?
único e inmodificable. Estamos como aquel Recurramos a nuestra mitología para encon-
marinero escocés que, después de haber toma- trar una referencia que aclare la posición que
do bastantes pintas de cerveza, buscaba su tenemos en este mundo de sombras. En Después
cartera bajo la luz del único farol que iluminaba de Babel, el gran maestro George Steiner,
la acera. En ese momento, se le acerca otro afirmaba lo siguiente: “en casi todas las lenguas
marinero, menos afectado por la mezcla de y ciclos legendarios encontramos un mito del
whisky y cerveza, y le pregunta qué hace ahí y enfrentamiento de rivales; duelo, lucha cuerpo
a cuerpo, confrontación de enigmas, cuyo pre- de antaño han pasado a mejor vida, nos deja
mio es la vida del perdedor”7. Nuestro enigma indemnes frente a los que conociendo nuestra
viene representado por dos figuras, la de Anteo debilidad se aprovechan y consiguen sus objeti-
y la de Heracles. Anteo, hijo de Poseidón (dios vos. En el vuelo de Anteo, se reproduce simbó-
del mar) y de Gea (diosa de la tierra), precursor licamente la imagen de investigadores y actores
de la enigmática ciudad de Tánger, seguro de sociales que se quedan únicamente con la luz
ser el protegido de su madre la diosa de la tierra, que procede de un solo foco ideológico y
obligaba a todos los viajeros que se adentraban desprecian el amplio mundo de “sombras” que
en su territorio a luchar contra él. Anteo era se proyecta más allá de nuestra mirada. Esta
invulnerable siempre que sus pies tocasen la tendencia nos hace sentir seguros en nuestro rei-
Tierra, su madre. Se sentía seguro e invencible no particular que consideramos el único, el uni-
mientras mantenía el contacto con su mundo de versal, el inmutable. Sin embargo, con sólo
certezas. El gigante se enfrentaba al mundo sin levantarnos de ese suelo repleto de ficciones –
plantearse el enigma que, como afirma Steiner, elevadas a dogmas— quedamos a merced de los
domina todas las historias legendarias; es decir, que conocen bien el contexto en el que nos mo-
actuaba creyendo con toda seguridad que nada vemos. Ya no habrá dos enigmas. Habitaremos
cambia, que todo permanece igual a sí mismo. en uno solo. Nos han movido de la base y nos
Pero en este escenario aparece la otra figura tambaleamos de acá para allá sin saber adónde
portadora también de su propio enigma; un enig- dirigir nuestras miradas. La derrota está asegu-
ma que asume el cambio y la transformación rada.
como formas de lucha contra todo tipo de certe- Bien para vencer, bien para vender cara
zas y de deseos de inmutabilidad. Heracles, en nuestra derrota, proponemos asumir la tarea de
su camino hacia las manzanas de oro situadas investigar y poner en práctica los derechos hu-
en el anhelado Jardín de las Hespérides, se topa manos desde toda su complejidad y desde todo
con Anteo. Los dos enigmas se enfrentan: el el compromiso que nos exigen. Los derechos
mundo de las certezas, de los que no creen u humanos, como, por lo general, todo fenómeno
ocultan ideológicamente que las cosas cambien; jurídico y político, están penetrados por intereses
el mundo de los que manejan la historia a su ideológicos y no pueden ser entendidos al
antojo estableciendo como universal su modelo margen de su trasfondo cultural y contextual.
de acción y de conocimiento. Y el mundo de la Sin embargo, como ocurre cuando un fenómeno
astucia; del que sabe que con su acción puede se reconoce jurídicamente, se comienza a ne-
transformar hasta misma voluntad de los dioses gar su carácter ideológico, su estrecha vincu-
y nos pone en evidencia que podemos ser “seres lación con intereses concretos, y su carácter cul-
humanos” completos si somos capaces de llevar tural; es decir, se le saca del contexto, se
a la práctica nuestra capacidad humana genéri- universaliza y, por ello, se le sustrae su capacidad
ca de transformación de las cosas existentes. y su posibilidad de transformarse y transformar
Heracles conocía el poder que puede otorgarnos el mundo. Esta tendencia es la que permite que
esa convicción y actuaba en consecuencia. Como el derecho pueda ser objeto exclusivamente de
era de esperar, Anteo desafió al intruso y ambos análisis lógico-formales y esté sometido a cierres
se enzarzaron en la pelea. Rápidamente Heracles epistemológicos que lo separan de los contex-
percibió el “enigma” de Anteo. Con un movi- tos y los intereses que necesariamente subyacen
miento certero lo alzó sobre sus hombros sepa- al mismo.
rándolo de la base sobre la cual radicaba todo Si por ideología entendemos un saber “lagu-
su poder, y logró vencerlo con toda facilidad. nar”, es decir, una forma de presentar nuestras
No estar preparado para pensar y actuar en perspectivas e intereses ocultando lo fundamen-
un mundo donde las certezas y las seguridades tal de las mismas. Y, por cultura, planteamos la
7
Steiner, G., Lecturas, obsesiones y otros ensayos, Alianza, Madrid, 1990, p. 543
malla compleja de significados, símbolos y for- seguros del universo conceptual de certezas que
mas de conocimiento que constituyen la matriz, predominaban en los 60 y 70. Nos han levanta-
el trasfondo de la conciencia y de la acción8. Los do del suelo y no debemos seguir dando patadas
derechos humanos deben ser estudiados y al aire.
llevados a la práctica, primero, desde un saber Y, segundo, el vuelo de Anteo nos advierte
crítico que desvele las elecciones y conflictos de otra cosa. Pensar que el único ámbito de
de intereses que se hallan detrás de todo debate libertad es el mercado, supone otro orden de
preñado de ideología, y, segundo, insertándolos certezas al cual debemos y podemos atacar. De
en los contextos sociales, culturales y políticos ser “anteos” debemos pasar a ocupar el papel de
en que necesariamente nacen, se reproducen y “heracles”. Nuestra labor de denuncia y nuestro
se transforman. Sólo de esta manera podremos activismo contra las injusticias que cada día co-
adaptarnos a las situaciones cambiantes y poder mete el orden global surgido de la reformulación
luchar con más armas que el conjunto de certe- neoliberal de Bretton Woods (es decir, la
zas heredado de una visión del mundo caduca e reordenación del orden global representado por
irreal. Frente a hechos nuevos, nuevas formas las acciones integradas de las siguientes
de resistencia. Así la derrota de Anteo preanun- instituciones: Banco Mundial, Fondo Monetario
ciará nuestra victoria. Internacional y Organización Mundial del Co-
9- Por lo que respecta a nuestro tema, los mercio), debe servir de acicate para que entre
derechos humanos en el siglo XXI, el enfren- todos podamos levantar al gigante de su mundo
tamiento entre Heracles y Anteo nos advierte de de certezas y vencerlo en todos sus frentes. La
dos cosas: primero, no debemos anquilosar el lucha ideológica, cultural, asociativa y, por qué
discurso y la práctica de los derechos en las dé- no, sindical y política, aún tiene su campo de
cadas de influencia de la economía keynesiana acción, tal y como se está demostrando en las
y su correlato político de Estado benefactor. anuales reuniones de decenas de miles de enti-
Desde los años 70, con las llamadas teorías dades sociales que se celebran en el denomina-
neocontractuales de la justicia, el orden capita- do Foro Social Mundial.
lista ha cambiado radicalmente el contexto en el Rebelarnos es asumir el testigo de la historia.
que vivíamos. Los no tan nuevos “amos del Como dijo Cortázar, la esperanza no nos
mundo” han aprendido de aquel procónsul pertenece a nosotros, sujetos cambiantes y, a
británico para Oriente Medio que escribió lo menudo, indiferentes; la esperanza –afirmó el
siguiente: “nosotros no gobernamos Egipto; sólo autor de Rayuela— le pertenece a la vida, es la
gobernamos a sus gobernantes”9. El papel regu- vida misma defendiéndose. Incluso de nuestra
lador del Estado ha cambiado, pues, de un modo peligrosa tendencia a la pasividad y al abando-
radical. Lo mismo ocurre con el trabajo, como no de la lucha. Activemos lo que nos hace ser
forma de acción humana creadora de valor “seres humanos completos”. Echémosle una
social. En este “cambio de contexto”, el trabajo mano a la esperanza.
productivo y todos los valores a él asociados han
pasado a ser algo secundario con relación a la
especulación financiera y al afán predatorio de 2. Cuatro condiciones y cuatro
empresas transnacionales que, amparadas bajo deberes básicos para una teoría
el principio liberal de lo que no está expresa- realista y crítica de los derechos
mente prohibido está permitido, actúan mundial- humanos.
mente trastocando e impidiendo cualquier polí-
tica de redistribución social de la renta. Estamos Pretendemos, pues, plantear las bases de una
ante otro contexto. Ya no nos podemos sentir “teoría realista” de los derechos que no se quede
8
Herrera Flores, J., El Proceso Cultural. Materiales para la creatividad humana, Aconcagua Libros, Sevilla, 2005; y, del mismo autor, Los derechos
humanos como productos culturales. Crítica del Humanismo Abstracto, Libros de la Catarata, Madrid, 2005.
9
Al-Sayid, A.L., Egypt and Cromer, Praeger, N.Y., p. 68.
encerrada entre los barrotes de la jaula de hierro minante. El pesimismo hace que la propia
de la teoría tradicional. Vamos en busca de una realidad pierde su carácter “real”y se convierta
“exterioridad” desde la que plantear nuevas en algo así como una “cosa” que no podemos
reflexiones y nuevas prácticas. Por “exterio- cambiar o un “ideal” que nunca podremos
ridad” entendemos la necesidad de salirnos del alcanzar. Nosotros defenderemos que toda
círculo vicioso en el que han caído las procla- realidad es susceptible de quiebra y transfor-
mas idealistas acerca de los derechos humanos. mación. No hay, pues, realidades “totales” o ab-
Desde estas idealizaciones de lo jurídico se solutamente “construidas”. Como decía el poe-
proponen cada vez más y más textos y conven- ta Gabriel Celaya, “todo está por inventar”.
ciones de derechos humanos y, paralelamente, y Apostamos, por consiguiente, por una actitud
esta tendencia convive con cada vez más y más optimista y realista a partir de la cual apuntar
violaciones de los mismos. Antes de comentar decididamente por el cambio y la transformación
las cuatro condiciones de nuestra teoría crítica, de los procesos de división del hacer humano
veamos un ejemplo paradigmático de esa
que facilitan a unos el acceso a los bienes y a
búsqueda de exterioridad a los principios de una
otros les pone trabas infranqueables. Partimos,
teoría tradicional de los derechos puede
pues, del reconocimiento de nuestra humana
encontrarse en la Carta de Principios que dirige
capacidad de hacer y des-hacer los mundos que
las actividades del Foro Social Mundial10.
nos vienen dados. Con ello, asumimos una visión
estrictamente “real” de la realidad, pues somos
I- Las cuatro condiciones.- conscientes de las quiebras, fisuras y porosidades
1) La primera condición es asegurar una del mundo en que nos ha tocado vivir. Ser rea-
visión realista del mundo en el que vivimos y listas significa, pues, saber en donde estamos y
sobre el que deseamos actuar utilizando los proponer caminos hacia donde ir. Ser realistas
medios que nos aportan los derechos humanos. supone, por tanto, apostar por la vida4
Es decir, es nuestro objetivo profundizar en el 2) Pero el pensamiento crítico va más allá.
entendimiento de la realidad para poder orien- Es un pensamiento de combate. Debe, pues,
tar racionalmente la actividad social. En este desempeñar un fuerte papel de concienciación
aspecto, el pensamiento crítico cumple su co- que ayude a luchar contra el adversario y a
metido cuando resulta esclarecedor, cuando nu- reforzar los propios objetivos y fines. Es decir,
tre nuestra lucidez. Optamos, pues, por plantear que sea eficaz con vistas a la movilización.
una predisposición positiva a la hora de enfren- No basta con el empleo del llamado “lenguaje
tar los múltiples problemas con los que nos en- políticamente correcto”, es decir, con el uso de
contramos todas y todos los que estamos com- una forma de hablar que no resulte ofensiva para
prometidos con los derechos humanos. En otros los grupos oprimidos (sean etnias o minorías,
términos, pretendemos generar la capacidad para mujeres, personas con diferentes opciones
captar aquello que nos resulta más propicio a la sexuales a las consideradas “normales”, inmi-
hora de reforzar una voluntad de hacer frente a grantes, medio ambiente, personas y grupos que
los problemas de acceso a los bienes. ejercen su derecho a migrar, etcétera). El lengua-
Queremos ser conscientes de las dificultades je políticamente correcto no es un fenómeno
y obstáculos con los que nos vamos a encontrar. simple. Por un lado, muestra los avances que se
Una mala noticia, la misma mala noticia, puede van imponiendo en la superación de muchas
ser abordada de manera diferente según sea este opresiones. Además, el cambio de lenguaje
ánimo. Una actitud pesimista no es más que el produce también, de rebote, un efecto positivo:
producto del reconocimiento de la impotencia a fuerza de nombrar a las cosas de otra forma
frente a la ideología hegemónica, es decir, do- puede modificarse la manera de verlas.
10
http://ciudadanosporsegovia.iespana.es/documentos.htm
11
(http://ciudadanosporsegovia.iespana.es/documentos.htm)
Pero, por otro lado, tiene algunas vertientes mundo y sentirse seguras y cohesionadas. Luc
no tan positivas, como por ejemplo la superfi- Boltanski y Ève Chiapello, en su libro sobre El
cialidad formalista. Se cambian las palabras más nuevo espíritu del capitalismo13 llaman justa-
rápidamente que las mentalidades, y no siempre mente la atención sobre el hecho de que durante
por convicción o por motivos de transformación veinte años el capitalismo se ha visto favoreci-
de los procesos de opresión, sino para evitar pro- do por el debilitamiento de la crítica que ha
blemas con los grupos de presión que defienden supuesto la separación absoluta entre los
el nuevo léxico. En realidad, el éxito del lenguaje acercamientos crítico/sociales 14 y los que
políticamente correcto, junto a sus puntos posi- Boltanski y Chiapello denominan acercamientos
tivos, denota un “seguidismo acrítico” hacia crítico/artistas15. Estamos entrando en un nuevo
aquellos grupos de presión que consiguen una período en el que ambas críticas deben unirse9,
posición de fuerza en el interior de un campo como único paso para enfrentarse a las políticas
social o de una sociedad. liberales y a la mundialización de una sola for-
Cuando un grupo determinado de personas ma de entender las relaciones sociales: la
o un movimiento social alternativo que encauza neoliberal.
la acción de las mismas en una dirección dife- Los desarrollos económicos, sociales,
rente a la impuesta por el orden hegemónico, culturales y técnicos del mundo contemporáneo
alcanzan esa posición de fuerza que les permite
se mueven en el sentido de la complejidad y no
hablar en su propio lenguaje, nos estamos acer-
ponen las cosas fáciles a la labor crítica.
cando a algo muy importante para una teoría
crítica de los derechos humanos: el empode- Véase, por ejemplo, el caso del derecho como
ramiento ciudadano. De todo lo cual, se deduce arma o como obstáculo para una acción crítica
la necesidad de complementar la adopción de afirmativa y constructiva. Como afirmaba el
esa “forma de hablar” políticamente correcta con mismo Max Weber, el derecho “formal” del
un tipo de “acciones políticas, sociales y cultu- obrero a contratar con el empresario no supone
rales incorrectas”, es decir, no susceptibles de para el obrero la menor libertad en cuanto a la
ser absorbidas por el leviathan de turno, sea el determinación de las condiciones de trabajo,
Estado o las Grandes Corporaciones Transna- puesto que en el mercado, dominado por los
cionales. Veamos una prueba de pensamiento de intereses acumulativos del capital, el empresario
combate en la siguiente declaración que denun- es quien dispone de la capacidad y la posibilidad
cia el abandono por parte de las Naciones Uni- de imponerlas16.
das de la lucha contra las violaciones de derechos Sin embargo, la existencia de unas normas
que imponen las empresas transnacionales y la jurídicas “garantizadoras” de los derechos
necesidad de un control sobre las actividades de laborales es algo importantísimo. Desde ellas,
las mismas12 podemos hacer evidentes las situaciones de
3) En tercer lugar, el pensamiento crítico vive desventaja en que nos sitúan las puras relacio-
en colectividades sociales determinadas, que nes de mercado. Asimismo, con una legislación
necesitan de él para configurar una visión del laboral garantizadora de los derechos de los
12
(http://www.cetim.ch/oldsite/2000/00FS04R4.htm)
13
Le nouvel esprit du capitalisme, París: Gallimard, 1999, p. 415. Hay traducción al castellano con el título de El nuevo espíritu del capitalismo, Akal,
Cuestiones de Antagonismo, Madrid, 2002.
14
Esta crítica social tendría dos vertientes: 1ª) El capitalismo como fuente de miseria de los trabajadores y de desigualdades de alcance desconocido en
el pasado; y 2ª) el capitalismo como fuente de oportunismo y de egoísmo que, favoreciendo solamente intereses particulares, actúa como destructor
de los lazos sociales y de las solidaridades comunitarias, en particular de una solidaridad mínima entre ricos y pobres.
15
Esta crítica artista tendría, asimismo, dos vertientes: 1ª) El capitalismo como fuente de desencanto y de inautenticidad de los objetos, de las personas,
de los sentimientos y, en general, del tipo de vida que se encuentra a él asociado; y 2ª) El capitalismo como fuente de opresión, en la medida en que
se opone a la libertad, a la autonomía y a la creatividad de los seres humanos sometidos bajo su imperio, por un lado, a la dominación del mercado
como fuerza impersonal que fija los precios, designa los hombres y los productos-servicios deseables y rechaza al resto y, por otro, a las formas de
subordinación de la condición salarial (disciplina de empresa, estrecha vigilancia por parte de los jefes y encuadramiento mediante reglamentos y
procedimientos).
16
Boltanski y Chiapello, op. cit. pp. 84 y ss (de la edición en castellano).
10
Weber, M., Sociología del Derecho, Comares, Granada, 2001. Ver, como complemento crítico, Supiot, A., “Du bon usage des lois en matière
d’emploi”, Droit Social, 3, 1997, pp. 229-242; Thévenot, L., “Les investissements de forme” en Conventions économiques, Cahiers du Centre
d’Études de l’Emploi, Paris, PUF, 1985; García, M.F., “La construction sociale d’un marché parfait: le marché au cadran de Fontaines-en Sologne”,
Actes de la Recherche en Sciences Sociales, 65, 1986. Cfr. Boltanski y Chiapello, El nuevo espíritu del capitalismo, op. cit. pp. 524 y ss.
11
http://www.eurosur.org/futuro/fut54.htm
crítico es, pues, y valga la redundancia, su que nos encontramos en la acción social, lo
función crítica, es decir, su riqueza en el rigor primero que tenemos que hacer es no ver nada
con el que acomete esta tarea de aumentar como eterno e inmutable. Esta forma de encarar
nuestra indignación y en su potencialidad de el pensamiento crítico nos permitirá ver y cons-
expandirse multilateralmente, tanto en lo que se truir caminos por todas partes. Donde otros
refiere a las cuestiones de justicia como a las de tropiezan con muros o con montañas, nosotros
explotación. vemos también un camino. Concretamente, dice
Criticar no consiste en destruir para crear o Benjamín: “(el pensamiento crítico) hace escom-
en negar para afirmar. Un pensamiento crítico bros de lo existente, (pero) no por los escom-
es siempre creativo y afirmativo. Y, al afirmar y bros mismos, sino por el camino que pasa a tra-
al crear, se distancian de lo que impide a la vés de ellos»12.
mayoría de los seres humanos ejercer sus capa-
cidades genéricas de hacer y de plantear alter- II- Los cuatro deberes básicos.-
nativas al orden existente. Por tanto, ser crítico
supone, afirmarse en los propios valores como Para construir ese camino sin imposiciones
algo que es preciso implementar en luchas y colonialistas ni universalistas y que tengan
garantizar con todos los medios posibles. Y, pa- puesta la vista siempre en la necesidad de generar
ralelamente, mostrar las contradicciones y las espacios de lucha por la dignidad debemos arti-
debilidades de los argumentos y las prácticas que cular esas cuatro condiciones previas a una serie
se nos oponen. Es, primero, apuntar la debilidad de deberes que nos induzcan a prácticas
de una idea, de un argumento, de un razona- emancipadores basadas en las luchas por la
miento, inclusive de los nuestros cuando no son dignidad.
consistentes, intentando corregirlos para refor- Compromisos y deberes, pues, que deben
zarlos. Pero no consiste en la destrucción de lo constituir la plataforma desde la que desplegar
que no nos conviene como resultado de una la voluntad de encuentro necesaria para la
pasión ciega, sino como el despliegue de una construcción de zonas de contacto emanci-
acción racional necesaria para poder avanzar. padoras, es decir, de zonas en las que los que se
Como decía Ernst Bloch, críticar no consis- encuentren en ellas puedan disfrutar de posicio-
te únicamente en decir “no”, sino en afirmar un nes de igualdad en el acceso a los bienes necesa-
“sí a algo diferente”. rios para una vida digna.
Sólo en este caso la crítica deja de ser una En primer lugar, el “reconocimiento” de que
“afirmación que subyace a una negación” y se todos debemos tener la posibilidad de reaccionar
convierte en una “negación que subyace a una culturalmente frente al entorno de relaciones en
afirmación”. La afirmación de algo nuevo nos el que vivimos.
debe servir para negar lo que rechazamos, y no En segundo lugar, el respeto como forma de
al revés: negar para afirmar. Lo previo es la concebir el reconocimiento como condición
afirmación productiva de nuestros valores, de necesaria, pero no suficiente a la hora de la
lo que se deducirá como consecuencia la construcción de la zona de contacto emanci-
negación de lo que no es conveniente a nuestros padora; a través del respeto aprendemos a dis-
esfuerzos por superar las condiciones de las tinguir quién tiene la posición de privilegio y
injusticias y las explotaciones que sufrimos. quién la de subordinación en el hipotético
Es difícil decirlo mejor de como lo hizo encuentro entre culturas.
Walter Benjamin en sus notas sobre el esa En tercer lugar, la reciprocidad, como base
capacidad humana genérica de hacer y des-hacer para saber devolver lo que hemos tomado de los
mundos. El filósofo alemán afirmaba que si pre- otros para construir nuestros privilegios, sea de
tendemos superar los condicionamientos con los los otros seres humanos, sea de la misma
12
Benjamín, W., “El carácter destructivo”, Discursos Interrumpidos I, Taurus, Medrid, 1973, pp. 160-161.
da de uno de los dos sistemas en confrontación, apropiación de las minas de diamante y las re-
el desafío radica en defendernos de la avalan- servas de hidrocarburos por parte de los gran-
cha ideológica de un neoliberalismo agresivo y des capitales internacionales, sobrevive una
destructor de las conquistas sociales tan trabajo- población en absoluto estado de pobreza y emer-
samente conquistadas durante las luchas de los gencia humanitaria. Solamente la presión del
años 60 y 70 del siglo pasado. pago de los exorbitantes intereses de la deuda
En los momentos actuales se ve preciso externa, llega en algunos países a alcanzar más
armarse de ideas y de conceptos que nos permi- del 30% de su PIB13.
tan avanzar en la lucha por la dignidad humana, Esto nos induce a la exigencia de rearmarnos
comenzando por asegurar las conquistas sociales de ideas, conceptos y prácticas a partir de las
conseguidas en las décadas de brillo del llamado cuales poder luchar contra un orden global
Estado del Bienestar. Incluso en los países don- basado en la rápida y desigual obtención de
de éste tuvo alguna virtualidad, dichas conquis- beneficios económicos que fluyen, no de activi-
tas sociales se ven cada día más amenazadas. dades productivas, sino de movimientos de
Qué decir de aquellas otras regiones y países capitales financieros que forman una burbuja
que ni siquiera gozaron de los medios y oportu- invisible casi imposible de controlar por parte
nidades necesarios –tanto políticos como econó- de los gobiernos nacionales.
micos— para lograr un desarrollo equitativo e Desde principios de los años setenta, estamos
integral que les permitiera re-distribuir de un asistiendo a la consolidación de un nuevo orden
modo más igualitario sus propios recursos. La global que se basa en la reestructuración del sis-
situación es “trágicamente” paradójica, pues en tema propuesto por John M. Keynes en Bretton
las regiones más desfavorecidas por el orden Woods, cuyo objetivo básico era evitar el abis-
económico global es de donde están surgiendo mo económico entre ricos y pobres en el marco
los capitales que financian gran parte del del Estado Nación y en el ámbito de las relacio-
inmenso desarrollo de los países y regiones del nes internacionales. Hoy en día, Bretton Woods
mundo desarrollado. Es lo que la famosa mili- ha sido reformulado14 y sus instituciones bási-
tante por los derechos humanos, Susan George, cas como el Fondo Monetario Internacional y el
ha llamado “la trampa de la deuda”, pues los Banco Mundial han quedado sometidas a las
países endeudados no pueden dedicar sus ya premisas neo-liberales del bosque de reglas,
exiguos presupuestos nacionales para favorecer principios y valores que componen lo que se
medidas sociales de integración y de redis- denomina la Organización Mundial del Comer-
tribución de sus propios recursos. Sus obliga- cio (la famosa OMC) que está impidiendo, en-
ciones “internacionales” hacen que gran parte tre otras muchas cosas, que los Estados
de los mismos se dediquen a la devolución de
nacionales puedan sacar del mercado algunos
los intereses de una deuda que supera ya
servicios esenciales para la comunidad, como,
cualquier límite pensable hace tan solo unos
por ejemplo, el agua potable o lo recursos
años. Todo ello, sin contar con la omnipresente
energéticos. Desde la implantación efectiva de
corrupción que impone un sistema donde los
la OMC en 1994, cualquier empresa pueda
capitales circulan con total libertad, mientras que
apropiarse de tales servicios y sacar tajada de lo
las personas encuentran cada vez más obstácu-
que deben ser bienes comunes a todas y a todos
los para ir de un lado a otro. Cualquiera que esté
los que habitan las ciudades y regiones del pla-
interesado en constatar tal hecho, no tiene más
neta15.
que informarse de los sucesos que están
ocurriendo en la recientemente pacificada An- Pero, asimismo, estamos asistiendo al
gola. Entre la rapiña de las elites corruptas y la renacimiento de nuevas luchas contra este nuevo
13
(http://www.eurosur.org/deudaexterna/)
14
(http://www.boell.org/spanish/431.html)
15
(http://www.tni.org/archives/bello/wsf-s.htm)
orden global. Los nombres de Seattle, Génova, te grado de desarrollo y distribución equitativa
Porto Alegre..., son ya símbolos de esas nuevas de los recursos). Entre la libertad y la igualdad
luchas y están entrando, aunque con dificultades, no puede darse ya, ni a nivel histórico ni
en las agendas de los medios de comunicación conceptual, una división absoluta. La libertad y
mundiales. Estos nuevos movimientos se están la igualdad son las dos caras de la misma
esforzando por construir lo que se viene deno- moneda. Una sin la otra no son nada. Sin
minando the globalization from bellow (la condiciones que pongan en práctica (políticas
globalización desde abajo: o, en otros términos, de igualdad, que se concretan en los Derechos
una “alter-globalización” atenta a las necesarias Sociales, Económicos y Culturales) las libertades
interrelaciones entre lo global y lo local). individuales (es decir, los Derechos Civiles y
Junto a estas luchas, vemos cómo cada día Políticos), ni aquellas ni éstas encontrarán cabi-
se va generalizando la conciencia por imponer da en nuestro mundo17
un “comercio con justicia” entre los países enri- Como afirma el economista indio Amartya
quecidos y empobrecidos. E, incluso, asistimos Sen, ya no debe hablarse sólo del “valor de la
a los inicios de un movimiento de estudio del libertad” sino de la “igualdad de la libertad”:
cumplimiento de los derechos sociales, econó- todo el mundo importa y la libertad que se
micos y laborales por parte de las Empresas garantiza a uno debe garantizarse a todos. El
Transnacionales que se han marchado a los paí- problema no reside, pues, en descifrar teórica-
ses del Sur para que cumplan los mismos re- mente qué derechos son los más importantes,
quisitos laborales, financieros y medioambien- sino en ir entendiendo que desde sus orígenes la
tales que cumplen en los países donde tienen su lucha por la dignidad ha tenido un carácter glo-
sede (ejemplo de ello es el Observatorio Social bal, no parcelado. Esta lucha por la dignidad es
que se está llevando a cabo en Brasil por parte el componente “universal” que nosotros propo-
de la Central Única de Trabajadores y en nemos. Si existe algo así como un elemento éti-
multitud de ciudades y regiones de nuestro pla- co y político universal, éste se reduce, para
neta). nosotros, a la lucha por la dignidad, de la cual
Todos estos son esfuerzos por llevar a la pueden y deben reclamarse beneficiarios todos
práctica esa perspectiva “nueva” que aquí de- los grupos y todas las personas que habitan
fendemos 16. Los derechos humanos deben nuestro mundo. De este modo, los derechos hu-
convertirse en la “horma” bajo la cual construir manos, no serían, ni más ni menos, que uno de
un nuevo concepto de justicia y de equidad que los medios –quizá el más importante—para
tenga en cuenta la realidad de la exclusión de llegar a ella.
casi el 80% de la humanidad de los “beneficios” La dignidad es, por consiguiente, el objetivo
de ese nuevo orden global. global por el que se lucha utilizando, entre otros
medios, el derecho. Por eso, y aunque sea una
buena medida pedagógica, debemos tener cui-
I.2-Integradora
dado en el uso de la famosa y extendida teoría
Partimos de la base, y esto lo veremos más de las generaciones de derechos (1ª generación:
detenidamente a lo largo de todas estas páginas, los derechos individuales; 2ª generación: los
que ya no podemos hablar sin rubor de dos clases derechos sociales; 3ª generación: los derechos
de derechos humanos: los individuales medioambientales; 4ª generación: los derechos
(libertades públicas) y los sociales, económicos culturales…) pues pensamos que supone una
y culturales. Sólo hay una clase de derechos para visión demasiado unilineal de la historia del
todas y todos: los derechos humanos (sobre todo, concepto. Como decimos, tal teoría permite que
en los países donde se ha alcanzado un suficien- pedagógicamente “visualicemos” cómo se ha ido
16
(http://uuhome.de/global/espanol/responsabilidad.html)
17
http://64.233.161.104/search?q=cache:fTDsrR4w5TMJ:tpdh.net/contenido/publicaciones/docs/rev-5/instrumentos.pdf+%22declaraci%
C3%B3n+de+Viena+1993%22&hl=es)
si no se potencian políticas de desarrollo inte- por el otro lado del papel. Desde nuestra concep-
gral, comunitario, local y, por supuesto, ción de los derechos, consideramos un
controlable por los propios afectados, insertos compromiso humano resistirnos a esa pretendi-
en el proceso mismo de respeto y consolidación da “fuerza compulsiva de los hechos” y plantear
de los derechos19. una alternativa que rechace todo tipo de
naturalización de una ideología, en favor de una
I.4-Y, finalmente, contextualizada en concepción histórica y contextualizada de la
prácticas sociales emancipadoras.- realidad de los derechos humanos. Esta alterna-
No podemos entender los derechos sin verlos tiva debe pasar por los siguientes pasos: 1)- re-
como parte de la lucha de grupos sociales cuperar la acción política de seres humanos
empeñados en promover la emancipación huma- corporales, con necesidades y expectativas con-
na por encima de las cadenas con las que se sigue cretas e insatisfechas; 2) la formulación de una
encontrando la humanidad en la mayor parte de filosofía impura de los derechos, es decir,
nuestro planeta. Los derechos humanos no sólo siempre contaminada de contexto; y 3)- la
se logran en el marco de las normas jurídicas recuperación de una metodología relacional: que
que propician su reconocimiento, sino también, busque los vínculos que unen los derechos hu-
y de un modo muy especial, en el de las prácticas manos a otras esferas de la realidad social, teó-
sociales de ONGs, de Asociaciones, de rica e institucional.
Movimientos Sociales, de Partidos Políticos, de
Iniciativas Ciudadanas y de reivindicaciones de
grupos, sean minoritarios (indígenas) o no I- Recuperar la acción política.-
(mujeres), que de un modo u otro han quedado La recuperación de lo político (polemos y
tradicionalmente marginados del proceso de polis: es decir, la posibilidad de los antagonis-
positivación y reconocimiento institucional de mos frente y dentro del orden de la ciudad), es
sus expectativas. una de las tareas más importantes de una teoría
Contextualizar los derechos como prácticas crítica y compleja de los derechos humanos. Con
sociales concretas nos facilitaría ir contra la ello romperíamos del todo con las posiciones
homogeneización, invisibilización, centraliza- naturalistas que conciben los derechos como una
ción y jerarquización de las prácticas institucio- esfera separada y previa a la acción política de-
nales tradicionales. Estaríamos ante un “inter- mocrática. Lo cual, como veremos más adelante
vencionismo humanitaro” llevado a cabo por los con mayor detalle, nos conduce a dos
propios actores sociales, una “guerra humani- consecuencias perversas. Por un lado, a una
taria de baja o nula intensidad violenta” contra concepción escindida de la acción social: a) la
un orden desigual en el que 200 personas poseen
acción dirigida a la persecución de los intereses
casi las dos terceras partes de la riqueza mun-
individuales y privados; y b) la acción dirigida a
dial, mientras que los 582 millones de habitan-
la construcción de espacios sociales, económicos
tes de los 43 países menos desarrollados sólo
y culturales colectivos, públicos y democráticos.
llegan al 15% de las mismas20.
Y, por otro lado, dicha condición previa de los
derechos nos conduce una visión estrecha de los
2. Construyendo la alternativa.- mismos, pues parece que, al no estar afectados
por lo político, por lo polémico, por lo que cam-
Escribía nuestro gran poeta Juan Ramón bia en función de los contextos y las relaciones
Jiménez: si os dan papel pautado/ escribid por de poder, deben considerar como un mundo de
el otro lado. Y nosotros queremos escribimos “cosas” inmodificables e inmutables.
19
(http://www.campus-oei.org/pensariberoamerica/ric00a04.htm)
20
Véanse las opiniones del activista por un movimiento social global emancipador François Houtart en (http://latinoamericana.org/2002/textos/castella-
no/Houtart.htm
Sin embargo, los derechos humanos no dan en los contextos, desplazando el conflicto y
pueden existir en un mundo ideal que espera ser la oposición a la esfera autónoma y separada de
puesto en práctica por una acción social escin- toda intervención institucional; es decir, envia-
dida entre lo público y lo privado. Y, ni mucho dos al ámbito de lo privado o al ámbito de lo
menos, se trata de categorías abstraídas de los espiritual.
contextos reales en los que vivimos. Al contra- Como afirma Chantal Mouffe, la base del li-
rio, los derechos humanos se van creando y re- beralismo político “racionalista” y “forma-
creando a medida que vamos actuando en el lista”que tuvo una gran influencia teórica en el
proceso de construcción social de la realidad. últlimo tercio del siglo XX, reside en la creencia
Veamos un poco más detenidamente estos pos- del fin de los antagonismos “clásicos”: fin de
tulados desde tres planos de análisis. las luchas de clase, fin de la historia... Con lo
1º).- Los derechos humanos no pueden ser que se intentaba legitimar y justificar la
entendidos separados de lo político. Entender hegemonía global de un solo sistema de valores
los derechos como algo previo a la acción so- (el del mercado auto-regulado y el de la demo-
cial supone establecer una dicotomía absoluta cracia reducida a sus aspectos puramente
entre “ideales” y “hechos”. Los ideales, o las electorales), una vez caído el muro de Berlín.
esencias –en términos platónicos—, formarían Por esta razón, tales teorías se imaginaban que
parte, bien de un mundo trascendente separado el derecho y la moral vendrían a ocupar el lugar
de las realidades cotidianas, bien de una de la política y que la victoria del capitalismo
subjetividad abstracta no situada en contextos sobre el socialismo real de los países del Este
reales de convivencia. Mientras que, por su par- europeo aseguraría el triunfo de la razón sobre
te, los hechos serían vistos como los elementos la barbarie.
que conforman la objetividad social, es decir, el El último tercio del siglo XX fue el inicio de
conjunto de obstáculos “objetivos” –situados una etapa de ceguera frente al continuo proceso
más acá del mundo tranquilo de las ideas— que de definición y redefinición de identidades
impiden la implementación real de esos ideales colectivas y de prácticas sociales que habían
abstractos. Por esa razón, los derechos huma- encontrado su “modus vivendi” en el marco de
nos “vistos como ideales” se presentan como la guerra fría entre dos sistemas contrapuestos.
instancias neutrales y previas con respecto a lo Casi sin percibirlo, fuimos poco a poco some-
político. Como esferas escindidas de todo lo que tidos a nuevos y, cada vez, más agresivos proce-
significa la vida, con todos sus conflictos, sus dimientos de acumulación de capital (por
consensos y sus incertidumbres. ejemplo, nuevos tipos de contratos laborales,
Sin embargo la realidad es la contraria, pues flexibilidad en los despidos…) y del estable-
todo producto cultural es siempre una categoría cimiento de nuevas fronteras de acumulación (en
impura, es decir, contaminada de contexto y la actualidad se están patentando hasta los
siempre sometida a las ineludibles relaciones de propios conocimientos tradicionales de los
poder. En definitiva, una concepción de los pueblos indígenas). Tal ceguera nos indujo a
derechos como ideales previos a la acción soci- dedicarnos a estudiar las nuevas “teorías de la
al conduce a una concepción muy restringida justicia” de autores tan premiados como el eco-
de lo político, pues lo reduce a la mera puesta nomista James Buchanan o el filósofo Robert
en práctica de valores que conforman algo así Nozick, como si las mismas no tuvieran como
como un “consenso ideal a priori”. Los ideales objetivo la eliminación de las conquistas sociales
–en nuestro caso los derechos humanos—, se obtenidas con tanto sufrimiento a lo largo del
piensan como productos dados de antemano y segundo tercio del siglo.
sin relación alguna con los conflictos sociales. Al considerar lo político como algo ajeno a
Es decir, estaríamos ante una concepción las luchas por la dignidad humana se dejó en
restringida de lo político: búsqueda de consen- suspenso todo lo que depende de la política en
sos al margen de los antagonismos reales que se su dimensión de relaciones de fuerza, de alte-
ridad, de adversario y de antagonismo. Y, cuando nos y las políticas concretas hay una estrecha
nos dimos cuenta, el nuevo orden ya estaba fun- relación de interdependencia.
cionando a toda máquina. En esa lucha por con- Lo político no es algo separado del contexto
quistar la “República del Centro” se fue negan- en el que nos encontramos y del lugar al que
do la posibilidad de una oposición real y la pretendemos encaminarnos. Desde luego no
irracionalidad de cualquier alternativa o de podemos estar inventando a cada segundo
experiencia conflictiva con todo aquello que “a cualquier historia sobre nosotros mismos, pero
priori” se planteaba como lo “universal”. Al fi- sí podemos y debemos hacer uso de nuestra
nal, esta epidemia de centrismo está siendo uti- imaginación21 y nuestra capacidad genérica de
lizada por posiciones extremistas que, apoyadas hacer y des-hacer mundos.
en esa eliminación de lo político, están despla-
Y 3º).- Necesitamos recuperar lo político
zando el conflicto hacia posiciones de plena
como esfera complementaria y paralela a la lucha
irracionalidad, sean nacionalistas o de pura xe-
por la dignidad “desde” los derechos humanos.
nofobia.
Teniendo siempre en mente que:
2º).- Los derechos humanos deben servirnos
Primero.- Recuperar lo político no consiste
para aumentar nuestra “potencia” y nuestra
en entender la política como la búsqueda de un
“capacidad” de actuar en el mundo. Entender
mejor o peor sistema de gobierno Desde aquí se
los derechos como algo previo a la acción soci-
al, supone partir de una posición filosófica con reduce la acción pública a una mera gestión de
consecuencias políticas conservadoras. Si los las crisis. Lo político es, más bien, una actividad
derechos humanos pertenecen a una esfera compartida con otros a la hora de crear mundos
trascendente a toda acción política se llega a alternativos al existente. La dignidad de lo polí-
asumir pasivamente el mundo que nos ha toca- tico no reside únicamente en la gestión, sino,
do vivir. Existiría algo así como una realidad – asimismo, en la creación de condiciones para el
una ontología de la pasividad— que no pode- desarrollo de las potencialidades humanas.
mos modificar, dado que está por encima de Segundo.- Es preciso apostar por una
nuestra capacidad de actuar en sociedad. El concepción amplia y no fragmentada de la
“mundo”se concibe bajo la forma de lo existen- acción. En todo acto de conocimiento hay
te, de lo dado, de lo hegemónico, reduciendo el siempre una propuesta normativa. No hay hia-
campo de lo político-estratégico a lo lógicamente tos insalvables entre lo que es y lo que debe ser.
compatible con la idea de una objetividad soci- Una cosa lleva necesariamente a la otra. Tanto
al cerrada sobre sí misma. el empirismo como el idealismo, al no relacio-
Para construir una teoría crítica y compleja nar sus propuestas con el trasfondo ni con el
de los derechos, necesitamos otra forma de en- contexto de la acción, acaban, como decíamos,
tender la acción social. Nosotros la denomina- naturalizando su objeto de estudio. Como
mos como ontología de la potencia, de la acción afirmaba Nietzsche, al mentir sobre lo que es se
política ciudadana siempre en tensión con las cierra toda posibilidad de hablar sobre lo que
tendencias que tienden a reificar, es decir, a debe ser. En el ámbito de los derechos humanos
cosificar, las relaciones sociales. Una ontología, no hay mayor falacia naturalista que la falacia
pues, que permita comprender y llevar a la del naturalismo, a partir de la cual, se nos pre-
práctica lo político-estratégico de un modo so- tende convencer que las propuestas normativas
cialmente compatible con una política democrá- de unos pocos hay que entenderlas como
tica de textura abierta. El ser no es lo estático, “hechos” incontrovertibles y universalizables a
sino lo que se entiende bajo la forma de lo todas y a todos. La parte se presenta como el
posible. Y, por tanto, entre los derechos huma- todo y el particularismo como un universalismo
21
(http://64.233.161.104/search?q=cache:vhbHcPpiRGQJ:www.crin.org/docs/resources/publications/sesion_especial.pdf+%22Convenci%C3%B3n+
de+los+derechos+del+ni%C3%B1o+1989%22&hl=es)
Y tercero.- Hay que reivindicar una concep- pensar, rezar y opinar libres de cualquier con-
ción amplia y corporal de los derechos huma- dicionamiento social y, además, con todas las
nos. Vivimos un mundo en el que los prejuicios garantías estatales imaginables. Pero disfrutar
ideológicos se viven como realidades. Si hay un de la salud, de un entorno limpio o de tener una
conflicto entre aquellos y éstas, peor para la vivienda digna, depende de elementos extraños
realidad. Uno de estos prejuicios es el del predo- a lo jurídico formal. Depende, como todo en
minio de una concepción que privilegia una nuestro mundo (incluidos los derechos indivi-
subjetividad reducida a lo mental (a los derechos duales), de los contextos en los que se sitúan.
individuales y políticos) por encima de otra que Pero, ¡claro está!, el sistema de valores domi-
considere relevante la corporalidad (a la nante apuesta por unos derechos y reniega de
complementariedad de los derechos individuales los otros.
y los derechos sociales, económicos y cultu- Al separar lo mental de lo corporal llegamos
rales). El “yo pienso” aparece como la única a entendernos como centros aislados de concien-
evidencia de nuestra existencia. Como defendía cia y acción. Nuestras necesidades, nuestros
el racionalismo del siglo XVII –con la honrosa cuerpos, el mundo que habitamos constituyen
excepción de Baruch Spinoza—, la existencia una realidad mundana que no es la nuestra, que
del otro, o de “lo otro”, sólo puede ser garanti- nos es ajena, extraña y contra la cual hay que
zada por la intervención de algo externo a noso- enfrentarse. Como el Adán pintado por Masaccio
tros mismos (Dios, la Armonía Preestablecida, nos tapamos la cara para no ver el mundo que
la Mano Invisible del Mercado…). Nuestra hemos creado por nuestro pecado: de ser un pa-
subjetividad parece quedar encerrada en el raíso, la vida se ha convertido en una condena
espacio que va desde nuestros ojos a nuestras que hay que cumplir atravesando este valle de
orejas. Lo mental predomina sobre lo corporal. lágrimas.
Lo espiritual sobre el conjunto de necesidades
Esto hay que cambiarlo. La propia interpre-
que nos hace ser seres humanos.
tación de los derechos humanos y fundamentales
Como ya veíamos, este imaginario cultural debe adaptarse a un mundo no dualista en el que
ha conducido, entre otras muchas derivaciones, mente y cuerpo vayan unidos. Y, como conse-
a una concepción restringida de los derechos: cuencia, defendemos una concepción “integral”
las libertades individuales (lo que otros llaman de los derechos, en los que se supere la dicotomía
los “bienes básicos”) se dan por garantizadas al entre derechos individuales y los derechos
ser incluidas en los textos normativos, sin nece- sociales, económicos y culturales. Para ello,
sidad de hacer referencia a las condiciones deberíamos comenzar reivindicando tres tipos
sociales, económicas o culturales que permitan de derechos: a) -derechos a la integridad corpo-
su puesta en práctica: lo mental triunfa sobre lo ral (contra todo tipo de torturas; de restricciones
corporal. Por ello, lo que tenga que ver con lo a nuestras potencialidades de expresión y
corporal (la salud, el medio ambiente, la vivien- creencia; de muertes violentas; de muertes
da, el trabajo, las pensiones...), exige la existen- evitables...); b) -derechos a la satisfacción de
cia de esas condiciones sociales, económicas y necesidades (derechos sociales, económicos...);
culturales para poder ser garantizadas a todos. c) -derechos de reconocimiento (de género, ét-
Lo corporal, dado que está sometido a los nicos, culturales, en definitiva, derechos de di-
contextos y nos une a los otros, hace que ferencia).
necesitemos la comunidad para poder satisfacer Todas estas propuestas, tienen, por consi-
nuestras exigencias; mientras que las libertades guiente un objetivo último: ir contra la natura-
individuales no necesitan contexto alguno para lización de los procesos a los que nos conduce
ser consideradas como derechos de plena el neo-liberalismo económico, político y cultu-
satisfacción. Los derechos sociales, económicos ral que nos domina. Y, a la vez, supone enfren-
y culturales son relegados a un segundo plano. tarse directamente a lo que más arriba denomi-
Es lo impuro, lo híbrido, lo mezclado. Podemos nábamos como fuerza compulsiva de los hechos
en aras de una ontología de la potencia y del ciones debemos “olvidar” lo que éramos y lo
empoderamiento ciudadanos. que teníamos. Sólo debemos tener en mente lo
Es hora ya de inventarnos un nuevo derecho que él denomina los “bienes básicos”; en otros
de habeas corpus que saque al cuerpo y a la términos, los derechos individuales y políticos.
subjetividad, con todas sus necesidades, debili- Rawls defiende en su libro que la libertad es un
dades y fortalezas, de la “jaula de hierro” en los valor separado y jerárquicamente superior a la
que la racionalidad dominante los ha encerrado. igualdad. Toda política pública, por ejemplo, de
impuestos progresivos que sirvan para financiar
II- Una filosofía impura de los derechos.- la implementación de los derechos sociales (po-
líticas, pues, de igualdad), puede quedar blo-
Desde las paradojas de Zenón (en las que queada dado que, al ser progresiva, afectaría
vemos al pobre de Aquiles intentando inútil- ineludiblemente a esa libertad abstracta de actuar
mente alcanzar a la lenta y sonriente tortuga) libremente en el mercado. Es una libertad con-
hasta el “patriotismo constitucional” (que nos cebida como principio puro y neutral de auto-
obliga a aceptar la actual configuración de nomía personal que se coloca en el frontispicio
derechos sin poder discutir la división estable- de todo el edificio jurídico y político. Quedando
cida entre los derechos individuales y los todo lo demás, subordinado a esa defensa a
derechos sociales, económicos y culturales), en
ultranza de la iniciativa privada liberada de
nuestra forma cultural de ver el mundo ha pre-
cualquier obstáculo institucional y social.
dominado el secuestro de la realidad.
Contra estas abstracciones (que tienen, por
Como hemos ido viendo una y otra vez, el
supuesto, objetivos de justificación del orden de
contexto, las circunstancias a partir de las cuales
dominación existente), nosotros pretendemos
se crean y se reproducen los ideales, constituyen
construir una teoría que, abandonando las pure-
para la teoría dominante distorsiones comuni-
zas e idealizaciones (de un único sistema de re-
cativas que hay que eliminar. Con ello, se pone
laciones sociales y una única forma de entender
entre paréntesis el objeto de nuestro conoci-
los derechos), apueste por una concepción ma-
miento: los derechos humanos en sus contex-
terialista de la realidad. Es decir, por una forma
tos. Incluso entregamos a una mano invisible (la
de concebir nuestro mundo como un mundo real,
del mercado auto-regulado), la solución de los
problemas con los que se enfrentan diariamente repleto de situaciones de desigualdad, de dife-
los militantes y defensores de los derechos. En rencias y disparidades, de impurezas y de
definitiva, la filosofía y la cultura occidentales mestizajes. En definitiva, lleno de contexto. Para
ha apostado desde sus inicios en Grecia por una nosotros, sólo lo impuro –lo contaminado de
reflexión sobre lo puro, lo incontaminado, lo contexto— puede ser objeto de nuestros conoci-
único, y por un rechazo de todo lo que se consi- mientos.
deraba impuro, contaminado, mezclado, plural. Veamos, en primer lugar, adónde nos condu-
La influencia del Uno incontaminado y se- cen los purismos intelectuales.
parado de la realidad puede rastrearse desde muy Plantear una teoría pura de lo que sea,
antiguo. Sin irnos muy lejos, la encontramos en supone una contradictio in terminis, ya que no
la idea de Leibniz de un “relojero universal” que podemos teorizar sobre lo que no podemos
garantiza una “armonía” entre los átomos en que, conocer, sino meramente contemplar. Lo puro
según su filosofía, está constituida la realidad. no tiene partes y sólo admite una narración
Asimismo, hallamos tal influencia de ese indirecta. Lo puro es lo intrínsecamente simple,
“uno” en la hipótesis del velo de ignorancia, lo únicamente “él mismo”. Sólo admite la
defendida por el filósofo de Harvard John Rawls contemplación inmediata de la mística.
a principios de los años setenta del siglo pasado Como decimos, a lo puro sólo puede llegarse
en su libro Una Teoría de la Justicia. Según por vía negativa, es decir, despojando al preten-
Rawls, a la hora de poner en práctica las institu- dido objeto de conocimiento de todas sus impu-
rezas y negándole sucesivamente los atributos se niega es precisamente el espacio donde los
de una existencia en sí y por sí. Hacia lo puro términos de la discusión hallarían su contexto.
sólo puede marcharse remontando desde lo im- Al hurtar la categoría de espacio –de punto de
puro (lo plural, lo relacionable, lo narrable) hacia apoyo para mover el mundo—, nos quedamos
lo que, en última instancia, no puede (ni quizá, sin la posibilidad de actuar sobre la realidad. Sólo
deba ser) descrito ni analizado. Estamos ante el tenemos una apariencia de acción. Apariencia
método dialéctico (parmenídeo-platónico) de de movimiento.
aproximaciones sucesivas e “infinitas” hacia 2) La segunda fobia nos conduce a la apa-
algo que nunca llegaremos a conocer. Desde esta riencia de pluralidad. La diversidad de las
metodología filosófica, Aquiles nunca alcanzará posiciones “puristas” se reduce al estableci-
a la tortuga. miento de la dualidad como mecanismo básico
Pero lo peor de todas estas tendencias hacia de la comprensión del mundo: mente-cuerpo;
la “pureza” de los análisis teóricos y de los sujeto-objeto; individual-colectivo, etcétera. Con
fenómenos sociales, es que, para una investi- ello, el purismo reniega de la pluralidad, estabi-
gación crítica y compleja de los derechos, el lizando en dos la multiplicidad de conexiones
mismo método nos va a impedir en el futuro de lo real.
volver a tomar contacto con el contexto (con lo Sin embargo, la dualidad es algo ajeno a la
plural, lo relacionable, lo narrable). La tortuga experiencia, dado que ésta es múltiple y dife-
se alejará sonriente, pues siempre habrá un obs- renciada. El dualismo, supone una esquema-
táculo formal –una mitad de una mitad— que tización y una reducción de la realidad a dos
impida a Aquiles dar el salto mortal hacia la polos. Y, lo que es más grave, promueve el
realidad. predominio de un polo sobre el otro: lo mental
Los planteamientos que defienden la “pure- está por encima de lo corporal, el sujeto es su-
za” de sus objetos de estudio –sean el arte, la perior al objeto, lo individual es más apreciado
lógica o los derechos— parten, pues, de un re- que lo colectivo, etcétera. Se establece, por tanto,
pudio o un ocultamiento de tres factores abso- una lógica de orden que desplaza la importancia
lutamente necesarios para entender los derechos del conflicto y la complementariedad de las
humanos en toda la complejidad de su múltiples y diferenciadas opciones en cuestión.
naturaleza: la acción, la pluralidad y el tiempo En nuestro mundo no hay dualismos absolu-
Tal pretensión de pureza supondría, por tan- tos, al estilo de la verdad relativa “versus” la
to, una triple fobia; 1) fobia a la acción; 2) fobia verdad absoluta; la libertad “versus” la necesi-
a la pluralidad; y 3) fobia al tiempo. Veámoslas dad; la inspiración estética “versus” la raciona-
una a una, para encontrar los caminos de salida. lidad técnica; intuición “versus” ciencia; particu-
1) La “fobia a la acción” supone la apariencia laridad “versus” universalidad; teoría “versus”
de movilidad. El único movimiento, la única práctica; forma “versus” contenido...Todos estos
acción que permite lo que se considera puro y falsos dilemas esquematizan nuestra forma de
neutral es la que continuamente se va deteniendo comprender y reaccionar frente a nuestros
en los grados intermedios. Va aplazando conti- entornos de relaciones. Nos colocan ante pre-
nuamente la llegada. Así, quedamos atrapados tendidas oposiciones irresolubles, que no
en un juego socrático de palabras y en una encuentran más salida que la imposición de una
sofística de la peor especie. Sabemos desde el como la buena, la mejor o la universal y
principio que, a pesar de la apariencia de desplazando la otra a lo malo, lo peor y lo parti-
movimiento, nunca llegaremos a la contem- cular/irracional. En definitiva, la dualidad es
plación de la idea pura o a la realización terrenal disyunción, desgarramiento, elección entre polos
del bien. La cuestión reside en que no nos mo- ficticios y reductores de toda complejidad.
vemos, sólo aplazamos indefinidamente el salto 3) Por último, el purismo se sostiene en la
final hacia el conocimiento, puesto que lo que apariencia de temporalidad. Lo puro se sitúa
en el origen de todo. Está excluido del devenir. cias que hacen de un determinado objeto la meta
Por un lado, idealiza un pasado (edad de oro) de nuestro infinito afán de conocer. Al ser
que estuvo y ya no está y nunca volverá a estar. narrable, lo impuro está inserto en la historia.
Y, por otro, postula de un modo escatológico un Por ello, necesitamos entender las razones de
futuro al que nunca se llegará. De un modo u su movilidad, de sus transformaciones, de sus
otro, niega el presente y las posibilidades de cambios. Conociendo lo real con todos sus
transformación. El devenir purista no es más que matices, sus rugosidades y sus circunstancias a
la repetición mediante la cual lo mismo se Aquiles le resultará muy fácil adelantar a la
convierte en lo mismo. No hay más futuro que tortuga. El sentido común –es decir, el sentido
la extensión de lo que domina en el presente. de “lo común”— triunfa. Y el rápido Aquiles
¡TINA! (There Is No Alternative), proclamaban saltará fácil y grácilmente por encima del lento
los neoliberales de los años setenta y ochenta animal. La tortuga mira sorprendida la sombra
Los tiempos se han cumplido. Estamos ya en el del filósofo Zenón que se aleja confuso, pues el
“final de la historia”. movimiento de lo real se ha interpuesto en sus
Rechazando el movimiento, se desprecia la pretensiones de considerar estáticamente al mun-
conciencia del espacio y de la relación entre los do en que vivimos.
fenómenos. Desdibujando la pluralidad, despre- Para nosotros lo humano es lo impuro. Y esto
ciamos la diferencia. Abominando del tiempo, se constata acudiendo al “libro” al que de un
se abandona la historia. modo u otro se remiten las tres grandes religiones
A lo puro sólo puede llegarse, pues, despo- monoteístas: El Génesis.
jándonos de todo lo impuro. Veamos, pues, en La expulsión del paraíso terrenal y la coloca-
qué consiste la afirmación de la impureza de la ción en la puerta del mismo de un ángel con una
realidad, y, por consiguiente, de las teorías, so- espada flamígera que nos impedirá, hagamos lo
bre todo aplicables a los derechos humanos. que hagamos, volver a él, constituye una imagen
Sólo lo impuro es cognoscible, en tanto que simbólica de gran alcance para comprender
se halla situado en un espacio, en un contexto, nuestras posteriores reacciones culturales. Al
en un determinado conjunto de situaciones. “pecar” contra la orden divina, los primeros se-
Asimismo, sólo lo impuro es describible, pues res asumen la naturaleza impura de nuestra
puede ser dividido en partes y estudiado en su condición humana, pero lo hacen con un fuerte
complejidad. Y, en último lugar, sólo lo impuro sentimiento de culpa y frustración. De ese modo,
es relatable, es decir, puede ser objeto de Adán y Eva aprehenden su cuerpo (pero, desde
nuestros diálogos, pues nos permite establecer la vergüenza), el espacio donde están (pero,
vínculos entre los fenómenos y está sometido a sintiendo la pérdida irreparable del paraíso), la
la “historia”, al devenir, a las narraciones que realidad de lo otro (la mujer como apéndice del
nos vamos contando unos a otros en el constan- hombre) y asumen el tiempo, su tiempo como
te proceso de humanización de nuestra propia castigo (la vejez, la inevitabilidad de la muerte).
humanidad. Lo impuro exige, por tanto, una vía Vamos convirtiéndonos en seres humanos, pero
positiva de acercamiento. Lo único que pode- con la nostalgia y el deseo irreprimibles de “ser
mos conocer es aquello que está situado, lo que como dioses”.
tiene una posición en un espacio concreto. El Una filosofía de lo impuro reivindicará, por
conocimiento de lo impuro exige reconocer los el contrario, el pecado y la rebeldía como forma
vínculos que se dan entre los fenómenos que de percibir nuestros cuerpos (sin vergüenza),
componen el objeto de nuestra investigación. nuestros otros (sin imposiciones) y nuestro
Asimismo, tomar conciencia de la esencial tiempo (sin escatologías trascendentes). Es decir,
pluralidad de todo objeto de conocimiento, o, lo apostamos por un modo de percibir y actuar en
que es lo mismo, su dis-posición a reconocer e el mundo que nos obliga a estar siempre atentos
integrar las diferencias. Lo impuro nos induce, a lo que llamamos los “matices de la condición”
pues, a reconocer los contenidos y las diferen- que son el movimiento, la pluralidad y el tiempo
como base de todo nuestro afán de conocimiento. Veamos cómo se pone en práctica una
Consecuentemente una filosofía de lo impuro teoría impura de los derechos, acudien-
entenderá los derechos humanos desde la do a los esfuerzos internacionales por
realidad de lo corporal, como la respuesta consagrar los derechos de los niños21.
normativa a un conjunto de necesidades y ex- Acudamos, para tal fin, a una de las pro-
pectativas que pretendemos satisfacer. blemáticas más terribles con las que se
Asimismo, es una filosofía que está siempre y encuentra gran parte de niños y niñas
en todo momento sometida a los avatares del en el mundo empobrecido: la prosti-
tiempo, visto como la posibilidad de cambio y tución y abusos sexuales ¿cabría una
transformación de lo real. Es una filosofía de la interpretación y una práctica “puristas”
alteridad, o, lo que es lo mismo, de la diferencia en tal materia? Veamos la Resolución
y de la pluralidad. Y, para terminar, es una de la Asamblea General de Naciones
filosofía que toma en cuenta el espacio, el con- Unidas A/RES/54/263 del 25 de mayo
texto físico y simbólico mundano al que hemos de 2000, en la que se establece un Pro-
sido “arrojados” –quizá afortunadamente— sin tocolo facultativo de la Convención so-
compasión. bre los Derechos del Niño de 198922
Resumiendo, una metodología impura de los relativo a la venta de niños, la prosti-
derechos humanos nos pondría delante de las tución infantil y la utilización de niños
siguientes categorías o instrumentos de trabajo: en la pornografía23.
22
(http://www.unicef.org/spanish/crc/crc.htm)
23
(http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu2/dopchild_sp.htm)
de producción nos es muy útil a la hora de supe- fabetismo o la falta de acceso al agua potable
rar los reduccionismos a que nos tiene acostum- que afectan a miles de millones de personas; a
brados la teoría tradicional de los derechos. hechos brutales como el que muestra que 250
Esquemáticamente estaríamos ante lo siguiente: millones de niños son explotados laboralmente
y en el que 30000 niños en el mundo mueren
cada día por enfermedades evitables24. ¿Cómo
abordar estas terribles “realidades” desde
concepciones ideales o metafísicas. ¿Es que aca-
so no vivimos en un mundo donde hay suficien-
tes recursos y capitales para evitar todo esto :
redistribuyendo tales recursos y capitales con el
objetivo de facilitar un acceso igualitario a los
Analicemos algunos fenómenos actuales des- bienes por parte de todas y de todos25.
de esta metodología relacional. En primer lu- La pregunta es ¿cabe la indiferencia frente
gar, atendamos a fenómenos tales como el anal- al contexto que vivimos a inicios del siglo XXI?
24
(Informe sobre el Desarrollo Humano 2000, Fuente ONU. Asequible en http://www.undp.org/hdr2000/spanish/HDR2000.html)
25
Leamos el extenso informe sobre las virtualidades y deficiencias de los programas de naciones unidas para el desarrollo y la necesidad de su
complementación con medidas democráticas en http://64.233.161.104/search?q=cache:KxAnkXM6yoYJ:www.rebelion.org/
noticia.php%3Fid%3D13566+%22pnud+2004%22+cr%C3%ADticas&hl=es