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Escuela Preparatoria Estatal NO.

10
“Rubén H. Rodríguez Moguel”
2do semestre
Bloque 2
Ada 3
Azulejos
Integrantes:
Aldridt Yahir Castro Chale
Edgar Leonardo Uitzil Ceh
Ulises Salvador Hernandez Guzmán
Jose Manuel Yam Gutiérrez
Alejandro Subiaur Gutiérrez
1°D
Grooming
es una serie de conductas y acciones deliberadamente emprendidas
por un adulto, a través de Internet,2 con el objetivo de ganarse la
amistad de un menor de edad, creando una conexión emocional con
el mismo, con el fin de disminuir las preocupaciones del menor y
poder abusar sexualmente de él. En algunos casos, se puede buscar la
introducción del menor al mundo de la prostitución infantil o la
producción de material pornográfico.
El daño al niño que ocurre en la pornografía infantil y en el engaño
pederasta tiene una dimensión inherentemente moral. El acto tiene
que ver con la vulnerabilidad en los niños, la cuestión del daño, la
inocencia infantil y la vulnerabilidad de los derechos individuales.3
El adulto que comete el delito (también conocido como groomer)
suele aprovechar el anonimato que ofrece internet para inventarse
ciertas identidades y, de este modo, engañar a los niños, con los que
trata de conseguir establecer ciertos lazos emocionales. El groomer
termina incurriendo en un delito de pornografía infantil, al que llega
a través del engaño, el chantaje y la extorsión.
En 2014, a través de una alianza con diferentes organizaciones (como
RedNATIC y Save the Children) de toda América latina, Google
presentó “Todo a 1 clic”. Una campaña de sensibilización y
participación en «ciudadanía digital» dirigida a adolescentes. Con
esta campaña intentó concientizar sobre diferentes temas: desde la
publicación abierta de datos personales hasta las consecuencias del
ciberacoso y el engaño pederasta.
La iniciativa está centrada en la promoción de un video que muestra
las situaciones diarias en las que los jóvenes toman decisiones sobre
el uso de la tecnología. Por ejemplo: el uso de computadoras ajenas,
la publicación abierta de datos e imágenes personales y compartir las
contraseñas, así como las consecuencias del ciberacoso (opinar sobre
los demás en la web) y el engaño pederasta (chatear con adultos
desconocidos).
Sexting
Este fenómeno se acrecienta gracias a las nuevas tecnologías y a la
mensajería efímera. Casi un 10% de los jóvenes de entre 10 y 16 años
han recibido fotos eróticas
es el fenómeno de fotografiarse en actitud provocativa para enviar
las imágenes a alguien de confianza. Desde hace varios años, este
hecho se va extendiendo entre los jóvenes gracias a las redes sociales
y aplicaciones de mensajería efímera tipo Snapchat, que prometen
que un mensaje se autodestruye pasado un cierto tiempo, lo que
ofrece una garantía de mandar imágenes subidas de tono de forma
privada.
En un principio comenzó haciendo referencia al envío de mensajes de
naturaleza sexual y con la evolución de los teléfonos móviles, ha
derivado en el envío de fotografías o vídeos de contenido sexual.
Esta práctica puede causar graves daños psicológicos a los jóvenes
que en la mayoría de los casos desconocen el destino final de sus
fotografías íntimas, según expertos en psicología, quienes advierten
que se trata de una práctica de alto riesgo.
Casi un 10% de los jóvenes de entre 10 y 16 años han recibido fotos
cargadas de erotismo. Las intercambian por fanfarronería, por
seducir o porque sus parejas se lo piden para generar morbo y
excitación. El problema viene cuando el que las recibe decide
difundirlas entre amigos o colgarlas en internet, tal vez derivada de
una ruptura y por despecho.
Pero esto puede generar consecuencias legales. Los menores que se
fotografían y las difunden pueden ser acusados de producción y
distribución de pornografía infantil y evitar así las secuelas
psicológicas.
Ciberbullying
cuando un niño o adolescente es molestado, amenazado, acosado,
humillado, avergonzado o abusado por otro niño o adolescente, a
través de Internet o cualquier medio de comunicación como teléfonos
móviles o tables.
Se caracteriza por que el acoso se da entre dos iguales, en este caso,
menores. Es importante distinguirlo, ya que existen otras prácticas en
la que se involucran adultos y que se denominan simplemente
ciberacoso o acoso cibernético, con las consecuencias legales que
tienen los actos de un mayor de edad en contra de un menor.
El ciberbullying no es algo que ocurra una sola vez y además se
presenta de distintas formas, desde insultos, discriminación o burla
sobre características físicas, forma de vestir, gustos, hacer pública
información o fotografías que avergüenzan a la víctima, robo de
identidad y suplantación, hasta amenazas de daño físico y otros
cargos que pueden ser tipificados como delincuencia juvenil.
Las formas de ciberbullying son acoso por mensajería instantánea
(WhatsApp, Messenger, Facebook, SMS), Robo de contraseñas,
Publicaciones ofensivas en Blogs, foros, sitios web y redes sociales
como Facebook, Twitter u otras y encuestas de popularidad para
humillar o amedrentar.
Los responsables del ciberbullying suelen ser adolescentes con poca
supervisión de sus padres y con un buen manejo de las tecnologías de
la información, además, tienen acceso a dispositivos como la
computadora o el teléfono celular.
El agresor, al igual que en el bullying, es alguien que puede tener
alguna problemática familiar o personal. En el caso del ciberbullying
también pueden ser personas que no tienen amigos y por lo tanto
utilizan una computadora o cualquier dispositivo móvil para acosar,
intimidar o agredir a otros, incluso, llegan a alterar sus horarios
para dormir, pues se desvelan por estar al pendiente de su víctima.
Cuando el estado emocional permanece alterado continuamente o
por largos periodos, puede llegar a desencadenarse algún problema
de salud física como gastritis o presión arterial elevada, ya que la
víctima no duerme, no come y está muy afectada. Inclusive, hay casos
en que la personalidad y la vulnerabilidad emocional pueden llevar a
un individuo a un intento de suicidio.
Las víctimas de acoso cibernético tienen ciertas características.
Normalmente son elegidas por los acosadores debido a que las
perciben como débiles emocional y físicamente, que se sienten o son
diferentes y quienes no van a tener el apoyo de sus iguales, pues estos
los han hecho a un lado. Es decir, son fácilmente identificables por
aquellos que van a molestarlos.
Las víctimas de ciberbullying pueden desarrollar a largo plazo
secuelas emocionales, cambios de personalidad característicos del
estrés postraumático, dificultades para relacionarse con los demás,
sensación de abandono y desesperanza, hostilidad, nerviosismo,
pérdida de la sensación de control.

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