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¿Pueden los MP3 y iPod dañar mi audición?

Si. Cuando el oído se expone a sonidos intensos se puede producir un daño auditivo en
ocasiones reversible y otras veces irreversible (hipoacusia o sordera). También es
importante destacar que influye mucho el tiempo de exposición al ruido. Es decir, no es lo
mismo oír música durante 1 hora que durante 8 horas.

¿El daño auditivo, es privativo de estos aparatos?

No. El daño auditivo no es privativo de estos aparatos, de hecho, ocurre siempre que la
intensidad supera los 100 decibeles durante un período prolongado, independientemente
de la fuente. También se observa daño auditivo luego de recitales o discotecas,
videojuegos, walkman, especialmente si hay cercanía con el parlante. A este daño se lo
denomina trauma acústico.

¿Cómo me doy cuenta que me estoy lastimando el oído?

El daño auditivo muchas veces comienza con zumbidos, se los llama acúfenos. En
general son agudos, sonido tipo grillos. En ocasiones el zumbido dura algunas horas y
luego desaparece. Otras veces se torna persistente. Este es un indicio de daño del oído
interno. El acúfeno se lo suele percibir más por la noche debido a que suele haber más
silencio en el ambiente. Otros avisos son los episodios temporarios de aturdimiento o
ensordecimiento que desaparecen al día siguiente. Cuando el daño es más importante,
aparece la dificultad para oír o para comprender lo que se dice (se escucha pero no se
entiende).

¿Hay algún estudio que me pueda decir si ya tengo problemas de audición?

Si. La audiometría tonal, logo audiometría y acufenometría permiten evidenciar daños


auditivos inclusive antes que el paciente lo note.

¿A que volumen me recomienda escuchar música con auriculares?

El volumen más apropiado es aquel que permite al mismo tiempo mantener una
conversación sin gritar con alguien que no está usando auriculares. Al no contar con
decibelímetro, este dato es suficiente para saber que estamos en una intensidad que no
provocará daño auditivo.

Cuando uso el MP3 durante mucho tiempo me duele el oído. A que se debe?

El orificio de la oreja (conducto auditivo externo) en ocasiones se puede irritar o inflamar


por la presión del auricular, especialmente los que se colocan adentro del mismo (de
inserción). Si esto ocurre seguido debe probar utilizar auriculares externos. Este tipo de
dolores no tienen ninguna relación con la pérdida auditiva.
El daño auditivo inducido por ruido representa una lesión irreversible, causada por elevados
niveles de presión sonora, sobre las células ciliadas del órgano de Corti, en el oído interno.
La presión sonora asociada al sonido o ruido se mide en unidades de presión, Newton por
metro cuadrado. La medición de la presión sonora constata que la intensidad del ruido no
crece proporcionalmente al crecimiento de los decibeles. Esto significa que un incremento
en 3 unidades del ruido en decibeles no implica que la intensidad del ruido es 3 puntos más
alto, sino que se ha duplicado. Tampoco los decibeles se suman, de modo que dos
máquinas que emitan 80 decibeles no hacen un ruido de 160 decibeles, sino tan sólo de
83 dB. Ruidos muy intensos y súbitos pueden lesionar el mecanismo de transmisión del
oído medio (tímpano, martillo, yunque y estribo) o dañar bruscamente el oído interno.

La pérdida auditiva se expresa como dificultad para entender conversaciones en


ambientes ruidosos, para escuchar televisión o responder el teléfono, además de tinitus
(pitos) y ocasionalmente vértigos. Se debe sospechar en personas expuestas a ruido
elevados que no han sido debidamente protegidas.

Esta enfermedad es indolora y debe prescribirse mediante la aplicación de audiometrías a


los trabajadores expuestos a ruido laboral.

Datos:
Alrededor del 30% de la población trabajadora y menores de 30 años , está expuesta a
niveles de ruido que provocan daño auditivo irreparable.

En USA se estima que de 30 millones de personas con daño auditivo (tomando en cuenta
una población promedio de 400 millones), 10 millones son originados en el trabajo.

En México el problema es parecido el porcentaje , de 120 millones , el promedio oscila


entre 11 y 12 millones de aztecas afectados o con problemas severos de audición. (INEGI
2016 )

Toda persona expuesta por períodos prolongados de tiempo a ruidos de intensidad


superior a 85 decibeles en una jornada diaria de 8 horas, sin protección auditiva, está
expuesto a tener un daño auditivo neurosensorial (sordera) irrecuperable.

Trabajadores expuestos a niveles de 85 dB son aquellos que utilizan o trabajan en las


proximidades de sierras, pulidoras, lijadoras, motosierras, motores, desconchadoras,
enlatadoras, turbinas, aserradoras, remachadoras, telares.
Causas de la pérdida de audición y la sordera
Causas congénitas

Las causas congénitas pueden determinar la pérdida de audición en el momento del


nacimiento o poco después. La pérdida de audición puede obedecer a factores
hereditarios y no hereditarios, o a complicaciones durante el embarazo y el parto, entre
ellas:

• rubéola materna, sífilis u otras infecciones durante el embarazo;


• bajo peso al nacer;
• asfixia del parto (falta de oxígeno en el momento del parto);
• uso inadecuado de ciertos medicamentos como aminoglucósidos, medicamentos
citotóxicos, antipalúdicos y diuréticos;
• ictericia grave durante el período neonatal, que puede lesionar el nervio auditivo
del recién nacido.

Causas adquiridas

Las causas adquiridas pueden provocar la pérdida de audición a cualquier edad.

• algunas enfermedades infecciosas, como la meningitis, el sarampión y la


parotiditis;
• la infección crónica del oído;
• la presencia de líquido en el oído (otitis media);
• el uso de algunos medicamentos, como los empleados para tratar las infecciones
neonatales, el paludismo, la tuberculosis farmacorresistente y distintos tipos de
cáncer;
• los traumatismos craneoencefálicos o de los oídos;
• la exposición al ruido excesivo, por ejemplo en entornos laborales en los que se
trabaja con maquinaria ruidosa o se producen explosiones;
• la exposición a sonidos muy elevados durante actividades recreativas, como el uso
de aparatos de audio personales a un volumen elevado durante períodos
prolongados de tiempo, o en bares, discotecas, conciertos y acontecimientos
deportivos;
• el envejecimiento, en concreto la degeneración de las células sensoriales; y
• la obstrucción del conducto auditivo producida por cerumen o cuerpos extraños.

En los niños, la otitis media crónica es una causa común de pérdida de audición.

PREVENCIÓN:
La prevención del daño auditivo no consiste en la mera entrega de protectores a los
trabajadores, sino en un conjunto de actividades controladas. El uso de protectores
auditivos es una parte del programa y debe evaluarse el tipo de protector y su nivel de
atenuación, el cual está descrito en su envase. Por tanto, es conveniente generar en los
lugares de trabajo un programa de conservación de la audición, que comprenda al menos
la determinación de la exposición al ruido, controles técnicos y administrativos del ruido,
protección auditiva, evaluaciones audiométricas y mantenimiento de registros de casos.

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