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Orígenes de las manifestaciones estéticas en el desarrollo de la técnica en animales

humanos y animales no-humanos.

Human beings, like all other organisms, are «active sub-


jects transforming nature according to its laws» and are
always in the course of adapting to the ecosystems they
themselves construct. (D. Harvey, 1993, p. 28)

El presente trabajo, más que ofrecer respuestas definitivas, busca abrir campo al estudio
comparativo y complementario, propuesto desde dos enfoques de comprensión y estudio de
este. Primero, desde el punto de vista hermenéutico-ontológico y, segundo, desde el punto de
vista de la etología cognitiva. Ambos enfoques brindan herramientas de compresión del
estudio acerca de los orígenes de la técnica como esquema de pensamiento social dentro de
las manifestaciones estéticas entre los animales humanos y no-humanos.

Lo anterior, teniendo en cuenta que tanto animales humanos como no-humanos se han visto
interpelados por un mundo que modela las formas de verlo y sentirlo.

Para ello, se necesita de mecanismos cognitivos y sensoriales para aprehender la función y


finalidad del ambiente físico que permita a todo ser vivo habitarlo. Así, se elucidará que la
técnica en sus formas y aplicaciones ha evolucionado en conjunto con todo ser vivo que sea
capaz de percibir relaciones causales entre fenómenos físicos y fenómenos psíquicos.

Las manifestaciones estéticas a través de la técnica en el arte precolombino

¿Cuándo surge el arte entre las antiguas sociedades nativas americanas? ¿Cuándo, en efecto,
se decide ir más allá de la mera funcionalidad para agregar un elemento, un rasgo estético
que no tiene sentido práctico y que se integra, la vivienda o la vasija? (Oliveras, 2007). Estas
no solo son preguntas esenciales sino, además, de difícil solución, pero con seguridad hay
elementos importantes que nos permiten comprender las circunstancias que rodearon estos
procesos hace miles de años.

Inicialmente, para hablar de manifestaciones estéticas, es indispensable definir qué es la


técnica como esquema de pensamiento social reflejado en la estética del arte precolombino.
Pues bien, esta es la configuración por parte de la inteligencia humana de los elementos y
procesos naturales para conseguir resultados y procesos ajenos a los ritmos de la naturaleza
y que son propios de todo agente o agentes intencionales (Choza, 2017, Quintanilla, 2005).
Aunque esta definición también puede ser extendida a los demás animales como se
evidenciará en el segundo apartado del presente ensayo.

Por otra parte, en la filosofía griega se establece una semejanza entre la palabra técnica y
forma y ésta encuentra su etimología en la palabra morphé, que significa esencia de la cosa,
algo que hace que una cosa sea lo que es (Choza, 2017). Una de las formas de la técnica que
se ha venido gestando desde el periodo neolítico hasta la conformación de grupos sociales
más complejos como los precolombinos, es la magia o artificio.

Esto empezó desde la aparición del Homo Habilis, gracias al modo de vida de cazador de
animales con buena fuente de proteína como la carne, lo que le proporcionaba un alto grado
de desarrollo fisiológico y anatómico de su cerebro. Para cazar, como es de suponer, se
necesitaba de la fabricación y utilización de utensilios en madera y piedra.

Luego viene la época donde lo real cobra un sentido cosmológico en la época del Homo
Erectus y del Neerdanthal, cuando hay una relación armoniosa entre individuos del clan y la
naturaleza que representaba una superioridad y un medio de crecimiento, subsistencia, y
estabilidad al ser humano para adaptarse en la medida en que transformaba lo que tenía
perceptible ante los sentidos, impregnándolo de un significado espiritual en relación a lo que
se consideraba como fuerzas de la naturaleza, en la que el ser humano se sentía hijo(a) de
toda esta, que era al mismo tiempo deificada. Es así como se llega a las manifestaciones
estéticas de las técnicas dentro del ámbito cosmológico, cognitivo, social y cultural en la que
toda técnica artística estaba impregnada de un valor cosmológico y estético del ser humano.

El arte precolombino es considerado como una expresión visual. Es todo el manejo de la


visualidad, modelando el pensamiento que es producto de la abstracción de la realidad vista
como una totalidad, complementándola con los elementos visuales con las que juega la
comunidad primitiva. Tales son: la textura, color, forma y simetría (Gran enciclopedia de
Colombia: Arte 1, 2007). Es de allí donde se define lo que es estética, sobre todo, desde el
punto de vista de la filósofa mexicana Katya Mendoki (2017), la cual retoma la definición
del filósofo alemán Alexander Gottlieb Baumgarten, en su libro fundacional de Aesthetica
(1750), la estética se define claramente como scientia cognitionis sensitivae, no como la
teoría del arte, sino como la ciencia del conocimiento sensible o adquirido por medio de los
sentidos.

Aquello se correlaciona con la tendencia que tenían las tribus primitivas precolombinas a
desplazar sus creencias y deseos hacia el objeto que es obra creada por ellos mismos. Es
como darle un sentido a la idea de que toda la naturaleza que le rodea es una manifestación
artística de un creador.

De lo dicho anteriormente, se complementa lo abarcado por el filósofo español Miguel Ángel


Quintanilla (2005), cuando define que “una acción intencional es la capacidad que tiene un
individuo o sistema al actuar acorde a la representación conceptual que se haga de la realidad
y de tener creencias acerca de ésta, que es capaz de asignar valores a determinados estados,
acontecimientos o cosas” (p 78).

De este modo, se reconoce que el arte rupestre, pictografías y petroglifos, constituye la


primera gran manifestación artística, aunque la gran dificultad estriba en la imposibilidad de
fechar estas manifestaciones. Los tallados sobre rocas pueden pertenecer a cualquier época
desde el poblamiento inicial hasta el momento mismo del contacto indo-europeo e incluso se
pueden haber ejecutado a todo lo largo del período precolombino. La escultura es el medio
tridimensional del tallado en piedras, oro y cerámica. (Gran enciclopedia de Colombia: Arte
1, 2007).

En ese sentido, en culturas como la Quimbaya con figuras antropomorfas denotan más la
modelación del concepto de persona, mientras que en la de Tumaco se devela mas el
sentimiento, ejemplo de ello, es la figura tallada en bronce de una madre dando de comer a
su bebé; también se puede observar figuras zoomorfas en la cultura Muisca, y en esta parte
se relaciona con los Zenúes del bajo magdalena, denotando y connotando un sentimiento y
creencia que es exteriorizado y desplegado de sí mismo hacia un objeto.

Aquí se evidencia la autopoiesis como componente propio de la estética: esa apertura del
cuerpo hacia los estímulos del mundo, pero que, en medio de esa relación entre los
organismos vivos y el entorno hay en primera instancia, la semiosis, al denotar experiencias
primigenias o legadas, como también objetos dentro del entorno y creaciones propias del ser
humano con una variable de significados. Se puede describir también la simbiosis entre el
ser humano y la naturaleza. No hay línea demarcatoria, hay una construcción
representacional de su propio mundo que comunica lo que las comunidades quieren
proyectar. Esto se evidencia en la modelación de un animal que es el símbolo filial e
identitario de un grupo determinado.

Por otro lado, el diseño gráfico como descripción esencial de las figuras geométricas que
representaba lo puro del ánima del sujeto colectivo, es uno de los principios básicos de la
estética del arte precolombino y hace parte de la tradición de la estilización y abstracción.

Culturas como las de calima, Quimbaya y muisca, hacen parte de este grupo. Estas se
caracterizan por el gráfico bidimensional como: la espiral, escalonado, la cruz, rombo y
circulo. Por lo general, estos elementos apuntan a la representación significativa de los
elementos de la naturaleza, espacio y tiempo. Y se puede fundamentar en las siguientes
condiciones de posibilidad para el fenómeno estético según Kant (Juco, 1994), que son: el
espacio-tiempo, el cuerpo y sus sentidos, la viveza emotiva y las convenciones culturales.
Espacio y tiempo son evidentemente necesarios para que se dé la percepción por medio de
los órganos sensoriales; la intuición y la percepción del espacio y del tiempo están
condicionados por la historia y la sociedad, y no son actividades meramente mentales; el
espacio es el «aquí» de mi cuerpo y el tiempo es el «ahora» de mi conciencia en el momento
de la sensación; gracias al espacio-tiempo, se comparte la co-subjetividad.

Un ejemplo de ello son las figuras elaboradas con oro y bronce pertenecientes a la cultura
Muisca ubicada en la cordillera oriental (600 d.C.-1600 d.C.) (Historia, Revista Credencial,
2015):

 El ícono del hombre estático, es un tipo de ícono antropomorfo que tiene una
simetría bilateral que solo se rompe ocasionalmente por una diferencia en la
posición de los brazos: la expresión del rostro es neutra. Uno de los aspectos de la
técnica en la que subyace la noción de estética es la apertura del ser humano con su
ser; un ser que se ve develado por la misma capacidad de reflexión elaborando
abstracciones de sí mismo.
 El vuelo chamánico: El profesor Gerard Reichel-Dolmatoff (1988), encontró en
muchas de las piezas de la colección del museo del oro una representación
recurrente que identificó como la expresión del vuelo estático del chamán. Su
análisis parte de la base de que, en las sociedades indígenas, tanto en las actuales
como en las antiguas, los chamanes son personajes de primera importancia en el
orden social y realizan funciones de curación, negociación de conflictos,
adivinación y otras que garantizan la paz y la estabilidad de la comunidad. Aquí la
concepción que se ha dado de técnica, en medio del carácter ritual y sagrado de
estos comportamientos, develan una forma de institucionalizar acciones
cohesionados a una función, que es la de compartir objetivos como propio de unos
resultados esperados: es la de seguir unos criterios de ser, pensar y actuar a partir
de una acción a seguir.

Estudio de las dimensiones estéticas a partir de la técnica en animales no-humanos

Anteriormente se había definido lo que es la técnica, su desarrollo y cómo las manifestaciones


estéticas dentro del arte juegan un papel fundamental en el desarrollo mismo de la técnica
como esquema de pensamiento social en medio de las interacciones de los seres vivos dentro
de un entorno que prescriben, construyen y deconstruyen como un todo orgánico.

Ahora bien, desde la etología cognitiva que estudia los procesos cognitivos y psicológicos
que subyacen al comportamiento de los animales, se observara que, dentro del contexto
evolutivo prevalece un impulso artístico en varias especies de animales, ya que hay
características entre humanos y otros animales, que convergen como la percepción que hace
parte de los procesos cognitivos de muchas especies; como ya se mencionó anteriormente, la
estética termina siendo la ciencia de la experiencia sensible. Esto le permite a todo ser vivo
sobrevivir, cohabitar y comprender su medio y las interacciones sociales que devienen y son
construidas y mediadas por la misma técnica para habitar su medio y que, a la vez, se encarga
de visibilizar y potencializar más las relaciones sociales, medios de adaptación y de
reproducción sexual y las dinámicas propias del entorno ecológico.

Debido a las diferencias fisiológicas y cognitivas de humanos y otros animales, resulta obvio
que haya diferencias significativas en la manera en que estos utilizan la técnica. “En aras de
la continuidad evolutiva no puede perderse de vista que la evolución no solo es continuidad
sino discontinuidad; aunque somos un animal más, somos un producto del árbol filogenético
con unas particularidades inherentes a nuestra especie como otras especies tienen las suyas”
(Caicedo, 2017, pág. 184).

En ese sentido se recurre al Canon de Morgan, cuando apunta por un modelo de explicación
basado en un criterio de simplicidad y analogía. Morgan no atribuir procesos mentales
superiores a animales no humanos si puede explicarse su comportamiento por medio de
procesos mentales inferiores en la escala psicológica, a menos que se cuente con evidencia
de que ese animal posee procesos mentales superiores. El criterio de simplicidad no hay que
tomarlo desde un punto de vista antropocéntrico como si estuviese aludiendo a una escala
evolutiva jerarquizada en la que el ser humano se encuentra en un primer rango, ni tampoco
caer en un antropomorfismo al explicar comportamientos similares a partir de mecanismos
psicológicos y fisiológicos también similares (Colmenares, 2015). Se trata más bien de dar
cuenta y comprender que todos esos atributos y características hacen parte de un proceso de
evolución por selección natural y reproducción sexual y el ambiente en que se ha visto
rodeado todo ente vivo.

Es importante dilucidar las variantes de los procesos cognitivos en el aprendizaje social, que
ayuda explicar cómo se presenta en el fenómeno cultural y formacional que se da en la técnica
en ciertos animales no humanos.

En concordancia con lo dicho anteriormente, Byrne admite que la inteligencia social ocurrió
hace aproximadamente 40Ma y después evolucionó la mente representacional que posiciona
a los simios antropomorfos por encima del resto de los demás simios y que define la
inteligencia técnica. Este salto evolutivo como lo llamó el doctor Byrne tuvo lugar hace 16
Ma. De allí que este se pregunte: “¿cuáles son las habilidades cognitivas especializadas que
surgieron para gestionar problemas planteados por el mundo físico?” el primatólogo Richard
Byrne y el psicólogo Josep Call identifican cuatro (Colmenares, 2015, pág. 234):

1. Mapa cognitivo avanzado: representación mental del ambiente físico que facilita la
organización del comportamiento en un espacio y tiempo complejo.
2. Hábitos de locomoción arbórea basada en la braquiación: la selección favoreció a los
simios antropomorfos para el ejercimiento de una mente representacional que les
permite simular las distancias, organizar y ejecutar los movimientos de una forma
más segura y eficiente.
3. El individuo podría activar un mecanismo meta representacional para resolver un
problema; este se basaría en la capacidad de representarse los estados mentales de
otros, sentir y percibir lo que otros perciben, creen o sienten (Colmenares, 2015, pág.
212)
4. Y, por último, en la construcción y fabricación de herramientas no solo para uso
doméstico, alimenticio y de bienestar, que implica una gran complejidad, flexibilidad
y una cognición física apropiada de las acciones empleadas en la manufactura de
esas herramientas; y en la organización de las acciones que emplean para procesar
diversos recursos tróficos.

Un ejemplo que se puede traer a colación es el citado por el biólogo Tomás Redondo: la
danza de las abejas descubierta por el etólogo austriaco Karl Von Frisch en 1967 que es
cuando la abeja transmite información a las demás abejas del panal mediante la danza circular
acerca del lugar donde se encuentra la fuente de alimento. De esta manera, si la distancia es
de 50-80 m se cumplen tres condiciones interesantes (Carranza, 1994, págs. 265-266):

1. En estas danzas circulares la abeja junto con otras dos realiza círculos para transmitir
a través del olor la fuente de alimento que son empleados por los receptores a la
delimitación de la búsqueda de la fuente
2. Si la fuente se encuentra a una distancia más lejana, las abejas recurren a una danza
más compleja cuya trayectoria sigue dos círculos en sentidos opuestos con una
secuencia de movimientos abdominales en su intersección, así como también en la
frecuencia de vibración de las alas.
3. En cambio, si se hace dentro del panal, dicho eje se orienta en relación al ángulo igual
al que debe desviarse del sol cuando abandone el panal

Esto indica claramente la ritualización de las señales que comunican el contenido de algo
explicito. Según Tomás Redondo estas señales de comunicación han sido producto de la
selección natural para que el reactor logre conocer las intenciones del actor para trabajar en
cooperación.
Dicho esto, se puede desarrollar de una forma más clara la manera como a partir de la etología
cognitiva puede rastrearse el modo cómo los demás animales perciben y estimulan su
ambiente y sus formas de relacionarse con sus congéneres a partir de una técnica.

En esa vía, apunta la catedrática española Ana cuevas (2016), las variables presentes en la
creación de artefactos que indican en estos medios u objetivos en sí para satisfacer deseos,
creencias. Y es una manera más de permitirle a todo actor y receptor, sea animal humano o
animal no humano habitar su propio entorno.

Es así como propósito y función son cualidades que deben tenerse en cuenta al considerar un
objeto como una herramienta; como también la intencionalidad que se expresa a los objetivos
que comparten unos agentes intencionales dentro de un sistema de acciones, lo que esboza
en parte Quintanilla (2017), Ortega y Gasset (1930) entre otros filósofos.

En ese orden de ideas, ese impulso artístico que se puede apreciar en ciertos animales tiene
una connotación estética explicada desde la biología con la selecciona natural, la
reproducción sexual y, sobre todo con la eficacia biológica; ya que si bien este componente
que podría parecer como algo propiamente humano; no lo es, ya que en contexto evolutivo
cada ser vivo con cuerpo, cerebro y conciencia al interactuar con su ambiente desarrollan, y
se activan en estos, mecanismos sensoriales y representacionales que les permite
experienciarse como individuos dentro de su entorno. Un entorno que es susceptible de ser
transformado en la medida en que genere un <<estar ahí>>, (si tomamos el término de
Heidegger), para su supervivencia aunado con un sentido de bienestar y cohabitar su espacio.

A partir de lo dicho, cito a la erudita y filósofa mexicana Katya Mandoki cuando arguye en
su texto que el detectar un estimulo y vincularlo a un significado implica la posibilidad de la
estética (aisthesis) y la semiosis que van de la mano. Puesto que ya la materia (entorno,
cuerpos, objetos) van cobrando sentido. Así, la percepción y significación permiten al cuerpo
abrirse y distinguir entre uno mismo y otro por autopoiesis. Por ejemplo, al decidir los demás
animales aproximarse o alejarse de un depredador o de ciertos alimentos tóxicos, elegir la
pareja para la copulación acorde a ciertos criterios o discernimientos que son heredados tanto
cultural como genéticamente. Todo por atracción o repulsión.
Además, que la evolución ha sido un proceso que apunta hacia un refuerzo de la percepción
o recepción de información sobre el entorno para optimizar posibilidades de adaptación
(Mandoki, El indispensable exceso de la estética, 2013).

Por ejemplo, una gran mayoría de investigadores opinan que los chimpancés aprenden a
manipular las herramientas a partir de un contexto conductual lúdico. El chimpancé usa como
herramienta los objetos que le rodean, en mayor medida que cualquier otro animal, a
excepción del ser humano.

En ese sentido, hay un ejemplo claro de cómo ciertas rasgos estéticos y artísticos no es un
don propiamente humano, sino que ha convergido dentro del desarrollo evolutivo con otras
especies como, por ejemplo, los chimpancés. En los años cincuenta del siglo pasado el
etólogo y pintor Desmond Morris empezó sus trabajos con el joven chimpancé Congo. Éste
tenía un estilo enérgico en el que parecía cubrir todo un cuadro de forma simétrica, con
variaciones rítmicas y contrastes de color muy llamativos, lo cual claramente evidenciaba
cierto grado de abstracción manifestado en los contornos, formas y líneas (Waal, 2002) .

Es, debido a ello, que los biólogos creen que los animales no son ajenos a lo estético. Otro
ejemplo que se puede considerar son las decoraciones de los nidos que realizan los
tilonorrincos de Nueva Guinea (también conocidos como bowerbird) como recurso para
demostrar su galantería frente a las hembras, constituyen buenos ejemplos de
manifestaciones artísticas. Esta ave es perteneciente a la familia Ptilonorhynchidae -aves con
forma de gorrión. Son las únicas aves que construyen estructuras elaboradas, conocidas como
nidos emparrados.

Este nido está elaborado con base a objetos de su entorno que consigue en el camino. Esta
acción de selección y elaboración son rasgos indispensables para discernir su papel de
inventor con base al modelo de aprendizaje por ensayo y error (aprendizaje individual) a un
aprendizaje social que ya se ha vuelto cultural. La forma del nido y los colores utilizados son
elegidos a partir del gusto del macho por su necesidad de compensar la falta de tonalidades
en su plumaje (en el caso de las aves con un color uniforme1.

1
Consultado en: https://culturacolectiva.com/diseno/el-nido-de-amor-del-ave-
tilonorrinco/
A partir de aquello se justifica en lo que recalca Cuevas desde Oswalt (Badallo, 2016)) en un
trabajo sobre taxonomía de la producción de artefactos entre distintos grupos humanos,
señaló una distinción muy interesante de lo que seria los naturfactos y los artefactos. Los
primeros han sido extraídos del medio ambiente sin modificarse y empleados como una
extensión del organismo. Y se necesitaría del reconocimiento de las propiedades físicas del
objeto a usar para llevar a cabo una tarea, mientras que en los segundos (artefactos) hay una
modificación intencional para mejorar su utilidad.

A partir de todo ello se podría inferir que no hay una separación tajante entre naturaleza y
cultura; y, que el ser humano al igual que el resto de los animales, complejizan en su medida
las mismas estructuras naturales y artificiales. Y, en muchos casos, dependen de factores
medio ambientales y sociales. Por ello la estética es la dimensión de la cultura que, implica
que, desarrollado a partir de la técnica como esquemas representacionales intencionales
dentro de un agente o agentes, actúan en un mismo sistema de acciones en función de algo.

¿Se puede hacer un estudio comparativo desde el enfoque de la etología cognitiva y lo


hermenéutico-ontológico de la técnica como esquema de pensamiento social dentro de
los componentes estéticos entre animales humanos y animales no-humanos?

Para concluir en el presente apartado, es menester decir que la técnica es la vía o


procedimiento que da forma a todo aquello que se reflexiona, se interioriza, se siente e
involucra la manifestación de las inquietudes por parte de un grupo en relación a un ambiente
físico y social.

Ahora bien, en ese sentido, la técnica es el conjunto de herramientas que da forma a aquellos
procesos de enseñanza-aprendizaje social tanto en los animales humanos como en los no
humanos, que permite a todo ente orgánico cohesionar a partir de técnicas sea presentada
como esquema mental o de un conjunto de procesos materiales para continuar y perseguir
fines, lo cual implica coordinación y cooperación, así como creatividad. También se ve
reflejada en la construcción de artefactos que llevan a cabo dicho fin. De hecho, la técnica ha
evolucionado y mediado desde los inicios del ser humano y de ciertos animales.
Es así como en el presente trabajo se hizo un estudio de las manifestaciones estéticas en el
desarrollo de la técnica, una desde un enfoque hermenéutico-ontológico, en la que se
evidencia una interpretación de las condiciones de posibilidad de existencia a través de la
técnica en la que el ser humano devela sus formas de sentir y vivir el mundo, la otra, desde
la etología cognitiva, que estudia los mecanismos psicológicos del comportamiento no solo
de nosotros, sino de los demás animales.

Y, de una u otra manera, hay una relación estrecha entre la evolución del ser humano en su
parte cognitiva y fisiológica con la evolución de la técnica que implica un modo de poder
extender gracias a esta, creencias, deseos y habilidades físicas y cognitivas. Si hay una
observación a la hora de la caza y luego la imitación de tal acto, hay un desarrollo genuino
de una técnica que permite visibilizar y potencializar habilidades y funciones psicomotoras
del cerebro, aunque en los primates sucedió hace aproximadamente 40 Ma.

En ese sentido, cada organización animal humana y no humana (sobre todo mamíferos), tiene
su propio grado de complejidad acorde a los estímulos ambientales y sociales ante los que
reacciona, y los mecanismos de respuesta dentro de un contexto determinado.

En la estética del arte precolombino se ve un grado obviamente de sofisticación por sus


representaciones simbólicas, producto de un grado abstracto en la concepción que tiene el ser
humano de la naturaleza de manera parsimoniosa. Lo primero que se podría decir es que
nosotros utilizamos las herramientas para extender nuestras capacidades físicas. Pero esto,
también, lo hacen los animales. Y, en ocasiones, se debe a prácticas culturales que a factores
ambientales. De allí que se evidencie que también hay cultura material en los demás
animales, por la construcción de herramientas con fines prácticos.

Por ejemplo, Se ha registrado que la manera cómo los chimpancés del Mt. Assirik (Senegal)
y los chimpancés de Gambe (Tanzania) usan palitos termiteros se debe a las preferencias
culturales que tienen cada una de las comunidades de primates. Una prueba para ello son las
variaciones que tiene una misma comunidad de chimpancés en cuanto a su modo de
fabricación y uso de las herramientas
De este modo, Hay procesos cognitivos y conductuales que permite a todo ser vivo social
adherirse por un impulso de bienestar físico y emocional a unas formas y modos de relaciones
que les permiten seguir coexistiendo

Una convergencia que se puede colegir con el punto de vista de la Dr. Katya Mandoki, es la
que abarca otro tema de la técnica, que son las expresiones de acciones sociales, desde un
enfoque ontológico-hermenéutico, donde se puede evidenciar en el desarrollo de esta, la
posibilidad de reconocer, adaptarse, cohabitar y transformar su ambiente, ya que tanto
animales humanos como no humanos sintiéndose como -fuera- o en estado de extrañamiento
desde su hábitat, no encuentran seguridad y protección ante aquello que le desagrada, sea por
fenómenos naturales, sea por invasión o depredadores, o, por la posibilidad de construir un
sentido de identidad de las propiedades físicas de su espacio, así como la de los demás
individuos.

Trabajos citados
Badallo, A. C. (2016). Artefactualidad animal. Ludus Vitalis, XXIV(45), 155-173.

Caicedo, O. D. (2017). ¿pueden pensar los animales no humanos? Ludus Vitalis, XXV(48), 181-208.

Carranza, J. (1994). Etología: introducción a la ciencia del comportamiento. cáceres, España: los
autores y la universidad de extremadura.

Choza, J. (2017). la humanizacion del cosmos. La técnica. En R. G. José San Martin Esplugues,
Técnica y ser humano (págs. 1-36). México: Centro de estudios filosoficos, politicos y
sociales Vicente Lombardo Toledano.

Colmenares, F. (2015). Fundamentos de Psicobiologia Vol. II. Madrid: sintesís

Gran enciclopedia de Colombia: Arte 1. (2007). Colombia: circulo de lectores S.A.

Historia, Revista Credencial. (2015). La manifestaciones artísticas en la época precolombina.


Revista Credencial Historia, 2-15.

Juco, M. F. (1994). la crítica del juicio y la filosofía de Kant. España: Ediciones Universidad de
Navarra. EUNSA.

Mandoki, K. (2013). El indispensable exceso de la estética. México: siglo XXI editores México.

Mandoki, K. (2017). Bio-estética: la evolucion de la sensibilidad en la naturaleza. revista


colombiana de pensamiento estético e historia del arte, 5, 193-216. Recuperado el 5 de
Junio de 2018
Oliveras, E. (2007). Estética, la cuestión del arte. Buenos Aires: Emecé.

Pi, S. (1984). El chimpancé y los origenes de la cultura. Barcelona: Ed. Anthropos.

Quintanilla, M. (2017). Tecnología: un enfoque filosófico y otros ensayos de Filosofía de la


tecnología. México: F.C.E.

Waal, F. d. (2002). El simio y el aprendiz del sushi. Barcelona: Paidós Ibérica.

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