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Ocaña 28 de septiembre del 2016

Señor
JUEZ MUNICIPAL DE OCAÑA, N.S. (REPARTO)
E.S.D.

Ref.: Acción de Tutela


ACCIONANTE: PEDRO HELI LEON MARTINEZ
ACCIONADO: COMFAORIENTE EPS-S
PEDRO HELI LEON MARTINEZ mayor de edad, vecino y residente en la carrera 44 No 44-05 del
Barrio Colinas Florida de esta ciudad identificado con la C.C. No 88.142.272 de Ocaña, Norte de
Santander, respetuosamente me dirijo ante usted y su despacho a solicitarle el amparo constitucional
establecido en el artículo 86 de la Constitución Política denominado ACCION DE TUTELA en contra
de COMFAORIENTE EPS-S y/o quien corresponda, con base en los siguientes:
HECHOS
PRIMERO: Soy un hombre de 52 años de edad, con un diagnóstico
de BLOQUEO AURICULOVENTRICULAR COMPLETO.
SEGUNDO: Que con mis condiciones de salud me toca trabajar para sostener mi casa en construcción.
TERCERO: Que debido a mi situación no me siento capaz de solventar los gastos para trasladarme
hacia otra ciudad en este caso Bucaramanga, ni mucho menos sostenerme en esa ciudad en
alimentación, hospedaje y transporte urbano si debo quedarme y debo asistir con un acompañante
debido a mi estado.
CUARTO: Debido a mi condición económica me veo en la obligación de solicitarle a usted señor(a)
Juez intervenga para que la empresa a la cual estoy afiliado en salud me proporcione los viáticos ida y
regreso, estadía y alimentación con gastos de transporte urbano para poder cumplir con el
requerimiento del médico tratante y poder asistir a la remisión del médico tratante como es la cita de
consulta por CARDIOLOGO PARA REVISION REPROGRAMACION DE APARATO MARCAPASO
SOD.

QUINTO: Espero favorable la decisión del señor Juez ya que mi situación en estos momentos es muy
precaria.

PRETENCIONES
PRIMERO: TUTELAR, los derechos fundamentales constitucionales a la SEGURIDAD SOCIAL, LA
VIDA, A LA SALUD EN CONDICIONES DIGNAS Y JUSTAS.

SEGUNDO: Ordenar al Director de COMFAORIENTE EPS-S , al INSTITUTO DEPARTAMENTAL DE


SALUD y/o quien corresponda, que cumpla con mi pretensión y autorice los gastos y viáticos
correspondiente a transporte intermunicipal, y urbano, alojamiento y alimentación, dada mi dificultad
para sufragar dichos gastos por mi cuenta, para desplazarnos desde el municipio de Ocaña, N. de S.,
a la ciudad de Bucaramanga (y viceversa) mientras tenga que desplazarme de nuestro lugar de origen
a la ciudad de Bucaramanga y/o nuevas ciudades, con un acompañante por mi estado de salud, con el
fin de que pueda recibir atención y así poder lograr el restablecimiento de mi salud al que
tengo derecho además no me siento capacitado para trabajar debido al cansancio por mi condición de
salud.
TERCERO: Prevenir al DIRECTOR de COMFAORIENTE- EPS-S e INSTITUTO DEPARTAMENTAL
DE SALUD, de que en ningún caso vuelvan a incurrir en las acciones que dieron mérito a iniciar esta
tutela y que si lo hacen serán sancionadas conforme lo dispone el artículo 52 del Decreto 2591/91
(arresto, multa, sanciones penales).

CUARTO: Ordenar al FOSYGA rembolsar a la EPS los gastos que realice en el cumplimiento de esta
tutela conforme lo dispuesto por la Corte Constitucional en la sentencia 480/97.

QUINTO: Solicito se me brinde toda la ATENCION INTEGRAL que en adelante requiere para
mi correcto tratamiento y recuperación.
DERECHOS VIOLADOS
Con la omisión por parte de COMFAORIENTE EPS-S, estimo que se me está vulnerando el derecho a
la salud en conexidad con el derecho fundamental a la vida e integridad personal, la accesibilidad a los
servicios de salud y la seguridad social en relación a los artículos 47, 48 y 49 de la Constitución Política;
Al no podernos desplazarnos a la ciudad de Bucaramanga (ciudad distinta a nuestro lugar de origen)
para que pueda recibir la atención médica, habrá una barrera que limita el pleno goce de mi derecho a
la vida.
El derecho a la salud y seguridad social se encuentran así:
 En la Constitución Política de Colombia en los arts. 47, 48 y 49.
 En la Declaración Universal de Derechos Humanos, art. 22
 En el Pacto Internacional de Derechos Económicos y Sociales, art.9 y 10 h, 12 Y 14.2.B.
 En la Convención Americana de Sobre Derechos Humanos, Art.26.

CONCEPTO DE VIOLACIÓN
La Jurisprudencia de la Corte Constitucional ha determinado que en escenarios concretos los entes que
suministran servicios de salud tienen el compromiso de proporcionar los mecanismos para que sus
afiliados logren trasladarse a las zonas o ciudades en los que consigan tener acceso a los servicios
médicos que no son prestados en su lugar de domicilio. Así, porque el aseguramiento de todas las
personas a tener acceso al recobro de la salud, no puede ser concebida como una mera norma, sino
como un mandamiento constitucional que “debe ser real y no formal”.
Acerca de lo anterior la Corte se manifestó de esta manera:
“Existen situaciones en que la entidad prestadora se niega a suministrar los medios para que el paciente
acceda al tratamiento, del cual depende la recuperación de su estado de salud y, a la vez, se comprueba
de forma objetiva que tanto el usuario como su familia carecen de los recursos económicos suficientes
para sufragar el costo del transporte. En estas circunstancias se abre la posibilidad que sea el Estado
quien financie el traslado, bien por sí mismo o a través de las entidades que prestan el servicio público
de atención en salud, ya que, de no garantizarse el traslado del paciente, se vulnerarían sus derechos
fundamentales al privarlo, en la práctica, de los procedimientos requeridos, cuando de estos depende
la conservación de su integridad física y el mantenimiento de la vida en condiciones dignas.
Los supuestos fácticos necesarios para la aplicación de la regla jurisprudencial sobre la excepción del
deber de solidaridad frente a la financiación del traslado de pacientes fueron definidos por la Corte en
la Sentencia T – 467 de 2002 (M.P. Eduardo Montealegre Lynett), decisión que estimó la obligatoriedad
de prestar el servicio del transporte del usuario por parte de la empresa prestadora de salud o la
administradora del régimen subsidiado cuando: (i) se está ante e incumplimiento de la regulación sobre
transporte de pacientes, que obliga a una EPS o a una ARS a prestar el servicio bajo ciertas
circunstancias (ii) el paciente no pueda desplazarse por sus propios medios, ni su familia cuente con los
recursos suficientes para ayudarle a acudir a los servicios de la entidad prestadora de servicios de salud
a la cual está afiliado (iii) tal situación ponga en riesgo su vida o su integridad, y (iv) pese a haber
despegado todos los esfuerzos exigibles, no existen posibilidades reales y razonables con los cuales
poder ofrecer ese servicio.
En orden a lo anterior, y dependiendo de cada caso en particular, esta Corporación ha indicado que si
bien en principio, la obligación de acudir a un tratamiento médico corresponde de forma prevalente al
paciente y a su familia, existen ciertos eventos (incapacidad económica para asumir el pago del
tratamiento médico o que el servicio requerido no sea prestado en el lugar de residencia del paciente)
en los cuales el deber recae en la institución prestadora de salud o en el Estado a través de sus
entidades prestadoras de salud.
Así, la correspondiente E.P.S., está obligada a cubrir el costo del transporte de sus usuarios, en dos
eventualidades: (1) cuando se trata de zonas especiales en donde se paga una UPC diferencial mayor,
de acuerdo con lo dispuesto en la Resolución N° 5261 de 1994 y (2) aquellos eventos relativos a
tratamientos incluidos en el P.O.S, siempre que el paciente demuestre que le es imposible desplazarse
por sus propios medios, y que su familia no cuenta con los recursos necesarios para ayudarlo. En
cualquier otra situación, es decir, cuando el tratamiento requerido no se encuentre en el P.O.S, y se
compruebe la incapacidad económica del afiliado, es el Estado quien con cargo al Fosyga, debe
financiar el valor del transporte hasta el sitio donde efectivamente deba realizarse el tratamiento
médico”.
JURISPRUDENCIA DE LA CORTE CONSTITUCIONAL SOBRE PAGOS DE TRANSPORTE
La Corte Constitucional mediante Sentencia T-962/05 se pronunció con relación al tema así:
“Suministro de gastos de transporte a los afiliados al régimen subsidiado de salud como
medida para garantizar el componente de accesibilidad de su derecho fundamental a la salud
De acuerdo con el literal D del artículo 1° del Acuerdo 72 de 1997 del CNSSS, se encuentran incluidos
en el POS-S solamente el transporte de los pacientes hospitalizados por enfermedades consideradas
de alto costo y el traslado interinstitucional por urgencia. Por tanto, el trasporte cuyo suministro solicita
la tutelante no es, en principio, responsabilidad de la ARS a la que se encuentra afiliada, razón por la
cual la Sala debe ocuparse de los casos en los que procede la inaplicación de las normas relativas a
la cobertura del POS-S en eventos como el que ahora se estudia.

Lo primero que debe mencionarse al respecto es que es obligación de las entidades administradoras
del sistema de salud - EPS o ARS – no someter a sus usuarios a trámites internos y burocráticos, y
evitar en la medida de sus posibilidades cualquier traumatismo que interfiera en el normal desarrollo
de sus tratamientos médicos, lo que incluye la obligación prestar los servicios en los lugares de
residencia de sus usuarios, y de no ser ello posible, hacerlo en lugares cercanos. Para sustraerse de
estas obligaciones, las EPS y ARS no puede aducir argumentos de tipo presupuestal, pues como de
manera reiterada ha sostenido esta Corporación, la garantía de los derechos fundamentales a la salud
y a la vida no puede dar espera, ni es justo someter a los usuarios a dilaciones que no les son
imputables.1
Ahora bien, de no ser posible la prestación de los servicios en los lugares de residencia de los
afiliados, la Corte ha señalado que el transporte de éstos hasta los sitios donde podrán recibirlos, en
principio, está a cargo del mismo usuario o de sus familiares cercanos, como manifestación del deber
de solidaridad que la Carta asigna a los particulares en su artículo 95.2
No obstante, también ha indicado que en aras de garantizar el derecho fundamental a la salud de
los usuarios y, en particular, su componente de accesibilidad 3, el juez de tutela puede ordenar
a las EPS o ARS, con cargo a los recursos del FOSYGA o del subsidio a la oferta, según sea el
caso, el suministro de pasajes y gastos de manutención y alojamiento en otra localidad,
siempre que en el caso concreto advierta las siguientes circunstancias: (i) que se encuentre
demostrado que ni el paciente ni su familia cuentan con ingresos suficientes para sufragar el
costo del traslado a la localidad donde debe ser suministrado el servicio, (ii) que se encuentre
acreditado que la prestación de éste es indispensable para garantizar el derecho a la salud o a
la integridad del paciente, y (iii) que pese a haber desplegado todos los esfuerzos exigibles, no
existan posibilidades reales y razonables de que la EPS o ARS pueda ofrecer el servicio en el
lugar de residencia del usuario.4
Así, por ejemplo, en la sentencia T-197 de 2003, M.P. Jaime Córdoba Triviño, la Corte concedió el
amparo solicitado por un beneficiario del régimen contributivo que padecía crisis epilépticas
multifocales desde los 14 meses de edad, y quien debía desplazarse hasta la ciudad de Cartagena
para recibir atención especializada en la Fundación Instituto para la Rehabilitación de la Epilepsia,
toda vez que el tratamiento que se le había suministrado en su municipio no había surtido los
resultados esperados. Esta Corporación entonces encontró, por una parte, que el peticionario era una
persona discapacitada que no podía desplazarse sólo hasta el lugar donde se le realizaría el nuevo
tratamiento, y, por otra, que su familia carecía de recursos para hacerse cargo de su traslado junto
con un acompañante. Por estas razones, en vista de la importancia que revestía la atención médica
que se reclamaba, la Corte ordenó a la EPS suministrar los pasajes, con posibilidad de repetir contra
el FOSYGA.
Luego, en la sentencia T-797 de 2003, M.P. Rodrigo Escobar Gil, la Corte se ocupó del caso de una
afiliada al régimen contributivo residente en Valledupar, que padecía enfermedad de hodgkin y que
requería de manera urgente valoración oncológica y la práctica de quimioterapias. La EPS a la que
se encontraba afiliada no tenía contrato con ninguna IPS que pudiera suministrar estos servicios en
su lugar de residencia, por lo que había sido remitida a otra ciudad. En tanto la tutelante no contaba
con recursos para sufragar su traslado y, por otro lado, dado su grave estado de salud y la urgencia
de las quimioterapias, la Corte ordenó a la EPS celebrar un contrato con una IPS de Valledupar que
pudiera practicar el tratamiento o, en su defecto, sufragar el traslado y los gastos de alojamiento de la
demandante en la ciudad a la que fuera remitida.
Por último, en la sentencia T-745 de 2004, M.P. Manuel José Cepeda, la Corte ordenó a la Secretaría
de Salud del Departamento del Tolima contratar una IPS en la ciudad de Ibagué que pudiera
suministrar las sesiones de quimioterapia que la menor tutelante – vinculada al sistema de salud -
requería de manera urgente, o, en su defecto, sufragar el costo de los pasajes de ésta y su
acompañante a la ciudad donde se le pudiera suministrar el servicio.
En necesario resaltar que, de acuerdo con la jurisprudencia de esta Corporación, las EPS o
ARS también están obligadas a cubrir el costo de los pasajes de los acompañantes de los
pacientes que deban trasladarse a otra localidad para recibir atención médica, por su puesto,
con cargo a los recursos públicos, cuando además de reunirse los requisitos antes
mencionados, el juez de conocimiento advierta que el paciente no puede valerse por sí mismo
ni está en capacidad de viajar sólo, como ocurre en el caso de los menores de edad y los
discapacitados.
Para la Corte, las medidas cautelares, son aquellos instrumentos con los cuales el ordenamiento
protege, de manera provisional, y mientras dura el proceso, la integridad de un derecho que es
controvertido en ese mismo proceso. De esa manera el ordenamiento protege preventivamente
a quien acude a las autoridades judiciales a reclamar un derecho, con el fin de garantizar que la
decisión adoptada sea materialmente ejecutada. Por ello, esta Corporación señaló, en casos
anteriores, que estas medidas buscan asegurar el cumplimiento de la decisión que se adopte,
porque los fallos serían ilusorios si la ley no estableciera mecanismos para asegurar
sus resultados, impidiendo la destrucción o afectación del derecho controvertido. 5
La tutela es una institución creada para la protección de los derechos fundamentales por
ende su resolución es pronta y con términos muy cortos para que de manera urgente se
satisfagan los derechos vulnerados por las autoridades encargadas de darles la
correspondiente protección. Por lo mismo en el trámite de una acción de tutela el juez
puede tomar todas las medidas necesarias para proteger el derecho conculcado aún antes
de fallar al respecto.
De conformidad con lo señalado en el artículo 7° del decreto 2591 de 1991 el juez de tutela
puede tomar cualquiera de las siguientes medidas provisionales para proteger el derecho
alegado como vulnerado en la acción de tutela desde el momento en que se presentó la
solicitud:
 Suspender la aplicación del acto concreto que este causando la amenaza al
derecho fundamental.
 Ejecutar de oficio o a petición de parte medidas de conservación o seguridad para
evitar que se produzcan otros daños.
 Ordenar todo lo que sea procedente para proteger el derecho.
 El Decreto 2591 de 1991, por el cual se reglamenta la acción de tutela, establece
que el juez constitucional, cuando lo considere necesario y urgente para proteger un
derecho amenazado o vulnerado “suspenderá la aplicación del acto concreto que lo
amenace o vulnere”.

 En efecto, el artículo 7° de esta normatividad señala:



 “ARTICULO 7o. MEDIDAS PROVISIONALES PARA PROTEGER UN DERECHO.
Desde la presentación de la solicitud, cuando el juez expresamente lo considere
necesario y urgente para proteger el derecho, suspenderá la aplicación del acto
concreto que lo amenace o vulnere.

PROCEDENCIA Y LEGITIMIDAD
Esta acción de tutela es procedente de conformidad con lo establecido en los artículos 1, 2, 5 y 9 del
Decreto 2591 de 1991, ya que lo que se pretende es que me garanticen el derecho a la salud, a la
integridad física y humana en conexidad con el derecho a la vida y el acceso a los servicios de salud
contemplados en el Sistema General de Seguridad Social, toda vez que carezco de cualquier otro medio
de defensa para los fines de exclusión de la acción de tutela.
Para los efectos de que trata el artículo 38 del Decreto 2591 de 1991, manifiesto bajo la gravedad de
juramento que con anterioridad a esta acción no he promovido demanda similar por los mismos hechos.

PRUEBAS
Solicito se tengan como tales las siguientes:
Documentales:
1. Fotocopia de mi cédula
2. Fotocopia Historia Clínica
3. Fotocopia de autorizaciones.

NOTIFICACIONES

 Puedo ser notificado en la ciudad de Ocaña, Norte de Santander en el Barrio Colinas de La


Florida, Carrera 44 No. 44 – 05, Celular 3204423164.

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PEDRO HELI LEON MARTINEZ
C.C. 88.142.272 de Ocaña.

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